lo tenemos aquí grabando entonces vale, muy bien ahí va, te da fallo a partir del minuto 40 pues que fastidio no sé por qué razón ya lo comprobaré a ver, pero bueno, no podremos hacer gran cosa sale imagen doble nada menos, que raro pues es extraño, porque estaba bueno, yo veía bien la imagen, me veo, porque ahora me estoy viendo yo también, la parte inferior derecha me veo yo y estaba igual que ahora la imagen parece que era adecuada no sé, ya lo miraré a ver, si está mal pues consultaré a ver si se puede remediar para que esté también a vuestra disposición vale bueno, yo creo que ya podemos dar por terminada la propuesta filosófica de Descartes en todo caso a modo casi como de resumen sobre una cuestión muy fundamental yo ahora, para poder incluso unirlo con el autor siguiente, que es Hume os recordaría lo siguiente vamos a ver Descartes es el creador del racionalismo moderno en el siglo XVII y va a emplear la razón para la fundamentación extrema del conocimiento radical del conocimiento a él le pareció que en los conocimientos humanos padecían de una fragilidad insoportable y que había que cambiar esa situación para ello se propone examinar todas sus creencias todas las ideas que tenía acerca de la realidad para ver si había alguna que pudiera resistir los embates de la duda y en ella hacer que descansara a modo de axioma al estilo de los axiomas matemáticos el conjunto de la filosofía emplea la duda metódica con ese propósito en cuestión la legitimidad de los sentidos incluso pone en cuestión la legitimidad de la razón si recordáis de los sentidos porque todo tal vez sea un sueño de la razón porque igual nos ha creado un genio maligno nos ha creado la naturaleza o una entidad imperfecta que ha hecho o que ha podido hacer que nosotros nos equivoquemos sistemáticamente a pesar de estas hipótesis escépticas, él no cae en el escepticismo estoy resumiendo porque advierte que hay algo incuestionable incluso aunque hayamos sido creados mal por una especie de genio maligno lo que resulta incuestionable es la propia existencia cuando uno está pensando y justo este hecho del darse cuenta de que uno existe en la medida en que está pensando le sirve para presentar la frase que tenéis en esa página que os decía la página 187 de vuestro manual en el famoso texto del descubrimiento del cogito y que se expresaba la frase pienso o insisto De esa manera, ya sabe él que hay una primera verdad, el cogito, esa frase, y una primera realidad, una realidad plena, totalmente indudable, que sirve de soporte a esa frase, que es él mismo en la medida en que es una mente autoconsciente. El cogito es también la mente autoconsciente. Pero claro, no puede limitarse a afirmar que existe él mismo, quiere salir de sí mismo para recuperar el mundo perdido por la duda, y ello lo hace observando que dentro de él hay un contenido cognoscitivo muy especial, una idea muy especial, que es la idea de infinito. La comprensión de esa idea extraordinaria, de la idea de infinito, le lleva a concluir que tiene que existir Dios, con varios argumentos como vimos el otro día. Porque sólo Dios puede ser el garante de la existencia en mí de una idea tan perfecta como la idea de infinito. Por tanto, concluirá él. Ya sé que... Existo yo y sé que existe Dios. Pero como además resulta que Dios es bueno y me ha creado, entonces no puede ocurrir que sea correcta la hipótesis del genio maligno o que todo sea un sueño. No puede ocurrir que de modo radical y extremo yo esté tan mal hecho que llegue a creer que es algo cierto, algo cierto fundamental y que sin embargo no es cierto y no existe. Tienen que existir los otros cuerpos. Es verdad que tiene que ser... Es legítima también la matemática, el ejercicio de la razón. Como vimos también el otro día. Repito que estoy ahora contándolo de manera como muy rápida, muy rápida. Dios se convierte en garantía de todos los conocimientos humanos, excepto los que tienen que ver con el cogito, que no necesitan ni siquiera de su existencia para ser ciertos. Pero el resto, las matemáticas, la física, la legitimidad de los sentidos... Sólo si existe Dios es razonable pensar que van bien y que nos muestran el mundo de verdad. Aunque luego en el detalle nos podamos equivocar. Entonces ya recupera el mundo. Con lo cual ya tiene que existe él, que existen los cuerpos, que existe también su propio cuerpo, que existen las otras personas, que son válidas las ciencias y también las matemáticas. Pero también él, analizándose con más cuidado, se pregunta qué es lo que es, qué es lo que él es. Y contesta que él no es... Exactamente cuerpo. Él tiene cuerpo, pero no es exactamente cuerpo. Él es fundamentalmente una mente autoconsciente. Un alma, pero no entendida como principio vital, al modo de Aristóteles, sino entendida como autoconsciencia. Es mente entendida como autoconsciencia. Que está en contacto muy estrecho con el cuerpo, es verdad. Al hecho de que el alma conecta con el cuerpo a través de la glándula pineal, de la que se habla también en el libro. Al final del tema, no voy a leer el texto porque no es tan importante, pero podéis ver también en la página 195-196, pues ahí se habla de la glándula pineal en ese texto. Que es la parte para él muy principal en donde entraba en conexión el alma con el cuerpo. Porque Descartes defiende un dualismo antropológico radical. Ese dualismo antropológico que le lleva a considerar que nosotros somos fundamentalmente mente, una mente unida de modo bastante íntimo con el cuerpo pero que es distinto al cuerpo, es justo esa diferencia radical entre alma y cuerpo lo que le permite después defender la inmortalidad del alma y la existencia. De tal modo que incluso si luego nos preguntamos cómo es el mundo, cómo es la realidad, pues tenemos res cogita, sustancia pensante, que es Dios puramente, pero también la mente del hombre. También nosotros somos res cogitas en lo que corresponde a nuestra mente. Y después está la resistencia en donde vemos los seres inertes como las piedras, las plantas y los animales que son pura corporidad. Y nada más que corporidad. Nosotros tenemos mente aunque también en contacto íntimo con el cuerpo. ¿Vale? Bien. Para aquellos seres que disfrutan de mente, Dios y nosotros, hay que emplear explicaciones mentalistas que hablen de propósitos, de metas y de conducta libre. Pero para aquellos seres que son pura corporidad, decíamos el otro día, aunque esto lo conté un poco rápido, pero bueno, conviene recordarlo. Para aquellos seres que son pura corporidad. No valen las explicaciones mentalistas, justo que carecen de mente. Valen las explicaciones puramente mecanicistas. Que es una forma de explicación que renuncia a la causalidad final, que propone la causalidad eficiente y muy típica de la ciencia de la edad moderna. De la ciencia de Galileo, de la ciencia de Newton, que tenía una visión mecanicista y determinista del mundo natural. Descartes va a estar de acuerdo con estos autores. Newton y Galileo, en lo que respecta a los cuerpos, al mundo propiamente físico, que es como una máquina, como un mecanismo. Incluso nuestro propio cuerpo humano, eso lo dice también en el texto que no estoy leyendo, no lo voy a leer, que lo podéis leer en vuestra casa también, que es un texto, repito, de la página 196. Ahí se habla del cuerpo como una máquina, porque él entendía el cuerpo de los seres vivos, no de las piedras exactamente, pero sí de los seres vivos como máquinas, que aparentemente pueden tener conducta final, pero en realidad se mueven como consecuencia del contacto de una parte con otra, etc. Valen para los puros cuerpos las explicaciones deterministas que hacen imposible la defensa de la libertad. Esto quiere decir que cuando una piedra cae, no puede dejar de caer más que como cae, siguiendo las leyes de la física. Y cuando una planta crece, lo mismo, sigue las leyes de la biología y ya no tiene libre albedrío. Para ir hacia donde quiere y echar las raíces para donde le dé la gana o algo de ese estilo. Y tampoco le ocurre al perro, le ocurre a los animales que disfruten del libre albedrío. No tienen libertad porque es una consecuencia de los mecanismos internos que determina su comportamiento. Automatismo, reflejos, instintos, etc. Sin embargo, cuando ya llegamos al ser humano, esto no es así. Los seres humanos, como somos algo más que cuerpos, entonces disfrutamos de libertad, del libre albedrío. En nosotros está el alma, también he empleado esta palabra, o si queremos, la mente autoconsciente. ¿De acuerdo? Bien, pues lo dejamos aquí, descartes, ¿vale? Luego hay alguna cosa más y la moral provisional que se cita en el libro, pero tiene menos importancia. Y como andamos justos de tiempo, yo quiero pasar ya a Hume. Excepto Pedro y Abraham, que tengáis alguna duda o queréis, no sé, decir algo o hacer algún comentario. Porque si no, paso ya inmediatamente a Hume. ¿Puedo pasar a Hume? ¿Sí? ¿Me decís, por favor? Bueno, pues no sé, si está bien. Ah, vale, vale. Bien. Abraham. Voy a... Abraham, estaba apuntando el aviso que me habías dado de que parece que el vídeo de la semana pasada iba mal, porque lo voy a comprobar. Y si está bien, pues ya te mando un correo para indicarte que va bien. Y si no, pues intentaré ponerme en contacto con el servicio técnico. Para ver si ya se puede arreglar. ¿Vale? Bien. Bueno, pues vamos entonces, como decía, a Hume. Tenéis también aquí el esquema, vamos a ponernos en él, a ver, bien, bien, ya hemos dicho que Hume pertenece, casi voy a poner una cosa del tema anterior para hablar del empirismo porque en el libro lo primero que se presenta de Hume pues es claro su pertenencia a la corriente empirista ¿no? Entonces en esa medida, como habla la página 200 y 201 de las características generales del empirismo, disculpadme porque voy a volver otra vez a tomar el esquema de Descartes porque aquí tal vez lo recordáis, en este esquema, en la primera página, yo os había puesto un pequeño esquema con las tesis principales del empirismo comparándolas con las de Hume. Entonces en el libro, en la página 200-201 pues también se hace un poco esta presentación, bueno, contado de otra manera ¿no? pero en lo fundamental existe. Por tanto me toca volver un poco a repetirlo ¿no? para que veamos de qué estamos hablando ¿de acuerdo? Bueno, nos encontramos con la segunda gran corriente filosófica de la edad moderna. En este caso ya estamos en el siglo XIX. En la edad moderna, os recuerdo también que tenemos varias corrientes filosóficas de envergadura muy importantes que son el racionalismo, el empirismo, la ilustración y luego como síntesis de todo ello, síntesis creativa, como unión creativa de todo ello, la filosofía de Kant, en lo que se llamará el idealismo trascendental. Bueno, pues ya hemos hablado del racionalismo y ahora nos toca entrar en un poco de... ...de detalle sobre esta segunda gran corriente del pensamiento moderno que llamamos empirismo ¿no? Y yo quisiera que mirarais este esquema porque así nos va a permitir conectar el empirismo con el racionalismo, ver el contraste que hay entre estas dos escuelas filosóficas ¿verdad? Que por cierto, estas dos teorías, el racionalismo y el empirismo, no son exclusivas del pensamiento moderno ¿eh? Por favor, esto es muy importante. Por ejemplo, en el mundo antiguo, entre los griegos... ...teníamos autores muy racionalistas y algún autor más bien empirista. Platón, Sevilla y Parménides, muy racionalistas y Aristóteles, aunque no es empirista en sentido estricto, tiende un tanto al empirismo ¿vale? Entonces no es exclusivo de la edad moderna, ni el racionalismo y el empirismo, pero en la edad moderna aparecen como escuela filosófica con nombre propio, podríamos decir. Y si le preguntamos a los empiristas, oye... De las facultades de conocimiento cognoscitivas que nosotros tenemos, ¿cuáles son las más importantes o cuál es la más importante? Y ahí tendríamos la memoria, la imaginación, la razón, la percepción. Los racionalistas dicen la razón, ya lo vimos, pero los empiristas te van a decir los sentidos. ¿Vale? El ver, el oír, el tocar, los órganos sensoriales, los sentidos, son la facultad que nos pone en contacto con el mundo, que nos pone en contacto con la realidad y son la fuente del conocimiento. Por eso, si nos preguntamos qué contenido cognoscitivo es el más importante, para los racionalistas serán las ideas, exactamente las ideas innatas. Mientras que para los empiristas es el contenido que se incluye en la percepción. Yo estoy mirando ahora la pared de mi casa, ¿verdad? Y entonces el color, el mundo afecta mi retina. Yo estoy percibiendo la pared y percibo que es blanca la pared, ¿no? Entonces ese ingrediente que hay en mi percepción, la sensación de blanco, o la sensación de un tono determinado, o la sensación táctil que tengo yo ahora, o la sensación sonora, etcétera, etcétera, ¿verdad? De temperatura. Son los ingredientes básicos, algo así como los cimientos del conocimiento. Sensaciones quiere decir aquí ingrediente de la percepción, un elemento que se encuentra en la percepción, ¿vale? Luego ya veremos la terminología que emplea Hume, que es un poco distinta. Le dará el nombre de, ya lo adelanto, dará el nombre de impresiones a lo que aquí llamamos sensaciones, ¿vale? Pero en psicología y en teoría del conocimiento en general se le suele dar el nombre de... ...de sensación, como el ingrediente de la perfección que viene a ser como una especie de espejo de los contenidos sensoriales del mundo. Ahí está el color blanco, miro la pared y entonces tengo yo sensación de blanco, ¿de acuerdo? Estos son como los cimientos del conocimiento. Y a partir de las sensaciones y por un proceso inductivo, nuestra mente puede pasar de lo concreto a lo general. Y entonces yo veo un cuerpo y luego otro y luego otro y establezco algunas consecuencias generales... ...acerca del comportamiento de los cuerpos que son de esa clase, de ese tipo, de ese grupo, inducción. Bien, en cuanto a la existencia de Dios, los racionalistas creen que es posible demostrar la existencia de Dios. Como ya vimos en Descartes, incluso con el argumento más típicamente racionalista, que era el argumento ontológico. Mientras que los empiristas son un poco reacios a creer que se pueda demostrar la existencia de Dios. En todo caso, el primer empirista importante, que es Locke, ¿no? Bueno, la mayoría son... ... De las islas británicas, anglosajones. Los británicos tienen como los anglosajones en general, porque luego les va a pasar a los estadounidenses, parece que tienen bastante tendencia al empirismo. Frente a los alemanes que tienden al racionalismo, ¿verdad? Pues los anglosajones tienden más bien darle importancia al cuerpo, a lo sensorial, al contacto sensorial con el mundo, ¿no? Al empirismo, por tanto. Bien, pues el primer empirista de la filosofía moderna es Locke, y él sí creía que se podía demostrar la existencia de Dios, pero con argumento un poco al estilo de Santo Tomás, basado en la causalidad. Mirando el mundo tú puedes remontarte a Dios como su causa. Esto ya estaba en Santo Tomás. Sin embargo, el autor que nos interesa, que es el que en el libro se explica en representación del empirismo, es Hume, ¿no? Pues más bien va a pensar que no, ¿no? Nosotros no podemos demostrar la existencia. No podemos demostrar la existencia de Dios. En todo caso, valdría la fe para ello, pero con la razón o el conocimiento de verdad no se puede llegar a la demostración de la existencia de Dios. Por tanto, parece que lo que corresponde es el agnosticismo, ¿vale? Bien, en cuanto a la ciencia ideal, la ciencia a imitar, podríamos decir, ¿no? Pues la ciencia ideal viene a ser para los racionalistas la matemática, mientras que para los empiristas pues son las ciencias naturales. Y es esto como... Muy lógico, ¿no? Porque las ciencias naturales son las que se basan en el uso de los sentidos. En la experiencia. La experiencia es el contacto perceptual con el mundo, ¿vale? Mientras que la matemática pues es una ciencia eminentemente racional y será como muy querida por los racionalistas, ¿vale? Entonces también convendría que nos fijáramos aquí. En cuanto a este concepto, ¿eh? El concepto de experiencia, que es fundamental en las llamadas ciencias empíricas, aquí lo tenemos que manejar muchísimo. Es muy, muy, muy importante y no tiene aquí, en principio, mucha complicación. Llamamos experiencia al contacto perceptual con el mundo, ¿de acuerdo? Abraham, contacto perceptual con el mundo. Yo ahora tengo experiencia de la casa del campo, porque la estoy viendo. No tengo en este momento experiencia de Marte, no estoy viendo Marte, ¿no? Estoy viendo, tengo delante la casa del campo, tengo delante la pantalla del ordenador, tengo delante mi mano, mi cuerpo, tengo... Y yo tengo experiencia. Es lo vivido mediante la percepción, ¿de acuerdo? Bien, pues es justo eso lo que va a servir de límite al conocimiento. Si preguntamos si hay límite en el conocimiento, y esto Abraham es muy importante, los racionalistas piensan que no hay límites y que todo aquello que existe, en la medida en que es racional, por eso existe, pues se podrá en principio conocer. Una mente racional podrá conocer todo lo existente ya que lo existente es racional. Mientras que para los empiristas si hay un límite en el conocimiento, y ese límite es la experiencia. Todo aquello que esté más allá de la experiencia es incognoscible. Y esta será la tesis fundamentalmente de Hume. Cuidado, Hume no es que niegue lo que está más allá de la experiencia, por ejemplo, y sobre todo lo metafísico, no es que niegue la existencia del alma, la existencia de Dios. Del alma no tenemos experiencia, de Dios tampoco. Y para Hume... Hume, eso querrá decir que no vamos a poder hacer una ciencia del alma o no vamos a poder hacer una ciencia de Dios. ¿De acuerdo? No lo va a negar. Habrá empiristas en el siglo XX más radicales que Hume. Ya en el siglo XX, los neopositivistas, por ejemplo, ya hablaremos al final del curso de ellos, que esos autores ya sí, claramente dirán, que no sólo no se pueden conocer esas entidades, sino que además no existen. Esas entidades. Y que incluso el hablar sobre esas entidades es un hablar sin sentido, como ya veremos en su momento. Esto no lo va a afirmar tanto así Hume, ¿vale? Simplemente dirá que no se puede alcanzar un conocimiento de lo metafísico. ¿De acuerdo? Aunque hay algún texto de Hume muy interesante y muy extremo y muy radical que acerca muchísimo Hume a las posiciones más extremas del empirismo del siglo XX, casi declarando absurdo el hablar acerca de lo metafísico. Ya lo veremos. Pero en principio no se expresaría de ese modo tan tajante, declarando que es absurdo el hablar de lo metafísico, del mundo de lo religioso. Pero sí diría que no se puede hacer ciencia de ello, porque sólo se puede conocer lo que se puede percibir, en definitiva, o lo que está ligado a la percepción. ¿Vale? Es, por tanto, la experiencia también el límite del conocimiento. ¿De acuerdo? Bien, Abraham, pues entonces ahora vamos a pasar ya, a este otro esquema de Fion, para continuar. Y eso es lo que tenéis en la página 200-201. ¿Vale? Bien. Pues entonces vamos a pasar aquí y veamos en este esquema también algunas tesis como muy principales, ¿no? Muy principales que se comentan también en la página 201 y siguientes. Página 201 y siguientes. Yo enseguida también voy a leer textos. Bien, vamos a ver. La tesis principal que me gustaría que utilizarais como guía, ¿no? Tesis principal, guía de estudio quiero decir. Pues su tesis viene a ser lo que he dicho antes, una tesis que tiene que ver con el problema del conocimiento, con el asunto de qué es lo que se puede conocer. Que como recordaréis, pues será uno de los asuntos principales de la filosofía moderna, de la edad moderna, ¿no? La investigación de los límites del conocimiento, de cómo es el conocimiento humano, sus estructuras, elementos y funcionamiento. Esto también le interesa a la acción, ¿verdad? Y en ese asunto, como ya he señalado antes, pues va a considerar él que es justo la experiencia, es decir, el vivir desde la percepción, lo que se ofrece a la percepción, el origen y el límite del conocimiento humano. Entonces esa tesis tan esencialmente, tan fundamentalmente... ...empirista es la que tenemos que recordar. Y junto con ello, como tesis principal, por favor, y esto es ya como muy distinto a todo lo anterior, esta segunda afirmación que yo he puesto aquí, ya en minúscula, es también muy importante, ¿eh? Muy, muy, muy importante y va a salir, como veréis, a lo largo de la explicación. Pero ahora la voy a citar, ¿no? Para el empirismo, para Hume en particular, Locke tal vez no tanto, pero desde luego para Hume... ...si le preguntamos de qué consta la realidad, cómo es la realidad, él va a afirmar que la realidad y el mundo constan de hechos. Mirad esta palabra, hechos. Llamamos hecho a todo lo que se da en el tiempo, todo lo que aparece en el tiempo, no necesariamente en el espacio. Habrá hechos físicos como la Filomena, por ejemplo, ¿verdad? La nevada cristiana. O como ahora, el hecho de que hace buen tiempo en Madrid, o el hecho de que yo tengo una taza en mi mano. Esto es un hecho, ¿verdad? Todo aquello que se da en el tiempo y en este caso además también en el espacio, como ocurre con los hechos físicos. Luego podemos hablar tal vez de otros hechos que se dan solo en el tiempo, como son los que tenemos en la mente. Si yo estoy recordando, eso es un hecho, porque se da en el tiempo, aunque tal vez no habría que decir que en el espacio, ¿verdad? Si yo pienso, también se da en el tiempo, pero no en el espacio. ¿Vale? Aunque ahí la cosa es un poco controvertida, parece que podemos hablar de los hechos psíquicos, hechos de la mente, como aquellos que se dan en el tiempo aunque no en el espacio. Pero siempre, si es un hecho, se trata de sucesos, de acontecimientos que se dan en el tiempo. Y solo existe eso, eso quiere decir que no existen las sustancias, él va a negar, ya veréis, las sustancias y las esencias, y esto es muy muy muy importante. Y lo veremos con cuidado después, ¿no? Solo existen hechos y, fijaros en esto, relaciones contingentes entre hechos. Nada más, relaciones contingentes entre hechos y nada más. ¿Esto qué quiere decir? Pues que no encuentra aquí Hume nada que tenga que ver con las afirmaciones de Aristóteles, las afirmaciones de Platón, las afirmaciones de Santo Tomás, de la existencia de realidades necesarias, en el sentido filosófico. Lo necesario es lo que es así y no puede ser de otro modo, y lo contingente es lo que es así y puede cambiar. Entonces, en la comprensión del mundo que encontramos aquí, pues tenemos la afirmación de que solo hay hechos que se vinculan entre ellos, pues de modo contingente. De tal manera que pueden ser así y pueden ser de otro modo, ¿vale? Ya lo veremos. Es contingente en que la taza esté en mi mano, está en mi mano pero puede no estar perfectamente y no pasa nada. Es contingente el color que tiene la taza, puede tener otro. Y así pasa con todas las propiedades del mundo, ¿vale? Esto es muy importante porque cambia ya la consideración de la metafísica del mundo. Aquí ya no tenemos solo teoría del conocimiento, sino además y fundamentalmente comprensión de la realidad, ontología podríamos decir, ¿vale? Por darle este nombre clásico. ¿Punto de partida de la filosofía Humeano? Bueno, pues el punto de partida es un poco parecido al de Descartes, porque Descartes también parte del lamento por... En fin, por la situación de la filosofía de su época. Descartes no estaba de acuerdo con cómo estaba la filosofía, le pareció que estaba en crisis y él intentó superarla. A Hume le va a parecer lo mismo, le va a parecer que Descartes fracasó en ese empeño y que hay una crisis en la filosofía, ¿verdad? En contraste con otras disciplinas como las ciencias, pues le pasa a la filosofía que no hay coherencia, no hay evidencia. En la filosofía, los filósofos aceptan ciertos principios sin haberlos demostrado. La situación es lamentable, piensa Hume. Y hay que superar esa situación lamentable de la filosofía, ¿no? ¿Y cómo lo vamos a hacer? Como vamos a ver ahora, ¿no? Pues yendo al estudio de la naturaleza humana, hay que estudiar al hombre. Si queremos fundamentar el conocimiento, de modo extremo y radical, entonces tenemos que investigar al ser humano, la naturaleza humana. ¿Por qué hay que investigar la naturaleza humana? Porque todos los saberes humanos, de modo directo o indirecto, descansan en nosotros. Todos los saberes humanos parece que son una consecuencia de las capacidades humanas. Esto parece como muy obvio, ¿no? Bien sea el saber perceptual o bien sea el saber intelectual, tienen que ver con las peculiaridades que tenemos en nuestra naturaleza, en nuestra mente diríamos y más en general en la naturaleza humana. Entonces, en esta medida, en la medida en que todo parece depender del conocimiento, parece depender de cómo es el hombre, entonces será muy importante estudiarlo. Estudiar cómo es el hombre, investigar la naturaleza humana. ¿Para qué? Para averiguar hasta dónde nosotros podemos ir en el conocimiento. Porque igual resulta que tenemos ambiciones de conocimiento que no podemos cumplir. Que no podemos cumplir. Pasaría un poco como si nos empeñáramos en correr una maratón, yo qué sé, de 30 kilómetros o algo así, ¿no? Hacer una carrera de 30 kilómetros. La hacemos con nuestro... Nuestro cuerpo, pero igual nuestro cuerpo no está preparado para esa carrera. Sobre todo si queremos ir muy rápido. Si no queremos ir muy rápido lo podríamos hacer. Pero si queremos correr muy rápido, competir, pues igual por nuestra edad o nuestras condiciones físicas no lo vamos a poder hacer, ¿no? Y por tanto sería muy bueno antes de ponerte a correr, ¿verdad? Pues que examines tus capacidades físicas para ver si puedes lograr ese empeño físico en el que estás, ¿no? Bueno, pues algo parecido también ocurre respecto del conocimiento. Igual para saber hasta dónde puede llegar el conocimiento humano tendríamos que hacer una investigación sobre nuestras capacidades. Una investigación sobre el funcionamiento de nuestra mente cognoscitiva, de nuestras facultades de conocimiento, ¿verdad? Y ver hasta dónde podemos ir con ellas. ¿De acuerdo? Esto lo vamos a ver ahora también con algunos textos, ¿no? Bien. Hay dos tareas principales. Dos tareas principales que tenemos que desarrollar. O sea, que se explican también en el libro, ¿eh? Están en el libro las dos tareas que voy a comentar. ¿Por qué dos tareas principales? O dos áreas de cuestiones, dos tipos de cuestiones. Pues porque en primer lugar nosotros, claro, somos un ser de conocimiento. El ser humano puede conocer. ¿Por qué? Esto parece como bastante obvio, ¿no? Tenemos conocimiento perceptual, luego tenemos física, biología, matemáticas, filosofía, es decir, conocimiento intelectual. Y como es un ser de conocimiento, una tarea será establecer el origen y los límites del conocimiento humano. Ver hasta dónde podemos llegar. Hasta dónde podemos llegar en el conocimiento, como he dicho antes. Esto ya lo he comentado antes. Pero resulta que nosotros, además de tener conocimiento, somos también seres que tienen comportamiento, que quiere ser, por ejemplo, moral. Somos un ser de acción, somos seres de acción. Actuamos. Para nosotros es fundamental intervenir en la realidad, cambiarla, acomodarla a nuestros intereses. En muchos sentidos principales, nosotros somos seres que hacen cosas técnicas para sobrevivir, como una casa o un coche, o que hacen cosas morales. Salvar la vida a alguien, o inmorales, matar a alguien por aprovecharnos de su riqueza, por ejemplo. Esta capacidad que tiene el hombre del hacer, tanto el hacer técnico como el hacer moral, es muy muy importante, más que en el resto de animales. Y también tiene que ser investigada. Hasta dónde podemos llegar en las pretensiones, por ejemplo, del trato con el otro. Cómo es la vida moral, cuáles son los fundamentos de la vida moral. Y todo esto también... Lo va a investigar Hume, ¿verdad? De tal manera entonces que tenemos como dos grandes asuntos. Uno que tiene que ver con la teoría del conocimiento, que es establecer el origen y los límites del conocimiento. Y otro que tiene que ver con la ética, la reflexión sobre la vida moral, ¿vale? Ya veréis que en el libro, pues naturalmente, también se plantea esta cuestión. Y nosotros lo vamos a ver, es muy muy importante. Esta segunda cuestión lo tenéis a partir de la página 223, ¿no? Y le daremos el nombre de emotivismo moral. Sentimentalismo moral, dice en el libro. ¿Vale? Pero bueno, otro título suele ser emotivismo moral. ¿De acuerdo? Estas son las dos grandes empresas principales que nosotros vamos a ver. Bien. Y yo he puesto aquí algo que en el libro no se cita, pero igual podríais señalarlo, ¿no? Porque, bueno, en primer lugar, resulta que este enfoque... Es como muy característico de la Edad Moderna. Este enfoque de mirar al sujeto es característico de la Edad Moderna. Y ya lo señalábamos un poco con Descartes, ¿verdad? Porque lo que ocurre en la Edad Moderna es que la filosofía pasa de mirar al mundo fuera de uno, del sujeto... ...del sujeto... Así ocurría en el mundo antiguo y en el mundo medieval que se miraba fuera del sujeto, bien sea al mundo de la naturaleza o a Dios, pero se miraba fuera del sujeto que conocen. En la edad moderna la atención se presta al sujeto. Hay una especie de descubrimiento de la subjetividad, casi podríamos decirlo así. Esto en Descartes está muy claro porque justo pone en el cógito, en algo que tiene que ver con el sujeto, el fundamento del conocimiento. Recordar lo de perder el mundo, de mirar hacia adentro. Bueno, pues en el empirismo tenemos también el mismo enfoque. Vamos a mirarnos a nosotros mismos para ver hasta dónde podemos llegar. Hasta dónde podemos llegar en el tema del conocimiento y hasta dónde podemos comprender la experiencia moral. Y en parte también se encuentra en Kant. No se explica Kant en el libro, pero bueno, igual yo comentaré también algo de ese autor importantísimo de la edad moderna. Y esto, como os estaba comentando, pues parece que va a ser un elemento característico del pensamiento de la modernidad. Ese afán por indagar en el propio sujeto para ponerlo como fundamento del conocimiento y de la experiencia moral. Y cuando investiga al hombre, ¿qué parte de investigación? Pues no va a investigar su cuerpo. Eso sería asunto de la biología. Va a investigar más bien los procesos psicológicos, la mente, diríamos ahora. La mente. Quiere saber cómo funciona la mente humana en la parte cognoscitiva y la parte moral. Por eso podríamos decir que su enfoque es psicologista. Repito que esto no está en el libro, este título, pero la verdad que también estaría un poco bien que lo utilizarais. Hay un enfoque psicologista en los planteamientos. Porque se van a reducir todas las experiencias cognoscitivas y morales a mecanismos psicológicos. Los mecanismos psicológicos se ponen como fundamento de todo. ¿Y qué método tenemos que emplear? Pues el método de la experiencia de la observación. La experiencia de la observación como lo fundamental. Bien, pues vamos a leer algún texto ya, inmediatamente. Por ejemplo... Lo que tiene que ver con los que están en la página 203. ¿Vale? En el apartado 3331 se os explica pues la ciencia del hombre y la naturaleza humana. Lo que yo he comentado. Lo que he comentado, lo que tenemos aquí, ¿verdad? La referencia al punto de partida, el estudio de la naturaleza humana, todo esto. Y vamos a ver cómo lo dice él. Los textos que voy a leer ahora pertenecen... A una de sus obras fundamentales. Y aquí, otra vez, por favor, estaría bien que recordarais este título. Se llama Tratado de la naturaleza humana. ¿Vale? Convendría que para cada uno de los autores que aparecen por aquí recordarais un par de obras, una, al menos una, y si es mejor dos, pues mejor, si recordáis dos, mejor. ¿Vale? Bueno, en el caso de Fion, aquí tenemos ya una, muy importante, que se llama así, Tratado de la naturaleza humana. Ya podríais hacer algún comentario con el título. Si cayera el texto que voy a leer ahora y el siguiente, voy a leer dos, pues podríais empezar comentando lo que yo voy a decir ahora, ¿no?, lo que he dicho antes más bien, ¿no?, que justo este libro nos está ofreciendo la idea, la tesis de que es necesaria la investigación de cómo es el ser humano, de cuál es nuestra naturaleza, y tendréis que explicar por qué hace eso Fion, lo que he dicho antes, ¿verdad? Tendrías que decir, bueno, pues es que resulta que Fion se encuentra en una época de crisis filosófica, así él lo interpreta, cree necesaria para superar la crisis de la filosofía, hacer una nueva fundamentación de la filosofía, nueva fundamentación de la filosofía, ¿no? La filosofía ha fracasado, incluso la racionalista, ¿vale?, Descartes, ha fracasado y es necesaria. Y para la creación de nuevo, una filosofía como conocimiento firme, pues ¿dónde hay que mirar? Entonces Fion pensará que hay que mirar en la naturaleza humana, lo que he dicho antes, ¿verdad?, en la naturaleza humana en relación a estas dos cosas que tenéis aquí, el conocimiento en la vida moral, el enfoque psicologista. Todo lo que he dicho antes no lo voy a repetir ahora, ¿no?, para no cansaros, pero lo podríais decir con ocasión del título. ¿Vale? Si cae un texto de esta obra, Tratado de la naturaleza humana, siempre podríais introducir un párrafo, al menos un párrafo, contando estas cosas que yo he dicho. ¿De acuerdo? Y dice, es evidente en el primero de la página 203, ¿vale?, en el texto de la página 203. Bien, dice, es evidente que todas las ciencias se relacionan en mayor o menor grado con la naturaleza humana, ¿vale? ¿Vale? Y aquí podríais continuar vuestra explicación, ¿no? Y que, aunque algunas parezcan desenvolverse a gran distancia de ésta, regresan finalmente a ella por una u otra vía. Claro, como las ciencias, podríamos, si preguntamos por qué dice esto lo que he contado antes, ¿no?, como las ciencias son una construcción humana, No las han hecho los perros, ni los árboles. Las han hecho los seres humanos. La biología la han hecho los seres humanos. La física también. La matemática incluso, que parece más lejana tal vez ahí en el mundo de las ideas de Platón o algo así, también tarde o temprano habría que reconocer, si uno investiga bien las cosas, que es una construcción también de nuestra mente. De la peculiar razón que nosotros tenemos. Este es el planteamiento, que viene a decirnos que como lo hemos hecho nosotros, entonces depende de nosotros. Si nosotros resulta que hemos hecho un coche, las peculiaridades del coche tendrán que ver con nuestras capacidades constructivas. No sólo con nuestras necesidades, que también, por supuesto, sino con las peculiaridades de nuestra capacidad para construir objetos. Y si resulta que no había plástico, pues entonces teníamos que emplear hierro, porque eso sí lo manejábamos en metal. Entonces, todo aquello que nosotros hacemos tiene que ver de un modo u otro con nuestras capacidades. De tal manera que incluso podríamos pensar que eso mismo, pero hecho por otro ser, pues podría ser también realmente muy distinto. Este es el enfoque que él va a emplear. Y como he dicho antes, aquí, ¿qué parte de la naturaleza? La naturaleza va a estudiar, pues no el cuerpo, sino lo psicológico, los mecanismos y procesos mentales. Dice a continuación, incluso las matemáticas, la filosofía natural y la religión natural, incluso hasta la religión, dependen de algún modo de la ciencia del hombre, pues están bajo la comprensión de los hombres y son juzgadas según las capacidades y facultades de estos, hasta la religión. Entonces podríamos pensar que, por ejemplo... Claro, ciertas, al menos ciertas peculiaridades de las religiones vigentes, pues tienen que ver con peculiaridades del ser humano. Por ejemplo, ¿por qué pensamos a Dios con barba? Pues que piensan a Dios con barba. A veces hay muchas representaciones del Dios cristiano con barba. O lo pensamos como siendo un hombre, o nos lo representamos como siendo blanco en vez de negro. Pues eso parece que es una proyección de la mente humana, una especie de antropomorfismo. Como nosotros tenemos estos rasgos... Hay un mecanismo psicológico muy elemental que tiende a la proyección. Tendemos a proyectar fuera de nosotros cosas nuestras. Esta tendencia proyectiva a poner fuera de nosotros cosas nuestras, pues puede ser una de las claves para entender la religión. Por ejemplo, se podría pensar así. De un modo u otro, como la religión, la filosofía, la matemática y las ciencias son construcciones humanas, vamos a entendernos a nosotros mismos, vamos a entender cómo nosotros somos para ver cuáles son los límites de lo que podemos conocer. Es imposible predecir qué cambios y progresos podríamos hacer en las ciencias si conociéramos por entero la extensión y fuerzas del entendimiento humano y si pudiéramos explicar la naturaleza de las ideas que empleamos, así como la de las operaciones que realizamos al argumentar. Entonces, para ver hasta dónde puede llegar el ser humano, tendríamos que conocer nuestras capacidades, como he dicho antes. Entonces, si imaginamos que un ser humano puede correr 35 kilómetros en media hora, igual nos proponemos llegar a eso, y alguien puede estar entrenándose para hacer eso. Pero claro, un biólogo y un médico le diría, pues no. No, no, mire, hemos examinado la naturaleza humana en su parte física, hemos examinado cómo son los cuerpos humanos, usted pertenece a la especie humana, y entonces, pues no, por mucho que se empeñe, pues no va a poder, no digo dentro de un mes, sino dentro de 10 años, por mucho que se empeñe con la dieta y el entrenamiento, hacer 35 kilómetros en media hora. Eso es ajeno a la naturaleza humana. Pero claro, para llegar a esa conclusión sobre las posibilidades, del ser humano, tenemos que investigar cómo es él. Y, segundo texto, vamos a pasar al segundo texto. Un momentito, segundo texto, segundo texto de la página 203. ¿Vale? Dice así este segundo texto. Un momento, allá. Sí, dice, aquí se encuentra, pues, en la investigación del entendimiento humano. En la investigación, bueno, del entendimiento. En otro texto, hay otro texto que se llama así, investigación sobre el entendimiento humano. Porque la parte de la mente que más va a estudiar, más va a investigar, es lo que llamará él entendimiento. ¿Vale? Bien, pues aquí se encuentra la investigación de la naturaleza humana. Se encuentra el único expediente en que podemos confiar para tener éxito en nuestras investigaciones filosóficas. abandonando así el leto y tedioso método que hasta ahora hemos seguido. En vez de conquistar de cuando en cuando un castillo o una aldea en la frontera, marcharemos directamente hacia la capital o centro de estas ciencias. ¿Cuál es el centro de las ciencias? Podríamos preguntar y contestar, Hume, hacia la naturaleza humana misma, de nuevo, otra vez, la naturaleza humana. Ya que, una vez dueños de ésta, podremos esperar una fácil victoria en todas partes. Desde ese puesto nos será posible extender nuestras conquistas sobre todas las ciencias que más de cerca conciernen a la vida del hombre. Y además, con calma, podremos pasar a descubrir más plenamente las disciplinas que son objeto de pura curiosidad. Bueno, con esto quiero decir que, claro, esa investigación de la naturaleza humana también al final nos va a permitir distinguir qué ciencias son las fundamentales y qué no. Y qué otras ciencias son un poco, pues, para entretenerse, como una especie de ocio intelectual, ¿no? O algo que puede tener más dignidad, pero no, no, no, absolutamente fundamental. No hay problema de importancia cuya decisión no esté comprendida en la ciencia del hombre, que es la que él quiere fundamentar, ¿eh? Ciencia del hombre. Y nada puede decidirse con certeza antes de que nos hayamos familiarizado con dicha ciencia. Por eso, al intentar explicar los principios de la naturaleza humana, proponemos, de hecho, un sistema edificado sobre un fundamento casi enteramente nuevo y el único sobre el que las ciencias pueden basarse con seguridad. ¿Vale? Bueno, pues aquí, entonces, repito que tenemos una empresa muy semejante a la de Descartes. Esto convendría que lo comentarais también aquí, ¿eh? Cuando, si utilizáis este texto para vuestros comentarios, pues lo tendríais que comentar también así, ¿no? Diciendo aquí, en realidad, Hume no está planteando una novedad en cuanto a qué es lo que quiere hacer y qué es lo que es necesario hacer, porque también Descartes creía que era necesario superar la crisis de la filosofía y lo que quería Descartes era la fundamentación de la filosofía. Lo mismo quiere hacer Hume, ¿vale? Porque ha considerado que Descartes había fracasado, ¿eh? Claro, la manera de hacerlo es distinta, se va a basar en la experiencia, no en la introspección y el descubrimiento de la mente propia autoconstantemente. ¿No? Eso no va a ser así, ya lo vamos a ver, ¿no? El planteamiento es un... Bueno, más que el planteamiento, el desarrollo es algo distinto y las conclusiones son también muy, muy distintas, ¿eh? Como vamos a ver, las conclusiones son muy distintas. Él va a concluir en las tesis principales del empirismo que ya he citado antes. ¿De acuerdo? Bien. Bueno, pues vamos a empezar ahora con la primera de estas grandes cuestiones, ¿verdad?, que tiene que ver con la teoría del conocimiento. Lo que en el libro se explica a partir de la página 204 tiene que ver con la teoría del conocimiento, la gnosiología, por decirlo también así, el conocimiento. Bien, pues vamos a fijarnos en este esquema. Un místico le podría decir a Hume que él no se parece a los que creen en Dios mediante actos de fe, a la mayoría de los mortales, ¿no?, de las personas cristianas, por ejemplo, que creen en Dios pues porque tienen fe, ¿no?, porque creen también en lo que pone la Biblia pero también a partir de actos de fe. Un místico diría que no es así como él afirma la existencia de Dios, que también igual se puede apoyar en la fe, pero la diferencia entre el místico y el que no lo es, en el buen sentido de la palabra, místico, es que el místico tiene experiencia de Dios, contacto con Dios. Esto suena raro, ¿verdad?, pero Santa Teresa, San Juan de la Cruz o en el misticismo hindú, por ejemplo, pues bueno, se cree posible tener experiencia de lo divino, hablar de lo divino porque estás en contacto con él y no en el otro mundo, sino en este, la experiencia mística, que se basa en un órgano de percepción distinto al de la vista. ¿Verdad? Se basaría en un órgano de percepción espiritual, el espíritu también tiene ojos para captar lo divino. Bien, claro, eso es también hablar de la experiencia, pero muy distinta a la que estamos refiriéndonos aquí, ¿vale?, porque sería una experiencia espiritual basada en un supuesto órgano perceptual del espíritu, órgano del ver del espíritu, ¿vale? Cuando aquí hablamos de experiencia nos estamos refiriendo al divino. Es decir, una realidad a partir de la percepción, percepción, ¿vale? Utilizamos los sentidos. Y los sentidos nos muestran un mundo, es el mundo de la experiencia. Aquí también podéis poner mundo empírico, ¿vale?, mundo empírico. Voy a ponerlo aquí también para que no se nos pase porque estaría bien recordarlo, un momentito. mundo empírico emperinía es la palabra griega que se traduce en castellano como experiencia experiencia conjunto de percepciones posibles ¿vale? bien, por tanto el fundamento es la percepción solo que aquí también habría que aclarar algo vamos a ver un momentito voy a poner el subrayador habría que aclarar algo porque cuando hablamos de percepción podemos hablar bien de la percepción externa los famosos cinco sentidos vista, oído, olfato, gusto y tacto que nos ponen en contacto con el mundo físico con el mundo empírico físico pero podemos hablar también de la percepción interna ¿eh? de esa percepción que yo tengo y que me permite saber en qué estoy pensando si me preguntáis qué tal estás pues yo miro hacia adentro pero si me pregunto si percibo mi estado anímico me doy cuenta mediante un acto de percepción interna de mi estado anímico y contesto pues estoy contento o estoy un poco así, así, regular o si me preguntan ¿en qué estás pensando? pues miro hacia adentro y digo pues mira, estoy pensando en el viaje que voy a hacer el próximo puente sin salir de Madrid por ejemplo ¿vale? eso es la percepción interna que nos pone en contacto con otra parte empírica de la realidad que es el mundo psíquico ¿vale? pero tanto el físico como el psíquico es el mundo empírico no es el alma aquí no estamos hablando del alma ¿eh? es el cuerpo o la mente cuerpo o mente se ofrecen a la percepción los cuerpos la percepción externa y la mente propia la percepción interna ¿de acuerdo? ¿eh? entonces se tratará de utilizar este recurso el recurso de la experiencia como fundamento del conocimiento vamos a pasar de página bien aquí tenéis alguna referencia a otros autores ¿no? que podéis leer no está en el libro la referencia a Locke tampoco está la referencia a Berkeley ¿no? pero bueno si me gustaría que recordarais este punto ¿no? por favor y es que un asunto que separa clarísimamente el empirismo del racionalismo bien, por ejemplo a Hume de Descartes es que los racionalistas creían en la insistencia de ideas innatas esto lo hemos visto en Descartes como la idea de infinito decía él que era innata mientras que para los empiristas empezando ya por Locke Empezando por loco. Pues no va a ser así. Ellos rechazan con distintos argumentos, aquí os he puesto algunos de los argumentos, en contra de las ideas innatas, lo podíais leer, pero bueno, ahora me interesa más bien la conclusión. Van a decir estos autores que todas las ideas, por tanto contenidos mentales cognoscitivos, todos los contenidos mentales cognoscitivos, sensaciones, imágenes, conceptos o pensamientos, ¿verdad?, o bien son una consecuencia de la influencia del mundo, las llamadas ideas advecticias por parte de Descartes, ¿verdad?, o bien son una consecuencia del poder de nuestra mente, son productos de nuestra fantasía. Las fantasías. Las fantasías que Descartes llamaba ideas advecticias, pero siempre algo que tiene un origen empírico. No hay en nosotros nada que esté desde siempre en nuestra mente. Recordaréis que las ideas innatas eran las ideas con las que ya nacemos, ideas que están desde siempre en nuestra mente, desde siempre en nuestra mente, ¿verdad? Los racionalistas creen que existen ese tipo de contenidos cognoscitivos que nos acompañan desde nuestro nacimiento, que están como de serie, podríamos decir, vienen de fábrica en nuestra mente. Y repito, ¿qué parte de la naturaleza humana? Pues no la mano, no las manos, las piernas, ni siquiera el cerebro tampoco. No estamos en biología. Vamos a investigar la mente. Con lo cual, esto quiere decir también que este planteamiento se acerca mucho a la psicología. De ahí el título que he puesto antes de psicologismo, ¿no? Vamos a examinar la mente para ver cómo colabora la mente en el conocimiento y qué elementos y estructuras hay en nuestra mente. En cuanto a los elementos, bueno. Pues si miramos hacia adentro, con un acto de percepción interna, diríamos de introspección, miramos hacia adentro y que encontramos contenidos cognoscitivos, al que les da el nombre Fium de Percepción. Con un título igual como no muy afortunado, ¿no? Pero vamos a recordarlo. Todo esto lo tenéis también en negrita, a partir de la página, repito, 204, ¿verdad? ¿Verdad? Percepción, a esta palabra, para designar a todo lo que se encuentra en la mente. Todo lo que se encuentra en la mente. Le da este nombre, fijaros, es un poco, perdonad, casi es un juicio, bueno, sí, casi, es un poco torpe decir la denominación, llamar percepción a los deseos y a los razonamientos, por ejemplo, incluso a los razonamientos, me engaña un poco. Bien, es casi lo que llamaba Descartes ideas, a eso que Descartes llamaba ideas, llama Hume percepción, tal vez correspondería mejor poner otro título, Ortega y Gasset, por ejemplo, le daría el nombre de vivencia, otros autores hablarían de fenómenos psíquicos, Kant estaría más bien prefiriendo la expresión fenómenos psíquicos o estados mentales también, ¿no? Bueno, hay otros títulos para referirse a todo lo que hay en el interior de nuestra mente y Hume, pues, prefiere el título de percepción, sobre todo referido a lo que hay en nuestra mente con carácter cognoscitivo, ¿vale? Si queréis, podríamos quitarlo de los deseos y los apetitos y fijarnos únicamente en la mente cognoscitiva, la mente que conoce, esa sería la mente que conoce, ¿vale? Mente que conoce. Bueno. Y todo lo que tiene que ver con la mente que conoce, que está en nuestro interior, en el interior de nuestra mente recibe el nombre de percepción. Bueno, pues ahí nos encontramos con muchas cosas. Es casi como decir que cuando miramos al mundo y nos preguntan qué es lo que hay, pues dijéramos cosas. Dime qué estás viendo ahora cuando miras por la ventana. Y yo dijera cosas, claro, eso es muy vago, ¿no? Es así como nada preciso. Entonces, lo que tenemos que hacer es distinguir, en este caso, pues tipos de cosas. Pues hay árboles, hay animales, hay personas, cuerpos de personas, hay bancos, ¿no? Yo estoy ahí especificando qué cosas hay. Bueno, pues le podemos también pedir a Hume que haga lo mismo, que nos diga tipos de percepciones y nos ofrece varias clasificaciones, ¿vale? Bien. Una clasificación distingue las percepciones en simples y en complejas. Las percepciones simples son las que no se pueden dividir más. Algo así como los átomos de la vida psíquica, podríamos decir. Y las percepciones complejas son las que están compuestas de percepciones más simples, ¿no? Entonces, bueno, por poner aquí alguna que señala también la percepción de rosa o la percepción de pino. Yo estoy ahora viendo un pino y entonces, claro, esa percepción consta, es compleja porque consta de sensaciones de verde, sensaciones de extensión, sensación de quietud porque no se está moviendo, ¿no? Lo que está parado en el árbol, pues no hay ahora viento que mueva sus ramas, ¿verdad? Etcétera, etcétera. Entonces, en la medida en que la percepción pino está compuesta de elementos más básicos de las sensaciones correspondientes, la percepción pino es más compleja, ¿vale? Bueno, entonces aquí tendríamos una primera distinción. En este momento no nos interesa, en el libro tampoco se retiene mucho la explicación sobre esta distinción. Porque la distinción fundamental, la clasificación fundamental es la que divide las percepciones en impresiones e ideas, ¿vale? Y a este me voy a dedicar un poquito más. Percepciones e ideas. Impresiones, perdón, impresiones e ideas. Son los dos géneros de las percepciones. Bien, vamos al texto de la página 205. Bien, en este texto, que también es del Tratado... ...de la naturaleza humana, otra vez, con todo lo que se puede decir sobre este título, ya él está yendo directamente al asunto de qué es lo que hay en nuestra mente cognoscitiva. Encuentra que hay percepciones y nos va a ofrecer esta primera clasificación. Dice, ...como hacen su primera aparición en el alma. Por ideas entiendo las imágenes débiles de las impresiones, cuando pensamos y razonamos. Fijaros, qué clasificación, ¿no? Qué clasificación. Disculpad si me queda el tono así un poco bueno, ¿no? Pero es que, no sé, lo que decíamos antes, fijaros, ¿no? Es que dice, hay algunas percepciones, bueno, que se pueden llamar impresiones, ...y ahí incluimos las pasiones y las emociones. Entonces, lo que os decía antes, ya no sólo de la mente cognoscitiva, ¿eh? Entonces, el estar, por ejemplo, enfadado. El enfado es una percepción, le dan nombre de percepción. Cierto tipo de percepción. Si yo me enfado ahora porque me llega un mensaje ofensivo, por ejemplo, lo leo y me pongo así, ¿eh? Como entra esa percepción, esa vivencia, vamos a decir que percepción es lo mismo que vivencia, estado mental. Como ese estado mental emocional del enfado aparece en mí con fuerza y violencia, recibe el nombre de impresión, ¿vale? Impresión. Igual que las pasiones, una pasión desbordada, la pasión del enamoramiento, por ejemplo, el estar enamorado. Sería también una percepción. ¿Pero qué tipo de percepción? Una impresión, ¿vale? Porque aparece con fuerza y violencia. O ahora que estoy mirando la pantalla y veo ahí, pues, letras, ¿no? Tengo también el blanco de la imagen, se ve una gran parte de la pantalla está blanca, ¿verdad? La hoja, todo esto que tenemos por aquí, ¿no? Entonces, a la sensación de blanco que yo tengo, le damos también el nombre de percepción, pero exactamente impresión. ¿Vale? Entonces, repito, percepción viene a ser todo lo que hay en nuestra mente. Fundamentalmente de tipo cognoscitivo, pero como veis aquí, también de tipo afectivo y de tipo desiderativo. Es decir, todo lo que hay en nuestra mente recibe esta denominación. Bastante, en fin, ¿no? Me está saliendo bien un poco la crítica, en fin, a los autores, ¿no? A este autor en particular, ¿no? Es que, repito, llamar a un deseo, percepción. Tiene, casi iba a decir, tiene narices, ¿no? El asunto, ¿verdad? Percepción, ¿no? Bueno. Pero, así es la terminología de Hume, ¿eh? Contenido cognoscitivo o no cognoscitivo, todo lo que hay en la mente. Y podemos distinguir en las percepciones, las impresiones, ideas. ¿Cuáles son las impresiones? ¿A qué llama Hume impresiones? Fijaros qué criterio utiliza. ¿Qué criterio utiliza? La fuerza y la vivacidad. Fuerza y vivacidad. Entonces, aquel estado mental que yo experimento con fuerza, y como siendo muy así intenso y vivaz, ¿no? Ahí, que domina mi mente, entonces se le dará el nombre de impresión. ¿De acuerdo? Se le dará el nombre de impresión. Y viene a decir también él, pues es la vivencia cuando aparece por primera vez, pero sobre todo el criterio es este, la fuerza y la vivacidad. Entonces, es verdad que si yo leo un mensaje y lo interpreto como ofensivo y me enfado, pues aparece ahí tal vez con fuerza el enfado y entonces tiene fuerza y vivacidad, luego se dio una impresión. Impresión. Si alguien grita y yo tengo la sensación auditiva que entra en mí o que está en mí, ese ruido entra en mí y se traduce en una sensación intensa y vivaz, sonora, pues entonces es impresión, ¿vale? Aquí estarían las sensaciones. Impresiones de sensación, de sensación, ¿vale? O pueden ser de reflexión porque está ya ahí como más metido el propio sujeto, la experiencia del sujeto, ¿verdad? ¿Verdad? Quiero decir que si leo el mensaje y me enfado es porque yo hago una interpretación del mensaje en términos de ofensa. Entonces, en esa medida, pues es una consecuencia también del darme cuenta de mí mismo, ¿no? Un acto como de reflexión. Bueno, no importa aquí ahora mucho este título de reflexión, pero sí esta idea, esta tesis, ¿eh?, por favor, esta tesis de que es la fuerza y la vivacidad el criterio principal a la hora de establecer si algo es una impresión o una idea. ¿Vale? Pero, claro, también puedo recordar que ayer me enfadé y el recuerdo, no estoy ahora enfadado, recuerdo el enfado de ayer, ya se me ha pasado, si es que me enfadé, ya se me ha pasado, pero recuerdo que hasta tenía cara como de mal genio o algo así, ¿no? ¿No? Ese recuerdo, bueno, ese tipo de vivencia, mejor, ese tipo de vivencia de percepción, ya no tiene mucha vivacidad. Tiene mucha fuerza. Y, por tanto, recibirá el nombre de ideas. Son las copias de las impresiones. En realidad aquí el criterio es distinto, ¿eh?, si os fijáis. Una cosa es que algo se presente con fuerza y vivacidad y otra cosa es que un contenido psíquico sea una copia de otro. ¿Vale? Son dos cosas distintas. ¿Por qué? Y vamos ahora a modo un poco de crítica. Porque en vuestro comentario, si cayera este que acabo de leer, que he leído antes... ...de la página 205, también podríais, bueno, pues decir algún razonamiento que diga... ...pues esto realmente es un poco extraño esta distinción que hace él porque también hay sensaciones suaves. Alguien me puede hablar en susurros, por ejemplo. ¿Vale? El hecho de que alguien me hable en susurros, ¿hace que eso que yo estoy sintiendo sea una idea? Pues no. Sigue siendo también una impresión. Contenidos sensoriales, es que es un sonido que yo oigo, es una sensación, ¿verdad? Solo que no es intensa ni vivaz, ¿no? Es más bien tenue, ¿verdad? Pero sigue siendo una sensación. Si yo me acerco a un objeto iluminado, pues se puede presentar con... hasta me puede hacer daño, ¿no? La luz de esa linterna por la noche, si me acerco mucho, ¿no? Y ahí es que claramente diría que eso es una impresión. Pero si me alejo de esa linterna y estoy a 100 metros, es que ya no tiene como mucha fuerza y vivacidad, ¿no? Es verdad que se me impone, de alguna manera sí, bueno, tiene fuerza porque se me impone, ¿no? Pero es como muy tenue, ¿no? ¿No? Entonces este criterio es un poco dudoso, ¿no? Pero bueno, es el que presenta Hume. Otra cosa es que sea copia o no. Desde luego en el sentido más estricto aquí parece que Hume nos va a decir que llama ideas, por ejemplo, a los conceptos. Si yo tengo el concepto de enfado, a diferencia del enfado vivido tras una ofensa, el enfado sería una impresión y el concepto de enfado una idea. O el recuerdo del enfado una idea. O el pensar que mañana me voy a enfadar, pues eso es también una idea. No estoy enfadado, pero pienso mañana me voy a enfadar, ¿no? Y ahí tengo también una idea, ¿vale? Y las ideas son copias, descansan en las impresiones. Aquí tenemos algo como muy, muy importante, esta última afirmación. Fijaros, voy a leerla de nuevo, la página 205, ¿no? Esta última afirmación. Dice, por ideas entiendo las imágenes débiles de las impresiones cuando pensamos y razonamos. ¿Vale? Aquí ya tenemos una teoría del conocimiento claramente empirista. Si preguntamos, ¿de dónde vienen nuestros conceptos? Están aquí los conceptos. Hume va a decir de las impresiones, directa o indirectamente de las impresiones. Esto lo vamos a utilizar enseguida después porque va a ser el criterio empirista del conocimiento, como veremos enseguida. Pero aquellos pensamientos, desde luego los pensamientos que sean legítimos, los conceptos que sean legítimos y no simples construcciones fantásticas de nuestra mente, serán aquellos que descansan en impresiones, que derivan de impresiones. Y son sus imágenes, la parte, imágenes débiles, vivencias débiles. Y otra vez, ¿no? Este calificativo, este adjetivo de débiles, pues otra vez, ¿no? También habría que decirle, oye, pues no, no tanto. ¿Por qué? Uno puede pensar... Un pensamiento que se vive con muchísima intensidad. con mucha intensidad, con mucha fuerza, mucha fuerza, un pensamiento apasionado que entre en ti. Tanto porque, por ejemplo, estás apasionado por la filosofía o por la ciencia y no te puedes quitar de la cabeza una idea científico-filosófica que estás desarrollando y se te presenta con mucha fuerza y no es una impresión, es un pensamiento, no es una sensación, es un pensamiento, como incluso en aquellos casos de enfermedades mentales o dificultades mentales que tenemos pensamientos reiterativos, obsesivos, una especie de parásitos que se pueden quedar en nuestra mente. El rumiar una idea o un concepto. Cuando uno rumia, si le pasa eso, una idea o un concepto, eso que está rumiando sigue siendo una idea, no es una sensación, pero se presenta con fuerza y vacidad. Quiero decir que, de nuevo aquí, el criterio no es muy bueno, pero me interesa, insisto, señalar que en esta última frase de este texto de la página 205 tenemos una tesis claramente empirista porque es la tesis que reduce el entendimiento a la sensibilidad. La sensibilidad es la capacidad para sentir, para tener sensaciones. Entonces, lo que hace el empirismo es coger las facultades cognoscitivas que están aquí arriba, como es la razón y el entendimiento. La razón sería la capacidad para argumentar y el entendimiento para tener conceptos y bajarla, reducirla a su base como más, incluso en cierto modo, corpórea, porque los sentidos dependen del cuerpo. Los sentidos dependen del cuerpo, ¿no? Más sensorial. Para el empirismo tiene más importancia la sensibilidad que el entendimiento. ¿De acuerdo? En este sentido de sensibilidad como capacidad para tener sensaciones. ¿Vale? Entonces, fijaros. ¿No? ¿Qué texto tan importante, no? Bien. Tenemos entonces que aquí ya nos está declarando Hume que lo fundamental son las impresiones. Habría que marcar muy fuerte esto, ¿no? Las impresiones. Y en el conocimiento, las sensaciones. Que dan lugar al final a copias de ellas en el entendimiento que serán las ideas. Origen de las ideas. Todas las ideas simples en su primera aparición. Derivan de impresiones simples. Esto es un texto literal, una frase literal de Hume. ¿Vale? A las que corresponden y representan exactamente. Como que, bueno, tenemos la afirmación que he señalado antes, ¿verdad? La primacía de lo sensorial. Bien. Después en el libro se os explica, se explica cómo, claro, nos cuenta Hume cómo se organizan las ideas. Con frecuencia las ideas se someten a nuestro interés y voluntad, por ejemplo, de comprensión de las cosas y razonamos. Tenemos un concepto unido a otro para formar una frase y esta otra y hacemos un argumento, un razonamiento. Pero ocurre también que sin que aparezca nuestra voluntad, las ideas parece que se combinan unas con otras de manera espontánea, de manera natural. Hay ciertas combinaciones de unas ideas con otras, porque hay ciertas fuerzas que determinan la manera de mezclarse unas ideas con otras. Bien, a las fuerzas que determinan cómo unas ideas se combinan con otras y estén como pegadas unas a otras, les da el nombre de leyes de la asociación, o fuerzas mejor. Fuerzas naturales. Fuerzas asociativas. Fuerzas de asociación de ideas. Y a las leyes que determinan ese tipo de atracciones, podríamos decir, porque unas ideas atraen a otras, les da el nombre de leyes de la asociación. Por favor, este concepto es muy, muy, muy fundamental. Leyes de la asociación. ¿De acuerdo? Las leyes de la asociación, repito, describen... Las fuerzas que llevan a una idea a pegarse a otra. Que llevan a, que se unan de manera espontánea unas ideas con otras. Por ejemplo, si yo digo día, tal vez digáis noche. O si digo verano, tal vez de manera natural y espontánea digáis calor, ¿no? Parece como verano, como que verano y calor están pegados. Y parece como que día y noche también están pegadas. Si digo día, no vais a decir tractor. Excepto que en la experiencia de uno, yo no lo sé. Pues igual... Pues ha tenido durante el día una experiencia absolutamente traumática con tractores o algo así. Le han atropillado un tractor y entonces tiene pegado en él tractor con día, ¿no? Bueno, pero eso ya pertenece a la mente individual, ¿no? Personal. Y aquí ahora Hume está hablando de cómo funciona la mente humana en general. No la de una persona en concreta, que igual ya ha pasado eso, ¿no? Que ha unido en su mente concreta día con tractor, ¿no? Pero la mayor parte de personas no hacemos eso. Sin embargo, la mayor parte de personas unimos día con noche. O día con luz, por ejemplo. Y verano con calor. Verano con playa o verano con vacaciones, etcétera, etcétera. ¿Vale? Entonces, la propuesta de Hume es descubrir... Descubrir... ¿Cuáles son las leyes que combinan una idea con otra para formar ideas complejas? ¿De acuerdo? Algo así como los secretos de la inercia de la mente. Los secretos de cómo la mente va moviendo unos elementos con otros. Aquí a veces, bueno, parece que Hume está sugiriendo la ley de la gravitación también, igual que Newton había descubierto una fuerza gravitatoria que une un cuerpo con otra, ahora Hume quiere descubrir también las fuerzas gravitatorias de nuestras ideas, podríamos decirlo así. Cómo una idea atrae a otra. ¿De acuerdo? Y tenemos un texto muy importante, el texto de la página 206. Voy a poner la numeración, texto, página 206. Este texto pertenece a la obra titulada Compendio de un tratado de la naturaleza humana. Compendio, es decir, como un resumen del tratado de la naturaleza humana. Y de nuevo, pues está otra vez el título para el que valen los comentarios que ya he dicho antes. Y nos dice lo siguiente, en este texto. Nuestra imaginación tiene una gran autoridad sobre nuestras ideas y no hay ideas que siendo diferentes entre sí, ella no pueda separar y juntar y componer en todas las variedades de la ficción. Podemos mezclar unas ideas con otras, sobre todo a los objetos imaginarios, pues fijaros. Un cuerpo que una un león. Una serpiente y un águila. Un cuerpo que reúna. Un cuerpo de mujer con el cuerpo de pez, ¿no? Una cantidad de quimeras, de seres fantásticos de la mitología, etcétera, etcétera, ¿no? Podemos crear entidades fantásticas, ¿no? Eso es así en la mente de todos los tiempos. Pensad en Don Quijote también, cómo iba recreando a partir de su imaginación ignorada como tal, ¿no? No se da cuenta de qué está imaginando. Y ve gigantes. Y molinos y... Esto lo hacemos con frecuencia. De una manera más o menos consciente o de una manera incluso totalmente involuntaria, ¿no? Bien, y no hay ideas que siendo diferentes entre sí, ella no pueda separar y juntar y componer en todas las variedades de la ficción. Pero pese al imperio de la imaginación, existe un secreto lazo o unión entre ciertas ideas particulares que es causa de que la mente las conjunte con mayor frecuencia. ¿De acuerdo? ¿No? Y es verdad que puedes unir el tractor con... día, como he dicho de la persona que igual ha tenido un accidente infrecuente sin embargo, como he dicho antes hay sí como un pegamento que une de modo más natural y espontáneo día con noche o día con luz por ejemplo, o verano con calor entonces se trata de descubrir esa legalidad un tanto secreta como dice aquí, ese lazo secreto o unión entre ciertas ideas hay que decir también una cosa muy importante esas fuerzas que determinan o que influyen en que una idea esté pegada a otra son, por favor fijaros en esto fuerzas suaves ¿esto qué quiere decir? que no es absolutamente estricto y necesario que una idea esté pegada a la otra inevitable, casi podría decir mejor no es inevitable que una idea esté pegada a otra de tal forma que la idea de día con calor no necesariamente está pegada es verdad que para la mayor parte de personas sí pero podría no que no ocurrir eso y de hecho, algunas personas cuando dicen día no dicen calor más bien se suele decir día-noche por ejemplo entonces, no son fuerzas estrictas son fuerzas simplemente como tendencias entendidas como tendencias de nuestra mente ¿vale? y ya va presentado cuáles son estas fuerzas las tenéis también aquí y en el libro en la página 206 pero vamos a ver cómo lo cuenta estos principios de asociación son reducidos a tres a saber, semejanza un cuadro nos hace pensar naturalmente en el hombre que fue pintado contiguidad cuando se menciona San Denís ocurre naturalmente la idea de París causación cuando pensamos en el hijo aprendemos a dirigir nuestra atención hacia el padre ahora voy a comentar estos títulos pero voy a seguir leyendo hasta el final será fácil concebir cuán vasta consecuencia han de tener estos principios en la ciencia de la naturaleza humana si consideramos que en cuanto respecta a la mente porque estamos hablando de la mente ellos son los únicos vínculos que reúnen las partes del universo o nos ponen en conexión con cualquier persona u objeto exterior a nosotros mismos estos principios son los únicos lazos de nuestros pensamientos ellos son realmente para nosotros el cemento del universo fijaros y todas las operaciones de la mente precisan en una gran medida depender de ellos todos los demás procesos de la mente los que tienen que ver con el razonamiento por ejemplo fijaros que está diciendo Los procesos que incluso tienen que ver con el razonamiento, lo que llamaríamos ahora leyes lógicas, en último término dependen de estas leyes que él ha citado de la asociación, por tanto de la imaginación. Son como el cemento de las cosas, lo que nos lleva a nosotros unir una cosa con otra. Vamos a ver con un poco más de detalle este punto, que nos quedan cinco minutos y ya el próximo día volveré a retomar este asunto. Pero bueno, vamos a comentarlo. Ley de la semejanza, ley de la contiguidad, ley de la causa y efecto. La ley de la semejanza, ¿esto qué quiere decir? Pues que aquellas ideas que son semejantes tienden a aparecer juntas, como dice aquí. Pues es que un cuadro nos hace pensar en el hombre que fue pintado. Si tú ves una foto de una persona, esa imagen de la foto hace que tú pienses en la persona. Representa a la persona, se parece a la persona. Tú ves la foto y casi más que a la papel mismo va tu mente a la persona. Va directamente de la foto a la mente, a la persona. De la imagen de la foto a la imagen de la persona, ¿vale? Entonces aquí tenemos como semejanza. No hay problema para esta tesis, ¿verdad? Ideas semejantes tienden a aparecer juntas en nuestra mente. Idea de la contiguidad, ¿no? Bueno, voy a marcarlas, ¿no? La idea de la contiguidad, o mejor, idea no, perdón. Ley de la semejanza. Ley de la contiguidad. Aquellas ideas que se han vivido juntas, tienden a aparecer juntas. Si yo estoy en París y estoy en el barrio Saint-Denis, ¿no? Pues entonces cuando pienso en Saint-Denis, como está al lado de París, está dentro de París, pues digamos que por esta ley mi mente se me va a París, ¿vale? Porque las he vivido juntas. Si yo he vivido junto verano con piscina o verano con playa, he vivido juntos esas dos cosas, verano y playa, verano y playa, verano y playa. Cuando eso se experimenta junto, con frecuencia, entonces el mero pensamiento de playa me trae consigo el pensamiento de verano. O al revés, el pensamiento de verano me trae consigo el pensamiento de playa, ¿vale? Si yo vivo junto, por ejemplo, filosofía con cansancio o aburrimiento, ojalá que no sea eso, ¿no? Pero si yo viviera junto filosofía con aburrimiento, entonces me viene la idea filosofía y me viene el bostezo, ¿no? Por decirlo así, ¿vale? O cambiando un poco el ejemplo, ¿no? Si he vivido junto filosofía con interesante... Con asunto interesante, entonces cuando pienso en filosofía, pienso, oh, cosa interesante. Es un asunto bien interesante, ¿no? Porque esas dos cosas las he vivido juntas. Ideas que he vivido juntas tienden a aparecer juntas. Y luego causa y efecto, pues también, y es como la más importante según él, ¿no? Las ideas que se refieren a causas aparecen en nuestra mente al lado de las ideas que se refieren a efectos. Y aquí pone el caso de, pues si ves a una persona que tú sabes que es un hijo de alguien, pues ver al hijo te pone en contacto con el padre, ¿no? Te hace rememorar al padre, ¿vale? O llave y abrir la puerta. Eso, como yo he vivido junto el utilizar la llave con el abrir la puerta, cuando pienso en abrir la puerta, ¿qué estoy pensando? Llave, ¿no? Llave y abrir la puerta están como unido. O resulta que está unido el estudiar con tener, con aprobar. Estudiar con aprobar, estudiar con aprobar. Porque el aprobar es un efecto del estudiar. El estudiar es la causa y el aprobar el efecto, ¿no? Entonces esas dos cosas están unidas en mi memoria, y también en mi imaginación, de tal manera que al final, pues si yo pienso en aprobar, pienso en estudiar, si pienso en estudiar, pienso también en aprobar, ¿vale? Son las más importantes. ¿De acuerdo? Y repito, ¿eh? Él nos va a decir que este tipo de legalidad, podemos decirlo así, que este tipo de legalidad es la fundamental en nuestro trato con el mundo. Si yo creo, por ejemplo, que aquí hay una cosa que llamo taza, será, y que me parece que además tiene permanencia y consistencia, porque me están pegadas todas estas ideas en mi experiencia. Si yo tengo taza, por ejemplo, está pegada a la taza la idea de, de peso soportable por mi mano, por decirlo así, de ligero, mejor, estoy diciéndolo de manera un poco retorcida. Pienso en taza y pienso en ligereza, porque no pesa, o sea, no es como una bola de acero, ¿verdad? De tal manera que si yo veo la taza, que tiene una infusión, y la quiero coger, simplemente hago este gesto. ¿Por qué hago este gesto? Porque yo a este objeto que veo, que identifico como taza, le atribuyo, incluso antes de haberlo experimentado, la ligereza. La ligereza. Y me iba a sorprender mucho si yo cogiera la taza, intentara sacar la taza de la mesa, intentara quitarla, y no pudiera porque pesa mucho. Eso me iba a sorprender, me iba a chocar. Porque iría en contra de mi experiencia anterior. En mi experiencia anterior, esto que yo llamo taza estaba unido a ligereza. ¿Vale? O puedo guardar líquido. Si yo echara aquí líquido y resultara que es poroso y cayera, me iba a quedar como muy extrañado. ¿Vale? Porque una de las capacidades de la taza es la de retener, la de guardar líquido también dentro. ¿Vale? Entonces, así va ocurriendo con todas las cosas del mundo. El que me aparezca a mí un mundo, una totalidad como ordenada, podríamos decir, y consistente, y coherente, ¿no?, es una consecuencia de estas leyes, de las leyes de la asociación de ideas. ¿Vale? Bueno, pues lo dejamos aquí. Ya tenemos la hora. Voy a parar. Bien. Lo dejamos aquí y os pediría, por favor, Pedro y Abraham, que siguierais leyendo, ¿eh?, que siguierais leyendo hasta donde podáis de Hume, porque vamos a avanzar todo lo que podamos para llegar casi a la parte de la ética, hasta la ética de Hume. Porque, en fin, tenemos también unos cuantos autores que ver y voy a ir un poquito rápido. ¿Vale? Bien. Sí. Sí, Abraham. Vais a acabar asociando filosofía con comentario de texto, ¿no?, como una tarea un poco dura, tal vez, pero interesante. ¿Vale? Muy bien. Por favor, y animaros a hacer comentario de texto. Es muy importante. ¿De acuerdo? Bueno, pues voy a quitar la grabación. ¿Vale? Tengo la grabación. Y ya.