Trasca. Bueno, ya. Pues bienvenidas y bienvenidos a esta clase número 2 del cuatrimestre. La pasada fue la clase metodológica en que estuvimos dando algunas pistas sobre cómo organizarnos en este segundo cuatrimestre a las novedades mundiales de la UNED que suponían poder hacer trabajos de investigación libres y exámenes también libres y con material. Hay que añadir este cuatrimestre lo que estáis viendo en el chat, los que os habéis diferido, y es que podemos trabajar colectivamente los temas que vayamos a proponer. Mi propuesta era que cada trabajo, cada artículo se evaluase individualmente para que no asumierais el karma de vuestros compañeros y compañeras más perezosillos o lo que sea. No es una especie de banda de galeotes lo que quiero formar. Ahí va. Esto se está yendo. ¿Qué coño le pasa? ¿Me estáis oyendo? Hola. Sí, ¿me oís? Se ha ido la cámara. Se fue el doble ese y la imagen no se ve, claro. Ay Dios, qué infierno. ¿Dónde estás, mono? Ah, ¿me veis? Pues yo no me veo. Eso es peor. Ojo, cómo está hoy la plataforma. Bueno, yo no me veo, así que me da igual. No hace falta que me vea él mismo. El loro se acaba de ir volando, lo siento. Bueno, volvemos a la clase. ¿Qué estamos diciendo? Metodológicamente la propuesta es que trabajéis en grupos, que en grupos hagáis evolucionar los temas y los hagáis especificarse, que en grupo defináis qué aspectos del tema trata cada cual, ¿vale? De tal manera que os corrijáis unos a otros, que os... Os recordéis la bibliografía, que compartáis recursos, que los investiguéis juntos, que da mucho más gusto, ¿verdad? La UNED, que no hacerlo uno solo. Pero la evaluación luego, a no ser que me pidáis lo contrario, yo la haré de cada una de las aportaciones. O sea, cada uno, como en un libro colectivo, cada uno firmará su propio artículo, su propia aportación y yo la juzgaré tal cual. Hombre, también juzgaré el trabajo de equipo, evidentemente, pero vamos. La argucia es más bien de orden... ...de generar una inteligencia colectiva desde ponerla a funcionar, desde que nos veamos compartiendo recursos, compartiendo direcciones de investigación y discutiendo, en vez de que van los temas de los trabajos, los infinitos temas de trabajo, como nos pasó el trimestre pasado, pues poder discutir más bien cosas quizá algo más interesantes relacionadas con el tema que nos interese, ¿de acuerdo? Esta es la base de la propuesta, es muy sencilla, como todas mis propuestas. Vamos a ver si la echamos adelante. Contamos con Amanda, que es una becaria de... ...investigación, que está entrando, ha entrado ya hoy en el foro con mis claves. Ya es indistinguible de mí mismo a ver quién descubre al verdadero Jordi y al doble Amanda, pero lo iréis viendo y a ver si la vamos aterrizando. De momento hemos abierto ya el foro de fotografía, el de cine y el de arte y activismo, aparte del de lo bello, lo feo, el infumable y otro más, que no me quiero acordar. Pero bueno, metámonos ya en harina, por favor, que son y cuarto, luego se nos hace corta la clase. Hoy quería hablaros de un tema peculiar donde los haya. La melancolía. ¿Por qué todo ser excepcional es melancólico? Esa pregunta es la pregunta que abre el problema 30 de la física de Aristóteles, un libro tripulido a veces a Aristóteles, otras a Teofrasto, que era uno de sus discípulos más aventajadillos. Y es el problema, por excelencia si queréis, de la generatividad, de la creatividad. Y ahora veremos por qué. Tiene 2.500 años de antigüedad, o tantos otros, o más, pues filosófica sigue dando guerra actualmente. Y la vamos a ver desde varias perspectivas. Os voy a plantear este tema porque, aunque evidentemente no tiene gran cosa que ver con la autonomía modal ni nada de esto, sí que es una de estas direcciones, uno de estos vectores que entra de lleno y que atraviesa un montón de discusiones que nos pueden venir bien para varios temas. Me estáis siguiendo, ¿verdad? Nadie dice nada. Debo entender. Ah, no, sí, sí. A ver. Acá está. Vale, vale, vale. Es que se ha quedado el foro muñeco también. De acuerdo. Aquí abajo, un pequeñito, debajo de por qué todo ser excepcional es melancólico, está la clave. La clave etimológica, como casi siempre en mis explicaciones. La clave de los palabras. Porque un ser excepcional, alguien excelente, alguien generativo, alguien creativo, dice Aristóteles, y para él es lo mismo en poesía que en política que, de alguna manera, en el arte de vivir, ¿no? Es difícil el arte. Eso en griego se dice un peritoi. Lo que ahora nos ha quedado el perito, ¿verdad? O el perito, como se llame. Lo de los seguros. Pues fijaos, lo que ha cambiado el mundo. El peritoi era en Grecia un nombre excepcional, alguien realmente capaz de cambiar la vida propia, la de los demás. Y ahora es un señor que se dedica a mirar coches escachuflados. Pero vamos, un peritoi era esto, un ser excepcional. ¿Qué es lo que tiene el peritoi? Tiene perisoma. El perisoma es lo superfluo, lo excesivo, lo que nos sobra en el cuerpecillo. Los aristotélicos, Galeno, Hipócrates y todos estos hablaban de que en la digestión, que era como una cocción, ¿verdad? Cocías, hacías un cocido, una olla con todo lo que comías y tal. Sobraban cosas. Cuando a alguien le sobran cosas y tiene que echarlas fuera y tiene un exceso, cuando alguien es un ser excesivo, cuando alguien está sobrecargado, es un peritoi. Tiene perisoma. ¿Me seguís? Esta es la línea etimológica. Los seres excepcionales son melancólicos porque la melancolía... La melancolía es producida por ese exceso de humores, ese exceso de producción corporal que necesita encontrar una salida. El ser excepcional es un salido, con perdón. Es alguien que está siempre desbordando sus propios límites, sus propios cauces. Por eso la melancolía está relacionada con la generatividad, que es como nosotros llamamos a la creatividad. Hablo de creatividad, como ya sabéis, en la filosofía, en la filosofía, en la filosofía, en la teología. En cambio, la generatividad... Está muy vinculada con el reto de este que hemos hablado varias veces, con el genio, ¿no? Con el ingénere, con el ingenio, con lo que generamos desde dentro, ¿no? La noción de gen, de kin, de clan. Todo eso que nos sale de dentro. La melancolía está relacionada con la generatividad porque el melancólico es el peritoi, es el que tiene un perisoma, es el que se sale. El salido, que González conoce varios, me parece interesante. Qué vida tan intensa. Y... Y eso hace que estos personajes... sean melancólicos, pero melancólicos ya no solamente porque en ellos predomine la bilis negra, que es lo que significa melancolía, como sabéis, ¿no? Sino porque son post-tagiturnos, son relativamente... Están como decepcionados, pueden ser irritables, pueden buscar la soledad. ¿Cómo puede ser que la gente que sea generativa, que son más creativos que otros, sean tagiturnos, melancólicos o busquen la soledad? Esto es el enigma que preocupa Aristóteles. Y es el que vamos a ver desde varias cuestiones. Efectivamente, hay teorías... Teorías de la depresión, teorías de la crasis. Bonita palabra griega, crasis, que significa mezcla. La mezcla de humores, de temperamentos que nos definen y nos constituyen cada cuerpo. Melancólico. Bueno, hay muchas teorías sobre la melancolía. No vamos a meternos en las teorías históricas médicas del griego, porque sería mucho porción. Pero sí vamos a ver cómo de alguna manera podemos irnos explicando esto. Esta conexión entre la generatividad y la melancolía. Entre la generatividad y las... La decepción radical profunda, de alguna manera, con los órdenes del mundo. Esto suena complicadillo y lo es, pero lo vamos a ir viendo. La melancolía tiene mucho que ver en este sentido con la función estética, tal como la hemos visto en Mukharovsky. Escribo esto enseguida y veréis por dónde van los tiros. El melancólico, de alguna manera, es aquel, como hemos dicho, que tiene perisoma, que tiene exceso de cuerpecillo, que tiene exceso de humores, que tiene que sacarlos. Es decir, aquel que tiene más discapacidad... Es decir, aquel que tiene más disposiciones que repertorio al que aplicarlas. Aquel cuyos repertorios han demostrado ser insuficientes. Aquel cuyas formas, las formas que tiene a su disposición no le bastan, no le cabe toda la energía que tiene dentro en esas formas. Es alguien que está manifiestamente e inevitablemente insatisfecho con los repertorios de formas que tiene. Y por tanto tiene que buscar nuevas formas, tiene que inventar nuevos repertorios para poder verterse, para poder sacar toda esa cocción que tiene dentro y que no puede... que no puede volcar a otro sitio. El melancólico es generativo, tiene que serlo porque no está contenido en sí mismo, no está contento. Alguien contento, ¿verdad? Lo dice la palabra, es alguien contenido. ¿Contenido en qué? Pues por ejemplo en los repertorios, como ya sabemos, o sea en las colecciones de formas que dan de alguna manera aire a una cultura. ¿Verdad? Hay un uff por ahí, pero vamos, seguimos. En esa medida, en la medida en que el melancólico, el generativo, no encuentra acomodo, no encuentra acoplamiento. Por fin, en aquellos repertorios de formas establecidos tiene que generar nuevos repertorios. Pero ojo, un melancólico, un generativo, no es un teólogo. No es un fundador de una religión. ¿Por qué? Porque a diferencia de estos señores más dogmáticos, el melancólico sabe antes siquiera de empezar que aquel repertorio que va a generar va a ser insuficiente. Es decir, aquello que va a ser su obra, aquello en lo cual va a poder verterse, él ya sabe antes de empezar, fijaos qué puñeta, que no le va a bastar. Que se va a quedar corto, maldita sea la estampa, ¿sabes? Y es que no tiene otro. Por eso el melancólico está melancólico. Porque va a currárselo de la muerte, va a generar un repertorio nuevo y aún así no le va a servir, no le va a valer. No sé por qué no avanza el chat y sigue no voy viendo vuestros comentarios al día. No es que sea pesimista. Es algo más... Por eso he puesto aquí lo de la religión. La irresolubilidad de la tensión repertorial. ¿Os acordáis de la definición de función estética en Mukharovski? Mukharovski decía que la función estética era aquella que evitaba que ninguna de las demás funciones se impusiera por completo y monopolizara el proceso comunicativo o el proceso relacional. Con esto pasa lo mismo. La melancolía, de alguna manera, es un resorte que evita que ninguno de los repertorios que generemos, en la medida en que precisamente es un repertorio, o sea, es una colección de formas, en esa medida no es que esté muerto, ya empieza a estar osificado y, por tanto, no le va a servir a nuestro melancólico, no le va a servir a nuestro generativo. A la larga. Le vale provisionalmente, Rodríguez, le vale para ir haciendo apaños, pero no le vale como algo definitorio. No me resisto a pasar un par de pantallas adelante. Esta. Donde está este poema de Machado. ¿Lo recordáis? El día de hace un marinero que hizo un jardín junto al mar. Estaba el jardín en flor y el marinero, como es notorio, se fue por esos mares de Dios. Aquí Machado. Cinco versos. Tanca, un poema japonés de estos. Acuña perfectamente cuál es la actitud del melancólico. El melancólico es un marinero. Pero no es un marinero que esté por ahí rotando, sino que es un tipo que se pringa y que hace un jardín. Y además un jardín junto al mar. Que está currado la cosa, ¿verdad? Y cuando está en flor, cuando el jardín está en su punto álgido, en su óptimo modal, el tipo se tiene que ir por esos mares o a buscar otro jardín. O hacerlo. ¿Vale? Ahora veremos si es una búsqueda con su interior, el Windows, o qué narices busca el melancólico. Lo veremos precisamente en esta pantalla. La noción de melancolía, históricamente, en la literatura médica medieval, ha estado muy vinculada a la locura. Evidentemente. ¿Y cómo se dice loco? ¿Cómo se dice locura? En griego. Se dice de dos maneras. Como está aquí escrito. Se dice éxtasis y se dice manía. El loco es el ecstaticoi o el manicoi. Y... ¿Qué nos vienen a decir estas palabras? Qué bonito lo de la etimología. Pues el ecstatico es el que está fuera de sí. El que está fuera de sí mismo. El que está alienado, ¿verdad? Es un loco. Y el maníaco es el que está excesivamente dentro de sí. Es el que tiene una manía y por tanto solamente sigue esa manía. Y es incapaz de ver lo que hay a su alrededor. Es incapaz de ver las manías de los otros, por ejemplo. O es incapaz de ver su propia inclinación como manía. Por tanto, el loco, el melancólico, o bien está fuera de sí, demasiado fuera de sí, o bien está demasiado dentro de sí de alguna manera. ¿Lo veis? Es una especie de bonita coincidencia. Y aquí abajo he puesto otra cosa. A ver, ya que estamos en esta pantalla... Estático es algo que no se mueve, pero no es la misma palabra. Es éxtasis. No es la noción de estatismo, sino la de éxtasis. Éxtasis. Éxtasis es lo que está basado, lo que está en la misma posición, y éx, que está fuera. No es lo mismo que... Es parecido, pero es la éx y no la ése tal cual. La ése en pura. Vale. Entonces, a lo que vamos, es a que tenemos... Esto de aquí abajo quería marcaros. No sé si lo veis. La creatividad, la generatividad, mejor dicho, consiste entonces en la pulsión de ser otro. O más bien, de ser uno mismo de un modo más afilado. Que es como ser otro. En ese no estar contento, en ese no estar contenido. ¿Vale? El melancólico entonces, quedamos que como tiene un exceso, como tiene más producción, tiene más disposiciones, más vidilla que la que puede dar cuenta... Que aquella de la que podría dar cuenta con los repertorios establecidos, necesariamente genera nuevos repertorios, genera nuevas colecciones de formas, sabiendo que le van a ser insuficientes. Y al hacerlo, revela o bien que está contento, está fuera de sí. Porque ese fuera de sí, sería fuera del acoplamiento socialmente establecido, ¿verdad? O bien genera un dentro de sí que también es un desacoplado. ¿Se puede uno desacoplar? Obviamente a estas alturas ya habréis dado cuenta todos y todas con lo listos que sois, que un melancólico es un desacoplado. Como Hamlet. Hamlet dice que el mundo está fuera de quicio y maldita suerte la mía, dice Hamlet, haber nacido yo para enderezarlo. Es exactamente esto. Esa es la suerte del melancólico. Aunque como siempre, Hamlet acaba muerto. Si sabe que nunca le va a satisfacer nada, ¿por qué sigue creando cosas o buscando cosas? Pues esa es una grandísima y muy filosófica pregunta a la taller. Que yo no me atrevería a hacerme. Porque de hecho, esa es la pregunta que funda de hecho el existencialismo. Por ejemplo, no sé si sabéis, es una de esas cosas de cultura general que Sartre, Jean Paul Sartre, cuando estaba escribiendo La náusea, una de esas, escritos novelas filosóficas que funda el existencialismo, le iba a llamar Melancolía 1 a la novelilla. Le llamó La náusea al final, ¿no? Pero esa tensión por estar vivo sabiendo que no hay ningún fundamento, sabiendo que no hay nada preestablecido, prescrito, ningún sentido predeterminado que vaya a llenarnos porque sí, que no hay Dios, que no hay historia, que no hay nada maldita sea la historia. Eso es el quehacer del melancólico. Y él lo sabe. Y sigue buscando cosas porque es un héroe, como ya sabemos a estas alturas, porque hace lo que tiene que hacer. Como saben hasta mis niños. Entonces, eso es un poco el punto. Si vamos a los clásicos, a Roger Burton, a Aristóteles mismo, a Ficino, a Gripa, veremos que todos los clásicos, todos los renacentistas, hablan que hay una salud del melancólico que está basada en la regularidad de lo irregular, en la normalidad de lo anómalo. Es decir, en el hacer un sistema de esa especie de precariedad, de esa especie de navegación en abierto. Y ese es el saber, al fin y al cabo, que tiene que presidir, fijaros, tanto lo estético como incluso lo ético y lo político. Yo estaba leyendo estos días un libro, sugerencia de una compañera vuestra, de Ana, que se llama Hamlet entre Hobbes y Maquiavelo de Eduardo Reynesi y habla de la noción de la inherente conflictividad de lo político, de lo que siempre, ahora estamos viendo con el 15M, lo que siempre es un conflicto entre la política institucionalizada y lo político que es el instinto, la necesidad, la capacidad de autoorganizarse que tenemos las personas. Cómo esas dos cosas están siempre en choque. Cómo los políticos y las instituciones nos quieren organizar y nos quieren encuadrar y cómo nosotros nos queremos salir. Ese choque es el mismo de alguna manera que estamos viendo acá y sucede en ética, sucede en estética, sucede en política. Lo vamos a estar encontrando todo el tiempo. De lo que vamos a tratar nosotros es de dar una explicación, de dar un encaje de este pequeño, gran, inmenso problema que no sea la explicación fisiológica de los rumores, las flemas y todas estas cosas que teníamos antiguos y que sea una explicación quizá más cercana a los elementos que estamos teniendo. A ver, me dicen que hay compañeros perdidos pues los encontraremos. Esto nos acerca de alguna manera a aquello que hemos estado viendo en estas semanas y que, de hecho, veremos si esta es la razón por la que metemos esta clase aquí en este curso, compañeros. Esto nos acerca a la noción de inspiración, a la noción de modo de relación, de autonomía modal y todas esas historias. En griego inspiración se llama entheon, es esta palabra que está aquí, entheon. Y en griego entheon como sabe cualquiera que haya estudiado griego en el instituto significa lo que pone aquí abajo endiosamiento o entusiasmo, como sabéis el entusiasmo significa justo el dejarse llevar, el dejarse arrebatar por los dioses. Este endiosamiento lo pongo de coña, claro, es el ser tomado por un diosecillo, el ser sorbido, absorbido, habitado por un diosecillo que a estas alturas sabemos que es un daimon, que es un demonio, que es un geniecillo, ¿verdad? Eso que los antiguos llamaban un genio o un daimon, demonio son precisamente para nosotros, para nosotros los modernos, para nosotros los contemporáneos no puede ser más que determinado modo de relación que nos habita, determinada manía que nos organiza. Siguiendo esa manía, siguiendo ese modo de relación generamos un repertorio de formas por ejemplo que de alguna manera le da cumplimiento, le da logro máximo a ese mismo modo de relación. Por eso hablamos de una optimización modal porque es bonito esto de los diosecillos y tal porque en los griegos todo el tiempo dan a entender que esa manía que te habita, ese demonio que te habita no es algo peculiar tuyo, peculiar en el sentido de que haya nacido y vaya a morir contigo como personilla sino que es algo que te trasciende que estaba ahí antes y va a seguir estando después porque tiene un calado como hemos dicho mil veces antropológico porque es parte de un procomún, de un patrimonio compartido de todas, de algunas personillas que se acoplan con ese ingenio que se acoplan con ese daimon ¿verdad? Entonces ese daimon esa especie de bicho te posee como si fuera Stone Poltergeist te posee te ocupa y te hace tensarte como un arco te hace ponerte a hacer lo que tienes que hacer y este es el endiosamiento esta es la inspiración de los griegos y en el caso del melancólico lo es de tal manera lo que es característico del artista melancólico según Aristóteles todos los artistas son melancólicos como todos los filósofos lo somos lo que es característico del artista del filósofo del generativo del melancólico es que sabe precisamente conoce íntimamente la insuficiencia de su esfuerzo sabe que su esfuerzo no va a resolver el problema faltaría más por otro lado es más la pregunta que hacía Bataller antes si sabe que nunca le va a satisfacer nada porque sigue buscando deberíamos invertirla ¿verdad Bataller? deberíamos decir si supiéramos que aquello que hacemos nos iba a satisfacer joder acabáramos menudo tostón la única razón para seguir buscando cosas es porque sabemos con el cuerpecillo sabemos que no nos van a satisfacer que vamos a tener que seguir buscando vamos es una forma de darle vueltas a una pregunta ¿eh Nuria? pero vaya por ahí daría la cosa vale pues esto era lo que os quería introducir así en súper rápido súper breve hemos visto una serie de elementos y lo que quisiera no me ha dado tiempo porque estaba con los boquerones lo que quisiera era que entendierais que este el problema 30 de Aristóteles que arranca en ese momento precisamente en el 2500 llega de lleno hasta el renacimiento y todo el humanismo preilustrado y llega de lleno hasta el romanticismo el existencialismo y las vanguardias o sea que tenemos un hilo que podemos que podemos tirar como otras veces hemos hecho con la belleza o la fealdad o lo abyecto o lo sublime ¿verdad? pues aquí tenemos otro hilo más que no habíamos caído y ahí lo tenéis a vuestra disposición para vuestros trabajos y para lo que queráis se nos quedan muchísimas cosas ¿verdad? se nos queda de hecho deberíamos dedicarle más tiempo al de algo del renacimiento hemos hablado o arte de San Juan con su con su sistema de ingenios nos iría muy bien pero sobre todo nos hemos dejado todos los románticos todos los fin de siglo los existencialistas que os los dejo para si hacéis un grupo melancólicos de melancólicos y de salidos pues ahí lo tenéis ¿vale? me hacía mucha ilusión también en haberle dado una dimensión erótica a todo esto porque el problema de la melancolía tiene una variante erótica muy bonita y muy chula de explicar pero no me dio tiempo había que elegir o los boquerones o la erótica y definitivamente estoy más en la edad de los boquerones que en la de la erótica así que aquí lo vamos a dejar compañeros a ver si puedo cerrar esto y nos vamos viendo en el foro ¿vale? venga cuidaros chao a ver si lo puedo parar