Muy buenas tardes a todas las personas que nos estáis viendo a través de Internet. Vamos a proceder a la inauguración del curso El feminismo después de la pandemia. Este curso ha sido organizado conjuntamente entre el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, dependiente del Ministerio de Igualdad, y el Centro de Estudios de Género de la UNED. Agradecemos que hoy nos acompañe la Secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, doña Noelia Vera Ruiz de Herrera. Gracias por venir. Muchas gracias a vosotras. En primer lugar tiene la palabra la codirectora del curso y directora del Centro de Estudios de Género, la profesora doña Teresa Sansegundo Manuel. Buenas tardes. La UNED y en particular el Centro de Estudios de Género, organizador de esta jornada, queremos dar nuestra más calurosa bienvenida a doña Noelia Vera Ruiz de Herrera, Secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género. También a todas las personas que nos estáis siguiendo. Esta es vuestra casa. Agradecemos vuestro interés y participación. Y esperamos que veáis cumplidas vuestras expectativas con este curso. El surgimiento de nuevas circunstancias requiere un análisis. Este curso, el feminismo después de la pandemia, tiene como objetivo estudiar el impacto de la pandemia con perspectiva de género. El feminismo es un fenómeno global. Si bien cada país se encuentra en una etapa del recorrido, el ataque del COVID-19 también es global. Son muchas las áreas a las que afecta el coronavirus y sobre las que tenemos que referirnos. La salud, la economía, los cuidados, el cambio de las relaciones laborales, familiares, personales y que tendremos ocasión de tratar esta semana. El feminismo tiene a sus espaldas tres siglos de historia. Es hijo de la ilustración. Ha trabajado por la igualdad de los hombres y mujeres a través de los tiempos. Y se caracteriza por su acción, por su cuestionamiento constante, por ser un movimiento vivo, que emplea medios pacíficos y que ha luchado... ...a través de los tiempos por la no discriminación en base a los roles asignados, por la liberación de las mujeres. Hemos recorrido un camino luchando por la educación de las mujeres, el derecho al voto, el acceso a puestos de trabajo antes vedados, la paridad, etcétera, etcétera. Tenemos que continuar para consolidar todos los avances conseguidos y seguir por ese camino. Entonces, ¿qué nos queda por hacer? ¿Qué está pasando? A pesar de existir igualdad jurídica... ...pues hay fugas, hay quiebras en el sistema que se vuelven contra las mujeres. Y existe un cuestionamiento constante sobre los derechos de las mujeres, sobre la existencia de la igualdad. Hay temas que generan un gran debate, como los vientres de alquiler o la prostitución. No por eso hay que eludirlos porque atentan contra la dignidad de las mujeres. Hay que tratar a las personas como fines en sí mismos siguiendo una lógica kantiana y no solo como un medio. Hay que tratar a nosotros, a nosotras, a los demás seres con respeto y no como meros objetos, como mercancías. Es necesario preguntarse si es ético aplicar siempre las leyes del mercado, si somos libres en nuestras elecciones, si el cuerpo de una mujer es un mero horno o una fábrica de niños. Yo creo que no es moral que el dinero compre cualquier bien. Compre niños con un ADN a la carta, compre mujeres para utilizarlas sexualmente. Muchos son los temas a tratar. Tendremos ocasión de conversar a lo largo de la semana y de contrastar distintas opiniones sobre los mismos. La UNED, y en particular el Centro de Estudios de Género, está a vuestra disposición. Os invitamos a participar y a reflexionar. ¡Buen curso! Muchas gracias, Teresa. Pues tiene la palabra la secretaria del Estado de Igualdad y contra la violencia de género, doña Noelia Vera Ruiz de Herrera. Muchas gracias, vicerectora. Buenas tardes a todas y a todos. Quienes nos seguís al otro lado, da un poco de impresión ver este salón de acto que seguro que ha tenido mucha vida un poco vacío. Pero bueno, precisamente por eso es tan importante este curso y que nos demos estos espacios. En primer lugar, quería decir que es un verdadero orgullo para mí como secretaria de Estado inaugurar este curso, el feminismo después de la pandemia, que a tantas reflexiones nos tiene que llevar, organizado por la UNED, por el Instituto de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades. Y quiero agradecerle en particular a la universidad y en concreto a la vicerectora el enorme esfuerzo que me consta que habéis hecho para que esto sea posible. Y esperemos que sea una de tantas colaboraciones que durante esta etapa hagamos, así que muchísimas gracias. Bueno, en este tiempo en el que nos hemos tenido que acostumbrar a otro tipo de forma de relacionarnos, de vivir, de sentirnos, nos hemos tenido que acostumbrar a las videoconferencias, a otro tipo de aplicaciones, bueno, pues es un honor contar también con la experiencia que tiene la UNED. Lo hablábamos antes en los pasillos, creemos que podéis ser las mejores aliadas posibles en este sentido, porque la experiencia manda, ¿no? Y precisamente la UNED ha sido, bueno, pues una forma diferente de llevar la enseñanza a todos los rincones del país, cosa que para una persona, por ejemplo, de provincia, de fuera de Madrid, como yo, es importante, que ha permitido que se pueda estudiar a la vez que trabajar, que se pueda estudiar a la vez que conciliar, que es otro de los temas que seguramente se hablarán en estos días, en este curso. Y nos parece que es muy grato que desde las instituciones y desde la posición que ahora ocupamos, nosotras podemos aprender de esa experiencia. Y también quería agradecerle a Teresa, que la veo de lejos, al Centro de Estudios de Género, porque creo que también es un momento en el que el pensamiento feminista se está viendo amenazado, ¿no?, en muchos sentidos. Creo que estamos viviendo unos tiempos difíciles en los que, bueno, hay una clara intención, que es instalar la reacción en muchísimos años de avance y de conquistas, que desde la academia también se ha hecho. Y por eso, precisamente, me parece fundamental poner en valor la investigación y poner en valor la ciencia con perspectiva de género. Así que, en definitiva, muchísimas gracias a toda la universidad, a todos los departamentos que han hecho posible que este curso sea posible. Y también, con especial cariño, nombrar a mis compañeras del Instituto de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades, a su directora, Bea Jiménez, y a todo el equipo de hombres y también, y sobre todo, de muchas mujeres que durante décadas llevan trabajando mucho con mucha convicción, con mucha capacidad de esfuerzo y creo que, en cierto modo, también con una capacidad militante de compromiso con la materia que nos ocupa. Nosotras, cuando llegamos al Ministerio, en enero, hace poquitos meses, nos poníamos muchas prioridades encima de la mesa, pero una de ellas era rescatar o... Recuperar la esencia que el Instituto de la Mujer había tenido durante muchos años, como también centro de pensamiento feminista para entender los momentos históricos que vivimos, ¿no? Y este curso va en ese sentido, precisamente, que podamos debatir, reflexionar, hablar de todos esos temas que mencionaba Teresa, que son debates que no se pueden eludir, que están en la agenda feminista y que tenemos que hablar. Bueno, pues nos ayuda, precisamente, la existencia de centros como el de la Academia o como el del IMIO. Así que, muchísimas gracias, Beatriz. Gracias. Gracias por estar al otro lado y muchísimas gracias a todas las compañeras del Instituto. Bueno, hablamos de pandemia, hablamos de lo que está suponiendo la pandemia para las mujeres y decíamos que, bueno, decía que en estos tiempos nos hemos tenido que acostumbrar a otra forma de vivir, de relacionarnos, de trabajar, de sentir. Nos hemos tenido que acostumbrar y cambiarnos muchos de nuestros hábitos y seguimos en un momento bastante complejo, donde no podemos perder la guardia ni en términos sanitarios ni en términos sociales, ¿no? Y más cuando hablamos de mujer y cuando hablamos desde el Ministerio de Igualdad, en este caso, ¿no? Pero hay algo bueno, hay algo bueno quizás que tenía que pasar, que en algún momento tenía que pasar y que ha pasado durante esta pandemia y es quizás que temas que antes no estaban en la agenda pública, aunque fuesen necesarios que estuviesen, no estuvieran. ¿Por qué? Pues porque no se consideraban temas esenciales, ¿no? Que, por ejemplo, esta pandemia haya... Ha servido para visualizar y para poner en el foco del debate la necesidad de los cuidados, de dignificar la tarea de los cuidados, de hablar y de tratar de combatir la precariedad, la parcialidad, toda la invisibilidad del trabajo que hacen las mujeres, en su mayoría, que sostienen la vida. Finalmente esto ha hecho que se ponga de relieve y que se pase a debatir sobre ello. Y creo que esto era de justicia que pasara en algún momento y creo que tenemos que ser muy astutas y tenemos que ser muy audaces para aprovecharlo y para que no salga de la agenda antes de que encontremos las soluciones pertinentes. Ya de esto venía hablando el movimiento feminista, lo decía también Teresa, ¿no? Son debates que se vienen profundizando desde hace muchísimo tiempo. El movimiento feminista nos lo viene señalando desde hace también muchos años, sobre todo quizás en los últimos, cuando el movimiento que rodea al 8 de marzo pues ha hecho más fuerte que nunca. Ellas nos señalaban cuáles eran los grandes problemas o las grandes... crisis de este sistema. Cuando hablamos de feminismo nos hablaban de este tema, ¿no? Nos decían que los trabajos que sostienen la vida son esenciales y tienen que tener dignidad. Nos hablaban también de que es un problema que hay que atajar de forma absolutamente global. Es un problema que hay que atajar desde luego en colaboración también internacional, cambiar un poco también la forma de debatirlos y de encauzarlos. Nos hablaban también de que la emergencia climática es un problema que atañe de forma muy estratégica especial a las mujeres y a sus comunidades, nos hablaban también de que hay muchos tipos de violencia machista, no solamente un tipo de violencia que es el que se da tradicionalmente en el ámbito de la pareja o de las parejas, que son muchas y que ninguna es tolerable y creo que es algo de lo que se debe hablar además en este curso sabiendo que el paso de la pandemia ha hecho daño y ha incrementado las cifras lamentablemente de violencia contra las mujeres y también nos decía que se necesitan liderazgos feministas en todos los espacios posibles, en la academia, en la judicatura, en el mundo empresarial, en las instituciones y también en los movimientos sociales para poder analizar todos estos problemas con una perspectiva siempre de género. Bueno, pues yo creo que ahora es importante que aprovechemos esta oportunidad que nos presenta este debate para, insisto, no permitir que salga de la agenda pública sin todas haber encontrado soluciones que nos hagan posible. Ejecutar políticas públicas que puedan mejorar y que puedan solucionarlos en la medida de lo posible, ¿no? Por eso es tan importante este curso básicamente, ¿no? Y por eso efectivamente agradezco no solamente a las dos compañeras presentes sino a todas las ponentes que van a pasar por aquí desde sus casas, desde sus centros de trabajo, desde este salón de actos, cada una posiblemente desde donde pueda para poner en común esas reflexiones, esos debates que tenemos que aprovechar y que tenemos que saber utilizar. Para que los que nos quieren devolver a una España en blanco y negro pues no lo tengan tan fácil, no lo tengan tan fácil tampoco, ¿no? Y quería poner en valor también algo que no me parece menor y es la dimensión internacional que se le ha intentado y que se le ha querido dar también a este curso, ¿no? Creo que es importante, como decía antes, que atendamos la agenda feminista desde una perspectiva internacional, global, de la mano con países que también están en la lucha y en la pelea por la conquista de derechos. El avance social, como sabéis, además España este año tiene una oportunidad importante en el foro de generación de la igualdad que promueve ONU Mujeres. España va a coliderar uno de los ejes que nos parece fundamental, que es precisamente el de la justicia económica y el de la recuperación de los derechos y nos parece muy importante hablar de esto, ¿no? De corresponsabilidad, de cuidado, de la visibilidad que tienen que tener los trabajos que hasta ahora se consideraban invisibles y que se ejecutaban en condiciones de extrema precariedad y que lamentablemente así sigue siendo, ¿no? Y es importante también para nosotras señalar que esto es un trabajo que también, bueno, le estamos intentando dar mucha prioridad, que es todo lo relacionado con el avance de la Agenda 2030, con el avance de los objetivos de desarrollo sostenible y me parece importante resaltarlo porque mientras las feministas estamos trabajando de la mano, de la mano de los derechos humanos, de la mano de la justicia climática. De la mano de la justicia económica y social, ¿no? Pues insisto, hay toda una serie de personas y de movimientos que intentan que esa agenda y ese camino pues se vaya rompiendo, ¿no? Así que me parece importante resaltarlo y tener este tipo de espacios. Yo creo que tenemos que aprender que cuando hay una crisis, sea de la característica que sea, pero sobre todo si es una crisis económica, hay que salir de ella o hay que enfrentarse a ella de una forma radicalmente diferente a como se ha venido haciendo tradicionalmente. Esto lo vimos en el 2020. Yo creo que hay que marcar un camino totalmente contrario y decir que precisamente es importante que se salga de una crisis atendiendo al Estado, por ejemplo, de quiénes cuidan a nuestros mayores, en qué Estado se encuentran las residencias que cuidan a nuestros mayores y quién hace esa tarea. Que es importante hablar de sanidad, de la sanidad que también muchas mujeres llevamos a las espaldas y que también las pongamos en valor. Que es importante saber que no se puede salir de una crisis recortando, ahondando en la desigualdad, ahondando en la pobreza de las mujeres, sino absolutamente todo lo contrario. Profundizando en políticas de igualdad que son las que además también generan más riqueza y este es el cambio de chip que tenemos que hacer. Y para terminar, creo que es importante que también señale por el espacio que ocupo institucional que el acuerdo de gobierno que hizo posible que las dos formaciones políticas que hoy gobernamos conjuntamente en coalición y que intentamos aplicar todos los días políticamente y que sean políticas progresistas, que ese acuerdo que se firmó antes de que la palabra coronavirus estuviese circulando por aquí, posiblemente tenga más vigor que nunca. Nosotras nos marcamos una agenda feminista muy importante cuando llegamos a firmar ese acuerdo y creo que tiene más vigencia en serio y más relevancia que nunca. Nosotras nos marcamos varios objetivos. Muchos de ellos ya lo conocen. Uno, por ejemplo, era intervenir en el mercado laboral. Nosotras pensábamos... que el trabajo asalariado debe ser exactamente igual para hombres y para mujeres. Gracias al trabajo de muchas compañeras, también del Instituto de la Mujer, del Ministerio de Trabajo, se han convertido en una realidad que pronto va a llegar al Consejo de Ministros. Nos parecía importante hablar de la necesidad de regular el teletrabajo, por ejemplo. Es otro de los temas que mañana se tratarán en el Consejo de Ministros, respondiendo a la necesidad que tenemos, pero que teníamos también antes de esta pandemia. Y siempre hablando de teletrabajo, intentando no caer en la trampa de aprovechar esta herramienta como algo que al final nos devuelva a las mujeres a nuestras casas, a trabajar, a cuidar, a limpiar, a proteger nuestro hogar, ¿no?, a la vez que perdemos nuestra presencia en el mundo laboral y en el mundo profesional. Eso es importante ponerlo en valor. Que tenemos que seguir luchando contra todos los tipos de violencia machista. No sé si tuvisteis la oportunidad de conocer los datos de la macroencuesta que presentamos. Hace solo una semana que nos ponían los pelos de punta, pero que nos demostraban que efectivamente es un campo de trabajo que no se puede dejar y muchísimo menos en época de pandemia y de pospandemia, sabiendo lamentablemente que las cifras han aumentado en este tiempo y que también durante el proceso de desescalada han aumentado y que tenemos que seguir estando muy atentas desde la academia, desde los movimientos sociales y, por supuesto, desde las instituciones. ¿Qué tenemos que seguir avanzando? Una ley de tiempo corresponsable para también acabar con las condiciones de parcialidad, de precariedad que tienen los trabajos que normalmente sostenemos las mujeres para a la vez poder cuidar. Y muchísimas cosas más que nos habíamos planteado como desafíos y que lamentablemente durante esta pandemia lo único que hemos descubierto es que más y con más ahínco hay que seguir trabajándolo, ¿no? Así que, bueno, finalizo ya agradeciendo a todas las compañeras una vez más. Deseando que los debates sean muy sinceros, que sean muy honestos, que sean con mucha naturalidad y con la esencia que siempre nos ha caracterizado a las mujeres cuando debatimos de pensamientos feministas y cuando tejemos alianzas feministas y que este espacio sirva precisamente para eso, para tejer, para unificar, para unirnos y para tener muy claro que en estos tiempos desde luego solamente vamos a salir más vivas que nunca con muchas políticas de igualdad que contribuyan a salir de esta crisis. Es decir, de forma radicalmente diferente a lo que ya habíamos visto en otras crisis anteriores. Muchísimas gracias. Pues muchas gracias. Fabuloso. Yo quiero empezar dándole la bienvenida a todas las personas, tanto las que estáis aquí como las que estáis muy lejos, si hay en vuestras casas o en vuestros países, porque me consta que, como bien ha dicho nuestra secretaria de Estado, a la cual le agradezco inmenso el que pueda haber venido aquí a nuestra universidad y compartir esta mesa conmigo y además con la directora del Centro de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Educación. Puesto que es una ocasión para nosotros el poder contar aquí, debatir con todas vosotras, con todos vosotros sobre lo que vamos a empezar a tratar esta semana. Vamos a empezar a tratar de debatir, pensar, aprender sobre ese problema, esa duda, el concepto del feminismo y en una época tan especial, sobre todo, que es después del coronavirus. Desde luego esto nos está afectando a todos, nos afecta a todos, a todas, sin ningún tipo de restricciones. Nos afecta a nuestras ministras, como las dos que nos van a acompañar, nuestra ministra española y nuestra ministra argentina, que nos van a acompañar y van a hacer un conversatorio el último día del curso. Incluso las estudiantes, las jóvenes mujeres que están en la calle esculpiendo todos esos derechos que tenemos las mujeres por los que luchar, argumentar, discutir y, como bien dice nuestra secretaria de Estado, llegar a conclusiones de una forma sincera. Pero también vamos a contar en este curso con un programa y una asociación que nos va a ayudar a que las mujeres puedan tener un lugar en la vida de las personas muy cualificadas para poder hablar de todos estos temas, de cualquier tipo de formación. Ingenieras, economistas, antropólogas, sociólogas que nos van a acompañar junto con los hombres que también van a participar en este curso como nuestro rector que va a dar clausura al curso el último día en lo que vamos a hablar y el concepto general del curso que va a ser el ecofeminismo. Esta ciencia, la política, las leyes, todo lo que va en relación al tema del ecofeminismo es lo que vamos a tratar. Y, desde luego, tenemos que tratarlo desde todos los puntos de vista y sin dejar a ninguna mujer atrás por ninguna causa. Todas las mujeres nos afecta de la misma manera y, de todo ello, tenemos que luchar, debatir sin ningún tipo de complejos. Y lo vamos a hacer, desde luego, desde una de las universidades que yo creo que podríamos decir emblemáticas y voy a decirlo ¿por qué? Porque es una de las universidades más grandes de España en cuestión de número de alumnos y porque, además, tenemos que tratar de tratar de tratar el campus mayor de toda Europa. Pero no solamente por eso, nos enorgullece el que fue la primera universidad en 800 años que tuvimos una primera rectora. Y, además, nuestra querida Elisa Pérez Vera, que además tenemos institucionalizado un premio en honor a su nombre y a su persona que damos todos los meses de marzo aquí, precisamente, en este salón, sino porque además hemos tenido ya, a lo largo de este siglo pasado XX, dos rectoras. Hemos contado con dos rectoras en nuestro equipo rectoral. Estos equipos rectorales, históricamente, ya desde hace más de veinte años vienen siendo muy paritarios. Es decir, tenemos en consideración lo que es la equidad en la presencia y la participación en todos los equipos de gobierno a nivel de equipo rectoral, de facultades, de departamentos, y teniendo las mujeres cada vez más posiciones relevantes y de toma de decisiones, lo cual nos enorgullece. Desde luego, esto es sin duda muy importante. Lo que vamos a debatir aquí, en este salón, va a ser el tema de la universidad. Va a sentar cátedra, para lo que podemos decir que va a ser un futuro, un antes y un después de la era COVID, como bien ha dicho nuestra secretaria de Estado, y desde luego que qué mejor lugar que esta universidad tan abierta y tan universal como la UNED para debatir sobre esto y sentar cátedra. Así que sed todas bienvenidas. Muchas gracias y yo deseo que sea un curso, y voy a repetir la palabra porque realmente ha sido muy acertada, un curso en el que todas hablamos de forma sincera, hablemos con tranquilidad y, por supuesto, que podamos debatir y sacar unas conclusiones. Que no me cabe duda, conociendo a una de las codirectoras del curso, la directora del Centro de Estudios de Género, lo minucioso de su trabajo, seguro que las conclusiones que vamos a arrojar de este curso van a ser muy importantes y universales. Así que bienvenidos y yo creo que podemos declarar inaugurado el curso para dar paso a quiénes son las protagonistas, que son las profesoras, las participantes y todas las mujeres que vamos a debatir aquí en este momento. Así que sed todas bienvenidas. Empezamos, Teresa. Está declaro inaugurado el curso, por supuesto, así que pues venga, está en vuestras manos. Me pongo la mascarilla y empezamos.