¿Qué es la psicología de Freud? Fijaros además cómo se escribe y pronuncia libido. No es líbido, iconube, que significaría quedarse pálido, sino libido, pronunciado de esta manera, que es el concepto que Freud emplea para referirse a la disposición erótico-sexual que encontramos en todos nosotros. Y es como la fuerza erótica, la fuerza que empuja las actividades mentales, las actividades de la mente y con el propósito de la gratificación. Bien, pues decíamos la semana pasada, no me voy a extender mucho porque ya lo comentamos un poco más en largo la semana pasada, ahora solo lo resumo, que Freud consideraba que ya los niños manifiestan una disposición erótica. Algo que supuso una revolución en la concepción de la infancia y que le ganó muchos enemigos. Incluso, como decíamos el otro día, caracterizó a los niños como perversos polimorfos, con una expresión más bien tremenda. ¿Por qué polimorfos? Porque en ellos la libido va tomando distintas manifestaciones, va focalizando, va convirtiendo en objetos. Distintas partes del cuerpo. Hay varias partes del cuerpo que se están erotizando, por decirlo así, en la infancia. ¿Y perverso por qué? Porque esas partes que se erotizan en la infancia no tienen que ver con la posibilidad de la reproducción. Es decir, no son los genitales cuya práctica y activación tiene que ver con la reproducción. Para Freud, toda actividad sexual que no esté canalizada... ...con la finalidad de la reproducción y que, por tanto, no sea genital, se entenderá como una cierta forma de perversión. En una concepción, en fin, que ahora no llamaríamos así para nada. El bebé primero obtiene la satisfacción con la boca a partir de la succión del pecho de su madre y esta es la fase oral. Después, a partir de la retención de las heces y de la orina, a partir de la retención, por tanto, encuentra satisfacción también en el ano, una concepción un poco curiosa. Aquí también dijimos que se podían distinguir varias fases y que incluso Freud llegó a establecer, los discípulos como muy fieles a las doctrinas de Freud, llegó a establecer también una caracterología dependiendo de la fase en la que uno hubiera estado más entretenido o se hubiera fijado, se hubiera retenido o regresado a ella. Los caracteres de las personas, ser agresivo o no serlo. Ser expansivo o no serlo. Ser sumiso o no serlo. Por ejemplo, todo ello está ligado, decía él también, a las distintas focalizaciones del deseo en estas partes del cuerpo. En la boca, en el ano o en el falo. Ya en la primera fase genital la encontramos aquí. Después venía una fase de latencia y a partir de los 12 años dijimos que de nuevo volvía a ser otra vez una fase genital. Constituyendo ya la sexualidad adulta y normal. Bueno, dijimos también que era importante porque en esta fase, me parece que lo teníamos aquí, sí, aquí estaba la referencia. En estas fases primeras del desarrollo de la sexualidad y de la focalización del deseo ocurre una experiencia muy importante para la formación del deseo. De la mentalidad adulta sana. Esa experiencia es lo que él denominó el complejo de Oedipo. Creo que la había subrayado la semana pasada pero no se siguió tiempo a desarrollarlo suficientemente. Creo que todo el mundo conoce o sabe a qué nos referimos con este título. Emplea Freud la palabra Oedipo porque a él le gustaba muchísimo la cultura clásica. Y recoge del mundo griego antiguo una serie de... ...de mitos. Y uno de ellos es el mito o referencias a Oedipo. En una de las tragedias griegas, en Edipo Rey, se cuenta cómo este personaje fue despachado de la familia prácticamente nada más nacer, porque había dicho una profecía que iba a matar a su padre, iba a tener relaciones con la madre. Y para que eso no ocurriera, pues lo despacharon. Pero como pasa con los héroes trágicos o con los personajes trágicos del mundo antiguo griego, pues por mucho que hagan algo que parece que les va a apartar de su destino, su destino va a estar ahí presente. Ese es el carácter trágico de los héroes griegos o de los personajes griegos. Que hagan lo que hagan, se va a cumplir su destino. Y como el destino decía que Edipo iba a hacer eso, pues al final ocurrió. Porque justo por haber hecho eso, se separó de su familia y de su pueblo. Y ya cuando fue adulto, regresó a su pueblo sin saber cuáles eran sus orígenes. Y allí, en una encrucijada de caminos, encontró a un adulto con el que se enfrentó. Tuvo una discusión con él, se pelearon y al final acabó matándolo. Y ese era su padre. Regresó al pueblo, bueno, fue al pueblo en donde estaba su madre y al final acabó teniendo también un vínculo. Un vínculo emocional con su madre. Sí cumplió la profecía. Bueno, lo que hace Freud es coger ese mito y darle el título a una experiencia que todos los niños hemos tenido, que todas las personas varones hemos tenido cuando hemos sido niños. Dice Freud que entre los tres y los cinco años le ocurre al varón, al niño varón, que acaba desplegando un vínculo libidinoso hacia la madre. Algo así como una atracción. Una atracción hacia la madre y acaba sintiendo un rechazo hacia el padre. Hay un momento como de hostilidad hacia el padre porque considera que el padre es un competidor y que usurpa el privilegio que él podría tener con la madre. Todos los afectos que la madre podría tener dirigidos hacia el niño, pues están en riesgo por la figura del padre. Entonces hay como una relación ambigua hacia los padres. Hay una relación de amor hacia la madre, sospechosamente erótica. Hay una relación de desapego, incluso de rechazo y en términos fuertes podríamos decir de odio hacia el padre. Por tanto hay una especie de triángulo afectivo. El niño varón vinculándose con la forma del amor hacia la madre y la forma del rechazo del odio. hacia el padre, ¿vale? Una teoría, bueno, un tanto llamativa, ¿no? Aunque muchos padres detectan que algo un poquito parecido, sin que pase a mayores, naturalmente, ¿no? Un poquito parecido a esto parece ocurrir, ¿no? En los niños, ¿no? Bueno, que puede tener hasta celos de los padres, ¿no? Freud pensó que esta experiencia es fundamental y la equivalente también en las mujeres. Que sería el complejo de Electra, ¿no? En el complejo de Electra, una niña acaba teniendo también vínculos casi incestuosos, libidinosos, hacia el padre, en este caso, y rechazos hacia la madre, ¿no? ¿Por qué ocurre esto en el caso del varón? Bueno, pues porque la madre, sin querer, también erotiza al bebé primero y luego al niño. A partir del darle el pecho y después también del roce y del tocar al niño. Acaba sin querer erotizando de alguna manera al niño, ¿no? Y provocando en él esa disposición de una cierta pasión y de deseo hacia la madre, ¿no? Esta situación es necesaria, piensa Freud, ¿no? De tal forma que si un niño no ha amado de alguna manera, no ha tenido cierta forma de deseo libidinoso hacia su madre, le será después difícil tener deseo libidinoso, hacia las mujeres. La figura materna, pensaba él, es imprescindible para el desarrollo de una sexualidad y de un deseo erótico sano, entre comillas, lo de sano es lo que él diría, ¿eh? Ahora no lo diríamos así, sano por parte del varón, ¿vale? Y también por parte de la niña, ¿no? Para que la niña ame a los hombres ha tenido que amar a su padre. Para que el niño ame a las mujeres ha tenido que amar a su madre, ¿no? Naturalmente se tiene que superar ese conflicto, se tiene que superar ese complejo, porque si no habrá algo así como una fijación por los padres y el niño que no ha superado ese complejo de edipo acabará buscando en las mujeres a su madre, en las mujeres que vaya conociendo. Tal vez algo así le pudo pasar a don Juan, el del mito, ¿no? También en el teatro español, a don Juan, que andaba enamorando a las mujeres que se cruzaban por su camino, tal vez añorando a su madre y no encontraba a su madre, ¿no? Que madre sobayuna, ¿no? Si hay una fijación excesiva en la figura materna, entonces las relaciones con las mujeres van a ser problemáticas, porque andaremos los hombres buscando nuestra pareja de alguna manera a nuestra madre, cosa que es realmente imposible. Entonces hay que amar a la madre para que podamos amar a las mujeres, nosotros los varones, pero luego tenemos que superar esa fijación y desprendernos de ella. ¿Y cómo ocurre? Pues a partir de una experiencia simbólica a la que se refirió Freud, que es el miedo a la castración. Suena un poco fuerte también este título, pero bueno, es el que él emplea también. Miedo a la agresión del padre. El padre pone límites al deseo del niño y ese poner límites puede favorecer que se rompa el vínculo erótico-afectivo hacia la madre y podamos tener más libertad para vincularnos con cualquier persona. En el caso de las mujeres se añade otro concepto que no se cita por aquí, pero es un concepto un poco tremendo, o sin poco, un concepto tremendo y claramente, creo yo, machista. Ahora muchos freudianos lo ven con mucho reparo, porque suena como muy mal. La verdad que Freud tenía una concepción que diríamos ahora, acertando, como bastante machista. En la correspondencia que tiene, por ejemplo, con su novia, bueno, pues dice cosas más bien tristes, palabras suaves, respecto de dónde tiene que estar su novia. Así le sugiere que no se dedique a la vida profesional, porque la vida profesional no es algo que le convenga a las mujeres, y que más bien a las mujeres les corresponde quedarse en casa, dedicarse a las tareas domésticas y cuidar, en todo caso, de la trayectoria laboral y profesional del marido. Buenas cosas. Buenas cosas, en fin, que ahora resultan, en fin, impresentables. En aquella época eran más comprensibles y fueron aceptadas también por su novia primero, en la que fue después su mujer, ¿no? Igual que sobre la sexualidad femenina y sobre el pudor, ¿no? No tenemos tiempo, sino la verdad que os podía haber traído un libro, me parece que una vez ya lo cité también, se llama Ideas cortas en cabellos largos. Es una selección. Hecha por unas mujeres feministas que seleccionaron textos y frases de intelectuales, filósofos, psicólogos. Gente inteligente e intelectual, Aristóteles, Schopenhauer, Nietzsche, Santo Tomás y también Freud. Y ahí hay una selección de las cartas de Freud y dices, guay, qué cosas. En fin, es una chista que escribió este hombre nuestro, que por otra parte, por supuesto, destaca su inteligencia y sus aportaciones a la psicología y a la ciencia. En fin, si alguno de vosotros o de vosotras sois todas mujeres las que estéis por aquí, entonces debo hablar en femenino, ¿no? Tenemos que cuidar también un poco más el lenguaje. Bueno, si alguna de vosotras está interesada en estas cosas, pues podía buscar. No me acuerdo cómo se llamaban las autoras de esta selección de textos, ¿no? Pero el libro era Ideas cortas y cabellos largos. ¿Vale? Te comparto. Qué buena frase. Sí, es casi imposible ahora. Sí, es difícil. Puede ser que esté también en librerías de viejo. No sé si lo has visto ahí, en librerías de viejo. ¿Puede ser? ¿Sí? ¿Cristina? Hay un portal que se llama Iberlibro, lo voy a poner aquí, donde se pueden encontrar libros de segunda mano. En este portal, este portal recoge miles, miles de librerías, ¿no? Miles de librerías recoge este portal de viejo, ¿no?, de segunda mano, se llama así, de viejo, y se pueden mirar por ahí, no sé qué precio tendrá, pero la verdad que es un libro bien interesante, ¿no? Bueno, pero volviendo a lo principal, al concepto que es, en fin, machista, y que él utilizó para comprender el complejo de Lectra, ¿no? Sí. Él habló de la envidia del pene. A él le pareció que las niñas tienen un complejo de inferioridad, consecuencia, dice él, ¿eh?, son palabras casi literales, de la percepción de su insuficiencia fisiológica en comparación con el varón. Algo así dice, unas frases muy parecidas, ¿no? Muy, muy, muy parecidas. Compara su cuerpo con el del varón y siente que su cuerpo es inferior al de varón. Falta algo. Lo que le falta es el pene, ¿no?, y envidia al pene. Y ese mecanismo de envidia del pene hace que tenga una disposición de atracción hacia el padre que sí posee ese órgano que a ella le falta. Bueno, una consideración, no lo voy a desarrollar más, solo lo quería citar para señalar que en el análisis de la sexualidad femenina encontramos en Freud afirmaciones francamente dudosas como la que he citado ahora muy brevemente. Luego se puede reformular y los freudianos ahora le dan una formulación distinta, más aceptable a nuestra mentalidad que ya no tiene los prejuicios machistas. Pero la verdad que puede costar bastante reformular ese concepto. Bueno, pero de cara también a lo que tenéis que recordar para el examen y demás, bueno aquí tenemos la referencia a este complejo, a esta situación fundamental que se da en la infancia y que es necesaria para el desarrollo psicosexual. ¿Vale? Bien. ¿Qué más tenemos? La teoría de los instintos que ya comenté en su momento, que le da mucha importancia porque para Freud los seres humanos somos seres biológicos, somos seres corporales y nosotros las reclamaciones del cuerpo son fundamentales en nuestro comportamiento. Y van creando también representaciones mentales, van creando actividad en la mente y la principal actividad que crean en la mente es la del instinto. Él nos ofrece varias teorías de los instintos y aquí, bueno pues tenéis la formulación final que ya cité en su momento. Dirá Freud que hay dos grandes instintos, el instinto de vida, en donde está recogida también la sexualidad, el instinto sexual, que tiene como propósito la reproducción. Y el instinto de autoconservación, que tiene como propósito el mantener al individuo, obviamente, pues vivo. Y junto con estos instintos de vida, veis aquí recoge otra vez términos griegos, eros y tanatos, eros será el dios del amor. Junto con estos impulsos o instintos de vida que van creando unidades cada vez más complejas y actividades vitales, tenemos también un impulso dirigido a la destrucción, a la separación de las unidades. Intentar que aquello que compone una unidad se discree y acabe resolviéndose en los elementos básicos. Eso es la muerte. La muerte es la descomposición de lo que estaba, de otra manera, como unido. Y existe este impulso, que en sus versiones extremas le dijimos que era el masoquismo y el sadismo. Y pensó Freud que solo con este impulso, aunque es consecuencia de una energía que a veces le da el nombre de destrudo, un poco curioso, solo con la existencia de este impulso podemos entender comportamientos de agresión sistemática que vemos en el ser humano. Dirigida hacia los demás y dirigida también hacia nosotros. Pueden ser microagresiones. En que simplemente nos hacen renunciar a niveles de actividad vital compleja para volver a niveles como más sencillos. O pueden ser ya impulsos de agresión como mucho más definitivos y dañinos que acaban en la muerte del otro o de uno mismo. Bueno, esto ya lo comentábamos también en su momento y tiene como mucha importancia. Bien, y pasamos ahora. ¿Alguna pregunta? ¿Se va a interrumpir? ¿Se va a ir entendiendo bien todo esto? ¿Sí? ¿O no? ¿Sí? ¿Qué os parece el asunto de... En fin, que he sugerido un poquito del carácter machista de las ideas de Freud. Es un tema muy polémico, desde luego, pero me parece que no hay que ocultarlo en el libro. No se sugiere nada de todo esto, ¿no? Pero me parece que tiene más importancia. Claro, la época invitaba a ello. Pero no deja de ser... A mí, más que enfadarme, que también, pero casi me entristece, ¿no? Que gente especialmente brillante, inteligente, a la que uno puede admirar, ¿no? Y que debe admirar también por muchos asuntos. Que tiene que ver con la comprensión de la vida y de la realidad. Sin embargo, luego, en algunos temas muy delicados e importantes, que tienen que ver con el trato con el otro, dicen cosas a veces... Aristóteles. Aristóteles, fíjaros, ¿no? Estaba a favor de la esclavitud. Y hay textos en los cuales Aristóteles acaba legitimando la esclavitud con razones filosóficas, ¿no? Y desde luego también la discriminación de la mujer, ¿no? Él también... En ese texto que os he dicho, pues se recogen frases de Aristóteles, ¿no? Y también tenía una actitud discriminatoria, ¿no? Aristóteles... Entonces pensaba que eso de que el hombre es un animal racional se refiere fundamentalmente al varón, a la mujer no tanto. La mujer participa de la razón pero no vive la razón desde la razón, no es algo de ella, propiamente de ella, sino que está como disminuida en relación a esa capacidad. Y es por eso por lo que la mujer no debería participar en política, solo los que disponen de la racionalidad pueden ser auténticamente ciudadanos. Bueno, no lo voy a desarrollar pero ahí tenemos cosas tremendas también. O Santo Tomás que también tuvo una disposición ahí, ideas machistas, lo normal dijo él también del semen del varón, lo normal es que salga un varón y si viene una mujer pues es como consecuencia de los vientos. A ver, Cristina, la gente brillante no puede brillar para todos los gustos de las distintas épocas. Al final esas personas siguen siendo personas con las que ahora consideramos defectos. Sí, es verdad, pero yo que estimo mucho la inteligencia me parece algo muy bueno y que sirve para orientarse en la vida y el ejercicio de la razón y el conocimiento. Pues en mi caso encontrar que esas personas, Nietzsche al que admiro mucho también, sin embargo vas con mujeres, lleva látigo le voy a decir, dices caramba, Friedrich, Federico Nietzsche, no puedes decir esas cosas, qué barbaridad. Y en el caso de Freud también, ya en el siglo XX, en el caso de Freud yo creo que es aún como más, no sé, se le puede reprochar más por decirlo así. Porque ya estaba en el siglo XX, no es como Aristóteles hace 25 siglos o Santo Tomás en la Edad Media, en el siglo XX. Y sin embargo no tuvo la sensibilidad que otros autores sí tuvieron de escuchar a las mujeres en sus reivindicaciones y de captar con la sensibilidad que él tenía para otras cosas también, en fin, las posibilidades de las mujeres. Bueno, no voy a continuar, era sólo un comentario sobre ello. Bueno. Bueno, pasamos ahora a otra parte muy muy importante en que se refiere a los tratamientos. Porque dijimos al comienzo del tema que el psicoanálisis es muchas cosas, ¿no? Es una filosofía del hombre. es una teoría de la mente, es un método de investigación, pero fundamentalmente es un método terapéutico, es una psicoterapia, es una forma de intervención terapéutica. Todo el mundo sabe que Freud era terapeuta. Él se formó como médico, luego se especializó en lo que llamaríamos ahora psiquiatría, aunque nunca empleó métodos de farmacia, pastillas o algo semejante, que son como más característicos de los psiquiatras, sino que más bien siempre empleó métodos que ahora diríamos que pertenecen más que a la psiquiatría a la psicología clínica, a la psicología aplicada en el campo de la salud mental, la psicología clínica. Entonces, pues bueno, todos sabemos que el psicoanálisis es fundamentalmente una psicoterapia. Bien, y este es el caso de Freud desde el principio. Él se alejó de la medicina. La medicina en el sentido más estricto para atender a lo que llamaríamos ahora psicología aplicada, psicología clínica, porque estuvo muy interesado desde muy pronto, desde muy joven, estuvo interesado por la comprensión de la enfermedad mental y desde luego por su cura, por intentar curar lo que él llamaba neurosis, que son trastornos psicológicos de orden un poco menor o menos graves que la psicosis. Una cierta distorsión de la realidad. No en la forma de alucinación, no en la forma de alucinaciones o de delirios, pero sí como de deformaciones de lo real, en la comprensión de lo real y en la manifestación del deseo. Bien, en su origen, como os decía, estuvo interesado ya Freud en los comienzos de su trayectoria científica y profesional por la enfermedad mental y sobre todo por una que se dio mucho en la época que recibía el nombre de histeria, en un sentido distinto a la actual, ¿no? La histeria era una enfermedad bastante habitual, bueno, habitual, perdón, que se daba más en las mujeres que en los hombres. Y en el caso de las mujeres de clase media-alta, con mucha más frecuencia que en el caso de las mujeres de la clase trabajadora. Se daba más en las mujeres que en los hombres. Incluso parece que... Esta palabra, la palabra histeria, está relacionada con un término griego, no recuerdo cómo se diría ahora en griego ese término... pero que significa útero, relacionando esta enfermedad con lo femenino. Se pensaba que eran enfermedades de las mujeres, uno del grupo de las enfermedades femeninas. ¿Y en qué consistía? Pues en la existencia de dificultades físicas sin una causa física aparente. A ver, Cristina, ¿por qué se daba mal realmente o por qué las mujeres trabajadoras no podían acceder al diagnóstico? En parte porque no podían acceder al diagnóstico, pero en parte también porque tenían tal vez otras urgencias más graves que la de la salud psicológica. No sé cómo suena esta afirmación, pero parece como que cuando tenemos urgencias físicas como muy fundamentales de subsistencia, y esto era lo que pasaba con la clase trabajadora en aquella época, que el problema fundamental no era el problema del deseo, sobre todo en relación al alivido, el erotismo y la dificultad en el trato con el otro, sino más bien que hay que llevar dinero a casa, hay que llevar el pan. Y entonces estaban como más cerca, podríamos decir, de las urgencias de las necesidades fisiológicas que de las urgencias de necesidades psicológicas. Y en todo caso, pues se podrían dar otro tipo de dificultades psicológicas, ¿no? Por ejemplo, es muy posible que se diera algo que tuviera que ver con la frustración, algo que tuviera que ver más con la pena, por ejemplo. Porque podían ver que se morían sus hijos muy pequeñitos o recién nacidos, ¿no? Y seguramente ese tipo de dificultad básica de la pérdida, vamos, de algo muy real, claramente y objetivamente dañoso, ¿no? Como puede ser la muerte de tus hijos, ¿no? Como ocurría con mucha frecuencia en aquella época. Y eran las mujeres las que más se vinculaban a los bebés, que morían, que los varones, ¿no? Pues en todo caso, las dificultades psicológicas seguramente podrían tener más que ver con la depresión, ¿no? Pero estaba por encima de ello la urgencia del hacer, ¿no? La urgencia de sobrevivir. Mientras que las mujeres de clase media y de clase alta tenían más independencia. En ese sentido de las urgencias biológicas, y entonces podrían venir a ellas más los trastornos que corresponden a un nivel de vida como más seleccionado. No sé si es una respuesta como adecuada. Desde luego también lo que has dicho, lo que has dicho de que tampoco tenían acceso a los psicólogos que conocemos ahora, a la consulta de Freud, que podía costarles un dinero. Y en todo caso además podían estar más en lugares mucho más tremendos y dañinos que la consulta de Freud, que no era muy dañina. Se tumbaban ahí en el diván y físicamente y emocionalmente pues no iban a quedar muy trastornadas. Al contrario, se supone que iban a quedar beneficiadas. Mientras que las mujeres de la clase trabajadora, cuando tenían alguna dificultad de comportamientos extraños para el resto, pues más que ir al psicólogo iban a los manicomios, a los hospitales psiquiátricos en donde el tratamiento era muy difícil. Mucho más deshumanizado, mucho más violento incluso, como podemos recordar si habéis visto reportajes de los manicomios, así se les llamaba entonces, del siglo XIX, de finales del XIX y principios del XX. Ese tipo de lugares, pues allí los tratamientos eran mucho más duros. No eran exactamente tratamientos psicológicos, sino de corte como más físico. Y en todo caso entonces las mujeres de la clase trabajadora con comportamientos extraños para el resto, pues acababan siendo llevadas allí. ¿Vale? Bueno, entonces había que entender en qué consistía esa enfermedad, la histeria, ¿no? Dificultades físicas sin una causa física aparente. Entonces tenían dolores de espalda, no podían mover la mano, tenían temblores en la mano, por ejemplo. O incluso ceguera sin causa física aparente, se le llama así aún ahora, ¿no? Ceguera histérica, ¿no? Que no haya ninguna lesión y sin embargo la persona no pueda ver, ¿no? Y había que comprender esa enfermedad. Freud marchó a París para seguir los estudios que él había realizado de medicina y allí estuvo con Charcot. Y con Charcot, con Charcot, que no sé si se cita así, lo tenemos aquí, lo había subrayado Charcot, eso es, ¿no? Con Charcot vio el uso de un recurso bastante raro. vio el recurso de la hipnosis. Bueno, con Charcot un poco menos, pero sí con otros personajes que hubo ahí en el ambiente intelectual e incluso de ocio en París, porque había hipnotizadores que hipnotizaban a las personas también. Y Freud asistió a esas sesiones de hipnotismo. Entonces ahí vio, como dije también en una sesión en la que estábamos hablando, en una clase en la que estábamos hablando del inconsciente, vio que mediante el trance hipnótico se podía conseguir que alguien supiera algo sin saber que lo sabía y tuviera deseos sin saber la causa de los deseos. Eso se puede hacer con la hipnosis. Y en el caso de Charcot, pues claro, Charcot conseguía que mediante la hipnosis, la sugestión, algunas personas, algunas mujeres dejaran de tener síntomas histéricos. Si no podían mover la mano, podían mover la mano en el trance hipnótico. Y si podían mover la mano, se les podía inducir a que no la movieran. Podía haber también parálisis como consecuencia de influencias en el trance hipnótico. Claro, eso supuso para Freud todo un descubrimiento muy importante de algo fundamental en lo que él va al final a desarrollar en el psicoanálisis. En la consideración de que hay causas mentales de actividades físicas, de rasgos físicos, de comportamientos de nuestro cuerpo. Dependiendo de qué pasa en tu mente, así ocurrirán cosas en tu cuerpo. En lo que llamaríamos ahora enfermedades psicosomáticas. La mente influye en el cuerpo, vamos, para decirlo de una manera como más sencilla. Y en los casos extremos, experiencias que un sujeto vive, que se trasladan a la mente y que son extraordinariamente graves, pueden provocar al final daño físico. Pueden provocar manifestaciones físicas que tengan que ver con la enfermedad y no con la salud. Entonces, él entendió que esto es lo que pasaba al final con las mujeres histéricas. Cuando regresó a Viena, se puso a investigar también con Brauer, otro investigador, compañero y amigo suyo, y crearon una teoría explicativa de los síntomas histéricos. Hubo un caso, el de Ana O. Una mujer joven, inteligente, atractiva, que fascinaba a estos dos psiquiatras, a Charcot y a Brouwer, ellos se enamoraron de ella, y que tenía, parece ser, síntomas histéricos. Y emplearon con ella la hipnosis también y la sugestión, y vieron que en ella había recuerdos olvidados, pero muy graves, que remontaban a la infancia. Interpretaron, con las cosas que ella dijo en el trance también y la sugestión, interpretaron que ella había tenido experiencias traumáticas de niña. Había tenido experiencias traumáticas de niña. Experiencias traumáticas que tenían que ver con la sexualidad y con el abuso sexual. Claro, fijaros, cuando ocurre eso, cuando a una persona niño le pasa algo muy grave, sobre todo de esa índole de agresión sexual o de violencia, y es un niño, el niño no tiene recursos reales para enfrentarse a esa situación. Si uno es adulto, pues sí, se puede enfrentar al agresor, puede pegarle también o defenderse o apartarse de él, puede distanciarse de él. Utilizar recursos que tienen que ver con el cuerpo y la mente o la ayuda que la sociedad puede proponernos para enfrentarnos al agresor. Pero cuando es niño, ¿no? ¿Y entonces qué puede hacer? Pues puede utilizar una estrategia. Puede utilizar un mecanismo de defensa para protegerse de esa situación traumática, que es el mecanismo de la represión. Este que tenemos aquí. La represión. Esto es la teoría explicativa de los síntomas histéricos que dieron estos autores. En particular Freud, porque luego Freud se alejó de Brauer por incidir en el origen sexual. Para Freud, la neurosis, y en este caso concreto la histeria... ...se explica por tres circunstancias. Primero, la referencia a la infancia, por acontecimientos que nos ocurren en la infancia. En segundo lugar, por acontecimientos traumáticos. Esos acontecimientos infantiles tienen que ser traumáticos. Y en tercer lugar, relacionados principalmente con la sexualidad. Esas tres cosas, infancia, trauma y sexo, ¿verdad? Sexualidad, por tanto agresión, violencia muy dañina... ...en ese momento tan temprano, son las causas de la enfermedad mental. Porque ¿qué hace el niño? reprime esa experiencia intenta lanzar esa experiencia al fondo de su mente para poder actuar como si no hubiera ocurrido porque va a tener que seguir conviviendo con el agresor seguramente no va a salir del entorno familiar hay mucho de esto aún ahora también porque la agresión en el entorno familiar es aún tremenda es muy grave sigue siendo aún también en muchas familias desgraciadamente, como dices a nivel y entonces que puede hacer el niño o la niña, reprimirlo y lanzarlo al fondo de su mente, meterlo ahí en el sótano de su mente una fuerza enorme como para que no salga ese contenido reprimido pero claro la represión, y esto es muy importante la represión no acaba con la vivencia reprimida la vivencia reprimida sigue allí está ahí en el fondo de la mente enquistándose como si fuera un quiste esta palabra lo utilizaba el profesor Tres Palacios de la UNED que fue el que creó la Facultad de Psicología de la UNED, en su momento uno de los creadores y es el que escribió el primer libro de texto para esta asignatura antes de tener este libro teníamos uno del profesor Fernández Tres Palacios y recuerdo que en aquel manual también de esta asignatura utilizaba esta palabra que a mí me gusta enquistado ese contenido reprimido estaba enquistado está enquistado y ahí como corrompiendo y ensuciando el resto de la mente influyendo en el resto de la mente impuna por salir porque esa vivencia tiene un contenido energético hay una energía ahí que está pegada al recuerdo a la imagen, a la representación de la vivencia de la experiencia vivida a la representación de la agresión pongamos por caso entonces está en el fondo de la mente impugna por salir quiere manifestarse porque esa energía empuja ese contenido como hacia afuera pero luego hay una fuerza contraria que es la de la represión que se encarga de mantener subyugado ahí en el olvido de tal manera que la persona puede tener luego 20 o 30 años o más y no recordar esa experiencia traumática y sin embargo manifestarse esa experiencia traumática de distintas maneras E incluso, en algunos casos, como ya más severos, en trastornos físicos, que vienen a ser como una especie de desahogo a partir del cuerpo, ¿no? De desahogo de esa vivencia reprimida, ¿vale? ¿Vale? Quedan fuera de la consciencia. Esos motivos, impulsos anímicos, quedan fuera de la consciencia, ¿no? Y perduran como síntomas expresándose en el cuerpo o en otro tipo de disfunciones ya psicológicas, ¿no? En la forma de síntomas, en el trastorno neurótico en definitiva, ¿vale? Bueno, pues contada con mucha rapidez, ese sería como el esquema explicativo del origen de la enfermedad. La enfermedad. Experiencia infantil, traumática, de corte sexual, que se lanza al inconsciente como consecuencia de la represión. ¿Con qué propósito? Con el propósito de permitirle a la persona sobrevivir, ¿vale? Bien, pero a costa de la enfermedad. Si esta es la explicación, dicha de esta manera así, muy simple, ¿no? Ya también nos podemos imaginar en qué puede consistir el remedio, ¿no? La intervención. Si una de las causas de que aparezcan los síntomas es la represión, si nosotros conseguimos eliminar la represión, entonces esa energía podrá manifestarse y podrá encauzarse de formas no dañinas, no neuróticas. Se va a manifestar, ¿no? Claro, el terapeuta debe tener aquí mucho arte, mucha capacidad. Una primera para conseguir que disminuya la represión, esa sería como una primera capacidad que disminuya la represión para que se pueda manifestar esa energía reprimida y otra saber dar con la forma adecuada para encauzar la experiencia de un modo como sano. La experiencia de reconocimiento del trastorno de un modo sano, ¿vale? Bien, pues con estos propósitos Freud dirigía la psicoterapia, ¿no? Tenía sesiones de psicoterapia y empleó dos métodos. El primer método fue el método catártico, el método catártico. ¿Y en qué consistía? En el uso de la hipnosis para mediante ella conseguir que el paciente pudiera rescatar esas experiencias traumáticas. Así lo logro ser, ¿verdad? revivir el suceso traumático originario, y habría en él una especie de catarsis, que en griego catarsis significa limpieza, purga, igual que nosotros purgamos nuestro radiador con la llave para quitarles el aire, que pueda circular ahí el agua caliente, pues nosotros también podemos purgar, limpiar nuestra mente con un método que haga que salga del fondo de nuestra mente, casi en algunas circunstancias como de modo explosivo, en la forma del llanto, por ejemplo, o de otras formas energéticas, cargadas de energía, el suceso traumático. Y ello permitiría el desahogo, podríamos decirlo así, el desahogo de ese contenido. El contenido energético reprimido, ¿vale? El primer método, por favor, lo tenéis que recordar, es el método catártico o catarsis, en donde tiene un protagonismo fundamental el uso de la hipnosis, ¿vale? Pero Freud dejó este método y lo dejó por varias razones, ¿no? Una, pues porque hay personas que se bloquean a la hipnosis, que tienen dificultades para ser hipnotizadas. Otras, es muy fácil. Es muy fácil hipnotizarlas, ¿no? Pero él vio que había gente que se bloqueaba, que no se les podía hipnotizar, ¿no? Otra segunda razón es que es difícil hipnotizar. Parece que el mismo Freud no tenía mucha habilidad en la hipnosis. No sé, algunos dicen que eso pudo ser también una segunda circunstancia, ¿no? Que él no era especialmente diestro en ello, ¿no? Pero luego hay una tercera razón que a mí me parece que es más interesante y más valiosa, ¿no? Y es la siguiente. No sé si hay alguna pregunta. ¿No? ¿Vale? No, ¿verdad? Bien. Tengo aquí como una llamada, no sé qué es. No, vale. Decía que hay tal vez una tercera razón. Bien. Hay una tercera razón que hay que tener en cuenta y es la siguiente, ¿no? Claro, en la hipnosis, el trance hipnótico es un estado alterado. Es un estado de conciencia. Un estado que no es normal. Y en ella no estamos presentes de verdad. La hipnosis, por cierto, es tal vez el único fenómeno... Un momentito, voy a borrar esto que tenemos por aquí. Está por aquí. Decía que es la hipnosis tal vez el único fenómeno de esos fenómenos paranormales que solemos englobar en el título de extraños o paranormales, el único de esos fenómenos que sí es admitido por la comunidad científica. Aunque no sabemos muy bien a qué se debe y cómo es, qué mecanismos están involucrados en ello, pero desde luego la psiquiatría admite que se puede hipnotizar, que existe, que no es un invento de feria, algo así. Muchas veces sí, los hipnotizadores son falsos hipnotizadores y todo se exagera y es un poco de circo. Pero realmente existe ese fenómeno y de hecho aún se utiliza. Hay asociaciones de psiquiatras, de psicólogos, sobre todo de psiquiatras, en España hay una importante también que utiliza la hipnosis para ayudar a la gente. Bueno, recuerdo una entrevista, no recuerdo el nombre de esta persona, pero sí la entrevista a un personaje importante de esas asociaciones que contaba cómo había utilizado la hipnosis para resolver un problema de ceguera histérica. Ahora, en nuestros tiempos, hace unos cuantos años, contaba este caso, una mujer que no podía ver y mediante la hipnosis consiguió al final que desapareciera ese problema. ¿Vale? Vamos, quiero decir que... No penséis que esto formaba parte de la parte menos científica de Freud o algo así. Bueno, pues no, se emplea la hipnosis y él lo empleó. Pero renunció a ella porque la hipnosis, el trance hipnótico, es un estado anúmalo de conciencia. Y a él le pareció lo siguiente, que era mejor lo siguiente. ¿Qué ocurriría si en un estado de conciencia más, entre comillas, normal, en donde realmente estuviera presente el sujeto, de verdad, de verdad, de verdad, con todos sus recursos, en particular con el recurso de la conciencia, del darse cuenta, utilizando la terminología que hemos visto, si estuviera presente desde el yo, no desde el ello, del superior, sino desde el yo y desde la conciencia, si estuviera ahí presente cuando accede a sus vivencias de dificultad, a sus vivencias traumáticas, pues Freud pensó que en esa situación, en donde se ve realmente el yo, el yo y la conciencia, las cosas iban a ser mejores. Iba a resolverse mejor la enfermedad. Parece que los pacientes en esta primera época mejoraban, pero aún no se quedaba del todo satisfecho Freud y pensó que había que mejorar aún el método terapéutico. Y para eso utilizó otro método, el método de la asociación libre. Por este método el paciente sí está consciente, sí está en él desde el yo, está desde el yo. Y consiste en la escena psicoanalítica freudiana que todos hemos visto en películas. Llega el paciente, se le tumba, está ahí en una tumbona, en la versión de Freud. Me voy a referir al esquema prototípico en la terapia de Freud. Ahora otros ya no, freudianos incluso. Ya no emplean el diván, puedes sentarte en un sillón. Pero en el caso de Freud aún se conserva el diván, se marchó exiliado a Londres y ahí está su diván, la casa en la que él vivió. El paciente entonces se tumbaba en el diván y el psicoanalista Freud estaba detrás. ¿Por qué? Esa situación un tanto artificiosa. Pues se trata de lo siguiente. Tenemos que conseguir que de alguna manera disminuya la represión. Porque hemos dicho que la represión es lo que bloquea la vivencia reprimida, la vivencia traumática. Entonces tenemos que conseguir que disminuya la represión. ¿Y cuál es la causa principal de la represión? Bueno, la causa. La parte de la mente que está muy involucrada con la represión. La parte de la mente que está muy involucrada con la represión es el super-yo. Los códigos morales, la presencia de lo social. ¿No? Allí en el super-yo se encuentra como lo social. En el ello está el cuerpo y lo biológico y en el super-yo está como lo social. Y es lo social lo que está reprimiendo. El miedo a lo social, el miedo a la mirada del otro, el miedo a los vínculos con los demás, al trato con los demás. Entonces, si queremos que desaparezca la represión, ¿qué tenemos que hacer? Pues tenemos que conseguir que de alguna forma disminuya lo social. Y entonces, si esto lo trasladamos al escenario ideal que tenemos que recrear, que tenemos que crear ahí con nuestro paciente, pues la propuesta de Freud para nada es descabellada. Se trata de crear un entorno tranquilo. No puedes hacer terapia psicoanalítica en el bar, no puedes hacer terapia freudiana en el trato con la familia, ¿no? Desde luego no vas a hacer terapia freudiana con un amigo ni con un familiar. Tiene que haber desconexión emocional con tu paciente, ¿verdad? ¿Para qué? Para conseguir que el paciente se sienta libre, para conseguir que el decir del paciente, el discurso, el hablar del paciente, se pueda dar con total libertad. Por eso le vamos a dar el nombre de asociación libre. ¿Qué quiere decir total libertad? Pues que no tenga miedo a las consecuencias de su decir y entonces se le va a apartar de la sociedad, no va a venir acompañado de nadie, a diferencia de las terapias de grupo, ¿verdad? ¿No? Pues no es así, no es que no va a venir acompañado de nadie, va a venir él solo para que se exprese con total libertad. Va a intentar tener la sensación, el psicólogo tiene que intentar favorecer la sensación de que lo que diga el paciente no va a tener repercusiones sociales. Naturalmente lo que va a decir el paciente es secreto. El psiquiatra luego, el psicólogo, el psicoanalista no lo puede comunicar a nadie, ¿no? Nadie se va a enterar, diciéndolo de otra manera, nadie se va a enterar de lo que tú vas a decir en consulta. De tal manera que puedes expresarte con total libertad. Hasta puedes decir frases descabelladas, totalmente absurdas, ¿no? Si te gusta hablar y hablas bien, ¿no? Pues no te importe decir frases totalmente, yo qué sé, enloquecidas, ¿no? Absurdas, que no tengan ningún sentido. No te importe gritar, llorar, estar diez minutos en silencio, contestar cosas descabelladas. Alguna posible palabra o pregunta que pueda referirte o decirte el psicoanalista, ¿vale? Entonces se trata de recrear, de crear ahí una situación que genere en el paciente la sensación de libertad plena. Por eso lo tomamos como cuando vamos a dormir, ¿no? Justo en el sueño ocurre algo un poco parecido. Dirá Freud que la análisis de los sueños es el camino real al inconsciente. Porque en los sueños, ya lo diré un poco después también, parece que desaparece al menos un poco la represión. Y puede manifestarse con más libertad los contenidos del inconsciente. Aunque también un poco encubiertos, ¿no? Bueno, pues vamos a pedirle al paciente que se tumbe. Que esté en la habitación donde no haya nadie más que él y el psicoanalista. El psicoanalista además se pone detrás. ¿Para qué? Para que el paciente no lo vea. Porque si el paciente tiene enfrente al terapeuta, tiene a una persona delante y puede sentir que le va a juzgar esa persona, que le va a valorar, que le va a criticar. Entonces no se va a expresar con libertad. Por cierto, que por eso dicen algunos que ahora con esto de las nuevas tecnologías, incluso también el confinamiento, hay una forma también de ejercicio terapéutico que se puede hacer. Que es este, ¿no? Porque el internet puede favorecer también un cierto anonimato mayor, puede favorecer que se exprese con más libertad el paciente ante el terapeuta. Bueno, en el caso de Freud, pues simplemente se trataba de que Freud se ponía detrás. Y no estaba en cara a cara. Y al no estar cara a cara, pues entonces podía expresarse con más libertad. Tiene que saber también el paciente, insisto, que el terapeuta no le va a juzgar. Para nada le va a juzgar. Porque se trata de que desaparezca el juez. Una de las razones por las que está la neurosis metida en nosotros es que no paramos de juzgarnos, ¿no? Nos estamos ahí criticando, criticando y criticando. Entonces tiene que desaparecer el juez. Para que el inconsciente pueda manifestarse mucho más, ¿no? En regla analítica fundamental, ¿no? Debe comunicar al analista, el paciente, todo lo que se le ocurra. Todo, todo. Hasta lo más descabellado. Aunque no esté bien trabado, bien dicho y sean insultos o frases absurdas. No importa, ¿no? Todo lo que se le ocurra. Sin que esté su pensamiento controlado por la reflexión consciente. ¿Vale? ¿De acuerdo? Claro. Pero, en realidad, ¿qué va a ocurrir? Pues que va a pensar el analista. Este es el fundamento de esta regla, ¿no? El fundamento de la llamada asociación libre. Va a ocurrir que, en realidad, el decir del paciente, las palabras del paciente, no son tan libres como a él le pueda parecer. Cuando le pedimos que diga una cosa, la primera que se le ocurra, la ocurrencia que le viene tiene mucho que ver con la realidad. Tiene mucho que ver con él. De tal manera que no va a ser indiferente lo que está diciendo. Si está contando el fin de semana, los personajes que salgan en su decir tendrán que ver con él. Y si se insiste en un personaje y en una situación, claro, el terapeuta tiene que detectar eso. El terapeuta que está escuchando y tomando nota, tiene que detectar qué partes del discurso del paciente son relevantes. Están emergiendo con más fuerza. O tiene que también detectar que no salen ciertos contenidos que tendrían que salir, o ciertas palabras, o ciertos nombres. Por ejemplo, si el paciente está describiendo la familia, y el psicoanalista sabe que ese paciente tiene dos hermanos, un hermano y una hermana, y siempre habla del hermano pero nunca habla de la hermana, entonces esas ausencias en el decir son relevantes. Y no hay tanta libertad porque es muy posible que lo que le ocurra al paciente es que está reprimiendo ciertos contenidos o ciertos recuerdos que le vinculan con la hermana. Entonces, en el arte de la terapia, que es más que una ciencia o un arte, en cierto modo eso es lo que diría Freud, pues en el arte del terapeuta, el terapeuta tiene que tratar de conectar con el paciente para ver cuáles son las resistencias, cuáles son los bloqueos, cuáles son los emergentes que salen por ahí. Y ir apuntando el discurso y el decir del paciente. Y intervenir poco, pero de manera significativa. Sugiriendo recorridos, sugeriendo una línea de palabras o de frases o de recuerdos también. No tiene que estar dirigiendo mucho en este sentido de imponer ideas. Tiene que interpretar. Debe reconstruir los contenidos psíquicos olvidados por el paciente. El paciente mostrará resistencia. Tal vez, por ejemplo, diciendo, no, no, si es que no he dicho nada de mi hermana, pues porque no hubo nada relevante. Pero igual sí hubo algo relevante. Y el terapeuta tiene que detectar cuándo es verdad que no hubo nada relevante. Y por eso no es significativo que no se quite la hermana. Y cuándo sí hubo cosas relevantes, aunque el paciente no se dé cuenta de ello. Porque lo está reprimiendo, porque tiene una resistencia a hacer ese recorrido en esa dirección. Que le pone ya más... Que le pone ya más enfrente el trauma o su neurosis. ¿Vale? Bien. La teoría de la represión. Eso ya lo he citado antes. La represión está interviniendo y hace que aparezcan síntomas que tienen que ver con satisfacciones prohibidas, sexualidad infantil. Bueno, las tres circunstancias que ya he citado antes. Con este método, que consiste en la palabra, a veces se le da el nombre de cura por la palabra, la palabra encontró Freud que sus pacientes parecían mejorar, porque sus pacientes conseguían tener recuerdos que hasta ese momento habían ignorado. Porque es como los gambietes de cerezas, tiras de una y te vas llevando otra, otra y otra. Pues de aquí igual, vas tirando de una palabra que ha dicho, que se le ha escapado al paciente, tiras, tiras, tiras y al final acaban saliendo recuerdos que el paciente ignoraba que tuviera. Y junto con eso... Con esos recuerdos también el contenido energético se supone, que habrá también descarga emocional, una consciencia también de la dificultad, una mejor comprensión de la experiencia pasada, etc. ¿De acuerdo? Bien, hay también un concepto muy importante en la terapia freudiana, que es el concepto de transferencia y el de contratransferencia. ¿Qué es esto de la transferencia? La transferencia es... Es el hecho de que el paciente transfiere al terapeuta parte de su experiencia, parte de sus ideas, sentimientos, deseos o actitudes. ¿Verdad? En la medida en que puede tal vez el paciente identificar al terapeuta con alguien importante de su vida, por ejemplo con su padre, o con su tío, con alguien incluso con el que ha podido tener alguna dificultad, ¿no? Pues es muy posible que acabe transferiendo... Acabe transferiendo aspectos sobre todo emocionales en él. De tal manera que en la terapia freudiana no es infrecuente, casi se podría decir que aparece con frecuencia, con bastante frecuencia, una relación de amor-odio hacia el terapeuta, con distinto grado de intensidad. Van a aparecer rechazos, porque tal vez cuando el paciente, el terapeuta sugiere una cosa, el paciente puede identificar... Vale, entonces con el padre sancionador o con el jefe sancionador o algo así, ¿no? Está ahí como proyectando algo que es del paciente proyectándole... el terapeuta, ¿no? Puede haber una relación de distanciamiento o puede haber también una relación de enamoramiento. Casi más lo segundo, suele ocurrir más lo segundo que lo primero, ¿vale? Y esta circunstancia del enamoramiento, la transferencia, en lo que llamaba él neurosis de transferencia, la neurosis es siempre una cierta forma de deformación. Es una actividad de una cierta deformación de la realidad, ¿vale? Bien. Pues esta neurosis de transferencia, el vincularse con el paciente, con el terapeuta, olvidando que es un simple terapeuta, no es un simple psicólogo y no es tu padre o tu hermano o tu jefe o tu amante o algo así, ¿no? Pues olvidando eso, es importante para el terapeuta. El terapeuta tiene que estar observando esos mecanismos de transferencia de proyección por parte del paciente para poder entender mejor al paciente y las dificultades que tiene el paciente, ¿vale? Pero además de la transferencia, en la terapia freudiana existe la contratransferencia, que es lo mismo pero del lado del terapeuta, ¿no? También al terapeuta le puede pasar que se identifique con el paciente y que proyecte sobre el paciente cosas suyas. Por ejemplo, pues puede ocurrir que, por lo que sea, el paciente le recuerda a una persona con la que se lleva mal, ¿no? Y en eso hay que tener mucho cuidado, ¿no? Porque entonces, pues puede ser que transfieras cosas tuyas ahí y quieras llamarle la atención de alguna manera, aunque sea de forma sutil al paciente, porque lo identificas con alguien que detestas, ¿no? O al contrario, ¿no? Con alguien al que amas, ¿no? Y entonces te puedes volver como muy protector. O incluso teniendo en cuenta los miedos o las tendencias de cada uno, ¿no? Si uno tiene, por ejemplo, miedo a las separaciones y a las rupturas, pues entonces cuando está con el paciente, pues puede proyectar en el paciente ese temor, ¿no? Y aunque igual al paciente le puede interesar o le puede venir bien, ¿no? Que rompa una relación, por ejemplo. Que deje de lado una relación tóxica o dañina porque tiene una pareja agresiva. Sin embargo, tal vez el terapeuta como consecuencia de esa tendencia suya a tener miedo a las pérdidas, ¿no? pues puede ocurrir que no trabaje en esa posibilidad, que no esté explorando lo bueno que sería para el paciente que dejar a su pareja, porque tiene un tanto de relación neurótica con eso de dejar. Entonces hay que tener cuidado también con este fenómeno, tanto neurótico por parte del terapeuta, la contratransferencia, que es el vínculo que tiene el terapeuta, el vínculo emocional con el paciente como consecuencia de proyecciones que el terapeuta hace sobre el paciente. Por eso es muy importante, como puede, como se dice aquí, perturbar el análisis, estas tendencias de la mente del terapeuta, es muy importante que el terapeuta se conozca a sí mismo y sea al menos como menos neurótico que el paciente. Seguramente... Seguramente todos somos un tanto neuróticos y igual es imposible no ser neurótico del todo, pero tiene que conocer por dónde van los tiros en su caso. Por eso es muy importante para todos los psicólogos que van a ser terapeutas, pero en el caso del psicoanálisis era fundamental, era imprescindible, desde el punto de vista de la escuela psicoanalítica, para que uno pueda ejercer de psicoanalista, antes se ha tenido que haber psicoanalizado. Ha tenido que estar antes con otro psicoanalista, y haber tenido sesiones con él, muchas o pocas, para aclararse sobre sí mismo, para ver cuáles son sus disposiciones mentales, sus tendencias, el estilo de su neurosis, si es que la tiene, etc. De tal manera que así estar atento a la relación que tiene con el paciente, en su hablar, en la sesión terapéutica, a su manera de interpretar. Porque puede ser que su interpretación de los síntomas y de las cosas que le dice el paciente, pues esté sesgada como consecuencia de estas disposiciones, tanto neuróticas como en las que consiste la contraprofesión. ¿Vale? Bien. ¿Se va entendiendo todo esto? Creo que es bastante interesante, ¿no? Importante. ¿Se va entendiendo entonces? ¿Sí? Muy bien. Estupendo. Pues podemos avanzar un poco más. Vamos a la página siguiente. ¿Vale? Regla de la abstinencia, ¿no? Bueno, el analista niega al paciente los deseos y satisfacciones que reclama, ¿no? Claro, esto tiene que ver con evitar las proyecciones, porque seguramente el paciente va a hacer muchas demandas, demandas de comprensión o de justificación, sobre todo de justificación, que el terapeuta le diga, sí, sí, sí, es verdad, tenía razón cuando te enfadaste. Bueno, pues el terapeuta no tiene que aceptar ese juego, ¿no? Más bien se tiene que abstener de reconocer la legitimidad de los deseos en todos los casos que el paciente pueda decir o las satisfacciones que reclame. Bien, junto con el análisis terapéutico en el diván, podríamos decir, Freud también utilizó otros recursos. El recurso del análisis de los actores. Estos fallidos, recordaréis aquel libro del que leí unos fragmentos, Psicopatología de la vida cotidiana, ¿no? Y en ese librito, muy recomendable, está en Alianza, Psicopatología de la vida cotidiana, yo ya os leí algunos ejemplos de análisis que él había hecho de comportamientos. Recordáis aquel de un compañero de viaje que se encontró y con el que estuvo paseando un tiempo, unos días, hasta que llegó la novia de este amigo, entre comillas. Cuando llegó la novia ya... Ya, su amigo, entre comillas, pues pasó de Freud, ¿no? Y en una oportunidad, pues cuando estaba al día siguiente, ¿no? En el restaurante y el amigo ya estaba con la novia y Freud pasó al lado y le dijeron, pues, si quieres sentar a comer con nosotros. Y el amigo tenía el abrigo puesto en la única silla disponible, ¿no? Entonces Freud entendió que eso era un acto fallido. Estaba diciéndole al amigo, bueno, mira, no hay sitio para ti. Yo estoy con mi novia, ya estoy a gusto con ella, he estado antes contigo paseando cuando no estaba mi novia para no aburrirme, ya me ha entretenido y ahora no te necesito. Y entonces he dejado el abrigo ahí, eso sería un acto fallido, ¿vale? Bien, entonces el análisis de los actos fallidos tiene importancia, pero aún más tuvo para él importancia el análisis de los sueños. Como os decía, llamó el análisis de los sueños la vía regia, el camino real, quiere decir esto, ¿no? La vía regia quiere decir camino real de acceso al inconsciente, ¿vale? Eso quiere decir la forma como más rápida de ir al inconsciente. ¿Por qué? Porque Freud pensó... que los sueños tienen significado. En su época había una teoría, la teoría que él llama médica, porque Freud también reflexiona sobre la necesidad y posibilidad de hacer análisis de los sueños. Entonces nos cuenta cómo hay varias interpretaciones de los sueños. Está la interpretación médica, que niega cualquier valor al análisis de los sueños, que considera que los sueños son una consecuencia de la actividad desordenada de las neuronas cuando estamos ahí descansando en el dormir, pero sin significado vital relacionado con la biografía de cada uno. Entonces para la interpretación médica, según nos dice Freud, no tenía mucho valor el análisis de los sueños. Luego estaba la interpretación popular. Sin embargo, para la interpretación popular sí. Para la gente, todas las culturas, los sueños sí tenían significado, incluso. No tenían significado sobrenatural. Para muchas culturas los dioses se ponen en contacto con nosotros en los sueños. Pensad, por ejemplo, a los profetas de la Biblia. Pues en sueños se le hablaban a los profetas. Jehová hablaba a los profetas y le contaba cosas en sueños. Hay sueños proféticos, hay sueños significativos también para la gente, para el común de la gente. Bueno, pues Freud en cierto modo nos dice él mismo, que se acerca más a la interpretación popular que a la interpretación médica. Porque para Freud los sueños tienen significado, pero no un significado relacionado con lo paranormal. O con los dioses o con la posibilidad de interpretar o de adelantar el futuro. Sino ligado, los sueños tienen significado ligado a la biografía de las personas soñadoras, la biografía del soñador. Tienen algo que ver con la vida del soñador. ¿Vale? Freud establece también varios títulos. Títulos. los o tipos de sueños. Hay sueños que son comprensibles y tienen su racionalidad, tienen su lógica. Son con sentido, tienen sentido y son comprensibles. Y él pone algunos ejemplos. Les llama también sueños de niñez. Cuenta él cómo si a un niño se le ha prohibido comer cerezas, pues es muy posible que luego sueñe que come cerezas. Ese sueño es comprensible porque claramente tiene que ver con la realización de un deseo. Y además tiene sentido, no es absurdo, ¿no? Porque el niño puede comer cerezas. Ahí se cuenta una historia que no va en contra de la lógica, no es una historia absurda. Esos son sueños de niñez. Y en esos sueños se ve cuál es una de las funciones principales del soñar. La realización simbólica del deseo. Esta es tal vez la función principal del soñar. Realización simbólica del deseo. ¿Vale? La gente ahora mismo enferma, aunque yo no lo sepa, ¿no? Pero me puedo preguntar, ¿y por qué lo sueño? Qué raro que lo haya soñado, ¿no? Eso no es comprensible. Tiene sentido, pero no es comprensible en relación con la vida de uno, ¿verdad? Bien, son sueños más interesantes. Y luego vienen los más interesantes de todos, los sueños que son absurdos e incomprensibles, ¿no? No tienen sentido aparente, al menos, no tienen sentido aparente, pero tampoco son comprensibles porque parecen absurdos y lógicos, ¿no? Sueños fantásticos, casi, ¿no? Pues uno puede soñar que entra en una habitación y hay una persona que lleva guata blanca, se gira y luego vuelve otra vez a mirar a esa persona y está desnuda. Se gira y vuelve a mirar a esa persona y antes era un hombre y ahora es una mujer. Estas cosas raras, ¿no? Que son cambios en el espacio, en el tiempo, en las relaciones causales entre los objetos, ¿no? Bien, pues para Freud. Estos sueños son los más interesantes. Los sueños que parecen absurdos, que son incomprensibles, que no sabe relacionarlo uno con la vida de cada uno, ¿verdad? Son los más importantes para analizar, para el analista, para el psicoanalista, ¿vale? Y esto es así porque en los sueños tenemos que distinguir estos dos niveles. Es muy importante esto. El nivel del contenido manifiesto del nivel del contenido latente. ¿Qué es el contenido manifiesto del sueño? Es la historia soñada. La historia soñada. Si yo sueño que entro en una habitación y ahí hay una persona que nada más entrar me riñe, pues la historia soñada es que alguien me ha riñido en una habitación. Me ha vestido con bata blanca y no sé por qué ni quién es, pero me está riñendo y me riñe. Ese es el contenido manifiesto, la historia soñada, lo que aparenta el sueño. Pero pensó Freud que luego hay algo más profundo, que es el significado del sueño. Es lo que causa el sueño, es el contenido latente. Fijaros que tenemos como dos niveles, ¿no? El nivel del contenido latente y el nivel del contenido manifiesto. El contenido latente es el auténtico significado del sueño. Tiene que ver con el por qué he soñado lo que he soñado, ¿verdad? Y entonces lo que ocurre es que se quiere manifestar, el significado del sueño se quiere manifestar. Pero como aún está un poco presente la represión, el sueño no es transparente. Si no estuviera presente. Si no estuviera presente la represión, lo que yo sueño representaría mis deseos, por ejemplo. O mis inquietudes, mis temores, mis fobias. Pero como está presente la represión, yo me oculto el significado. Y entonces encubro, encubro las ideas latentes. Las quiero ocultar, les pongo como un velo, mediante determinados mecanismos. Hay varios mecanismos de creación de la historia soñada. Mecanismos que llevan del contenido latente al contenido manifiesto, ¿vale? Esos mecanismos son, y los tenéis que recordar, ¿no? Condensación, desplazamiento, dramatización y simbolización, ¿vale? Haciendo el análisis de los sueños, igual resulta que lo que yo me quiero contar es que aún, yo que sé, mi padre me riñe mucho. Y eso no me lo quiero decir con palabras claras. Porque tengo una buena imagen de mi padre, ¿no? Un ser bondadoso, que me trata muy bien, ¿no? Pero sin embargo, una parte de mí siente que mi padre me está riñendo mucho. ¿Cómo represento esto en el sueño? Pues haciendo que yo entre en una habitación y haya un personaje que claramente no identifico con mi padre. Pero que es mi padre. ¿Y cómo expreso que es mi padre? Pues porque lleva bata blanca, ¿no? Y resulta que mi padre, tal vez, por ejemplo, estoy fantaseando, ¿no? Inventándome la historia. Pues igual mi padre era médico, ¿no? De tal manera que eso de llevar bata blanca, cuando veo a alguien con bata blanca, me acuerdo de mi padre, ¿no? Y por una cierta desofección de ideas, la bata blanca representa a mi padre. Pero estoy expresándome una inquietud que yo tengo, pero no me lo estoy expresando con claridad, la estoy ocultando. Hay cuatro mecanismos de ocultamiento, de traducción del contenido latente al contenido manifiesto, de conversión del contenido latente al contenido manifiesto. A estos mecanismos se les da el nombre de mecanismos de elaboración onírica. Elaboración onírica, ¿de acuerdo? Claro, y es muy importante que sepamos los mecanismos de elaboración onírica porque entonces ya tendremos las claves para descifrar los sueños. Son como la llave, las claves para descifrar los sueños. En el sueño, el soñador va del contenido latente al contenido manifiesto. ¿Qué hace el analista? Al revés, el camino inverso. Va del contenido manifiesto al contenido latente. El soñador construye los sueños desde el contenido latente creando el contenido manifiesto y el analista se enfrenta con la historia soñada. El paciente narra el sueño y ese es el contenido manifiesto. Entonces tiene que ir de arriba abajo, ¿verdad? Escarbando, hasta cierto punto la tarea del analista es la de... una excavadora, la del que está excavando para intentar acceder al mundo profundo, al mundo del inconsciente. Entonces cuando tú ya has descubierto los mecanismos de elaboración onírica te cuentan la historia y puedes ir desde aquí abajo, al significado auténtico. Y son estos, condensación, es que varias ideas latentes se concentran en pocos contenidos, en pocos símbolos. Un símbolo, una representación onírica... puede en realidad representar varias cosas. Es por esto que cuando nos cuentan o nosotros contamos lo que soñamos, la narración de lo que soñamos puede ocupar pues media página. Mientras que el análisis puede ocupar varias páginas. Porque es mucho más rico el sueño de lo que nos parece a simple vista cuando describimos el sueño, ¿no? Desplazamiento, ¿qué ocurre? Pues que la idea latente principal cuando se manifiesta en el sueño no está en... en la parte central del sueño está más bien tal vez en un lado de la historia como si fuera una anécdota de la historia por ejemplo el caso que yo he contado la historieta que he contado como sueño si entro en la habitación y me grita alguien y me pongo a discutir con él y está hablando, me puede parecer que lo fundamental es el aspecto de esa persona cuando tal vez el que lleve bata blanca yo no le he dado casi importancia porque incluso ha cogido la bata blanca y luego la ha dejado y la mayor parte del rato ha estado sin bata blanca entonces está como en un lado como más anecdótico el desplazamiento consistiría en eso, que aquello que es fundamental aparece como desplazado como siendo menos importante mientras que lo que es importante en el sueño pues puede que no lo sea cuando haces el análisis puede que no sea lo más importante ¿vale? ¿me explico? hay un desplazamiento de los lugares de importancia, lo que es importante de verdad, de verdad, aparece como menos importante en el sueño y lo que es el foco del sueño igual cuando haces el análisis tiene una importancia muy relativa y secundaria luego la dramatización que consistiría en contar historias en los sueños contamos historias, haciendo que aparezcan varios personajes que intervienen creando una historia dramatización no en el sentido de que sea algo trágico sino que tiene ese contenido de historia, podríamos decir ¿vale? y simbolización, se emplean símbolos para representar contenidos hay que tener las claves de los símbolos en el caso de Freud él nos va a decir que la mayor parte de los símbolos tienen una interpretación o exigen una interpretación sexual son símbolos de deseos o de algo relacionado con la sexualidad, esto es así porque Freud le daba muchísima importancia a la sexualidad ¿vale? exagerando demasiado no tenemos tiempo y si no os leería unos fragmentos del libro famoso que él escribió titulado La interpretación de los sueños se llama así, publicado en 1900 justo ya él con ese libro da muchísima fuerza al psicoanálisis como método terapéutico y ahí se ve muy claramente como cuando él interpreta pues claro casi todos los símbolos que aparecen pues representan en algunos casos los órganos sexuales masculinos y en otros los órganos sexuales femeninos Con frecuencia también la actividad sexual misma, ¿vale? Bueno, pues lo dejamos aquí, ya tenemos la hora. Yo quería haber avanzado más, ¿no? Haber pasado a Jung al menos y ya el próximo día, pues a la vuelta de vacaciones, veremos en la primera clase siguiente, la del día de hoy, veremos Adler y Jung en la primera parte de la clase y luego ya empezaremos, porque voy a intentar ir bastante rápido con estos dos autores y al final del tema. Y empezaremos el tema del conductismo, que es el último tema antes del examen, ¿de acuerdo? Nos quedan dos clases nada más. Vamos a ver cómo consigo que veamos todo lo que nos queda, al menos la parte fundamental, ¿vale? Por favor, entonces, estas navidades hay que terminar este tema y hay que empezar el tema del conductismo, que es el tema siguiente, ¿de acuerdo? Muy bien, pues que paséis buenas vacaciones y lo dejamos. Y aquí, feliz navidad para todos, ¿no? Felices fiestas, ¿de acuerdo? Y los cuadernillos, las pruebas de evaluación a distancia, a ver si las podéis también contestar, ¿no? Y si queréis, me las mandáis. Muy bien, pues un saludo. No, no, también la segunda, ¿eh? La segunda PED también, miradla, porque la segunda PED, la primera PED se refiere solo al tema 1, 2 y el 3, 90. Os las he mandado, ¿vale? Os mandé las pruebas de... De evaluación a distancia por correo. Si alguien no las tiene, pues me lo dice, pero os la mandé de los primeros envíos que hice, ¿vale? Bueno, igual las mando de nuevo, las pruebas de evaluación a distancia. En un PDF estaban todas y podéis ver que en la segunda se incluyen temas que tenemos, incluso la tercera, la tercera PED incluye también el tema del conductismo. También la psicología humanista. Oye, el tema del conductismo, que es un tema que os entra en el examen. Entonces, primera, segunda y parte de la tercera. La miráis de nuevo, ¿de acuerdo? Muy bien, pues nos despedimos. Cuidados, hay que cuidarse ahora otra vez con el bicho, ¿sí? Y a disfrutar, a pasarlo todo lo bien que podamos, ¿no? Estas navidades, ¿vale? Un saludo. Venga, os voy a cerrar. Un saludo.