Bueno, muy buenas tardes a todos. Vamos entonces a comenzar la presentación de este tema, el tema 6, que se titula El adjetivo, el artículo y el pronombre. Todavía nos quedan dos para cerrar este primer bloque de temas para el examen. Entrará hasta el tema 8 incluido el adverbio. Vamos entonces a plantear sencillamente en el índice, vamos a ver, parece que hay alguna interferencia me dicen. No, vale. Vamos a ver, el adjetivo, recordad que el adjetivo no hablamos solamente del adjetivo calificativo, sino también del adjetivo o de los determinantes, adjetivo determinativo o determinantes, del artículo y de los pronombres. Este, digamos, es uno de los capítulos más sencillos del bloque, pero bueno, tiene sus pequeñas dificultades. No creáis que es todo sencillo, tiene ciertas excepciones que vamos a ir viendo. En primer lugar, tienen en común que todos los adjetivos, artículos, van a modificar al sustantivo, ¿de acuerdo? Y el pronombre lo va a sustituir. Estas son las dos claves. Entonces, como modificador del adjetivo, el adjetivo va a tener un significado léxico o semántico, es decir, al igual que el sustantivo, el verbo o el adverbio tienen significado conceptual. Son una clase abierta y tienen estructuras variables, quiere decir que tienen variaciones de género, de número, ¿de acuerdo? Y en este caso además de grado. En cuanto a los determinantes, van a cuantificar o concretar al sustantivo. No tienen significado léxico, solamente tienen significado gramatical, nos van a decir si son masculino, femenino, singular, plural, si es conocido o no y poco más. Y por otro lado, el pronombre, que sustituye, como dijimos, a los sustantivos, ¿de acuerdo?, como núcleo de un sintama nominal. Tiene una clasificación similar a los sustantivos adjetivos determinativos, pero ahora veremos que hay algunos que solamente son pronombres y otro que solamente puede ser determinante, ¿de acuerdo? Y empezamos con el adjetivo. Hemos dicho que son palabras variables, quiere decir que tienen significado léxico, como el sustantivo, el verbo y el adverbio, y van a funcionar siempre como modificador de un sustantivo. Esto es la regla general, pero luego podemos ver. ¿Alguna vez os habéis encontrado un adjetivo solo? Por ejemplo, un adjetivo solo. Aquí dicen que sí, por aquí. ¿Podéis poner un ejemplo de un adjetivo solo? El feo, por ejemplo. El bien, es decir, feo es un adjetivo, ¿no? Vale. Por ejemplo, el bien. Bueno, sería bueno. Bien no es un adjetivo. Bien es un sustantivo. Sí, claro, cortes, pero me refiero que en una oración, en un enunciado vayan solos. No. Por ejemplo aquí, bonita. En un enunciado le dices a tu niña, bonita. No, es un adjetivo. Una niña bonita, bonita. Luego, por ejemplo, los insultos. La mayoría son adjetivos. Estúpido, tonto, imbécil, son adjetivos. Luego, pueden ir solos. Bueno, en realidad se están refiriendo a sustantivos que están implícitos. O bien tú, un pronombre, o bien niña bonita. Bien. Y cuando delante se utiliza el, ¿de acuerdo?, o lo, o la, se están sustantivando. Por ejemplo, lo bueno, ahí está sustantivado. Entonces, la regla general dice que van a acompañar a sustantivos. Los adjetivos, ¿de acuerdo?, van siempre a acompañar a sustantivos. Muy buenas. Y se pueden sustantivar, ¿de acuerdo? Poniendo delante el, o la, o lo. Vamos a la estructura morfológica. Es decir, van a estar compuestos de una raíz, de un morfema flexivo de género y otro de número. ¿De acuerdo? Tenemos la palabra altos, pues ALT sería el lexema, O sería el morfema de género masculino y la S el morfema de número plural. ¿Qué concordancia hay siempre entre el adjetivo y los sustantivos, a los que complementa? Concordancia de género y de número. Ojo, vamos a matizar un poco. Si yo digo, por ejemplo, tengo una chaqueta femenina negra, tengo un pantalón negro, pero, ¿y si uno los dos, y ahora, El color lo comparten los dos sustantivos. Tengo un pantalón y una chaqueta negros. Atención a esto. Tengo un pantalón y una chaqueta negros. Negro se refiere al pantalón y a la chaqueta. Bueno, la cuestión es que el masculino en español engloba, puede englobar al femenino o solo masculino. ¿De acuerdo? Se puede referir a seres masculinos o masculino y femenino juntos. Ahora, si digo, por ejemplo, tengo una chaqueta y una camiseta negras. Es el único caso en el que iría en femenino plural, cuando los dos son femeninos. ¿De acuerdo? Los dos singulares. No se utiliza el género del último. ¿De acuerdo? Como apuntan por aquí, no. ¿De acuerdo? No se diría, tengo un pantalón y una chaqueta negra, porque negra solo complementa a chaqueta, no a pantalón. Para decir que tanto la chaqueta como el pantalón son negros, no se utiliza el género del último. Si tengo un pantalón, son de color negro, tengo que ponerlo en masculino plural, porque tengo uno que es masculino y otro que es femenino. ¿De acuerdo? Fijaos, en cuanto a la forma, tenemos dos tipos de adjetivos. Se llaman adjetivos de una terminación, que es la misma para el masculino y el femenino, por ejemplo. Un chico alegre, una chica alegre. Un chico alegre no cambiado. Es igual para el masculino y para el femenino. Pero tenemos adjetivos de dos terminaciones. Son los típicos que terminan en O y en A. O para el masculino, A para el femenino. Si digo, es un coche ligero y una carga ligera. Aquí tiene dos terminaciones, para el masculino y para el femenino. ¿De acuerdo? Lo tenemos. Una terminación común para los dos géneros o adjetivos con dos terminaciones. ¿Y de qué dependen? Pues de la terminación. Si terminan O, A, entonces ahí las tenemos. Si terminan en vocal E, bastantes de las que terminan en consonante van a hacer y van a tener solamente una terminación. ¿De acuerdo? Hay excepciones, ¿de acuerdo?, que iremos ahora después viendo. En cuanto al número, en singular no añade nada y en plural pueden añadir S si termina en vocal, ES si termina en consonante. Por ejemplo, de hábil, hábiles. ES. De bueno, buenos. Da igual que esté masculino o femenino. Buenas, hábil, hábiles. ¿Vale? Hay algún tipo de particularidades y de excepciones. Bueno, hay particularidades. Vamos a verlas. En primer lugar, los adjetivos que acaban en I y en U, aguda, ¿de acuerdo?, es decir, acentuada, admiten plurales cultos en ES. Por ejemplo, tenemos CEUTI, se admite CEUTIS, se considera que es coloquial, y el adjetivo culto sería CEUTIES. ¿De acuerdo? ¿Cuál pasa con marroquí, marroquíes, hindú, hindúes? También es correcto, ¿de acuerdo?, es correcto, hindús, marroquís y CEUTIS. Son correctos, pero se consideran coloquiales, familiares. ¿De acuerdo? El lenguaje culto nos hará un plural en ES. Pero no pasa nada, ¿de acuerdo? En cuanto a los adjetivos que terminan en otras vocales también tónicas, es decir, acentuadas, por ejemplo, tenemos, van a añadir a, por ejemplo, palacios rocosos, ¿de acuerdo?, y otros van a permanecer invariables. Por ejemplo, la palabra GAGA, que ya está pasada de moda, que no se utiliza, decimos JÓVENES GAGA. No se dice JÓVENES GAGAS. ¿De acuerdo? Es una expresión, un adjetivo invariable extraño. ¿Y qué pasa con los adjetivos que terminan en S y en X? Porque, claro, si el plural añade una S, entonces si terminan en S o en X, bueno, la respuesta es fácil. Por ejemplo, CORDOBÉS, porque añade ES, CORDOBÉSES. Si son llanas o esdrújulas, se quedan tal cual. Por ejemplo, tenemos un triángulo isósceles. O dos triángulos isósceles, invariable. ¿De acuerdo? O tengo una casa duplex. ¿De acuerdo? Dos casas duplex, no varía. O gratis. Tengo una compra gratis, dos compras gratis. ¿De acuerdo? No varía en el plural. Para los préstamos, depende, la mayoría, si son del inglés, van a... Van a ser plural. Algunos en S, por ejemplo, SNOB, SNOBS, B-S. Tenemos CHARTER, CHARTERES, vuelos CHARTERES, no es vuelo CHARTERS, eso no. O pueden permanecer invariables. Tenemos KITCH, ¿de acuerdo? Una casa con decoración KITCH. Un poco, ¿no? Especial, un poco ruido. ¿Qué ocurre? Pues que... Los extranjerismos muestran que son bastante fluctuantes. ¿De acuerdo? ¿Recordáis chándales, chándals, que ya lo vimos en los sustantivos? Pues igual pasa en los adjetivos. Los extranjerismos siempre tienen esta inestabilidad, hasta que la lengua los admite y se asientan. En cuanto a los morfemas derivativos, van a admitir, por supuesto, prefijos. Por ejemplo, activo e inactivo. Ordenado. Desordenado. También van a admitir sufijos, ¿de acuerdo? Un momento que tengo que activar... Vamos a ver... Aquí... ¿Por qué Citavi supera a cualquier gestor bibliográfico? Porque son muchos profesores bibliográficos que se están utilizando en investigación o para realizar trabajos académicos. Se hace... Vamos a ver si le puedo hacer el volumen. ... relativamente poco, pero seguro que conocéis más de uno. Aquí os he puesto el brazo quitano. Porque es el brazo quitano ese bastito que está retenido de crema, pero asume con todos los partes. Está... ¿También está? ... con el colchón, con la nata, con la crema, con lo altísimo tiempo que sube y la proporción. ... es un brazo quitano ese bastito que está retenido de crema, pero al final toda la primera parte que va a ser charla, después del tomo, que te da, os va a introducir en otros aspectos. ... Vale. Ahora, tenemos que estar en dos sitios a la vez. Esto es genial. Bueno, disculpad. Decíamos que teníamos tanto los prefijos como los interfijos y sufijos. Por ejemplo, tenemos picajoso, de picado, o picoso, pues le podemos introducir el interfijo ajota, picajoso. O de manso, mansurrón. ¿De acuerdo? Para añadir el... ... sufijo, le metemos en medio el interfijo. Tenemos los sufijos amable y burlesco. ¿De acuerdo? Y especialmente los apreciativos, que son este tipo de sufijos que se utilizan para... ... como diminutivos, aumentativos o peyorativos. Por ejemplo, si tenemos alguien soso, con el diminutivo es sosito. O, por ejemplo, de ancho, anchote. O, de blando, blandengue. O, por último, de bueno, un buenazo. Este tipo de morfemas de grado, el grado nos indica la intensidad de la cualidad que tiene el adjetivo. Por ejemplo, si tenemos alto, el grado máximo será altísimo. O muy alto. Si decimos que tiene un grado comparativo, sería... ... más alto que... ... de superioridad, tan alto como... ... de igualdad, o menos alto que... ... de inferioridad. También tenemos el grado positivo, que es el grado por defecto de todos los adjetivos. Por ejemplo, positivo no quiere decir que tenga que ser bueno. ¿De acuerdo? Tonto y listo están en grado positivo. Lo que ocurre es que tonto será negativo. ¿De acuerdo? Pero eso no nos indica... ... más que el grado positivo, el grado de la intensidad. Se puede ser más tonto que, o más listo que, y menos o tan. ¿De acuerdo? Por ejemplo, tenemos un buen libro, un mal sueño, un gran día, San Alberto. ¿De acuerdo? Pero, ¿qué ocurre? Que cuando algunos adjetivos se anteponen al sustantivo, van a perder algunas veces una vocal. Pueden perder algo. Algunas veces, algo más. Una consonante y una vocal. Por ejemplo, si tengo... ... bueno, un libro bueno. Si pongo buen delante, es un buen libro. Igual pasa con mal, malo, a la derecha, y si se antepone, mal sueño. Tenemos un día grande, pero un gran día. Así ocurre también con santo. Recordad que siempre que termine en to... ¿De acuerdo? Si se antepone, va a perder esta sílaba, la te y la o. Pero si el nombre del santo empieza por to, entonces se mantiene. Por ejemplo, Santo Tomás, Santo Toribio, pero San Agustín. O Santo Tomé, por ejemplo. Grande, se apocopa también en femenino. Es una gran película. Una gran película. ¿De acuerdo? O un gran hombre. Muy bien. En cuanto a las funciones del adjetivo, el adjetivo lo conocéis tradicionalmente como... Hay dos escuelas. Uno lo llaman adyacente y otro es complemento del nombre. ¿No? Es lo mismo. ¿De acuerdo? Adyacente del núcleo del sintasma nominal o complemento del nombre. ¿De acuerdo? Además, es siempre núcleo de un sintasma adjetival. Siempre. En cuanto a la oración, puede ser atributo. Por ejemplo, con los verbos, recordáis, ser, estar y parecer, que son verbos copulativos. Se llaman verbos copulativos porque el verbo no tiene ningún significado, sino que meramente añade el ser. Es decir, relaciona al sujeto con el atributo. En este caso, el adjetivo. Ser, estar y parecer. Tenemos también el complemento predicativo, que es para los verbos que no son ser, estar ni parecer. Y transposiciones. Por ejemplo, tenemos con los artículos, los adjetivos se sustantivan. Tenemos el optimista del grupo, la mala de la película, lo bueno del caso. ¿De acuerdo? Por ejemplo, lo blanco. ¿De acuerdo? Pues así hemos... Sustantivado. Y en cuanto a adjetivos inmovilizados, en masculino singular, se pueden adverbializar. Es decir, si tengo María habla claramente, ese claramente lo puedo mantener con un adjetivo en masculino singular. María habla claro. ¿De acuerdo? Entonces, ahí el adjetivo claro se ha inmovilizado y entonces equivale a un adverbio. Los chicos lo tienen rápido, lo entienden rápido. Pues igual, lo entienden rápidamente. Pero hemos usado un adjetivo. ¿De acuerdo? Que tiene ese poder de adverbializarse. En cuanto a la colocación, los adjetivos se pueden anteponer al nombre o se pueden poner después. Bueno, pues según se coloque, si está a la izquierda del sustantivo... Se llama explicativo. Si está a la derecha, se llama especificativo. ¿Y qué quiere decir? Vamos a verlo. Si es especificativo, a la derecha. Quiere decir pospuesto. Por ejemplo, vendió los muebles antiguos. Si lo pongo a la derecha, lo que quiere decir es que conservó... Vendió los nuevos. ¿Se entiende? Vendió los muebles antiguos. Luego, los nuevos no los vendió, se los quedó. Pero, si digo, vendió los antiguos muebles, los vendió todos. ¿Por qué? Porque una cualidad de los muebles es el ser antiguos todos. ¿De acuerdo? Luego, entonces, a la derecha especifica. Quiere decir, de un conjunto, solamente va a seleccionar algunos. A la izquierda, antepuestos, va a explicar, define cómo son. Cambio de ejemplo. Si yo digo, un hombre pobre o un pobre hombre, ¿cuál tiene menos dinero? Un hombre pobre. ¿Por qué? ¿Por qué se ha quedado...? O sea... ¿Qué significa cuando decimos pobre hombre, que no se refiere al dinero? ¿A qué se refiere? ¿A que da lástima? Luego, es un tipo de adjetivo apreciativo. Claro. Sin dinero, claro. ¿De acuerdo? Luego, a la derecha especifica. A la izquierda... Explican. ¿De acuerdo? Esto nos va a pasar posteriormente también con las oraciones. Como las oraciones también pueden funcionar como adjetivos, van a ser exactamente iguales. Vamos a pasar al grado. Hay un tipo que no se explican los apuntes, pero pueden llegar a aparecer. Que son los epítetos. Es un tipo de adjetivos. Los adjetivos explicativos, por ejemplo. Si yo digo la blanca nieve, blanca, habla de una característica que ya tiene la nieve. La nieve es blanca. Entonces, ese tipo de adjetivos explicativos que son superfluos se llaman epítetos. Son tres muy claros. La blanca nieve, la verde hierba y la roja sangre. La sangre es roja. Nadie la tiene azul, por muy rey que sea. Igual pasa con la hierba. Se puede secar, sí, bueno. Pero lo natural de la hierba es que sea verde. Y de la sangre es roja. ¿Vale? Se llaman epítetos. Son superfluos. Se parece mucho a nuestro subir para arriba, bajar para abajo. ¿De acuerdo? Muy bien. Luego, entonces, ese tipo de... Adjetivos que son explicativos se llaman epítetos. En cuanto al grado, ya habíamos hablado de tres grados. Positivo, comparativo y superlativo. El positivo es el grado por defecto. Pues guapo, listo, feo, alta, baja, de acuerdo a lo que sea. Esta fruta es dulce, tiene una pinta simpática. En cuanto al comparativo, se suele contrastar... Dos elementos, dos sustantivos. Por ejemplo, tenemos inferioridad menos que, de igualdad tan como y de superioridad más que. Por ejemplo, tenemos las cerezas son menos dulces que las uvas, ¿de acuerdo? Menos que. Felipe es tan alto como su padre, tan como. Y de superioridad más que. El oro es más dúctil que el trigo. El titanio, ¿de acuerdo? Más maleable. Recuerdo, menos que, tan como, más que. ¿De acuerdo? En cuanto al grado superlativo, lo que nos indica es que la cualidad que se indica la obtiene en su grado máximo. Y hay dos tipos. Relativo o absoluto. El relativo tiene un segundo término de comparación. Fijaos. Tiene siempre el artículo adelante. Juan es el... Atención a esto. Esta es la clave. Porque si no tuviera él, ¿sabéis lo que sería? Muy bien. Comparativo de superioridad. Entonces, el más simpático y ahora del grupo. ¿De acuerdo? En cuanto... También puede ser más o menos, ¿de acuerdo? El más simpático... Es una de sus novelas menos conocidas. Pero el absoluto no tiene término de comparación. Por ejemplo, muy honrado, enormemente feliz o felicísimo. Se puede hacer de varias maneras. Modernamente, si habéis escuchado en el habla juvenil o en el habla popular, se están inventando muchas maneras de hacer el superlativo. ¿Conocéis alguna que no está aquí? Porque aquí habla de contentísimo, relisto. Hiperactivo. Pero hay más. Por ejemplo, ¿eres bueno? No. Lo siguiente. Ahí está el gran superlativo. ¿Recordáis el súper? Eres súper bueno. Además, los jóvenes lo usan continuamente. Súper separado y con tilde. ¿De acuerdo? Por ejemplo, súper bueno. Hiper, mega o... ¿De acuerdo? Con muchísimo... Hay algunos que son culto. Por ejemplo, de estupendísimo... Por ejemplo, de bueno, ¿cuál es el comparativo de superioridad? Bueno, tenemos el comparativo. Comparativo de superioridad. Mejor. ¿Y el superlativo? ¿El superlativo podría ser buenísimo? Buenísimo, está admitido. Pero el culto sería... Óptimo. Bueno, mejor, óptimo. Bueno, ahora lo vamos a ver. Estos son cultos. Se admiten los tradicionales, que se llaman regulares. Entonces, de bueno, buenísimo. Genial. ¿De acuerdo? Pero los cultos, ¿de acuerdo? Son los que se prefiere en el escrito. En el hablado... Se pueden permitir, no pasa nada. Por ejemplo, ahí lo tenéis en la tabla. Por eso he puesto que son irregulares cultos. Los otros no es que estén mal. ¿De acuerdo? La gente al hablar lo usa en el ambiente familiar y coloquial. Por ejemplo, de bueno, mejor, óptimo... Si decimos que es una calidad buenísima, decimos que es de calidad óptima. ¿De acuerdo? Es que si no pensamos adjetivos a los que se asocian, suena muy raro. Por ejemplo... Mírate. Mira. De alto. ¿De acuerdo? Ahora vamos a ir viendo esto. O sea, de bueno, mejor, óptimo. Calidad óptima. De malo, peor, pésimo. Es que eres pésimo. Eres lo peor que existe. ¿De acuerdo? Eres malísimo. Pues eso es pésimo. De grande, mayor, máximo. Por ejemplo... ¿Recordáis que usamos a menudo más mayor? Yo soy más mayor. No suena bien, ¿eh? No suena bien. Yo soy mayor que mi hermano. Ahora veremos eso también. Tenemos pequeño, menor, mínimo. Esto es un error mínimo. No tiene importancia. Muy pequeño. O de alto superior, supremo. Por ejemplo, el tribunal... Supremo. Quiere decir que es el tribunal altísimo. El más alto que hay. Bajo, inferior, ínfimo. ¿De acuerdo? El piso inferior. El de abajo. El más abajo. Y, por ejemplo, de ínfimo... Había una diferencia. Por ejemplo, si alguna vez habéis construido algún mueble de Ikea y no ha sido perfecto el ensamble, os ha quedado un... Un error mínimo. ¿De acuerdo? Las cosas no van bien. Las puertas, sobre todo. Un error mínimo y las puertas se quedan ya desparejadas. Bueno. Pues es interesante el uso de estos adjetivos. Tenemos otros. Por ejemplo, de pobre... ¿Cuál es el culto de pobre? El superlativo. Paupérrimo. Muy bien. La gente diría, ¡pobrísimo! Y diría... Está bien, está bien, ¡pobrísimo! Pero paupérrimo es el culto. ¿De libre? Libérrimo, con tilde. Libérrimo. O, por ejemplo, de abundante... Por ejemplo... Un árbol ubérrimo. Muy bien. ¡Madre mía! Ubérrimo, con tilde, también. De abundante. ¿Vale? Este de ubérrimo no suele aparecer en los exámenes. Pero, bueno, tradicionalmente se enseña en la lengua. Es uno de los ejemplos fáciles. ¿Vale? No, no. Es más abundante. Más abundante qué, menos qué. Solamente tienen algunos, en este caso superlativos, sobre todo en érrimo. Tenemos algunos más así raros, raros. Pero ya el uso... El uso es menor. ¿De acuerdo? Vamos a matizar algunas expresiones que suelen aparecer en todos los exámenes. ¿De acuerdo? Y, sobre todo, aparecen como preguntas de tipo test de este tipo. Mayor, menor, mejor y peor. ¿De acuerdo? Se dice mayor qué, menor qué, mejor qué y no menor a. Por ejemplo... La renta española es menor que la renta europea. Pero no se dice es menor a la renta europea. ¿De acuerdo? Este es un error muy común y una pregunta de test del examen. Segundo. Anterior, posterior, superior e inferior. Se dice anterior a. ¿De acuerdo? Por ejemplo, Puccini es posterior a Verdi. El problema es... Fijaos. Que estos dos se cruzan. Entonces, mayor, menor qué, anterior, posterior a. Y hay alguna gente que los cruza los dos. ¿De acuerdo? Y eso es lo que no se puede hacer. Son incorrectas las expresiones repetitivas como más mejor, más peor, más posterior. Suena bastante mal. Porque del latín ya vienen con el grado comparativo. ¿De acuerdo? Peor... Esa... La OR ya indica que es comparativo en latín. Igual pasa con mejor, posterior. ¿De acuerdo? Son sufijo comparativos que ya vienen así del latín. Y por último, los comparativos irregulares de anterior y posterior no tienen grado positivo ni superlativo. Claro. Que sería superanteriosísimo. No, no. No es el sistema. Es el sistema anteriosísimo. ¿Verdad? Es que es imposible. ¿De acuerdo? Ya anterior y ya. Pero la gente dice que a veces tiene que ver con un periodo muy anterior. Claro. Es un periodo muy anterior, fíjate. Qué mal suena. Un periodo anterior. Pero a lo mejor es referente a un periodo que es más anterior al periodo anterior. No se puede. Es curiosísimo que no se pueda en español decir eso. Igual que, por ejemplo, aquí indican a posterior, posteriosísimo o posteriorísimo. No vale. No. Es anterior. Es anterior a la edad media. Eso. Ya. No se puede decir nada más. Esa es una limitación de nuestro idioma. Pero porque no nos hace falta. Es que no tiene sentido. Lo mismo que más mejor. Es que es mejor. Ya. No es más mejor. No es mejor. ¿De acuerdo? Porque ya está el comparativo dentro con el OR que indica que es comparativo. ¿Se entiende eso? Entonces, aquí tenemos algunos superlativos irregulares. Atención porque aquí sí hay errores. Los errores los voy a subrayar de un modo especial. Por ejemplo, algunos adjetivos que forman el superlativo sobre la raíz, por supuesto, del latín, como siempre. Tenemos antiquísimo y no se admite. Antiguísimo. Antiguísimo es un error. ¿De acuerdo? Sapientísimo. ¿De acuerdo? Y no sabísimo. Otro error. Los que acaban en ble tenemos agradabilísimo, amabilísimo, nobilísimo y notabilísimo. Eso es correcto. En cuanto... A veces se admiten los irregulares cultos. Y además... Más los regulares coloquiales. Por ejemplo, amicísimo y amiguísimo. En este caso, los dos. Crudelísimo y cruelísimo. ¿Cruelísima? ¿Cruela os suena? Cruelísima. Y no decimos crudelísimo. O fidelísimo, fielísimo. Frigidísimo, friísimo. Eso está muy frío. Está frío. En deble, en debilísimo o en deblísimo. Bili o bli. La diferencia es sutil. Pero es la diferencia entre culto y popular. ¿De acuerdo? Por ejemplo, hay superlativos que son irregulares sin dictongo y los regulares con dictongo. Pues lo mismo. Culto y popular. Por ejemplo. De bueno. Bonísimo. Culto. De bueno. Buenísimo. Popular. ¿De acuerdo? Es, eh, al pueblo le encanta dictongar. Entonces, lo regular es dictongar. Por ejemplo, de bueno, pues buenísimo. De grueso, grosísimo. Eso es del latín. Gruesísimo. Eso es del español. Novísimo. Nuevísimo. Igual pasa con recentísimo o recientísimo. Temísimo o tiernísimo. Ciertísimo y certísimo. Fuertísimo y fortísimo. Forte. Valientísimo, valentísimo. Calentísimo, calientísimo. Atención. En América utilizan todos el dictongo. Nunca en la vida van a usar los escribientes latinos porque ni siquiera lo aprenden. Nunca. ¿De acuerdo? En América, calientísimo. Calentísimo no. Ajeticismo. Que contienen una R en la última sílaba, añaden el sufijo érrimo. Por ejemplo, de célebre, celebérrimo. De libre, libérrimo. De mísero, misérrimo. ¿De acuerdo? Abundante, uberrimo. Este tipo de... Son todos irregulares y ocurre porque la mayoría de ellos tienen una R al final. Mísero. Algunos tienen doble... Su fijación. En érrimo y en ísimo. Esto es rarísimo. Por ejemplo, tenemos negro. Pues tenemos negrísimo y nigérrimo. De pobre, paupérrimo y pobrísimo. De pulcro, pulquérrimo y pulcrísimo. ¿De acuerdo? Uno es popular y el otro es culto, siempre. Uno es de derivación latina y el otro es... Es de evolución española. Cuando el B español, allá por... Antes del siglo XI, XII, va a ir poco a poco creando este tipo de comparativos. Algunos adjetivos van a necesitar un interfijo, un apoyo, para poder añadir el ísimo. Por ejemplo, de joven, yo no digo jovenísimo, sino con C, una C. ¿De dónde sale esa C? Un interfijo. Porque no podemos decir jovenísimo. Jovenísimo. Jovencísimo. De trabajor, de trabajador. Trabajadorcísimo. Porque si no, sería trabajadorísimo. Es muy raro. ¿De acuerdo? De cursi, cursilísimo. ¿Veis ese I, ese L, de dónde sale? Pues es un interfijo. Necesita un apoyo para hacer palabras tan largas. Por supuesto, la tendencia juvenil hoy en día... ...es no construir palabras tan largas, sino añadir otras palabras que pueden aumentar. Por ejemplo, super, mega, hiper, mazo, mazo equivale a muy. ¿De acuerdo? O en plan, ya veremos que en plan también es otro tipo que sirve para todo. En cuanto... Ahora vamos a pasar a los determinantes. Y antes de empezar... En plan significa de modo, significa es decir, significa por ejemplo, significa mil cosas. Los jóvenes lo utilizan porque se da la circunstancia de muchísima pobreza léxica. Entonces necesitan utilizar palabras... ...comodín. Y las palabras comodín que tenemos son cosa, objeto, persona... Y entonces se les queda pequeño y necesitan otros recursos. También les sirve para crear identidad. Si oís esto solamente es en Madrid empezó y se ha extendido a toda la península. Antes se usaba en plan, sí, pero en plan solamente como de modo. Pero ahora es que se utiliza para todo. Los jóvenes ya se le está quitando porque empezó en el año 2008. El pico lo tuvo en el año 2009 y ahora está bajando otra vez. ¿Por qué? Pues porque son modas, son modas. Nosotros también tuvimos modas, ¿eh? También llegaban ciertas palabras que se hacen populares por lo que sea, pero su fama decae. La lengua tiene eso. Unas veces sube palabras, otras veces hace descender su frecuencia. No tiene más. Antes de... Recordáis que los adjetivos... Los adjetivos... Y los pronombres son dos tipos paralelos. Tan solo hay un grupo en los adjetivos y un grupo en los pronombres que no tienen correspondencia, pero los demás se corresponden. Si está en adjetivo, por ejemplo, los demostrativos. Los demostrativos existen como adjetivos. Este coche... Pero también existe como pronombre. Este. ¿De acuerdo? Los posesivos existen, ¿cómo creéis? ¿Como adjetivos o como pronombres? ¿O como los dos? ¿Existen los pronombres posesivos? ¿Existen o no? Los pronombres, por ejemplo, mi, mío. Pero, por ejemplo, si yo digo... El mío, pero ahí está sustantivado. Si se tiene que sustantivar, entonces quiere decir que no es pronombre. Bueno, lo resuelvo. Es que muchos habréis estudiado que sí existen, pero no existen los pronombres posesivos. Solo son adjetivos. ¿Ok? Se pueden sustantivar, poniéndole delante el. Pero si se pueden sustantivar, quiere decir que son adjetivos determinativos. En este caso, los posesivos. Solo son adjetivos. Y solo hay un tipo que es exclusivamente pronombre, que son los pronombres personales. Luego, quitando estos dos, uno solamente de adjetivos, y los personales solo de pronombres, los demás se comparten todos. Pueden ser adjetivos cuando acompañan a sustantivos y pronombres cuando los sustituyen. Así de fácil. Luego, repito, solamente son adjetivos los posesivos. Solamente son pronombres los personales. Los demás pueden ser los dos. ¿De acuerdo? Por ejemplo. Bueno. Vamos a ver antes los adjetivos posesivos, que son solo adjetivos. Si decimos, bueno, la función es ser siempre determinantes, acompañan al núcleo, y en este caso concuerdan en género y número. Hemos dicho que todos concuerdan en género y número. De un poseedor, de segunda persona, de varios poseedores, pues tenemos mi, tu, sus. ¿De acuerdo? Y los átonos. Se llaman átonos porque nunca pueden ir posicionados. Pospuestos. Tienen que ir siempre antes. Mi coche, mis coches. ¿De acuerdo? En cambio mío, este coche es mío. ¿De acuerdo? Sí puede ir. Igual pasa con nuestro, tuyo, vuestro, suyo. ¿De acuerdo? Se llaman átonos los que van delante. Tónicos los que van pospuestos. En realidad, si os dais cuenta, estos, ¿cuántas sílabas tienen? ¿Los átonos? ¿Cuántas sílabas tienen todos los átonos? Una. Y todos los tónicos, mínimo dos. Esa es la clave. Luego se os ponen una pregunta diciendo, ¿cuáles son los adjetivos posesivos tónicos? Ya está, no tienes que estudiarte nada. Los que tengan más, dos sílabas o más. ¿Que tienen una? Átonos. Ya está. Así de simple. ¿Por qué? Porque cuando son átonos, se apoyan en realidad en el sustantivo, el coche. Ese él, el acento, lo va a delegar en el sustantivo, el coche. En cambio, el coche mío, fijaos, ahí hay dos acentos, coche mío. ¿De acuerdo? Eso significa átono y tónico. Muy fácil. Es una cuestión de fonética. Fonética, de oído. ¿Se entiende? Vale. Vamos a hacer algunas precisiones. Por ejemplo, en las formas átonas, ya hemos dicho que no llevan tilde, que van delante, mi hijo. Las formas tónicas pueden ir detrás o delante, pero van pospuestas, necesitan de otro adjetivo determinativo. Por ejemplo, este, hijo mío. Porque hijo mío es un vocativo. ¿Por qué? También se puede utilizar, ¿de acuerdo? Nuestro tío o un tío nuestro. Muy bien. Ojo, se considera incorrecto con las palabras cerca tuyo, detrás tuya. ¿Por qué? ¿Por qué no se puede decir detrás mío o detrás mía? Buena pregunta. ¿A qué hemos dicho que acompaña? No, no es mío. Pero, ¿qué hemos dicho? ¿A quién hemos dicho que acompañan los...? Sí, el razonamiento está bien. Pero, porque la razón es... ¿A quién acompañan los adjetivos? A un nombre, a un sustantivo. Y cerca tuyo, lejos tuyo, detrás tuyo, ¿qué son? ¿Qué son cerca, detrás...? Luego, no son sustantivos. Luego, no es una construcción correcta. Esa es la razón de fondo. Tienen que acompañar a sustantivos. Entonces, en este caso, cerca de, ¿de acuerdo? Esa preposición de, cerca de ti, algunos lo han confundido con un posesivo. Por eso dicen cerca tuyo, si es de ti, lo mismo que digo, ¿de quién es este rollo? Es mío, de mí. ¡Oh, pues qué jaleo! Pero, lo siento, con cerca, con lejos y con detrás. Se dice detrás de. Esta es una pregunta de examen. Les encanta poner esto. ¿De acuerdo? Y es fácil, o sea, que no vais a caer, porque es muy fácil detectar. En cuanto a los demostrativos, pueden ser adjetivos y pronombres. Este, ese, aquel. Si digo este, ¿qué relación tiene? Desde el punto de vista del hablante. Este. En relación a la distancia, ¿cómo está? Cerca del que habla. Este manto es tuyo, este. Está cerca de mí. Si digo ese, distancia intermedia. Muy bien. Y si digo aquel, lejanía. ¿De acuerdo? Entonces, siempre es desde el punto de vista del que habla. Este, ese, aquel. ¿De acuerdo? Y ahora, atención. Proximidad, distancia media, lejanía. Hay usos temporales, porque nosotros estamos hablando de espacios. Pero, ¿te acuerdas aquel año? Aquel año. Pero, ¿en qué año? ¿Para el temporal? Ah, ¿te refieres aquí, allá, acu...? Vale. Es que, pero ten en cuenta que estamos hablando de... Sí, estamos hablando de determinantes, no de adverbios. Estamos hablando de este, ese, aquel. Pero sí, lo de allí, allá. Bueno, eso sí. En cuanto al uso de formas masculinas para sustantivos que empiezan por atónica, por ejemplo, yo digo, es... Dijimos, el aula, pero con este, que es, con el demostrativo, esta aula. Esta. En cambio, decíamos, el aula. ¿Recordáis? Es, se considera error. ¿De acuerdo? Esta aula. Esta sí, también cae en los exámenes siempre. Decimos, aquella aula, esa área. ¿De acuerdo? Pero, el área. Tan solo lo cambiamos con el artículo. ¿De acuerdo? Muy bien. Seguimos. Con los indefinidos. Ojo, los indefinidos los comparten el pronombre y el adjetivo determinante. Pero, ojo, que también los adverbios se confunden con estos. Un ejemplo. Si yo digo... Voy a pasármelo. Lo voy a escribir aquí, porque esto es una pregunta que, aunque alguna vez... Vale. Vamos a la pizarra. Y vamos a borrar. Vale. Si yo pongo, por ejemplo... Vamos a poner un tamaño grandecito. Veinticinco. Tengo muchas... Eh... Tengo muchas historias. ¿De acuerdo? En segundo. Tengo... Tengo muchas historias. Dos. Eh... Te quiero mucho. Tres. Dame muchas. Ahora. Ya lo podéis ver. Lo estaba escribiendo. Eh... Vale. Si yo digo, fijaos en estos tres. Tengo muchas historias. ¿Qué es ese primer muchas? El de uno. Es indefinida. ¿Qué es? Es indefinida. Indefinido. Indefinido significa que es una cantidad indeterminada. Por lo tanto, puede ser adjetivo, pronombre o adverbio. De las tres, ¿cuál es y por qué? Muchas. El uno. Es adjetivo. El segundo, ¿por qué es adjetivo este? El primero, ¿por qué es adjetivo? En primer lugar, acompaña a un sustantivo. El sustantivo es historias, pero previamente, ¿qué diferencia los adjetivos, los pronombres de los adverbios? Los adverbios son... ¿Qué tipo de palabra? Y son invariables. Por lo tanto, si son invariables, no tienen plural ni masculino ni femenino. Por lo tanto, tengo muchas historias, tengo muchos errores, tengo muchas... Con lo cual, quiere decir que esto es variable. Por lo tanto, sólo pueden ser... Si es variable, adjetivo o pronombre. Si acompaña a un sustantivo, entonces es adjetivo. Si lo sustituye, será pronombre. Por lo tanto, la primera, tengo muchas historias, es adjetivo. ¿Correcto? Ahí está el razonamiento entero. La segunda, te quiero mucho. ¿Por qué? Acompaña al verbo en primer lugar y es invariable. No puede decir te quiero muchas o te quiero muchos. ¿Vale? Muy bien. Por lo tanto, adverbio. Perfecto. Y la última, dame muchas pronombre. ¿Por qué? Sustituye al nombre y es variable. Dame muchos, dame muchas. Dame muchas piruletas o dame muchos besos. ¿De acuerdo? O sea que... Muchas, a mí. Muy bien. Genial. Luego, fijaos. Este es el peligro de los indefinidos. Y en el examen la podemos liar así. Pero el razonamiento está claro. Si es variable, entonces será adjetivo o pronombre. Si es invariable, entonces es adverbio. El adverbio puede acompañar, y ya lo veremos más adelante, a tres. No solamente al verbo, sino también a un adjetivo o a otro adverbio. Es decir, yo puedo decir, te quiero mucho, pero te puedo... Puedo utilizar también, por ejemplo, acompañando un adjetivo. Muy guapa. Muy es un adverbio. Y acompaña a un adjetivo. ¿De acuerdo? Bueno, pero esto ya lo verás. Pero esto nos salimos del tema, entonces. Seguimos por donde íbamos. Vale. Ahí está. Atención a los indefinidos. Indican cantidad imprecisa. Se distinguen de los numerales, que es cantidad precisa. Luego, los indefinidos, cantidad imprecisa. Tenemos un, una, unos, unas. Oye, ¿cuándo sé yo si un se refiere a uno cualquiera o se refiere a uno y no a dos? Por ejemplo, hay una palmera. Eso se refiere... ¿Se refiere a una, indefinido, o se refiere a una, numeral? Depende del contexto. Por ejemplo, quiero una palmera. ¿Cuál? Una cualquiera. Ahí es indefinido. Deme una palmera. ¿No quieres dos? No, no, no. Una. Ahí es... ¿De acuerdo? Depende del contexto. Hay que matizarlo. Aquí me preguntan, ¿toda? ¿Puede ser precisa? No. Toda la gente sigue siendo imprecisa. ¿De acuerdo? Me he comido toda la caja de bombones. Toda. ¿Y por qué toda es impreciso? Porque si quisiera decir, me comí ocho bombones, diría el número. ¿De acuerdo? Entonces, cuando uno no quiere ser preciso, utiliza los indefinidos. Precisamente es una cualidad muy curiosa estos determinantes. Ahora verás. Tenemos algún, ningún, mucho, poco, demasiado, todo, mismo, otro, cierto y tanto. Muy fácil. Algunos solamente tienen variación de número. Solo tienen singular o plural. Por ejemplo, bastante, tal, tales, cualquiera, cualesquiera. Atención a este. Por ejemplo, es adjetivo, atención, y el plural es cualesquiera. Cualesquiera. Soy un hombre cualquiera, somos hombres cualesquiera. Atención a esto, ¿eh? Un día cualquiera, pero ojo, porque también puede ser sustantivo. Unos cualquiera. ¿De acuerdo? Con variación de... Dime. Sí. Soy un cualquiera, quiere decir un don nadie. También con variación... Variación de género, con solo plural. Por ejemplo, pintó varios retratos. ¿De acuerdo? O varias. No tiene singular. Varios. Qué curioso, no tiene singular. Claro, si es que ya indica plural. Igual pasa con sendos. ¿Recordáis sendos qué significaba? Por ejemplo... No. Sendos, no. Tampoco significa... Es uno para... Para cada uno. Por ejemplo, si yo digo... El último día de clase vinieron cinco alumnos y trajeron sendos libros. Quiere decir uno para cada uno. Que no quiere decir que sean dos. Pueden ser tres, cuatro o cinco. O mil. Significa uno para cada uno. ¿Vale? Es un distributivo. Luego tenemos ambos. Ambos sí. ¿De acuerdo? Por ejemplo... Por ejemplo, los atletas recibieron sendas, medallas. Yo no he dicho que sean dos atletas. Los atletas. Los 800 atletas se llevaron 800 medallas. ¿De acuerdo? Luego, ojo, no confundáis sendos con ambos. Ambos sí es para dos. ¿De acuerdo? Y ahí viene ambigüedad. Ambigüedad significa que tiene dos sentidos. Hay algunos que son invariables. Atención a esto. Más. Más lo conocéis como adverbio. ¿Recordáis que llevaba tilde siempre? Dame más. Bueno, pues también es adjetivo indefinido e invariable. Por ejemplo, más libros menos bombas. Más, menos. Son determinantes, pero invariables. No tienen ni género, ni número, sino más. Es raro, ¿eh? Por lo tanto, no confundáis con el adverbio porque acompaña un sustantivo. Esa es la diferencia. La posición es importante. Igual con demás. Los demás discos, los demás alumnos, los demás lo que sea. Y por último, cada. Cada es un distributivo. Le dieron un diploma a cada alumno. Cada persona trajo a su pareja. ¿De acuerdo? Un distributivo. Vale. Muy bien. Vamos a ver la peculiaridad de los indefinidos que acompañan a los sustantivos femeninos que empiezan por atónica. ¿Recordáis? Aula, águila, hada, madrina, todos estos sustantivos que son femeninos. Pero recordad cuando decíamos el aula, las aulas. El águila, las águilas. El hada, las hadas. El área, las áreas. Luego con el artículo determinado lo tenemos claro, ¿verdad? El, la. En cambio, fijaos, vamos a ver con el indeterminado cómo se hace. Tenemos, por ejemplo, un aula. ¿De acuerdo? Un aula. ¿De acuerdo? No es una aula. Un aula. Tenemos un habla o una habla. Aquí sí, admite una. Tenemos un o una hacha. ¿De acuerdo? Pero en aula solo admite un aula. En cambio, esta aula. O algún aula. ¿De acuerdo? Las letras, por ejemplo, una H, una A. Y los sustantivos precedidos de una gestión. Una abarrotada aula. Atención a esto. Los indefinidos, alguna y ninguna, se comportan como una. Por ejemplo, algún alma, ningún aula, alguna alma o ninguna aula. Atención a este. ¿De acuerdo? Admiten masculino o femenino. En los demás indefinidos ya no hay cambios. Mucha hambre. Este entra en examen siempre. Lo están poniendo en los últimos años en todos los exámenes. De febrero y de junio. Mucha hambre. Porque debe ser habitual decir mucho hambre o algo así. Mucha hambre, otra área, toda ave. ¿De acuerdo? Siempre femeninos. Siempre. Luego repito y resumo. Tan solo con los artículos. ¿De acuerdo? Determinados. El. En el singular. El área, el aula. Y en la mayoría van a admitir un cambio, un, una. ¿De acuerdo? Un aula, una habla, un habla. Sí, sí. Está admitido. Suena mal. Yo diría un hacha. El hacha. Pero se admiten los dos. ¿De acuerdo? Pero tenéis que saber que se admiten los dos. Porque a veces. Dicen, reconozca el error. Y entonces tienes que detectar dónde está mal. ¿Vale? ¿Una habla? Sí. Un habla o una habla. Sí. Las, las hablas asturianas, por ejemplo. Las hablas asturianas. Con A, femenina. ¿Con determinados? ¿Unas hablas? ¿Unas hablas asturianas? Suena raro. Porque estáis acostumbrados a tener en cuenta que hay usos personales donde uno elige por cultura, muchas veces, por el aprendizaje familiar que hemos tenido, tenemos tendencia a subrayar, por ejemplo, en este caso, pues no diríamos una, sino un. Por educación, por la sociedad en la que te has desenvuelto, pues pronuncia así, por ejemplo. Por mi cultura yo nunca diría fuertísimo. Nunca. Sino porque desde pequeño me he enseñado fortísimo. Esto es fortísimo. Igual con... Buenísimo. Me cuesta muchísimo. Me cuesta... ¿Por qué? No me sale espontáneo. Bueno. Los numerales. Si los indefinidos era cantidad imprecisa, los numerales es cantidad exacta. Por ejemplo, tenemos los números, uno, dos, tres... Bueno, ¿qué tenemos que decir de los números? Porque habitualmente, hasta en muchos comentarios, algunos me escriben los números. ¿Se pueden escribir en cualquier circunstancia los números con los signos arábigos? Es decir, 29. O lo escribo con letras. ¿Qué tengo que hacer? Depende la cantidad. A ver, ¿dónde está el límite? En 10. ¿Por qué 10? Vale, está en una cantidad. Y también depende lo que le siga. ¿De acuerdo? ¿Recordáis cuando vimos la ortografía las abreviaturas? Por ejemplo, si siguen algunas cantidades como kilogramos, magnitudes como kilo, kilovatios... Entonces, el número es lo que se pide escrito. El signo, el número arábigo. 29 kilos. ¿De acuerdo? Se pide. Es más conveniente escribirlo. Las cantidades monetarias. Tengo 17.000 dólares. No vas a escribir 17.000 con letras. ¿De acuerdo? Pero, sí se puede escribir siempre. Siempre las letras se pueden desarrollar. Bueno, vamos a matizarlo. Hasta el 29, los años, por ejemplo. Los años, en literatura, siempre se escriben con letras. Siempre que leáis una novela y digáis tenía 37 años, siempre con letras. Nunca lo vais a ver escrito con números. Nunca. Las direcciones postales, sí. Eso lo vimos ya en el primer tema. Luego, hasta el 29, se escriben en una sola palabra. Por ejemplo, 22. Una sola palabra. Y desde el 31, aunque es preferible separados, se pueden escribir juntos. Por ejemplo, 31 o 31. ¿De acuerdo? Pero, es mejor separado. Porque si no, vamos a hacer palabras larguísimas. Sí. Es que una Y en medio de una palabra, en español, no. Sí. De hecho, nosotros lo escribiremos siempre separado. En la península, tened en cuenta que esto se está tratando de integrar toda América a parte de África, Guinea, sobre todo, y el Sáhara. En algunas zonas de Filipinas, la gente usa otras expresiones. Y todo esto es español. Por eso digo que algunas veces se os suenan algunas expresiones extrañas. Por ejemplo, en la península nosotros hemos aprendido el abecedario. ¿Cómo llamáis? Nosotros llamamos la Y, ¿verdad? A que nadie nos llama la Y. En América es así. O la B baja, la D alta. Pues esto es algo de América, ¿no? Pero es también español. De hecho, son más los hablantes de español que pronuncian eso que los nuestros. Por eso digo que muchas veces hay que ser, pues, muy abierto a esta apertura y a estas tendencias, ¿no? Por ejemplo, ojo, aquí hay un error que es veintiuno es como se debe decir, con el diptongo. Y no veintiuno. Solo ven como de evento. Veintiuno. No. ¿Te acuerdas? Ese es el error. Siempre con el diptongo. Veintiuno. Igual pasa con novecientos. Como sabéis que siempre gusta diptongar en el ámbito popular. Nuevecientos. No, nuevecientos no. En el examen os pueden hacer dudar con esto. De hecho, teniéndolo clarísimo en el estudio, en los test, llega uno en el examen y te plantan por ejemplo en este caso veintiuno y puedes caer como una chinche. ¿Por qué no lo es? Por cierto, como lo vamos a hacer en el ordenador si alguno tiene problemas gafas puestas. ¿De acuerdo? No sé en AVEX cómo se verá el tamaño de la letra si pondrán las preguntas en una sola pantalla o pondrán varias preguntas en la misma y tú puedes deslizar el ratón. O sea, no sé cómo lo van a plantear. Pero vosotros estáis preparados. Por eso, cuando en el aula, en KAUMILAULA lo tenéis, es genial porque es exactamente igual. ¿De acuerdo? Muy parecido el sistema. Dime. Sí, en cuanto tú te matriculas ya estás dado de alta. Eso es. ¿Cómo? ¿Cómo va a proceder el examen? Tú entras en AVEX, te identificas con tu login y tu contraseña de la UNED y entonces se te encenderá la cámara. Tú tendrás que mostrar en la cámara tu carnet de identidad y también el de la UNED. Si no lo tenéis, hacedlo. Todavía os queda un mesecito. También a los que están online. En la secretaría pedís cita y os hacéis el carnet. ¿De acuerdo? Entonces, te tomarán fotos y durante el examen, como tienes que dar permiso para que la cámara te grabe, de vez en cuando te tomará capturas. Sin que tú sepas cuándo. De un modo aleatorio va a tomar capturas de quién está delante del ordenador. Porque claro, el examen te lo puede... Va a tomar capturas de quién está delante del ordenador. ¿De acuerdo? Para que lo sepáis. Además, tú tienes que dar tu permiso para que graben. De todas formas, vuestro examen se corrija automáticamente. El examinador lo que irá mirando es la persona si coincide con el DNI. ¿De acuerdo? Muy bien. En cuanto a cómo saber si uno, por ejemplo, es numeral o indefinido. Lo hemos dicho antes. Depende del contexto. Por ejemplo, quiero un pastel, no tres. Bueno, pues ya lo hemos dicho. También necesitas el código AVEX. ¿A qué te refieres? No sé. Un código AVEX. Eso os lo harán llegar al correo. Os debe llegar un correo diciendo para el examen. Un código al correo de la UNED. Sí, claro. De todas formas, abrirán. El año pasado dieron un tiempo para hacer alguna prueba. Ah, la secretaría ha mandado esa información por correo. Muy bien. Vale. Y hay una guía explicativa. Genial. Pues bueno, saberlo porque algunos no lo han recibido muy bien. Ya se puede probar. O sea, está ya el aula AVEX y os aconsejo que la probéis, que os familiaricéis para que no os pilla este venido. Todavía nos queda un mes, ¿de acuerdo? Pero dadle uso para que no, porque uno ya con los nerviosismos, la última hora, os va a sobrar tiempo, ¿eh? Os va a sobrar tiempo. Pero bueno. En cuanto a los ordinales, y se puede practicar además en el aula. Muy bien. Gracias. Eso se agradece porque si no, mucha gente se puede ver un poco agobiada del día de hoy. En cuanto a los ordinales, lo que nos van es a clasificar. Nos van a establecer el orden. Primero, segundo, tercero, ¿de acuerdo? Tienen variaciones de género y de número. Tenemos primera, segunda, primeros, segundos, ¿de acuerdo? Lo mismo. Pueden ser adjetivos o pronombres. Primero y tercero se apocopan. Quiere decir que pierden la sílaba. Mi primer día, mi día primero. Cuando se pone delante, pierde la O. Igual pasa con primer, tercer. No deben usarse los partitivos. Por ejemplo, cuando uno sube al ascensor y dice, ¿a qué piso vas? Y te dice, voy al número once. ¿Cómo suele decir la gente? Al onceavo. Onceavo es uno partido por once. Es decir, como una tarta, la parto en once y cojo un trozo. Eso es un onceavo. Es decir, la parte once del total, del conjunto. No. Luego se diría, voy al décimo primero o un décimo. ¿De acuerdo? ¿Pero qué ocurre? Ahora dejamos los ascensores porque los ascensores van a tener otro tratamiento. Ahora veréis por qué. Vale. Recuerdo, por ejemplo, del primero, pero el cuatrocientos cuadrincentésimo. ¿Cómo se diría el quinientos aniversario? Eso es cincuenta. Quintogésimo, ¿no? Ay, ese es un poco bueno. Sería genial, ¿eh? El quinto centenario. Ojo, no olvidéis poner, si ponéis quinto, con el punto, que es una abreviatura. Ahí lo tenemos. Quintringentesimo. Está muy divertido. Menos mal que no los usamos. ¿El que han puesto? Quincuangentesimo. Vale. ¿El de mil cuál es? Fíjate, fíjate en en la RAE. Tenéis, eh... ¡Ah! Aquí. Quincuagésimo es cincuenta, ¿lo veis? Cincua... ¡Vale! No está, si quieren. Ahí está. Claro, es que no están todos los números en el diccionario. ¿Vale? Bueno, muy bien. ¿No sale en examen? No, no, no sale en examen, tranquilos, que es... Esto era ya una publicidad que tenían para nosotros. Curiosidad, no va a salir el examen esto. Como tengáis que aprender todo. Tened en cuenta que en los ascensores decimos, voy al primero, al segundo, al tercero, al cuarto, al noveno y al décimo. A partir de, voy al número, voy al once, doce. Se utilizan los cardinales. Porque si, imaginaos en América que hay muchísimos hoteles altísimos de estos. Voy al octogésimo, voy al quincuagésimo. Y se para y uno pensa, ¿cuál es? Sería graciosísimo, ¿no? Milésimo. La milésima parte también se utiliza también para... Vale, genial. No, no, para los ascensores me preguntan si es onceavo. No, onceavo es la totalidad se divide en once partes. Por ejemplo, tenemos octavos de final, la semifinal, cuartos de final. ¿De acuerdo? Para eso sí se utilizan los partitivos, esos de onceavo. Pero no para el orden. Vamos a los interrogativos y exclamativos. Atención a esto porque son muy interesantes. ¿Recordáis cuando llevan tilde y cuando no? Bueno, pues los interrogativos y exclamativos... Llevan tilde siempre. ¿De acuerdo? Y no van a llevar tilde cuando son relativos. ¿De acuerdo? Por ejemplo, ¿qué excusa pondrá que es un determinante interrogativo? Y por eso lleva tilde. ¿Qué razón tenía? Ahí es exclamativo. ¿Cuánto tiempo? ¿Cuántos recuerdos? ¿Cuánto cuesta? Ahí son interrogativos. ¿De acuerdo? En cambio, los relativos, fijaos, funcionan como nexo. Por ejemplo, lee cuántos libros caen en sus manos. Y en este caso concuerda con el sustantivo. Por ejemplo, sería incorrecto sustituirlo por contra. Cuanto más lee, mejor escribe. Eso es correcto. Pero en el pueblo suelen decir, contra más lee... Mejor escribe. No, no es correcto. Porque contra es un... ¿Qué es? Contra una preposición. ¿De acuerdo? Entonces, es cuanto más lee, mejor escribe. No es contra ni con tri. Sí. Por ejemplo, contra más practica, no. Cuanto... Lo más práctico. Sí. Y los jóvenes. Sí. Son hábitos... Es como detrás mía. Dile a la gente que no se dice detrás mía. Y díselo en la cola de la pescadería o del carnicero, que detrás mía no se dice. Ya va a ser divertido. Bueno. Atención al cuyo. Por ejemplo, esto da lugar a muchísimas faltas de ortografía, concuerda en género y número con el sustantivo al que determina, pero no con el antecedente. Por ejemplo, el escritor cuya novela, cuya va en femenino singular con novela. ¿De acuerdo? Pero se refiere a que es del escritor su novela. ¿De acuerdo? Entonces sería una... Ha integrado el que y el su. Esta novela... Vale, ha obtenido. Firmará un... Y atención. Es un error. Es un libro que sus páginas... Queremos decir cuyas páginas. ¿Vale? Es un libro cuyas páginas... ¿De acuerdo? Jesuísmo es decir que su, en vez de cuya. Es que cuya hay mucha gente que no sabe usarlo. O cuyo. Cuyo, cuyas, cuyos, cuyas. Por ejemplo. Eh... Tengo un amigo que su coche... ¿Cómo que qué es su coche? Cuyo coche. Es azul. Esto en la expresión oral, coloquial, es muy, muy, muy frecuente. Hasta algunos de nosotros lo diremos sin darnos cuenta. Porque hay que hacer un proceso y decir no es queso, es cuyo. ¿Vale? ¿Por qué es más fácil? Porque si no tienes que sustituir por una sola palabra es más fácil dos que una. Porque el problema de los relativos es que tienen una doble función. Son nexo y además son determinantes. El cuyo este es determinante. Entonces es muy complejo. Por eso, no se aprenden hasta que uno es adolescente. Los niños no saben decir cuyo. Porque... Es un nexo y a la par un determinante. Eso es muy complicado. ¿Vale? Bueno, seguimos. Por donde vamos... Tenemos el artículo. Atención. Tiene que ser una realidad conocida. Por ejemplo, érase una vez... un lugar, un lugar en el que había ciertos extraterrestres. En ese lugar, en el lugar, es decir, primero presentamos con el indefinido y luego utilizamos el artículo para decir que ya es conocido. Luego, el artículo determinado indica que la realidad es conocida. La sala del museo es una clase cerrada con variaciones de género y de número. Ayuda a conocer el género y el número de los sustantivos invariables. Porque hay algunos que no sabemos si son masculino o femenino y depende de él o de la. Por ejemplo, ¿recordáis el género común? El estudiante, la estudiante. ¿De acuerdo? Ante la atónica, ya lo sabemos, el aula, el hada, pues ahí nos ayuda. Adopta la forma el. Atención, con las letras. La H, la A y cuando se intercala un adjetivo, la escondida arca. El neutro se utiliza para sustantivar lo bueno, lo probable, lo de siempre, lo que os guste. Contracciones. Esto es muy importante. De más el, siempre del. A más el, siempre al. Tan sólo hay un caso en el que se escriben separados. Sólo uno. ¿Cuál es? A, el, o, de, el. Sólo hay un caso. Cuando ese el o, en este caso, ese va en mayúscula. ¿De acuerdo? Por ejemplo, el escorial. ¿Cómo se llama el pueblo? El escorial. Y ese el va con mayúscula. Voy a el escorial. Se escribe separado. A, el. Pero porque el va en mayúscula. Voy a el prado. ¿Cómo se llama el museo? El prado. No se llama prado sólo. ¿De acuerdo? Cuando ese el se escribe en mayúscula se escriben separados. Si no, se escriben juntos. Por ejemplo decías el título de un libro. El principito. Voy a leer. No. Este es un personaje de el principito. Separado. Porque el principito es el título del libro. Luego, vuelvo a repetir. Cuando el se escribe en mayúscula, se escriben separados. En el resto de los casos, siempre juntos. Contraídos. Al o del. Siempre. ¿Vale? No hay ninguna excepción, así que en esto no podéis fallar. Es que lo digo porque en algunos comentarios o valoraciones escritas de la asignatura de comentarios me llegan separados y digo no, esto no, que falta grave. Es muy grave. Vamos, con eso sólo son capaces de suspender porque esto no se puede permitir. Es que es muy grave. Muy grave. ¿Vale? Tú ten en cuenta, depende de qué pregunta sea. Si es el resumen, si es el tema, ten en cuenta que no te pueden... que el resumen son tres. Que tienes tres faltas tú pon que en la evau te quitan medio punto por falta. O sea, tú cuenta que te quitan medio punto por cada falta autografía. Así que no podéis cometer diez. Porque con diez te han quitado ya la mitad. ¿De acuerdo? Es que una falta y depende cuál sea porque hay algunas que son gravísimas. Una V, una B o una mayúscula... Sí, sí, esas son muy, muy, muy graves. Pero también son muy graves el MAS, la tilde y diacrítica sin tilde. Es grave porque la vais a estudiar y está en lengua. Tened cuidado que en eso se fija como ellos saben lo que estudiáis en lengua pues dicen, si esto se lo ha estudiado en lengua y no lo pone aquí, entonces la consideran muy grave. Por eso digo que tened cuidado, que no te pueden quitar muchos puntos. Como te quiten, te dejan sin nada. Por eso lo primero es arreglar la autografía. Porque si no te funden. Y ojo, con la autografía también entran los puntos, las comas y las comas tenemos que aprender a hacerlo bien. ¿De acuerdo? Porque esto... Sí, y es facilísimo. Pues eso lo tenemos que arreglar. Porque yo lo veo que el problema normal en los comentarios son las comas. Entonces tenemos que arreglar las comas como sea. Y además, tenemos que repasar ese tema y lo haremos en comentarios y dedicaré una clase a la puntuación porque está siendo el gran problema que son las comas. Curioso, ¿eh? Fíjate que la gente diría el punto y coma... No, es la coma. Es lo que... Porque no usamos mucho el punto y coma. Sí, el punto y coma no se usa mucho. Y es facilísimo. Pero la coma... Porque tiene muchos usos. Pero poco a poco. Como vamos a ver la sintaxis, la sintaxis nos va a ayudar. Bueno, vamos que se nos va el santo al cielo. Tenemos también... Hemos dicho que se omite el artículo, por ejemplo, jugar a fútbol. Yo, mi generación siempre diremos jugar al fútbol. Pero actualmente ya es jugar a fútbol. Y los chicos lo dicen con muchísima normalidad. Y a mí me extraña muchísimo. Jugar a fútbol. Es correcto. ¿Sí? Los jóvenes lo dicen siempre. Yo diría jugar al fútbol. Pero ellos no. Jugar a tenis, jugar a cartas o construcciones como la mayoría, el resto, la mitad o un tercio de alumnos o un tercio de los alumnos. Las dos cosas se pueden oír. Así que, mente abierta para esto. Es curiosísimo, pero la gente joven va pegando fuerte y cambiando muchas expresiones. Sí, también. Tiene mucha influencia también del catalán. Sí es correcto. Me pregunta Sánchez si es correcto. Sí, sí, sí. Los nombres propios no llevan artículos como regla general. Yo no puedo decir la Ana, la Antonia, la Josefa o la Pepa. Pero sí hay excepciones. Por ejemplo, cuando el nombre propio está especificado por un adyacente, por ejemplo, este es el Luis que me gusta. Está bien usado. Exacto. El Luis que me gusta. Es un determinado. O un sentido genérico. Era la época de los Austrias. Austria lleva un determinante delante. Los reyes. Los femeninos, artistas y profesionales. La Pardo Bazán. La Rocío Jurado. La Thatcher. Se le pone delante la y es correctísimo. Atención a esto. Muy curioso. Fácil también. No hay ningún problema. Los ejemplos ayudan muchísimo, ¿de acuerdo? Por ejemplo, ¿cómo dices tú la Jurado? La Rocío Jurado. Exacto. Cuanto más famosa, más la lleva. Es curiosísimo. Precisamente te das cuenta que es algo popular. Ahí está. Pero que ha sido admitido totalmente. Por eso digo que no se extrañe que se admitan cosas que hemos estudiado toda la vida y que no se podía hacer. En el ámbito catalán, como tú decías, tengo la mitad de mi familia que son catalanes y me dicen el Javi. El Javi viene. Suena feísimo. Bueno, porque en catalán sí lo hacen. ¿De acuerdo? Entonces ya está. Lleva artículo. En cambio, en el español son excepciones. ¿Vale? Bueno, por lo tanto ya hemos visto los pronombres. Hacemos el repaso luego el pronombre sustituye al nombre las clases son todos menos los personales que son los que vamos a ver ahora. Observaciones. Vamos a distinguir lo mismo. Los tónicos de los átonos. ¿Recordáis que vimos los posesivos tónicos, una sílaba? Bueno, aquí cambia la manera de distinguirlos. ¿Cuáles son los tónicos y cuáles son los átonos? Vale. Los tónicos los tenéis aquí. Yo, mi, conmigo. Nosotros, nosotras. Tú, ti, contigo. Y él, ella. Quiere decir. Estas palabras pueden acompañar a un verbo directamente. Yo como. Dame. Ups. Se nos va. ¿De acuerdo? Y los átonos son los que funcionan como complemento directo. Me, te, se. Me, te, se, nos, os. Le, lo, los, la, los. ¿De acuerdo? Le, les, lo, la, los, las. Todos monosílabos. Repito. Me, te, se, nos, os. Lo, la, los, las, le, les. Átonos. Funcionan como complemento directo o indirecto. ¿De acuerdo? El resto. Tónicos. Los que pueden ser sujetos. Yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos, ellas. Conmigo, contigo, consigo. ¿De acuerdo? Luego repito. Me, te, se, nos, os. Lo, la, los, las, le, les. Ya está. Y con esto hemos terminado. Vamos a ver. Algunas observaciones. De las observaciones solo tres. El leísmo, loísmo y laísmo. Es decir, llamamos leísmo al fenómeno por el que le, les funciona como complemento directo. Complemento directo es el objeto. Por ejemplo, si yo digo doy el mando a Ana, el mando es el complemento directo. Se lo doy. Se sustituye siempre por lo, la, los, las. Pero hay un caso en el que se va a sustituir por le. ¿Cuál es? El leísmo. ¿De acuerdo? Está permitido siempre y cuando sea masculino o singular. En el resto de los casos es erróneo. Por ejemplo, a Juan lo vi. Eso es lo correcto, correctísimo. Pero si digo a Juan le vi es leísmo y está permitido. Se puede decir. Pero a Juan y Antonio no puedo decir les vi. Solo se puede decir los vi. Vale, ese es leísmo. Loísmo es muy raro. Lo ofrecieron un trabajo. Es lo contrario. Es utilizar lo como indirecto. Sería le ofrecieron un trabajo. Y laísmo es el típico que viene de Castilla y León, de Castilla-La Mancha. La di una torta. Lo correcto es le di una torta. Este no está admitido ni en laísmo ni en loísmo. No se da más que en la península ibérica. En América no se da. ¿Vale? Ni en laísmo ni en loísmo. La di una torta ni en loísmo. Son fenómenos posteriores. Surgen en el siglo. Ya en América habíamos exportado el español para allá. Orden de los pronombres. Fijaos, cuando se escriben todos comprimidos amalgamados con el verbo, por ejemplo dámelo siempre va verbo indirecto directo dá-me-lo el me es indirecto y el lo directo siempre. Si algún niño decía me se ha caído decíamos que no es meses. Primero la semana y luego los meses. Se me ha caído. Bueno, pues ese orden, primero se luego me ¿de acuerdo? Indica precisamente esto. No, me me así solo puede ser directo o indirecto. Depende del verbo. Me directo, lo directo. La semana va antes que los meses. Sí, vamos mis padres de pequeño me enseñaron eso, vamos, los primeros añitos hasta que... Primero la semana antes que los meses. Esa era la gramática de mis padres también. Por ejemplo se me olvida primero el indirecto, luego el directo. Cuando va antepuesto al verbo. ¿De acuerdo? No te me vayas sin despedirme. Igual. Por ejemplo, cómetelo. Cómetelo. Indirecto o directo. Vale. Por ejemplo, les dije a tus amigos que no. Les. No le dije. Esta es pregunta de examen. No debe trasladarse al plural el complemento. Del complemento indirecto al directo. Fijaos. Lo hice tal como se lo prometí a mis padres y no tal como se los prometí. ¿De acuerdo? Es indirecto. Lo hice tal como se lo prometí a mis padres. ¿Vale? Bueno, con esto hemos terminado. Vemos algunos... Hacemos la pausa. ¿Cómo estáis? ¿Hacemos una pausa? Vale. Pues hacemos la pausa. De todas formas, como tenéis caos para practicar con los test, no pasa nada. Bueno, pues me despido de vosotros que estáis online y ahora nos vemos en el aula de comentarios. Muchas gracias por vuestra participación y ahora nos vemos.