Bueno, pues como por vía online también recibimos preguntas, estoy viendo una que acaba de entrar que dice más información sobre el libro. Gracias. Se referirá al último libro del que hablaste. ¿Cuál? El de Mi niño como es solo. ¿El último cuál fue? Ah, de Monsef Rafa. O el tuyo propio, no sé. O el mío propio. No lo sé. Pues mira, yo cuento un poco. ¿Por qué mi libro? Mi libro tiene que ver con un hijo que tengo mayor, que siempre me mandaba diciendo haz un libro padre que sería interesante. Y yo decía, pues sí, hay mucha información. Y por eso hay tanta información que nos confunde. Y traté de hacer un libro básico de alimentación, ¿no? Y bueno, didáctico, se lee en un ratito. Y lo más interesante es que en la segunda edición me di cuenta de que me faltaba algo que yo comento y después no lo puse en el libro, que es un calendario de frutas, hortalizas y verduras, pescados y mariscos. ¿Cómo? Como cada mes hay un producto que se da, tanto en el mar como en la tierra. Y si estás atento a eso, estás cociendo alimentos mucho más saludables. También incluí en la reedición el código del huevo. Sabéis que los huevos tienen unos dígitos que el primero indica la procedencia del huevo. Muy interesante saber eso para cuando vas al súper, coger el tres. El tres es el que las gallinas están sueltas, cuatro metros al aire libre, todo lo que comen es limpio. Y bueno, ese es el... El huevo ecológico. El siguiente ya no comen limpio pero tienen espacio, es el dos. El uno ya están quietas ahí y bueno, y después las del cero, ese es veneno puro, la gallina quieta con una luz ahí comiendo piensos y poniendo huevos, ese es el cero, ¿no? Entonces tratar de evitar ese tipo de alimento tan grave, ¿no? El libro, bueno, es básico porque trato de ser didáctico. De hecho, una hija que tengo adolescente, el año pasado la mandé a hacer un trabajo. ¿Y qué pasa con nuestra educación? Que... Yo creo que intentan confundir a los jóvenes para que se decepcionen y no estudien, si no, no lo entiendo. Le dijeron la palabra glúcido, azúcar, hidrato de carbono, carbohidrato... O sea, durante un artículo que leía para sacar conclusiones y no sabía lo que eran ninguna de las palabras. Y yo voy en el libro y me dice así, azúcar, carbohidrato, hidrato de carbono y glúcido es lo mismo. Para que tengamos eso, sea una palabra distinta que no esté ya perdido, ¿no? Que está diciendo ahora, dice glúcido, ¿qué será? Esto. Entonces trato de ser sencillo y un poco explicar las bases de qué es una proteína animal, proteína vegetal, las grasas saturadas e insaturadas, qué son los azúcares simples y complejos, cómo funcionan en el cuerpo. Después relato un poquito las vitaminas, una por una, dónde se encuentran. Y bueno, después ya voy a estilos de vida, desde el embarazo o previo al embarazo, cómo hay que alimentarse, durante, muy interesante, la lactancia, la infancia, la adolescencia, otro tema muy interesante, me encanta porque he estado en las charlas aquí en Europa y creo que he sembrado ahí algo para... Solo que ves cuatro o cinco niños cuando acabas la charla que te vienen a preguntar y están interesados, ya te contenta, ves que alguien despierta y quieres saber, ¿no? Pero bueno, creo que es ahí nuestro... Por lo menos mi trabajo está en sembrar en las escuelas, yo creo, porque si eso lo siembras en unos años tienes ahí un gran tesoro, que es gente sana, que sabe cuidarse, cosa que ahora no. En el chat, perdona, se refieren a baby led. ¿Cómo es? Baby led. Baby led, nos preguntan por el baby. Pues, si te gusta, gracias. Si, baby led te decía que se trata del reflejo de la detrusión, un reflejo con el que nacemos y que cuando el niño pasa de la teta o de la lactancia materna a los alimentos convencionales de los adultos, si tú le pasas del pecho a la papilla, pierde el reflejo ese, porque no mastica. Entonces se trata de que cuando empieza ya a comer con todos, haciendo la lactancia materna, la base de su alimentación, hasta los dos, tres o lo que sea, años, pero sí que se sienta ya en la mesa, lo pones en la trona y le vas ofreciendo trozos de grandes, ¿no? Que él, como su puño un poquito más, para que él vaya jugando, lo vaya masticando y lo va metiendo, pero eso es algo natural de siempre, que se ha perdido con nuestra cultura porque le damos papilla al niño, el niño no tiene que masticar y después se atraganta con cualquier cosa porque no sabe, ha perdido el reflejo que tiene esa defensa para no atragantarse. ¿De acuerdo? Hay que estar atentos, el libro lo explica todo muy bien, por supuesto, no puedes dejar al niño, vale, como yo le dejo ahí me voy a dar una vuelta, no. Hay que estar atento con el niño, huevas atragante, tienes que sacárselo como si metiera un juguete o algo, ¿no? El niño se puede atragantar, pero es interesante porque mantiene ese reflejo que es tan importante para nosotros. Más leerlo, yo creo que es lo propio. Bien, María quería hacer una pregunta. Bueno, quiero hacer preguntas a todos en realidad. Pero una pregunta a todos o una a cada uno. A cada uno, uf. Bueno, pero digamos que la pregunta para Inoa también es para Pamela y para Solange que ya no está aquí. Voy a hacerlo todo lo breve que pueda. Bueno, para empezar quería preguntar a Josefina. Sí, a Josefina. Quería preguntar... No funciona. ¿Sí? Ah, sí, sí, sí. Bueno, quería preguntar a Josefina. ¿Cómo ella cree que se podría contribuir a mejorar el humor de las maestras? En la enseñanza pública, vamos a decir, ¿no? No hablemos de los maestros motivados que trabajan en la educación alternativa o los colegios privados mejor remunerados. Bueno, en general el humor de las maestras en la educación infantil y la primaria. Porque en concreto esta semana paseando por Conferrada vi en un colegio una escena terrible. Era la última semana de curso y estaban haciendo juegos los niños con las maestras. Y era ver a los niños de tres, cuatro años. A grito pelado las maestras enfadadas porque no seguían las normas de los juegos, que no lo entendían, que no paraban quietos. Y yo pensaba, pero cuando estas mujeres terminen de explicar todo y de tener a los niños listos, ¿quién tiene ganas de jugar aquí? Es que esto no es posible. Entonces me pregunto de qué manera podrían las maestras conseguir paz interior o la necesaria para estar con esas criaturas que van a la escuela. Que van a la escuela, que van a la escuela. Apágalo, apágalo, apágalo que te oímos. Te oímos igual. Pero no oyen, pero no oyen. Ay, no oyen allí. Qué faena, sí. Intentamos. Con toda esa cosa mental, ¿no? Y con toda esa mochila familiar, todos los problemas. Las maestras que tenéis 20 familias allí metidas, porque los niños son sus familias en definitiva. Y llegan al fin de curso y ya no pueden más. Pero es que no es el fin de curso, están machacadas porque es un ritmo que no soportan. Y además viven en una limitación ellas mismas, yo entiendo, que no les permite desarrollar la creatividad suficiente para crear otros modelos, para gestionar su grupo, para proponer otras cosas a los niños. No forzosamente aquello que los irrita a todos allí dentro y después salen todos galvanizados. Esta es mi pregunta. Esta es mi pregunta para Josefina. Después tenía otra pregunta. La contesto mejor para que quede en contexto. Tú ya has dado algunas respuestas. Pero el planteamiento que hacemos las personas con las que yo trabajo es compartir las experiencias. Es decir, nosotras tenemos que vivir con nuestro cuerpo. Aquí se han hecho muchas reflexiones sobre la propia experiencia. En el colegio en el que yo estoy bailamos, nos tocamos. Nos besamos. A veces es sorprendente cuando estamos trabajando, viene alguien exterior y dice, uy, es que, pues sí, porque no podemos pretender generar experiencias de ese tipo con los niños y las niñas si no las vivimos. ¿Qué pasa? Que nosotros tenemos un jandecas cultural. Estamos educadas a lo mejor de otra manera. Hay que superarlo, pero solo se supera con la experiencia. Y luego, acerca de esos contextos que explicas, de las fiestas, a veces un poco forzadas, que generamos tareas en realidad que obligan a las niñas a los niños, pues igual, si consensuamos qué es lo que queremos hacer, sea todo más gratificante para toda la gente. Y yo creo que en la situación de tensión hay que evitarlas. Entonces, bueno, es sumamente desagradable. Para las maestras, para las niñas y niños, para las familias, yo tengo respuesta para todo. Pero sí que te digo que cuando experimentamos una manera de hacer y nos ponemos en situación de, y también, evidentemente, de reflexionar sobre estas cosas, pues algo vamos avanzando. ¿Vale? Esta pregunta la dirijo entonces a Inoa y a Pamela y a Solange, que han hablado de cosas tan importantes como son la conciliación y cómo es, y la comunidad. Entonces, yo quería preguntar a Inoa exactamente o proponer en realidad a todos que reflexionemos en por qué no tenemos comunidad, por qué no tenemos tribu. Es decir, es terrible criar sin tribu y sin comunidad y las mujeres de nuestra generación lo estamos viviendo. Creamos en soledad, o sea, criamos en soledad y no tenemos herramientas para construir una red de apoyo entre nosotras. ¿Por qué sucede eso? Lo tenemos que estudiar. Yo creo que es muy importante que esto lo hagamos. Y va en el sentido de cómo hacer, implicar en la creación de comunidad no solo a las familias, a las mujeres en crianza o a los padres en crianza, sino a toda la comunidad educativa. Entonces, yo hablé a Inoa y a Jorge de la charla anterior que ellos dieron sobre la necesidad de salir de la marginalidad, de compartir todas estas reflexiones. Entonces, no podemos quedarnos en estar en familia. Y yo sé que es muy difícil llegar a la comunidad e implicarla. Y hablábamos con Charla, además, sobre la dificultad de hacer permeable en concreto al profesorado. Porque, bueno, ya no hablo de las AMPAs, hablo del profesorado y los equipos directivos a los que yo no me imagino yendo a proponerles cosas porque van a saltar, a ponerse primera reacción a la defensiva. Va a ser bastante complicado implicarlos, pero creo que es esencial para que podamos conseguir un cambio, para que podamos llegar a algo, ¿no? Entonces, mi pregunta y mi propuesta de reflexión a Inoa en concreto era esa. ¿Por qué razón no tenemos tribu, no tenemos comunidad? ¿Y qué podemos hacer entre todos para conseguir una tribu y una comunidad? Yo quiero decirte que yo vengo de una experiencia pequeña, pero de la que me siento que formo parte de esa comunidad. Y la comunidad ha revertido en la escuela una experiencia cultural y la escuela comparte, su propia experiencia con esa comunidad. Me parece tan natural como ha ido sucediendo porque ha habido muchas maestras y maestros implicados. Es verdad que quizás seamos de todos esos colectivos que decimos, no sé si será más difícil, pero a veces con las familias es muy difícil. Porque, mira, a mí me acaba de llamar, yo acabo, bueno, acabo de decirle que no a una compañera que me hubiera encantado ir en una experiencia rural en Soria, no podía físicamente ya ir. Pero su problema era el otro, una experiencia diferente a la que se enfrenta la comunidad escolar. Porque hay muchos estereotipos que están funcionando y las familias quieren, ¿cómo aprendes si no estás con los libros? Quiero decir que es difícil, pero que solo haciendo proyectos comunes, solo podemos ir construyendo comunidad. Y desde luego en plano de igualdad. Porque me parece que toda la comunidad puede hacer propuestas que pueden redundar en el bienestar de los niños y niñas y de todas las personas que vivimos en ella. Y yo dije al principio que yo soy una maestra feliz y me lo he pasado, he reído y he cantado todos los días de mi vida. Y me siento, vamos, quiero decir, creo que me ha generado una energía estupenda. Perdona, ahí no. ¿Funciona? Sí. Vale. Bueno, yo creo que en ese sentido... Hay como dos labores. Una a corto plazo, que a lo mejor es la que necesitamos la mayoría de las personas que ya estamos inmersas en una crianza. Y otra a largo plazo. A corto plazo para mí tiene que ver con generar espacios de tribu artificiales a veces, pero que den respuesta a las necesidades actuales y presentes. Y eso conlleva a veces enfrentar estas situaciones que no son naturales, y que conllevan un reto a nivel personal y a nivel social también, ¿no? Conlleva que creemos convivencias, espacios de encuentro, donde estén presente todas las edades, todos los momentos vitales de las personas, ¿no? Y eso es difícil, ¿no? Venirle de repente a un adolescente que se venga a una convivencia con familias, con niños de tres, cuatro, cinco, seis años, todos, ¿no? O la abuela que se una también. O bebés, de repente, que los bebés parece que a veces están como en riesgo con niños más mayores, ¿no? Entonces, generar estos espacios artificiales, pero muy sanos y muy necesarios, es una respuesta que para mí a corto plazo es bastante efectiva. A largo plazo yo no tengo la respuesta. Creo que habría que trabajar a nivel de instituciones ya. Creo que tendríamos que ir más allá que esto, aunque creo que esto es el primer paso para ir más allá también. Como ha dicho antes Adelina, los cambios sociales son lentos. Y lo natural es que sean lentos. Hemos llegado a esto, no sé muy bien cómo, supongo que ahí habrá más explicación en la sociología, pero estamos en ello. Solo podemos caminar hacia crear un futuro diferente. Saliendo o transitando el desánimo que genera muchas veces vivir en una sociedad donde estamos tan aislados, ¿no? No dejándonos caer en ese desánimo y en esa desesperanza de que no podemos hacer nada. Y confianza. Y confiando también en que la medida que nosotros creamos los ambientes artificiales en un principio, incluyendo a la infancia, la infancia va a tener unas herramientas diferentes a las nuestras para generar sus ambientes de una manera más natural en el futuro. Bueno, quería hablar también a Alberto. Perdona, yo quería, si no hacerlo Pamela, pues un poco aquí tanto la UNED como la universidad ya se están dando pasos. Aquí mismo tenemos, nos han cedido un espacio para traer a los niños. Y nos ha podido ofrecer eso porque no tenemos hecho todo el papeleo para tener unos voluntarios ahí funcionando porque hay que cumplir unos requisitos y entonces no pudo ser. Pero mismo tenemos el espacio ahí, que incluso Ainhoa ha traído juguetes, pues si se hubiera podido hacer. Y en la universidad han pasado a todos los estudiantes de fisioterapia y ¿qué otra cosa era? Y enfermería les han pasado pues el proyecto que... Que teníamos hoy aquí, para si querían venir de voluntarios, pero bueno, también ellos han terminado ahora los estudios y está todo, fue una época un poco propicia, ¿no? Pero bueno, que en cuanto empiece el curso vamos a ponernos ya ello a trabajar y seguramente la próxima vez que hagamos un evento de ese tipo vamos a tener una zona donde toda la gente que sea cuidadora pueda venir y asistir a las ponencias y las personas que estén a su cargo pues estén cuidadas. Me parece muy bien y Charo, no quiero que lo tomes como una crítica ni mucho menos. Creo que... Es una cosa maravillosa lo que habéis montado aquí y os doy las gracias a todos, en realidad. Pero siempre se puede mejorar y eso es lo que queremos hacer. Claro que sí. Bueno, entonces yo lo que quería preguntar, Alberto, y respondiendo un poco a Ainhoa, me parece que en el problema ese de porosidad, que yo creo que es un análisis, que las cosas son lentas, bien, que se hacen cosas también, pero creo que hay un problema de... Es una cosa... Hablábamos con Charo... ...de la dificultad de implicar, de hacer venir a la gente, de establecer un diálogo con personas, por ejemplo, en la comunidad educativa, el profesorado, que ya tiene sus pautas, tiene sus protocolos, tiene sus documentos institucionales, tiene que sacar el currículum adelante y tiene su programación que hace hasta el final del curso y de ahí no se mueve. Entonces tú no le puedes ir al profesor proponiéndole que venga a esta charla a escuchar cosas, o sea, que se permita. De todo lo que estamos hablando, de todo lo que estamos hablando aquí y no esperar que esa persona, su primera respuesta sea a la defensiva. Entonces yo me preguntaba, desde el punto de vista del psicólogo, no sé cómo decir, desde un punto de vista de psicología colectiva o de respuesta de la persona, de la reacción de la persona a determinados estímulos, como sería, por ejemplo, un invitar a charlar de cómo hacemos las cosas y de cómo las podríamos hacer y cómo deberíamos hacerlas para conseguir los cambios que deseamos, en fin, si hay algo que hacer o si no hay nada que hacer. Y la segunda pregunta era, porque me salía de la comunicación, es por qué crees tú de que el vínculo esté sobre la mesa. Bueno, relacionado a lo primero, la máxima es que quien no quiere ser ayudado no va a buscar esa ayuda. Un profesor que no tiene interés o no siente la necesidad porque no se despertó, no quiero poner el dedo. No quiero poner el dedo a profesores porque no es mi intención ni tengo que hacerlo, pero si no hay esta necesidad, no va a surgir el diálogo, no va a surgir la escucha de lo que hay más de conocimiento, por ejemplo. Entonces, si una persona no quiere, dentro de mi campo o de la salud, que no quiere ser ayudado, no se le va a poder hacer nada, por muchos malabares que queramos. Llegar y imponer algo a alguien siempre va a poner un punto de... No es lo que nos pasa a nosotros, cuando alguien nos viene a decir cómo tenemos que hacer las cosas, lo que hacemos es fuerza, ¿no? Es natural, ¿no? Ahora, creo que hay muchos movimientos actuales educativos en que profesores de las escuelas públicas se están interesando por cómo puedo yo vivir en mi sala de aula, en mi colegio, de una manera más tranquila, confiando más en mi trabajo, no queriendo empujar mis alumnos para que vayan para aquí, y luego de A a B y de B a C, sino entender un poco más. Yo, el conocimiento, seguro que aquí hay personas que conocen otros, yo conozco más una fundación, que es la Fundación Claudio Naranjo, y es una fundación que lleva muchos años trabajando con la educación, y lo que presentan es un esquema, que es una herramienta, que es el eneagrama, que permite conocer diferentes tipos de personalidades. Es algo que viene del sufismo, es un conocimiento muy amplio, y para estar ahora respondiendo, ¿no? Pero lo que permite es conocer que entonces el niño, bueno, y hay otros estudiosos a lo largo del tiempo que también han clasificado este tipo, como el temperamento, no me voy a meter mucho, pero lo que ayuda a que primero el profesor conozca cuál es su temperamento, cuál es su forma de enseñar, cuáles son sus riquezas, digamos, cuáles son sus dones, con su personalidad que él puede aportar. Pero al mismo tiempo también conocer que sus alumnos, cada uno tiene una personalidad, tiene un ritmo, tiene un tiempo. Entonces esta comprensión es la que yo creo que es básica también para el vínculo, entrando ya en la segunda pregunta, ¿no? Yo creo que el trabajo que hacemos en un espacio como este, el que hace el Ateneo y tantos otros movimientos que existen, ya no solo aquí, pero en todos lados, es aportar. Es aportar una comprensión más amplia de lo que somos, cómo funcionamos, qué ejemplos existen que nos pueden ayudar, porque hay gente que ha pasado por esto y han cometido todos los errores y a lo mejor ya nos pueden dar la información. Pero yo creo que hay una voluntad que es individual, que nos va a hacer buscar, nos va a hacer leer, nos va a hacer preguntar, nos va a hacer criticar, llamar, escribir, nos va a poner en acción porque necesitamos saber un poco más. Entonces, esta curiosidad... Se ha hablado también esta tarde. Esta curiosidad nos viene, es algo innato, ¿no? Había un autor que decía, decir que no se es creativo es lo mismo que decir que no se es un ser humano. Es un punto muy central. Claro, si esto está muerto y está dormido por, yo creo que por un... ¿Cómo se dice? Son muchos años de práctica en la separación la que hemos tenido. Los años de guerras, los años de separación, los años de fronteras, los años de separación racial, sexual, son muchos años de práctica y esto no se desarma de cualquier manera porque yo creo, sin querer ser conspiranoico, creo que quien lo ha hecho, ha hecho un trabajo de putísima madre, porque ha sabido perfectamente lo que hace para estar separándonos y ahora integrado. Tenemos la idea de que separados es como tenemos que estar, separados es como tenemos que ir. No vayas ahí, cuidado, ¿no? Este miedo lo tenemos dentro, que nos permite derrumbarlo, pues creo que un proceso personal, formaciones, escuchar a personas que tienen otro tipo de visión, atrevernos a meternos en estos grupos que a lo mejor no están tan disponibles en los bares o en las escuelas, pero que hay una curiosidad que creo que es esencial. Pero quien no quiere, yo creo que también es importante respetar que no quiera. No creo que si hay un paso para nuestra evolución, ahora que nos pongamos dictatoriales de que tenemos que ser de una determinada manera, porque al mismo tiempo si estamos queriendo que se respeten los ritmos de las diferentes personas, nosotros también vamos a tener que hacerlo. Entonces hay personas que deciden no curarse, hay personas que deciden tener un modelo médico y estar depresivas y estar consumiendo medicamentos toda su vida. Y es muy respetable, cada uno decide, es una decisión y es bueno que uno se haga responsable sobre la decisión que toma sobre la forma de vida que quiere tener. Y por eso pensaba yo que la forma de acercarse a personas con las que debemos conversar, porque por mucho que los respetes, los necesitas, porque forman parte del conjunto y tenemos que caminar juntos, sería tal vez no tanto imponer ni mucho menos darles una lección de cómo tienen que ser o hacia dónde tienen que cambiar, sino que se les pueda dar una lección. Más bien invitarlos a charlar, no porque uno tenga la razón. Entonces tal vez de plano y de verdad que entendiendo la igualdad pudiera suceder algo, porque en definitiva hace años que en España, por ejemplo, se habla de la necesidad de un pacto de Estado para la educación. ¿Tú lo ves por alguna parte? ¿Va a venir en diez años? Yo no estoy segura. No está en mis manos. Ni en las mías seguramente, pero están las de todos. Yo creo que no, yo no sé si están las de todos. Yo soy un poco reticente y entiendo lo que dice Cristina, que todos somos sociedad, por ejemplo. Pero que todos seamos responsables de cómo está la sociedad, yo lo dudo mucho. Yo creo que ha habido a lo largo de milenios gente en contra de un camino que se estaba tomando al día de hoy, lo hay. Yo creo que aquí estamos sentados unos cuantos, los que estáis ahí creo que también, que tenemos una idea de que por aquí no va la cosa. Entonces sí creo que... No sé, creo que estos encuentros que tenemos son la cosa que podemos darle valor. Y tal vez la pregunta, ¿por qué no tenemos comunidad? A lo mejor la pregunta es, ¿cómo es mi comunidad? ¿Me vale? ¿Cómo es? A lo mejor empezar por lo individual, por reflexionar, por hablar con la persona que tengo al lado. Me preocupa esto, estoy pensando esto, no sé si es una paranoia estar ahí loco ahora pensando en esto. Porque es lo que nos ocurre. Y muchas veces lo que damos cuenta es que los demás también pensamos, piensan eso, anda y no soy el único loco, entonces no estoy solo. Y esto es lo que permite ir creando la comunidad. Relaciones que a lo mejor de un fin de semana se transforman en relaciones duraderas porque ha habido una... me he mostrado íntimamente y tú también te has mostrado y esto queda, queda en mi historia. Gracias. Quiero tomar con los que están aquí en el micro. ¿Alguien tiene alguna pregunta? Hola, buenas tardes. Me parece muy interesante todo lo que se ha debatido aquí. Me hace hacerme cuestiones y preguntas sobre la salud, salud psíquica, salud psicológica. Y me hace pensar un poco lo que yo he dicho con Josefina, de colocar al niño en el centro. Pero sin embargo nos vamos a la sociología. Y eso es algo moderno, es algo de este momento. El niño nunca ha estado ahí. La pregunta es ¿por qué colocamos al niño ahí? ¿Qué hemos perdido o que se ha olvidado la sociedad para que recurramos a algo tan... que es una potencia, nada más? Y de repente es como que es que no sabemos dónde vamos. Tenemos que recuperar algo. Por lo tanto, ¿qué definición damos del niño? ¿Por qué lo colocamos? ¿Por qué lo colocamos aquí en este momento social, no? Es decir, ¿qué esperamos del niño para colocarle ahí? ¿Esperamos obtener algo de él? ¿Es como si fuera el gran gurú que nos va a decir cuál es el futuro? Esa es la pregunta. A ver, yo soy la alegría de la huerta. Igual este punto está tan crítico que tengo de la sociedad. ¿Por qué interesa al niño ahora y no ha interesado en otros momentos? Yo creo que es una cuestión como bien... ...la infancia porque son los futuros adultos a los cuales van a seguir haciendo la sociedad que quieren aquellos que lo manipulan y que tienen el poder en la sociedad lo que se haga. Y punto. Entonces, esa es la razón por la que en este momento nos centramos todos en la infancia y no sé qué, que luego nos saltamos todos los derechos de los niños a la torera, hacemos lo que queremos. Repito, España es uno de los países desarrollados. Que tiene la pobreza infantil, la tasa de pobreza infantil más alta y todos los políticos miran para otro lado. De hecho, debemos de estar... Debe estar Rumanía. Nosotros me parece que somos el tercero de la Unión Europea. Y sin embargo, parece que... Hablamos de pobreza relativa, ¿eh? Pero bueno, nos parece que vivimos en el país de... Y que los niños en este país tienen acceso a todo y que son maravillosos Pero yo creo que en realidad es una manera de vivir. Es una manipulación de aquello que está ya establecido. Entonces, sí que es verdad que al capitalismo... Bueno, fijaros, una prueba de ello es que a medida que la infancia ha ido cobrando importancia en las sociedades occidentales, se ha ido creando un mercado de la infancia. De hecho, si nosotros vemos los retratos de la Edad Media del siglo XVIII para atrás, los niños aparecen con ropas de adultos, con caras de adultos, en realidad. Sin embargo, a partir cuando empieza el capitalismo... Mira, donde se puede hacer... En una sociedad capitalista, donde se puede hacer negocio, ahí está. Entonces, la infancia es un negocio. De hecho, fijaros, una ciudad como Ponferrada, que además se ve como la crisis se ha ido cebando día tras día, día tras día, año tras año y año tras año. Algo que no quiebra son las tiendas de ropas de bebé e infantil. Es decir, todo lo que tiene relación con ese mundo. Sin embargo, pues... ¿Tú montas una tienda de libros? Bueno, no la montes, una librería no la montes porque ya... O de cualquier otra cosa, incluso la ropa para adultos o tal. Eso jamás. ¿Por qué? Pues porque ese es un buen yacimiento de negocio y entonces ahora ponemos el foco en los niños. También es verdad porque es un bien escaso, sobre todo en nuestra sociedad. De hecho, tenemos la tasa de fecundidad más baja. Es decir, no llegamos a uno, a un niño por mujer en edad. Con lo cual, bueno, pues eso también hace que tengamos esa protección. Pero yo creo que fundamentalmente, porque vivimos en una sociedad capitalista y de todo aquello que se puede hacer negocio, eso pasa con los medicamentos. O sea, bueno, yo que soy de las que tomo pastilla para el colesterol, la llevo tomando, no te digo desde que me salieron los dientes, pero hace un montón de años. Hombre, yo ya tengo muchos años. Pero bien, es verdad que hace muchos años que la tomo. Lo que pasa que, bueno, claro... Y de cuál es el límite, los laboratorios. Es como las enfermedades y eso, por ejemplo, en psicología sí que se conoce muy bien, ¿no? Las enfermedades mentales. Ahora todos somos bipolares, deprimidos. ¿Por qué? Porque cada... De hecho, en sociología algo que estudiamos es que cada sociedad tiene sus enfermedades. Entonces, ahora las enfermedades tocan estas. Pero generalmente son enfermedades que vienen impuestas por los propios laboratorios. Entre otras cosas, a veces... Entonces, para sacar el excedente de medicamentos que han tenido y que entonces es una manera de ir sacándolos. Entonces, hay como consignas. Con esto no quiero decir que los profesionales de la medicina no se den cuenta, pero algunos estamos tan imbuidos dentro de esta sociedad que no nos damos ni cuenta. Entonces, bueno, ante tales síntomas, ras, bipolar. Entonces, pum, pum, pum, pum, se receta tal, esto, lo otro, pum... Sí que nos damos cuenta. Nos damos cuenta. Yo me sentía un escribiente de los laboratorios farmacéuticos, porque hacía una media de 100 recetas diarias y veía 80 personas, ¿no? Y yo preguntaba a mi jefe, pero que yo veo ganado, ¿qué es esto? ¿Cómo puedo ver 80 personas? Sube para arriba y no te protesten, que no haya ninguna protesta ni ninguna reclamación, que tú eres un voto y ellos son 3.000 que tienes de cartillas, ¿no? Y yo me indignaba y digo, cuando pueda me voy de aquí. Yo no puedo seguir trabajando para una industria tan poderosa. Se enriquece conmigo. Ellos no se comen los peces. Ellos son secundarios de lo que yo receto y lo empiezas a comer ya a los 10 años y te empiezas a ver lo que está pasando en tu consulta. Y yo salí por la puerta de atrás, luché un poquito al principio, pero eso es un monstruo gigante que me quita hasta el título si lucho por ellos. Sobre todo porque los demás compañeros aquí en esta zona no estaban muy de acuerdo y me acababan un poco criticando también. Este es el hierbas, porque daba hierbas y yo me patía. Y resulta que, bueno, como yo había otro en Barcelona, otro en Málaga, pero esto hace 20 años y me sentí un poco solo. Estoy encantado porque tengo una práctica de la medicina en la que no cura a nadie. Con curarme a mí y mantenerme ya sano ya me llega, pero soy un guía donde guía a la gente a quitar la pastilla del colesterol, por ejemplo, que es muy importante, y a decirle lo que pasa con la industria farmacéutica, cómo manejan nuestra sanidad pública de vergüenza, de verdad, de vergüenza. Aquí estuvo Pánez, que es mucho más agresivo que yo, y lo contaba. Esto es una mafia increíble. O sea, cuando puede ejercer el colesterol... El colesterol estaba a partir de 280, ahora está en 200, porque se vende un montón de atervastatina. Pero yo te pediría una cosa, lee el prospecto si no lo has leído. ¿Ah, lo has leído? Y subraya en rojo lo que te asuste y cuando lo acabes de leer vas a tu médico de cabecera y le presentas lo que has estudiado y dices, mira, ¿a ti qué te parece beneficio-riesgo? Tú que eres un profesional, dime si esto que pone aquí merece la pena correr este riesgo por tener el colesterol en 280. Yo es que una cosa que las hago en mi consulta, llega la gente con los medicamentos y les ayuda a que vaya su médico a preguntarle por qué este tratamiento tan agresivo para cualquier problema que se evita tratando la causa. Pero ¿sabes qué pasa? En la Facultad de Medicina yo me sentí ahora, que ya llevo 33 años ejerciendo, me doy cuenta que he sido atiestrado hoy por la industria farmacéutica, porque me enseñaron muy bien a diagnosticar y tratar. A tratar con fármacos de síntesis, no a buscar la causa. Pero después de salir de este mundo de la medicina pública y gobernada por la industria farmacéutica empecé a correr un velo que hay detrás, a ver cosas que hay detrás y no os cuento, pero es bastante patético donde estamos viviendo, ¿no? Esto es un gran negocio. Yo lucho porque el negocio sea la salud, pero lo tengo muy difícil porque está establecido, como dice Alberto, por gente con mucho coco, desde arriba, dirigen todo esto para que el gran negocio sea la enfermedad, no la salud. Desde el siglo XX, principios del siglo XX empezó esto. Se dejó de investigar, por ejemplo, no se sabe la causa del Parkinson. Se sabe que el Parkinson debutó con los pesticidas y abonos químicos, pero aún no se sabe cuál es lo que lo produce. Y así sucesivamente. No se sabe cuál es la causa de la diabetes ni de la hipertensión, de un montón. Esencial se dice, ¿no? Porque esencial tú lo tratas, pero no tratar la causa. Eso es crónico. Toma la pastilla para el tiroides toda tu vida, para la tensión toda tu vida, para el colesterol como lo han deslisto toda tu vida. Ese es el gran negocio. Por eso he hablado hoy de la diabetes, tipo 2, que a mí me preocupa mucho que dentro de 10 años la gente insula independiente, cuando hoy, con una buena información, esa gente se cura. No lo cura el médico, se curan ellos evitando picos de azúcar en la sangre. Esa es la clave. Entonces ella cuenta y yo corroboro que es una sociedad que, bueno, hemos despertado algunos, pero hay muchos intereses desde arriba que no permiten que nosotros podamos hacer nuestra labor, ¿no? Bueno, no sé si tenéis alguna pregunta así muy importante que hacer porque ya nos pasamos de la hora. Y se han portado muy bien con nosotros y queremos que sigan invitándonos. Así que, si os parece, lo dejamos aquí. Y bueno, agradeceros a todos, a la UNED que nos ha cedido su espacio, a todos los que habéis estado aquí presentes y participando en estas ponencias para mí me parecen muy interesantes y también a la gente que ha estado siguiendo luego por el chat. Gracias a todos por acompañarnos en este camino a la infancia y nos vemos por los caminos. ¿Sí? ¿Había una pregunta sin contestar que no queremos dejarla? ¿Ninguna? No. Era la otra parte. Ah, pues venga Alberto, por favor. Sí. ¿Socura retirada? Yo así rápido. Quería como explicar un poco lo que es para mí poner al niño en el centro, ¿vale? Poner al niño en el centro implica que no hay expectativas sobre el niño. No hay expectativas. Solamente hay una visión en la que el niño se ve siempre. A la hora de actuar, a la hora de hacer, el niño siempre está visible y está presente, pero no conlleva ninguna responsabilidad sobre el niño, por favor. Eso sí que no, porque si no volvemos a lo mismo de siempre, ¿no? O sea, mi visión es que el niño siempre sea visible, que todas las políticas que se hacen, que se tienen en cuenta, todos los cambios sociales tengan en cuenta una etapa de la vida que es bastante invisible. Aunque a nivel comercial y demás… Porque el niño es el más explotado. Vemos ya que desde la infancia se construyen publicidad para el niño. Claro. Es decir, ¿está en el centro? Sí. ¿Y qué estamos haciendo? Un negocio. Va a ser el… Es pena, nos da pena, pero es… Por eso tengo la sensación de que colocamos al niño ahí porque nosotros, como adultos, proyectamos que estamos perdidos y necesitamos que ese año que viene nos refresque en dónde nos hemos perdido. Pero eso es la base de la neurosis. Esa es la base de la neurosis, ¿no? Que somos una sociedad neurótica, ¿no? Es esto lo que mueve nuestra neurosis generación tras generación. Es venir la persona que… Mi hijo y yo proyectarle en él lo que yo no he conseguido, ¿no? Entonces, vale, esto puede estar, ¿no? Pero también creo que hay dos cosas. Una en relación a lo que estaban diciendo. Estamos con las pantallas y hay una presión social Y para los padres que no tienen un móvil para su hijo y la… Leía también esto hace, no sé, dos semanas. En Silicon Valley, la meca de la tecnología, hasta los 12 años estos niños no ven una pantalla, no ven una tablet ni un ordenador y están aprendiendo en un colegio en un bosque. Esto quiere decir algo. Y por otro lado, también ante todo este capitalismo y toda esta intención que puede haber por detrás, yo creo que también el conocimiento que se está rescatando desde hace 30 años, si no más, es muy clarificador de lo que hace con que un cuerpo y una mente esté sana desde el inicio. ¿Cuáles son las bases que podemos crear para que luego exista menos adversidad y más capacidad de afrontamiento y más resiliencia, que es una palabra que está muy de moda? ¿Qué son las bases? Y esto solo lo conocemos. Y lo conocemos tanto… Como psicólogos, como neuropsicólogos, como profesores e investigadores y biólogos y nutricionistas. Y esto también se conoce, como cómo se puede hacer para que vayamos mejor. Pero esto es lo que tenemos que inventar. Esto nos toca a nosotros inventar porque esto nunca ha ocurrido antes. Y entonces no sabemos cómo hacerlo y habrá que probar algo. Porque si no hay esta voluntad, pues lo que vamos a hacer es meternos en esta ola. Y ahí está todo bien preparadito para que vayamos al supermercado. Y cojamos 20 cosas en vez de 2 y etc., etc. Gracias. Bueno, entonces lo dejamos ya aquí. Muchas gracias a Lauret por su paciencia. Gracias.