Estamos grabando, empieza aquí la tutoría de Historia Contemporánea. El último día habíamos hablado de la época napoleónica y volviendo de nuevo en este juego que tenemos de saltar de Europa a la península ibérica, de la península ibérica Europa, en concreto España, volvemos de nuevo al siglo XIX español donde habíamos dejado básicamente la situación antes de la anterior tutoría, es decir, inicios del reinado de Osama el II. Muerto Fernando VII en ese último periodo absolutista de su gobierno que se puede decir de los reinos, su periodo más prolongado dentro del reinado de Fernando VII, será como dijimos hace tres clases un giro político motivado por las circunstancias. La circunstancia que era básicamente, como comentamos ya en su día, que dentro del bando realista se habían ido configurando durante el reinado de Fernando VII dos tendencias, sobre todo a finales de este reinado. Una era de carácter moderado, realismo moderado que entendía la necesidad e incluso la conveniencia de determinadas reformas que proponían los liberales, que proponía la facción liberal siempre manteniendo el orden político, religioso y social del antiguo régimen. Inestamental, situación de desigualdad por privilegio, toda esa serie de elementos que estaban en las bases del antiguo régimen, pero metiendo una serie de reformas que tal vez sean útiles, comentamos un poco esas reformas de la hacienda que eran muy necesarias sobre todo en una situación de crisis económica y de crisis centística, sobre todo por las dificultades que tenía el sistema del antiguo régimen para financiarse los estados por los problemas que había de las aduanas internas, había toda esa serie de cuestiones que afectaban indecisivamente a la fiscalidad del estado y del reino. Y junto a este grupo moderado que estaba, de cierta forma, dando el paso para un acuerdo con los liberales pues estaba el mando más férrilmente absolutista, férrilmente realista que eran los ultrarealistas. Y en estos momentos de la final del reinado de Fernando VII no van a apoyar tanto la política del rey, incluso le empieza a parecer un poco suave con respecto a lo que tenían en mente ellos y su concepto más rigorista del asultismo y de tradicionalismo, que es muy importante lo que será el movimiento carlista. El carlismo se define siempre como tradicionalista. Y, por otro lado, como digo, esos grupos ultrarealistas que son los más rancios del bando realista. Los exiliados, como comentamos, en su día durante el reinado de Fernando VII, efectivamente en esa fase final, después de la intervención de José Luis, hoy en día están en la cárcel o hoy están en exilio. Cuando Fernando VII, que no tenía heredera, de repente se casa en sus últimos años de vida con su sobrina María Cristina de Borbondo Sicilia y de repente tiene una hija, mujer, por lo tanto que contradice ese principio de sucesión hereditaria masculina que estaba marcado por la ley sálica que estaba en vigor en la corona española prácticamente desde los Austrias, los Haburgos, pues entramos en un pequeño problema y entramos en ese conflicto dinástico. Fernando VII se ve obligado, bueno, tiene la necesidad de cambiar esta ley sálica, de eliminar la ley sálica a través de la llamada pragmática sanción, con lo cual el heredero hasta esos momentos, es decir, su hermano, el siguiente en la línea sucesoria, su hermano pequeño, Carlos María Isidro, infante de España, hasta esos momentos perderá el título de infante de España que se hubiera seguido teniendo si no se hubiera revelado contra la reina y hubiera intentado convertirse en pretendiente al trono español, porque lo hubiera conservado, hubiera seguido siendo un infante más de España como hay muchos en la actualidad. La propia hermana del rey emérito, entre comillas, sin falta de España. Bueno, no nos vamos del tema. Carlos María Isidro, pues obviamente ya estaba en cierta forma en tratos con los ultrarealistas, pues se convierte en elemento aglutinador de este bando ultrarealista que, desde luego, no tienen su esquema mental en el que una mujer acceda al trono español. El ultrarrealismo, que se le ha llamado luego carlismo, es lo más tradicional, rancio y peor que la piel que se pueda echar normalmente. Bueno, pues en esta situación la regente María Cristina, cuando su marido muere y su hija no tiene más de esos momentos de tres años, o sea, por lo tanto, es incapaz de asumir un trono porque en estos momentos hay que recordar que vivimos en un estado en el que todavía los monarcas gobiernan, los reyes reinan. No es una función meramente decorativa o meramente representativa como tienen los monarcas en nuestros sistemas de monarquía constitucional actual. Es un estado en España, pero incluso en el caso de los países más adelantados como, en este sentido, como Inglaterra o como la propia Francia, es un estado en el que el rey tiene su papel en la política. De cierta forma tiene todavía poder político. Por lo tanto, la reina no es en estos momentos, o sea, la segunda con tres años de edad no está capacitada para poder gobernar, para poder reinar en un país. Un país que todavía es un país isosolucista. Y María Cristina se mete a la tesitura de que gran parte de sus apoyos, los apoyos realistas, pues forman parte de este ultrarrealismo y por lo tanto ya no son sus apoyos, son los apoyos de ese pretendiente rival que es Carlos María Exilio. Y por lo tanto tiene que juntar los restos de ese realismo moderado y sobre todo de ese sector más mayoritario, aumentar la base social que apoya al régimen a través de los liberales. Tiene que indultar a los liberales y permitir el retorno del liberalismo que está en el exilio. Por lo tanto esto va a determinar un giro hacia el liberalismo y va a empezar a marcar un nuevo estado de cosas en que se va a producir un giro hacia un sistema político, no ya de carácter monárquico-sultista, sino una monarquía parlamentaria liberal. Si bien una monarquía parlamentaria y de signo liberal bastante tradicional y en la que a veces el rey consagra bastante peso todavía en la política. De hecho seguirá con más o menor peso estando presente la figura de los sucesivos reyes prácticamente hasta la Segunda República cuando se ha expulsado Alfonso XIII. Bueno, entonces como digo, este giro hacia el liberalismo se va a producir en cierta forma bajo la presión de esa futura guerra civil que está en ciernes de declararse. Esa guerra civil que se ve como un hecho inmediato está ya a las puertas, ese estallido de la primera guerra carlista que dura prácticamente todo el primer periodo de la Regencia de Madre Cristina, prácticamente en 1833 o en 1840. Aunque realmente los guerras carlistas formalmente acaban en el año 1839, todavía hasta el año 40 sigue habiendo focos de resistencia en la zona del Maestrado, en Cataluña. Pero bueno, por eso podemos esa cronología hasta el año 40, aunque realmente acabe el 39. El hecho es que prácticamente toda la Regencia de María Cristina, todo ese periodo en que María Cristina será regente de su hija menor de edad pues va a estar bajo la presión y la amenaza constante de ese enfrentamiento civil que suponen las guerras carlistas. Por lo tanto supone, obliga esa evolución hacia ese sistema parlamentario y liberal. Evolución que no hubiera, si no se hubieran dado estas circunstancias, favorecido precisamente la regente. ¿Por qué? Porque básicamente se hubieran mantenido las coordenadas típicas de la monarquía española. Un absolutismo tal vez moderado, ese absolutismo de origen ilustrado. Si esto para el pueblo, pero sin el pueblo. Un cierto reformismo para la conciencia civil, pero sin tocar los elementos centrales, las bases del antiguo régimen. En cambio esta situación de necesidad va a propiciar este giro y va precisamente para atraerse a sus sectores liberalistas. Así que va en cierta forma a posibilitar una evolución y con todos sus condicionantes, en el caso español igual que muchos países y estados de la ciudad mediterránea, va a marcar una equiparación a unos regímenes parlamentarios que se están dando en este momento. Francia e Inglaterra formará esa cuadruple alianza junto con Portugal. Bueno pues este giro político como digo está bajo esa presión pero también está bajo el condicionante y el protagonismo de esta cuadruple no entente de personajes que tenemos aquí. Por un lado la reina menor de edad, que adquirirá su mayoría de edad a una edad que es todo menos madura, a los 13 años por cuestiones de urgencia. La regente María Cristina y Baldomero Espartero. Baldomero Espartero, el general Espartero, el héroe, el gran vencedor de la primera guerra carlista, convertirá una figura prácticamente mítica en su época precisamente por esta victoria contra los carlistas. Y por otro lado Carlos María Isidro. En determinados momentos Espartero y la regente van a representar dos polos de una tensión política que va a llevar a un enfrentamiento directo entre ellos y que va a posibilitar el fin de la regencia de María Cristina sin declarar todavía mayor edad a la infantil reina. Pero sí va a empezar un periodo que es el de la llamada regencia de Espartero. Bueno, hablando un poco de la presión que suponen estas guerras carlistas, tenemos que señalar un poco los condicionantes a su vez y los componentes heterogéneos que hay en este tradicionalismo carlista. Por un lado tenemos la propia ideología de base del régimen, la propia ideología de base que pretende imponer Carlos María Isidro, en caso de haber llegado al trono, y sus partidarios. Y que no es más que el ideario típico y tópico, arquetípico del asumitismo. El que habían impuesto en España otra vez los y el que estaba en la base del congreso de Viena. Alianza entre el trono y el altar, mantener esa sociedad del antiguo régimen y fundamentalmente esa concepción teocrática de la soberanía en la que el pueblo no tiene la soberanía, tiene la soberanía del rey porque se le ha dado, como decían las monedas, por la gracia de Dios. Por lo tanto también, y este es un segundo elemento, hay un componente religioso. Los liberales, y sobre todo no sólo entre los sectores más reaccionarios y más teocráticos y más partidarios de estas ideas casi medievales del antiguo régimen, sino también sectores de la iglesia que se van a ver afectados por determinadas medidas de los liberales, por ejemplo la desamortización de los bienes del pueblo, que va a afectar sobre todo en principio las órdenes religiosas, pues van a obviamente dar su apoyo a este tipo de revueltas carlistas. La iglesia tiene un gran efecto sobre todo en el medio rural. Es algo que vimos también al hablar de la revolución francesa, esa revuelta de la Vendée antirevolucionaria y que está muy motivada por el azuzamiento que realizan una serie de sacerdotes rurales antirevolucionarios que van a tirar un poco de esto. Y algo de esto también ocurre en el fenómeno carlista. Muchos de estas partidas de guerrilleros carlistas que se forman espontáneamente, entre comillas, bajo el auspicio de párrocos rurales con una ideología bastante reaccionaria también están muy... y que también estaban por ejemplo en la guerra de independencia. Muchas de esas guerrillas que se formaban en el medio rural por campesinos correspondían también a este esquema un poco sociológico del campesinado. Campesinado que a veces también, y este es otro segundo elemento, ese enfrentamiento camposidad, campesinado que muchas veces también se ve afectado por las medidas liberales. Porque las medidas liberales por un lado afectan a la estructura de propiedad y eso no siempre favorece al campesinado porque el campesinado, el pequeño campesino, no va a poder acceder a los bienes desamortizados por el clero. Y muchas veces estos bienes desamortizados por el clero eran tierras en las que ellos trabajaban como rentistas y que ahora van a ser expulsado de las tierras precisamente por los nuevos propietarios burgueses, la alta burguesía o altos nobles que han comprado esas tierras que pertenecían antes a la iglesia. Con lo cual hay esos elementos que afectan. Otro elemento de tensión en el caso del campesinado es los bienes comunales. Los bienes comunales de las comunidades rurales, de los ayuntamientos, de los concejos. En Galicia de las parroquias esos terrenos comunales se utilizaban para zonas de pasto, para recogida de leña, para cultivo ocasional, ese cultivo ocasional portada y roza del monte. Pues esos terrenos, esos bienes comunales eran un complemento muy necesario en la pequeña economía de su existencia del campesinado. Cuando se empiezan a nacionalizar y a vender a grandes financieros, a burgueses estas propiedades, estas tierras comunales cuando se expropien a las comunidades rurales, a los concejos, a las parroquias que los poseían. Se va a producir una merma de las condiciones de vida de estos pequeños campesinos. Algo similar ocurrió en el siglo XVIII en Inglaterra con la revolución industrial cuando se produce esa revolución agrícola que expulsa a gente del campo. Por eso la gente del campo iba a las ciudades que estaban creciendo y a las que estaba creciendo la industria. En España no se da una circunstancia similar. En España los núcleos industriales en ese momento son muy limitados, básicamente el País Vasco, Bilbao con los altos hornos que están funcionando prácticamente desde la época moderna y en estos momentos la industria que se está desarrollando en Cataluña. Pero no era capaz de absorber esa población rural que en cierta forma veía muy mermadas sus condiciones de vida y por tanto generaba un descontento que será aprovechado por estos guerrillistas para enfrentarnos a los liberales. Y por otro lado también hay un componente regionalista, un componente mejor dicho foral. Había territorios que tenían un estatuto jurídico fiscal, su propia hacienda que gestionaba y que cobraba sus propios impuestos y que tenía por eso una cierta situación de privilegio dentro del contexto. En el caso de la monarquía española, en el caso de la Colona de Castilla tenemos el caso de la hacienda foral y los privilegios forales, la legislación foral del País Vasco y de Navarra. País Vasco y Navarra tenían sus propias instituciones, sus propias instituciones de gobierno, su propia hacienda, sus propias leyes que además muchas veces contradecían a las leyes del Estado. Cuando se empieza a unificar un poco la legislación ya en época de José Luis Napoleón, el famoso Perdebotella, cuando se empieza a unificarse y centralizarse la legislación empieza a suponer un conflicto con estos derechos constitucionales, con estos derechos forales. Pero también el intento de centralización o sólo de unificación legislativa que van a realizar las políticas liberales va a suponer un conflicto con estos privilegios que tenían estas regiones forales. Y por otro lado también está el caso de Cataluña, una región que hasta el siglo XVIII hacia sus decretos de Nueva Plata tenía efectivamente también sus propios derechos, sus propias instituciones, su propia legislación y que ahora curiosamente va también a reclamar una cierta autonomía y un cierto recuperar esos derechos históricos que le fueron arrebatados, ese cierto autogobierno, esas ciertas particularidades políticas que fueron arrebatadas durante la época de los Nueva Plata con la implantación de la dinastía de los bombones. Cosa que actualmente el nacionalismo catán todavía sigue tirando de ese conflicto como elemento mítico, como elemento fulcral en su discurso nacionalista. Bueno, no me estoy decantando en apagón ni en contra. Bueno, dejamos el punto aquí. Bueno, pues eso. Esas zonas, básicamente zonas de Cataluña y sobre todo País Vasco-Navarra que van a reclamar estos derechos, estos derechos históricos, jorales y de otro tipo que van a también hacer de base sociológica de ese carlismo. Entonces tenemos una serie de factores que como vemos pues van a converger, converger en estos elementos. Muchas veces el carlismo no se define tanto como primariamente como un apoyo de una determinada dinastía, sino como una defensa de esos intereses a veces de grupos subalternos como el campesinado, de intereses religiosos o incluso de esos intereses jorales. Es curioso que algunos de los primeros fundadores del nacionalismo vasco, Sabino Arana procedían sociológicamente y por familias de origen carlista. Con lo cual se dio una evolución peculiar de un nacionalismo español muy tradicionalista pero basado en esa ideología fuera a un nacionalismo vasco totalmente separado de la cuestión del trono español y con la cuestión carlista. Con lo cual vemos que el fenómeno sí es bastante complejo. En muchas regiones de España incluso un hombre campesinado tenía una situación bastante pobre, sin embargo en el movimiento carlista no pudo bajar. Por ejemplo, en Galicia el apoyo que tuvo el carlismo en medio rural fue más bien marginal y muchas veces contó con la anima versión del campesinado las partidas realistas que apoyaron más bien al bando de la monarquía isabelina. Bueno, todos estos elementos como digo van a actuar como espita, como elementos que están como componentes que van a coayudar en ese movimiento que será el carlismo. Estas guerras carlistas, como digo, que van a cubrir prácticamente toda la provincia de Madrid, tienen que llegar a un cierto acuerdo en el convenio de Algaria. Tras una serie de victorias carlistas, sobre todo tras la incorporación de algunos militares profesionales como Fumalacarri, que se convierte en uno de los generales más exitosos del bando carlista, se va a dar el proceso contrario. Fumalacarri muere sitiando en el sitio de Bilbao e inmediatamente hay una recuperación de terreno por parte del bando isabelino, el bando liberal. Y finalmente ante la imposibilidad de ganar la guerra en la zona dura del núcleo del País Vasco y Navarra se llega a un acuerdo de mínimos entre los carlistas y los isabelinos. Y este acuerdo básicamente supone, por un lado, en sus términos resumiendolo mucho, el respeto hacia los foros, el respeto hacia esas instituciones, esa legislación y ese régimen fiscal especial que tienen estas zonas. Y también supone otro elemento importante sobre todo para los que formaban parte de la oficialidad del ejército carlista. Supone también la incorporación sin ningún tipo de restricciones, sin ningún tipo de represalia esté la oficialidad carlista, los oficiales, los comandantes, los sargentos, los generales dentro del ejército regular hispano. Es decir que pasasen al ejército, al ejército oficial del reino y además conservando su graduación. Los generales carlistas por este convenio del Gara seguirían siendo, dentro del ejército oficial, generales. Esto consiguió cerrar las hostilidades oficialmente sobre todo en la zona de mayor implementación que era el País Vasco y Navarra pero como digo hasta 1840 en la zona del Maestrazo, una zona bastante rural de Cataluña, próxima a los Pirineos todavía uno de los generales carlistas, Cabrera, conseguirá mantener la resistencia carlista hasta que finalmente en 1840 es vencido y tiene que huir a Francia. El convenio de Vergara, ese acuerdo de Vergara al lado de la villa de Vergara, al lado de San Sebastián, se cerró con este simbólico abrazo entre el general carlista maroto y el gran vencedor, el gran vencedor del bando isabelero liberal que era el general Espartero. Que a partir de ese momento se adquiría una relevancia política como héroe de la guerra carlista que no había tenido hasta esos momentos Bueno, las primeras medidas de esos gobiernos liberales que se forman bajo la agencia de María Cristina van a tener como digo pues ese componente liberal aunque en primer lugar las medidas van a ser más bien de un tipo, un liberalismo moderado. Hay que tener en cuenta que esto acaba de empezar, que básicamente hemos conseguido convencer a los realistas moderados de que es bueno un gobierno de signo liberal y los liberales que ya en su vez pues son en cierta forma la parte más moderada y menos radical del sector liberal, del sector liberales. Y sobre todo como digo se centrarán en reformas que van a afectar no tanto al orden de cosas político y social como a los elementos administrativos y de funcionamiento del Estado y significativamente van a ser estos dos elementos que tenéis aquí, estas dos instituciones. Por un lado la división en provincias y por otro lado la creación dentro de cada una de esas provincias de la institución de los gobernadores civiles, lo que actualmente llamaríamos el delegado del gobierno. El delegado del gobierno en Galicia, el delegado del gobierno en las Guadalajaras, el delegado del gobierno... pero en ese momento no estaba una comunidad autónoma que eso no existía de hecho estos territorios, Galicia, Asturias que tenían una entidad territorial hasta esos momentos y reconocida un poco dentro de la estructura del reino, del reino de España desaparecen formalmente, no desaparecen obviamente Galicia, Asturias o Castilla o León no desaparecen no desaparece Zamora pero sí desaparecen administrativamente. Se crean las provincias para sustituirlos. Lo que va a organizar territorialmente y administrativamente el Estado van a ser no ya Galicia sino la Colonia, Lugo, Únez y Pontevedra. Y bueno Asturias tiene la ventaja de que son una provincia bueno va a ser la división provincial que tenemos ahora que implanta Javier de Burgos pues va a ser la que se adopte como base del Estado. Un Estado que es fundamentalmente un Estado centralista, un Estado centralista pero que teóricamente bajo esos acuerdos de Vergara va a permitir determinados regímenes especiales en el País Vasco y Navarra con lo cual no será un cambio total. Pero bueno va en esa línea de un Estado centralista por ejemplo similar al del Estado francés con la creación de esos departamentos pues las provincias en el caso español serían algo similar a esa creación de departamentos que suceden después de la Revolución Francesa Ex-Nouveau que parten muchas veces regiones históricas antiguas como esta división provincial en estos momentos. Y también inicia un proceso interesante económicamente muy importante para la transformación económica y de la estructura de la propiedad en el Reino de España que es la desamortización. La desamortización que se había producido por ejemplo en Francia también durante la época de la Revolución Francesa, la nacionalización y venta de esos bienes del clero sobre todo de las grandes proveedores de tierras, grandes antifundistas que eran sobre todo las órdenes eclesiásticas, monjes, monjas, frailes que tenían grandes extensiones asociadas a sus monasterios y que eran los principales terratenientes en los estados del antiguo régimen. Pero en estos momentos es una desamortización muy tímida, muy tímida que básicamente está pensada como represalia ante aquellos eclesiásticos que apoyaran de facto a los carlistas. Aquellos monjes que mostraron un cierto apoyo, una cierta convivencia con partidas o con sectores carlistas eran expropiados sus bienes y eran repartidos, vendidos en subasta pública tras ser nacionalizados. Con lo cual todavía no se da una desamortización que afecte demasiado a la estructura de la propiedad en España pero va a empezar, va a abrir el camino de esas desamortizaciones que van a sucederse en el que tendrán mayores efectos. Desamortización, había intentado también por ejemplo a imagen de la revolución francesa Luis Bonaparte en la península ibérica pero claro, en un contexto de guerra es imposible llevar a cabo una reforma que supone una reestructuración de la propiedad agraria y una expropiación masiva de los lotes de tierra como suponía una desamortización. Y por otro lado hay un guiño hacia esos estados parlamentarios basados en constituciones que es el Estatuto Real de 1834, que no es una constitución porque no es una legislación emanada directamente elaborada por unas cortes constituyentes por un parlamento y aprobada por ese mismo parlamento, referendada y referendada luego por el monarca o por la regente en este caso sino que es una carta otorgada, es un escrito con una serie de medidas que define un régimen constitucional, casi sería como la constitución pero que no está emanado de esos órganos de soberanía, de soberanía popular sino que está entregada directamente por el soberano, redactada seguramente por sus colaboradores más directos, por políticos que forman parte su gobierno y presentada a esas cortes simplemente sin más. Es una carta entregada en bloque como había sido por ejemplo la constitución de Bayón y Napoleón que la presenta a esas cortes ficticias convocadas en Bayón para que la prueben sí o sí. Entonces esta, en cierta forma aunque permite, aunque es un guiño en cierta forma a ese parlamentarismo constitucional no deja de ser una legislación otorgada, no deja de ser esa carta otorgada más que una constitución propiamente dicha. Y por otro lado la forma de organización de la política, de las cortes es todavía muy deudora del antiguo régimen. Son cortes con un principio estamental, no va a ser el principio estamental propiamente del antiguo régimen de origen ya medieval, de sus tres estamentos iglesia, aristocracia y pueblo llano sino que va a ser una nueva división más mixta en cierta forma pero que responde también a una división estamental. Va a haber un estamento literalmente dicho así de próceres y va a haber un estamento de procuradores, un poco definen lo que luego serán a posteriori la Cámara del Congreso de los Diputados por un lado, el Parlamento y por otro lado el Senado. Y también un poco estaba hecho esto a medida en cierta forma tomando la imagen un poco del modelo británico que tenemos esas doble bicameralidad formada por un lado por los notables del pueblo llano, esa Cámara de los Comunes y por otro lado tenemos esa Cámara aristocrática que son la Cámara de los Lores. A medida de esto estaba formado en cierta forma esta división entre próceres que sería un equivalente españolizado de circunstancias de esos lores y los procuradores como una cierta élite vinculada a esos grupos emergentes de la burguesía. Por otro lado era una corte que conservaba un papel muy limitado al igual que en el antiguo régimen. Si en el antiguo régimen las cortes eran convocadas para aprobar nuevos impuestos que proponía el rey o el gobierno designado por el rey, aquí las cortes van a tener un papel bastante similar. No es ya sólo el aprobar los impuestos, es algo más amplio, tienen que elaborar los propios presupuestos. Pero no tiene por ejemplo funciones legislativas. Las funciones de crear las leyes, de organizar el estado, de reorganizar la administración, todo eso descansa en el gobierno y el gobierno no es más que a fin de cuentas una institución que está más próxima de la reina que de esas cortes parlamentarias. Lo que sí hay es el llamado derecho de petición. ¿Y qué es el derecho de petición? Pues el derecho de petición que tenían no los prófenes, no la parte más alta, no la cámara más alta sino los procuradores, esa cámara baja, era el derecho de presentar lo que hoy llamaríamos proposiciones de ley. Proposiciones de ley pero de forma incluso más laxa que las que tiene ahora atribuido nuestra legislación y nuestro ordenamiento la idea de proposición de ley. Lo que pedían estos procuradores es que pedían al gobierno y a la reina, a la regente, que se implementaran una serie de medidas. Este principio es bastante limitado y bastante escaso pero sí es cierto que va a favorecer que a través de este mecanismo de petición, de petición, que se crean unas determinadas medidas legislativas que hay una serie de reformas, se van dando pequeños pasos que van a ir en la línea de conceder una serie de derechos y libertades individuales y de otro tipo, libertades típicas como libertad de prensa, libertad de expresión que van en la línea del liberalismo. Todo ello obviamente muy favorecido por ese contexto bélico que va a favorecer obviamente que no haya demasiadas resistencias y no nos podamos permitir esos estamentos de próceres o ese gobierno próximo a la reina no se puede permitir oponerse demasiado o demasiado violentamente a estas proposiciones que le hacen de ese estamento de procuradores. Con lo cual se van a dar primeros pasos pero como digo muy tímidos todavía. En este primer periodo, en este periodo del gobierno moderado, se van a dar, se va a suceder muy rápido los gobiernos. El primero que va a durar apenas unos muy poco tiempo y que inmediatamente va a ser superado un poco por, en su línea tal vez más tradicional, por la aceleración del proceso que se está dando. Y va a ser sustituido por un nuevo gobierno bajo el mando de, bajo la presidencia de, mejor dicho que tiene como primer ministro a Martínez de la Rosa. Martínez de la Rosa que es un antiguo liberal radical pero que tras el exilio en cierta forma ha visto, ha girado hacia una lectura un poco más posibilista, más moderada del liberalismo. Y que va a adoptar en estos momentos una política un poco de liberalismo moderado. En estos años progresivamente durante la ejercicia de Madagestina se van a distinguir dentro de los liberales que en estos momentos copan la política dos ramas. Como antes había durante la época de Fernando VII, esa divergencia entre los realistas y los liberales, ahora dentro de los liberales que copan básicamente el espectro político va a haber una serie de grupos distintos. Y que fundamentalmente se van a dividir en dos polos principales. Por un lado los moderados y por otro lado es que empiezan a llamarse progresistas que están más a favor de una línea, de profundizar en esas reformas liberales y dar más peso a las cortes en detrimento de los poderes de la reina y de esos gobiernos bajo el poder de la reina. Ya hay ejemplo en este caso. Bueno, gobierno moderado, bueno, como digo este derecho de petición va a suponer una entrada de primera por primera vez determinados derechos y libertades individuales que prácticamente desde la constitución de Cádiz, desde 1812 no estaban en el plano político en España después de ese agarapado que había supuesto la última fase del reino de Fernando VI. Pero con todo, con todo, en los últimos años del gobierno moderado ya se va dando un paso hacia atrás. Hay medidas que no empiezan a generar descontento incluso dentro de los propios liberales moderados como la ley electoral que restringe mucho el sufragio, la ley de imprenta que empieza a poner una serie de trabas que suponen la vuelta a un tipo de censura y ante esto se va a dar un proceso calcado un poco del que se había dado por ejemplo durante la guerra independencia. Durante la guerra independencia había un vacío de poder y se fueron creando autónomamente por toda la península ibérica las llamadas juntas. Llamadas juntas que asumían el control de la zona en la que se creaba y en estos momentos no existe ese vacío de poder. El gobierno moderado está en el poder pero como oposición, como oposición al no poder ejercer su deposición en un parlamento dividido de forma tan jerárquica entre procesos y procedas se va creando como alternativa, como normativa esas juntas que se van haciendo con distintas partes, con distintos fragmentos del territorio español que van a presentarse como un desafío a ese gobierno moderado. Este desafío lleva a que finalmente la necesidad de un giro político, de un giro político hacia un liberalismo más de signo progresista dejando el moderantismo que es lo que se va a dar en 1835 al 1840. Este modernismo, perdón, este giro progresista, el liberalismo progresista supone la llegada al gobierno de Juan Mendizábal y Juan Mendizábal va a implementar una desamortización todavía, no, una desamortización realmente profunda, de realmente profunda de los bienes de la iglesia. Y toda una serie de reformas administrativas, un poco siguiendo la línea de esa política de reformas administrativas de la estructura del Estado que llegaba ya, tenía ya el gobierno moderado con la creación de una serie de instituciones nuevas. Se habían creado las provincias, se habían creado los gobernadores civiles en cada una de las provincias como representantes del Estado, controlaban las fuerzas de seguridad y orden público pero el movimiento de las juntas estaba todavía, estaba en estos momentos un poco descontrolado. No, a pesar de haber un gobernador civil, a pesar de haber esa división de provincias, muchas veces más tenía más capacidad de acción y más acción directa en cada una de esas regiones del territorio de la península. Tenía más poder esas juntas locales que el propio gobernador civil. Y para evitar esto se crean las diputaciones provinciales. Diputaciones provinciales como órgano administrativo a nivel provincial que permitiera un poco controlar, servir de contrapeso, poner esa representación intermedia en las provincias, hacer de contrapeso a esos poderes legales que se ponían las juntas. Que aunque estábamos un gobierno de signo liberal y progresista veía en cierta forma el peligro de que cierto radicalismo liberal contra las medidas del gobierno, aunque fuera progresista, pues llevara a enfrentamientos directos. Entonces para evitar un poco y para controlar un poco el territorio se crean estas diputaciones provinciales. Hay que pensar por lo tanto que la creación de las provincias, la creación de las diputaciones, la creación de instituciones como el gobernador civil, lo que actualmente llamaríamos delegado del gobierno en la autonomía de turno, se crean dentro de un estado que es fundamentalmente un estado centralista y un estado centralista que está empezando a organizarse precisamente para ser más centralista. A imagen, en cierta forma, muy claramente del modelo de estado centralista francés dividido sus departamentos y con sus instituciones que controlan esos departamentos todas centralizadas en la capital, en París, como aquí estarían centralizadas en la corte en Madrid. Y por otro lado, otra serie de medidas que también recuerdan a ese ejemplo francés que es la creación de la guardia nacional. La milicia, la milicia del estado, que se ha reclutado básicamente de forma más informal cuando era necesario, se había reclutado durante la guerra de independencia y se ha convertido ahora en un cuerpo especial, un cuerpo nacional a la imagen de esa guardia voluntaria que era la Guardia Nacional en Francia. Eso consiguió aumentar el reclutamiento. Aumentar el reclutamiento era necesario porque hay que tener en cuenta que estamos en el año 35, 35-40, por lo tanto estamos todavía en esas guerras carlistas. Hay que aumentar el número de reclutas que puedan ir a luchar al País Vasco, a Navarra, a Cataluña, al Maestrato contra esas partidas realistas. Pero también como innovación, y esto contrapesa un poco este aumento del reclutamiento, se permite por primera vez redimir el servicio militar a base de dinero. Algo que continuará prácticamente hasta terminar la Segunda República. La redención del servicio militar a través de dinero. Eso permitió que mucha gente se librara del servicio militar pero sobre todo también se convertirá en un foco de conflictividad porque obviamente los ricos, las clases alineadas se van a librar, o mejor dicho, van a librar sistemáticamente sus hijos de ir a luchar en las guerras en las que se va a ver envuelta y enfrascada España, pero los más pobres no van a poder afar de dejar su sangre tanto en los distintos destinos, hay en mar la guerra de Cuba o las intervenciones militares que se darán durante este periodo del gobierno de Isabel II en México, la primera colonización de Guinea Ecuatorial, las guerras que empiezan en África contra Marruecos para defenderse de Melilla, todas esas cuestiones de las que la población más pobre no se va a poder librar pagando esta redención del servicio militar. Que empieza, pues se impone en estos momentos. Y por otro lado muy importante en este gobierno de Isabel es la reforma agendística, modernizar la tienda y se empieza a utilizar un elemento que son los llamados empréstitos, que es un poco un inicio ya de un sistema tributario. El sistema tributario supone básicamente repartir unos ingresos fijos por cada una de las provincias. Cada una de las provincias debería aportar tanto de esta cuota que le corresponde como tal provincia. Y esas contribuciones, esos tributos provinciales, los empréstitos van a engrosar las arcas del Estado. Por lo tanto tenemos una centralización fiscal. Tenemos una centralización fiscal que obviamente tendrá sus pequeños conflictos por la fiscalidad foral de zonas forales como Navarra o el País Vasco. Y por otro lado, como digo, la desamortización de los bienes del clero. Que básicamente se desglosa en dos medidas situadas en años consecutivos. En 1835 suprimimos las órdenes eclesiásticas, eliminamos frailes, monjes, monjas y por lo tanto los monasterios y los conventos y todo ese patrimonio sobre todo en tierras que tienen quedan sin un dueño. Aparecen las ordenes religiosas, las eliminamos por ley, por lo tanto ese territorio queda sin titulares. Lo cual hace que en el año siguiente se declare, por ese decreto de desamortización, esas tierras que han quedado desiertas al desaparecer las órdenes religiosas como bienes nacionales. Recuerda también un poco esa desamortización que se hizo durante la Revolución Francesa. Estos bienes nacionales entran a formar parte de la propiedad del Estado que a su vez los vende en pública subasta. Los venden en pública subasta y con lotes además bastante extensos. No dividió en pequeños lotes de tierra y levantó miles de subastas, de grandes subastas, de grandes extensiones, de estos latifundios o estas grandes propiedades agrarias, lo cual generó a su vez una consecuencia bastante peculiar. Obviamente el pequeño campesino, incluso muchas veces los campesinos que explotaban directamente esas tierras no pudieron, no tenían la capacidad de comprar una gran cantidad de tierras, una extensión de estos lotes porque no tenían recursos para ello. Si fueran un lote más pequeño tal vez hubieran podido acceder. Pero por ejemplo los grandes hombres de negocios, la burguesía adinerada sobre todo de Madrid, incluso nobles, los grandes nobles que tenían un patrimonio bastante bien saneado. Algunos grandes nobles de España no tenían el patrimonio tan bien saneado pero algunos pudieron. Familias nobles que muchas veces también emparentaban con esa burguesía de los negocios, esa burguesía mercantil, sí que pudieron invertir en esas grandes extensiones de tierra y sí pudieron hacerse con esa gran cantidad, convirtiendo a su vez en los nuevos latifundistas del territorio español. Con lo cual quedó totalmente alterada y cambiada la estructura de la propiedad. Pasó de haber una propiedad mayoritariamente, en una proporción bastante considerable que pertenecía a la iglesia y sobre todo a las obras iglesiátricas, a estar en manos de las nuevas élites. Ese estado de cosas liberal que empezaba a exponerse. Burguesía y algunos otros de la alta nobleza. También sucedió en algunas zonas, sobre todo en aquellas zonas que permitían la aparición de campesinos acomodados, lo que en el antiguo régimen se llamaba aquellos labradores ricos, que pudieron también hacerse con ciertas propiedades a través de esta desamortización. Pero son casos mínimos y que se convirtió en cierta forma en lo que se puede llamar una burguesía rural. Igual un poco si habéis leído el Gato Pardo o visto la película del Gato Pardo, la figura de Don Calogero, ese antiguo alcalde que de repente, de ser un labrador rico ante la desamortización que se produce de los bienes eclesiásticos tras la unificación de Italia, se hace con grandes extensiones de tierra y se llega a codear por su antiguo señor feudal con el que prácticamente ahora tiene más tierras de las que había tenido su antiguo señor. Aquí sigue tratando con respeto pero que ya con ciertas distancias acortadas. Pues esta situación se produjo también en algunas zonas de la península ibérica. Pero como digo, los principales beneficiados fueron la burguesía, parte también de la alta nobleza que se convirtieron en los nuevos latifundistas de gran parte del territorio español. Con lo cual no supuso una mejora muchas veces, como decíamos antes, de la vida de esos campesinos. Pero sí afectó decisivamente a la estructura de propiedad y sobre todo supuso la desaparición de ese concepto de propiedad tan típico del antiguo régimen que venía de época medieval en la que había una serie de derechos compartidos. La propiedad no era absoluta, tú no tenías la propiedad única de una tierra. Era otra tierra pero tenías una serie de derechos, los derechos de uso a los arrendatarios, a los campesinos que trabajaban por ejemplo con contratos de foros a tierras y por lo tanto que también tenía una serie de derechos. Ahora la propiedad en el sistema liberal sería propiedad única, invisible y absoluta. La propiedad es única, tienes un bien que es tuyo y ese bien puedes hacer con él en cierta forma un gran parte de lo que te tenga en gana. No tienes que dar respuesta a los derechos de otra serie de instancias y de personas que comparten en cierta forma una cierta propiedad accesoria o un sustructo sobre ese bien. Con lo cual se da también un cambio muy importante. Los bienes comunales, por ejemplo, que hablaremos después, pues entraban también este concepto un poco medieval de propiedad y que va a ser sustituido propiedad plena y que van a ser también eliminados de prácticamente la vida. En algunas zonas, como por ejemplo aquí en Galicia, la propiedad comunal todavía subsistirá hasta prácticamente la actualidad. En la actualidad muchas de esas antiguas propiedades comunales han tenido que organizarse a su vez en propiedad, comunidades de propietarios por el indiviso de tipo asociación de propietarios o asociación de montes, pero en cierta forma han conseguido mantener todavía una cierta continuidad aunque con un esquema totalmente distinto y adecuado a esta idea de propiedad que empieza a imponerse ahora. La propiedad es básicamente la propiedad que posee alguien sobre un bien de forma total, única, libre y absoluta. Dejando un poco dado esto vemos esa primera evolución radicalmente liberal que se va a dar durante este gobierno de signo progresista hasta 1840. Con todo, al igual que había ocurrido con el gobierno moderado, hay un cierto retroceso en los últimos años de este gobierno hacia posturas más conservadoras, que van a estallar fundamentalmente en una serie de cuestiones. Se va a dar, por ejemplo, la aparición de la estructura que impone este nuevo gobierno progresista. No solo estas reformas que vimos sino también una nueva forma de entender la organización de la soberanía, la soberanía compartida. No soberanía popular propiamente dicha, pura y simple, sino que es una soberanía compartida. La soberanía pertenece al pueblo pero también al rey. Es compartida por el rey, en este caso la reina, y por el pueblo. Hay un doble entente entre ese concepto tradicional de antiguo régimen que la soberanía solo es del rey y ese concepto ilustral que la soberanía es soberanía popular. Aquí lo que tenemos es soberanía con dos cabezas, por un lado el pueblo y el rey. Y el resultado de esto también es el concepto que tienen las cortes. Las cortes empiezan a ser unas cortes bicamerales con el carácter que ya empiezan a tener en estos momentos que ya es el de ahora. Por otro lado, el Congreso de los Diputados, esa Cámara Baja, y por otro lado el Senado como Cámara Alta. El Senado es un estado confesional, como era el estado confesional en la Constitución de Cádiz en 1812, pero de una forma menos explícita que era la de 1812. Porque si lo recordáis bien, en la Constitución de Cádiz se hacía una declaración explícita de que la religión del estado era efectivamente la apostólica católica y romana, pero decía explícitamente que era la única existente y la única válida. Por lo tanto prohibía, explícitamente o implícitamente en la Constitución de Cádiz, la libertad de ejercer otros cultos religiosos. En cambio, esta Constitución de 1837 reconoce la confesionalidad del estado pero no prohíbe, no prohíbe por lo tanto, habría la posibilidad de profesar otros cultos religiosos que no sean el católico que es oficial por parte del estado. Bueno, esto ya lo hemos comentado y como digo hay una evolución, una evolución que va a terminar determinando que haya una evolución hacia un cierto moderantismo. Estamos todavía en gobierno progresista pero que va adquiriendo cada vez una línea más próxima a la de los moderados. Se han dado avances significativos hacia un estado liberal, se han dado avances significativos que nunca se darían durante ese primer periodo del gobierno moderado, pero sí que hay un retroceso hacia atrás. Que se ve muy claramente en la ley de imprenta que empieza a ser muy restrictiva, imponiendo una cierta censura y la ley de ayuntamientos que empieza a meter la mano en la autonomía municipal. Posteriores leyes de ayuntamientos todavía harán más presión sobre la autonomía municipal. Lo cual lleva a un malestar, a un malestar contra el gobierno de María Cristina por parte de los liberales que se lleva a un clima de insurrección generalizada en el año 1840. En el que se hace protagonista, se convierte en protagonista destacado Valdomero Espartero, el general Espartero. Que desembarca, si no recuerdo mal, en Valencia y este desembarco de Valdomero Espartero junto a toda una serie de revueltas e insurrecciones en distintos lugares de la península van a llevar un pedido de tensiones en que Valdomero Espartero y la regente María Cristina intentan negociar una salida a esta situación conflictiva. Fundamentalmente lo que está en juego en estos momentos es la ley de ayuntamientos y que la regente firme la ley de ayuntamientos. Los sublevados y Espartero exigen a la regente que no firme la ley de ayuntamientos y priva de gran autonomía a esos régimenes municipales. ¿Cómo finalmente resulta que la regente está a favor de firmar esta ley de ayuntamientos, lo cual supone un giro hacia modernismo más tradicional? Pues la situación se precipita y finalmente la regente se entrevista con Espartero, le pone al cargo el cuidado de sus hijos, en concreto de la reina, la reina Infanta Isabel II, y decide marchar al exilio en Francia. Con lo cual se produce una situación de vacío de poder que es solventada a través del llamado Ministerio de Regencia, una especie de organismo ministerial que en esos momentos intenta suplir el vacío de poder dejado por la ausencia de una regente en esos momentos y una reina que obviamente es menor de edad y no puede ocupar el trono. Este Ministerio de Regencia va a ser presidido por Espartero y se empiezan a plantear cuáles son las soluciones definitivas que deben darse a este periodo de regencia sin regente. Y hay dos soluciones, una es la de los llamados trinitarios que proponen una solución peculiar, una especie de regencia A3 formada por tres personajes que actuarían colegiadamente como regentes en nombre de la reina niña y, por otro lado, los llamados en esos momentos unitarios que son básicamente el partido a favor de una regencia única protagonizada por el general Espartero. Básicamente lo que está detrás de esta reclamación de los trinitarios, de esta especie de triunviato de tres regentes colegiados es el temor a que la acumulación de poder en un solo individuo, como había sido la acumulación de poder en un monarca absoluto, como había sido la acumulación de poder en la regente, en este caso las manos del general Espartero, pues lleve a una involución de nuevo política ante un sistema un poco autoritario. Finalmente se impone en el Congreso y las votaciones la solución unitarista y pasamos a la regencia del general Espartero que actúa como regente de la reina de esta minoría. En estos momentos teníamos por un lado dentro de los liberales que ocupan el espectro político, descontando un poco a los carlistas que están ahí en las sombras, teníamos los liberales y dentro de los liberales los moderados y los progresistas. Pues ahora dentro de los progresistas su vez va a haber una nueva excisión. Van a empezar a aparecer los llamados republicanos. Los republicanos que obviamente están a favor no de la monarquía constitucional sino de una república, es decir, la ausencia de un rey y un gobierno presidido por un presidente. Con lo cual empieza a haber un cierto asomo de esas ideas republicanas dentro de sectores más radicales del progresismo. Con todo todavía no es un movimiento que acabe de tener un gran protagonismo que se irá cogiendo progresivamente con los años. Espartero tiene en cierta forma una política continuista de signo liberal progresista y que va a suponer avances en algunos elementos. Pero el gobierno, o mejor dicho la regencia y gobierno, porque Espartero a veces va a ser el jefe del gobierno pero otras veces va a nombrar a jefes de gobierno y va a quedar simplemente como regente, controlando un poco los hilos del poder de ahí de la regencia. La regencia de Espartero va a suponer una serie de cuestiones que con todo van a empañar el prestigio y ese halo liberal que tenía la figura como héroe de las guerras carlistas Espartero. Por un lado va a ser la corrupción, sobre todo el nepotismo que tiene Espartero hacia a sus compañeros de armas, esa camarilla militar que empieza a llamarse los ayacuchos. Eran oficiales de alta graduación que habían servido como Espartero en las guerras de independencia de Latinoamérica y que en cierta forma conformaban el círculo de confianza de Espartero. Y que en estos momentos empiezan a ascender milagrosamente, entre comillas, en el escalafón militar. Incluso empiezan a redistribuir no solo cargos militares sino cargos civiles dentro de la organización del Estado. Y por otro lado, al mismo tiempo que ascendían esta camarilla militar de Espartero, los oficiales no formaban parte de este bando ayacucho, estaban descontentos con las dificultades que tenían para ascender. Esos oficiales jóvenes que no formaban parte de este grupo clientelar de Espartero pues tenían dificultades para ascender. Y luego teníamos esa lógica de antiguos nobles, todo ese ejército que ya empezaba a ser un poco más cerrado que lo que había sido en la época de las guerras de independencia. Eso fue por un lado. Por otro lado, Espartero empieza a dar signos de ese temperamento tan militar de orden y mando y de cierto autoritarismo en sus decisiones que empieza a chocar inmediatamente con algunos sectores del parlamento y sobre todo con algunos sectores del liberalismo. Y por otro lado, una serie de medidas que empiezan a crear descontento. La opción de Espartero, que tiene una cierta admiración por el modelo inglés de crear una política económica librecambista. A ver, no entrar en esa dinámica de déjame entrar, déjame hacer y ese libre mercado. Entonces empieza a plantear una política arancelaria que se basa en esas políticas librecambistas. Que empiezan a ser vistas con recesos no solo por el pueblo, que ve la posibilidad de que los precios suban por culpa de estas políticas, sino por la propia burguesía económica nacional que empieza a ver que eso puede incluso afectar a sus intereses económicos. Con lo cual empieza a haber otro foco descontento. Por otro lado, el autoritarismo Espartero, esas acusaciones de corrupción van a poner, van a sufrir un descontento y van a poner a la prensa, a la prensa de signo liberal inmediatamente en contra de Espartero. Y Espartero no va a tener buenas relaciones con la prensa liberal. Con lo cual entramos ahí en ese conflicto poder-prensa. Prensa como cuarto poder que va a afectar tanto a su política. Y finalmente, el gran alabonazo y que muestra a las claras ese temperamento autoritario y algo contundente a veces de Espartero es la rebelión, la sublevación de Barcelona. La sublevación de Barcelona básicamente es una sublevación por un tema recurrente, sublevaciones por consistencia, por subidas de impuestos. En este caso es una subida de impuestos. Subida de impuestos que anida en un descontento previo. Barcelona es una ciudad industrial que tiene un sector obrero muy importante pero que los obreros viven en ese mundo tan precario del obrero del siglo XIX y de esas poblaciones que han dejado el campo para ir a la industria barcelonesa. Y ello también es azuzado políticamente por esos liberales progresistas más radicales, por ese republicanismo que empieza a azuzar también ese descontento en los obreros que sirve de espita a esa subida de impuestos. Y ante esta rebelión, esta sublevación popular espontánea en Barcelona, Espartero no tiene mejor decisión que desplazarse para intentar contener la sucisión y al no poder contener la sucisión pues decide acantonarse en el castillo de Montjuïc y desde el castillo de Montjuïc durante varios días consecutivos bombardear la ciudad de Barcelona. Después de estar varios días, creo que llegó a estar bombardeando Barcelona tres días, después de bombardear Barcelona tres días obviamente los sublevados se rinden y no contentos con esta destrucción y esta pérdida de vidas Espartero incluso impone medidas coercitivas como una contribución especial que tienen que pagar los barceloneses por haber tenido esta revuelta en Barcelona. Bueno, esta revuelta deja todavía más mermada la figura política de Espartero y se produce una entente contra la natura entre los sectores que antes eran antagónicos. Los moderados por un lado y por otro lado los progresistas. De cierta forma ambos ven que Espartero es una mala función para las dos líneas políticas. En el ejército en esos momentos junto a un sector muy importante de militares liberales y de signo progresista también había militares liberales pero de signo más bien moderado. Uno de los más importantes era tal vez Narváez, el general Narváez y estos militares moderados llevaban tiempo conspirando en esas instituciones secretas tan típicas del siglo XIX, esos conspiradores que se reúnen en sociedades secretas para tramar planes para derrocar al gobierno y todas esas cosas tan típicas del siglo XIX, pues llevan varios años conjurando en una sociedad secreta llamada la orden militar española que empiezan a tener contactos con los progresistas a pesar de que son del signo político contrario dentro del liberalismo. Y ante el hecho de que se produce una serie de sublevaciones progresistas en España se produce un apoyo de repente de sectores moderados a estas sublevaciones progresistas anti-esparterista. Y esto desemboca en el desembarco nuevamente militar en el puerto de Valencia, en este caso Narváez en 1843 y entra una pequeña mini guerra civil entre los partidarios esparteros esparteristas y esta coalición progresista moderada bajo el mando de Narváez y otros generales de signo moderado. Hay una serie de batallas que duran bastante poco tiempo y finalmente ante la derrota del bando esparterista se impone el cambio de régimen y el exilio espartero. La solución ante este cambio va a ser declarar inmediatamente, no va a ser de nuevo otro ministerio de regencia, una regencia con tres cabezas o un nuevo regente, no, va a ser directamente declarar y por vía de urgencia la mayoría de edad de la reina. La mayoría de la reina que en esos momentos no tenía el aspecto que tiene aquí una jovencita rolliza sino que tenía una edad tan tierna como los 13 años por lo tanto no es que fuera realmente capaz en esos años de gobernar pero forzado por esta situación se impuso una mayoría legal de la reina a pesar de su tierna edad. Empieza la llamada de Icala moderada. La Icala moderada protagonizada por el general Narváez que tenéis aquí de 1854, no más que 10 años y que para sustituir a la microconstitución de 1837 y esto es algo también típico de la política española antes del XIX, cada gobierno nuevo que cambia de signo contrario con el gobierno anterior a su vez tiene que poner, tiene que instaurar, tiene que sacar su nueva constitución sustituyendo la constitución de signo contrario que había aprobado el anterior gobierno. Una constitución de 1845 que recuerda de nuevo a esas constituciones moderadas, soberanía compartida, bicameral, conserva esa denominación del Congreso y Senado pero el Senado queda reforzado, queda reforzado tiene más poder del que tenía la anterior constitución y además el acceso al Senado, la condición de senador es más limitada porque no se llega al Senado a través de votación sino se llega a través de designación real por comprensión directa de la reina, es decir por los que le pongan en la lista que tiene que firmar la reina los miembros del gobierno, es decir Narváez. Y por otro lado el cargo de senador es un cargo vitalicio hasta que el senador se muere no abandona el cargo y por otro lado no se limita el número de senadores que forman el Senado con lo cual se puede crear una Cámara, un poder reportado formada por elementos escogidos a dedo por la monarquía y en concreto por el gobierno firmados por la reina y que con su número limitado pues alteran un poco la capacidad de la Cámara Baja del Congreso de los Diputados para tener un control real de la política, con lo cual tenemos un cierto sesgo hacia unas opciones moderantistas muy cerradas. Por otro lado esto se ve reforzado a su vez por la manipulación del sistema de voto que supone la ley electoral que impone un sufragio censitario pero todavía más restringido que el que había anteriormente, todavía más restringido que limita mucho realmente por las personas que tienen la capacidad económica para poder votar y para poder ser elegidos con lo cual limita mucho en la cantidad de electores, mucho de las personas que son elegidas. Por lo tanto tiene un sesgo muy a favor de la oligarquía, el control del voto como parte de la oligarquía. Y por otro lado los distritos electorales que no son provinciales sino que subdividen a su vez las provincias, con lo cual se crean, estos distritos electorales tienen más bien un carácter local, con lo cual permiten que las élites, los pequeños notables locales, ahí ya empieza un poco el caciquismo, ese caciquismo de base, esos pequeños nobles locales, esos pequeños notables locales que empiezan a manipular un poco los votos en estos minidistritos electorales. Con lo cual las diputaciones provinciales y las provincias tienen un poco, un carácter más bien de convidados de piedra en el voto de las elecciones. Y por otro la ley electoral municipal que si bien la anterior ley municipal que nos llevó al conflicto que dio lugar a la regencia del tercero era restrictiva, todavía es más restrictiva, que permite un total intervención del mismo estatal e incluso permite al estado colocar directamente a dedo alcaldes que no son eslogidos por los miembros de ese municipio, son directamente puestos por el gobierno y públicamente por la reina según la conveniencia de las políticas en ese momento si el grupo político está en el poder. Y por otro lado también una ley de imprenta muy restrictiva que supone una censura muy fuerte sobre la prensa y sobre todo la prensa política. Con todo, a pesar de estos elementos muy tradicionalistas del régimen y muy retrógrados en cierta forma tenemos una serie de transformaciones sobre todo de reformas administrativas y económicas que van a sentar las bases para la aparición del sistema posterior, para una evolución hacia un sistema social similar y económico e incluso administrativo muy similar al que están configurándose en otros lugares de Europa en estos momentos. Se crean instituciones por ejemplo como el Tribunal Supremo, un principal órgano de la justicia española que todavía tenemos ahora, instituciones para controlar el orden público en el ámbito más local como la Guardia Civil, que es un cuerpo policial con una función civil de orden público a nivel civil pero que tiene un carácter militar y una disciplina militar. Por lo tanto es un ejemplo particular, peculiar, pero está basado en la estructura organizativa que tenía por ejemplo la Gendarmería en Francia, que también era un cuerpo de ese tipo con unas funciones de policía civil pero que una organización muy similar a la militar, en el caso de la Guardia Civil ya no apareció militar, claro. Y por otro lado una reforma de enseñanza con el plan de estudios que unificaba un poco y centralizaba los planes de estudio y la enseñanza en España, por lo tanto va a permitir una centralización de lo que se enseña y una bonificación de lo que se enseña pero también suspende por ejemplo la autonomía universitaria por lo cual la universidad va a quedar un poco supeditada y la libertad de cátedra, la libertad de opinión que todavía quedaba como reducto dentro de la universidad pues se va a ver, va a recibir un atentado muy serio de este nuevo plan de estudios. Por otro lado también importante la reforma de la hacienda. Empieza a aparecer una primera contribución territorial que se basa en impuestos directos sobre la cantidad, sobre las propiedades que tiene el contribuyente según la riqueza que tenga cada uno y por otro lado también impuestos indirectos, indirectos que gravan a los productos que se compran y se venden, es decir, impuestos sobre los propios productos, es decir los llamados impuestos al consumo que gravan lo que hacen es encarecer los productos, los productos que consumimos porque se les pone ese grabamiento por parte del Estado y que serán los llamados consumos. El aumento o podríamos decir mejor dicho el grabar más a través de los consumos determinados productos va a ser en muchos momentos de la historia de España un momento, una cuestión de constante tensión social. Las masas empobrecidas muchas veces y instituciones a veces bastante precarias van a sufrir mucho estos impuestos indirectos que afectan mucho la economía básica de aquellas capas que no son las masas lineales precisamente. Y por otro lado también se da algo muy necesario para un Estado que se está inscribiendo en esas regimes parlamentarios occidentales con ese sistema que se está empezando a implementar de comercio internacional, que es una unificación de los sistemas de pesos y medidas. No puede ser que aquí en una parte de España se utilicen arrobas, en el otro lado se utilicen cerrados y no haya una unificación de pesos y medidas que sirva un poco de lastre, que se mantengan estas medidas variadas que sirven de lastre a esos intercambios comerciales dentro de la península incluso con el extranjero. Entonces por lo tanto se adopta por adoptar el sistema métrico decimal que han propuesto los franceses, metro para medidas de capacidad, para medidas de longitud sustituyendo a las medidas tradicionales que en distintas regiones de España se venían utilizando. También una reforma monetaria en la que se pone como unidad básica monetaria a la peseta, la peseta que se subdivida, que se subdivide en unidades menores llamados reales. Y finalmente algunas medidas como el concordato que pretendía, el concordato con la Santa Sede que pretendía volver a recuperar las buenas relaciones, hay que recordar que este es un estado confesional y católico y que España todavía tiene una mentalidad muy influenciada por este elemento religioso, como ya habíamos hablado en carlismo, pues recuperar las buenas relaciones con la Santa Sede. Relaciones obviamente rotas y muy conflictivas desde las desamortizaciones de los bienes del quilero durante la desamortización de Mendizava. Con lo cual se llega a una situación de mejores relaciones con la corte, pero inmediatamente surge el descontento. Surge el descontento tanto dentro de los propios progresistas y los demócratas como incluso dentro de facciones del moderantismo que empiezan a estar en desacuerdo con las políticas de esta década moderada del Arpaez. Y también, de nuevo, obviamente, sí la prensa está censurada pero aún estando censurada la prensa y sobre todo la faceta satírica de la prensa porque ilustraciones como las que tenéis aquí aparecían en periódicos, aparecían en periódicos de la época y va a afectar mucho a las relaciones entre el gobierno y sobre todo entre la corona y la prensa liberal. La prensa liberal que en estos momentos va a utilizar no sólo las intrigas políticas en la corte y en el gobierno sino también la vida privada, la teórica vida escandalosa, libertina vida privada de Isabel II como un arma política. Y en esto tenemos ciertamente un elemento de misoginia que todavía subsiste muy claramente en la sociedad española. Las aventuras y los devaneos sentimentales de los reyes anteriores a Isabel II en varones y posteriores de sus descendientes no pasaban nunca de chismes. En cambio, una reina, mujer, ya suficientemente tuvieron los liberales que tienen cuentas con afectar a una mujer electrónica, los cercanistas no pasaban por eso. Bueno, dejando un poco de lado esto. Pues aún así, el hecho de ser mujer, de ser reina y tener una vida no se sabe si tan licenciosa como se pintaba en estos dibujos satíricos como curiosidad. Esto que tenéis aquí forma parte de la serie literalmente entre paréntesis Los bocones en pelotas que fue un álbum satírico de ilustraciones que se editó y se distribuyó entre el público español y que tenía como autores nada más y nada menos a los hermanos Beckett. A Valeriano Beckett, pintor, y a Gustavo Rolfo Beckett, aquel romántico pintor de las oscuras guigolondrinas y que hacía de guionista de su hermano de estas ilustraciones que prácticamente rondan el magusto mundo pornográfico y que atribuían todo tipo de aberraciones a la reina haciendo un uso político y denigratorio de la vida personal de la reina como arma política con ese toque misógino que os he comentado. Bueno pues este descontento se suma también la política fiscal que lleva obviamente a subidas de precios, subidas de precios de recursos necesarios como el bravo y todo esto genera conflictividad social, conflictividad social y esta conflictividad social va a llevar en 1845 y ante esa pérdida de apoyos del régimen de Narváez incluso dentro de sus propias filas moderadas el pronunciamiento del general Odone, Leopoldo Odone. Leopoldo Odone que es un general por otro lado moderado esto hay que comentarlo en 1845. El pronunciamiento de Odone que lleva de nuevo al poder a nuevos gobiernos. De los gobiernos durante un momento Odone asume el gobierno después cede el gobierno otros se van formando otros gobiernos. Es importante sobre todo en este vídeo progresista la obra de este señor que tenéis aquí de Pascual Madóz ministerio ministro de hacienda, de hacienda que va a de nuevo impulsar la desamortización de los bienes del credo y también de otro tipo de bienes como por ejemplo los bienes municipales y comunales y lo interesante de esta desamortización de Pascual Madóz no es tanto el hecho que sea una desamortización como su impacto. Si la desamortización medizaba fue bastante importante la desamortización de Madóz adquirió todavía un volumen mayor y supuso prácticamente la transformación de la estructura de la propiedad en el conjunto del territorio español. Al mismo tiempo también tuvo una serie de medidas como por ejemplo en la constitución de 1845 que bueno tenía las mismas características de siempre, bicaramelidad, soberanía compartida pero que incluía como novedad el hecho de que a pesar de que definía al estado como confesional como católico apostólico y romano definía si explícitamente la tolerancia religiosa. Prohibía prohibía y esto es interesante explícitamente la persecución de otros credos que no fueran el oficial del estado por lo tanto introducía por primera vez si bien no con reconocimiento sí prohibiendo su persecución la tolerancia hacia otras confesiones religiosas. Y otra serie de medidas que también van en esa medida de medidas reformadoras de medidas de transformación del país ley de ferrocarriles que empieza a por las bases de la creación del sistema de ferrocarriles español, ley social y anónimas y ley de crédito que supone la modificación del sistema bancario y la creación de hecho de la banca en el sentido moderno en España y el cambio de esos distritos microdistritos electorales a distritos electorales como los actuales, distritos electorales provinciales. Todos los votos son votos a nivel provincial por lo tanto esas mesas de libertad de acción que tenían los notables locales tan libre, tan decidida en el anterior sistema pues en cierta forma limitada. Con todo el catequismo y la alteración de las elecciones no dejará de ser una lacra que se dará en los sistemas, en los gobiernos de toda la monarquía española prácticamente hasta su fin. Hasta su último fin antes del actual. Bueno el conflicto con el vaticano de nuevo renacido a través de la desamortización y de nuevo la conflictividad del mundo obrero. La industria sigue desarrollando en Barcelona y por lo tanto ese desarrollo de la industria, al igual que habíamos visto la guerra de Francia, pues desarrollo de la industria le supone también esa ruptura de la homogeneidad social y esa creación y esa cada vez más distancia entre el obrero y el empresario y esas burguesías urbanas que tienen la propiedad de esas grandes industrias. Y poco a poco esta conflictividad y otras cuestiones sociales como una serie de revueltas populares, revueltas populares del tipo campesino motivadas muchas veces por crisis de subsistencia por impuestos que se van a dar durante el año 1856 en distintas zonas de España, en Castilla y en otras zonas de España que van a las lugaras revueltas, muchas veces azuzadas desde la sombra por sectores del modelantismo e incluso sectores de la iglesia. Más raramente por sectores del carlismo. Bueno llegamos aquí y esto lleva a una crisis en ese año 1856 que hace que de nuevo llegue al gobierno, asuma el gobierno de la reina pues Leopoldo O'Donnell que tenéis aquí. Y O'Donnell, ni corto ni perezoso, lo que hace como jefe de gobierno pues básicamente disuelve las cortes para convocar elecciones y restablece la constitución de 1845, es decir, la constitución del gobierno moderado, ese periodo de gobierno moderado otra vez. Con lo cual tenemos otra vecina constitución que vuelve a un estado de cosas más conservador que el que se había dado en el periodo anterior. O'Donnell, después de varios gobiernos sucesivos que han acabado de cuajar, de nuevo va a asumir el gobierno en 1858, tenemos un gobierno de O'Donnell que ha sobretodo sucedido una política que más bien se centra como de nuevo pues en reformas administrativas. No centrarse en aspectos administrativos, continúa la desamortización, pero a pesar de continuar la desamortización lleva una serie de acuerdos con el Vaticano para compensar en cierta forma a la iglesia por las pérdidas que supone esta desamortización de sus bienes. Y por otro lado en su política exterior O'Donnell intenta volver a ganar un poco el prestigio de España. España en este momento es una potencia, pero una potencia de muy segundo o incluso podemos decir tercer nivel en el conjunto del contexto europeo e internacional. Y para ello, para cimentar este nuevo prestigio, recuperar este prestigio de España ha producido una serie de intervenciones en el exterior. Más significativas la guerra en África. La guerra en África que empieza con una provocación de los marroquíes que atacan. Tienen varios ataques contra las posiciones, las ciudades españolas en Ceuta y Melilla y que va a dar lugar a una intervención militar española en Magreca. Intervención española que no da tampoco demasiados buenos resultados. Básicamente algunas pequeñas concesiones territoriales al control de algunos islotes, ampliar un poco el terreno controlado por Ceuta y Melilla y básicamente volver un poco al estatus quo. Otra aventura internacional fue la intervención militar en México. En México en esos momentos tenemos una república liberal que se está creando a través de Benito Juárez, un presidente que procede de la bubresía, abogado. Y un intento de las potencias europeas por manipular la vida política y cerrar un poco esa revolución liberal que está llevando a cabo el gobierno de Juárez. Y ya termina en la imposición, por segunda vez en la historia de México, de un emperador. En este caso el emperador Massimiliano I de México, un emperador con un origen tan exótico como la casa de Austria, es en concreto hermano del emperador austro-húngaro Francisco José, el que se casa con Sisí, con lo cual podéis ver un poco lo exótico que resulta para México un emperador de este origen. Además sustentado por tropas francesas, que dejarán su pequeña pátina en la cultura popular mexicana. La institución de los mariachis, pues el malaba mariachi es de origen francés, mariachis. Bueno, dejando esta curiosidad amarga. Este gobierno Massimiliano, esta guerra civil apoyada por las potencias europeas, Inglaterra, Francia y también en estos momentos por España que van a intervenir militarmente en México. Sin tener demasiado deseo. El gobierno del emperador Massimiliano no durará demasiado y de nuevo tendremos el régimen de Juárez y México seguirá siendo una república hasta el día de hoy que lo sigue siendo. Con lo cual estas intervenciones un poco exóticas de política internacional intentando adquirirse algo de potencia internacional pues van a tener un efecto bastante de aquella manera. Otro elemento importante, los primeros intentos, los primeros asomos de colonización de Guinea Ecuatorial. Eso sí que tendrá una cierta continuidad en los años posteriores. Pero por otro lado sigue la inhastibilidad política, sublevaciones agrarias fundamentalmente en Andalucía, muy influenciada de nuevo por los republicanos que empiezan a azuzar al campesinado vangalucro, pasa bastante malo ese campesinado jornalero. Afectado por el antifundismo ahora en manos no sólo de los nobles sino también de la burguesía, muchas de ellas de origen madrileño, pues más será azuzado por los sectores más rádicas del progresismo republicanista. Y disensiones internas, disensiones internas dentro del partido que había creado O'Donnell para formar gobierno que es el Partido Unionista. ¿Por qué se llama Partido Unionista? Porque básicamente era una unión básicamente de tendencias dentro del liberalismo. Dentro de los unionistas había progresistas, había moderados, había todas las... incluso lo que no había eran republicanos obviamente. Pero básicamente elementos de distintas ramas, distintas facciones y subfacciones del liberalismo se habían desgajado de sus grupos políticos en cierta forma para meterse en este batiburrillo, en este cajón desastre que era el propio partido de la unión liberal. La unión liberal que finalmente ante este batiburrillo muy heterogéneo de distintas líneas ideológicas terminará desvendrándose internamente con sus disensiones internas entre distintas facciones. Y todo esto lleva a que finalmente O'Donnell deja el gobierno y empiece de nuevo una sucesión de gobiernos políticos al que es mandado formar gobierno por parte de la reina y que se van a suceder, pero de forma bastante precaria. En unos años sucede una cantidad de gobiernos realmente ingente. Ingente que tienen problemas, que no han encontrado la solución y la crisis del sistema se ve muy claramente. Pero por otro lado esta crisis es evidente pero el sistema funciona como funciona. ¿Y cómo funciona? Pues el partido que está en ese momento sobre poder pone a su servicio el aparato del Estado y de la Administración y toda la estructura de la Administración del Estado. Por lo tanto, el partido que está en el poder pone en los cargos a sus colegionarios, amaña las selecciones desde el gobierno central y pone y deshace, hace y deshace, coloca alcaldes, gobernadores civiles y no deja espacio, no deja espacio para las tendencias políticas contrarias. Y éste no deja el espacio para el contrario, para las líneas políticas que son adversarias pues va a derivar en que los que no encuentran espacio encuentren su sitio en la insurrección, en la conspiración, en el conjurar, en las alianzas y los pronunciamientos militares u otro tipo. Por lo tanto, el progresismo orientado cada vez con una línea más protagonista del republicanismo va a tender ahora ante este gobierno de la Unión Liberal hacia la insurrección, hacia la conspiración y hacia mantener esa política conspiratoria. Y otro elemento que va a ser especialmente tenso va a ser la universidad. En la universidad habíamos visto esos intentos de eliminar la autonomía universitaria y bajo esta constitución que había sido restaurada pues la universidad teóricamente no era autónoma. Entonces, la libertad de cárcel, la libertad de opinión que servía de ruta a la universidad estaba en cierta forma puesta en evidencia. Y todo ello estalló ante un escrito en la prensa de un liberal progresista que era Castelar. Castelar que era el tercer presidente de la Primera República Española y que hacía una crítica a una crítica de unas medidas que había adoptado, no vamos a entrar ahora en ello, las medidas que había adoptado la reina. Criticando un poco la manipulación, la manipulación que suponía de la opinión pública vender teóricamente la cesión de una serie de bienes por parte de la reina su patrimonio real cuando en realidad lo que estaba encubriendo es un enriquecimiento de la reina a través de la venta de un patrimonio que no era propio del propio de la reina sino que era patrimonio del Estado, era patrimonio nacional. Bueno pues este discurso de Castelar supuso inmediatamente la destitución de Castelar que era catedrático de historia y bueno la petición de destitución pero el rector de la Universidad Central de Madrid luego se llamaría Universidad Complutense se negó, se negó. Era también progresista y era amigo de Castelar. Y también fue destituido. Eso supuso una agitación política por este conflicto por parte del estudiantado y por parte del profesorado. Y la represión, la represión que se hizo patente en un episodio bastante dramático llamada Noche de San Daniel o Noche del Matadero en que los estudiantes fueron a dar una serenata satírica criticando, a modo de tuna revolucionaria, una serenata satírica criticando estas destituciones del rector y del catedrático de historia Castelar fue una manifestación que estaba, una serenata estaba autorizada pero que en un momento se retiró la autorización y cuando los estudiantes llegaron allí a cantar y a poner verde al gobierno de la Unión Liberal lo que se encontraron es a la Guardia Civil que los recibe a tiros y bayonetazos haciendo una auténtica carnicería entre estudiantes. Lo cual lleva de nuevo a un periodo de tensión política, de revueltas y a la caída del gobierno de O'Donnell y el exilio el exilio de la reina que tiene que marchar a Francia. Ante esta situación del silo de la reina y de caída del gobierno federal entramos en una nueva situación, una situación que hay dos opciones o bien la república o bien que será la opción que ensayarán algunos gobiernos que se darán en estos años un nuevo monarca, una nueva monarquía, una nueva dinastía. Será el experimento de poner a un nuevo rey Amadeo de Saboya, Amadeo I, que no tendrá éxito y que nos llevará a la primera república española que a su vez también será, como veremos en su día, un periodo muy convulso y muy ajetreado de la historia política y social de España. Terminamos aquí y el próximo día pues siguiendo esta zona del juego del ping-pong volveremos al otro campo y empezaremos de nuevo con lo que pasa en estos momentos en el resto de Europa. Napoleón III y el emerger de los nacionalismos en el resto de Europa. Lo dejamos aquí, me despido de vosotros hasta la próxima tutoría y en unos días estará esto colgado en cadena campus. Muchas gracias.