Bueno, estamos grabando, empezamos aquí la tutoría de Historia de las Ideas Políticas II del Grado de Ciencias Políticas y el otro día habíamos estado hablando de John Locke, habíamos estado estos días con la ilustración y hoy vamos a hablar de... primero vamos a dar una pequeña introducción sobre la ilustración porque saltar de autor de autor ilustrado sin explicar mucho cuáles son las características un poco generales aunque luego se puede matizar cada uno de los autores de la ilustración, pues podría dejar esto un poco deslavazado sobre todo porque en el manual tampoco se insiste mucho en los caracteres generales de este movimiento cultural, filosófico, literario, artístico que es la ilustración, que ocupa básicamente el siglo XVIII. Fundamentalmente hay que entender una serie de elementos comunes, más o menos comunes aunque como veremos, y en el caso de Rousseau es bastante típico, hay variantes incluso divergencias entre los distintos autores ilustrados en este tema hay una serie de elementos comunes, sobre todo la ilustración presta mucha atención no sólo a una recuperación de la tradición clásica y una recuperación un poco de incluso algunos elementos de la mentalidad del renacimiento, una visión más optimista del ser humano sino sobre todo una visión optimista del ser humano fundamentada sobre todo teniendo como eje a la razón la razón entendida en la mentalidad filosófica ilustrada en la mentalidad de los que participan de esta corriente de pensamiento pan-europeo aunque tendrá centros específicos como por ejemplo Francia o en el caso de Escocia en el mundo inglés. Pues básicamente la razón entendida como eje de este movimiento y opuesta a otra serie de antagonistas como son todos aquellos saberes de tipo dogmático. como por ejemplo ante la antigua teología, haber una crítica no sólo a conceptos sacados de la teología que se trasplantan a teoría política, caso que comentamos el último día al hablar del Ius Naturalismo, que gran parte de los ilustrados, como por ejemplo Hume o el propio Rousseau, criticarán cómo el elemento dogmático y en cierta forma está, procede de una fundamentación teológica no empírica, no racional. Y sobre todo, todo tipo de dogmatismos, dogmatismos no sólo religiosos sino también de pensamiento, dogmatismo científico y de mentalidad. Van a criticar por tanto las tradiciones heredadas, no sólo en la ciencia, no sólo en la filosofía, no sólo en la religión, sino también incluso entrarán a veces en conflicto con la moral vigente, criticando incluso la moral establecida de ese momento. En el caso, por ejemplo, de los... Los llamados libertinos, que eran una corriente dentro de la ilustración, en la cual tenemos autores como por ejemplo el Marqués de Sade, que ya entenderéis un poco por dónde va esta corriente de los libertinos. Y su crítica corrosiva a la moral convencional de su época, no sólo en los aspectos religiosos sino también en otro tipo de aspectos. Y también critican sobre todo, es esencial en esta crítica a la tradición, la crítica al argumento de autoridad. Frente a lo importante que había sido... Cuando se habla del argumento de autoridad en el pensamiento renacentista, con la autoridad de los clásicos y como en cierta forma todavía se había mantenido esa idea de autoridad de determinados autores, determinadas corrientes, determinadas líneas de pensamiento, pues ahora se va a entender que no hay autoridad que no se pueda someter a una crítica de la razón. Por lo tanto, el criterio de autoridad deja de ser un criterio válido y lo que tiene que ser el criterio válido es la crítica racional, la justificación racional de lo que se dice. En el plano de la filosofía, en el plano de la filosofía política, en el plano de la ética. Por lo tanto hay una necesidad de fundar esos principios racionalistas que en cierta forma heredan ese legado del racionalismo descarte del siglo XVII pero que le dan un nuevo sesgo todavía un poco más acentuado. También el siglo XVIII es el siglo en el que se produce un cierto comienzo de esa idea de secularización que va a caracterizar al mundo y al pensamiento contemporáneo, esa separación de la esfera religiosa, de la esfera cívica, política y civil. Y que empieza ahora, empieza a través de, por un lado, una reclamación de la tolerancia, lo comentamos un poco el otro día al hablar de Locke, la tolerancia frente versus a la intolerancia que había caracterizado sobreviviente. Sobre todo en el aspecto religioso, pero no solo, el siglo XVII, pues ahora en el XVIII se va a hacer una crítica a esa intolerancia del XVII y se va a pedir una mayor tolerancia religiosa pero también mayor tolerancia de pensamiento. Va a surgir esa idea y esa figura del libre pensador, del que reclama la libertad de conciencia y de pensar de acuerdo únicamente a su propio juicio, a su propia razón. Y también va a haber una crítica, por otro lado, a la religión cristiana, que va a tener dos vertientes. Por un lado, una crítica al formato... ...al formalismo de la religión, dando lugar a las llamadas corrientes deístas que inciden en una especie de religión natural, una fundamentación más simple de la religiosidad. Y por otro lado, directamente, el ateísmo. El ateísmo con autores como Voltaire, que tenéis aquí arriba, que harán una crítica furibunda de la religión católica como irracional, como supersticiosa y, sobre todo también, muy vinculado a este ateísmo, un anticlericalismo. Una crítica al papel de la religión católica, al papel... ...muchas veces más centrado en intereses temporales y no morales, sino religiosos y nada de edificantes de la religión católica en el contexto europeo. Y que entienden además, en estos momentos, a la religión católica y a la religión en general. autores protestantes, como una fuerza que ha oscurecido en cierta forma el pensamiento racional y el pensamiento crítico en la historia de la humanidad. Es una especie de confrontación entre un mundo oscuro en el que está la superstición, la religión, incluso el sentimiento, todos los elementos nacionales y por otro lado otro mundo luminoso caracterizado por la razón, la ciencia y la idea del progreso. Y vinculado a esto también va a haber una cierta idea de cosmopolitismo. Cosmopolitismo que va a estar en la propia naturaleza del movimiento, que va a ser un movimiento paneuropeo, si bien tiene varios centros en algunos países, como por ejemplo Francia o como el caso de Inglaterra, Escocia, de hecho va a ser un movimiento paneuropeo como había sido anteriormente el Renacimiento, pero incluso más paneuropeo porque el Renacimiento había tenido un cergo italinizante que no va a tener en cierta forma la ilustración. Pero junto a este carácter un poco ya del propio movimiento, de las propias conexiones intelectuales de estos autores, está también una mentalidad abiertamente cosmopolita y que plantea una serie de valores universalistas. Frente a esto también está la idea de progreso que ya comentamos ahora brevemente y una noción utilitarista de la razón y sobre todo de la ciencia. La ciencia tras el desarrollo científico, lo que había supuesto en el siglo XVII, ahora los ilustrados entienden que es el momento de poner esos avantes científicos que hasta esos momentos no habían tenido más función que solventar la curiosidad intelectual de los científicos, pues que es el momento de darles una aplicación práctica y ponerlos al servicio de la sociedad y de la humanidad. Entienden por lo tanto que la ciencia es un medio, un instrumento para el desarrollo y el perfeccionamiento y la mejora no sólo de la sociedad de un país concreto, sino incluso de la humanidad en general. De acuerdo con esta idea y la importancia que como resultado de esto tiene la educación van a estar obras como por ejemplo la famosa enciclopedia, la enciclopedia dirigida por D'Alembert y Diderot que fundamentalmente tiene esa idea y esa función de especie de compendio de saber pero planteado siempre como un saber útil precisamente para facilitar el progreso de la humanidad. y en este caso también de Francia, que fue donde se dictó. Y como digo, pues también vinculado a esto un interés pedagógico. Contraponen siempre la razón, la ciencia con la ignorancia y se van a preocupar muchos de los resultados de plantear los primeros programas de alfabetización y la aplicación de una política educativa generalizada que todavía termina y tardará en desarrollarse pero que ya empieza a ser planteada esta necesidad de una educación general para todos los ciudadanos de un país por estos ilustrados. Y lo que comentamos también antes de esa divulgación de saber útil que va a estar ejemplificada palmariamente por la enciclopedia. Y ya sin dilación pasamos a esta galería que tenemos aquí. Voltaire, que ya os he comentado, al lado de Voltaire está Montesquieu. Este señor que tenéis acá abajo es David Hume. Al otro lado está Kant. Y el autor en que nos vamos a centrar hoy que va a ser Rousseau. Rousseau que es un autor peculiar en sí mismo por su propia personalidad. Siempre que doy la introducción, a los autores doy una introducción un poco comentando algunos elementos biográficos del contexto de su época. Pero si hay alguna característica que diferencia esta pequeña introducción que voy a dar ahora de Rousseau de otras introducciones que he dado otros días es el carácter profundamente personal y biográfico en sentido estricto que tiene el autor. Que tiene el contexto de Rousseau. Porque Rousseau es un autor que va a estar caracterizado fundamentalmente por el peso que va a tener la subjetividad, su propio individualismo, su propio carácter y los propios azares de su vida. Rousseau no es francés, a pesar de que se vincula a la ilustración francesa, sino que es suizo. Nace en Suiza. de origen francófono, pero también conocía las otras lenguas de la Confederación Helvética. El contexto de Rousseau va a ser fundamentalmente, y se va a inscribir en ese contexto de la Francia pre-revolucionaria, en la cual hay una crisis general del antiguo régimen, en la que se ve que el mundo moderno ya está con esa sociedad estamental, con esa sociedad rígida, sus principios teocráticos de la política, como la realeza divina, empiezan a entrar un poco en crisis, y además esto, en el caso francés, esta crisis general del antiguo régimen, que se da a finales de la Edad Moderna en toda Europa, en el caso francés coincide con una crisis económica, que además tiene repercusiones sociales y políticas. Empieza a haber un movimiento de crítica muy fuerte en Francia a toda esa tradición heredada de la sociedad del antiguo régimen. Y uno de estos elementos, uno de estos puntales de esta crítica va a ser Rousseau. Rousseau que tiene ciertas características peculiares con respecto a los otros ilustrados, pero que al mismo tiempo va a influir, va a ser tremendamente popular y va a influir no sólo a los intelectuales de la época, sino incluso a los líderes políticos que luego estarán, por ejemplo, detrás de la Revolución francesa. Grupos como, por ejemplo, los jacobinos, que estarán, se sentirán muy inspirados por la saltación que hace la democracia y del gobierno del pueblo. Rousseau, por ejemplo, su obra El contrato social. Al mismo tiempo también es un autor con una vida personal muy compleja, se queda inspirado por un tío. Luego no tiene una estabilidad laboral, más bien es un sableador que va saltando de protector a protector, ejerciendo un cierto parasitismo de sus amigos conocidos y protectores de la nobleza o de la alta burguesía. Y luego tendrá unas complejas relaciones con el resto de los ilustrados. Tanto tendrá relaciones de amistad que al cabo de un tiempo se terminarán convirtiendo en casi ordiosas. Rimos con la mayoría, aparte de los ilustrados que conocerá. Conocerá a Hume, conocerá a los ilustrados franceses, Voltaire, D'Alembert, Diderot... ¿Qué le pedirá incluso Diderot? Que participe. En la enciclopedia, con un capítulo sobre el derecho natural, que entrará en contradicción y lo enemistará precisamente con Diderot por defender posturas diametralmente opuestas a las que había planteado Diderot en otros capítulos de la enciclopedia. Y, por otro lado, también perseguido por el escándalo que generan varias de sus obras, criticadas por antirreligiosas o por atentar contra la moral o contra el orden político. Por lo tanto, va a tener que andar saltando muchas veces de país en país, fingir personalidades, entrar en nueva Francia con nombre ficticio porque está perseguido por la justicia. Una serie de azares muy complicados de su vida que no dejan de estar muy en consonancia con su pensamiento. Es un pensamiento muy caracterizado por la subjetividad, por la emocionalidad y por la vehemencia con que defendía sus posturas. No tanto un pensamiento sistemático, si bien con grandes ideas, ideas bastante, podemos decir que casi geniales, pero que no llegará a desarrollar en tratados sistemáticos como por ejemplo harían autores anteriores como por ejemplo... Es un autor que podemos decir que siempre intenta abarcar mucho, pero al final nunca termina dando nada y sin embargo suelta y deja elementos que van a tener una repercusión muy considerable en el pensamiento y en la sociedad e incluso en la mentalidad posterior. Y en cuanto a las influencias que va a tener Rousseau, va a tener por un lado influencias a la contra, es influenciado por Locke. O por Hobbes, pero sobre todo es influenciado a la contra. Gran parte de lo que vamos a ver en esta tutoría, tanto del discurso sobre la desigualdad de los hombres como sobre el contrato social, está pensado contra las teorías de Locke y de Hobbes. Es más, en el discurso es citado directamente y profusamente Locke y Hobbes como antagonistas de las posturas que se están sosteniendo sobre la propiedad, sobre la desigualdad. En ese tratado, en ese discurso sobre la desigualdad. Y una influencia positiva, aparte de otros autores de la antigüedad clásica como Aristóteles, pero muy decisiva en Platón, sobre todo en el replanteamiento de algunas cuestiones, como por ejemplo la cuestión de la relación entre propiedad y tensiones sociales, pues va a ser Platón. Platón, que va a ser un autor releído y reinterpretado profusamente, aunque no lo siente, se nota la huella platónica de obras sobre todo de la filosofía política de Platón, como La República o también Las Leyes. Y en cuanto a sus obras principales, las que vamos por lo menos en el ámbito de la teoría política, las que vamos a centrarnos hoy, va a ser El discurso sobre los orígenes y fundamentos de la psicología de los hombres. Una obra... Temprana, de 1754, y por otro lado, una obra más tardía y ya, prácticamente, su consagración como teórico-político, que va a ser El contrato social o Los principios de derecho. Hay una diferencia de casi una década entre ambas obras y esto va a marcar incluso una divergencia bastante peculiar en distintas obras. Casi como existieran dos rusos, por un lado el ruso del discurso y por otro lado el ruso del... El contrato y que tienen, parece ser en ocasiones, posturas totalmente divergentes sobre la propiedad o, por ejemplo, el carácter y funciones del Estado. Pero no obstante, hay una cierta continuidad, aunque muy motivada por ese pensamiento un poco exuberante y un poco autocontradictorio que tiene muchas veces Rousseau. Y vamos ahora a hablar brevemente del discurso. El discurso básicamente desarrolla una serie de temas. El tema fundamental es la desigualdad. Y lo va a desarrollar a través de una serie de puntos. Por un lado, se centra en qué tipos de desigualdad hay. Después hace una crítica en base a esto del concepto de Estado-naturaleza, criticando a Locke, pero también fundamentalmente a Hobbes. Y a partir de esto después desarrolla el tema del origen de la desigualdad vinculado a la propiedad. Y vinculado a esto también, y de acuerdo también con esa lógica de vincular la aparición del Estado con la propiedad. Y otras cuestiones de Lockheed Hawks, pues también el origen de la sociedad política, el origen del Estado. Rousseau entiende que hay dos tipos de desigualdad. Por lo tanto entiende que hay una desigualdad natural, que es la que se da por naturaleza en cualquier hombre y que es básicamente una desigualdad por capacidades. No todos sabemos hacer las mismas cosas, no todos nos dan bien las mismas cosas, no todos corremos la misma velocidad, no todos somos capaces de memorizar esto, no todos nos dan igual las matemáticas, por lo tanto hay una diferencia en todos los hombres, cada uno de los hombres es distinto en el tipo de habilidades, características, en el temperamento que tiene. Y esto es una desigualdad natural, que diferencia cada hombre de otro. Muy distinto es el tipo de desigualdades que existen en la sociedad, que son lo que él llama desigualdad política-moral y que son resultado de convenciones sociales. La desigualdad económica, la desigualdad política, la desigualdad política, todo tipo de desigualdades que se dan en sociedades, como por ejemplo que haya esclavos y que haya señores, que haya siervos y nobles, que haya una sociedad dividida en estamentos como ocurría en el antiguo régimen, no son desigualdades que proceden de un origen natural, no están fundadas por naturaleza, al contrario de lo que decían por ejemplo teóricos de la antigüedad como Aristóteles o como algunos teóricos de la media incluso de la edad moderna, no están fundados. Las desigualdades fundadas en naturaleza no tienen un origen natural de desigualdades. La diferencia entre un amo y un esclavo no es resultado de que haya esclavos por naturaleza y señores por naturaleza, simplemente son convenciones resultado de una sociedad, de un tiempo, de una historia. Por lo tanto, si son convenciones, pueden cambiarse, por lo tanto no son algo fijo y que determine necesariamente que el orden social sea ese, que las desigualdades tengan que ser esas y no pueda haber cambios y no pueda haber una cierta... movilidad y variedad. Ello, esta idea de la convención que es muy importante versus naturaleza, que es muy importante en Rousseau, va a ser uno de los elementos que van a tener mucho calado en el pensamiento posterior. Y no digo solo pensamiento político, sino pensamiento en general, porque incluso podemos ver en esto el primer asomo de ese concepto de reactividad cultural que luego tomará un poco las corrientes antropológicas, históricas del romanticismo como bandera y que dará lugar a ese concepto de reactividad cultural con el que trabajamos actualmente las ciencias sociales muy descartacadamente pues la antropología. Y que está en esa contraposición que hace entre convención por un lado y naturaleza ruso. Entendiendo que todas esas desigualdades que se dan en sociedad no tienen un fundamento natural. Si no tienen un fundamento natural, esto lleva al mismo tiempo a plantearse la cuestión de por qué existe la desigualdad. Y para eso Rousseau se retrotrae, un poco haciendo la necesaria crítica a Hobbes y a Locke a ese estado de naturaleza. Ese estado de naturaleza en el cual entendían que Hobbes y Locke que a partir de él se creaba esa desigualdad caracterizada por la propiedad, la aparición de la sociedad civil y para ello va a hacer una crítica de precisamente ese concepto de esta naturaleza que encontramos en los autores anteriores a él. Él tiene un concepto del estado de naturaleza positivo, pero es un concepto positivo muy distinto, por ejemplo, de esa visión positiva que tenía Locke. Él entiende, recuperando un poco el pensamiento de los cínicos, que el ser humano en su estado natural, incluso en el discurso de la desigualdad, lo retrotrae incluso al estado animal, cuando el hombre es más menos social y más animal, por cierta forma todavía está menos corrompido por los vicios de la sociedad y entiende, recuperándose de los cínicos de oponer la naturaleza como algo positivo y la civilización como algo negativo, entiende que el hombre en naturaleza, es un ser pacífico, es un ser que no genera... Puede haber conflictos, pero esos conflictos no tendrán nunca la virulencia que tienen, por ejemplo, en sociedades civiles donde existen intereses creados, como por ejemplo la ambición, el intento de poseer riquezas y toda una serie de cuestiones que acrecientan las pasiones, según Rousseau. Por lo tanto, ese concepto de buen salvaje, del ser humano con una posición positiva de ese salvajismo, se le ha corrompido por la civilización. Cuando aparecen las sociedades complejas, todos los elementos que son naturales, sentimientos inaptos en el ser humano como el que considera la piedad, la piedad que evita precisamente ese conflicto de todos contra todos porque nos hace compadecernos del sufrimiento de los demás y por lo tanto evita que seamos crueles, que seamos ese animal gallino que así cae describido a Hobbes. Pero la piedad se ve corrompida y estos sentimientos morales, innatos, naturales al ser humano se ven corrompidos por la civilización que crea toda una serie de necesidades accesorias que nos van a hacer que deseemos bienes que no necesitamos para la propia supervivencia. Y por lo tanto esto pervierte la naturaleza. Incluso llega a argumentar Rousseau que determinados elementos que en esta naturaleza serían un poco anodinos, como por ejemplo el deseo sexual que es natural en todos los animales y sería natural entre los primeros salvajes, en el estado civil, en el mundo social, en el mundo de la civilización, precisamente por la represión que ejerce la civilización sobre esos deseos, esos instintos, pues se convierten en algo corrompido, depravado y dan lugar a desviaciones que llevan a aberraciones y a comportamientos inmorales. Por lo tanto entiende que lejos de ser la civilización una fuerza moral y el salvajismo un reducto del caos y de la moralidad, sucede lo contrario. El salvajismo es un reducto de una moral más limpia y la moral que se crea en la civilización realmente lo que hace es acrecentar la corrupción de costumbres que existen en el ser humano y pervertir la naturaleza. Por lo tanto esto es una visión totalmente distinta a la de Locke y totalmente distinta a la visión... progresista, esa idea de que el hombre evoluciona a lo largo de la historia progresando a través de la razón y de la ciencia que tenían la mayor parte de los ilustrados de hecho en el discurso llega incluso a hacer una crítica a la propia razón acusando a la racionalidad de pervertir esas ideas esos sentimientos naturales del ser humano y defendiendo que el hombre cuanto más sencillo es su vida pues menos necesita precisamente de la razón y más felicidad eso por un lado, esta naturaleza caracterizado por esta serie de ideas, y de hecho se entiende que cuando Hobbes o Locke transcriben al estado de naturaleza esas características negativas la idea de guerra de todos contra todos esa idea de que todos se pelean por los mismos bienes, lo que están no es describiendo el estado de naturaleza sino describiendo el estado civil trasplantando los defectos del estado civil a un estadio donde no existirían porque no existía esa civilización que había pervertido y dado lugar a estos problemas y por lo tanto, a partir de esto criticado ya el estado de naturaleza a través de esta moralidad moralidad no en el sentido de la moral civilizada, no en el sentido de la moral normas morales rígidas, sino una moral inapta, insintiva de piedad y otros sentimientos que nos hacen compadecernos y sentirnos próximos al resto de los seres humanos y por un lado esa escasez de sociedad primitiva pues también evitaría la escasez de bienes, evitaría también la competencia por los bienes cuantos más bienes tenemos para desear pues más bienes queremos poseer esa es la lógica un poco que está detrás de esta idea de esta crítica del estado de naturaleza como digo, pues esto recupera esa idea de los cínicos del siglo IV que efectivamente contraponían precisamente civilización, naturaleza moralidad inmoralidad y riqueza y austeridad en estos sentidos también en cierta forma como lo hace Rousseau idealizadamente planteando cometiendo a esos salvajes casi en héroes cívicos y hecho ya esto, hecha esta crítica del estado de naturaleza entramos directamente en el problema de cómo surge la propiedad de la seguridad, si este sistema de estado de naturaleza es tan edénico, no se entiende muy bien porque, no se entendería muy bien porque habría una necesidad de trascender el estado de naturaleza y entrar en el estadio civil y él entiende que básicamente esto es un proceso progresivo en el cual se va generando la propiedad la división que tiene la propiedad si miramos un poco la que tiene Locke, la propiedad se va definiendo por lo que dice lo que él llama el derecho del primer poseedor el primero que llega a una tierra que no tiene poseedor, que es Rulium, que no tiene dueño, pues adquiere unos derechos por ocuparla y trabajarla también ese papel de trabajo para apropiarse de la tierra, pero no tan enfatizado como en Locke pero esta propiedad crea conflictos y además de crear conflictos haciéndose un poco de la argumentación anterior con esas críticas a la civilización como corruptora del estadio natural del hombre, también entiende que cuando se crea la propiedad y la propiedad privada, se crea no sólo conflictos por la posesión de ese bien, sino también se corrompe la solidaridad innata de los hombres, porque a partir de ahora la ambición el deseo de poseer cosas empieza a sustituir a esos lazos de solidaridad de compañerismo, de compartir de comunitarios que guiaban un poco la vida del hombre antes de que surgiera la propiedad y por lo tanto aquí ya surgen esos problemas políticos que no obstante, esos problemas de guerra, de enfrentamiento entre los sujetos que Locke y Hobbes definían en ese estado de naturaleza, pero que para Rousseau no es tanto resultado de estado de naturaleza como de una evolución como de un ir dejando ese estado de naturaleza y irse dirigiendo precisamente a un estadio más complejo, socialmente más civilizado. Todos estos males son el defecto de la propiedad y la inseparable comitiva de la desigualdad acierte. A medida que se crea la propiedad también surge la desigualdad. pan de la mano a los dos esto crea ese estado de guerra pero ese estado de guerra que no es un estado de guerra no es un estado primitivo, sino que es resultado de una evolución de la sociedad no está en, como decía Locke en el estado ese en el que los hombres eran prácticamente salvajes y desaparecía cuando formaban ciudades sino que al contrario cuando formaban pueblos, cuando formaban ciudades es precisamente cuando aparecía por sermentar lo que antes era común la propiedad, es cuando aparecen los conflictos y aparece ese estado de guerra y aparecen esos sentimientos negativos fruto de la civilización que dan lugar a ese estado de guerra como son la ambición como son la avaricia y toda esa serie de efectos morales que no estaban en el estado de naturaleza según Locke y por lo tanto la aparición de este estado de guerra lleva a la necesidad de crear el estado, pero contrariamente a lo que defendía Locke y Hobbes que el estado de cierta forma era una fuerza que salvaba a la sociedad y al ser humano y un poco restablecía el orden por lo menos en el discurso Rousseau va a tener una visión profundamente negativa del estado el estado según él no va a ser una institución providente cuya finalidad es mantener la seguridad y libertad de todos como principal función sino que va a ser sobre todo un instrumento que van a utilizar los ricos, los poderosos los que se han convertido en superiores a los demás a través de enajenarles la propiedad de lo que antes era común, van a utilizarlo para justificar y defender sus privilegios y por lo tanto el estado es un instrumento que justifica y consolida la desigualdad de hecho lo despreza en este texto bastante claramente el rico no tenía nada con que defender legítimamente legalmente que eso era suyo realmente lo que había hecho era apropiarse a algo que no le pertenecía nada más que por esa acto de apropiación Y además estaba expuesto a que a otros se lo arrebataran. Y en vista de que no podía mantener su seguridad, lo que hizo fue engañar a la comunidad, a los que antes eran, la comunidad que no existía, a los otros individuos que formaban un poco ese grupo humano y convencerlos de que debían de crear un Estado, que debían de ceder su capacidad de ejercer la violencia para crear una institución que los defendiera y los protegiera a todos por igual. Pero esa institución realmente, según Rousseau, es la gran mentira. Es la institución que promete la libertad e igualdad, pero realmente lo que está prometiendo es mantener ese orden vigente, esa desigualdad, esa propiedad y realmente no es una liberación sino que es una forma de consolidar una esclavitud que se desarrolla en estos momentos. Por lo tanto, las leyes del Estado son vistas como justificaciones últimas de la propiedad. Pero no en un sentido positivo, como lo veía Locke, sino negativo, porque justifica en cierta forma la opresión, la desigualdad y por lo tanto limitan la libertad del ser humano. No obstante, en otros momentos del Tratado de la Desigualdad Social, Rousseau entenderá que obviamente sería muy extraña la idea de que los hombres adoptaran una forma de organización política como es el Estado que directamente les quitará, les privara la libertad. en los nobles y los no nobles, que tienen estatus jurídico, legal y privilegios distintos. Y finalmente, cuando se crea el Estado absolutista, lo que se crea es una sociedad dirigida por un poder arbitrario que directamente defiende la desigualdad más descarnada a vida y por hambre, que es precisamente la sociedad de su época. Por lo tanto, desde esos primeros estadios incipientes del Estado de la sociedad de su época hay una degradación que, no obstante, estaba implícita en las premisas con las que las clases poderosas o pudientes, mejor dicho, habían creado inicialmente el Estado a costa de sus congéneres. Bueno, esto va a contrastar, como digo, y casi podemos hablar de un ruso uno y un ruso dos, con la teoría que va a tener sobre el Estado en el contrato social. El contrato social, nuevamente se plantea una crítica al Estado natural, hace desigualdad, con argumentos similares a los del discurso sobre la desigualdad de los hombres. Por lo tanto, no nos vamos a centrar mucho en esto. Y nos va a interesar un poco más su teoría del Estado, que básicamente se va a centrar en, por un lado, la idea del contrato social y cómo va a entender, cómo va a reinterpretar, incluso contra sí mismo, Rousseau esta idea de Estado y de sociedad política. Y el peso que va a dar a la soberanía popular, materializada a través de la voluntad general, y el problema que va a generar esto con respecto a cómo entender el gobierno y las funciones y características que tiene el gobierno con respecto a la soberanía popular al pueblo. Y ello le va a llevar a plantear una visión política que tiende hacia sistemas democráticos. Reconoce que hay una diversidad de sistemas políticos posibles, que no hay un sistema político que sea perfecto para cualquier caso, que todos deben adaptarse a la historia, a los caracteres físicos, ecológicos, climáticos, de cada ámbito, de cada país, de cada región, que por lo tanto, incluso a la demografía y a la productividad de cada región, y por lo tanto, hay unos sistemas políticos aptos para unas regiones del mundo y otros para otras. No hay un sistema político que funcione perfectamente en todos, pero sí que va a entender que el sistema político, por ser más legítimo, es un sistema democrático. Y además, como lo decía, tiene, como veremos, un sistema de democracia directa, en el que el pueblo participe directamente de la toma de decisiones en las asambleas. Con los problemas que va a llevar aparejado esto, de las ambigüedades de cómo implementar una participación democrática directa en grandes estados u otras cuestiones que veremos, como por ejemplo la contraposición que establece, curiosamente, entre la voluntad general, esa voluntad que es representativa de la soberanía popular y, por otro lado, la mayoría que a veces, según él, puede no representar el bien general, el bien común, la voluntad de todos. Sino la voluntad de unos grupos o facciones. He creado el Estado, el Estado tal como había sido hasta esos momentos, pero no olvidemos que el Estado y la sociedad son resultados de convenciones y, por lo tanto, pueden cambiar. No son verdades naturales e inmutables. Y lo que está definiendo en el contrato social es, en cierta forma, la posibilidad de un contrato social, de un gobierno, de un Estado, que fuera legítimo. Que sí fuera legítimo por contraposición, en cierta forma, al Estado. Con ciertos dejes de ilegitimidad por su función opresiva, aunque encubierta, que describía en el discurso de la desigualdad de los hombres. Y es una lectura que posiblemente tenga algo de visos de razón, aunque, obviamente, durante estos diez años, pues, el pensamiento de Rousseau ha cambiado también mucho en su forma de entender la sociedad. Y, en cierta forma, también se ha moderado. En cierta forma, es más radical en sus presupuestos y en sus críticas del discurso. Vuelve esa contraposición entre la desigualdad natural y la desigualdad política, en este caso no de la desigualdad política sino la desigualdad política diciendo que la desigualdad que tienen por naturaleza todos los hombres con distintas habilidades, distintas características es compensada por esa igualdad política moral que aporta el contrato social, que aporta la vida en sociedad, que aporta la vida en una sociedad política. Estas desigualdades naturales nunca se convierten en otra cosa, nunca derivan en otra cosa porque el contrato social, por lo menos es legítimo, establece una igualdad social, política, legal entre los ciudadanos que anula esas divergencias de los individuos. Los individuos por sus propias características, habilidades y caracteres. Y otro elemento curioso, garantiza la prosperidad. En estos momentos Rousseau no tiene una visión tan profundamente negativa de la propiedad como la que tenía en el discurso de esto, pero tampoco obviamente es un defensor abanaletre como Locke de las bondades de la propiedad y de los propietarios como ejemplo incluso moral. No, Rousseau entiende, tal vez influenciado por pensadores de antigüedad como Aristóteles. Entiende que la propiedad no se puede eliminar, tiene que existir la propiedad, pero al mismo tiempo entiende que hay que existir, tiene que existir un equilibrio. Que no pueda haber una desigualdad, la propiedad va a establecer una desigualdad necesariamente, pero esa desigualdad debe tener unos ciertos límites. Nunca debe ser tal que los ricos puedan someter y obligar a determinadas cosas a los pobres, convirtiendo así a los pobres en esclavos. Es decir, cuando la riqueza es la divergencia de riqueza entre el más rico y el más pobre es tal que el más rico puede presionar, puede chantajear económicamente al pobre, eso directamente contradice el derecho a la igualdad. No hay igualdad. No hay libertad, perdón, donde dice el derecho a la libertad. No hay libertad plena si no hay una cierta igualdad social. Igualdad social y no sólo legal, sino también social y económica. Y los excesos en la desigualdad en el acceso a la propiedad atentan directamente contra ese relativo igualitarismo, ese equilibrio social y por lo tanto son perjudiciales no sólo para los propios que lo sufren sino para la sociedad en su conjunto. Por lo tanto es partidario de una cierta nivelación, de un cierto equilibrio en la riqueza. En esto concuerda por ejemplo con corrientes políticas que existen en esa época como por ejemplo en Inglaterra los llamados levelers que pretenden establecer límites a la riqueza y al enriquecimiento incluso favorecer a las clases más pobres y restaurar un cierto equilibrio social. Level en inglés significa nivel y los levels son los nivelares. Los nivelares pretendían una nivelación social, una eliminación de la riqueza en Inglaterra. Bueno pues junto a estas ideas nuevamente entiende que estos derechos que coinciden con los derechos que defendía Locke como resultado de ese estado de naturaleza, como resultado de la propia naturaleza humana, la libertad, la igualdad, la propiedad. Entiende por el contrario que no son resultado de un derecho natural, de un juicio natural sino que volviendo a esa idea de naturaleza de sus convenciones entiende que son resultado de un juicio natural. De una convención, de una convención construida socialmente. Por lo tanto la libertad, la igualdad y la propiedad surgen cuando surge la sociedad política que crea esas convenciones sociales que son, esas ideas convencionales que fundamentan estos derechos en la sociedad política. Por lo tanto aquí hace una segunda lectura Rousseau. Si esos derechos del individuo no son naturales. No que son sociales y convencionales. Por lo tanto el individuo carece de derechos si no es miembro de una sociedad. Por lo tanto, el individuo, al contrario que en Locke, no tiene a priori, no preexisten esos derechos del individuo antes de la sociedad, sino que esos derechos del individuo son posteriores a la creación de la sociedad. Por lo tanto, la propia idea de individuo, de ciudadano, de persona social tal y como la entendemos, no puede entenderse, no puede definirse independientemente de la comunidad. Por lo tanto, el individuo tiene que estar siempre superjetado en cierta forma a una comunidad que es la que le da sentido, le da entidad como ciudadano y como miembro de esa sociedad política. Es por lo tanto una visión totalmente distinta y totalmente antagónica. Por ejemplo, la que tenía Locke, como ya comentamos. Y ello le lleva a plantear, bueno aquí tenéis un texto de Tuchart, unos libros que citan en la biografía como básicos, y este párrafo hace una contraposición precisamente entre lo que entiende Rousseau y lo que entiende Locke por libertad. Mientras que para Locke es ese derecho innato anterior a la sociedad, en cambio la libertad para Rousseau es un derecho social conseguido. Y de hecho es una de las cosas que en cierta forma no persisten, sino que incluso tienen que construirse a través de una sociedad más igualitaria, más justa. La base del contrato social es la idea de soberanía popular. La idea de soberanía popular que no es originaria de Rousseau, que la hemos visto en Locke, la hemos visto en Hobbes, está ya en pensadores de la antigüedad, está en pensadores medievales. Pero ahora con Rousseau va a adquirir un nuevo significado. Rousseau va a definir, va a hacer una equivalencia entre tres términos. Estado, soberano, que para él no va a significar como el uso corriente que le daban Locke o Hobbes, monarca, sino que va a ser sinónimo de estado y pueblo. El pueblo es igual, cuando veáis en los textos de Rousseau que habla del soberano está hablando del pueblo. Como sujeto político. y el Estado como la manifestación de ese sujeto político que es el pueblo. Cuando el pueblo se constituye, cuando los seres humanos se constituyen en pueblo y ese pueblo se constituye en comunidad política, eso es un Estado. Y el pueblo, en tanto que agente político, que tiene capacidad de actuar y tomar sus decisiones a través de las leyes, a través de su voluntad popular, es soberano, tiene poder de soberanía, de crear las leyes, de ser legislador. Y aquí se plantea un concepto importante que va a ser el que va a vincular esta idea de equivalencia entre Estado, soberano y pueblo, que es la idea de voluntad general. La voluntad general de la cual emanan, según Rousseau, las leyes. Las leyes solo son legítimas si son resultado de la voluntad del pueblo en su conjunto como tal soberano que es de sí mismo. Ello le lleva, por ejemplo, también a reformular el concepto de subidiofuncionadano. Subidiofuncionadano. Subidiofuncionadano, escrito según Rousseau, es el mismo individuo pero en momentos distintos. En cuanto que participa políticamente de forma activa, es ciudadano, es ciudadano que decide sobre las leyes, que vota las leyes, que aprueba las leyes o que las veta. Y en cuanto que sujeto pasivo que acepta la legalidad de esas leyes, que se somete a ellas, que las obedece y que obedece a ellas, ese orden social y político es súbdito, el mismo sujeto. Pero el mismo sujeto es parte de ese pueblo que es también soberano y que es también el Estado. La voluntad general va a ser importante y es curioso que va a haber una contraprocesión constante entre la voluntad general y la voluntad particular. Casi planteado en términos de interés solidario altruista de toda la comunidad versus voluntad particular egoísta, intereses particulares privados, y individuales. Y al mismo tiempo esto va a llegar, no se va a quedar simplemente en una contraposición entre el individuo y la generalidad, entre la voluntad. del pueblo y la voluntad del individuo sino que va a dar lugar una contraposición entre el interés general y el interés particular y aquí diríamos, bueno, pues el interés particular es también el interés de un individuo y el interés general es el interés de todo el pueblo pues no, porque Rousseau entiende que en ocasiones la voluntad mayoritaria del pueblo puede no representar ese interés general el interés que mira hacia lo que es bueno para el conjunto de la comunidad, sino que puede expresar un interés particular, lo que interesa a un grupo, lo que interesa a una facción política esa idea de los partidos, las facciones políticas como alteradoras de la voluntad popular creando estados de opinión en la mayoría que hacen que la mayoría no mire a sus intereses generales sino al interés particular que defiende esa facción por lo tanto establece una contraposición a partir de esta idea de interés general versus interés particular entre la voluntad general y la voluntad de todos él dice que la voluntad general es siempre la voluntad de todos pero la voluntad de todos no siempre es la voluntad general porque puede ser una mayoría que simplemente está mirando por fines partidistas particulares y él entiende esto es un pequeño problema porque si la voluntad general se expresa a través del pueblo y de hecho el pueblo puede no, la voluntad general puede no coincidir con la mayoría aquí tenemos un pequeño problema de cómo definir y cómo debe actuar esta voluntad general porque si se puede ver afectada por partidos y alterar al pueblo creando una mayoría que opina en términos, que van contra el interés del propio pueblo pues esto supone una antimonía muy importante en la teoría rusa que lo intentará salvar pues ya veremos un poco más adelante pero que no dejará del todo bien resuelta la verdad bueno, la soberanía definía soberanía como soberanía popular y el soberano era con lo que comentamos antes, el pueblo y en tanto que comunidad política se denominaba Estado lo curioso es cuando Rousseau define las características que tiene este atributo del pueblo como soberano que es la soberanía ¿Por qué lo va a definir? Cogiendo algunos de los elementos que aplicaban los teóricos del absolutismo precisamente al soberano entendido como monarca. Es decir, es inalienable, es indivisible y otro elemento un poco peculiar que es infalible. Que está un poco más implícito en autores como Hobbes, esa idea de que el soberano mira siempre por bien del pueblo, aunque en ocasiones puede no mirar por bien del pueblo, pero en todo caso habrá que aceptarlo porque el mar mayor de desobedecer al soberano suele ser peor que la obediencia a un soberano injusto. Y ahora veremos un poco en qué van a circular estas cosas. Porque la concepción de inalienable, al ser aplicada al soberano igual a monarca... ...si no al soberano igual a pueblo, va a tener unas características peculiares que van a afectar a otros elementos de la teoría política de Rousseau. Y ahora vamos a explicar un poco más en detalle. La soberanía es inalienable. Por lo tanto, además hay un elemento peculiar. Entiende Rousseau que la comunidad, el pueblo, solo puede ser comunidad política si tiene la soberanía. En el momento que renuncia a ese poder soberano, deja de ser sujeto político. Deja de ser pueblo, deja de ser comunidad. Deja de ser comunidad política, deja de ser estado. Y se convierte simplemente en un conjunto de seres humanos supeditados a otros. En el momento en que un pueblo se somete a un monarca absoluto y acepta ceder la soberanía a un monarca absoluto... ...deja de ser pueblo y se convierte en esclavos del soberano absoluto. Esa idea es un poco interesante. Interesante pero que está en otros anteriores. Por ejemplo, tiene la Boétie en su Tratado de la Serviduría Voluntaria. Precisamente defendía de forma un poco más laxa cosas similares a las que... ...a esta idea que tenemos aquí en Rousseau. Esto da lugar a un segundo elemento bastante peculiar. Si el pueblo no puede alienar la soberanía, incluso a Rousseau a veces lo plantea de manera de... ...la voluntad general o es voluntad general o es voluntad particular. Y si es voluntad particular no puede ser voluntad general. Por lo tanto, no puede subdividirse, no puede cederse a otro. No tiene que ser siempre ejercida por su titular que es el pueblo. Y si el pueblo no le renuncia a ella, deja de ser pueblo, deja de ser comunidad política y se convierte simplemente en esclavos de un poder superior. Pero esto tiene un colorario que es el hecho de que, si no puede ser nada, de hecho la soberanía no puede ser representada. El pueblo no puede tener representantes en los que delegue su soberanía. Por lo tanto, los diputados, según parlamento, según Rousseau, no son representantes del pueblo y no pueden ser representantes del pueblo. Porque el pueblo no puede ceder en ello la soberanía, tiene que ejercerla directamente. Ya veremos un poco después cómo entiende Rousseau el ejercicio de esta soberanía. Y por otro lado también es indivisible. Y aquí podríamos plantear, indivisible, pero Locke planteaba una división de poderes en ejecutivo, legislativo y judicial. El poder. Perdón, y federativo, y Montesquieu en ejecutivo, legislativo y judicial. Pero lo que argumenta Rousseau, que se basa mucho en esta idea de poder ejecutivo, poder legislativo, el poder legislativo es el pueblo soberano, el poder ejecutivo, como veremos, es el gobierno. El gobierno que sí que son representantes del pueblo, peculiarmente. Pero que no tiene la soberanía. El gobierno no tiene la soberanía. El que tiene la soberanía es el legislativo, que es el pueblo, que es el Estado, y el gobierno. Es un representante que tiene el poder de aplicar esa soberanía, a través de garantizar el seguimiento de las leyes. Bueno, me he adelantado. Subordinación de poderes. Él entiende que la división de poderes no es división de poderes, no se divide la soberanía, sino lo que hay es una subordinación de poderes. Cada uno de los poderes solo son funciones diversas de esa misma soberanía y, de hecho, están supeditados. El legislativo es el poder supremo. Y el ejecutivo... El ejecutivo y el judicial, todos los demás poderes, están supeditados a ese poder supremo, soberano, que es el legislativo, que es el pueblo. Y aquí tenemos un texto en el que se explica claramente esto ruso. Vamos a pasar un poco más rápido, porque ya nos queda poco tiempo. Aquí, un texto sobre esta división de poderes. No es una división de poderes, el poder no se divide, solo se divide la ejecución de ese poder en el Ejecutivo a través de los tribunales, la ejecución del castigo de esas leyes. Y aquí se plantea, como digo, el poder del gobierno, el problema del gobierno. Porque si la soberanía no puede ser representada y por lo tanto el pueblo no puede tener representantes diputados, ¿cómo entendemos el gobierno? Pues peculiarmente entiende Rousseau que el legislativo no se representa, no tiene representación porque es la voluntad popular, es lo que define ese poder soberano que es la voluntad de la comunidad. Es la voluntad política, pero el Ejecutivo, que es un órgano en cierta forma delegado, encargado por la comunidad para establecer una serie de funciones, ejecutar una serie de funciones, sí puede ser representado. Y de hecho entiende que debe de ser representado, de estar formado por representantes del pueblo. Por contraposición en lo que ocurre en los estados absolutistas donde el Ejecutivo no es representante del pueblo, simplemente es un monarca por línea delictaria. Por lo tanto no es legítimo una crítica del poder absoluto. Y tiene la representación pero no tiene la soberanía. Lo que tiene es un poder de ejecución de esa voluntad popular, de esa soberanía que se muestra a través de las leyes. Por lo tanto entiende en contra de Hobbes que el gobierno, el gobernante, no es establecido por un pacto social. Lo que se establece por el pacto social es la propia comunidad política. Pero el gobierno, el que se ocupa de las funciones de gobierno, de la función ejecutiva en una sociedad, no adquiere su poder por el pacto social. No, hay un pacto en el cual los súbditos, los ciudadanos se comprometen a obedecer a su jefe y el jefe se compromete a defender y proteger a sus ciudadanos. No existe ese pacto. Ese único pacto es un pacto de los propios ciudadanos consigo mismos y con la comunidad. El pacto que quiera la comunidad. Pero ese instrumento delegado de la comunidad que es el gobierno no ha resultado de ese pacto original sino que deriva, precisamente está subordinado, a la creación de esa entidad política. Por lo tanto, el poder ejecutivo siempre tiene que estar supeditado a ese poder supremo, al igual que decía Locke, que es el legislativo. Y el legislativo, el Estado, el soberano, es el concepto de Rousseau, contra Locke, el pueblo. Y aquí se plantea el problema, cuando vemos estas características indivisibles y inalienables, bueno, hasta aquí la cosa va bien. Pero cuando se plantea el problema de la infalibilidad. Infalibilidad casi no suele más a esa infalibilidad de los papas, esa infalibilidad en cuestiones religiosas que en cuestiones políticas. Aunque Hodge también comentaba, y Godín también comentaba muchas veces, que el soberano tenderá siempre a mantener la justicia, a obrar por el bien del pueblo y todo eso. Bueno. Plante también la necesidad y la idea de que puede haber tiranos, puede haber gobernantes injustos. Y aquí está el problema, la infalibilidad. Rousseau defiende, y además lo defiende de una forma bastante transactiva, que la comunidad, cuando está guiada por la voluntad general, que mira siempre hacia el interés general, nunca puede equivocarse. Nunca puede equivocarse. Y ahí tenemos el problema. Cuando vimos antes la contraposición entre la voluntad general y la voluntad de todos, barra. Voluntad de la mayoría, aquí tenemos un problema. ¿Por qué? ¿Cómo definimos cuál es la voluntad general si una mayoría está en contra precisamente de ese interés común que defendería la voluntad general? Una solución que va a plantear Rousseau es que debe tenderse siempre a la unanimidad. No tanto a buscar la mayoría como a la unanimidad. Pero entiende también que esto no siempre es posible. Va a utilizar un argumento aristotélico en este sentido. Él entiende que los partidos, las facciones... Lo que hacen es corromper, engañar y transmitir información equivocada al pueblo. Por lo tanto, engañarlo. Y el resultado de eso, el pueblo hierra en el camino de encontrar esos intereses generales, esa voluntad, esos intereses generales que son lo que le beneficia. Pero que si el pueblo estuviera bien informado, si tuviera toda la información necesaria y correcta, y se dejaran a los particulares, cada uno por su... con sus propios intereses individuales. Estos intereses individuales, como decía Aristóteles, cuando se juntan, ponía el ejemplo de los tribunales, cuando se juntan, se anulan entre ellos. Y de esta anulación mutua de los intereses particulares de cada individuo surgiría en el medio de esta anulación general de intereses particulares un mínimo común denominador que sería ese interés general, esa voluntad general. Ese argumento, como digo, pues está copiado directamente de la política de Aristóteles. Pero, de todas formas, se plantea el problema, en este sentido, a pesar de esto, de cómo monetarizar esa voluntad general que sigue siendo un ente muy abstracto. ¿Quiénes son los que saben cuál es la voluntad general? Eso será un problema bastante candente en la política. Nosotros los españoles, cuando un país... El dirigente de un partido político dice, nosotros los españoles, ¿cómo sabe ese dirigente de ese partido político que lo que él opina coincide con el resto de los españoles? Esa idea de ser intérprete de la voluntad general. ¿Y cómo se materializa, por lo tanto, cómo se puede materializar esta voluntad general? Rousseau va a dar una respuesta un poco peculiar en un párrafo en el cual dirá que hay una súbita, un extraño proceso de una súbita conversión de la soberanía en democracia. Por lo tanto, la alternativa que presenta... La alternativa que presenta Rousseau para ejercer, para caracterizar, para que se haga presente esta soberanía popular, esta voluntad general, es la democracia. Y además una democracia entendida en sentido etimológico y radical. Una democracia a la manera antigua. Una democracia directa, en la que todo el pueblo se reúna en asamblea y decida votar lo que considera. Por lo tanto, basada en la imagen de las asambleas de las ciudades antiguas, tanto el mundo de la democracia ateniense como de los comicios y otras asambleas legislativas y deliberativas de Roma... Pero también una idealización de las ciudades suizas, con su sistema de comunas, que también tiene a veces ese papel dentro de las comunas capitales de un cantón, hay muchas veces ese papel de comunidad que se reúne en asamblea y decide votar una determinada cuestión importante, que también está presente en la política suiza, y que es idealizado, de cierta forma, por Rousseau. Mezclado todo esto, además, con visiones primitivistas, y con casi hablar de una primitiva democracia en la cual los pueblos más sencillos, sin especial conocimiento de teoría política, de ningún refinamiento ni rechuletiza cultural, simplemente sentados, como dice aquí, bajo una escena, decidían las cuestiones por el bien de la comunidad y nunca, nunca se equivocaban. Casi volviendo a esa idea del huel salvaje. El buen salvaje demócrata de Rousseau. Obviamente, una cuestión que ve el propio Rousseau y que intenta responder es el hecho de que esto vale, obviamente, para comunidades pequeñas. Para núcleos rurales, pequeñas comunidades campesinas que tienen este sistema de consejo abierto, ciudades-estado, las ciudades suizas, pero no para estados grandes, no estados de gran tamaño, y obviamente no para imperios. Obviamente, Rousseau se hace eco de esto y dice, bueno, sí, obviamente, esto es difícilmente aplicable a territorios grandes. Y plantea varias posibilidades. La posibilidad de aplicar esto a territorios grandes sería, partiendo la pequeña comunidad de la ciudad, que se estableciera una subordinación en el que unas ciudades se subordinaran a otras jerárquicamente. Rousseau va a entender que esto no es bueno, porque, de hecho... El pacto social que se establece en una ciudad es un pacto que da lugar a ese vínculo, a esa comunidad política. Y, de hecho, si una comunidad política se subordina a otra comunidad política, deja de ser, en la lógica de que un pueblo no puede anajenar su soberanía, deja de ser comunidad política y se convierte simplemente en una comunidad que es esclava subordinada a otra. Por lo tanto, esto, según Rousseau, no sería apropiado, porque vulneraría el pacto social. Entonces lo que plantea es la posibilidad de que hubiera una federación más o menos laxa de ciudades, poniendo un poco la imagen de lo que era en esos momentos la confederación helvética suiza, que era un conjunto de ciudades-estado, cantones, pero que en esos momentos de su historia, en edad moderna, suiza todavía no tenía un gobierno central, unas instituciones centralizadas, sino que cada una de esas ciudades tenía su propia autonomía, casi eran ciudades-estado independientes. Y estaban unidas en una serie de lazos, sobre todo de alianza militar contra sus vecinos, pero no tenían mayores instituciones cómodas. Y puede que tal vez esté detrás de esto ese modelo casi federativo que plantea Rousseau. Para estados grandes, estados como Francia, pues alternativa, que no exista una capital, porque si existe una capital va a existir un centro que va a jerarquizar, que va a convertir en subordinados a otros territorios. Y una alternativa, pues sería volver a esas capitales italianas. Y una alternativa, pues sería volver a esas capitales itinerantes del antiguo régimen, perdón, de la Edad Media, en la que no existía una capital, sino que la corte, la capital iba moviéndose prácticamente con el rey, con el propio gobierno y se iba estableciendo una ciudad u otra. Eso era también el sistema que todavía en esos momentos tenía, por ejemplo, el Sacro Imperio Romano Germánico, que era un sistema de una confederación de estados internacionados, con unas instituciones sí centrales e imperiales, pero en la cual no había una capital. Y la dieta, el parlamento de todo el imperio se convocaba y se reunía alternativamente en distintas ciudades del imperio. Podían reunirse en Bors, en Habsburgo, en Espira, pero nunca tenía una ciudad fija, una capital donde se reunía. Y plantea de nuevo esa itineraridad en las ciudades. Con lo cual, plantea un sistema, podríamos decir que es centralizado y vagamente federalista, que... ...no tiene muchos visos de poderse aplicar a casos de su época como Francia. Y, bueno, características generales. Lo que caracteriza básicamente el pensamiento de Rousseau, aparte de sus ideas en cierta forma muchas veces geniales y luminosas... Es, por un lado, la propia carácter profundamente individualista, subjetiva y emotiva de su pensamiento y de su forma de escribir, incluso de su expresión literaria que es muy emotiva. Adá se mete el mucho en la defensa de sus propios argumentos y esa pasión se nota en el texto. Y ello, esa emotividad que desbordaba los textos de Rousseau, esa expresividad sentimental, va a influir, hace que sea un autor muy leído y que va a influenciar mucho en su época. Pero al mismo tiempo también es, de acuerdo con esto, es un autor marcado por una serie de... Es un autor profundamente individualista, casi podríamos decir que misántropo, opuesto a la sociedad, a las convenciones sociales, no se siente a gusto en ningún sitio, en ningún lugar de Europa. Pero al mismo tiempo es un autor que, precisamente, tal vez para compensar ese profundo y prácticamente patológico individualismo, va, en su obra El Contrato, a hacer una idealización de la comunidad y de los vínculos comunitarios muy casi hiperbólica. Y por otro lado también hay que entender que su pensamiento es un pensamiento muy poco sistemático, no va a establecer grandes tratados perfectamente ordenados, sino que va a dejar grandes fogonazos teóricos, el cual a veces va a desarrollar ideas un poco ordenadamente, pero que no va a llegar nunca a desarrollar de una manera más programática. Y sobre todo heterodoxo, contradiciendo muchas veces los postulados del propio movimiento en el cual se inscribe, criticando la razón. Incluso acusando la razón de pervertir la naturaleza humana, criticando la civilización, criticando la propia idea de progreso. Y siendo un autor que se inscribe dentro de esa ilustración, de ese pensamiento político-liberal, entre corrientes un poco más radicales del liberalismo, va a incluso chocar con elementos de la ideología política-liberal como van a ser la propiedad o el sistema representativo. Siempre con matices, a veces atacará más a la propiedad y otras veces estará más afuera de ella. Y por otro lado también esta enorme diversidad de posturas que podemos ejemplificar entre esos dos teóricos políticos, uno y dos, que encontramos en el discurso y en el contrato, va a estar llena también de contradicciones internas, incluso dentro de una misma obra, y va sobre todo a tener grandes ambigüedades. Amigüedades, por ejemplo, con las que señalamos de cómo podía materializarse esa soberanía, de cómo se concretaba la voluntad popular, todas esas ambigüedades que deja un poco en el tintero Rousseau y que van a favorecer que se den, precisamente por esa ambigüedad de lectura, muchas lecturas muy diversas. Que va a dar lugar a que sea reinterpretado por gran cantidad de corrientes de pensamiento a lo largo de la historia europea. La idea de democracia, por ejemplo, va a influenciar muy directamente a los... ...de jacobinos, que eran demócratas radicales. Pero estos elementos de la teoría de Rousseau, como por ejemplo el federalismo, no, desde luego, no van a estar en el ideario centralista de los jacobinos. Y también va a influenciar a un liberalismo posterior de signo radical. Sobre todo, cuando digo liberalismo radical, hay que entender liberalismo a favor del sufragio universal, a favor de lo que luego llamaremos democracia. Que no es la democracia directa de Rousseau, sino es una democracia representativa, pero con sufragio universal. Y la importancia del sentimiento va a influenciar directamente al romanticismo. Se puede decir que es uno de los primeros precursores del romanticismo, con esta idea de saltación del sentimiento, de la emoción sobre la razón. Aunque en ello no está aislado de otros autores de la época, como por ejemplo pueden ser Hume o por ejemplo Adam Smith. Que dan también un cierto papel a los sentimientos, entendiendo que la razón no puede motivar la conducta. Al igual que decía Hobbes, la razón no puede obligar a la gente a hacer algo. Simplemente por algún motivo. En los argumentos racionales no nos movemos a actuar. No nos movemos a actuar cuando también hay unos argumentos que nos tocan sentimentalmente y que nos hacen actuar, nos motivan para actuarnos simplemente a calcular la utilidad de ese acto o de otro. Y la propia idea de represión de los instintos que también desarrolla en el discurso va a tener tantas... prolongaciones como por ejemplo influenciar esa teoría de la represión de Freud que ya en el XIX pues recupera algunos elementos de esa idea de que la sociedad pervierte un poco esos instintos naturales del ser humano, así que podemos decir que el malestar de la cultura ya está prefigurado un poco en el discurso de Rousseau y por otro lado el peso de la comunidad persos, individuos que se ve muy fuerte en el en el contrato social va a estar en conjunción muy claramente con este movimiento que también se desarrolle a partir de el rozmanticismo como es el nacionalismo y también del idealismo que intentará armonizar esas ideas de razón sentimiento y al mismo tiempo de pueblo en una cierta lectura única pero también se ha intentado leer esta primacia de la comunidad, su individuo de Rousseau como una especie de precedente de ideologías totalitarias, lo cual tal vez a Rousseau no le gustaría demasiado ni estaría demasiado de acuerdo. Otras influencias pues en el pensamiento anarquista y socialista, sobre todo el discurso el discurso más que el contrato social el discurso con esa idea de la propiedad vinculada a desigualdad y sobre todo esa idea del Estado como instrumento, como arma de los poderosos para oprimir a los pobres y para establecer y justificar, dar carta naturaleza a esa desigualdad social. Y por otro lado incluso dejar un poco más en concreto dentro del anarquismo ya desgajado de esos elementos comunes a los socialistas marxistas y a los anarquistas, esa idea en el ensamblarismo y en ese énfasis en la comunidad pequeña, incluso con esa idea de federalismo de pequeñas comunidades, pues también tiene un cierto parecido con la idea que tienen los anarquistas de pequeña comunidad asamblearia que se haría con otras comunidades libremente. Por lo tanto podéis ver la diversidad de interpretaciones y de influencias que va a tener Rousseau en todo el pensamiento político y en el pensamiento en general posterior. Con lo cual dejamos aquí cerrada la ilustración y el próximo día ya continuaremos o bien con el idealismo o bien entraremos ya en el liberalismo y las reacciones a la revolución francesa. Continuamos el próximo día después de la vacación de Semana Santa y del puente de Chamorro que continúa el lunes siguiente de Semana Santa. Por lo tanto dentro de dos semanas nos volveremos a ver continuando con el...