Pues venga, adelante. ¿Qué tal, Filipe? ¿Todo bien? Me alegro mucho. Bueno, vamos al tema. Yo bien, cansada, pero bien. Vamos al tema y luego hablamos, ¿vale? Fuera ya de grabación. A ver, os cuento. No me ha reconocido otra vez, no sé qué... Siempre tengo problemas para colgar los documentos desde aquí. Así que lo colgaré mañana desde mi ordenador, en la plataforma, y así os lo podéis descargar cuando queráis. Es un PowerPoint. Entonces, lo que voy a hacer es ir siguiendo el libro e ir comentándoos todo lo que va a aparecer en el PowerPoint, ¿vale? Como siempre, es un esquema que he hecho yo. Este tema es mucho más sencillo que el anterior, al menos para mí, y mucho más bonito. Y bueno, no es quizás tan largo ni tan farragoso. Entonces, el plan es terminar hoy y ya el próximo día consultar o revisar todas estas preguntas. El examen de prueba. Si quieres, Filipe, quieres que más te conectes, no hace falta ni que te las prepares con antelación, sino que las iremos viendo e iremos viendo cuáles son las respuestas correctas, ¿de acuerdo? Y así nos va a ir sirviendo como repaso de todos los temas. Y así ya, pues, podemos dejar las clases que quedan, que ahora mismo no me acuerdo cuántas son, para que vayáis estudiando. O sea, no hace falta ni que os quedéis ni nada, no queda materia por dar. Entonces, yo estaré aquí. Podéis conectarnos y consultar dudas y todo lo demás, pero punto. Ya lo dedicáis a estudiar o a descansar. Bueno, empezamos. A ver, el tema 7, que es el que nos queda por ver para este cuatrimestre, nos habla de la teoría de la mente, ¿vale? El inicio del conocimiento psicológico, la teoría de la mente. Entonces, como os he dicho, a mí es un tema que me gusta mucho más que el anterior, de hecho, es de los que más bonitos me parece. A ver, comienzan el tema con la introducción y nos ponen tres ejemplos concretos. Yo he elegido uno para el PowerPoint y es el que vamos a ver ahora. Por ejemplo, una niña que ve a su hermana mayor comer caramelos de una bolsa y va hacia ella. La mayor, al ver que su hermana se acerca, se lleva rápidamente la bolsa a su espalda. ¿Para qué? Para que la niña, su hermana pequeña, no le pida caramelos, ¿vale? Es una actitud muy común. Ponen otros ejemplos. Por ejemplo, al mirar por la ventana, ves cómo sale tu vecino a la calle, da unos cuantos pasos, se detiene tocándose los bolsillos, da media vuelta y entra de nuevo en casa. ¿Qué presupones? Presupones que se ha dejado las llaves y que por eso no entra en casa, o que se ha dejado algo importante y por eso vuelve a casa. Bueno, que se ha dejado las llaves, no, porque quizás no podría entrar en casa. Bueno, dejémonos de tonterías, perdón. Bueno, entonces, nos hablan de que, nos dicen que esta habilidad para... De algún modo, interpretar o leer las mentes, nos ponen entre comillas, es uno de los aspectos más significativos que nos caracterizan como especie inteligente, ¿vale? Esto nos dicen que es una capacidad que tenemos para representarnos nuestra propia mente y la mente de los demás. Vale, nos dicen además que es una capacidad que desarrollamos desde edades muy tempranas. Dicen que ejercemos como psicólogos naturales, entre comillas, ¿no? ¿En qué consiste ejercer como psicólogos naturales? Pues en tratar de explicar y predecir las conductas, las propias y las ajenas, en función de la atribución de estados mentales y sobre la base de inferencias acerca de cómo tales estados influyen en el comportamiento. ¿Qué son los estados mentales? Son los sentimientos, los deseos, las creencias, las intenciones que tenemos nosotros o que tienen los demás, entonces usamos todos estos estados mentales para intentar saber de antemano cómo van a actuar los demás o cómo vamos a actuar nosotros mismos, ¿de acuerdo? El origen y el desarrollo de esta psicología del sentido común nos dicen que es informal e intuitiva, además nos permite pensar y razonar acerca de lo que pensamos y sentimos internamente, ¿vale? Tiene lo que se conoce como teoría de la mente. La teoría de la mente, además, señalan que es un área de investigación muy particular de la psicología evolutiva y en ella se estudia cómo el niño desarrolla y aplica sus conceptos en el campo de lo psicológico, concretamente en el campo de lo mental. Concretamente la teoría de la mente parece ser un aspecto que es fundamental en el desarrollo del niño en la primera infancia, desde los dos años aproximadamente. ¿Vale? Hasta los siete. Nos dicen que la teoría de la mente se relaciona básicamente con la función cognitiva que surge en este periodo de los dos años, que es la capacidad simbólica y la de representación. ¿De acuerdo? Pasamos al segundo apartado del tema que nos habla de las perspectivas espirituales. En el apartado 2.1 nos hablan de los antecedentes históricos de la teoría de la mente, o de las perspectivas, perdón, y comienzan hablándonos de Piaget. Nos dicen, perspectiva evolutiva, los estudios de Piaget. Entonces, nos dicen que Piaget encuentra una evolución en cuanto a la teoría de la mente y que está relacionada con la teoría de la mente. Y que es la pauta general del desarrollo que él define en este momento del desarrollo. Nos dice que para Piaget la teoría de la mente supone el paso de un pensamiento egocéntrico a un pensamiento más socializado, que surgiría con las operaciones concretas hacia los siete años. Indican también que el egocentrismo tiene una serie de consecuencias respecto a la teoría de la mente. a la teoría de la mente. Por ejemplo, cuando un niño trata de juzgar la moralidad en una acción se muestra incapaz de atender y apreciar los motivos de base y se centra de manera exclusiva en las consecuencias reales de la conducta. Otra manifestación característica está en el realismo. El realismo en que consiste, nos lo definen en un lateral del libro, es la tendencia que muestran los niños y niñas a confundir sus experiencias objetivas, sus sueños, sus pensamientos con la realidad objetiva. Es la incapacidad que tienen para distinguir entre ambos planos lo subjetivo, lo suyo propio y lo objetivo, lo que de verdad pasa. Esta incapacidad les lleva a pensar que sus experiencias subjetivas son algo real. Nos añaden que en la perspectiva piagetiana esto se considera como una de las manifestaciones del logocentrismo que caracteriza al niño preoperatorio. Piaget fue el primero en llamar la atención sobre lo complejo y lo peculiar que es el conocimiento que está debajo de esta distinción entre realidad mental y realidad física. En segundo lugar, como antecedentes históricos nos sitúan la perspectiva etológica. Hay dentro de ella el estudio de Premack y Woodruff. Nos señalan que ambos autores hicieron un estudio con chimpancés en el que analizaban si estos animales también desarrollaban como los humanos una teoría de la mente. ¿A qué conclusión llegaron? A que, en efecto, los chimpancés ya poseen cierta comprensión rudimentaria de estados mentales, como los de conocimiento y de creencia. Esto, desde la perspectiva evolucionista en la inteligencia social, desencadenó toda una línea de investigación que se dirigía a delimitar qué es lo característicamente humano en estas competencias, cuál es su origen y cómo se desarrolla. En este contexto de la perspectiva etológica, la formación de una teoría de la mente se ha relacionado con los aspectos que parecen más propiamente humanos, que son la autonomía, la inteligencia y la inteligencia. La autoconciencia y la capacidad de comunicación simbólica. Concretamente, la formación de la teoría de la mente se ha relacionado con el desarrollo de las capacidades generales de representación. Volvemos otra vez al juego simbólico o de ficción. Y su importancia se ha destacado en relación con el desarrollo de capacidades metacognitivas. Bueno, Filip, te estoy metiendo un rollo tremendo, ¿no? Es que como lo voy leyendo resulta tan fácil como cuando lo leo del Power. Pero bueno, si resistes serás un campeón. Vale. El rollo del libro. Bueno, nos añaden que el dato de mayor interés respecto a lo que acabamos de decir de la formación de la teoría de la mente se encuentra en el hecho de que es una teoría que no solo se desarrolla muy pronto, sino que su carencia se ha identificado además en alguna psicopatología. Bueno, pasamos de las perspectivas en el estudio de la teoría de la mente, de los antecedentes históricos, ¿vale?, a la perspectiva evolucionista. Y dentro de la perspectiva evolucionista nos hablan de la inteligencia práctica y la inteligencia social, por un lado, y de la teoría de la mente frente a la teoría de la conducta, por otro. ¿De acuerdo? Venga, vamos con la inteligencia práctica y la social. A ver, nos dicen que los seres humanos como especie vivimos en grupos sociales comunes. Bueno, pues, ¿qué es lo que se dice? Que dentro de estos seres, de estos grupos humanos, de estos grupos sociales, perdón, las posibilidades que tenemos de éxito y desarrollo personal dependen de que tengamos cierta sensibilidad y comprensión de las dinámicas sociales en las que participamos. Y depende también de que tengamos habilidad para ajustar nuestra conducta en función de la conducta previsible de los demás. ¿Vale? Es la socialización pura y dura. Vale, nos dicen que tanto es así que desde un punto de vista práctico la inteligencia puramente cognitiva parece servir de bien poco sin la segunda clase de inteligencia, esta inteligencia social. ¿Vale? La que a veces se llama inteligencia social. Vale, esto está ahora muy de moda, podríamos decir, al menos en educación, con el tema de las inteligencias múltiples, ¿no? Y la inteligencia emocional, inteligencia afectiva, interpersonal, intrapersonal... ¿Y cómo no es suficiente educar la inteligencia de tipo cognitivo si se dejan de lado las otras inteligencias? Porque el desarrollo no es únicamente cognitivo, es también social, emocional... Goldman, efectivamente, Goldman y... No, Goldman no, Goleman. Daniel Goleman. Vale. Gardner también. Howard... Espera, lo escribo. No sé dónde voy a escribir si no pongo el cursor. Howard Gardner. Es muy interesante, ¿eh? El tema de las inteligencias múltiples. Bueno, ya iremos a ello otro día. Bueno, nos dicen que de hecho esta inteligencia social puede ponerse al servicio de la cooperación, ¿vale? Pero también al servicio de la competencia. sino que hemos evolucionado sobre todo para ser buenos psicólogos naturales y poder desenvolvernos bien en el medio social. Yo me reía haciendo esto porque pensaba que ahora ya no necesitamos pelearnos con la naturaleza para poder ser buenos cazadores, para conseguir a nivel de satisfacción física, biológica lo que necesitamos, sino que necesitamos cubrirnos bien las espaldas en cuanto a las relaciones sociales. Bueno, no sé si habéis entendido algo, pero yo me entiendo y me hago gracia a mí misma, lo cual no está mal tampoco. Bueno, la propia conciencia o la capacidad de autoconciencia, gracias por reírte, me animas mucho, junto a la capacidad para formular y utilizar una teoría de la mente serían entonces las principales herramientas. Las principales herramientas de esta adaptación, fundamentalmente orientada a proteger contra el engaño y a reforzar la cooperación. Bueno, bueno. Vale, ahora nos sitúan en la teoría de la mente frente a la teoría de la conducta. Vamos a ver, empiezan diciéndonos que en cierto modo el planteamiento que se ha hecho ahora sobre inteligencia práctica y social supone una inversión de la teoría evolucionista. ¿Por qué? Porque se prima la inteligencia social. ¿Por qué se prima la inteligencia social sobre la inteligencia práctica? ¿Vale? Desde este punto de vista se entiende muy bien el valor adaptativo que se da a la teoría de la mente. ¿Vale? Nos dicen que sencillamente en la medida en que los estados mentales existen en las personas y gobiernan de sus conductas, la inferencia sobre estos estados mentales parece ser la mejor manera de comprender y prende decir la conducta de los otros aprovechándolo para los propios fines. Es decir, ¿cuánto? Sería como que cuanto mejor nos conocemos a nosotros mismos, mejor podemos llegar a conocer a los demás. Aprendemos de nuestro modelo de conducta, aunque teniendo en cuenta que no todos se comportan como nos comportamos nosotros. Pero en las relaciones sociales vamos aprendiendo distintos modelos de comportamiento, de reacción, de acción, ¿vale? Y podemos ir infiriendo en las reacciones, las acciones que van a tener. Entonces, ¿qué es lo que se puede hacer para que los estados mentales existan en las personas? Luego pasan a decirnos que claro, que hay muchos comportamientos que pueden explicarse de manera consistente mediante simples reglas conductuales, ¿vale? Si yo abro un cajón es porque voy a buscar algo, no simplemente porque me aburría y he abierto el cajón. Eso podemos presuponer, ¿no? Vale. Estos son comportamientos que se pueden explicar mediante reglas conductuales simples que están basadas en asociaciones directas entre los acontecimientos externos e inobservables y no necesitamos referirnos a procesos internos e inobservables, ¿vale? No pensamos en qué estado mental de carencia afectiva le habrá llevado a abrir el cajón. Sería como demasiado complicado. Nos dicen entonces, ¿por qué desarrollamos entonces una teoría de la mente en vez de una simple teoría de la conducta? Bueno, por las razones dicen que parece clara. La explicación de la conducta que puede hacerse partiendo únicamente de la observación de los eventos externos es muy limitada porque deja de lado factores que luego resultan determinantes en la mayoría de las situaciones, ¿vale? No se me adentra una cosa es observar inteligentemente los hechos externos y otra muy distinta captar lo que hay bajo la superficie ¿vale? No da sentido a lo que observamos, ¿de acuerdo? Cuando observamos a los demás, añaden, no los vemos simplemente como parte de una sucesión de acontecimientos externos e incidentales que después podemos analizar, sino que directamente estamos captando una estructura causal profunda que pone en juego todo un complejo de estados internos. Es decir, que cuando vemos lo que hace una persona, no se lo vemos... A ver, vamos a poner un ejemplo un poco... Imaginaos que vemos a una persona enfadadísima, roja de ira y chillando como una enargúmena. Si nos fijamos únicamente en esos factores externos, estaríamos pensando que no tiene autocontrol, que tiene una forma de afrontar los problemas muy radical, muy exagerada, ¿vale? Esto observando únicamente la conducta externa. Pero entonces estamos dejando de lado... La estructura causal profunda que pone en juego todos esos estados internos, por ejemplo los planes, las emociones, los recuerdos, las decisiones, los pensamientos, expectativas, creencias, motivos... Todos esos son estados internos que si de alguna manera se ven afectados, pueden conducir a esa conducta externa, que si observamos de forma totalmente neutra, analizaremos de manera parcial. Tenemos que ver qué hay detrás para intentar comprender y darle significado a esa conducta externa. De nuevo me he vuelto a enrollar como una persiana, pero espero que lo hayáis entendido, y si no, os invito a un café, aunque sea virtual, cualquier día de estos. Bueno, entonces, hacéis más o menos gracias, Filipe, eres más majo, más majo de las antiguas pesetas. Bueno, aprended todos de este alumno. Es una gozada. Bueno, nos dicen que por eso nos situamos ante una habilidad que lejos de ser conductista es mentalista, porque nos permite explicar y predecir la conducta en referencia a conceptos mentales. Es decir, que si vemos a una persona roja de ira gritando tal y cual, podemos predecir que sus estados internos están afectados. Por lo menos, aquellos que sean o planes o emociones o recuerdos o decisiones se han visto afectados de una manera que no le es satisfactoria. Otra cosa es cómo resuelva eso, ahí ya no nos metemos. Añadan por último que esta capacidad humana universal, además, implica la comprensión de la propia mente y la de los demás, y supone ir más allá de lo que vemos, o sea, más allá de la conducta externa observada. Y nos lleva a hacer conjeturas. Nos lleva a hacer conjeturas sobre los estados internos de las personas para poder explicar sus conductas. Esto es a lo que se llama teoría de la mente. Pasamos al apartado 3, nos dicen la teoría de la mente como sistema conceptual. Comienzan, bueno, nos meten un poquito de rollo con esto y nos tenemos que centrar en que nos hablan primero del concepto de teoría. Nos dicen que se habla de teoría en referencia a dos aspectos funcionales básicos. Primero, como algo que nos sirve para interpretar, algo que nos sirve para interpretar unos hechos observados. Nos hablan de teoría, el carácter interpretativo de la teoría nos lleva a hablar de un sistema de conceptos que serviría para representar el mundo mental. La teoría tiene un carácter interpretativo. Interpretativo por un lado y, por otro, un carácter inferencial y predictivo. Inferencial, que nos habla de un sistema de reglas de interconexión entre los conceptos que nos sirve de base para explicar y pronosticar los hechos futuros. En este caso, las conductas. Vale, aplicado a la teoría de la mente. La teoría de la mente nos ayuda a interpretar el mundo mental y nos ayuda a establecer una serie de reglas. ¿Vale? Que nos ayudan a poder explicar y pronosticar los hechos futuros o las conductas que se van a tener en función de los estados mentales. ¿Vale? En este contexto, después de este batiburrillo, se puede definir más precisamente la teoría de la mente como definición de examen. Un subsistema cognitivo que se compone de un soporte conceptual. Y unos mecanismos de inferencia. Y que cumple en el hombre la función de manejar, predecir e interpretar la conducta. ¿Vale? Muy bien. La teoría de la mente madura permite una conceptualización relativamente automática de las situaciones. Especialmente de las situaciones sociales. ¿Vale? En referencia a unas pocas categorías básicas. Agente, acción intencional, deseo, creencia... Estas categorías básicas son las que nos ayudan a definir el mundo mental. Estas categorías básicas sirven para dirigir el procesamiento subsecuente. A ver, en pocas palabras. La teoría de la mente madura ha llegado ya a un nivel en el que es capaz de predecir de una manera bastante exacta. Las conductas que se van a derivar de ciertos estados mentales. ¿Vale? Se podría decir así. Si no... ¿Cómo es capaz de predecirlo? Bueno, pues porque sitúa, establece ya marcos de referencia. Por ejemplo, el agente. ¿Qué hace el agente? ¿Cuál es la acción intencional? ¿Cuál es el deseo? ¿Cuál es la creencia que desencadena esa acción intencional? ¿Vale? Si no se dispone de este sistema conceptual, o es un sistema conceptual, o es un sistema conceptual deficiente, no sabes situar bien el agente, no sabes situar bien la acción intencional, no sabes cuál es el deseo o la creencia que lleva a la realización de cierta acción, se podrán percibir los estímulos e indicios relevantes, ¿vale? Lo que es más externo, pero no podrán interpretarse rápida y fácilmente para dar sentido a la información captada. A ver, vamos a intentar ponerlo en palabras... Fáciles. Estamos en una situación social. Tú ves que llega una persona y la notas nerviosa, te está hablando como un poco atropelladamente, ¿vale? Tú puedes ver el agente está nervioso, la acción intencional te dice quiero hablar contigo. Y está eso, nervioso, habla atropelladamente, no va al grano... Tú puedes quedarte simplemente con esos aspectos externos y decir pues le sucede algo. Pero la teoría de la mente madura va más allá, va más a lo profundo y puede ser capaz de captar que esa persona tiene algo que decirte, quizás desagradable o que va a provocar en ti unos sentimientos desagradables. Por eso se muestran esas palabras. Si es en el contexto del trabajo podría darse esto, si es en otro contexto podría pensarse que tiene algo, que está enamorada de ti, se pone nerviosa al tratar de contártelo. No serían los distintos contextos, ¿vale? Con la teoría de la mente vamos más allá de los aspectos externos de la conducta. Pasamos al desarrollo de la teoría de la mente. Nos dicen... Aspectos esenciales de la teoría de la mente, la prueba de la falsa creencia. Vamos a ver... Nos dicen que hay aspectos cruciales que median un adecuado razonamiento causal en torno a estados mentales y conductas y que se han señalado dos aspectos, concretamente. En primer lugar, se debe alcanzar una idea integrada de deseos y creencias y en segundo lugar hay que comprender que la conducta responde a los estados internos. O sea, las representaciones y creencias sobre la realidad y no a la realidad misma. Vamos a ir poco a poco, os va a quedar mucho más claro cuando veáis el PowerPoint, ¿de acuerdo? Es más fácil de leer porque está ya todo desgranado. Vale, como aspectos cruciales, vuelvo a empezar, como aspectos cruciales que parecen mediar un adecuado razonamiento causal en torno a estados mentales y conductas, es decir, que es... ¿Qué aspectos nos ayudan a establecer una buena relación causa-efecto entre el estado mental de una persona y las conductas que desarrolla en función de ese estado mental? ¿Vale? Bueno, pues en primer lugar, si somos capaces de alcanzar una idea integrada de deseos y creencias, seremos capaces de relacionar bien las consecuencias de los estados mentales sobre las conductas. Si somos capaces de comprender que la conducta responde a los estados internos, representaciones y creencias sobre la realidad y no a la realidad misma, ¿vale?, seremos capaces de establecer bien las causas-efectos entre estados mentales y conductas o de entender mejor cómo los estados mentales influyen en las conductas. ¿Se entiende? ¿Lo has entendido, Filip? Vale. Gracias. No voy a seguir explicándolo porque sería entonces más rollo, ¿vale?, lo leemos el próximo... O lo leéis cuando esté el PowerPoint, lo desarrollo un poco más. Pero básicamente es esto, la prueba de la falsa creencia, bueno, es ver, ser capaces de situarnos en estos dos puntos y así adquirir más dominio en la teoría de la mente, por decirlo de una forma suave. A ver, el desarrollo de la representación y del razonamiento mentalistas. No sé en Alemania, pero aquí hay ahora una serie que se llama El Mentalista, que está muy bien y, claro, es que habría que ver cuál es la traducción al alemán, pero bueno, está muy bien, ¿no? Aquí... Ah, vale. A mí me gusta mucho la serie, entonces... De Mentalista. Qué idiota. Bueno, es que estaba pensando en un título alemán, pero ya veo que no sois nada originales. Vale. Echéis mano de lo inglés y, ala, tan ricamente, claro, así que os va bien la economía. No tenéis que hacer traducciones como aquí. Bueno, entonces, El Mentalista nos puede ayudar mucho a situarnos en estas cosas, ¿no? Los capítulos. No sé si ves alguno, pero bueno, puede servir. A ver, el desarrollo de la representación y el del razonamiento mentalistas. A ver, empezamos. Los deseos son culturalmente los motivos más primarios para la acción. Vale. De hecho, nos dicen, el niño parece que empieza a atribuir deseos como base de la conducta mucho antes de que atribuya creencias. Muy bien. Nos dicen que hacia los dos años, el niño ya relaciona las conductas con los deseos. Por ejemplo, que alguien coge un caramelo porque quiere comérselo o el pan porque quiere comérselo. Hacia los tres años, el niño distingue claramente entre el mundo físico o material y el mental o inmaterial. Juran adecuadamente el contraste entre... Entre tener un perro y pensar en un perro. Vale. En este sentido, ya parece que comprenden un poco más el carácter representacional de lo mental en contraste con el objeto representado que es material y directamente perceptible. Toma ya. Es decir, que no solo distinguen entre realidad y ficción, sino que son capaces incluso de ver la diferencia entre los estados mentales que se refieren a entidades reales, las creencias, y lo que se... Y los que se refieren a creaciones ficticias. Las imaginaciones. ¿Vale? Muestran también cierta comprensión de la privacidad y subjetividad del pensamiento. Bueno, regular, ¿eh? No sé yo si... Bueno, nos ponen un ejemplo que es bueno y es que, a diferencia de uno mismo, otros no pueden ver lo que se está pensando. Esto es muy gracioso en los niños chiquititos. Bueno. Nos dicen más adelante que no puede decirse que el niño posearía propiamente una teoría representacional de la mente. ¿Vale? Que esas representaciones que tienen a estas edades se consideran isomórficas y puramente descriptivas del mundo. Y que, por tanto, no les permite aún un razonamiento causal, causal apropiado sobre la conducta que provocará. ¿De acuerdo? O sea, todavía no tienen una teoría de la mente madura, como decíamos antes. Es decir, que el niño en torno a unos tres años no piensa que pueda producirse un conocimiento erróneo. Por eso, sólo más tarde comienza a admitir que lo que se piensa o lo que se cree puede ser erróneo y no corresponderse con la realidad si no se ha recibido información adecuada o relevante. Esto posibilita ya inferencias y predicciones correctas sobre la conducta. Este razonamiento causal nos dicen que se asume como característica una auténtica teoría de la mente de carácter representacional. ¿Vale? Es decir, que la mente de carácter representacional es una teoría intuitiva integrada y coherente de creencias y deseos para explicar la conducta. Esto supone que puede razonar sobre creencias y falsas creencias, que puede interpretarlas adecuadamente. Y que puede predecir acciones apropiadas. ¿Vale? Añaden que entre los cuatro y los seis años serán capaces no sólo de explicar la conducta en términos de deseos y creencias coordinadamente, sino que serán también capaces de diferenciar entre el pensamiento propio y el de los demás. A ver, estudios recientes con tareas no verbales. Insisto, el tema es bonito pero lleva lo suyo. Vale. Eh... A ver... A ver, aquí nos cuentan que el principal salto evolutivo que se observa entre los cuatro y cinco años se ha confirmado con diversas variantes de la tarea de la falsa creencia. Eh... Bueno, mira, esto lo vamos a ver por escrito directamente porque es un poco pesado explicar y se entiende mucho mejor si se lee. ¿De acuerdo? No es que no quiera cansarme sino que quiero facilitaros la vida, sobre todo a ti, Filipe, que estás ahí al pie del cañón. Bueno, prerequisitos y precursores de la teoría de la mente. En los diversos intentos que se han dado para explicar la pauta evolutiva que se ha presentado, la teoría de la mente se ha relacionado con otras habilidades, particularmente con las habilidades sociocomunicativas tempranas. Estas habilidades se han contemplado en un doble sentido, el de las competencias previas necesarias o prerequisitos, y el de los rudimentos o precursores de la teoría de la mente. ¿Vale? Como prerequisitos para el desarrollo de la teoría de la mente se han mencionado sobre todo las discriminaciones sociales tempranas, ¿vale? Las discriminaciones tempranas se han visto únicamente como posibles prerequisitos para la teoría de la mente pero no como inicios o rudimentos de ésta. ¿De acuerdo? Vale, son prerequisitos pero no son los inicios de la teoría de la mente. A ver, nos hablan de la comprensión de la intencionalidad. Vale, lo que se considera como un recurso de primer paso hacia la teoría de la mente es la captación y comprensión de la intencionalidad, ¿vale? En sus dos planos característicos, el conductual y el representacional. En el conductual se admite de forma generalizada que desde los primeros meses el bebé reconoce a los humanos como seres autoanimados pero también interpreta sus conductas como dirigidas a una meta. ¿De acuerdo? Entonces esta atribución inicial pasa a ser mentalista cuando se reconoce que la acción que se dirige a una meta es consecuencia de una intención, de un estado mental, un estado mental previo del agente. Esta atribución de intencionalidad conductual se ha interpretado también como la primera manifestación de atribución psicológica mentalista. Porque debe ir paralela a la comprensión de la intencionalidad en el plano representacional. ¡Ostras! De la marinera, ¿eh? De verdad que escrito se entiende mucho mejor. Bueno, en definitiva puede decirse que lo que se comprende finalmente al formar una teoría de la mente es que los estados mentales consisten en determinadas actitudes proposicionales acerca de determinados contenidos proposicionales. ¿Vale? Por ejemplo, nos puede servir bien si alguien dice, creo que las llaves están en el primer cajón. Lo que este enunciado indica es una determinada relación cognitiva, una actitud de creencia, creo que las llaves están en el primer cajón, de un sujeto con respecto al contenido proposicional específico de su estado mental. Las llaves se encuentran en cierto cajón. Es decir, que mientras que los contenidos proposicionales expresan estados del mundo, verdaderos o falsos, no existen. Las actitudes proposicionales expresan estados mentales de un sujeto. Acerca de esos estados en un... ¡Ostras! Filipe, lo siento. Esta noche te voy a hacer llorar. Por soñar con estados mentales y proposicionales. Mira, sigo porque es que está mucho mejor por escrito, ¿eh? Mucho mejor. Bueno., si lo hubiera leído antes se entendería. No, no, no. Pero es que el objetivo es que yo te hago la primera lectura. ¿Qué ocurre? Que por escrito, como te digo, está mucho mejor y se entiende mucho mejor, ¿vale?, porque lo desgrano mucho más. Entonces, como ya es tarde y te voy a mandar esto por escrito, vamos a dejarlo así y te lo envío. Lo lees con calma, sobre todo estas últimas partes, el apartado 3 y el apartado 4, que son los más complicados, así contados, y cualquier duda o me la consultas por mail o lo vemos en el próximo día, ¿vale? Incidiremos un poquito en todos los temas pero veremos sobre todo este, que será el que más reciente tengamos, ¿vale? Y es que es eso. Es que la primera lectura os dije que os la daba yo con esta. Con estos, con estas explicaciones y con los... Así que nada, que te libero ya, ¿eh? Que ya has tenido bastante tiempo. Bueno, hago lo de siempre. Voy a grabar la, voy a cerrar la grabación y te saludo, ¿vale? Un segundito.