Pues bien, estamos grabando y vamos a empezar esta clase. Son las 20 horas, somos 20 personas, así que todo cuadra. Vamos a empezar esta clase, ya no sé si la cuarta o la quinta, la que sea, de este curso en que hemos ido introduciendo algunos conceptos altamente abstrusos y elevados. Todo lo de repertorial y disposicional, la necesidad, la contingencia, la posibilidad, la imposibilidad... Como podéis ver, a estas alturas, ya acabamos de empezar, ya estamos manejando un montón de palabras que nunca en la vida habréis pensado que ibas a tener que trajinar, pero así es lo que tiene tratar con un filósofo. Ya vais viendo con quién os jugáis los cuartos. Bueno, el caso es que hemos introducido todas estas palabras y ahora, como ya se veía venir en alguna clase pasada, hay que justificar para qué narices las queremos. Porque eso es una manera muy, bueno, pues yo creo peculiar, pero imprescindible. De manejar el pensamiento. Y es que la filosofía, compañeros, compañeras, el pensamiento tiene este punto de abstracción, de alejamiento del mundanal ruido, ese que nos proporciona el oporto y el fueguito... ¡Hombre! Tenemos aquí a un espontáneo. Hola, compañero espontáneo, di algo. Saluda a la cámara, J. Blasco. J. Blasco no sabe que le estamos viendo. Pero que estamos viendo. No pasa nada. Cárgate ahí, no te vayas, no te vayas. Así veo la cara de alguien mientras hablo. Aparte de la mía propia. El caso... Ahí va, se ha ido J. Blasco. El caso es que os decía que la filosofía, el pensamiento, tiene esto de un momento de abstracción, de alejamiento del mundanal y a su vez tiene que tener, como es notorio, un elemento de regreso a la Tierra, de aterrizaje, que si puede ser, que no sea forzoso, pues mejor, donde veamos, donde constatemos la oportunidad, la conveniencia de las categorías y de las palabras que hemos ido pariendo. Hemos hecho unas cuantas clases en que os he pedido que tengáis confianza en mi personilla y en lo que os iré exponiendo y ahora va tocando sacarle partido a esto. Para empezar vamos a abordar uno de los mayores problemillas o problemazos que ha acosado el pensamiento estético y que de hecho tiene muchas formulaciones. Una formulación posible sería, nada menos, seguro que os lo habéis preguntado alguna vez, ¿en qué o en dónde se encuentra nada menos que la belleza? ¿En qué o en dónde se encuentra aquello que hace que algo sea artísticamente potente, estéticamente emocionante? ¿Por qué sucede esto? Es una gran pregunta, estaréis de acuerdo conmigo. Y es una pregunta que fundamentalmente ha tenido dos tipos de respuestas. Es decir, grandes teóricos, y grandes pensadores normalmente, sin darse cuenta, han tendido a priorizar o bien el polo, que estáis viendo aquí en la pizarrilla del sujeto, o bien el polo del objeto. Es decir, tendrían a pensar que algo era bello porque de hecho, de suyo como objeto, era algo bello porque estaba bien construido, porque era armónico, proporcionado, y la belleza entonces estaba en el objeto, o bien, como podéis imaginar, han tenido que pensar que no, que la belleza estaba en los ojos del que la veía, estaba en el sujeto. Básicamente, la posición que tendía a pensar que la belleza estaba en el objeto es una posición antigua, medieval, clásica, etcétera, mientras que los modernos, a partir de Kant, fundamentalmente como sonará, pues han tenido que desplazar el polo del énfasis hacia el sujeto, y era el sujeto el que construía con su cabecilla y su sensibilidad esa belleza. A nosotros, como buenos pensadores, no nos puede servir ni una respuesta ni la otra. O bien, nos sirven todas, pero tenemos que ver cómo las combinamos. En el pensamiento siempre vamos a jugar con esto. De alguna manera, siendo generosos, entendiendo con todas nuestras entrañillas, poniéndonos en la piel de la gente que ha pensado antes que nosotros, pero a su vez no dando por buenas todas las posturas o intentando ir más allá de ellas para ver qué es lo que de fondo es potente en todo esto. Pues bien, estas dos categorías, estos dos polos de interés, sujeto y objeto, han tenido una traducción inmediata en dos categorías que serían las que permitían entender de qué iba la actividad artística o de qué iba la experiencia estética. Que serían, y ese es el tema de la clase, la poiesis y la mimesis. Os suenan estos dos términos, ¿no? Intuitivamente todos sabemos lo que es la mimesis. ¿Alguien lo ignora? Que levante el teclado. Lo pregunto retóricamente, voy a echar un trago de oporto, no os creéis que me preocupa mucho. Mimesis en griego, como sabéis, significa imitación. Harman dice que debería ser traducido como representación. En cualquier caso la mimesis, que para Aristóteles era algo así como efectivamente la representación, el plantear algo de nuevo, el reflejar algo, se ha traducido como imitación. Ahora nos metemos con poiesis. Vamos a empezar por la mimesis. Para los antiguos, para Aristóteles, lo habréis visto en alguna de esas clases que hay por ahí grabadas, el drama, la obra de teatro, la tragedia, era la mimesis praxeos cazamizos, es decir, la imitación de la praxis a través de un mito. Esto hay una clase por ahí grabada que podéis revisarla. Pero la palabra que utilizaba Aristóteles era mimesis y era la imitación de una acción, de una práctica, etc. Esto es importante, porque para los antiguos, y eso lo veis también en la República de los Fines, para los renacentistas, para los primeros ilustrados, la mimesis no es estrictamente la copia, la fotocopia o la réplica mecánica de nada. La mimesis es el volver a poner en escena, el volver a actuar, a mostrar la lógica profunda de algo, el modo de relación, el modo de hacer característico de algo. Es decir, cuál es la clave que nos permitiría entender cómo una determinada criatura se comporta. Por ejemplo, cómo hacen los chinos con el Kung Fu. Cómo imitan a un mono o cómo imitan a un tigre. No se pintan a rayas, sino que de alguna manera en su forma de combatir, si habéis visto vídeos de Kung Fu o de estos de Wushu, mejor, que hay por la red, la forma de combatir del tigre, que es un animal pesado, que va de frente, que tiene unos movimientos potentes... Entonces, el practicante del Wushu chino intenta replicar esta razón interna, este logos propio del bicho en cuestión. Y los artistas propiamente harían lo mismo. En la mimesis se trataría de entender profundamente el objeto de nuestra imitación, de nuestra práctica y volverlo a mostrar. De tal manera que aprendamos un modo de relación, un modo de hacer que antes no teníamos. Y aprendamos de alguna manera que el mundo es más ancho y más rico de lo que era porque hemos entendido cómo lucha un tigre, cómo lucha una grulla, o cómo lucha un mono. O cómo se comporta Edipo y cómo se comporta Antígona. Ahí está la base de la mimesis. El imitar, el mostrar cómo funciona profundamente un determinado objeto. Y ahí, técnicamente, es como si el papel del artista fuera el mínimo posible. Pero claro, ese no es el único término que vamos a manejar. Porque inmediatamente, efectivamente guirao, viene el término poiesis. Poiesis viene de un verbo griego que es el verbo poiein que significa hacer. Entonces, de nuevo, una poiesis es una acción. Cuando hablamos de la categoría de la poiesis, en cambio, ya nos fijamos más en aquello que cada sujeto ahí está explicado en la pizarra, cada personilla, ¿verdad?, hace en principio no imitando la lógica profunda ni el modo de hacer de nadie sino simplemente aquello que le brota, que le sale hacer. Aquello que disposicionalmente le sería más propio. Volviendo a los términos que estábamos hablando, entonces tendríamos estas dos polaridades. La belleza estaría, vendría producida por el lado del objeto cuando imitamos su forma de aparecer en el mundo, su forma de comparecer, lo que los renacentistas llamaban su natura, naturans, su naturaleza naturante, o sea, su modo de producirse a sí mismo, ¿verdad? Y, en cambio, nos centraríamos en un sujeto cuando le dejamos a él crear algo que aparentemente pues a lo mejor ni siquiera está en la naturaleza es algo que se saca él de su caletre, una especie de mundo fantástico que no tiene nada que ver con nada que hayamos conocido antes. Ahí estaremos en el polo de la poiesis. Por supuesto, queridos y queridas compañeras y compañeros, como es notorio, no hay jamás ni una mimesis pura ni una poiesis pura. El que crea autónoma y libérrimamente en algún momento de su cerebro trincará algo de la experiencia vivida y el que imita o replica el modo de hacer de un objeto previamente existente en toda su dignidad y toda su lógica obviamente incorpora elementos propios de su propia disposición. Con esto, como es notorio, nos vamos acercando ya al dibujito que hemos pintado tanto estos días. Lo veis, ¿no? Entendéis cómo de alguna manera poiesis y mimesis no son una especie de oposición sino que efectivamente se vinculan, se traman entre sí. Se traman entre sí especialmente... Estoy muy callado, me vais siguiendo, ¿no? Efectivamente, en el teatro sí los he trabajado, en el teatro, en la pintura, en todas las artes. Es interesante, no obstante, por eso os había pintado aquí en esta pizarra esto de Dionisiaco Apolíneo porque algunos de vosotros andabais con Nietzsche en filosofía al menos y claro, pues de nuevo ahí tenemos que el bueno de Nietzsche podía tener ideas más complejas al respecto a menudo la comprensión que hacemos es una comprensión limitada como si el arte pudiera ser o Apolíneo o Dionisiaco. Efectivamente, todas las estéticas de lo Apolíneo tienen que ver con las estéticas del orden, con las estéticas de alguna manera de lo necesario, ¿verdad?, que hemos hablado estos días, mientras que lo Dionisiaco serían las estéticas de lo instintivo, de lo salvaje, de lo creativo, de lo variable, experimental, etcétera. Efectivamente, igual que en el teatro como decíais vosotros los actores trabajan con ambos elementos en cualquier otra práctica artística va a pasar lo mismo pero tenemos esta manera de entenderlo que tenemos que de alguna manera construir para que podamos abrazar esas oposiciones, para que podamos entender el movimiento en su conjunto y no quedarnos limitados como haría alguien que no hubiera estudiado teoría del arte a una sola de las posiciones. Nosotros, compañeras, vosotros y yo somos profesionales y pillamos esto en todo su conjunto, ¿vale?, y en todo su conjunto lo vemos de otra manera. Así entendemos por ejemplo y ya estamos metiéndonos de lleno en el esquema modal que hemos ido explicando estos días anteriores, entendemos recordad a Shakespeare aquello de que las pasiones mueren de su propio exceso ¿me acordáis?, pues la mimesis podría morir de su propio exceso. Por exceso de fidelidad al modelo copiado lo que en principio era la imitación de una naturaleza viva de un modo de hacer se puede convertir ¿en qué? en una copia mecánica es decir en la mera reflejo fotográfico de algo pensando que con eso ya mostramos la vida interna de ese objeto y seguramente no lo hagamos. ¿Qué pasaría en una copia mecánica? Pues que habríamos enfatizado tanto el polo del objeto que era el que estaba aquí del lado de la mimesis ¿verdad?, que ya nos habríamos olvidado de cualquier intervención disposicional por parte del sujeto, por parte del artista y entonces hacemos una copia mecánica cuando da igual que la copia la hagas tú o la haga yo o la haga mi prima la coja. En ese sentido tenemos un problema de exceso de objetividad. ¿Recordáis que los modos negativos eran primero un exceso y luego un defecto? Pues ahí lo tenéis la copia mecánica sería un exceso de objetividad y un defecto de subjetividad. ¿Y hacia dónde nos llevaría la copia mecánica? Pues nos llevaría efectivamente para compensarnos si de la mimesis íbamos a la copia mecánica para compensarnos nos llevaría al apoyo es decir a la intervención disposicional para incorporar su propio ingenio sus propias inteligencias sensibilidades y creatividades para mover aquello. Pero de nuevo si nos acercamos en exceso al polo del sujeto al polo de lo disposicional ¿qué es lo que nos puede pasar? Que nos olvidamos completamente de las lógicas de las razones internas de los objetos de lo que preside de alguna manera la organización de la naturaleza y nos podemos acabar viendo meramente haciendo caprichos. La copia mecánica es la exageración el exceso de la mimesis como el capricho podría ser la exageración o el exceso ¿no? de la polisis. La producción industrial sin valor artístico pues efectivamente eso podría hacer algo parecido a la copia mecánica ¿no? cuando intentemos si vamos a jugar con todo esto de excesos y defectos no es exactamente Monge el mismo esquema pero efectivamente obedecería a un a una lógica parecida. Efectivamente Guirao la polisis se relacionaría con la disposicional porque estaríamos hablando de que la polisis se acerca hacia el polo del sujeto de la producción basada en cada agente técnicamente como si no tuviera nada que ver con el mundo se inventa un mundo absolutamente fabuloso que se saca de su propio caletre por ejemplo Kafka o Carroll Lewis Carroll de Alicia ¿no? y y en cambio la mimesis se acercaría al polo de lo repertorial ¿por qué? y aquí tenemos también una una hipótesis muy interesante que trabajar yo cuando empecé a trabajar sobre esto si de alguna manera en este polo en la parte de la polisis estamos con la disposicional en la parte de la mimesis estamos con lo repertorial y yo me preguntaba bueno y en qué sentido una mimesis una imitación de una criaturilla natural está metiéndose en el campo de la necesidad y me parecía interesante precisamente porque ahí me hacía pensar más y me hacía entender la clave de una buena mimesis de hecho tanto es así que me parece que se podría definir la mimesis precisamente como la imitación de una necesidad en el sentido en que la manejamos nosotros he dicho una razón interna he dicho un logos he dicho un modo de hacer característico eso es una necesidad cuando imitamos lo que es necesario en alguna criaturilla en algún paisaje en alguna composición aquello que es necesario es precisamente lo que debe ser objeto de nuestra imitación porque si imitamos lo que es accesorio o lo que yo veo y otro no ve entonces técnicamente sea una copia o sea una imitación sea un reflejo en realidad estaremos poniendo más de nuestra parte será más una poiesis que una mimesis cuando en el producto artístico pesa más nuestra propia sensibilidad que la necesidad interna misma del objeto entonces estaríamos ante una poiesis y si pesa más esa necesidad que la disposicionalidad nuestra estaríamos ante una mimesis un buen ejemplo sería el ejemplo de un retrato de una figura de alguien si pintamos una cara humana aunque no lo parezca la mía puede serlo pues efectivamente si pintamos un ojo tenemos que pintar otro ojo y ahí tenemos ya una necesidad repertorial es decir una cara repertorialmente para que no falte algo tiene que tener los dos ojos la nariz la boca las orejas solamente en este ejemplo tan burdo ya vemos como hay una necesidad es decir como unos elementos llaman a los otros si pintamos un ojo tendremos que pintar el otro o pintar la nariz y pintar la boca y tendrán que ser proporcionados y coherentes entre sí si estamos en el polo de la mimesis si nos ponemos picasianos y pintamos un ojo aquí y otro ojo allá y la boca torcida y la nariz mirando a cuenca entonces definitivamente aunque eso parezca un retrato estaremos del polo de la poiesis y por cuanto más cercano a la intervención disposicional a seguir ¿verdad? vale Blasco me dice la poiesis es abstracción Sancho pues sí ciertamente la poiesis se acerca mucho a la abstracción aunque de hecho la abstracción todavía suena en el nombre de abstracción suena una especie de proceso en el que recordamos algo del mundo real y nos abstraemos o sea nos intentamos alejar pero sí lo ya abstraído lo ya alejado del mundo sería propiamente una poiesis que efectivamente como os digo no hay poiesis y mimesis puras y completamente aisladas sino que efectivamente una y otra tiran continuamente de sí y se llevan elementos y de hecho claro he citado con toda la mala baba el ejemplo de Kafka como ejemplo de una poiesis absolutamente disposicional y no es el caso evidentemente aunque el mundo que describe Kafka en el proceso o en el castillo no sea un mundo que literalmente existe y fuera es obvio que Kafka se inspiró intentó hacer una cierta mimesis de ciertos modos de relación que estaban apareciendo en su mundo en el capitalismo incipiente o en el totalitarismo que se iba a venir que se venía a venir ¿no? en los imperios centrales efectivamente vais a ver me estoy perdiendo aquí comentarios vuestros si se trata de algún animal con teratología entonces se está tanto como en un modo de poiesis efectivamente cuando nos inventamos un monstruo con no sé cuántas cabezas y no sé cuántos cuernos y tal nos hemos ido desplazando por eso es interesante que mantengamos presente nuestro querido esquema Moebius Atractor de Lorenz porque de lo que estamos hablando no es de dos polos separados sino de una relación continua de una relación recordad que en Moebius lo pintábamos como un esquema de fuerzas como un diagrama de fuerzas que decía Darcy Thompson el morfólogo es decir se trata de que estamos todas y todos pillaos entre estas fuerzas ¿verdad? y ahí es donde nos tensamos y donde nos sentimos compelidos efectivamente pintar una teratología a animales imaginarios mundos fantásticos nos acerca más hacia la poiesis aunque tengamos una pata en la anímesis porque construimos nuestro unicornio con las imágenes que ya tenemos por así decir con las necesidades que ya tenemos lógicas internas de lo que es un caballo que es una cabritilla o lo que sea pero ponemos elementos disposicionales elementos puramente imaginativos para hacerlo derivar la poiesis no está condicionada es libre Blasco bueno esa es una gran cuestión la cuestión de la libertad compañero compañera vamos a ver es lo que llamaríamos libre en el sentido yo más que libre que es una palabra de la que hablaremos no tengáis duda hablaremos de la libertad lo que queráis yo diría que es propiamente disposicional variable juguetona experimental no sometida a necesidades o a lógicas consensuadas o compartidas yo si cojo un instrumento musical y me pongo a improvisar a jugar nadie no va a pedir fidelidad a una partitura que no existe en ese sentido es libre entre comillas es libre claro estoy haciendo una libre improvisación ahora evidentemente con un filósofo y efectivamente Valls la necesidad de la representación de los dos ojos era mimesis claro la mimesis sería la copia o el reflejo de una necesidad entendiendo por necesidad una lógica interna es decir aquello os acordáis cuando hablamos de lo necesario de lo contingente lo necesario era aquello que estaba tramado internamente es decir aquello que cuando había un elemento tenía que aparecer el otro cuando hay un ojo tiene que aparecer el otro y entre ellos la nariz ahí hay una necesidad interna la mimesis es la copia el reflejo la representación de una determinada necesidad cuando el artista la capta está haciendo una buena mimesis cuando no la capta o la capta de un modo caprichoso entonces o hace una mala imitación o ya hace una poiesis efectivamente López pintar un ojo te lleva a la necesidad de pintar el otro ojo si tu programa artístico es mimético claro quieres hacer una mimesis efectivamente Guirao dice la mimesis está unida a lo clásico y la poiesis a lo mañanista no la poiesis en nuestro esquema estaría unida a lo barroco os acordáis más a lo barroco porque si recordáis el esquema que hemos pintado alguna vez aquí aquí tendríamos algún ajuste que nos llevaba al mañanismo o a una especie de copia tal pero ya en camino efectivamente no está mal no está mal traído porque de alguna manera el mañanismo igual que el barroco ya es un momento mucho más disposicional vale donde ya aparece con mucha más potencia los talentos ingenios y tal divergentes eh tanteativos y tal de los diferentes artistas la naturaleza es ambas cosas Blasco durante un tiempo hemos pensado también explora también varía de hecho si os fijáis en nuestros propios aspectos externos e internos en lo que somos las diferentes personas que somos naturaleza evidentemente pues al menos en parte pues efectivamente hay una parte por así decir de orden básico que nos hace tener el cuerpecillo dentro de unas dimensiones en una escala unos márgenes de altura y tal que son manejables estructuralmente pero que efectivamente variamos entonces somos de esto hemos hablado cuando hablamos de biología os acordáis de sistemas ordenados al borde del caos somos necesidades que exploran sus posibilidades ¿verdad? ese equilibrio es el que vamos a ver siempre y la naturaleza es eso ¿vale? naturaleza es sistemas ordenados al borde del caos y por tanto podemos captarla tanto cuando hacemos mimesis como cuando hacemos poiesis porque cuando hacemos poiesis cuando somos libremente creativos al fin y al cabo nosotros aunque a uno le cueste de creer también somos naturaleza y también estamos de alguna manera segregándola continuamente no me pierda una caricatura efectivamente es una posición intermedia entre mimesis y poiesis genial dicho cualquier retrato lo es porque en cualquier retrato no es lo mismo que lo haga un personaje que otro un autor que otro y siempre se introduciría en elementos de poiesis pero en la caricatura los elementos de poiesis evidentemente son mucho más notorios y de hecho se muestran con mucha más crudeza y se exploran lara dice mimesis necesario poiesis contingente no exactamente yo diría mimesis necesario poiesis posible os acordáis en el esquema modal de estos ciertos días de nuevo pintaríamos aquí la posibilidad aquí la necesidad aquí la contingencia y aquí la imposibilidad entonces la poiesis estrictamente en términos modales se acerca más al polo de lo posible que al de lo contingente el polo de lo contingente lara lo que hace es preparar el advenimiento de lo posible porque la contingencia lo que hace es desintegrar la necesidad es decir romperla por dentro destramarla yo le estaba llamando hace unos días que estaba escribiendo sobre esto que lo que hacía era como un proceso de coherencia perdonad el palabra la contingencia el manierismo no es tanto algo incoherente como algo de coherente si es que se pudiera usar esta palabra para hacer una cosa pero el equilibrio tiene algún nombre rodríguez y el equilibrio tiene el nombre modal de la efectividad no hay un equilibrio hay muchos equilibrios y eso es lo que aprendemos al estudiar teoría del arte no hay una situación tal que podamos decir que es el equilibrio perfecto todo equilibrio es precario y además no hay un único equilibrio si no hay muchos equilibrios tantos equilibrios como escuelas artistas y sensibilidades hay de hecho por eso me gusta hablar de modos de relación porque cada sensibilidad o cada artista es de suyo un modo de relación muestra un modo de relación entre qué pues precisamente entre poiesis y mimesis entre necesidad y posibilidad entre clásico y barroco es un equilibrio ese equilibrio es múltiple porque hay tantos como artistas o escuelas o sensibilidades y ese equilibrio que es lo que hay es la efectividad lo que está lo que pintamos con una E en el centro aunque habría muchos centros a ver Blasco dice que lo decía porque en la naturaleza hay un determinismo en la naturaleza y esa es una gran discusión en biología como seguramente sepas durante muchos siglos se ha visto como algo determinista y en cambio la física más reciente lo ve la veía como algo caótico verdad y entonces ahí ha habido grandes discusiones de hecho hay un libro maravilloso de Jack Monod por si quieres investigarlo que se llama el azar y la necesidad nada menos que sería tanto decir como la posibilidad y la necesidad o el caos y el orden del hombre intentaba ya componer un cuadro de conjunto en el cual la naturaleza se percibiera a la vez como determinista y como caótica de hecho los biogos más recientes los físicos le llaman un caos determinista le llaman a esto bueno nosotros en estética trabajamos también con caos deterministas jugamos con esos elementos a ver voy a seguir bajando comentarios que me pierdo muy bien Frías los repertoriales precedente de lo disposicional y a su vez lo disposicional es precedente de lo repertorial solamente haciendo conjuntos ordenados y coherentes podemos darnos las condiciones para jugar para romperlos experimentando y solamente experimentando jugando y aburriéndonos de jugar podemos sentir la necesidad de un orden repertorial al que volvemos y cuando ya lo tenemos cuando hemos tenido ya por fin hemos ordenado la habitación y lo tenemos todo perfecto y eso es el bucle así suele funcionar la historia del arte y la de la humanidad Blasco me pregunta si vamos ajustándonos al tema de hoy bueno más o menos el tema de hoy para mí era introduciros a estas dos categorías mimesis y poiesis verdad jugar con ellas en relación a sujeto objeto en relación a Dionisiaco a Polinio aunque de esto y de Nietzsche podríamos hablar más y era sobre todo también en haceros entender que de alguna manera se trata de que compongamos nuestro acercamiento a la historia del arte y bueno a la historia del pensamiento estético considerando que estas categorías como tantas otras no suceden como algo aislado como algo con la ayuda de lo cual solamente podamos entender el conjunto de la historia del arte o de la sensibilidad sino que siempre se van a apoyar unas en otras y es más se apoyarán unas en otras socavándose abajo de los pies y preparando el advenimiento de la otra en esta especie de juego de excesos y defectos que venimos viendo de hecho mi interés con esta clase era llevaros de lleno a que entendáis o que consideréis si lo que hemos estado viendo en las clases anteriores puede servir para algo a mí me sirve para entender la historia del arte de otra manera intentar entender cómo todas estas sensibilidades de hecho se apoyan y se refuerzan mutuamente mucho que ver con las ideas dominantes en cada época de hecho la física newtoniana pues bueno toda la visión mecanicista y determinista de la naturaleza pues tiene mucho que ver con la sociedad de la ilustración de ese momento en que la física y las matemáticas se privilegian por encima de todo y un momento en que el hombre occidental la sociedad occidental se cree que van un poco ahí van un poco desobraos y ese ir desobraos se nota en el concepto que se tiene de la naturaleza durante toda la ilustración del siglo XIX y es curiosamente qué cosas pasan verdad después de la primera y de la segunda guerra mundial cuando los físicos empiezan a hablar de caos empiezan a hablar de que realmente la naturaleza es imprevisible claro de repente el hombrecillo occidental entra en una crisis terrible y no es que la naturaleza no fuera caótica antes que ya lo era pero de alguna manera nosotros compañeras y compañeros si no nos cargamos el mundo antes estamos en la generación adecuada para poder entender ambas visiones y para poder integrarlas y eso sería chulo a ver vais me pregunto apolo dionisiaco sí apolo dionisos efectivamente los que trajinéis más en filosofía estaréis más hechos o conoceréis el pensamiento de Nietzsche del filósofo alemán de finales del XIX o peleado con él Nietzsche una de sus grandes aportaciones a la historia del pensamiento es precisamente en el origen de la tragedia él intenta reconstruir por así decir dos grandes tendencias él diría del espíritu y dos grandes tendencias de la humanidad una tendería hacia el orden hacia lo frío hacia lo estructurado y coherente que sería lo que le llaman la violencia iría hacia lo orgiástico hacia lo erótico hacia lo irregular que sería lo dionisiaco bueno Nietzsche es muy buen escritor escribe esto con mucha más efectividad a la que yo pueda contarlo seguramente pero para él él establece estas dos polaridades y bueno en algunos momentos de su lectura parece que las entiende como dos polaridades completamente aisladas que se está en una o se está en otra la cultura es apolínea o es dionisiaca evidentemente nuestra apuesta va a ser entender que esas dos formas de manifestación cultural o de la sensibilidad suceden reforzándose e insisto preparándose el terreno una a la otra por eso lo ponía aquí lo apolíneo puedo repetirlo es lo que se basa en Apolo que es un diosecillo que según la lectura que hacía Nietzsche y que hacían los alemanes del XIX porque el Apolo histórico de los griegos era bastante más golfo y bastante más más pendenciero el Apolo de los alemanes del XIX es un Apolo que llama al orden que llama a la coherencia que llama a la estabilidad es un diosecillo que ya no está policromado sino que aparece en mármol blanco entonces es una cosa así como muy clásica en el sentido de más respetable mientras que lo dionisiaco pues llama eso a la orgía al desfase y a otro tipo de prácticas que a Nietzsche le ponían especialmente pino al revés que el dionisiaco ciertamente pero vamos esto es como la ebriedad y la sobriedad y las resacas de alguna manera aunque sean polos opuestos son polos complementarios y que se articulan y se suceden entre sí eso es parte de lo que hemos estado viendo en estas primeras clases de cómo intentar entender esto no como una especie de ciclo ineluctable lo digo siempre no como una especie de jaula de hámster a la que estemos condenados a dar vueltas sino por interés en exponer la complejidad por interés en exponeros que precisamente las posiciones no suceden como una especie de blanco negro completamente ajenos entre sí sino que tienen complicidades que tienen elementos en los que se cruzan y que de hecho se necesitan para poderse entender ellas y entendernos nosotros así que siguiendo mis principios incontrovertibles voy a dejar aquí esta clase para que dure media hora yo creo que hemos logrado el objetivo de exponer esto medianamente tal lo hemos introducido os queda más o menos claro pues genial lo dejamos acá y el martes que viene más y mejor vale venga compañeros chao