Ahí estamos. Bueno, compañeras, compañeros, primera clase quedamos en un martes, por fin, esperemos que poder estabilizar las clases los martes, como es ya tradición en esta asignatura, y que no nos pase nada, porque vamos, como ando presentando el libro de aquí para allá y tal, pues te tengo un poco más de lío de lo normal. Hablando de líos, quería empezar la clase de este martes diciendo que he podido ponerme en contacto con casi todos los tutores y tutoras de Historia del Arte, mañana haré lo propio con los de Filosofía, Antropología y Máster, para el tema de cómo nos repartimos las diferentes tareas que tenemos entre manos. Entonces, mi planteamiento a los tutores y tutoras, y han aceptado todos ellos, encantados, es que os centréis más en las tutorías, en lo que sería un poco el seguimiento de los trabajos. Y que podáis tener un feedback, o sea, una interacción, pues algo más vivaz de la que yo puedo ofreceros, porque, claro, sois muchísimos, entonces, aunque hoy he conseguido recuperar todo el atraso, tapón y atasco que había en los foros, pues a la mínima que tenga unos días que estar fuera o lo que sea, pues se me complica. Y sobre todo, temo que sea muy al por mayor, y al fin y al cabo, pues solamente en los foros, más complicado. Conocernos y entender vuestro proceso. Entonces, bueno, por lo menos los y las que vayáis a tutorías presenciales, que no os piden muy lejos del centro asociado, pues aprovechad y plantead el uso de las tutorías como esto, como momento de contraste, de discusión, incluso, ¿por qué no?, de exponer públicamente a vuestros compañeros vuestros trabajos, ¿vale? Yo creo que funcionará mejor y recibiréis una atención más digna. Vamos a ver si podemos mejorarlo. Si os pilla lejos, pues siempre podéis consultarles por Skype o por foros y tal, pero insisto en ello, o sea, al fin y al cabo, si los mil y pico alumnos que hay en la asignatura, pues distribuyen entre 50, 60 o 70 tutores, pues por lo menos os conocerán, seguirán vuestro proceso. Me pueden sugerir la nota que ellos respondían porque conocerán la trayectoria que habéis hecho. A ver qué es mejor, a ver si lo pueden ver. Y yo podría centrarme más en, precisamente, en temas docentes o en dudas más de contenido. Y hablando de contenido, vamos a entrarle a la clase de hoy, ¿vale? No se te quiten las canas, Santiago, ahí tienes que hacer un buen trabajo. A ver, recordaréis que la semana pasada estuvimos habiendo este esquema de imagen, forma, función, necesidad, que bueno, pues que Sonia, perdona. No, no, no, no, Santiago. Pues me he confundido, pensabas que eras Santiago. Desde otra atención personalizada que os digo, es bueno que tengáis tutores que os conozcan. Pues esto, Sonia, la semana pasada vimos esta conexión de la imagen con la forma, la función y la necesidad, os acordaréis, si no, lo vais a ver en la clase. Y lo que estábamos planteando acá era un proceso ideal, evidentemente, recordad que era Giorgi Kepes, uno de los popes de la Bauja, o sea, de la Universidad de Badajoz. Y luego del MIT, el que planteaba que este recorrido era poco menos que el recorrido ideal de recepción de una obra de arte, entendiendo que una obra de arte, sea una sinfonía, sea una performance o una peli o tal, nos plantea una imagen, o sea, nos plantea un algo relativamente acabado, potente, contenido, es lo que Lukács llamaba un medio homogéneo, ¿verdad? Y que como tal, es relevante en la medida, decíamos, que conlleva, implica, pone en juego una forma. Y una forma no es cualquier cosa, una forma aquí en nuestro lenguaje, en estética, alubia a un tipo de composición, a un tipo de organización de la materia de cada obra de arte, que está hecha de tal manera que, decíamos, que se acopla, que resuena, que nos toca de cerca y que hace que sea independiente. ¿Verdad? Hay composiciones, hay formas, pensábamos en música, pues en la forma sonata, en la forma de la fuga, son estructuras que somos capaces de percibir para empezar, de recordar y de replicar en otras áreas de nuestra vida. Una de las ejemplos más patentes es el que hizo, el que puso de manifiesto a Levi Strauss en los años 20, cuando descubrió, planteó, que las sociedades occidentales, estradas y tal, que habían dejado de tener mitos, eso decían Levi Strauss, habían dejado de tener una mitología como tal, de cuentos que se contaran para explicar el mundo, porque teníamos la ciencia y la filosofía y todos esos avances, pues que en cambio habíamos generado formas musicales, eso dice Levi Strauss, cuya forma, cuya estructura, era la misma que tenían los mitos. Y teníamos formas musicales en forma de rondón. En forma de sonata, en forma de fuga, y esas formas, que son íntimamente relevantes, son las que en los sistemas mitológicos que él estudiaba, en diferentes tribus, aborígenes e indígenas de partes del mundo, pues estas formas aparecían, eso sí, bajo la forma del relato mítico. Estoy repasando esto para que veáis que con los cuatro pasos de esta fórmula de Kepes, son pasos realmente pasos. Él es realmente denso hacia la articulación del estético. Tenemos la imagen como medio homogéneo, la forma como una estructura, como una distribución o una composición que nos es relevante, que nos es pertinente y que nos sirve para organizarnos la vida, ¿verdad?, que es profundamente significante. A su vez, esta forma decía Kepes debía estar vinculada con una función, es decir, con una practicidad, con algo que esté conectado con la dimensión más práctica de nuestra vida. Claro, esto ya introducía un... Una ruptura respecto al paradigma quizá del arte romántico, de fin de siglo, de lo que se entendió muy mal entendidamente como arte por el arte, ¿verdad?, en el cual asumíamos, dábamos por hecho que el arte no iba a tener jamás ninguna vinculación con nuestra vida práctica. Cuando evidentemente sí puede tenerla y Kepes dice que debe tenerla. Y a su vez esta función, estoy simplemente haciendo el repaso de la semana pasada, debía conectar con alguna necesidad fundamental de nuestra constitución, como criaturillas, como especie, ¿no?, es decir, no era una practicidad cualquiera, no era una practicidad que fuera práctica para un sistema, por ejemplo, de capitalismo especulativo, pero que no tuviera nada que ver con nuestras vidas. No, error, tenía que tener que ver con aquello que nos constituye como seres vivos, con nuestras necesidades fundamentales. Ahora hablaremos un poco de eso. El tema es que vimos esta especie de secuencia ideal de acoplamientos, vimos, si os acordáis... No, espera, se ha ido el centro de tierra. Vimos cómo aparecían diferentes formas del mal o diferentes formas de estupidez, de estética, al hilo de las interrupciones o las desviaciones, decíamos que eran como toboganes o como trampillas estas de la experiencia de James Bond en las que te podías caer, y aparecía el espectáculo, la estetización, el fetichismo, bueno, esto ya no lo voy a repetir, si no se me hará muy larga la recapitulación. Y lo que me quedé yo con ganas de exponeros era que esta secuencia... La secuencia de la que hablaba Kepes se puede recorrer en el sentido que aquí aparece ahora en la pizarra de las flechas rojas, que es lo que acabamos de repasar, ¿verdad?, de la imagen a la forma, o sea, una imagen que conlleva, que pone en juego una forma, una forma que conjura una función y una función que se conecta y que revela una necesidad, ¿verdad? Bien, pues si hacemos ese recorrido del que está pintado en rojo en la pizarra, tendríamos una muy buena instancia de lo que en estética clásica se ha llamado como... Se ha llamado mimesis. La mimesis es una palabra griega que significa la imitación, el reflejo, y que no significa pues que como hace mi suegra que se pone a pintar el puente de la ermita de su pueblo y tal, eso, bueno, es un reflejo pues como el que hace una cámara fotográfica o como el que puede hacer cualquiera cuando cuenta algo. La mimesis en estética es algo mucho más tramado, es algo mucho más relevante realmente, ¿no? No es una mera... No es una copia, no es una fotocopia, ni una mera imitación, sino es la reconstrucción precisamente de este proceso del que hablaba Kepes. En la mimesis lo que encontramos es que la imagen mimética, el reflejo, nos efectivamente conecta con la forma, nos revela la función y nos acopla con la necesidad. Cuando se da todo ese recorrido es cuando tenemos probablemente una mimesis. Por eso es una palabra tan importante en la historia de la estética y por eso hacemos tan mal entendiendo mimesis o reflejos como le llaman Lukács, su maravillosa estética, como si fuera meramente pues eso, la fotocopia mecánica de algo. Para nada. La mimesis es este proceso por el cual vamos desde lo externo, desde lo objetivado que es la imagen, ¿verdad? Desde el medio homogéneo que se nos ofrece a nuestra experiencia hasta conectar con nuestra necesidad. Con la necesidad que nos constituye como seres vivos, insisto, ¿vale? Necesidad que por lo demás, si queréis ahondar en ella, os he pintado aquí. Aquí las nueve necesidades básicas que Max Neff, un economista de economía sostenible, plantea y que son las necesidades que están a la base de la relevancia de cualquier estética digna de ese nombre. Es decir, las estéticas de los pueblos más primitivos, muy a menudo, varios de vosotros estáis con trabajo sobre el paleolítico y tal, pues tienen que ver con dar cuenta de estas necesidades de subsistencia, de protección, de seguridad, incluso de afecto. Que se ponen de manifiesto ahí. Claro, estas tres necesidades básicas enseguida dan pie, toda vez que están satisfechas o medianamente atendidas, a las necesidades de ocio, participación, entendimiento, inteligencia del mundo, y ahí empezamos con los mitos, ¿verdad? Y con las formas ritualizadas de juego, o de sucesión de poder, o de recambio generacional. Y finalmente a las necesidades más elevadas, más distanciadas de lo... inmediatamente material, como sería la creación, la identidad o la libertad. El arte, tal como lo entendemos aquí en esta asignatura, y como lo entendemos como estudiosos de la estética, no es solamente la práctica exquisita, que es un fin en sí misma, o que en el mejor de los casos está vinculada, según este esquema que tenemos aquí pintado, el de Kepes, está vinculada con la necesidad de creación, o la necesidad de libertad, ¿no? No, no, el arte nos va a vincular con cualquiera de estas nueve necesidades. ¿Vale? Cualquiera de ellas. Todas son igualmente dignas, todas son igualmente importantes, y de hecho lo potente es que sucedan de un modo, pues evidentemente tramado, ¿no? Lo que nos cuenta Marx en su teoría de las necesidades. Es decir, que haya satisfactores sinérgicos que atiendan varias de ellas a la vez. Pero lo que constituye al objeto de la clase de hoy, no quiero liar más, serían las flechas que aquí están pintadas en negro. Es decir, si las flechas pintadas en rojo, el tránsito de la imagen, pues de la forma y la función, hace la necesidad, pone de manifiesto la mimesis, la categoría estética de la mimesis. El recorrido inverso pondría de manifiesto la categoría estética de la poiesis. Poiesis viene del verbo griego poiein, que significa hacer, producir, casi que fabricar incluso, ¿verdad? Y es la segunda gran categoría de la estética clásica. Ya en Grecia tenían tres categorías, la mimesis, la poiesis y la ilusión. La ilusión estética, que hablaremos luego de ella un poco. Pero estas dos son como muy claves para una cosa que veremos ahora. Porque una va del objetivo a conectarse, por así decir, con nuestra subjetividad, en este caso nuestras necesidades, nuestros sentimientos y nuestros anhelos, como personillas, que es la mimesis, mientras que la poiesis hace el recorrido inverso. O sea, en la poiesis partiríamos de nuestras necesidades, de aquello que sentimos vitalmente como un hueco, como un agujero, ¿verdad? O sea, la poiesis es la categoría estética que está conectada con la expresividad, con la expresión, con la producción de algo que parte de nuestra necesidad y que tiene que articularse precisamente en una practicidad, en una funcionalidad. Tiene que encontrar una forma y tiene que producir una imagen. ¿Veis cómo el recorrido es inverso? O sea, es como las dos maneras de entenderlo. Los ingredientes son los mismos, pero en un caso, en el caso de la mimesis, partemos de una imagen dada, de una imagen objetivada, que debe vincularse con nuestras necesidades, y en el caso de la poiesis partemos de nuestras necesidades y de la compulsión a generar, al fin y al cabo, una imagen que dé cuenta, que explicite, que dé salida a esas necesidades que sentimos. Para ser justos, habría que pintar aquí, pues, flechas de este estilo. ¿Por qué? Porque la mimesis... La mimesis, de alguna manera, tiene que ver con una... Todas estas flechas generarían otras tantas imágenes, ¿verdad? Que estarían por acá. Aunque también podría suceder que desde aquí se generasen diferentes formas que a su vez condujeran a diferentes imágenes. Todo este ámbito es pintado por estas flechas porque precisamente la categoría de la poiesis tiene mucho que ver con la necesidad de la imagen. La noción de lo disposicional, que es una categoría modal, que lo que yo me preguntaba ya una por ella. Y he apuntado aquí en rojo lo repertorial y negro lo disposicional. ¿Por qué? Porque lo repertorial, la mimesis, va a tender siempre hacia lo centrípeto, va a tender siempre hacia lo equilibrado, lo estable, como a devolvernos, ¿verdad? Hacia algo que podemos, de alguna manera, tener aquí latado. Mientras que lo disposicional es variante, es como diverso, multiplicante, y va a generar diversidad. Obviamente, dada una necesidad determinada, la necesidad de afecto o de identidad que podemos sentir como algo común, pues cada artista y cada uno de nosotros abrirá trayectorias diferentes y generará imágenes diferentes. Ahí está la diversidad de las artes poieticas. Por eso, camaradas, en las culturas tradicionales la categoría estética fundamental es la mimesis y en las estéticas... En las sociedades más abiertas, más inestables, desde las sociedades modernas, la categoría estética fundamental es la poiesis. Claro, porque en las sociedades tradicionales, en las sociedades agrarias, fundamentalmente, es importante mantener un cuerpo común de conocimientos que nos mantenga estables, porque en una sociedad agraria, pues los que tenemos antepasados agricultores, los sabemos bien, es importante mantener... mantener las referencias, las fechas, las semillas que se dan bien diferenciadas de las que se dan mal, plantarlas en el momento correcto. Ahí hay pocas variaciones, las hay evidentemente, pero nos conviene ser conservadores, y ahí es donde aparece la mimesis y lo repertorial. Nos conviene construir un repertorio. Esto es lo que se da bien aquí, esto es lo que se cultiva, estas son las fechas correctas. Mientras que en la sociedad más inestable, más moderna, la sociedad urbana, la estabilización... La estabilidad es como estar medio muerto, y es más, el capitalismo además nos incita, y más nos vale, a estarnos moviendo todo el tiempo, a ser nómadas, a ser emprendedores, que se dice ahora, y todo esto se traduce en una categoría que es la de la poiesis y esa especie de proliferación de las... Pero voy a tener vuestras sugerencias en el chat, que si no me pierdo. Ahí estamos, muy bien. ¿La publicidad es una cuestión de poiesis? Sí, claro, la publicidad es una cuestión de poiesis, pero claro, ahí ya nos meteríamos con el tema del mal, porque con la publicidad muchas veces, no diré que siempre, pero muchas veces nos vamos a encontrar con que no se parte a lo mejor de la necesidad, sino de una función, de una practicidad que no sentimos como propia, a que no está vinculada a nosotros. Pero bueno, esto habrá que verlo porque no es el tema del día hoy, ¿vale? Simplemente lo planteo para que lo tengáis correcto. ¿La poiesis tiene un valor instrumental, tiene que ser útil y necesario? No, no necesariamente en San Juan. O sea, la poiesis lo que pretende es... Es la que está en la raíz de la palabra poesía, ¿no? Pretende producir, producir imágenes. Pueden ser imágenes verbales, pueden ser metáforas, pueden ser cualquier tipo de obra de arte. Su funcionalidad es dar salida, dar cuenta precisamente de ese impulso que brota de nuestras propias necesidades. Insisto, y siendo un tanto burgos de nosotros, en la poiesis vamos de lo subjetivo hacia lo objetivo, porque objetivamos una imagen, y por personal y sentido que sea un poema en el que me expreso al final, en la medida en que lo he abierto en palabras, pues ese poema es una objetivación, ¿verdad? Mientras que con la mimesis vamos al revés. Partimos del objetivo, partimos de lo ya objetivado, de lo aparentemente subobjetivo, que es el reflejo, y lo hacemos derivar hasta conectar con nuestra propia necesidad, con nuestra estructura más íntima. A ver, Gede León dice si sería curioso diseñar el repertorial mimesis a contenidos e ideas y expresionar el poésis a formas estéticas. No estoy seguro, yo creo que de hecho forma y función, o si queréis contenidos y formas y tal, son parte de cualquier mediación estética. Es por eso que este esquema, no sé si lo dije el otro día, yo lo llamo un nifo-nifú, cuando vais a una exposición a una galería de arte o a una feria de arte y algo os deja un poco helado, decís que ni fu ni fa, ¿no? Pues aquí diríamos ni fu ni fu, o sea, no tiene ni forma ni función. Forma y función, o forma y contenido, si queréis llamarle así, serían como dos de los ingredientes básicos que de hecho están en el centro de este esquema, ¿verdad? Están en el núcleo de cualquier proceso estético, ¿vale? Entonces, yo creo que lo que sí que es correcto, ya que lo pregunta GdeLeon6, asimilar, es lo repertorial a la noción de ir aquilatando, de ir centrando, de ir definiendo algo, de amarrarlo, mientras que el poésis es divergente, es aperturista, es variante. Y por supuesto, decía que hay una realimentación de los dos, evidentemente. Porque de hecho, el poeta que se expresa en la poésis, el que da salida a sus propios anhelos, inquietudes y demás a través de una función y una forma, produciendo una imagen, en la medida en que plantea esa imagen, aquello que nosotros hacemos, como espectadores, es recibirla y llevarla a nuestro propio terreno emocional y sensible, ¿verdad? De alguna manera se podría plantear que la línea roja, el recorrido en rojo, repertorial mimesis, tiene que ver con la recepción, ¿verdad? Mientras que el poésis, obviamente lo dice la palabra poésis, producción, tiene que ver con la productividad. O sea, por un lado tenemos el que hace y por otro lado el que recibe. Y esa dualidad básica entre el que hace y el que recibe, ¿verdad?, el que da y el que toma, esa dualidad básica es la que vamos a tener que trabajar. Nosotros no nos quedaremos en esa dualidad básica, sino que incluiremos un pensamiento modal que iremos viendo estos días, con más y más claridad, y entraremos a una tercera categoría que es la que os faltaba, la que os decía yo antes, que es la de la ilusión estética. Una ilusión estética es el conjunto de elementos lingüísticos, culturales y al fin y al cabo también estéticos, en los que nos manejamos en todo este proceso, donde se vierte y donde se articula todo este proceso. ¿Vale? A ver, pregunta Borja. Áramos, pregunta si las vanguardias partirían de las necesidades. Bueno, hay vanguardias más... Las vanguardias son, como sabéis, complejas y las vanguardias como el surrealismo, como Badal o Fluxus, las vanguardias más teatrales, como lo llamó Peter Fryson, son vanguardias que sí, que tienen más que ver con salir de una necesidad determinada y son más expresivas, expresionismo, evidentemente, ¿no? Y en cambio, hay otras vanguardias más frías, cubismo, el minimal, que parten más bien de un mundo de reglas y objetivaciones que parecen más externas, o sea, que están más vinculadas con esto. ¿Vale? O sea, yo creo que la respuesta es que vanguardias tendríamos de ambos tipos. Tendríamos vanguardias más cercanas a la categoría de la mimesis y otras más cercanas a la categoría de la poiesis. La diferencia no funciona. A ver, había una pregunta sobre la función. ¿A qué se refiere la función? Pues te cuento. La función, como he dicho ya antes, tiene que ver con la practicidad, tiene que ver con el hecho de que sea algo que se conecte de manera muy evidente, muy visible con nuestras propias vidas. Es decir, cuando hacíamos el esquema, si recordamos el esquema en rojo, ¿no?, el de la mimesis, y una imagen nos ha revelado que no es una imagen cualquiera, vamos a volver al esquema del mal, que lo veremos aquí con más claridad. Aquí. Cuando vemos que la imagen nos vinculaba, no era un mero espectáculo, sino que se vinculaba con una forma, con una composición que era, decíamos, pues, inteligible y relevante porque es una composición que se reitera en nuestras vidas. Es un tipo de orden encantado, como decían en la Dolce Vita, es un orden encantado que es relevante para nosotros, que nos constituye, que lo recordamos, ¿verdad? Pues bien, además de ese orden, si no se va a quedar en un mero juego de formas, que sería la estetización, como está aquí pintado, tiene que vincularse con una función, con una partícula. Y esta función, de la que me preguntabas, pues, de alguna manera, es la que vincula esa forma, ese orden de composición concreto, lo vincula con una faceta de nuestra vida, o sea, con cómo vivimos, con cómo vivimos, me refiero, diariamente. O sea, qué hacemos, ¿no? Cómo nos movemos, cómo habitamos, ¿verdad? Toda esa dimensión más práctica, más íteres de contenido, que sería una manera un tanto dura de nombrarlo, sería el tema de la función, que a su vez se conecta con la necesidad. A ver, Gede León plantea si es verdad, que va muy bien. Se cogen los mitos de Minerva y Aranguimé y Apolo y García y le da la pintura a Marques y Ligres en liberal. La forma que creo. No sé si te sigo, Gede León. Digamos que los mitos, ya que los mencionas, no serían, no creo que sea adecuado concebirlos como un punto de partida, ¿vale? Si os acordáis, Aristóteles, en la poética, desde que hemos hecho alguna clase, su teoría del drama, siempre dice que un drama teatral, un drama de los lípidos, lo que hacía era contarnos, explicarnos una conducta, una praxis, decía él, que no conocíamos, a partir de unos personajes que sí que conocíamos. De una saga de héroes o de dioses o de personajes que sí que conocemos, que sí que nos son familiares. Y entonces, aprovechando esa familiaridad, aprovechando que tenemos un territorio común que compartimos y sobre el que ya tenemos unas expectativas realizadas, el artista, en este caso el dramaturgo, nos cuenta una historia que ignoramos. Pues bien, yo creo que los mitos estos de los que hablas, Minerva y Aracne o Apolo y Narcías y tal, son de hecho precisamente lo mismo que decía Aristóteles, son un terreno culturalmente compartido en ese momento histórico que el pintor toma como excusa para mostrarnos algo nuevo, que en este caso puede ser una variación de orden formal, ¿vale? Entonces yo creo que ahí lo que tenemos es, más bien, en el juego forma-función, ¿verdad?, pues los mitos seguramente tendrían algo que ver con la función, en el sentido de algo práctico, de algo que conocemos, algo que nos es familiar, mientras que lo que haría el pintor, en este caso, en tu ejemplo, sería aportar algo nuevo, algo diferencial, diferenciado, algo diferenciante, tomando pie en esa familiaridad que tenemos con los mitos. ¿Me explico y te parece bien? Claro, las meninas, efectivamente, o cualquier otra imagen final de este hombre, claro, aquí deberíamos ir de nuevo deberíamos ir de nuevo a la imagen, al proceso que está con las flechas negras, es decir, el resultado final que produce Velázquez es las meninas, que es una imagen, un pedazo de imagen en medio homogéneo, una objetivación, pero esa objetivación está atravesada, está tramada, está construida a partir precisamente de fue y fu, de forma y función, es decir, en este caso de los elementos míticos que haya metido, míticos o de personajes conocidos o de gente que era familiar a sus en este caso pues la infanta y sus colegas de la corte y aprovechando esa especie de terreno común, terreno conocido en el que no nos rayamos pero sabemos quiénes son estos personajes el tipo mete toda la novedad ahí sí de orden formal de orden compositivo que hace que aquello funcione ese es un poco el motor interno de cualquier proceso y sí, efectivamente, como decíamos antes, Borja, se dan de alguna manera siempre ambas encabalgadas la mimesis y la poiesis porque en un caso tenemos el proceso mediante el que el artista exterioriza expresa algo y en el otro caso tenemos el proceso mediante el cual el espectador, por llamarle así, se apropia de ese mismo algo y lo lleva a su propio terreno esto, estoy utilizando todavía términos premodales términos así más de la estética clásica habitual mimesis y poiesis, pero enseguida lo veremos bajo el esquema de pensamiento modal que precisamente los modos, a diferencia de este tipo de palabras son siempre simultáneos se dan siempre a la vez entonces lo que iremos viendo en las siguientes clases porque ya son las ocho y media y habrá que parar y tomarse un minuto, pues lo que iremos viendo en las siguientes clases será precisamente como estos procesos mimesis, poiesis, ilusión, son simultáneos son convergentes y van generando esos modos de relación característicos que estudiaremos dentro de esta sección ¿vale? para eso tomaremos pie en el libraco nuevo, el libro de estética modal que anda ya circulando por ahí y haremos dibujitos mucho más dinámicos que estos a ver, el nombre mimesis lo despista González 2149 ¿por qué te despista el nombre de mimesis? por la noción de imitación o de reflejo porque claro la mimesis lo que está planteando ahí las líneas rojas está planteando que de hecho este objeto que aparece ante nosotros es más apropiación e interiorización bueno, claro, la dinámica es de interiorización pero esa interiorización es la que hace relevante la mimesis, ten en cuenta que la mimesis en Aristóteles era mimesis praxios, era la imitación de una conducta de una práctica y lo vimos en la república de los fines también era la imitación de la natura naturans, o sea, no era la imitación de un cacho muerto del mundo sino era la imitación era el reflejo de un proceso vivo y de en qué medida ese proceso lograba ser creativo entonces es como la manera que tenemos los humanos de entender la complejidad de entender el mundo de lo vivo y reproducimoslo nosotros la obra de arte mola es bien porque de alguna forma condensa todo ese conocimiento de cómo funcionamos, de cómo estamos hechos y nos permite interiorizarlo nos permite hacerlo relevante bueno la mimesis en Aristóteles realmente es un gran objeto de discusión pero vamos tiene que ver precisamente con esa puesta en acción con esa puesta en vida esa puesta en perspectiva de un proceso que esté vivo por eso hablo de lo de la natura naturans yo creo que eso podéis buscarlo en las clases anteriores que hay sobre natura naturans que debe haber dos o tres y natura naturata, son los dos conceptos que se manejan durante la ilustración y la idea de experiencias éticas en Lukács ¿se basa en el sonido de mimesis y poieses? pues sí, seguramente no está mal pensado porque fijaos que en lo que se basa la estética de Lukács en gran medida es en este juego entre el hombre entero y el hombre enteramente que también hay alguna clase grabada al respecto no voy a explicarlo ahora porque es tardísimo pero que en este caso entraría esa especie de doble juego en que por un lado el hombre enteramente es aquel que echa todas sus disposiciones al fuego y se pone a trabajar para producir algo ¿verdad? y genera algo destacable y el hombre entero es aquel que de una manera vive en una sociedad está lleno de diferentes obligaciones, servidumbres incluso ¿no? pero que intenta construir sentido, intenta construir una base de nuevo estable una repertorialidad una especie de comunidad de lenguajes en la cual poder vivir y de ese territorio común compartido tal y cual, que son las necesidades de ahí volverá a salir otra variación disposicional que será otro hombre enteramente género ¿vale? pues así es bueno, Avera se tiene que pirar y yo también me tengo que ir así que lo vamos a dejar acá camaradas espero que os haya servido al menos de agitación mental esta especie de doble direccionalidad que le hemos dado al esquema al esquema de Kepes mi idea era introducir precisamente esta apuesta por la complejidad en la cual tenemos estas dos direcciones simultáneas y es clave la idea que varios de vosotros habéis dicho, que efectivamente mimesis y poiosis serán siempre simultáneamente se solapan, se entreveran entre sí y generan precisamente el juego de lo estético la próxima clase dios mediante el martes que viene a estas horas vamos a intentar asentarlas los martes ¿de acuerdo? venga colegas un saludo