Práctica positiva. La práctica positiva es la práctica de las respuestas correctas inmediatamente después de los errores. Es un método especialmente adecuado para enfrentar los errores académicos. El estudiante reemplaza una conducta por otra. Cuando el estudiante comete un error, tiene que corregirlo tan pronto como sea posible y practicar la respuesta correcta. También cuando los estudiantes infringen reglas, en vez de recibir un castigo, el alumno debe practicar la acción alternativa correcta. En ocasiones se conoce como sobrecorrección con práctica positiva, ya que la conducta se practica hasta que se vuelve casi automática. Vamos a ver ahora las directrices. En las directrices está el fomento de conductas positivas. Uno, hay que asegurarse de que reconoce el comportamiento positivo en formas que el estudiante valore. Dos, cuando los alumnos tienen un error, tienen que corregirlo tan pronto como sea posible. Si los alumnos enfrentan a nuevos materiales o prueben nuevas habilidades, brinde reforzamiento abundantemente. Tres, una vez que se hayan establecido nuevas conductas, ofrezca reforzamiento de manera impredecible para alentar la perseverancia. Cuatro, utilice el principio de PREMAC para identificar reforzadores efectivos. Cinco, utilice la señalización para establecer nuevas conductas. Seis, asegúrese de que todos los alumnos, incluso quienes a menudo causan problemas, reciban algún tipo de elogio, de privilegio o de otras recompensas cuando hagan algo bien. Y siete, establezca una variedad de reforzadores. Vamos a pasar al apartado de manejo de la conducta indeseable. Aquí vamos a ver los siguientes procedimientos. Reforzamiento negativo, costo de respuesta y la conducta indeseable. Y aislamiento social. En primer lugar, el reforzamiento negativo. El principio básico es que si un acto detiene o evita algo desagradable, entonces aumenta la probabilidad de que esa acción se repita en situaciones similares. Reforzamiento negativo es útil para fomentar el aprendizaje. Para ello, se coloca a los estudiantes en situaciones ligeramente desagradables, de manera que puedan escapar cuando su conducta mejore, asegurándose de que esas situaciones desagradables se desvanezcan cuando la conducta del alumno mejora. ¿Por qué el reforzamiento negativo no se le considera castigo? Pues el enfoque del profesor es el fortalecimiento de conductas específicas y, al eliminar algo aversivo, tan pronto como se presente el comportamiento deseado. Y puesto que la consecuencia implica eliminar o reducir el comportamiento deseado, se puede eliminar el comportamiento deseado y, al restar un estímulo, el reforzamiento es negativo. Reglas para el reforzamiento negativo. Hay que describir el cambio deseado de una manera positiva, no mentir, asegurarse de que puede imponer la situación desagradable, continuar a pesar de las quejas y destacar las acciones, no las promesas, porque si la situación desagradable termina cuando los estudiantes prometen esforzarse más, entonces estamos en un momento en el que estamos reforzando el hecho de hacer promesas y no el de realizar los cambios. Vamos a ver las reprimendas. Son críticas por un mal comportamiento, son amonestaciones. Las reprimendas leves y en privado son más eficaces que las reprimendas fuertes y en público para disminuir conductas inadecuadas. Si las reprimendas no se utilizan con demasiada frecuencia y si el aula tiene un entorno positivo y cálido, por lo general, las reprimendas son más eficaces. Los estudiantes responden de manera rápida ante las reprimendas en privado. ¿Qué es el costo de respuesta? Costo de respuesta es un castigo que implica la pérdida de reforzadores, la multa, por ciertas infracciones a las reglas. La gente debe perder algún reforzador, tiempo, dinero o privilegio. La primera vez se lanza una advertencia, la segunda vez el educador anota una marca junto al nombre del alumno. Y el alumno pierde dos minutos de recreo por cada marca, por ejemplo. Y cierto número de marcas implicará la pérdida de algún privilegio. Aislamiento social, también llamado tiempo fuera, técnicamente es el retiro de todo reforzamiento. En la práctica, el aislamiento de un estudiante del resto del grupo durante un periodo breve. Requiere sacar al estudiante fastidioso del aula durante cuatro horas. De cinco o diez minutos, se le coloca en una habitación vacía y aburrida para él. Consejo para cualquier castigo. Si necesitas aplicar tiempos fuera más largos y con mayor frecuencia, debería indicarle que necesita reforzar más de manera positiva la buena conducta para reemplazar las conductas indeseables. Vamos a hacer algunas advertencias sobre el castigo. El castigo por sí mismo, como suele indicarse en los hogares y en las escuelas, simplemente no funciona. Les indica a los niños lo que deben dejar de hacer, pero no les enseña lo que deben hacer. Al considerar el uso de un castigo hay que atacar por dos flancos. La primera meta al aplicarlo es eliminar la conducta deseable y la segunda implica aclarar lo que el alumno debería hacer en lugar de ello y reforzar tales actos deseables. Cuando las conductas problemáticas se eliminan, las respuestas alternativas positivas se fortalecen. Vamos a ver las directrices para utilizar el castigo con intenciones positivas. El castigo por sí mismo no genera ninguna conducta positiva. El castigo severo comunica el poder y fomenta la venganza. Funciona mejor cuando el castigador está presente. Aprenden a portarse bien cuando está el profesor en el aula, pero cuando se va o ha hecho algo malo, no pueden ser responsables de las actividades que hacen. No pueden ser responsables de las actividades que hacen. Cuando hay un sustituto, el sistema puede fallar. El castigo enfoca a los estudiantes en las consecuencias de sus actos sobre ellos mismos en lugar de pensar en el efecto de su conducta sobre los demás. Por lo tanto, no fomenta la compasión ni la empatía por otras personas. Y también puede interferir con el desarrollo de una buena relación del profesor con los alumnos. Vamos a ver las directrices en el uso del castigo. 1. Trate de estructurar la situación para que usted pueda utilizar el reforzamiento negativo en vez del castigo. 2. Si utiliza el castigo, aplíquelo de forma leve y breve y luego combínelo con las acciones deseables. 3. Sea congruente cuando aplique el castigo. 4. Enfóquese en las acciones de los alumnos y no en sus cualidades personales. 5. Adapte el castigo a la infracción. Vamos a ver integración, enfoques conductuales para la enseñanza y el manejo del grupo. Hay un elemento común de cualquier programa de aprendizaje conductual, la práctica, la práctica específica de las conductas correctas. La práctica permite que las conductas que se practican se vuelvan permanentes. Otros métodos conductuales son las consecuencias grupales. Los contratos de contingencias y la economía de ficha son los que vamos a ver a continuación. Consecuencias grupales. Vamos a ver el juego del buen comportamiento. Es un arreglo donde un grupo completo se divide en equipos y cada uno perdería puntos al quebrantar las reglas acordadas de buena conducta. El profesor y los alumnos analizan qué podrían hacer para que el aula sea un mejor lugar. Luego identifica. Identifican las conductas implicadas. Con base al análisis se desarrollan las reglas de la clase y el grupo se divide en dos o tres equipos. Cada vez que un alumno infringe una de las reglas, su equipo recibe una marca. El equipo que tiene menor número de marcas al final del periodo recibe una recompensa o privilegio especial. Si todos los equipos reciben menos marcas que el número preestablecido, todos reciben menos marcas. Los estudios indican que, aunque sólo produce mejoras limitadas en el rendimiento académico, genera mejoras definidas en las conductas incluidas en las reglas de buena conducta y puede evitar muchos problemas de comportamiento. También se pueden utilizar, sin dividir al grupo en equipo, las consecuencias grupales, que son recompensas o castigos otorgados al grupo en conjunto. Es necesario formular una advertencia y, en caso de que el grupo no tenga influencia real sobre el individuo de mal comportamiento, el total del grupo no debería sufrir las consecuencias. Las consecuencias grupales se recomiendan para situaciones donde los estudiantes se interesan por la aprobación de sus pares, apoyo y motivación. Si aparentemente la mala conducta de varios alumnos está motivada por la atención y las risas de algunos compañeros, entonces las consecuencias grupales serían de utilidad. Vamos a pasar a los contratos de contingencias y la economía de fichas. Contrato de contingencias es un acuerdo que se establece entre el profesor y un alumno que especifica lo que este último debería hacer para obtener una recompensa o un privilegio específico. Contrato individual con cada alumno. Este alumno se describe de manera exacta lo que cada uno debe hacer. El proceso de negociación podría ser una experiencia académica, ya que los estudiantes aprenden a establecer metas razonables y a respetar los términos de un contrato. Sistema de economía de fichas. Es un arreglo donde las fichas obtenidas gracias al trabajo académico y al buen comportamiento en el aula se intercambian por alguna recompensa deseada. Resulta difícil retribuir con consecuencias positivas a todos los alumnos que lo merecen. Para resolverlo, tenemos el sistema de reportamiento con fichas. Si permites que todos los estudiantes reciban fichas tanto por el trabajo académico como por la buena conducta durante la clase. Las fichas pueden ser puntos, cuentas o cualquier objeto que sea fácil de identificar como propiedad del estudiante. Periodicamente los estudiantes reciben fichas. Los estudiantes intercambian las fichas que han obtenido por alguna recompensa deseada. Dependiendo la edad del alumno, las recompensas serán juguetes, tiempo, notas positivas, etc. Cuando se establece por primera vez una economía de fichas, las fichas deben entregarse mediante un programa continuo, con frecuentes oportunidades para intercambiar las fichas por recompensas. Pero cuando el sistema esté funcionando bien, las fichas deben distribuirse de manera interminable. Esto puede llevar a que los estudiantes encuentren las fichas más fáciles de comprobar. Otra variante implica permitir a los alumnos obtener las fichas en el aula y después intercambiarlas por recompensas en el hogar. Son planes que tienen mucho éxito cuando los padres están dispuestos a cooperar. Se envía una nota al hogar diariamente o dos veces por semana. En la nota se indica el número de puntos obtenidos en el periodo. periodo anterior. Los puntos se intercambiarían por minutos para ver televisión, acceso a juguetes, tiempo, etc. También es posible ahorrar puntos para ganar recompensas mayores como viajes, etc. Pero no utilice este procedimiento si sospecha que al niño se le exige perfección o se le castiga severamente por informes de mal desempeño. Los sistemas de reforzamiento con fichas son complicados y requieren de bastante tiempo. Deben emplearse solo en tres situaciones. Uno, para motivar a estudiantes que están completamente desinteresados en su trabajo y que no hayan respondido a otros métodos. Dos, para motivar a los alumnos que fracasan de manera continuada en su progreso académico. Y tres, para manejar a un grupo que está fuera de control. Unos estudiantes se benefician más que otros. Hay que decir discapacidad intelectual, los niños que fracasan a menudo, los estudiantes con escasas habilidades académicas y quienes presentan problemas de conducta parecen responder a la naturaleza directa y concreta del reforzamiento por ficha. Vamos a hablar de los problemas de conducta graves. Llegar a cada estudiante. Lea Teodor trabajó con el profesor de cinco adolescentes varones con diagnósticos de trastorno emocional grave. Establecieron una lista breve de reglas claras. Las reglas se anotaron en tarjetas y se pegaron en el escritorio de cada estudiante. El profesor tenía una lista de verificación con el nombre de cada alumno para anotar infracciones a la regla. La lista la veían todos. Los estudiantes podían verificar su desempeño y el de los demás. Al final de 45 minutos, un alumno elegía un criterio que sacaba de un frasco. Los criterios posibles eran el desempeño de todo el grupo, el alumno con la calificación más alta, el de la más baja, el promedio de todos los estudiantes o un solo alumno al azar. Si el alumno seleccionado para ser el criterio tenía cinco marcas o menos por infringir las reglas, entonces todo el grupo recibía una recompensa que también se elegía aleatoriamente de un frasco. Se utilizó un diseño ABAB. A línea base, B intervención durante dos semanas, A retiro de la intervención por dos semanas y B dos semanas de restauración de las consecuencias grupales. Todos los alumnos mostraron una clara mejoría en el respeto a las reglas mientras se aplicó el sistema. En otro estudio se trabajó con profesores en tres aulas de educación preescolar. Se utilizó un diseño ABAB. A línea base, B intervención durante Los dos procedimientos resultaron eficaces para disminuir la inflación de las reglas, pero los profesores consideraron más fácil de ejecutar el sistema de costo de respuesta. 3. Con niños autistas se utilizan a menudo intervenciones conductuales. Por ejemplo, Sarabarlet y colaboradores probaron una estrategia de costo de respuesta para tratar la conducta problemática de escupir de un alumno de 8 años con autismo que tenía habilidades verbales muy limitadas. Los investigadores permitían al niño escuchar radio, su juguete favorito. Cuando el niño escupía, se retiraba la radio 10 segundos. Y luego se volvía a colocar. En el entrenamiento, el niño alcanzó una tasa cercana a cero. Después, detuvieron la estrategia de costo de respuesta y dejaron de retirar la radio cuando escupía, y la tasa de conducta nuevamente aumentó. Posteriormente, restablecieron el costo de respuesta y la conducta de escupir regresó a una tasa cercana a cero. Vamos a ver la evaluación funcional del niño. La conducta y el apoyo de conductas positivas. Las razones de las conductas problemáticas suelen estar en cuatro categorías. Los alumnos se comportan mal para, uno, recibir atención de los demás, sean educadores, padres o compañeros. Dos, se comportan mal para escapar de alguna situación desagradable, una demanda académica o social. También se comportan mal para obtener un objeto o una actividad deseado. Y en cuarto lugar, se comportan mal. En tercer lugar, se comportan mal para satisfacer necesidades sensoriales, como la estimulación que obtienen algunos niños con autismo al mecerse o al mover los brazos. Si se conoce el motivo de la conducta, entonces los profesores pueden diseñar formas para apoyar conductas positivas que cumplan la misma función. Vamos a ver la evaluación funcional de la conducta, descubriendo el porqué de la conducta. Evaluación funcional de la conducta son procedimientos... ...procedimientos que se usan para obtener información acerca de los antecedentes, las conductas y las consecuencias con la finalidad de determinar la razón o función de la conducta. Para descubrir los ABC, sean los antecedentes, conductas y consecuencias, los profesores tratan de identificar el motivo de la conducta. Existen muchos procedimientos diferentes para determinar las funciones de una conducta. Podemos entrevistar al alumno, entrevista a los padres o profesores, también realizar una observación ABC con las siguientes preguntas en mente. 1. ¿Cuándo y dónde ocurre la conducta problemática? 2. ¿Quiénes o qué actividades están implicados? 3. ¿Qué sucede momentos antes? ¿Qué hacen o dicen los demás o qué hizo o dijo el alumno? 4. ¿Qué ocurre inmediatamente después de la conducta? 5. ¿Qué hicieron o dijeron otros estudiantes, el profesor o el alumno observado? 6. ¿Qué obtiene o qué evita el estudiante al realizar la conducta? 7. ¿Qué cuestiones cambian después de su comportamiento? Pues bien, con la información que se obtiene de la evaluación funcional de la conducta, los profesores desarrollaron un paquete de intervención que incluía apoyos para conductas positivas para cada niño. Vamos a verlo. Vamos a pasar a ese apartado, apoyos para conductas positivas. Los apoyos para conductas positivas son las intervenciones reales diseñadas con la finalidad de reemplazar conductas problemáticas con acciones nuevas que tengan las mismas funciones para el estudiante. Los apoyos podrían ayudar a alumnos con discapacidad en el aula, pero no son útiles únicamente para estudiantes con necesidades de salud. Las investigaciones indican que las remisiones disciplinarias disminuyen cuando toda la escuela usa tales métodos con todos los alumnos. Las intervenciones conductuales positivas que se basan en evaluaciones funcionales pueden reducir los problemas de conducta en un 80%. En el aula se anima a los profesores a utilizar estrategias preventivas como la precorrección, que es una herramienta que se utiliza para evitar que los alumnos se desvanezcan. Es una herramienta para el apoyo de conductas positivas que implica identificar el contexto para la mala conducta del estudiante, especificar con claridad la conducta alternativa esperada, modificar la situación para disminuir las probabilidades de la conducta problemática y luego ensayar las conductas positivas esperadas en el nuevo contexto suministrando reforzadores poderosos. Se hace hincapié en mantener a los estudiantes comprometidos al dar un enfoque positivo, al hacer cumplir de manera consistente las reglas de la escuela y de la clase, al corregir la conducta perturbadora con antelación y al planear transiciones paulatinas. Para hacer que los apoyos de conductas positivas formen parte de un programa para toda la escuela, los profesores pueden 1. 1. Acordar el uso de un método común que apoye conductas positivas y corrija problemas. 2. Desarrollar algunas expectativas y procedimientos conductuales específicos planteados de manera positiva para enseñar esas expectativas a todos los alumnos. 3. Identificar una línea continua de estrategias, desde las más sencillas hasta las más complejas, para reconocer conductas apropiadas y corregirlas. 4. Corregir errores conductuales. 5. Integrar los procedimientos de apoyo para conductas positivas con las políticas disciplinarias de la escuela. 6. En quinto lugar, los resultados de investigaciones sobre su aplicación a toda la escuela se sabe que son buenos. Manejo personal. El manejo personal es el uso de los principios del aprendizaje conductual para modificar la propia conducta. La capacidad y la responsabilidad para aprender residen dentro del estudiante. Los alumnos deben ser individuos activos, nadie puede aprender por otra persona. Desde la perspectiva conductual, los estudiantes pueden participar en un programa básico de cambio conductual, ayudando a establecer las metas, observando su propio trabajo, registrándolo y evaluando su propio reforzamiento y finalmente podrían seleccionar y aplicar el riesgo de reforzamiento. Establecimiento de metas. Establecer metas es muy importante para el manejo personal. Investigaciones sugieren que el hecho de establecer metas específicas y hacerlas públicas serían los elementos fundamentales de los programas de manejo personal. Los alumnos que se plantearon metas y las comunicaron tuvieron un desempeño significativamente mejor en exámenes que cubrían el material que estaban estudiando. Frente a los estudiantes que establecieron metas de forma privada y no se las revelaron a otros. Los profesores pueden ayudar a mantener estándares altos al verificar las metas establecidas y a reforzar las altas expectativas. Pasamos al apartado monitoreo y evaluación del progreso. Estos son los elementos del manejo personal que los estudiantes suelen manejar por sí mismos. Ejemplos Cantidad de tareas terminadas Tiempo dedicado a una habilidad Número de libros leídos Número de problemas correctos Tiempo dedicado a correr un kilómetro También en tareas que no tienen supervisión del profesor, como tareas para casa o estudio privado. Los alumnos llevan una gráfica, un diario o una lista de verificación para registrar la frecuencia y la duración de las conductas similares. Una tarjeta de registro del progreso, que funciona por sí misma como instigador y que puede desvanecerse paulatinamente. La autoevaluación es más difícil que el simple autoregistro, ya que implica hacer un juicio sobre la calidad. Una clave consiste en la evaluación periódica por parte del profesor de la evaluación de los estudiantes. Aplicación de reforzamientos a los juicios que han sido precisos. Se recomienda otorgar puntos adicionales cuando coincidan las evaluaciones de los profesores y de los estudiantes. La autocorrección podría acompañar a la autoevaluación. Alumnos primero evalúan, después modifican y corrigen su trabajo y finalmente comparan las mejorías con los estándares. Autoreforzamiento. El autorreforcimiento es el control. No puede controlar los reforzadores. Es el último paso en el manejo personal y algunos psicólogos no lo creen necesario. Otros creen que recompensarse a sí mismo por un trabajo bien hecho generaría niveles mayores de rendimiento que el solo hecho de establecer metas y hacer un seguimiento del progreso. Enseñar el manejo personal a veces da beneficios colaterales. Es posible solicitar a las familias que ayuden en la evaluación. a sus hijos a desarrollar habilidades de manejo personal. Al trabajar en conjunto los profesores y los padres podrían enfocarse en unas cuantas metas y al mismo tiempo apoyar la creciente independencia de los alumnos. Vamos a ver ahora las directrices para el trabajo conjunto de familias y comunidad. El manejo personal del estudiante. Directrices para el manejo personal del estudiante. 1. Presente el sistema a los padres y a los alumnos de una forma positiva. 2. Ayude a las familias y a los alumnos a establecer metas alcanzables. 3. De a las familias formas para registrar y evaluar el progreso de sus hijos por su cuenta. Y 4. Anime a las familias a verificar la precisión de los registros del estudiante de cuando en cuando para que ayuden a la creciente independencia de los estudiantes. A desarrollar formas de autorreforzamiento. Vamos a ver finalizando el tema los desafíos que hay con el enfoque conductista del aprendizaje, las advertencias y las críticas sobre el uso de los métodos conductistas para el aprendizaje. Más allá del conductismo, el desafío de Bandura. Bandura señaló las limitaciones de las perspectivas conductuales tradicionales del aprendizaje. En sus primeros trabajos señaló dos diferencias fundamentales entre el aprendizaje activo y por observación, entre estos dos, aprendizaje activo y por observación, y entre el aprendizaje y el desempeño. Y creó la teoría del aprendizaje social. Es una teoría que destaca el aprendizaje adquirido al observar a otras personas. Vamos a ver la teoría del aprendizaje social. La diferencia entre aprendizaje activo y el aprendizaje vicario o por observación. Bandura hace una distinción entre el aprendizaje activo y el vicario o por observación. El aprendizaje activo es aprender de forma práctica al experimentar las consecuencias de los propios actos. Es aquel que se logra al realizar y experimentar las consecuencias de los propios actos. Parece condicionamiento operante. Pero no es así. La diferencia reside en el papel que tienen las consecuencias. Quienes están a favor del condicionamiento operante creen que las consecuencias fortalecen o debilitan la conducta. Sin embargo, en el aprendizaje activo se considera que las consecuencias ofrecen información. Bandura enfatizó que el reforzamiento no imprime las respuestas, sino que crea expectativas acerca de los resultados. Es decir, ¿qué ocurre? ¿Qué ocurrirá si hago tal conducta? Bandura lo explica en su primer libro, La teoría del aprendizaje social. En otras palabras, nuestra interpretación de las consecuencias crea expectativas, afecta a la motivación y moldea las creencias. Por otro lado, el aprendizaje vicario o por observación. Es el aprendizaje que ocurre al observar a otros. Evidentemente, los animales son capaces de aprender simplemente al observar a otra persona o a un animal. Y este hecho desafía la idea conductual de que los factores cognitivos no son necesarios para explicar el aprendizaje. Si aprendemos observando, entonces debemos enfocar la atención, construir imágenes, recordar, analizar y tomar decisiones que afecten al aprendizaje. Suceden muchas cosas. A nivel mental, antes de que se presenten la ejecución y el reportamiento. Los aprendizajes cognitivos son ejemplos de aprendizaje vicario. Vamos a ver el aprendizaje y desempeño. Bien, Bandura, para explicar algunas limitaciones del modelo conductual, Bandura estableció una diferencia entre la adquisición del conocimiento o aprendizaje y el desempeño observable basado en ese conocimiento . Bandura sugirió, y quizá todos sabemos más de lo que demostraba. Ejemplo, estudio de Bandura en 1965. Niños de preescolar observan una película donde un modelo patea y golpea a un muñeco inflable. Un grupo observa que el modelo es recompensado. Otro que el modelo impide. es castigado y el tercero no observó consecuencia, solo que el modelo patea y golpea al muñeco. Cuando se les colocó en una habitación con el muñeco, los niños que vieron que el modelo recibía reforzamiento fueron los más agresivos hacia el muñeco. Los menos agresivos, los que observaron que al modelo le daban castigo. Pero cuando se prometieron recompensas a los niños para imitar la agresión del modelo, todos ellos demostraron que habían aprendido la conducta. Entonces, los incentivos pueden afectar al desempeño. Aunque haya habido aprendizaje, es probable que no se demuestre hasta que la situación sea apropiada o que haya incentivos para ejecutarla. Bandura proporcionó una alternativa a las teorías conductuales de esa época. Desarrolló la teoría de la conducta. Teoría cognitivo-social. Una de las teorías del aprendizaje y la motivación con mayor influencia en la psicología educativa actual. Vamos a hacerle críticas a los métodos conductuales. Los métodos conductuales, perdón, críticas a los métodos conductuales. Si se utilizan de manera adecuada las estrategias de este capítulo, serán herramientas efectivas que ayudarán a los estudiantes a aprender y a volverse más autosuficientes. Sin embargo, las herramientas efectivas no producen un trabajo excelente de manera automática y las estrategias conductuales a menudo se aplican al azar y de manera inconsciente, incorrecta o superficial. El uso indiscriminado de las mejores herramientas ocasionaría dificultades. Algunos psicólogos temen que el hecho de recompensar a los alumnos por la falta de aprendizaje provoque que ellos pierdan el interés en aprender por su propio beneficio. Algunos estudios sugieren que el uso de programas de recompensas con estudiantes que ya están interesados en la materia podría ocasionar que estén menos interesados en la materia cuando se retire el programa. Además, elogiar a los estudiantes por ser inteligentes cuando tienen éxito podría disminuir su motivación. Si no tienen un desempeño tan bueno en la siguiente ocasión. Después de fracasar, los estudiantes que fueron elogiados por ser inteligentes quizás sean menos persistentes y disfruten menos las tareas en comparación con estudiantes que anteriormente recibieron elogios por trabajar duro. También hay que considerar la influencia sobre los otros alumnos. El uso de un programa de recompensas o el dar mayor atención a un programa de recompensas podría tener efectos nocivos en los demás alumnos de la clase. Si el profesor lo explica a la clase, no tiene por qué perjudicar al resto de estudiantes. Finalmente, sobre las cuestiones éticas hay que ver referidas a las metas del aprendizaje. Hay que entender que se debería resaltar el aprendizaje académico y no sólo los cambios de conducta. Y también hay cuestiones éticas sobre las estrategias. Pues el castigo es poco ético cuando métodos positivos que tienen menos peligros potenciales también funcionan. Cuando los procedimientos más sencillos y menos restrictivos fracasan, entonces deberían probarse estrategias más complicadas. Otra consideración para elegir estrategias es su influencia sobre el alumno individual. Si un alumno recibe castigos por la falta de información, puede ser que el alumno se sienta en el hogar por malos informes en la escuela. Un programa de reforzamiento basado en el hogar podría ser muy notivo para ese estudiante. He terminado el tema 7 de Psicología de la Educación.