Ah, parece que estamos grabando, sí señor. Bueno, pues bienvenidos, bienvenidos a la clase de hoy. Hemos decidido en el coloquio previo, cierto que con un alto dado de manipulación por mi parte, porque había muchos temas, así que he barriado para mi casa, para variar, y sugería de alguna manera enlazar con la clase que dimos la semana pasada, que vi de Dios, que fue densa, introdujo bastantes términos, lo cierto es que sí, son símbolos blandos, porque me interesaba rematar la faena. ¿Por qué? Porque de alguna manera la semana pasada, si recordáis, hablamos de nada menos que del primer libro seguramente explícitamente escrito sobre estética, que es la poética de Aristóteles, ¿verdad? Y en ella Aristóteles define el drama como la imitación de una práctica, la imitación de una acción. Pero vimos que no era ni cualquier imitación ni cualquier acción. Hablábamos del concepto clásico de acción y el concepto clásico de... de praxis, que es la palabra que utiliza Aristóteles, mimesis praxios, la imitación de una praxis, y le veíamos que la praxis era aquello, aquel hacer, que de alguna manera era un hacer susceptible de definir a un sujeto, susceptible de constituirle como tal, y constituirlo de un modo absolutamente diferenciado de otros tipos de sujetos. No diferenciado en el sentido de la identidad individual que tenemos los modernos, sino diferenciado en el sentido ético, en el sentido del ethos, del carácter, diferenciado en el sentido de que es un tipo... de bicho, de criatura, diferente de otros tipos de bichos y de criaturas diferentes. También veíamos que cuando juntábamos todos esos tipos de bichos, de criaturas diferentes, que llamamos con más o menos criterio humanos, obteníamos aquello que llamamos un repertorio, un repertorio de quehaceres, un repertorio de conductas, de acciones, el reflejo de las cuales se manifiesta a través de la estética. Y a través de esos reflejos, a través de esas imitaciones, es como una cultura se construye sus referentes, y como sabe, si puede ser saber a nueces o a manzanas. De alguna manera, repertirse, ¿verdad? Y veíamos que no era cualquier imitación. Veíamos que era una imitación que de alguna manera establecía lo que Aristóteles llamaba un mitos. Y un mitos, de la misma raíz, usamos todavía la palabra mito, un mito, según Aristóteles, recordáis, era una distribución de los eventos, una organización de los sucesos, es decir, una estructura, como decíamos más recientemente. De tal forma... De tal forma, que un drama, una buena obra literaria, imitaba una praxis, una práctica con la que nos podíamos acoplar, y lo hacía utilizando una estructura que podíamos comprender. Esto nos llevaría a hacer un primer diagnóstico sumamente cruel sobre el arte contemporáneo, si queréis. Es decir, si el arte no imita una práctica, entonces es irrelevante, ¿verdad? Porque no tiene nada con lo que nos podamos acoplar. Y si no tiene una forma... Si no tiene un mito, una trama, entonces es incomprensible. Seguramente buena parte del arte contemporáneo, y esto os gustará de uno, es a la vez incomprensible e irrelevante. Porque ni refleja una práctica con la que nos podamos acoplar, ni lo hace tirando de una estructura, de una trama, que nos resulte de alguna manera susceptible de ser seguida, ¿verdad? Pues bien, ante este diagnóstico demorado y cruel respecto al arte contemporáneo, al moderno, al contemporáneo, no nos podemos quedar tan a gusto, tan tranquilos, si es que hay que quedar tranquilos, y deberíamos ir un poco más lejos. Entonces estaba yo, mi niño, otro día leyendo... Espera, que me están saliendo aquí pantallas emergentes. No quiero actualizar a nada. La trama no es la explicación que el autor da de su obra. Vamos a ver. No, no exactamente. La trama en Aristóteles es meramente una distribución de los hechos. De hecho, todavía se ve en las pelis malas. En las comedias de Hollywood y tal hay una trama muy sencilla que de alguna manera es una estructura, una estructura de expectativas, más bien. Una estructura de ritmos, de cumplimientos, ¿no? En que una cosa lleva a la otra y de alguna manera te permite... Es como una estructura de complicidad. Si os acordáis, en alguna ocasión o en algunos textos hemos manejado que toda experiencia estética es un juego entre familiaridad y extrañamiento. Entre cosas que nos permiten acoplarnos y cosas que nos mantienen desacoplados. Nos mantienen inquietos, nos mantienen despiertos, ¿verdad? En ese juego entre familiaridad y extrañamiento es en el que se sitúa Aristóteles. La praxis, la práctica, es la de otro. Es la de un personaje de Edipo o Antígona, Aquiles o Ajax con la que sustantivamente podemos o no acoplarnos. Pero eso sucede, o sea, llegamos a ella a través de un mito, de una trama que de alguna manera es una estructura, un ritmo prácticamente previsible, esperable. Lo bueno, lo malo, pero también lo bueno de los ritmos es que son previsibles. Y cuando... Cuando lo pillas puedes seguir la tornadilla, puedes seguir el compás, ¿verdad? Pues en una obra literaria pasa lo mismo. A diferencia del arte contemporáneo, que muchas veces carece de estructura. Pero vamos, antes de liarnos mucho con los debates vamos a seguir un poco el hilo, ¿vale? Porque si no me pierdo, porque yo estoy un poco fatal. A donde quería llevaros es precisamente qué le sucede a un personaje tan nuestro, tan entrañable como Don Quijote. ¿Por qué? Porque Don Quijote no puede imitar la práctica de los caballeros andantes con los cuales se acopla, de modo evidente. Entonces, esa sería la pregunta que os plantearía hoy. ¿Qué pasa con la modernidad? ¿Qué sucede con el mundo moderno? Empiezan el Renacimiento, si queréis, o con la disolución de las estructuras feudales y el inicio del capitalismo, digámoslo. ¿Qué pasa con ese mundo para que ya no sea posible una imitación de la práctica? Para que cuando alguien intenta imitar una práctica, como la de los caballeros andantes, haga el payaso de una manera tan espantosa como le pasa a Don Quijote o como le pasa a Madame Bovary, quizá, que intenta imitar a sus heroínas románticas de novela, ¿no? Enamorándose de Aristóteles sinvergüenza y follaringuis. ¿Qué sucede con el mundo contemporáneo para que la imitación de la práctica, la mimesis praxios, sea imposible? Esa es la pregunta que lanzaríamos y vamos a intentar trabajar un poco sobre ella. Vale. Tomándolo como un ejercicio de reflexión que nos permita hincarle el diente a varios de los temas que estáis planteando que tienen que ver con arte contemporáneo, con ilustración, con renacimiento, sobre todo que estáis mandando muchos trabajos, y además en Castilla. ¿Qué está pasando? A ver, vivo en un mundo paralelo, en Castilla, no sé si en Castilla es un mundo paralelo ciertamente. A ver, lo primero que a mí al menos me saltaba a las mentes es que parece difícil para los modernos, para nosotros de hecho, acoplarnos de un modo, por así decir, de una pieza, acoplarnos sin resquicios con un personaje, tanto como hace Don Quijote, que de alguna manera se funde con ese personaje y pretende replicarlo de un modo mecánico, de un modo completo. ¿Vale? Entonces parecería que los acoplamientos, los que nosotros nos podemos reconocer, pueden ser más acoplamientos parciales, pueden ser como pequeños aspectos de una práctica en la cual reconocemos. No nos reconocemos en el personaje entero con toda su chura y sus armas antiguas, sino con determinadas pequeñas gestos, o sí, gestos, recordáis del verbo guerere, del hacer, del tercer significado del hacer en latín. Pequeños gestos, pequeños detalles que nos ayudan a explicarnos a nosotros mismos. Este tipo de acoplamiento parcial seguramente sería más interesante que el que sea más interesante, más cercano a nosotros, más comprensible que el que pone en acción Don Quijote. Quería recordaros también, y para ir introduciendo elementos que os ayuden a hacer vuestros trabajos y a ir planteándoos cuestiones, quería introduciros la teoría de la novela de Lukács, que no sé si hemos hablado de ella o habéis leído alguna cosa en artículos y tal. ¿Os suena? No. Bien, Lukács, a la hora de analizar la novela, la novela tal como la conocemos, la que empieza en el Renacimiento, tiene una fórmula muy bonita, muy discutible, pero muy bonita, que es la de definir la novela mediante el habla de la relación entre un individuo problemático situado en un mundo contingente. No sé si debo escribir esto. Un individuo problemático en un mundo contingente. Me explico. Don Quijote, Adam Bovary, es un individuo problemático. Es decir, es alguien que está desacoplado, es alguien que no está del todo engarzado en las dinámicas culturales, productivas, relacionales. Está desubicado, está desacoplado. Sus inteligencias no coinciden plenamente o no coinciden del todo o coinciden muy poco con las hegemónicas, por así decirlo. Es alguien que está fuera de juego radicalmente. Los protagonistas de las novelas, de modo bastante definicional, sostiene Lukács en su hipótesis, son individuos problemáticos. Empezamos por Don Quijote, por Fausto, por Adam Bovary, podríamos seguir, pues qué sé yo, por Bouvard y Pecuchet. Son sistemáticamente individuos problemáticos. Individuos que no acaban de cuadrar con el cacho de mundo que les ha tocado vivir. De hecho, si cuadrasen perfectamente, pues no habría mucha novela, ¿no? Sería una especie de, no sé, de novela muy mala en cualquier caso. Iba a decir Corintiado, ¿no? Corintiado muchas veces maneja grandes desacopladas, ¿no? Pero vamos, ese tipo de cosas. Pero esto lo completa Lukács diciendo que es un individuo problemático, en un mundo contingente. Es decir, un individuo problemático también podría ser un individuo de la era clásica. De hecho, hasta cierto punto, pues, Hipo es un individuo problemático, no tiene serios problemas. O Antigona lo es, ¿no? De repente encuentra quiebras, serias quiebras de acoplamiento, de relación con la legalidad instituida o con las costumbres instituidas. Pero están en un mundo contingente. Un mundo contingente, es lo contrario de un mundo necesario. En un mundo necesario, las cosas son como tienen que ser. No sé si habéis escuchado la clase del año pasado, la de necesidad, posibilidad y efectividad. No, jeje. Pues habrá que repetirla este año. Es una clase muy importante para entender muchas cosas. Pero bueno, el caso es que lo necesario, rápidamente dicho, es aquello que es como tiene que ser y que no puede ser de otra manera. ¿Vale? En cambio, lo contingente, es lo que es como es, pero que podría haber sido de otra manera perfectamente. De alguna forma, porque todavía quizás está en ebullición, quizás todavía está en forjeón. Lo que sucede, y esa es la tesis de Lukács, que al fin y al cabo, en esa época, cuando escribió la teoría de la novela, es un marxista en cierne, es un hegeliano en cualquier caso. Lo que sucede con la novela es que, de alguna manera, está ya situada en un mundo contingente. En un mundo que es el del capitalismo, como al principio de todas las quiebras de la sociedad feudal, de los grandes movimientos de población hacia las colonias y hacia las ciudades, se está prácticamente invirtiendo en los equilibrios poblacionales, productivos y tal, en toda Europa. Y lo que eso trae de sí es una tremenda inestabilidad de los patrones de conducta, de los patrones de producción cultural, patrones productivos, clarísimamente. Y eso quizás hace que el mundo sea percibido como algo más chapucero, como algo más a medio haber, de hecho, por hacer. Entonces, claro, lo jodido de la novela es que estos individuos problemáticos encima aterrizan en un mundo contingente. Lo cual hace la cosa como más... ¿Verdad? O sea, como que no hay manera... Es un roto para un descosido. No es que alguien tenga que marcar lo que tiene que ser. Es que, de alguna manera, en todos los ciclos culturales, digamoslo así, cuando un modo de producción ha generado, en términos marxistas, ¿verdad? Cuando un modo de producción está, de alguna manera, completamente estabilizado, si es que puede llegar a estarlo, la relación entre las relaciones de producción y el modo de producción cuadra de un modo más cerrado, ¿verdad? En cambio, cuando está en ese estado de ebullición, encontramos, según Marx, insisto, que las relaciones de producción, que las fuerzas de producción existentes, de alguna manera están incodadas, están inquietas dentro de ese modo de producción y están pugnando por instaurar otro. Pues bien, esto en general, en términos culturales, en términos... en términos estéticos, se ve también. Se ve porque está todo como realmente cogido con alfileres. Y de lo que está hablando Lukács en la telenovela es de esto. De que no existe un mundo completamente estabilizado, definido. Ahora lo pasaremos a nuestros términos y veréis por qué nos puede ser interesante. Y que encima hay un individuo que efectivamente no encuentra acoplamiento en ese estado de cosas. Y todo eso lo tenemos ahí junto. ¿Me vais siguiendo? Bien. Con eso tenemos, fijaos, esto estoy intentando poner en relación la teoría de la novela de Lukács que es más o menos marxismo aplicado al arte contemporáneo y hace una gran tensión para acercároslo a lo que hablábamos la semana pasada con Aristóteles. Entonces, vamos a ver cómo podemos amarrar eso. Y cómo podemos amarrarlo en nuestros términos teóricos. Es decir, ahora vamos a ver en qué sentido cuando hablamos de este mundo contingente por ejemplo, en qué sentido podríamos hablar de él en términos rectoriales. No estaremos hablando de que lo que le pasa a Don Quijote o sea, cuando Don Quijote intenta imitar a los caballeros andantes para empezar no está haciendo un tipo de imitación pues, como diría yo sumamente témica. No le falta una especie de fineza de inteligencia inteligencia modal específica para poder capturar ese tipo de trama, ese tipo de mito mediante el cual podría comunicarse, acoplarse con sus iguales cuando Don Quijote sale vestido de caballero con la lata en la cabeza y el caballo y todos los elementos más o menos patéticos pero que son copias, son remedios de los elementos clásicos y son copias literales. No establece ninguna mediación no se inventa ningún mito, ninguna trama es una especie de adaptación pero absolutamente sin ninguna concesión. Efectivamente, él vive en su fantasía el decir que él vive en su fantasía de alguna manera es una confesión de que es incapaz de establecer una modulación que haga que sus vecinos que sus espectadores entiendan algo de alguna manera Don Quijote en ese sentido es el primer artista contemporáneo ¿verdad? o el primer romántico porque es incapaz de establecer de modular su inteligencia para que aquella práctica que él quiere imitar llegue a la gente a la que quiere afectar con ella y eso es Aristóteles Aristóteles, recordad, nos decía que el drama era imitación de la práctica ante un mito. Si carecemos del mito si carecemos de la trama la imitación de la práctica no llega y eso es lo que le pasa al bueno de Don Quijote imita una práctica, y tanto que la imita pero carece de una trama, de una estructura de eventos que le facilite que sea susceptible de hacer que esa imitación de práctica que hace él llegue a sus vecinos y lo que llega es una imagen patética y completamente discordante que no cuadra con su programa ni mucho menos ¿Me seguís mejor ahora? Eh, la balza no Vale, vale, perfecto Bien Las siguientes cuestiones Si Don Quijote más que utilizar un lenguaje desacoplado No tener otra mano es estar vacío de contenido a ver que hay muchos comentarios acá No vamos a ver, no tener otra mano es estar vacío de contenido Don Quijote tiene mucho contenido lo que carece es de inteligencia operacional antes que hablamos de ejemplos operacionales carece de inteligencia operacional para desplegar ese contenido que tiene él tiene algo que decir pero carece de la capacidad de mediarlo porque al fin y al cabo para eso estudiamos historia del arte y teoría del arte la consistencia de las obras artísticas es que son mediaciones es que son instrumentos, vehículos mediante los cuales podemos modular aquello que queremos de alguna manera decir y ese decir no tiene que ser un decir reducible a concepto no es que queramos decir esto o aquello queremos, insisto, imitar una práctica reflejar un conatus un quehacer pero para hacerlo necesitamos un medio necesitamos un medio homogéneo como decía Lucas necesitamos una mediación de hecho Aristóteles dedica buena parte de su poética una vez ha dicho esto de la imitación de la práctica dedica buena parte de ella a hablar del concepto este de trama, de mito Don Quijote por así decir tiene le pasa como a los estudiantes que tienen una idea alemanes en la Segunda Guerra Mundial tiene una estrategia interesante porque de hecho pretende recuperar valores que son defendibles los de la caballería andante ¿quién no cree en los valores de los caballeros andantes? y en deshacer en trotos y bueno, de táctica pues está un poco chapuz porque al fin y al cabo está viejecillo pero al fin y al cabo tiene un caballo, tiene una lanza y bueno, en algunos combates no lo hace mal el hombre no es tan fino prácticamente como los alemanes es más chapuzillas lo que careje completamente Don Quijote y con esto entramos con la pregunta que alguien hacía al principio de lo que careje completamente Don Quijote es de arte operacional o sea, Don Quijote es incapaz de mediar operacionalmente su estrategia de imitación de los caballeros andantes con su nivel táctico como siempre pasa en la táctica tiene que ver con el tacto con el contacto con sus vecinos y con el ventero y con las damiselas y tal es incapaz de mediarlo y como es incapaz de mediarlo de alguna manera en ese salto desde la estrategia de los grandes valores caballerescos a la táctica que supone el contacto con sus vecinos y congéneres se da la torta y se cae se le cae el mundo porque carece de ese arte operacional de esa fineza operacional damiselas y mozuelas vale, de alguna manera ahí estamos viendo amarrando las historias entonces Don Quijote es una obra muy compleja no sé si nos va a dar el cuerpecillo para analizarla entera esta noche porque de alguna manera si la tenéis presente lo que sucede es que Sancho y Quijote van ambos ilusionando y al llegar a la segunda parte del libro están más o menos le han dado la vuelta y está Sancho haciendo de Quijote y Quijote haciendo de Sancho con la ínsula y todo esto vamos, si os interesa el tema podemos dedicarlo a una clase más detallada podemos trabajar mis notas y tal filosóficamente es muy interesante claro que sí nos viene muy bien trabaja muchísimas cuestiones de hecho quizás sea de las obras junto con Hamlet más interesantes para ver la si, la hemos leído bastante mal pero nos puede venir bien en principio para analizar la correlación entre el lenguaje más cotidiano y sin rigor llamaríamos realidad y ficción realidad y fantasía ¿no? pero nosotros que somos constructivistas ¿verdad? sabemos que lo que llamamos realidad está siempre conseguido y lo que está haciendo Quijote es una ofensiva insisto estratégicamente interesante prácticamente variablemente afortunada de proponer otro aparato perceptivo otro aparato relacionado al mundo ver el mundo de otra manera como hace cualquier artista de hecho pero insisto lo que le falla a Don Quijote seguramente sea la firmeza operacional la capacidad de modular y de mediar todo esto ¿no? con sus vecinos insisto también en ello y seguramente con eso se acerque bastante al estatuto del artista contemporáneo que puede tener un gran programa estratégico pero realmente poca fineza operacional para llegar a una táctica de despliegue correcta eso nos llevaría a todo el tema del arte político también cuando intenta de hecho ser efectivo y generar algún tipo de cambio social a través de cómo hacer una esfera con sus ingenios podría ser una clase si podemos planteárnosla tranquilamente a ver que me pierdo con los comentarios puede ser una clase que cuando yo quiera vale, vale pues eso la semana que viene la otra dejadme que me revise mis notas y me saque los dos tomazos del Quijote y voy tomando notas da para varias clases de hecho da para un máster pero bueno vale a donde yo quería llegar con esto era a que intentásemos reflexionar sobre cuál es el estatuto de esa teoría clásica de la mimesis de la práctica en nuestro mundo contemporáneo si todavía cabe hacer imitaciones de la práctica o si es completamente imposible imitar prácticas ahora es decir si solamente caben acoplamientos parciales con pequeños aspectos de esas prácticas o si por el contrario la incapacidad de imitar prácticas grandes prácticas heroicas como la de Aquiles o la de Hamlet se debe a nuestra superación es decir si realmente es una especie de maldición de la modernidad el hecho de que no podamos acoplarnos con grandes prácticas con grandes figuras heroicas como las de la antigüedad clásica o si esa imposibilidad de acoplarnos más que a ninguna maldición histórica se debe a que todos somos una especie de Quijotes una especie de personajes un tanto patéticos en la medida en que somos incapaces de modular nuestras inteligencias para hacer que esas imitaciones sucedan bien a ver voy aquí tengo muchos comentarios el artista contemporáneo tiene una estrategia pero no una táctica buena no, Escarba vamos a ver lo que yo estoy diciendo es justamente todos es justamente calibrar que ese tercer elemento que es la operacionalidad es seguramente lo que le falta a Quijote o lo que le falta a los artistas contemporáneos la táctica es variable la táctica tiene mucho que ver con el desempeño concreto con el contacto concreto verdad con el enemigo o con el que tienes enfrente tiene que ver con el verbo griego tactos tocar verdad y la estrategia al fin y al cabo es escoger un camino ser capaz de adaptarlo variarlo etcétera pero lo que nos encontramos con Quijote es que efectivamente tiene una estrategia que es defendible que es la de la imitación de las grandes prácticas de los caballeros y una táctica que es la de la que tiene cotidianamente cuando trata con sus vecinos cuando habla con ellos algunos de los cuales sorprende con su lucidez que tampoco está necesariamente mal lo que definitivamente está tal de la muerte es la incapacidad de articular esas dos cosas de tramarlas del todo porque Don Quijote cuando habla de otras cosas parece sensato pero es cuando intenta casar su estrategia con sus contactos tácticos es decir con su despliegue cotidiano cuando fracasa ¿por qué? porque carece de una modulación carece de precisamente el elemento que Aristóteles definía como clave a la hora de montar un drama que era un mito es decir una trama una organización de los eventos ¿mejor ahora, Escarga? perfecto no sé me estoy perdiendo un montón de comentarios porque vais muy rápidos y eso me alegra muchísimo no no hay nada mejor que yo me pierda un montón de comentarios bueno pues son las treinta y cuatro aunque hemos empezado a las siete como me duele un poco la cabeza y la tengo muy gorda como es notorio creo que quede esto ahí y lo la verdad es que tampoco quiero sentar cátedra ni mucho menos sobre esto creo que lo suyo es que lo vayáis introduciendo todo en la olla ¿verdad? y le vayamos dando vueltas porque ahí tenemos elementos mmm interesantes ¿la vas a ver de nuevo? pues perfecto yo también tendré que verla de nuevo jajaja vale algo para el de esta semana nada ya sabéis intentaré lo que pueda bueno os dejo pues le echéis una ojeada revisáis y sobre todo vamos vamos pensando en esa posible clase ¿no? con el tema de de Quijote se me ha matado de cara por la calle Amargura jajaja bueno voy a parar la grabación venga compañeros buenas noches