Buenas tardes, en el día de hoy vamos a ver el tema primero de la asignatura Economía del sector público El sector público como sujeto económico de la hacienda pública. A modo de introducción podemos decir que podemos considerar o partir de la definición de hacienda pública bajo el punto de vista de dos perspectivas. De un lado es posible partir del concepto tradicional de ciencia económica como el estudio de la satisfacción de las necesidades humanas a partir de los recursos escasos y de uso alternativo. Así la hacienda pública estudia las necesidades colectivas desde este enfoque de disciplina a objeto de análisis y se refiere a un conjunto de actividades cuyo elemento común es que se realiza fuera del mercado. Este modo de definir la hacienda pública tiene algún inconveniente importante como lo que podemos destacar los siguientes. ¿Cuáles son esos inconvenientes? En primer lugar, si solo consideramos como necesidad colectiva aquella que satisface por procedimiento ajeno al mercado estamos optando por una visión concreta de las funciones del sector público. y en segundo lugar, la acción del sector público cubre un abanico de posibilidades tan amplio que cualquier actividad desarrollada por el sector público sería objeto de nuestra ciencia. La dificultad señalada en el apartado anterior explica una segunda forma de definir el contenido de la hacienda pública como parte del concepto de economía, como ciencia que estudia el modo de satisfacer las necesidades humanas como recursos escasos de uso alternativo. Se distingue entonces entre el problema de asignación, distribución, estabilidad y crecimiento y se define a partir de ello a la hacienda pública como el estudio de las funciones reales. La segunda forma de definir el tema es la acción del sector público en cuanto a la resolución de estos cuatro problemas. Este modo de considerar nuestra ciencia tiene algunas ventajas innegables. La primera cubre cualquier enfoque que se da a la acción del grupo político desde el planteamiento extremo en que sólo concurre cuando es imposible la resolución del problema a través de la cooperación voluntaria de los agentes económicos privados hasta las opciones más intervencionistas. La segunda se refiere a que permite el estudio del sector público no sólo como un agente económico con un papel activo en la resolución de los problemas, sino también como el creador de un marco institucional en el que se desenvuelvan los sujetos privados. Y por último, concedente a la tercera, al hecho de que no se obliga a restringir el campo de acción de la acción pública a los mecanismos coactivos extraños al mercado, sino que por el contrario permite el análisis de las empresas públicas con los mismos criterios que se aplican al análisis macroeconómico. En relación a la delimitación del sector público, acabamos de señalar que la acción pública es toda la actividad realizada por el sector público a la resolución de los problemas económicos de la sociedad. Esta forma de conceptualizar nuestras disciplinas es específica. Tiene que establecer algún criterio que permita diferenciarlo del sector privado de la economía. Podemos adelantar dos alternativas. En primer lugar, el planteamiento objetivo. Consideraríamos al sector público como todos aquellos agentes económicos que realizan su actividad utilizando el principio de coerción y no del intercambio voluntario. Por otro lado, el enfoque subjetivo, que podemos enumerar al conjunto de entidades que componen el sector público con independencia de que sus acciones se utilicen o no al poder del imperio. Parece más aceptable este segundo planteamiento. Podemos considerar como integrantes del sector público a los siguientes sujetos. A las administraciones públicas, con administración central, administraciones autonómicas, administraciones locales, la seguridad social y organismos autónomos. Las empresas públicas no financieras. En este caso podemos incluir a todas aquellas unidades de producción cuya propiedad o control sean públicas y vendan sus productos en el mercado. El problema fundamental en estos casos que es lo que debemos entender como control. Y por otro lado, las entidades financieras. Las entidades públicas que plantean problemas similares. En relación al sector público, los presupuestos generales, hemos de partir de una idea. Los gastos siempre aparecen en el presupuesto como una autorización. No se puede gastar lo que no aparece en el presupuesto, ni en la cuantía, ni en la atención, ni por quién determina el presupuesto. Y el ingreso que es un acto de previsión. En relación a los gastos, la autorización, estos se dividen. económico, los gastos en operaciones corrientes, operaciones de capital y operaciones financieras. Cada uno de ellos se corresponde con un capítulo económico. Capítulo primero, dentro de las operaciones corrientes serían gastos de personal, capítulo segundo, compra de bienes y servicios, capítulo tercero, gastos financieros, capítulo cuarto, transferencias corrientes, capítulo quinto, el fondo de contingencia, con una especie de cajón desastre, pues aparecen imprevistos. En las operaciones de capital nos encontramos con capítulo sexto, que serían inversiones reales y capítulo séptimo, transferencias de capital. Y por último, las operaciones financieras con el capítulo octavo, variación de activos financieros y capítulo noveno con variación de pasivos financieros. En materia de ingresos, recalcamos, el presupuesto aparece como una previsión, también distinguimos entre operaciones corrientes, operaciones de capital y operaciones financieras. Dentro de las operaciones corrientes nos encontramos capítulo primero, impuestos directos, capítulo segundo, impuestos indirectos, capítulo tercero, tasas y otros ingresos, capítulo cuarto, transferencias de capital. En relación a las operaciones de capital nos encontramos con el capítulo sexto, en la generación de inversiones, capítulo séptimo, transferencias de capital. En relación a las operaciones financieras, capítulo octavo, variación de activos financieros y capítulo noveno, pasivos financieros. En cuanto a la definición de los componentes del gasto, es relativamente fácil. Así que el capítulo primero incluye todos los sueldos y salarios pagados de todos los funcionarios o personal que trabaja para la administración. El capítulo segundo, pues, no se puede decir que no se puede decir que no se puede decir que no se puede decir. Los datos corrientes, bienes y servicios. Ejemplo, por ejemplo, el tipo de electricidad, luz, material, principalmente consumibles, etcétera. Capítulo tercero, el pago del interés o de la deuda, en el supuesto de que haya concertado esa administración pública por lo que es la deuda pública. Capítulo cuarto, transferencias a las familias o a las empresas por la adquisición de bienes y servicios a los que se les pagan a los contratos administrativos a los contratistas o las subvenciones que perciben los individuos o familias. Capítulo decir. El capítulo ocho, pues, se refiere a la innovación y la introducción en la ley de estabilidad presupuestaria destinada a evitar los problemas derivados de la existencia de gastos, que ya tenía en la investigación, que ya estuvo prevista. Es como una especie de cajón en el cual se nutre todo aquello que no hemos previsto en un principio en el presupuesto. Entonces establece ese fondo de contingencia, después, por la correspondiente modificación presupuestaria, pues, se nutre de ese capítulo. El capítulo sexto, pues, se refiere a los gastos de inversión realizados directamente por el sector público. ¿Qué son gastos de inversión? Pues, aquellos gastos que tienen una cierta permanencia en el tiempo, por ejemplo, carreteras, edificios, todo lo que es la orientación de bienes inmuebles, también tiene la consideración la adquisición de material informático, etcétera. Capítulo séptimo, con los pagos a las empresas privadas que se llevan a cabo a través de los proyectos de inversión. Capítulo octavo, se recogen los datos destinados a la adquisición de activos financieros, como acciones, obligaciones. Y el capítulo noveno, los desembolsos destinados a amortizar los títulos previamente emitidos por el sector público. En relación a la ley de ingresos, pues los dos primeros capítulos se refieren a la ley de ingresos por vía del impuesto, ya sean directos o indirectos. El capítulo tercero se refiere a las tasas y otros tributos, por ejemplo, las contribuciones especiales. Después veremos las distinciones entre tasas, dentro del concepto amplio de tributo tenemos lo que son los impuestos, las tasas, las contribuciones especiales, las acciones parafiscales. Los contrapondremos las tasas principalmente a otra figura que no tiene la consideración de tributo, como serían los precios públicos, pero bueno, eso lo veremos a lo largo del desarrollo de estos temas. El capítulo cuarto incluye, dentro de ingresos, los fondos obtenidos del sector público por transferencia por agentes económicos, tales como los fondos que van destinados a la compra de bienes y servicios. Ahí entraría, en materia de ingresos, pues los fondos procedentes en relación al presupuesto, por ejemplo, de las comunidades autónomas, los fondos procedentes del Estado, el fondo de compensación interterritorial, los fondos procedentes de la Unión Europea para determinadas atenciones. El capítulo quinto se refleja en los ingresos procedentes de patrimonio público, como dividendos percibidos por acciones propiedades del sector público, alquileres de bienes por parte de propiedades del sector público, etcétera. Y los capítulos sexto y séptimo son ingresos públicos que se refieren a la venta de propiedades públicas. El sexto, las transferencias recibidas por descargo o proyectos de inversión, y el séptimo ocurre como un ejemplo de aquellos casos en que el Fondo Procedente de la Unión Europea. En relación al capítulo octavo se recogen ingresos procedentes de la venta de activos financieros. Esta distribución por capítulos se denomina, como hemos visto anteriormente, clasificación económica. Dentro de la clasificación de los créditos presupuestarios o autorización máxima de gastos podemos distinguir una clasificación orgánica, quién gasta, funcionado por el programa, para qué se gasta y económica, en qué se gasta. Así es, esta clasificación económica nos contaba en primer lugar, en materia de gastos, el consumo público que incluyera los capítulos uno al quinto de gasto y la inversión pública que estaría constituida por los capítulos sexto y séptimo. Se ha defendido con cierta frecuencia que los gastos de consumo público son menos convenientes que los de inversión. Esta afirmación es incorrecta por dos motivos, en primer lugar porque tanto el uno como el otro generan afecto sobre la actividad económica y, en segundo lugar, porque cualquier gasto de inversión pública acaba generando gastos de consumo público. La clasificación orgánica, quién gasta, refleja la distribución del gasto entre los distintos componentes del sector público de departamentos ministeriales, por ejemplo, por el gasto de educación. de Educación, el gasto del Ministerio de Hacienda, el gasto del Ministerio de Administraciones Públicas, el gasto del Ministerio de Sanidad. Eso se refleja en la clasificación orgánica. La clasificación funcional, para qué se gasta, distribuir el gasto de acuerdo con la actualización de las actividades realizadas por el sector público. Así se diferencian cuatro grandes atractados o actividades generales, actividades sociales, actividades económicas y otras actividades. Dentro de las actividades generales, por ahí contamos con los bienes públicos puros, incluidos los servicios de carácter general, como administración de justicia, protección civil, etcétera. Actividades sociales incluidos los denominados bienes preferentes, educación, sanidad y los gastos de distribución de rentas, programas de seguridad social, prestaciones sociales, como el seguro de desempleo, etcétera. Actividades económicas reflejan los gastos de inversión pública, así como los destinados a la regulación de los mercados. Y otras actividades recojan dos apartados fundamentales de las transferencias entre distintas administraciones y los pagos de intereses de la deuda pública. En este sentido, vamos a pasar a los principales índices. Primero, los índices de medida del sector público. Podemos clasificar entregando a grupos dependiendo de que se empleen los gastos o ingresos bien estimadores de la actividad del sector público. En primer lugar, los índices del tamaño del sector público usados en los gastos públicos. Diferenciamos entre índice agregado y desagregado. Los primeros nos dan una imagen global del tamaño del sector público, pues nos señalan cuál es la importancia de este agente público. de actividades del país. Por ello, comparamos el gasto total con un agregado más económico como el PIB y rentas nacionales. O sea, partimos de la base de lo que es el concepto, como habéis visto en economía y en otras asignaturas delмов del que sería el PIB y aparecen el sector público como un agregado más económico para el cálculo de este PIB o renta nacional. Los segundos. Agregados quiere decir sumados al resto de lo que serían sectores dentro de la economía y desagregados diferenciados. Dentro del segundo, los desagregados son los que se utilizan para generar una renta agregados permiten matizar esta imagen general entrando en el detalle de lo que lleva a cabo el sector público, por eso se toma como referencia el gasto total y analiza su composición. Entre los primeros es interesante que el gasto público partido por el PIB multiplicado por 100, en el que el gasto total del sector público y del PIB es el PIB y el gasto total debe entenderse como un gasto total no financiero y por tanto excluye la adquisición de activos financieros y la amortización de pasivos. De este modo el índice señala el gasto del sector público en la adquisición de bienes y servicios, en la realización de inversiones, de gastos de personal, de transferencias y de san corrientes o de capital. En cuanto a los índices desagregados, pues podemos hacer uso del PIB, de la clasificación económica de la funcional y tomamos como base los gastos totales. Si usamos la primera, pues sabemos que cada 100 euros que gasta el Estado, cuánto se dedican al consumo y cuánto a la inversión, lo que resulta esencial. Para comprobar si contribuye o no al crecimiento económico. Si usamos la clasificación funcional, pues podemos comprobar que parte de los gastos públicos se dedica a cada una de las actividades, como hemos visto anteriormente, que lleva a cabo la administración. En cuanto a los índices basados en los ingresos, pues también aquí podemos diferenciar entre índices agregados y entre índices desagregados. Entre los primeros, pues podemos citar el término de presión fiscal, que se define como el PIB. El PIB es el total de los impuestos divididos entre el PIB, aunque posiblemente sea más adecuado definirlo como tributo dividido por el PIB. También el esfuerzo fiscal o índice de francs, que define como la presión fiscal dividida por la renta per cápita o el PIB per cápita, es decir, tendríamos lo que sería este de aquí. Lo que sería la presión. El último índice agregado se denomina carga fiscal, que sería el cociente entre tributos menos el valor de las bienes suministradas por el sector público partido la renta nacional menos el mínimo de subsistencia. Posiblemente se trata del índice más adecuado para medir el esfuerzo de la población en materia tributaria. En lo que se refiere a índices desagregados, pues podemos distinguir entre impuestos directos e impuestos indirectos. De otro modo, en el segundo método de desagregarlo. Un índice basado en los ingresos públicos diferencian entre los distintos grupos de renta y en este sentido parece perfectamente adecuado el cálculo de la carga fiscal por cada grupo de contribuyentes. En relación a otros índices del sector público, podemos distinguir entre los que miden el desequilibrio de las cuentas del sector público y aquellos que tratan de obtener cuál es la participación del sector público en la producción total de la economía. Así, podemos ver los que miden la importancia del déficit y el superávit público en términos del PIB. Y los que miden la importancia del déficit y el superávit público en términos del PIB se reflejan en el endeudamiento total del sector público como porcentaje del PIB. En cuanto a la medida de la participación del sector público en la producción o recursos totales de la economía, podemos definir los siguientes criterios y medidas. Tenemos el valor agregado bruto del sector público y el valor agregado bruto del sector terciario, que señala la participación del sector público en el conjunto de los servicios producidos por un país. También encontramos como el empleo del sector público partido por el empleo total multiplicado por cien, que indica el porcentaje de la mano de obra de un país que ocupa el sector público en un momento de tiempo determinado y, por último, el empleo generado por el sector público partido por el número de empleos creados multiplicado por cien, que permite conocer si el sector público está actuando de un modo directo en la creación del empleo en un país si lo comparamos con el índice anterior. En cuanto a la comparación internacional, a partir de los datos tenidos en la tabla que vemos aquí, vemos que se ponen en manifiesto algunos extremos con los que podemos destacar lo siguiente. En primer lugar, que la importancia cuantitativa del gasto público en términos de la proporción del PIB resulta significativa en las cifras de ingresos públicos ordinarios sobre el total de la renta generada. En tercer lugar, en lo que se refiere al caso español, podemos comprobar que la participación tanto en el gasto público como en el ingreso ordinario en el PIB está por debajo de los gastos de la economía europea. En cuarto lugar, el último dato relevante que se desprende del contenido de la tabla es que se refiere a la situación del déficit superávit de las cuentas públicas de los distintos países miembros de la Unión Europea. Bueno, pues con esto vamos por finalizada hasta ver la introducción del tema primero o sea el plazo para el día, como hemos visto en el planning, 7 de marzo a esta misma hora para ver lo que sería el tema segundo. Muchas gracias.