El próximo interviniente entra en el campo de la historia, la historia de la literatura, pero de la historia en general es Aubin Leferre, espero que haya pronunciado bien el nombre. Es doctor por la Universidad Libre de Bruselas y por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesor en la Universidad de París Orbonne Nouvelle y actualmente es titular de la Cátedra de Literaturas Hispánicas en la Universidad Libre de Bruselas, no sé si en la flamenca o en la balona, es decir, en Roosevelt o en Eterbeck. La francófona. La francófona, bueno. Es especialista en Borges, es verdad que, en fin, parece que los leoneses tienen una cierta querencia por Borges y quizá esa razón... En fin, le acerca especialmente a estas jornadas y ha dirigido grupos de investigación de la UNED y de más de 20 universidades españolas y europeas sobre materias relacionadas con la historia de España en la literatura francesa y la historia de Francia en la literatura española, que configuran dos de sus obras publicadas por Castalia. Como politólogo vocacional, actualmente ejerciendo de europarlamentario, pues quizá le preguntaría si dentro de este debate que hay en teoría política sobre historicistas y contextuales, es decir, entre el historicismo y Skinner, por ejemplo, en la interpretación contextual de los textos, seguramente la literatura es un elemento importante para la comprensión del auténtico sentido histórico de obras, del pensamiento de obras literarias. Pero, en fin, dicho esto, la palabra es suya. Por favor, contención de tiempo porque viene otra mesa después. Sí. Bueno, en primer lugar, por supuesto, agradecer la enviación de los organizadores de esta mesa y, sobre todo, antes que nada, su confianza que me honra. Ahora bien, las relaciones entre la literatura española y las literaturas europeas son, por supuesto, múltiples y propiamente... Son múltiples, por supuesto, y propiamente... Tengo que desplazarme, ¿no? Muy bien. Propiamente infinitas. Muy finito, en cambio, el tiempo del que... de ahí esta opción me limitaré a resaltar algunos aspectos especialmente significativos de la aportación fecunda de España a la literatura europea y mundial y lo haré basándome en tres hitos que se corresponden con los tres principales géneros, poesía, novela y teatro. Primer hito, el cantar de Miocide, fecha probable mitad del siglo XII. El cantar español no constituye en sí una forma original. Se inspira principalmente en el modelo francés de la chanson de gestes, entonces ampliamente difundida en España. Recordemos que la chanson de Roland se fecha en aproximadamente finales del siglo XI. Sin embargo, el cantar de Miocide es un gran hito. Sin embargo, el cantar de Miocide representa un doble aporte. Se piensa enseguida con razón en el personaje del Cid. El cantar y los romances medievales que se crean en su estela forjan un prototipo del perfecto caballero, valiente y honoroso, amante y cristiano, una figura cuyos rasgos precorteses iban a reforzar, las obras literarias posteriores y que, a través de distintas mediaciones, iba a imponerse al imaginario europeo, e incluso oligudense, como probablemente recuerdan. Piénsese en la rica tradición literaria del Cid en la literatura francesa, desde Corneille en el siglo XVII hasta al menos el siglo XIX, alimentando el imaginario heroico y los planteamientos antiburgueses del romanticismo y del post-romanticismo de Hugo, Théophile Gautier, Lucon de Lille, José María de Heredia. Pero también alimentando el ensueño de un famoso historiador de la literatura como Ferdinand Brunetière, que a finales del siglo XIX llegó a escribir En el contexto moderno, político e industrial, utilitario y positivista, si no hemos perdido el sentido de la literatura francesa, es a la literatura española que le debemos. Y del espíritu del Medioevo, lo demostraríamos sin pena, fue ella quien salvó para nosotros todo lo que merecía sobrevivir. Y es cierto que desde el cantar de Miocida hasta Unamuno, pasando por los romances, los libros de caballerías, el Quijote y los dramas de honor, por no hablar de la literatura de propaganda de ambos signos en marco de la guerra civil, se ha perpetuado a lo largo de la literatura española el espíritu caballeresco. Pero el cantar de Miocida conllevaba también otra aportación, una transformación del modelo francés europeo en el sentido de un mayor realismo. Contrastando el cantar de Miocida con la canción de Roland, Menéndez Pidal destacó con razón Roland, héroe mítico, deja desbordar la desmesura de su orgulloso punto de honor, negándose a pedir auxilio a Carlomagno y sacrificando la vida de 20.000 franceses. El Cid, héroe humano, aparece siempre dueño de sus más pungentes pasiones. De hecho, esa mesura, asignada al Cid, llega al extremo de que puede actuar de manera contraria y por lo tanto crítica a lo que prescribe la tradición épica. La famosa afrenta de Corpes no reacciona animado por el deseo de venganza sino que recurre a los procedimientos legales vigentes. Esta orientación realista que a lo largo de los siglos XV y XVI iba a coexistir con la más desbocada literatura idealista iba a dar sus mejores frutos en los Siglos de Oro, especialmente en la novela picaresca Segundo Hito. Ahora bien, entre el cantar y la novela picaresca hay que mencionar por lo menos como eslabones ineludibles y de por sí destacadas aportaciones la Celestina de Fernando Rojas y en su estela el retrato de la Lozana andaluza de Francisco Delicado. Sin embargo, el retrato fue poco difundido y si bien la Celestina se tradujo pronto al italiano, al alemán y al francés no tuvo todo el impacto que hubiera merecido. De hecho, la figura de la Celestina no ha trascendido el imaginario español. En cambio, la novela picaresca y en especial el Guzmán de Alfarache iba a tener una influencia extraordinaria. La aportación que encerraba su fórmula era múltiple. Una forma tan ambigua como fecunda principalmente la autobiografía ficticia un tipo de protagonista, el pícaro que se correspondía creativamente con un tipo social un punto de vista también supuestamente propio de ese tipo literario y social un punto de vista que sabemos crítico sarcástico con el orden establecido y por fin una problematización de los valores morales y sociales en especial el honor así como de la cuestión de la libertad. O sea, una gran aportación para la historia de la narración y de la novela europeas y al mismo tiempo para la historia de la estética y de la poética realistas. De hecho, ese tipo de novela fue ampliamente imitado con una destacada descendencia en Alemania Francia Inglaterra recordemos el Simplicissimus de von Grimmelshausen el Gilles Blas de Lesage o la Moll Flanders de Defoe. Habría que añadir que esa novela picaresca fue también por supuesto la simiente para el Quijote el Quijote que efectuó con la brillantez y la profundidad que se saben la síntesis de los dos modelos que trasciende el libro de caballerías y la novela picaresca. Una síntesis que al mismo tiempo confirma y contribuye a matizar el supuesto talante realista de la literatura. La literatura española. Tercer hito la tragicomedia o la comedia la tosensu de los siglos de oro. El teatro secular español aportó antes que nada gracias a genios fecundísimos como Lope de Vega un modelo dramático de gran madurez y eficacia que además tenía como peculiaridad la frecuente mezcla contra la preceptiva aristotélica de los dos géneros dramáticos tradicionales de la comedia y de la tragedia. De ahí precisamente la tragicomedia o comedia nueva. Esta mezcla conllevaba en particular dos rasgos esenciales los personajes pertenecen tanto a capas populares el gracioso la celestina la criada como aristocráticas y coexistían en ellas en estas comedias el lenguaje elevado procedente de la tragedia y el lenguaje cotidiano típico de la comedia. Lo que motivaba dicha mezcla era en parte y otra vez la voluntad de un mayor realismo tal como aparece en el manifiesto del mismo Lope arte nuevo de hacer comedias en este tiempo. Ahora bien no es el aspecto del modelo dramático que más sedujo fuera de España. Resultó muy estimulante como lo podían ser desde ese punto de vista determinadas obras de Shakespeare pero no convencía tanto como la gran riqueza e ingeniosidad de las intrigas. Precisamente si consideramos esas intrigas tuvieron una larga proyección hasta en el siglo XX Recuérdense por ejemplo las adaptaciones de Albert Camus las del caballero de Olmedo de Lope o la devoción de la cruz de Calderón. Ahora bien cómo no evocar la cerebrima figura una más que ha aportado la literatura española a la literatura mundial del burlador de Sevilla. Ese prototipo de Don Juan no tiene quizás la profundidad humana de algunos de sus avatares posteriores pero sí demostró tener una fuerza dramática lo suficientemente extraordinaria como para generar uno de los mitos literarios más fecundos y universales y por cierto en Bélgica tenemos en el siglo XX al menos las versiones de Michel de Gelderod Susan Lillard Charles Bertin Franz Helens y obsérvese que la versión de Susan Lillard de 1945 se titula precisamente Le Burlador. A modo de colofón a primera vista y quizás por falta de perspectiva histórica aún resulta difícil encontrar en la literatura española posterior a los Siglos de Oro obras que tuvieron tanto impacto internacional como las que se han mencionado. Desde luego no han faltado genios literarios ni siquiera generaciones literarias geniales piénsese en la mal llamada Generación del 98 o en la bien llamada Edad de Plata tampoco faltaron premios prestigiosos lo ha recordado mi vecino pero se podría pensar también en los Nobel de Juan Ramón Jiménez de Vicente Alexandre o de Camilo José Cela tampoco faltaron lo ha dicho las traducciones a multitud de idiomas pero si bien cada obra valiosa constituye un indudable aporte al patrimonio literario europeo no se impone la obra de resonancia evidentemente universal que se encontraría más bien en otros ámbitos artísticos piénsese por supuesto en la obra y la figura de Picasso o incluso en el cine del primer Buñuel un chien andalú L'âge d'or and yet and diet ahí asoma el borgeano habría que considerar otro tipo de relaciones y de mediaciones las que implican la otra orilla Jorge Luis Borges es mutatis mutandis el Cervantes del siglo XX pero Borges resulta incomprensible si sin su periodo de formación en la España de los años XX con la influencia muy activa de autores como Cansino Sassens Unamuno o Juan Ramón Jiménez asimismo el Valle Inclán de Tirano Banderas ha sido determinante para el Miguel Ángel Asturias el señor presidente etcétera se lo decía el tema incluso desde un punto de vista muy limitado es infinito y más que finito el tiempo que se nos ha concedido gracias