Bueno, ya estamos otra vez. No sé si nos oyes. Ahora sí. Laura, he cambiado la configuración, me he cambiado el micrófono y quizá ahora nos oigas bien. ¿Me lo puedes confirmar? ¿Nos oyes? A ver. ¿Estás escribiendo? No sé, es que en realidad no es muy malo. A ver, he cambiado. He cambiado la configuración. Ahora sí. A ver, ¿nos oyes, Laura? Yo creo que veo subir la barra de sonido, entonces entiendo que ya se oye bien, pero confírmamelo porque no estoy seguro. He cambiado la configuración y a ver si ahora se oye. A ver. ¿Nos lo confirmas, Laura, si se oye? A ver si nos lo puedes confirmar. Ahora no se oye ni se ve. Bueno, ahora ni se oye ni se ve. A ver. A ver. Ahora no se oye ni se ve. Espera. Ahora sí, espera, ahora dice que sí. Vale, ya está. Vale, vale, vale, perfecto. Vale, pues mira. Menos mal, porque ya estaba perdido. He cambiado la configuración del micro, pero tampoco ya sabía qué otra cosa hacer, así que estaba en tensión. Vale, pues ya si se oye y se ve, pues perfecto. Vamos a reanudar la grabación. Ah, no, está todavía grabando. Vale, pues ya está. Entonces ya podemos empezar y, bueno, primero presentaros un poco lo que vamos a hacer hoy. Entonces, como veis, tenemos un texto del lazarillo, que es el capítulo, cuarto, un capítulo muy breve del que vamos a hablar, ¿no?, que es el fraile de la merced. Tenemos otro texto que es historia de la orden de los jerónimos, que vamos a... del padre Sigüenza. En otras cosas se le ha atribuido incluso al padre Sigüenza la autoría del lazarillo, porque se encontró en la celda un manuscrito y todo eso, ¿no? Y bueno, pero bueno, vamos a ver otra cosa, ¿no?, que tiene que ver con la prosa ensayística, ¿no?, histórica, con la descripción. la historia de esta orden monástica, sino con la descripción del escorial, ¿no?, y la relación con la pintura y la descripción de una pintura famosa, que es la gloria de Tiziano, ¿no?, que es lo que vamos a analizar. Y esos son los dos textos que vamos a hacer y repasar un poco, pues, las figuras que ya sabéis, ¿no?, más o menos, ¿no?, morfológicas, sintácticas y textuales, ¿no? Entonces eso es nuestro... perdón, nuestro plan para hoy y, bueno, vamos a... vamos a intentar conseguirlo, ¿eh? Pues venga, si os parece, empezamos por el lazarillo o preferís que empecemos por lo que queráis. ¿Lazarillo? Pues vamos con lazarillo, que entonces ya hemos hecho el capítulo uno y capítulo dos, ¿no?, y estamos... hemos saltado el escudero, que es muy importante, pero bueno, todo es importante, ¿no? Entonces este quizá os vaya a parecer, claro, el tratado, ¿no?, más raro. En tanto a su extensión, ¿no?, por su brevedad, ¿no?, independientemente de su contenido, ¿no? Pues es sin dudar, ¿no?, el tratado más breve del lazarillo y entonces pues vamos a intentar, pues explicar, ¿no?, comentar ese texto y explicar, pues, dentro de lo que cabe, pues la... este pequeño tratado, ¿no?, tan pequeño, ¿no? Daros cuenta, ¿no?, si el... el ciego, ¿no?, el tratado uno y el tratado dos del fray... del clérigo, ¿no?, el tratado tres del escudero, pues un montón de páginas, no vamos a coger esas tantas, pero bueno, son capítulos o tratados, ¿no?, de una extensión, pues, razonable, ¿no?, como lo será el cinco del pundero, ¿no?, que también tiene una extensión considerable, ¿no? Pues este tratado realmente, ¿no?, pues es un tratado, como veis, de transición muy breve, ¿eh?, y que tiene algunas particularidades que... que hoy vamos a comentar, ¿eh?, y... y etcétera, ¿no? El tratado tercero, sí. Exacto, un escudero, eso es, pero luego no tiene nada, ¿no? Es un muerte de hambre, ¿eh?, y ese es Lázaro el que le da de comer al escudero, ¿no? Este se invierte los papeles y parece que es Lázaro el que... El que le da... el que le tiene que dar de comer al escudero, ¿no?, ¿de acuerdo? Pero sí, él siempre es muy limpio, muy nota y muy presumido, ¿no?, la honra y todo eso, ¿no? El año pasado comentamos el capítulo de por qué ha llegado tal y es por no quitarse la gorra a un superior, ¿no?, es decir, los saludos, ¿no?, y todo lo que tiene que ver con los saludos. Pero bueno, podéis ver el vídeo del año pasado porque está colgado en Cadena Campus, ¿no?, y ya está, ¿de acuerdo? Sí. Me gusta cambiar, ¿no?, cambiar el fragmento que analizamos, ¿no?, para no analizar siempre lo mismo. Pues he cogido, pues si queréis, este capítulo que es muy breve, pero bueno, podemos... nos puede ayudar para ver, pues si queréis, esas dos partes que muchos críticos ven en el lazarillo, ¿no? Es decir, tanto el tratado 1 como el 2 como el 3, ¿no?, tendrían que ver con la formación de Lázaro, ¿no?, ¿de acuerdo? Y ya los sucesivos, pues ya tendrían que ver con Lázaro, ¿no?, pues ya... Más o menos adulto, ¿no?, que ya ha asimilado las enseñanzas, ¿no?, y ya, pues, se lanza a lo que podría ser una vida profesional, ¿no? Pues tendremos el bundero, tendremos brevemente otros amos, ¿no?, como el de que piñe los panderos, ¿no?, o hasta que, bueno, se hace finalmente... Eso es, eso es. El comisario, ¿no?, tiene una vida demasiado peligrosa para él, ¿no? Sí, hasta que finalmente, ¿no?, pues se hace pregonero y vende vino, ¿no?, y pues cosas que pregona, ¿no? Y ahí, pues, estaría ya en el último capítulo, ¿no?, en el tratado séptimo, donde estaríamos ya su relación con el arquiprieste de la Iglesia de San Salvador, ¿no?, que es el que presuntamente aparece como guiado, ¿no? Pues es el que le casa. Efectivamente, ¿no?, es el que le casa. Y como a esa persona no le puede nada más que venir bien, dice, pues, ¿no? Pues eso, que se caiga. Se le caiga, ¿no? Y eso es ella. Entonces, pues, ese asunto, ¿no?, ¿vale? Es el que vamos a... Es el que se orienta al final la obra, ¿no? Pero, vamos, estamos en un punto, por lo tanto, de transición, ¿no?, pues de eso, de lo que sería el aprendizaje, ¿no?, con el ciego, con el clérigo, con el escudero, ¿no?, a lo que podría ser, pues, la puesta en práctica de todas estas... enseñanzas, ¿no?, ¿de acuerdo? Que le llevan, finalmente, pues, a la cumbre de toda su buena fortuna, ¿no? Hoy he empezado, como veis, mencionándoos el Lazarillo castigado, 1573, ¿no?, que se publica en un volumen junto a una obra de teatro, ¿eh?, de Torres Narro, ¿eh?, que se llama La Proparadia y que contiene todas esas obras, ¿no? Se defina, cocea, ¿no? Y además contiene algunas obras poéticas de Cristóbal de Castillejo. Que es el poeta que va a mantener la discusión, ¿no?, poética, ¿no?, en torno a las nuevas formas métricas, ¿no?, de casílago frente a la poesía tradicional en otros sílabos, ¿no?, que es la que practica Castillejo, ¿no? Después, también, de alguna manera, la obra de Castillejo, ¿no?, pues la Inquisición no le caía muy bien. Tampoco la de Torres Narro, ¿no?, una tinelaria, pues es una obra en torno al sitio donde... Donde comen los nobles, ¿no?, pero en realidad todos los protagonistas, ¿no?, son criados, ¿no?, ¿de acuerdo? Lo mismo, pues, en muchas de sus obras, ¿no?, que tienen... Pues aparecen rústicos, ¿no?, y personas de baja condición, etcétera, ¿no? Bueno, pues esas tres obras, es decir, la obra completa de Torres Narro, ¿no?, algunas obras, que es la que inicia el volumen de Cristóbal de Castillejo y al final la edición, ¿no?, de El Lazarillo, como veis, castigado. Castigado quiere decir que El Nazarillo, perdón. Vale, sí. Castigado quiere decir que la Inquisición prohibió directamente la obra, ¿no?, es decir, la metió en el índice de libros prohibidos, ¿no? Claro, eso no impidió... Espera, le estoy ampliando, ¿verdad? Eso no impidió que se siguiera publicando así, un poquito más si quieres. Eso no impidió que se siguiera publicando, ¿no?, y entonces, pues, se decide, con permiso de la Santa Inquisición, ¿no?, pues, expurgar, es decir, censurar determinadas partes del libro que, pues, tendrían tintes más escandalosos, ¿no?, de cara a la sociedad católica de la época, ¿no?, y a Trento, ¿no?, porque fijaros que estamos en el Concilio de Trento en torno a 1570, ¿no?, es decir, se sentía como una amenaza directa. Claro, el tema de la reforma protestante, ¿no?, la reforma luterana o la reforma erasmista, ¿no? Es decir, los erasmistas, ¿no?, también van a ser considerados, ¿no?, como un peligro, ¿no?, para la fe católica, ¿no? Entonces, claro, entonces, el erasmismo tuvo mucha importancia, ¿no? De hecho, muchos autores han observado el tema del erasmismo en El Bajadillo, ¿no?, por la crítica, pues, a los curas, ¿no?, al clérigo, ¿no?, por su falsedad, etc., ¿no? Entonces, el erasmismo, ¿eh?, como el hombre que se hace a sí mismo, ¿no?, con muchos aspectos erasmistas que la crítica ha visto en la obra, ¿no? El erasmismo, de todas maneras, tuvo una enorme influencia, ¿no?, pensar, pues, no sé, en autores, en humanistas como Valdés, ¿no?, con su diálogo de la lengua, ¿no?, que es un autor directamente erasmista, ¿no?, pero si al principio o en la teapa de Felipe II, perdón, de Carlos, de su padre, de Carlos V, ¿no?, el erasmismo estaba más o menos afectado, ¿no? Una corriente filosófica, ¿no?, pues, a partir de Felipe II y sobre todo de Trento, ¿no?, pues, con el apremimiento de los protestantes, ¿no?, y de Lutero, pues, ya, pues, esto ya deja de estar afectado, ¿no?, y ya se considera, pues, ¿eh? Me llama la atención que en el caso de los éxitos no tratan de ser eros, pero me llama la atención que la actividad de Lutero puede ser retirada en algunos textos, ¿no?, porque se hablaba de que la mujer era una mujer, ¿no?, y que la mujer era una mujer, ¿no?, y que la mujer era una mujer, ¿no?, y que la mujer era una mujer, ¿no?, y que se quitara la actividad de Lutero como un modo de prensura para que no se... Bueno, sí, pero fíjate que también el capítulo que vamos a ver hoy, ¿no?, por eso lo he puesto, aquí tenéis el acceso a ese volumen, ¿eh?, a ese volumen que contiene todas esas obras, ¿no?, y al final, ¿eh?, contiene el lazarillo, ¿vale?, que se titula El lazarillo castigado, ¿no? Lo vais a ver en la siguiente lámina, ¿eh?, en la portada. Y parte de la introducción al lector donde comenta estas cosas, ¿no? En el enlace está la obra, a esa obra de donde yo he sacado... El enlace es a ese libro, a ese volumen que tiene la Biblioteca Nacional, ¿no?, que es un volumen que contiene esas tres obras. Ya está. No, no, no, son un montón de páginas, ¿eh?, es un volumen enorme, ¿eh?, porque son muchas obras. ¿Veis? Bajo el título de la propalabria, mucha parte de la poesía de Castillejo y el lazarillo entero. Es decir, que serían tres libros en un solo volumen, ¿eh?, de Cristóbal de Castillejo y después las de Bartolomé Torres Narro, ¿no?, que es el dramaturgo renacentista por este lema, ¿no?, antes de que llegue Lope, ¿eh?, y etcétera, ¿no? Pues entonces, Lucas Fernández o este Torres Narro, ¿no? Pues de alguna manera son los dramaturgos, ¿no?, de bandera, ¿no?, de lo que va a ser el regacimiento. Nosotros no estudiamos arte dramático renacentista, entonces pues tampoco le vamos a prestar mucha atención, dado que no tenemos ejemplos o textos, ¿no?, para estudiar, que puedan caer en el examen, ¿no? Pero bueno… ¿Pero no se oye? Sí. Vale. Lo he arreglado un poco porque estaba… había un problema y no me oía, pero he cambiado la configuración y he puesto otro micrófono. Ya le estamos viendo, ¿vale? ¿Qué estábamos diciendo? Ah, sí. Vale. Entonces, este enlace te lleva directamente a ese volumen, ¿no? Entonces, ese volumen contiene todo eso, ¿no?, que se ha puesto aquí, ¿no? ¿De acuerdo? Entonces, yo no se ha puesto el volumen entero porque son muchísimas hojas, ¿no? Pero eso, bueno, bajáis el enlace y vais a ese volumen que conserva la Biblioteca Nacional, ¿no? ¿Veis? Esta es la primera… La portada. La portada, ¿no? ¿Veis? Propalabia de Bartolomé de Torres Naharro, ¿no? Que contiene todas esas obras dramáticas, ¿no? Y Lazarillo de Tormes. Dice, todo corregido y enmendado, es decir, censurado, ¿no? Por mandado de la Santa y General Inquisición, ¿no? Impreso con licencia y privilegio de su majestad para los reinos de Castilla y Aragón en Madrid en 1573, ¿no? ¿De acuerdo? Entonces… Esa es la portada general, ¿no? Esta es la carta al lector, ¿no? Donde, fijaros, vamos a leerla brevemente. Dice, aunque este tratadillo de la vida de Lazarillo de Tormes no es de tanta consideración en lo que toca a la lengua como las obras de Cristóbal de Castillejo o y Bartolomé de Torres Naharro, ¿no? A pesar de que eso, que no es tan importante desde el punto de vista lingüístico, ¿no? ¿No? Claro, mucho más conocido. No es tan conocido en la actualidad, ¿no? Pero bueno, eso da igual. Pues dice, es una representación, el Lazarillo, ¿no? Tan viva y propia de aquello que imita con tanto don aire y gracia que en su tanto merece ser estimado. Y así fue siempre a todos muy acepto. De cuya causa, aunque estaba prohibido en estos reinos, porque entró en el índice de la Santa Inquisición de los libros prohibidos, ¿no? Aunque estaba prohibido, ¿no? Pues, ¿qué pasó? Que se leía e imprimía de ordinario fuera de ellos. Obviamente, conocemos ediciones de Milán, de París, de muchas partes, ¿no? Que estaban publicando en la Biblioteca Nacional, podéis verlos, ¿no? Esos ejemplares, ¿vale? Y dice, por lo cual, con la licencia del Consejo de la Santa Inquisición y de la Majestad, se enmendó de algunas cosas, es decir, se censuró, ¿no? ¿De acuerdo? Que se había prohibido y se le quitó toda la segunda parte, que por no ser del autor de la primera, era muy impertinente y desgraciada. Efectivamente, ¿eh? De un tal Juan de Luna, claro, ¿eh? Esa es la segunda parte del Lazarillo, que también tuvo, se publicaba en la primera parte, el Lazarillo, con algunas modificaciones, ¿no? Tal como lo conocemos, ¿no? Y después se publicaba, he dado el éxito que tuvo el Lazarillo, que también se publicaba el Lazarillo, pues claro, un espablao, este Juan de Luna, ¿no? Dijo, pues ya está, ¿eh? Hacemos la segunda parte y ya está, ¿no? Pues, ¿ves? Entonces, no contiene la segunda parte del Lazarillo, pero sí sabemos, ¿no? Que ya en 1573 corría, ¿no? Una segunda parte del Lazarillo, ¿me entendéis? Que no tiene nada que ver con la primera, ¿de acuerdo? Pero ya en esa fecha está, ¿no? ¿De acuerdo? Yo he visto ediciones de 1597, de esa segunda parte. El del Lazarillo, ¿eh? Me parece que os he puesto alguna. Vamos a ver, ¿eh? ¿Veis? Bueno, esta es la edición, ¿no? La página correspondiente, el Lazarillo de Tormes. El Lazarillo de Tormes castigado, ¿no? ¿Veis? Es el censurado, ¿ves? Con ingresión, con licencia del Consejo de la Santa Inquisición, ¿no? Y con privilegio de su majestad, ¿no? Está en el mismo volumen cuando termina las obras de dramática. Las teatrales de Torres Narro, ¿no? Pues la última es el Lazarillo. Esa es la portada, ¿eh? No general de todo el libro, sino de la del Lazarillo, ¿vale? Y esta, mirad, es una edición de 1620, ¿eh? Porque la otra no tenía grabados y por eso cogí esta, porque tenía grabados, ¿no? Hecha en París, ¿no? También tenéis el enlace para poder verla en su totalidad y leerla si queréis, ¿no? ¿De acuerdo? ¿Veis? Vida en Lazarillo de Tormes, ¿no? Dice, corregida y enmendada por I.J. de Luna, Juan de Luna, ¿no? Caballeros, que le voy a poner las gafas porque no veo nada. Caballero, eso es castellano, intérprete de la lengua española, ¿no? En París, ¿no? Etcétera, etcétera, ¿no? 1.500, aquí falta una C, ¿eh? Que está borrada y que es 1.620. Y aquí tenemos el texto de la ley, ¿veis? Y aquí tenemos eso, ¿no? La caída en el tal, ¿no? Cuando vuelve a la Tierra ese acermitaño, ¿no? Y etcétera. Y decíamos episodios de ese... Son 16 capítulos lo que contiene esa segunda parte del Lazarillo y también tuvo mucho éxito, ¿no? Y ya os digo que la primera parte estaba también en este mismo. O sea, teníamos la vida de Lazarillo en primera parte, más o menos, ¿no? Digo más o menos. Tal como la conocemos, ¿no? Y después la segunda parte que es esta de Juan de Luna, que es la que dice el otro, el otro texto que no va a publicar porque es una impertinencia y que no tiene... No tiene asunto. ¿Vale? Bien. ¿Qué es lo particular respecto... Bueno, como Lázaro... Fijaros, os he puesto lo que... Esa edición de la segunda parte, ¿no? ¿Por qué? Porque el texto cambia respecto a lo que vamos a hacer, ¿no? Pero hoy vamos a hacer el tratado cuarto. Aquí viene como... Bueno, ya, pero es el cuarto. Porque fijaros. Dice, ¿cómo Lázaro se asentó con un fraile de la muerte y con un buldero? Es el capítulo quinto, ha juntado los dos, ¿no? Lo que vamos estrictamente hoy a comentar, ¿no? Más el capítulo del buldero, ¿de acuerdo? ¿Vale? Las diferencias son muy pocas, pero sí que son de interés, por eso lo he puesto. Y vamos a leerlo primero en esta versión, ¿vale? Y después en la versión de Alcalá, me parece, o de la edición, ¿no? Que he cogido yo de la biblioteca Cervantes, ¿no? Que seguramente coincida con la que tú quieres, ¿no? Con la de... ¿Vale? Entonces, fíjate. Sigue la lectura tú con la tuya para que veas las diferencias, ¿no? Respecto a lo que veis, ¿no? Dice, fue me forzoso buscar el cuarto. Tú dices V, ¿no? ¿Ves? V qué. Hubo de buscar un cuarto. ¿Ves? Me quitamos el forzoso, ¿no? Y él fue por el haber, ¿no? Dice que fue un fraile de la merced. Por orden de la... Las mujercillas que dije. Ellas le llamaban pariente. Hasta ahí, ¿no? Sí, ¿no? Más o menos ahí, más o menos es lo mismo, ¿no? Parecido, ¿no? En vez de que dije, el texto tuyo dice que digo, ¿no? ¿De acuerdo? Y ellas le llamaban pariente, ¿cómo lo dice? Lo dice de otra manera, ¿no? Al cual, efectivamente, mediante una oración de relativo, ¿no? Al cual ellas le llamaban pariente, ¿no? Después tendremos lo que vamos a ver después en la análisis de los... De las figuras, ¿no? Lo que será la etopeya, ¿no? La etopeya del fraile, ¿no? La descripción, ¿no? De las costumbres, ¿no? O de la moralidad de este cuarto amo. ¿Sí? ¿No? Eso es una etopeya, ¿no? Una descripción de sus costumbres, ¿no? Y dice esa descripción, gran enemigo del coro, ¿no? Pues el gran enemigo del coro pues sería el fraile, claro. ¿No? Y de comer en el convento, perdido por salir fuera, amicísimo de negocios seglares, y visitas, tanto que pienso rompía él más tapazos que todos los del convento. Bueno, ¿sí? Dice, este, es decir, el fraile, me dio los primeros que rompí en mi vida, mas no me duraron ocho días, ni yo tampoco, porque me hacían caminar más que una aposta por esto y por otras cosillas que no digo, salí de su compañía y... Ahí cambia bastante, ¿verdad? Ahí tenemos mucha variación del texto, ¿no? De uno a otro, ¿no? La idea de que rompía en mi vida más tapazos y que me duraron ocho días, eso lo tenemos, ¿no? Pero después cambia mucho, ¿no? Eso es, ¿no? Ni yo pude con su trote, ¿no? Eso es, salí de él, ¿no? No salí de su servicio ni de su compañía, ¿no? ¿Veis? Entonces hay algunas diferencias, ¿no? Aquí... Aquí la comparación tiene caminar más que una aposta, ¿no? Esto la idea es trote, ¿no? Su trote, ¿no? En el original, ¿no? ¿De acuerdo? Es decir, tenemos algunas variaciones, ¿eh? Que ahora las vamos a analizar y vamos a ver, pero eso esencialmente es el capítulo, ¿eh? Que llamamos cuarto, ¿de acuerdo? Bueno, pues este capítulo cuarto y el quinto del pundero fueron suprimidos en este lazarillo castigado, que os he enseñado antes, ¿no? Lazarillo castigado, además de determinadas frases y demás, ¿no? Suprime como capítulos y como cosa gorda, ¿no? En el lazarillo castigado no tenemos ni el tratado cuarto ni el tratado quinto. Es decir, ni el tratado, fijaros, del fraile, ¿no? Ni el tratado del pundero. Sin embargo, el tratado dos, con algunas modificaciones del clérigo y de la paricia del clérigo, ese sí que parece que está más o menos, ¿eh? Pero el del fraile, ¿no? Y tampoco el del pundero, ¿no? De acuerdo, eso son dos cosas o dos capítulos que ese lazarillo castigado que os he presentado antes, ¿no? O sea, es decir, que hasta el lazarillo que corrige por mandado de la santa inquisición para que se pueda seguir leyendo ha completamente anulado. ¿El del fraile es el que le va con mucho placer? No, ese es el clérigo. Ese es el clérigo de Maqueda, ¿no? El que hace creer que el pan se lo comen los ratones o una serpiente. Ese, ¿no? Ese es el capítulo dos del clérigo. Ese no es un fraile, es un clérigo, que es el clérigo de Maqueda. ¿De acuerdo? En ese pueblecito de Toledo, porque cuando sale de, es decir, cuando deja al ciego medio muerto, se va de Escalona a Saporto de Hijos y va a Maqueda. Y en Maqueda, ¿eh?, es donde toma por amo al clérigo, ¿de acuerdo? Que le mata de hambre, ¿no? Sí. Ese no pasa nada. Ese es el que... Y después viene el escudero, ¿no?, ya en Toledo, ¿no? Y después ya viene este, el fraile, ¿no? ¿De acuerdo? Entonces, no tiene nada que ver uno con otro, ¿no?, son ambos diferentes, ¿no? Y el último es el arquipiélago de San Salvador, ¿no? ¿De acuerdo? Y entre medias pues está eso, está el buldero, el maestro de teñir banderos, el aguacil, ¿eh? Todos estos, ¿no? Su labor de fregonero, todo eso está entre medias, ¿no?, hasta alcanzar, ¿no?, esa... Eso, ¿eh?, va escalando en la vida, efectivamente, ¿no?, hasta llegar, hasta llegar, como dice, a la cumbre, ¿no?, de toda buena fortuna, ¿no? Es cierto. Claro. Efectivamente. Que no haga caso al bicho de las fuentes. No, claro. Que la acusan de cornudo, ¿no? Ese es el asunto, ¿no? ¿De acuerdo? Pues eso es, ¿no? Vale, pero hoy no, hoy nos vamos a centrar en este fraile, ¿no?, y nos vamos exclusivamente, ¿no? Simplemente añadiros que es el azarillo castigado, por eso yo he empezado hoy hablando de esta edición del azarillo castigado, es porque la Inquisición, ¿no?, uno de los capítulos que va a borrar es este, ¿no? Uno puede pensar, bueno, ¿por qué? Por insignificante. Bueno, es por insignificante. Tampoco tendríamos que borrarlo, porque si no significa, si no es relevante para nada, pues ¿para qué lo vamos a borrar, no? Pues no lo sé. Yo tampoco lo sé. Vamos a leer el texto y ahora ya sí que entramos propiamente en el comentario e intentamos ver, ¿no?, o más o menos, ¿no? Bueno, como siempre, os pongo el enlace de donde he sacado el texto, ¿no?, que es la edición digital que hace la Cervantes Virtual, ¿no?, del azarillo, ¿de acuerdo? Y si hay alguna desviación respecto a la edición de Rico, pues como tú tienes la edición de Rico, no lo comentas, ¿vale? Pues venga, el título es Cómo Lázaro se asentó con un fraile de la Merced y de lo que le acaeció con él, ¿no? No es cómo se asentó con un fraile de la Merced y con un buldero, ¿no?, sino, veis, el buldero es un capítulo diferente, ¿eh?, en el azarillo tal como lo publica la edición de Alcalá de Henares, la de Burgos, la de Andrés, ¿no?, es decir, las cuatro primeras ediciones, en torno a 1554, que todas aparecen más o menos en la misma fecha, ¿no?, pues todas contienen esa división, ¿no? El artículo del Tratado IV corresponde al fraile de la Merced y es de una extraordinaria brevedad, ¿no?, ¿de acuerdo? Vale. Pues venga, lo leemos y lo analizamos, ¿de acuerdo?, y ya después reflexionamos sobre el asunto, ¿de acuerdo? Venga. Dice así, que ya lo hemos leído pero lo volvemos a leer. Hube de buscar el cuarto. Gustavo, ¿qué sobreentendemos ahí? ¿Qué es lo que falta? El pastor. Ah, no, ¿no? Entonces tendremos una qué. ¿Qué figura es esa? Un elipsis. Un elipsis, ¿no?, claro, ¿no?, ¿veis? Esa va a ser una característica de este fragmento por su rapidez, ¿no?, es decir, este relato elíptico, ¿no?, rápido, ¿no?, y con una pretensión final, ¿no? Que es la que vamos a entrar después, ¿no? Dice, y este fue un fraile de la merced, que las mujercillas que digo me encaminaron, al cual ellas le llamaban pariente. Fijaros, las mujercillas que digo son mujercilla y es el único capítulo donde tenemos personajes que continúan de un capítulo al siguiente. Estas mujercillas son las mujercillas que hilan algodón y hacen bonetes, que son vecinas suyas en Toledo y les dan de comer. ¿No? Son constitutas. Mujercillas, ¿no? Si lo buscamos en El Corde y demás, veremos muchas veces, ¿no?, que mujercillas muchas veces tienen esa afección, ¿eh? Eso es, ¿no? Entonces, son eso, mujercillas, ¿no? Y ves, llamaban pariente, ¿no? ¿A quién? Al fraque. ¿No? De acuerdo. Pariente, ¿eh? ¿Por qué? Porque las frecuenta mucho o simplemente porque las patrocina. Podría ser otra interpretación según algunos, ¿no? Que pariente es el proxeneta, es el que las protege y al mismo tiempo saca provecho. O bien el que las visita, ¿no? El que las visita de una manera continua, ¿no? De la manera que ya tendremos un primer rasgo, ¿no?, vamos a llamar del carácter moral de este fraile. ¿De acuerdo? ¿Eh? Yo le digo porque la demostración de las recolecciones. ¿El qué? No te he entendido. Si no me parece que las mujercillas que digo en esta sala, las cualquiera le hagan para censurarlo. Ah, para censurarlo. Bueno, bueno, no, la única tal podemos decir que era un fraile un poco lujurioso, ¿no?, ¿eh? O un fraile un poco pues, ¿no? Podría ser. Podría ser, ¿no? Que fuera una acepción, ¿no? Pero bueno, tanto como para suprimir el capítulo, ¿no?, tampoco nos parecía para tanto, ¿no? Bueno, ¿eh? De tal manera, claro, que puede ser la mentalidad de la Inquisición, ¿no?, no es la nuestra, ¿no? Porque ahora lo que nos puede parecer algo, pues, ¿no? Es decir, suponemos, suponer que es un ataque al clérigo, ¿no? A mí personalmente me parece más ataque al clero a lo que hace con el clérigo cuando lo acusa de varo o de falso o de, ¿no? Es mucho más fuerte desde mi punto de vista que... Por ejemplo... Que es un capítulo muy lujurioso, lastivo, ¿no? Que le podemos calificar a este fraile, ¿no? Entonces... Yo también estoy contigo, claro, en mi interpretación, ¿no? Bueno, ahí quitaron muchas cosas del capítulo del clérigo también, ¿eh? Sí. La edición es purgada y castigada, pero no quitaron el capítulo entero. Pero aquí directamente desapareció el capítulo entero, ¿eh? ¿De acuerdo? No, pero lo que tienen después es como que de una forma... Sí. Ahí, claro. Claro. Bueno, vamos a ver. Sobre eso hay mucha polémica, ¿eh? Eso es lo que... Bueno, eso es más o menos, ¿no? Bueno, en cualquier caso tendremos esa primera oración, ¿no? Después las analizamos detalladamente oración por oración, ¿vale? Como hacemos siempre. Para descubrir, ¿eh? Lo que vamos a llamar... Lo que llamamos los recursos estilísticos, ¿no? ¿De acuerdo? Venga, seguimos. Dice, gran enemigo del coro y de comer en el convento. Perdido por andar fuera. Amicísimo de negocios seglares y visitar. Tanto que pienso que rompía él más zapatos que todo el convento. ¿No? ¿De acuerdo? Parece que era un fraile andariego, ¿no? Vale. Dice así. Dice, este me dio los primeros zapatos que rompí en mi vida. Mas no me duraron ocho días ni yo pude con su trote durar más. ¿No? ¿El trote de quién? Del fraile. Y por esto y por otras cosillas que no digo salí de él, ¿no? La abandona, ¿no? ¿De acuerdo? Bien, vamos entonces ahora ya... Eso sería nuestro texto estrictamente, ¿no? Imaginaros que eso nos cae en el comentario del texto del examen, ¿no? ¿De acuerdo? Tendremos que... Dime, dime. Ese es el que subyace que podía pedirle favores a Galaza. ¿Quién? Es el comentario que dice Rico aquí. ¿Qué dice? A ver, léemelo. El que pedía... El que dice... A ver. Es que me lo he faltado. Es que es difícil esto. A ver, a ver, a ver. Perfecto. Bueno, Rico mantiene la opinión contraria, ¿eh? Ahí está. Gracias. Eh... no, no, no, no, no, no, no, no. A ver. . Está aquí. . ¿Quién trae la mujer a su abuelo? Se entra y toma el dedo y lo hace, deja con él. O sea, aquí hace una especie de... De que él lo abandonó, ¿no? Por esos penes que le expone, diría. Muchos más. Eso es lo que da el problema. Bueno, eso es lo que da el problema. entender una parte de la crítica. Eso es lo que vamos a ver ahora, ¿de acuerdo? Pero Rico en realidad mantiene la opinión contraria. Es decir, dentro de esta interpretación de la homosexualidad, ¿entiendes? El tema de la homosexualidad ha sido muy debatido en este capítulo. Es decir, lo que nos están diciendo en realidad es que el fraile abusaba sexualmente de Lázaro y que la primera experiencia sexual de Lázaro, por eso el tema de los zapatos, los zapatos en el mundo folclórico tienen que ver con la sexualidad. Bueno, de hecho todavía se dice calzarse. He calzado a no sé quién, ¿no? Calzarse a no sé quién es tener relaciones. No, eso es una interpretación. Eso es una interpretación. Efectivamente. Efectivamente. No quiere decir que esa es la que haga Rico, Rico no. Rico dice que eso no es así, ¿no? Dice que eso está dentro, ahora lo vamos a ver, ¿no? Acuentrando las cuestiones. Es verdad. Que me dicen no, pero me ha dado la sensación que no había visto, había escuchado. Claro. Para mí fue una base de que no había nada. Claro. El determinado de lo que había era que como niña había que sustentar la primera parte, que era dormir, comer sexualmente. Claro. O sea, que es lo que digo. Claro. Además, daros cuenta... Imaginad el pensamiento del fraile, que es una persona seducción, o sea, traer la igualdad para ayudarle y no ser... Ya, pero fíjate que en la primera idea del texto eso queda desacreditado porque ese fraile no trata de ayudar a nadie. Ese fraile lo que hace es que es pariente de ciertas mujercillas. Es decir, esas mujercillas al que encaminan a ese fraile, es decir, que puede ser o su cliente, ¿no?, o su proxeneta directamente. Es decir, que ya en la primera oración ese fraile está desacreditado, ¿no? De acuerdo. En la etopeya directamente, ¿no?, en la descripción que hacemos del fraile, está completamente desacreditado porque, claro, es enemigo del coro y de comer en el convento y, por contrario, es amigísimo ¿de qué?, de los negocios seglares y de visitar, ¿no?, tanto que no para de visitar, no para de ir y de venir. Claro. Es un fraile, ¿entiendes?, que se sale de lo bueno. Es un fraile común de los frailes, ¿no? Es decir, es poco retirado, ¿no?, desde luego no es una anacoreta, ¿no?, es todo lo contrario. ¿Entendéis? Es decir, los matices con las que se retrata el fraile no son positivos en ningún caso, ¿no? Y después respecto a las acciones, ¿no?, y respecto al tema de los zapatos, que vamos a ver efectivamente, ¿no?, tiene estilísticamente, ¿no?, un tratamiento, ¿no?, como vamos a ver ahora, pues eso es más o menos discutible, ¿no? Mucha parte de la crítica, efectivamente, ha visto en eso los abusos sexuales, ¿no?, la homosexualidad, ¿no?, y las prácticas homosexuales de Lázaro, ¿no? Y otros pues se niegan a interpretar eso en esta manera, ¿no?, y lo interpretan como un ritmo, ¿no?, pues que ve que los zapatos es una cosa que es lógica que se lo diera por sus servicios, ¿no?, no por ningún tipo de cosa, ¿no?, y que el zapato no tendría esa connotación folclórica, ¿no?, de miembro sexual o de relaciones sexuales, ¿entendéis?, ¿entendéis? Entonces eso ya es una interpretación que una gran parte de la crítica mantiene y otros no, y otros, como os voy a decir después, pues no admiten ni a Rico ni a nadie, no admiten que Lázaro sea ni cornudo, ni puto, es inocente y es una criatura que ha conseguido triunfar y cambio, ¿no?, es decir, veis, va a haber muchas lecturas, ¿no?, vamos a ver hoy dos autores, ¿no?, es decir, el autor que va a mantener, ¿no?, que por cierto editó la segunda parte del Tazadillo, ¿eh? Que es Manuel Ferrer Chivite, ¿eh?, pues ha estudiado mucho el Tazadillo, ¿no?, entre otras cosas, ¿no?, se formó, fue profesor en Estados Unidos durante muchos años, ¿no?, y, bueno, ha estudiado mucho el tema folclórico, ¿no?, las relaciones folclóricas y la simbología, ¿no? Hay un artículo que os he recomendado porque el que habla de este, de los zapatos rotos, no se puede bajar de internet, tenéis que ir a las actas y comprar el libro, entonces no lo podéis ver, ¿no? Pero sí que hay un artículo que se llama Los silencios de Lázaro. Lázaro, ¿eh?, que explica todo este tema de los silencios y por qué se calla Lázaro, ¿no?, en determinados momentos, ¿no? Y ese sí que lo tenéis en internet y lo podéis bajar y leer, son unas cuantas páginas y está muy bien, ¿no? Y hay autores, ¿no?, como este mexicano Antonio Alatorre, ¿no?, pues que tiene una lectura de otro tipo, ¿no?, y que no acepta ni que Lázaro sea cornudo ni que sea una persona malintencionada, sino que por sus méritos tal, es decir, hace una lectura más literal, ¿no?, del asunto, ¿no?, frente a lo que es toda la crítica, ¿no? Y los hay que secar en el medio como rico, que aquí no ven estas intenciones homosexuales, ¿no?, interpretando de otra manera, pero sí entienden que Lázaro es una rivista, ¿no?, que consigue con mucho cinismo, ¿no?, defender una posición, ¿no?, social, que es la de los, de tener relaciones, ¿no?, de los cuernos, ¿no?, que, y como carta exculpatoria, aunque en este pasaje, ¿no?, no dé él alusiones a las posibles relaciones homosexuales entre el fraile y tal, ¿no? Quiero deciros que, como vais a ver, hay muchas rataciones y muchas interpretaciones, ¿no? Nosotros lo que tenemos que hacer es intentar comprenderlo lo mejor posible y quedarnos con la que nosotros queramos o con la versión que mejor nos cuadre, ya está, ¿eh? Yo simplemente os digo, ¿no?, que hay diferentes interpretaciones, ¿no?, sobre este curioso pasaje, ¿eh?, tan breve, ¿de acuerdo? Sí, que para lo breve entra para nosotros. Claro, ¿eh?, pero bueno, eso siempre. El lazarillo de tornes, lo cojas por donde lo cojas, ¿entendéis?, siempre da para muchísimo, ¿entendéis?, tanto desde el punto de vista estilístico, ¿no?, que lo hemos visto, ¿no?, la cantidad de escuras estilísticas que vamos a encontrar, donde queráis abrirlo, ahí lo vais a encontrar, ¿no?, como las lecturas múltiples ambivalentes que permite hacer, ¿no? Entonces, es un tesoro desde ese punto de vista, ¿eh?, sin duda ninguna, ¿vale? Sí. ¿Cuál es la lectura definitiva? Soy yo, no os voy a decir ninguna, yo os enseño diferentes interpretaciones que se han hecho, ¿no?, y vosotros, pues, decidéis cuál es la que os convence más o propondréis, la que consideréis más oportuna, ¿no? ¿No? Es como si pudiera ser las razones por las cuales todos estaban por el lado de dichas situaciones que de alguna manera jamás se les ha salido a la cabeza, y es una necesidad. O sea, el aspecto que realmente está marcado es una necesidad en todo momento, ¿no? Por lo cual van, se va trascendiendo para hacer de nada lo que se va cambiando de, hasta que llega a un sumo, que en este caso es la necesidad. Sí. En ese sentido, como que el aspecto psicológico de todas las figuras que realmente están coordinadas ahí está muy bien hecho. O sea, es la familia. No, claro, bien hecho está, eso está seguro. Es una fotografía literal de la época. O sea, es que habla de una manera como muy visible, ¿no? Como que puedes ver a todos los... Los estamentos. ...los estamentos, ¿no? Ajá. Bueno, de arriba tampoco ves mucho, ¿no? Pero bueno, acá los intérpretes... ¿De acuerdo? Todos los intérpretes los piensa, los piensa el autor. Sí. Bueno, eso es verdad, ¿no? Es una galería de personajes, ¿no? Los diferentes amos por los que va pasando Lázaro, ¿no? Por un deslacen final, ¿no? ¿De acuerdo? Pues eso es un aspecto que tiene la obra, ¿no? Pero si nunca se nos olvida, ¿no? El tema ese, ¿no? Que no deja de quitarse culpa, ¿no? De disculparse de una situación a vuestra merced, de una situación que parece, al principio, ¿no? De sonrosa, ¿no? En medio de un caso de deshonra, no de honra, ¿no? Por eso es un antihéroe, no es un héroe Lázaro de Cortés, ¿no? Es justamente lo contrario, ¿no? Es un antihéroe que puede ser más o menos simpático, ¿no? Más o menos sinvergüenza, más o menos cínico, ¿no? ¿De acuerdo? En algunas interpretaciones, pero es lo que hay, ¿no? ¿De acuerdo? Venga, vamos entonces a leer y analizar ahora ya detalladamente, ¿no? Viendo las figuras, ¿no? Y viendo el asunto. Mira, en rojo os he puesto el qué. ¿Cuál es el tema del texto? ¿De qué habla el texto? Claro, si os ponen el texto en el examen, ¿no? Y dicen, pues, díganos cuál es el tema. Diga usted cuál es el tema. ¿Cuál es el tema? Claro, pues si es la vivencia con el fraile, pues el tema será qué. El fraile, ¿no? El fraile, vamos, digo yo. Pues por eso lo he puesto en rojo, ¿no? Es que yo lo tengo en rojo. Yo lo tengo en rojo. No, no se ve. Ah, no se ve. Yo lo tengo en rojo. No se ve. Estaba con la caja. Ah, vale, es que no lo veis. Tú sí lo ves, ¿no, Laura? ¿Ves las palabras que he puesto en rojo? Pero, ¿están las que están rayadas? No, las que están rayadas son figuras, ¿vale? Y las que están en rojo son el tema. Mira, Laura sí lo ve. Claro. No se supone que vosotros no lo veáis. ¿Eh? Un fraile, mira. ¿Cómo tú escribes el color de un fraile? Pero no está en la segunda línea. En la segunda línea. Ah, que es de la otra línea. Después tenemos le. Le. Pues ese es quien es. Llamaban al fraile, pues rojo también porque es el tema, ¿no? Aquí está entre paréntesis el fraile porque está omitido, ¿no? Dice gran enemigo del coro, pero gran enemigo del coro, ¿qué? ¿Quién? El fraile era, ¿lo veis? Eso está omitido. Pero que esté omitido. Que, ¿veis aquí? Por eso lo he puesto en rojo. Y también el fraile era un perdido, ¿no? Por andar fuera, ¿no? Estaba perdido, estaba loco. Era un apasionado de la calle, ¿no? Eso es estar perdido por, ¿no? ¿De acuerdo? Y también, ¿quién era amigísimo de negocios seglares y visitar tanto que no sé qué? Pues el fraile, ¿no? También está omitido, pero está, ¿lo veis? Por eso es nuestro tema. Porque el tema es lo que está en todas las partes del texto. De una manera implícita o explícita. O sea, el fragmento habla del fraile. El fraile es su tema, ¿no? La catadura moral, si queréis, del fraile. Será de lo que estamos hablando. ¿O no? ¿O es otra cosa? No. Pues eso, de eso estamos hablando, ¿no? ¿De acuerdo? Pero del fraile, ¿no? El fraile es nuestro tema, ¿no? ¿Veis? Después tenemos en la oración esta de concesiva. Tanto que, pues él, pues lo he puesto en rojo. ¿Por qué? Porque vosotros no lo veis en rojo, ¿verdad? Pienso que el fraile rompía, ¿no? Más zapatos. Más zapatos que todo el convento, ¿no? Pues él. Este, ¿quién? El fraile, ¿no? También en rojo. Me dio los primeros zapatos que rompí en mi vida. Más los zapatos, entre paréntesis, porque no está. Es un fe humano. No me duraron ocho días. Ni yo pude con su. En rojo su, porque es el trope del fraile. ¿Lo veis? Por eso está todo. Todas esas palabras están en rojo. Porque señalan el tema. Señalan la cosa de la cual... Vale, el texto habla que es del fraile de la merced, de la catadura moral de ese fraile. ¿Y eso es el tema? Ahora explicamos las figuras. ¿Vale? Vamos a ir parte por partes, ¿vale? Mirad, ¿veis? Son tres oraciones, ¿no? ¿De acuerdo? Eso es lo que constituye el conjunto de oraciones que tenemos. Son tres, ¿no? La primera será una oración, ¿no? Coordinada por i, ¿no? Yo hube de buscar... El amo, entre paréntesis. ¿Por qué? Porque no está, está omitido, ¿no? ¿Sí o no? Pues este amo, ¿no? Es un elipsis, ¿no? ¿Por qué? Porque amo no figura en el contexto. Lo tenemos que poner... Hombre, dices, no, sí está en el contexto. Porque está en el contexto de los tres anteriores tratados, ¿no? Vale, pues entonces en vez de llamarle elipsis lo puedes llamar teuma. Pero no está en el contexto inmediato la palabra amo. ¿Y cómo la pones tú entonces? Pues no. ¿No? Por el conocimiento que tenemos de la obra. ¿Sí o no? Pues a eso le llamamos elipsis. Cuando esa palabra comitimos está en el contexto, pues entonces hablamos de teuma. Es decir, tanto elipsis como teuma, ¿no? Son dos figuras por supresión, ¿no? Porque suprimimos un elemento sintáctico, ¿no? Un elemento de la oración, ¿no? En este caso, el núcleo del complemento directo. Sujeto yo predicado hube de buscar... Amo. Pues veis, si quitamos amo y dejamos el cuarto, ¿no? Pues, entendéis, hemos suprimido el núcleo de ese sintagma en función de complemento directo. Pues a esa supresión, ¿no? A ese quitar, es a lo que llamamos elipsis o teuma. Son las dos, ¿eh? Con una cuando no está en el contexto y la otra cuando está en el contexto. Es decir, cuando quitamos una parte de la oración, no una oración completa, porque entonces es decir otro nombre, ¿no? Pues... Esa figura se llama así. Es una figura que requiere la atención del lector continuamente y la colaboración del lector, ¿no? En tanto que el lector, para comprender el texto, tiene que rellenar ese hueco vacío para saber el cuarto qué, el cuarto mandamiento, el cuarto... El cuarto pan, el cuarto qué, ¿no? Entonces tú ya, ¿no? Te obliga a poner lo que falta para entender el texto, ¿no? Son recursos que requieren de la colaboración. Son recursos que requieren de la narrativa del oyente, para que esos huecos, esos vacíos, esas cosas que faltan, ¿no?, esas elipsis, las rellenemos, ¿no? También produce otro efecto, ¿no?, que es el de la rapidez narrativa, ¿no? Al eliminar partes de la oración, ¿no?, pues la lectura es más dinámica, más rápida, ¿no? ¿De acuerdo, eh? Y así es como, ¿no? Las elipsis pueden ser muy amplias, ¿no? Hablamos en el cine elipsis. Pues no sé. Cuando pasamos de la niñez a la madurez. Sin secuencias de entre medias, ¿no? Entonces eso está omitido, ¿no? ¿Entendéis? Y pasamos de un personaje niño a uno mayor, ¿no? Y hacemos la elipsis o la edición, ¿no?, de toda una parte de la vida del personaje que estamos tratando, ¿no? ¿De acuerdo? Porque si pudiéramos contar todo, ¿no? Pues hay cosas que se omiten, ¿no? Por irrelevantes, por poco interés o por intención de querer omitirlas, por lo que sea. ¿Entendéis? Pero son recursos pues para eso. ¿No? Para que, abreviar el relato. Abreviar y dar rapidez al asunto, ¿no? Es decir, parece que en principio la caracterización estilística con tantas elipsis o zeumas, ¿no? Todo lo que está entre paréntesis, ¿no? Parece que el narrador, ¿no? Pretende, queréis, si queréis de alguna manera, ¿no? Que pasar el trago del trailer lo antes posible, ¿no? Es decir, quitarse al amo, ¿no? Lo antes posible del asunto, ¿no? Es decir, abreviar esa parte de su vida, ¿no? Que no quiere recordar, ¿no? O que no quiere contar, ¿no? Después eso no lo va a hacer explícito al final, ¿eh? Con una otra figura también de omisión. Pero no en este caso de palabras, sino de secuencias enteras, ¿no? Dice en la opción cinco. Y por esto, por lo que ella ha dicho, ¿no? Por el trote y todo eso de los zapatos. Y por otras cosillas que no digo, ¿no? Es decir, esas cosillas que no dice, ¿no? Esas son las cosillas que se omiten, ¿entendéis? Y esa es la figura textual, ¿no? Que llamamos en latín preteritio o preterización. ¿De acuerdo? Son tres las figuras textuales por omisión. ¿De acuerdo? La percusio, la preterización o preteritio, ¿no? Y la reticencia. ¿De acuerdo? Y son dos figuras gramaticales por omisión. Que son la elipsis y el ceuta, ¿no? Aquí todas esas cosillas que deja de contar o que no quiere contar. Podría ser todo un texto entero que se omite. Por lo que sea, porque no quiere contarlo, ¿no? ¿Por qué motivo no quiere contar todas esas vicisitudes de su vida con el clérigo? Pues bueno, no lo sabemos, ¿no? Enrico dice, no, es que eso es un recurso muy común. En las epístolas, en las cartas. Que es la estructura que tiene la obra, ¿no? Y precisamente como es un recurso común de abreviación, ¿no? De pasar por alto determinadas cosas, ¿no? Y no contar lo que tal. Pues es simplemente un recurso estilístico propio de ese género, ¿no? Al que llamamos epístola, ¿no? ¿De acuerdo? Esta figura estilística que es la pretericio, ¿no? Pero claro, los mal pensados dicen, no. No lo quiere contar porque lo que no se puede contar o revelar. De relaciones homosexuales, directamente. O del pecado de Fando, ¿no? Porque eso es inaceptable, ¿no? Eso es muy detestable, ¿no? En la época estamos hablando de eso, ¿entendéis? Y por eso no va a decir que el fray le hizo esto o le hizo aquello. Le violó o no le violó. Abusó sexualmente de él o no lo abusó. Y por eso hace esas preterizaciones. Es decir, decir que no va a contar, ¿no? Y no contar, omitir, ¿no? Una parte que decide el narrador. Darla por no contada. Entendida, entendida. No, entendida no. No contada directamente, ¿no? ¿Veis la relación entre la figura textual por omisión? Que es la pretericio, la pretentación, ¿no? Respecto a la figura sintáctica por omisión. Que es el teumaiore nixis, ¿no? Bueno, no es exactamente lo mismo. Por eso una es una figura sintáctica. Porque elimina una parte del discurso. Y el otro elimina en mediados enteros. Por acciones completas, ¿no? Que serían todas esas cosillas que no nos quiere contar. Que serán las que nos tendremos que imaginar qué cosillas son esas. Pero tan detestables, ¿eh? Que no... Lo que sea. ¿Entendéis lo que os quiero decir? Pues son figuras semejantes, ¿no? Figuras por omisión. Pero unas afectan a partes de la oración y otras afectan a enunciados completos. ¿De acuerdo? ¿Eh? Bien. Venga. Pues eso es. Yo he señalado en la primera elipsis y paréntesis porque yo entiendo que este que digo es un paréntesis. ¿No? Porque no cambiaría nada si lo quitamos, ¿no? Dice, las mujercillas me encaminaron al fraile. ¿No? ¿Sí o no? ¿De acuerdo? Que digo, o que he dicho, o que dije, como dice la otra emisión, no añade nada. ¿No? Es como un paréntesis, es como una especificación, ¿no? De que esas mujercillas ya han sido mencionadas en capítulos anteriores. Por eso decía que este capítulo... Este capítulo contiene personajes que son anteriores, cosa que no pasa. Es decir, con el clérigo no hay personajes de la vida del ázalo con el ciego que aparezcan con el clérigo. Y con el escudero no hay personajes que aparezcan en la vida del clérigo que aparezcan en el escudero. Sin embargo, en la historia del escudero están esas sus vecinas, que son esas mujercillas que aparecen en el capítulo siguiente, que es el del fraile. Sí, sí, efectivamente. Efectivamente. Por eso son las mujeres, las mujercillas que digo. ¿No? ¿De acuerdo? Esas que ya he mencionado en el capítulo anterior. Pero eso no va a pasar en todos los... En ningún capítulo. Es decir, lo que cuentan los personajes que aparecen en el escudero no aparece en el siguiente. Y así sucesivamente. ¿Entendéis? Es un capítulo, ¿entendéis?, en el que curiosamente aparecen personajes mencionados en un capítulo o en un plantado anterior. ¿De acuerdo? Pero es una indicación, como veis, que se puede suprimir completamente. ¿No? Es una oración que introducimos en el texto, ¿no?, como si fuera un paréntesis, ¿no?, para especificar que esas mujercillas ya han sido presentadas en capítulos anteriores. Sí, pero además el artículo, como dices, parece que esa cosa está hecha por medida de... Puede ser. ...mujercillas y eliminaban a las mujeres. Claro. Puede ser. Eso es. Esas mujercillas, ¿no?, están caracterizadas, ¿no?, como habíamos dicho. Y también, si os dais cuenta, ese que digo se contrapone a lo que no dice al final, ¿no? Es decir, si la primera oración empieza con un que digo, la última termina con un... No. ...no digo. Que no quiero decir. Que... Eso es. Y todos los... Y lo que no quiero decir. ¿Entendéis? Y eso es lo que digo. El paréntesis... Que ese era amigo, lo que fuera, de las chiquitas. Pero lo que no digo son las cosas con las que abandoné al fraile. Eso no lo quiero contar. ¿Entendéis? Entonces hay una oposición clara entre ese que digo con ese que no digo del final. ¿Entendéis? En Lazarillo siempre vamos a tener relaciones entre unas secuencias y otras, ¿eh?, siempre. Eso va a ser... Los tenéis siempre que ver y estar atentos a todas esas repeticiones de palabras, ¿eh?, todo eso porque, ¿entendéis?, siempre marca algo. ¿Vale? Vale. Pues venga, vamos a la 2. En la 2 ya hemos visto que la elipsis es fundamental, ¿no? Es decir, que los tres enunciados... Bueno, si la primera oración era una oración coordinada por i, ¿no? Es decir, son dos oraciones unidas por i. Yo hube de buscar un amo, ¿no? Y este fue un fraile. Ya está, ¿no? ¿Veis? Es una oración, ¿no?, coordinada, ¿no? Es una oración compuesta. ¿Sí? ¿De acuerdo? Es verdad que la segunda oración contiene una oración subordinada. ¿Sí? ¿No? De relativo al cual lo que sea. ¿No? ¿De acuerdo? Pero es una oración compuesta. En la siguiente oración, ¿no?, tendremos oraciones que se llaman justapuestas, ¿no? En tanto que no hay ninguna marca, ¿no? Entre el primer enunciado es... El fraile era gran enemigo del coro y de comer en el convento. ¿No? Podríamos haberlas unidos con i, ¿no? Y entonces hubiéramos tenido una oración compuesta. ¿Sí? Pero estas son oraciones justapuestas. Es decir, unidas por una pausa. Claro, eso lo que produce es ese relato moral porque ahora estamos en la descripción moral del fraile, ¿no? Estamos describiendo cómo era el fraile, qué costumbres tenía, ¿no? Qué moralidad tenía, ¿no? Al principio tenemos una pincelada. Era pariente o amigo de las mujercillas. Ahora tenemos muchas más, ¿no? Era enemigo del coro y de comer en el convento. Pues ya tenemos información más sobre el fraile, ¿no? Pero no es una información de su físico. Sino de sus costumbres. De su moralidad. Que como veis, si era enemigo del coro y de comer en el convento, pues muy buen fraile. No tenía que ser. ¿Sí o no? Fijaros que también caracteriza, por eso lo he subrayado, coro, comer, convento. Todas empiezan, ¿no? Con una misma... Con un mismo sonido, ¿no? Entonces, ¿cómo se llama ese recurso? Aliteración, ¿no? Es un recurso de carácter que todavía no lo hemos visto. Pero lo veremos, ¿no? Lo veremos mucho, ¿no? Como fonético, fonológico, ¿no? Porque afecta no a la sintaxis, ¿no? No a los enunciados, ¿entendéis? Sino afecta a los fonemas. Afecta a los sonidos, ¿no? ¿De acuerdo? Es decir, son figuras que están en el nivel de la fonología, ¿no? Fonético, ¿no? ¿De acuerdo? Porque ya hemos visto que las figuras, ¿no? Se organizan eso. Siguiendo los diferentes niveles de la lengua, ¿no? Fonológico, morfológico, ¿no? Léxico, ¿no? Sintáctico, semántico, ¿no? Textual y pragmático, ¿no? ¿De acuerdo? Serían niveles, ¿no? En el estudio de la lengua, ¿no? ¿De acuerdo? Pues a todos esos niveles se clasifican las figuras dependiendo de a qué nivel, ¿no? O en qué nivel se encuadra esa figura, ¿no? Bien. Lo que nos está subrayando, como veis, es esa, ¿no? Es la contradicción, ¿no? Entre su condición de fraile, ¿no? Y lo que hace, efectivamente, ¿no? Es una caracterización sin duda negativa, ¿no? Y a eso, ¿no? Bueno, la siguiente. Pues el fraile estaba... Era perdido o estaba perdido, ¿no? Por andar fuera. ¿Fuera de dónde? Del convento. Claro. ¿No? Esa expresión. Andar perdido o estar perdido o imperdido es sinónimo de... Es sinónimo de apasionado. ¿De acuerdo? Era apasionado por la calle, ¿no? Era un fraile callejero. No se pasaba rezando en el foro, ni siquiera comía, ni nada, ¿no? Sino que era un fraile, como veis, ¿no? Que estamos caracterizando o describiendo, ¿no? Pues su catadura moral. ¿Sí o no? Sí. Pues ya está. ¿Veis? La siguiente. Era... Debería salir, ¿no? Amigísimo, ¿no? De negocios seglares y visitar. Y ahora, una oración subordinada. Tanto qué, ¿no? Él rompía más zapatos que todo el convento. Convento, convento, ¿no? Estamos repitiendo la oración al final de la primera y de la última oración de la serie. ¿Sí o no? Entonces, cuando repetimos una palabra al final de una secuencia, ¿cómo lo empezáis? llamamos? Esa repetición. Si hacemos la repetición al principio, decimos que es una anáfora. ¿Sí? Y si la hacemos al final, ¿qué será? Epífora. Epífora, claro. ¿Veis? Por eso tenemos el C humano en el que hemos omitido el sujeto y el núcleo del predicado, ¿no? El fraile era, ¿no? Solamente tenemos los atributos, enemigo, perdido, amicísimo, ¿no? Y a la interacción, que ya la hemos subrayado, la epífora, convento, convento, y la figura epopeya, que es la descripción moral del tema, ¿no? El fraile era así. ¿No? Es decir, era, pues si queremos resumirlo todo así, pues era, pues un depravado sería demasiado, ¿no? Pero era un fraile especial, ¿no? Es decir, no era un fraile a luz. Era un fraile, pues eso, enemigo del coro, ¿no? Amicísimo de las visitas, ¿no? Andarín y todo eso, ¿no? Sí, ¿eh? Y perdido, apasionado por la calle, ¿no? Con la vida con la vida seglar, ¿no? Es decir, un fraile poco frailuno, ¿no? Así de permitir la expresión. Pero veis, eso es a lo que llamamos etotella. Porque la etotella es una descripción de las características morales, ¿no? Lo podríamos haber descrito de una manera física, ¿no? Y para describir la lujuria, haberle puesto una gran nariz, ¿no? O cualquier otra cosa, ¿no? Que se notara la lujuria del individuo, ¿no? Entonces le estaríamos describiendo físicamente, ¿no? ¿Veis? Pero no deja de ser una descripción moral de la persona. Y esa descripción recibe el nombre de etotella. Y eso es una figura de carácter textual. ¿Por qué? Porque no se trata de añadir palabras, un epíteto, ¿no? Que sería una figura sintáctica. Sino de añadir oraciones, enunciados. Por eso se habla de figuras textuales, ¿no? ¿Me seguís? Ya hemos hablado de la descripción, ¿no? Y fijaros cómo se para el relato, ¿no? Lo que es estrictamente narrativo es eso, ¿no? Yo hube de buscar un cuarto agua. Y este fue un fraile. Pues eso es narrativo, ¿no? Yo hice esto. Ahora despidimos al fraile, se para el relato. Y ahora comienza otra vez el relato, ¿no? Este me dio los primeros zapatos. La descripción, ¿no? ¿Qué es lo que es? Como un gran paréntesis, ¿no? Es decir, una serie de textos que se añaden, ¿no? Y que interrumpen el relato y que describen o físicamente o una descripción del tiempo, del lugar, o de la persona, de sus vicios, de sus cualidades, de su físico, ¿no? Y por eso decimos que es una figura textual, ¿no? Es lo que se llamaban antes figuras de pensamiento. ¿No? Ay, perdonad. Disculpadme que no... Sí. Vamos a... A ver, me deis un minuto porque es una cosa importante. ¿Sí? Gracias. Vale. Pues... Ahora te voy a cortar esto, te voy a quitarlo. ¿Perdonad la interrupción? Nada, nada. Seguimos nosotros con el azarillo. Seguimos pensando, ¿no? Bueno, por lo tanto, veis, en esta parte pues esas figuras, yo sin duda, de todas esas, yo destacaría o comentaría la epopeya. Porque si hemos dicho que el fraile es nuestro tema, lo que nos permite saber es cómo era ese fraile desde el punto de vista moral o inmoral. ¿Vale? No, pues eso, por lo tanto, es un aspecto muy relevante del tema. ¿No? La inmoralidad del fraile. ¿No? ¿Estamos de acuerdo? Sí. Por eso, ahí esa figura, quizás, no comentar la literación o el zeuma o la epífoda, pues bueno, pero la epopeya es importante resaltarla porque revela un aspecto o subraya un aspecto muy importante del tema. Es la condición inmoral o amoral o, vamos a decir, distraída del asunto que estamos hablando de nuestro tema, que es el fraile de la pendeja. ¿Entendéis? Pues venga, vamos entonces, ahora volvemos a la narración, en la oración 3, y vemos, pues ahora entramos en estos famosos zapatos que, bueno, ya han sido aquí mencionados en la oración 2. En tanto que el fraile rompía más zapatos que todo el convento, ¿no? ¿Tenemos una construcción de qué tipo? Más que comparativa, claro, ¿no? El fraile rompía más zapatos que todos los frailes juntos del convento. Es una compasión, ¿no? Para que de alguna manera nos explique la condición del fraile, ¿no? Es un fraile muy andariego, muy rompedor de zapatos, ¿no? Independientemente de lo que signifique folclóricamente o popularmente o brutalmente, el hecho de romper zapatos, ¿no? Porque aquí muchos interpretan este romper zapatos, ¿no? Como tener relaciones sexuales, ¿no? Es decir, la lujuria del fraile. ¿Entendéis? Yo no digo que esa sea la interpretación correcta, ¿no? La interpretación literal escandaba mucho y por eso rompía los zapatos, ¿no? Otras interpretaciones simbólicas dicen que los zapatos, ¿no? En este... Y luego alegan, pues no sé, con muchas canciones populares, ¿no? De... Se rompen los zapatos, ¿no? Y el bailar y el romper zapatos tiene en la cuerpo la sexualidad. ¿Entendéis? ¿El qué? Claro, los pies que ha tenido... Sí, bueno, puede tenerla, ¿no? Eso es lo que advierten... Algunos críticos advierten eso, ¿no? Otros no. Como he visto, Ferrico lo que está diciendo es que los zapatos... ¿no? Es simplemente algo que le da como pago a sus servicios, ¿no? Es decir, mantiene una lectura más literal, ¿no? Hay otros críticos que dicen que no, que los zapatos tienen una connotación erótica, sexual y que lo que está diciendo es que si rompía muchos zapatos es que tenía muchísimas relaciones sexuales, es decir, que era muy lastivo, muy lujurioso, era un fraile muy lujurioso. Claro, bueno, ahí fijaros, dice, este me dio los primeros zapatos que rompí en mi vida. Es decir, estos primeros... Para unos dicen es que Lázaro deja de ser tira, ¿eh? Es decir, ya el problema, ya no solamente ya conoce la sexualidad, ya no solamente es la carencia de alimento, que es lo que ha dominado las tres primeras partes del tratado, ¿no? Que sería de alguna manera la infancia, ¿no? Donde la necesidad es el hambre. Ahora ha conocido el sexo, ¿no? Lo tengo en el puente. Y me arreglo los zapatos, estoy tomando... Pero aquí está lo que es el sexo de la tía. Claro, aquí ya conoce de una manera directa, la sexualidad ya la conocía con el ciego. Porque fijaros, el ciego se dedicaba a eso también, se dedicaba, y bueno, el tema de su madre también era prostituta, ¿no? ¿Entendéis? Estaba trabajado en un mesón, ¿no? Pero él no había experimentado la sexualidad porque era niño, ¿no? Porque era niño... Era un nene, ¿no? No había pasado... Es decir... Bueno, pero esto es una interpretación, ¿no? Es una interpretación de parte de la crítica, no decir que eso sea así, porque yo no lo afirmo. Porque además, fijaros, siguiente oración, ¿no? Esa será la primera oración, ¿no? Este me dio los primeros zapatos, ¿no? Y ahora la siguiente oración, ¿eh? Es una oración bien justapuesta, no hay nexos, ¿no? Allí es por eso la rapidez, la brevedad con la que se trata de relatar o de acabar este asunto, ¿no? Que puede parecer, ¿no? Un poco espinoso, ¿no? Un poco difícil de explicar, ¿no? En la que directamente él no quiere entrar a explicar, ¿no? Por eso dice que... Y por otras cosillas que no digo, ¿no? ¿De acuerdo? Pues está en esa falta, ese asíl de tono, ¿no? Tenemos falta, ¿de qué? De conjunciones, ¿no? Porque la primera frase, hubiéramos hecho la etopeya poniendo is, ¿no? Era gran enemigo del coro y era o estaba perdido por andar fuera y amiguísimo de visitar, ¿no? Y esta sí, con de igual, ¿no? Este me dio los primeros zapatos y los zapatos no me duraron ni ocho días. Pero ¿cómo van a durar tampoco los zapatos? ¿No? O bien, es una hipérbole. Si hacemos una lectura literal, eso sería una hipérbole, ¿no? Claro. Claro, ¿no? Claro. Los zapatos. Pero veis, tenemos zapatos en la oración 2, al final. Tenemos zapatos en la oración 3, al principio, y tenemos zapatos aquí aunque está omitido, ¿no? Hay un zeuma. ¿Sí o no? Tenemos los zapatos, ¿no? Que está omitido, por eso he puesto zeuma, ¿no? ¿De acuerdo? Fijaros entonces que los zapatos, ¿no? Tienen ese aspecto. Y los predicados de zapatos, ¿no? Duraron los zapatos, o durar, o yo durar más, ¿no? Ni pude yo durar más, ¿de acuerdo? Tenemos un polígoto, ¿no? Porque jugamos con diferentes personas, ¿no? Y comodos, ¿no? En infinitivo, etcétera, ¿no? Es decir, ¿veis? Cambiamos las desinencias verbales y mantenemos la raíz, polígoto, ¿no? ¿Veis? Y también tenemos una epanadiplosis, porque esa segunda oración coordinada con ni, ¿no? Empieza por más y termina por más. Entonces, cuando las dos palabras se repiten al principio y al final, se llama epanadiplosis círculo. El polígoto también es con continuidad y con durar. Claro, ¿no? Claro, porque en un momento decía rompía y rompí, ¿no? Y después la epanadiplosis, ¿no? La tenemos en que más empieza esa oración, ¿no? Y termina con otro que más. ¿Sí o no? Por eso esa figura se llama círculo, porque empieza y termina con la misma o en el mismo punto, como un círculo, ¿no? Eso es la epanadiplosis. ¿Correcto? Sobre los números, pues ahí ya entramos en un bacalao que no vamos a entrar ahora. Sobre los ocho, ¿no? A los ocho años es cuando su madre le entrega. Después aparece ocho en cuanto a las horas. Ocho en cuanto a los días que el escudero no come. Pues no lo sé. Yo tengo que constatar que si tú vas a la edición de Cervantes, ¿no? Y vas a las concordancias, pones, escribes ocho concordancias y te aparecen todas las veces que aparece ocho en el cazadillo. Y entonces ves que los contextos de ocho son estos que te digo. O bien se refiere a días, o bien se refiere a horas, eran las ocho cuando empezó a salir el otro a caminar, ¿no? Porque el escudero también es un lujurioso. No lo hemos leído, pero el escudero es un lujurioso. Se muere por las mujeres. No tiene un duro, pero... Y hay un episodio muy gracioso que se va al río a ver a las prostitutas, pero las prostitutas notan que él no tiene dinero, y le dicen que por aquí, que te vi, que primero paga, ¿no? Y después ya hablamos. Es un puesto de hambre y no lo hace en mi caso, pero él se muere por decir la sexualidad. Y la comida en el escudero es algo evidente, ¿no? También la simbología cuando levanta la espada y dice, esta es la mejor espada que no sé qué. La espada y la sexualidad y el palo y todo eso son... Pero es la cadena. Bueno, lo que... Eso es la falta. Es la carencia. Bueno, pues eso, la carencia. Pero es importante ese tema, ¿no? Además, la carencia y la interferencia de esas dos secuencias, ¿no? Porque de alguna manera la sexualidad es lo que le va a dar el comer, ¿no? En tanto que su mujer es la mantenida del otro, ¿no? Y ahora está tan así, pero pues... Total, el escudero. No tenía dinero. Todo. Bueno. ¿Veis? Pues de un lado tendremos esas figuras, ¿no? Y esa interpretación, ¿no? De primero, te van a durar ocho días los zapatos. Muy malos tienen que ser los zapatos. Y después, el trote, ¿no? El trote es qué es lo que el trote. Pero relacionado con qué. Trotar. ¿Quién es trotar? Eso sí. Es cabalgar de pisa. El trote tiene que ver con los caballos. Tiene que ver, ¿entendéis? Con cabalgar. ¿Entendéis? Por eso no pudo durar más con el trote. El trote del ciego. Es decir, el ciego le daba en la interpretación que el fraile, perdón, le daba tal trote al chiquillo y que el chiquillo no podía más. Es decir, le mataba porque este fraile las... Eso sí, es una interpretación. Podemos interpretar también que no es así. Que esto simplemente es que andaba mucho y que trote es metáfora de andar deprisa. ¿Vale? Pero los hay que dicen no, es que trote y cabalgar. Cabalgar tiene una connotación claramente sexual. Y entonces está haciendo relación a que el fraile cabalgaba al niño. Y que era su primera experiencia sexual. Por eso dice que por esto y por otras cosillas que no digo, que no voy a contar, ¿no? Esa es la preteritio, ¿no? No contar todo lo que viene después. Me fui. Porque si le da zapatos, ¿por qué se iba a ir de él? ¿Por qué se iba a ir? Porque iba a abandonar el fraile. Si no dice que... Porque no dice que el fraile no le daba de comer. El fraile, aquí, el fraile parece que no hay mención a que no le dé de comer. Al revés. Se supone que le da de comer porque no se queja que no come y además le da zapatos. Porque se va a ir. ¿Vale? ¿No me explican que no se queje de que se va a tomar un trago con un chico? Es que al final no se ha visto. Bueno. ¿Cómo digo? ¿Qué te pasa? Bueno. Yo creo que lo habéis visto con claridad, ¿no? Y como según algunos pues estamos en eso, ¿no? Que vamos a marcar ya la época, pues ya definitivamente si la época infantil la vamos a dividir, ¿no? En lo que sería lo propiamente infantil, ¿no? De lo que llega de lo infantil hasta la adolescencia, ¿no? En nuestro lenguaje de hoy, ¿no? Si la adolescencia es la aparición de la sexualidad, ¿no? Pues, ¿eh? Para otros la sexualidad está desde la niñez, ¿no? Para los psicoanalistas. Pero bueno, quiero decir, ¿no? La sexualidad es la adolescencia, ¿no? Pues estamos en ese trámite, ¿no? Hemos pasado la primera que sería la infancia, ¿no? Es decir, la infancia pura que está con la madre, ¿no? Esa infancia pura con la madre se termina con el ciego, que empezaría esa segunda infancia. Y esa segunda infancia terminaría aquí, con el descubrimiento, de alguna manera, ¿no? En primera persona, según esas interpretaciones, de la sexualidad. De una sexualidad negativa, claro. ¿Por qué haces el sexo? Son las que traen el hilo con un todo hacia la sexualidad. Puede ser, puede ser. De la sexualidad espiritual. Sí, sí, sí. Bueno, en cualquier caso, ahí estamos, ¿no? Si no queremos meternos, si nos cae este fragmento en el examen, que es un fragmento que se estudia poco, pues, bueno, no hace falta que entremos ahí con tantas explicaciones. Nos quedamos, si queréis, con lo más fácil, que es la lectura literal, ¿no? Y que, bueno, si trotes una metáfora por andar, como hacen los caballos, es porque anda mucho. Que los zapatos le duraron tan poco, porque, bueno, porque hoy éramos malos los zapatos que les regaló. Hemos perdido la inocencia. Bueno, oye, pero a lo mejor nos pasamos en la interpretación, ¿no? Venga, finalizamos entonces ya este, que ya además es tardísimo, ¿no? No me voy a dar tiempo. Pues terminamos ya, ¿no? Os he recomendado dos lecturas, ¿no? Dos enlaces de interés. Una, como os he dicho, de Manuel Ferrer Chivite, que es un artículo muy cortito, que son los silencios de Lázaro, que os lo aconsejo. Y también este de Antonio Alatorre, que, fíjate, el mismo título, ¿no? Pero tiene de bueno que hace un repaso a todos los estudiosos del lazarillo de torres, ¿no? Generalmente para ponerlos a todos a caldo, ¿no? Es decir, para criticar a todos los que, de alguna manera, acusan a Lázaro de cornudo, acusan a Lázaro de aprovechado, de cívico, de ambicioso, de desvergonzado, de homosexual, es decir, de todos los que interpretan, hacen una interpretación, una lectura más o menos simbólica, o más o menos segunda lectura de Lázaro, que son la mayoría, desde Rico, porque aquí todo habla eso, el tema principal son los cuernos. Lázaro Carreter, Batallón, Molho, en fin, toda una nómina enorme de autores, ¿no? Entonces, lo bueno que tiene el artículo de este señor mexicano, del Colegio de Letras de México, de Antonio Alatorre, es eso. Independientemente que pueda estar de acuerdo con su lectura literal, lo bueno que tiene es que os va a dar un panorama muy amplio de muchos autores que tratan sobre el lazarillo, con un punto de vista, como él dice, denigrador. Es decir, que hablan de los cuernos, y ya veréis que es la mayoría de la crítica. Pero es interesante que lo veáis. También es cortito, pulsáis en el enlace y lo podéis ver. Es la nueva revista de filología hispánica en ese número, etcétera, etcétera. Venga, pues me tengo que despedir, que ahora tenemos otra tutoría, y ya pues hasta la semana que viene, que ya cerraremos el capítulo de lazarillo, ¿vale? Venga, hasta la semana que viene.