Buenas tardes. Disculpen un poco la demora por cuestiones logísticas, hemos tardado un poquito más, así que lo primero es pedirles disculpas y darles la bienvenida a una nueva entrega de conferencias blancas. También damos la bienvenida a todos los que nos siguen por streaming, por medio del campus de la UNED, y como no, a nuestro ponente, don Jerónimo Bellido. Muchísimas gracias por estar con nosotros hoy aquí. ¿Por qué los nórdicos no son felices? Hoy les hemos convocado para analizar uno de los pilares, o mejor dicho, el pilar principal donde se construyen la mayoría de nuestras decisiones personales. La felicidad es el ansiado sentimiento que para Aristóteles era la aspiración máxima de nuestras acciones. De hecho, para el filósofo griego la felicidad era el fin último, aquel que no era medio de ningún otro o otra acción. Todo lo que hacemos está intrínsecamente relacionado con ese objetivo o fin. Por otro lado, casi 20 siglos después del tratado de ética del discípulo de Platón, otro autor le daba otra perspectiva a la felicidad. Para Kant, la felicidad más que un deseo, alegría o elección es un deber. Es decir, que para Kant la felicidad es un derecho que tenemos todos los seres humanos por el ser humano. Para Kant, la felicidad es un derecho que tenemos todos los seres humanos por el ser humano. Es decir, que para Kant la felicidad es un derecho que tenemos todos los seres humanos por el ser humano. ¿Por qué existe tanta infelicidad? ¿Por qué la felicidad nos cuesta tanto poder conquistarla? ¿O por qué la política que, como ya anunciaba Aristóteles en su tratado, no parece que proporciona la felicidad del conjunto de sus miembros? Baumann, a quien hoy le rendimos un merecidísimo homenaje, ya nos apuntaba varias pistas del porqué de esta falta de felicidad. Baumann era un sociólogo de referencia, él había acuñado los conceptos de modernidad líquida, como nos decía Raúl al entrar, sociedad líquida o amor líquido, para definir el actual momento de la historia, en el que las realidades sólidas de nuestros abuelos, como el trabajo, el matrimonio para toda la vida, se habían desvanecido o se han desvanecido. Y en su lugar se ha dado paso a un mundo más precario, provisional, ansioso de novedades y con frecuencia agotador e inseguro. Esa pérdida de nuestra condición social, ese zon politikon que ya denunciábamos, enfaudece. A favor de una hiperindividualidad, como apunta E. Carmorín, esa necesidad de satisfacer las necesidades individuales a costa de la pérdida incluso de nuestro carácter social, pueda contribuir a la denominada infelicidad. Puede ser. Los seres humanos necesitamos de esa otredad, de ese otro para poder ser reconocido, pero que las relaciones humanas cada vez en este occidente avanzado sean más virtuales en detrimento de los encuentros personales, provoca una gran soledad. Porque a pesar de mis 500 amigos de Facebook, difícilmente podrán compartir conmigo una alegría, una decepción o un enfado, más allá del emoticono en particular que tengamos para poder mencionar en nuestro estado de ánimo. Cómo hacer que la tecnología esté realmente al servicio de las personas y que no sea un alienador es posiblemente uno de los mayores retos de este siglo XXI. Yo tengo un gran amigo que es escritor, que es Rubén, otro miembro de Holanda, y él dice que nunca habrá nadie que pueda derramar una lágrima sobre un texto en una página de ordenador, simplemente porque es imposible. Perder esa sensualidad de los libros muchas veces nos hace perder a lo mejor ese contacto con nosotros mismos. Y con nuestra capacidad de amar. Pues bueno, pues para ayudar a resolver esta paradoja de la sociedad avanzada, esa infelicidad que tenemos, la suerte de... Perdón, esa paradoja de sociedad avanzada e infelicidad, tenemos la suerte de contar, como he dicho, con Jerónimo Pérez Bellido. Él es licenciado en psicología por la Universidad de París, especialista en psicología clínica por la Universidad de París René Descartes, licenciado en sociología, y estudiante del programa de doctorado del Departamento de Sociología y Antropología. De la Universidad de Valencia. Bueno, ha frecuentado varios círculos psicoanalíticos durante su época en París. Y también ha sido miembro de la Escuela Europea de Orgonoterapia, miembro de la Asociación Española de Psicoterapia, de la Federación de Asociaciones de Psicoterapeutas, y luego como esperanza... Bueno, de la Asociación Estatal de Profesionales de Sexología. ¿Verdad, Jerónimo? Y luego también ha sido profesor del curso online organizado por el Ministerio de Educación y Sanidad en colaboración con la SEIS, en los cursos 2006-2007 y 2008-2009. Didacta del Seminario de Formación en Psicoterapia de Integración Cuerpomente, la Vegetoterapia Caracteroanalítica, y Seminario de Formación del que tengo la gran suerte de participar y que, ya que hablamos de la felicidad, pues le doy las gracias porque me hace muy feliz. Me hace muy feliz poder tenerle presente en ese seminario y que sea uno de mis maestros y pensadores de referencia. Así que para mí hoy es un día de muchísima dicha personal y me hace muy feliz que usted esté hoy entre nosotros para compartir este espacio. Así que gracias. Cuando quiera, tiene usted la palabra. Bueno, pues buenas tardes, buenas tardes. Yo también estimo contento de estar aquí y ya es la segunda vegada que vengo aquí. Por tanto, ya conozco el camino, en cierta medida, las actividades que estamos haciendo. Agradezco enormemente el trabajo de Luis Sánchez que se ha hecho aquí en la UNED, el alma vital, si se puede decir, de este lugar tan interesante, tan rico en los acontecimientos y sobre todo en la transmisión del conocimiento y del saber, un espacio abierto al intercambio de ideas. Y por tanto, lo que quiero decir es que, en este momento, el crecimiento personal, intelectual, esto que se dice, bueno, lo que ha emparellado en el deseo de sabiduría. También me gustaría agradecer... A la directora de la UNED, doña Rosario Andreu, por su compromiso en la UNED, porque me parece que es una actividad y es una presencia y es una institución realmente admirable. También a la directora del departamento de Villarreal, doña Rosario Royo, y también a los alumnos de filosofía, que gracias a vuestra participación activa, pues estas actividades, estas charradas blancas son posibles y además tenemos un gran reconocimiento a nivel estatal. Y eso efectivamente es muy admirado. Gracias también a Juan Luis por su reconocimiento para la nueva persona y para el nuevo recorrido profesional e intelectual. Bueno, yo quería hacer la charrada en Valencia, pero en expreses, porque no siempre... Es fácil preparar, bueno, y venir de aquí, siempre Juan Luis, bueno, ya sé que Juan Luis es muy exigente, ¿no? Y a los dólares de hacer unas charradas y unas presentaciones, me hace hacer unas presentaciones, bueno, pues de mucha envergadura. Y entonces, bueno, pues me lo he preparado. Como yo soy muy dado a hablar, bueno, hablar, sí, siempre con el reloj en la mano, pues para ceñirme realmente al texto he preferido escribirlo tal cual. Y voy a intentar leerlo, ¿no?, de una forma mecánica, haciéndolo lo más didáctico posible, pero para que sea posible realmente, es decir, al interior de un tiempo determinado, prefiero más leerlo. Pero teníamos que pasar primero el... Sí, el profesor Bellido lo que va a apoyarse, los que han visto ustedes en la presentación, era por qué los nórdicos son infelices, la teoría suelta del amor. Pues se basa un poquito, es decir, esta conferencia. Un poco, no, se basa esta conferencia en el documental de Eric Adin, que es la teoría suelta del amor. Y el profesor Bellido nos ha preparado, bueno, pues un pequeño fragmento de lo que es el documental. Les animamos encarecidamente a que lo vean, quien no lo haya podido visionar. Aquí tienen el enlace, la hoja que les hemos repartido en la sinopsis. Y nada, vamos a apoyarnos ahora en un momento y ya usted automáticamente después desarrolla. Sí, porque a ver, es que lo... Bueno, documentales hay documentales y documentales, ¿no? Pero ese documental tiene la particularidad, hablando precisamente de la sensorialidad, ¿no? Y de la textura del ordenador, que si realmente se puede llorar o no. Efectivamente es un documental que transmite mucha sensorialidad, mucha sensibilidad, ¿no? Y que es muy ilustrativo efectivamente de lo que quiere decir, ¿no? Entonces, no lo puedo contar, porque por más que lo cuente, no se puede... No se puede vivir, no se puede sentir lo que las imágenes del documental transmiten, ¿no? Entonces creo que desde un punto de vista didáctico y pedagógico y también ético, entiendo que para hablar de este documental conviene verlo, ¿no? Entonces, claro, como verlo, que viene a durar una hora y media, más luego mi charla, más el debate, podría darnos aquí hasta las doce de la noche, pues como estamos también limitados por el tiempo, porque tenemos que cerrar a las nueve. Hemos creído que la, digamos, la fórmula más adecuada, por así decir, sería pasar un pequeño, un tráiler del documental de veinte minutos, ¿no? Para al menos que sean las imágenes más significativas, más impactantes, ¿no? Y a partir de ahí yo lo que haré será hacer una... una lectura de la teoría sueca del amor a partir de este documental. Ya digo, siempre sea un tráiler, pero se intentará, efectivamente, de todos modos, de que se pueda percibir y sentir esa textura, esa emoción que surge, que emerge del documental. Vamos a verlo entonces y luego pasamos a la conferencia. En el invierno de 1972, un grupo de políticos tenía una visión revolucionaria para el futuro. Una idea que, si implementada, haría la vida mejor para nosotros todos. El tiempo había llegado a liberar a las mujeres de los hombres, a liberar a los viejos. Vivir sola no es inusual. En Suecia, 40 años después de ese manifesto, casi la mitad de nosotros vivimos a nosotros mismos. La mayor rata del mundo. Escogemos tener hijos en nosotros mismos. Como María Helena, no es inusual tampoco. Hace 10 años, las mujeres solas eran solo un pequeño número de aquellas que compran la esperma de esta banca. Hoy en día, las mujeres solas, un número creciente de ellas de Suecia, son la mitad de los clientes de la compañía. Veo una creciente creciente en las mujeres solas que requerirán la esperma porque quieren reproducirse, quieren ser embarazadas. Y hay alguien que piensa, ¿por qué deberíamos tener un hombre? Estamos bien educados y bien situados, ¿por qué deberíamos tener un hombre y simplemente tomar otro trabajo? Y lavar las ropas y hacer comida y limpiar la casa y todo ese tipo de cosas antiguas. Así que ellos quieren crear una familia por sí mismos. Siempre usan guantes protegidos, ojos fríos en contacto con la piel después de caer en este truco. Aquí no solo la mitad de nosotros vive solos, uno en cuatro muere solos. Y este edificio es el centro de la agencia que cuida a aquellos que han pasado sin notar, olvidados por nadie. Hace unos días, los vecinos se acusaron de un maldito trabajo. Y la policía encontró a un hombre que estaba muerto en el piso del truco durante tres semanas. Así que no llamamos a la puerta de la vecina y pedimos asistencia. Si no necesitábamos comer, entonces estaríamos en la habitación. Absolutamente. Debemos conseguirnos mismos. No estamos más en la comunidad, no estamos más en la familia tan grande. Sino que vivimos nosotros mismos detrás de nuestras puertas cerradas. ¿Y quién me va a pedir ayuda? Nos volvemos blindados por este independencia. ¿Qué importa si tengo un millón en la banca y no estoy feliz? Pero en cualquier caso, morimos. Buscamos paz y confort. Estamos solo tratando de... Los suecos aman los cortos respetos. ¿Entienden? ¿Por qué usamos los cortos respetos? Para decir, ¿estás bien? ¿Estás bien? Luego, fin. No necesitas continuar diciendo algo más. Los suecos no quieren que hablemos mucho. Es suficiente. Corto. Punto. Fin. No quiero que alguien diga que yo soy feliz. ¿Estás bien? Sí. ¿Vas a... Sí. Hay un chico que dice, ¿cómo voy a aprender el idioma? Dices que voy a aprender el idioma de la escuela. Pero las lecciones que hago en tu casa no te ayudan. Si no voy a salir a hablar con los suecos, es tan desesperado como si no hubiera conocido a los suecos. Y dices, ¿cuáles son los suecos? Yo nunca he visto un suecos. Yo nunca lo he visto. Cada fin de semana, grupos de voluntarios dedicados, se unen a las partidas de buscación para buscar a aquellos de nosotros que desaparecieron en los barrios y en el extranjero. ...de los 25... Yo creo que los suecos no son racistas. Porque, en realidad, los suecos son muy humanos y piensan mucho en otras personas. Pero el problema es que ellos quieren mantenerlo en un largo plazo, no... La vida es individual, es el individuo que está en el centro, nada más. No piensas ni en tu hermano, ni en tu mamá, ni en tu... Así que lo que pasa es que el individuo es individual y la vida es tú, no alguien más. Es tú quien va a vivir, es tú quien va a tener bienestar, es tú quien va a vivir tu vida. Es lo que se ve en muchas personas que viven solas. No sé si es posible vivir solas, pero por mi parte no creo que sea posible. No podría vivir una sola día. Hay un poco de olor que se da, pero es solo olor. Pero nadie va a trabajar, nadie piensa que alguien ha perdido su vida en este día. Nadie piensa que alguien ha perdido su vida en este día. Tengo la sensación de sentirme feliz, y eso es lo que la sociedad en general serve, no es algo que tiene que ver con felicidad, sino que se trata solo de seguridad. Y yo he entendido que la seguridad no es la misma cosa que la felicidad, sino que puede ser más o menos lo contrario, que la seguridad hace que nos volvamos infelices o que nos hablemos infelices. Wollega, una región remota al oeste, el nuevo hogar de Dr. Eriksson. Creo que algo está mal en Suecia por todo su ingeniería social. Las personas se sienten solas. Y yo he escuchado que alguien me dijo que las personas son tan isoladas y especialmente las personas más viejas se sienten solas. Así que ahora la Red Cross en Suecia ha comenzado una campaña para... ...activar a las personas para tomar la mano de las viejas, de sus familiares y otras viejas personas. Aquí las personas no son solas, siempre están entre otras personas. Y si te buscas, las personas no te detendrán, van a visitarte. Si estás muriendo, las personas van a venir y se sentarán con ti. Y incluso después de que mueras, se sentarán y se morirán. Así que aquí nunca estás sola. Nunca. ¿Qué es? Aquí hay una necesidad material, pero la necesidad mental en Suecia es aún más grande que la necesidad material aquí. Mis colegas, cada vez más, sobre la burocracia, el papel, su desdoblamiento, todo el sistema se suficienta, creo. El shock cultural es más severo que el de venir aquí. No tienes nada para hablar con las personas y las personas son muy ocupadas con sus propias cosas. En casa, todos están muy ocupados con ellos mismos y para lograr sus propios objetivos. Si hay alguien que ha pasado mucho tiempo pensando sobre la sociedad de los individuos, es Bauman, Zygmunt Bauman, 90 años, polaco, sociólogo. Es verdad que la felicidad significa un problema. La vida feliz significa superar los problemas, luchar contra los problemas, resolver las dificultades. Los desafíos que justificas, los desafíos que intentas, lo mejor que puedes, te estresas a ti mismo y luego llegas al momento de la felicidad cuando ves que tienes control. Los desafíos de la fe. Ahora, esa es exactamente esta alegría de superar las dificultades, de luchar contra los problemas, de enfrentarlos a punto blanco y superarlos. Ahora, eso se está perdiendo. Eso se está perdiendo cuando el confort crece. Una cosa que no puede ser ofrecida por el Estado, que puede ser ofrecida por los políticos de la parte superior, es estar entre otras personas, estar con otras personas, ser uno de una compañía. Eso tienes que hacerlo tú mismo. Las personas que están entrenadas en la independencia pierden la capacidad de negociar con otras personas. Porque ya estás deprimido de las habilidades sociales. Es extremadamente excesivo, requiere mucho esfuerzo, mucha atención. El proceso de negociar y renegociar, rediscussionar, re-agregar, re-crear. La independencia te restringe la capacidad de hacer solo eso. Ahora estamos dividiendo nuestras vidas entre dos mundos diferentes, en línea y en línea, conectándonos. Nunca realmente sientes tu soledad. No te gustan las actitudes representadas por otros usuarios. Solo detienes de comunicarte con ellos cuando estás en línea. La capacidad de la diversidad de los humanos para dialogar, para intercambiar conversaciones. Te enfrentas al hecho de que las personas son diferentes. Hay muchas maneras de ser humano. Cuanto más independiente eres, menos puedes detener tu independencia y reemplazarlo con un interés muy agradable. Así que al final de la independencia... No es la felicidad, en el final de la independencia hay la vacuidad de la vida, la significación de la vida y un bordo inimaginable. La teoría suiense de la vida. Bueno, creo que después de ver el tráiler ya tenemos más o menos una idea de por dónde van las cosas. Entonces, en cierta medida el título de la teoría sueca del amor yo creo que es un sarcasmo, es como un guiño sarcástico para desmitificar el amor de las suecas. El famoso amor de las suecas años 70, que venían las suecas y estaban muy autónomas, muy disponibles, todo el mundo en Benidorm iba detrás de las suecas y en Benicat, supongo que también, porque se supone que estaban liberadas, dispuestas al amor. Y ese es el amor que eran capaces de ofrecer y que tenían que ofrecer. Pero claro, cuando pones realmente este documental sobre la teoría sueca del amor, te das cuenta que en realidad el amor se ha convertido en desamor. Sería la teoría sueca del desamor, porque precisamente no es amor lo que predomina, sino lo que predomina es la ausencia de amor. Y la ausencia de amor es desamor. Yo creo que ese es el juego. Es la teoría de palabras y ese giro lingüístico el que es un guiño realmente a todo lo que subyace detrás, porque en cierta medida en el inconsciente colectivo europeo he prevalecido ese concepto de las suecas como mujeres muy libres, muy disponibles en todos los sentidos. Y que, bueno, pues a partir de ahí es que como que vivimos aún de estos tiempos. Es cierto que en cierta medida, como hemos visto al principio, el lenguaje dolarizado... ...de Olaz Palm y de la socialdemocracia tenía que ver con esa pretensión de crear un mundo nuevo a través de relaciones familiares nuevas, construido a través de un discurso político que tiene unas características determinadas y que sería interesante efectivamente analizar. ¿Qué pasa con los discursos? Como decía Michel Foucault, un discurso se construye al interior efectivamente de una pretensión, una pretensión de saber. En esa dicotomía de saber-poder, ¿no? Porque está claro que un discurso no es un discurso nunca neutro, sino que tiene una connotación sometida a un cierto consenso, pero también a un cierto poder y a una cierta imposición a través de unas variedades en esa relación de poder-saber. Bueno, hablando precisamente del decir y de esas correlaciones de lo que se dice en lo social y cómo afecta también en lo individual, me gustaría decir que a mí me resulta atractivo este documental porque en un mismo esquema narrativo lineal la parte del sujeto como ser humano se presenta al ser humano con todas sus vicisitudes, sus sufrimientos, sus decisiones vitales y en un contexto económico, cultural y político que en cierta medida es el nuestro porque en última instancia es un reflejo del sistema neoliberal en el cual estamos ya todos inmersos aunque realmente la teoría sueca del amor con unas características socioeconómicas determinadas está claro que vamos ahí, más o menos, y ahora con Trump en América pues cada vez más ese sistema neoliberal es el que está expandiendo y el que está predominando en toda la cultura occidental, ¿no? Entonces, en la medida realmente que afecta a este contexto sociopolítico-cultural en este caso puesto en Suecia, pero que es el reflejo desde mi punto de vista por el camino en el cual nos estamos introduciendo en la cultura occidental de modo que por un lado... una vez en el ámbito de la cultura vemos traducir de manera clara la relación del individuo con la sociedad y nos hace pensar en los vericuetos de dicha relación en lo que ponemos una parte y de la otra y en lo que quitamos y no mostramos también, ¿no? Porque precisamente desde el punto de vista de las ciencias sociales y de las ciencias humanas yo lo que muchas veces he echado a faltar es todo un trabajo, digamos, de interrelación, de correlación en lo que precisamente... se muestra en el documental, ¿no? La relación del individuo con la sociedad, ¿no? A través de qué mecanismos pasan, a través de qué forma de comunicación, a través de discursos y también de qué carga de sentimientos o de afectos, ¿no? Todo eso aún está por hacer. El otro día estaba leyendo un libro publicado por un profesor de sociología... de psicología social, precisamente, y mostraba un poco esas dificultades, ¿no? De crear un discurso común en donde las relaciones entre la sociología y la antropología, o mejor, o en una dimensión más interdisciplinaria, las relaciones del individuo con la sociedad tuvieran, diríamos, como un pozo conceptual de mayor envergadura que tiene hasta el día de hoy, ¿no? Entonces me gustaría aclarar que yo vengo del mundo de la clínica. No soy ni profesor, ni vengo del mundo de la universidad, ¿no? Aunque he estudiado en la universidad, pero no trabajo en el mundo académico. Por lo tanto, mi trabajo es en el mundo académico. Mi trabajo simplemente es estar a la escucha del sufrimiento de los pacientes, de lo que los pacientes me cuentan, de sus problemas personales, y por lo tanto se remite al mero trabajo clínico, en una consulta privada, atendiendo a mis pacientes, ¿no?, y ejerciendo la psicoterapia de integración cuerpo-mente desde el punto de vista reichiano, ¿no?, desde el punto de vista de Wilhelm Reich, que fue uno de los discípulos de Freud y el primero que introdujo el concepto de terapia de integración cuerpo-mente. Porque ya saben que, desde el punto de vista del psicoanálisis, la terapia psicoanalítica solamente está basada en la palabra, ¿no?, porque la palabra, según decía Lacan, es la vía recia de acceso al inconsciente, ¿no?, a través efectivamente de lo que es la estructuración corporal Reich, desde el espíritu, diríamos, alemán, muy de la época, de los años 20 y 30, entonces tuvo la genialidad de intuir que, bueno, ya estaba también en la cultura alemana de aquella época, de que a través de la estructuración corporal también es una forma de acceder al inconsciente, ¿no? Porque el cuerpo también es el reflejo de las vivencias arcaicas de la historia individual del sujeto estructurado a través del cuerpo de una manera y de una forma determinada. No todos los cuerpos son iguales, no todos los cuerpos están estructurados de igual manera, porque cada cual tiene una historia personal y un proceso vital al cual tiene que dar cuenta, ¿no? Que queda en cierta medida grabado, cogido, si se puede decir, en el tipo de estructura corporal. Bueno, de modo que, ya digo, no procedo del mundo académico, pero algo de investigación sí que hago, ¿no? Doy un curso de formación. Formación en el Instituto Wilhelm Reitz de Valencia, en la formación, bueno, pues de futuros psicoterapeutas, ¿no? En el ámbito y en el contexto de una visión, digamos, interdisciplinar de los fenómenos que acontecen alrededor del ser humano, ¿no? Desde el punto de vista de la psicología, de la pedagogía, de la clínica, de la medicina, ¿no? Haciendo, diríamos, como un cómputo total alrededor de la problemática individual, porque entendemos que el ser humano... No solamente se puede abordar desde una perspectiva única, sino que cada vez más, por la propia complejidad del ser humano y de la propia sociedad, necesitamos herramientas y métodos y aspectos metodológicos que nos ayuden a acceder, digamos, con mayor envergadura en toda la problemática de la realidad humana. Lo que me ha resultado apasionante, desde el primer momento, es encontrar un espacio relacional en donde todo está puesto para que logre emergerse... para que logre emerger a la luz una parte oscura, tapada, negada, reprimida del sujeto con la que vivimos los humanos y que, en el ámbito de la cultura, no puede ser dicho con el vigor que merece. Habría, por lo tanto, una cierta censura consensuada para negar o no hacer valer esa parte interna, profunda, de nosotros mismos que no ocupa el lugar que debería encontrar o ocupar. Lo diríamos en términos convencionales. La verdad, el descubrimiento de la verdad hace daño, duele en ambos registros. Tanto en el registro social como en el individual. Como... ...como digamos la especial Michelle Foucault en su primer escrito. Porque no hay que olvidar que Michelle Foucault primero estudió psicología allá en los años 50 y, bueno, como muy avanzado que era para su... siempre lo ha sido para su época en su momento, publicó un pequeño texto que pasó desapercibido, que se llama Enfermedad mental y psicología, publicado en el 54, en donde hablaba de que el hombre sólo llegó a ser una especie psicoanalizable a partir del momento en que su relación con la locura permitió la psicología. Es decir, a partir del momento en que su relación con la locura fue definida por la dimensión exterior de la exclusión y del castigo y por la dimensión interior de la asignatura moral y de la culpabilidad. Esa experiencia de la sin razón... Es justamente lo que ocurre en el siglo XVIII al hombre occidental, donde aparece el momento de la verdad y su impugnación absoluta se convierte así para nosotros en la vía de acceso a la verdad natural del ser humano. Entonces aquí vemos ya esa primera dicotomía de lo interno y lo externo. En lo interno aparecería, diríamos, sería como la parte interna y externa, el control de lo externo y la asignación moral y culpabilidad desde lo interno. Entonces lo externo sería aquello que pondríamos en los discursos, discursos del saber, discursos del médico, del psiquiatra, en el cual controla. La locura y normativiza realmente una conducta al punto de estigmatizar al enfermo mental. Y la parte interna, que sería la parte del interno, aquello que tiene que ver realmente con la asignación, con el control y con una forma de ser. Es lo que posteriormente llamaría, digamos, el pensamiento de la fuera. Aquí en Foucault realmente existe, digamos, un pequeño problema que ha sido siempre su... ...su disconformidad con el psicoanálisis y particularmente con el psicoanálisis lacaniano. Y eso tiene que ver, bueno, con las luchas de prestigio, de poder entre los franceses y entre la cultura francesa. Pero lo que está claro es que Foucault nunca aceptó el psicoanálisis, diríamos, como un pensamiento a tener en cuenta, visto que él lo ponía al interior de esos dispositivos de control, de esos dispositivos de voluntad de poder, para realmente someter y normalizar realmente a las personas. Entonces, para él la conducta, la psicología, estaría más bien reducida a una conducta determinada a la cual había que controlar, a la cual había en cierta medida que delimitar a través del discurso del médico o del psiquiatra. Entonces, ese pensamiento de la fuera es un pensamiento que controla, que normativiza, que regula, que genera, diríamos, conductas. Y sobre todo lo vemos a partir, diríamos, de la... ...bueno, ya de la... ...de la... ...de la ilustración y de la revolución francesa con la aparición de lo que se llamaría la academia, ¿no? La academia, sobre todo lo vemos muy bien en el libro Las palabras y las cosas, es la que va a introducir toda una serie de saberes, ¿no?, la anatomía, ¿no?, la fisiología, ¿no?, al interior de discursos que tienen realmente una razón de ser buscando siempre una cierta normativización, ¿no? Y eso está muy en relación con la locura, en donde se van a poner realmente, va a poner el acento... ...en todas las tecnologías al servicio de un cierto sometimiento en correlación con las estructuras sociales y estatales, ¿no?, de control, ¿no?, hasta llegar al acto sublime de autorrealización regulada que sería el cuidado de sí mismo, ¿no? Entonces, a través del cuidado de sí mismo es la... sería como ese momento a través del cual la persona tendría ya esa capacidad... ...de esos mecanismos de autorregulación y de control, de llegar a exigirse a sí mismo la conducta adecuada a tener, ¿no? Eso sería como en psicoanálisis llamaríamos el superior, la interiorización diríamos de la propia norma. No hace falta el policía que esté ahí. para indicarnos cómo nos tenemos que comportar, digamos que el grado sublime de la normalización sería tener la capacidad de introyectar las normas convencionales que corresponden, esas normas normativizadas sin necesidad, digamos, de la presencia del policía. Entonces, esta dicotomía dentro-fuera no toma en cuenta voluntariamente el concepto del inconsciente de Freud, porque entiende que el psicoanálisis funciona como un dispositivo más de control y de regulación de conductas al servicio de la normalización de las personas, poniendo en el lugar del adentro lo que afecta a la propia moral y a la manera subjetiva de entender la gestión personal e individual de la propiedad. Por lo tanto, sería, diríamos, como una conducta más bien de lo externo, la forma de comportarse, la forma de ser respetuoso, la forma de relacionarse, pero nada que tenga que ver con esa parte de lo que Freud denominaría el inconsciente, que sería como esa parte más oculta, menos accesible a primera vista y que requeriría, digamos, todo un trabajo de aproximación a través de todos los mecanismos, como por ejemplo sería todo lo que sería el inconsciente. Claro, el inconsciente es algo mucho más profundo. Es donde aparece, diríamos, el lugar de la verdad de sí, pero que desde el punto de vista, diríamos, de lo social queda oculta. Y esa parte es lo que muchas veces también entra en conflicto con lo social, porque lo social tampoco acepta las verdades que emergen del interior de uno mismo. Con lo cual, estamos constantemente ahí en una cierta paradoja y una cierta contradicción. Porque muchas veces desde el punto de vista de lo social, lo que emana del saber del trabajo terapéutico tampoco es reconocido. No es reconocido, lo vemos por ejemplo en los primeros textos de Freud. Cuando en los primeros textos de Freud, Freud empezó realmente a trabajar con las histéricas, estamos hablando de Viena de 1880-1890, lo primero que descubre realmente... Lo primero que descubre realmente es que la problemática de las histéricas, que normalmente eran mujeres muy distinguidas de la alta burguesía y de la aristocracia precisamente vienesa u europea, lo que aparece ahí realmente es toda la problemática de la represión de la sexualidad. Han sido, bueno, a veces mujeres jóvenes, ¿no?, que han sido seducidas, seducidas por el padre, por a lo mejor un amigo del padre, en donde han entrado, digamos, en un registro de... Bueno, pues digamos de intimidad sexual que, bueno, que desde el punto de vista, diríamos, de lo social es vivido como algo peligroso, ¿no? Lo vemos en el caso de Dora, por ejemplo, o en el caso de Ana O. Ana O realmente empieza a tener toda una serie de problemas histéricos, psicosomáticos. A partir del momento, ella tenía entonces 22 años, que empieza a tener que... Su padre enferma, es un hombre mayor y tiene que acercarse a su padre y en ese cuidado... que hace precisamente del padre, empieza a ver, bueno, pues a su padre más o menos desnudo, ¿no? Eso realmente en ella desvela todo un sentimiento de mucha malestar, de mucha culpa, generando en ella toda una serie de síntomas muy determinados, muy específicos de la histeria, ¿no? Es llevada realmente a Freud y Freud empieza ahí a darse cuenta que hay toda una problemática de deseo sexual, que luego llamaría el deseo herípico. que tiene que ver realmente con, bueno, con toda esta problemática de la problemática histérica. Decir en aquel momento que la problemática precisamente de la mujer y de la histérica era una problemática de una sexualidad reprimida, en aquel momento, en aquella sociedad, digamos, tan moralista, no era realmente bienvenida, ¿no?, porque era, digamos, desvelar algo que solamente ocurría en el ámbito de la familia, pero que desde el contexto, digamos, de lo social tenía que estar reprimido, ¿no? Lo mismo pasaba con el incesto, ¿no?, en las relaciones incestuosas en la familia. Las relaciones incestuosas en la familia ocurrían, incluso en las mejores familias, valga la redundancia, y es precisamente a través del trabajo analítico en la consulta cuando Freud toma conciencia de que los síntomas que presenta la paciente tienen que ver, digamos, con síntomas muy relacionados con estrategias de seducción, por parte del padre, por parte del tío, por parte del abuelo, es decir, por una figura cargada de afecto con gran incidencia realmente en la vida afectiva de esta paciente, de esta mujer. Claro, ahí la problemática sexual aparece de entrada de una forma masiva, no diríamos, no en cuanto a que está dicha forzosamente, sino primero a través de los síntomas, los síntomas propios de la histérica, y que a través de esos síntomas, que sería como la parte visible, del problema interno, inconsciente, escondido, que da a entender que hay toda una conflictiva edípica realmente que está por resolver, o de rivalidad con la madre. Lo que vemos ahí es precisamente que todo lo que es la teoría de la sexualidad de Freud, estamos hablando de 1900, es una teoría realmente que es rechazada en plano por parte de la sociedad, porque la sociedad occidental bien pensante, de doble moral, en aquel momento no la puede aceptar de ninguna de las maneras, ¿no? ¿Por qué? Y la realidad es aceptarla de alguna de las maneras, es aceptar, bueno, pues que el marido tenía relaciones sexuales fuera de la pareja, y también realmente es aceptar que la mujer era una mujer despechada, porque su marido, bueno, pues iba con otras mujeres y no con ella. Mientras que realmente todo quedaba al interior de ese simulacro de verdad, en donde los roles estaban bien definidos, tanto del padre como de la madre, y la tutela, diríamos, de los hijos y de las hijas, reconocida por el padre, pues entonces, diríamos, todo quedaba dentro, digamos, de un cierto orden social, un cierto orden de las cosas, que daba sentido, ¿no?, a esa razón de ser. Lo que Freud realmente va a desvelar es esa parte oculta de lo que hay al interior del conflicto familiar y también de la problemática del individuo, en este caso la mujer histérica, donde realmente se traduce, pues todo lo que tiene que ver con la sensibilidad, con el desprecio, el sentirse despreciada, el sentirse repudiada, el sentirse rechazada. El sentirse realmente amenazada y el sentirse también abusada, ¿no? Bueno, pues quiero decir que ya desde el primer momento en la historia del psicoanálisis ha habido como un conflicto, no forzosamente un malentendido, porque quien ha querido realmente ver un malentendido es porque no ha querido ver más. O sea, que digamos, no se ha quedado hasta el final de la película, a mitad de la película se ha ido. Lo que sí que ha habido realmente es un rechazo por parte de lo social, de todo lo... digamos, del saber que emana de la terapia y del espacio terapéutico. Sí, pero es cierto que realmente en el espacio terapéutico, por más que sea una relación a dos y por más de que el trabajo clínico ocurre, si se puede decir, fuera de lo social, es decir, que no es un trabajo político, no es un trabajo que ocurre en el Congreso de los Diputados realmente, en un ayuntamiento, en un pleno del ayuntamiento, no es algo que ocurre en la calle, no es algo, diríamos, que lo que ocurre realmente a nivel de lo relacional, de lo público, de lo político, de lo cultural, da cuenta de todo eso, sino simplemente ocurre en ese espacio de lo privado, en donde hay una relación particular entre el paciente y el terapeuta, pero que traduce también un discurso, una forma de entender el mundo y a través también del paciente o de la paciente una forma de entender la realidad del mundo en el cual está ocurriendo, porque los pacientes efectivamente van evolucionando también como un síntoma, llamémoslo así, de que los tiempos cambian. Yo ya llevo trabajando 35 años. 35 años en consulta privada y efectivamente en 35 años han pasado muchos pacientes por mi consulta y los pacientes de hace 35 años no son los pacientes de hace 20 años, los pacientes de hace 20 años no son los pacientes de hace 10 años y los pacientes de hace 10 años no son los pacientes de ahora. Por lo tanto, los pacientes han cambiado y los tiempos han cambiado también, y yo sé que los tiempos han cambiado porque los pacientes han cambiado, porque la forma de plantearlos sus problemas afectivos relacionados con la realidad del mundo no es la misma. Los problemas emocionales son otros, son de otra manera, ponen en el acento ciertos aspectos que antes no ponían, aspectos que antes no tenían valor ahora sí que tienen mucho valor, y contenidos que antes eran insignificantes ahora realmente recubren una relevancia determinante. Por lo tanto, yo ya puedo ver al interior de esas historias de vida, que son en última instancia las historias de los pacientes, lo que cuentan de sus familias, de su entorno, de su mundo relacional, también lo que está ocurriendo a nivel de lo social. Porque ellos están aportando, ellos y ellas están aportando una serie de datos del cual yo soy consciente y tomo nota para dar a entender también que ese cambio social está ocurriendo y está aconteciendo. Bueno, pues todo esto para decir que el espacio de la psicoterapia, lo que encontramos es la paradoja es decir, aquellas ideologías de yo que corresponden a un orden social determinado, de modo que cuando pretendemos hacer la separación entre el individuo y lo social, entre el afuera y el adentro, en esos, los planos se superponen en permanencia, ¿no? Porque, y esa es la paradoja y también lo sorpresivo, ¿no? El paciente reivindica un sentir a través Mediatizado por la palabra que traduce el orden social establecido, de modo que sin saberlo, es decir, inconscientemente se haya adherido, sometido a los valores morales e ideológicos del orden social imperante, ¿no? Eso para decir simplemente que el... en lo que el... bueno, ahora lo explico. Lo vemos en lo que Freud denomina la novela familiar del neurótico. Ahí, en esa historia de vida, el paciente reconstruye un relato en donde, por más monstruoso que podría llegar a ser, aparecen los padres como seres mitológicos cargados de valores grandiosos y llevados por la idealización lo que nos acerca al mismo mecanismo introspectivo del ciudadano frente al discurso político. ¿Qué hace un ser libre introyectando como verdades los discursos de un político que sabe que no los va a cumplir, porque son irreales? ¿O comulga con una ideología política disruptiva o cuanto no próxima por la salud del individuo o del propio sistema democrático? Es decir, ¿cuáles son los mecanismos, y tendríamos que recurrir al inconsciente, que hace que si en principio se supone realmente que el paciente, en este caso un chico, está muy enfadado con su padre, con su familia, odia a su padre, está muy enfadado con él, sin embargo, cuando habla de su padre en el contexto terapéutico, desde la idealización, su padre siempre es una figura intocable. Siempre es una figura intocable, siempre es excusable. Su padre podría decir su padre o su madre, pero bueno, en este caso he dicho su padre. Entonces, su padre siempre es excusable, siempre lo que hace su padre, aunque lo haga mal, es porque no era consciente, lo hace con buena voluntad, lo que pasa es que le salen mal las cosas, tiene interés y lo quiere mucho a él, lo que pasa es que no le salen bien las cosas. Bueno, ¿qué pasa aquí? Por una parte, realmente, el padre es irresponsable, ha actuado de una forma inadecuada, es que por la mañana, esta mañana no ha podido llevarme al colegio, por más que llovía, por más de que yo lo entiendo, lo comprendo, está muy ocupado, tiene mucho trabajo que hacer, bueno, pero estaba lloviendo, ¿no? Entonces, tu padre a lo mejor cinco minutos llevarte al colegio que está cerca de casa, tampoco es para tanto, sí, ya, pero tienes que entender que tiene mucho trabajo que hacer, tiene muchas responsabilidades. Y entonces, bueno, entonces, ¿tú cómo has llegado al colegio? Pues yo, como he podido, he llegado mojado, de cualquier manera. Bueno, el padre siempre es maravilloso, de vez en cuando te dice, bueno, es muy despistado, no me hace caso, le he pedido tal cosa y luego el día de Reyes se equivocó, el día de Navidad se ha equivocado, le he pedido que me traiga una pelota de fútbol y me ha traído una de básquet, o le he dicho que me traiga una película de tal autor, tal director y me ha traído un disco, pero mi padre me quiere mucho. Y yo digo, sí, sí, tu padre te quiere mucho, desde luego, pero no se preocupa demasiado por ti, ¿no? Bueno, pues si por una parte está eso, por otra parte ocurre lo mismo con los ciudadanos, ¿no? Y lo vemos muy bien en el, precisamente en el vídeo, ¿no? ¿Qué hace precisamente los ciudadanos votando a partidos políticos cuya vida realmente política, personal, pública, no es del todo muy digna y sin embargo, bueno, pues le perdonan realmente, por así decir, todos los pecados? ¿Por qué lo he hecho sin querer? ¿Lo he hecho porque no lo tenía que haber pensado claro? Porque realmente no estaba muy al corriente de todo lo que estaba haciendo, ¿no? Bueno, son mecanismos de idealización desde el punto de vista de esa parte inconsciente del lío, ¿no? Que hace que la persona, ese otro, nunca es visto con, digamos, con el realismo, con la precisión, diríamos, que las circunstancias y los hechos merecen, ¿no? Bueno, hablaríamos entonces... Sí, de fenómenos del orden del inconsciente. Hay una parte del inconsciente cargada de afecto y sobre todo por eso muy... Hablando de las histéricas que tienen que ver con estas figuras cargadas de afecto, que precisamente por la fuerza que tienen son más dadas a ser disculpadas por lo que hay en juego ahí, porque realmente si no existe esa relación de fidelidad, inconscientemente existe la sensación de no ser amado, de no ser amada, de no ser querido, de no ser reconocido, y eso muchas veces es lo que vuelve, lo que revuelve al individuo intolerable, sobre todo cuando el individuo se posiciona en un lugar, diríamos, infantil, de sometimiento, de necesidad de la figura paterna o de la figura de autoridad como figura de protección y sobre todo de salvación. Bueno, aquí lo vemos precisamente al principio en el documental, ¿no? En el documental los discursos pedagógicos. Precisamente, y son los años 70, la socialdemocracia con Olof Palma a la cabeza, lanza un discurso realmente revulsivo. Vamos a cambiar el orden de las cosas, vamos a realmente a introducir una forma nueva de relacionarse. La familia tradicional desaparece y la relación de los hombres y las mujeres no tienen que ser las mismas, porque realmente dicen las mujeres que es eso de lavar, de planchar, que es eso de vivir realmente en pareja con esas prácticas tan aburridas, ¿no? Que la mujer es la que se dedica a planchar. Que la mujer es la que se dedica a quedarse embarazada, a tener hijos y el hombre siempre está por ahí de picos pardos en el bar y tomando cervezas, ¿no? Y qué hace realmente el que los hijos tengan que ocuparse de sus padres, incluso aunque sean mayores, cuando los hijos tienen 50 años y tienen todo el derecho del mundo. Ha llegado el día de Navidad e irse a Hawái, a irse a las Islas Malvinas o a irse a Nueva York de vacaciones y sus padres, pues si están viejos, si están mayores, necesitados, pues que se busquen la vida. Porque realmente, bueno, pues eso es el objetivo, diríamos, de la libertad, ¿no? Bueno, pues ese discurso no se discute, no se pelea, no se reflexiona. No hay, digamos, un debate a nivel, digamos, de lo social para decir lo que yo puedo hacer, lo que yo no puedo hacer, hasta dónde puedo llegar o hasta dónde no puedo llegar. Sino simplemente lo acepto porque en cuanto que son discursos que emanan de figuras de autoridad y por lo tanto cargadas de afecto, las tengo que interiorizar como realmente formando parte de sí. Y además también con ese... Con esa idealización, con esa fantasía, con esa ilusión de que eso me va a dar la felicidad porque me va a dar la libertad suprema. La libertad suprema de no tener que depender de nadie porque realmente yo tengo el suficientemente poder para gestionar mi vida y mi individualidad, como yo considero, desde mis premisas personales y particulares, sin necesidad absolutamente de nadie, ¿no? Y tampoco tengo por qué preguntarle realmente a mis padres si me necesitan o no. Eso es cosa de ellos. Ellos verán cómo se montan la vida y cómo se gestiona su existencia porque yo realmente mi objetivo es buscar esa felicidad a través de un individualismo lo más absoluto posible, ¿no? Con ese ideal siempre ahí, ¿no?, en campanilla de que eso realmente es la felicidad, el bienestar y eso es aquello que me va a dar, pues, la mayor gloria del mundo. Bueno, simplemente lo vemos ahí como... Por eso he utilizado, diríamos, estos discursos de la entretenimiento. De la fuera y ese paralelismo entre el discurso de la clínica y en lo social porque realmente en ese aspecto se retroalimentan en cuanto que son discursos que emanan de una forma masiva pero nunca pueden ser cuestionados debido al peso que tiene toda la carga del afecto emanando de una figura de autoridad y, por lo tanto, de poder, ¿no?, introduciendo esos elementos, diríamos, de reconocimiento. Entonces, precisamente por eso, Foucault incluso el concepto de inconsciente para situar en esa realidad interna el espacio en donde se acumulan sensaciones, emociones, afectos de tal contenido visceral que no podemos liberarnos racionalmente. No tiene que ver con el control, como apuntaba Foucault, no es del orden de lo racional y sometido al raciocinio, a la razón, a la lógica de las cosas y del orden social. Sino a un territorio mucho más profundo que necesitamos indagar a través de la palabra y desde Reich, como decía antes, otros de sus discípulos, desde el cuerpo estructurado como la suma de evidencias arcaicas traumáticas que necesitan significarse a través de la palabra. A través, digamos, de la verbalización de aquello que ha sido vivido. Entonces, lo que Reich se pregunta desde ahí es... Sería eso, desde ese inconsciente, por qué nuestro miedo a ser libres, por qué nuestro miedo al placer y por qué nuestro miedo a una vida feliz. Que hace que desde ese entrampamiento con esos discursos, diríamos, de esas ideologías del lío, ese sometimiento a estas figuras de autoridad, al punto que nos dificultan construir, diríamos, un discurso propio cogido, digamos, a unos elementos. Más en consonancia con la propia sensibilidad de individuo. Entonces, el inconsciente es el aliado del orden social, por un lado, y por otro, un territorio a descubrir que alimenta nuestra alienación, porque el inconsciente está llenado de afectos, de sentimientos, de dependencias y de reconocimientos de la necesidad de amar de aquel que suponemos que lo tiene todo. Lacan llamaría ahí... Lacan llamaría el discurso del amo. Necesitamos realmente ser amados y reconocidos por ese que lo tiene todo, que lo pondría en el sistema capitalista, en cuanto que el sistema capitalista es portador de todos los bienes y para bienes, y en él ponemos la fantasía y la ilusión, y sobre todo a través de la sociedad de consumo, que nos llena con todas las satisfacciones habidas y por haber, y que por lo tanto, estando en una sociedad de consumo, no hay ninguna necesidad y no hay ninguna... ...demanda que no puede ser satisfecha. Bueno, hablamos mucho del orden, efectivamente, del inconsciente y hablando mucho de la ilusión, porque esa ilusión es, en última instancia, lo que hace mover la sociedad, ¿no?, porque si la sociedad nos alimentara a través de esa ilusión y pudiéramos pensar de una forma mucho más racional, mucho más lógica, a lo mejor podríamos aparecer como personas, ¿no?, como seres, ¿no?, menos alienados al sistema y a los discursos de poder social. ...de poder saber, y más con la capacidad de gestionar una vida personal más autónoma, más libre, ¿no?, en consonancia con las necesidades verdaderas de cada cual, ¿no? Entonces, bueno, pues esto, o sea, lo que estaba diciendo antes, ¿no?, que digo que no es fácil salir de ahí de motu proprio, porque no es cuestión de racionalidad, como decía antes, ¿no?, sino que más bien le haría falta el raciocinio, ¿no? Son decisiones voluntarias que necesitan, digamos, del resurgir moderno del sujeto político. En el documental ya vemos los políticos que dicen que las mujeres tienen que ser como los hombres, la familia tradicional tiene que saltar por los aires y hacerlo a través de una autonomía plena, los ciudadanos no necesitan de nadie para ser ciudadanos, las elecciones son libres y nadie tiene que dar cuentas, tan solo al Estado. Entonces, Olof Palme y la democracia instauraron unos discursos cogidos al discurso liberal imperante. El progreso lo es todo porque la tecnología, los inventos tecnológicos, el confort de los hogares, nos hacen libres e independientes. Es decir, ya tenemos lavadoras, ya tenemos... ya tenemos planchas de planchar, ya tenemos agua en las casas, por lo tanto, efectivamente, tenemos toda una serie de medios de desarrollo tecnológico en donde esa dependencia de unos con otros cada vez es menor. Entonces, una vez ya superado las necesidades básicas, ya lo tenemos todo. Discursos desde un orden social que buscan una normalización a fin de homogenizar las conductas sin contenidos propios en beneficio de ese ideal del lío que sería la autorregulación personal a través de una ultraindividualización, en donde la dependencia con el otro es vivida como una tara, como una enfermedad, como una falta, entonces se abre la aparición o abre la puerta a la aparición de una figura nueva, gracias al apoyo de la tecnología. El hombre narcisista, onipotente y autosuficiente, siempre joven y preparado, para el combate de la dura realidad laboral diaria. Bueno, pues lo que aparece aquí, como han visto en un momento determinado, se ve esa imagen realmente, todos haciendo gimnasia, haciendo movimientos, la famosa gimnasia sueca, todos en el patio, compasados, todos son jóvenes, todos son esbeltos, están sanos, están realmente en la alegría de vivir, porque cuando van a casa, pues... como diría precisamente la chica esa que le hacen realmente la inseminación, ¿no? Bueno, eso de tener... bien, bueno, tener que llegar a casa, pues está bien, vas y llegas a casa, tienes a alguien con quien hablar, pero bueno, tienes que planchar la ropa, tienes que cuidar a los niños, menudo rollo, en fin, bueno, pues está bien, tienes que cuidar al hombre, tienes que estar preocupado por alguien, bueno, pues tener hijos está bien, es una preocupación realmente satisfactoria, pero tener que estar realmente al cuidado de un hombre, pues eso para qué, ¿no? No hace falta, no hace falta esa preocupación, esa necesidad, ¿no? Es claro, es la exaltación efectivamente, por eso decía, de ese ultra-narcisismo al servicio, bueno, de esa autosuficiencia, esa autosuficiencia que alimenta siempre el espíritu, diríamos, de lo joven, ¿no? De lo joven realmente se pone como por delante, diríamos, de lo viejo, ¿no? Entonces, lo viejo realmente es lo sobrante, ¿no? De sobra, lo que no hace falta, ¿no? Así pues el viejo ya no lo necesitamos. Lo familiar se vuelve extraño. Sus cuerpos son etiquetados como prescindibles. En este sistema social, que es también el nuestro, porque lo que vemos en la pantalla, por más que la pongamos en la lejanía, vuelve como un retorno de lo reprimido para recordarnos dónde estamos. Son seres clasificados como negativos siempre a punto de convertirse en carne. En carne quiere decir, en carne, en carne de cañón, se decía precisamente de los soldados. En carne, es decir, sin erotismo. Un cuerpo, diríamos, con carne, es simplemente que está cogido simplemente a los órganos, a la carnalidad, pero sin ninguna realmente fuerza erótica. Sin erotismo, sin carga de afecto o emoción. Es un... Eso es lo que hoy llama lo siniestro. Lo siniestro es lo familiar que se vuelve extraño. Ese es el miedo a cambiar de estado, a dejar de ser lo que somos, a transformarnos en otra cosa. Lo siniestro es dejar de ser joven para convertirse en viejo. La aparición de los primeros pelos en el cuerpo, la aparición visible de los genitales, la aparición de los dientes que muerden y hacen daño, el oír en la oscuridad... ...los latidos del corazón en la cama por la noche, o cuando sentimos un hormigueo en el vientre, son vividos como cambios catastróficos, vividos como tal cuando alcanzamos la madurez sexual. Terrores que se resumen muy bien en las escenas de terror en el cine, como por ejemplo, si han visto la película Un monstruo viene a verme. Realmente un monstruo siempre es la parte de uno escondida. Negada, que no puede soportar y no puede integrar. Y se transforma como una especie de retorno de lo reprimido en aquello que deviene una amenaza. Lo que no se puede integrar realmente deviene una amenaza para uno mismo. Se convierte en ese monstruo del cual no queremos saber. Lo que resulta es, por ejemplo, se ve en el caso de las enfermedades, por ejemplo, cardíacas. Basta que una persona realmente tenga un problema del corazón relacionado con el problema cardíaco. Y así escucha un latido un poco extraño, si escucha a alguien hablando del corazón que tiene problemas. Antonio Banderas ha tenido un ataque al corazón, ha tenido realmente un infarto, tos. Uff, me estará pasando a mí, a ver, escúchame, mírame bien, no me pasa nada, pero tengo problemas de corazón. Pero es que estoy leyendo que realmente tengo unas pulsaciones en el corazón. Me pasa algo enseguida, esa parte oscura de sí, que no está realmente suficientemente integrada y que vuelve efectivamente... ...a un retorno de lo reprimido que también, sino como un monstruo, como algo que es capaz de devorarnos. Aquello que nos atenaza vuelve contra nosotros. Por lo tanto, es una parte nuestra, no es algo realmente extraño, no es un monstruo que está fuera de nosotros. Somos nosotros que lo proyectamos con el monstruo y como una figura familiar vuelve contra nosotros como una amenaza en permanencia. Entonces son terrores que se resumen muy bien en estas escenas de terror, como un monstruo viene a verme. Como la figura del monstruo, ¿no? Lo que resulta extraño de entrada es nuestro cuerpo con el que estamos familiarizados. Que cambia y se vuelve extraño. Somos extraños a nosotros mismos y a los ojos de los demás. Se abre sobre todo cuando hace tiempo que no nos hemos visto, ¿no? Cuando hace tiempo que no hemos visto. ¡Uy! ¿Cuánto tiempo sin vernos? ¡Has cambiado! Estás muy diferente, ¿no? ¿Qué relaciones más extrañas? ¿Qué sensaciones más extrañas? Hay algo ahí también del orden de lo siniestro, de la monstruosidad. ¿Serás tú? ¿Será otro? ¿Has cambiado bien? Pero a ver, me lo estoy diciendo que estoy bien, a ver, ¿para bien o para mal? ¿Qué he cambiado para bien o para mal? Porque, claro, necesito saberlo. ¿Has cambiado mucho? ¿Estás muy cambiado? Automáticamente la pregunta es ¿para bien o para mal? Claro, porque si es para mal me has hecho polvo, ¿no? Me has hecho polvo, ¿no? Siempre está realmente ese fantasma de lo que cambia en nosotros, ¿no? Que puede ser percibido como algo monstruoso, ¿no? Entonces vemos en el documental esa parte de los viejos, ¿no? Vemos la pareja esa de funcionarios del ayuntamiento husmeando por los pisos o oliendo olores, ¿no? Oliendo olores de gente que se ha muerto y detectan efectivamente una persona que se ha muerto hace dos años. Realmente en su casa. Y nadie sabe de ella. ¿Por qué? Pues porque realmente en esta, bueno, en esta especie de paternalismo, ¿no? De más papista que el papa, como realmente los suecos son tan honrados, tan auténticos, la propia mecánica burocrática hace que te envíen una carta, la carta va al banco, el banco la paga, te llega a ti, si a ti realmente te llega el recibo de la luz, te llega, va al banco, va a pagar la luz, y verdrola, la paga, telefónica, la paga. Al final tú estás vivo. Estás vivo para la administración. Llegan los impuestos, tienes el, o el IBI, por ejemplo, lo tienes domiciliado en tal banco, el banco lo paga, al final, digamos, es una rueda que hace que tú no estás, tú estás vivo porque a nivel de la administración estás vivo. Pero en tu casa tú estás muerto porque nadie se ha enterado realmente, no sabe quién eres, ¿no? Entonces hay unos empleados del ayuntamiento, que son empleados del ayuntamiento, que están destinados, por eso son empleados del ayuntamiento, a ir por las fincas a olorar, a ver realmente a las personas que están muertas, porque a través del olor detectan que están muertos, ¿no? Bueno, pues bien, si se han muerto, se han muerto, están en sus casas, están realmente en su piso, pueden ser millonarios, como lo dice, pero el dinero simplemente lo tienen ahí presto en el banco para cuando vengan las facturas, etc., etc. Entonces nos encontramos aquí con que... En esas figuras realmente de evolución, pues eso, los viejos realmente ya son imprescindibles, ¿no? Lo que es determinante son los jóvenes, los que ocupan realmente un lugar central, ¿no? Bueno, pues entonces simplemente me gustaría señalar y hacer visible que dentro de los trabajos de la relación individuo-sociedad, los trabajos más conocidos, que datan de los años... De los años 30, son los trabajos denominados despectivamente freudomarxistas, porque eran los primeros trabajos en donde tanto Reich y lo que se llamó la izquierda freudiana se interesaron por la relación, diríamos, por los trabajos de Marx, de Carlos Marx realmente, todo el tema social con el trabajo del psicoanálisis, ¿no? Haciendo una interrelación del individuo con la sociedad, ¿no? Esos trabajos que luego tomaron mucho auge... En los años 68, con mayo de 68, sobre todo a través de la aparición de los trabajos de Marcuse, el hombre unidimensional, ¿no? Si se acuerdan de este autor, ¿no? pues tomaron realmente gran vigor en mayo del 68, pero que era una reproducción de todos aquellos momentos del Berlín de los años 30. Sería interesante, y a mí es un trabajo realmente que algún día cuando tenga tiempo sí que me gustaría realizar, volver otra vez a esas fuentes de trabajo en donde aparece esa interrelación del individuo con la sociedad, tomando en cuenta el trabajo del feudal marxismo, donde aparecía toda la conflictiva social al interior del inconsciente y de la dimensión psicológica tal como la planteaba a través de todos los aspectos de la problemática del individuo, del sufrimiento, del dolor, en un contexto social determinado. Y para terminar me gustaría dar... Hablar de unas pinceladas sobre el concepto, diríamos, de felicidad a través de la historia, pero con dos pinceladas. Digamos que Aristóteles ya hablaba de la paradoja que engloba dicho concepto cuando decía que es difícil saber si la felicidad se aprende, se adquiere por el hábito o si nos toca en suerte o por algún favor divino. Los filósofos de la antigüedad estaban convencidos del carácter aleatorio. Y por tanto injusto de la felicidad, ya sea por nuestra naturaleza o por el destino, podemos ser felices o no, en ese aspecto es injusto. A veces la felicidad se nos escapa de las manos y depende de nosotros. Estamos pues condicionados, pero no determinados a ser más o menos felices. Tenemos pues la facultad, por el uso de nuestra razón y de nuestra voluntad, de incrementar, digamos, nuestra felicidad. Nuestra capacidad de ser felices, ¿no? Gran número de filósofos redactaron obras denominadas de ética con el fin de conducirnos a lograr una vida mejor lo más feliz posible. No es esta la principal razón de la filosofía, como nos recuerda Epicuro, sabio ateniense, cuando dice que la filosofía es una actividad que por medio del discurso y los razonamientos nos procura una vida feliz. Queda una vida buena y feliz, es lo que llama la sabiduría. No en vano la filosofía significa, bueno, pues la capacidad de vivir la felicidad, ¿no? La filosofía nos enseña a pensar bien para intentar vivir mucho mejor. Sin embargo el concepto de felicidad tiene también muchos detractores, porque entiende que la felicidad reviste miles de formas diferentes y que no se puede localizar en una actividad, en una actividad concreta, ¿no? Entonces lo que podemos decir es que el concepto de felicidad, bueno, digamos de la Edad Media hasta lo que aparece hasta el siglo XVIII con la ilustración y la revolución francesa, pierde, diríamos, vigor en beneficio, digamos, de un cierto concepto espiritual más místico y es sobre todo ya con la ilustración, que vuelve con fuerza este concepto de idea de felicidad, ¿no?, como una forma de entender la buena vida, ¿no?, como una forma de estar presente. y como, digamos, un derecho, al punto que se verá reflejado en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en 1776 como derecho inalienable del ser humano. La conquista de la felicidad se democratiza y acompaña al deseo de progreso propio de todas las sociedades. Pero es a partir del siglo XIX, mientras crecen las aspiraciones del progreso social, cuando surge una crítica de la búsqueda de la felicidad individual, fundamentalmente en el seno del movimiento romántico. La infelicidad parece más auténtica, más emocionante, más original, ¿no? Porque se somete al espíritu de la tragedia y del sufrimiento como territorios creativos y se desprecia realmente este anhelo de felicidad como, digamos, como una aspiración propia de los burgueses, ¿no? Ya sabemos que estamos en un momento histórico en donde, por una parte, tendremos toda la corriente de la ilustración basada en la razón, en el progreso, en la ciencia y en la cultura como determinantes de la evolución de la cultura y de la sociedad, frente al romanticismo que apuesta más por una vida más auténtica, más cogida a la naturaleza, más en relación auténtica, digamos, unos con otros, con todo el interés, diríamos, de la relación con los demás, ¿no? Y entonces aquí entramos en una de las paradojas de la humanidad. En la modernidad, que sería el conflicto de lo colectivo con lo social, lo colectivo representado por la ilustración y la revolución francesa, y lo social representado por los románticos, Nietzsche a la cabeza, ¿no? Que se oponen rotundamente no tanto al concepto de progreso, sino al concepto que nos quieren vender a través del concepto de progreso, ¿no? Que uniríamos con el discurso de Foucault, ¿no? Cuando habla, cuando él dice precisamente que a través de los discursos, no le interesa tanto el discurso, lo que se dice en el discurso, sino lo que se dice a través del discurso, o mejor, lo que no se dice diciendo otra cosa para no decir lo que haya que decir. Es decir, la cosa es un poco complicada, pero es para ver realmente que aquello que se dice directamente no siempre es la verdad, sino que a veces lo que se dice directamente es para no decir lo que se quiere esconder en cierta medida, ¿no? Por lo tanto, el decir nunca es nuevo, ¿no? Entonces, el progreso con la aparición de la revolución industrial, es bebido por los románticos, Nietzsche al frente, como una trampa mortal frente a la esencia fundamental de ser humano. Traducida a través de la tragedia del héroe, ¿no? El héroe, diríamos, frente a su destino, que tiene que mover montañas, que tiene que hacer un gran esfuerzo para llegar realmente a encontrar su verdadero destino, su verdadero anhelo, ¿no? Entonces, aquí lo que no nos interesa es tanto todo lo que tiene que ver con el progreso, el progreso con la razón y con la ciencia, sino todo lo que tiene que ver, primero, con el compromiso de la vida con uno mismo, que sería un concepto nuevo de felicidad, ¿no? Ya más desde la modernidad, ¿no? Y sobre todo con el concepto del vivir con los demás, ¿no? Es muy importante tener ya, primero realmente el vivir con uno mismo, dándole sentido a su propia existencia, porque la existencia tiene una razón de ser y es importante que se sienta. Esa existencia esté, si se puede decir, investida por el concepto del sentido que le damos. y también por introducir realmente ese concepto de la felicidad al interior de la relación con los demás. Y entonces sería el caso también de los ilustrados, que hablarían también de la importancia de la amistad, de esa felicidad bastada en la relación con los demás a través del concepto de la amistad, incluso al interior del matrimonio. Entonces encontraríamos aquí dos momentos determinantes en la evolución, diríamos, de la cultura y de la modernidad, que es lo que llamaríamos la posmodernidad, con la aparición también, con Gilles Lipovinsky, lo que llamaría la edad del vacío, sobre todo a partir de los años 70, con la aparición también, como llamaría Rodillard, la sociedad del consumo, en donde se juntan realmente todos estos valores propios de, y toda esa tensión al interior de los ilustrados y los románticos del siglo XVIII y XIX, ya en el siglo XX, sobre todo en los años 70, que coincide precisamente con el discurso de Lampalm, es cuando aparece, diríamos, todo lo que es a través del desarrollo tecnológico y la aparición de la sociedad de consumo, todo ese anhelo de felicidad a través de los bienes de la humanidad. Y entonces todos los bienes de consumo, todo lo que nos dan a través de la tecnología, lo que interesa aquí ya es el individualismo y el narcisismo a ultranza, porque de lo que se trata realmente es de conseguir la felicidad a través de los bienes de consumo, a través del dinero que podemos ganar, a través realmente de toda la sociedad en la cual estamos inmersos, que es lo que se llama la sociedad liberal o neoliberal, en donde lo que predomina, diríamos, es el estatus social, el éxito, los bienes materiales, y en donde diríamos todo lo que tiene que ver con lo humano y con las relaciones humanas que dan fuera, porque son vividas, diríamos, como relaciones que no tienen valor, frente realmente a la importancia del triunfo, del reconocimiento social y de admiración en este individualismo narcisista. Bueno, que, por ejemplo, Gilles Lipovinsky, en la era... en la era del vacío, hablaría, pues eso, de personajes patéticos, agresivos, cínicos, ¿no?, adeptos al hedonismo sin alegría y una especie como de narcisismo de las tío, ¿no? Y este narcisismo de las tío luego está muy bien desarrollado por este filósofo coreano que está tan de moda ahora, afincado en Berlín, que primero pasó por París, ¿no?, con Byung-Soo Mai, ¿no?, en la sociedad del cansancio, en donde al final, hablando del héroe, ¿no?, del romanticismo, ahora tenemos el héroe, diríamos, de la sociedad neoliberal, ¿no?, que está cansado, agotado, porque son tales exigencias que tiene que realizar tantos, digamos, los deberes que tenemos que cumplir, tanto que tenemos realmente trabajo que hacer, que al final realmente el héroe efectivamente está agotado, está cansado y al final todo eso se traduce a través de síntomas, ¿no? Síntomas de patología, síntomas de transformo de personalidad, síntomas realmente de límites de personalidad, ¿no? Síndrome, digamos, del desgaste ocupacional, ¿no? y ahí los japoneses en ese aspecto son unos ases, porque ahí los vemos durmiendo efectivamente incluso 24 horas en su puesto de trabajo y al final, bueno, pues estamos donde estamos. Hemos llegado a este momento en donde la sociedad se materializa cada vez más y el concepto de felicidad, bueno, pues es un concepto de felicidad muy diluido que convendría redefinir también a condición que también podríamos cambiar de paradigma en el tipo de relación, en la forma de entendernos, de sentirnos y percibir la vida. Y al final aparece este médico en el documental que está precisamente en África, no parece, claro, como es un tráiler tiene muchas limitaciones, se ve el médico, ese médico sueco que para él realmente su felicidad es dejar el estatus que tiene, es jefe de un departamento de medicina en Estocolmo, es un señor de grandísimo prestigio, de gran reconocimiento profesional, encuentra realmente a una mujer etíope, se casa con ella y se va a ir con ella realmente a Etiopía y entonces se dedica realmente a trabajar con ellos, con los africanos y para él lo que viene a decir, ese es el colmo de la felicidad, ¿no? Está viviendo una situación de pobreza máxima, en el documental no se ve, pero hay operaciones que está haciendo que son... bueno, sangrantes, muy tristes, pero muy divertidas, parece que sea, que allí tengan como una especie de Leroy Merlin, lo tiene ahí realmente muy bien instalado y entonces todos los trasteríos que tiene ahí realmente el Leroy Merlin lo llevan ahí y se ve perfectamente, pinzas, les viene para las operaciones, vamos, realmente si tuvieran un Leroy Merlin les vendría de maravilla, no le hace falta ningún tipo de maquinaria, ningún tipo de herramientas para utensilios de operación, porque lo tienen perfecto, las pinzas, las bridas, en fin, tiene todo un aparataje y funciona magníficamente bien. Entonces se ve cómo va operando a los africanos, ¿no?, en esa dimensión realmente más humana y más humanista y para él la felicidad, encontrar un espacio de relación con personas auténticas, pobres, pero realmente auténticas, que van realmente a lo esencial y pudiendo prescindir efectivamente De todos los bienes materialistas, de todos los bienes de consumo de los cuales tenemos, ¿no? Con lo cual en última instancia sigue las reglas y la filosofía de Montaigne o todos los ilustrados que él ya en 1700 ya decía que no entendía cómo en la cultura europea la gente se quejaba con los bienes que tenía, con los bienes que estaban y estaban siempre cabreados, enfadados y sin embargo él veía a los salvajes, ¿no?, como llamaba a los salvajes africanos y que estaban siempre risueños, alegres, felices, por más que vivían en la más absoluta de las miserias, ¿no? Bueno, pues este médico, este señor, hace la experiencia de Montaigne y le resulta realmente encantador y bueno, y se queda de vivir realmente en África y cuando va de vez en cuando en verano a ver a sus colegas, pues bueno, pues ve que sus colegas están estresados, que sufren muchísimo, que siempre le piden cuenta a la administración, que no tienen tiempo para... No tienen tiempo para hacer bien su trabajo, ni para atender a sus pacientes, pero bueno, son felices en medio realmente de sus bienes de consumo, de sus coches impresionantes, de sus barcas para ir a cazar y pescar el salmón y sus campañas realmente en el bosque. y con sus trineos de estos mecánicos encima de la nieve en invierno, que se lo pasan la mar de bien. Bueno, pues eso es más o menos lo que podemos hablar realmente del concepto sueco del amor y cómo podemos entender también desde esta visión, desde este documental, lo que es el sentido de nuestra existencia y que nos permite realmente entender las relaciones humanas y cómo vivimos, y nos permite también reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas en el mundo actual, en el mundo que nos toca vivir, y también a partir de ahí, pues bueno, poder abrir un espacio de debate, de intercambio, de qué forma y de qué manera podemos cambiarnos y podemos cambiar también el mundo en el cual estamos, cambiando, progresando, evolucionando y transformándonos. Eso es todo, muchas gracias por su presencia y por haber venido aquí con nosotros. Bueno, gracias. Gracias por haberme invitado. Muchas gracias, la verdad es que, bueno, no es fácil seguirle, de eso también se lo tengo que decir. Hay que tener mucho... Bueno, pero estamos en la UNED, ¿no? Estamos en la UNED, es un espacio académico, pero cuesta, porque la verdad es que la formación que usted tiene es una formación muy amplia, que incluso nos acaba de pegar. Y es una formación que nos va a dar una lección a los que somos del aula de filosofía, pues tremenda, ¿no? Con ese recorrido que acaba de hacer de la historia de la felicidad a través de la filosofía, ¿no? En fin, yo tengo la suerte de que ya me he sorprendido muchas veces, pero ahora sí me ha vuelto a sorprender otra vez. Así que le doy muchas gracias, la verdad. Muchas gracias. Bueno, lo que decía que él siempre era lo que aprendió en la vida, ¿no? Siempre, sí, pues... Bueno, tenemos un turno de preguntas. Sí, Raúl, y si queréis, porque... El tiempo se nos ha echado encima, si queréis, y alguien más quiere hacer alguna otra pregunta, hacemos un... recogemos un turno. Está en el on, creo que está en el on ya, ¿eh? Dale a ver, Raúl. Sí. Bueno, antes de nada, pues, gracias por la conferencia, la verdad que ha estado muy bien. La verdad que me veo reflejado en lo que ha dicho. Casi ocupado siempre en mis quehaceres. En los estudios casi que no hago vida social, así que tendré que cambiarme. Le quería hacer una pregunta acerca del progreso. En mi opinión el progreso no existe. La vida se resume a vivirla plenamente. El progreso es una ficción, pues en cada época histórica, cada género, o sea, cada generación, se enfrenta a un problema común, la búsqueda de una vida plena. Vivir la vida. Vida, sean cuales sean los instrumentos que poseemos para realizarla. ¿Usted cree que existe el progreso? A ver, existe la mística del progreso. El progreso está, digamos, sustentado por esa mística, ¿no?, y por esos discursos que hacen posible que podamos decir que el progreso existe. El progreso existe no como nos gustaría que existiese, Son formas de ver, diríamos, la realidad desde otra mirada. Progreso podría decir, Rice decía, por ejemplo, que hablando del progreso, que vaya gracia eso del progreso, ¿no? Porque progresamos tecnológicamente muy y mucho, pero humanamente estamos aún en la edad de piedra, como aquel que dice, ¿no? Entonces, él dice, bueno, ¿de qué progreso, de qué hablamos cuando hablamos de progreso? Por lo tanto, ese es el eterno problema, ¿no? Entonces, desde un punto de vista, diríamos, de las convenciones lingüísticas, sociolingüísticas, culturales, diríamos que el progreso existe porque hay un desarrollo técnico, tecnológico, científico, cultural y, bueno, está consensuado así, desde el punto de vista de la cultura, ¿no? Pero lo ideal sería que el progreso… Ese progreso técnico, científico, cultural estuviese también acompañado de un progreso por parte del ser humano desde la parte humana del ser humano, de forma que este progreso A fuese en paralelo con el progreso B y hubiese en permanencia una interrelación del progreso al servicio de la mejora, diríamos, del ser humano, ¿no? Los médicos han progresado mucho en los hospitales últimamente. Alguna vez he ido últimamente al médico y he visto… He visto que han progresado mucho. Ahora todo es abasto de ordenador, no hay papeles, pero no te miran a la cara, no te saludan, están todo el día mirando al ordenador. Ha habido mucho progreso técnico, pero yo cuando voy al médico tengo que decirle, oiga, que estoy aquí, que estoy aquí. No, no, ya pasó su turno, ya tiene que venir otra persona, hable con la enfermera y que le ponga cita. Entonces, sí, ha habido mucho progreso tecnológico, pero desde el punto de vista relacional… Estamos… yo siempre tengo problemas. Gracias a la charla, voy a hacer un… perdón, porque mi base de conocimiento es muy baja para el nivel que usted ha expuesto, pero quería plantearle varias cosas. Una a nivel… varias preguntas. La primera, escuchando sus teorías, la cuestión del neuroticismo, que siempre me ha interesado muchísimo, la cuestión del neurótico, neurótico al final lo entendemos como un producto realmente de una sociedad, una sociedad genera neuróticos, pero hasta qué punto el neurótico en un momento dado no es un elemento de autodefensa, porque el siguiente paso frente a esa sociedad pura, en ocasiones el neuroticismo se convierte en un elemento de autodefensa de la persona. Y estas son unas cuestiones, una cuestión… y la otra cuestión que me interesa también muchísimo al hilo de lo que usted ha expuesto, me han encantado esas referencias a lo simbólico y también al cine, porque por un lado el sistema neoliberal nos convierte cada día más en producto de consumo, somos consumidores, pero somos consumidos. La idea del deseo del cuerpo joven es también una idea de ser amados, de todavía tener una utilidad, por eso el otro cuerpo ya no sirve. Pero es interesante porque frente a ese cuerpo neoliberal triunfador existe la ciudad del zombi. Es muy interesante que la cultura de masas esté llena de zombis, que ya no es el vampiro, ya no es el hombro, luego es el zombi. El zombi que es aquel que realmente lo único… está fuera del sistema y solo busca poder alimentarse. Es curioso que empiecen esas películas en grande. En grandes centros comerciales, espacios muy particulares también y muy artificiales. Lo digo porque una de las cuestiones, y usted como médico me interesa mucho su opinión… es qué sentido puede tener el ciudadano dentro de una democracia, entendiendo que todavía la derecha dice, bueno, libertad de la gente que haga lo que quiera con su vida, pero bueno, no es así, pero ¿por qué no nos vamos a responsabilizar de vosotros? Pero la izquierda también sigue planteando, vamos a hacerlo todo social, como eliminando de nuevo esa parte de libertad individual. Por otro lado, lo que nos llega de otras culturas, curiosamente, es una respuesta bastante reaccionaria, como volvamos a lo anterior, eliminemos la parte de libertad individual. Así que también me parece muy curioso que al final digamos, bueno, es muy maravilloso cómo se vive en África, pero todo el día se está muriendo gente en el estrecho intentando cruzar para llegar aquí, para llegar a las prósperas sociedades europeas que estamos, no sé si locos, neuróticos, o queriendo comprar miles de productos para ser felices. Esa es mi pregunta. Bueno, pues a ver, para tener poco nivel, hay mucho nivel ahí. Bueno, yo... Yo decir que yo no soy médico, soy psicólogo clínico, especialista en psicología clínica. Bueno, sé algo de medicina en el sentido de que me gusta mucho las neurociencias y me intereso mucho en el estudio de las neurociencias, por lo tanto, a nivel, digamos, del cerebro, es un poquito, ¿no? Pero no soy médico. Bien que trabajo con médicos y que tengo colegas que están en el ámbito de la medicina, ¿no? Y estoy muy a gusto con ellos y trabajo muy bien con ellos. Entonces, a ver, en la primera pregunta estoy completamente de acuerdo con usted, es decir, el neurótico es una forma de defenderse de un mundo, es una persona frágil, sensible, que necesita defenderse de un mundo realmente que lo vive como una amenaza. Bueno, Dios, hasta pronto. Gracias por venir. Que lo vive como una amenaza, ¿no? Y entonces, una persona sensible, cuando se siente amenazado, como es el caso realmente del monstruo, la figura del monstruo que hablaba, necesita también defenderse de un modo u otro, ¿no? Es lo que le pasa al loco, ¿no? El loco no es loco porque sí, también es una forma realmente de estar en el mundo, de la forma que puede estar en el mundo. Cada cual, cada individuo, diríamos, es un mundo. No hay un... No, no, no, no somos clones. Bueno, Dios, no somos clones, ¿no? Cada cual reacciona en función de su sensibilidad, de su historia, de su historia de vida, de sus medios, de sus posibilidades. Entonces, a ver, el objetivo... El objetivo no es tanto de la terapia, no es tanto curar, sino devolverle realmente al individuo el sentido de su síntoma, ¿no? Para ver realmente si es curable o no es curable. O si lo puede transformar realmente en algo realmente creativo. Para eso tiene que ser desarrollar un yo suficientemente fuerte, para no estar sensible a ese síntoma, sino a través de ese yo fuerte que ha desarrollado en el proceso terapéutico, poder desarrollar una parte de creatividad que está por hacer. Esa sería la gran, digamos, la gran diferencia. Y eso sería, entre otros, el trabajo terapéutico. No tanto, diríamos, alimentar la neurosis y alimentar realmente esa parte sensible, sino tomarla en cuenta como punto de partida para desde ahí poder construir, diríamos, un recorrido y un proyecto personal que le permita construir una identidad propia desarrollando, diríamos, sus cualidades, ¿no? A mí me gusta siempre decir que el paciente para mí es un diamante en bruto. Es un diamante del cual él no tiene conciencia de sus cualidades, de sus valores, de sus saberes, ¿no? Porque está tan anhelado por el síntoma y por la enfermedad que no puede pensar de otra forma que fuera de él, ¿no? El trabajo terapéutico es para ayudarle realmente a recrear y a pensarse a sí mismo de otra manera, de otra perspectiva, para ver si es posible una transformación a través del cual pueda realmente en ese pensar constituir y construirse una personalidad desde un yo fuerte que le ayude a recrear y crear una existencia nueva. Y eso es la creatividad. Y la creatividad para mí no es solamente o el arte en la terapia, valga la redundancia, por más que pueda sonar un poco pedante, para mí el arte no es solamente hacer un cuadro, hacer una escultura, también es hacer una vida, ¿no? Una vida realmente es también una obra de arte, ¿no? Que ser capaz de construir, de hacerse una vida es también hacer una obra de arte, ¿no? Ser capaz, digamos, de que un diamante en bruto se convierta en una persona autónoma, capaz de gestionar su propia existencia, es también una obra de arte, ¿no? Y por parte del terapeuta y por parte del individuo también, ¿no? Entonces, hacer, tener una vida plena, gozosa, conseguirlo, llegar hasta ahí, también es una obra de arte, desde mi punto de vista, ¿no? Lo que pasa es que el arte seguramente está sobrevalorado en detrimento efectivamente de las personas, porque al final las personas tenemos que ser zombies, como decía muy bien, en cuanto a que sujetos, ¿no?, que somos, que consumimos para ser consumidos. Sin olvidarnos, bueno, que antes de ser zombies somos también personas capacidades para crear, para crear nuestra propia identidad. Esa es la gran diferencia, ¿no? La otra parte sería si realmente el médico en cuestión del documental va a África para nutrirse del saber efectivamente de los africanos lo que le va a dar ese sentimiento y esa sensación de vida plena, ¿por qué vienen los africanos, no? Claro, esas son las paradojas de la modernidad, ¿no? La característica de la modernidad es la paradoja, no es un desarrollo, hablando del desarrollo lineal, sino es un desarrollo. Siempre paradójico, en contradicción, ambivalente. Algo así como del orden de lo que cierro por la puerta me sale por la ventana, y si cierro la ventana me sale por la puerta, pero no estoy nunca seguro de tenerlo cierto, ¿no? Porque ese precisamente es el atractivo del sistema neoliberal y capitalista, ¿no? Que al mismo tiempo realmente que secreta, o sea, que lanza afuera, también recoge dentro, porque hace que incluso los detritos sean realmente atractivos, ¿no? Por eso es también... Hablando del arte, en la historia del arte hay todo un arte sobre los detritos, sobre lo que sobra, lo que se evacúa, lo que no tiene valor, ¿no? Entonces, el zombi también en última instancia es un detrito, o sea, aquello de nosotros que no queremos, ¿no?, que no nos sirve, que no nos es útil, pero que en cierta medida sirve realmente para nutrirse de otros contenidos, ¿no? Hacia poco leía un resumen de una exposición... No me acuerdo de una exposición... No me acuerdo en qué ciudad era, ¿no? Que también tenía esa característica, ¿no? Que estaba hecha realmente para construir figuras sobre los detritos realmente acumulados en una ciudad, ¿no? Aquello que nos sirve, ¿qué se puede hacer realmente con todo eso, no? Entonces, el artista tenía plena libertad para realmente desarrollar realmente sus propias experiencias, ¿no? Entonces, era interesante porque al mismo tiempo era como una especie de un abutado, bueno, pues es un abutado en el sentido de que era aquello realmente que en principio no tiene valor, vamos a transformarlo realmente en arte porque tiene valor en cuanto que se ha transformado en arte, pero que per se no sirve, ¿no? Con lo cual es una forma de darnos a entender al final qué es el arte y al final qué es lo que valoramos. Lo que para nosotros valoramos que es fundamental, o mejor, lo que despreciamos porque lo tenemos ya muy visto para los africanos es fundamental y realmente lo que nosotros valoramos para ellos realmente no tiene valor. Por ejemplo, un dato que es muy significativo, desde la consulta, en la consulta llegan todo tipo de casos y sabes todo tipo de anécdotas, pues una cosa que llama mucho la atención en estos momentos es que las personas realmente que están asistidas por la asistencia social, que van a los ayuntamientos, a la asistencia social, etc., etc., o que incluso están pidiendo limosna en las ciudades, lo que más llama la atención es que van todos vestidos con ropa de marca. Y cuando van realmente en las ciudades piden limosna y la gente no se cree que es en un pobre, porque van vestidos con burberris, con armani, ¿por qué? Porque realmente como estamos en una sociedad de consumo desaforado, pues la gente que consume realmente este tipo de prendas con marca, al otro año, como han pasado de moda, lo da a servicios sociales. Servicios sociales se lo da a la gente que va a servicios sociales como una ayuda y la gente se viste de marca pidiendo realmente limosna en la calle. ¿Por qué? Porque va con una ropa que le han dado servicios sociales. Claro, desde la calle el imaginario colectivo piensa que el que pide en la calle, pues es una persona atullida, después de la posguerra, realmente manco o cojo, que va a cuatro patas, que no puede ni hablar, que tenga la lengua cortada, que va realmente medio desnudo y te encuentras un dandy pidiendo realmente limosna. Y dices, bueno, otra parado jamás, ¿no? Bueno, este vestido de armani tengo que dar yo realmente una limosna, ¿no? O sea, a ver qué pasa aquí, ¿no? O con Dolce & Gabbana. Pues, bueno, es algo... Entonces, ¿qué pasa realmente? ¿Qué es lo que atrae? ¿Qué pasa realmente hablando de lo mismo en los países africanos? Ves un reportaje y te ves a todos los niños vestidos del Madrid, del Barça, del Villarreal, de tal, igual. Bueno, camisetas de todos los equipos españoles, dices, ¿estos qué hacen? Pero, ¿cómo es esto? No, no, ya no, eso de ir desnudo no mola. Ahora lo que mola es ir realmente con las camisetas de los futbolistas, de los equipos, etcétera, etcétera, ¿no? Es decir, que en cierta medida, si vienen aquí es porque, no solamente por una necesidad, que también, sino porque el mundo, este mundo resulta fascinante. Fascinante a lo mejor por lo desconocido, por lo accesible, por la forma realmente de acceder. Y eso es lo fascinante. El otro día estaba leyendo un libro, digamos, de una escritora feminista, ¿no? Sobre el tema de la liberación de la mujer, ¿no? Y el tema del desarrollo tecnológico que estábamos comentando. Y realmente el desarrollo tecnológico sobre qué bases se sostenía, ¿no? Y la escritora, y me llamó mucho la atención y me pareció muy pertinente, decía, siempre nos han vendido realmente que la auténtica liberación de la mujer es que la liberación de la mujer realmente es libre, es autónoma, tiene, diríamos, todos los utensilios sabidos y por haber. Pues un lavavajillas, un fregaplatos, un microondas. Decía, la verdadera liberación de la mujer es tener agua en casa. Eso es realmente el signo más fundamental. Porque si miramos a las mujeres africanas, el signo de la nación fundamental de la mujer africana es el agua. Porque una mujer africana recorre un término medio todos los días de 22 kilómetros, Parea coger realmente un pozal de agua, 22 kilómetros. Claro, con esas condiciones la mujer está out, fuera del sistema relacional, está sometida al universo doméstico y a partir de ahí ya no puede tener ninguna entidad propia, porque si su destino realmente es encargarse de las cosas domésticas y tiene que hacer 22 kilómetros a por agua, está en casa, como aquel que dice no está, está todo el día buscando agua. El tener el agua en casa es un elemento fundamental, porque a partir de ahí todo lo demás ya es posible, pero ese es el punto determinante. Seguramente eso es lo que resulta atractivo, es decir, al menos en Occidente tienen algo que para nosotros es un sacrificio, diríamos así, como es buscar agua. Pero tener agua en casa, aunque sea que la tenga que compartir entre 50, ya la tengo en casa. No tengo que hacerme 22 kilómetros a por agua. O ir realmente a hacer comida, yo puedo bajar a la calle y aunque coma comida basura o un McDonald's, pero es un McDonald's, es comida, no tengo el vientre vacío. Mientras que si para hacerme yo un bocadillo en mi país necesito día y medio, pues claro, día y medio es día y medio que puedo estar utilizando en otra cosa. Por lo tanto, no es solamente el consumo como tal que resulta atractivo, creo yo, sino la facilidad como que ocurren las cosas. Esa es la parte, diríamos, milagrosa, ¿no? Y esa parte milagrosa es la que resulta fascinante. Bueno, al final eso es el progreso, entre comillas, ¿no? ¿Qué es el progreso? El progreso también es el imaginario que le damos alrededor de la tecnología del progreso. No es solamente el progreso en PC, ¿no? Sino aquello que imaginamos que sea la vida cuando yo tenga todo eso realmente que me venden. Sobre el cual yo construyo una vida y construyo también una realidad. Bueno, yo me salgo muy mal, pero tenemos que cortar aquí porque estamos ya fuera, ya me están avisando de que estamos fuera de la emisión en directo. Deciros que habéis sido un público excelente, que prácticamente habéis llenado toda la sala, pero que además habéis estado acompañados por 22.000... Espera, os digo el dato enseguida. Sí, pero tenemos que darle la finalización al streaming y podemos seguir si queréis, ¿vale? Estoy acompañado de 23.229, ¿vale? Es decir, por lo tanto, es decir, hemos hecho una gran ágora. Yo darles las gracias por... Pues saludos a... A todos. A los de streaming. A todos los que nos habéis seguido por streaming, a todos ustedes y, bueno, ya que estamos con la felicidad, pues la verdad es que compartir este espacio durante seis años, que vamos a cumplir dentro de dos semanas, uno de los grandes... culpables o responsables, más que culpables o responsables de que haya sido posible, ya que, pues como me ha posicionado usted como una de las almas mates de este espacio, también es gracias a usted, a su formación y a lo que ha significado y significa para mí. Gracias a ello y también a mi maestro filosófico, don Amador Anton, pues es posible que yo esté aquí en este espacio, así que darle las gracias por todo lo que usted representa para mí y lo que ha significado también para que este espacio se mantenga vivo. Así que muchas gracias por hacer posible que yo esté aquí. Yo me alegro mucho de contribuir realmente en esta realidad.