Os vamos a mostrar algunos ejemplos de cómo podemos modificar la voz de diferentes personas con la herramienta de transformación de voces del programa Prat. En primer lugar, vamos a intentar cambiar la voz de una mujer para que parezca una voz de hombre. Cereales con yogur, frutas o bocadillos. Cereales con yogur, frutas o bocadillos No está mal, ¿no? Da un poco de miedo pero parece un hombre. Ahora transformaremos una voz de hombre en una voz de niño. Y comieron a bichuelas al compás de las castañuelas. Aquí el resultado es menos realista, pero más divertido. Parece un pitufo, ¿no? A continuación modificaremos la voz de un niño para que parezca la de un hombre adulto. Es como cortar un chorizo por el medio. También asusta un poco, pero crecer ha crecido. Probaremos ahora a conseguir una voz de mujer a partir de una voz de niña. Me va a comprar unos patines para patinar yo sola. La mujer también da un poco de miedo, ¿no? Vamos a ver ahora qué pasa cuando intentamos cambiar la voz de un adolescente chico para que parezca la de un hombre adulto. En la escuela van a quitar profesores y van a juntar más alumnos en cada aula. Al menos hemos conseguido que nuestro joven adolescente se convierta en un adolescente más mayor. Y para acabar, intentaremos transformar una voz de chica adolescente en una voz de niña. La paga siempre la tengo recortada porque me la tienen que dar cuando me porto bien. Esta chica sí se ha convertido en una pitufa. Y eso es todo. Espero que con estos ejemplos os hayáis hecho una idea de las posibilidades que ofrece la tecnología de transformación de voces y además os hayáis divertido un rato. Hasta otra. Os esperamos en el laboratorio de Fonetic.