Bien, hola a todos. Vamos a proceder a impartir la última sesión correspondiente al lunes 17 de mayo en el que, como os anticipé, yo me encontraría fuera de Pamplona y, bueno, con la idea de que tengáis este material lo antes posible, grabo la sesión con algo de antelación y por eso os la dejo en el curso virtual de la asignatura. Será una sesión probablemente más breve de lo habitual sencillamente porque, bueno, este no es un tema que pueda aparecer, entiendo, en el examen, pero, bueno, ya que podemos en esta asignatura que es manejable desde el punto de vista del temario cumplir el temario y adaptarlo a las tutorías, bueno, pues la imparto porque entiendo que también tiene para estudiantes del grado de arte como sois vosotros un cierto interés también desde el punto de vista cultural o desde el punto de vista social. Se trata de considerar el arte prehistórico como una manifestación del patrimonio cultural. Aquí yo creo que hay que recordar un concepto que veíamos en las primeras sesiones cuando hablábamos de la historia de la investigación en arte paleolítico y comentábamos que en esa historia de la investigación había un episodio fundamental que era el episodio de la institucionalización y el episodio también del acopio de información. Decíamos que, en definitiva, el estudio del arte en la prehistoria y del arte paleolítico podía desarrollarse y alcanzar cotas más elevadas de significación cuando se procedía a realizar un inventario real del patrimonio disponible, cuando éste pasaba a las publicaciones y cuando empezaban a surgir instituciones, tanto academias y museos como también órganos editoriales, publicaciones o revistas, a veces auspiciadas por esas instituciones que lo que en cierta medida buscaban era garantizar la continuidad de la investigación. Bien, en los últimos años 60 y primeros 70 se fue extendiendo, con la aparición también de la UNESCO, la idea de que no sólo se trataba de investigar sobre el arte prehistórico circular por el circuito académico, sino que era necesario también realizar una preservación de ese arte prehistórico. Esa primera consideración nos remonta a conceptos, por tanto, que hemos estudiado, que tienen que ver con la institucionalización de la investigación y con la consideración del arte prehistórico como un bien a proteger por parte de la UNESCO, pero esto nos lleva a otra dimensión que afecta en realidad a todos los sujetos artísticos que estudiáis en este grado, la consideración del arte como patrimonio y en concreto como patrimonio cultural. El término patrimonio es un término que utilizamos a menudo, que lo utilizamos mucho especialmente cuando hablamos de quizá el más protegido pero a la vez el más vulnerable de los patrimonios, que es el patrimonio arqueológico y que es un término que deriva del latín patrimonium, que solemos traducir obviamente como patrimonio, pero que remite sobre todo al concepto de herencia, de herencia cultural. Esto es importante subrayarlo porque en la historia de la investigación sobre arte prehistórico y en particular sobre arte paleolítico, que por su antigüedad y por también el lugar en el que se conserva esas paredes de las cuevas o abrigos, es probablemente el más frágil de todos los objetos patrimoniales, no nos pertenece, sino que tenemos que ser capaces de conservarlo y de garantizar su transferencia como herencia a las generaciones futuras. Por tanto, en este último tema del manual y también de nuestro curso de la asignatura de arte prehistórico, en realidad se trata de conectar ambos conceptos, cómo podemos hacer compatible la investigación, la difusión y la conservación con una adecuada transmisión de ese patrimonio, como decíamos, que no nos pertenece hacia el futuro. Bien, el primer elemento sobre el que tenemos que partir o del que tenemos que arrancar de manera muy nítida es que en los últimos años, con el auge quizá del arqueoturismo y del llamado turismo cultural, hemos empezado a mirar también, al arte prehistórico desde la óptica del arte y desde la óptica también del patrimonio, partiendo de la base de que, aunque quizá cuando pensamos socialmente en arte prehistórico tendemos sobre todo a hablar del arte paleolítico, hay más artes que el arte paleolítico y, en realidad, como hemos ido viendo a lo largo de de estos meses, bueno, pues realmente hay más que un arte prehistórico, hay muchos artes prehistóricos que son de consumo diferente por parte del arqueoturista, del turista o, en definitiva, de la sociedad. No es lo mismo consumir como producto cultural una cueva, como puede ser la cueva de Altamira, como consumir un vaso, como consumir un paniforme que está bien protegido en la vitrina de un museo, ¿no? En esta consideración del arte prehistórico como patrimonio desde finales de los 60 y 70 y de una manera muy especial en los primeros años 90 con la aparición del concepto de protección patrimonial de los llamados parques culturales, espacios en los que el arte interactúa con la naturaleza y con otros recursos, es evidente que hay una serie de oportunidades, pero también hay una serie de amenazas. Por ejemplo, la investigación en arte prehistórico y especialmente en arte paleolítico, cuando se ha hecho desde la óptica de una investigación patrimonial que busca no sólo conocer recursos desde un punto de vista investigador, sino desde eso que ahora también se ha dado en llamar la arqueología pública, que busca una transferencia social del conocimiento, se ha traducido a veces en que se han atestiguado manifestaciones de arte prehistórico en un mismo territorio que han permitido la configuración de rutas o incluso de parques arqueológicos. Me viene, por ejemplo, a la cabeza dos de arte levantino que están próximos geográficamente, el Parque Cultural de la Sierra de Albarracín, aunque el Bajo Aragón turolense tiene también otros, el de Ariño, de la misma manera que el Alto Aragón oscense, por ejemplo, el Parque del Río Vero o del Río Alcanadre, y el otro que me venía a la cabeza es el Parque de la Baltorta en Castellón. Bueno, pues han permitido crear esas rutas en las que no todo el patrimonio va a ser igualmente objeto de consumo, pero que en definitiva permiten la articulación de un repertorio de espacios visitables. Lógicamente, la intervención sobre esos espacios patrimoniales se entendió. También ha permitido que la documentación, el estudio e incluso la conservación pueda hacerse de manera más directa y por parte de las instituciones que deben estar volcadas en la protección de ese patrimonio porque son las que lo tienen más cerca. De la misma manera que no es muy positivo dejar la investigación arqueológica exclusivamente en manos de los consistorios, de la iniciativa municipal. Así que es evidente que las comunidades locales deben entender ese patrimonio como suyo, como propio, y deben tratar de protegerlo en la medida en que puedan, comprometiéndose con esa conservación de este legado. Lógicamente, cuando hablamos de patrimonio ya hablamos de un objeto de consumo cultural y de interés universal, de interés mundial, de patrimonio de la humanidad, porque ya sabéis que automáticamente... automáticamente el arte paleolítico, por ejemplo, es así considerado, siempre hay que poner por delante, y eso es una oportunidad, pero a veces se puede convertir también en una amenaza si no se gestiona bien, siempre es necesario poner por delante la conservación. Es decir, es muy importante el disfrute, pero el disfrute no es un derecho, lo que es un derecho es conservar ese patrimonio para el futuro. Bueno, todos conocemos las distintas peripecias... ...por las que pasó la Cueva de Altamira entre los últimos años 70 y primeros años 80, en los que la Dirección General de Bellas Artes, como entonces se llamaba, dependiente del Ministerio de Cultura, pues bueno, decidió cerrar la cueva después de un tiempo en el que las visitas se habían hecho de manera masiva, luego hubo un periodo en el que las visitas había que solicitarlas con 10 o 12 personas máximo al día, y finalmente se ha visto que era mejor. Es decir, optar por una neocueva, por una réplica exacta que preservara para el futuro, para cuando se disponga, como ya se dispone de nuevas técnicas, la obra o el disfrute de la obra original. Lógicamente, concebir el patrimonio arqueológico y el arte prehistórico como patrimonio genera también unas amenazas. La principal es sobre todo la sobreexposición de este tipo de... Obras y la difícil a veces, sobre todo por estar gran parte de este patrimonio separado de las grandes ciudades y de los lugares donde a lo mejor las administraciones competentes puedan intervenir de manera más directa, por estar generalmente desprotegidas. No es la primera vez que apenas aparece una cueva o un abrigo de arte levantino, cito el ejemplo de arte levantino porque en nuestro ámbito es quizá más frecuente y porque ha sido... Ha sido al abrigo de ese tipo de manifestaciones artísticas en la península ibérica que se ha ensayado esa fórmula de los parques culturales y en concreto de los llamados parques culturales con arte rupestre. Pues como decía, no es la primera vez que aparece algún tipo de hallazgo y a las pocas horas antes de que se puedan tomar las medidas para su vallado o su protección ha sido repiqueteado o dañado por desaprensivos. Por tanto, en cierta medida en esta sociedad... Digamos de la información, pues bueno, hay un componente claro de que el patrimonio es de todos y que todos tenemos derecho a utilizarlo y a consumirlo, pero es lógico que la protección vaya por delante y a veces una excesiva difusión o una excesiva sobreexposición de ese patrimonio puede ponerlo en cierta medida en peligro. Bien. Hablábamos antes del concepto de patrimonio cultural. En los últimos años se habla mucho de que el patrimonio tiene que ser gestionado a partir de una cadena de valor, una cadena de valor que tiene que trabajar con el patrimonio desde una óptica absolutamente total. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, pues que no solo hay que investigar el patrimonio, sino que también hay que comprometerse con su publicación, su difusión, su gestión, y su adecuada conservación. Bueno, esto es muy importante porque en realidad en los últimos años también el trabajo con el patrimonio arqueológico y con el arte prehistórico como patrimonio arqueológico y cultural que en realidad es, tiene que comprometer todos esos espacios. No sirve de nada solo investigar si no hay transferencia. Y no sirve de nada hacer transferencia si no descansa en una investigación seria y rigurosa. Para ello, pues bueno, se han ido creando a partir de toda una legislación, pues bueno, por la UNESCO, por la Ley de Patrimonio Histórico Español de los años 80, una serie de figuras que protegen los bienes patrimoniales. En el caso del patrimonio cultural. En el caso del patrimonio cultural, la máxima figura de protección es el BIC, el Bien de Interés Cultural, por el cual cualquier intervención que se haga sobre ese Bien de Interés Cultural tendrá que ser supervisada, sea del tipo que sea, sea la instalación de un panel, la colocación de una verja de protección o la musealización de ese espacio, tiene que ser supervisada por la administración competente, que suele funcionar con comisiones que toman decisiones al respecto. En los últimos años también, sobre todo en la UNESCO, en la conferencia de Malta de la UNESCO, el libro blanco también para la adecuada gestión del patrimonio ha insistido en que no debemos fijarnos solo en la investigación y en la difusión, sino que los poderes públicos no son simples gestores de BIC. Tienen realmente que... Tienen que comprometerse con esos BIC que previamente consideran como tales. Es decir, la administración es la que puede promover, a veces a petición de una entidad local o incluso de un equipo investigador, la consideración como Bien de Interés Cultural de un objeto, de un yacimiento arqueológico, de una cueva prehistórica, pero con eso no está todo hecho. Después, los poderes públicos tienen que garantizar que haya, como dice ahí, un disfrute adecuado de esa herencia, una herencia patrimonial que se convierta también en un recurso pedagógico. En los últimos años se ha hablado mucho de la arqueología en comunidad y de la arqueología pública. ¿A qué vamos cuando hablamos de arqueología pública? Bueno, pues fundamentalmente vamos a intentar conseguir que se perciba que esos bienes son útiles para la sociedad y que esos bienes, en la medida en que la sociedad, el medio rural, el medio local en el que están los entienda, también se convertirá esa sociedad en el primer agente de su conservación, de su protección y de su promoción. Esto que a veces se dice que donde van los niños acaban yendo las familias y los padres. Bueno, hay grandes proyectos lúdicos relacionados con el arte prehistórico, con la pintura de manos, con los talleres también de formas de vida en la prehistoria. Pues el parque, por ejemplo, que se monta. Esto en Atapuerca o las actividades de sensibilización pedagógica que desarrolla el Museo de Altamira en Santillana del Mar, que al final lo que hacen es generar una cierta conciencia social de que el patrimonio resulta un objeto rentable y una herencia que es necesario proteger y que es necesario preservar. Obviamente esto en este contexto del que tanto hablamos, ¿no? De la España vaciada. Pues bueno, ha hecho que en muchas ocasiones, hablo del caso español, pero esto es válido también para Europa, esa obsesión porque todos los objetos patrimoniales se conviertan en productos turísticos, se convierte a veces en la principal amenaza a la conservación de este patrimonio arqueológico. Lógicamente, cuando hablamos de patrimonio cultural, aquí estamos hablando, de un patrimonio material, porque el arte prehistórico, sea un dolmen como el que veis ahí en pantalla, el de Artajona o sea los pinturas de la Valtorta que veíamos anteriormente, es tangible, pero hay también, y en los últimos años se ha incrementado bastante el estudio en este sentido, un profundo patrimonio inmaterial, tradiciones, folclore, oídos, sonidos, incluso que forman parte de la vida del mundo rural, y la construcción, lógicamente, al ser elementos intangibles, es incluso más complicada, ¿no? Bien, lógicamente, como el objetivo tiene que ser siempre la transmisión para el disfrute futuro, y eso implica también una adecuada conservación, bueno, pues se ha ido generando toda una jurisprudencia y todo un protocolo en relación a las intervenciones sobre el patrimonio. Por ejemplo, a propósito del arte prehistórico, pues bueno, se ha ido haciendo una clara distinción entre los bienes muebles y los bienes inmuebles, que en cierta medida, bueno, pues han sido empleados como término fundamental en nuestras explicaciones, arte mobiliar, arte parietal, el modo de intervenir sobre unos o sobre otros, y de protegerlos, bueno, pues es diferente, es mucho más fácil la protección de un bien mueble, porque puede ir a la vitrina de un museo y ser custodiado, e incluso podemos medir cómo se está deteriorando, y puede haber unos indicadores del estado en el que está y de si se va a conservar bien o no, que la intervención directa sobre los bienes inmuebles, pues yo qué sé, un talayot baleárico, un dolmen del megalitismo, de El Valle del Ebro, bueno, pues está sometido a la intemperie, está aislado, es imposible una vigilancia constante, aunque bueno, se han ido creando figuras, ¿no?, de guardas de monumentos, del Seprona, que también interviene sobre el patrimonio cultural, que han facilitado un poco esa gestión, ¿no? Luego también se han difundido muy buenas prácticas, tenéis citadas algunas ahí de los años 90, 92, 72, que nacen, pues bueno, de conferencias concretas de la UNESCO, del Comité del Patrimonio Mundial, de ICOMOS, que es un instituto que protege también el patrimonio en los museos a nivel mundial, que en cierta medida, junto a workshops y talleres, un poco de benchmarking que se han ido haciendo en la investigación también en arte prehistórico, pues bueno, han intercambiado buenas experiencias, tanto de investigación sobre el patrimonio cultural, como de conservación, como que quizá es el reto más complejo de puesta en valor, como de obtención, si es preciso, y muchas veces es incluso preciso y posible, de rentabilidad respecto de ese patrimonio. Pero claro, con una rentabilidad que no comprometa la conservación del bien. Luego veremos cómo en los últimos años también se ha pasado, pues bueno, de una sobreexposición del arte parietal paleolítico, a una sustitución del arte parietal paleolítico original por las neocuevas, los modelos 3D, que bueno, en cierta medida, pues bueno, ha sustituido ese fetichismo que tradicionalmente, yo creo que quienes somos amantes del patrimonio, pues nos gusta más ver la obra original, pero también tenemos que entender que quizá en este momento muchos de esos objetos no están preparados para ser sobreexpuestos, como decíamos hace algún momento. Fijaros cómo de hecho en los distintos territorios se han ido llevando a cabo acciones concretas que tienen que ver, bueno, pues con los equipos de gestión patrimonial, con la entidad también de los restos que siempre han buscado esa gestión integral del patrimonio arqueológico. Investigar, documentar, restaurar, tutelar y musealizar, que es lo que tradicionalmente, bueno, pues equivale a ese concepto tomado sobre todo de la literatura francesa y anglosajona, de poner en valor. Como decíamos antes, dentro de esos artes prehistóricos, bueno, pues como el primer reto es la conservación, tenemos que tener muy claro cuáles son los agentes que en los bienes inmuebles, por ejemplo una cueva o cualquier yacimiento arqueológico o monumento megalítico ponen en peligro la conservación de ese patrimonio. La diapositiva está muy enfocada al más frágil de todos y es el que incide más el manual, que es el arte parietal, pero cualquiera de estos agentes podrían ser válidos para cualquier bien mueble prehistórico o histórico dentro de este concepto del patrimonio arqueológico. Si nos centramos en las cuevas, bueno, pues algunas se dañan por elementos intrínsecos, estructurales y naturales. El propio ciclo cárstico que a veces ha permitido proteger el patrimonio, pero que a veces también lo ha deteriorado. Bueno, pues el crecimiento, por ejemplo, del nivel del mar en el paso al Holoceno, pues debió hundir bajo la costa gran parte del arte franco-cantábrico, del que conocemos probablemente una parte, por así decirlo, bastante reducida. Bastante pequeña, pero en otras ocasiones movimientos tectónicos preservaron, por ejemplo, la cueva de Altamira, que realmente se conservó porque algún movimiento en una época que no se puede ahora precisar, cerró la entrada de la cueva y en ese contexto se pudo conservar el techo de la cueva. Y también el techo de Polícromos de Altamira, que es una de las obras cumbres del arte prehistórico, con lo cual también los propios ciclos cársticos de las cuevas a veces han ayudado incluso a su protección. Obviamente, el paso del tiempo también deteriora estos objetos y las alteraciones climáticas mayores en los objetos que están expuestos al aire libre. Un monumento megalítico que recibe la erosión eólica del agua, la de el viento, va dañando probablemente ese material. Y en el caso de las cuevas, cualquier alteración de ese microclima en el que la cueva ha estado durante miles de años puede hacer mella en el patrimonio. Esto también puede afectar a los bienes muebles. Un objeto cerámico, un hueso trabajado, por ejemplo, de arte mobiliar cuando se extrae del yacimiento. Por eso hay quien dice que lo peor que le puede pasar a un yacimiento arqueológico es ser descubierto, porque a partir de ese momento empieza, por así decirlo, su deterioro y por eso en los últimos años hay una cierta tendencia, a veces un poco puritana y no justificada, a no excavar nada. No hay investigación, solo nos dedicamos a la explotación. Y esto yo creo que es un error. Hay que investigar haciendo esa investigación también sostenible. Pero decía que un objeto mueble, un hueso trabajado, un bastón perforado, por ejemplo, cuando sale del contexto de la excavación empieza a deteriorarse. Lógicamente, si va a un museo y se coloca en una vitrina con unas condiciones de luz, de temperatura y de humedad que en cierta medida puedan reproducir aquellas que tuvo en el tiempo que estuvo enterrado, pueden garantizar su mayor duración en el tiempo. Pero desde luego las cuevas también, y también en ocasiones parte del arte mobiliar, pueden ser resultado o pueden ser dañadas también por elementos humanos, por elementos antrópicos y por causas de carácter coyuntural. La contaminación, a veces el crecimiento de la vegetación, quizá la colonización con líquenes y con musgos que meteoriza en cierta medida esos elementos, quizá también las infraestructuras que pueden crecer en el entorno de esos yacimientos, por el auge de la obra pública y que a veces han permitido el descubrimiento de algunos objetos de arte prehistórico, pero que a veces también han estado detrás de su ruina. Y también esa sobreexposición turística un poco descontrolada que puede llegar a alterar las circunstancias en las que ese yacimiento había estado hasta ese momento. Y luego obviamente como desaprehensivos e ignorantes hay en todas partes, también a veces la acción antrópica, sea inocente, naive, gamberra o consciente, ha podido llevar a dañar en muchas ocasiones los objetos y ha podido desarrollar una labor de deterioro bastante constante de estos objetos y ha obligado también a las autoridades a una intervención un poquito más directa y un poquito más responsable. ¿A dónde han ido esas medidas responsables o por dónde se han orientado? Por no proteger sólo el bien patrimonial, sino proteger todo el entorno. Han tenido mucho predicamento el concepto de los paisajes culturales, esos conceptos que realmente han permitido vender la idea, en el buen sentido del término, de que el patrimonio material, el patrimonio cultural arqueológico, una cueva por ejemplo, ha formado parte probablemente de un escenario más o menos natural y ambiental que quizá no se ha alterado mucho con el paso de los años y que todo el paisaje, todo el medio ambiente que ha interactuado con esa cueva es digno de proteger. Porque así no ponemos el acento sólo en proteger el abrigo concreto, sino que si también protegemos el paisaje del entorno, evitamos la acción de infraestructuras que puedan dañarlo. En fin, tenemos una perspectiva un poco más macro. Por eso en los yacimientos arqueológicos, por ejemplo, cuando se declaran VIC, esa declaración se intenta que sea una declaración no muy circunscrita desde el punto de vista territorial, sino que se intenta en cierta medida que sea una declaración que proteja cuanto más entorno mejor. No sólo los muros o las estructuras concretas, sino, y en el caso del arte rupestre sobre todo, el concepto de paisaje cultural en Foscoa, por ejemplo, en Siega Verde o en el entorno de las cuevas de Altamira, Puente Viesgo, etc., es el concepto que se ha manejado junto con los ejemplos que antes ponía del Bajo Aragón y del Alto Aragón. Han ido creando un poco también esas buenas prácticas. En segundo lugar, también se ha avanzado mucho para vigilar, establecer un protocolo de vigilancia de ese bien, sea mueble o inmueble, desde el momento de su descubrimiento al de su puesta en valor y al de su sucesivo disfrute por parte de la población. Analíticas para ver cómo resiste a la humedad, los contrastes de temperatura, el dióxido de carbono emitido por la respiración humana a un escáner 3D, a un calco como se hacía anteriormente y, en ocasiones, esos indicadores cuando se han aplicado han llevado a decisiones de clausurar algunos centros o de hacer réplicas concretas para evitar esa sobreexposición. Quizá la principal consecuencia de esos protocolos que se han ido estableciendo ha sido controlar el régimen de visitas para evitar que las visitas descontroladas pudieran dañar o comprometer la conservación del bien. Más sencillo es, como decía, la conservación del arte prehistórico cuando se trata de arte mobiliar. Es evidente que el arte mueble es un elemento más fácil, decíamos, de datar cuando hablábamos, por ejemplo, del arte mobiliar paleolítico y sobre el que, en función de la materia en que esté fabricado, sea orgánica o inorgánica, los restauradores de bienes culturales tienen protocolos muy concretos sobre los que pueden intervenir en materia de preservación, en materia de conservación. Bueno, es fácil tratar, como veis ahí, un ídolo oculado para quien ha acostumbrado a trabajar en la conservación del hueso trabajado. Lógicamente también aquí hay un problema y es que en muchas ocasiones la investigación arqueológica no la hacen restauradores y el hallazgo en campo de un determinado bien patrimonial puede llevar a que el celo por saber qué es este objeto, limpiarlo, ver si tiene detalles de carácter decorativo, puede hacer que se rasque con el dedo y que se dañe algún elemento. Por eso en los últimos años la legislación obliga a que en los yacimientos arqueológicos haya siempre restauradores, conocedores de los protocolos también de extracción y por tanto desde el momento del hallazgo una intervención que sea lo más cuidadosa posible con la conservación de ese bien mueble que aparece. Una vez que es extraído el yacimiento, es importante cuidar las condiciones lumínicas, las condiciones de temperatura y la manipulación posterior de ese objeto que en una sala de un museo como decía son más fáciles de estandarizar y de monitorizar. Una palabra que no conseguía que me viniera pero que ilustra muy bien esa monitorización de la conservación del patrimonio arqueológico. Lógicamente el gran peligro del arte mobiliar es su dispersión en colecciones particulares, en el furtivismo arqueológico, ahora que estamos hablando del arte de la Edad del Bronce o de la Edad del Hierro, los detectoristas, el robo y el expolio con agujeritos, que sigue siendo noticia casi cotidiana de los yacimientos arqueológicos. Esto es lo que hace que realmente el arte prehistórico sea tan frágil porque está en mitad del campo, es muy difícil intervenir sobre él y se hace realmente necesario que haya medidas también disuasorias para evitar la frecuentación de yacimientos por desaprensivos. Esto es muy difícil pero las patrullas del SEPRONA que trabajan en el territorio rural son seguramente las que están más acostumbradas a este tipo de actuaciones y por tanto las que saben cómo intervenir ante este tipo de furtivos que en muchas ocasiones lamentablemente van por delante de nosotros en la constatación de los enclaves arqueológicos que conocen probablemente mucho antes que la investigación. Pero bueno, en este caso ya sabéis que además el desconocimiento de la ley de patrimonio y de que hacer excavaciones y remociones del terreno de manera irregular no está permitido, no exime del delito y ha habido realmente algunos casos, la Cueva de Chávez por ejemplo, la destrucción de la Cueva de Chávez que parece que fue con plena advertencia del propietario sobre los que se han dictado, no recuerdo en qué quedó la sentencia pero sí que se han dictado sentencias con penas bastante graves. En los últimos años para esa conservación y para esa proyección social en ese contexto de lo que ahora se llama la arqueología pública se han cuidado sobre todo tres herramientas que son fundamentales. En primer lugar la adecuada documentación, en segundo lugar la adecuada difusión y en tercer lugar la adecuada musealización y termino con esto. ¿A qué me refiero con la adecuada documentación? Bueno, tradicionalmente en la investigación arqueológica y en la investigación en prehistoria lo habitual era o dibujar los objetos bien fuera de arte mobiliar o de arte parietal o más adelante sobre todo en los comienzos del siglo XX calcarlos. Bueno, el dibujo a escala estoy pensando en los breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de Santillana del Mar de Marcelino Sáenz de Sautuola pues eran unos dibujos deliciosos como los que se hicieron en el siglo XVII en los primeros tratados de las hallazgos en Aquitania o de Beléfores de los que hablábamos. Luego eso no es invasivo pero hacer un calco obviamente sobre una pintura parietal pues bueno, sí que lo daña porque apoyas el plástico eso genera una transpiración que aunque dure unos segundos puede dañar unos pigmentos bastante sutiles y bastante antiguos entonces en la documentación se ha avanzado hacia técnicas como también en la investigación arqueológica cada vez menos invasivas pues los láser escáner la fotogrametría digital bueno, el propio manual os daba a propósito del arte parietal paleolítico algunas páginas web sobre todo de los distintos departamentos de Francia y del propio Ministerio donde están muy bien recogidos cuáles deben ser los detalles básicos de una representación y que generan también un protocolo de actuación muy importante. Esa documentación también os dice ahí que tiene que ser la clave de la preservación no habrá una buena preservación del arte parietal paleolítico ni de los materiales o los yacimientos arqueológicos si no hay una documentación la investigación no sólo es importante en tanto que nos permite conocer detalles de nuestro pasado sino que en realidad es importante porque nos aporta información sobre qué espacios debemos proteger no se protege aquello que no se conoce entonces avanzar desde el punto de vista de la protección es un reto desde luego fundamental. En segundo lugar la explotación y la difusión bueno, congresos publicaciones manuales publicaciones pedagógicas charlas, aparición en circuitos audiovisuales tutoriales explicativos en YouTube, todo esto que ahora llamamos socialización del patrimonio es un elemento fundamental sobre todo si esa socialización pone el acento en el compromiso que todos debemos tomar con la conservación que nos compromete como dice ahí a todos todos tenemos el derecho de disfrutar de ese patrimonio pero también somos agentes o parte importante implicada por así decirlo en su preservación en su conservación y por último la musealización que lógicamente no será igual para los bienes muebles que para los bienes inmuebles para los bienes inmuebles ya hemos dicho que es muy sencilla para los bienes muebles hay que generar criterios de conservación en los que se preserve la conservación de ese bien patrimonial en el propio territorio esto es muy importante por ejemplo en Aragón es habitual la reivindicación un poco histórica de que los ciervos del barranco de Calapata en Cretas que descubriera 1903 creo que fue Juan Cabré de los que hablábamos en las clases sobre arte levantino pues fueron llevados al Museo Nacional de Arqueología de Cataluña bueno pues se arrancaron de la roca, se protegieron probablemente si no se hubieran perdido porque hay otras pinturas del Bajo Aragón turolense que se dañaron pero se sacaron por así decirlo de contexto algunas de las plaquetas de Parpalló por ejemplo sucede lo mismo en los últimos años como digo a partir de los años 90 con el auge también del turismo medioambiental y del turismo paisajístico o del paisaje como recurso turístico y como recurso cultural se fueron creando eso que llamamos los parques culturales que han permitido una adecuada interacción tenéis ahí algunos ejemplos que coinciden con los que yo dije anteriormente una adecuada interacción entre el entorno paisajístico el bien patrimonial que no sólo genera un paquete o empaqueta dos realidades sino que además probablemente sobre todo para los artes más recientes bueno pues el levantino por ejemplo permite imaginar y a veces incluso los estudios palinológicos o medioambientales lo han confirmado permite evidenciar que realmente ese paisaje no ha cambiado tanto en todos estos años y que estamos ante un contexto que más o menos nos permite recrear cuál sería la fauna, la flora y el medioambiente de esas sociedades antiguas que crearon este arte con el que hemos estado trabajando durante este cuatrimestre