Buenos días, Ángel. Buenos días. Bueno, ahora cuando se inicie la grabación. Muy bien. Comenzamos entonces. Gracias por estar aquí y vamos a hablar hoy del capítulo 8 del manual que ha sido escrito por la profesora Ana Laguía y por el profesor Juan Antonio Moriano, que llevan mucho tiempo trabajando en esta cuestión, en este tema de las adicciones en general y de la adicción al trabajo en particular. Durante tiempo el profesor Moriano tuvo proyectos, participó en proyectos de investigación relacionados con el tema de las adicciones. Con la FAD, con la Fundación de Ayuda a la Drogodependencia, con otras universidades como la Universidad de Elche o la Universidad de Alicante y en estos proyectos se trataban fundamentalmente las adicciones por sustancias. Pero también, como explica Ana en el apartado que corresponde, ahora lo veremos, se analizan en el último tiempo las adicciones que se llaman comportamentales. Es decir, aquellas adicciones que están relacionadas con algún tipo de conducta como pueden ser la ludopatía, la adicción a las compras, la adicción al deporte o al ejercicio físico, la vigorexia y también la adicción al trabajo. Entonces vamos inmediatamente a tratar este tema que tiene el siguiente índice. Ana y Juan Antonio han expuesto primero una introducción, luego han delimitado conceptualmente el constructo de adicción al trabajo, han analizado algunos modelos teóricos que explican la adicción al trabajo, han valorado el tema de los factores de riesgo en la adicción y también sobre todo se han centrado, han analizado las consecuencias pero sobre todo se han centrado en un apartado que conecta dos áreas en las que ellos investigan que son el área de emprendimiento y el área de adicción al trabajo. De hecho sus investigaciones propias han estado centradas en la cuestión de si el emprendedor puede ser más adicto al trabajo que otros trabajadores y por último cuáles podrían ser las acciones o las estrategias de prevención. Bueno, como el tiempo es cortito vamos a ir a ello. En primer lugar en la introducción tenemos que hacer referencia a que el término adicción ha estado normalmente utilizado para referirse a las sustancias, a la adicción por sustancias, al alcohol, a las drogas, al tabaco, a los alucinógenos, a los fármacos. Por ejemplo ahora en Estados Unidos se está tratando, investigando y trabajando mucho intentando solventar el tema de la adicción a los opiáceos, la llamada crisis de los opiáceos en Estados Unidos por la adicción de las personas a los fármacos para el dolor con marcas comerciales determinadas que han popularizado el uso de estas sustancias como paliativo a diferentes tipos de procesos de dolor y que producen adicción. Es un componente fundamental de cualquier trastorno adictivo, la falta de control, el incremento en la prioridad que se le da a la sustancia y al consumo de la sustancia, y la continuidad en el proceso y el aumento incluso en el proceso de consumo a pesar de que se experimentan un conjunto de consecuencias negativas tanto de tipo inmediato relacionadas con el bienestar físico, con la salud como de tipo secundario diríamos o de segundo orden que podrían estar relacionados con aspectos psicosociales. Por ejemplo pensad en la crisis familiar que supone el tener una persona adicta a las drogas o adicta al juego o a otras sustancias. Las adicciones sin sustancias responden a este patrón de características que hemos señalado recién y este patrón de características es el que nos permite hablar de una adicción, es decir en definitiva se trata de una conducta de dependencia puede ser de dependencia psíquica, dependencia física o de ambos tipos y además comparten con la adicción por sustancias el fenómeno del síndrome de abstinencia. Ese síndrome de abstinencia no necesariamente tiene que ser físico en el sentido de cómo se le produce al adicto al tabaco por ejemplo, pero sí puede ser psicológico y la influencia negativa sobre la persona y sobre el entorno es otro rasgo compartido entre las adicciones sin sustancias y las adicciones con sustancias. Características importantes de este tipo de adicción sin sustancias pues la pérdida de control de la persona sobre su propia conducta, es decir sobre la posibilidad de decir en el momento que lo desee basta y aquí lo dejo, la continuidad en la realización de la conducta a pesar de que percibe consecuencias negativas es decir bebo en exceso me levanto por las mañanas con un resacón tengo una cantidad de consecuencias negativas del consumo del alcohol que impactan sobre mi bienestar y sobre el de los demás, experimento una dependencia cada vez mayor de esa conducta es decir al principio bebía solamente los fines de semana luego bebía por las noches de los días de semana y ahora pues al mediodía no me puedo sentar a comer sin sentir que me falta el vaso de vino o la cerveza. Hay una precipitación de la conducta es decir la persona está desesperada porque llegue el tren a la estación para bajar tres minutos a echar una calada o que se salga de una reunión de la que no se puede levantar y ausentarse porque está desesperado por darle dos caladas a un cigarrillo y experimenta síndrome de abstinencia si no puede practicar la conducta es decir un malestar intenso físico y psicológico y además pierde interés por otro tipo de conductas que antes le podían resultar satisfactorias como por ejemplo el deporte o como por ejemplo otro tipo de actividades sociales para priorizar esta conducta que es adictiva y en el contexto del trabajo la que más atención ha recibido es justamente el huercajolismo, es decir la adicción al trabajo. Se entiende como una adicción al trabajo ¿por qué? porque tiene una serie de correlatos negativos en la persona, en el entorno y en la organización pero es una adicción comportamental muy peculiar. Primero es peculiar por el grado de prevalencia, algunos estudios estiman que en España la adicción al trabajo puede rondar el 13 y medio, el 14% de la población trabajadora y que estaría por encima del 10% del riesgo de adicción en los países industrializados. ¿Qué caracteriza al adicto al trabajo? Lo caracteriza en primer lugar el que trabaja más duro y más horas de lo que está obligado a trabajar, es decir que es alguien que es capaz de levantarse muy temprano por la mañana y quedarse hasta muy tarde por la noche o toda la noche sin dormir para trabajar pero esto no es lo único porque eso probablemente nos describa a muchos de nosotros en determinados momentos de nuestra existencia, es decir en determinados momentos nos hemos visto ante una presión por ejemplo estudiar para un examen o realizar unas tareas que tienen fecha límite y que no podemos cumplirlas si le dedicamos el tiempo habitual y pues hacemos eso, eso no es lo que define al adicto al trabajo. Otra cosa que define al adicto al trabajo es que descuida otros aspectos de su vida por encima y fuera del trabajo y esto es quizá lo que más va a caracterizar al adicto al trabajo, vamos a intentar hacer una delimitación conceptual más precisa de lo que es la adicción al trabajo. En primer lugar lo definimos como un riesgo psicosocial o como un daño laboral de tipo psicosocial ¿por qué? Pues porque es un riesgo que está presente en los entornos de trabajo, Ana y Juan Antonio exponen luego que está en unos más que en otros pero está presente en los diferentes entornos y que además está caracterizado por un trabajo excesivo pero que no se debe a que la presión la ejerza otro sobre uno directamente sino a que es uno mismo el adicto el que tiene un impulso, una necesidad irrefrenable de trabajar constantemente. El adicto al trabajo sería la persona que va a las vacaciones llevándose el portátil y que luego de llevarse el portátil está desesperado el tiempo que tiene que estar en la playa o que tiene que estar en el camping o tiene que estar en la montaña porque no puede estar conectado con su trabajo, con sus clientes, con sus usuarios etcétera. Algunos autores han tratado de establecer límites cuantitativos indicaría que una persona adicta al trabajo dedica al menos 50 horas semanales al trabajo 50 horas semanales significaría que de lunes a viernes la persona trabaja 10 horas. A lo mejor si lo pensamos de lunes a viernes no parece tan exagerado, de hecho hay muchas personas que trabajan más de ocho horas aunque no se les contabilicen esas horas pero lo que diferencia a la persona adicta al trabajo de otra que también trabaje las 50 horas y no sea un adicto al trabajo es que su actitud hacia el trabajo no es la de me veo obligado a hacerlo sino que tiene una idea sobrevalorada sobre la importancia del propio trabajo, sobre la positividad de su propio trabajo y también sobre otros correlatos del trabajo como son el desarrollo de la carrera, el éxito, el dinero, el poder etcétera. Es muy importante esta diferenciación ¿por qué? porque mientras la adicción al trabajo se refiere a un objeto de gratificación directa e inmediata como las compras, el juego, el sexo o el deporte, la vigorexia, el trabajo no es así. Es decir el trabajo puede producir una satisfacción pero esa satisfacción a lo mejor está muy demorada y en cambio el juego, el sexo, las compras me dan un reforzamiento inmediato cuando le doy al click de Amazon o voy a la caja del corte inglés y pago y me llevo mi objeto, eso es en sí mismo gratificante y en el trabajo no sucede eso. Otra peculiaridad que se puede observar entre los adictos al trabajo es que muchas veces el problema reside en que la satisfacción que producen los logros es prácticamente irrelevante, es decir te das cuenta que la persona es un adicto al trabajo porque lo que le gratifica es el trabajo en sí y no el logro. Por ejemplo pensemos en un profesor universitario o en un investigador que sea un adicto al trabajo la gran satisfacción que le debería proporcionar el hecho de publicar un artículo científico en una revista de altísimo nivel de impacto debería durarle muchísimo tiempo y sin embargo te das cuenta que a la persona que es adicta al trabajo esa gratificación además de que llega demorada, le dura muy poquito tiempo, es decir no le importaba en realidad la gratificación y por eso es un elemento que en definitiva es placentero en sí pero no es placentero por el resultado. Por otro lado hay algunos autores que han hecho una diferenciación y esta diferenciación es más reciente y además de ser más reciente los autores del capítulo la recogen en varias partes pero indican también que no tiene un gran, como decir, cúmulo de evidencia científica que la avale y vendría a significar que el adicto al trabajo es una persona que por las características externas está muy apegado a su trabajo pero en realidad por las características internas tiene bajos niveles de implicación o de engagement. Y aquí hay un debate entre el modelo de Wilmar Schaufeli y el modelo de los autores que defienden esta diferenciación, veremos un poquito más adelante esta cuestión en los modelos. Según esta clasificación habría que considerar o que combinar las dos variables, las dos dimensiones, la dimensión del engagement, de la implicación en el trabajo y la dimensión de la adicción al trabajo. Y aquí es donde estos autores lo que realmente señalan es que los únicos huercaholic serían estos, los que son altos en ambas dimensiones. Es decir, es una persona comprometida con su trabajo, fuertemente comprometida con su trabajo y con una fuerte dedicación y sobrevaloración al trabajo. Todos los demás serían casos diferentes a pesar de que ellos los consideran dentro de esta misma escala y Wilmar diría que no son así, que no ese es el caso. Para Wilmar estos serían los engaged workers, es decir, los trabajadores que están comprometidos pero sin ser adictos, conservan el control y estos serían los trabajadores que están quemados, distanciados de su trabajo. Es decir, yo creo que en definitiva algo que sucede es que en el modelo de huercaholismo todavía no hay un clarísimo marco conceptual que nos explique muy bien el origen de este fenómeno y la caracterización. Y por eso, para poder distinguirlo tenemos que andar, para poder alcanzar su concepto diría, tenemos que andar distinguiéndolo de otros constructos, de otras referencias. En otro lado, por otra parte, lo tenemos que distinguir del presentismo laboral. El presentismo es otra línea de investigación relativamente reciente. Se hace referencia por presentismo al fenómeno de estar presente en el puesto de trabajo a pesar de no estar en las condiciones adecuadas para desempeñar la tarea, sobre todo por enfermedad y por lo tanto de tener un bajo desempeño en las actividades. Durante mucho tiempo, las investigaciones en psicología del trabajo lo que se han centrado es el fenómeno del ausentismo. Como el ausentismo o absentismo han estado durante mucho tiempo perseguidos, los trabajadores tienden a estar presentes en los puestos pero a rendir o a tener muy baja productividad. Hay dos enfoques diferentes, uno es el enfoque europeo y otro es el enfoque americano. El enfoque europeo está centrado sobre todo en la visión de riesgos laborales y del correlato del presentismo con la inseguridad o con el exceso de demandas, por ejemplo con la sobrecarga en el trabajo. En cambio, el enfoque americano está más bien orientado al análisis del impacto que tiene el presentismo sobre la productividad, es decir, el hecho de que el trabajador esté presente en el puesto de trabajo pero no rinda adecuadamente. ¿Qué relación tiene la adicción al trabajo con el presentismo? Bueno, el presentismo sobre todo se ha medido a través de escalas autoinformadas. Todas estas escalas consisten en preguntarle al trabajador si ha acudido a trabajar, a pesar de tener problemas de salud y de saber que su estado de salud va a perjudicar su rendimiento en un periodo determinado. Lo más conocido es la escala de Stanford. La escala Stanford de presentismo la verdad es que recoge una serie de ítems en una versión más larga de 13 y una más corta de 6, pero su estructura factorial funciona así, por lo menos en español. Yo creo que quizá aquí hay un problema importante que habría que analizar que es el factor moderador de la cultura organizacional y de la cultura nacional de los valores en el trabajo, los valores respecto del trabajo y también una diferenciación en cuanto al tipo de tarea que se realiza porque se puede ser presentista en la administración pública pero es mucho más complicado ser presentista como camionero o como albañil o manejando una máquina, una motosierra, ¿no? Y por otro lado teóricamente el trabajador adicto sería un presentista, es decir el presentista sería un trabajador que estaría presionado externamente para asistir por diferentes factores o directamente sería un adicto al trabajo. ¿Cuáles son los modelos teóricos que explican la adicción al trabajo? Pues fundamentalmente nos vamos a centrar en dos, uno es el modelo del conflicto de rol. Bill Marshall Phillips propone este modelo y le va a dar un papel central si miramos el dibujito que está aquí para volver atrás en el cual el conflicto de rol juega un papel diríamos mediador entre la adicción al trabajo y las demandas laborales que correlacionan entre sí positivamente y el bienestar o el burnout. ¿Por qué? Porque el conflicto de rol va a ser el que va a definir, digamos así, el impacto negativo de la adicción al trabajo sobre el bienestar y el impacto positivo de la adicción al trabajo sobre el burnout. En definitiva, como dice Bill Marshall, este modelo no es solamente lineal en un sentido sino que hay efectos recíprocos entre la adicción al trabajo y las demandas laborales y también entre, como los veis aquí, la adicción al trabajo y las demandas laborales se influyen mutuamente, y también efectos recíprocos negativos entre el bienestar y el burnout. Existen otros modelos que en vez de estar centrados en las características del trabajo están más bien centrados en características de la personalidad o en características de la persona. ¿Por qué digo de la persona? Porque no todos los características que se señalan son propiamente características de personalidad. Va a plantear que por una parte los rasgos de la persona y por otra parte los tipos de incentivos o de motivadores que la misma persona se propone así y que la organización le propone van a favorecer el desarrollo de la adicción al trabajo, es decir, que la adicción al trabajo terminaría siendo un resultado de una combinación entre las características que yo tengo como individuo y aquellos retos o aquellos premios que me propone el propio ambiente de trabajo. El modelo considera que hay cuatro rasgos claves en el desarrollo de la adicción. Primero, una cierta personalidad obsesivo-compulsiva, una fuerte orientación al logro, el perfeccionismo, es decir, la tendencia a hacerlo todo de manera perfecta y querer que esté todo acabado sin ningún fallo, y la responsabilidad o conciencia. Entonces entre los rasgos de personalidad esos serían los más importantes pero esto no es suficiente para explicar la adicción al trabajo sino que además hay que tener en cuenta que hay una serie de incentivos personales. Esos incentivos personales están sobre todo relacionados con los valores que la persona ha internalizado a lo largo de toda su formación, sobre todo por la enorme influencia del aprendizaje vicario. Esto lo va a desarrollar el capítulo más adelante cuando habla claramente de que el hijo de dos adictos al trabajo es muy probable que sea adicto al trabajo. Es decir, una persona que ha visto a sus padres trabajar, por ejemplo como los he visto yo, de lunes a lunes y sin distinción alguna de sábados y de domingos, a lo largo de toda su vida, lo necesitarán económicamente o no, y que incluso cuando tenían una actividad de ocio, esa actividad de ocio era trabajo, es muy probable tiene todas las papeletas de ser un adicto al trabajo. Pero además existen unos valores que vienen planteados por la propia organización, porque la organización muestra constantemente que el trabajo es más importante que la familia, porque la organización fomenta un clima de competencia intragrupo, es decir que entre los compañeros de trabajo no se colabore sino que se haga un desarrollo de la carrera y de los éxitos personal e individual, y porque haya un aprendizaje vicario respecto a que el adicto al trabajo es premiado o recompensado. En una ocasión leyendo sobre el síndrome de burnout, un autor Christian Vandenberghe decía, un canadiense que ha escrito mucho sobre el tema, decía que en ciertas organizaciones es una pauta de estatus caché el dejar la luz del flexo encendida o dejar la chaqueta sobre la silla para indicar que uno está constantemente conectado siempre presente. Y esto es algo bien visto, si no se está constantemente conectado y si no se responde rápida e inmediatamente a lo que los compañeros y los superiores te piden, te sientes en falta y no estás dentro del grupo. Y esas claves favorecen y fomentan la adicción al trabajo. ¿Y cuál sería la descripción de la adicción al trabajo? Pues este modelo la describiría en tres dimensiones, una dimensión cognitiva, una afectiva y una conductual. La cognitiva es obsesionarse con el trabajo, tenerlo siempre presente en la mente, la afectiva consiste en disfrutar con el trabajo y en esto coincidirían con los trabajadores engaged, pero además sentirse ansioso y culpable cuando no se trabaja que esto es algo que no coincidiría con los engaged. Y por último en la conducta horas de trabajo excesivo y sobre todo interferencia del trabajo en la vida personal, un modelo bastante completo. Por otro lado en función de los diferentes modelos se han elaborado distintas herramientas que han intentado valorar a través de cuestionarios, a través de escalas las dimensiones teóricas que dan explicación o que justificarían la existencia de la adicción al trabajo. Estas son las herramientas que se han utilizado en las investigaciones empíricas que pretenden darle apoyo a este constructo. En los años 90 ya se desarrolló el WorkBat que está basado en una concepción de tres componentes con tres dimensiones, una dimensión de involucración, una de compulsión y otra de disfrute. Y este cuestionario, el WorkBat tiene una versión española que validaron el profesor Boade y Grau y sus colaboradores. Hay que tener presente que según esta escala, según se aplique esta escala nos saldrían diferentes categorías de trabajadores, es decir que podríamos etiquetar a los trabajadores en seis categorías diferentes, en función de sus puntuaciones, en la involucración al trabajo pero también en el disfrute y en la compulsión de trabajar. El trabajador adicto, en definitiva, el auténtico adicto al trabajo que es teóricamente por decir así el que no disfruta sería el que se encontraría aquí, es decir es alta la compulsión y alta la involucración pero ojo es bajo el disfrute. Y en cambio el adicto entusiasta sería este, el único para el que es alto todo, ¿vale? Todos los demás son o personas entusiastas simplemente o personas que viven en una situación o normal o quemados. En este modelo como decía se basa la WorkBat pero existe otra escala con mucha difusión sobre todo en español y en muchas lenguas que es la escala Duhuas de Wilmar Schaufeli. Schaufeli la propone en 2008 y deja simplemente dos dimensiones, como veis voy a volver atrás, elimina la dimensión del disfrute porque para Wilmar la dimensión del disfrute está asociada al engagement y no a la adicción. Para Wilmar lo que caracteriza la adicción es el trabajar excesivamente y el trabajar compulsivamente, por consiguiente esta escala reflejaría esta concepción de dos dimensiones que tiene el grupo de trabajo del profesor Schaufeli. En la página de Schaufeli podéis encontrar todos sus instrumentos en innumerables lenguas a las cuales ha sido traducido. El profesor Schaufeli es una persona que se acaba de jubilar ahora en el último congreso de psicología del trabajo y de las organizaciones al que asistimos con el profesor Moriano en Turín antes de la pandemia, si no me equivoco fue en el año 2019, no, en el 19 ya estábamos confinados ¿no? Entonces tuvo que ser en el 18, la verdad es que no lo recuerdo. En este congreso él hizo la conferencia plenaria despidiéndose ya porque se jubilaba pero eso no ha significado de ninguna manera que descarar la actividad y además es una persona que como ha compartido y viajado e investigado con muchísimos otros trabajadores y profesores de otras universidades pues tiene una amplísima red de contactos y es una persona encantadora. Si alguna vez alguno de vosotros tiene interés en continuar su trabajo y su investigación en el futuro en el área de la psicología del trabajo sería posible incluso ir a hacer una estancia con él e investigar porque es una persona además accesible y muy implicada. Bueno, volviendo al tema, el capítulo expone los factores de riesgo y las consecuencias de la adicción al trabajo. ¿Por qué hablamos de factor de riesgo? Porque factor de riesgo sería cualquier característica de la persona o del contexto que va a incrementar la posibilidad de la adicción al trabajo, es decir que va a incrementar el hecho de que la posibilidad de la adicción al trabajo se presente y como decía se pueden agrupar en dos tipos de características, los factores de riesgo personales y los factores de riesgo organizacionales. El manual tiene unos larguísimos párrafos, unas páginas sumamente exhaustivas respecto a los rasgos sobre todo demográficos, de personalidad y de características ocupacionales en las cuales la investigación parece encontrar mayores incidencias o mayores tendencias a la adicción al trabajo. Nosotros no vamos a entrar aquí en todos esos detalles y nos vamos a centrar en las cuestiones más generales, dentro de los factores de riesgo personal se incluyen las características demográficas sobre todo el sexo, la edad, el estado civil, la ocupación y el tipo de empleo. Muy importante entre los rasgos de personalidad prestar atención al patrón de conducta tipo A, la centralidad del trabajo y los valores individuales hacia el trabajo y también el contexto familiar. Como resumen muy importante si bien es cierto que los rasgos de personalidad se pueden de alguna manera intentar reeducar, entre comillas, ¿no? lo que estoy diciendo, se han identificado otros factores de personalidad sobre los que sería más fácil incidir y son sobre todo aquellos relacionados con las emociones, sobre todo la capacidad para regular las emociones negativas que me genera la abstinencia, los motivacionales es decir aquellos que podrían favorecer la motivación intrínseca para quitarle incidencia a las motivaciones extrínsecas y sobre todo la autoestima y todos los elementos cognitivos que podrían estar mediando el impacto de los factores externos o contextuales sobre el comportamiento. Pero hay además una serie de factores de riesgo en la propia organización y estos factores de riesgo están centrados fundamentalmente en la cultura organizacional y en las demandas laborales. En la cultura organizacional, ¿por qué? porque los procesos psicosociales no se dan en un vacío social sino que se dan en un entorno donde las realidades laborales tienen un cierto significado y claramente si en una cultura organizacional el trabajo es sobrevalorado por encima de la conciliación, por encima de la importancia que se le dé al cuidado de la salud, por encima de otras actividades es muy probable que con esto se esté dando un claro mensaje de que el adicto al trabajo va a ser premiado, va a ser recompensado. Y por otro lado las demandas laborales que como sabéis se pueden dividir o distinguir en demandas desafiantes o retadoras y demandas amenazadoras. Las desafiantes serían aquellas que me permitirían desarrollarme como persona y las que no son desafiantes por otro lado me amenazan porque me hacen ver que voy necesariamente a fracasar, que no voy a poder dar la talla, pero sobre todo las retadoras pueden provocar adicción al trabajo entre otras la sobrecarga de trabajo tanto la sobrecarga de tipo cuantitativo es decir muchas tareas como la cualitativa muy difíciles, la presión temporal y las fechas tope que podrían ser incapaces de asumirla las personas. Todo este cóctel favorecería la adicción al trabajo, en definitiva una característica muy importante de la adicción al trabajo reside en que mientras todas las otras adicciones están mal vistas la adicción al trabajo está bien vista. Realmente incluso la adicción al deporte o al ejercicio físico puede tener un punto de mala valoración social mientras que la adicción al trabajo no lo tiene hasta que las consecuencias son tremendamente nefastas y por consiguiente eso se transforma en una llamada de atención pero en una llamada de atención que podríamos decir que llega bastante tarde muchas veces. Yo tengo un amigo que cambió sus pautas de vida cuando estuvo al borde de la muerte porque tuvo un problema de salud gravísimo que le llevó a estar ingresado en el hospital durante meses y a estar muy, muy mal y a partir de entonces adoptó una estrategia de cortar los fines de semana el viernes a partir de las 8 de la noche olvidarse del móvil y no atenderlo para ningún motivo y además ha conseguido reeducarnos a los que somos sus colegas porque yo sé perfectamente que a esa persona no le mando un whatsapp ni lo llamo pasadas las 8 de la noche de un viernes hasta el lunes siguiente y no hago lo mismo con el resto. Me ha llamado poderosamente la atención este lunes a pesar de que era festivo recibir el informe de actividad del uso de mis aplicaciones y de mi móvil que me envía Microsoft y comprobar que la mayor parte de las comunicaciones que tengo con las personas de mi entorno laboral las tengo fuera del horario de trabajo y es algo de lo que no soy auténticamente consciente. A veces cuando alguien de la familia protesta, mi marido o el marido de otra persona a la que llamo, en ese momento me doy cuenta que estoy infringiendo un horario de descanso pero si no no soy para nada consciente de ello. Bueno como decíamos el adicto al trabajo sufre una serie de consecuencias tanto en el plano personal como en el plano organizacional. En el plano personal las primeras investigaciones planteaban efectos positivos y esto conecta con lo que yo estaba diciendo recién, es decir con la dificultad de definir la adicción al trabajo como un problema cuando toda la sociedad te aplaude. Pero te aplaude durante un cierto tiempo, es decir en un determinado momento la sobre implicación y la sobrededicación deja de tener efectos positivos y pasa a tener efectos negativos. Efectos negativos en primer lugar en el propio desempeño y en segundo lugar en el estado de salud de la persona porque la persona se vuelve hipertensa, obesa, con cefalea, con problemas de colesterol o puede hacerse adicta a otras sustancias para poder estar despierta y mantenerse activa, tomando café con pastillas de cafeína, etcétera. O por otro lado después impidiéndole su conciliar el sueño y por lo tanto consumiendo fármacos para dormir, etcétera, etcétera. Pero las consecuencias negativas no se cifran solo en el ámbito individual sino que también afecta al ámbito organizacional. Lo que caracteriza a la persona adicta al trabajo no es solamente que trabaja más horas sino que, como suelo decir yo a veces, se mete en todos los charcos, pisa todos los charcos. Es decir cualquier reto, cualquier proyecto, cualquier cosa que se le ofrece si no lo asume hace sentirse culpable y eso termina dispersando su atención y su dedicación a miles de actividades que en las cuales no puede rendir bien en todas ellas. Por lo tanto hay resultados que vienen a señalar que en definitiva el adicto al trabajo es menos innovador, menos creativo y eso también va a afectar a los compañeros por el bajo rendimiento pero también por una cierta tendencia del adicto al trabajo a complejizar la tarea. Es decir, a volver la tarea más engorrosa y complicada de lo necesario con lo cual termina siendo un problema para los compañeros y para los otros que están presentes en su mismo entorno. Hay un grupo de estudiosos entre ellos la profesora La Guía y el profesor Moreano y sus colegas como Marjan Gordievski u otros que han investigado la relación entre emprendimiento y adicción al trabajo. El emprendedor se encuentra en una situación muy complicada, ¿por qué? porque el emprendedor es su propio jefe con lo cual él tiene la posibilidad de poner o no el límite a sus horas de trabajo. Pero no hay que ser ingenuos sobre esto, el emprendedor o el autónomo tiene de alguna manera todo sobre sus espaldas. Recuerdo una amiga que hoy es funcionaria pero que en otra época tuvo una consultora que decía que ella tenía el peso de 30 nóminas sobre sus espaldas y que eso en un determinado momento de su vida terminó siendo excesivo. Entonces, trabajar más duro, trabajar más horas, intentar alcanzar y meterse en todos los proyectos que surjan es también una característica propia del emprendimiento y es por eso que muchos trabajadores, que sean trabajadores emprendedores tienen altas puntuaciones en adicción al trabajo. También son trabajadores muy engaged, es decir, son personas muy implicadas en su trabajo en el sentido positivo, en el sentido que lo dice Schauffeli. El estudio de Marjan Gordievski y sus colaboradores muestra cómo el afecto positivo y el afecto negativo, además de la sobrecarga del trabajo, van a mediar esa relación entre la adicción al trabajo y el rendimiento, el crecimiento y la conducta innovadora. Si os fijáis en el signo de las relaciones veréis que, en definitiva, la adicción al trabajo tiene un impacto muy importante en el afecto negativo y tiene impacto negativo sobre el crecimiento de negocio y sobre el rendimiento. Es decir, que las vías que van desde la adicción al trabajo no son positivas ni para el rendimiento ni para el crecimiento, tampoco lo son para la conducta innovadora. En cambio, las que van desde la implicación a través del afecto positivo a la conducta innovadora, esas sí son positivas y fuertemente significativas. Y por último nos tendríamos que ocupar de cuáles son las posibilidades de prevención. La verdad es que la prevención supondría cambiar toda la socialización que hacemos y ciertamente poderle dar a las personas la visión de que es más importante la familia, la vida personal, el ocio, el disfrute. Pero eso es muy difícil en una sociedad mercantilista como la que tenemos. Esa frase de una persona que conocí hace tiempo, que decía no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita, no responde para nada al modelo social en el que vivimos ni en el cual podemos educar y socializar a nuestros jóvenes. Evidentemente, si es necesario el dinero y los bienes son necesarios y una enorme formación para poder tener un bienestar que es una garantía de pasar bien la vida en esta sociedad, no basándose en la reducción de las necesidades sino basándose en la satisfacción de nuevas falsas necesidades todo el tiempo pues entonces resulta que no podemos prevenir realmente la adicción al trabajo. No podemos prevenirla porque salvo que la persona pueda encontrar otra manera de alcanzar esos bienes que necesita para estar supuestamente satisfecho, el trabajo es la única vía que le queda. A lo mejor podemos hacer algo desde el punto de vista organizacional. La organización a través de la modificación de su cultura puede emplear estrategias específicas en las cuales muestre a los trabajadores que el adicto al trabajo no es el trabajador deseado dentro de esta organización y tampoco es el trabajador premiado o recompensado. Un programa específico de prevención de la adicción al trabajo tendría que contemplar como mínimo los siguientes aspectos, una comisión o equipo de trabajo que tuviera representantes de los diferentes grupos de interés para analizar esta cuestión y aquí tendría que haber representantes de la propia organización, de los trabajadores del departamento de medicina laboral o de prevención de riesgos laborales y también otros agentes relevantes como por ejemplo los sindicatos etcétera o el colegio profesional al que pertenezcan los trabajadores. Sería importante que la adicción al trabajo se incluyera entre las medidas de estudio en las evaluaciones de salud laboral que se hacen habitualmente en las organizaciones, esto ya sé que es una utopía a las empresas no les interesa y si no les interesan otros riesgos psicosociales con mucho más contundentes como la violencia o el acoso, mucho menos creo que sea fácil convencerles de que hagan un estudio sobre la incidencia de la adicción al trabajo. Pero sería conveniente tener esa información porque si no tenemos esa información no resulta fácil poder diseñar estrategias o programas específicamente dirigidos a los trabajadores de esa organización. Habría que analizar los costes y beneficios de un programa, es decir la idoneidad del programa para este tipo de organización y cuáles podrían ser las ventajas y desventajas de aplicarlo. Habría que desarrollar un plan pero consensuado con todos los partners, es decir con todos los grupos de interés. No sirve de nada una propuesta elaborada por el sindicato o elaborada por el departamento de PRL que no tenga calado ni en los trabajadores desde a pie, ni tampoco la directiva y por lo tanto los objetivos específicos y las medidas tanto de prevención primaria como secundaria y terciaria tendrían que estar planificadas y consensuadas. Por ejemplo una medida que se me ocurre que se podría aplicar sería la organización de las agendas de trabajo con suficiente planificación y con suficiente antelación. En la universidad por ejemplo existe el fenómeno de que parece que no se acaba el año sino que se acaba el mundo y entonces a mediados de noviembre llega el mensaje de que cierra el ejercicio fiscal y que por lo tanto el día creo que es este lunes 13 tienen que estar en gerencia todos los expedientes económicos, todos los gastos que se quieran pagar dentro de ese ejercicio fiscal y la gente se vuelve loca intentando resolver esas situaciones y al mismo tiempo intentando que los papeles estén a tiempo en un periodo determinado para tenerlos y vuelve loca a la administrativa del departamento y al departamento de contabilidad. Por otro lado un buen programa bien elaborado debería difundirse adecuadamente y se tendría que identificar a una serie de personas que fuesen los interlocutores que transmitieran ese programa. Esta difusión no tiene que ser necesariamente boca a boca, se puede hacer a través de reuniones, a través de webinars o también por ejemplo a través de infografías. La infografía sería una excelente herramienta para difundir este tipo de información. Bueno como veis es un capítulo muy interesante, es un capítulo que tiene muchísimos contenidos muy actuales y creo que honestamente merece