Buenos días, espero que se me esté escuchando bien. Hoy vamos a hablar del texto del antropólogo Antonio Pérez, El indigenismo internacional ante las nuevas identidades étnicas. Uno de los textos a mi entender más interesantes del curso por su complejidad, por su identidad y también por su ironía. Un texto abierto que se puede releer una y otra vez y que no intenta dar muchas conclusiones, sino sobre todo problematizar este contexto internacional donde lo nacional y lo étnico se mezclan y confunden. Un texto donde el autor quiere dejar claro constantemente que cuando hablamos de indígenas no hablamos de personas normales. Porque son un pueblo, no son individuos y porque no son normativizados bajo una concepción occidental. Hace énfasis también una y otra vez en las cuestiones que tienen que ver con entender que los indígenas son víctimas de Occidente y como víctimas hay que pensarlas. Para no olvidar que en ocasiones el neondigenismo, que es otro concepto que aparece transversalmente, en todo el texto, como decía, para no olvidar que en ocasiones el neondigenismo, en el neondigenismo los grupos indígenas que aparecen o reaparecen en el mundo contemporáneo aparecen, pues esa aparición tiene que ver también con cierta supervivencia. Por eso habla de esta relación e entender finalmente que los indígenas padecen o han padecido la violencia occidental, no hay que olvidar nunca eso. El texto resuma constantemente algo que hemos explicado a lo largo de otras tutorías y es cómo los conflictos políticos median los movimientos indígenas. Vamos a ir viendo parte por parte algunas de las funciones más interesantes del texto a ver referencia a algunos... A ver referencia a algunos libros y quizás algún documental. En la introducción, el autor, Antonio, plantea algunos matices y complejidades que se dan en las realidades étnicas y nacionales para las que el autor dice, decide dejar fuera a la hora de problematizar, a la hora de problematizar los conceptos de etnia-nación, o de neoindigenismo, dice que prefiere dejar fuera, aunque luego los va a ir tocando tangencialmente cuestiones como la utilización bélica contra los indígenas, las múltiples facetas del humanitarismo, así como algunos procesos de reivindicación que él ejemplifica en tres casos. La fiesta Inti-Raini en Ecuador, donde desde 2005 se suprime, en las tradicionales diversiones y concursos, y se sustituyen por ceremonias incaicas. El 12 de octubre, por otro lado, del 2001, los campesinos del suroriente guatemalteco se sublivan como indígenas en una región que siempre haya sido considerada como ladina, es decir, como mestiza. O el hallazgo en Baracoa, que es la zona más oriental de Cuba, en febrero del 2003, de un esqueleto de los auténticos indígenas. Y, por último, los restos del cacique Huama y de cómo los medios de comunicación sintieron eco de eso. Estas cuestiones nos indican la transversalidad del renacimiento indígena en las sociedades latinoamericanas, algo que incide en la subestructura indígena, en las relaciones interclasistas e interétnicas, y en simbolismos de la identidad nacional. Más allá de esto, el texto trata sobre dos nuevas identidades con las que hay que lidiar o con las que lidia el indigenismo contemporáneo, que es la identidad nacional-étnica. Ya hemos hablado en algunas tutorías sobre esta diferencia, cuando hablábamos de la diferencia entre los pueblos y el estado de los pueblos indígenas. Eso por un lado y, por otro lado, la identidad neoétnica. Estas dos cuestiones inciden en cuál es la identidad nacional y qué es la identidad nacional-indígena, y cuáles son las características del indigenismo contemporáneo. La mediación con saberse subordinados en una relación desigual con Occidente, como comentaba anteriormente. La emergencia indígena, como hemos comentado en otras tutorías. La confusión de lo nacional con lo étnico o los restos de una identidad étnica que hace que surjan nuevos grupos indígenas abiertos a un cuestionamiento por la oficialidad para quien el valor de las entidades colectivas diráse al final del texto Antonio Pérez, es un vaso que está medio vacío de realidad. Habrá que definir bien qué es esa realidad de la oficialidad, dice él, pero que para otros actores sociales esta cuestión puede ser un vaso medio lleno. Esto lo veremos ya más hacia el final del texto. El texto tiene varias partes, además de la introducción vamos a pasar ahora de la introducción a la cuestión del indigenismo interno. Después veremos el otro apartado, que es el que hace referencia a nación versus etnia. El siguiente es los indígenas resistentes, que hará un pequeño repaso por algunas etnias amerindias desaparecidas que reclaman espacio público. Hace un repaso somero por algunas y se detiene en Brasil. Una atención especial sobre el tema de la identidad. Sobre todo por la cantidad de literatura que ha generado este país. Y luego terminaremos con una especie de conclusiones, vamos a seguir un poco el relato y los epígrafes del texto para ir indicando en cada caso qué es lo que a mi parte me resulta más interesante. . 2. Los indígenas son pueblos normales. Con esta consideración caemos en un error doble, porque no son personas sino pueblos. Y segundo, porque no son normales occidentalmente hablando y porque padecen y no perpetran el genocidio. Hay que tener siempre presente, y esto es muy importante, ¿no?, y es que los indígenas son víctimas, son gente que ha padecido el genocidio. Y hay que insistir en el factor víctimo lógico, remarcando una relación desigual. Un factor que adquiere más matices cuando introducimos, por ejemplo, el tema de la ocupación o del poder militar. Son los militares los que conquistan y muy especialmente los que reclutan, los que sustituyen a la policía encargándose del orden público y quienes invaden las regiones de refugios, como algunos ya apuntáis o apuntaréis en vuestras PECs. Es interesante en este sentido las soluciones que hace el autor a los antropólogos que justifican las invasiones militares al mismo tiempo que parecen estar preocupados. Por la diversidad cultural. Y aquí nos interesa esta cuestión, seguir la pista por aquí. Ya Antonio señala algunos autores como Simons u otros que están más del lado de este tipo de invasiones. En un punto. Después volveremos a eso. Si los indígenas están dominados por el poder militar, por otro lado están dominadas por el patriarcado. Por el paternalismo y por la corrección política. Los indígenas de hoy son etnocentristas, como no podía ser de otra manera. Pero son poco etnocentristas porque no pueden dejar de conocer que existe otra sociedad que les asfixia. De hecho, lo son en menor medida que la cultura occidental. Esa que se dedica en exclusiva a la contemplación y la propaganda de su propia cultura. Y que cree ser cosmopolita simplemente porque está viajada. Y es poliglota, ¿no? Dice irónicamente Antonio Pérez. El primer indigenismo, el de México, nace en un contexto en el que no se sabía qué hacer con los indígenas. Responsables del triunfo de la revolución, pero también del fracaso de la modernización que la heredó. Recordar que esto lo vimos en otros textos sobre la campesinización del indígena. Sobre la definición del indígena en función de la clase social. Es decir, como campesino. Y planteábamos otras maneras de definir, en este caso a través de la diferencia, lo que yo llamaría indígena. Y lo hacía en aquella tutoría haciendo referencia al texto Diferentes, desiguales y desconectados de Néstor García Cantlín. En función de dónde pones el acento en la definición, si en la clase o en la diferencia. También la desconexión, pero ese es otro tema aparte. Néstor García Cantlín problematizaba estas cuestiones. Muy interesante ese libro como complemento. Aquí el nacionalismo con el que surge la revolución. Los indígenas eran más campesinos que indígenas en un punto. Se tradujo en misiones culturales para convertir, digamos, para modernizar, para difundir formas de convivencia. A los indígenas. Hoy ya no pensamos en convertir. Las misiones se han sustituido en unos casos por el multiculturalismo y en otros por el relativismo cultural. Para el cual puede haber intercambio cultural, pero nunca misionalización. De hecho ahora se supone que la convivencia indígena es un espejo donde lo occidental puede mirarse. Y esto es muy interesante. Es un giro como de 180 grados sobre el indigenismo, pero solo de superficie en algunos casos, no de fondo. Es decir, la subordinación de los pueblos continúa, pues continúan las violaciones de los derechos humanos contra los pueblos indígenas por más observadores internacionales que haya presente. Contexto internacional si pensamos en Brasil, por ejemplo. Es evidente. Y hablando de ONG, de observadores y de relatores, el autor incide en que los informes de observadores que pueden leer cosas de esos informes, como por ejemplo, era frecuente encontrar la afirmación de que la pobreza material indígena contrasta con su riqueza cultural. Esto, en mi caso, es fruto evidente de la mala conciencia occidental. No tiene otra función que tranquilizarse. Tranquilizar esa mala conciencia y engordar los turismos étnicos. La pobreza material señala la subordinación o el sojuzgamiento. Un contexto en el que los indígenas, lo menos que quieren es culturizarse, pues tienen bastante con poder sobrevivir. Es muy interesante. Digamos también la forma en la que Antonio... Como ustedes, expresa estas cuestiones. Incisivo, sugerente e irónico. Es cierto que las visitas de los relatores especiales para indígenas suelen ser efectivos en la eliminación de algunos abusos. Pero donde la ONU, por ejemplo, hace agua por todos lados, en el papel indigenista, es ante situaciones más agudas de confrontación militar. Y aquí Antonio Pérez hace adusión a Somalia. Frente a la desinformación de los medios, antropólogos como Lewis en crítica a la ONU ha mantenido que la única manera de restaurar allí Somalia la paz era respetar a los ancianos de los clanes, de restaurar el tradicional sistema político. Y Somalia sirve de ejemplo para cuestiones propias del indigenismo internacional. Algo que vemos si comparamos el posicionamiento de antropólogos. En este caso, por ejemplo, como Lewis, frente a otros como la ya mencionada... ...de Simons, una persona que defiende, defendía el posicionamiento de Estados Unidos en una especie de contraindigenismo feroz. No se muerde la lengua Antonio Pérez cuando señala... La humanidad actual gusta de grandes construcciones teóricas o materiales, grandes bloques, grandes titulares, grandes culpables, grandes inocentes. La ONU... ...es una manifestación más de esa tendencia. Aunque a las instancias políticas mundializadas, la ONU u otras ONG les guste figurar en primera plana del indigenismo, en realidad... ...cabe corroborar que en muchos de los casos sólo están de meros palmeros, ¿no? El juego real siempre está en otra parte, en los militares que ocupan o en las iglesias que simplifican o unifican en un dios... ...la diversidad religiosa indígena. ¿O por qué si no ahora nos encontramos con que en Brasil el nuevo director... ...o por qué si no nos encontramos con que en Brasil el nuevo director de la CUNAI como organismo oficial indígena... ...que está dirigido por un misionero evangelista, ¿no? Pues el juego real está en otra parte. En los militares y en los dioses, dice Antonio Pérez. En el siguiente apartado, Naciones versus Etnias, nos encontramos algo que aparece y reaparece en algunos de nuestros textos. ¿No? Etnia y Nación. Etnia y Nación no son términos sinónimos, pero los movimientos nacionalistas están sociológica, histórica y estilísticamente próximos a los movimientos étnicos. En realidad, al contrario, no ocurre. Ambos comparten conciencia de su infrarrepresentación política frente al Estado. Estas proximidades pueden llevar a la confusión... ...una confusión que se manifiesta en el lenguaje, utilizando indistintamente el mío-nación... ...y que continúa con la forma de las reivindicaciones elementales como son la tierra y el reconocimiento. En ese sentido es común toparse con una noticia que hable sobre una disputa nacionalista, pero cuya relación está plagada de alusiones a lo étnico. Yo me acuerdo de una vez con una amiga... ...yo tenía 20 años, que me enseñaba... ...una amiga vasca, que me enseñaba un calendario donde distintos grupos indígenas sujetaban a modo de reivindicación una icurriña. Bueno, la imagen no dice todo, ¿no? Bueno, y en una de las primeras tutorías hablamos de que una de las cuestiones que las diferencian, digamos... ...a los pueblos sin Estado, de los pueblos indígenas, tiene que ver con la auto-identificación, ¿no? La reivindicación como pueblo indígena es algo que iremos viendo. Esta diferencia es clara. Señala Antonio Pérez que las reticencias ante la proliferación de los nacionalismos... ...no se refieren al nacionalismo mismo, puesto que no hay que confundir a qué hay que buscar. Hay que librarse de un centralismo, más o menos imperialista, con otro que busca la proliferación de otros estados. Es decir, un independentismo frente a un poliestatismo. La reticencia ante estos dos tipos de nacionalismos no están suscitadas por sus teorías políticas... ...sino por la confusión que generan cuando incluyen a los movimientos étnicos como aliados. Interesante, de nuevo, como hace a lo largo de todo el texto, es preguntarse en este punto... ...por lo que ocurre cuando la geopolítica entra a formar parte de la visibilización de minorías nacionales... ...en las que se mezclan cuestiones étnicas como forma de desestabilizar una zona por determinados intereses. Pone varios ejemplos que podéis ver en el texto. En el oriente de Bolivia, por ejemplo, los cambas... ...de los nacionalistas autonomistas, pero con ínfulas étnicas... ...aunque los únicos indígenas que haya en sus casas sean sus sirvientes. Vemos, por tanto, problemáticas nacionalistas como reacciones mezcladas con temáticas indígenas... ...que complican o generan confusión entre nacionalistas e indigenistas. Por otro lado, el siguiente epígrafe, Antonio Pérez nos va a hablar ahora de... ...los indígenas resistentes. Y qué interesante es el párrafo con el que comienza este epígrafe y en el que hace una comparativa... ...yo creo que es muy acertada, muy ilustrativa, entre neandertales y cromañones por un lado... ...y indígenas y occidentales por otro. Dice, tal puede ser la sensación experimentada por algunos pueblos amerindios cuando aprendieron en carne propia... ...que occidente eran más mejor armados y que desconocían la piedad. Desde los años 1950, la caridad occidental comenzó a ser tan espectacular que casi parecía piedad. Convencidos los amerindios de que había pasado la violencia, decidieron reaparecer como indígenas resistentes... ...pero sin oposición frontal, como el que aparece después de que le hayan apaleado... ...y aparece como puede. Es muy interesante esto, es decir, que primero han sido aniquilados. Por eso insiste una y otra vez Antonio Pérez que hay una relación desigual siempre... ...porque han pasado por la violencia, han sido aniquilados en un punto. Entonces la reaparición va a ser siempre sin oposición frontal. Es decir, que sus reivindicaciones son culturales, identitarias. Y en aquellas territoriales que en un punto se podría pensar que son unas de las más importantes o profundas... ...se limitan a peticiones vinculadas a reformas sagráticas. Es muy interesante esta cuestión, ¿no? De dónde se parte, ¿no? Y es interesante las demandas, algunas de estas demandas territoriales... ...que están fundamentadas precisamente en un documento colonial, ¿no? Cuando hace referencia a que muchas de estas demandas se consolidan alrededor de un símbolo... ...que suele ser un título colonial de propiedad colectiva de la tierra. Como que es el punto donde se puede instaurar un origen, ¿no? Sin embargo, pese a que esos documentos son muy útiles, son quizás en algunos casos... ...los tesoros más preciados de un pueblo indígena que va a reivindicar una determinada serie de cuestiones... ...pues no hay muchas investigaciones encaminadas a recuperar estos títulos, ¿no? Algo que sería interesante y bueno que se diera más, ¿no? Y para ver un poco, digamos, una secuencia temporal a modo de ejemplo... ...de esa relación entre la historia y el indigenismo... ...es muy interesante esta secuencia temporal que hace con los Tupiaba en Nicaragua, ¿no? El pueblo indígena Tupiaba aparece en la historia occidental en 1528. En 1907, Lehmann entrevista a una anciana que todavía habla maridio, Tupiaba. Después, el erudito local Alfonso Valle envía a Lehmann un gran acervo lingüístico de esta lengua. En 1974 se decide que el maridio Tupiaba pertenece a la familia lingüística...