Bueno, pues ya se está grabando. Pues nada, como decía, nos habíamos quedado por el tema 6, en la tristeza, pero si tenéis alguna otra duda, otra cosa sobre lo que ya hayamos visto, pues nada, si no, seguimos, acabamos el tema 6 y si queréis hacemos algunas preguntillas de examen y pasamos al tema 7. 7, ¿vale? Recuerdo que la semana que viene es la tutoría dedicada a las PECs, ¿de acuerdo? El día 22 de abril, tutoría dedicada a las PECs. Luego nos quedará muy poquito, nos quedará ya simplemente repasar, o sea, ver los temas 8 y 9 y repasar. Vamos a ver, voy a compartir el navegador. Esto es. A ver si se ve bien. Estoy teniendo problemas con el teclado. Vale, bien, se ve. Pues nada, entonces seguimos con la tristeza. Recuerdo que lo habíamos dejado, como dijimos, un poco de bajón. Pues seguimos aquí. Vamos a ver. Creo que andábamos así como por afrontamiento. ¿Qué es lo que hacemos cuando... Cuando nos sentimos tristes, ¿no? Bueno, pues retraimiento, lógicamente, nos resguardamos, por así decir. Tenemos menos relaciones. Moderación funcional quiere decir que no derrochamos demasiada energía, sino que la regulamos. Y bueno, impacto social como, por ejemplo, pedir ayuda, ¿no? Eso sería lo que hacemos. La medida, pues aparte de estas dos escalas que ya sabemos que tratan sobre la expresión facial, luego hay escalas, dice, de afecto positivo. Negativo, cuestionario, de muchos tipos, por ejemplo, relativos a la depresión. Y por último, consecuencias. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Qué efectos tiene la tristeza? Por un lado, le prestamos menos atención al ambiente y, por así decir, nos miramos más a nosotros mismos. Hacemos más introspección, ¿no? Se reduce la flexibilidad cognitiva. Hacemos juicios más estereotipados. Acordaros que cuando hablábamos de la alegría era al contrario. Como que había mayor flexibilidad y hacíamos asociaciones entre conceptos, por ejemplo, más novedosos. Bueno, pues es la tristeza al revés. Con respecto a la creatividad, el libro dice que reduce la creatividad. Yo lo he puesto entre interrogaciones porque tradicionalmente siempre ha habido una conexión entre tristeza y creatividad, ¿no? La imagen del artista. Es alguien nostálgico, melancólico. No es alguien que está muy feliz. Y, de hecho, bueno, hay ejemplos, ¿no? De artistas, de grandes músicos, por ejemplo, siempre deprimidos, etcétera, y otros de lo contrario. Pero que yo no sé, las relaciones entre creatividad y tristeza las veo un poco más complejas. Pero, bueno, el libro dice que hay menor creatividad, ¿vale? Conducta social. Pues, claro, estimula a los demás a pedir apoyo y ayuda. Y, bueno... A veces también, como hemos dicho, hay un mayor retraimiento. En lugar de salir a pedir ayuda es encerrarte en tu habitación y no ver a nadie. ¿La tristeza se puede convertir en patológica? Pues, por supuesto. Si ya vimos que incluso la alegría se podía convertir en patológica, las emociones negativas más fácilmente, ¿no? La melancolía, la anhedonia. Anhedonia es la incapacidad de sentir ningún tipo de placer. Nada nos interesa mucho ni nos gusta mucho. Pesimismo. Siempre pensar que las cosas van a ir mal. En el aspecto cognitivo pensamos como más lentamente, ¿no? Hay una especie de... Y, como hemos dicho, atendemos menos al ambiente y más a nosotros mismos. Abulia, apatía. Suele haber alteraciones del sueño, dificultades para dormir o luego quedarse dormido en cualquier sitio. Y, bueno, pues, efectos fisiológicos como dolores de cabeza, cansamiento. A ver. Sí, hola. Por aquí alguien ha puesto hola. No sé si es que no me veis o que se ha quedado esto pillado. Veo mucha gente entrando y saliendo. Ah, bueno, pues se ve que alguien tiene problemas. Vale, vale, vale. Se ve que alguien tiene problemas. Hay que darle a actualizar, por lo visto. Bueno, pues, esto es lo que hemos visto de la tristeza que empezamos la semana pasada. Y si queréis preguntar algo, como siempre, en cualquier momento, lo preguntáis, por supuesto. Y si no, pues pasamos a la ira. Acordaros que estamos viendo en este tema 6 las otras emociones primarias. Ya vimos en el tema 5 o 3 de ellas y aquí estamos viendo otras 3. Son emociones primarias. Acordaros que tenían determinadas características. La expresión facial reconocible, un patrón de activación reconocible, etcétera, etcétera. Bueno, la última, la ira, el enfado, la rabia. Bueno, dice que es una emoción moral. Está muy relacionada con la moral, con lo que debemos o no debemos hacer, con la jerarquía, con el estatus, con todas esas cosas. Se ha escrito mucho en, pues, no sé, en filosofía, en ética. En ética, etcétera. Sobre la ira y la gestión de la ira, ¿no? La definición dice que se debe a situaciones frustrantes o aversivas, desagradables, que nos causan dolor, malestar. Vigoriza la acción, es decir, nos motiva, nos mueve, nos urge a la acción. Lo contrario que la tristeza que nos lleva a encerrarnos nosotros mismos, aquí no. Aquí reaccionamos, nos enfrentamos contra lo que sea. No tiene que abocar al resentimiento. O la agresividad. Ahora vamos a ver aquí tres términos que están relacionados. La hostilidad, la agresividad y la ira. La hostilidad sería el aspecto cognitivo. De hecho, lo vamos a ver en el tema 8. Es una actitud emocional cognitiva que se deriva de la ira. Y que tiene que ver, pues, eso con atribuirle siempre mala intención a los demás, con tenerle siempre cierta animadversión hacia otros, etcétera. El aspecto cognitivo. Como digo, la agresividad es el aspecto conductual. Hacer algo, pues, yo qué sé, enfrentarte a quien sea, confrontarte, puede acabar en una pelea o insulto, o lo que sea. Normalmente para causar daño. Y la ira es el factor afectivo y el factor emocional. Es la emoción propiamente dicha. Que, como hemos dicho otras veces, tiene una duración determinada. La hostilidad, por ejemplo, que es la actitud emocional cognitiva, es más larga en el tiempo y más tenue. La ira sería más corta y más intensa. Pero puede darse ira sin agresividad, por ejemplo. Si los tres, estos tres términos no tienen por qué darse siempre a la vez. Por ejemplo, yo puedo estar muy enfadado y no agredir a nadie, o insultar. Bueno, o sentir hostilidad y, sin embargo, eso no llegar a reflejarla de forma agresiva. Bueno, suelen ir juntos. Pero no tienen por qué ir juntos. ¿Qué provoca ira? Pues situaciones frustrantes. Cuando no consigo alcanzar aquello que me propongo porque hay algo que me lo impide. Aunque ese algo puede ser, que te digo yo, que estás intentando abrir un cajón y no se abre. Una cosa tan tonta como esa. Bueno, suele también estar involucrada la transgresión de normas y derechos. Sobre todo si se considera intencional. Es decir, no sé. Si yo veo... Ahora alguien en un bar sin mascarilla, fumando y echándole el humo al la-la, ¿no? Pues lógicamente me enfada eso, ¿no? Y si no lo consideras intencional te puedes enfadar, pero seguramente menos. Extinción de contingencia aprendida. Esto quiere decir que si yo estoy acostumbrado a que me den algún tipo de premio cuando hago algo y dejan de darme ese premio. Ese premio que puede ser dinero o una palmadita en la espalda o cualquier cosa. Pues eso me enfada. Cuando nos quitan un premio o un refuerzo, los que estáis en aprendizaje, lo estuvimos viendo la semana pasada. La extinción, ¿no? De los refuerzos. Pues eso puede provocar este tipo de reacciones. También situaciones aversivas, desagradables, molestas. Como por ejemplo el dolor, ¿no? Tener siempre, por ejemplo, mala digestión, úlceras. Eso provoca siempre, se ha dicho. La gente que tiene úlceras tiene muy mal humor. Y salta a la primera, ¿no? Ruido, malos olores, calor normalmente. Sabéis que en verano se multiplican siempre las denuncias, los problemas entre vecinos. Porque la gente está más dispuesta a enfadarse, por así decir. El ruido está comprobado también que en ambientes ruidosos estamos más irritables. Bueno, factores moduladores. En primer lugar. Nuestra propia personalidad. Hacer que saltemos antes o después, por así decir. Las personas extravertidas dicen sentir menos ira que las introvertidas. Pero sin embargo se activan más, se alteran más, por así decir. Pero la sensación, recordar el sentimiento, la parte subjetiva, es menor en los extravertidos que en los introvertidos. La inestabilidad emocional o neuroticismo, que era un rasgo de personalidad que, por ejemplo, Eysen propone, ¿no? También sienten más ira. Y luego la autoestima y el narcisismo, pues están relacionados con la ira. Tener una buena autoestima o una autoestima alta, si no tienes mucho narcisismo. Es decir, narcisismo sabéis lo que es, ¿no? Creerse uno el mejor del mundo, estar uno encantado consigo mismo, ser muy prepotente o petulante. Bueno, si uno te valoras a ti mismo, tiene una buena autoestima, pero no llega a ese nivel de autoestima. Y si no llega a ese nivel de narcisismo, tienes menos tendencia a sentir ira. Pero si tienes buena autoestima y eres muy narcisista, tienes más tendencia a sentir ira. Claro, si tú te crees, yo qué sé, la pera del mejor y tal. Y ante cualquier pequeña dificultad, cualquier obstáculo a lo que tú te va a enfadar, pues te va a enfadar con los demás porque los va a creer inferiores a ti. Contexto sociocultural. Bueno, como hemos dicho antes, está muy regulado. La ira está muy regulada, por así decirlo. Y cada cultura la regula de una manera o de otra. Una persona que se enfada siempre no está muy bien vista. Nadie quiere estar al lado de otro que salta a la más mínima, ¿no? Al parecer, las culturas como la nuestra, se supone, la occidental, más individualista, pues favorecen más la expresión de ira. Y las culturas como las orientales, no sé, la japonesa, o la coreana, más colectivistas y más jerárquicas, ahí está peor visto. Está peor visto mostrar ira. Y recuerdo algo que le pasó a una antropóloga, que creo que era Margaret Mead, y yo, si no me equivoco, porque lo leí hace tiempo, fue con los inuit, con los esquimales, me parece, que nunca mostraban ira, nunca. Y ella... Al parecer, un día se enfadó por no sé qué. Y a partir de ese momento la rechazaron, por así decir. Vamos, le hicieron la cruz. No la hablaban siquiera. Entonces, en esa sociedad estaba muy mal visto expresar la ira. En la nuestra, pues ya digo, hombre, depende de cómo y de cuándo, pero no está tan mal visto. Procesamiento de la ira. Ya hemos visto en otras emociones estos dos filtros, ¿no? La evaluación. La evaluación, que tiene en cuenta primero la novedad. Son cosas que, bueno, que... Poco predecible, yo qué sé. Alguien tiene un problema de tráfico. Alguien te hace alguna barbaridad. Bueno, pues ahí salta, ¿no? Esa novedad. Lógicamente no es agradable tampoco sentirse enfadado. Esto es una emoción negativa, ¿no? Suelen ser cosas, claro, que tienen significación para mí. Si no la tienen... Me puedo enfadar muy levemente, pero para que yo me enfade, pues tienen que ser cosas significativas. Normalmente, claro, lo que hemos dicho antes, le atribuimos intención a la gente. Si pensamos que el que, yo qué sé, ha cometido una infracción o ha hecho algo que me impide a mí conseguir, si lo ha hecho sin querer, será difícil que me enfade, ¿no? O, yo qué sé, sabéis que cuando nos piden perdón rápido a alguien, yo qué sé, si pienso en el tráfico, por ejemplo, también solemos enseguida ser muy cordial, ¿no? Bueno, y una cosa importante, que en la ira tenemos la sensación de que podemos hacer algo, por así decir. Podemos enfrentarnos a la situación, tenemos cierto control. Fijaos que eso no ocurría en la tristeza. En la tristeza eran cosas, por así decir, un poco irreversibles. Uno se siente ya que no puede hacer nada. Normalmente una pérdida, hay personas que ante la pérdida de un ser querido, pues yo qué sé, a lo mejor se enfadan al principio. Porque piensan que es injusto, porque, no sé, porque dicen ¿por qué esta persona tan buena? ¿Por qué él y no yo? Porque, no sé, se puede uno enfadar por muchas cosas. Pero lo normal es que luego venga la aceptación y entonces la ira deja paso a la tristeza, ¿no? Cuando uno ya tiene la sensación de que no tienes control sobre eso, no puedes hacer nada. Pues entonces dejas de sentir ira, ¿no? Bueno, como hemos dicho, las normas regulan cómo expresar la ira. Tanto normas externas como internas, ¿no? Mis propios baremos, mis propios valores. ¿Para qué sirve la ira? ¿Funciones? Bueno, pues nos moviliza hacia la defensa o el ataque. Durante un tiempo nos vigoriza. Igual que el miedo también. Por ejemplo, pero está más todavía. Como hemos dicho, nos enfadan los obstáculos. Pues la ira nos mueve a quitar esos obstáculos. A acceder de nuevo a esas metas y a esos objetivos que nos habíamos planteado. También es un medio de regulación social. Hemos dicho que tiene mucho que ver con la jerarquía. La agresión, por ejemplo, tiene que ver con la jerarquía. Con mantener el estatus, por ejemplo. En los animales sociales, como los chimpancés, se ve esto claramente. Y en los humanos. Parece que a los 4 o 6 meses se inicia. Y los bebés ya desde muy pequeñitos ya se enfadan, por así decir. Dice que está asociado al desarrollo de habilidades medio finas. Es decir, cuando el bebé hace algo para conseguir otra cosa. Entonces es cuando se puede encontrar dificultades, obstáculos. Y ahí es cuando se enfada, ¿no? Luego, cada vez más, los iguales. Es decir, los compañeros de clase, los amigos, pues ejercen mucha influencia. Los niños normalmente se enfadan desde muy pequeñitos por cosas que consideran injustas. En el sentido de la justicia lo tienen ya desde muy pequeños. Y eso es lo que nos enfada, por así decir. Casi más que cualquier otra cosa, ¿no? Más que el resultado, más que habernos conseguido lo que quiero, etcétera, etcétera. Es conseguir que eres sujeto... O sea, concebir que eres sujeto de algún tipo de injusticia. Objeto, mejor dicho. Bueno, activación. Voy a mirar porque vaya a ser que estéis preguntando algo y yo no sé si estoy bien. Activación. Efectos subjetivos. Lo que llamamos sentimiento, ¿no? Como hemos dicho, no es agradable estar enfadado. Es desagradable y es movilizador, activador. Y puede ir desde la cólera... La irritación, la furia, la exasperación, la indignación, la ofensa... Como sabéis, casi siempre en castellano al menos tenemos más términos. Para referirnos a las emociones negativas, por ejemplo, a la ira o al miedo, que a las positivas. Bueno, ¿qué ocurre en nuestro cerebro, por ejemplo, y en nuestro cuerpo? Parece que influye o participa el hipotálamo. El hipotálamo, que sabéis que está... Por debajo del tálamo, ¿no? Y que regula también el tema hormonal. Bueno, el sistema límbico, como la amígdala y el séptum. Y el córtex prefrontal. De una forma más cognitiva, por así decir. Donde ya se valoran, pues, por ejemplo, las normas que hemos dicho antes. Las consecuencias de enfadarme o no enfadarme. A lo mejor, ¿qué te digo yo? Yo me enfado mucho con alguien que me ha hecho una trastada. Que me... Vuelvo a sacar el tema del tráfico. Y me enfado a enormes. Me bajo del coche y el que es del otro coche se bajan también y salen cuatro tíos enormes. Pues entonces yo... Mi córtex prefrontal me dirá, tú puedes estar muy enfadado, pero este no es el momento de pelearte, por ejemplo. Entonces la ira límbica, podríamos decir, luego viene regulada por la razón. Bueno. ¿En nuestro cuerpo qué ocurre? Pues aumenta... La actividad respiratoria, el tono muscular, el corazón se contrae más. De hecho, notamos en el pecho una tensión, ¿no? Una presión cuando estoy muy enfadado. Aumenta la presión sanguínea, la conductancia de la piel. Suben las... La adrenalina, sobre todo, ¿no? Bueno, la expresión facial. Ya sabéis, normalmente las cejas se arquean. El entrecejo se... Se frunce el entrecejo. La tensión en la boca. Las letras de la nariz se abren, etcétera, etcétera. Hablamos más fuerte, más rápido. ¿Y qué hacemos? Pues normalmente dejar lo que estábamos haciendo para centrarte en esto nuevo que me está haciendo la Pascua. Este obstáculo, esta ofensa, por ejemplo, ¿no? Se moviliza la energía. Y habla aquí de distintos tipos de ira. Una la llama ira hacia adentro. Sería... Personas, por así decir, que no quieren expresar ira. Que cuando se enfadan... Se enfadan, por así decir, con uno mismo. Porque no quieren que se les note. Aunque el cuello lo tenga así la vena y se ponga en rojo. Pero no quieren. Quieren suprimir esa emoción. No se lo permiten, por así decir, ¿no? Lo que podríamos llamar un fuego sin llamas. Que te quema por dentro, pero que no acaba de salir. Y luego estaría la ira hacia afuera. La que se expresa... Pues, yo qué sé. Con voces, con gritos, con peleas o con lo que sea. Bueno, hay personas, como sabéis, con más tendencia a una cosa o a otra. Hay personas que dicen... No, yo es que me enfado mucho. Pego cuatro voces, pero luego me quedo muy tranquilito. Y hay personas al contrario. Que se enfadan y a lo mejor no dicen nada en ese momento. Pero luego están ahí y dale que te pego rumiando. Y preparando la venganza, ¿no? Bueno. Medidas. Formas de medir la ira. Los dos cuestionarios estos que hemos visto sobre expresión facial. Un inventario de ira de Novakow. Escalas de Spielberger, que es un autor que estudió la ansiedad, la ira. Eingert es el... En inglés, ira en inglés, ¿no? Entonces esto es una escala del estado... O sea, de ira como estado o como rasgo. Bueno, esto son escalas para medir. De Spielberger, inventario multidimensional, escala de ira subjetiva, etc. Hay distintas herramientas. Por último, consecuencias. ¿Qué es lo que ocurre? Sobre la conducta. Pues, lo que hemos dicho. Esos tres conceptos. Ira, hostilidad y agresividad. A veces van juntos, efectivamente. Pero otras veces no. Entonces, puede ser que la ira provoque... ¿Qué te digo yo? ¿Eso es una pelea? O quizá, ¿no? Quizá, si hablamos de esa ira hacia adentro, ¿no? Por ejemplo. Efectos cognitivos. Pues normalmente cuando sentimos una ofensa, sobre todo. O vemos que otros se saltan las normas intencionadamente. Pues pensamos peor de los demás. Lógicamente. Nos hace quizá más cínicos también, ¿no? Nos hace menos reflexivos cuando estamos muy enfadados. O somos más impulsivos. De ahí viene la cosa esa que te dicen que cuentes hasta diez. Que respires hondo, que cuentes hasta diez. Las personas que tienen esa tendencia a saltar automáticamente. Pues que respiren un poquito antes de hacerlo. Por último, ¿puede ser la ira patológica? Pues sí, claro, por supuesto. Habréis oído hablar del patrón de conducta tipo A. Estas personas, pues son muy irascibles, muy irritables. Que... Que todo es una competición para ellas. Que se lo toman todo muy a pecho. Bueno, pues tienen gran reactividad psicofisiológica. Pues tienen, que te digo yo, el cortisol por las nubes. Problemas cardiovasculares. Y de otro tipo. Úlceras. Pues muchas cosas que provoca este tipo de personalidad. Y más si son de estos que encima interiorizan la ira y en vez de expresarla se la tragan, ¿no? Bueno, otros cuadros patológicos relacionados con la ira. El TDAH, es decir, el trastorno por déficit de atención y hiperactividad. Estrés postraumático, esquizofrenia paranoide, psicosis maníaco-depresiva. Trastornos aquí de personalidad. Por ejemplo, la personalidad disocial o la personalidad negativista desafiante. Sería otro trastorno de personalidad relacionado con la ira, ¿no? Donde a las figuras de autoridad, sobre todo, pues hay un choque constante. Bueno, pues hemos visto este tema seis. Cosas que se os ocurran, que queráis plantear, preguntar. Esta haría interesante, pero no nos da mucho tiempo, pues nada, comentar qué cosas nos enfadan más a cada uno. En qué momentos del día se enfada uno más. En qué situaciones, pues eso puede ser. Yo qué sé, situaciones cotidianas o situaciones... O cuando, otro aspecto que no hemos nombrado, cuando tienes hambre. Cuando tienes hambre estás más irritable, por supuesto. Bueno, pues si queréis hacemos algunas preguntas de examen, así rápidamente, antes de pasar al tema siete. Vamos a sacar por aquí... Claro, esa es la clave del asunto, gestionar la ira, ¿no? Decir a Aristóteles me parece que era que enfadarse no es malo en sí. Ni no enfadarse, sino saber cuándo, cómo, con quién, en qué medida. Eso es lo difícil, ¿no? Cómo se gestiona. Y claro, muchas veces entendemos por gestionar no expresar. Pero a lo mejor tampoco es una buena manera de gestionar. A veces quizás hay que expresar la ira en vez de tragártela, ¿no? O sea, la palabra realmente es gestionar o manejar. Eso es lo difícil. Lo que hoy se entiende por entrenamiento es asertivo, ¿no? Por ejemplo, porque tú seas capaz, por ejemplo, antes de ver que alguien se salta las normas, pues... O que alguien está atacando tus propios derechos, por ejemplo, ¿no? Ser capaz de decirlo, de expresarlo tranquilamente. De decirle al otro claramente lo que quiere o lo que está haciendo mal o lo que no debe hacer. Sin... Vulnerar tampoco su... Yo qué sé, sus derechos. Sin ser agresivo, pero sin ser tampoco pasivo. Sin tragártelo, por así decir. Sino decir las cosas bien dichas. Claro, eso suena fácil de hacer, ¿verdad? Pero... Claro. Todo eso suena fácil, pero... Es difícil. Ojalá supiéramos todos hacer eso, ¿no? Sí. El patrón de conducta tipo A. Sí, como ira patológica. Sí. Bueno, hombre. Eh... Serían personas, eso, muy competitivas, con mucha motivación de logro, siempre con metas y entonces con mucho estrés y cualquier cosa les parece, eso, un obstáculo, cualquier cosa les parece una ofensa, entonces saltan a la mínima. ¿Vale? Ese sería el patrón de conducta tipo A. Y ya digo, problemas cardiovasculares, úlceras u otras cosas. Otros trastornos. Pues lo que hemos dicho, está relacionada, pues, como hemos dicho, con problemas. Sí, síndrome de atención e hiperactividad. Yo entiendo que es un poco relacionado con la impulsividad, ¿vale? La... Sabéis que el TDAH, pues, tiene atención, serían como tres factores, ¿no? Síndrome de... O sea, problemas en la atención, la dificultad de la atención, la dificultad de la atención, la dificultad de la atención, la dificultad de la atención, la dificultad de la atención, la dificultad de la atención, la dificultad de la atención. La dificultad para mantenerse concentrada en una sola tarea, etc. Y estar un poco así a lo que salta. Problemas de hiperactividad, de moverse mucho, de no pararse quieto. Y problemas relacionados con esto de impulsividad. Es decir, de poco autocontrol. Y entonces entiendo que la relación de la ira con esto va por ahí. Por la falta de autocontrol. De cuando se enfada saltar así como sin ningún filtro, ¿no? Sin ningún control. Entiendo que puede estar relacionado por ahí. Solo nombro el tipo A, dices, pero luego, si no me equivoco, como no tengo el libro delante. Pero cuando hablas de síntomas de diversos cuadros patológicos. O sea, que no es que sea la causa, ni... Pero que en estos cuadros patológicos, TDAH, estrés postraumático, etc., etc. Uno de los síntomas puede ser... Podríamos decir la irritabilidad, la irascibilidad. El saltar, el enfadarse más de la cuenta. O con más frecuencia. ¿Vale? ¿No? Como síntoma. Como síntoma de otro posible trastorno. Vale, vale. Bueno, pues vamos a ver si nos da tiempo a ver si encuentro por aquí algún examen. Un segundo. Un segundito. Que saco por aquí un examen, por ejemplo, de junio de dos mil... Junio de 2019. ¿Vale? Vamos a ver. Voy a compartir esto. ¿Se ve? Sí. Bueno, pues la pregunta 22. La alegría hilarante puede desencadenarse por las cosquillas. ¿Verdadero? Parece, ¿no? Sí. Lo veremos también en el tema ocho del humor. Sí. En la alegría, la evaluación de la situación o acontecimiento que la produce posee una baja relevancia o posee una alta relevancia. Yo entiendo que en la B también, posee relevancia. O sea, con cualquier cosa no nos vamos a poner tampoco alegres. Nos ponemos alegres por cosas que nos atañen, ¿no? Que son relevantes. Veinticuatro. La tristeza es una emoción que se acompaña de una reducción significativa del nivel de actividad cognitiva y conductual. ¿Verdadero o falso? Yo entiendo que es la A también, ¿no? Se reduce nuestra actividad cognitiva y conductual. Nos replegamos, por así decir. Nos encerramos a lo mejor en nosotros mismos. Veinticinco. A ver. Eso. Veinticinco. La tristeza puede producirse por experiencia vicaria. ¿Verdadero o falso? ¿Qué tal? ¿Falso? ¿Verdadero? Vale, ahora vamos a esa. ¿Vale? La de la tristeza por experiencia vicaria. Recordad que experiencia vicaria es como porque ves a otro estar triste. ¿Vale? Entonces yo entiendo que es verdadero. Tú te puedes poner… Sí, tú te puedes poner triste porque ves a alguien triste, ¿no? Por empatía con esa persona, por ejemplo, ¿no? A ver, por aquí preguntabais. La pregunta de las cosquillas no la llego a ver, perdón. Ah, no llega a ver qué puede hacer. Es que no recuerdo yo ahora mismo dónde ponía eso. Sí, puede ser la alegría hilarante, dice, por cosquillas. No lo tengo yo hecho ahora mismo el libro delante. Si alguien lo tiene y lo encuentra, pues nos lo aclara. A mí me suena que sí, que por cosquillas. Eso. Y no aparece en el libro. No sé si lo tenéis justo delante. No sé si… A ver, ¿me puedo parar a ver si lo encuentro? Tomación… Temas… Vale. Eh, a ver. Sí. Pero, a ver. Estoy buscándolo, ¿eh? Sí, dice en la página… A ver. ¿Dónde está? Bueno, en el apartado 221, desencadenante de la alegría, último párrafo, dice eso. La alegría hilarante posee uno desencadenante. Descadenantes particulares. Situaciones cómicas o chocantes, como chistes, etcétera, etcétera. Estimulación táctil, como las cosquillas. ¿Vale? A ver… Sí, sí, lo pone, lo pone también, vale. Último párrafo de esa página. Bueno. Vamos a ver. Otro… Vamos a sacar otro examen. Y treinta y ocho. Vale. A ver. Vamos a ver. Pues… Bueno, aquí del tema seis solo la página… O sea, en la pregunta 22. La expresión risueña siempre tiene que estar avalada por una emoción positiva. ¿Verdadero o falso? Aquí se me ha ido a mí. No sé si se le ha ido a todo el mundo. Vamos a ver. Sí, yo me he ido y he vuelto. Sí. Bueno, la pregunta 22. Si la expresión risueña siempre está avalada por una emoción positiva. Sí. ¿Cómo lo veis? Falso, ¿no? Claro. A veces… Yo creo que es falso. Estaba la sonrisa sentida o de Duchenne, que le llamaban, que era la auténtica. Luego está la fingida. Y luego está… Que es que estás realmente sonriendo cuando lo que estás, por ejemplo, es haciéndole daño a quien sea, ¿no? Por ejemplo. O estás sintiendo lo contrario de lo que expresas. Bueno. Entonces, en general, siempre que nos sonreímos, lo hacemos porque sintamos una emoción positiva. Bueno. Se ha ido otra vez. Hoy está esto regular. Bueno, decíamos que si la alegría facilita el establecimiento, parámetros biológicos, ta, ta, ta, y atenúa el estrés. Sí, ¿no? Parece que la alegría sirve para eso, entre otras cosas. Veinticinco. Uno de los efectos cognitivos de la tristeza es aumentar la capacidad de atención hacia el ambiente o atenuar la atención hacia el ambiente. Atenuar la atención hacia el ambiente. Exactamente. Eso. Veintiséis. En situaciones inductoras de rabia, las personas que puntúan alto en extraversión informan de… A. Menos sentimientos de ira que los introvertidos. O B. Más sentimientos de ira que los introvertidos. Ah, efectivamente. Menos sentimientos de ira aunque la expresen más, por así decirlo. ¿Vale? O aunque se activen más. Pero parece que lo sienten menos. Bueno. Pues lo dejamos aquí este repasillo del tema seis y vamos a meternos con el tema siete de la ansiedad. Vamos a ver. Y la semana que viene, como he dicho, trataremos las PES de ansiedad, ¿no? Y luego la… Bueno, aquí estamos con la ansiedad. Luego seguiremos la semana siguiente, que es veintinueve, seguiremos con la ansiedad. O sea, vamos a estar dos semanas con la ansiedad. Bueno. Pues nada, la ansiedad. Ya que decís que tenéis un… Que sabéis mucho de esto, vamos a comprobarla. Vamos a ver dónde estaba. Aquí. Bueno, pues vamos a ver si la entendemos mejor. Sentirla la sentimos todos en mayor o menor medida. Pero vamos a intentar primero definirla. ¿Cómo ocurre aquí? Vamos a compararlo con miedo, angustia y estrés. ¿Vale? Bueno, antes de nada, decir que nos metemos ya en las emociones secundarias. En los temas cinco y seis hemos visto las primarias, pues ahora entramos ya en las secundarias. Que normalmente derivan de una o varias primarias. En el caso de la ansiedad está claro. Deriva del miedo, ¿no? Y es… Tiene un corte más cognitivo, más de anticipación, de preocupación, de pensar. No es una reacción así, y aquí entro ya a las diferencias con el miedo. El miedo es una reacción a algo que tiene delante una amenaza, un peligro. La ansiedad anticipa ese peligro. No es una respuesta ante algo que te viene, que te ataca. No. Tú estás pensando y esa preocupación es la que genera tu ansiedad. La angustia es el sentimiento, la experiencia subjetiva asociada a la ansiedad. Y el estrés está muy relacionado también. El estrés… Normalmente hablamos indiferentemente de estrés o ansiedad. Pero el estrés es la reacción ante una demanda. O sea, yo tengo que hacer algo… Te digo, yo tengo un examen la semana que viene. O tengo que preparar una clase o un trabajo. Y entonces me estreso porque tengo una demanda, algo que me exige. Lo que pasa es que los efectos psicofisiológicos son muy parecidos, ¿no? Y a veces también esa exigencia genera ansiedad porque yo ya me estoy preocupando de qué va a pasar si no lo hago bien, por ejemplo. Bueno. Hay una ansiedad patológica, por supuesto. Hay una ansiedad, podríamos decir, adaptativa, útil. Porque si yo no me preocupara absolutamente por nada de lo que va a venir, si yo no previera una posible amenaza, pues mi estirpe se habría extinguido hace tiempo. Entonces hasta cierto punto es normal preocuparse, prevenir… Pero el problema es cuando ya se convierte en algo no adaptativo precisamente. Que provoca miedos, inhibiciones, que me bloquea, que no me deja actuar. Esa es la patológica. Luego lo veremos con más detenimiento. Bueno. La ansiedad es una emoción básica, universal. La siente en mayor o menor medida todo el mundo. No es primaria. Recordar esos requisitos, lo de la expresión facial que tenga una función adaptativa clara, un patrón neurológico claro, etcétera, etcétera. Bueno, pues esto no lo cumple. ¿Cuál es la expresión facial de la ansiedad? Pues no está tan claro, ¿no? Parece una especie de tensión, pero… Bueno. Comparte recursos con el miedo, con el estrés, como hemos dicho antes. Y es una actitud emocional cognitiva. Igual que la hostilidad lo es con respecto a la ira, la ansiedad lo es con respecto al miedo. La ansiedad no es tan intensa como el miedo. Se extiende más en el tiempo y es más de tipo cognitivo. Pensamientos, expectativas, creencias… Y provoca sesgos cognitivos. Por ejemplo, pues interpreto las cosas siempre de forma amenazante, ¿no? O recuerdo solo cosas amenazantes. Hay muchas diferencias individuales. Hay personas muy ansiosas y otras no tanto. Y, como definición, sistema de procesamiento de información. Informaciones amenazantes que permite movilizar anticipadamente una respuesta. Permite anticiparnos. Una defensa, pero de antemano, por así decir, ¿no? Y hasta ahí vale. El problema, como digo, es que a veces se convierte en algo poco apropiado, poco adaptativo. ¿Qué provoca ansiedad? Pues aquí no es ya un estímulo, como decíamos la otra semana, un toro que viene hacia mí. Eso no me provoca ansiedad. Me provoca miedo, pánico, lo que sea. Normalmente es porque he aprendido a reaccionar de una determinada manera, a anticiparme a las amenazas. Es una respuesta evitadora. Y como sabéis los que estáis en psicología del aprendizaje, pues la evitación es un tipo de conducta instrumental donde yo haciendo algo me quito del medio una consecuencia desagradable, ¿no? Pues la ansiedad es una respuesta evitadora. Bueno, he podido aprender esto, pues bien por condicionamiento clásico, observacional, es decir, he visto algún modelo, algún ejemplo al que le ocurre algo y yo saco mis conclusiones, ¿no? O porque me han contado, por ejemplo, transmisión de información. Lo he visto en la televisión, me lo han dicho, qué tal cosa, qué tal peligro, qué tal amenaza. Posibles situaciones ansiógenas, es decir, que generan ansiedad. La valoración social, pues yo qué sé, hacer el ridículo, no caer bien. Peligro físico, tener una enfermedad, tener un accidente. Situaciones ambiguas, donde me siento un poco tenso, no sé muy bien cómo actuar, por ejemplo, ¿no? O las propias rutinas diarias me pueden generar ansiedad si son, pues eso, muy estresantes. Si me generan siempre tensión, ¿no? Bueno, según otro autor, hay como cuatro bloques temáticos, otra clasificación, ¿no? Primero, situaciones interpersonales. Por otro lado, muerte, lesiones, enfermedad, accidente, etcétera. Eso me puede crear ese miedo anticipado, por así decir. Animales que me crean fobia. Las cucarachas, las ratas, no sé. Temores agorafóbicos relacionados, pues, con la ansiedad. Por ejemplo, estar en multitudes o salir a la calle o otro tipo de ese tipo de fobias, ¿no? Podemos tener incluso ansiedad ante la propia ansiedad. Si alguien ha sufrido, por ejemplo, un ataque de ansiedad, que es una cosa muy intensa, que uno cree que se ahoga y que se va a morir, tiene una presión en el pecho y no respiras. A ver, perdóname decir aquí. Situaciones interpersonales se refiere a relaciones entre personas. Sí, exacto. Eso, un ataque de ansiedad es una cosa muy seria. Te crees que te está dando un ataque al corazón a lo mejor, ¿no? Pues entonces, a veces, eso genera un círculo vicioso porque ya uno se pone nervioso ante el más mínimo indicio de que te puede dar, te genera ansiedad. Lo cual, claro, hace que caigas en el miedo y al final la puede incluso provocar el ataque, ¿no? Claro, romper esa cadena, ese círculo vicioso, pues es lo complicado. Es lo que normalmente con terapia se consigue, ¿no? Bueno, el propio recuerdo de situaciones ansiógenas pues provoca ansiedad. Procesamiento cognitivo, los dos pasos estos que conocemos, evaluación y valoración, es hasta cierto punto desagradable la ansiedad. Hay cierto grado de urgencia porque yo tengo que hacer algo para anticiparme a ese peligro, ¿no? Tengo que evitarlo hasta cierto punto. A veces es una amenaza tan difusa pues yo qué sé, a ponerme malo. No hay una urgencia así, miedo así, a que me pase algo malo en general. En otros casos sí, ¿no? Sentimos que tenemos poca capacidad de afrontar el suceso y por eso nos movilizamos. Y no es una emoción con tanta carga moral porque no influye tanto en mi relación con los demás, ¿vale? El que está ansioso no es como el que siente ira, por ejemplo, ¿no? Donde ahí sí la relación con los derechos de los demás. Aquí hay una cosa más personal, podríamos decir. El que se fastidia, por así decir, si siente mucha ansiedad es uno mismo. Bueno, posibles sesgos de muchos tipos. Sesgos atencionales, por ejemplo. Claro, le vamos a prestar más atención a posibles amenazas. Eso se le llama hipervigilancia. Estoy con todas las antenas puestas. Y, claro, cuando aparece una posible amenaza pues le presto mucha atención, ¿no? A ver, decís por aquí. A veces el episodio de la ansiedad se presenta sin un estímulo evidente. Claro, sí. Si la ansiedad precisamente no necesita que haya un estímulo. Es nuestra anticipación a ese estímulo. Y a veces el episodio de ansiedad, si el ataque de ansiedad no tiene que estar provocado por algo en concreto. Mira, me pasó esto y me dio el ataque. No. Pues a veces, como digo, la propia ansiedad ante la ansiedad. El propio miedo de que te pase te genera la ansiedad que te acaba provocando el ataque. Si es que las conductas evitadoras son muy difíciles de distinguir. Ese es el problema. Bueno, sesgos de memoria también. Pues uno recuerda más cosas normalmente amenazantes, ¿no? Afecta más la memoria implícita que la explícita. Sesgos de interpretación. Interpreto una amenaza inocua como algo muy peligroso, por ejemplo, ¿no? Y el concepto de preocupación, que es clave. Preocupación es ocuparse antes. Es decir, ponerte a trabajar, por así decir, antes de que ocurra el peligro o la amenaza. Suelen ser pensamientos, imágenes, que uno está rumiando, que uno está... Pues yo qué sé, le tengo miedo a los incendios. Entonces yo entro a una casa y estoy mirando, estoy pensando, pues fíjate aquí se podría generar un incendio y por dónde voy yo a escapar, etcétera, etcétera. Estoy intentando solucionar el problema antes de que se presente. Eso hasta cierto punto, como hemos dicho, tiene su función. El problema es que sea ya excesivo. ¿La función? Pues sí, me prepara para posibles amenazas. Hace que se presenten ejemplos de imágenes o pensamientos amenazantes que pueden ser útiles o me prepara para la acción. Vale. El problema es que muchas veces esa preocupación es excesiva y se convierte en un problema. Bueno, mecanismo de movilización de recursos auxiliares. Como mi preocupación interfiere con mi memoria operativa, es decir, con lo que yo tengo en mente en un momento dado, yo estoy haciendo un examen y al mismo tiempo estoy preocupado con fíjate si esto no lo sabré, qué nota voy a sacar porque si estoy haciendo eso no estoy prestando la atención a lo que estoy respondiendo. Entonces interfiere. La memoria operativa se ve en ese momento reducida en su capacidad y trata de compensarlo poniendo más esfuerzo, por así decirlo, tratando de bien evitar esos pensamientos, lo cual es difícil, o bien eso, hipervigilancia, hiperatención. Bueno, priorización y compensación de la información. Se priorizan, como hemos dicho, las indicaciones de peligro y se trata de compensar esto con recursos auxiliares, poniendo toda mi atención, toda mi fuerza. Pues lo vamos a dejar aquí porque nos queda lo que veremos ya en la semana del 29. Y nada, lo que siempre digo, alguna duda, alguna cuestión que queráis tratar ahora sobre la ansiedad o sobre lo que hemos visto antes, no sé si habéis oído eso de que el que se preocupa sufre dos veces, por así decir, porque sufre mientras se está preocupando y cuando lo ve, luego se presenta el problema, el peligro, el accidente o lo que sea, no es que se evite el sufrimiento, también va a sufrir. Entonces, claro, alguien que todo el día está pensando en lo malo que va a pasar, pues está sufriendo casi constantemente, ¿no? Yo las personas que he conocido muy ansiosas normalmente es porque les ha pasado algo inesperado, algo malo, claro, un accidente inesperado, una enfermedad a alguien cercano y tal, y entonces eso le marca y hace como que su mente diga esto no puede volver a pasar, que me pille a mí esto de improviso. Yo tengo que estar preparado para cualquier cosa mala que ocurra, ¿vale?, inconscientemente, ¿no? Pero eso le genera ya entonces esa preocupación siempre. Una pandemia supongo, ah bueno, una pandemia como algo malo e inesperado, ¿no? Sí, por ejemplo. No, quería que decíais que la propia ansiedad es una pandemia porque es que hoy día está muy extendida la ansiedad. Exactamente. Hoy día sabéis que se ha comentado últimamente pues la cantidad de ansiolíticos que se recetan, por ejemplo, y cómo esto parece ya algo que llevamos con nosotros, ¿no? Claro, exactamente, eso es lo que decía, lo que estáis diciendo, experiencias negativas que te han ocurrido, que han sido imprevistas, y es como que dices, ya no me pillan de nuevo de improviso, ¿no? Ya voy a estar con la antena todo el día puesta. Pero claro, así no se puede vivir tampoco. Sí, educación emocional, sí. Se habla mucho de ella, pero en la práctica yo creo que poco. Puede ser porque tenemos impuestos en nuestro ADN 71. Las amenazas no son tales. Hombre, claro, también está eso que estamos todo el día asustados, por así decir. Si uno ve el telediario, la tele en general, o escucha la radio o el periódico, puede decir, hombre, hoy día, hoy estamos ante una amenaza real, ¿no? Pero y todas las amenazas que parece que nos vienen, de las vacas locas, las no sé qué, con qué otras muchas cosas nos han asustado. Y muchas, verdad, serán reales, el calentamiento global, si yo no digo que no lo sea, pero no se puede uno vivir todo el día preocupado. Entonces hay que intentar tomárselo un poco de más calma. Bueno, pues lo dejamos aquí. Gracias por la atención y nos vemos. Gracias. Nos vemos la semana que viene con las PES, ¿de acuerdo? Bueno, un saludo. Hasta luego.