virtualmente a través de la plataforma AVIB que nos está permitiendo seguir el acto. Tenemos conectados, como decía anteriormente Olga, alumnos del Máster de Sostenibilidad y Responsabilidad Social que, como sabéis, es un máster que llega impartiendo la UNED en colaboración o máster universitario con la IAUME I y esta jornada lo que pretende también es acercar a aquellas personas que tenemos dispersas geográficamente no solo en Bruselas, sino también por todas las partes de España y del extranjero de una forma más interactiva a cuestiones más tangibles de lo que ellos están estudiando habitualmente a través del curso virtual. Yo, de todas maneras, como me toca ser la profe de la jornada, voy a dar una visión un poquito más académica, muy breve también, dando unas pinceladas y partiendo de qué es esto de la responsabilidad social si realmente supone una transformación o un modelo nuevo de empresa o no. Siempre uso esta transparencia, espero que se vea bien allí en Bruselas, en la que se recogen en dos ejes, por un lado en el eje vertical el modelo de empresa que trasciende, un modelo de empresa más monoagencia o financiero, que es el modelo tradicional de empresa, o un modelo de empresa más pluralista o multiagencia. Y en el eje horizontal, en función del grado de participación, que puedan tener diálogo y participación las distintas partes implicadas o grupos de interés, como queramos denominarlo, que se relacionan con la empresa. Inversores o activistas. Accionistas, empleados, proveedores, clientes, sociedad en general. Bien, creo que hemos evolucionado y lo marca la flecha de un modelo de empresa desde un punto de vista teórico donde la responsabilidad social convencional se asimilaba a filantropía, altruismo y ya pues a finales del siglo XIX algunos mecenas o algunos incluso economistas empezaban a... a relacionar responsabilidad social con esa parte filantrópica o acción social que tiene la empresa. Cuando la empresa adquiere dimensión mayor y por tanto los accionistas participan de forma masiva en el capital de las grandes corporaciones, ese posible altruismo casi del propietario de la compañía, pues parece que no tenía demasiado sentido puesto que se podía dañar los intereses de la empresa. Es decir, el principal stakeholder que es quien aporta el capital y por eso ese modelo de empresa más financiero o modelo de agencia donde, bueno, pues el accionista es quien delega las decisiones en los gerentes y en los directivos y estos se deben fiduciariamente a los intereses de los accionistas. Ese modelo rechaza de alguna forma toda aquella otra actuación empresarial que no persiga los intereses puramente de maximizar el valor para los... al accionista. Ahí tenemos autores que defienden ese... esa identificación de que la responsabilidad primera y única de la empresa es generar valor accionarial. Poco a poco vamos moviéndonos hacia un modelo de empresa donde va habiendo más participación de los grupos de interés. La empresa se da cuenta que aparte del capital financiero y el capital recursos humanos hay otro... llamado capital social, capital relacional, que son todos esos contratos implícitos que se tienen pues con proveedores, con clientes, donde la reputación, la confianza, la red de contactos, las relaciones, otros elementos como la calidad en el servicio, etcétera, tienen un valor importante para el mantenimiento y la supervivencia y sobre todo la competitividad de la empresa en el medio y largo plazo. Y desde un punto de vista estratégico-instrumental entienden que hay que tener presentes esas demandas, esos grupos de interés, pero siempre como un medio para conseguir el objetivo último, que es bajo ese modelo de empresa-monoagencia o financiero satisfacer los intereses del accionista. Y siempre los alumnos del máster lo han oído porque hay una clase, una videoclase que ven... que imparte el profesor Rodríguez de la Universidad de Valladolid. Existe una RSC más avanzada y yo creo que... la empresa debería tender hacia ahí, donde ya se justifica, como veremos luego económicamente, el que ese diálogo con los grupos de interés también trascienda y dé paso a una mayor participación o a un gobierno pluralista por parte de los... donde se queden representados los intereses de estos otros grupos de interés. Esa RSC avanzada, que defienden autores como ahí tenéis reflejados, Freeman, entre otros, veremos a continuación que se justifica, o lo que pretende es crear riqueza, no sólo privada por parte de la empresa, es decir, rentas excedentes hacia el cliente, hacia el consumidor o hacia los accionistas, a los acreedores, a quienes proveen los recursos financieros, o a los proveedores. Generar valor añadido a todos aquellos que se relacionan con la empresa, sino también evitar daños colaterales o efectos externos, crear riqueza neta colectiva. Tiene justificación desde el punto de vista económico porque en el caso de la responsabilidad social avanzada, como decía antes, lo que se entiende es que al margen de razones o motivaciones sociales, morales, etc., desde el punto de vista económico, hay fundamentos o razones económicas que le pueden llevar a la empresa a... a apostar por este modelo. Primero, la importancia que adquieren hoy los contratos implícitos que se llaman en economía o la confianza, la reputación, esto que he venido de llamar el capital social o relacional de las compañías, porque ayuda a mantener esa competitividad. En segundo lugar, porque estos grupos de interés, estas partes implicadas, algunas de ellas hacen inversiones específicas que se llaman en economía y asumen riesgos específicos o no diversificables. ¿Qué significa esto? Pues que, por ejemplo, un accionista... tiene la posibilidad de diversificar su inversión, invertir en varias empresas y, si no está de acuerdo con los rendimientos o con el comportamiento financiero y social de esa empresa, salir. Mientras que un empleado o un proveedor muchas veces hace una inversión específica que se llama en una compañía y, además, contrae un riesgo que, como mucho, un trabajador puede tener dos empleos y, hoy en día, es muy complicado, pero no puede diversificar esa apuesta que hace o esa inversión que hace por esa compañía en lo que se refiere a su formación, a su dedicación, etcétera. Con lo cual, creo que eso justifica, desde un punto de vista económico también, el dar diálogo y participación o mecanismos de participación a estas partes interesadas. Y, como decía antes, la existencia de esos efectos externos, económicos, positivos, pero también negativos, que hay que tener en cuenta. Hay que intentar internalizar por parte de las empresas. Y quería también, para no extenderme mucho, detenerme en un aspecto de la responsabilidad social que siempre es uno de los aspectos críticos y es el tema de los derechos humanos. Sobre todo, cuando estamos hablando, en el título de la jornada, se habla de empresas, y las que van a participar lo son, empresas grandes, de gran dimensión, que operan en países, algunas veces en vías de desarrollo y con determinados riesgos asociados al respeto o, al menos, la garantía de que los derechos humanos se respetan. Y, quizás, cuando estamos hablando de responsabilidad social desde un enfoque de gestión empresarial, este tema normalmente es uno de los más olvidados o el más difícil también de gestionar y, por tanto, no en la asignatura pendiente, pero sí en materia de derechos humanos. Yo creo que las grandes multinacionales, sobre todo, que son las que más impacto pueden tener o a más riesgos pueden estar sometidas, deberían prestar más atención. Y no lo digo yo, lo dicen Naciones Unidas en sus informes y estudios que hacen cuando analizan cómo las empresas, a nivel internacional, están gestionando estas cuestiones y cómo queda mucho por hacer porque se detectan, como veremos luego, compromisos por parte de las empresas, pero a la hora, luego de informar de qué procesos se están gestionando. Qué procedimientos y qué avances, qué mecanismos se están siguiendo para prevenir el abuso o la vulneración de determinados derechos humanos o, en su caso, remediar o controlar esas cuestiones, pues a veces la información que, por lo menos, se da es escasa. Por eso, me tengo ahí, en el ámbito de una empresa como las que van a participar hoy, lo que exige la sociedad en este momento es evitar esos dobles estándares, ese doble comportamiento. En un país donde hay un mayor control social, donde hay mayores garantías legislativas, etc., es más complicado no respetar esos derechos, pero en países donde o bien la legislación es más laxa o bien no existen mecanismos de control, pues se puede prestar más a que los gestores, los responsables de la gestión empresarial, no tengan en cuenta los efectos. Los impactos que puedan tener determinadas decisiones en materia de derechos humanos. En este sentido, también creo que es un reto para estas empresas el dedicarse, y alguna de ellas lo hace ya y os lo contarán, a cómo, a través del negocio, generar riqueza y generar valor económico y social a todo lo que se llama base de la pirámide, es decir, a todas aquellas personas con unos recursos escasos que difícilmente pueden tener acceso, a determinados servicios básicos, telefonía, gas, ahí tenemos algunos, a un precio asequible dada su nivel de renta. Entonces, la innovación vinculada a la base de la pirámide es un reto para estas compañías en línea con lo que decía de garantizar unos derechos básicos o unos servicios básicos que condicionan no sólo el nivel de vida económico, sino también el bienestar social de estas personas, favorecer desde el ámbito corporativo la gobernabilidad, en estos países donde a veces es más complicada, y haciendo lobby en favor del desarrollo de estas sociedades, evitar y poner todos los cauces posibles para luchar contra la corrupción. Y en esta línea, simplemente para no consumir más tiempo, hacer referencia a dos estudios, por si alguno de los que están siguiendo la jornada tiene interés, sobre derechos humanos y negocios, que constata lo que decía antes, que uno es el que acaba de publicar en octubre de 2009 en la Fundación Ecología y Desarrollo, se titula Derechos Humanos, piedra angular de la responsabilidad social, donde se analizan 1.200 empresas europeas y 80 españolas, y donde de las 80 empresas españolas analizadas se constata que 39 de ellas ponen alto riesgo en materia de derechos humanos, que los compromisos y los sistemas de gestión de derechos humanos, de gestión e implantación que tienen en materia de derechos humanos, son todavía bajos. El 30% de estas empresas, ya digo, de alto riesgo, no tienen todavía ningún compromiso formal, y de las que sí lo tienen, un 5,1% tiene una calidad avanzada, pero un 0%, es decir, ninguna adquiere el nivel avanzado en materia de implementación y gestión, es decir, se quedan en lo que son políticas, pero luego no hay más allá, no hay sistemas de implementación, o por lo menos no informan en los análisis de esta entidad que lo ha hecho, sabéis que Ecología y Desarrollo elabora, es el analista de AIRIS, la agencia británica de responsabilidad social con más de 3.000 empresas analizadas, pues con esa base de información han llegado a estas conclusiones. Un 30,8% de las empresas españolas no llegan al nivel mínimo. Y quería esto contrastarlo con un estudio reciente que estamos haciendo aquí también, en la cátedra, con dos investigadores, Carmen Valor y Pablo Holgado, y yo misma, donde, analizando los datos del Observatorio, a continuación tendrá la palabra el director o el coordinador del Observatorio, los datos de las empresas del IBEX 35, llevamos una conclusión también similar. La herramienta que utiliza, como saben, las empresas que están sometidas a ese análisis desde hace ya cinco o seis años, la herramienta para análisis de derechos humanos son las normas de Naciones Unidas para empresas transnacionales, y en el análisis, que es una publicación, está en proceso de revisión con una metodología estadística, se validan las escalas en las que se basa el modelo de las normas de Naciones Unidas, con lo cual tiene una validez estadísticamente buena, y se detecta que no deja en la existencia un patrón claro en cuanto a la incorporación de derechos humanos en los planes de política RSC. Por un lado, la mitad de la muestra, estamos hablando de 35 empresas, no le da importancia en su informe, por lo que cabría afirmar que no es un asunto que estén gestionando adecuadamente en su compañía. De las 35 del IBEX, la mitad no le da importancia en el informe. Y este estudio, además, ha sido hecho sobre las empresas que están a la vanguardia en nuestro país en estos temas. Es verdad que también hay otras empresas más pequeñas, pioneras en este asunto, pero lo cual quiere decir que queda mucho por hacer. Y del resto de la muestra analizada, a la hora de rendir cuentas sobre su gestión de derechos humanos, se suelen centrar más en resultados y menos en procesos. Sólo hay tres empresas de las analizadas que sí hacen un detalle pormenorizado, de qué procesos se están siguiendo para gestionar los riesgos asociados a derechos humanos y valoración de impacto, pero el resto apenas informa sobre estas cuestiones. Llama la atención, porque hemos hecho también un análisis factorial para ver si hay algún factor que determina el porqué la empresa está mejor en términos de gestión de recursos de derechos humanos, y no es relevante el sector al que pertenezca la compañía, cosa que va en línea con lo que Codes señala. Es decir, que hay empresas que están mucho más expuestas a estos riesgos y, sin embargo, están en un nivel muy bajo. El sector no es un factor relevante, lo que sí que parece que condiciona el avance o el que tengas mejor puntuación en materia tanto de políticas, de procedimientos, de resultados en materia de derechos humanos, es el que estén cotizando en índices selectivos de responsabilidad social y el que sean empresas de tamaño grande. Es decir, que parece ser que la presión, la reputación, el no estar en un determinado índice donde sí que las gestoras de estos índices exigen a las empresas mejores resultados en materia de derechos humanos, el no estar en ese índice puede ser un factor de baja reputación y de ahí que las empresas mejor posicionadas en materia de derechos humanos sean aquellas que estén en los índices de responsabilidad social. Bien, no quiero extenderme más. Si tenéis alguna duda luego o algún comentario, pues podéis o bien después o más adelante cuando queráis contactar conmigo a través del correo de la cátedra que ahí tenéis o a través de mi correo electrónico. Muchas gracias. Gracias.