Vamos a ver esto. Ahí estamos. Muy bien, pues estamos grabando. Buenas noches. Un poco de retraso sobre la hora habitual. Pero empezamos. La clase de hoy quería dedicarla a una cuestión que ha aparecido en alguno de los foros, que era nada menos que la definición, la consistencia de dos términos tan recurridos en estética como son El de forma y el de contenido. No sé si estará conectada la compañera que había planteado esta terrible duda, pero vamos, me sentí en la obligación de darle una explicación un poco más articulada y por eso he pensado dar la clase de hoy dedicada a esto. Vale, pues a ver si aquí consigo explicarte mejor, para empezar, qué son forma y contenido dentro del esquema de diferentes aproximaciones que estamos dando a los elementos del pensamiento estético, estratos, categorías, valores. y que entiendas la particular dinámica con la que funciona, ¿vale? Bueno, tú y todos los demás compañeros, pero vamos, espero que la clase te sea especialmente útil a ti. Vale, lo primero, para clarificar el panorama de los palabras y tal que nos manejamos, dejar claro qué forma, contenido, son categorías, ciertamente, era una de las cosas que tú planteabas. ¿Por qué son categorías y no son estratos o no son valores? Porque de suyo no son valores porque no son valorados, no constituyen de suyo declarar que algo es bueno. supone un juicio de valor, declarar que algo es el contenido de algo, por ejemplo de una peli de vaqueros, decir el contenido es el ataque de una tribu de comanches, de suyo no supone valoración alguna, valores no son y luego tampoco son propiamente estratos porque contenidos puedo haberlos de diferentes precisamente de diferentes estratos, no diferencia si el contenido pertenece a un ámbito o a otro de lo que hay fundamentalmente recuerda que utilizamos estratos para aludir a lo que hay, categorías para aludir a lo que podemos conocer que no es todo lo que hay, o no es todo el tiempo todo lo que hay, y utilizamos valores para referirnos a lo que queremos hacer, a lo que apreciamos, a lo que valoramos. Entonces, dentro de ese esquema de dos categorías de valores, del esquema de lo que hay, lo que podemos conocer y lo que vale, pues la plataforma y el contenido son cosas que podemos conocer. ¿De qué? Pues de las experiencias que tenemos. Para explicártelo, me he acordado esta mañana, hace mucho iba yo por aquí, por Lavapiés, Monibarrio, paseando una mañana... a comprar aceitunas o lo que fuere, y me encontré a un vecino marroquí que tiene una carnicería que estaba en la puerta de su negocio, mientras de fondo sonaba algo que yo apreciaba como una música una especie de monovia cantada que me parecía sumamente hermosa, y le pregunté, oye, ¿qué música estás escuchando? ¿Vecino? Y me dijo, no no estoy escuchando música, esto es el Corán, me dijo y me quedé un poco flipado, claro, claro, es el Corán pero el que la canta, ¿quién es? ¿cómo puedo encontrar esta Esta música que está, esta concreta música que está sonando. Y el tipo insistía en que una y otra vez en que en absoluto era música aquello, sino que era el Corán. Y que daba igual que lo cantara Zutano o que Mengano, que bastaba con que fuera el Corán para que aquello molara. Y claro, yo no quería la versión del Corán cantada por otro señor, yo quería la de ese señor. Porque obviamente, y es obvio, yo estaba fijándome en la forma y mi vecino carnicero se fijaba en el contenido. Claro, son dos aproximaciones que de hecho... Son dos categorías que de hecho, como dos cazamariposas con diferentes agujeros, se aplican a la misma experiencia, a la misma realidad. Estábamos escuchando físicamente lo mismo, solo que él aplicaba la categoría de contenido y lo único que era relevante para mi vecino carnicero era que aquello era el Corán y no era, qué sé yo, pues el código da Vinci, ¿verdad? Y a mí lo que me interesaba era la forma, me daba igual que fuera el Corán, que fuera el libro de los muertos egipcios, me gustaba como lo cantaba. ¿Qué es lo relevante de toda esta cuestión? Bueno, pues para empezar, que aplicábamos categorías diferentes. Que ambas categorías son perfectamente legítimas y que como sucede con todas las categorías, lo que hacen es que nos ponen de manifiesto, nos permiten acceder a aspectos diferentes de una misma experiencia. ¿Vale? En ningún momento, ninguna categoría puede imponerse sobre otra como si de suyo fuera mejor o fuera más reveladora. En categorías, en teoría de las categorías, siempre decimos que una categoría es más o menos conveniente, que conviene más o menos. ¿En ese sentido por qué? Pues porque es como más adecuada para dar cuenta... de cosas que juzguemos fundamentales en el sentido de que son más estables, de que se reiteran más veces, etc. Pero en este caso de lo que está escuchando mi vecino, ambas categorías, la de la forma que aplicaba y la del contenido que aplicaba él, eran perfectamente legítimas. Y de hecho, y aquí es donde quiero hacer especial énfasis, porque esto supone separarnos un poco de lo que nosotros, occidentales, modernos, bla, bla, bla, entendemos por una percepción estética. Para algunos de los teóricos, los pensadores de la estética modernos, empezando por Kant, seguramente, ¿Qué cambio estaría ahí? El único de los dos, mi vecino y yo, que tenía una experiencia estética, para muchos, el único era yo. Por ejemplo, en musicología sería Hans Lick. Lo escribo aquí porque Hans Lick es poco menos que el campeón del formalismo. Para Hans Lick, el único que tenía una experiencia estética era yo porque era el único que había suscitado, que había aportado, o al cazamaniposas, la categoría de la forma. Mientras que mi vecino tenía una experiencia de otro orden, cultural o religiosa o lo que fuera. Bien, esto, camaradas, que Hans Lick defendía... Es una opinión muy limitada en el tiempo. Cuando vamos a teóricos que yo tengo cariño, como Comar Aswami, que en el libro aparece citado varias veces, que era el ceilanés, este director del Museo de Arte Oriental de Boston y experto en arte medieval, Humberto Eco muchas veces se manifiesta de una forma parecida, o Jean Clerc, el crítico francés para Jean Clerc. Para toda esta gente, en cambio, la estética no es meramente la aplicación de la categoría de forma o no surge a partir de la aplicación de la categoría de forma. Sino que surge precisamente como un equilibrio dinámico, ya volvemos a los palabras que tanto usamos en esta clase, un equilibrio dinámico entre, precisamente, forma y contenido. Como dos polaridades, dos atractores que nos permiten abordar aspectos diferentes de una misma realidad pero que son complementarios, ¿vale? Y ahora vamos a poner un ejemplo de en qué sentido esto podríamos verlo, porque ya que estamos en historia del arte, algunos de nosotros, bueno es que pongamos ejemplos. Por ejemplo, una de las obras de poesía que a mí más me emociona y me pone los pelillos de la nuca de punta, ¿no? Los poemas de la guerra de Miguel Hernández, el hombre acecha o vientos del pueblo. Cuando Miguel Hernández escribe estos poemas y habla de la lucha en las trincheras o de la gente que asesinó el franquismo y tal, en realidad evidentemente lo que estaríamos dispuestos a llamar contenido, o sea, aquella información de orden documental, aquellos datos que maneja o aquellas emociones que quiere suscitar, evidentemente el contenido. Estaremos de acuerdo en que los poemas pueden tener un contenido u otro contenido, aludir a realidades diferentes. El contenido para Miguel Hernández en la época de la guerra es fundamental y es lo que de hecho centra su producción poética, lo cual no obsta para que luego el poema esté escrito en tercetos encadenados o esté escrito en sonetos o en alejandrinos. Pero vamos, el contenido de alguna manera aporta el 80 o el 90% del peso que Miguel Hernández le da, pero no obstante necesita evidentemente verterse, articularse mediante una forma. Y ahí es donde las dos categorías se encuentran. Y a su vez si pensáis en una de las cantatas de Bach, en cualquiera de las cantatas de Bach... Donde hay una fuga a tres voces o a cinco voces, evidentemente en Bach lo que predomina, como Johan Sebastian Bach, es la preocupación por la forma de esa fuga, su estilización y su logo. ¿Qué pasa? Que le aplica, le da un contenido, un texto religioso. Jesús te ama, el que sea. Evidentemente podemos decir que el texto es completamente prescindible, pero no sería cierto, porque igual que Miguel Hernández tenía una preocupación por la forma y una formación formal muy... potente, Bach era creyente y sin duda no hubiera estado no lo hubiera sentido igual si en vez de poner un verso de la Biblia hubiera puesto la receta de las papas a rogas entonces no hubiera sido igual la fuga para él ahí vemos también si Miguel Hernández era 80-20 pues Bach sería 20-80, esa mezcla ese equilibrio dinámico es precisamente a juicio como os digo de Comarasuami de Eco, de Jean Clerc, de Marcuse de Lukács esa mezcla, ese equilibrio dinámico es lo que constituye experiencia estética esa articulación entre forma y contenido como dos categorías que abordan insisto, la misma experiencia y la muestran bajo diferentes luces recordad que hablamos de categorías como si fueran también focos de luz que en un escenario teatral iluminan lo que está pasando y lo iluminan de diferente forma en función de qué tipo de foco sea a qué distancia está, de qué color sea ¿verdad? Todos sabemos que un buen iluminador o una iluminadora teatral no pone todos los focos todo el tiempo encendidos a la vez porque eso sería una especie de vamos de horror escénico, sino que tiene que jugar y modular la aparición, la entrada y la salida de unos focos y otros, combinándolos cualquier iluminador sabe que no debe encender todos los focos a la vez y cualquier iluminador sabe que no puede depender de un solo foco porque entonces tendría mucha tarea como iluminador en esa combinación en ese equilibrio dinámico es donde está el arte a ver aquí Borja está planteando bueno, bueno, bueno, estamos ahí vamos por partes no, no, no son equiparables Borja contenido y repertorialidad no, para nada eh Puede haber repertorios de contenidos, por ejemplo, cualquier sistema mítico o de cuentos, Star Wars, lo que sea, ¿sabes? Tienen repertorialidades de contenidos y repertorios de formas, ¿vale? O sea, que no, nada que ver, ¿sabes? Forma y contenido son categorías que aplicamos para entender una experiencia estética. Repertorial y disposicional son categorías modales que sirven para otras cosas, sirven para organizar la experiencia de otra manera. No, no, claro, Borja, muy bien. Forma y contenido no son categorías modales, son categorías puras y duras, categorías dimensionales, podemos llamarle, o sea, que aportan dimensiones de la experiencia, ponen de manifiesto dimensiones de la experiencia. La diferencia de las categorías modales respecto a las categorías dimensionales, las categorías modales sirven como articuladoras precisamente de lo necesario, de lo posible, de lo contingente, de lo que tienes que hacer o de lo que puedes hacer y son las que son básicamente repertorialidad y disposicionalidad. categorías modales, bueno, el paisaje complejo para el efectivo. Que no, las categorías dimensionales pueden ser muchas. De hecho, contenido, forma, pero también catarsis, en fin, hay infinitud de ellas, ¿no? Que de hecho dan pie a diferentes tipos de experiencias porque te permiten entender lo trágico, por ejemplo, ¿no? Es una categoría que si no tienes el sentido de lo trágico, no lo pillas. Pero bueno, a ver, espera que están apareciendo aquí muchas intervenciones y me estoy perdiendo. Nos hemos quedado en Pinillos que decía forma significante, contenido significado. Sí, ahí sí, Pinillos, ahí no vas desencaminado. Y como sabemos con los postestructuralistas, que no hay contenidos plenos. Bueno, igual que no hay tampoco significantes o formas plenas. Si lo que aprendemos de todo esto es que precisamente lo que yo os decía antes, es que no hay manera de, o es muy estúpido, vamos, utilizar una única categoría en el sentido de la categoría de forma solamente para pillarlo todo. Te pierdes cosas, te pierdes matices, historias interesantes. Otra cosa es que para ver la música de Bach, la categoría contenido, en este caso los versículos de la Biblia que usa, sea más o menos relevante. Por eso hablo de un 80-20, un 90-10, la composición variará. Pero suprimir por entero la categoría de contenido, la categoría de forma, nos lleva a posturas bastante absurdas en términos estéticos, bastante poco funcionales. Y ahí sí que tiene razón el amigo Kant cuando habla de la experiencia estética como libre juego de las facultades. Y entendemos que esas facultades se dedican gozosamente a aplicar diferentes categorías. ¿Vale? Y a ver, Santi, ¿por dónde vas? Es que un equilibrio dinámico, Santi, no es un 50-50%. Por cierto, nunca. Un equilibrio dinámico o equilibrio es, por eso, una proporción, un juego de proporciones que es variable, que puede entrar y salir. ¿Vale? Hablamos de equilibrio porque no hay una completa hegemonía. Cuando digo equilibrio me refiero a que no hay una hegemonía aplastante de una única categoría que aplasta a todas las demás. ¿Vale? Equilibrio es siempre ese juego. que permites que las otras no estén completamente, no hayan sido completamente expulsadas del terreno, sino que estén por ahí lampando y aportando pues en mayor o menor proporción, ¿vale? Pero si tienes tu razón proporción es una mejor ¿vale? Pues me alegro. Vale, entonces no sé, Borja, que estabas al origen de esta clase, ¿lo entiendes mejor ahora? ¿Entiendes que Forma y contenido son categorías dimensionales, son categorías que son, cuando hablamos de categorías dimensionales queremos decir que son compatibles entre sí, igual que son compatibles entre sí describir un objeto en función de su altura, latitud o profundidad. Son categorías que son compatibles y cuantas más introducimos en el juego más información tenemos. En los típicos ejes X, Y, Z de altura, lateralidad, profundidad, pues si yo te doy los datos solamente de a qué altura tengo el ordenador, pues es un dato interesante y te desgracias, pero si además te digo a qué latitud está. Y a qué profundidad ya lo acabas de ubicar. Esas son categorías dimensionales y forma y contenido son esas. Lo que pasa es que en estética además sucede esto. Tenemos el malentendido posible, por eso he hablado de Hanslick, de que la estética solamente se ocupa de la forma. Y eso sería para la mayor parte de las estéticas antiguas, estéticas medievales, estéticas no occidentales, estéticas de campo, estéticas de pueblo, sería un error. Para todas las estéticas clásicas, antiguas, eso sería un error. Yo quería remarcarlo para que tengáis una visión más amplia. ¿En el arte conceptual el arte no se intenta afirmar el contenido y olvidar la forma? Pues es una manera de verlo seguramente hubo un momento de reacción ciertamente en el conceptual, pero en el conceptual y pienso en buena parte del arte también del arte político del arte comprometido y tal en que se había llegado a asimilar la forma a una manera de hacer arte esa asignada por las instituciones y entonces parecía que preocuparse por la forma o tomarla en cuenta como una parte de la experiencia estética era poco menos que pecado y el conceptual en concreto estaba muy marcado por el trauma de que el capitalismo estaba de hecho ha sido el caso al final estaba pues prácticamente privatizando quedándose con todo lo que era la producción artística y convirtiéndola en un signo de distinción de opulencia de lo que queráis y el conceptual como sabéis tenía este esta misión de intentar evitar que eso sucediera para lo cual decían si no le damos ningún soporte formal a nuestra intervención que es un gesto solamente pues entonces no libraremos de esto. Ha sido mentira y el álbum conceptual siempre ha tenido, al fin y al cabo, una vertebración formal. Eso es innegable. Que en su caso la minimizaran, intentaron minimizarla por una razón política además, como era el caso, pues vale. Pero ni les ha funcionado políticamente ni es verdad que se la hayan cargado enteramente. Rodríguez dice que el contenido aporta valor. No, yo no estoy de acuerdo con eso, Rodríguez. Yo creo que en la mayor parte de las culturas estéticas, como digo, el contenido aporta valor. No es que el contenido aporte valor, vamos a ver. Es la categoría que es capaz de percibir el contenido la que aporta valor a la experiencia estética. El contenido no es que esté allí, sino que es algo que tú puedes ver o puedes no ver. De la misma manera que yo, al no entender lo que estaba cantando el Señor, que cantaba el Corán, pues entonces para mí el contenido no existía propiamente. Yo no entendía qué estaba diciendo el Señor que cantaba. En cambio, si estoy escuchando un poema de Miguel Hernández y sí que lo entiendo, el contenido se engarza con la forma y sí que genera valor. Claro que sí, genera una sensación que genera emoción estética, por ejemplo. Cuando escuchas el niño yuntero o Andaluz desde Jaén o la canción del antiavionista que me hace llorar como una magdalena, pues ¿cómo voy a negar que aporte valor la canción del antiavionista de lo que está hablando? Que vienen, vienen, vienen los lentos, lentos, lentos, los trágicos, los carniceros. Claro que aporta valor, ¿sabes? Pero el contenido no está ahí como algo que meramente no necesitamos tener las categorías para verlo. Y la forma lo mismo. O sea, tú te puedes emocionar genuinamente con un soneto bien construido, pero tienes que entender cuál es la regla del soneto, cuál es la forma del soneto. Y si no tienes esa categoría, si la noción, la categoría del soneto no está en tu repertorio, pues no lo ves. Ves un montón de versos, 14 o 12 o los que sean, y no entiendes que aquello tiene una estructura determinada. No he escapado. Aunque la aprecies, igual que yo apreciaba que era el Corán y me imaginaba por donde irían los tiros, pero es lo mismo. Por eso las categorías, lo que explicábamos al principio, tienen una dimensión cognitiva. No aluden a lo que hay, no aluden a lo que apreciamos, aluden a lo que podemos conocer. Por eso es un método. Claro, Aroca, en el arte medieval la forma son, vamos a ver insisto de nuevo no es que la forma y el contenido estén ahí, sino que necesitamos categorías de orden formal y categorías de orden contenido para poder ver lo que hay entonces evidentemente los pasajes bíblicos proporcionaban y los personajes bíblicos proporcionaban algo que entendíamos como contenido ¿y cómo se explicaba ese pasaje bíblico? Pues con unas formas más estilizadas en el gótico ¿O con unas formas más cercanas a lo simbólico en el románico? Claro que sí. Y la conjunción de esas dos historias es donde aparece la experiencia. Y Ramos me pregunta si ha prevalecido. Mi hipótesis y la de, como digo, por ejemplo, Jean Clerc es de que efectivamente siempre han estado mezcladas. Eso sí, como diría Santi, en diferentes proporciones, ¿vale? En diferentes, como digo yo, equilibrios dinámicos, ¿vale? Pero sí, en diferentes proporciones, pero siempre han estado mezcladas. ¿Por qué? Porque si solamente tenemos una experiencia por ejemplo, formal de la obra de arte, entonces nos perdemos una parte fundamental, o si solamente vemos el contenido, nos perdemos una parte fundamental de esa experiencia estética, hasta el punto de que yo diría que no la tenemos. De hecho, cuando alguien, un formalista, se acerca a una obra de arte y solamente aprecia ese aspecto, o cuando alguien se acerca al museo y le pone una cartela a algo y simplemente aprecia, o sea, constata la técnica, el año en que el artista hizo la obra, etc., pues evidentemente no está teniendo una experiencia estética, está teniendo una experiencia de archivero, o de catalogador, o de lo que queráis. O si alguien solamente juzga el contenido de una novela, yo que sé, de Madame Bovary, o de La condición humana de Margot, y lo hace desde la categoría de contenido, estrictamente está haciendo una reseña como quien hace la sinopsis de una peli, o quien narra la peripecia de una película, pero eso no es una experiencia estética. Para que la experiencia estética suceda, precisamente las categorías tienen que comparecer mezcladas, porque tiene que haber un libre juego de las facultades, como decía Kant. Entonces ahí sí que entramos en el ámbito de la estética. Como dice Martínez, ciertamente, no solamente la experiencia estética será más amplia, sino que de hecho existirá porque permitimos a nuestras facultades esa especie de juego y nos movemos y una cosa ilumina a la otra y es donde está el juego, ahí es donde está la relación. A ver, y Salazar dice, pero el contenido no precede la forma. Bueno, ahí tenéis en la estética modal, en el libro primero, en la parte de los diamantes, veis, hay un diamante en el que hay casos, hay obras en que efectivamente el contenido, por ejemplo, en un poema comprometido, puede preceder lógicamente o si queréis las intenciones del artista a la forma y otros en que sea al revés, en que la forma preceda al contenido pero como es un diamante y le podemos dar la vuelta le podemos jugar con él entonces vemos que queda un poco igual porque de hecho Miguel Hernández está preocupado por la situación de la guerra civil y compone un poema que es un soneto a mí lo que me llega es el soneto entonces hay un punto, de eso va la teoría de diamantes si la recordáis o la revisáis en el libro hay una figura lógica en la cual Lo que era punto de partida se transforma en punto de llegada y viceversa. Entonces vamos del contenido a la forma y de la forma al contenido y le vamos dando vueltas al diamante. Y cada uno marca sus propias proporciones. Muy bien, ahí lo has dado efectivamente. A esas proporciones que cada uno marcamos es a lo que le llamamos en esta asignatura modos de relación. Y es ahí donde te la juegas. Toda poética, camarada Santi, es una proporción determinada, es un modo de relación. No solamente entre forma y contenido vive Dios, entre más cosas. Entonces tú planteas tu proporción ideal como tu receta de la pócima, ¿verdad? Y ese es tu modo de relación, esa es la manera con la que tú te diriges el mundo. Y por eso, compañeras y compañeros del arte, es relevante, entre otras cosas, porque nos proporciona un repositorio de modos de relación con los cuales podemos dar cuenta del mundo. En esos modos de relación puede haber más ironía, puede haber más sentido de lo heroico, puede haber más sentido de lo noble, de lo pleno o de lo puro, pero esa combinación, esa proporción de diferentes categorías, de diferentes acercamientos, nos proporciona las claves de cada uno de nosotros. Es una de las poéticas. cada uno de los modos de relación con los cuales damos cuenta del mundo y eso enriquece nuestra vida y la convierte en algo digno de ser vivido esta idea es atavísima no hay manera de entender todas las es complicado seguiros a todos faltan intervenciones Mariscal dice que si escuchamos una canción en inglés y no la entendemos, pero la canción me gusta mucho es una experiencia estricta y una experiencia devaluable Bueno, de nuevo es lo que comentábamos más arriba, de que cuantas más categorías pongas en juego, pues mejor lo pillarás. Hombre, una canción en inglés, pues igual pillas algunas palabras, igual te pierdes otras, pero no solamente Mariscal ponemos en juego forma y contenido. Por ejemplo, está la categoría de lo rítmico también y el ritmo nos habla, nos aporta una especie, nos sitúa en un tipo de cuerpo diferente que entra a jugar ahí. Entonces está el ritmo con el que nos movemos y bailamos, ¿verdad? Y luego está la melodía que se nos queda en la cabeza y nos resuena. Y luego está la materialidad misma de la voz. Tú puedes escuchar, qué sé yo, a Jim Morrison o a Leonard Cohen y no entender lo que dice, pero te quedas prendado de la sonoridad, de la madera de la voz. Ritmo, armonía, claro. Todo eso constituye toda esa riqueza de estímulos que te entran por los oídos, por los ojos. Tú puedes ver a Jim Morrison y decir, qué señor tan guapetón. Y alucinar también con su voz, con su apariencia física, con su manera de moverse. Y todo eso junto es lo que constituye una especie. Aunque no entiendas ni papa de lo que dice en inglés, ¿vale? Pero sería vano intentar decir solamente en una canción está la música y lo que dice no. Está la música, lo que dice, a qué la asociamos, un montón de cosas, ¿vale? Entonces, todos esos aspectos que tenemos en cuenta en cuanto juegan todos un número determinado de ellos a la vez es cuando tenemos experiencias estéticas. No la tendríamos si fuéramos archivadores. Imagínate que somos historiadores de los Doors y entonces escuchamos la música no para bailar, no para emocionarnos, no para llorar, sino escuchamos para catalogarla. Pues ahí, efectivamente, no hay una experiencia estética. Estás ahí catalogando tu trabajo y tomas en cuenta la dimensión histórica de en qué momento se produjo este disco, quién lo editó y ya está. Ahí no hay una experiencia estética. No tenemos porque tener experiencias estéticas continuamente. Pero cuando las tenemos, lo distintivo es que aparecen esta multitud de categorías juntas, ¿vale? Bueno, camaradas, son las 35. Yo estoy desbordado con tantas preguntas y cuestiones. Vamos a dejar esto aquí, ¿vale? Y si hace falta haremos alguna clase más organizando vuestras preguntas. Contestaré a Roca solamente, que es la última. ¿Definir forma como lo percibimos en el contenido que me da a entender? No, no, no, no, no. Tampoco, tampoco porque, y esto lo he de contestar el otro día, tampoco porque lo que nos da a entender la forma también tiene una inteligencia, también nos da a entender cosas, ¿vale? Así que, bueno, lo dejamos hasta la semana que viene. Repasaré el chat a ver las preguntas que hay e intentaremos meter alguna más. Espero haber aclarado a Borja un poco el tema de forma y contenido por entrada, esa diferenciación de las categorías como tales. Y esto tomadlo como lo que es, como un campo abierto de discusión. No es que venga aquí el Jordi a explicaros la verdad revelada en media hora, sino yo os planteo meramente algunos instrumentos para que hagáis vuestros propios análisis. De eso se trata. Venga, me he quedado sin voz casi. Buenas noches.