Parece que estamos grabando. Ahí estamos, estamos grabando, perfectamente. Bueno, pues bienvenidas y bienvenidos los que escucháis esto en diferido, a los que estáis en directo ya os he saludado. He tomado un poquito con vosotros. Este va para los que están en diferido, el otro va para los de directo. Esta clase la hemos titulado en relación a los meristemas, palabra o algo donde vaya, o bien una teoría polidimensional del valor. Me explico, porque es muy fácil de escribir, ¿vale? Si tenéis plantitas por casa, yo tengo un montón, veréis que las plantas, no sé que sean de plástico, crecen. Y cuando crecen, pues de alguna manera van adaptándose al espacio, van haciéndose más maduras y van cogiendo, van siendo lo que tienen que ser. Pero claro, las plantitas... Las plantas crecen de diferentes maneras. Aquí es donde entiendo. Los meristemas, hasta aquí explicados, son los responsables del crecimiento vegetal, son los brotes, ¿verdad? Pero tienen algunas características. Por ejemplo, se mantienen siempre jóvenes y poco diferenciados, como dice aquí. Pueden ser incluso andróginas. La cosa es que se van desarrollando, van sacando esa especie de... van autoproduciendo la planta. Ya hemos hablado alguna vez de la importancia de la autoorganización y del autopoiesis en la estética, pues esta es una clase fundamentalmente autopoyética. ¿Qué es lo que nos interesa destacar de las plantitas? Pues que no crecen todas, pues imaginaros que todas las plantas fueran como, qué sé yo, como espárragos y que crecieran así rectas para arriba, un rabo largo, tieso y aislado del resto de la planta y que ese fuera el único crecimiento. Sería un mundo un poco bizarro. Evidentemente las plantas no crecen sólo así, crecen de diferentes maneras, en diferentes... diferentes dimensiones, sin que unas anulen las otras. Y esto, como sabéis los que estáis y las que estáis ya metidos en pensamiento modal, es muy importante que un modo no anule el otro, sino que conviva con él, se simultanee, se contradiga y se pelee porque pueden tener agendas diferentes, pero al fin y al cabo ahí andan juntos y no hay otra. Pues bien. según Tyler Bonner, que es uno de mis morfólogos preferidos, los meristemas se clasifican en tres tipos los están escritos ahí arriba, los apicales los intercalares y los laterales no sé por qué pone bien no porque lo recuerdo de la frase, pero son laterales los apicales son los que están en el extremo del tallo ahí sí, el brotecillo tierno del espárrago que va para arriba los intercalares estarían entre las hojas e irían haciendo que la planta se hiciese más frondosa más poblada de hojas y los laterales hacen que o radiales, también se les llama hacen que el tronco engorde e incluso le atribuiría, así ya fantaseando nosotros del paso de la botánica a la estética, que incluso también la planta crece por las raíces entonces bien, estos radiales o laterales les vamos a asignar el engorde del tronco, el crecimiento del tronco y también de las raíces entonces nos encontraríamos a ver si está muy bien si los meristemas pueden ser apicales intercalares o laterales es decir, que van para arriba a lo ancho y hacia abajo, o de alguna manera corriendo sobre él, pues tendríamos estos tres tipos de valores tendríamos altura, anchura Fondosidad y profundidad. Esto, si os fijáis, ya va acercándose de alguna manera a lo estético. ¿Por qué, camaradas? Pues porque en la estética, en cualquier cultura estética, siempre vamos a tener estos tres tipos de crecimiento, estos tres tipos, por tanto, de valor. Tres tipos de cosas que apreciamos, que juzgamos buenas en un sistema estético. Cualquier cultura crecerá hacia arriba, la dimensión de la altura, el espárrago, ¿verdad? Que vendría a ser lo que nosotros en nuestra cultura de modernos, occidentales y tal, asumimos que es la creatividad. La creatividad siempre es algo extraordinario, es algo un tanto extravagante, puede tener su punto de locura, ¿verdad? De genialidad. Y es algo muy a menudo aislado. Bueno, el genio está solo, ve algo que solo él ve o ella ve y que luego los demás le siguen o no. Ese es el juego y el drama del genio, ¿verdad? Insisto, nosotros modernos y occidentales hemos pensado que la creatividad artística está siempre sometida a esa especie de crecimiento en altura. ¿Cuál es para mí? Pero ahora sabemos, gracias a esta clase, que no es así. Que la creatividad, la generatividad estética, igual que el crecimiento de las plantas, tiene al menos estas tres dimensiones. La altura, que sería la del genio modernesco occidental, pero también la anchura o la frondosidad. ¿Y qué sería la anchura o la frondosidad en una cultura estética? Pues yo creo que se puede adivinar fácilmente la anchura o la frondosidad. Sería aquello que constituye, por así decir, un estado más compartido, más intermedio, más una especie de cultura general, algo que, más una sensibilidad que informa al conjunto de esa cultura estética. No tanto los desarrollos excepcionales, aislados, francotiradorescos, ¿verdad?, de la altura, cuanto a esa especie de estabilidad. Un estado de ánimo común, de juego del lenguaje compartido, en el cual nos encontramos y nos reconocemos. Esas son las dos dimensiones del valor que mi queridísimo Harman aplica a la ética. Esto también es una especie de... Esta clase es una mezcla entre botánica, ética y estética, ¿verdad? De la botánica vienen los tres tipos de meristemas. Y de la ética vienen Hartmann, Scheller y Hildebrandt, que son los tres campeones de la ética axiológica. Hartmann ya lo conocéis. Scheller se escribe así. Scheller y Hildebrandt. Ahí está. Bueno, pues estos tipos a principios del siglo XX investigaron duramente y largamente el tema de la axiología, de la teoría del valor. Y para ellos era fundamental distinguir, al menos ellos eran un poco menos finos que los botánicos, y distinguir entre dos tipos de valor. Los valores altos, que son los valores de los santos, de los místicos, de los héroes de orden épico, ¿verdad? Y los valores anchos, que son los valores del común, los valores compartidos. Entonces, ahí ellos investigaron las dimensiones, cómo esas dos dimensiones de valor en cualquier sociedad eran contrapuestas, pero a su vez también eran complementarias. Bien, en estética nos encontraremos con el que pasa exactamente lo mismo. Toda sociedad, toda cultura estética va a tener una dimensión de anchura, de grandiosidad estamos llamando aquí, y una dimensión de altura. A su vez, nosotros hemos añadido, gracias a los botánicos y a los medistemas radiales, hemos añadido una tercera dimensión del valor que es la de la profundidad, que es la del enraizamiento, la de la solidez, ¿verdad? Entonces, quizá esto en términos estéticos nos llevaría a que además de esa especie de extravagancias y genialidades más o menos esparraguescas que crecen hacia arriba y la frondosidad o la sensibilidad general establecida de un modo como la atmósfera que respiramos, además es bueno que tengamos una especie de arraigo, de solidez, de orden quizás institucional. Espera, que me preocupa que Santi dice... Que no le haga mal la conexión. A ver si a nosotros nos va bien. ¿Oís bien o tenemos problemas de audio? Principal interrupción, lo que yo quería decir. ¿Oleís? ¿Regular? Si no se corta, pues esperad, voy a cambiar de sitio. ¿Por qué he cambiado de sitio? Me he ido aquí a mi cueva. No hay de nada más. me hago pequeño a ver si ahora se oye mejor a ver si entrecorta menos voy a cerrar el correo facebook tengo todos los foros abiertos pero no parece que estén entrando bueno, a ver si ahora me oís mejor ¿sí? ¿mejor ahora? ¿mejor ahora? venga, pues entonces vamos a seguir más o menos lo que hemos dicho hasta ahora si que lo habéis seguido bien hemos ido introduciendo dos dimensiones para el valor, la altura y la anchura, que las he intentado caracterizar medianamente bien y estaba ahora empezando a hablar con más enjundia de la profundidad o de la solidez que a mi juicio, porque claro, yo todo esto para explicaros estas cosas me voy trincando aquí y allá, de los clásicos del pensamiento filosófico y de la ética como Harman, Scheller y Hildebrandt o de la botánica pero también pensando nuestros términos propios en estética a esas dos dimensiones de la altura y la anchura yo creo que no iría mal y así le damos un trabajo al tercer tipo de meristema, no iría mal pensar que toda cultura estética necesita también de esa especie de anclaje de enraizamiento que es el tronco son las raíces de una plantita y que en nuestro caso en estética insisto serían algo así como las instituciones o los elementos que tenemos de enseñanza o de sensibilización, pienso por ejemplo en toda la red de conservatorios de música de sitios donde se puede aprender a pintar a bailar, incluso los museos de alguna manera las heredías de arte y las grandes colecciones serían como esta especie de dimensión tronquesca y claro tiene algo de todo eso porque de hecho las grandes instituciones, el museo del Prado por ejemplo es mucho más tronco, es mucho más corteza, es más rígido es más impermeable a los cambios y es más resistente de alguna manera establece esta especie de base A partir de la cual, en una cultura estética relativamente saneada o saludable, deberían aparecer los otros elementos, la frondosidad y la altura. ¿Qué es lo primero que nos conviene aclarar de este planteamiento de meristemas y de tipos de valor? Pues que cualquier desequilibrio demasiado extremado hacia cualquiera de los tipos de meristemas, hacia cualquiera de los tipos de valor, pondría una cultura estética en problemas. Una cultura estética que solamente aprecie o solamente consista en rasgos de genialidad, en espárragos que se lanzan hacia lo alto completamente a su flow, tiene un problema. Y nuestra cultura a veces se parece a eso. Tiene el problema de que, de hecho, carece de esa especie de dimensión que le aporta a lo frondoso, lo poblado, lo lleno de hojitas, donde corre más el aire y donde nos podemos reconocer, encontrar... Y descansar, ¿no? Pero también puede estar descuidando el tronco, el arraigo, la transmisión y el encaje dentro de una sociedad. También podría pasar lo contrario, podría pasar que fuera una cultura que tuviera mucho tronco y mucha raíz y unas instituciones muy sólidas, pero fuera una cultura muy tradicional, muy conservadora y que no permitiera ni auspiciar estos rasgos de genialidad, estos brotes en alto, que son los que al fin y al cabo exploran nuevas dimensiones de la sensibilidad. ¿Vale? Entonces, mi primera aportación sería que la belleza, lo que llamamos la belleza, en términos intemporales, no me refiero de la belleza de los medievales o la belleza de los modernos, sino la belleza como concepto filosófico, como gran valor de lo estético, lo bello, sería un óptimo moral, el óptimo grado de desarrollo de un modo de relación y siempre será una combinación concreta o una proporción entre estos tres tipos de valor. ¿Vale? La altura, la anchura... ...y la profundidad. ¿De acuerdo? Vamos a plantearlo como una hipótesis, de momento, y seguimos avanzando porque tengo bastantes más cosas que contaros. De hecho, pues aquí en la pizarra había puesto ahora un poco más especificando un tanto más estos tres tipos de valor... Cuando hablo de tres tipos de valor me refiero a tres tipos de miradas que podemos ejercitar. Cuando veamos una cultura estética, una plantita para el caso, nos fijaremos sucesiva o simultáneamente en si esa planta tiene brotes en altura, que sería lo divergente, lo raro, lo esforzado, lo extraordinario. Si tiene una masa frondosa donde corre el airecillo, que sería lo entretenido, lo conveniente, lo bonito, en términos estéticos me refiero. Y a su vez buscaríamos en la solidez lo consistente, lo simétrico, lo equilibrado, lo duradero. Todo esto, estas tres dimensiones, como digo, siempre se deben de combinar. Si no hay algo simétrico, equilibrado y duradero, no podemos romper la simetría. Si no hay una institución, no podemos desafiarla. Y a su vez, aunque lo divergente, lo raro, lo extravagante esté muy bien, lo esforzado y de hecho lo que requiere un esfuerzo mayor, pues también a todos nos puede gustar recalar en lo entretenido, de alguna manera en lo conveniente. Ahí es donde entra la música pop, por ejemplo, mucho del pop que vemos, de los videoclips, de las pelis. de Hollywood pertenecen a este estrato intermedio de lo agradable y de lo entretenido, ¿verdad? ¿Qué pasa? Que si nos quedamos, insisto en un tema de los desequilibrios, si nos quedamos solo en el estrato de lo agradable y lo conveniente y lo entretenido pues nuestra vida estética apesta apesta o tiene un problema serio porque de hecho le faltaría en una de estas grandes dimensiones, nuestros grandes ingredientes del valor A ver que aquí Borja ya está sacando consecuencias joder pues sí, claro que sí veo que te lo tienes currado, efectivamente efectivamente, esa es mi hipótesis de fondo aunque no pensaba decirla hoy, pero bueno ya que la has soltado tú, pues efectivamente, lo que va hacia arriba tiene mucho de lo disposicional del modo de lo posible, ¿verdad? lo que bueno, yo ahí cambiaría un poco el orden perdona, yo le pondría que lo, no, no sé perdona, ¿qué digo? Tienes razón lo agradable tiene más que ver con lo repertorial con lo que nos calma, nos consuela nos da una coherencia y donde lo reconocemos no tiene por qué ser una cosa muy alta, es bien frondosa, y lo consistente es el modelo efectivo, es lo que hay. Lo que hay al fin y al cabo son instituciones, son transacciones, son organizaciones sociales, ese lo que hay sería el paisaje complejo, sería lo consistente. Pero bueno, en todo caso de momento vamos a no liarnos con lo modal, vamos a seguir tirando donde estamos, ¿vale? Y apuntaremos estas tres dimensiones. Primero, ¿cuáles son las cosas que podemos aprender de, por ejemplo, teoría de estratos a la hora de enfrentarnos a esto? Lo primero que hemos visto es que las tres dimensiones tienen que estar en diferentes proporciones, sea el tiempo, la circunstancia o la sociedad que le dé bola, pero tienen que estar las tres dimensiones. Un error frecuente, estos son citas que he copiado de la ética de Harman, entre modernos y todo lo posterior, es pensar que el ser más alto de un valor significa que es un valor incondicionado, un valor que está por encima. Claro, los modernos solemos pensar, como he dicho al principio, eso que la creatividad es fundamentalmente esa especie de irse por las nubes, de irse para arriba, ¿verdad? Pero lo que dice Harman, siempre que habla de estratos, es que los valores altos... La creatividad, esta desaforada, son precisamente los más frágiles, son los más delicados, son los que antes se mustian y si tenéis plantas lo veréis. Si hay una planta hecha un brote largo y tal y de repente dejar de regarla, pues ese brote largo es el primero que se seca. Mientras que lo que está abajo, en el tronco más cerca de la raíz, eso se mantiene fresco y permite que cuando pase la mala temporada vuelva a echar otro brote. Entonces esto pasa en teoría de estratos siempre. Lo último que ha emergido, que es lo más alto, que es lo más extravagante, que es lo más variable, es lo más frágil, es lo que más delicado al fin y al cabo resulta. Mientras que los estratos más bajos, sea lo pop, frondoso, entretenido o lo arraigado, troncal, radial, es más fuerte. A su vez, siendo más fuerte, más estable y más antiguo, pues puede resultar un tanto, como diría yo, no decepcionante, pero que nos falta algo, nos falta un hervor, ¿verdad? Nos falta un desarrollo. Y ese hervor, ese desarrollo es lo que nos proporciona el crecimiento en altura, el espárrago, ¿vale? Así que bueno, a esto le llama a Harman la ley categorial básica, que si las categorías bajas son las más fuertes y las más independientes... De hecho les da igual lo que pasa por encima, ¿verdad? Y las más altas y más complejas son siempre las más débiles y las más condicionadas. Esto sería la manera en que lo formulan. Vale. Vale. Otra consecuencia que podemos sacar es que el grado de cumplimiento de estos valores se sanciona o se vive también de una manera diferente. ¿En qué sentido? Pues lo pone aquí Jarman al lado. La ofensa, dice él, al estado de ética, la ofensa al valor más bajo, o sea, el ser incapaz de tramar, por ejemplo, un sistema de aprendizaje o de enseñanza artístico, ¿sabes?, es una ofensa más grave, es un problema social de orden más grave porque es que nos cargamos la base, precisamente. Pero a su vez, cumplir esto, es decir, que garantizar que este país, por ejemplo, tenga una estructura mínima de enseñanza artística, musical, etc., pues fallar en eso es muy grave. Cumplirlo, pues está bien, pero tampoco es para ponerse medallas. Y en cambio con los valores altos pasa al revés. Cumplir un valor alto es la torta. Y por no cumplirlo, pues tampoco nos vamos a azotar. Esto en términos éticos se entiende muy bien con el contraste entre la bondad y la nobleza. Ser bueno, es decir, no ir matando a gente por ahí, pues es algo que si eres bueno nadie te pone una medalla, pero si no eres bueno, si empiezas a matar gente, pues te la cargas. Los valores más bajos o más anchos son valores cuyo cumplimiento no conlleva una especial satisfacción, pero cuyo incumplimiento te provoca serios problemas. Lo mismo pasa en el ámbito de la estética. Y los valores altos son valores cuyo incumplimiento no genera pues gran castigo o decepción, porque nadie te puede exigir que escribas el Ulises otra vez, ¿verdad? O la crítica de la razón pura. Pero a su vez, si los cumples, estos valores altos, entonces sí que has triunfado como la Coca-Cola. Esa es la cuestión, ¿vale? Esa es la dialéctica entre valores altos y valores bajos. Un paso más de esa dialéctica. Un paso es el anterior que hemos visto, que es que los más bajos son los más restables y los más fuertes. Y los más altos son los más delicados y los más frágiles. Y la segunda es esta, que el cumplimiento o incumplimiento se invierte en el caso de los altos y de los anchos. ¿Me explico bien? ¿Lo habéis entendido bien? Está explicado aquí al lado en palabras de Harman, que se explica como Santi lo ha pillado, la puten. Me gusta la cita de Harman, os la he copiado porque dice muy claramente que la ofensa a los dolores más bajos es ignominiosa, infamante e indignante, pero su cumplimiento, y esto en estética se ve muy bien también, solo alcanza el nivel de lo decente. Es decir, los valores, la dimensión axiológica de lo ancho, de lo frondoso y de lo arraigante me obliga, imaginaos que me nombra ahora Rajoy, que está a estar en ello, me nombra ministro de cultura. Pues el cumplimiento de los valores más anchos y más bajos me obligaría, de alguna manera, a no cargarme la red de conservatorios o la red de facultades de bellas artes o de escuelas de artes y oficios. Porque ofender esto sería ignominioso, infamante e indignante. Pero si lo cumplo, es decir, si mantengo esa trama básica de instituciones o de pequeños eventos de orden cultural, pues alcanzo el nivel de lo decente. No me elevo a alturas estratosféricas. Pero vamos a ello, porque Santi dice que lo ha entendido pero no sé si lo comparte. Entonces te parece que las estoy poniendo en poco valor. Y no sentirse culpable. Bueno, vamos a ver, nadie debe sentirse culpable por nada. Lo primero que debo decir es que las tres dimensiones de valor son siempre imprescindibles, tienen que estar. O sea, ¿no nos vamos a cargar el Prado? Claro que no, efectivamente. Lo que estoy diciendo es que el tipo de aportación que hace el Museo del Prado es diferente del tipo de aportación que hace el gusto estético que está difundido entre el personal o la cultura del entretenimiento y del pop. Imaginaros que planteásemos, para ser burdos, que en una cultura estética fetén tienen que haber elementos como el Museo del Prado, tiene que haber elementos como una cultura musulmana. Musical, pop, sea jazz o sea rock and roll o sea lo que queráis. Y tiene que haber elementos de logro artístico más específico, más excepcional, más rarito, que estén por ahí hace un momento. Que seamos capaces todas y todos en nuestras propias vidas de combinar esas tres dimensiones. Es decir, solidez, anchura y altura sería, a mi juicio, lo fetén. Efectivamente, Motero, tenemos que combinarlos. El problema, es mi punto, surge cuando nos quedamos con una sola de esas dimensiones, porque entonces no hay ninguna que por sí sola baste a darnos una dimensión estética completa o digna de ese nombre. Esa es mi hipótesis. Voy a leer todos los... De López apunta una cosa muy interesante. Los meristemas, los tipos de brotes o dimensiones, ¿tienen que estar a la vez en una obra o es más normal que aparezcan distribuidos? Pues es más normal que aparezcan distribuidos en diferentes proporciones. Vamos a ver, por ejemplo, cuando en una pieza de arte pop de Warhol, por ejemplo, Warhol se apoya en la cultura del entretenimiento, del cine de Hollywood y copia a Marilyn. Marilyn Monroe, pues coge a Marilyn, arraiga en esa cultura pop compartida, ¿verdad? Y la convierte o aprovecha la inspiración o el juego que le da para generar una aportación que pertenece más a la dimensión de la altura. Y eso a su vez acaba yendo al museo. Cuando ves la pieza de Warhol en un museo, seguramente en el Prado no, pero a lo mejor en el Reina tienen alguno, pues cuando ves a Warhol en el Reina o en el MoMA lo que tienes son esos tres meristemas ahí distribuidos. ¿Qué pasa? Que en el momento, y eso también es interesante que aprendamos como teóricos de la estética a concebirlo, en el momento en que Warhol, siendo más o menos matado, coge a Merlin y hace sus experimentos cromáticos, la dimensión de la altura, es decir, de la experimentación, del juego, de la variación, tiene más peso en ese momento. En cuanto lo ve su madre o sus colegas o gente de la calle en su propio estudio y reconoce a Merlin y más o menos se quedan más a ese nivel. O ya están acostumbrados al trabajo de Warhol, entonces la dimensión de la frondosidad, de la anchura, tiene más peso. Y cuando por fin esa obra es reconocida y colocada en un museo, evidentemente cobra un peso que antes no tenía la dimensión del arraigo, de la solidez, del tronco, ¿verdad? Ahí ves como no solamente es que estén en una obra, sino que de alguna manera su peso va cambiando según la historia va moviéndose, según va cambiando el estatuto mismo de esa obra. Efectivamente, Pinillos, el tiempo es fundamental. Desde luego nuestro trabajo como estetas tenemos que darnos cuenta de que hay variaciones que tienen mucho que ver con el juego, el tiempo nos da. O sea, Pinillos apunta una cosa muy chula y es que lo sublime y más alto muchas veces pasa desapercibido. Muy cierto, muy cierto. Yo creo que hay alguna clase por ahí que hemos hablado de los artistas desacoplados, como diríamos, como mineros desquiciados, como gente que va acabando su propia, su propio, acabando o escalando su propia montaña, ¿no? Y que en un momento dado a muchos de ellos se les pierde la pista. Entonces, pues efectivamente desde la dimensión de la frondosidad, de la anchura... Es que me gustaría con mi cámara esta enseñaros alguna de mis plantitas que haya por ahí. Pero vamos, incluso si tenéis la imagen de una esparraguera, ya que hemos puesto el ejemplo de la esparraguera, el espárrago brota para arriba, ¿verdad? Pero, ¿qué hace el espárrago? A ver, voy a comprobar vuestra cultura botánica. ¿Qué hace el espárrago toda vez que ha alcanzado su altura máxima como espárrago, como brote? Lo que hace es que echa hojas y entonces una plantita, que era un matojillo bajito, echa un rabo largo y ese rabo largo empieza a echar hojitas y lo que era la dimensión de la altura se convierte en una nueva frondosidad, en una nueva anchura, que en este caso se ha generalizado. Esa es la historia de las vanguardias en Occidente. Lo que en su día eran experimentos excéntricos y, de alguna manera, poco menos que locuras y genialidades que podían haber pasado desapercibidas y que podían haber quedado, como dice Penillos, fuera de reconocimiento, algunas de ellas sí generan su propia dimensión de frondosidad, sí generan su propio matojo de hojillas y su propia sensibilidad que les reconoce y que les acoge. Pero muchos efectivamente se secan y se secan no tanto porque estén desquiciados, sino a lo mejor por falta de riego, porque las cosas no son fáciles o porque en un momento dado calcula mal sus fuerzas o porque no está el horno para bollos socialmente y, por tanto, nadie es capaz de seguir eso. La historia del espíritu humano, la historia de nuestro desarrollo en todos los niveles, científico, filosófico y como no estético, está plagada de este tipo de situaciones. Desarrollos en altura que se pierden o no son correspondidos y desarrollos en anchura que van mutando, van adaptándose a los diferentes desarrollos. En términos de cultura científica también pasaría, por ejemplo. ¿Estamos? Se ha cortado, ¿estáis ahí todavía? Hay muchos artistas que a posteriori se reconocen. Ahí está, muy bien Borja. Ese era mi punto con el tema de la asparraguera. Y consigo una foto y la cuelgo por ahí o algo. Mañana de día le hago una foto a mi esparraguera, tengo que echar unas bobitas rojas. Pero sí, sería esa la cuestión, claro que sí. O sea, los diferentes tipos de meristemas no solamente tienen que estar presentes en toda cultura estética, sino que como hemos dicho, su peso proporcional se va modificando, se va redistribuyendo, se va reequilibrando en función de variables que tienen que ver más con el estado general de la sociedad, de la cultura, de las crisis que hay, en fin, todo esto. Pero siempre cabe esa posibilidad de esa especie de reconocimiento, de reencaje. En el cual lo que alguna vez fue excepcional se convierte en dominio público, se convierte en algo que parte de la sensibilidad. Es una cuestión de reconocimiento, es una cuestión como de nivelación. Vamos a ver, toda vez que un artista inaugura, un artista o un grupo de artistas inauguran una dimensión un tanto raruna de la sensibilidad, Que quizás hasta entonces no se había explorado de un modo muy generalizado, pues puede suceder que se pierdan, como hemos dicho antes con Pimillo, o puede suceder que una vez han abierto ese camino y han explorado esos juegos de lenguaje o esos modos de relación en los que andan metidos, pues que se generalicen. Por ejemplo, es algo que podríamos muy bien decir de Marcel Duchamp y de los Riddymates. Los Riddymates cuando los empieza a hacer Duchamp son radezas, son fricadas de un señor que hace sus experimentos atornillando ruedas en taburetes y es una fricada. Pero vamos, una vez que ese tipo de sentido de la composición, ese tipo de sentido del humor... ...también ese tipo de modo de relación va calando y va alcanzando más capas de la sociedad, pues así se hace frondoso. Y ahora ya podemos tener cualquiera de nosotros un Riddymate en casa o hacerlo yendo por la calle o incorporarlo a nuestros mecanismos mentales. ya no es parte tanto de la altura excepcional, divagante y extraordinaria como parte de nuestra sensibilidad porque lo ancho, lo frondoso tiene que ver con eso, con la sensibilidad que compartimos con aquello que nos hace emocionarnos o pensar o sonreír el reconocimiento sí tiene que ver con lo estético ahí es donde entra precisamente ahí es donde podéis aplicar en ese tipo de cuestiones el pensamiento de la complejidad y el pensamiento de la diversidad categorial el reconocimiento el afán de reconocimiento es algo que aquel que trabaja en la dimensión de la altura debe aprender a poner entre paréntesis camaradas, si un artista quiere investigar precisamente aquello que rompe, que se aleja de lo que está establecido no debe esperar reconocimiento alguno debe ir a su flow, debe ir a su marcha y debe trabajar como una máquina autopropulsada porque precisamente aquello que no va a obtener al menos de modo inmediato es reconocimiento o amparo en la dimensión de la frondosidad de la anchura, claro que no entonces el reconocimiento tiene que ver precisamente en la dimensión de la anchura ahí sí que nos reconocemos entonces si yo quiero hacer algo que sea entretenido si yo quiero que os riáis conmigo y hago una comedia pues entonces sí que debo aspirar a ese reconocimiento porque estoy jugándome mis cuartos en la dimensión de la anchura y ahí el reconocimiento sí que es fundamental, mientras que no lo es en la dimensión de la altura y a su vez otras cuestiones como por ejemplo la estabilidad o la previsibilidad pues una institución, un conservatorio de música para niños tiene que ser previsible tiene que estar aquí este curso y el que viene y al otro y al otro y tener unos planes de estudios también no diré que conservadores pero sí relativamente estabilizados y contrastados para que aquello funcione en cambio esa dimensión de la previsibilidad y de la estabilidad no cuadra con el funcionamiento de la vanguardia o de los experimentadores o de los que quieren variar, que no esperan reconocimiento y que no deben tampoco lastrarse con algo demasiado previsible o estable ahí está la riqueza del planteamiento de los medicamentos En el hecho de que introduce una diversidad categorial que a su vez nos permite entender no solamente que estén estos tres meristemas, sino que aportan tensiones diferentes, que pueden ser contradictorias, que pueden ser agónicas entre sí, pero que tenemos que aprender de alguna manera a jugar con todas ellas a la vez. De eso va a todo esto, compañeras, compañeros, el pedazo libro de estética modal que hemos sacado este año. Es un ensayo todo el libro de intentar aprender a pensar desde la complejidad. A ver, ¿a pocos cactos le salen flores? No estoy de acuerdo ahí en este decodio, Santi. ¿A pocos cactos le salen flores? No, a muchos cactos le salen flores. Lo que pasa es que tienen que tener sus condiciones ideales. Eso es lo importante. Yo tengo bastantes y se me dan muy bien. Y efectivamente sacan flores. Sacan flores en cuanto tienen suficiente luz y un grado de humedad adecuado, adecuado al tipo de bicho que es. Entonces sí combina esa dimensión. Y un cactus es una muy bonita imagen para entender cómo es un bicho. absolutamente pues centrado en la estabilidad en la persistencia del tiempo ¿verdad? porque tiene que resistir a condiciones muy duras y no obstante su propia versión de la altura son esas flores que sacan las flores de plástico de los chinos lamentablemente es algo parecido al mal ¿verdad? que veíamos el otro día pero yo creo que se nos va a escapar esta clase porque son las 8 y 35 y me he pasado 5 minutos, Dios mío con lo regular que soy yo bueno, alguna duda fundamental aparte de las flores de plástico de Santi o nos despedimos aquí y lo dejamos eso me ha gustado, penillos lo de atrapar la trucha digamos que de alguna manera tenemos que aprender que en el río de la filosofía hay momentos en que disfrutamos viendo las truchas nadar ¿verdad? y dar sus saltos si es que dan salto a las truchas, no tengo ni idea como los salmones y hay momentos en que disfrutamos pescando y hay momentos en que de hecho pescamos nos llevamos el pescado a casa y nos lo comemos asado a la sal los tres momentos son importantes pero no todo va a ser pescar truchas y llevarlas a casa sino que hay que aprender que muchas veces los conceptos se nos escurren de las manos juegan con nosotros pero sabe Dios esa misma trucha que se pesca por otro día o en la pesca es el siguiente día que vayas y haces un libro con ella o una cena, lo que sea bueno, vamos a dejarlo aquí ¿vale? ¿os parece? tenéis toda la toda la semana para revisar la clase y si me planteáis más dudas o más aclaraciones pues seguro que viene genial y vamos a... ¿vale? Venga camaradas