Estamos grabando, empezamos aquí la clase de Historia Contemporánea. Bueno, empezamos aquí. El primer capítulo de esta asignatura, como podéis ver, se habla un poco de la transición entre la época moderna y nuestra época, la época contemporánea. Y trataremos, básicamente lo que vamos a hablar hoy, dejaremos un poco, creo, si nos da tiempo, a acabar con este tema de la crisis del Antiguo Régimen. Dejaremos la Revolución Americana y la Revolución Francesa para siguientes clases. Y hoy daremos una pequeña introducción hablando de los condicionantes previos que hay en el Antiguo Régimen, en ese término que fue acuñado tras la Revolución Francesa, cuando los revolucionarios franceses, tras eliminar ese sistema que venía desde inicios de la Edad Moderna, como orígenes ya en el mundo feudal, ese sistema totalmente distinto a nuestro sistema actual. que dieron ese nombre de Antiguo Régimen a ese orden de cosas anterior. El Antiguo Régimen, que engloba prácticamente desde el siglo XVI hasta finales del XVIII, con esa revolución francesa que se da en la última mitad del siglo XVIII, la revolución norteamericana que también se da en ese periodo, poco antes, pues es un periodo que tiene sus características, algunas de ellas que van a tener continuidad posteriormente y que ya preludian un poco nuestro mundo, el mundo contemporáneo, sobre todo en lo económico y en ciertos elementos como el papel de las corrientes intelectuales, como la ilustración. Pero al mismo tiempo va a tener unas características distintivas que, vistas así a primera mano, no son poco reconocibles en el mundo actual. Para ello vamos a dividir esta introducción en distintos aspectos, como un poco siguiendo el esquema del manual. Hay por un lado los aspectos demográficos y económicos, hay por otro lado los aspectos... políticos, institucionales y jurídicos, cómo se organiza la sociedad, cómo se organiza el gobierno, cuáles son las bases de cómo está organizada esa sociedad del antiguo régimen y posteriormente un poco hablaremos de, al tratar esta crisis del antiguo régimen, del aspecto cultural y en concreto del cambio que supone la ilustración como crítica a ese antiguo régimen, como crítica y alternativa a ese orden de cosas previo y heredado. En cuanto al aspecto demográfico, lo primero que podemos observar a lo largo de toda la Edad Moderna, a lo largo de todo ese llamado antiguo régimen, es un ciclo demográfico muy claro. Siempre estamos en lo que se suele llamar el ciclo demográfico antiguo. ¿Qué significa eso? Pues significa una población de líneas generales, escasa, mucho más escasa que nuestra población actual, no le voy a parar, caracterizada, eso sí, por una altísima natalidad, pero al mismo tiempo por una altísima mortalidad. No sólo que la esperanza de vida sea baja, sino que incluso hay una altísima, y no es exageración, una altísima mortalidad infantil. Mortalidad infantil favorecida por la malnutrición, por los malos periodos agrícolas, por la escasa salubridad, la salubridad, la higiene, el control y la limpieza son conceptos totalmente ajenos a este mundo de la Edad Moderna, a este mundo del Antiguo Régimen, y que son totalmente propios y aparecen con la contemporaneidad. A partir del siglo XIX, cuando se empieza a generalizar esa idea de la higiene, de la limpieza, como parte de los estándares de vida. Antes no era nada extraño. Cualquier ciudad, incluso cualquier asentamiento o residencia de la nobleza tuviera unas concepciones higiénicas que hoy consideraríamos bastante deplorables. Y por otro lado, esta alta natalidad, al mismo tiempo también una alta mortalidad, está muy condicionada por los tres clásicos azotes de la humanidad, los tres géneros del Apocalipsis, la guerra, el hambre y las pestes. Y con la peste, queremos decir no solo la peste duómica, sino todas las enfermedades infecciosas resultado de no solo esa mala higiene o ausencia de medidas protectoras como las vacunas, como los antibióticos u otras cosas que se irán inventando y descubriendo a lo largo de la edad contemporánea. Las guerras tienen todavía una incidencia muy importante en la mortalidad, pero las guerras tienen una incidencia muy puntual. Durante un periodo de guerras, sí, el territorio que se ve afectado directamente por esa guerra sufre saqueos, sufre muertes directas por arma de fuego o arma blanca, pero inmediatamente la población después de un periodo de guerra suele repuntar. Las hambrunas a su vez están muy determinadas por dos factores. Una. La alternancia de periodos climáticos, cuando de repente el clima cambia y hay un periodo más frío y empieza a haber peores cosechas, la gente empieza a morir como moscas. Y cuando hay un periodo de mayor bonanza climática y hay mejores cosechas, pues la población empieza a crecer hasta extremos a veces que hacen insoportable el mantenimiento de esa demografía. Y por otro lado, la propia forma de explotar los recursos, la propia forma de explotar la tierra. La tierra es todavía la base de la economía. La industria está desarrollada, pero es una industria todavía muy poco desarrollada, que no tiene un mercado muy amplio. Los grandes complejos manufactureros de esta época, por llamarse de alguna manera, son bastante modestos en tamaño y, por otro lado, tienen una clientela bastante limitada. Los grandes intercambios comerciales tienen una clientela bastante limitada, formada por una clase alta de la sociedad y una élite. La mayor parte de la población vive en un régimen de subsistencia. Los habitantes del campo que viven cerca de la ciudad pueden intercambiar determinados productos artesanales con las ciudades, pero lo más general es que las zonas que están alejadas vivan en un autoabastecimiento y un autoempresario. Esto, a la vez, también se ve en el crecimiento geográfico. Vemos un poco la marca que hay, el giro distintivo que hay a lo largo de toda la historia moderna. Los primeros siglos de la modernidad. de crecimiento demográfico, coincidiendo con un periodo climático más favorable. Luego, un periodo climático, unos 50 años después aproximadamente, más frío y una caída demográfica. Al mismo tiempo, esa caída demográfica coincide con guerras, con epidemias, de nuevo aparece en el siglo XVII la peste bubónica, aquí todos los elementos se van coadyuvando y cuando hay mala alimentación, pues también se favorece que haya cierta conflictividad social, que termina derivando en guerras y también termina derivando en mayor proliferación de enfermedades. Y finalmente, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, casi otros 50 años después, un periodo climático un poco mejor y repunte la población. Y a lo largo de todo el periodo moderno, incluso si lo fuéramos a la época medieval, tenemos esa especie de esquema en dientes de sierra en que la población sube, baja, sube, baja y no tiene nada. Y es una línea de continuidad, lo cual cambia a partir del siglo XVIII, finales del XVIII. En el cual, a partir del XVIII y ya muy claramente a partir del siglo XIX, vemos que hay un crecimiento... Es potencial de la población en toda Europa que ya no se frena. La población a partir de esos momentos sigue creciendo. ¿Y por qué sigue creciendo a finales del 18? ¿Por qué sigue creciendo en el 19? ¿Y por qué no ha parado en cierta forma de crecer hasta la actualidad? ¿Por qué se ha estancado un poco la demografía o se ha envejecido la población occidente? Pues simplemente porque hay elementos novedosos. Hay elementos novedosos, algunos de ellos que ya estaban en época previa, algunas innovaciones en los sistemas de cultivo, eliminación de la rotación de cultivos, una serie de formas de aprovechamiento agrícola y ganadero, que ya se venían utilizando, por ejemplo, en la época moderna. En el siglo XVII e incluso en el siglo XVIII, en los países más avanzados o con una agricultura más avanzada de Europa, como eran Holanda e Inglaterra. Pero que no se generalicen realmente estos principios de la contemporaneidad en el resto de Europa. Hay también un periodo climático favorable y hay también otros elementos novedosos. Diminución de la mortadad infantil, ahora por un elemento nuevo, avances médicos, nuevas medidas higiénicas, una mejora de la alimentación. ¡Adiós! Y eso favorece esa recuperación demográfica que apunta ya en el XVII, que sigue en el XVIII y que ya, visto ese cambio que se produce y estos nuevos elementos en el siglo XIX, no va a frenarse hasta prácticamente nuestra época. Favoreciendo, por otro lado, un exceso de población. Un exceso de población que va a tener que abandonar el campo. Va a haber un éxodo masivo de población del campo a las ciudades, que ya se daba en cierta forma, en menor medida, en época moderna. Pero que ahora, en el siglo XIX o en la segunda mitad del XVIII, en el caso inglés, ya se da de manera muy masiva y que va a alimentar la futura industria organizada ya con hospitales. A los criterios capitalistas y a la manera que nosotros entendemos la industria. A las protoindustrias de época moderna, a las manufacturas reales. Una industria pensada con los criterios actuales. Concentración de trabajadores en un mismo local, tecnificación, tasas y elementos. Pero necesidad todavía, en estos momentos, de una gran mano de obra que es capitalizada por ese éxodo rural. Ese éxodo rural que, a su vez, a veces también desborda. A las ciudades, que crea núcleos de hacinación, de marginalidad. Y que va a favorecer que, al mismo tiempo, Europa tenga que exportar, sobre todo a las regiones más... más pobres que sufren ese crecimiento demográfico pero que no tienen grandes ciudades industriales que absorban esa inmigración, o al menos no tienen inmediatamente, van a experimentar una expulsión de la población, una inmigración de la población, no ya hacia las ciudades sino también hacia otros lugares. A esos lugares de ultramar, hacia América, hacia las nuevas colonias que se están estableciendo en África, Inglaterra, Francia, México, otros países y que van a, en cierta forma, suponer un cambio demográfico. En el siglo XIX, Estados Unidos todavía está recibiendo masivamente oleadas y oleadas de migrantes derivados de países de Europa como por ejemplo puede ser Hungría, Hungría que todavía no era un país. Era parte del imperio austrohúngaro, Italia, España, toda una serie de... Irlanda, una serie de regiones europeas que van a absorber esa población. Lo mismo puede decirse de los países de Sudamérica o del Caribe como Cuba, todavía en estos momentos alguno bajo soberanía española que van a recibir esas oleadas de migrantes que buscan un futuro mejor y no pueden encontrar su tierra. Pero esto ya es un poco de las circunstancias. Gracias. Demografía. ¿Cómo es la sociedad en ese antiguo régimen? Pues al contrario, y haciendo contraste de nuestra sociedad actual, mientras que nuestra sociedad actual se basa en la igualdad, en la igualdad de derechos, en la igualdad de oportunidades, en la igualdad jurídica, podemos decir sin exageración que la sociedad del antiguo régimen de edad moderna se basa en la desigualdad. En la desigualdad de derechos, en la desigualdad jurídica, en la desigualdad fiscal. ¿Y qué quiere decir todo esto? Que hay una serie de elementos que se constituyen en privilegios, que son patrimonio de unos determinados sectores de la sociedad. La sociedad que está dividida en tres estratos, los llamados estamentos. Los tres estamentos que son, en primer lugar, el clero, los eclesiásticos, en segundo lugar, los nobles, la nobleza, la nobleza de sangre, pero también la nobleza burocrática, la nobleza del dinero, la nobleza que es ennoblecida por concesión del propio monarca, que les da títulos de nobleza por sus servicios al Estado o por sus servicios a la economía. Y un conjunto de población... El llamado pueblo llano, tercer estado, muy diverso, en el que hay tanto grandes empresarios y burgueses, pequeños artesanos o pequeños campesinos, pero que tienen en común un solo elemento. La ausencia total de privilegios. Privilegios fiscales, son los únicos que pagan impuestos. Los eclesiásticos en Noruega no pagan impuestos. Impuestos no tienen privilegios judiciales, no los juzgan los mismos tribunales que a los nobles. Los nobles tienen unos tribunales especiales que los juzgan y no son sometidos al mismo de penas ante los mismos delitos que los miembros del pueblo, del pueblo llano. Son penas, incluso, un hombre, una persona del tercer estado, Inglaterra, juzgado por asesinato, es directamente arcado. El noble no puede ser juzgado. No puede ser arcado porque eso va contra su honor. Y tiene que ser decapitado con hacha o con espada. Con lo cual, es un poco, incluso, para la pena máxima, como hay ciertas clases en esta sociedad del antiguo régimen. Luego, esto no quita que los distintos estamentos sean muy diversos entre sí. Aquí tenemos un pequeño esquema de toda esa diversidad que, sin embargo, está reunida bajo esos tres estamentos reconocidos orgánica y jurídicamente y socialmente en la organización política, social y jurídica del antiguo régimen. La nobleza, como digo, no es uniforme. Por un lado, la gran nobleza, los altos títulos, los grandes de España en la monarquía española, los lores en la monarquía inglesa, los grandes condes, duques, los príncipes electores en la monarquía del imperio alemán. Y por otro lado hay una baja nobleza, hidalgos, caballeros, a veces muy empobrecidas, pero que tienen con tono esas propiedades. Privilegios jurídicos, económicos que no tienen el conjunto de... del Tercer Estado, con el cual a veces tienen bastantes similitudes en su forma de vida. Si piensas un poco en Hidalgo empobrecido en la Zanella de Tornes, que prácticamente vive en la mendicidad, pero que no puede trabajar por ese estatus y ese honor grupal que tiene que conservar como noble, pues ese noble empobrecido vive tan miserrimamente como otros miembros de lo más bajo del Tercer Estado, pero tiene privilegios jurídicos. No tiene que pagar impuestos, no lo pueden juzgar los mismos tribunales que a sus vecinos y tiene una serie de elementos que, en todo caso, a pesar de que no le ayuden a sobrevivir, le distinguen. Y por otro lado, tenemos también dentro de la nobleza una diferenciación en cuanto a origen. Hay una nobleza de sangre, esos títulos hereditarios de esa nobleza que viene de antiguo, y hay una nobleza por concesión. Por concesión o a veces incluso por cómplice. Por compra, por compra del propio título nobiliario. Por concesión real, a veces, determinados cargos funcionariales, como por ejemplo el de juez o determinados cargos de... del Estado, como por ejemplo los propios secretarios reales en la corona francesa o en la corona española son, por la propia naturaleza de estos cargos, inmediatamente ennoblecidos por ejercer estos cargos. Pero también hay hombres de la alta burguesía, enriquecidos, que deciden comprar títulos a la monarquía, al rey, a la casa del rey. Y estos títulos, esta venta de títulos incluso, será un negocio muy lucrativo por parte de algunas monarquías como la francesa, que le dará una venta de títulos bastante extensibles para sanear sus arcas. Y no digamos ya la diferencia que hay dentro de ese vacío horrible que es el Tercer Estado. El Tercer Estado no tiene privilegios jurídicos, no tiene privilegios jurídicos, soporta todo el peso del Estado porque es el único que paga impuestos, pero tiene dentro de él esta enorme variabilidad de situaciones. La ciudad podemos tener desde pobres indigentes, la parte más baja de la sociedad, trabajadores, criados, pequeños empleados, artesanos, artesanos gremiales que tienen su propia organización y que de cierta forma los protege. De pequeños comerciantes hasta la gran burguesía, la burguesía comercial, la burguesía financiera, que pueden llevar un estatus de vida muy elevado, pero que no obstante carecen de todos esos privilegios que tienen los nobles, con los que a veces incluso se igualan en riqueza. Igualmente, en el campo, en menor medida, tenemos a veces villanos ricos, campesinos enriquecidos, a veces como arrendatarios de nobles, como sucede en Inglaterra, pequeños y medianos propietarios agrícolas en zonas en las que hay cierto acceso a la propiedad. Hay zonas en que son zonas de edificio y por lo tanto lo que tenemos son braferos y poco más jornaleros. Igualmente también en el campo, aunque en menor medida en la ciudad, es una capital. Es una capa de pueblos indigentes. Con lo cual, ese tercer estado que es en cierta forma un cajón de sangre, un mundo en donde entra todo lo que no es privilegiado. Igualmente, entre los eclesiásticos tenemos un alto clero, los obispos, los grandes cargos de la iglesia y por otro lado un bajo clero, un pequeño cura de parroquia, a veces sin una gran formación teológica, incluso... incluso a veces prácticamente razonando el analfabetismo, y a veces que procede incluso de esas clases bajas urbanas o del campo y que encuentra una salida más supervivencia en ejercerse de cura por esa especie de salida económica un poco inextremis. Por otro lado, también tenemos el credo regular, los monasterios, que son distintos en cierta forma de ese credo secular que está ordenado como de la ciencia asiática. Bueno, en estos momentos, a finales del antiguo régimen, en el siglo XVIII, hay una serie de cambios sociales que van a hacer que esta situación empiece un poco a resultar disonante, podemos decir. Manteniéndose esa idea... Manteniéndose esa idea y ese orden de cosas en el que hay unos privilegios jurídicos y hay unos privilegios fiscales y otros que no los tienen, en el siglo XVIII, sobre todo por el avance que tiene el comercio y la industria, se va a dar un protagonismo cada vez mayor, un auge de esas capas más altas del tercer estado, de la burguesía. La burguesía industrial, la burguesía que participa en la organización del Estado, la burocracia, las confesiones liberales, jueces, médicos, van a tener un papel cada vez más importante. Y las monarquías van a apoyarse muchas veces en estos sectores de la sociedad. Hay una vez, cada vez una barrera más difusa a veces entre esta alta burguesía y esta nobleza. Muchos nobles, incluso de los altos títulos, las grandes familias nobles, tienen que entroncar familiarmente con familias de la baja burguesía. Casar a sus hijos o a sus hijas con hijos de la alta burguesía por su escasa liquidez monetaria. Por lo cual se realizan a veces casamientos de conveniencia que mezclan y misturan a miembros de estos dos estamentos totalmente distintos. Al mismo tiempo también dentro de la burguesía hay un proceso también de ennoblecimiento a través de la confesión real. Pero al mismo tiempo lo que es más importante, no más que esta barrera un poco difusa entre estas dos clases, es el hecho de que la burguesía no empieza solo a tener un papel económico y social más importante, sino también ideológico. la burguesía empieza a plantear sus propias formas de pensamiento. Si de cierta forma podemos decir que durante toda la Edad Moderna, hasta ese momento, las ideas y la ideología había sido una ideología basada en ese pensamiento, en esa mentalidad noble, aristocrática, ahora la burguesía plantea un nuevo orden de valores y unos nuevos conceptos totalmente distintos a ese orden de cosas. Y que incluso van a impregnar a esos sectores de la intelectualidad, algunos incluso de la extracción noble, que van a absorber esas ideas. Que van a influir muy directamente en ese signo distintivo y burgués que va a tener la nueva cultura que se crea a partir del XVIII y esa ilustración. Y que va al mismo tiempo a suponer una crítica a ese orden de cosas. ¿Por qué? Porque si la gente tiene igual capacidad adquisitiva, si cumple un papel tan importante en la sociedad, ¿por qué se tiene que mantener ese orden arbitrario, esa división genética entre distintos tipos de personas jurídicas, fiscal o legalmente? Políticamente. Entonces la burguesía empieza a reclamar un poco su papel en esta situación. En cuanto a la economía, dejamos un poco este aspecto más ideológico, que hablaremos un poco después a la hora de la distorsión. En cuanto a la economía, lo que tenemos es esa parte, partimos de la base de esa economía moderna, esa economía de antiguo margen, que es sobre todo una economía agraria, pero que también tiene su parte de comercio, actividad comercial y financiera, y sus incipientes industrias, porque la industria tiene sus limitaciones y el artesanado tiene sus limitaciones en los siglos modernos que no van a ser un poco dinamitadas o eliminadas hasta llegar a la contemporaneidad. Se percibía, en cierta forma, ese malestar entre esas situaciones contraproducentes que tenía el social y el económico durante ya esta época final del antiguo régimen. Pero todavía no había el paso hacia adelante que se le diera de caracterizador, al que va a servir la Revolución Americana, al que va a servir ideológicamente la Ilustración y al que va a servir la Revolución Francesa, que desemboca todo ese proceso de distintos ciclos revolucionarios burgueses en toda Europa durante el siglo XIX. que van a llevar a esa crisis de ese orden de cosas. ¿Cómo era la economía en estos momentos? Digo, que era una economía fundamentalmente agrícola, se seguía considerando como la media, incluso como la antigüedad, que la principal fuente de riqueza era la tierra y que los principales ingresos procedían de la tierra. Los principales, además, poseedores de la tierra, en su mayor parte, eran la aristocracia, con lo cual, en cierta forma, se adecuaba un poco también al orden ideológico que tenía esta sociedad. Y por otro lado, también teníamos un artesanal, una ligera y incipiente industria. Pero el artesanado era, por un lado, muy disperso, se concentraba bien en las ciudades, donde había conjuntos de talleres artesanos, organizados, sinceramente, incluso con los gremios. Pero en el campo, por ejemplo, fuera de la ciudad, teníamos a veces... Pequeño carpintero, el zoteiro de pueblo y los pequeños artesanos que trabajaban esporádicamente al mismo tiempo que desarrollaban otras labores agrícolas. Por lo cual, todavía era más disperso y menos especializado en ese ámbito rural. Y por otro lado, tenía una producción escasa. En el campo es lógico, si un pequeño artesano rural tiene que compaginar eso con las actividades agrícolas durante todo el año, pues solo va a poder producir en determinadas épocas del año, que no esté muy ocupado con esas labores agrícolas. Obviamente, durante la época de la siega, nada de hacer suecos, ni hacer estos elementos artesanales, ni nada de tejer, porque no había tiempo. Pero incluso en la ciudad la producción se va a ver deslimitada por las propias reglamentaciones y las propias limitaciones que ponen los gremios a este aumento de la producción. Si la producción no aumenta y hay una mayor demanda, eso supone un problema para los comerciantes. Porque los comerciantes tienen un problema. Si no hay una mayor demanda, si quieren exportar determinados productos y comerciar a larga distancia, si no tienen los productores que le ofrecen esos productos elaborados, pues obviamente tienen ciertas limitaciones. Que evitarán que aparezca en estos momentos una producción en masa y sistematizada como la que aparecerá en la época, en el periodo contemporáneo, cuando aparezca esa producción industrial y cuando aparezca esa economía claramente ya capitalista. En el sentido contemporáneo. Bueno, aquí tenemos un pequeño esquema de todas las limitaciones y regulamentaciones que tenían y ofrecían los gremios dentro de la ciudad. Los gremios ofrecían, sí, un control de la calidad, los artesanos tenían unos ciertos niveles, unos ciertos grados de maestría que estaban garantizados por estas organizaciones gremiales, por esta especie de corporaciones que reunían a todos los artesanos de un sector, pero también no sólo regulaban la calidad, sino también regulaban los precios de venta. Un artesano, un pequeño orfebre, no podía vender a un precio mayor o distinto del que le fijara el propio gremio como precio de venta de sus productos. Y también regulaban la producción, la cantidad de producción. Un artesano, un pequeño platero. Un artesano, por ejemplo, no podía producir más adornos de plata que los que le estipulaba la cuota marcada por su gremio. Eso hace, eso hacía en la sociedad medieval y moderna que apareciera ese fenómeno tan peculiar de los barrios o incluso calles de las ciudades especializados por sectores. Tenemos, por ejemplo, en Santiago, en Santiago de Lomposteras, azabachería, platerías, todas esas calles que reciben su nombre, de la ocupación de esas arterias de la ciudad por distintos trabajadores de un gremio artesanal. Donde había una tienda de un platero al lado de la tienda de otro platero, al lado de otro platero, en la misma calle. No, esto era posible porque no suponía una competencia unos para otros. No es que podían producir hasta una cierta cantidad de objetos, por lo tanto cuando el cliente llegaba decía Ah, no, se me ha acabado la cuota por hoy, vete a mi vecino que posiblemente aún tenga dentro de esa cuota máxima que me han puesto el gremio. Por lo tanto, todos podían vivir, en cierta forma se evitaba la competencia, lo cual no quiere decir que hubiera artesanos más avezados, más famosos o con más prestigio y que no vendieran más que otros, pero en principio estas limitaciones impedían eso. Pero al limitar la cantidad de producción también imponía limitaciones a la exportación. No podemos, y eso es... Será terrible para los comerciantes, depender de la producción de los gremios porque los gremios limitan la producción. Entonces, si aumenta la demanda en esas fluctuaciones de oferta y demanda del mercado, el mercado en este momento es un mercado sobre todo internacional, pues no podemos aumentar, si aumenta la demanda no podemos aumentar la producción porque tenemos que pedir autorización a los gremios, los gremios no... Es un sistema lento, es un sistema que limita la producción y por lo tanto... los comerciantes y el sector comerciante inmediatamente buscaban alternativas. Esto evitaba la competencia, como digo, también evitaba el empobrecimiento hasta límites insoportables de los miembros de ese gremio. No podía ser que un platero se hiciera más fortuna que otro y que el resto de los plateros de esa calle, como el otro era mejor y tencía más clientes y podía producir más, quedaran en la ruina. De todas formas, compartían las ganancias y la clientela. Pero como digo, suponía una falta de elasticidad y adecuación a unas condiciones del mercado y de exportación. Con lo cual se plantean otras alternativas. Otras alternativas que en estos momentos van a ser un poco todavía minoritarias, pero que a finales del XVIII y van a tener una mayor importancia. No es el llamado sistema doméstico, Domestic System en inglés, Fraclass System en alemán. Y que consistía básicamente en que el comerciante cogía una materia prima, tanta cantidad de tela, la repartía entre pequeños artesanos, no en la ciudad, donde estaba controlada la producción por los gremios, estaba limitada la producción de los gremios, sino en el campo. Esos artesanos dispersos del campo iban repartiendo, el comerciante tenía a sus agentes que iban repartiendo esas materias primas y en el campo, estos artesanos, que sobre todo producían durante el invierno cuando había menos actividad en las árboles agrícolas, iban produciendo paños a medida que trabajaban a destajo, les pagaban por trabajo realizado. Bueno, Zara todavía ha utilizado el Domestic System hasta hace unos pocos años. Durante los primeros años de Zara todavía había esa masa de costureras a la cual se enviaban los pantalones para... rehacer para cosas y todo eso, antes de que Zara mande directamente toda su producción a China o al sureste de China. Bueno, entonces vemos un poco ese carácter del Domestic System que ha existido incluso dentro de nuestro sistema industrial y capitalista hasta recientemente. Otros elementos distintos y alternativas a esta producción muy limitada de los gremios, pues las llamadas manufacturas reales. A veces la monarquía, interesada en crear una serie de industrias, industrias a veces estratégicas como la siderurgia o con la industria armamentística, o la industria minera, favorecida bien directamente asumiendo la creación de esas entidades industriales, o bien dando una serie de privilegios a empresarios privados a los que da una concesión para ocuparse de ese sector. Es el caso, por ejemplo, de Salgadelos. Salgadelos es un particular, un burgués, que decide crear una manufactura real con su dinero, pero apoyada por la crónica y una serie de privilegios. Fiscales y económicos que le favorecen, y un mercado que es el de la propia corona. Armamento, es como siderurgia para finalidad alimentística, y por otro lado una producción de lujo, de cerámica de lujo, para la corte real. Pero estas manufacturas reales van a tener un impacto muy limitado. El caso de Salgadelos es en este sentido paradigmático. Es una producción, o bien para sectores muy determinados y muy estratégicos, y fundamentalmente suele ser la industria armamentística, porque un pequeño herrero no puede fabricar un gran cañón, digamos ya varios grandes cañones, que son unas piezas muy complicadas de fundir. Por lo tanto hace falta una industria siderúrgica que pueda producir... Esas grandes piezas de artillería y esas grandes piezas de armamento. Con lo cual es una industria estratégica. O por otro lado, una producción de lujo que solo abastece a las capas de tecnología. Fundamentalmente, a veces incluso en exclusiva, a la propia corte. La corte de Versailles tiene sus propias manufacturas reales que produce porcelana, tapices y lo mismo ocurre en Madrid con la corte española que produce sus propios elementos de lujo en esas manufacturas reales. Y al mismo tiempo también hay lo que se llama protoindustrias. Protoindustrias. Un caso de esas protoindustrias sería el sector siderúrgico, como dije, fundamentalmente orientado hacia el armamento. La minería, que también requiere gran concentración de trabajadores y una organización conjunta de todo eso. Por lo tanto, escapa un poco al sistema gremial y otros tipos que existen en estos momentos. Y se asemeja un poco al sistema industrial que se impone en la época contemporánea. Pero que tiene una serie de... ...dificultades. Dificultades es que a veces la demanda es muy limitada. La industria amantística solo tiene un cliente, y este cliente es únicamente el estado. La industria de lujo, porcelanas, tapices, tiene únicamente una capa de la sociedad que puede comprar estos productos. E incluso muchos de los productos que llegan a través del comercio, como las sedas, las telas, el cacao, el café, o el propio azúcar, no son consumidas por el conjunto de la población, sino por las clases más altas, la alta burguesía o incluso la nobleza. No son accesibles ni por precio ni por disponibilidad al conjunto de la población, como sucede en nuestro mundo actual. Con lo cual, tiene esa serie de problemas. Hay una escasa demanda, hay una escasa demanda muy limitada, y son industrias con unos costes de producción muy... Muy elevados. Muy elevados, y en el caso del sistema doméstico, tiene también sus limitaciones. ¿Cuánto puede producir una pequeña costurera en una aldea? ¿Cuánto pueden producir 50 costureras en distintos lugares del rural? Y lo que supone eso después de transportar todos los productos a la ciudad, tiene unos costes de producción muy más elevados. Con lo cual, no estamos todavía en ese sistema fabril, ese factory system que así aparece en el siglo XVIII, en la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra. Inglaterra se adelanta prácticamente en medio siglo al resto de Europa en ese proceso de revolución industrial. Mientras que la revolución industrial se da a Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII, lo cual le va a dar, de cierta forma, una ventaja como potencia industrial en el siglo posterior, en el siglo XIX. Mientras que el resto de Europa, Alemania, Francia, se van a industrializar masivamente en el siglo XIX, en el siglo siguiente. No digamos ya España, que salvo algunas excepciones, los altos hornos de Bilbao o la zona catalana, en algunas zonas de España prácticamente la industrialización no llega prácticamente hasta los años 50, podemos decir. Y... Este nuevo sistema, este factory system que se empieza a utilizar en Inglaterra, tiene unas características totalmente distintas. Concentra toda la mano de obra, con la mano de obra concentrada, una gran cantidad de obreros concentrados en una fábrica. Hay una división funcional del trabajo, esa producción en cadena. Uno hace determinado elemento de un coche, otro hace determinado elemento, todos se van para siempre. Incluso a veces, como se hará posteriormente el heavy work o el taylorismo, estarán organizados incluso secuencialmente en una cadena de producción. Y por otro lado, produce en serie. Produce mucha cantidad y produce constantemente y ofrece una oferta mucho mayor de productos. Mientras que un artesano puede acabar determinado objeto de plata en determinado tiempo o un determinado ceramista puede acabar en determinado tiempo, estas industrias producen en serie prácticamente en cadena esta cantidad de objetos que salen. Y que por lo tanto van a tener un alcance mucho mayor. Van a tener un alcance mucho mayor y van a exigir también que haya una mayor demanda. Con lo cual empieza también a generalizarse en este siglo XIX, empezará a generalizarse esta producción industrial y manufacturera, no solo a las clases más altas de la sociedad, sino que empezará también a... a llegar a las capas medias, incluso más bajas de la sociedad. Hay un libro muy... Esto ocurre también con el comercio. La generalización de sustancias como el azúcar o del cacao son prácticamente fenómenos contemporáneos. Hay un libro muy interesante de un antropólogo norteamericano, Sidney Meece, que ha titulado La dulzura del poder, el sweetness of power, que estudia precisamente el hecho de que el azúcar no se generaliza entre las clases obreras, entre las clases medias de la sociedad europea, prácticamente hasta la Revolución Industrial. En la Revolución Industrial el azúcar era un objeto que no existía, algo que no formaba parte de la mesa y de los hábitos culinarios del conjunto de la población europea. En cambio, ese mayor mercado que favorecerá esta nueva sociedad, esta nueva organización económica, va a favorecer que también haya un mayor consumo. Y todo esto no sería posible si al mismo tiempo no hubiera otro elemento nuevo, la mecanización. La mecanización que va a ir asociada a nuevas fuentes... De energía. Las fuentes de energía, básicamente, hasta bien entrada la moderna, eran fundamentalmente o la propia capacidad, la fuerza humana o la fuerza de los animales o bien algunos elementos naturales como por ejemplo la energía hidráulica, los molinos de río o la energía eólica como los molinos de viento que podían servir para activar más. Pero claro, los molinos de viento dependen del viento, los ríos bajan de caudal, suben de caudal, por lo tanto era una fuente de energía que se veía sometida a fluctuaciones. En cambio, en esta época empieza a utilizarse el carbón para mover grandes máquinas a través del aprovechamiento de las máquinas de vapor que van a ser utilizadas para mover la maquinaria industrial y conseguir una productividad. Con lo cual, esto va a dar lugar a un cambio total de la situación actual, mecanización, fuentes de energía nuevas, primero el carbón, luego más adelante en nuestra edad contemporánea se ha ejercido el petróleo, el gas y otro tipo de energía. Y ahora otra vez estamos dando la vuelta hacia las energías renovables, aunque menos leídas. Dejamos aquí, nos hemos pasado ya un poco de la hora.