Hola, buenas tardes, buenas tardes a todos, buenas tardes Pemolino, buenas tardes a los que estáis aquí, siete y os habéis apuntado, a los que vayáis a venir alguna vez y estéis desde casa recordad que por el protocolo COVID os tenéis que apuntar con 24 horas de operación porque si no la lista no se genera, no aparecéis en la lista, pero bueno, yo tomo nota en cualquier caso del contacto y se lo dejo luego para que avisen. Bien, no ha habido mucho movimiento en los foros, la estudiante de Valencia a la que si ve la grabación la saludo, me ha llamado hoy, estaba en una tutoría de máster y no la he podido atender, le he dicho que me llame mañana, así que esta semana todavía no hemos hablado, mañana no pierdo la esperanza de que acabe la semana y no hablemos, pero quizá me llama, si has visto la grabación pues te hará gracia. Ya no sé cómo es el estado de ánimo que tenemos. Otro día llegábamos a la primera parte del tema 2, el capítulo 2, que es un capítulo muy largo, que incluye lecturas de introducción a la lengua española y de saber hablar y vimos los puntos 1 y 2 prácticamente completos. En este capítulo vamos a hablar sobre las características de la lengua hablada y de la lengua escrita y qué se considera que es hablar bien. Sobre eso mismo tratan las páginas de saber hablar que hay que leer, la 19 a la 46 y la 58 a la 75, es decir que la semana que viene vamos a volver a esos puntos, pero no en introducción, que es lo que hicimos la semana pasada, sino en saber hablar para que podáis leer esas páginas para la próxima semana. Por si tenéis alguna duda, porque ya veis que yo no soy exhaustivo, es decir, esto no es una clase, es una tutoría, entonces en 1 hora y 20 minutos hago saltos. Lo que no aparezca aquí no quiere decir que no se pueda preguntar en la prueba o en un continuo examen, sino que simplemente me lo he saltado. Entonces, si yo me salto algo y vosotros tenéis una duda, hola, me podéis interrumpir y preguntar, pero para eso es conveniente que antes lo hayáis visto. ¿De acuerdo? Y hoy vamos a ver la corrección muertosintáctica y la corrección léxica, si es que nos da tiempo que sería el primer año que nos da tiempo. Pero bueno, si el segundo día recorrimos 1500 años, pues hoy podemos recorrer completa la gramática donde encontramos el concepto de corrección. O sea, lo importante es el concepto de corrección y el concepto de adecuación. ¿No? Hay distintos niveles de corrección según los tipos de textos, los tipos de comunicación. El otro día nos enredamos con la comunicación especializada, pero bueno, hay otros tipos de comunicación, la comunicación familiar, la comunicación académica. Y en algunos de esos géneros, en algunos de esos discursos, los géneros que pertenecen a la escritura académica, por ejemplo, son el correo electrónico, la carta académica, el certificado de la universidad. El examen, el trabajo a fin de grado, el trabajo a fin de máster, la tesis doctoral. Esos son distintos géneros del discurso académico. Académico que tiene que ver con académico escolar, no con académico calle Felipe IV Real Academia, que también académico significa eso. Pero resulta que en el español lo veíamos en el repaso que hacíamos de la historia, pues hay una institución que tiene trescientos y pico años, trescientos siete, trescientos ocho, que se llama la institución académica. Es una Real Academia Española y que ha ido evolucionando y actualmente forma parte de una asociación de academias de la lengua española que, entre otras cosas, publican una serie de normas, o sea, una serie de obras que se consideran normativas, donde hace declaraciones sobre cuestiones normativas, cuestiones de usos preferentes. Son la gramática, la nueva gramática de la lengua española de dos mil y nueve años, la gramática de la lengua española de dos mil y nueve, la ortografía de la Real Academia de 2010 y el diccionario de la lengua española de la Asociación de Academias de la Lengua Española 2014, que se actualiza todos los años con el antecedente del Diccionario Panhispánico de Lulas, que inaugura ese nuevo concepto de norma panhispánica que incluye la variación. De tal manera que el español estándar no es único, sino que tiene distintas variaciones, distintas variedades, perdón. No son unas correctas y otras incorrectas, todas son correctas y son adecuadas en el contexto comunicativo respectivo. Bueno, la gramática no nace en 2009, sino que hay toda una tradición gramatical y hay obras que tratan sobre gramática como la introducción a la lengua española o saber hablar que son anteriores a esa nueva gramática. Eso puede dar lugar a que haya algunos preceptos aquí recogidos que ya no son vicentes en esas, sino que pertenecen a la norma anterior, a la que no era panhispánica, digamos, a la que era sólo de la Real Academia Española sin tener en cuenta las cosas. Entonces, por ejemplo, la cuestión del género, que es con lo que acabábamos el otro día. Bueno, pues la cuestión del género, el otro día nos íbamos a la Argentina y a Torres y a la Roba y demás. Todo eso no es materia de examen en esta asignatura. A lo largo del grado lo podréis estudiar. Los que estudiéis el grado en estudios ingleses veréis que el género es diferente en inglés que en español y buena parte de las polémicas que tienen que ver con el género nacen en el mundo angloparlante donde el género tiene una función. Totalmente diferente y sólo es importante en los pronombres. Por eso la gente indica a veces los pronombres con los que quiere ser tratado, ¿no? He, him, his o... En español, en la cuestión de los pronombres, en eso estamos mucho más avanzados que el inglés porque tenemos cosas como el laísmo y el leísmo y podemos cambiar el género del complemento directo y cambiar el género del complemento indirecto. Cometemos errores de acuerdo con la norma tradicional, pero nos acercamos al lenguaje inclusivo cuando somos laístas y decimos, a mamá la regalé unas flores, porque como es ella, pues la regalé unas flores. Aunque esa la solamente sirve para los complementos directos femeninos y eso no es un complemento directo, es un complemento indirecto. Estamos cometiendo un error de gramática, pero estamos aproximándonos. Y es un uso que existe y que utilizaba Cervantes, bueno, Cervantes no era laísta, pero sí era leísta. Leísta sólo cuando se trataba de personas... El género masculino, que es el único leísmo que está permitido, o sea, el que tiene relación con un ser sexual o con un ser que tiene género, porque sólo unos pocos sustantivos, aquellos que designan personas, por ejemplo, las profesiones que designan personas, las personas tienen género, en esos casos el género es en los sustantivos significativo. No es lo mismo un bombero que una bombera. Un bombero es un varón que ejerce la profesión de bombero y una bombera es una mujer, una hembra que ejerce, una mujer de género que ejerce la profesión de bombero. Una concejala, un concejal. La inmensa mayoría de los sustantivos del español tienen un género que no tiene un significado, un género que es arbitrario. Igual que el significado. Entonces, si vinagre decimos que es masculino, la academia dice que es masculino, pues ya está, es masculino. Pero no hay ninguna propiedad en el vinagre que podamos identificar con la masculinidad. Como en una concejala sí que hay una propiedad que le atribuimos al llamarla concejala. Estamos reconociendo que es de género femenino, así parálisis, en fin. Entonces, ahí llegábamos y el otro día acabábamos con, ya murió la burra que traía la vinagre, ya la llevo viva y le subí a mi ciudad. En amplias zonas de Chile, incluida la variedad que hablaba Víctor Jara en la que componía sus canciones, vinagre era femenino. Pero también en el dialecto que hablaba mi padre era femenino, aunque mi padre cantaba la versión castellano antigua, ya murió la vieja que traía la vinagre. En Chile sustituyen a la vieja por la burra, es más ofensiva siempre la copla castellana, por aquello de castellano. Porque el español en España se habla de manera más rara. El número, también en los sustantivos, y es que sí, en todos indica una pluralidad de individuos. No hay que confundirlo con la colectividad, hay nombres que son colectivos, rebaño, que tienen a su vez plural, rebaños. Es una pluralidad de colectividades del conjunto que se llama rebaño. Existe un X y un X es tal que se le puede llamar rebaño, y ese X está en un número superior a 2, igual o superior a 2, porque no hay igual en español. Eso es plural. Pero solo en los sustantivos, no en el artículo, en los determinantes, en los adjetivos. En los adjetivos y en los determinantes, tanto el género como el número, es una cuestión de relación, no de significado. Es una cuestión de concordancia. Entonces, cuando aparezca un número, es una cuestión de relación. Cuando aparezca un sustantivo, debemos elegir el determinante del artículo del género que le corresponde. Veremos luego el artículo. Hay algunos plurales que admiten distintas formas. La Academia admite los plurales en S en aquellos casos de sustantivos que acaban en I tónica. Cabalís, maniquís, rubís y en U tónica. Tabús. Antes no. En la norma anterior, cuando los sustantivos acababan en I o en U tónica, se le añadía el mismo morfema de plural que se le añade a los que acaban en consonante. Atriles, maniquíes. ¿De acuerdo? Pero la Academia ya admite. Hay plurales que siguen siendo incorrectos y que se pueden escuchar en contextos vulgares. Sofases. Sofá, sofases. Porque sofá acaba en una vocal tónica. Sofases o jabalíses, maniquíses, que aparecen. Tenéis el maní, el manisero. El que vende manises se deriva del plural manises. Ahí tenéis un plural que es muy extenso. Y cuando Maxime cantaba el manisero, pues era muy consciente de que ese plural manises era manises. Ahí tenéis otro ejemplo que no aparece en el libro. Falsos singulares de nombres acabados en S. Hay nombres, muchos proceden del griego, como análisis, que terminan en S y son singulares. Son invariables. Su plural no tiene ningún morfeno. El análisis, los análisis. Parálisis. O parálisis, sí. Chisgaravís, tríceps... Como acaban en S, por analogía, es decir, el hablante compara con el resto de los sustantivos que acaban en S, como la inmensa mayoría de los sustantivos que acaban en S, perfecto. Tienen un significado plural. Hay hablantes que interpretan esos singulares como plurales. Eso es una falsa interpretación. Y, por lo tanto, es erróneo. ¿Vale? El análisis. Se construye un singular que no existe, eliminándole la S. Además, como la S es una consonante que en posición final de sílaba y en posición final de palabra el 90% de los hablantes del español no la pronuncia, pues es muy común que pueda haber estas confusiones. En cuanto a los presos. ¿Los préstamos adaptados? Los préstamos los hay de dos tipos. Los no adaptados, que se escriben en cursiva y que aparecen en el diccionario escritos en cursiva, y los que se escriben en recta y se adaptan. A lo largo de la historia del español ha habido mayor o menor tendencia a adaptar préstamos. Hace 100 años, un poco más de 100 años, más o menos hasta la Primera Guerra Mundial, se traducían incluso los nombres de pila de los escritores. Guillermo Shakespeare era Guillermo Shakespeare. ¿No? Ahora ya no. Ahora los nombres de pila, los únicos que no se traducen son los de las familias reales. La reina Elizabeth II se llama Isabel II. No, esos nombres no se traducen, esos nombres se traducen pero los demás ya no. Esa traducción es un ejemplo de adaptación. Al adaptarlos no solo hay que escribirlos en recta sino que también hay que formar plurales. Plurales que tienen que formarse de acuerdo con las reglas del idioma. Si acaba en consonante, bar, pues el plural será bares, como gol, goles. Si acaba en vocal, yate, pues se añade simplemente un s, yates. ¿Qué ocurre? Que hay algunos plurales que presentan formaciones extrañas a la lengua. Clubs en lugar de clubes o chalets en lugar de chaletes o chalés, quitando el acto. Según la procedencia del préstamo se adapta de una manera o de otra. ¿Qué puede ocurrir? Que puede dar lugar a cruces, a cruces como ticket. Si escribimos ticket con zeta lo acabamos en t y lo ponemos en cursiva y su plural es tickets con s escrito en cursiva con zeta. Pero si escribimos ticket con q u, entonces el plural no puede ser ticket con q u t s en cursiva porque esa palabra no existe ni en inglés ni... es un híbrido. ¿Se puede decir Óscar? Óscar. ¿Se puede decir Óscares? Los Óscares. Pregunta al compañero no te oye en casa por el nombre de los premios, el plural de los Óscars o los Óscares. Como es... estamos en un nombre propio porque es el nombre de un premio, aparte de ser un nombre de persona. Pues el plural de Óscar han venido los tres Óscares. Los Óscares de Huelva. Óscar Ruiz, Óscar Sánchez y Óscar Pérez. Los famosos tres Óscares de Huelva. Hacemos perfectamente el plural del nombre propio. Igual que hay dos Ramones en esta sala. No sé si hay dos Ramones pero yo soy el uno pues puede haber otro. Hay dos Ramones y no hay ningún problema cada consonante Ramón, cada consonante Óscar se genera. Pero ¿cómo es un nombre propio? Y el plural en la lengua donde se celebra... Claro que se celebra la gala y demás y se hacen los carteles. El plural de Óscar, los dos plurales son válidos. La diferencia es que habría que escribir una cursiva u otro... Podéis ver las recomendaciones de la Fundeu para este tipo de cosas porque sí que en el lenguaje periodístico, claro, si vas a retransmitir una gala o hacer una noticia, redactar una noticia, pues tienes que tomar una decisión. Los periodistas pueden elegir una u otra. Los textos lo que sí que requieren es coherencia y cohesión. Es decir, sería raro que escribieses un artículo sobre los Óscars y una vez dijeses Óscares, otra vez Óscars. Cuando lo escribes en inglés hay que quitarle el acento, en inglés no lleva fe. Si lo pones en cursiva, además de ese plural en ese, le tienes que quitar el acento. Todo esto lo veremos en el tema 4 más específicamente, me refiero al uso de la cursiva y a cómo se adaptan los préstamos. En el libro tenéis un cuadro sombreado con ejemplos antiguos, ¿no? Bar, quiero decir, bar es un préstamo, pero bar es un préstamo de la época de Larra. Hace ya 200 años que ya hay bares y clubes, entonces no es un préstamo reciente. Si queréis un préstamo reciente, hubo mucha polémica hace año y medio con el préstamo COVID. COVID son unas siglas, unas siglas, perdón por la lengua de trápolos que yo no he oído hablar de la gente. Son unas siglas de coronavirus, disease, ¿no? Coronavirus, disease. Prácticamente es un acrónimo, no es una sigla porque se toma la primera sílaba de corona, la primera sílaba de vi y la d de disease. COVID. ¿Esa era COVID? ¿Esa era sin D? Sí, pero la D es otra de esas consonantes que, no solo en posición final, pero sobre todo en posición final, hay muchos hablantes que no pronunquen. Sí, se acordaba un compañero aquí presente de la mascota de Barcelona 92, COVID. Bien, pues sin D. Pero la polémica fue con el género. En ese caso, en inglés no tiene género, ¿sabes? The COVID, ya está. Big COVID, little COVID, no hay, porque como no hay género, los adjetivos no tienen género, no hay concordancia. En inglés, green fried tomatoes, en español, tomates verdes. Hay que ponerle la S al verde sí o al frito. Si uno es de Cádiz, ahora sí. Si es de Huelva, dice tomates verdes, fíjalo. Pero, en fin, proyecta la vocal y la pronuncia de cierta manera. Si es de Huelva, ya aspira. De Lebrija para allá, si es de Lebrija para allá, de Lebrija para acá. En el tema 5 veremos esas diferencias de pronunciación. Pero la cuestión es que en español sí que fritos y verdes lleva una S y en inglés no. En español se adaptó como femenino y la academia recomendaba femenino porque traducía disease por enfermedad. Y entonces, la enfermedad es femenina y además designaba una enfermedad. Pero claro, las enfermedades no son femeninas. Los nombres de esta es sarampión, está el cólera, donde precisamente el cólera es una enfermedad y la cólera es una de las pasiones del alma. Entonces, no es lo mismo el cólera que la cólera. Entonces, ese argumento de que las enfermedades son femeninas en español se le criticó a la academia. La academia no había dicho eso. La academia lo que había dicho es que era femenino porque era la enfermedad de COVID o la enfermedad de COVID. Pero bueno, otra solución hubiera sido coger el nombre de la mascota del 92 para el virus y decir la enfermedad de COVID. Pero, al fin, a todos los que hayan escuchado. Si acabamos de ser teenagers en esos años nos harían flaquejar. Bien, plurales. Adjetivos acabados en vocal tónica distinta de E. Hay muy pocos, pero algunos. Gentilices, hindúes derivados de nombres. Alfonsíes hacen el plural en E-S, aunque también existen hindús y alfonsís como en los sustantivos. Acabados en S o en X. Cordobés, cordobeses para las palabras agudas. Y las llanas o eslúculas, dúplex, quedan invariables. Como los sustantivos veíamos antes, tríceps, bíceps, que quedan invariables. Digamos que esas serían excepciones a la regla general. Los adjetivos, quitando estas excepciones, forman... El masculino y el femenino de manera regular, si son de cuatro terminaciones. Y el plural de manera regular, si son de dos terminaciones. Adjetivos de dos terminaciones. Acabados en cordonante, ajul, anil. Y los acabados en vocal, blanco-blanca, blancos-blancas. Rápido, rápida, rápido, rápido. Los adjetivos tienen grado positivo, grado comparativo y grado superlativo. Su significado es relacional. Y en esa relación se puede establecer un grado. Es decir, la cualidad que designa el adjetivo puede ser poseída por el sustantivo en grado positivo, en grado comparativo, en relación con otro sustantivo. O en grado superlativo, en el más grado alto de posesión de la cualidad. Normalmente se hacen analíticamente. Más que, más adjetivo que. X es más adjetivo que. O en el grado superlativo, el más. Existe también en el grado superlativo un sufijo. Que es ísimo, ísima, ísimos, ísimas. Que sirve para crear adjetivos en grado superlativo. Y que también sirve para crear adverbios en grado superlativo. El significado de los adverbios también es relacional con el predicado. De bueno. Óptimo. De malo. Pésimo. Estos son los irregulares. Los que tienen una forma irregular. Que también tienen adverbios con irregularidades. Son formas tomadas del latín. Que compiten con los generados analógicamente. Existe también buenísimo. Existe también malísimo. Existe también grandísimo. Existe también pequeñísimo. Existe también altísimo. Y existe también bajísimo. Generados con el sufijo con el que se generan todos los demás. Pero tenemos las formas no analíticas, sintéticas. Aquí no podemos distinguir un sufijo. Lo que tenemos es un cambio en la raíz. Y mejor, peor, mayor, menor, superior, inferior. Como estos son restos del latín. Da lugar a algunos problemas de... ...de... ...de uso. No se puede utilizar la forma sintética en una construcción analítica. O sea, construcciones como más mejor, más peor, más posterior serían redundantes. Porque mejor ya incluye el más. Analítica son varias palabras. Pero escribimos en varias palabras. El rojo. El adjetivo rojo. El comparativo de rojo es más rojo que... Son tres palabras. Es analítico. El pretérito perfecto simple, amé, es analítico. El pretérito perfecto compuesto, he amado... Perdón, es sintético. He amado es analítico. Lo escribimos en dos palabras. En ese sentido que dijo sintético y analítico. Entonces, mejor... Ya significa más mejor. Entonces, Juan es mejor que Pedro. O lo que sea. Sería incorrecto decir Juan es más mejor que Pedro. ¿Por qué? Porque una de las características del lenguaje adecuado y del lenguaje correcto es la economía. Y las redundancias, acordaos, son características de la lengua oral y van en contra del principio de economía. Por eso aquí aparece en el libro... Un asterisco. Que indica que es una forma incorrecta, ¿entendéis? Incorrecta. Hay una razón por la que es mejor utilizar otra forma. Otra forma, otra cadena de fonemas, otra estructura. Es incorrecto simplemente así. Claro, pero estamos en la universidad. Entonces, simplemente se queda fuera. Aquí ya tenemos que dar un poco la vuelta. Sí. Es incorrecto. Claro, pero si es un vulgarismo entonces ya es otra cosa. Es una incorrección que se utiliza en un registro vulgar. Y a lo mejor se utiliza para caracterizar ese registro como vulgar, si es una obra de ficción. Pero claro, la incorrección es la misma. Lo que pasa, el asterisco aquí es una convención de los libros de gramática. O sea, tú si introduces una expresión de estas para caracterizar un parlamento vulgar no le pones asterisco. O sea, yo os explicaba lo que es el asterisco. Simplemente significa que es incorrecto. Pero hay que tener en cuenta que, bueno, hay distintos grados, niveles de corrección y que hay que hilar un poco más. Bien. ¿Qué ocurre? Que mayor y menor... Mayor se utilizan también con el significado de que tiene mayor edad. O sea, que tiene más edad. No es exactamente el comparativo de grande-mayor. Entonces, podemos decir que mi apartamento es mayor que el tuyo. Ahí sí estamos comparando tamaños. El apartamento del emisor es más grande. Afirma el emisor que el emisor es más grande que el destinatario del mensaje. Pero cuando mayor significa de mayor edad, se puede utilizar solo, sin estructura comparativa. El profesor es mayor. Es de avanzada edad. O si decimos una residencia de mayores. O un centro social para mayores. Soy mayor que tú sería perfecto. Pero soy más mayor que tú, en el sentido de que soy más anciano que tú, porque mayor acaba siendo sinónimo de anciano. Entonces, sí que lo oímos. Va a encontrar economía. No lo deberíamos escribir. Si estamos intentando escribir en un estudio académico y correcto, no lo deberíamos escribir. Pero si estamos en una conversación y alguien nos dice Pedro Sánchez es unos meses mayor que el profesor de colegio. Bueno, pues no le tenemos que corregir. Porque está utilizando un mayor en el sentido de más anciano, más añoso. Más anciano. Más viejo. Es un eufemismo por viejo. Veíamos lo de los eufemismos y difemismos. Mayor ha acabado sustituyendo a viejo, porque viejo es una de las palabras que se tiende a desgastar. Una palabra puede tener varios significados. Y la mayoría de las palabras son polisémicas y tienen varios significados. La mayoría de esos significados nuevos son regulares. Nosotros los podemos predecir. Si yo digo que me he comido un plato de lentejas, evidentemente no me he comido un plato en el que se sirven lentejas. Lo que me he comido es una cantidad de lentejas equivalente al contenido de un plato. Y si me bebo un vaso de ginebra, pues no es que haya licuado un vaso y lo haya ingerido. Sino que me he bebido el contenido de un vaso en la materia ginebra. Perdón, por ejemplo, zumo de papaya. Mayor ha, menor ha. Como son comparativos, el comparativo se construye con la conjunción que en español. Mayor que, menor que. Entonces podemos decir mayor en el sentido más anciano. Es mayor que el presidente del consejo de ministros. Pero no mayor al presidente del consejo de ministros. Mayor ha. Y con anterior, con posterior, con superior y con inferior se construyen sin embargo con ha. Y ahí lo incorrecto es posterior que. El viernes es posterior al jueves. El viernes es posterior que el jueves. Ya en latín esos comparativos se construían con distintos casos. Como en latín se construían con distintos casos, en español se construyen con distintas preposiciones. Porque lo que eran los casos en latín, en español se sustituyeron por el uso de las preposiciones. Adjetivos posesivos. Muchos años me decís y en casa ya no lo habéis dicho todavía, pero esos son los posesivos. ¿Cómo que son adjetivos? Serán determinantes porque son determinantes posesivos. En mi colegio los llamaban da lo mismo. Son adjetivos o son determinantes porque ellos solos no pueden ir. Es lo que significa suplir. Ellos solos no pueden aparecer. Tienen que aparecer siempre acompañando a un núcleo del sintagma. Que normalmente es un sustantivo. Pero puede ser también un pronombre. Corresponden con los pronombres. Tienen personas como los verdes porque sirven para establecer la concordancia entre ambos. Tienen un significado deíctico y sirven, además de marcar la concordancia, para establecer, señalan como los pronombres. Yo señala al que habla. Tú señala al destinatario. Y él, ella, ello, lo señalan a un tercero. Una cosa, un evento, aquello de lo que se habla. Me lo dijo. Lo señala a lo que fue dicho. Pero no lo especifica, simplemente lo señala. Tiene un significado deíctico. Entonces las personas son como los pronombres. Y además hay una diferencia entre átonos y tónicos. Átonos acompañan al sustantivo. Mi hermano, tu hermano, su hermano, sus hermanos, mis hermanos. Y los tónicos funcionan como núcleos de sintagmas. Tienen que ir acompañados a su vez por determinantes o pueden ser atributos. Mi hermano, el mío, tu hermano, el tuyo, su abrigo, el suyo. El suyo que puede ser de la tercera persona. Alguien del que estamos hablando. O puede ser de la segunda persona si trata a la segunda persona con el tratamiento del instante. Aquí tiene usted su bolso, señora. Su bolso de usted. ¿De acuerdo? El suyo. O la chaqueta, la suya. Los bolsos los suyos. Se considera incorrecto el uso de los posesivos con los adverbios. Y esto sí que es un vulgarismo. Esto sí que es algo que se dice muy habitualmente. Pero que se evita. En la escritura. Cerca es un adverbio. Cerca suya. Pues no. Cerca suya. Porque como es un adverbio de la taberna, hay veces que se piensa que puede ser femenino. Los adverbios no son ni masculinos ni femeninos. Son invariables. Son ellos solos. Entonces, otro caso detrás. Detrás tuya o detrás tuyo. Eso es un vulgarismo. Es muy común. En muchas variedades del español se dice. Pero en la escritura hay que evitarlo. Sí. Eso es. Eso. Eso es. La compañera no lo dice en casa, pero habría que decirlo. El significado del adjetivo. Lo comparte con determinante. Es precisamente que acompaña a. Que tiene que ir acompañado por. Y normalmente es un pronombre o un sustantivo. Porque está en una estructura que se llama sintagma nominal. Cuyo núcleo tiene que ser un nombre sustantivo o un pronombre. Los pronombres tienen las mismas funciones que los sustantivos como núcleo. Por eso estos funcionan un poco como pronombres, los tónicos. Los núcleos tienen que ser tónicos. Las palabras átonas, los determinantes, son adjetivos que son átonos. Frente a los adjetivos calificativos que son tónicos todos. Las palabras átonas no pueden aparecer solas. También las preposiciones y las conjunciones son átonos. Las preposiciones y las conjunciones también tienen un término. Que puede ser una oración entera. Juan dijo que venía y María contestó que ella iría también. María contestó que ella iría también. Está unido a la primera oración, que no me acuerdo cuál era, mediante la conjunción y. La conjunción y no es tónica y simplemente une. Puede unir también a sustantivos. Las provincias de Extremadura son Cáceres y Badajoz. Cáceres y Badajoz son los sustantivos propios que están unidos por una conjunción y. Es decir, la conjunción necesita tener términos. Igual que los adjetivos. Por ejemplo, la preposición. Te vi desde la ventana. La ventana es un sustantivo nuclear. Sustantivo nominal, cuyo núcleo es un sustantivo que tiene un determinante. Que va precedido por una preposición. Por lo tanto, es un sintagma preposicional encabezado por una preposición. El determinante y el sustantivo forman un sintagma nominal. Que puede a su vez ser el término de una preposición. Y por lo tanto, estar en un sintagma encabezado por una preposición sintagmático. Pero si decimos la ventana, también puede decir me han pintado la ventana. Ahí la ventana es el sintagma completo y la función es de complemento directo. No es la función del término de la preposición, que es la que tiene y me vio desde la ventana. Entonces, en conjunto, la preposición con el término, lo que constituye en el sintagma preposicional, en ese caso, son un adjunto, un complemento circunstancial del lugar desde el que me vio. Sí, lo que quiero decir es que, durante la preposición con la preposición, ¿están semánticamente abiertos? No, esos serían los pronombres, los que están semánticamente abiertos. Yo soy yo y tú eres tú. Pero si tú dices estas palabras, las tienes que decir al revés. Tú no puedes decir yo soy tú. Porque estaríamos metiéndonos en asuntos metafísicos. Esas sí que solo significan por leixis, por indicación. Las preposiciones y las conjunciones sí que tienen cierto valor semántico, pero no son lexemas. No tienen un contenido léxico. Tienen contenidos de relación, porque son palabras de relación. Hay preposiciones que tienen significados temporales y espaciales. Te vi desde el jueves o te vi desde la ventana. Desde el punto en el que te vi en el tiempo, desde el punto en el que te vi en el espacio. Quiero decir que es verdad que la semántica se adapta a aquello que es su término. ¿Por qué es que sin término? Como no tienen acento y están prácticamente vacíos semánticamente, que es lo que decía la compañera, aunque no tan vacíos como los pronombres, digamos que lo más lleno de semántica que hay es el nombre propio. Es para uno y cada uno, ¿no? José Ramón Cárdenas Ruiz o yo. Es que el pronombre es distinto de los pronombres que se utilizan en un enunciado. Exacto. Hay que decir, y lo que he dicho en la presentación, no la uso. Necesita el término para llenarse, para participar en un enunciado. Las palabras, los sustantivos no aparecen solos en los enunciados. Tampoco necesitan terminantes en un artículo, ¿no? Uno no puede decir manzana gusta. Manzana gusta. Manzana gusta a mí. Estaría hablando un poco un español, me gustan las manzanas. O, bueno, prehispánico, sí, disidótico, volviendo al tema. Bueno, seguimos con los demostrativos. Efectivamente, los adverbios no pueden ir precedidos por posesivos. Este, esta, esto es esta. Estos también tienen un significado deíctico similar al de la, al de los pronombres, ¿no? Nos sirven para indicar cualquier cosa. En ese sentido están vacíos semánticamente. Este puede ser cualquier cosa. La diferencia entre este y aquel es que este está cerca, está en el ámbito del hablante, y aquel está más allá del hablante y el oyente. Y ese está en un punto intermedio entre... Entonces, es una deixis porque apunta a una distancia, ¿no? Y, en estos casos, como adjetivos deícticos, los demostrativos que son, pues tenemos formas masculinas, femeninas, plural masculino y plural femenino. Entonces, con cada sustantivo tenemos que utilizar aquella que corresponda. Si el sustantivo es femenino, como agua o aula, tenemos que utilizar aquella agua, aquella aula. ¿Qué ocurre? Que cuando lo pronunciamos, las aes se unen. Entonces, esta agua, esta agua... Esta agua... Sí, habrá... Sí, ¿por qué? Exacto. Exacto, sí, sí. Esta agua no es... Sí, hay que escribir esta agua. Hay que escribir esta agua. Y al pronunciarlo, pero eso todas las palabras, cuando las palabras acaban en dos vocales inéditos, iguales, las vocales se fusionan. ¿Perdón? Sí. Claro, cuando hablamos no separamos las palabras. Esta agua. Pero no decimos este agua, porque es femenino. Cuando utilizamos los artículos... No, no. No, no, nunca se lo he oído. No, no. Bueno, si es cuestión de... ¿Tú me lo demuestras a mí o yo te lo demuestro a ti la semana que viene? El artículo, el artículo en español, el artículo femenino en español tiene una forma EL, que es homófona del artículo masculino. EL. Que se utiliza en sustantivos femeninos que empiezan por A tónica. Como águila o agua. Entonces decimos el agua. Pero de esta agua no beberé. Siempre ha sido de esta agua no beberé. O sea, no hace cinco o seis años que cambiaron. No, no. Y seguimos diciendo el agua mineral. El agua mineral sí, en ese caso sí. O el águila imperial. En ese caso sí. Pero plural las águilas imperiales. Con lo cual no es los águilas imperiales el plural. Es una cuestión que... Tiene que ver con que el artículo femenino singular en español tiene dos formas. LA y EL. Y la forma EL, que es homófona del masculino, sólo se utiliza con esos adjetivos. Pero siempre que... Con esos sustantivos. Siempre que la A tónica esté inmediatamente después. Entonces si decimos la clara agua. Decimos la clara agua. No el claro agua. Se ve claramente por el plural. O sea, nadie dice... Pues de la misma manera que no decimos los aguas. Los aguas. No decimos los aguas. No tenemos que decir este agua o estos aguas. Por la misma razón. ¿Vale? Lo que pasa es que es verdad que lo del artículo aparece después. Después en el libro hay que adelantarse un poco. Sendos. Sendas. Sendos se utiliza mal cuando... Sendos es un distributivo. Entonces indica que de una determinada cantidad hay un reparto entre... Mis hermanos recibieron dos regalos. Cada uno recibió un regalo. Sendos se utiliza a veces como si fuera sinónimo de ambos. Ambos también es un distributivo. Significa los dos. El resto del cual no significa lo mismo. ¿Vale? El Barcelona que perdió sendos partido. Que anda perdiendo. Eso no significa que el Barcelona haya perdido dos partidos. No se pueden perderse en dos partidos. ¿De acuerdo? Tal jugador en dos partidos metióse en dos goles. Metió un gol en cada partido. Ese jugador. Ahí sí se podría ver. ¿Vale? También podríamos decir un jugador metió gol en ambos partidos. Como podemos decirlo tanto con ambos como con sendos. Pero la construcción, la sintaxis es diferente. Porque el significado es diferente. Son también, son adjetivos determinantes. Numerales. No me sé el diccionario de tecnología de memoria. Pero supongo que vendrá en algún distributivo latino. Yo vi un par de meses sin leer latino. Y se está olvidando. No te sé decirte como lo del compañero. ¿Te lo puedo buscar? Lo podemos buscar en el diccionario de la academia. Claro, por eso se cometen errores. Por eso está en el libro. Solo existe ese adjetivo plural. De singuli. Viene de singuli, singularum. De singuli, singularum. Y solo existe en plural. Sí, pedí a la compañera la etimología de singuli, singularum. Entonces, claro, con la etimología se ve claramente cuál es el significado etimológico que es el que se conserva. Que efectivamente es antiguo y por eso hay que traerlo aquí. Porque no se usa habitualmente. Es un tipo de palabra, digamos, que en los registros coloquiales vulgares no se suele utilizar. Si tú estás con tus amigos y dices... Cada noche me tomo sendas cenas. Suena antiguo, a lo mejor. Suena arcaico, no sé. Para que decir que todos los días cenas. O que cada día cenas. Porque incluso todo y cada también se confunden a veces. Por eso suelen ser hablantes de burlesques que confunden todo. Cada uno llevaba un martillo. Sí, sí. Sí, la etimología. Pero ya habéis visto cómo es bien fácil buscar la etimología. El indefinido una... En el caso de una sí que se puede hacer una hacha. Una a, ¿vale? Una abarrotada aula. No una abarrotada aula. Aunque es un ante los sustantivos. Los adjetivos femeninos comienzan por atones. Y ese un puede ser también algún y ningún. Ninguna aula, alguna aula... Pero si introducimos un adjetivo en medio nos pasa como con el artículo definido. Y dices, ¿dónde está el...? Pues a lo mejor es que no te ha ido lo del artículo definido. Pues puede ser que me lo haya saltado. Porque ya estamos en los numerales que tienen que ver con la pluralidad. No hay que confundir el adjetivo numeral uno con el artículo indeterminado. O el adjetivo indeterminado un, una. Numerales partitivos... Los que acaban en abo. Que es relativamente común confundirlos con los ordinales. Sobre todo a partir de un décimo, duodécimo, décimo tercero. Se puede decir decimosegundo también. O decimoprimero. Un décimo y duodécimo también son formas un poco más antiguas. Pero en ningún caso onceavo, doceavo, treceavo... Porque esos son partitivos. Onceavo se utiliza para designar el resultado de dividir en once partes un continuo. Eso es un onceavo. Si lo que queremos decir es que ocupa el lugar que está detrás de... Antes del décimo y antes del duodécimo. Pues lo antiguo es un décimo. Y se puede decir también decimoprimero. Los multiplicativos en plo o ple. Cuádruple, cuádruplo, triple, doble, quíntuple... Y a partir de quíntuple, séptuple, séptuple... Se utilizan muy poco. Los que acaban en abo, partitivos. Excepto mitad. Tercio, que esos no se forman con abo. Cuarto, quinto... En eso sí que coinciden con el ordinal. Si yo me como un quinto de tarta y entro en el teatro el quinto de la cola... Es la misma forma. El partitivo y cómo coinciden hasta ahí... Pero a partir de once tienen formas diferentes. ¿Vale? Eh... Interrogativos y exclamativos que se escriben siempre con tilde porque son... Aunque sean adjetivos, son tónicos. También hay albergues interrogativos. Es obligatorio el signo de interrogación de apertura en español porque la entonación de las preguntas en español es ascendente al principio y ascendente también al final. Y ese ser ascendente del principio que coincide con que los interrogativos son tónicos ese ascenso es característico de la lengua española. Por eso solo la lengua española tiene el signo de apertura. Vaya usted a echarle un galgo a los 600 millones de hablantes para medir la entonación de las preguntas. Vaya usted. Pero bueno, con paciencia y en fila, uno detrás del otro... Un décimo, luego décimo... Adjetivos relativos. El adjetivo relativo cuyo, que es adjetivo porque concuerda con aquel sustantivo cuyo padre, cuya madre, cuyos padres, cuyas madres... Y es relativo porque hace referencia a un antecedente. Un antecedente que designa lo poseído. La persona cuya cartera está sobre la mesa es el posesor de la cartera. En el caso de cuyos padres, la posesión no está tan clara. Está también en decadencia, se utiliza muy poco. En el español clásico era muy común. En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme. Pero actualmente se sustituye muy a menudo por quesú. Los niños que su padre sea... Se utiliza mucho y sirve para sustituir el cuyo que digamos que se ha quedado anticuado. Entonces, claro. Esto no va de que nos guste o no nos guste. Pero si tú escuchas un telediario es muy difícil que no te casquen media docena de quesúismos listos. Entonces... Sí, sí. Y lo sustituyen por quesú. También cuánto es adjetivo. Cuantos más ejercicios hagáis, más práctica llevaréis. Cuántas más oraciones analicéis, más análisis habréis hecho. Cuánto cuanta también es adjetivo. Y a veces se confunde con cuándo. Cuantos más turistas van a Toledo, más llena está la ciudad. Cuando más turistas hay en Toledo es cuando más llena está la ciudad. Hay construcciones, pero son diferentes. Cuándo sí que es adverbio y sí que es invariable. Cuánto, sin embargo, tiene con los adjetivos la categoría. Porque tiene que concordar. Cuantos más turistas, cuantas más... Es adjetivo. Cuántos sí. Cuantos más turistas. Es que tenemos el problema de ahí, la S. Cuantas más turistas, cuantas más señoras. Cuanto más rápido. Ahí no. Es un adverbio. Claro. Eso es muy claro. Eso es. Bueno. Corrección. Y como también es un adverbio, por eso se confunde con cuándo a veces. Corrección morfosintal. El artículo. Así que estaba el artículo. Entonces tenéis ahí el artículo con nombres propios. ¿No? Y el artículo con sustantivos que empiezan con atómica. El arpa, el hacha. Contra más, cuanti más... Esos son vulgarizos. Pero contra más en lugar de cuanto más sería... Pero vamos. En algunos dialectos es lo común. Es lo que se dice comúnmente. Y cuanti más es clásico. Es del siglo XI. Cuanti más la veo, más me enamoro. Eso es muy... No, no. No es de Garcilaso, pero vamos. Cuanti más. Como antier, el guardia antayer... Son formas antiguas. Bueno, el artículo no debe eliminarse en algunas locuciones o perífrasis. Sí, sí, sí. Hay un compañero que dice que es característico del español hablado en el País Vasco. Y sí, es característico de esa variedad y de muchas otras. Y también de algunos registros. Por ejemplo, ahora ya no porque ya no hay límites de papel. Pero en la prensa clásica en papel el artículo se solía eliminar de los titulares. Presidencia del gobierno advierte ladrones sueltos. Eso sería un titular donde faltan los artículos. La presidencia del gobierno advierte hay ladrones sueltos. Esa manera de sintopar incluya. Así que sí, de algunas variedades. De algunas variedades diatópicas y de algunas variedades de registro diastral. Lo mismo dice respecto al uso de los artículos con los nombres propios de persona. Dice el libro que es vulgar. Bueno, es vulgar en determinadas variedades del español. Hay otras variedades del español donde no es vulgar. Con personajes famosos. Sin embargo, dice que es elegante en el caso de las mujeres. Y pone el ejemplo de la caballería, la Thatcher, la ciudad, pero que no para los hombres. Esto evidentemente va en contra de todos los principios del lenguaje inclusivo que nos podamos imaginar. Pero en el libro así lo pone en el cuadro sombreado. Esto aquí veis que no tiene una vigencia tal cual. Aunque en mi barrio desde luego la paca es la paca y así la llamamos todos. Pues mi barrio no es el barrio de Salamanca. Y estas cosas de la pardo bazansí, pero el Pérez Galdós no, parece que es una cosa bastante antigua. Lo cogéis con un granito de sal. Pero tenéis que echarle un poco de sal a eso. Pronombres. Los pronombres son como los nombres. Y por lo tanto tienen también, cuando se refieren a un tercero género, solamente cuando se refieren al tercero. Porque como primera persona, segunda persona son vacíos semánticamente, yo no tiene género. Yo es el que habla. Sea extraterrestre, sea un perro, sea la raposa de la fábula que habla con la hurraca de las uvas. Yo es ella. No tiene género. No hay masculino y femenino. Pero en las otras personas, en la tercera y en las del plural, sí. Si hay nosotros-nosotras, vosotros-vosotras, el-ella, ello, ellos-ellas. Incluso hay un pronombre neutro. Hay un resto de los casos latinos. Entonces la forma de los pronombres indica cuál es su función sexual. Es sintáctica. Tenemos una forma para los sujetos, yo-tú. Una forma para el complemento verbal con preposición, que son los tónicos, mi-ti. Con la preposición con, conmigo, contigo, sí, consigo, nosotros-vosotros. Y un complemento verbal sin preposición que es átono y que es crítico. O sea, es una palabra que nunca puede aparecer. No puede aparecer sola. Y que aparece siempre alrededor del verbo en un orden estándar. Que tiene variaciones dialectales también, ¿no? Pero si se escribe delante del verbo, aparece separado. Si se escribe detrás del verbo, en las formas del verbo que lo llevan detrás, se escribe en una única palabra. Te lo pones, póntelo. Detrás, en una única palabra. Póntelo, sácalo, sácamelo, cuídate-me. Como el anuncio del corte inglés, cuídate-me. Cuídate-me es una única palabra. Se me cuide usted. Son palabras separadas cuando se escribe delante. Pero siempre son átonos y se construyen alrededor del verbo. Y tienen que ver con los argumentos del verbo. Tienen que ver con el argumento interno o complemento directo. Y con el destinatario o argumento periférico. Clítico es que no va solo. Que tiene que ir siempre acompañando al verbo. Por ejemplo, si nos queremos referir, ¿quién lo ha hecho? Tú puedes decir yo, tú. Y ese pronombre va solo, es un enunciado. Pero este me o este te nunca es un enunciado. Proclítico es si va delante y en crítico es si va detrás. Y crítico es si va detrás. Los críticos son todos. Lo que pasa es que los enclíticos se escriben juntos porque van detrás. Y los proclíticos se escriben separados porque van delante. Por tradición de cómo se escriben en español. Porque en otras lenguas se escriben siempre juntos. Y siempre van en un determinado orden. Se me cayó sería el orden estándar. Y me se cayó sería vulgar, dialectal, familiar. No adecuado en un escrito académico. Me se cayó bien. Otros pronombres. Usted y ustedes. Pronombre de tercera... Bueno, porque los pronombres además tienen personas como los verbos. Porque como tienen funciones relacionadas con el verbo. Pues cuando son sujeto tienen que concordar con el verbo. Y por lo tanto necesitan tener primera persona, segunda persona, tercera persona del singular y del plural. Que es lo que tienen los dos. Usted y ustedes apunta al destinatario. A la persona a la que se refiere el enunciado. A la que se dirige el mensaje. Sin embargo, es un pronombre de tercera persona. Para marcar la distancia. La distancia que quiere decir el desconocimiento. Si tú coges el teléfono dices diga, no dices dime. Bueno, en realidad si en la pantallita sabes quién es, a lo mejor sí dices dime. Pero si no sabes quién es, diga. Diga. Diga usted. ¿Qué ocurre? Que hay hablantes, hay determinados dialectos donde se utiliza usted en lugar de vosotros. Ustedes en lugar de vosotros. Y se cambian las personas del verbo. Ustedes sabéis que hay gente en Cádiz que habla así. Ustedes sabéis. Pues ese ustedes sabéis es segunda persona del plural el verbo. Pero tercera persona del plural el pronombre. Entonces hay una cuestión de discordancia. ¿Qué veíamos la semana pasada? Que en la lengua hablada, vulgar, coloquial, en muchos dialectos hay discordancias. Por ejemplo con usted. Ustedes. Que procede de vuestra merced. Cuando tú tratas a alguien de usted no le estás hablando a él sino le estás hablando a su gracia. A su merced. A su espíritu. A eso que se pinta como un circulito en los santos. Hay que mirarle como más arriba de la economía. De hecho a la gente que se trata de usted no se le mira los ojos. A la gente que se le trata de tú sí. Lo cual cuando vas a América que nadie te mira los ojos se asusta mucho. Es que español viene por algo. Y también hay otro pronombre que es vos. Vos es el pronombre de segunda persona que se utiliza en amplios dialectos de América. Y que en España ya no se utiliza. Vos tiene formas especiales del verbo. Toma vos. Ese imperativo agudo toma se utiliza con el pronombre vos. Con el pronombre tú se utiliza toma. Tómate. Toma tú. Es llano. Y toma vos es agudo. Se utiliza sobre todo en Argentina pero se utiliza también en Colombia. Se utiliza también en Guatemala. En fin. Y en algunas revoluciones. En la Revolución Sandinista pues se persiguió el vos y se sustituyó por el tú. Y se intentó perseguir el vos porque el vos era forma de tratamiento de los esclavos. De hecho en el Quijote cuando Don Quijote está buenas con Sancho. Le trata de vos a Mercedes. Amigo Sancho. Y cuando se enfada con él le trata de vos. Vos bellaco. Esos cambios eso ahora ya no lo hacemos. Ahora tenemos tu familiaridad y usted distancia. Pero no tenemos el de para tratar a los inferiores. Eso lo hemos perdido. El esclavismo lo prohibió la Reina Católica en Europa y nunca vino a estar fuera. Nunca se les ha llamado esclavos. Y nunca ha sido común. Bueno. El leísmo y el laísmo. Ya he hecho una pequeña referencia. Estos pronombres que hacen de complemento verbal tienen formas para el complemento directo. Lo, la y formas para el complemento indirecto. Le. Y en el plural los, las, les. ¿Qué ocurre? Que en amplias variedades y en español clásico también cuando el complemento directo es masculino. Es una persona masculina. Se utiliza le en lugar de lo. Aunque en amplias zonas incluso de Castilla la vieja se utiliza lo también. El leísmo digamos que no es que tenga una expansión territorial. Sino que es una cuestión de estratos sociales. Y en muchos territorios hay personas que son leístas. ¿Qué ocurre? Que el leísmo cuando no es de persona masculina se considera incorrecto. Entonces. El auto le metí en la cochera. Le sería incorrecto porque el auto es una cosa. Aunque sea masculino. Sería el auto lo metí en la cochera. También se utiliza en la forma de complemento directo femenino. La. La para los complementos indirectos cuando es femenino. Y eso se le llama laísmo. A mamá le regalé unas flores. La es a mamá. Es el segundo argumento, el complemento indirecto. La forma es le. Si fueran las flores sí. Se las regalé. O le regalé una flor. Se la regalé. Lo que pasa es que le toma la forma de se cuando están los dos. O sea no decimos lela. Decimos sela. Se es una variante de le. Cuando están conmigo. Si la es el objeto regalado. Una flor, una... Si es un perfume no. Entonces lo regalé. O un perfume o un auto. De ser exprimido. O sea que no vamos a los ejemplos negros. Pronombres demostrativos. Lo que antes veíamos como artículos demostrativos. Perdón. Adjetivos demostrativos o determinantes demostrativos. Pueden ser tónicos y entonces son pronombres. Entonces pueden ser núcleos de sintagmas nominales. Este, ese, aquel, estos, esas, aquellas. O aquellos. Estos son los que hace unos años llevaban acento y ya no lo llevan. Aquí sí que ha habido un cambio en cuanto al acento. ¿De acuerdo? Ponen el libro que pueden escribirse con tilde o sin ella. La academia recomienda que se escriban siempre sin tilde. Pero en 1952 hubo un acuerdo. Con los americanos. Con todos. Una asamblea. Se creó la Asociación Católica de la Lengua Española. Y entre otras cosas, los europeos dieron su brazo a torcer. Y dijeron que se podía escribir sin tilde. Aunque ellos iban a seguir escribiendo con tilde. Los que estudiamos en los años 70 y en los años 80 sufrimos mucho. Porque nos obligaron a aprendernos la tilde. Y luego pues nos la han quitado. La cosa es que 8 de cada 10 hablantes o escribientes del español. Nunca le han puesto a escribir. Y cuidado porque esto, eso y aquello. Que son los pronombres neutros, demostrativos. Nunca han llevado tilde. Porque nunca se han podido confundir con los determinantes que son este, ese y aquel. O esta, esa y aquel. Entonces, cuidado porque esa manía de poner tilde. De hipertildar. El tildismo. Incluso antes se hablaba de solotildistas. Aquellos que defienden que al adverbio solo hay que seguir poniéndole la tilde. Porque si no se confunde con el adjetivo. Todos o una clase léxica de adjetivos muy grande. Se pueden utilizar como adverbios. O sea, no es solo el único caso. O sea, podemos decir rápido. Ella vino rápida. O ella vino rápido. En ella vino rápida. Rápida es un adjetivo que tiene la función de complementar, concuerda con el sujeto. Y en ella vaya sola. Pero si decimos ella vino rápido. Rápido es un adverbio. No concuerda con el sujeto ni con nadie. Simplemente modifica a la acción que designa el predicador. Bien. Formas vulgares son cualo y cuala. En lugar de cual, que es invariable. No hay cuala. Esto es hasta de chiste. Quiero decir. Esto es ya de película de Paco Martínez Soria. De las malas. Del 72 para acá. ¿Sabes? Y el uso de la tilde que lo veremos en el tema 4. Bien. Pronombres relativos. El que. Cuando funciona como relativo. Es decir, cuando tiene un antecedente. Como veíamos antes que tenía. Cuyo puede ser un pronombre. Es decir, a pesar de que es una palabra de unión. Puede estar en el núcleo de un sintagma. Como si fuera un nombre. Es decir, hacer función pronominal. Esos sintagmas necesitan tener todas sus partes. Es decir, es necesario el artículo. Y si es un término de una preposición. Tiene que estar también la preposición. ¿No? Es la compañía en la que invertimos. No es la compañía que invertimos. ¿Por qué? Porque a ese que le falta el resto de sus acompañantes. Para formar un sintagma como pronombre que es. ¿Vale? Dice el libro. Evítese la expresión. ¿Es por eso qué? Bueno. Esto es antiguo. Ya no se persigue tanto. ¿Es por eso qué? Que es como el quesuismo. Es algo que se ha extendido mucho. Y también es muy difícil escuchar un noticiero en español. Me da igual que sea Televisa, Ecuador Noticias, Televisión Española o cualquier otra cadena privada. Sin que aparezca la expresión. ¿Es por eso qué? Es muy típico también de los políticos, por ejemplo. ¿Es por eso por lo que nos fuimos? ¿Es por eso por lo que? Que estaría el sintagma completo. ¿Es por eso qué? Faltarían la preposición y el artículo. En ese caso, la forma neutra del artículo. ¿Qué? Aunque tiene función pronominal, no tiene género ni número. Simplemente una conjunción relativa que como tiene el significado del antecedente, pues puede llenarse semánticamente y hacer de núcleo del sintagma. Esta asignatura no va sobre gramática. Luego tendréis mucha gramática, tendréis gramática en inglés. Es simplemente, como decían los compañeros, para acordarse un poco de lo que pasó hace 8 años, de lo que hemos estudiado. Pero lo importante es ver cómo varía. Como hay construcciones que nos parecen feas y otras bonitas, de eso no va. Pero hay construcciones que nos suenan correctas, otras que nos suenan incorrectas. Algunas que son frecuentes. Otras que identificamos con variedades, con dialectos, con registros. Eso es lo importante. Que seamos capaces de clasificar. O sea, que seamos conscientes de lo que hay detrás del bien hablar. Verbos. La conjugación verbal. Bueno, el español no tiene declinaciones, pero sí que tiene conjugaciones. En las conjugaciones hay formas sintéticas y hay formas analíticas. En el caso del español, en las formas analíticas, se construyen con el verbo haber y el participio. El verbo haber se puede utilizar para formar formas verbales analíticas de la conjugación o también se puede utilizar como verbo predicativo, con valor existencial. El verbo haber con valor predicativo tiene unas formas especiales que son diferentes a las que tiene como auxiliar. Como auxiliar tiene todas las personas y tiene todos los números y todos los tiempos. Sin embargo, como existencial no. Es defectivo. Solamente tiene singular. No hay plural. Entonces, en Cantabria hay ríos y hay montañas. En pasado, en Cantabria, en el siglo de oro, había grandes fiestas. Grandes fiestas es plural. Grandes fiestas es el argumento de haber, pero no es el sujeto. Es lo que tiene existencia, pero no es el sujeto. Por lo tanto, había un guardia, había dos guardias. Decir que este fin de semana habrán lluvias generalizadas en toda España es hacer un uso impropio, porque lluvias generalizadas tendrán existencia. Este fin de semana, se dice con el verbo defectivo, habrá. No es auxiliar. Significa existir. Significado existencial. Hay. Y es defectivo. Fijaos que la tercera persona de haber presente e indicativo como auxiliar, con el que se forma el pretérito perfecto compuesto, es ha. Él ha venido. Él ha comido. Ella ha venido. Ha. Sin embargo, cuando tiene significado existencial, el presente de indicativo es hay. Tiene un adverbio medieval que queda ahí como el de soy, como el de loy. Sí. . Sí, sí, sí. Yo no sé si incluso sería una intercepción de ha. No sé si será un verbo. Pero los verbos pueden pasar a ser intercepciones muy fácilmente. Cuando decimos ala Madrid, ala lo escribimos con h porque es el verbo alar, que significa tirar, jalar. Ala Madrid, tira Madrid, tira, tira. Sin embargo, hay gente que como la h no suena y han perdido la historia, la historia del ala lo escriben como si fuera el apéndice que utilizan las aves para volar. Ala Madrid. Bueno, no sé, a lo mejor tiene algún sentido. Yo no estaba nunca en el Bernabéu, pero a lo mejor era un gesto. Pero históricamente, digamos, si nos remitimos a la historia, como en el caso de ha, es una intercepción que procede de un verbo. Es cierto que ese verbo casi no se utiliza. Entonces eso explica que la gente no lo interpreta. Aunque sí que se utiliza mucho en América, ¿no? En América, cuando tú vas a una puerta, puedes empujar o jalar. No se utiliza tirar. ¿Cuál? Jalar, claro, jalar, sí, sí, sí. Pero depende porque esa h en Andalucía occidental se pronuncia. Es como la de jamón o la de hacha. Entonces es una h que se pronunciaba antiguamente y como la de huelga. Huelga y juerga son la misma palabra pronunciada de la andaluza o pronunciada de la castellana. Siempre las palabras a la castellana son como muy tremendas y no hay conflicto social, y a la andaluza son como de jolgorio. La diferencia entre jalar y alar es la misma que hay entre huelga y juerga, donde además hay un tuete de las laterales, que eso lo veremos más tarde. ¿Haber por tener? Ah, habemos. Sí, pero ahí estás haciendo esto. Estás utilizando el plural para decir hay muchos. Y además te quieres incluir tú. Pero el verbo haber en ese sentido no tiene esa forma del plural. Pero analógicamente los hablantes la crean y la utilizan. Lo que pasa es que habemos muchos aquí y en el telediario no los habemos escuchado. Pero habrán muchas lluvias este fin de semana, es más fácil. Pero sí, sí, habemos sería el mismo caso. Es un verbo defectivo. Por ejemplo, los verbos atmosféricos también son defectivos. Entonces llueve solamente tiene tercera persona. Yo no puedo llover, pero metafóricamente yo puedo decir lo que sea. El San Juan de la Cruz puede decir que el amado llueve sobre el amado a una lluvia... Bueno, metafóricamente. Pero no podemos decir que lloverán fuertes tormentas este fin de semana. Sino tenemos que crear ese sujeto. También es defectivo. Los verbos que acaban en cuar y en guar. Averiguar, actuar. Algunos serían como adecuar. Que viene de ad aequo. Esa es la etimología, entonces es adequo. Pero otros se pronuncian como averiguar. Averiguo. No, es como adecuar. Como actuar. Actuo. En lugar de adequo. El acento va sobre la u. U en una clase de verbos. O va sobre la sílaba que precede a la u. Que no es una u en otros modos. Bueno, esto se cruza continuamente. Hay personas que dicen averiguo. O personas que dicen adequo. Hasta el punto de que ya es más común adequo que adequo. Aunque el adequo... Si sabes la etimología, pues te suena adequo. Cruces en la pronunciación. Tiene que ver con verbos irregulares. No tenéis la lista completa de los verbos irregulares. En el examen se os puede preguntar cualquier verbo irregular. Que os podéis convencer. Ayer andé fino. Pues ayer andé fino es un verbo irregular. Es ayer anduve. Es la forma correcta. Andé o anduvo en lugar de anduve. Ese tipo de irregularidades. Verbos en formas no conjugadas. El infinitivo. Bueno, aquí se habla de la expresión sustantivo más infinitivo que hay que evitar. Esta expresión es totalmente frecuente. El punto es atractar. Pero es más, es que desde que se escribió el libro, el uso del infinitivo como núcleo retrohabitado se ha extendido mucho. Es aquello de añadir, decir, comentar. Normalmente en español, por mucho que tú seas humilde y no quieras hacerte presente, si quieres comentar, hablar o decir algo, estás haciéndote ya presente. Así que déjate de falsas modestias. Yo digo, yo comento, yo afirmo, yo discrepo, yo me voy. Hablar con infinitivos... En los años 50 y en los años 60 hablaban los indios en las películas. Yo, ser, todo eso. Ahora habla todo el mundo. En los claustros universitarios pedir la palabra para comentar, para decir, ¿por qué no conjugas? Hay otras lenguas muy próximas como el inglés donde la conjugación está tan reducida que esto no se aprecia. Pero en español sí, en español hay mucha conjugación que se puede utilizar. Perifrasis verbales, deber de y deber. Deber de, aproximación. Deber, obligación. ¿Qué ocurre? Que deber más infinitivo también se utiliza para la aproximación, por lo cual también es correcto. Pero se considera incorrecto todavía utilizar deber de con el sentido de obligación. Debes de pagar tus impuestos. Sí, aproximación. Deben de ser las 5. Deben de entrar 4 o 5. Debe de ser la hora de ir cerrando, así que si hay en casa algún problema... Hemos hecho 20. Esto es absolutamente ridiculous. Adverbios de lugar, en fin. Seguimos así y seguimos así. Llegaremos al diccionario que es lo bonito. Y el próximo día haremos lo que podamos. Tenemos que terminar el próximo día porque a partir del 8 de noviembre recuerdo... A ver si me equivoco. Es la PED. Por ahí entre el 8 y el 16 de noviembre va a ser la primera PED. Entonces el próximo día terminemos o no terminemos ya os vais a intentar a la PED. Que tiene preguntas sobre el tema 1 y sobre el tema 2. ¿De acuerdo? Porque es lo que nos cuesta. Podéis descargaros las diapositivas también desde la grabación. Por si queréis avanzar por vuestro tema. Hasta la próxima.