Buenas tardes, mi nombre es Carlos Hernández y soy uno de los suscriptores en la asignatura English for Psychology del grado en Psicología de la UNED. A modo de contextualización, quisiera mostrarles el retrato de uno de los lingüistas más destacados en los estudios de las lenguas de especialidad, Pierre Lerat, cuyas aportaciones a este campo de la lingüística constituyen ya todo un clásico. En la sesión de hoy vamos a repasar la naturaleza de los lenguajes de especialidad, los textos especializados y los rasgos generales de los lenguajes de especialidad. Estudiaremos su naturaleza, la evolución de su estilística y sus rasgos distintivos. Todos estos contenidos son tratados en los documentos correspondientes al tema 1 de esta asignatura, según se les indica en la guía de estudios y que encontrarán en el planificador del curso virtual de la misma. Por tanto, esta sesión pretende servirles como complemento. Cuentan también con una sección de ejercicios de autoevaluación al final del tema, en los citados documentos, que les servirá para medir el grado de adquisición de los contenidos, así como archivos correspondientes a la bibliografía recomendada, construcciones lingüísticas clave de los grupos nominal, verbal, adjetival, preposicional y adverbial, propios de la bibliografía recomendada. También podrán estudiar el inglés para fines profesionales y académicos, como digo, disponibles en el curso virtual de esta asignatura y que son objeto de evaluación. Comencemos con el análisis de la definición de las lenguas de especialidad para hacernos una idea más exacta de su naturaleza gramatical y semántica. Existe la tendencia a creer que se trata de un subsistema, es decir, una sublengua. Pero esto no es del todo cierto, porque entonces serían dialectos con una fonética y una morfología propia. Lo cual no es exactamente el caso. Si es posible enmarcarlas dentro de una lengua, sea el inglés u otra, pues se reconoce el hecho de que son plenamente inglés o español jurídico, científico, financiero, etc. Y que al mismo tiempo son el instrumento transmisor de saberes y de prácticas profesionales. La denominación inglesa Language for Specific Purposes insiste en esta última particularidad. El término español lengua especializada presenta la ventaja... ...de reunir en esa denominación la unidad del idioma y los particularismos de los conocimientos. Es decir, remitir al sistema lingüístico en lo que respecta a la expresión y a las profesiones, en lo tocante a sus respectivos saberes. La primera característica de las lenguas especializadas es que competen a la lingüística de la lengua escrita. Incluidas las representaciones de índices numéricos y símbolos. Y que en su caso, la oralización de lo escrito es tan importante como la adquisición... ...de la escritura, a partir de la lengua oral en el aprendizaje lingüístico propiamente dicho. En las lenguas especializadas se observan series terminológicas homogéneas desde un punto de vista semántico... ...que sin embargo están sometidas a una fuerte variación procedente en particular de los formantes grecolatinos e ingleses que se utilizan. La sintaxis de las lenguas especializadas es en gran medida una sintaxis de grupos de palabras debido a la relativa estereotipación... ...de las secuencias denominativas más corrientes. Aunque no por ello deben considerarse subsistemas, ya que las transformaciones características del estilo administrativo o científico... ...por citar algunos ejemplos, sólo se pueden discernir por su relativa frecuencia y no por su naturaleza. Esta diversidad de estilos hace a las lenguas de especialidad funcionales en la medida en que viene impuesta por las condiciones de enunciación específicas. Las lenguas especializadas consisten, como la semántica lingüística general, en la interpretación de las relaciones gramaticales... ...y se basa en el conocimiento de los mecanismos morfológicos, jerárquicos y de enunciación más generales... ...aunque al mismo tiempo tiene que interpretar también las relaciones de naturaleza extrínseca porque las lenguas especializadas remiten a un conjunto de conocimientos particulares. La lingüística dispone de un núcleo duro, la gramática, que permite describir las lenguas desconocidas... ...aplicando los conocimientos que pone a nuestra disposición. Para una lengua, esta capitalización resulta vital. La necesidad de capitalización es para las lenguas especializadas mucho mayor, ya que presuponen que el uso corriente de las lenguas está bien descrito. Antes de poder estudiar profesionalmente el inglés científico o jurídico, ha de ser posible obtener el máximo rendimiento de la capitalización teórica acumulada por la lingüística... ...y disponer de descripciones adecuadas del inglés actual y de una experiencia significativa de la lengua especializada en cuestión. De la lingüística aplicada se sirven, en mayor o menor medida, los estudios de lexicografía especializada, de traducción técnica, de redacción, etc. Sería razonable, sin embargo, situar las lenguas especializadas en la lingüística, que es el conocimiento científico de las mismas. La terminología... ...se define como el estudio científico de las nociones y de los términos usados en las lenguas de especialidad. Para la lingüística, es decir, el estudio científico de las lenguas, además de un conjunto coherente de conocimientos explícitos operativos sobre las lenguas... ...la terminología no incumbe a las lenguas y, por lo tanto, sólo es compatible con su objeto y sus métodos en uno de sus elementos, los términos. Siempre y cuando esto sea un signo lingüístico. La necesidad de ingentes trabajos terminológicos para la producción de diccionarios especializados, para la traducción, la documentación, la representación de conocimientos... ...y la ordenación lingüística en general, exigen la elaboración de una teoría de las lenguas de especialidad fundamentalmente lingüística. Por lo tanto, una lengua es un sistema de signos orales y o escritos vinculados a una historia y a una cultura. El inglés científico no es una lengua o un dialecto, se trata del uso del inglés para exponer en esa lengua los conocimientos en materia científica. Intrínsecamente es inglés, incluso los préstamos grecolatinos, así como el vocabulario específico. Sus connotaciones las comparte el ciudadano medio, aunque los términos técnicos se le escapen en gran medida tanto en lo que respecta a las nociones como a su expresión. En las ciencias, que son técnicas de representación y elaboración de conocimientos... ...existen terminologías más duras, como las de la física, por ejemplo, y otras más amorfas, como las de las ciencias sociales... ...aunque todas comparten el hecho de que su medio natural sea el discurso, el lengua natural, que utilizan en gran medida esa lengua y que presuponen dominarla. Así, la denominación de lengua de especialidad adolece del defecto de sugerir una fragmentación y una marginalidad que son contraintuitivas. Sería mejor hablar de lengua especializada. Esto presenta varias ventajas, empezando por la flexibilidad de la interpretación, pues permite una gradación entre especialización, normalización e integración de elementos exógenos... ...tanto sacados de otros sistemas de signos no lingüísticos como prestados, elementos que se engastan en los enunciados de la lengua natural. La noción de lengua especializada es mucho más pragmática. Es la lengua natural considerada como instrumento de transmisión de conocimientos especializados. Desde el punto de vista lingüístico, una terminología no se presenta como un conjunto de nociones... ...sino como un conjunto de expresiones que sirven para denominar en una lengua natural las nociones que forman un área de conocimiento muy tematizada. Dichas expresiones pueden ser estrictamente lingüísticas, es decir, palabras o grupos de palabras... ...estrictamente extralingüísticas, es decir, elementos eléctricos... ...o mixtas, como en el caso del consabido rayo gamma. Su característica común es la de denominar y no sólo designar, pues designar es sólo mostrar... ...mientras que denominar es la forma de llamar por su nombre a un objeto o una clase de objetos. Este carácter convencional es sumamente importante. El término es un símbolo, es decir, un estímulo físico... ...que representa convencionalmente una noción o un objeto individual. La convención puede tener distintos orígenes, es implícita, es decir, arbitraria, la mayor parte de las veces... ...y puede ser también explícita cuando adquiere forma de norma, ya sea profesional, a la sanción del Estado, etc. En el mejor de los casos se establece por consenso y se perpetúa mediante el aprendizaje de una profesión. Una lengua especializada no se reduce a la terminología, utiliza las denominaciones especializadas, los términos... ...y también los símbolos no lingüísticos en enunciados que utilizan los recursos ordinarios de una lengua concreta... ...por lo que se puede definir como el uso de una lengua natural para exponer técnicamente los conocimientos especializados. La lengua especializada es ante todo una lengua en situación de empleo profesional. Es la lengua misma como sistema autónomo, pero al servicio de una función más amplia, la transmisión de conocimientos. La tecnicidad de la formulación varía en función de las necesidades de comunicación. Esto puede llevar a exigir codificaciones, como el caso de la aviación civil, para limitar riesgos, como todos sabemos. Los conocimientos especializados disponen de denominación lingüística gracias a los términos, que son generalmente palabras y grupos de palabras... ...que sean nominales, adjetivales, verbales, sometidos a definiciones convencionales. Dichos términos compiten en una misma lengua con otros términos y también son préstamos. Pueden descodificarse, como ocurre con agua y la fórmula H2O. De ahí la necesidad de no confundir el funcionamiento de las lenguas naturales con el de otros sistemas semióticos. La doble naturaleza de los términos, palabras y expresiones de una lengua, y al mismo tiempo denominación de nociones... ...difumina las fronteras entre lingüística inmanente y lingüística externa. El enfoque lingüístico de los conocimientos como tales es externo ya. Que va desde los objetos, físicos o no, a las denominaciones, pasando por las conceptualizaciones. Pero sigue siendo lingüístico por el hecho de que los términos son descriptibles según un módulo de análisis lingüístico... ...como lo es a toda palabra o secuencia de palabras. Es decir, los términos se pueden distribuir en categorías gramaticales, asignarles una función sintáctica y una distribución. Se pueden conjugar o declinar, evaluar su ortografía y su pronunciación. En resumen, los términos se pueden someter al régimen común, salvo una excepción, la semántica... ...ya que su definición es convencional, como hemos comentado. En todo caso, los diccionarios de lengua general no excluyen, por ejemplo, acepciones técnicas... ...incluyéndolas en la correspondiente entrada de alcance general, indicando la especificidad de la acepción con la abreviatura del campo de estudio. La aparente autonomía de las palabras ha quedado reducida a una cuestión lexicográfica a medida que se han desarrollado los estudios lingüísticos teóricos... ...que demostraban que la unidad de las lenguas es muy discutible más allá de la morfología. Una teoría de las lenguas especializadas sólo puede basarse en una teoría general de las lenguas, pero esa teoría debe ser capaz de explicar los términos como denominación de conocimiento... ...su alcance... ...y también puede abarcar competencias difíciles de compaginar en un único enfoque, como los que hasta ahora están a nuestra disposición. Lo que habría que exigirle a una teoría tal sería una sólida concepción de la morfología capaz de explicar la diversidad de los formantes orales y escritos... ...y en la que la cuestión fundamental fuera la distintividad, una sintaxis de las posiciones que explicase las distribuciones sintácticas, una sintaxis de las dependencias sintácticas... ...que permitiera tratar las cuestiones de determinación. ...y función e interpretar, por lo tanto, gramaticalmente las posiciones relativas. Y, por último, una sintaxis de la enunciación que permita tratar las cuestiones de referencia y de pragmática e interpretar, por lo tanto, semánticamente las variaciones formales, las posiciones y las jerarquías sintácticas. Se trata de cuatro exigencias distintas difíciles de satisfacer a la vez. Estas inmensas cuestiones no están totalmente separadas, sino que la prioridad dada por un enfoque... ...dificulta el de los demás. La lengua es un sistema que se ve confrontado a una historia y los mecanismos sincrónicos son a la vez de dos órdenes, asociativos y sintagmáticos. Hay otras dicotomías necesarias, la que se establece entre signo lingüístico y concepto extralingüístico, morfología y sintaxis, etc. En estas condiciones es razonable entonces reconocer que las lenguas obedecen a conjuntos de mecanismos más o menos sistematizables como el bilingüismo... ...y los trastornos del lenguaje, por citar algunos ejemplos. En este caso, la manera más correcta de abordar los estudios lingüísticos es probablemente siguiendo un modelo sincrético o heteróclito. Las lenguas tienen su materia prima, las grabaciones sonoras y las secuencias de caracteres, sus delimitaciones operativas como morfema, sintagma, frase... ...pero también sus funciones, sus modos de representación gráfica, además de su historia, su geografía y su sociología. Los fonemas son unidades que podemos identificar y transcribir entre dos barras oblicuas. Los morfemas son constituyentes internos de las palabras. Los sintagmas son grupos de palabras pertinentes desde el punto de vista de la organización de la frase. Y las palabras existen en los textos y los diccionarios con una nomenclatura previsible. No es sólo la ausencia de una teoría holística la que hace imposible los exclusivismos teóricos, sino también la complejidad de los fenómenos lingüísticos. Las lenguas especializadas son sobre todo observables en forma escrita. La flurisistematicidad permite una explicación bastante aceptable de todos los fenómenos. Lo científico en la lengua no está en los aciertos teóricos particulares, ni en las grandes perspectivas filosóficas, ni en las terminologías estables o en la computarización. Lo más importante es la tecnicidad que incluye la instrumentalización que permite la repetición, la previsión. Y se encuentra en la descripción de las lenguas como sistema. Así, las lenguas especializadas no son subsistemas lingüísticos autónomos, sino usos socialmente normalizados de varios plurisistemas. Los textos científicos comportan de manera singular y previsible signos no lingüísticos en sus enunciados. Incluso los signos que proceden de otros alfabetos, como el griego, pertenecen a sistemas no lingüísticos de notación propios de algunas disciplinas, como la expresión radiactividad gamma, como el ejemplo que veíamos. Este enfoque global de la totalidad de signos utilizados en un enunciado especializado exige una definición de las unidades terminológicas que pueda explicar casos como el de la radiactividad gamma, en el que el elemento final, sin ser un fonema del español, puede tener una distribución, una función sintáctica y una enunciación oral. Las lenguas especializadas exigen dar la prioridad a la lingüística de lo escrito, ampliando la noción de plurisistema, aunque dicha prioridad no significa que no importe la oralización, como acabamos de ver en gamma . Se caracterizan por una morfología heteróclita, en cuyo seno conviven las alternancias de fonemas, los préstamos denominativos y las fórmulas complejas . Disponen de una sintaxis que les he explicado. Que es la de la lengua de referencia, pero con preferencias en materia de enunciación, como el estilo impersonal de los textos científicos y de frasiologías profesionales, como las fórmulas estereotipadas de tipo jurídico. Obligan a una concepción de la semántica que no sea etnocéntrica debido a la universidad potencial de las especialidades. La eficacia de los sistemas de ayuda a la traducción, la coherencia de los diccionarios y la pertinencia de la ordenación lingüística en los campos de conocimiento están a merced de la gran flexibilidad de las lenguas naturales y de la excesiva rigidez de los empleos técnicos. Por ejemplo, en español, backup es un término informático, en cambio en inglés es una expresión polisémica. Los términos suscitan una doble expectativa. Han de ser unidades lingüísticas integrables en los enunciados que satisfagan las condiciones sintácticas Disculpen. Como digo, los términos suscitan una doble expectativa. Por un lado han de ser unidades lingüísticas integrables en los enunciados que satisfagan las condiciones sintácticas incluso en el caso de que no sigan las reglas de la buena formación léxica y al mismo tiempo han de ser unidades de conocimiento de contenido estable y por lo tanto más independientes del contexto que las palabras corrientes. La primera exigencia supone la coherencia del análisis lingüístico. La segunda la aplicación del principio científico de la identidad constante de las unidades consideradas. El precio de la coherencia lingüística global está en la consideración exclusiva de las expresiones que designan los conocimientos especializados mediante palabras. Todo lo demás incumbe al sistema general de las lenguas. Las denominaciones técnicas están en la lengua pero son denominaciones de conocimientos especializados, que es lo que las hace pertinentes terminológicamente. Hay que admitir que las unidades terminológicas sólo funcionan como tales cuando reúnen algunos criterios claros de terminologización. Otro segundo criterio, el grado de cohesión y fijación sintáctica, constituye a su vez un indicador útil siempre que se aplique con cautela. De la misma manera, no todos los préstamos de palabras son préstamos de términos. Lo posible lingüísticamente es la localización de un conjunto de índices de terminologización. Los nombres de nociones serían transparentes si los términos eran transparentes. Si los términos fueran monocémicos y no tuvieran sinónimos dentro de una misma lengua. Y si además fueran estrictamente equivalentes de una lengua a otra al referirse a la misma noción. Este enfoque conceptual es inherente a la constitución de campos nocionales. Los campos nocionales son pertinentes cuando se limitan a un ámbito de conocimiento. El préstamo terminológico es a menudo el resultado del respeto a la especificidad que con todo fundamento se ha convertido en regla de los organismos internacionales pertinentes. El préstamo terminológico en una traducción es a veces el reconocimiento de que en las lenguas todo está unido. Las palabras, los referentes y sus propias conceptualizaciones. Para comprender lo que es un término, lo mejor es la prueba de la denominación. Primero parte de la realidad que se quiere denominar y por lo tanto de un estímulo objetivo. A continuación asume el carácter convencional de los términos. Y por último muestra que la atribución de una denominación no ha de confundirse con la pertenencia a la clase gramatical de los sustantivos. De la misma manera que las unidades terminológicas no son únicamente sustantivos, tampoco designan siempre objetos concretos sino a veces conceptos. Ni tampoco únicamente clases de individuos sino también objetos individuales. Lo que caracteriza al término es la relación biunívoca entre la palabra o un término. Un grupo de palabras y una definición especializada. El límite de la prueba de lo que se denomina técnicamente es su aplicación a las fórmulas no lingüísticas, paralingüísticas o lingüísticamente marginales. Una fórmula como H2O no puede considerarse un sinónimo de agua sino solo su denominación química dentro de los límites de esa disciplina porque H2O no comporta morfemas ni acepta la determinación del artículo por ejemplo. Existen expresiones llamadas compuestos sintagmáticos de naturaleza híbrida entre la palabra y el sintagmo. Estas expresiones no son compuestas sino justapuestas y son por tanto fijaciones. Se trata de objetos no lingüísticos creados por la actividad humana ya sea un empleo como frecuencia modulada o avión a reacción. La noción de compuesto sintagmático es importante puesto que el fenómeno lingüístico al que se aplica es dominante en los textos especializados. Las terminologías los cuentan en gran cantidad pues el compuesto sintagmático responde a una necesidad de definición, de clasificación y de nomenclatura. El límite implícito del uso del compuesto sintagmático es morfológico. Se trata de expresiones nominales. Tradicionalmente se distinguen entre nombres compuestos y locuciones verbales, adjetivas y adverbiales. Por un lado en la locución verbal el elemento verbal sigue la conjugación del verbo. Por otro existe una diferencia semántica bastante regular entre los compuestos sintagmáticos, expresiones nominales destinadas a clasificar objetos físicos o no del mundo y las locuciones que son conmutables por predicados verbales, adjetivos y adverbiales en las que es posible identificar nombres abstractos o adjetivos. Los criterios lingüísticos para la identificación de un término al margen de su naturaleza morfológica ya sea abreviatura, derivado, compuesto o locución son los siguientes la pertinencia a una serie morfológica de palabras con significado especializado dentro de la lengua considerada los condicionamientos sintagmáticos, es decir las concurrencias, las coocurrencias y conmutaciones dentro del ámbito especializado y las relaciones de dependencia en relación a las unidades que presentan las dos características anteriores. Los distintos temas técnicos invitan al uso de palabras y expresiones que no corresponden a los criterios de terminologización. Se trata del vocabulario de apoyo. Se puede decir que son expresiones características de los textos especializados sin llegar a ser términos las fórmulas como H2O que no tienen las características sintácticas de la lengua natural considerada y el vocabulario de apoyo. Los criterios analizados se refieren exclusivamente al aspecto lingüístico de las palabras y las expresiones y no a su predisposición a convertirse en entradas del diccionario. Por esta misma razón no hay que confundir el término y unidad de traducción. En un diccionario bilingüe uno espera encontrar equivalentes del sintagma para reproducir la idea sin calcar en la expresión la gramática de la lengua de partida y uno espera encontrarlos en el orden sintagmático en que aparecen. Resulta conveniente no confundir el análisis lingüístico y las particularidades de los diccionarios como herramientas. En los países de máximo desarrollo del mundo contemporáneo conocemos con bastante certeza las realizaciones escritas que las realizaciones orales relativas a las técnicas. La práctica está vinculada a la oralidad, pero el conocimiento de las prácticas pasa por la escritura en sentido amplio. Al hablar de texto hablamos de soporte, ya sea papel, soporte electrónico y organización de la información en variedad de tipos de textos, estudios, manuales, tesis, monografías, memorias, artículos de revistas, disertaciones, exposiciones, comunicaciones, conferencias, discursos, entrevistas, debates, actas, críticas, informes, reseñas, artículos enciclopédicos, folletos, resúmenes, prospectos, contratos, cartas, índices, tesauros, diccionarios especializados, bibliografías, catálogos. Para citar tan solo los tipos de textos característicos del entorno académico, un ingeniero podría enumerar una amplia cantidad también. La comprensión y producción de textos especializados plantea problemas de competencia que van más allá de lo estrictamente lingüístico. Las siglas que se deletrean y los acrónimos que se leen como palabras constituyen una dificultad tanto de lectura como de comprensión. La sigla es un término complejo, abreviado o no, formado por las letras iniciales de sus elementos y el acrónimo es un término complejo, abreviado, formado por varios grupos de letras de un término y cuya pronunciación es exclusivamente silábica. La internacionalización de los intercambios científicos resuelve muchos problemas lingüísticos al unificar la lengua de trabajo empleada en algunos centros de investigación y al reducir el número de lenguas empleadas en las publicaciones, pero plantea otros, en particular orales. Por ejemplo, los nombres de magnitudes que se representan en escritas mediante abreviaciones convencionales como C de Coulomb o HZ de Hertz. Oralmente se pronuncia todo el nombre y no la abreviación, y al tratarse de anónimos propios, el uso internacional exige que se respeten las pronunciaciones de sus lenguas de origen. El dominio de la escritura correcta, enriquecida por signos no lingüísticos, es un paso obligado y una prioridad en cualquier formación profesional. La perennidad de lo escrito sigue contraponiéndose a la fugacidad del oral. La disponibilidad permanente de lo escrito, acrecentada por la posibilidad de disponer en pantalla de los textos, facilita el trabajo autónomo y a distancia. Lo escrito está omnipresente en todos los trabajos, desde las consignas de seguridad hasta la ofimática. La correlación entre progreso y proliferación de lenguas especializadas se confirma con la división del trabajo a escala internacional. La normalización impuesta por la internacionalización de los intercambios favorece el uso estandarizado tanto de las prácticas lingüísticas como de la presentación de los textos y documentos técnicos. La necesidad de la documentación multilingüe incita a dotar de instrumentos de acceso a los escritos en lenguas extranjeras, tanto para actualizar conocimientos como para estar al tanto de la actividad tecnológica. Las necesidades de traducción estimulan automáticamente el uso del diccionario y de las guías de redacción. Es obvio que el oral impone también sus exigencias a las actividades profesionales modernas. Los estudios sobre los escritos utilitarios llevan a tener que ocuparse de fenómenos que pertenecen a la codificación no lingüística, a la lectura de la oralización y no de la oralidad, al error de traducción y en este aspecto los lingüistas deben aplicar sus conocimientos de forma diversificada y unificarse en sus principios. La importancia de la terminología en los textos especializados es capital. Así como en la nomenclatura de los diccionarios y su internacionalización. La actividad terminológica sigue una orientación cognitiva, una orientación planificadora y una orientación traductora. La primera parte pone el acento, mejor dicho, en la representación de los conocimientos no lingüísticos . El objetivo de la segunda es la calidad de la lengua especializada. La terminología de orientación traductora tiene como objeto, ante todo y por definición, lo escrito sin restar importancia a los instrumentos de ayuda a la interpretación en conferencia. En las tres orientaciones mencionadas se precisa de una lingüística de lo escrito. Por tanto, la lengua especializada es, ante todo, una lengua escrita. La terminología es la característica más sobresaliente de un texto especializado. La terminología profesional es terminografía. La terminología resuelve muchos de los problemas de lo escrito, es decir, la variación gráfica, las normas de uso, la representación informática de los enunciados, etc. En lingüística, las unidades observables en un primer análisis son las palabras, de cuyo estudio se ocupa la morfología. Esta disciplina fundamental se define como el estudio de la estructura de las palabras, de sus alternancias eventuales y de las categorías que se distribuyen según las lenguas. Palabra se aplica a un segmento de la cadena oral o de un texto escrito cuando es posible aislarlo de la cadena oral y pronunciarlo aisladamente o separarlo mediante espacios del resto de los elementos del texto, y al mismo tiempo atribuirle un significado y una función específica. Después de tantos esfuerzos como se han hecho en lingüística para evitar hablar de palabras, la palabra vuelve a considerarse como un primer nivel de análisis indispensable. Las palabras tienen en común una serie de propiedades esenciales para el funcionamiento de una lengua, la categoría gramatical, la categoría de persona y la de número, así como la permanencia de un significado dado. A las formas alternativas de una determinada palabra se les asigna un significado que los hablantes tienen memorizado. La palabra es analizable en unidades menores a la palabra misma. La teoría del morfema se elaboró mediante la generalización de las formas distintivas, desde un punto de vista del sistema morfológico de una lengua. Son morfemas tanto los radicales y las desinencias gramaticales como los prefijos y los sufijos. A partir del momento en que aparece la teoría del fonema, que es la unidad distintiva en materia de formas sonoras, lógicamente sigue la teoría del morfema. La noción de morfema no resulta indispensable para reemplazarla de palabra, sino para proponer un nivel de análisis interno de la palabra cuando se está en presencia de formas irreductibles a un solo radical. Resulta evidente que CASAS dice lo mismo que CASA, aunque añadiendo una marca de plural. Se trata de una palabra compuesta por dos morfemas, un radical y una desinencia. El hecho de que sea posible identificar varios morfemas en una misma palabra es un fenómeno de analogía y, por tanto, de memoria, cuya importancia para la formación y comprensión de nuevas palabras derivadas es fundamental. El alcance del fenómeno es considerable en el aprendizaje de las lenguas, incluidas las extranjeras. Así, por ejemplo, a los primeros contactos con el inglés comprendemos enseguida que las palabras terminadas en L-Y , ING corresponden respectivamente a adverbios y a formas nominales del verbo. La característica gramatical que hace irreemplazable la noción de palabra en el análisis lingüístico es la capacidad de las palabras de desempeñar alguna de las funciones de las partes de la oración. Esto es compatible con una concepción en la que el morfema es una unidad distintiva dentro de la palabra. Las diferencias gramaticales entre las lenguas son diferencias sistemáticas. La ausencia de universalidad de esta o aquella clase no significa que podamos prescindir de una taxonomía gramatical. Pero no debe perderse de vista la extrema diversidad de los sistemas lingüísticos. De este modo, resulta cómodo disponer de un término técnico en el sentido que le damos los lingüistas para describir las lenguas, e incluso para poder decir, llegado el caso, que hay lenguas que carecen de artículo y observar las consecuencias resultantes en el funcionamiento del sistema gramatical considerado. El número de clases mayores en las lenguas conocidas no supera o apenas supera la decena. Por lo que respecta al inglés, no olvidaremos nada esencial si nos limitamos al nombre, al verbo, al adjetivo, al adverbio, al pronombre, a la preposición, a la conjunción y al artículo. Los flexivos son formantes categoriales propios de una lengua. Sin embargo, en un número considerable de lenguas es posible distinguir desde un principio una flexión verbal y una flexión nominal . Pertenecen a la conjugación las categorías clásicas de tiempo, modo, aspecto, voz y persona. Pertenecen a la flexión nominal el género y el número. Los flexivos que se encuentran al final de palabras son las desinencias. Una diferencia de fonema puede alcanzar pertinencia morfológica en una palabra si corresponde a una diferencia gramatical. Tampoco la morfología es ajena a la sintaxis. Según las lenguas, será el contexto sintáctico y o la declinación lo que permita asignar a la palabra alguna de las categorías de las partes de la oración. Y según las lenguas también prevalecerá el orden de las palabras o la declinación. Los morfemas léxicos son los que constituyen nombres de conceptos. Pueden ser radicales, en los que se siguen varias definiciones, pueden ser palabras utilizadas como base de la derivación y pueden ser, por último, palabras apocopadas. Este inventario en forma de tipología resulta casi exhaustivo para el inglés. Se ha expuesto para demostrar que hay un morfema que prevalece sobre todos los demás, es decir, el radical, porque él solo puede constituir una palabra. Así se puede proponer una nueva definición de palabra que asume esta característica. Es decir, el conjunto formado por un radical más todas las especificaciones gramaticales que se incorporan directamente a él. La alternación de fonemas puede considerarse, a primera vista, como alternancia flexiva, si se trata de gramaticales o como alternancia léxica, si se trata los radicales o los combinas con los afijos de derivación. Morfológicamente, la flexión tiene un alcance más general que los modos de formación de palabras nuevas a partir de radicales. La flexión es la variación de la palabra según su pertenencia a alguna de las partes de la oración . Un modelo de conjugación o de declinación se denomina tradicionalmente paradigma. También paradigma es una clase de palabra sustituible en un punto concreto de la cadena del discurso. Las lenguas especializadas tienen un vocabulario cuya flexión, sobre todo para los sustantivos y los adjetivos, plantea algunos problemas particulares, como la ausencia de variación de género, la ausencia de variación de número, la ausencia de concordancia, la vacilación de género, etc. A partir de una mínima base léxica, sin que haya cambio del significado conceptual, se puede pasar de un verbo al nombre de la acción correspondiente, siendo la nominalización una operación puramente gramatical. Las cosas son menos simples desde el punto de vista semántico. Sin embargo, desde el punto de vista gramatical, se pasa del verbo al nombre mediante una operación denominada derivación. El resultado de ello es un derivado, que es una palabra formada por un radical más un prefijo o un sufijo que no tiene en principio existencia independiente, contrariamente a lo que ocurre con el radical. Si una palabra es el resultado de la asociación de palabras que pueden existir independientemente, se trata entonces de un compuesto. La composición tiene un interés particular en las lenguas especializadas pues sirve para condensar la información recurriendo más a la motivación que a la explicación patente. Los procedimientos varían en cada lengua, pero esta función de denominación es un objeto a partir de las propiedades evidentes de forma continua. Las formas de derivación y de composición varían según las lenguas, así como su participación en la formación de nuevas palabras. En cuanto a la estructura interna de los compuestos, se adapta con mucha regularidad a las características tipológicas de cada lengua. En el análisis léxico es la noción de paradigma derivado, que consiste en la serie de las distintas realizaciones sintácticas de un mismo núcleo semántico. Desde el punto de vista morfológico, destaca el carácter semánticamente homogéneo de cada una de las series. Se trata de una analogía. La serie de derivados es a la palabra de base lo que la serie de casos es a la palabra declinada. Como en materia de flexión, es la sintaxis la que impone un elemento de la serie u otro y de ella depende la forma de la palabra. De ahí la interdependencia entre morfología y sintaxis. Una característica destacable de los paradigmas derivativos es su interés para las lenguas especializadas. El dominio de las series léxicas especializadas es un requisito para un buen manejo de los enunciados profesionales, y ante todo para su comprensión. Los paradigmas derivativos especializados comportan a veces lagunas que demuestran la autonomía semántica vinculada a algún campo. Si admitimos que la sintaxis es el examen de las relaciones entre palabras y grupos de palabras y las marcas de estas relaciones, su autonomía resulta muy relativa pues las marcas de las relaciones son en parte morfológicas y en parte posicionales y las relaciones no son únicamente respecto a la concatenación sino también respecto a la función y al significado. Su objeto por excelencia, la frase, no posee una definición más universal que la de palabra o morfema sino que se entiende como una segmentación del discurso que se puede describir explícitamente. Y que es por lo tanto una construcción abstracta analizable. En una secuencia de palabras y o grupo de palabras analizable desde el punto de vista del sistema de la lengua es lo que consideramos sintaxis. A primera vista, la sintaxis presenta poco interés para el estudio de las lenguas especializadas porque su campo es tan general como el de las fonéticas. El orden de las palabras, la determinación, el sistema de tiempo y modos y todo lo que caracteriza este aspecto de la lengua son tan comunes a los textos especializados y no especializados como son las entonaciones y los acentos a la conversación cotidiana. El contenido de una sintaxis tradicional muestra los límites de la variabilidad en la materia transitividad, voz, auxiliares, modos y tiempos verbales, funciones del nombre y del adjetivo, coordinación y subordinación, etc. No existen reglas propias de la sintaxis de ninguna lengua de especialidad. El contenido de una sintaxis formal nos da una impresión diferente. Sin embargo, un análisis sintáctico de las lenguas especializadas muestra la capacidad de explicar lingüísticamente hábitos expresivos estadísticamente dominantes en tal tipo de texto, es decir, un estilo. Esta propensión no concierne solamente a las partes de la oración y de los fenómenos como la normalización y la pasivización sino que también a los conectores de frases y a su lógica, así como a la gramática de la enumeración. Se exige, pues, no limitarse a un aspecto de la sintaxis y considerar todo lo que está sujeto a regularidades formales que pueden describirse. Esta flexibilidad a los datos concretos permite a los textos especializados desempeñar un papel importante en la verificación de teorías y metodologías. Uno de los principales logros de la sintaxis es la noción de distribución, entendida como la posición relativa de una palabra o un grupo de palabras en la frase, es decir, la suma de todos los entornos. Así podemos hablar de densidades sintácticas que forman parte del estilo del texto que puede encontrarse en varios tipos de textos especializados. Una gramática puramente posicional no es capaz de explicar fenómenos tan sencillos como la diferencia de interpretación de secuencias, lo que explica el análisis en términos de funciones. La gramática tradicional es una gramática de dependencia si reducimos los términos de régimen, complemento, determinante, etc. El punto común de estos vínculos jerárquicos ilustra la generalización de los mismos. El sujeto y el complemento son el régimen del verbo, el adverbio también completa al verbo, el complemento determinativo es adjetivo y el determinante completa al sustantivo. La frase no es la proposición, que es cuestión de verdad y no de lengua, pero en el análisis de estas dos clases de objetos, tenemos que tener en cuenta consideraciones paralelas. El predicado y sus argumentos son entidades lógicas a las que corresponden más o menos expresiones predicativas, así como sus regímenes, incluidos los sujetos. Las conjunciones de coordinación son por un lado nombres de operadores lógicos y la preposición puede corresponder a uno de los operadores boleanos clásicos. El encadenamiento de enunciados y de partes de enunciados tienen algo que ver con las implicaciones lógicas, es decir, relaciones de causa, consecuencia, condición, etc. Una gramática descriptiva necesaria para explicar la especificidad lingüística de los textos técnicos no puede evitar un enfoque pluridimensional que incluya las relaciones lógicas siempre que presenten particularidades propias. La función de comunicación es esencial en las lenguas. En cualquier sistema lingüístico hay clases de palabras como los adverbios, morfemas, aspecto verbal, tiempo, modo voz, modalidad y construcciones que tematizan el hilo del discurso y cuya función consiste en introducir un punto de vista, una valoración, objetividad, duda, certeza, etc. Estos elementos gramaticales forman parte de las frases pero al mismo tiempo dan su color expresivo al mensaje. Al hablar de mensaje hablamos de emisor y receptor concreto y por lo tanto existe una posible inclinación por lo extralingüístico. Ahora bien, la gramática no se ocupa del contenido del mensaje sino los medios de expresión de la subjetividad y de los morfemas indexicales que no remiten ni a un concepto ni a un individuo mediante los cuales sin embargo tiene lugar toda comunicación en una lengua natural. En la enunciación rivalizan dos exigencias una de ellas consiste en la obligatoriedad de utilizar un tiempo, un modo, una persona y la otra consiste en amoldarse a los hábitos de expresión más o menos predeterminados por un medio un sistema, un soporte de comunicación, lo que se denomina comúnmente un estilo ya sea de profesión, de disciplina, de escrito, en los casos que aquí nos ocupan. La oposición en el sistema lingüístico criterio en el que se basan los rasgos fonológicos, sintácticos y semánticos también caracteriza este aparato formal de enunciación. El locutor puede adoptar tal o cual estrategia consciente o inconscientemente lo que compete a la sintaxis en cambio es el juego de oposiciones entre palabras gramaticales así como también entre la frase completa y la frase explícita elíptica, perdón cuando el carácter incompleto es demostrable y cuando el elemento ausente se puede recuperar mediante las anáforas. La anáfora, vínculo de referencia a un fragmento de discurso anterior es un ejemplo particularmente llamativo de la enunciación en la cadena sintáctica no sólo existen pronombres anafóricos sino también verbos, adverbios numerosos y adjetivos del mismo modo los principales deícticos propios de una lengua forman parte de su vocabulario fundamental incluidas expresiones verbales presentativas en los textos especializados la enunciación utiliza los deícticos propios de un texto escrito que forman parte de la lengua culta cuando se trata de generalidades leyes físicas, normas jurídicas y manuales de instrucciones tiende a darse paso a un presente intemporal y a un enunciador impersonal gramaticalmente pues lo importante es su aplicabilidad el alcance y los riesgos previsibles el denominador común de todas estas expresiones generales es que son marcas de ilocución es decir, son los medios lingüísticos con los que se realiza un acto de habla mediante un fragmento denunciado la ilocución caracteriza en particular a los performativos es decir, verbos que por regla general funcionan en primera persona del presente indicativo la misma fuerza ilocutoria caracteriza la expresión pasiva inconclusa por ejemplo, la sintaxis formal debe contar con la importancia de las marcas de ilocución la semántica disciplina que tiene por objeto la descripción de los significados propios de las lenguas y su organización teórica no es una disciplina autónoma sino que como interpretación de las relaciones lingüísticas constituye una rama de la lingüística podemos considerarla como el estudio del significado de las palabras las frases y los enunciados aunque sea posible atribuir contenidos distintos a significados según sea el nivel de análisis considerado y el tipo de relaciones que se establezcan hay que admitir que la interpretación de los enunciados no es una prerrogativa de los lingüistas si consideramos la interpretación como una exégesis o una hermenéutica el intérprete cualificado no será nunca el lingüista sino el especialista del área en cuestión en estos casos el término más apropiado no es semántica, sino semiología en el sentido de estudio de los signos en el seno de la vida social digamos que interpretación es un término genérico y semántica es más específico aunque no suficientemente preciso y que aquí hablaremos tenemos que tener en consideración que hablaremos de semántica lingüística la semántica lingüística sólo tiene por objeto la interpretación resultante del juego de relaciones gramaticales tiene que interpretar las relaciones entre morfemas en una palabra con flexión o derivada las condiciones lingüísticas de la plausibilidad lógica de las proposiciones y el juego de marcas formales en la enunciación en el enunciado el principal problema de la semántica lingüística es la diversidad de sus objetivos que puede poner el acento en la semántica léxica o en la enunciación pero para describir el significado lingüístico en sus distintos aspectos la cuestión primordial es la compatibilidad de los diferentes enfoques es necesario un enfoque que pueda ser al mismo tiempo plural según los niveles de análisis palabras, sintagmas, frases, proposiciones y enunciados con una modularidad coherente para que la semántica tenga el alcance práctico para prever las interpretaciones plausibles de los enunciados considerados como producciones determinadas por el sistema de una lengua dada la semántica de las lenguas especializadas es mucho más simple que la de las lenguas en general la previsibilidad es máxima en el caso de los compuestos sintagmáticos que pertenecen a un área de conocimiento y a una sola materia mientras que es mínima cuando no se encuentra en expresiones fijas no obstante, la previsibilidad de los usos ordinarios no es nula pues si existen tantos diccionarios es precisamente porque suministran puntos de referencia útiles pero desde el punto de vista lingüístico el precio para encontrar regularidades es muy alto y exige una acumulación sistemática de información que no puede ser comprobada totalmente la lexicalización y la previsibilidad semántica está garantizada en las lenguas especializadas por una probabilidad estadística particular de co-ocurrencia dentro de un área de conocimiento los lingüistas consideran en considerar como principales relaciones semánticas en el léxico la sinonimia, la antonimia y la hiperonimia cada una de ellas es identificable por múltiples características lingüísticas la sinonimia está en estrecha relación con la sintaxis de posición únicamente se habla de sinonimia cuando dos o más palabras pertenecen a la misma categoría de las partes de la oración y cuando son sustituibles en los mismos entornos sintácticos existe un enfoque distinto pero compatible con el anterior procedente de la lógica según el cual sólo son sinónimas las palabras caracterizadas por las propiedades de la equivalencia es decir, la simetría si es un modo es una manera y viceversa la transitividad es decir, si es un procedimiento es un modo y un modo una manera un procedimiento es una manera y la reflexividad igualdad consigo mismo y por lo tanto univosidad de cada palabra en las lenguas especiales lo que cuenta ante todo es esta equivalencia un término es equivalente a un término cuando las dos denominaciones son intercambiables con la verdad intacta o según la expresión latina salva veritate la antonimia se presenta también a un estudio de las relaciones sintagmáticas las condiciones de verdad y las dependencias funcionales limitadas también interesa a la morfología sobre todo en las lenguas especializadas aunque lo más característico en este ámbito son las series limitadas con lo que podrían considerarse cohipónimas el hiperónimo es la relación semántica en el léxico que mejor subraya un enfoque que no sea unidimensional el hiperónimo, relación de lo genérico a lo específico es esencialmente una relación lógica en él la diferencia jerárquica debe ser lo más pequeña posible es decir, una superordinación mínima la hiperonimia deja a veces huellas morfológicas sin embargo la arbitrariedad del signo hace estragos en las lenguas especializadas como en el resto del mismo modo un compuesto sintagmático no tiene por qué ser necesariamente un hipónimo de la palabra determinante es pues fundamental construir los campos nocionales de cada especialidad y recurrir a los expertos para establecer los sinónimos, antónimos e hiperónimos si el lingüista pretende no tener que recurrir al profesional hay que cruzar múltiples índices los de frecuencias y coocurrencias los de simetrías los de dependencias sintácticas y los de series morfológicas probablemente el futuro se encuentre en la modelización de los mismos conocimientos mediante las dependencias conceptuales prototípicas lo importante para los textos especializados no es tanto lo que es posible lingüísticamente como lo que es lingüísticamente típico de una especialidad concreta en nuestro caso los sintagmas de previsibilidad condicionada en un primer nivel el más conocido la semántica es léxica puesto que el léxico no es más que una lista de palabras su estudio semántico es ante todo una cuestión de morfología en las lenguas especializadas se hace muy importante el conocimiento de un vocabulario básico así como la memorización de una serie de formantes morfológicos radicales o raíces, prefijos y sufijos ocultos es conveniente también conocer los microparadigmas derivacionales que corresponden a un área de conocimientos concreta pero tampoco se debe subestimar que la comprensión de un texto especializado se debe también al conocimiento de la lengua en general la distribución de las clases de palabras se utiliza para disipar las polivalencias léxicas la semántica interpretativa consiste en un cálculo de compatibilidades que se basa en la distribución en clases de palabras lo que es bueno para la lengua en general también lo es para los vocabularios especializados la multiplicación de grupos nominales por su parte facilita la lectura unívoca de los textos especializados al limitar las posibilidades de combinación lo que vale para los sustantivos también vale para los adjetivos la atribución de rasgos sintácticos semánticos no es discriminante debido a la especificidad del significado a veces estereotipado de los sustantivos de los que dependen los adjetivos pero a veces el significado del adjetivo deriva varía, perdón no tanto en función del nombre con el que va sino en función de una clase conceptualmente limitada de nombres una clase léxica de sustitución limitada a veces corresponde a una propiedad formal de la acepción es decir, existe la posibilidad de transformación sintáctica la caracterización de este tipo de paradigmas se hace sintáctica y semánticamente y se puede referir a ella como una serie de objetos la temática especializada es la que resulta globalmente discriminante se trata de un área temática en el sentido de los terminólogos lo mismo ocurre con los verbos los rasgos no son suficientemente selectivos por lo que la imposibilidad de nominalización es determinante para identificar el significado exacto se dispone de una serie de índices como la dependencia del nombre o del adjetivo que pueden calificar o determinar y el régimen del verbo, de nombre, predicativo y de adjetivo que son los criterios fundamentales de las lenguas especializadas esta especificidad puede llegar a ser sorprendente en los casos de expresiones predicativas combinables con un número inmenso de palabras fuera de su empleo especializado lo característico de las lenguas naturales es que son maleables en estas condiciones aislar los usos terminológicos de los usos generales de las palabras puede parecer artificioso y sin embargo resulta legítimo porque de otro modo no existirían las diferentes disciplinas la prueba que permite distinguir el significado especializado es el de la definición lógica la definición lógica hace necesaria una definición común en términos de condiciones necesarias y suficientes que garantice la sustituibilidad lo que distingue el significado terminológico en su uso en un campo concreto y en el diccionario de la lengua es la existencia de monosemia en el primer caso y de polisemia en el segundo la monosemia es la relación entre designación y noción en la cual una designación representa una sola noción dar a los adjetivos nombres exactos y no equívocos es lo propio de la ciencia, de la técnica y no del lenguaje corriente la claridad del discurso exige que a un signo dado sólo correspondiera un significado y que recíprocamente la expresión de una idea fuera un único signo aunque hay que admitir que el lenguaje es polisémico así sobre un fondo polisémico general tiende a desarrollarse de cara a las necesidades de la comunicación especializada un lenguaje que procura sacar el máximo provecho de la polisemia el rasgo característico de la terminología técnica es la búsqueda de la monosemia por oposición a la polisemia generalizada de los términos del léxico general de la lengua la antonimia estricta, lo mismo que la sinonimia lógica es cuestión de condiciones necesarias y suficientes pero como la lógica de la lengua y la lógica de los conocimientos no coinciden existen antónimos no prefijados en gramática y nombres de prefijo negativo sin antónimo por poner algunos ejemplos las relaciones lógicas permiten dibujar los campos nocionales que poseen propiedades transmisibles la hiperonimia, la sinonimia y la antonimia estricta son también campos lingüísticos puesto que son la base de las denominaciones aunque su uso está vinculado a disciplinas y ambientes de especialistas en esta doble naturaleza la que explica que una comunidad científica pueda comunicarse en una lengua de trabajo común mientras que la comunicación cotidiana en lengua extranjera da pie inevitablemente a múltiples confusiones se trata de agrupaciones que no han de confundirse con los campos semánticos que incluyen palabras que abarcan la temática amplia ni con los campos léxicos que se basan en conjuntos de semas compartidos por palabras en su uso corriente y en una comunidad lingüística que se considera culturalmente homogénea por su parte lo extralingüístico pertenece en lo lingüístico penetra en lo lingüístico de múltiples maneras pero en una muy particular mediante la referencia a objetos del mundo la referencia como función identificadora es una prioridad del lenguaje humano que hace que el dominio del conocimiento no lingüístico preceda al dominio de la lengua el significado real es previo al significado fundamental lo que se ve con claridad en el caso del nombre propio y de las descripciones definidas es lo que lo que cuenta es esto se llama así este carácter convencional que adquiere entre quienes saben de qué se trata amenaza la integridad de las lenguas de este modo el préstamo terminológico no sólo indica la lengua de origen sino también el medio profesional la connotación está muy lejos de ser ajena a las lenguas especializadas lo que remite a la realidad social en términos de áreas de especialización es decir de parcelas de saber cuyos límites están definidos según un punto de vista particular para explicar la especificidad de la referencia de lo que lleva el nombre de existe el concepto de monoreferencialidad que se aplica a la tendencia a la autorregulación de la comunicación especializada por los propios grupos especialistas el término técnico tiende a ser monocinco o mejor dicho monoreferencial en cada área particular del conocimiento las cosas del mundo que se perciben y se comprenden mediante sus elementos esenciales tienen que clasificarse y distinguirse los términos técnicos y científicos que los designan han de designar una sola cosa para evitar la amigüedad y la confusión en la comunicación por este motivo cada vocabulario técnico y científico forma un conjunto cuyos elementos se estructuran por el hecho mismo de pertenecer a un vocabulario y no a otro el término sólo figura en dicho vocabulario en la medida en que se refiere a un área particular los diccionarios enciclopédicos clasifican los empleos de un término según apartados que corresponden a la división del mundo y del conocimiento debido a esta monosemia referencial inherente al término mismo en el eje sintagmático de la frase contrariamente a lo que ocurre con el término en el méxico general no se interviene para disipar la ambigüedad en la comunicación entre especialistas la monoreferencialidad plantea problemas de adecuación en los textos de divulgación en los que hay que tener en cuenta simultáneamente los imperativos de precisión de la información de fidelidad de las fuentes de documentación y de los conocimientos que se presuponen en el lector al que va dirigido la lexicografía terminológica en el mejor de los casos puede aclarar la verdad sobre el vocabulario y sobre las cosas para poderla hacer llegar al lector pero nunca es suficientemente explícita en este aspecto de ahí la necesidad de las remisiones de las indicaciones de la fuente y de las menciones de área y subárea el relativismo que la caracteriza cuando es descriptiva mucho menos cuando es prescriptiva no es un problema metodológico su objetivo no es la semántica de los conocimientos sino su aprehensión lingüística la redacción técnica es al mismo tiempo una redacción tecnificada porque recurre a instrumentos modernos y una redacción especializada por los contenidos de información que transmite el primer aspecto compete a la ingeniería lingüística el papel del lingüista en redacción técnica no se limita a suministrar información gramatical de cara a la corrección de textos provee del análisis correcto desde la descripción lingüística el armazón previsible del texto y la adecuación a las necesidades del usuario además de establecer una terminología razonada el lingüista es capaz de formular o reformular enunciados para que se adecúen a lo que se pretende decir la claridad y la expliciteción son los objetivos propuestos para evitar confusiones en la comunicación especializada sobre todo entre especialistas y no especialistas la información en los párrafos y en todo el texto ha de progresar según la lógica simple de lo general a lo particular o al revés de lo anterior a lo posterior de lo esencial a lo necesario, etc. la legibilidad de un texto depende de este tipo de consideraciones más que de fórmulas relativas a la longitud de las frases o de las palabras la legibilidad se trata de un concepto híbrido en el que convergen o conviven consideraciones psicolingüísticas como la longitud óptima de las palabras de las frases y de las paráfrasis la sociolingüística, es decir el tipo de lector y textuales, es decir, el tipo de texto un artículo de divulgación tiene una organización relativamente libre pero una reseña científica se ha de someter a las normas de la revista que la publica se trata de género la tecnicidad no es sólo característica de la ciencia una respuesta administrativa, por ejemplo muestra que es posible encontrarla allí donde la previsibilidad condiciona la redacción misma del documento este tipo de texto es identificable inmediatamente por indicadores previsibles repertorio limitado de fórmulas de apertura por los apelativos por las cláusulas por los adverbios de frase sin hablar de los encabezamientos y de las potatas lo que vale para ese género vale también para textos más técnicos en sentido restrictivo si este tipo de indicadores lingüísticos guían la lectura en función de una previsibilidad de los contenidos de los apartados el énfasis en el mensaje transmitido es cuestión de focalización existen dos formas de énfasis una focalización identificante y una focalización aislante el resalte tiene a su vez dos funciones separar el enunciado de las articulaciones lógicas del discurso como adverbios de frase mediante modalizaciones iniciales, incidentales o finales o destacar un fragmento concreto del contenido del discurso mediante locuciones en algunas lenguas basta con la anteposición sintáctica del elemento destacable en inglés el acento de insistencia desempeña el mismo papel todo ello es cuestión de lengua la traducción se denomina tematización aunque focalización es un término más claro para definir este aspecto la redacción es en gran medida una actividad semejante a la traducción de manera que la traducción puede considerarse hasta cierto punto como una redacción en la lengua de llegada no obstante la traducción está más cerca de la reformulación y de la decodificación y sólo después de una fase de interpretación puede utilizar los recursos de codificación la redacción es una traducción inversa en la propia lengua con palabras y expresiones cuyo dominio es progresivo desde el punto de vista del aprendizaje y cuyo destinatario espera una información útil para él la redacción especializada lleva este calificativo por la naturaleza de las denominaciones que en parte son de índole terminológica la codificación es un proceso que parte de las nociones que hay que nombrar para llegar si es posible a una denominación adecuada del objeto considerado que puede ser concreto o abstracto e incluso puramente ideológico si incluimos textos de propaganda cuyo vocabulario especializado forma parte de los estereotipos consagrados las guías de redacción especializadas tienen la función de formar a los especialistas o a los futuros especialistas no es de menospreciar una ayuda a la redacción técnica que dé el inventario de términos de especialidad los conectores más usuales y las tendencias de la enunciación aún más utilidad se consigue al añadir las informaciones necesarias sobre los vínculos nocionales entre términos característicos hiperónimo inmediato antónimos, sinónimos exactos si los hay el todo, las partes, el agente el efecto, la acción, etc. según cada caso esta tendencia enciclopédica o de ontología selectiva es evidente en las ilustraciones explicativas o en los textos que las acompañan en los manuales por lo que al redactor técnico le es de mucha ayuda disponer de un verificador terminológico la ayuda a la redacción especializada depende de la disponibilidad adquirida y rápida de posibles reformulaciones alternativas puesto que la redacción consiste en producir enunciados más apropiados para transmitir la información a los demás en un texto continuo perdón en el que sea de evitar las excesivas repeticiones léxicas en ocasiones es posible una transformación léxica ya que los términos tienden a la monosemia por ejemplo, la transformación del grupo nominal en un grupo verbal y viceversa es un recurso no siempre disponible y poco previsible el redactor especializado precisa de paradigmas derivacionales y no de términos erráticos se trata de una forma lingüística de altura de cultura perdón que se adquiere redactando y que permite diversificar el estilo un texto no es sólo una secuencia de enunciados es una secuencia de enunciados sobre un mismo soporte esta característica material tiene consecuencias en el estilo y más concretamente lo que concierne a la adecuación al soporte a la materia tratada y al destinatario esta adecuación tiene que ver con la continuidad temática relativa a la coherencia del contenido la pertinencia relativa al tema tratado y a la conveniencia relativa al destinatario la cuestión de la coherencia conceptual en el sentido de la relación entre naciones se plantea también a partir de las consideraciones sobre el soporte utilizado se habla de nivel de conocimiento cuando nos referimos a una revista científica o técnica los esfuerzos de valorización de la ciencia en los organismos científicos han de hacerlos los mismos científicos en el caso que no se quiera desvirtuar su pensamiento o por los periodistas si se trata de divulgación la pertinencia perdón es la adecuación a la materia considerada está en relación con la coherencia porque esta supone que la información responda a cuestiones procedentes de la lógica misma del conocimiento así una definición es pertinente si refleja el estado actual de los conocimientos de tal manera que el lector sea capaz de comprenderla y pueda sacar partido de ella la conveniencia es la adaptación al tipo de texto es decir, la adecuación estilística por lo que respecta al enunciado una característica común a los modos de empleo técnico a las exposiciones científicas es el estilo impersonal por lo que respecta a la globalidad del texto la organización de las demostraciones recurre a técnicas lingüísticas diversas se trata de una retórica de la acción porque la conveniencia forma parte del profesionalismo con el vocabulario se plantea la cuestión del grado de tecnicismo en función del emisor del soporte y del destinatario la probabilidad de aceptar depende de los ajustes de perspectiva pero también de la preferencia por un vocabulario motivado y por las denominaciones incompletas pero suficientes de un ámbito de discurso concreto existen colocaciones preferenciales que muestran lo que es un estilo profesional una expresión adaptada a los hábitos de expresión terminológicamente la palabra correcta remite a una consideración diaria pero lógicamente depende del medio y por lo tanto de la connotación social el estilo científico y didáctico tiene la reputación de ser abstracto concretizar es utilizar ejemplos y casos concretos el estilo considerado abstracto es un estilo denso en el que las palabras largas resumen programas, operaciones es decir, transportan predicados las frecuencias de las nominalizaciones varían con la materia considerada más o menos rica en conceptos y con el estilo más o menos denso la densidad se justifica cuando consigue una relativa brevedad frente a la perífrasis que son descripciones más que medios cómodos de comunicación otra transformación que también es fuente de densidad sintáctica es la transformación en construcción pasiva inacabada igual que la nominalización tiene la ventaja de evitar los complementos verbales introducidos por una construcción menos explícita pero sin información útil la ausencia de interés por el individuo frente a la regla general es la que justifica el uso del estilo impersonal en los enunciados científicos y en los textos nominativos perdón, normativos los primeros se someten a lo real en forma de un discurso de la objetividad los segundos se dirigen a las personas como seres racionales por lo que el estilo impersonal característico de modalidades prescriptivas evita decir lo que se da por sabido que la regla se aplica a quienes concierne la tendencia a la condensación del enunciado por su parte no suprime en absoluto los conectores lógicos resulta oportuno explicar el encadenamiento lógico no se trata de una exigencia retórica sino de guiar al lector a través de las etapas y las formas de la demostración introducir resultados, consecuencias y conclusiones los textos especializados exigen estudios de estilo considerando los grupos de palabras más que las palabras aisladas o que los términos aislados y considerando también el enunciado y el texto en su globalidad en lo relativo a los sintagmas es decir, el modo de empleo de las palabras y los términos las distintas transformaciones léxicas presentan un interés particular que podrían considerarse como una cuestión de área en lo relativo al enunciado la sintaxis no debe limitarse a las estructuras de las frases mínimas por ejemplo, la gradación que es una organización del enunciado siguiendo un orden no gramatical se sigue la lógica diversa que se basa en lo semántico, lo pragmático o lo sintáctico respecto a la globalidad del texto la claridad y la concisión bastarán como objetivos la transparencia del plan seguido el realce dado al detalle destacable la economía de medios son a todas luces fundamentales para que la comunicación sea eficaz aunque las posibilidades técnicas como el color, el grafismo, etc. pueden contribuir la terminología es una lexicografía terminológica y su naturaleza depende de que la orientación dominante sea lexicográfica es decir, consagrada ante todas las palabras o más bien terminológica es decir, atenta sobre todo a las nociones si consideramos el diccionario de lengua general como el grado 0 de terminografía el primer nivel es el diccionario especializado monolingüe este tipo de diccionario se caracteriza por limitarse a los términos de un área o de un conjunto de áreas de conocimiento opción de la que resulta una nomenclatura limitada a nombres, verbos, adjetivos o adverbios especializados pero que recoge también compuestos sintagmáticos siglas, acrónimos, préstamos y locuciones y en principio definiciones técnicas el diccionario monolingüe incluso especializado tiende a disimular las especificidades conceptuales de los términos cuando se limita a una sola área así una expresión predicativa vaga se especializa cuando se aplica a una clase de argumentos propio de un área de conocimiento otro caso favorable al tratamiento de tipo lexicográfico es aquel en que el principio de clasificación es el orden alfabético de las entradas es el caso en general de un diccionario especializado monolingüe pero también bilingüe o multilingüe esta preferencia por las formas como tales lleva a un enfoque en términos de signos de dos caras si los compuestos sintagmáticos se tratan como simples casos particulares de uso de un lema simple y no se los integra en la macroestructura en el lado opuesto está el procedimiento que va de las nociones a las denominaciones y que exige una clasificación sistemática es conveniente que un diccionario especializado que se ocupe de terminología tenga un orden basado en la lógica de los conocimientos es decir, en los vínculos nocionales que van poco a poco abarcando y estructurando la máxima extensión del área por el contrario, un diccionario especializado es propiamente terminológico si se caracteriza por las siguientes propiedades ser plurilingüe, estar limitado a una temática obligatoriamente especializada que presente una indicación por nociones, es decir numerada y que tenga unidades terminológicas correspondientes a cada lengua el plurilingüismo descubre las nociones realmente coincidentes y aquellas que están condicionadas por una cultura o una lengua con lo que se hacen patentes los límites de las equivalencias, a menudo condicionales debido a la universalidad de la polisemia y de la sinonimia una temática compleja que hace patente la polisemia incluso en el uso de una misma disciplina obliga a recurrir a un procedimiento que parte de la forma hacia los significados también la restricción temática permite identificar las colocaciones distintivas así como los paradigmas derivacionales pertinentes por último, sólo una indicación por nociones puede justificar la opción de un equivalente por defecto sólo el principio de la distinción sistemática según las áreas es válido lingüísticamente de otro modo se corre el riesgo de tomar por sinónimo expresiones que no admiten la misma definición y encontrarse sin criterios cuando haya que optar entre varias soluciones posibles esta clasificación sistemática es la garantía de que las redes nocionales propiamente dichas en cambio, no se trate de una vaga regléxica poco rigurosa y poco eficaz como son las series asociativas los diccionarios lingüísticos y terminológicos sólo pretenden conseguir sus objetivos si se distinguen metodológicamente el tratamiento de las palabras como palabras y como términos sintagmática y también morfológicamente en el uso social real es preferible, cuando los conocimientos técnicos están en juego no concentrarse en las palabras muchos trabajos terminográficos son unifuncionales es decir, tratan de responder al objetivo preciso de un intérprete de conferencia de un cliente o de un responsable de ordenación lingüística la rentabilidad a medio plazo exige un mayor esfuerzo de tipo sistematizador pues la fiabilidad de la información los argumentos en favor de la unifuncionalidad no deben de infravalorarse en cualquier caso así, un intérprete de conferencias bilingüe experto en algún tema puede bastarle tener al mano algunas decenas de términos en programas o comunicaciones disponibles esa base de datos desempeña entonces el papel de ayuda lingüística las cosas cuentan más que las palabras siempre que se hable de lo mismo utilizando palabras distintas aun cuando las conceptualizaciones no son independientes de las lenguas los preceptos son la documentación, el análisis lingüístico y la experiencia profesional hay que proceder a una recogida sistemática de la información para calibrar exactamente lo que es general y lo que es particular lo que es frecuente y lo que es ocasional, etc. si se quiere hacer algo más que un diccionario casero un objetivo orientado exclusivamente hacia la traducción la ordenación lingüística simple o la actividad comercial sin más sólo puede ser perjudicial a la comunicación especializada en general fuera de un medio profesional muy limitado en sentido contrario, una terminología cuyo objetivo sea ante todo el intercambio de conocimientos y prestar un servicio compatible con la mejor tradición lexicográfica sólo puede ser objetiva, sistemática y concebida con vistas a múltiples usos la sistematicidad es ante todo cuestión de nomenclatura así se puede apreciar la dificultad de tomar en consideración los compuestos sintagmáticos pues está en juego lo composicional, lo no composicional y también lo implícito lo que es más, los mismos términos simples son a menudo palabras descontextualizadas que sólo son comprensibles en el marco de su noción la sistematicidad también es cuestión de área y como las lenguas no están solas en el mundo hay que poder traducir adecuadamente disponiendo de una doble competencia lingüística y práctica el problema de la terminología multifuncional no sólo que sea muy costosa sino que además exige gran cantidad de fuentes de definiciones, de destinatarios, etc. a lo que hay que añadir la rapidez a la que envejece la información obtenida no sólo en proyectos puntuales sino también en los de gran envergadura hay que considerar por lo tanto la depuración de las bases como una de las tareas ingratas pero imprescindibles de la terminología del mismo modo que el lexicógrafo compensa a cada nueva edición las nuevas entradas con la supresión de las unidades léxicas desusadas o cuyo referente ha perdido actualidad como en lexicografía también la mejora de la calidad depende de la meticulosidad del trabajo una definición un poco más sistemática una remisión a una noción relacionada una colocación característica un ejemplo clarificador una fuente identificativa, etc. un mejor conocimiento de las lenguas perdón, de las exigencias y de los costes no puede por menos que resultar beneficioso una lexicografía terminológica multiaria tiene dos aspectos muy distintos pero complementarios por el lado de la lengua tiene sus raíces en la morfología y la sintaxis por lo tanto está en el corazón del sistema pero con los inconvenientes de un significado aproximado o esquemático basado en la memoria y la creación analógica por el lado de la terminología dispone de un significado convencional propio de la comunicación unívoca pero con los inconvenientes de las irregularidades morfológicas y sintácticas signos lingüísticos abreviados, prestados o híbridos hay que distinguir lo que corresponde al significado natural y lo que corresponde al significado convencional si queremos separar metodológicamente las dos lógicas la terminografía es, ante todo una colección de significados convencionales y de sus denominaciones la lexicografía presenta el significado como algo natural y la terminología no tiene que ver con ello en cambio, todo lo que está en la terminología está en la lengua, incluido el préstamo técnico con el tiempo el tesoro de la lengua relativiza la terminología los hablantes poseen el arte de recurrir a lo genérico no sólo para integrar a su cultura a lo desconocido sino también para designarlo en su lengua cuanto más descriptiva es la terminografía tanto más cerca está de la lexicografía cuanto más exclusivamente prescriptiva es tanto más conviene subrayar hasta qué punto su concepción pasa por alto incluso los adelantos propios de la lexicografía la única terminología digna de consideración es aquella en la que coinciden lingüistas cultos y profesionales humanistas lo importante es, por un lado el conocimiento de idiomas una formación lingüística general y filológica y por otro, una experiencia efectiva y actualizada en la especialidad considerada así como sentido de la propia lengua en ambos casos también demostrar espíritu científico para no dejarse llevar por los neologismos in vitro y el etnocentrismo los traductores bien formados tienen una vocación terminológica particular por su apertura a dos lenguas y a dos culturas al menos sobre todo en ambientes plurilingües no quisiera terminar sin recomendarles el libro las lenguas profesionales y académicas de Enrique Alcaraz Enrique Alcaraz Varó que tiene como autores a veras de los investigadores más destacados en España en el campo de las lenguas especializadas cuya referencia encontrarán en los documentos de este tema alojados en el curso virtual y que contiene una exhaustiva revisión del estado de la cuestión por mi parte nada más les agradezco a todos la atención prestada y sin más dilación voy a parar la grabación en este momento muchas gracias por su atención saludos cordiales a todos