Bien, pues en esta sesión, que es la última del curso y también del cuatrimestre, obviamente, vamos a abordar en esencia los contenidos relativos, como estaba pronunciado, al tema 16 del manual, que es la arqueología de la muerte en Roma, la arqueología del mundo funerario. Un tema que, como es lógico, ha interesado notablemente a la investigación y que en los últimos años también, desde la óptica hispana, ha conocido un cierto renacimiento con algunas publicaciones muy recomendables que podéis consultar si en algún momento tenéis tiempo. Fundamentalmente me refiero a los trabajos que sobre el mundo funerario del profesor Desiderio Vaquerizo, de la Universidad de Córdoba, en particular un volumen titulado Espacios y usos funerarios en el occidente romano, que tenía dos volúmenes y la que va a salir en los próximos meses, semanas, probablemente semanas se puede considerar la secuela de ese volumen, coordinada por una discípula, el profesor Vaquerizo, la profesora Ana Ruiz Osuna, que en la editorial de la Universidad de Córdoba, que es la que va a publicar un volumen titulado Morir en Hispania, no recuerdo ahora los detalles del título y que es una apuesta al día sobre lo que sabemos sobre el mundo de la muerte en Roma con su evidencia en el ámbito hispano-romano. Bien, lo primero que hay que afirmar, como dice el manual, es que el hecho funerario, la muerte, es un fenómeno bastante polifacético y obviamente la sociedad romana no es una excepción. Eso hace que al fenómeno funerario lo podamos aprender, podamos acercarnos a él desde distintas consideraciones que hacen que sea quizá uno de los ámbitos de estudio más interdisciplinares, podríamos decir, de cuantos existen en la arqueología romana. En la arqueología romana y en la arqueología de las provincias del occidente romano. Nosotros hace algún año publicamos también un volumen en el que, en el título, ya dejábamos claro cuáles son algunas de esas implicaciones. En ese volumen, también recomendable, hablábamos de la dimensión arqueológica, de la dimensión epigráfica y de la dimensión ritual. Bueno, yo voy a enumerar como siete grandes dimensiones del hecho. El hecho funerario en Roma que siempre hemos de tener en cuenta también cuando nos aproximemos, como será el objetivo de esta sesión y del tema 16, a la cuestión estrictamente arqueológica. Una primera es la dimensión ritual. El hecho funerario se celebra con una serie de ritos y el propio hecho del enterramiento se lleva a cabo a partir o a través del hecho funerario. La historia de Roma a partir de rituales diferentes que en realidad los historiadores y los arqueólogos siempre tenemos que tratar, en cierta medida, de caracterizar. Principalmente la incineración por herencia también de los rituales típicos de las poblaciones indoeuropeas durante la Segunda Edad del Hierro. Bueno pues la incineración fue sin duda el ritual más abundante y más extendido y sólo con el desarrollo del cristianismo, bueno pues se irá abriendo camino el desarrollo de la inhumación como alternativa a ese ritual antiguo de la incineración. Esto parece muy básico pero veremos que dónde se incinera, cómo se incinera, con qué grado se consigue la cremación no sólo del cadáver sino también de los elementos de ajuar, pues bueno abre un panorama amplísimo de posibilidades que los arqueólogos también han tratado de caracterizar. Tanto si echáis mano de los trabajos del profesor Baquerizo o de la profesora Uizosuna o este que os he recomendado en el enlace, veréis cómo, bueno pues el tema de la ritualidad funeraria pues es mucho más complejo que inhumación e incineración, no digamos nada, pues bueno pues ritos específicos para fijar el espíritu al monumento, los enterramientos también del amor sin matura de esos individuos que mueren perinatales antes de cumplir, antes de tener los dientes la primera bendición y que suelen ser enterrados en las casas. También esa muerte por enfermedades que obliga a los romanos a una serie de rituales de anclar el difunto a la tierra, pues bueno que precisamente se han estudiado notablemente en la historia de los cristianos y en la historia de los cristianos. En segundo lugar, segundo espectro desde el que podemos estudiar ese polifacético fenómeno de la muerte en el mundo romano, obviamente la dimensión material. En los últimos años se ha puesto muy de moda a partir de un concepto aplicado fundamentalmente a la epigrafía, que es el del epigraphic landscape, del paisaje epigráfico, el concepto también del paisaje funerario. No se trata sólo de estudiar los monumentos aislados, sino de ver cómo configuraban un paisaje tipológico, cómo ese paisaje tipológico se articulaba desde el punto de vista de la alternancia de distintos tipos de monumentos, qué relación tenía la utilización de un monumento o de otro con las modas y los hábitos culturales del entorno y también la utilización de los monumentos. También que papel desempeñaba también la demanda y los propios rituales en ese tipo de paisaje funerario que caracterizaba una quívitas, una región, un distrito jurídico o una determinada provincia. Obviamente ahí los documentos epigráficos también han sido sensibles y fuente principal para reconstruir ese paisaje tipológico. En otras palabras, el paisaje epigráfico es un documento histórico de nuestras necrópolis, en muchas ocasiones porque han llegado a nosotros inscripciones fuera de contexto arqueológico que nos informan sobre enterramientos y, curiosamente, cuando excavamos necrópolis no encontramos inscripciones porque las inscripciones habían sido separadas de esas necrópolis en época, digamos, posclásica. A este respecto hay una publicación que siempre me parece que es muy importante, que es la de los necrópolis, que es la de los necrópolis, que es la de los necrópolis. A este respecto hay una publicación que siempre me parece que es muy importante, que es la de los necrópolis, que es la de los necrópolis. La Vía Sepulcral de la Plaza de la Villa de Madrid, en Barcelona, donde se ha podido ver la alternancia de cupae, de altares funerarios, de distintos tipos de monumentos que, en cierta medida, nos han permitido conocer cómo era en realidad el paisaje funerario de una necrópolis del ámbito provincial. En este caso de la ciudad. En la ciudad de Bárquino y estudiar incluso los rituales, os dejo ahí el acceso a la revista donde podéis descargar los PDFs, los rituales en los que además algunos elementos colegiales, como ahora hablaremos de ellos, parece que intervinieron en dar vida a esos monumentos funerarios. En tercer lugar, también el hecho funerario es susceptible de ser estudiado desde una óptica religiosa. Las inscripciones van precedidas de esa invocación a los dioses manes y también sabemos que había rituales concretos para garantizar el descanso de esos espíritus insepultos, de los lémures. Hay algunos casos en los... Hay algunos casos en los que la epigrafía habla incluso de apariciones de fantasmas. Todo esto demuestra que el ritual tenía, lógicamente, esa dimensión religiosa y que era una dimensión bastante arraigada en las poblaciones romanas. Hace poco, si sois usuarios de Facebook, el perfil o la página del Museo Nacional Romano, que es el Museo de Diocletiano Aleterne en Roma... ...una de las colecciones epigráficas más amplias que tenemos en Occidente, tiene el hábito, en el último año al menos, de ir publicando diariamente inscripciones contando, lógicamente las publica en italiano, historias en torno a las inscripciones. Y publicaba uno una placa de una inscripción cristiana con unos peces, un ancla, una iconografía cristiana. Una inscripción cristiana clarísima, ¿no?, pero precedida todavía, abierta por la fórmula dis manibus sacrum, como si ese nuevo converso cristiano le costara, y contaba eso en la historia, le costara renunciar a un ritual pagano que se había convertido, en cierta medida, en una suerte de supersticio. En cuarto lugar, las inscripciones... Perdón, las inscripciones, los monumentos funerarios también pueden ser... ...aprendidos desde la óptica ideológica y filosófica. Un monumento funerario, un sepulcro y también una inscripción se hace para garantizar el recuerdo del difunto, para potenciar ese ideal de la celebritas que permitía la vida de Ultratum. Ser recordado era la manera de ganar posteridad. Esto, como hemos comentado en alguna ocasión... ...era objeto de mofa por parte de los escritores antiguos, ¿no?, en concreto pienso en el satiricón de Petronio, en el que, bueno, pues este escritor de época Julio Claudia, de época Neroniana, pues bueno, ridiculiza a esos personajes, ¿no?, que deseaban grandes monumentos en formas de pirámide, en formas como muy excéntricas... ...o el propio... ...el propio Liberto Trimalción, protagonista de ese relato, que dice que quiere que haya una inscripción en el centro de un reloj de sol que se coloque en su monumento funerario para que por esa uminatio que llevaba a los romanos a ser incapaces de leer en silencio y tener siempre que leer en voz alta, bueno, pues cualquiera que quisiera verla ahora retraiera o volviera a traer al corazón... ...que es lo que significa recordar... ...como dice Borges, ¿no?, el nombre de ese personaje y en cierta medida, pues bueno, le diera la vida, ¿no? Bueno, pues esas noticias que tenemos sobre el primer uso de las inscripciones entre época de Augusto y época Flavia, pues bueno, nos habla también a veces de esas excentricidades y de lo importante que era conservar el recuerdo funerario. Hay también una anécdota de Sidonio Apolinar al respecto que es bastante curiosa. Que, bueno, os dejo ahí en uno de los vídeos sobre epigrafía romana donde, pues, se habla realmente de ese fenómeno, pues bueno, del cuidado de los epitafios porque los epitafios, en definitiva, también mostraban, por así decirlo, bueno, pues la personalidad del difunto. El monumento, en latín monumentum, está relacionado con el término moneo que significa advertir. Está también relacionado con el término nemini que significa recordar, ¿no? Y, por tanto, bueno, pues en definitiva, detrás de esto lo que hay es un intento por parte del comitente del monumento, pues bueno, de hacer un monumento lo más digno posible para que sea un buen reflejo de la personalidad del difunto. Lo cual, efectivamente, pues bueno... También tiene su importancia desde el punto de vista cultural y desde el punto de vista ideológico. Lógicamente, los monumentos funerarios tienen claramente también, quinto enfoque, una clara dimensión social. Están hechos para ser vistos, para cumplir ese ideal de la autorrepresentación y para perpetuar, esto desde los trabajos históricos de Toynbee se ha puesto de manifiesto, para perpetuar de manera nítida, en el más allá, el orden social. Es decir, lo que se busca es que contemplando una necrópolis, paseando por una necrópolis, un viator o un caminante, al que a veces la epigrafía invoca, ¿no? De esa ciudad y descubrir también una perpetuación post-mortem del orden social en vida. Sexto punto de vista, desde el que es susceptible de ser estudiado el mundo funerario romano. El punto de vista legal, ¿no? Bueno, pues desde la ley de las doce tablas se habla de dónde pueden y no pueden... ubicarse los enterramientos y, por ejemplo, en la Lex Ursonensis hay también abundante legislación o abundante normativa respecto de dónde deben producirse las cremaciones, dónde pueden establecerse las áreas necropolitanas. Bueno, dejó ahí un artículo de la profesora López Melero, que profesó bastantes años en la UNED. Bueno, eso sí lo hace... Cuatro o cinco años, como mucho, donde analiza esas disposiciones, ¿no? Dónde se entierran los adultos, qué ritual hay que seguir para un enterramiento acervo, para lo que se llama morsa acerva, que es la de los delincuentes, por ejemplo, y esa muerte a la que, por ser impropia o inesperada, el romano no se atreve, por así decirlo, a contemplar, mirar, digamos... cara a cara, bueno, esa previvencia también de los enterramientos en las casas, qué legislación hay sobre ello. Bueno, pues todo esto también el profesor José Remesal, en los volúmenes de Sidrio Vaquerizo, de los que hablábamos antes, se ha dedicado bastante al mundo legal, obviamente también los romanistas detrás del mundo funeral. Y por último hay una dimensión, digamos, no tanto ritual, porque ya hablamos del término ritual, anteriormente, sino casi de calendario. No sé si conocéis un libro de Néstor Marqués, que es un gran divulgador del mundo antiguo, que se titula Un día en la vida de Roma, Un día en Roma, y que es un repaso al calendario romano día a día. Bueno, pues el calendario romano estaba lleno de fechas que ordenaban el día a día de las sociedades romanas y que contemplaban ceremonias de frecuentación. Como decíamos, del sepulcro para llevar cosas, los llamados feralia, para llevar concretamente dentro de esas cosas flores, los llamados rosalia, o también para honrar a determinados tipos de difuntos o familiares, en concreto a los padres, en los llamados parientalia. Parentalia, perdón, ya sabéis. Ya sabéis que parentes es el término que habitualmente aparece en la epigrafía para referirse a los padres. De hecho, como no todo el mundo tenía capacidad de ser enterrado con un sepelio funus en condiciones y tampoco todo el mundo podía ir... garantizándose esa frecuentación del monumento, porque bueno, pues a lo mejor no tenía una familia muy amplia, o era alguien pues bueno que a lo mejor ya hubiera muerto. Y que bueno, pues por tanto, en cierta medida, no tenía nadie y con él se cerraba por así la estirpe. y con él se cerraba por así la estirpe. Florecieron los llamados colegia funeraticia, que eran grupos, asociaciones en las que se pagaba una cuota en vida para que pudieran frecuentar el sepulcro individuos de esos colegia que pudieran mantener vivo el recuerdo del difunto. Bueno, todo esto, estos siete o ocho elementos, siete me parece que hemos enunciado, muestran claramente ese carácter polifacético o poliédrico, si preferís, de la muerte en el mundo romano, que lo convierte en un fenómeno susceptible de análisis desde una óptica claramente interdisciplinar en los estudios sobre antigüedad. Nadie puede escribir sobre la muerte en Roma. Maureen Carroll, Anne Cole, por ejemplo, Bárbara Ivor o los autores que cité, Toynbee, Baquerizo, etcétera, el propio Francisco Marco también, sin referirse a todas estas dimensiones porque todas permiten caracterizar un componente más o menos nítido, más o menos claro y omnipresente en la cotidianidad del mundo romano, como obviamente sigue tristemente estando presente también en la nuestra. El manual dedica una parte a hablar del funus, del conjunto de ritos que terminan con el sepelio, con la deposición, digamos, del cadáver en el monumento y a partir de ahí introduce la tipología, páginas 444-449, que, bueno, pues convierte un poco el manual en una historia de la arquitectura funeraria en Roma. Bien, hace unos días proyectábamos la imagen de la tumba de los Jaterino, esa tumba que nos servía para hablar un poco de la arquitectura romana y del modelo de construcción de la arquitectura romana. Y ahí veíamos cómo aparecía el difunto colocado en un lecho, bueno, y las máscaras, verdad, de esas imágenes majorum, colocado el difunto en ese lectus funebris y ahí, bueno, pues es donde se hacía esa laudatio o esa conclamatio en la que se cantaban las virtudes romanas. Entonces, el difunto en los últimos años, bueno, con este auge un poco de la epigrafía y de la arqueología, digamos, de género, se ha puesto de moda reivindicar los valores del epitafio de la laudatio turiae, una inscripción que recoge el texto de una de esas conclamaciones dirigida a una mujer de la que se cantan, por así decirlo, sus virtudes romanas. Fundamentalmente domésticas, ¿no? El manual, páginas 452 y 53, insiste en que este velatorio en la Domus en cierta medida trata de reproducir el funus imperatorum, el resultado de toda esa parafernalia que comenzaba con la incineración en los loghi, en las piras y con la consiguiente consecratio del emperador, que conocemos muy bien. Gracias, aunque no solo a los estudios del profesor Javier Arcei, que el manual detalla. Bueno, en realidad una de las maneras o de las mejores maneras de conocer el funus imperatorum y su pervivencia en el mundo contemporáneo es mirar los funerales de los papas, ¿no? Cuando asistimos al funeral de Juan Pablo II hace, a lo tonto ya bastantes años, porque el tiempo pasa bastante deprisa, bueno, pues pudimos ver muchos de esos elementos que formaban parte del ritual del antiguo funus imperatorum y que en definitiva demuestran también la previvencia en el contexto de la curia y de la iglesia católica de esos rituales un poco milenarios. Después del tiempo que el cadáver era honrado, en la domus, en el ámbito familiar, comenzaba la llamada pompa funebris, el sepelio, que es lo que aquí en Navarra creo que acostumbra a la gente a llamar la conducción, la conducción del cadáver al locus sepulturae, al lugar donde va a ser ubicado, colocado el enterramiento. Bien, ese locus sepulturae lo conocemos porque está muy bien documentado en la epigrafía. Hay ocasiones en las que las asambleas locales, los órdenes municipales, dedican al difunto que pertenece a una familia importante o al que hay que agradecer un favor determinado, dedican un locus sepulturae gratuito, ¿no? Que no tiene que poner el difunto, sino que la propia comunidad le obsequia con él. Probablemente esa conducción iba acompañada de plañideras, de trompetistas, flautistas, músicos, que daban un poco el aire luctuoso al sepelio y sabemos, de hecho, que ese locus sepulturae, desde la ley de las doce tablas, era considerado un espacio perfectamente acotado, de uso exclusivo de la familia y la epigrafía, de hecho, utilizó abundantes resortes para delimitarlo muy bien. Uno de los ejercicios, yo creo, más bonitos que hay para la arqueología funeraria, para comprender la arqueología funeraria, si alguna vez tenéis ocasión de realizarlo, es pasear por la Vía Apia de Roma, desde la Vila de Quintili hasta la Tumba de los Escipiones, por ejemplo, y ver cómo hay todo un fenómeno de intento de conquista del espacio funerario y de colocar los monumentos en primera línea de vía sepulcral para precisamente ser capaz de garantizar esa lectura de las inscripciones y ese recuerdo funerario que garantiza, a través de la que le britas la vida, en la otra vida o la perduración, el recuerdo en la otra vida. Este es un elemento muy importante y muy cotidiano que la epigrafía refleja muy bien. Por ejemplo, con fórmulas como la que indican que el monumento no debe pasar a los herederos o con el fenómeno de la llamada indicatio pedaturae, sobre la que tenéis unos trabajos muy buenos precisamente del profesor Baquerizo a propósito de las menciones de indicaciones pedaturae en la península ibérica. Os dejo aquí el enlace que consiste en marcar con una serie de hitos cuánto se extiende el monumento in fronte y cuánto se extiende el monumento in agro y que indica que cuando se colocaba el enterramiento se había delimitado con total claridad, cuál era el espacio que el monumento iba a ocupar para evitar que fuera usurpado el recinto o la visibilidad de ese recinto. Como hemos dicho, que el ritual fundamental era la incineración en los monumentos o en las áreas cementeriales, en las necrópolis que estaban perfectamente urbanizadas, y perfectamente racionalizadas y que casi reproducían el urbanismo de la ciudad de los vivos, se producía esa incineración en los busta o en los ustrina de los que os habla el manual y normalmente se recogía todo lo que se había cremado, todo lo que se había incinerado en una olla, en una urna cineraria. Precisamente el análisis de los enterramientos, el análisis de los restos de las incineraciones desde el punto de vista paleopatológico ha sido muy importante porque nos ha permitido caracterizar muy bien las enfermedades y los problemas óseos de muchos de los cadáveres antiguos, de los cadáveres de época romana, pero también nos ha llevado a verificar que en cierta medida, bueno pues, también a veces cuando se cremaba se recogía de manera mezclada restos del lecho funerario, de selectus funebris, de esa cama funeraria en la que se portaba al difunto. También se recogía elementos juguentarios, pequeñas joyas que habían sido colocadas vistiendo al difunto como ofrendas y bueno, todo eso se metía en la urna. Distinto era el ritual de la inhumación. Lógicamente el acto de colocación del cadáver en el sepulcro ya daba pie a una primera diferenciación social. No es lo mismo meter los restos de la incineración en una urna de cerámica que en una urna de mármol. No es lo mismo hacerlo en un ánfora o en una vasija de cerámica común que en una caja, en una osteoteca de piedra o de metal. No es lo mismo que lleven o no lleven inscripción cada uno de esos soportes. No es lo mismo si es una inhumación que vaya directamente sobre un sepulcro excavado en la roca o que vaya, que también los romanos los utilizaban en un ataúd de madera o en un ataúd de plomo o en un ataúd de piedra. De la misma manera, a la hora de marcar al exterior el monumento, de hacer propiamente el monumentum que es ese acto de recuerdo y de advertencia de la existencia de ese difunto y de lo que de él se quiere recordar pues bueno, también la tipología epigráfica el recuerdo que se quiera emplear para advertir de la existencia es bastante múltiple. Puede haber placas, puede haber bloques el manual utiliza la expresión cipo que está bastante proscrita de la epigrafía se habla más bien de bloques arquitectónicos si son estelas, si son altares y habla también del fenómeno de las cupae que escribe erróneamente porque no es así con dos p's cupa que significa en latín cuba y ahí viene cúpula también porque tiene esa forma abovedada es un término que aparece en la epigrafía y que pues tuvo un cierto arraigo por ejemplo aquí en el ámbito vascónico sobre todo en el entorno del área de Cinco Villas hay un bastante bien conocido grupo de cupa estas sepulturas en forma de medio tonel con un rebaje en la parte inferior para anclar en ella introducir en ella la urna cineraria os dejo ahí una entrada del blog donde a propósito de distintos tipos de inscripciones tenéis también algunos ejemplos de altares, de placas de estelas de nuestro ámbito casi todas del Museo de Navarra y que permiten contemplar una variedad tipológica de monumentos epigráficos en nuestro ámbito que bueno pues en definitiva también nos sirve para ver que gran parte de lo que estudiamos con carácter general pues bueno sirve también para este territorio un poco navarro-aragonés en el que nos movemos y os dejo también un artículo relativo al tema publicado aquí en colaboración con la UNED de Tudela y que está libre para descarga hace algunos años lógicamente en el momento que se producía el sepelio comienza todo ese ritual de purificación y de frecuentación que va pues bueno desde el silicernium el llamado banquete funerario en los últimos años se han publicado por parte del profesor Abascal algunos nuevos documentos relativos al banquete funerario y a su significación en época romana en Franonia y Germania donde parece que surge el motivo hacia la hispania indoeuropea en el área burgalesa la de los infantes Alcubilla del Marqués el entorno un poco de Plunia el llamado municipio Flavio de Nova Augusta hay bastantes estelas con representaciones de banquetes funerarios que fueron ya en su día estudiadas por el profesor Abásolo que también contribuye a ello en uno de los volúmenes del profesor vaquerizo a los que aludí anteriormente suelen ser representaciones del difunto de la difunta en una silla normalmente de pata curva digamos con una mesa trípode una triplex mensa como a veces se llama y con algún elemento normalmente un bizcocho una especie de bizcocho circular y algún urseus alguna jarra que ejemplifica el banquete funerario que los vivos también comitentes del monumento tienen en el momento de realizar ese pelio y que figuran en la estela como una manera de hacer presente al difunto en ese acto de confraternización todas las libaciones también que se hacían en la frecuentación del sepulcro sentido en los llamados infundibula unos orificios que algunos monumentos especialmente las cupae tenían para que se vertiera el líquido del vino de la leche, aquello que se ofrendara al difunto y esa frecuentación y esa celebración de banquetes que normalmente tenía un momento clave en el Dies Natalis también en la tradición cristiana es el momento en el que el difunto ha muerto y nace a la nueva vida pero en el mundo pagano solía celebrarse el Dies Natalis como el día del nacimiento luego el cristianismo sería el cumpleaños del difunto o el que habría sido su cumpleaños luego el cristianismo da la vuelta a eso y convierte el Dies Natalis en el día del nacimiento como comentábamos hace un momento a la otra vida con lo que eso supone ¿Qué tipología de monumentos tenemos en la arqueología de la muerte en Roma y cómo podemos trazar qué es lo que hace el manual entre la página 444 y 449 la historia un poco de la arquitectura funeraria en Roma bueno pues entre los siglos IV y III tenemos pocos ejemplos pero los que tenemos son monumentales y vinculados a algunas de las grandes familias del mundo de la República me refiero por ejemplo el manual la detalla la tumba de los escipiones, una tumba excavada en tufo con una especie de gran ortus, de gran jardín funerario en el que se colocan cada uno de los sarcófagos la tumba de los escipiones es un poco el primer ejemplo que tenemos en época republicana de los llamados acotados funerarios a cielo abierto que luego se ven en la vía Apia y que se ven también en algunos ámbitos del norte de África incluso del interior peninsular luego en el mensaje que os dejaré con la grabación en el curso virtual como solemos hacer, os dejaré algunos enlaces de material pedagógico que hemos hecho en los Bañales con el acotado funerario de los Atilios en Sádava vinculado al territorio de la ciudad romana de los Bañales y en el que podéis ver cómo era efectivamente un acotado funerario a cielo abierto con una gran fachada monumental y una serie de sarcófagos o urnas cinerarias En el siglo II antes de Cristo comienza como consecuencia de ese influjo griego helénico del que ya hablábamos cuando hicimos la historia de la cultura material del mundo romano la llegada de los influjos griegos que luego se van multiplicando también durante el siglo I antes de Cristo por ejemplo los monumentos turriformes como la torre de Servio Sulpicio Galba en Roma En el siglo I antes de Cristo, que es la época del gran boom, sobre todo a partir de época de Augusto del llamado hábito epigráfico asistimos a una notable multiplicación de la tipología o quizá la novedad son las tumbas colectivas en forma de casa podríamos decir tumbas en forma de casa que podríamos denominar oicomorfas y que las encontramos por ejemplo que las encontramos por ejemplo en las necrópolis de Ostia y de Isola Sacra en las afueras de Roma donde vemos esas tumbas de libertos con aspecto de edícula de vivienda que deben también un poco en el ritual etrusco que decíamos que había informado, que había en cierta medida influido en tantos elementos de la cultura material del mundo romano tenemos ejemplos también en la necrópolis de Porta Nocera de Pompeya pero quizá los de Isola Sacra en Ostia como dije hace un momento son sin duda unos de los más conocidos es el momento también de mayor diversificación en el que vemos sepulcros en forma de altar, en el que vemos también esos monumentos cuadrangulares tipo naiskos griego con un gran podio que los eleva una especie de edícula sobrepodium de los cuales quizá el ejemplar más conocido sea la tumba del panadero Eurisaces que se construye entre el año 30 y el año 20 antes de Cristo y que sabéis que es un sepulcro en el que bueno, pues es uno de estos un poco que se pusieron de moda en época romana y que es en época augustea y que ridiculiza un poco luego el satiricón de Petronio o la pirámide de Cayo Cestio también que tenía forma de pirámide y que como sabéis en el caso de Eurisaces, el panadero pero que en realidad era un redemptor pistoris, es decir un empresario de panadería que produce, si echáis un vistazo a la imagen en el enlace que os he dejado pues las toberas de los hornos del pan y toda una especie de cómic en relieve y debajo la cartela con la inscripción donde se ve las distintas viñetas, las distintas escenas de la fabricación del pan eso le sirve también al satiricón de Petronio para ridiculizar esto diciendo que en el sepulcro de Primalción tendría que haber todo un cómic de cómo él empezó quitando un poco la mugre en la vida y cómo fue luego el esclavo pasó a liberto y fue dispensator, prestamista de una caja pública una especie de imagen del sueño romano de las posibilidades de promoción social. También se ponen de moda en ese período del siglo I a.C. los monumentos circulares el tolos con un podium que siguen en cierta medida los patrones helenísticos y que en cierta medida fueron también muy populares porque los utilizaron profusamente los emperadores el mausoleo de Augusto sería el primer ejemplo de ese tipo que el manual llama de Casal Rotondo pero luego el mausoleo de Adriano reutilizado en el castillo de San Angelo en Roma cerca de la colina vaticana o el mausoleo de Diocleciano no hablo de esos monumentos imperiales de los que el manual a través de un encarte detalla en las páginas 453 y 454 también son frecuentes en este momento los monumentos como he dicho hace un momento de tipo como la pirámide de Cayo de Cestio en la zona de Vía Ostiense que si no me equivoco es la zona occidental de Roma y también los monumentos que también tenéis veo el de Urisaces en la página 447 del manual y las tumbas de Casal Rotondo de Roma también los monumentos tipo edícula o tipo templo el sensacional ejemplo de Favara en la provincia de Zaragoza del que creo que ya hablamos hace algunos días y que en realidad se parece mucho tipológicamente al que hemos tenido la oportunidad de limpiar y del que ofrecíamos hace apenas dos días si no fue ayer fue antes de ayer un modelo fotogramétrico en el canal de vídeos de los Bañales que es ese monumento de Sonavilla en Castiliscar que podéis ver ahí tenéis también más documentación sobre él. El manual habla también de los monumentos tipo escolae aunque este término de escolae se ha utilizado también para monumentos de representación dinástica en los foros municipales como por ejemplo la tumba de Eumaquia de la página 448 que ha inspirado algunas de esas en Pompeya que ha inspirado algunas de esas magníficas creaciones del pintor historicista británico Logan Salmata de Mano que ha tenido esa gran capacidad de recrear muchos de los ambientes de la vida cotidiana del mundo romano. En época imperial ya a partir del siglo I d.C. es el predominio de los grandes monumentos de cara familiar y a partir de ese momento la tipología se multiplica el tipo de templo con podio, con escaleras y antae con los muros de la nave enmarcando esas antae, templos in antis en definitiva pero de uso funerario como el ejemplo de Favara cerrados por puertas que sólo se accede al interior para celebración también los monumentos de tipo casa edícula o icomorfos construidos en ladrillo pero plaqueados de mármol y siempre con ese tejado a doble vertiente como los ejemplares de Ostia o de la necrópolis de Ostia de Portus en Isola Sacra los columbarios que en cierta medida ya estaban presentes en el modelo de la tumba de los Escipiones esos recintos, tenemos un buen ejemplo en Cataluña en Vila Rodona y tenemos otro columbario la llamada tumba de los Pompeyos en Torre Paredones este yacimiento cordobés en Baena del que hemos hablado en otras ocasiones que eran esos recintos así llamados porque se asemejan un poco a los palomares en los que se sitúa en la pared todo el recinto rodeado con esas urnas cinerarias y que suelen ser todavía hay columbarios en algunas iglesias de nuestro ámbito y que suelen ser monumentos de carácter familiar bien, a partir de finales del siglo II después de Cristo empezamos a encontrar sepulturas cristianas todavía proscritas por la legislación y por tanto en las catacumbas que sobre todo se convierten en lugares de enterramiento y también de reunión en los siglos previos a la persecución normalmente son tumbas en loculi horizontales grandes espacios excavados en la pared horizontales o a veces si se trata de enterramientos de personajes distinguidos tumbas en arcos óleos a modo de arquillos y que bueno pues tienen una gran importancia porque nos hablan también de los personajes singulares que estarían enterrados en esos espacios suelen ser enterramientos colectivos hechos además en las propiedades de personajes que cedían su fundus cedían su ámbito rural su zona agrícola como veíamos la semana pasada para facilitar que en ella se colocaran por la disponibilidad de tierras enterramientos cristianos de gente normalmente en ese momento de pocos recursos y para celebrar en la clandestinidad rituales específicos propios del mundo cristiano eso fue concibiendo esas ciudades de los muertos por así decirlo con esas plantas a veces de espina de pez con galería central que realmente forman ese modelo típico de las catacumbas quizá por terminar en el mundo cristiano no solo las catacumbas configuran el modelo de enterramiento sino que sabemos que también a partir del edicto de Milán del 313 la libertad de culto la libertad religiosa hizo que desde el siglo IV todas las llamadas basílicas martiriales en las que se extiende la creencia de la conveniencia de la inhumatio ad sanctos es decir enterrarse junto a las reliquias de un mártir partiendo de la base de que ese enterramiento junto a un mártir por proximidad pues garantiza una beatificación en sentido sencillo no me refiero a beatificación canónica o una mejor posición en la otra vida en los últimos años por ejemplo en Tarragona en el área del Parque Central que es un gran centro comercial a orillas del Francolí justo delante del Museo de la Necrópolis paleocristiana se ha excavado la basílica supuestamente de la Beata Tecla de la Virgo Beata Tecla que conocemos por una inscripción y se ha musealizado en la parte baja del centro comercial y ahí puede verse la basílica y toda una red de inhumaciones muy pobres de estos cubiertos a doble vertiente con tégulas de los que tenéis algunas fotografías en el manual y que sería un buen ejemplo de ese tipo de inhumaciones ad sanctos que proliferaron a partir del edicto de la tolerancia y de la libertad de culto en época ya del siglo IV bien, con esto terminaríamos este tema y algunos elementos que remito al manual para que podáis profundizar en ellos bueno, queda la despedida muchas gracias aunque lo he puesto también en el mensaje que tengo medio preparado para colocar ahora el enlace a la grabación ha sido un placer acompañaros espero que las sesiones hayan resultado para vosotros de utilidad y encontraros en otras asignaturas o en otros contextos y nada, muchísimas gracias por vuestra atención aunque yo la semana que viene estaré fuera, miraré a diario el correo electrónico por si tuvierais cualquier duda y os deseo también muchísima suerte en el examen presencial en la semana que escojáis muchas gracias