Vale. ¿Comienzo? Vale, empezamos. Cerramos puerta. Vale, la clase de hoy la mía va a ser más corta, va a ser solo de dos horas, porque luego viene una compañera. La clase de hoy se llama Piensa, Siente, Decide. La otra versión es Decido y luego Existo. Me gusta mucho la de Decido y luego Existo, porque realmente creo que Descartes se equivocó. Hay muchas cosas que piensan, pero existir es saber que uno existe, es la conciencia. Y la conciencia está en el ejecutivo central. Y todos los humanos tenemos una discusión constante interna, lo que llamamos disonancia cognitiva, entre lo que sentimos, lo que pensamos y lo que decidimos. Bien, recuerdo el juego de las preguntas. Siempre que... Si os ocurre una pregunta y deberíais estar siempre pensando en qué pregunta podemos hacer, la enviamos al WhatsApp. No todas se podrán responder, pero el mero hecho de hacer la pregunta implica aprendizaje. Antes de nada y antes de empezar, me gustaría responder a algo que ocurrió ayer y no pude responder en ese momento. Al profe de la esquina. Cuando ayer me preguntaste por los deberes, me sentí abrumado, bloqueado y fui incapaz de responder a tu pregunta. Tenía miedo de explotar, lleno de ira y necesitaba gestionarme. Me gustaría poder responderte ahora más calmadamente, ya que he tenido tiempo para pensar. Gracias por haber sabido que era un tema difícil para mí y haberme dado el tiempo que necesitaba para gestionarme. La respuesta. La respuesta es que los deberes, en realidad, junto con otras cosas académicas, fueron el origen de todo lo que ocurrió en mi casa. Fueron el origen de la bomba con mi madre, del odio. Fueron el origen de todo. Fueron el... No voy a complacer las expectativas de mi madre. Yo escondía los deberes, los quemaba, hice absolutamente todo lo que hay en el mundo. Tenía compañeros que los copiaban. Yo eso no lo entendía. Era más aburrido aún copiarlos que hacerlos. No acababa de entender la utilidad. Y fruto de algo que era muy pequeño, lo que desembocó fue algo enorme y que me hizo la vida muy difícil. Y de ahí, bueno, que ayer reaccionase... De esa forma. Inhibiéndome. Bien, vamos con el temario del día. Vamos a ver el funcionamiento de un cerebro, con la metáfora de los cuatro cerebros. Luego vamos a hablar de TDAH y cómo practicaremos un banco de niebla. Que es mi segunda estrategia preferida. A nivel comunicación. Bien. Antes de nadar, haremos, como siempre, una apertura. La apertura de hoy va a ser la bañera. Vale. Quiero que... Os voy a poner un ejercicio. Un ejercicio simple. Tenemos una bañera llena de agua, hasta arriba. Y yo os doy una cucharilla, una taza y un cubo. Tenéis que vaciar la bañera. Del todo. ¿Qué cogéis? Bien, ¿quién coge el cubo que levanta la mano? ¿Quién coge la taza? ¿Quién coge la cucharilla? Y alguien dijo por aquí una cosa, ¿qué era? Tiro del tapón. Exacto. Tiro del tapón porque es una bañera y las bañeras siempre tienen un tapón. Es decir, lo que intento deciros con esto es que el pensamiento es diverso. Nunca hay una única respuesta a un problema. Siempre hay infinitas orígenes del problema. Infinitos problemas del origen. Siempre es multiverso. Y esto ocurre en muchísimas cosas. Esta mañana en clínica hablamos de los diagnósticos. Nunca hay una causa que nos lleve a un lugar, ni muchas cosas que nos lleven a una cosa. Siempre son muchas cosas que nos llevan a muchas cosas. Hay muchísimas formas de hacerlo. Esto que acabamos de ver de pensamiento, perdón, de elegir el tapón, se llama pensamiento divergente. El pensamiento divergente es una forma de creatividad, un trocito de la creatividad. Si tú le das un clip a un niño y le dices, ¿para qué sirve este clip? Un niño de cinco años te contará, no recuerdo la cifra, pero más de cien usos. Será una auténtica salvajada. No creas que un adulto... Yo creo que eran cinco o seis. Esto es porque nosotros nos alicatamos en la estructura que se nos da. Y esto es de lo que vamos a hablar hoy un poco. Bien, antes de eso vamos a hablar de TDAH, intentaré ir por arriba, porque realmente no somos clínicos y no necesitamos saber demasiado de esto. Esta mañana sí que profundicé un pelín más. Ahora mismo lo voy a intentar pasar más por alto. Bien, lo primero es decir que el TDAH... Lo que realmente es, es un nombre mal puesto. Es un nombre confuso, conflictivo. Es un nombre que hace alusión al déficit de atención, cuando déficit de atención en realidad tienen todos los trastornos o casi todos. La hiperactividad ni siquiera está bien definida. Y la impulsividad también está en la mitad del libro. La metáfora sería como llamarle a la gripe trastorno por fibra, catarro y mocos. Sin embargo, una persona puede tener gripe y no tener nada de estas tres cosas, o tener estas tres cosas y no tener gripe. Por lo tanto, como nombre, no es un nombre nada. Lo que en realidad es, el TDAH es una disfunción ejecutiva. Es decir, una disfunción de una parte del cerebro que se llama el ejecutivo central y que hace que nosotros no funcionemos, no ejecutemos. La dificultad real de una persona con TDAH está en todo el proceso de la acción. Tomar una decisión cuesta. Planificar qué vamos a hacer cuesta un riñón. Ejecutar, es decir, iniciar la acción, el venga, vamos allá, el inicio de la acción cuesta un montón. Mantener la motivación durante la acción cuesta un montón. Finalizarla cuesta muchísimo. Y evaluar lo que has hecho, muchísimo más. En cuanto a finalizarla, por ejemplo, hay una coña que siempre tenemos. ¿De qué porcentaje? ¿Eres un TDAH de qué porcentaje? Cuando hablamos de qué porcentaje, hablamos de qué porcentaje de tarea. Yo soy claramente un TDAH del 80%. Si vas a mi carrera y ves mis notas, todos los años aprobaba el 80% de mis asignaturas. Cuando recojo la cocina, hago el 80% de la cocina. Y cuando ya queda algo que dices, bueno, solo tenías que dejar la valleta y ya estaba. Es como que ya está, ya te conformas, ya te llega. Y entonces no terminas la tarea. Y lo que también es evidente es una mala evaluación de lo hecho. Es decir, salirte un examen diciendo tengo un 8 y tener un 3. No una vez, ni dos veces. No, no, una constante en tu vida en la que tú sales, diciendo, pero vamos a ver, yo tengo un 8. Estoy seguro. Incluso recuerdo conversaciones de mi padre, decirme, a ver Javi, siempre te pasa esto. Ya, pues yo esta vez, papá, me juego la mano a que saco un 8. Había una incapacidad de evaluar lo anterior y decir, bueno, pues puede ser que esta vez lo crea, pero que efectivamente no sea así. No, no, estaba convencido porque acababa de hacer el examen y decía, es que seguro. No hay ninguna opción. Incluso cuando sabía que esto era una opción y quería callarme, me iba a decir, al llegar a casa no digas nada que vas a sacar un 8. Yo creo que lo vas a sacar, pero no lo digas. Llegaba a casa, hubo 8 y no había manera. Al final mis padres, claro, se llevaban la detención igualmente siempre. Bien, cuando hablamos de atención, no hablamos de un proceso simple, hablamos de un proceso muy complejo que tiene varias partes. Hay partes conscientes que nosotros podemos decidir atender y partes que nosotros no podemos decidir atender. Si yo os digo que atendáis a esta botella, que os concentréis en ella y que penséis, botella, botella, muy concentrados, ¿cuánto tiempo diríais que aguantáis pensando en esta botella? Segundos. Y si pasa una cebra por detrás, ni un segundo. Porque la cebra os llamará más la atención. Llamar más la atención lo que quiere decir es que un cerebro que está por atrás que el ejecutivo y que por lo tanto manda antes y manda más, te dice, me da igual lo que tú quieras pensar. Piensa en lo que yo te digo que es más intenso, es decir, en este caso una cebra. Si yo ahora mismo os intento explicar esto y alguno de vosotros tiene aracnofobia y hay una pequeña araña allí en la esquina, dejaréis de atenderme y atenderéis a la araña. Porque vuestro límbico os va a decir que esta araña es mucho más importante que el resto de las cosas. La hiperactividad también se entiende muy mal. Hiperactividad no es hiperfinestesia. La hiperfinestesia es que me muevo mucho. Veréis que ando con el día pasando y que no paro quieto con las manos. Eso es hiperfinestesia. Pero la hiperactividad engloba muchísimas más cosas. La más o de las más problemáticas es la hiperactividad cognitiva. Es decir, que tu cabeza te bombardea con montones de ideas y tú no las puedes filtrar. Cuando tú tienes un buen ejecutivo, tú eres capaz de inhibir. El TDAH es un trastorno inhibitorio. Es decir, no inhibe, mi cabeza está mandándome ideas y el resto de las personas, tú no, tú no, tú no, tú que eres la idea principal ahora mismo, pasa. Esto en el caso del TDAH no pasa. Las ideas se atropellan en tu cabeza y no eres capaz de filtrarlas bien. Y esto es un verdadero problema. También ocurre con lo que se llama hiperactividad ejecutiva. Es decir, exactamente lo mismo pero ejecutando. Estoy cortando cebolla porque tengo que cortar cebolla para cocinar. Y de repente veo las manzanas y me acuerdo de las manzanas. Dejo las cebollas, me pongo con las manzanas, pero las cebollas quedaron ahí a mitad. En mi caso al 80%. Y vas así moviéndote de tarea sin llegar a terminar ninguna. También hay una respuesta hipoactiva cuando la respuesta hiperactiva no nos fue bien. Es decir, si mi forma natural de funcionar no va, voy a intentar inhibirme de una forma muy básica e ir a la contraria. Un ejemplo claro es el de conducir. Las personas con TDAH tienen una tendencia clara a conducir muy rápido. A 150 en autopista. A 160 o más. Ir a toda leche. ¿Por qué van a toda leche? Porque yendo a toda leche la intensidad del estímulo es altísima. Y entonces no hay nada que me pueda distraer porque esto es muy emocionante. Si por alguna razón me va mal conducir rápido, me ponen una multa o me entra miedo o cualquier otra razón o me siento inseguro al volante. La estrategia va a ser ir a 80 en autopista. Porque a 80 ya no necesito atender. Puedo ir, puedo mirar un pájaro y no pasa nada porque voy muy lento. Lo que no son capaces es ir a la velocidad que se supone que se debería ir. Con moderación. Porque con moderación se distraen y van demasiado rápido para poder distraerse. Esto ocurre no sólo con el volante sino con infinidad de cosas. Desde la hiperactividad verbal, una auténtica animalada de cosas en las que las personas si se inhiben y se callan, se callan. Entonces ya no hablan, estoy callado. ¿Por qué? Porque me siento inseguro. Y paso de un extremo al otro extremo. Y muchas veces también las personas a lo largo de su vida van cambiando de un extremo a otro extremo. Una definición que me gusta bastante del TDAH es la ausencia de mesura, la incapacidad del término medio. ¿Y por qué hay esa incapacidad del término medio, esa ausencia de mesura? Por la deregulación emocional. Es decir, las personas con TDAH no son capaces de regular las emociones que les llegan. No quiere decir que las emociones que les vengan sean distintas a las de otros, como ocurriría en otros trastornos. Sino que no son capaces de regular estas emociones. Y cuando a mí me llega una emoción normal, en lugar de ser capaz de gestionarla, me dejo abrumar por ella y me dejo llevar y al final hago lo que no debería haber hecho. Bien, como os decía, el TDAH es una disfunción ejecutiva y también una deregulación emocional. Siempre se ha entendido como la primera, aunque ahora mismo estamos viendo que la segunda es tan importante en realidad como la primera. Y son un poco lo mismo. La persona que tiene que estar frenando todas las ideas que el cerebro tiene, entra tarde, llega mal. Y al entrar tarde las ideas se cuelan. Esto que os ha pasado a todos mis veces de decir, ups, uy, me colé. Bien, este me colé en TDAH es una forma de vida. Vas colándote una y otra vez constantemente hasta que llega un momento que ya no tienes ni siquiera percepción de que me colé. Ya tienes que seguir avanzando. Bien, el tratamiento en TDAH... Es un tratamiento multimodal que tiene dos grandes columnas. Las dos principales columnas. Farmacología y psicoeducación. Diría que si realmente hay un TDAH, está bien que pruebes las dos. No quiere decir que vayas a necesitar obligatoriamente... La crítica pregunta es, ¿es necesario obligatoriamente la farmacología? Hombre, necesario obligatoriamente no puede ser cuando el mundo ha sobrevivido y no haya farmacología. Y los padres de los chicos que vienen a mi consulta que tienen TDAH han sobrevivido y no tenían farmacología. ¿Necesaria la palabra necesaria? No es. Ahora, ¿te puede ayudar a vivir mejor? Con menos ansiedad, con menos estrés, con menos carga emocional. Esta es la única pregunta que sirve. Y además me gustaría relacionarlo con lo que hablamos el otro día, no sé cuándo fue, sobre el estigma. Hay un tremendo estigma sobre el estigma. ¿Qué significa la farmacología? Pensar que medicarse es malo. Esto es algo que está muy extendido. Es como lo de que lo natural es bueno. ¿En qué momento...? ¿Quién dijo que lo natural era bueno? Es decir, la cicuta es natural. La marihuana es natural. Hay un montón de cosas naturales que no son buenas. Eso de que lo natural es bueno no es real. Además es muy absurdo, como civilización, estar tres mil años para inventar un laboratorio y ahora comer hierbas. Vamos a ver si somos un poco sensatos. Lo bueno que tienen los laboratorios es que te miden exactamente lo que necesitas y te lo dan. Sin nada más que lo que tú necesitas, bien medido, bien cogido y con los efectos secundarios controlados. Y no las cosas naturales que en realidad no lo tienen. ¿Sí? Pregunta. Coge el micro que si no, en casa se queda. O sea que está demostrado que la farmacología sirve para el tratamiento de muchas enfermedades, pero, o sea, lo que está mal en el sentido de los laboratorios, de cómo se aprovechan en el sentido de que se lucran de eso, ¿no? Entonces es que muchas veces igual es mejor saber si existe, si funciona la psicoterapia y luego igual acompañarlo con fármacos, ¿no? Vale, dos cosas. La primera, la farmacología jamás llegará a donde llega la psicoterapia y la psicoterapia jamás llegará a donde llega la farmacología. No tienen el mismo nicho, no funcionan para lo mismo. Es absurdo el pensar que estamos compitiendo, porque no hay competición, no la hay. Eso es lo primero. Lo segundo, no he oído nunca una crítica a la Citroën por forrarse haciendo coches. Se forran haciendo coches, nuestros coches. Sí, se forran. Son una empresa, yo no voy a defender a la farmacéutica. Sin embargo, es una empresa que pretende forrarse como... casi todas las empresas, por desgracia. Y con la intención de forrarse hacen lo que hacen. Investigan, sacan fármacos, los ponen caras de Dios, ese tipo de cosas que hacen las farmacéuticas, que podrían hacerlo mejor. Hombre, que las investigaciones de las farmacéuticas podrían estar más reguladas y ser más fiables. Porque también es cierto que cuando una farmacéutica saca un estudio que no le interesa, lo oculta. Por suerte hay competencia que saque ese estudio y te lo enseña. Pero en general, no es que las farmacéuticas sean santos. No, no. No, pretenden ganar dinero. Pero esto es prácticamente inevitable. Gracias a las farmacéuticas estamos donde estamos. Si no fuera por las farmacéuticas... Porque generan dinero. Es que las farmacéuticas en realidad yo no las entiendo como nada. Es parte de la sociedad. Gracias al dinero que se produce de las farmacéuticas hay dinero para investigación. Si no, estaríamos como a principios de siglo. Todas las enfermedades donde no hay farmacología están con investigaciones neandertales. O sea, eso es un problema o un aspecto económico, ¿no? La realidad es puramente económica. Pues ya está. Pero yo el problema que veo ahí es que lo económico es la salud, ¿no? Lo económico está ligado a la salud. Pues por eso mismo. O sea, me parece absurdo. No es necesario. Lo económico en realidad... Lo económico no es todo. Lo económico es la base de... En realidad es... De hecho eso suena feo porque todos tenemos una especie de rencor con el dinero. Pero la realidad es que el dinero no son monedas. El dinero es nuestra capacidad de hacer cosas. Que nosotros lo valoramos en dinero, pero que realmente no es dinero. El dinero va a una persona y esa persona hace algo con él. Es nuestra productividad. Y la productividad es fundamental porque si no la tienes... Es decir, el problema de la discapacidad debe ser un problema de dinero. Eso es cierto. Podríamos poner rampas en todos los sitios. Podríamos adaptar el mundo a la diversidad. Pero entonces no tendríamos dinero para comer. O el problema de... Yo te lo puedo decir con lo que sea. Si nosotros invirtiéramos en una salud pública como a mí me gustaría, seguramente habría una quiebra general. Seguro que habría una quiebra general. Porque hoy por hoy no tenemos tanta capacidad de producción como para permitirnos esto. No es un enemigo el dinero. Es una capacidad de obra. De todas formas, aunque así lo fuera, a mí lo que me importa como persona que sufre algo es algo que me aporte una solución. Es decir, si la persona que me está salvando la vida se forra, pues me parece viejo. Me da igual. Al final uno tiene que ser egoísta. Y si a mí me salva la vida, a mí me da igual. A mí la farmacología me ha salvado la vida. Me sigue salvando la vida cada día. Si no fuera por ella no podría estar aquí. No podría trabajar. Si queréis un día venís conmigo. A lo mejor me voy yo a vuestra casa una semana y me dejo la pastilla en mi casa. Y vais a ver lo que ocurre. A mí me encanta. Yo adoro estar sin farmacología. Para mí es genial. Es soltar a la bestia. Disney la leyama de mujer. Ahora, que yo ejecute algo sin farmacología es como pedir... Bueno, está ya echándome la broca y yo riendo. Ay, qué tonta. Y es un problema realmente para sobrevivir en este mundo. Y hoy por hoy llega un momento en el que me aburro de estar sin farmacología. Me aburro de mí. Me aburro de perder, de no saber dónde estoy, de levantarme y no saber si iba al baño a cagar o iba a la cocina por un trozo pisa. Porque en ese momento ya me olvidé. Es decir, es un problema de verdad. No es un capricho. Y no es para que esté quieto y el resto de la gente me aguante. Eso también. Pero sobre todo es para poder funcionar. Para decir, oye, quiero hacer algo. Y vas y lo haces. Eso es magia para mí. Toda la vida esto no fue así. Yo quiero hacer algo. Bueno, pues a ver qué ocurre. De farmacología si queréis más preguntas se lo podéis preguntar a mi compañera Gide, que es psiquiatra, que viene luego. Y yo os puedo hablar mejor. Yo realmente os puedo hablar en mi experiencia personal. No todos los casos en la farmacología es tan eficaz como lo es en el mío. En mi caso es magia. Y hay un 60% de casos donde la farmacología es magia. Y luego un 20% donde está bien y un 20% donde ni funciona siquiera. Y ese 20% de casos donde no funciona la farmacología vamos a tener que trabajar mucho más, gastar una burrada de dinero más en terapia para muchas veces no conseguir lo que jamás podremos conseguir. Porque la terapia no cambia los químicos del cerebro. Y es un problema químico en el cerebro. La terapia te puede enseñar a esquivar esos problemas. Pero no a que esos problemas nos sigan ocurriendo. Una vez hemos puesto estas dos bases, que a veces, insisto, no se pueden. Antes de eso, algo que sí que veo mucho y que me fastidia es que habitualmente la farmacología se da bien. ¿Por qué? Porque es barato darla. Porque es eficaz, eficiente. Es muy fácil. Una sesión, te la pongo, te la compras, te la tomas, fin. Pero lo que sí veo es que la psicoeducación se hace tremendamente mal. Una buena psicoeducación tiene que tener un entrenamiento parental. Todo lo que hemos hecho esta semana en realidad es psicoeducación. Todo está dentro de mi programa de psicoeducación. Además de utilización de estrategias tanto de comunicación como de comunicación de conducta, si tú tienes un hijo con dificultades las que sean, no puede ser un padre cualquiera. Desde mi punto de vista solo hay dos tipos de padres. Los padres malos y los padres negligentes. Los padres negligentes son los padres que se rinden. Los padres malos son los que no se rinden y lo siguen intentando a pesar de todo. Y luego están los padres que se creen buenos que en realidad son padres malos pero tienen hijos fáciles. Y con un hijo fácil es muy fácil ser un buen padre. Con Fernanditos de la Vida todo el mundo es un padre genial. Ahora, tenme a mí de hijo. Te reto dos veces porque te lo voy a poner difícil desde que tengo cuatro años. Tengo más anécdotas de riesgo de muerte a los cinco años que la mayoría de la gente en toda su vida. Porque tener un chico difícil es muy difícil. Y si tienes un chico difícil vas a tener que ser un súper padre. Y estar mega requete formado. Y aprovecho para reclamar uno de los tres objetivos que tengo en la vida. Uno es transformar el sistema de salud mental. Otro es transformar el sistema educativo. Y otro es implementar la EPO, la educación parental obligatoria. Obligatoria. Desde ginecología. Estás embarazada. Los jueves a la tarde ya no tienes que ir a trabajar. Ahora tienes que ir a clases de padres. ¿Por qué? Porque esto es invertir en futuro. Los chavales del futuro serán mucho mejores, más felices y no tendremos que gastar tanto en salud mental. Una vez hemos terminado estas dos columnas nos vamos al primer piso. El primer piso son terapias de corte funcional. Es decir, para que la persona funcione. No para que sea feliz, solo para que funcione. Si nosotros cogemos un caso bien tempranito y aplicamos estas tres medidas a tiempo no hará falta nada más. Por cierto, hay estudios que demuestran que cuando damos farmacología a chavales bien pequeñitos si el estudio empieza a los 6 años la probabilidad de que remita el TDAH al llegar a la adolescencia es más grande. Es decir, que puedes elegir si darle una farmacología al chaval cuando es niño o que de adulto lo esté tomando toda su vida. La diferencia no es demasiado grande, no sé lo que digas tú, pero es significativa como para probar. Volviendo a lo que estaba, si nosotros hemos hecho todo absolutamente bien, lo cual es poco probable por millones de razones, tendríamos que quedarnos aquí y el problema estaría solucionado. Como esto no ocurre así, tenemos que hacer un nuevo piso que son terapias de corte emocional. Las terapias de corte emocional no son para nada relacionadas en sí con TDAH, sino para todos los amigotes que se juntan cuando uno tiene TDAH y que no tendrían por qué estar en la fiesta. La cantidad de rechazos, la cantidad de fracasos, la cantidad de traumas, de daños emocionales, sin llegar a comorbilidades, porque realmente son comorbilidades diagnosticables, pero sí son un claro patrón en todos los adolescentes y adultos que tengo. Por eso esta terapia final es importante. Sí, es cierto que es una terapia difícil de hacer porque te tienes que enfrentar a ciertos demonios y es una terapia que muchas veces las personas necesitan mucho tiempo para aceptar. De esto, de todas formas, nos va a hablar mucho más mi compañera Gide cuando venga yo, porque es la parte a la que se dedica. Yo soy un psicólogo funcional, soy conductista, y ella es el polo opuesto a mí, absolutamente lo contrario. Y jugando al tenis se nos da muy bien, es decir, a trocitos, un poco yo, un poco ella, los casos avanzan muy bien. El modelo de trabajo tiene que ser siempre multidisciplinar. Un psicólogo solo en un salón no va a poder hacer todo lo que hay que hacer. Es inviable. Por eso hacen falta distintos profesionales de distintos cortes, de distintas ramas, centrados en distintas cosas, tanto por ámbitos, familiar, social, como por escuelas, como acabo de decir, los que trabajan más desde lo funcional que desde lo emocional, y que sepan o estén centrados al menos en dificultades de aprendizaje como mínimo. Porque el TDAH habitualmente se mete en dificultades de aprendizaje aunque en realidad no lo sea. Y aprovecho también para decir a los psicólogos, profesores o clínicos, pedagogos, que en Unidad Focus hacemos formaciones prácticas. Es decir, os venís a La Coruña y contáis con todos nuestros profesionales y hacemos formaciones prácticas. No teóricas. De formaciones teóricas está el mundo lleno. Pero lo que realmente se echa de menos son prácticas. Igual que me pasaba en la carrera cuando me hablaban del TDAH, sacaba un 9 en el examen pero los 5 primeros que vi no los reconocí. Sin embargo, cuando ves 5 no necesitas esos criterios de SM. Porque es mucho más fácil de ver las cosas cuando ya las ves. Un caso muy claro es el Asperger. Si tú no has visto un Asperger en tu vida y te lees el libro, no te enteras de nada. Y de repente ves 5 y ves como un chaval se saca las gafas y dices tú, un momento, esa forma de sacarse las gafas te pillé. Sólo con sacarse las gafas. Claro, yo no puedo poner en el libro ningún criterio relacionado pero eso que se llama ojo clínico funciona a base de ver distintos tipos de perfiles de personas una y otra vez, una y otra vez. Y por eso si yo me dedico a TDAH adulto y tengo un bagaje de 100 o 500 o 1000 TDAH adultos que se asientan delante de mi silla, mi capacidad para funcionar va a ser muchísimo más alta que si yo abro las puertas a todo aquello que venga por mi consulta e intento abarcarlo todo. Que tengo altas probabilidades de fracasar. Bien, algo que le pongo este dibujito para acordarme de decirlo siempre. Cuidado con la agenda. Mucho cuidado con la agenda. Las personas adultas TDAH que no tengan la suerte de tener un control externo bueno van a necesitar muchos sistemas de control externo artificiales como la agenda para sobrevivir. Más de la mitad de mis adultos cuando escuchan la palabra agenda les sube una cosa por aquí, incluido yo. La maldita libretita. Lo que le quiero decir a los profesores es que tengan cuidado con qué uso le dan a esa agenda. Porque si el chaval odia ese aparato su futuro está comprometido. Si queréis decirle a los padres lo mal que va el chaval que os recomiendo que no lo hagáis. Pero si queréis hacerlo, hacerlo por mail. En su agenda escolar apuntar sólo cosas buenas. Y si no hay nada bueno mentís. No es ningún problema. Una de las mejores estrategias pedagógicas que existen es mentir descaradamente a un padre. Decirle que su hijo ha cambiado una maravilla. Y es posible que el chaval cumpla la expectativa que tú le hiciste. Os cuento el ejemplo mío. En sexto de primaria el señor panero llamó a mi madre casi en Semana Santa. Esto era una repetida de lo mismo. Estaba muy acostumbrado. Llegamos al colegio, me ponían verde luego mi madre me reñía. Ya fui al colegio, lo recuerdo, pero paso a paso como si fuera una película. Entré en la sala de profesores, mi madre al lado, ahí el panero, ya vamos. Y de repente el panero empieza a decirle a mi madre, su hijo ha pegado un cambio espectacular. Yo doy un paso para atrás, abro la boca y le veo como diciendo ¡Vaya bolas! Y empezó a contarle a mi madre que había dado un cambio espectacular. Por primera vez en muchísimos años vio a mi madre tranquila, contenta, ilusionada. Aquello fue algo brutal. Durante los tres siguientes meses, quizás algo menos, me esforcé una burrada por cumplir aquello que panero había dicho. Recuerdo a Miguelín, un compañero de clase, intentando hablar conmigo y diciendo ¡Calla, calla! ¡Que hay que atender a panero! Porque ese señor había hecho algo por mí, algo que para mí era vital. Quería que mi madre dejara de machacarme un tiempo, unos días aunque fuera. Y era una muy buena razón para yo esforzarme por él. Esa fue una forma de vincular asombrosa que tuvo panero, mentirle a mi madre. Por eso siempre le digo a los profes, en general, le digo a las personas, que sólo den la información que la persona que tienes enfrente puede gestionar. Si la persona que tienes enfrente no puede gestionar una información, mejor no saberla. Me ocurre con los padres que le andan en los móviles a sus hijos. Si tú le andas a leer los whatsapps a tu hijo de 13 años, una de dos, o sabes gestionar lo que vas a leer, o mejor no lo leas. Porque los niños de 13 años dicen muchas burradas por el móvil. Tengo ganas de lamerte la cona. Y la niña le responde y están hablando por un chat de algo que no van a hacer tranquila mamá, pero lo están hablando. Además no dejan de hablar de eso. Si mamá no va a saber procesar lo que está ocurriendo y gestionarlo, si va a montar un cristo, menos lo hay, uno más, es mejor que mamá no sepa esto. Y esto lo puedo prolongar para estar mucho tiempo hablando de lo que las personas no deberían saber si no van a saber gestionar. El TDAH en el aula es complicado. Porque es muy doloroso tener que estar sentado, tener que estar desactivado y ser capaz de atender. El TDAH es una necesidad de intensidad emocional. Necesito que las cosas sean divertidas o como mínimo intensas. Y el aula es muy poco intensa. Además habitualmente los profesores tienen la mala costumbre de fastidiar las estrategias que los alumnos con TDAH tienen para poder atender. Os resumo mi infancia. Estrategia número uno. El columpio. Así puedo atender. ¿Por qué? Porque esto es muy intenso. Tengo que estar muy activado. Javi, siéntate bien. Estrategia número dos. La papelera. Vamos a afilar. Que mientras paseo al menos pues me voy moviendo un poco, me activo y esto lo puedo atender. Javi, deja de sentarte que estás paseando. Estrategia número tres. La rodilla. Ya no es ni con nosotros, los propios compañeros. Para con la maldita rodilla. Estrategia número cuatro. El boli. Me clavaba el boli, me ponía la cabeza y retorcía el boli para que me doliera. Y con el dolor decía eh, eh, así atiendo. Javi, hombre, que te haces daño, hombre, para. Recuerdo arrancarme el pelo. Recuerdo hacer miles de cosas que en su momento no sabía por qué hacía pero que con el tiempo todas me di cuenta que todas llevaban a lo mismo. Buscaba desesperadamente activarme. Algo que haga esto más entretenido, por Dios entretenido o como mínimo que pueda conectar con ello. A medida que las personas intentaban que yo fuera un mueble sentado, mi capacidad de atender se desactivaba. Y lo que ocurría cuando mi capacidad de atender se desactivaba es que ya no era capaz de inhibirme y empezaba a hacer cosas inadecuadas. Cosas inadecuadas que no quería realmente hacer. Como interrumpir en clase, como dar un comentario, como... Cosas que no estaban acorde. Bien, hasta aquí dos minutos y una pregunta. Tiempo. Sobre esto último que acabas de decir acerca de que, bueno, el alumno de DH necesita estar activado. ¿Y entonces cómo lo hacemos con los demás? Los demás también lo necesitan. Lo que pasa es que los demás soportan el no estar activados. Pero ¿cómo le vendo a los demás que tienen que sentarse, que no se pueden levantar? Este es el error. Los demás deberían levantarse. Es decir, si estuviera aquí Chema Lázaro que es un profe que me encanta, Chema tiene contabilizado el tiempo en clase. Y tiene una especie de detectores. Los detectores son muy fáciles. Sabe perfectamente que hay un chaval que cuando se apoya así en la mesa y levanta el culo, esto quiere decir. Y otro que cuando mueve la pierna, esto quiere decir. Y cuando ve que ese chaval mueve la pierna sabe que en cinco minutos aquel y aquél también se van a poner. No es una cuestión de TDAH sí o TDAH no. Es una cuestión de capacidad de soportar el tedio. El TDAH es el que menos. Pero después del TDAH van otros. Y hay algunos que tienen la estrategia de hay un dragón encima del profesor y yo estoy viendo el dragón pero no estoy aquí. Y estos disimulan. Pero los que no son capaces de evadirse esos empiezan a hacer esa estrategia. Si cada 15 minutos tú consigues que los chavales se muevan se van. Chicos, levantaros. Poneros de pie. Todos, poneros de pie. Muy sencillo. Bien. Ahora quiero que os pongáis de pie encima de la silla. Estas no son de clase. ¿Qué? Vale, podéis sentaros. Yo en clase muchísimas veces mando a los chavales que se pongan de pie encima de la silla. Es tan simple como eso. Se ponen de pie encima de la silla y dicen, uff, qué equilibrio, me voy a caer. Ha tenido un poco de miedo, un subidón. Ya está, subidón, resiéntate. Y ya les activé. Si estuviera aquí Chemos diría mil y una formas de activar a los alumnos. Algunos ni siquiera requieren movimiento, como la del yogur. Te cuento otra. Chema le dice a sus alumnos, chicos, mañana tenéis que traer un yogur importante, ¿vale? Un yogur. Acordaros, mandároslo por el grupo, traer un yogur. Al día siguiente todos traen un yogur. ¿Pero para qué es el yogur? Luego, luego, luego. Se pasa toda la mañana con el esperar, esperar. Luego os digo para qué es el yogur. Y a las doce dice, vale, sacar el yogur. Abrir el yogur. Comeos el yogur. Tirar el yogur a la papelera. Seguimos con la clase. Es una chorrada, pero mantuvo toda la atención de todos los alumnos una mañana con una tontería que era un yogur. En realidad ser profesor consiste en ser un mago de la atención. Como los magos. Hay un tipo de estrategia educativa, un tipo de metodología que utiliza el arte de los magos con los chavales. Porque al final el arte de los magos es el arte de jugar con la atención del público. Y el profesor poco se diferencia. La única diferencia está en que el mago no quiere que veas una cosa y por eso te lleva aquí. Mientras que el profesor eso es precisamente lo que quiere que veas. Pero al final es lo mismo. El viernes veremos estrategias de este tipo. Perdón, aquí en Castilla y León hay una idea de que los niños se diagnostican a los siete años que antes no lo tienen. Tú has hablado de que a los seis cuando se empieza a trabajar con ellos. ¿Podrías dejar claro a qué edad se puede decir que tiene TDAH? Oficialmente bajo DSM el TDAH es diagnosticable a partir de los seis años. Es decir, yo hasta los seis años no puedo asegurar que un chaval no tiene TDAH. Puedo hacer una previsión diagnóstica. En DSM IV esto era muy fácil. En DSM IV te decían antes de los seis previsión diagnóstica después de los seis ya está. En DSM V lo han cambiado para evitar precisamente esta polémica. Porque lo que ocurre es que muchas veces tú ves un chaval a los tres y no tienes ninguna duda, este chaval vota. Entonces lo que se hizo fue otra cosa. Se dijo, vale, los síntomas tienen que aparecer antes de los doce pero no ponen una edad de inicio de forma que tú puedes hacer un diagnóstico cuando quieras. Realmente yo sigo pensando que está muy bien el poner esos seis años como edad de confirmación diagnóstica. No obstante creo que es un error garrafal si tú sabes algo no intervenir sobre algo en el momento en el que lo sabes. Por lógica. Tú puedes hacer un diagnóstico cuando quieras lo que pasa es que no puedes asegurarlo. Seguramente esto vaya a terminar o sea aún esto. Vamos a empezar a prevenir mejor que no esperar a que lo sepamos por edad además algo tan trivial como esto. ¿Alguna pregunta para Orguaz? ¿Cómo captas la información que puede o no puede gestionar una persona? No entiendo la pregunta. ¿Cómo capto la información? Hola. Cuando hablabas de la información que puedes dar y no puedes dar a una persona para que gestione te entiendo más o menos pero ¿cómo haces para saber cuál es la información que esa persona es capaz de procesar? Bien, te lo respondo en un minuto. Vamos a hacer un juego muy sencillo. Quiero que todos vosotros penséis en un número del uno al ocho. ¿Lo tenéis? Apuntadlo en el papel. Bien, quiero que contéis qué letra va con ese número. ¿Qué letra? La A es el uno, la B es el dos... Contad qué letra tenéis según ese número. ¿Tenéis ya una letra? Bien, ahora pensad un número del uno al ocho y apuntadlo al lado de la letra. Apuntad la letra a la que habéis pensado y volved a pensar otro número del uno al ocho y apuntadlo al lado. Todo el mundo tiene que tener la letra entre la A y la G y un número entre uno y el ocho. Bien. Algo muy sencillo. Mirad qué dos instrucciones hay en vuestra letra y en vuestro número. Papel y boli en mano. Fijaros. Si yo, por ejemplo, dije tres la primera vez y cinco la segunda, es tres, gírate y mira para atrás. Y la segunda, ríete. Quedaros con las dos instrucciones que hay en vuestra letra y hay en vuestro número. ¿Las tenéis claras? ¿Estáis seguros? Bien. Cuando yo diga A, no hay nadie del A. C. Vale. Si digo tres, los que tengáis el tres, haced lo que pone en el tres. ¿Veis cuál es el juego? Es un juego muy simple. Digo una letra y si es tu letra haces lo que pone ahí. Digo tu número y si es tu número haces lo que pone ahí. Fácil, ¿verdad? Fijaros muy bien cuáles son las dos instrucciones. Son muy simples. ¿Las tenéis todas claras? Bien. Vamos a coger el papel y el boli y vamos a empezar un dictado. Dictado, apuntamos. Susanita tiene A, 2, 6, 1, ratón, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 1, ratón, ABC, chiquitín, 1, 2, 3, que come, FGH, chocolate. Vale, chicos, estáis ya todos suspensos. No habéis hecho las dos tareas que había que hacer. Además os recuerdo que las faltas de ortografía quitan. Que si tenéis mala letra no os lo corregiré. ¿Veis lo que uno siente? ¿Qué sentís ahora mismo? Así vivo yo. Así como estáis ahora mismo, vivo yo. Las ostras te van cayendo por todas partes y tú no te enteras. Y cuando te quieres dar cuenta la, la, me toca la, resulta que el tío ya terminó el maldito dictado y tú estás más perdido que nadie. Esto que acabo de producir se llama sobreestimulación. Es decir, claro, tres estímulos cuando vosotros sólo podéis procesar uno. Habitualmente vosotros lo que hacéis es filtrar la información de forma que a vuestra cabeza ya sólo os llega el estímulo que queréis procesar. Pero en TDAH no hay este filtrado. Por lo tanto, no puedo saber en qué estímulo me toca ahora y de repente miro para allí y anda, mira, ¿y ese pitido? ¿Y qué es ese pitido? Y la mosca de ayer, la mosca de ayer. Y el ser capaz de centrarse en un estímulo que sea el que quieres y echar a los demás es súper abrumador, agotador. Lo haces un rato pero luego te agotas. ¿Cuándo no te agotas? Cuando tu emoción te obliga a hacerlo. Por eso en TDAH lo que funciona son pocos estímulos y muy intensos. Un estímulo intensísimo es donde el TDAH luce. Ahí no falla una cosa muy intensa. Cuando hay miles de cosas poco intensas es imposible. Empezar en un aula. En un aula hay un señor de bigote al final que habla de Egipto como si fuera la cosa más entretenida del mundo. Y entre tú y el profesor amigotes, juguetes, chicas... ¡Ay, chicas! ¿Cómo vas a atender al señor de bigote? ¿En qué momento ese señor de bigote tiene una sola oportunidad de captar tu atención? Solo hay una ocasión en la que ese señor puede captar tu atención que no sea un señor de bigote. Que sea Manolo el profe que te quiere y te ama. El que jamás te va a rechazar. Tus amigos a veces te rechazan, las chicas ni te cuento. Pero Manolo no. Manolo me quiere. Y si Manolo me quiere le puedo atender. Tengo una opción de atenderle. Si no, es absurdamente imposible. Porque no hay emoción que me lleve a ello. Y ahora comparar un aula con Mario. Mario es Dios. Es perfecto. Mario, primero, me hace un refuerzo positivo cada dos segundos. ¡Pling! O sea, es decir, me refuerza constantemente. Rara vez pierdo. Por encima, Mario, yo soy activo. Yo no soy un ente pasivo que mira cómo Mario juega. Yo participo. Me mantiene activado constantemente. Estoy con la atención a tope. ¿Cómo no me va a enganchar Mario? ¿Cómo no voy a poder estar 20 horas hiperfocalizado con Mario versus los 20 minutos que soporto al señor de bigote del fondo que habla lentamente sobre Egipto? ¿Por qué funciona un grito? Un grito. ¡Javier! Ese momento era buenísimo. Javier estaba allí. Abría los ojos y atendía. El tiempo que le dura el miedo del grito. El problema es que los gritos duran poco. Y uno se acostumbra rápido. Seguro que se acostumbra uno rapidísimo. Me acostumbré a que me dieran de hostias, no os digo más. Sabía que iba a cobrar. Bueno, había que cobrar por las noches. No pasa nada. Ahora, a lo que uno no se acostumbra jamás es a la emoción del refuerzo, al logro. A esto nunca te sacias. Siempre quieres más. Y por eso el refuerzo positivo es la clave. Y por eso la clase de mañana, la mitad de la clase entera hablaréis solo de refuerzo positivo. Porque es la estrategia. Siempre pedís varitas mágicas. Hay una varita mágica. Lo que pasa es que es difícil porque para poder usarla tienes que gestionar primero tus emociones. Pero una vez que has gestionado tus emociones y que sabes aplicar esa varita, es magia. Vamos con el segundo nudo, que voy bien de tiempo. El segundo nudo se llama ¿Quién manda aquí? Lo primero, quiero que os imaginéis el cerebro como una tremenda red de carreteras. Los conceptos son ciudades y los trozos de conceptos, edificios. Es decir, del concepto casa el dibujo casa es un edificio la palabra casa es un edificio el sonido casa es un edificio las imágenes de casa son más edificios y todo eso junto es la ciudad-casa y es un concepto. Y ese concepto se une a otros conceptos por carreteras. La diferencia entre el cerebro y las carreteras es que las carreteras las tienes que construir y las tienes que mantener si no, se vienen abajo. En el cerebro ocurre todo lo contrario. Es como en el césped. Cuanta más gente pasa más camino se hace. Y si pasa muchísima gente se hace autopista mágicamente. Bien, ¿qué es esto? ¿Cuánto habéis tardado en saber que esto era una botella? Casi nada. Y eso es porque vuestro cognitivo tiene una tremenda autopista-algo cotidiano que usáis muchísimo. Y entonces hay una enorme autopista. Si yo os pregunto quién es el segundo hijo de Isabel Católica y me arrocazo en vuestras caras a ver, a ver, a ver... Esto es, hubo un camino un día lo hubo, lo hubo, lo hubo el monte se ha comido el camino los carteles han caído pero yo sé que por ahí hay. ¿O cuáles son las tres carabelas de Colón? Ah, esas ya... ¿Ves? Ahí el camino estaba. Todavía hay camino. Aún lo veo. Aún puedo llegar. Alguna gente. Otra no llegó. Esto es el cognitivo. El cognitivo es un mundo donde está la información metida en ciudades y tú tienes que llegar a ese mundo por carreteras mejores o peores. Cuando hablamos de TDAH hablamos de una lluvia de meteoritos alrededor de la capital y la A6, la A3 están derruidas. ¿Y qué ocurre cuando una autopista está derruida y no puedes acceder a ella? ¿Qué más? Por carreteras comarcales. ¿Y qué pasa en las carreteras comarcales? Lo primero, que gastas más energía. Lo segundo, que muchas veces no llegas. Pero hay una cosa buena que es que algunas veces te encuentras un molino precioso y te paras en el molino precioso cosa que los que van en autopista nunca lo verían. Los que van en autopista llegan rápido pero no ven lo bonito de los pueblos de España. Este ver lo bonito de los pueblos de España se llama creatividad. Y el pensamiento divergente son portales de teletransporte que existen en nuestra mente que son capaces de llevarnos de un sitio a otro sin que hubiera relación previa. La desestructura está relacionada con la creatividad de las personas porque las personas muy estructuradas son poco creativas. ¿Por qué? Porque precisamente la estructura lo que hace es ser más energético. Si yo os pregunto para qué sirve o para qué se puede utilizar esto que no sea para botella, no imaginariamente, de verdad, ¿qué usos le puedo dar a esto? Lo oigo. Hacer un teléfono con un hilo. ¿Cómo? Guardar cosas, una baraca, un arma. El arma, si le pongo un globo, pa. Ah, vale, como arma arrojadiza, sin duda, como arma arrojadiza, como apagar luces a distancia, como consolador. Bien, la capacidad de que se te ocurran cosas. En el momento yo ahora me estaba inhibiendo porque en mi cabeza estaba o sea, me estaban ocurriendo millones de cosas. La capacidad de que a ti se te ocurran cosas distintas es pensamiento divergente. El problema es que ¿cuántas veces voy a utilizar esto como otras cosas que no sea una botella? Esto es una botella, déjate de tonterías. No pienses en maracas, si quieres unas maracas te compras unas. Es decir, la creatividad no es algo maravilloso. Estéticamente hablando es una porquería porque el 99.9% de las veces no sirve para nada. Solo para liarte la cabeza. Lo que es eficaz en esta vida es ser ejecutivo. Boli, boli. No nave espacial. No te líes. Sin embargo, las personas que son desestructuradas no tienen ese cajón tan claro y entonces llegan a otros lugares. Y esto es lo que es la creatividad. Siempre la gente habla de ella como si fuera algo genial. La creatividad como todo tiene su lado malo y su lado bueno. El lado malo es que la desestructura es brutal. La creatividad implica desestructura en casi todas las ocasiones. ¿Vale? Vamos a hacer un test de creatividad. Quiero que cojáis el boli, el papel y yo os voy a dar 60 segundos. Y en 60 segundos quiero que escribáis todas las palabras que se os vengan a la cabeza que sirvan como pisapapeles. Tiempo. Vale. Os cuento cómo se evalúa este test. Este test se evalúa en tres parámetros. Parámetro uno, cantidad de palabras que hemos sido capaces de escribir. Parámetro dos, familiaridad entre las palabras. Es decir, he escrito una taza, una tetera, un cuchillo, un veredor. ¿O he dicho una taza, una piedra, un mando a distancia? O sea, ¿me he ido por las ramas o he ido en familiaridad? A mayor familiaridad, mayor estructura. A mayor número de palabras, mayor creatividad. Y la más importante, la última, la del pensamiento divergente. A mayor dispersión con la realidad, mayor pensamiento divergente. Siempre que hago esta prueba, cuento la respuesta que me dio un amigo. Un amigo con unos tintes aspergerianos bastante importantes. Y sus respuestas fueron las siguientes. Lo primero yo le dije que lo escribiera pero su impulsividad hizo que empezara a hablar. No fue capaz de pararse a escribir. Y me dijo, una piedra. La primera, piedra. La segunda, un edificio. La tercera, un planeta muy pequeño. Una nube muy pesada. Y en ese momento yo me descojoné de risa y no pudimos seguir. Pero solo ver sus primeras cuatro palabras en menos de un segundo, una piedra, un edificio, un planeta muy pequeño o una nube muy pesada. Esto es lo que se llama pensamiento divergente bruto. Es decir, distancia a la creatividad total. Todo sirve como pisapapeles. Yo no dije qué tamaño tenía el papel ni qué tamaño tenía el pisapapeles. Sin embargo las personas suelen acomodarse a lo que me serviría en un papel en mi casa y dentro de mi casa como un pisapapeles. Esta a lo mejor la conocéis que hay que hacer para meter un elefante abrir la nevera, meter el elefante y cerrar la nevera. Y esto te lo responde cualquier niño de tres años. ¿Qué pasa, sois idiotas? Esto es muy fácil. Porque los niños de tres años no tienen una idea preconcebida del tamaño que deberían tener las neveras y los elefantes. No hablé de ningún tamaño. Eso es pensamiento divergente. Y es una de las cosas que la patología lleva asociada. Por ejemplo, estoy haciendo un estudio bastante importante sobre patología, personas con problemas mentales y profesiones creativas. En este caso era con esquizofrénicos. Buscaban a ver si las personas con la esquizofrenia tenían en general profesiones más creativas. Los resultados no fueron nada significativos. Lo que sí resultó brutalmente significativo es lo que pasaba con los hermanos de los esquizofrénicos. Que sí tenían, pero una auténtica burrada de significado, o sea, de significativo Eran personas que se llevaban a cosas mucho más creativas que el resto de las personas. Cuando se midió en las personas con esquizofrenia, no se encontró que tuvieran empleos más creativos que otras personas. Pero se dieron cuenta en este estudio que los hermanos de las personas con esquizofrenia sí lo tenían y además muy significativamente. Esto lo que nos viene a decir es que en realidad la patología una de las funciones que tiene es la de generar esta creatividad versus las personas que aportan estructura. Todo es importante. Una persona estructurada sola no avanza. Una persona creativa sola no ejecuta. El equipo es la magia. Y es un equipo, además, que ves en muchísimas parejas donde ves persona casi neurótica al lado de persona totalmente diselectuada. Y funcionan, funcionan muy bien. Lo he comentado esta mañana. El ejemplo de Finlandia. Mother family. En mother family hay un matrimonio. Ella es una neurótica pero de libro y él un TDAH de libro. Y juntos funcionan porque le aporta a ella lo que ella no tiene y viceversa. Bien, vamos con el modelo de los cuatro cerebros. Lo primero es deciros que lo que os voy a poner ahora no es una realidad así. Es un modelo teórico. Es como cuando en física decíamos que una bala sale del cañón pero la bala es un punto. ¿Por qué decíamos que la bala es un punto? Porque tenemos que contar con las fuerzas de rotación, la cosa va a ser muy difícil de calcular. Entonces simplificábamos la cosa. En este modelo también hay una simplificación de la realidad muy grande. ¿Por qué? Porque en primer lugar el cerebro funciona en red. No es lineal. La explicación que yo voy a dar es lineal. El cerebro tiene un procesamiento primero por cada sentido que les llega. Es decir, el procesamiento visual va aparte del procesamiento táctil. Y por muchas otras razones. Segundo, porque el cerebro es holístico. Es decir, no lo puedo dividir en trocitos. Si yo cojo un bisturí y le quito a alguien su límbico, lo mato. No cojo el límbico y sigo pensando por sí solo. Los procesamientos van en redes de pensamiento, en corrientes eléctricas. Y los procesamientos son indivisibles. Yo no puedo coger un procesamiento y decir, vale, la noción va por aquí el pensamiento va por aquí. No, porque es una unión entre el cerebro y la realidad de todo. Lo dividimos para poder estudiarlo. Bien. Aquí os planteo este cerebro. Al principio dividíamos el cerebro en dos partes, luego en tres y ahora en cuatro. ¿Por qué en cuatro? Porque hemos dividido el cognitivo, que es la corteza, en dos. La parte del pensamiento, que seguimos llamando cognitivo, y la parte de adelante, el ejecutivo central. El primer cerebro que nos vamos a encontrar, este que aquí está en rojo, es el cerebro reptiliano. El cerebro reptiliano es el encargado de reaccionar. El cerebro más básico lo tiene hasta los bichos más simples. Es el que te hace un escalofrío, el que te hace los reflejos, el que te hace respuestas de alerta. Es realmente muy básico y funciona con instintos. Sus aprendizajes son bastante simples y realmente funciona a base de acción-reacción. Es como la memoria ROM de los ordenadores antiguos. Luego está el límbico. El límbico es una especie de nave espacial que tenemos dentro de la cabeza, con dos pelotas en las esquinas. Tiene un hipocampo. El hipocampo es el encargado de decidir qué emoción va asociada a cada estímulo. Es decir, el primer día que yo veo un perro, el hipocampo hace esto... Si el perro me ladra digo ¡uy, perro miedo! Si el perro me hace una coña y yo me río digo ¡ah, perro alegría! Ya lo tengo. No es tan simple, porque todas las emociones se enlazan a todos los estímulos, pero sí que es el link donde yo marco qué tipo de emoción va a ir asociada a cada estímulo. El núcleo accumbens es el que dice cuánto placer nos dan las cosas. Y de hecho las personas que tienen dificultades con drogas suelen tener también dificultades en esta zona del núcleo accumbens precisamente porque es la fuente de placer. Y por último están las amígdalas. Hay más cosas, pero voy a resumir. Las amígdalas marcan la intensidad de cada estímulo, lo que llamamos arousal, es decir, una araña. Si veis una araña lejos a lo mejor pondréis un 3. Si tenéis aracnofobia pondréis un 95. Lo que os va a activar ese estímulo es en el fondo lo mismo. Imaginaros que el límbico es como un amplificador de una guitarra eléctrica y el límbico es el que marca cuánto amplificador, o sea, qué volumen le voy a dar. Muy alto o poco alto. Y según esto se va a definir todo el procesamiento posterior. El límbico es el ordenador más brutal en cuanto a cantidad de información procesada que existe. Procesa medio tera al segundo. No, medio giga al segundo. Medio giga al segundo. Una auténtica burrada de información. Lo que ocurre es que lo procesa de una forma muy tonta, como los ordenadores. De hecho, no tardaremos mucho en hacer un límbico de inteligencia artificial. El límbico realmente es una información de habituación, sensibilización a todo. Es decir, el estímulo que llega yo solo tengo que decir si me acostumbro a él o me sensibilizo a él. Habitualmente es por repetición. Si aparece mucho me habituo, pero no siempre. Por ejemplo, si a mí me dices Javi por la calle hay un bullicio tremendo y tú gritas Javi, yo me doy la vuelta. Porque mi límbico dice Javi, Javi, eres tú. Estás sensible a este nombre. Entonces me giro. Si dice Antonio, no. Y si el que dice Javi es mi abuela, entonces me voy a girar no solo a 100 metros, a 300, porque es aún más fino para ese tipo de sensibilizaciones. Lo que ocurre con este procesador es que va a decidir quién es el ordenador que va a procesar las cosas. Si el estímulo es intensísimo, extremo, lo va a procesar directamente él. Esto es lo que llamamos secuestro emocional o secuestro amigdalar. Si el estímulo es medio o medio-alto, si el estímulo es bajo o medio, lo va a procesar el cognitivo, el siguiente ordenador. Y si es medio-alto o alto lo va a procesar el ejecutivo. Es decir, el siguiente ordenador que tenemos aquí, el cognitivo, es el ordenador que se encarga de los pensamientos. Es decir, todo lo que vosotros pensáis en vuestra cabeza está en el cognitivo. Cuando yo os dije que buscarais las carabelas de colon, lo que hicisteis fue preguntar al cognitivo esta información, búscamela ahí y él te la buscó. Y se ve además muy bien el esfuerzo que os ha llevado saber si lo teníais bien ordenado o no. Todos los estímulos que son medios los va a responder el cognitivo con esto que llamamos el piloto automático. Cuando vosotros sabéis conducir y conducís no estáis conduciendo vosotros, conduce vuestro cognitivo. La primera vez que aprendisteis a conducir ahí no, ahí tuvisteis que hacerlo vosotros conscientemente. Pero una vez que repetisteis esto muchas veces hubo un momento en que el cognitivo dijo no hace falta que sigas pensando en esto, ya lo hago yo de forma automática. Y por último está el ejecutivo central o lóbulo prefrontal que es un poco la joya de la corona a nivel evolutivo. Es algo que solo tienen desarrollados simios y cetáceos. Y de hecho no todos los simios, los primates. Proporciona al individuo la capacidad de saber que existe. La consciencia. Es decir, si yo cojo un perro le pinto la frente blanca y lo pongo delante de un espejo el perro ladra. Pero si es solo con un mono, el mono hace así. ¿Por qué? Porque el mono sabe que existe. Bien, el ejecutivo central no solo nos da la consciencia sino nos da la capacidad de inhibir todo aquello que no interesa. Es decir, cuando se creó el cognitivo se creó para satisfacer las necesidades del límbico. El límbico tiene una necesidad que es hambre. Y el cognitivo con su inteligencia le da la respuesta. Si tienes hambre ve a la nevera y come. Hasta aquí igual que un perro. A un perro le pones una chuleta y el perro la va a comer. Da igual, es chuleta. No hay más capacidad de procesar. Luego llegó el ejecutivo central que lo que hace es poder inhibir lo que diga tu cognitivo. Es decir, ahora mismo mi cognitivo o sea, mi límbico me dice Javi, hambre. Y mi cognitivo me dice lárgate y come un bocata. Pero mi ejecutivo central aparece y dice no, no, no. Inhibe eso de irte. Gestiona tu emoción, quédate con el hambre y continúa dando la charla. Porque esto es lo que debes hacer. El ejecutivo central tiene metáforas y metacogniciones. Es decir, pensamientos dirigidos a una meta futura. Yo abro la nevera y mi límbico dice cómete la tarta de chocolate. Mi límbico dice hambre. El cognitivo le dice coge la tarta de chocolate. Y si el ejecutivo no entra me la como. Pero habitualmente el ejecutivo entra y dice no, no, inhibe lo de comerte la tarta de chocolate que esta no es tuya que es de tu compañero de piso. Vas a tener que coger solo tu comida porque si no, mañana tendrás un conflicto con tu compañero de piso. Por poner un ejemplo. Sin embargo, esto no siempre ocurre. Muchas veces el chaval abre la nevera y coge lo que no era suyo. ¿Por qué? Porque lo vio. Y su explicación es esta, es que lo vi. ¿Qué pretendes, que tus compañeros te escondan la comida para que no la veas? Bien, entendemos la dificultad que hay en TDAH. La dificultad en TDAH es que este ejecutivo central falla, va lento. No llega a tiempo a las cosas. Y al no llegar a tiempo, la persona no puede inhibir aquello que debería haber inhibido. Y por esto las personas con TDAH sí funcionan con estímulos intensos. La gran diferencia entre una persona con TDAH y una persona sin TDAH es que ante un estímulo medio alto cualquier persona que no tenga TDAH va a funcionar desde el ejecutivo central. Mientras que las personas con TDAH no van a llegar a tiempo y van a funcionar desde el cognitivo. Como animalitos. Acción-reacción. No van a tener un procesamiento total de la información. ¿Me estoy entendiendo o estoy liando? ¿No? ¿Me da la sensación a mí que me estoy liando? Puede ser, vale. Vamos a poner ejemplos donde lo podamos ver mejor. Estáis viendo la tele. Os pica la rodilla. Os rascáis. Seguís viendo la tele. Y ni siquiera sois conscientes de que os habéis rascado. Igual que ahora mismo vosotros estáis cada uno en una postura. Tú ponéis las gafas aquí. Tú juegas con cosas. Os movéis. Pero no sois conscientes de ello. ¿Por qué? Porque había una necesidad para ir detrás que vuestro cognitivo solucionó muy rápidamente sin tener que llamar vuestra atención. Ráscate y continúa. Imaginaos que en ese momento aparezco yo y os digo, oye, eso que tienes en la rodilla es una urticaria brutal. Si te vuelves a rascar mañana te hospitalizo. Entonces, ¿qué ocurre? Que vosotros cogéis, metéis en vuestra memoria de trabajo información relevante para el futuro no rascarse que si no hay hospitalización. La siguiente vez va a venir por aquí exactamente la misma emoción, picor. Y el señor límbico va a decir exactamente lo mismo. Desasosiego. El cognitivo va a responder, ráscate. Y en ese momento va a aparecer aquí tu ejecutiva central, un momento, no te rasques, información relevante. Evitar en el futuro hospitalización. Inhibe la acción, rascarse y activa la acción apretar el puño con fuerza para gestionar tu emoción. La forma en la que tú gestionas el no rascarte es apretando el puño o cualquier otra forma para gestionar esa emoción y evitar rascarte. ¿Lo veis? ¿Qué ocurre si te pica una burrada? Te pica muchísimo, muchísimo, muchísimo. ¿Qué haces? Te rascas. ¿Y por qué? Porque nuestro sistema límbico tiene un sistema de protección que es este secuestro amigalar por el cual si el estímulo es extremo, toma el mando. Y da igual lo que digan los demás. Ni siquiera llegan a aparecer. Ante estímulos intensísimos, el que manda siempre es el límbico. Siempre. Y esto es por supervivencia. Lo que ocurre es que, como os decía, el límbico es un ordenador muy potente pero muy tonto. Y el límbico solo tiene tres respuestas posibles. Ataca, huye, bloquea. En fin. Es decir, si ahora mismo entra un león por la puerta, vosotros no vais a pensar nada. ¿Qué hace un león aquí? No. Pues sobre el león vais a estar corriendo en el mismo momento que vais al león. Alguno quizá se bloquee. Pero actuaréis sin pensar. Y esto además es muy bueno, el actuar sin pensar para sobrevivir. ¿Y qué pasaría si entra un dragón? Un dragón. Aparece un dragón por la puerta o algo que no hayáis visto jamás en vuestra vida. ¿Qué ocurriría? ¿Correríais de miedo? ¿Qué haríais? Es lo que llamo catatónicos. Os quedaríais así. Con una cara que cuando uno la ve dice Dios mío, esa cara solo que habla me produce algo por dentro. Es una cara desencajada. Se os desencajaría la cara, os quedaríais así y os desmayaríais. Y luego no recordaríais ningún dragón ni absolutamente nada porque la información no llegó a ningún lugar. Hubo un pantallazo azul de Windows que me dio el sistema. Vale. En realidad este funcionamiento de un cerebro es bastante importante por lo que hablábamos el otro día de la voluntad. De lo que las personas quieren o no quieren. En realidad la voluntad solo se puede utilizar cuando se puede utilizar. Es decir, cuando el tipo de estimulación es el tipo idóneo para que llegues a procesar desde el ejecutivo central. Quiero que mováis vuestra mano desde el ejecutivo central. Hacerlo. Moverla. No, no. Si haces así la estás haciendo de forma automática. Moverla conscientemente. Ser conscientes de cada dedito que se mueve. Eso es ejecutivo central. Si yo intento caminar desde el ejecutivo central caminaría como un pato porque soy yo el que va moviendo cada uno de los músculos. Y esto es muy ortopédico y gasta muchísima energía. Pensad en el primer día que aprendisteis a conducir. Que en 45 minutos sudabais como un chorro. Estabais tensos allí. Primera... Porque el ejecutivo central solo puede procesar un estímulo a la vez. Solo uno. Mientras que nuestro límbico procesa 10.000 estímulos al segundo. Nuestro ejecutivo central, uno. A pesar de esto consume la mitad de la energía del cerebro. Y tiene tanta capacidad en masa como el cognitivo. Es un aparato enorme, enorme, enorme que solo sirve para pensar en una cosa. Dicho así suena algo extraño. Y entonces ¿por qué es la joya de la corona? Es la joya de la corona porque es realmente la inteligencia brutal. Vale, pregunta simple. Pensad en la última vez que estuvisteis en Marte. Bien, esta vez no habéis ido a un cognitivo. Si yo os pregunto pensad en la última vez que habéis estado en Madrid vais a hacer esto... Pero si es la última vez que habéis estado en Marte... No lo voy a pensar. No voy a ir por ese camino que es mentira. Las calculadoras o el límbico piensa computarizando todos los posibles resultados. Cero más uno, no. Cero más dos, no. Cero más tres, no. Así está el bueno que te dice sí. Pero luego aún continúa con el resto de resultados. Así piensan los ordenadores. Así piensa el límbico. Pero nuestro ejecutivo central no piensa así. Nuestro ejecutivo central rápidamente ve que esto es una trampa, que es imposible estar en Marte que es una pregunta absurda y ni siquiera gasta energía en procesarlo. Es una máquina de pensar a otro nivel con el defecto de que gasta una burrada de energía y solo puede pensar en una cosa a la vez. Es decir, esto que hacer dos cosas a la vez es mentira. Nadie hace dos cosas a la vez. Tú haces o una, una, una, una o que el cognitivo haga una y tú haces la otra. Es decir, el cognitivo va conduciendo y tú vas pensando en lo que te dé la gana. Pero no haces dos cosas a la vez. Al menos no conscientemente. Se puede decir, hombre, ¿qué las haces si no? Las haces tú, pero no conscientemente, no ejecutivamente. Vale. Dentro de la comunicación que hay entre el límbico ejecutivo hay como distintas maneras de comunicarse. El ejecutivo central es como si fuera... Hay una metáfora que me gusta bastante que es la metáfora de la orquesta donde el ejecutivo central es el director de la orquesta y el resto funcionan como un arquitecto. Con la diferencia de que en una orquesta el director de orquesta manda entrar a la gente. Ahora entras tú, ahora entras tú. Mientras que en el cerebro es al revés. Entonces vosotros estaríais intentando entrar y yo os estaría callando. No, no, no, no. Es decir, nuestro hambre se puede salir diciendo hambre, hambre, hambre. Y nuestro ejecutivo central iría diciéndole no, no, no. Que nuestro ejecutivo central diga no molecularmente hablando es dopamina. La dopamina es el neurotransmisor de la negación. No, inhibete, no lo hagas. Y cuando falta dopamina en el prefrontal es cuando precisamente nosotros no nos inhibimos lo suficiente. Aparte de esto hay ciertas emociones que te hablan directamente como el hambre, las más reptilianas, el miedo, son como muy basales. Pero luego hay otras emociones que jamás te hablan directamente. Que juegan a lo perrillo, hablan con él de al lado para que te llegue por otro lugar. Por ejemplo el mono. El mono, el síndrome de abstinencia El síndrome de abstinencia quiere que pienses que no existe. Entonces, yo controlo. Todas las frases que tienen las personas enganchadas a algo son las mismas. No es una persona enganchada a los videojuegos o cualquier cosa y te sueltan la misma retalía de frases, exactamente la misma. Pero si esto no está malo, lo dejo cuando quiero... Un truco que hago yo con los chavales para que conozcan a su mono es coger un papel y leerlo. Escribe, un dictado te voy a hacer. Frase uno. Nunca más en toda mi vida voy a comer nocillas. Nunca más en toda mi vida voy a fumarme un porro. Y si solo estás escribiendo la bebida... A ver, tío, vas a poder comer nocillas, no te preocupes. Solo escríbelo. Lo escribes. Igual ahora léemelo. Nunca más en toda mi vida voy a poder comer nocillas. Nunca más en... ¡Javi! Lo que pasa es que solo lo tienes que leer. No digo que lo hagas, solo léelo. Y solo en leerlo el estómago se les empieza a retorcer. Es el mono que se queja. El mono rara vez se queja directamente y tiene jugadas muy potentes. Por ejemplo... Javi, yo no tengo ningún problema con los porros. Las navidades me vine a casa de mis padres todas las navidades, un estudiante, y durante todas las navidades no me apeteció ni un poquito fumar. ¡Ah! Mira qué listo el mono, ¿eh? ¿Cómo sabe jugar? El mono se oculta. No da ningún tipo de síndrome porque él sabe que vas a volver. La pregunta es, vale, ¿qué pasa si el primer día que te vuelves a estudiar ese mismo primer día no te fumas un gano? ¡No, no, no! Así que no. El mismo día que llego me lo fumo. Ah, mico, qué listo es el mono. ¿Cómo juega contigo? Es un estratega. Otro ejemplo más sencillo, más biológico es el sexo. El sexo nunca te habla directamente, siempre te habla de segundas. Obviamente el sexo es una máquina que está ahí para que tú procrees. En el fondo lo sabemos todos. ¿Para qué existe? Sin embargo a ti no te dice eso. A ti ejecutivamente te dice ¡Oye, qué bien me queda este niki! Pero aquí cognitivamente lo que realmente dices con ese niki puede que folles. Y aquí límbicamente te dice con ese niki procreas. Si a mí me dices que con este niki voy a procrear, a lo mejor en ciertas situaciones me quito el niki corriendo. Porque no era mi intención ahora mismo tener hijos. Sin embargo tu cerebro sabe lo que hace y sabe por qué lo hace. Él quiere reproducirse. Y esto es algo arcaico que nos ha hecho sobrevivir a lo largo de los milenios por una razón. Es evolución pura y dura. Sin embargo a ti la información no te llega bien. Todos nos engañamos diciéndonos ese tipo de cosas. No, yo me pongo guapo para mí mismo. Sí, ¿en una isla desierta también lo harías? Claro que no. Somos seres sociales. Vivimos como células, como abejas de una misma colmena. Y pretender que el resto no son importantes para ti es una estrategia defensiva como otra cualquiera. Vale. Hasta aquí. Una más. En resumen de todo esto lo que me gustaría que os llevaseis es la ruptura con el quiero. Vamos a eliminar la palabra quiero de nuestro tabulario. La vamos a destruir. Y vamos a dividirla en tres palabras mucho más acordes con la realidad. Un quiero es el deseo. Un quiero es el pienso o tengo la creencia. Y un quiero es el yo decido. Porque si no, aparte de ese quiero pero no quiero quiero pero no quiero, ¿qué quiero decir? Pues que hay una de esas tres que sí y otra de esas tres que no. Yo, por ejemplo, ¿sí? Cuando una persona dice quiero pero no quiero. En realidad es que la emoción le está diciendo una cosa el pensamiento le está diciendo otra y su decisión está por otro camino. Si en lugar de quiero sustituimos el quiero por estas tres palabras todo va a quedar más claro. Es decir, yo decido que voy al gimnasio porque tengo la creencia de que mi médico me ha contado que es bueno para mi salud pero que no me apetece nada. Tampoco me apetece que por las mañanas no voy y sigo sin poder ir al gimnasio a pesar de que yo siga teniendo la creencia y la decisión de que voy a ir. Y por eso al final no lo hago. Lo que uno al final hace, la conducta que tiene, como acabamos de ver, depende de la intensidad de los estímulos. Depende de muchas más cosas que un he tomado una decisión esta es mi voluntad. Eso es una cosa importante, mi voluntad. Si la voluntad dice que no, es un punto. Pero recordar que si la cosa se pone fea, el que manda es el límbico. Siempre. Por supervivencia. Somos animales por encima de todo. Y si la cosa se pone fea, el que va a coger el mando siempre va a ser el límbico. Y entonces es cuando perdí los papeles, me encenequé, estaba totalmente enrocado o... perdí el norte... Cada uno lo llama de una manera. Pero el hecho es que uno a veces no puede pensar. Y cuando no puede pensar, cuando se dan en la fibra. ¿Sí? Preguntas. En cualquier momento o situación donde la intensidad emocional supere al límbico, el límbico hace un diferencial y da sus propias órdenes. Te pongo otro ejemplo. Y esto además, de paso explico el concepto trauma. Voy por la selva con mi hermano y de repente a lo lejos vemos un león que corre hacia nosotros. Nos quedamos así un rato, que es aquello que no hemos visto nunca. No sabemos lo que es, pero corre hacia nosotros. Hay un momento en que nos asustamos y estamos a correr. El león se come a mi hermano. Y en ese momento disocio, no puedo pasar triste, sigo corriendo. Lo que hace mi límbico es procesar toda la información que había en ese momento, trauma, y hacerse más sensible, que el diferencial salte antes. La próxima vez que vuelas a la selva veas algo amarillo o cosas que te recuerden aquella situación, desata mucho antes la respuesta de protección de huir. De forma que si voy por la selva y se muevo unos... sin llegar a pensar nada más. Sin embargo, si en la misma historia cuando mi hermano y yo corremos del león al cruzar la esquina nos encontramos un montón de niños de cinco años jugando con leones, y el león viene y me habla un lenguetazo, lo que hace el límbico es ampliar más la capacidad de pensar desde el cognitivo desde el ejecutivo en ese momento. Porque si no el límbico toma el mando. Y esto además es imposible de salir de ahí. El secuestro emocional no tiene opción de reacción de ningún tipo. Solo podemos trabajar con la persona antes de que se dispare. Una vez disparada solo podemos calmarla. Estrategias clínicas para calmarla. ¿Qué es esto? Es decir, ya para el cognitivo que ella tenga que decir un micrófono que tenga que buscar cosas en su cognitivo para relajar lo que ahí detrás le está agitando. Porque si no la persona no está contigo. ¿No? No. Realmente no manda al límbico porque si solo mandara al límbico no hubiésemos evolucionado. Quiero decir necesitamos el ejecutivo. Obviamente. Y si siempre que la cosa se pone fea manda al límbico no existiría el ejecutivo. Porque gracias a Dios la cosa se pone fea cuando se pone fea y no vivimos en un estado de alerta menos en la guerra. A ver, sí, yo lo estoy entendiendo. Vale, yo sé que tú lo utilizas como explicación de las dificultades que tienen las personas con TDAH. Lo dices en general. Lo que ocurre en TDAH es que el ejecutivo es aún peor que el resto de las personas. A ver, yo por ejemplo lo que dices de León si esto fuese así no se hubiesen inventado las armas. No se hubiese vivido en sociedad crear grupos de caza eso es el ejecutivo. ¡No! Crear un arma... El que aprende es el cognitivo. El que idea es el ejecutivo. Es decir, un mono es capaz de ver un problema y resolverlo sin intentos fallidos. Eso es ejecutivo. Un perro lo hace a base de intentos. Eso es cognitivo. No hay uno u otro. Hemos evolucionado con los tres. Gracias a los tres. Vale, entonces manda. No, no, la pregunta es ¿en qué momento manda? Yo en casa tumbado en mi sofá en ese momento manda el cognitivo. Cuando de repente algo me llama la atención y me interesa muchísimo porque estoy muy interesado en hacer de esto un barco manda mi ejecutivo. Ahora, cuando me persigue un león manda el límbico inevitablemente. No hay nada que yo pueda hacer porque en ese momento estoy descontrolado. Cuando tienes a una persona descontrolada la persona está descontrolada porque no tiene capacidad de control real. No es que lo esté fingiendo. Es que no está aquí. Cuando a mí me tocan en la firma y me dicen que por qué los deberes son malos en ese momento mi límbico coge, tira y dice me lo como. Y entonces en esos momentos me toca hacer un ejercicio de esperar darme un minuto y voy a hablar a ver si consigo que entre estos tres se calmen y dejar el temita y vamos a centrarnos en otra cosa y ya al llegar a casa pienso lo que le voy a decir porque si no me lo como. Y entonces en ese momento fui capaz de gestionar mi límbico pero a esto. A esto estuve de que el límbico tomara el mando y fuera ya al ataque. Y esto nos pasa a todos. A mí me cuesta más que a otros y también lo he entrenado más pero nos pasa a todos. Todos perdemos los papeles en un momento dado pues ese perder los papeles quiere decir secuestro emocional. Que el límbico ha tomado el poder y de aquí en adelante hasta que yo me calme yo mando la información y no sigue corriendo. No sigue pasando. Luego si quieres allí te le preguntas esto que ella realmente se especializa en trauma y sabe bastante más de cómo funciona un trauma. Yo sé más de cómo funciona un ejecutivo central y de cuándo entra y de qué es lo que tengo que hacer yo para que un chaval esté siempre activado desde la frente frontalizado que se llama. Y es una cuestión de mantener constante la activación. Siempre. Siempre tiene que ser algo emocionante. En el momento en el que no lo es se desfrontaliza pasa al automático y en ese momento empieza a ser todo un desastre. Las personas con edad tienen que tener no tienen ningún tipo de dificultad los automatismos. Tienen dificultad cuando tienen que salir del automatismo y tomar el control. Yo voy conduciendo en automático. Todo perfecto. Pero de repente aparece algo nuevo. Como que por ejemplo me mandas en la cara y te voy a conducir por la izquierda. ¡Desastre! Desastre porque me voy a la derecha una y otra vez y me voy a la derecha ¿por qué? Porque tengo el automático puesto. Pueden dar ejemplos. Tengo el hecho casa-trabajo, casa-trabajo, casa-trabajo. Y me ahorran diez minutos de trayecto. Todos los días durante tres meses me paso la rotonda. No hay manera. Y veo una estrategia y la llevo a cabo. La estrategia es sencilla. Un día, un tiempo antes me acuerdo. Vale, hoy me acordé. Me pellizco por el volante y digo no me voy a despellizcar hasta que llegue la maldita rotonda. Llego a la rotonda, me paro, salgo del coche me acerco a la señal de la rotonda y le meto un cabezazo. Me doy la vuelta y me fijo en la cara del señor que tengo en el coche de atrás. Y en ese momento me muero de vergüenza. La vergüenza es un estímulo intenso. Y lo que hace esa vergüenza es que yo sea capaz de reconectar y frontalizar. De forma que el día siguiente, cuando voy por ese mismo lugar digo qué tontería hice ayer y pillo la rotonda. Quince veces después de que pille la rotonda la he automatizado y mi cognitivo va por la rotonda. Y lo que no sé hacer ahora es no ir por la rotonda. ¿Veis un poco...? Esa es una estrategia que tú has creado gracias a tu ejecutivo. La creé en calma en casa gracias a mi ejecutivo. Y tu ahora actuabas siempre el cognitivo. Ni siquiera el límbico, no era una situación de alerta. Era el límbico el que actuaba. Por automatismos, los que haces todos los días. Es decir, tú a mí me quitas el perchero en mi casa y yo hago esto. Y lo veo y me da igual. Sí, pero es como... Claro, cuando una persona tiene una rabieta o cuando una persona está descontrolada emocionalmente no intentes razonar con esa persona. No. Pero... Cuando tú te sosiegas, estás calmado, ahí funciona tu ejecutivo. Ahí puede funcionar tu ejecutivo. Puede, bueno, pero por lo general tiene que funcionar sino no sería adaptativo. Por lo general funciona el cognitivo. Pues volverás otra vez a tropezar con la mente. Quiero decir, ¿no es adaptativo que funcione sólo el límbico? No, no. El límbico funciona sólo entre estímulos extremos. A ver si no lo estoy dejando claro. En la inmensa mayoría del tiempo lo que funciona es nuestro cognitivo. Nosotros nos ponemos los pantalones sin más. Nos decimos, hoy me pongo pantalones o no me los pongo. ¿Qué decisión como? No, tú te pones los pantalones porque es tu costumbre y realmente tu ejecutivo sólo entra en juego en menos del 5% de las cosas que tú haces. En la inmensa mayoría las haces porque las haces porque tu cognitivo lo tiene así automatizado. Y ahí el TDAH no tiene dificultad. El TDAH tiene dificultad cuando tiene que salirse del automatismo y entrar en ejecutivo. Es ahí donde la caga. Porque, Javi, hoy acuérdate de que no vamos a comer dos de siempre, vamos a comer otro día. Javi va a comer dos de siempre y ahora ya está solo. El Javi acuérdate de que implica memoria de trabajo ejecutivo central. Por lo tanto, va a fallar. Javi no se va a acordar hacer lo que diga su automático. Vamos, mallao. Y si yo consigo hacer un buen automatismo entonces funcionaré. Ahora, modificar un automatismo, cambiar un hábito o generar un hábito nuevo... Agua. Se consigue pero hace falta un montón de estrategias y un montón de cosas de intervenciones a mayores porque sino uno se deja llevar por su cognitivo. Se distrae con cosas y el ejecutivo, ¿dónde está? El ejecutivo está allí, en el dragón aquel. Y mientras tanto, su cognitivo manda y la caga. Vale, en el último caso te haces la pregunta. ¿El pensamiento divergente has dicho que lleva patologías asociadas? ¿Qué tipo de patologías? Todas. La patología en sí, en general, tiende a la desestructura. Es la tendencia. Bueno, se me ocurre que tienes alguna instrucción. La neurosis no, la neurosis tiende a intentar estructurarse a la necesidad de control. Pero en general las patologías son personas desestructuradas y esa desestructura les da una ventana a la creatividad. No es la única forma de llegar a la creatividad. La creatividad también se puede enseñar. Los niños tienen creatividad... Bueno, los niños no tienen estructura. Sí, precisamente los niños son el claro ejemplo de mente sin estructura. Por eso los infantes pueden ser de todos los tamaños. No tienen preconcebido. Vale, último concepto y luego sí que damos preguntas. ¿Tiempo? Quizás no demos preguntas. Vale, Araussal. El Araussal es la activación emocional de cada individuo. Siempre que yo hablo de activaros o hay que activarse, que lo que estamos hablando en realidad es de Araussal. Cuando el Araussal es bajo, lo que ocurre es que nos quedamos fritos. Por eso cuando yo veo a alguien aquí bostezar, os mando a todos levantar. A veces mando a levantar y digo, qué coñazo, este tío nos manda a levantar. Sí, es cierto. Pero al levantaros también os estoy activando y os estoy dando una opción de ser capaz de conectar con lo que yo estoy diciendo. Cuando el Araussal sube de esta barrita que veis aquí, que es la ansiedad máxima permitida, ocurre esto que hablábamos antes de secuestro amigdalar. A partir de ahí estamos desregulados y no tenemos opción a control. Y es entre estas dos barritas en las que habitualmente vivimos. Este cuadradito que veis aquí es el intervalo de eficacia de cualquier persona en una tarea. Es decir, yo para leer, para poder conectar con mi ejecutivo central y leer, necesito una activación desde aquí hasta aquí. Ahora, si yo tengo TDAH, ese intervalo de eficacia es mucho más estrecho y elevado. En tiempo cognitivo lento no, pero en TDAH sí, estrecho y elevado. Esto quiere decir que voy a necesitar estímulos mucho más intensos para poder conectar con mi ejecutivo. De ahí que todas las estrategias que hacen los chavales sean de activación. Intentar moverse, buscar algo interesante... De ahí que cuando hay una excursión al día siguiente los tíos se levantan los primeros. Cuando todos los días hay que estar a ver qué te levantes, a ver qué te levantes, ya la excursión del cabrón se levanta. Es como que cuando te interesa bien que atiendes. No, cuando le interesa, la emoción es intensa y se ponen aquí arriba. Y entonces son capaces de actuar. Esta es la misma razón por la cual nos dan estimulantes. ¿Qué sentido tendría si no darle estimulantes a un niño hiperactivo? ¿Qué quieres, que sea más hiperactivo? No, el niño es hiperactivo precisamente como estrategia compensatoria para activarse y que esto sea arriba donde yo soy capaz de pensar. Y los estimulantes lo que hacen es te ponen ahí arriba. De forma que ya no necesitas ponerte de forma natural. Te ponen de forma artificial. Es la misma razón porque las personas compensan su TDAH con ansiedad. Las personas que tienen TDAH, sobre todo los adultos, las mujeres más, si tiran de ansiedad compensan el TDAH. Funciona. Si yo te pongo una pistola en la cabeza y te digo que atiendas a esta botella, si antes aguantabas 10 segundos con la pistola vas a aguantar muchísimo más, os lo aseguro. O si os pongo un millón de euros vais a aguantar muchísimo más. Una prueba que no hice antes es que me gusta hacer siempre. Vamos a hacer un juego. Quiero que en silencio penséis todos qué comisteis antes de ayer y cuando lo tengáis levantéis la mano. En silencio, qué comisteis antes de ayer. Tiempo. Venga, venga, pensadlo. Haced el esfuerzo. No me engañaste, ¿no? No me mentiste. Lo sabías de verdad. Me mentiste. No, no, antes de ayer. Decía yo, al fin y al cabo dije, guau, vaya frente. Eso es... Vale. Esto que os acabo de preguntar, qué comisteis antes de ayer, es algo que está en nuestro Ejecutivo Central. Es la línea temporal corta. Las personas tienen tres formas de reaccionar ante esta pregunta. Es una pregunta que hago yo mucho en consulta. Sobre todo cuando quiero saber por dónde de la genética de los papás viene el tema hago esta pregunta y muchas veces ya me resuelve todo. Porque una de las dos personas te responde en un segundo y dices, vale, si uno me responde en un segundo y luego tratarte un montón, seguramente sea la típica combinación superejecutivo-superdisejecutivo. Esta es una de esas carreteras de las que yo os hablaba. Hay personas que tienen en su escritorio el acceso directo antes de ayer y hacen doble clic y hacen esto. Pollo. El ojo mira a la izquierda. La cara está relajada. Esperan unos segundos. Da igual, a veces muchos, no importa. Pollo. Hay otras personas, sin embargo, que hacen esto. Es decir, cara de truño y el ojo va del lado de la derecha, del lado del otro, del lado del otro. Esto es, oh no, no hay un acceso directo en mi escritorio. Voy a empezar a abrir carpetas y abrir carpetas a ver si alguna aparece o voy a empezar a utilizar estrategias del tipo antes, antes, antes porque no hay una línea temporal clara. Entonces gasto un montón de energía, voy por caminos de cabras y me esfuerzo un montón para conseguir llegar a esa información. Y luego hay una tercera forma de tomarse esta pregunta que es, ah, no sé. No, no, inténtalo. Ah, no, no. No sé. No, no, pero de verdad, inténtalo. No, no, no, que no sé. Este no sé es indefensión aprendida pura. Es, yo ya he ido por este camino de cabras y no vuelvo. A mí no me líes. Sé que no voy a llegar a ningún sitio por ahí. No lo voy ni a intentar, por mucho que me insista usted. Que te digo ya que no lo voy a saber antes de intentarlo. ¿Por qué? Porque ya he sido quemado por ahí. Vale, me centro, sí, sí. La clave. Tenemos que elevar a las personas con TDAH a ese nivel de activación donde ya son capaces de procesar. La mejor manera, ilusionándoles. Maneras que también funcionan pero tienen efectos secundarios negativos, castigándoles. Es decir, un buen calambrazo pone a cualquiera ahí arriba. Os lo aseguro. El problema es que después del calambrazo se genera una pérdida de vínculo bastante grande. Y o tenéis un buen banco del vínculo o mejor no utilicéis calambrazos. Y digo calambrazos como digo gritos, como digo riñas, como digo hostias, me da igual. En realidad cualquier refuerzo negativo. ¿Eficaz? Sí, eficaz sí. Pero el precio es altísimo. Sin embargo, el refuerzo positivo, no tan eficaz, no tan fácil, pero en lugar de gastar dinero te lo ahorra. Y llena tu banco de más vínculo para el día que lo quieras gastar. A tope. Vale. Dos preguntas nada más y paso con Banco de Niebla. Ni dos preguntas. Vale. Técnica comunicativa del día. Banco de Niebla. El Banco de Niebla tiene tres ingredientes claros. Empatía, hecho, dirección. La dirección no es una dirección condicional como en el mensaje yo. No es un me gustaría. Es una dirección imperativa. Haz. Vale. El ejemplo que puse ahí. Entiendo que no quieres hacer el ejercicio. Pero el hecho es que si no lo haces, podrás, no podrás aprender y yo no podré salir al recreo. Así que hazte el ejercicio. Para esto es un mensaje, es un Banco de Niebla simplificado. El mensaje de Niebla bien utilizado se repite tres veces. Y cada vez que se repite se hace peso el primero en la empatía, el segundo en el hecho y el tercero en la dirección. Con esta misma estructura. Primer Banco de Niebla que yo hago. Meto todo el peso en la empatía. Cariño, entiendo que quieras jugar a la consola. La consola es maravillosa. A mí también me encanta jugar a la consola. Estaría jugando todo el día. Es que no veas. Y además hacer los ejercicios es un rollazo. Pero el hecho es que tenemos que hacer los ejercicios antes de jugar a la consola. Así que ve a tu cuarto y haz los ejercicios. Por supuesto el chaval insiste. No puede ser de otra manera. Bueno, el que puse aquí es diferente. Entiendo que no quieres hacer los ejercicios. Son aburridos y tediosos. Y cuesta muchísimo trabajo hacerlos. Además, sabiendo que podrías estar jugando en la calle, que te apetece muchísimo, te cuesta más ponerte a trabajar. Es lógico. También a mí me encanta jugar y me aburre hacer ejercicios. Sin embargo, el hecho es que soy tu padre y no puedo permitir que tú no los hagas ya que son necesarios para que puedas aprender. Así que ponte a hacer los ejercicios. Sería la primera repetición. Donde yo me centro en la empatía. En lo mucho que entiendo tu punto de vista. En la segunda repetición voy a centrar en el hecho no en la empatía. Ya te dije que te entiendo perfectamente, hijo. Y lo siento muchísimo porque no tenemos opción. El hecho es que si no los haces no podrás aprender. Y aprender es algo muy importante para ti y para tus estudios y para tu futuro. Y yo sería un padre negligente si te permitiera jugar sin haberlos terminado. Y yo te quiero muchísimo. Y haré todo lo que esté en mi mano por ser un buen padre para ti. Así que ve a tu cuarto y ponte a hacer los ejercicios. Nos centramos en el hecho. Importante es que el hecho sea un hecho. Es decir, si alguien consigue hacerme un banco de niebla para que haga la cama, le doy un premio. Porque el hecho es que no hay ninguna razón. O al menos nadie todavía me lo ha sabido dar. Si alguien me lo da, le doy el premio. Prometido. Bien. Tercera vez que entro en el banco de niebla. Esta tercera vez me tengo que centrar en la dirección. Ya te he dicho que te comprendo perfectamente. Pero necesito que entiendas que ni tú ni yo tenemos opciones. Vas a hacerlas. Deja de insistir. Suspira. Resígnate. Ve a tu cuarto y ponte a hacer los ejercicios ahora mismo. Toda la carga la ponemos en la dirección. ¿Creéis que esto así va a funcionar? Obviamente no. Sin embargo, hemos limpiado varias cosas. Hay una ley que veremos mañana de la modificación de conducta que dice que los razonamientos no modifican conductas. Los pensamientos cognitivos están muy bien y ayudan, pero no sirven para modificar conductas. Es decir, cuando la policía o tráfico quiere que pongas el carné o el carné del cinturón hace una campaña de sensibilización ponte el cinturón y ya está. Montón de dinero en esa campaña. Sabiendo que prácticamente nadie se va a poner el cinturón. Luego con una campaña de multas. Y todo Dios se pone el cinturón. Y si sabía esto ¿por qué no empezó por las multas? El problema está en que tráfico no sólo tiene que poner la norma del cinturón luego vendrá el alcohol, luego vendrá la velocidad. Y si no hace la parte del razonamiento, tú te quemarás. Llega un momento en que dirás este cabrón sólo quiere recaudar. La clave de una modificación de conducta es que sea sostenible y para eso le tengo que ganar vínculo y por eso está el razonamiento. Y por eso aquí repito tres veces un hecho importante para que tú entiendas por qué lo hago. Pero esto no va a modificar la conducta. Una vez que he repetido tres veces este hecho ya no tengo que volver a decirlo. En la siguiente estrategia que vamos a hacer se llama disco rayado vamos a hacer lo siguiente. Hemos terminado en nuestro banco de niebla con un mensaje contundente, una dirección clara potente. Nos pasamos a nuestro disco rayado en el disco rayado el hecho lo eliminamos ya lo hemos dicho tres veces y si no lo repetiríamos. Y la empatía la pasamos a no verbal porque en realidad no verbal es mucho más potente. Empezamos con una dirección alta y vamos cada vez disminuyendo la intensidad de la dirección. Cada vez más y cada vez más mientras aumentamos la intensidad de la empatía no verbal. Que te he dicho que vayas a hacer el ejercicio. Ve a hacerlo. Ve a hacer el ejercicio. Que vayas a hacer y así hasta el infinito. Esta estrategia sí funciona. Incluso cuando yo le he enseñado esta misma estrategia y ellos intentan utilizarla conmigo. Diecinueve repeticiones me hizo un chico al que quiero un montón. Diecinueve veces no voy a ir a estudio. Y él me hacía lo mismo que yo y entramos en un bucle en el cual yo sabía quién ganar por una razón. Uno, mi ejecutivo central gracias a Medaz es mejor que el suyo con lo que voy a poder contenerme más y él va a tener menos paciencia. Y tres, si perdiera en esa batalla perdería muchísimas cosas más que él. Él perdería... Él ganaría una tarde de estudio pero yo perdería una herramienta que me funciona muy buena. Con lo que aguanté mil diecinueve repeticiones y en la última, que pudo durar cinco minutos el vete a estudio se rayó y dijo ya estoy harto y se fue a estudio. La clave de esta estrategia ¿cuál es? La gestión emocional que haces de la otra persona. En lugar de entrar en escalada que te vayas que no, que sí, que no, que sí que son dos personas desregulándosela una a la otra lo que haces es todo lo contrario. Yo me regulo por ti y lo que vas a tener que hacer ahora mismo es resignarte. Y resignarte consiste en tirar de tristeza lo siento pero tienes que hacerlo y tú no verbalmente expresas toda la emoción no solo no verbalmente, tienes que sentir toda esa resignación y para sentirla es muy importante que la empatía que hiciste en el disco anterior sea real y cuando tú le dices que entiendes a ese chaval porque lo que quiere es jugar y lo entiendes realmente entenderlo y sentirlo porque al llegar aquí cuando hagas la no verbal te quedará guay él lo verá, se gestionará y funcionará. ¿Veis la estrategia? ¿Os parece difícil? ¿Cuándo es más difícil? ¿Y cuándo es tu hijo? ¿Cuándo es tu hijo es cuándo es más difícil? En realidad sí porque los hijos es lo que tienen nos desregulan antes están muy en el estómago Vale Dos preguntas ¿En el tratamiento del TDAH la psicoeducación y la farmacología son ambas igual de importantes o una de las dos tienes más cierta preferencia? Depende Es decir si tenemos un chaval con unos padres estupendos unos profesores estupendos y un mundo estupendo dale la pastilla seguro La pastilla funcionará bien nadie le va a dañar con lo que no hay problema maravilloso de hecho en un mundo estupendo la psicoeducación no es importante da igual ya es estupendo el mundo Ahora, si no es así evita daños mayores al final la psicoeducación no se hace para el TDAH se hace para que al comprender el TDAH no me fustigue por los gilipollas que soy al volver a perder otra vez las llaves para que mis padres no me digan otra vez etc, etc, etc depende yo hoy por hoy si tuviera que elegir una de las dos me quedo con la Pharma seguro ahora bien el alivio que fue en su día el peso que me quite uff complicado tampoco hay que elegir mi recomendación es que si tienes 8 mangueras para apagar un fuego usa las 8 no dejes ninguna no tienes por qué dejar ninguna si haces deporte, el deporte viene muy bien y si todo lo que venga bien a mayores genial como si quieras hacer reiki mientras sea mayores va bien a mayores de la farmacología y la psicoeducación a mayores de la intervención que tienes que hacer si un alumno en clase se está haciendo daño ¿le dejamos o qué hacemos? le estimulamos obviamente impedirle que se haga daño es casi una obligación se está haciendo daño pero la pregunta que tenemos que hacernos no es ¿se hace daño o tengo que dejar que se haga daño? la pregunta que tenemos que hacer es ¿por qué este chaval se hace daño? porque si no esto va a ir mal nosotros jamás debemos modificar una conducta que no comprendemos jamás porque la cagada está al vuelo seguro ejemplo mío que cuento siempre el chaval llega enganchado a los videojuegos este chaval está enganchadísimo a los videojuegos efectivamente el chaval estaba enganchadísimo al LOL que es un videojuego esto hacía unos años no sabía mucho tranquila señora esto lo arreglo yo en un momento trabajo con el chaval pim pam en un mes el chaval ya no juega a los videojuegos caray que guay no juega a los videojuegos quince días después el chaval está enganchado a los porros matemático no me hice la pregunta clave de qué hace un chaval escondiéndose del mundo sólo solucionó el problema de forma burda eliminándole los videojuegos bien por mí pero el chaval seguía sufriendo así que cogió la siguiente y se enganchó a la siguiente con lo que jamás debemos eliminar una conducta que no comprendemos si vosotros el chaval se está haciendo daño tenemos que investigar un montón antes de cogerle el boli quitarse y decir no te hagas daño tenemos que sentarnos con él preguntarle qué le pasa preguntarle por qué lo hace qué está sintiendo y saber muchas más cosas sino puede que la caguemos y a la última sabéis lo que es el cutting ¿no? cutting es una nueva moda que hay... muchas personas dejaron la droga gracias al cutting si es que se puede decir gracias consiste en coger un cúter y cortarse engancha al parecer es como una droga porque estimula es una forma de estimulación bueno si un chaval se arranca el pelo le quitas que se arranque el pelo y empieza a cortarse pues la has cagado porque era mejor casi que se arrancara el pelo un entorno familiar seguro es indicador de buen pronóstico perdón perdón un entorno familiar seguro es indicador de buen pronóstico es un factor de protección muy importante sin duda ahora en determinados niveles si no hacemos nada más nos va a salir mal porque hay determinados niveles que por muy buenos papis que seáis el resto del mundo sigue ahí y hablo de niveles de intensidad elevada torbellinos importantes en ese caso de torbellinos importantes como protector por ejemplo de la droga y de los más gordos por ejemplo pero eso no quiere decir que el chaval no tenga dificultades las va a tener porque las tiene y si no hacemos nada más y solo tenemos seguro va a quedarse un poco cojo vale terminamos os dejo con mi compañera Gideon diez minutos de descanso y volvemos en menos cinco vale me gustaría presentar a Gideon esperar un minuto os presento a Gideon primero que luego yo no voy a subir vale antes de irme me gustaría presentaros a Gideon que es la siguiente ponente que va a venir Gideon es psiquiatra y tiene formación también en psicoterapia aquí está hola Gideon ella es psiquiatra tiene formación en psicoterapia se formó en Barcelona en el Val del Bron donde en drogas donde tuvo contacto con el TDAH adultos en la misma unidad donde luego yo también me formé y de hecho un poco no nos conocimos ahí pero nos conocimos por Toni Ramos que es bueno ella además de farmacología y todo lo que tiene que ver con la psiquiatría tiene formación en psicoterapia tiene formación en terapia gestal en trauma y en MDR es un diamante en bruto algo verdaderamente brutal Focus mi unidad no sería lo que es si no fuera porque ella metió su mano y la modificó y abrió un poco mis ojos cerrados a un montón de mundos que en principio como buen conductista no veía y ahora mismo tiene un bebé de cuatro meses se llama Uma y es posible que en algún momento su bebé llame a mamá y la mamá Leona no va a dejar por nada del mundo de acudir a la llamada de su bebé con lo que si esto ocurriera yo volvería a subir aquí y continuaríamos con otro tipo de cosas, con preguntas o con lo que fuera pero una de las condiciones que una buena madre nos puso es que si el bebé llamaba ella acudiría y nosotros lo aceptamos con lo que él lo vamos a tener que aceptar o sea lo vais a tener que aceptar muchas gracias