Pues lo estamos grabando, por mentira que parezca. En esta clase de día futbolero donde los haya, y somos 15, vamos, te has desatado, desatado. Este país no es lo que era. Vamos a dedicar la clase a uno de estos frikis que a mí me encanta de los años 50. Esa época, esa época en que tanto se cogió en términos de la inteligencia de nuestro ámbito y de muchos más ámbitos, me temo. Se trata de Northrop Frye, los que hayáis visto la clase en diferido, lo habréis visto en el título. Los que no, pues os lo escribo aquí por si queréis ir buscando o suena de algo. No, Northrop Frye. Northrop Frye era un tipo, un canadiense. Los canadienses son todos raros, como nos dé cuenta. Era un tipo que nació hacia... 1913, una cosa así. Y yo creo que floreció, como decían los griegos, llegó a su máximo esplendor intelectual y vital en los años 40-50. De hecho, escribió su primer libro, que le hizo famoso en el tejado de su casa, se titulaba Fearful Symmetry, algo así como simetría que da miedo. Fearful Symmetry lo escribió en el año 40, o sea, lo escribió durante la guerra mundial y lo publicó en el 47. Fearful Symmetry... Fearful Symmetry es un libro muy interesante que, bueno, para empezar, que estoy yo un poco disperso. Frye es muy conocido como crítico literario. Es de los tipos que ha generado algo parecido a una especie de estética aplicada fundamentalmente a las novelas, a la poesía, a todo lo que es narrativa. Pasa que por razones universitarias, pues a veces la crítica literaria se considera aparte, como si perteneciera a los filólogos y los demás no pudiéramos estudiarla. Pues bueno, yo evidentemente eso me lo paso. Claro, y lo incluyo a Frye como uno de mis referentes y por extensión, pues de los vuestros si lo queréis utilizar. Frye es fundamental porque el tipo descubre muchas cosas. Descubre que para entender la obra de poetas como Blake o de Milton, del Paraíso Perdido, o de incluso Daniel Defoe, el de la historia de Robinson Crusoe, es fundamental tener claros cuáles son los elementos... los elementos directamente mitológicos, los elementos arquetípicos que los tipos manejan en su obra. Que en el caso de estos autores en concreto, fundamentalmente en Blake, es nada más y nada menos que la Biblia. Entonces él hace un grandísimo estudio que os he colgado en la carpetita esa de archivos adjuntos, os he colgado el gran código, que es como él le titula a su estudio sobre la Biblia, en la cual destripa la Biblia, no como... Mira que este señor era teólogo... y creo que había sido ordenado predicador de una iglesia de estas canadiense reformadas. El tipo destripa la Biblia en tanto estructura mítica. O sea, analiza cuáles son los órdenes de figuras, los movimientos que sabéis que hacen siempre los personajes míticos, de que ahora se pelean, ahora se vuelven a juntar y tal... Esa especie de grandes movimientos, de grandes divisiones y distribuciones que dan sentido a la Biblia, en términos narrativos, y que sobre todo influyeron durante MUCHO tiempo. Muchos siglos, a un montón de escritores importantes, ¿no? Desde Dante... a los que se han encenado a la ley también, y como es importantísimo tener esto presente para entender de qué van. ¿Qué significa esto? ¿Que podemos interpretar la obra de arte como nos dé la gana? En función de cualquier código... Pues no, hay algunos códigos que están presentes. ¿Significa esto que esos códigos limitan, como siempre hemos dicho, la interpretación de la obra de arte a una especie de desciframiento reservado para cadencia? Pues tampoco. Se trata de una interpretación. No de una interpretación libre, sino de una interpretación acoplada con sistemas míticos y narrativos muy antiguos. ¿Por qué? Porque la clave no es que esté en la Biblia. La Biblia en griego significa los pequeños libros, la colección de librillos, ¿no? Y de hecho, es un libro sin nombre porque alguien ha puesto una tapa delante y una tapa detrás y mirado junto ha dicho, y esta es la Biblia, y no se toca. Pero obviamente la Biblia es lo que dice Fray, es una colección de narrativas míticas, que funciona, adivina, adivinanza, como un repertorio. Es decir, como una colección. Nunca, de hecho la Biblia no se había ocurrido, pero la Biblia es un buen ejemplo de lo que sería un repertorio, una colección estable, intendencialmente estable, a partir de un determinado momento, de figuras, de relatos, de formas, que dan cuenta de un modo suficientemente amplio de lo que significa ser humano, de lo que significa ser una personilla. Y bueno, si leéis la Biblia encontraréis ejemplos que van mucho más allá de la muy limitada moral de algunos, de algún cristianismo que algunos habremos mamado cuando éramos chavales en el catecismo. Como es notorio en la Biblia hay personajes con una lujuria que supera a la de cualquier actor porno y afán de poder, y bueno, y son súper buenos y súper chungos y que tocan todas las cuerdas de la sensibilidad humana, ¿no? Ahí tenemos un repertorio. Es uno de los primeros que toma esta noción y la investiga como piedra de toque, por así decir, de lo que podría ser un acercamiento al estudio de la literatura. En el sentido de la literatura para Frey es una extensión de la mitología. No es que sea una especie de invento, no, es evidentemente mitología, dice él, desplazada. Nosotros diríamos desacoplada, ¿verdad? Una mitología que ha sido desgajada del mundo pues más o menos comunitario, tribal, concreto que lo había generado y ya que funciona a una escala, sobre todo ya la novela moderna, ¿no?, mundial y donde de hecho, y eso es lo que nos puede hacer difícil acoplarnos con según qué productos literarios, según qué poéticas, que funcionan sin un repertorio tan claro como quizá podía tener Blake o Milton para la Biblia. Lo que es claro en Frey en cualquier caso es que los clásicos, dice él, siempre son aquellos, los clásicos, los que vamos incorporando al acervo de los clásicos, que van y vuelven a los patrones o que vienen y vuelven a los patrones. Los patrones he entendido como esas formas fundamentales de la imaginación. Claro, ahí Frey se despacha muy a gusto contra los freudianos, los marxistas, incluso las feministas, los junguianos. ¿Por qué? Porque todos y cada uno de estos me meteré con los marxistas por meterme con alguien cercano todos y cada uno de estos se parecen a ese borracho de la farola del que hemos hablado algunas veces, ¿verdad? ¿Os acordáis? Ese borracho de mi pueblo que perdía las llaves invariablemente cuando cogía una coborza y las buscaba siempre no donde le habían caído del bolsillo o no donde fuera sino solo debajo de la farola donde había luz. No uno buscaba ni otra, buscaba debajo de la farola. Pues bien, los marxistas, los junguianos, los freudianos y tal, según Frey, son como este borracho de la farola. Buscan debajo de su farola, buscan donde ellos se sienten seguros, intentan interpretar todo, que intentan abrir la puerta de su casa con las llaves que se encuentran debajo de esa farola. A lo mejor hay alguna llave, pero bueno, sabe Dios si será la de su puerta o no. Y ahí es donde puede haber dislatos. Frey se aleja así de la crítica y de la teoría estética como ideología porque de alguna manera llamará ideología a cualquier principio de interpretación limitado que no coja un repertorio, un gran código, un gran repertorio completo sino que escoja un cachito pequeñito y que intenta hacer de ese cachito pequeñito la piedra angular con la que entender. Claro, Frey mola, Frey es interesante este buen hombre porque pertenece a una época en la cual se puede hacer gran teoría, en la cual todavía los tipos creen que pueden abarcar la naturaleza humana y dar cuenta de un montón de códigos y de figuras y de patrones que nos valen con la posmodernidad, eso como es notorioso y da al carajo. Ahora ya me parece que se ha pecado hablar de naturaleza humana. Bueno, ahora que es una noción que habrá que recuperar con todas las precauciones metodológicas y epistemológicas que ya Marx tenía, como sabéis, cuando hablaba de la naturaleza humana como mera reunión de formas de vida y de formas de ser personilla, con todas esas precauciones habrá que recuperarla. Bueno, pues Frey lo hace y lo hace a de huello. Una cosa que podemos enmendarle la plana a nosotros a Frey es la siguiente. Cuando él habla de que esos patrones, esos códigos mediante los que se interpreta la literatura, mediante los que le vemos el brillo y la relevancia a la literatura o a cualquier arte, no son ideologías sino que son formas de la imaginación, nosotros digo que podemos enmendarle la plana porque ahora sabemos que esas formas de la imaginación corresponden a cada uno de los diferentes estratos que hemos ido viendo en alguna de las otras clases aplicadas ante los estratos fundamentalmente. Es decir, esas formas de imaginación son formas de la imaginación orgánica y sabemos que tienen categorías especiales o de la imaginación en el plano de los símbolos psíquicos o en el plano de lo social objetivado. Claro, la ideología de clase por ejemplo tal como lo plantean los marxistas no deja de ser una forma de la imaginación especialmente bien acoplada con el estrato de lo social objetivado. ¿Qué pasa? ¿Que los marxistas son tontos? No, joder, no están diciendo ninguna animalada ni los truidianos ni los yundianos ninguno de estos ni los revolucionistas simplemente están extrapolando como hemos dicho alguna vez en estratos las categorías de un estrato que ellos consideran especialmente privilegiado a todos los demás. O al fenómeno de lo literario en su conjunto. De nuevo, Frey igual que Hartmann nos diría aquí que la literatura el arte solamente se entiende como la puesta en juego de un montón diferentes de estratos cada uno de los cuales tiene sus especificidades categorías específicas etcétera. Esto es un añadido que le diamos nosotros a Frey él no el bueno de Frey no habla de estratos habla de formas de la imaginación y habla de esta especie de grandes códigos negativos. Ahora veremos de qué habla Frey más en concreto. Porque de hecho se va a acercar también a algunas de las teorías que nos iba viendo por aquí. Bueno, para empezar él solventa una cosa que luego los postmodernos no han tenido nada claro y que él recoge de Goethe y es que la crítica la crítica de arte la que el estudio que vosotros nosotros podemos estar haciendo siempre tiene que tener dice él dos dimensiones una dimensión centrífuga y una dimensión centrípeta. La dimensión centrípeta es la que coge la obra en sí y se centra en estudiarla en lo que la obra formal materialmente es y se le busca más vueltas. Y la dimensión centrífuga en cambio nos interesamos ya en el proceso de su recepción social de cómo se ha discutido de cómo ha influido a otras obras de cómo ha influido a otras a las formas de vivir de otra gente de cómo ha infectado el mundo de la vida ¿no? Entonces ahí tenemos las dos dimensiones. Él dice que no hay crítica de arte crítica literaria digna de ese nombre que no intente reunir esas dos dimensiones recordadlo. ¿Vale? Este aspecto centrífugo mediante el cual la obra de arte infecta decíamos otras esferas de vida es lo que este buen hombre llama el carácter querigmático. Claro puede ser teólogo y cura canadiense lo que tiene querigmático lo querigmático en la Biblia alude a lo que es un anuncio una proclamación ¿no? Cuando los ángeles dicen ha nacido un niño debe ser el Salvador o lo que sea pues bueno eso es el carácter querigmático según él las obras de arte tienen este carácter una forma de vivir o una forma de entender lo vivo que quizá en la que quizá no habíamos caído es decir las obras de arte y por eso son relevantes nos amplían la vida nos hacen más potentes nos hacen más finos y haciendo más finos nos hacen más fuertes ese tipo de cosas es lo que es el carácter querigmático y es lo que la interpretación centrífuga de la obra de arte nos haría ver obviamente en coordinación y seguramente podremos conocer esos efectos esto también lo conecta al amigo Fray con la noción de lo sublime no la de Kant no la de Burke que habéis visto alguno de vosotros sino con la de el pseudo Longino los que habéis trabajado sobre lo sublime igual os habéis encontrado con este personaje Longino es un pensador clásico que no sabemos si se llamaba Dionisio Longino o José Luis Longino o como se llamaba porque hay muchas incertidumbres y pocos datos pero lo que sí que sabemos es que Longino defendía una noción de lo sublime en la cual decía que la obra de arte era sublime ipsus en latín en griego sous en la medida en que precisamente nos revelaba algo que nos sobrepasaba que era más grande que cada uno de nosotros personillas insignificantes en nuestra vida cotidiana y nos hacía partícipes de ello pero no porque nos deslumbrara o nos dejara mirando a cuenca no sino porque de alguna manera nos invitaba a ser parte de esa grandeza es como que el autor cuando toca esa sublimidad es una especie de sublimidad antropológica estrictamente una sublimidad muy humana por así decir ¿verdad? y es una sublimidad que nos convierte en aquello que Lukács llamaba hombres mujeres enteramente os acordáis de la dialéctica antes de hombre entero era hombre enteramente hombres y mujeres enteros cuando estamos implicados en nuestras vidillas cotidianas y así somos papás o mamás y profes y bebemos vino y hacemos de todo y somos hombres enteramente o mujeres enteramente cuando por un momento aunque sea brevísimo aceptamos esa invitación al baile aceptamos esa especie de provocación que toda gran obra de arte es y nos descubrimos a nosotros mismos sintiendo experimentando cosas que no sabíamos que podíamos experimentar eso es lo sublime en Longino y eso es lo que dice el bueno de Frey que es a lo que nos abren las obras a lo que nos a lo que nos abocan de alguna manera en esa especie de modo centrífugo no me va a dar tiempo a exponer el sistema entero de Frey de hecho lo que quería era como siempre hago en estas clases introduciros un poco y que os fuera sonando aquello de de lo que habla ¿no? y meteros un documento que os he metido en la sección de documentos que sale del gran código hay una obra fundamental de Frey a mi juicio anatomía de la anatomía de la crítica y ahí el hombre se dedica a explorar yo creo que con bueno para mi gusto que soy muy pesado y muy exigente no demasiado sistemáticamente como que metes a veces churras con merinas y tal pero vamos que que hace un buen esfuerzo hay una clasificación que ahí me gusta especialmente he intentado transcribirla aquí copiándola del inglés no vaya a permitir la traducción chapucera como os digo en otras secciones de la anatomía de la crítica el hombre pues introduce otras clasificaciones y tal que pueden ser variablemente interesantes os invito a que lo busquéis es un libro que debe estar en la red y si no está lo meteremos para que le echéis una ojeada sobre todo los que trabajáis temas de literatura o le veáis aplicación a vuestros trabajos hay que saber en qué fase estarán a estas alturas pues bien Frey habla de tres órdenes de tres movimientos fundamentales que según él organizan la capacidad de contar una historia una narrativa que son los que él llama la tragedia la comedia y la temática os lo he puesto así entre paréntesis para simplificarlo la tragedia alude a las separaciones no a separaciones es así traumáticas de vuestros ex o vuestras ex separaciones en el sentido de que hay algo simplemente que lo que estaba ya no está es decir que se desgaja muy tectónico muy estructural antes de la palabra la tragedia es cuando hay una separación la comedia es cuando hay una unión o un encuentro un advenimiento y la temática según este buen hombre está más relacionada con lo reflexivo con la reflexividad con algo dejado a sí mismo y que de alguna manera produce discurso es menos situacional menos de sucesos y más de indagación o de ¿vale? y estas tres grandes movimientos en que una cosa está centrada en sí misma que es la reflexión se separa o se une tragedia y comedia a su vez atraviesan cinco fases que nos van a recordar inevitablemente a las cuatro edades ¿os acordáis de Focillón? de lo arcaico lo clásico lo manierista y lo barroco pues nos van a recordar de alguna manera esto aunque con ciertas variaciones además aquí son cinco por ahí es más chino que Focillón las cinco fases son la mítica las tenéis ahí a lado escritas la mítica la romántica la alto-mimética la bajo-mimética y la irónica la verdad es que este hombre mucho talento para escoger nombres no tenía pero se entiende yo creo que muy bien con el paréntesis que he puesto abajo digo que lo entendéis ¿no? no estoy diciendo nada digo yo que o es que estoy viendo el fútbol entonces estáis conectados pero se sigue ¿no? vale yo también vale ¿por qué he puesto entre paréntesis dioses, héroes, nobles, malillos y finquis redomados? pues porque evidentemente de lo que trata este buen hombre es de ver de clasificar las obras las grandes narrativas de la historia justo en ese sentido cuando se hay una separación un desgajarse si ese desgajarse afecta a dioses como en la teogonía de Sciolo por ejemplo estamos en una tragedia mítica cuando afecta a héroes estaremos en una tragedia romántica alto-mimética cuando en vez de héroes afecta pues a personajes nobles a príncipes a princesas a inversores en fondos de dinero de riesgo en fin ya sabéis bajo mimética cuando habla ya de personas normales en sus vidas cotidianas e irónica cuando ya habla de personas pues personajes pensando pues en Quijote los personajes de Kafka los personajes de Poe borrachos amas de casa infieles hidalgos adivinados ya sabéis toda esa ralea a la que la novela nos tiene más más acostumbrados de alguna manera lo que viene a sostener es que esto es también como algo cíclico y él de hecho pensaba así que de alguna manera obviamente después de la fase irónica en la que la moralidad había caído de lleno y él pensaba más en Kafka que en Cervantes y en Beckett de alguna manera deberíamos volver otra vez a reengarzarnos en una dinámica mítica claro yo no sé si exactamente y solamente en la novela o en otros ámbitos de narratividad como pueda ser el cine de hecho a mí se me ocurre que en el cine sí que hay una especie de circulación más clara en ese sentido que Frey diría aunque como arquitectórico literario con el cine no se metía pero en cine sí que sí que de hecho hay un ese circular verdad y sí que algunas películas de superhéroes por ejemplo que se han puesto se han puesto de moda otra vez pues estaríamos en una fase romántica o altomimética o incluso a lo mejor mítica si queréis porque algunos se les trata como si fueran dioses prácticamente bueno ahí estaba hay una hay una peli sobre Torri sobre Hércules técnicamente no sé por ahí andaría entonces en estas fases de alguna manera aplicadas a todos los temas él está intentando encontrar de hecho poco menos que una especie de gran código las obras de arte las piezas literarias y no limitar la crítica a una mera especie de juicio de gusto más o menos reciclado o más o menos mal planteado ¿creéis que tiene que tiene sentido? ¿creéis que estaba bien orientado? puf ¿por qué puf? por supuesto que Fry está super pasado de moda quiero decir que a partir de ya sabéis no la bueno que no es la gran cuestión yo entiendo que esta este cruce aquí puede ser un poco maníaco ordenancista yo creo que en realidad lo que le interesaba a Fry era descubrir como él siempre decía que la crítica literaria la teoría estética si queréis necesitaba algo así como lo que los biólogos tienen en la teoría de la evolución o sea un gran marco conceptual que les permitiera entender qué estaba pasando por qué la gente escribía cosas por qué la gente leía cosas ¿sabéis? por qué los animalillos de dónde de dónde venimos es decir qué somos ese de dónde venimos y qué somos en términos biológicos la teoría de la evolución pues le ha dado un espaldarazo o ha proporcionado un marco que nos ha sacado de esa fase mítica en la cual pues nos hizo Dios a base de barro y tal o de plastilina o de lo que fuera pues no la de la evolución nos pone nos plantea un marco conceptual que con dudas con ajustes con todas las pymes y diretes que queráis nos plantea una posibilidad de inteligencia Freud estaba convencido de esto que hacía falta una gran teoría un gran código una teoría de teorías que nos permitiera hacer sentido con todo esto esa sería sería la cosa por lo demás jejeje podríamos pensar en esquemas de organización conceptual menos rígidos que nos permitirán esta misma función esta especie de equivalente a la teoría de la evolución hombre yo en los días así que me deprimo tiendo a pensar que la teoría de Stratos de Harman por ejemplo podría funcionar como una teoría de teorías porque de hecho si os fijáis aquello en lo que se ha convertido la teoría estética paso de las décadas después de Freud es una especie de reino de la igualdad de la igualdad de los marxistas estos los marxistas los otros y cada cual tiene una pequeñísima clave de interpretación que se obstina en aplicar una y otra vez a las más variadas obras de arte para demostrar que él o ella tienen razón lo cual no deja de ser un tanto patético entonces y todos ellos sistemáticamente carecen de una teoría de teorías carecen de un marco general generoso y amplio mediante el cual se expliquen manera en el cual se puedan acoger gozosa y, insisto generosamente, otro montón de producciones teóricas. Seguramente la teoría de estratos no esté mal situada para esto porque nos permite pensar en obras de arte de muy diferente cariz, las que le gustan los postmodernos que son todas de lo social objetivado pero las que nos gustan los de pueblo son muy orgánicas, ese tipo de cosas. A Monroy le parecen demasiadas clasificaciones pues solamente os he contado una de las cuatro porque el hombre en la anatomía de la crítica tiene cuatro sistemas clasificatorios. Luego tiene otros en que distingue entre el epos, la ficción, el drama y la lírica, nada menos, en función de la presencia o ausencia del público y del artista. Pero bueno, ya veo que hoy no estáis siendo partidarios de las clasificaciones. Voy a insistir por salvarle el culo al bono de Fray ya que lo he rescatado del purgatorio de los grandes críticos literarios del siglo XX olvidados, aunque este es importante. Diré que lo fundamental en él es esto que os he dicho. Este afán yo creo que todavía sigue siendo válido de encontrar un marco de referencia que nos permita hacer teoría de un modo, pues como decía aquí en la frasecilla del principio. Constituir un campo de estudio, traduzco lo que dice en la frasecilla, un campo de estudio coherente que de alguna manera entrene, que de alguna manera formatee la imaginación tan sistemática y eficientemente como las ciencias formatean la razón. Claro, sabemos que las ciencias no formatean la razón de un modo tan sistemático y eficiente pero vamos, no se entiende nada malo. Pregunta Antonio Mido si tiene influencia aristotélica. Claro que sí, Aristóteles es uno de los grandes, grandes flujos que tiene este buen hombre. Sobre todo la teoría de drama aristotélica de la que hemos hablado aquí. ¿No os acordáis de la de imitar una conducta a través de un mito, de una forma? Los tres componentes de la teoría de la dimensión aristotélica son como sabéis, son nada de alguna otra clase, son básicamente el mito, el mitos, la dianoya y el ethos. El ethos que es la misma palabra que usamos para la ética, es como el carácter, es el modo de hacer, el modo de relación. Y un modo de relación, un modo de hacer en Aristóteles se compone de dos tipos de imitaciones, el mitos, el mitos que imita la palabra y la dianoya que imita el pensamiento. Esa imitación que se hace mediante los actores tanto de las palabras, de los discursos como de los procesos mentales, del pensamiento. Es una de las cosas que tiene siempre presente es el bueno de Freud, que la utiliza a tiempo y a destiempo, la poética aristotélica. Puedo mirar como Marco, como dices, sin quedarse ahí. Pues sí, tienes mucha razón. Yo creo que de alguna manera esto es como cuando os pinto yo la cinta de Moebius o os pinto los dibujitos de estratos o los de diamantes, pero estos son dibujitos. Entendamos que estos son dibujitos. Que son esquemas. Y que esos esquemas nos pueden ayudar a pensar, a caer en cosas en las que quizás no habíamos caído y está bien que caigan. O sea, cuáles son los referentes que tomamos, que es aquello que imita nuestro arte, ¿no? Y así vemos en qué estamos o de dónde venimos. Ese tipo de cosa puede estar bien. Yo insisto siempre, igual que cuando os explico estratos, me da igual que sean estos cuatro que pone Jarman o que nos inventemos uno más o tres más por abajo, si es quedamos con ellos y podemos argumentarlos. Y lo que me interesa fundamentalmente es la diversidad misma de elementos y las relaciones entre ellos. En el caso de estratos son mucho más ricas que los que hay aquí, por supuesto. Pero bueno, este es Fray. Yo quería contároslo porque si no me diréis que siempre hablo de los mismos tipos, de los que me gustan a mí. Entonces quería contaros uno que si bien no es que sea exclusivamente, excesivamente santo de mi devoción, creo que es interesante que lo conozcáis y que lo ubiquéis como uno de los grandes críticos de mediados de que fue nada menos que el que inspiró y sirvió de referencia a otro crítico literario muy famoso que es Harold Bloom, igual hasta os suena, Harold Bloom, que tiene otro libro dedicado a Shakespeare que se llama La invención de la humanidad, que hombre claro, no es anglosajón, le atribuye a Shakespeare nada menos que que se inventara las grandes maneras de ser hombre. Que Bloom así, haciendo un resumen rápido, produce a Falstaff, el gordo fanfarrón de Enrique IV y Hamlet, el flaco, melancólico, meditabundo, bueno pues, Frye es una de las grandes, según Bloom es una de sus grandes influencias y su gran maestro. Y esta tradición de alguna manera crítica se aborta, se acaba aquí, porque todo lo que viene después, compañeras y compañeros, es muy duro decirlo, todo lo que viene después son mentes enanas, son pequeñas inteligencias que desmenuzan, que desgrajan, que deshacen, que convierten en miguillas todo lo que algún día era una barra de pan, ¿sabes? Y se dedican a tirarse migas de pan unos otros a los ojos y a hacer montoncitos de migas y tal, y ahí es donde nos encontramos nosotros. Tenemos que decidir si seguimos haciendo montoncitos de migas, si hacemos albóndigas con ellos, o si... Y barremos la mesa y hacemos una buena masa de pan de nuevo. Así que bueno, ahí es donde estamos ubicados, ubicadas, ¿vale? Y os voy a dejar aquí, porque son las ocho y media y he quedado para ir a cenar. Así que hasta aquí hemos llegado, camaradas. Futuro más duro. Bueno, por lo menos sabemos lo que hay, sabemos que está desmigajado. ¿Os acordáis? Voy a despedirnos con una cita. Seis minutos. Como cuando Coriolano se enfada con el pueblo llano y le llama a fragmentos. ¡Fragmentos! ¿No os digo fragmentos? Pues eso, fragmentos es lo que somos y es lo que tenemos para comer, para cenar y para desayunar. Así que habrá que darle bola. Con ayuda o sin ayuda detrás. Venga, a seguir bien, camaradas. Chao, chao, chao, chao, chao.