Buenas tardes. Muchas gracias por estar aquí. Yo pensé que solamente los parlamentarios podíamos resistir tantas reuniones seguidas, pero veo que debe ser el propio Parlamento el que nos da fuerzas para seguir en esta tarea. Bueno, yo voy a ser muy breve porque creo que tenemos unos invitados excepcionales. Quisiera simplemente agradecer a la UNED y al presidente del Consejo de Cultura Galega, Ramón Villares, que se hayan acordado de mí para moderar este acto. Y a la presidencia española que haya organizado este encuentro sobre las culturas de España y su relación con Europa. La cultura gallega y la literatura gallega es una cultura europea y es una cultura española. Por razones geográficas, migratorias, por razones comerciales, por razones lingüísticas, por razones políticas también. El gallego es una de las primeras lenguas que ha nacido del humus del latín. Y además se da la circunstancia que más o menos el acta de nacimiento del gallego, que parece como si se desgajara del latín, coincide también con el acta de nacimiento del Camino de Santiago. Como si por una parte hubiera un desgajamiento de lo que había sido una lengua que nos había unido a cantidad de ciudadanos de lo que en aquel momento fue Roma, con la voluntad de seguir compartiendo un mismo espacio. Y ahí nació el Camino de Santiago. Y el Camino de Santiago realmente es una fuente de identidad para Galicia, para España y para Europa. Es una fuente de identidad no solamente por eso que decía Goethe que Europa se construyó haciendo el Camino de Santiago. Y veía el otro día en el aeropuerto de Santiago un libro que decía no solo se hace el camino, el camino nos hace. Pues en este caso ha sido así. El Camino de Santiago ha unido a España con el resto de Europa hasta el punto, como estamos hablando las letras y la literatura, la propia denominación español pues ni siquiera es española. Ha sido un préstamo que hemos tomado de nuestros vecinos del otro lado de los Pirineos, tiene un origen provenzal, no hay ningún gentilicio español que termine en "-ol". Y lo hemos tomado del otro lado de los Pirineos un gentilicio provenzal y era como esos peregrinos después de atravesar los Pirineos comenzaron a denominar a todos los pueblos que iban en torno al Camino de Santiago. Los primeros españoles fueron los catalanes, curiosamente, y nosotros éramos los que estaban. Estábamos, digamos, al final del camino y además los gallegos que no somos nada chubinistas, yo sigo con esto mucho a Manolo Rivas, Manolo dice, a mí me encanta eso que gallego puede ser cualquiera, no somos nada chubinistas, no nos gusta presumir de nada, pero yo me voy a permitir hoy decir aquí que si hay alguna lengua en el mundo que puede reclamar la paternidad del parlamentarismo es la lengua gallega. Nosotros casi nunca lo hemos reivindicado. No, porque ni siquiera nos gusta presumir, pero la verdad es que la primera experiencia parlamentaria que existió en el mundo fue por un rey que hablaba gallego. Fue a finales del siglo XII, un rey joven que en aquella época tenía 17 años, pues yo creo que tuvo la valentía y la osadía de convocar por primera vez en el mundo unas cortes generales. Y ese era un rey que se dice de León, pero era un rey de León y de Galicia, que realmente él se proclamó ley. Y ese rey en Galicia asistió a la consagración de la catedral de Santiago y está enterrado precisamente en la catedral de Santiago que fue Alfonso IX. Por lo tanto, si hay alguna lengua que puede reclamar la paternidad del parlamentarismo es la lengua gallega. Y yo creo que nosotros vamos a seguir contribuyendo a construir España, a construir Europa desde la literatura. Desde la cultura y desde la política. Vamos a seguir haciéndolo. Y yo no quiero aquí distraerles más. Todo esto era simplemente un intermes para ir a lo auténticamente importante. Hoy nos acompaña en esta mesa la primera persona...