Estamos grabando ya. Bienvenidos a la tutoría de hoy de Historia de las Ideas Políticas 1, de Historia de las Ideas Políticas en general. Y vamos a tener la penúltima tutoría antes de los exámenes. El otro día habíamos quedado en esa introducción al mundo medieval, entrando ya un poco también en la teoría política medieval que se va a generar en los últimos siglos de la Edad Media, sobre todo en torno a ese problema de la creya de las investiduras y la cuestión del dominio o bien del papado o bien del imperio, que de fin de cuentas es la cuestión de la supremacía del poder religioso o del poder político, mejor dicho, la supremacía política del poder político en sí, secular, o bien de la iglesia como institución, con carácter también de cierta influencia. Y habíamos comentado un poco, si recapitulamos lo que habíamos visto el último día, habíamos visto un poco las distintas argumentaciones que utilizaban los de uno y otro bando. Los partidarios del bando papal, teólogos, juristas, sobre todo obviamente teólogos, pero también juristas, sobre todo los que tiraban más al derecho canónico, obviamente. Y por otro lado también, del otro lado también teólogos, aunque opuestos a esa teoría, teoría de la supremacía del poder papal, incluso apuntando a una organización un poco más, entre comillas, democrática de la iglesia, basada en el poder del concilio incluso sobre el papa, como veremos ahora al hablar de varios autores, fundamentalmente de Ockham y de Marsillo de Padua. Habíamos visto esos argumentos. Fundamentalmente, los partidarios de la Unión Popular argumentaban que el Papa tenía la plenitud potestatis, una potestad suprema, ya que era, de facto, según ellos, el vicario de Dios en la Tierra. Dependiendo de qué vicario de Jesucristo en la Tierra, pues tenía el poder de ser representante de Dios en la Tierra y, por lo tanto, el poder civil, el poder político debía estar supeditado a él y él podía hacer y deshacer, poner reyes, poner emperadores y nombrar reyes o emperadores e incluso derrocarlos si quería. Tenía un poder, en cierta forma, irrestricto. Poder irrestricto al que van a contestar los argumentantes de la otra postura negando. Que el Papa tenga esta plenitud de potestad y que tenga un poder en sí irrestricto. E incluso volviendo contra el argumento del agustinismo político a concepciones de Agustín como la separación entre poder político y poder, por otro lado, y la Iglesia Católica, la Iglesia Cristiana. Otra teoría es la teoría de las dos espadas. Fundamentalmente, también hay otras teorías similares a la teoría de las dos espadas. La teoría de las dos espadas, como otras... Teorías como, por ejemplo, de los dos luceros o otras que podéis ver citadas en el manual o en bibliografía, se basaban fundamentalmente en interpretaciones de tipo más bien metafórico, bastante libre, de pasajes bíblicos. Esta en concreto era una... La de las dos espadas es una interpretación de un pasaje del Evangelio de San Lucas, si no recuerdo mal, en la que Pedro le dice a Jesús, en una conversación sin mayor trascendencia, que hay dos espadas. Y a través de esto establecían una interpretación alegórica, según la cual las dos espadas que citaban en esta conversación, que si se ve el texto es bastante intrascendente, pues que serían, por un lado, el poder civil y el poder religioso. Y que... San Pedro tendría esas dos espadas y por lo tanto los descendientes en línea directa de San Pedro, todos los papas, pues serían los poseedores de esos dos poderes, ese poder espiritual y ese poder político, si bien cederían ese poder político a los monarcas. ¿Por qué? Porque el poder político de los monarcas es el poder de castigar utilizando la violencia, es el monopolio de la violencia. La espada del poder político o del poder civil es la espada que castiga al criminal que defiende o que defiende del ataque de un enemigo a un determinado país y por lo tanto violencia requiere hacer daño físico e incluso matar. Por lo tanto, en cierta forma, es el uso de la espada... ...política. La espada temporal envilecería ese carácter espiritual que tendría el papado y por lo tanto el papado cedía esta espada temporal, aunque seguía siendo titular de ese poder temporal a los monarcas que tenían ese poder temporal, en cierta forma, en un sufructo derivado del monarca. Por lo tanto, los que argumentaban esta teoría de la espada decían que, de cierta forma, los monarcas solo tenían ese poder de soberanía, de monopolio y de la fuerza. Este bando papal argumentarán que el poder civil y el poder eclesiástico son poderes en cierta forma distintos, tienen una naturaleza distinta y tiene que haber una cierta separación entre ellos. No significa que el poder político no tenga cierto carácter sagado, en última instancia casi todos tendrán la idea de que el poder del monarca en última instancia proviene de Dios, aunque a veces a través de instancias interpuestas como el pueblo que elige al monarca o eligió in ilo tempore a la dinastía que gobierna un rey. Bueno, pero esto ya me estoy yendo un poco del tema y estoy adelantando cosas que veremos ahora dentro de un rato. Y por otro lado, el último argumento es que el emperador no es más que un mero monarca, el resto de la cristiandad occidental realmente está dividida políticamente en un conjunto de reinos y el imperio, el sacro imperio romano germánico no es más que un reino entre otros muchos. Una extensión bastante considerable, podríamos decir que es prácticamente el reino más extenso de la época. Tiene ese título de prestigio de imperial. Tiene esa idea tradicional de que en cierta forma el emperador tendría un liderato simbólico, en cierta forma representativo de toda la cristiandad occidental, pero realmente cada uno de los monarcas tiene un poder en su propio territorio tan absoluto como lo puede tener o incluso más que lo pueda tener el emperador dentro del territorio de su imperio que es su reino. Por lo tanto, cada monarca sería emperador. Dentro de su propio reino. Y el emperador no sería más que otro monarca entre otros muchos. Por lo tanto, su poder no sería comparable al del papa cuyo poder se extiende por todo ese ámbito de la cristiandad. Ya que la iglesia es una institución católica, es una institución pan-occidental, pan-europea, pan-occidental. pan europea occidental, podemos decir. Los partidarios del bando imperial argumentarán por el contra que el emperador sí es cabeza del pueblo cristiano, es cabeza de la cristiandad en distintos grados. Hay algunos que dirán, como por ejemplo Dante, que realmente debe asumir un papel casi de líder de facto político y llevar a una unión política de toda la cristiandad occidental, argumentando casi una reconstrucción del imperio romano, y otros argumentarán de forma un poco más laxa que tiene un cierto liderazgo. Argumentan el carácter sagrado de la realeza, que viene directamente de Dios, solo monarca, sin la interposición del papa para nombrar rey o del eclesiástico. Y, por lo tanto, la consagración de un emperador o la consagración de un monarca no es más que algo añadido al propio acto de elección o de coronación del monarca, que realmente es el que le da ese poder temporal. Y incluso a veces se argumenta el hecho de que la soberanía procede de Dios, pero tiene una instancia intermedia. La soberanía recae, desciende de Dios, recae en el poder de Dios, pero no en el poder de Dios. Y el pueblo la delega, a su vez, es la base de la que luego deberán las teorías contractualistas que aparecerán en los teóricos del absolutismo, como por ejemplo Hobbes, como por ejemplo Jean Baudin, pero el pueblo la cede al monarca porque la monarquía sería la forma más apropiada para gobernar a un pueblo. O no se podría gobernar a sí mismo y, por lo tanto, necesitaría la figura de un monarca como forma de organización, la monarquía como forma de organización política. Por lo tanto, cede. Y cede la soberanía al monarca. Por lo tanto, la soberanía tampoco pasaría por la iglesia. Vendría de Dios, pasaría a través del pueblo y luego la del pueblo pasaría al monarca. En Inglotémpore, cuando se funda la dinastía que gobierna un reino, o bien en las monarquías selectivas, sucesivamente cada vez que los nobles que tienen el derecho de elegir, son en cierta forma copartices de esa soberanía, tienen el derecho de elegir, eligen al monarca. Era el caso, por ejemplo, del imperio donde había ciertos señores territoriales que eran príncipes electores y podían elegir cada vez que un emperador moría al siguiente emperador. Bueno, esta introducción, recapitulación de lo que dijimos el último día y el argumento un poco más de peso y que va a tener un poco más de trascendencia va a ser que los contrarios al sector papal van a argumentar también una separación entre el aspecto del poder temporal y del poder espiritual y la sociedad civil y la iglesia. Por lo tanto, el aspecto político y religioso, aunque sin dejar de estar enlazado. No deja de tener el rey, en cierta forma, un refrendo divino, no deja de ser rey por la gracia de Dios, pero se intenta separar el ámbito eclesiástico del ámbito político, intentar establecer una distinción nítida entre ellos. Y eso tendrá, obviamente, trascendencia en toda la evolución de la teoría política occidental, como ya os podéis más que imaginar. No vamos a tratar los autores que son un poco más partícipes de este bando papal. De cierto. De cierta forma, son más ortodoxos y más corrientes y molentes y con lo que hemos explicado ya ahora, pues no, tampoco cabe entrar en muchas más disquisiciones. Y, por otro lado, vamos a centrarnos más en autores del otro bando porque, de cierta forma, sus ideas van a ser un poco más innovadoras y, como digo, van a tener más trascendencia en cuanto que van a plantear cuestiones como, por ejemplo, la separación entre poder civil e iglesia, que van a tener a posteriori, incluso muy a posteriori. pues mayor relevancia en el contexto europeo y el contexto de la teoría política europea y el contexto incluso de cómo entendemos la política actualmente en el cual no entendemos una unión del poder político y la iglesia como algo que forme parte de nuestra realidad, lo cual establece siempre ese contraste con otros ámbitos culturales como por ejemplo el mundo islámico en el cual la religión y el mundo de la política siempre están muy entremezclados y siempre resultan muy extraños y muy ajenos al mundo de occidente que tiende siempre a separar esos dos aspectos. Y en cierta forma se están empezando a poner las bases y a sentar las bases en estos autores que no obstante siguen pensando la realidad en ciertas formas en moldes teocráticos como monarcas que son monarcas con la gracia de Dios e incluso argumentando teológicamente en base a la Biblia y a textos de la tradición teológica cristiana y católica fundamentalmente. Bueno, vamos a ver, como digo, pues no a Salinsbury y a Tomás de Aquino que son los arquetipos un poco del bando papal sino que nos vamos a centrar sobre todo en los contrarios al bando papal los que se van a poner de parte del partido imperial, podemos decir. En concreto aquí yo os voy a hacer una pequeña intuición a estos tres autores aunque realmente eso nos vamos a meter... de lleno en dos de ellos, que van a ser Guillermo de Ocan y Marsilio de Padua. Bueno, los tres, tanto Dante como Guillermo de Ocan y Marsilio de Padua sus obras capitales están traducidas y dictadas en castellano. Dante la monarquía, Guillermo de Ocan sobre el gobierno tiránico del papa y él, Marsilio de Padua con su defenso de la paz. Todas en esta colección del editorial Tecnos. Colección de Historia del Pensamiento de la editorial Tecnos. o fácilmente localizables si os interesan estos temas y queréis echarle un ojo a un futuro. Tampoco es una obligación, pero bueno, siempre a la curiosidad intelectual vienen bien estas cosas. Dante es el autor, de cierta forma, que vamos un poco más a esquematizar aquí, no nos vamos a centrar tanto, y cuáles son las bases del pensamiento de Dante. Dante, que es un autor del siglo XIV, de cierta forma es un pionero ya de ese movimiento humanista perdón, del siglo XIII, es un pionero ya de ese movimiento humanista, es el primero que ya empieza a reclamar esa herencia de la antigüedad clásica que llegó ya en el siglo XIV, me estoy liando con los siglos malamente, que luego en el siglo XV, en el 480, será reclamado por los humanistas que ya todos conocen. Conocemos Boccaccio, Petrarca, todos esos autores tan conocidos y que tenemos tan en mente. Es el primer nacimiento italiano. Pero Dante en el siglo XIV, siglo XIV, ahora sí definitivamente, pues va ya a prefigurar el pensamiento humanístico. Y su idea de esta cuestión va a estar en cierta forma motivado tanto por la teología, él va a estudiar teología, de hecho, para argumentar esta disputa que existe entre el papado e un imperio a favor del emperadorismo. Pero también va a estar muy motivada por su conocimiento y su amor por el mundo clásico. En cierta forma va a tener la imagen del imperio romano como posible espejo en el cual deberían mirarse el sacro imperio romano germánico y el emperador alemán. Como posible unificador político en un futuro de la cristiandad. Incluso plantea la necesidad de que haya una evolución, una integración política universal que sea dirigida por esa figura del emperador. Él plantea, como suele ser muy típico en estos autores, una separación entre el popular civil y el espiritual, en lo cual muchos de ellos, la mayoría, van a citar obviamente a San Agustín tomando el argumento de las dos ciudades, que había en cierta forma soslayado luego el agustinismo político. Va a plantear esa idea de que el emperador es el líder temporal, en lo temporal, de la cristiandad. El papa sólo tiene, en cierta forma, autoridad espiritual, las cosas espirituales, su función es la de guiar las almas, pero en el contexto de este mundo, en un contexto temporal, en el contexto de lo político, el único líder que tiene la cristiandad occidental, indiscutiblemente, sería el emperador. Y por lo tanto, en lo temporal, el papa, según Dante, debería estar supeditado, debería someterse al emperador. Y de hecho, al igual que muchos de estos autores, al igual que Ockham o Marcio de Padua, ponen ejemplos de la Biblia argumentando que el propio Cristo, pues se había, en cierta forma, aceptado y sometido a ese poder civil. La típica frase de dar a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, con lo cual marcaba ya la definición entre lo que era del César, del emperador, y lo que era divino, lo que era espiritual. Y también el hecho de que el propio Jesús habría sufrido. O sea, había dejado que el poder civil lo victimizase y lo ejecutase. Por lo tanto, incluso una condena injusta habría sido aceptada por Dios encarnado, justificando, en cierta forma, que el poder civil era perfectamente legítimo para hacer eso. Y de hecho, formaba parte del plan divino. Es un argumento, pues, en cierta forma, que también tiene, como podéis pensar, un cierto toque agustiniano. La idea de que todo poder en el que existe en el mundo, todo poder político... ...que existe porque Dios, que es omnipotente, pues, consienta que exista. Pero además, el imperio, pues, te estaría, en cierta forma, aureolado por un carácter especial. Porque consideraba antes, teniendo esa imagen del imperio romano, que el emperador tenía una misión que debía cumplir y que debería ser una especie... de institución universal del imperio, que ya que las comunidades, según el argumento, tienden a unificarse en comunidades más complejas, de cierta forma a buscar unas formas de organización política, lo lógico sería que finalmente la humanidad, estaba pensando fundamentalmente en la cristiana occidental, se terminara unificando y organizando bajo una cabeza que sería la del emperador y bajo una institución que sería la del imperio. El imperio quedaría unidad política, cerraría no sólo ya espiritualmente, sino también temporalmente, políticamente, esa unidad, esa identidad que tenía la cristiandad, la Europa occidental. Esto es por lo que toca a Dante. El libro de Dante, como podéis ver, es un libro bastante breve, con ideas bastante interesantes, pero bueno, no podemos tampoco detenernos mucho en él. Guillermo de Ocán va a plantear sobre todo críticas, críticas a las limitaciones del poder papal, ya que el argumentario de los partidarios del bando papal defendía precisamente esta idea de la plenitud potestatis, la potestad absoluta del papa, lo que va a argumentar Ocán, basándose en fragmentos de la Biblia, en los escritos de padres de la iglesia, en distintas fuentes de teólogos cristianos, va a argumentar precisamente que el poder del papa, desde luego, no es irrestricto, que está limitado por muchas cosas. En primer lugar, el poder del papa se extiende nada más que a lo espiritual y, por lo tanto, no entra en aspectos civiles, que quedan reservados a los poderes temporales. Pero incluso dentro de la propia iglesia, Ocán va a ver una serie de limitaciones al poder papal que va a ir desgranando muy detalladamente a lo largo de su vida. Ocán es un autor que es un franciscano y está escrito, como la mayoría de los franciscanos en esta época, una corriente que es un nominalismo. que está enfrentada básicamente en estos momentos con el tomismo, y que va a hacer una crítica de las concepciones esencialistas que tenía la teología de estos momentos. Y van a hacer, de cierta forma, una crítica destructiva de conceptos que, según ellos, no serían válidos o que no serían resultado de razón y simplemente serían construcciones que se habían creado los teólogos en su propia cabeza basada en hacer disquisiciones. Por lo tanto, los nominalistas, con esa idea de hacer un análisis crítico y casi diseccionar el argumento del contrario, pues van a hacer una crítica muy... muy fuerte del bando tomista y la teología medieval. Y lo mismo ocurrirá, por ejemplo, en esta cuestión del poder papal, en la cual Locan utilizará ese mismo tipo de análisis para socavar los fundamentos, a veces muy endebles, como por ejemplo el uso metafórico de determinados pasajes de la Biblia como ese Hay dos espadas o ese pasaje del Gélisis que Dios hizo dos luceros, pues interpretar que son dos luceros. Uno es el papa, que es el sol, y otro es la luna, que es el emperador y que, por lo tanto, la luna siempre es inferior porque está por la noche y recibe su luz del sol. Interpretación muy libre, muy libre de un texto bíblico que va a criticar a Locan diciendo que se puede interpretar así ese texto o literalmente se puede interpretar de cualquier otra manera y se pueden utilizar textos bíblicos interpretados alegóricamente para llegar a conclusiones. Totalmente... Y por otro lado, va a señalar muy fuertemente la independencia del poder civil. Muy claramente en el poder civil del poder eclesiástico. El poder eclesiástico, el papa, no tiene capacidad para intervenir en asuntos civiles. A quien le compete la decisión sobre lo que ocurre en una comunidad política es a los líderes, a las instituciones políticas de esa comunidad. Y el papa, que está ocupado de funciones puramente espirituales que no atañen a nada temporal, pues no tiene nada que decir en las cuestiones, por mucho que el monarca sea también príncipe cristiano, sea defensor de la fe y muchas otras cosas que están vinculadas muy claramente a la figura del monarca en estos momentos. Y plantea, y de cierta forma también recuperando Aristóteles, todos estos autores de este periodo, especialmente los de este bando antipapal, van a recuperar. Mucho de Aristóteles. Aristóteles es un autor que en esta época, en el siglo XIV, va a ser recuperado muy fuertemente por la escolástica y va a generar ciertas polémicas el uso de Aristóteles dentro de la escolástica, sobre todo con corrientes de tipo averroísta que hacían una interpretación peculiar de la doctrina de Aristóteles. Pero bueno, esto es otra cuestión. Y, como digo, pues va a recuperar concepciones sobre el origen. De las comunidades políticas que están en la política de Aristóteles, obviamente. Y va a plantear la necesidad de definir la naturaleza y fines del poder civil y, por otro lado, del poder eclesiástico. Y en ello, de nuevo, llegamos a San Agustín y a esa idea de que una cosa es ese poder civil orientado a las necesidades temporales, al día a día, a evitar los conflictos dentro de la sociedad, a mantener la estabilidad social. Y otra cosa es ese poder espiritual. El poder espiritual, cuyo fin es pastoral, es guiar el alma y no tiene que ver de cierta forma con nada que haya en este mundo. Simplemente está orientado a guiar a los creyentes cara al otro mundo, de cierta forma guiarlos. espiritualmente, moralmente, éticamente, pero no ejercer una tutela política. Por lo tanto, esto también lo va a hacer argumentando sobre la propia idea que existe sobre los orígenes, sobre la naturaleza de las comunidades tanto política como eclesiástica, como religiosa. Y Marsillo de Padua, finalmente, es un autor que también está en este bando, la diferencia entre... vamos a tener aquí un poco entre los autores un poco de cada palo. Dante es un humanista, es un literato, Ockham es un monje franciscano y teólogo y Marsillo de Padua es la otra pata, la tercera pata del bando, que es un jurista. Por lo tanto, vamos a tener, de cierta forma, los tres ejes, de cierta forma, paradigmáticos de la cultura de este periodo. Y Marsillo de Padua va a argumentar muy detalladamente en base, precisamente, a sus conocimientos jurídicos. Haciendo también referencias teológicas, obviamente, tratando los argumentos que se extraen del texto bíblico que utilizaban los partidarios del bando papal, pero sobre todo fundamentando en teoría del derecho sus argumentaciones y fundamentando, obviamente, esto en Aristóteles porque la política de Aristóteles, si en Ockham era importante, pues en Marsillo de Padua ya tiene un carácter esencial. Hace una crítica al poder temporal del papado, argumentando lo mismo que los anteriores, que el papado no tiene nada que decir en asuntos civiles, en asuntos políticos. Es puramente espiritual. Y argumenta también sobre la finalidad de la comunidad civil y del gobierno. ¿Cuál es la finalidad de la comunidad civil y del gobierno? Haciendo, recuperando toda la argumentación que hace Aristóteles en la política. ¿Qué ha acercado? Y plantea el origen de la autoridad política. La autoridad política, pues, Tiene unos fines determinados que la orientan de determinados fines. Y esos fines que orientan la autoridad política, el gobierno en una sociedad civil, en una comunidad política, no son los mismos que orientan, no son el mismo fin que orienta una comunidad de creyentes, una comunidad espiritual como es la iglesia. La iglesia es tanto cuanto comunidad de creyentes. Por lo tanto, los fines de la comunidad civil y de la comunidad espiritual no son los mismos y, por lo tanto, permanecen en esferas, en cierta forma, separadas. Y, por lo tanto, no hay posibilidad de confusión entre ellos. Y, igualmente, lo que es más interesante es que Marsillo de Padua argumenta, recuperando un poco esa idea de la iglesia invisible que estaba también implícita, en San Agustín, que hablaba de la iglesia más que como una institución en sí, como la comunidad de los que creen en Cristo, la comunidad de los creyentes, esa comunidad más espiritual que definida por unas instituciones jerárquicas, por una serie de grados en el escalafón eclesiástico, pues va a ser recuperada. Y Marsillo de Padua va a distinguir en la iglesia entre ese lado temporal, ese lado definido por una jerarquía, en el cual hay laicos, hay eclesiásticos y, dentro de los eclesiásticos, hay toda una serie de grados hasta llegar a la cabeza de la iglesia, que es el papa. Pasando por los obispos, los cardenales, que también tienen su papel y su poder dentro de esa jerarquía interna de la iglesia. Pero él entiende que esto es un aspecto temporal y, en este sentido, la iglesia se organiza no como una institución espiritual, sino como una comunidad política más. Por lo tanto, distingue esa idea de la iglesia como comunidad política, basada en esa jerarquía eclesiástica, y, por otro lado, la iglesia como comunidad espiritual. De creyentes. La iglesia invisible con respecto a la iglesia visible que define los curas, obispos, cardenales, el papa, los diáconos, toda la jerarquía y todas las variedades de estatus distintos que hay dentro de la estructura de la iglesia. Por lo tanto distingue eso de una cosa, esos dos aspectos. En la iglesia, Marcillo de Padua se entiende que se dan esas dos naturalezas en cierta forma interconectadas, aunque en cierta forma también separadas. Y que por lo tanto, esto es lo interesante, Marcillo de Padua argumenta que en cuanto a comunidad política como otro cualquiera, la iglesia tiene que organizarse como cualquier comunidad política como otro cualquiera. Y recuperando la argumentación de Aristóteles sobre el tipo de gobierno ideal, sobre la monarquía, la república... Plantea un modelo republicano de gobierno de la iglesia, en el cual argumenta que el papa no debe tener poder absoluto. Porque podría, al igual que había argumentado en el propio título de su tratado, el pequeño tradadillo Ocam, ese gobierno de uno solo, con poder prácticamente absoluto dentro de la iglesia, pues podía devenir tiránico. Podría devenir tiránico porque en cierta forma no tendría ninguna limitación que evitase abusos de poder. Y por lo tanto, plantea la necesidad de que la toma de decisiones en determinados aspectos en la iglesia sea colegiada. Que haya una institución que actúe colegiadamente, que será el concilio. Esto hay que contextualizarlo también en la época y en ese cisma de occidente que creo que ya os comenté también el día anterior. Ese cisma de occidente, ese periodo en el cual llegó a haber... Generalmente hubo dos papas, uno en Aviñón y otro... El otro en Roma, pero incluso en un periodo final ya de conflicto elevado a lo más... Conflictivo posible, llegó incluso a haber tres papas, uno en Avignon, uno en Roma y otro en Pisa. A su vez, con la cristiandad occidental dividida por países y reinos según aceptaran la legitimidad de un papa u de otro. Con lo cual, veis la situación tan conflictiva que se dio durante estas décadas que duró ese cisma de Occidente con varios papados, papas sucesivos elegidos en Avignon al mismo tiempo que se elegían en Roma, después en Pisa. Al final, ¿cómo se consiguió solucionar esto? Pues se solucionó a través de un concilio ecuménico de toda la iglesia en el cual se decidió deponer a esos tres papas, uno de ellos, Benedicto XIII. No aceptó, se mantuvo sus trece, de ahí es donde procede la expresión, Benedicto XIII, el papa Luna. Aunque realmente quedó confinado prácticamente al reino de Aragón, allí en Peñíscola, en su castillo papal en Peñíscola y finalmente murió y su sucesor directamente ya adicó porque no tenía más tránsito hecho. Pero bueno, básicamente con este concilio se consiguió solucionar esta... Esta situación de conflicto, de cisma interno, de fragmentación interna. Se me está parando el vídeo y no sé si el sonido también estará parándose. Espero que no haya problemas en ese sentido. Solo haya sido la imagen lo que se ha parado. Bueno, pues esto se consiguió solucionar a través del concilio. Por lo tanto, el concilio había, en una situación extrema, salvado la situación. ¿Quién formaba el concilio? Pues obviamente los... En cierta forma, los príncipes de la iglesia. Los cardenales y los obispos de la iglesia. El concilio ecuménico reúne a todos los obispos y cardenales de la cristiandad. Por lo tanto, pero autores como Marsillo, y esto es una teoría que está bastante viva en esta época, que es la teoría conciliarista, argumentan... que la Iglesia no se debe regir simplemente por la autoridad indiscutida del Papa, sino que el Papa debe compartir la autoridad con el resto de las jerarquías de la Iglesia en esta institución del concilio. El concilio debería ser la institución que, junto con el Papa, decidiera cuestiones como, por ejemplo, la excomunión o otras cuestiones, o declarar cruzadas u otras cuestiones que normalmente el Papa decidía él por su cuenta y riesgo y que, no obstante, afectaban a toda la cristiandad occidental o bien a la propia instabilidad de un reino si un monarca era declarado excomulgado. Bueno, ahora vamos a ver un poco más en detalle a los autores que vamos a acentuar. Entranos ahora a Ockham. Ockham, como digo, pues en esta obra sobre el gobierno tiránico del Papa va a plantear, en su primer lugar, las limitaciones del poder papal contra ese argumento de la supremacía del poder papal, de la plenitud opotestatis, y lo que va a hacer para ello primero, pues muy en la vía analítica de los nominalistas, pues diseccionar un poco la situación. Por lo tanto, primero analiza qué tipo de poderes hay. El poder sí, vale, pero qué tipo de poder. Y incide en que existen dos tipos de poderes. Por un lado el poder temporal y el poder espiritual. El poder espiritual, cuáles son sus características. En primer lugar, procede de Dios y, sobre todo, cuáles son los límites y cuáles son las características de ese poder espiritual. Pues básicamente lo que dice Ockham es que eso está claramente... ...definido en las escrituras, es decir, en la Biblia y a través, también como fuente secundaria, de los teólogos. Pero, obviamente, el texto principal es la Biblia. Si algún teólogo llega a contradecirse en algo con la Biblia, pues la Biblia tiene... Tiene primacía porque de cierta forma es el texto que refleja un poco más la palabra, es palabra de Dios como quien dice. ¿Cuál por el contrario? Es el origen y el sentido del poder temporal. El poder temporal no procede, o por lo menos directamente no procede de Dios, procede de los hombres. Es el poder que da una comunidad política a un soberano o bien a un grupo de personas o bien a un concilio o una asamblea para gobernar a esa comunidad. Y por lo tanto no está definido por lo mismo que define al poder espiritual. El poder espiritual está definido por la ley eclesiástica, la ley de Dios, que es la Sagrada Escritura. ¿Pero cuál es la ley de los hombres? Pues la ley de los hombres es... El derecho. ¿El derecho? ¿Y quiénes son los expertos en esto? Pues obviamente no son los teólogos sino los juristas. Por lo tanto, los argumentos que se deben dar para hacer un análisis del poder temporal deben ser argumentos jurídicos. Al mismo tiempo que para analizar el poder espiritual debemos utilizar referencias bíblicas y argumentos teológicos. Por lo tanto, veis ya que hay una separación analítica muy fuerte entre estos dos elementos. Por lo tanto, hay dos poderes. Esto ya nos define la situación como la existencia de dos poderes en distintas formas separadas. El poder civil, que se ocupa del gobierno, y el poder eclesiástico, el poder espiritual, el poder que corresponde a la iglesia, que es puramente pastoral. Y que por lo tanto, si es puramente espiritual, no implica poder temporal. Porque, como ya vimos, el poder temporal no es de naturaleza espiritual y no procede de Dios, sino que uno no cede de las comunidades políticas de los hombres que forman esas comunidades. Por lo tanto, no tiene, de cierta forma, papel ninguno en la vida política el poder espiritual. eclesiástico. Es más Ockham argumenta, no obstante Ockham sabe que la iglesia es una institución la iglesia tiene toda una jerarquía tiene monasterios, tiene órdenes religiosas que son grandes terratenientes, tiene poder político hay obispados en Alemania que son a su vez feudos y por lo tanto la iglesia es una institución con poder político, económico e influencia social obviamente. Y por lo tanto hay un poder temporal de la iglesia que no es lo principal y que no es lo que define a la iglesia como institución no es lo que debería definir a la iglesia como institución recordemos que Ockham es un franciscano por lo tanto dentro del franciscanismo está esa idea de pobreza, de austeridad de simplicidad, de reforma en cierta forma religiosa que en cierta forma tiende más a volver a una pureza evangélica y que por lo tanto los aspectos jerárquicos y los aspectos temporales el boato de la corte papal pues a Ockham es algo que más bien le escandizaría que otra cosa. Y considera además que como digo ya que tiene este poder temporal, si el papa en el uso de este poder temporal actúa ilegal e inmoralmente debe ser juzgado por las mismas leyes que cualquier criminal y debe sufrir el mismo castigo espiritual que cualquier pecador por lo tanto el papa no está al margen de la ley, no está al margen de la ley espiritual que está definida por la Biblia, por la palabra de Dios ni está al margen tampoco de la propia ley que está marcada en el derecho de los hombres por lo tanto debe de someterse a esta legalidad por lo tanto su poder no puede ser absoluto en ningún sentido no puede haber una potestad plena en ningún sentido porque está limitado obviamente y porque obviamente no tiene capacidad de acción en el plano temporal. Y de ahí pasa Ockham a analizar la naturaleza y fines de uno y otro poder. Ya hemos definido las limitaciones y un poco en qué consistían estos dos poderes y ahora va a analizar la naturaleza y fines del poder eclesiástico y del poder civil. ¿Cuál es la finalidad del poder en general? Ya sin basarnos en esta distinción entre poder civil o poder eclesiástico, pues Ockham argumenta tomando de nuevo Aristóteles que la finalidad del poder, el poder en cualquier comunidad, es el bien común. El bien común. Pero un elemento importante es que el bien común está pasado también por el filtro de San Agustín y por lo tanto entiende que en la acción humana, en el quehacer de los humanos, actúa invisiblemente la mano de la providencia divina. Y que por lo tanto cuando el poder civil, el poder temporal Hace algún mal, indirectamente, sin que sea percibido por los propios que hacen ese mal, puede estar en el fondo haciendo un bien. Ese argumento agustiniano que a pesar de que incluso los gobernantes sean tiranos, todo eso forma parte de un plan de Dios que en cierta forma en algún momento va a volver a enderezar la situación de alguna manera y va a permitir ese mal por alguna razón que en ese momento no somos capaces. de entender y que posiblemente no entendamos nunca. Bueno, por lo tanto, la providencia actúa ahí. Por lo tanto, no se puede cuestionar las decisiones del poder temporal en base a esto porque, obviamente, puede haber, no puede quedar ahí, no quedaría deslegitimado, porque, de cierta forma, sigue teniendo la legitimidad como poder, de cierta forma, consentido por Dios en la argumentación agustiniana. No obstante, el poder, tanto el civil como el eclesiástico, debe ejercerse siempre, ¿entiendes?, con moderación y con justicia. Tanto en el caso civil como, obviamente, y es lo que va a incidir más él, porque básicamente lo que es su libro es una crítica a esos excesos que él considera tiránicos del poder papal dentro de la propia iglesia. Y incide en que el abuso de poder, es decir, el poder restricto, el poder que no se rige por las leyes, que no tiene límites en las leyes, que no tiene límites morales, que no tiene límites en la justicia, pues deviene tiranía. Es un argumento que, obviamente, es aristotélico pero también es agustiniano, de cierta forma. Y que prácticamente está en toda la tradición política ya desde Sócrates, es general. Y el hecho aquí es que está poniendo como ejemplo de poder tiránico pues al propio papa que intenta y está criticando en base a este argumento arquetípico de la teoría política occidental contra el abuso de poder el argumento de la plenitud opodestatis, de la plenitud de potestad que argumentaban los partidarios del bando papal. Eso es lo interesante de este caso. Bueno, plantea la independencia del poder civil. Por lo que ya comentamos antes, el poder imperial no procede del papa, el poder temporal procede de los hombres. Por lo tanto, el papa, aunque consagre al emperador, realmente eso no tiene más que es un refrendo añadido a lo que realmente confiere su poder al emperador, que es la elección por los príncipes electores. Por lo tanto, el emperador es emperador desde el momento en que es elegido por los príncipes electores que, por lo tanto, tienen la potestad para investirlo. Y la consagración posterior del papa, pues es un añadido, un refrendo sagrado, pero no hace al emperador en sí, no confiere al emperador el carácter de emperador. No hay, en cierta forma, no tiene ese carácter de sacramento que produce un cambio carismático en el sujeto y, por lo tanto, no... El papa no hace el emperador, el emperador está hecho y el papa simplemente añade su refrendo espiritual a ello. Que, por otro lado, tampoco sería necesario. Y, por otro lado, como digo, procedencia del poder. El poder espiritual procede de Dios, el poder civil procede del pueblo que, a su vez, lo delega el soberano a través de las instituciones que históricamente se han ido configurando. O bien, en la antigüedad, pues a través de la decisión de la propia Asamblea Popular, o bien, posteriormente, y con la creación de monarquías feudales. En el caso, por ejemplo, de Alemania, con la elección por los nobles de más alto rango, o bien, incluso, a través de dinastías que, en irotémpora, habrían sido elegidas y que luego se convertirían, por lo ineditaria, en sucesores de... De ese poder monárquico. Pero siempre incide en que el poder inicialmente ha estado en el pueblo, en la comunidad política, en los hombres que forman esa comunidad, que en algún momento han decidido cederlo y que por lo tanto ha pasado a otro titular. ¿Qué ha pasado a otro titular? Inhiro Tempore hace años o siglos, o bien que periódicamente a través de cada nueva elección lo van renovando ese derecho a esa soberanía que van recuperando y que van cediendo de nuevo a otro nuevo titular. En este caso el emperador. Por lo tanto, obviamente, el papado no puede inmiscuirse en la autoridad civil, no hay justificación espiritual del poder de poder del papa. El papa, si tiene poder temporal, lo tiene en cuanto a otra cosa y no está relacionado con su potestad espiritual. Si el papa es el señor de los estados papales, es algo totalmente ajeno a su carácter de señor eclesiático. Simplemente se dan las dos cosas en una misma persona y están vinculadas a un mismo cargo, pero son dos aspectos, dos esferas totalmente distintas. Y que, por lo tanto, no puede ampararse en su autoridad espiritual para defender su poder temporal. No es lícito que haga eso. La autoridad del papa, por lo tanto, es como cualquier otra autoridad civil. Por lo tanto, tiene que tener los límites que tiene cualquier otra autoridad civil y, por lo tanto, también, desde luego, no es una autoridad irrestricta. Y pasamos a Marcillo de Padua, que vamos a tener que explicar así muy rápido y muy... expresionistamente. Y, bueno, vamos a ver muchas cosas muy parecidas en Marcillo de Padua. Critica nuevamente el poder temporal del papa. Se plantea de nuevo la finalidad de la comunidad civil y del gobierno. no ya de la comunidad civil y de la comunidad eclesiástica, sino más en concreto. Hay que tener en cuenta que este es un jurista y que por lo tanto está más centrado en el papel de las comunidades políticas, en el papel del derecho y por lo tanto va a centrarse sobre todo en definir lo que es una comunidad civil, lo que es una comunidad política. Y argumenta, de nuevo partiendo de esto, que el fin de la comunidad civil es vivir bien. Vivir bien, pero, y ahí está la distinción con la comunidad espiritual, el vivir bien y la distinción en fines en el aspecto temporal, lo que es vivir bien en el aspecto temporal no es lo mismo que el bien en el sentido espiritual. Vivir bien no es lo mismo que el bien espiritual. De hecho, si pensamos un poco en eremitas, en ascetas, desde luego en el mundo temporal eso no es vivir bien, pasar hambre, pasar privaciones, fustigarse, no bañarse durante prácticamente décadas, pasar hambre, eso desde luego no es el vivir bien. Pero sin embargo, en el contexto espiritual sería un bien espiritual, sería bueno para su alma. Por lo tanto, basando en esta idea agustiniana, separa lo que es el bien vivir, el bien relacionado con lo temporal, con el bien espiritual. Y lo que compete a la comunidad política es el vivir bien, no el bien espiritual. El bien espiritual compete a los que tienen que guiar y aconsejar en el aspecto espiritual a cada uno de los creyentes, es decir, a la función pastoral que tiene la iglesia. Pero, por lo tanto, de nuevo son dos esferas separadas. Por lo tanto, el vivir bien es el objetivo de la comunidad política. ¿Y cuál es la finalidad? La finalidad del gobierno dentro de una comunidad política, pues garantizar este vivir bien. Y a través, ¿cómo consigue mantener la gente que vive en esta comunidad viva o bien? Pues básicamente garantizando la paz y la justicia. Es decir, evitando que haya conflictos, tanto en violencia, por lo tanto el monopolo y la violencia está justificado porque sirve para mantener la paz interna, pero también externa cuando está con un enemigo. Y por otro lado, resolver conflictos de otro tipo, pues también a través de la justicia. Los pleitos que sean solventados por el que tenga la autoridad política, la jurisdicción en ese momento. Y la iglesia, pues como está orientada a ese fin, a ese bien que no es el vivir bien, que no tiene que ver con el bien temporal, que es el bien espiritual, tiene una función de otro tipo, puramente pastoral. Bueno, origen es la relación entre el gobernante y la justicia. Las leyes, obviamente, lo comentábamos antes. El gobernante deja argumento de que el gobernante tiene que estar, en cierta forma, limitado por las leyes, que si no, eso da lugar a una deriva tiránica. Y argumenta que dentro de la iglesia, recuperando esa idea de que la iglesia, en cierta forma, como institución, no es más que una comunidad política como otra cualquiera, no es más que una comunidad temporal como otra cualquiera, y que, por lo tanto, dentro de la iglesia debe de haber una... ...una limitación de ese poder papal. Bueno, aquí otro elemento de la definición de comunidad. Define la comunidad como asociación de hombres libres, por lo tanto, el argumento es algo que está en Aristóteles, está en Aristóteles, pero también en Sócrates. La comunidad, en el sentido antiguo, era la comunidad de ciudadanos, y los ciudadanos eran hombres libres, por lo tanto, con derechos... políticos. Esto es un poco más raro en el contexto medieval, pero hay que pensar también en el contexto de la península itálica, que tenemos pequeños territorios, sobre todo en el norte de Itália, que algunos son ducados feudales, pero otros también son pequeñas repúblicas ciudadanas gobernadas por unos ciertos senados aristocráticos formados por una mezcla de burguesía y aristocracia, y en cierta forma también hay un cierto peso en cierta forma una influencia de las clases populares, sobre todo presionando a través de motines normalmente. Bueno, esta es otra cosa. Bueno, comunidad de hombres libres. Por lo tanto, hay cierta idea recuperada republicana de libertad en la Italia de esas repúblicas ciudadanas, como por ejemplo la República de Venecia o la República Florentina u otras ciudades que están organizadas con esa organización un poco. La comunidad de hombres libres. Por lo tanto, hay cierta idea recuperada republicana, coincidiendo también en el mismo espacio de la península itálica con ducados y otras instituciones. El bien común. La comunidad tiene que defender el bien común, y el bien común es tanto el bien de toda la comunidad como el bien de los individuos particulares. Lo que es bueno para la comunidad normalmente suele ser bueno para el conjunto de los individuos particulares. Y se muestra, sobre todo partidario, de la existencia de un gobernante electo. De un gobernante electo y que además, como digo, pues que tenga que compartir el poder de cierta forma con un cierto senado, una cierta institución, un cierto parlamento formado por las élites que limiten un poco su capacidad de acción. Lo considera eso también una forma de garantizar la libertad y evitar el abuso de poder, obviamente. Y está en el contexto, obviamente, pues como digo, de esas pequeñas ciudades-estado italianas que van empezando a recuperar un poco ese sentido del republicanismo antiguo, ahora revivido en este periodo ya tardo medieval y pre-renacentista. O renacentista ya, en el caso del siglo XV. Y el origen de la autoridad política, pues al igual que Ockham considera que la autoridad política procede del pueblo que a su vez la delega en el gobernante. Con la diferencia de que Marcillo de Pado, con esta idea de la preferencia del gobernante electo como forma de gobierno ideal, pues plantea la necesidad de que esta soberanía quede un poco... un poco más en las manos del pueblo a través precisamente de ese carácter electivo que va a tener el monarca sucesivamente. Y entiende que tanto los gobernantes editarios como los gobernantes electivos han sido en algún momento electivos, o sea, los que forman parte de una dinastía, en algún momento del pasado el primer fundado de esa dinastía fue elegido por... la comunidad política de turno para darle el poder y fundó esa dinastía en la cual luego todos sus descendientes fueron elegiendo esa tutelaridad del poder, pero que en un último extremo procedía de esa elección. Y considera que el gobernante, al igual que consideraba Aristóteles, debe estar sometido a las leyes de la comunidad. Por lo tanto, las leyes de la comunidad limitan ese poder del gobernante. Si el gobernante no se somete a las leyes... No está limitado por las leyes. La vieja argumentación aristotélica es que el gobernante deriva en un tirano y que, por lo tanto, es un gobernante ilegítimo. Y además considera que el tirano pone en peligro lo que son los propios fines de la comunidad política, que es mantener precisamente la paz y la estabilidad, es decir, mantener la paz y la justicia. Por lo tanto, un gobernante tiránico lo que crea es, primero, injusticia porque gobierna arbitrariamente y conflictividad. Y por lo tanto lleva al enfrentamiento en esa comunidad y, por lo tanto, no es una buena forma de gobierno. Y que, por lo tanto, la comunidad, de cierta forma, tiene derecho a protegerse, a defenderse del tirano. Y el tirano, si el gobernante se convierte en tirano, debe ser castigado precisamente por el bien, y por el interés de la comunidad. Y, en este punto, es interesante que mete a colación inmediatamente el papado como ejemplo de gobierno tirano. En cuanto que el gobierno, la autoridad del papa, no está limitada, en cierta forma, ha dejado estar limitada, en cierta forma, por sus propias leyes, en cierta forma, internas. Tanto por el derecho canónico como incluso por el texto bíblico. Permitiéndose, en cierta forma, el papa... demasiadas libertades. Y es donde admite esta idea de la teoría conciliarista. Considera que, al igual que sucedía en cualquier otra comunidad política y en la iglesia, en cuanto que comunidad temporal con una determinada estructura, una determinada jerarquía, unos determinados escalones en esa pirámide y esos distintos grados del escalafón eclesiástico, pues es una comunidad política. Y que, por lo tanto, Porque el órgano que refleja, en cierta forma, y que representa a esta comunidad política es el concilio general, el concilio ecuménico de toda la Iglesia Católica, en el cual participan todos los obispos y los cardenales. Y que este órgano, en cierta forma, como parlamento de toda la Iglesia Católica, sería realmente el que tendría que tener el poder. Por lo tanto, sería quien tendría que tomar las decisiones importantes, como por ejemplo las excomuniones o determinadas cuestiones que afectarían a la doctrina, pues no podría ser el Papa por sí solo, sino que tendría que ser el Papa asistido por el concilio. Y dando incluso primacía al concilio. Sobre el parecer del Papa. Tendría el Papa un poder sobre este concilio. Por lo tanto, sería, en cierta forma, un poder colegiado entre el Papa y el concilio. Y además, el concilio tendría una cierta superioridad porque tendría capacidad para elegir, que tenía, obviamente ya lo tenía el conclave de los cardenales, el poder para elegir al Papa, pero también podría tener la facultad de destitución. Y además, el concilio tendría una cierta superioridad porque tendría la facultad de destitución. Pero Marsilio y otros autores de esta época consideran que el concilio, esa situación excepcional, no debe ser excepcional. Que, de hecho, la Iglesia debe gobernarse así. Y que, de hecho, si se ha llegado a esa situación de corrupción de costumbres, de abuso de poder papal, incluso esos conflictos políticos y de interés dentro de la Iglesia que han generado esa Iglesia tricéfala con tres papas, precisamente se debe a ese abuso de poder del Papa. Y que, por lo tanto, un concilio activo y que gobernara con el Papa precisamente evitaría que surgieran esas dinámicas y conseguiría un gobierno un poco más... acorde con lo que debía ser la Iglesia. Por lo tanto, entienden que debe ser la organización regular con la que debe funcionar la Iglesia en su punto más alto de poder. Y que, por lo tanto, obviamente, pues ya lo dijimos, la potestad de excomulgar tendría que pasar necesariamente por el concilio. No podría el Papa, por su propia cuenta de riesgos, excomulgar a quien él considerase en ese momento. No tendría que pasar por la aceptación del concilio. El concilio tendría peso para decidir en las excomunidades. Algo tan importante no podía pasar por la voluntad arbitraria de una única persona. Tenía que necesitar del refrendo, de cierta forma, de los representantes de toda la comunidad cristiana. Y argumento también que el emperador, como cabeza del poder temporal, de nuevo esa idea de que el cabeza del poder temporal la Iglesia tiene, la cristiana tiene dos cabezas, una cabeza espiritual y una cabeza temporal. El Papa es la cabeza espiritual, pero el aspecto espiritual es simplemente pastoral y el aspecto temporal está representado por el emperador. Pues en esa idea, Marsilio considera que incluso como comunidad política, incluso con el concilio, quien debe ser la cabeza de la iglesia, es el emperador. Cierta forma, tener un cierto liderazgo sobre la iglesia, un poco sobrepuesta sobre ella, debe ser el propio emperador, porque el emperador es en lo temporal la cabeza de la cristiandad. Y esto se muestra en la potestad que tendría el emperador para convocar y disolver el concilio. Y además considera que el legislador temporal, en cuanto que tal legislador temporal, no tendría ninguna autoridad por encima de sí. Un monarca o el emperador es el poder supremo de su reino y por lo tanto no tiene otro poder, salvo Dios, por encima de él, temporalmente. Obviamente Dios es inopotente y por lo tanto tiene. Cualquier tipo de potestad, tanto espiritual como temporal. Pero esa potestad temporal del gobernante temporal en su jurisdicción es, en cierta forma, el escalafón más alto y por encima de él solo está Dios. Por lo tanto, el papa no tiene capacidad de acción sobre ningún reino de la cristiandad ni sobre el emperador en sí. Por lo tanto, no está supeditado el emperador a... El papa no puede instituir a un emperador o otras cuestiones que en estos momentos, pues, en la querella de las investidoras, pues, había papas que deponían emperadores, comulgaban emperadores, daban el imperio a otro candidato sin que fuera siquiera a veces elegido por los propios príncipes electores. Unas cuestiones bastante conflictivas que se habían dado durante esta época, con lo cual Marsilio va a negar esto de plan. Esta potestad del emperador de convocar a disolver el concilio puede parecer un poco extraña, pero es que de facto el emperador había sido uno de los que habían precisamente presionado... para convocar ese concilio que había resuelto la situación y había depuesto a los tres papas, se había puesto un único papa. Por lo tanto, no era tan extraño. De hecho, el concilio de Trento muchos años después, aunque será convocado por el papa, pues tendrá una gran presión de Carlos V que estará presionando el papado para que convoque de una vez el concilio de Trento hasta que finalmente el papado decidió convocarlo, pero ya demasiado tarde porque la reforma protestante había estallado y ya no había vuelta atrás. Esto ya nos quedamos aquí y ya lo damos por terminado. Y el próximo día, pues hablaremos de, siguiendo un poco el orden del temario, pues daremos un resumen todavía más apretado y todavía más acelerado del Renacimiento. El Renacimiento intentando hablar de estos cuatro autores sobre todo y ver un poco... También una introducción más general a este periodo. Introducción más general que va a ser un poco, espero, más breve porque de cierta forma ya hemos adelantado un poco al hablar de la tardía media, hemos adelantado ya algunos fenómenos como por ejemplo la cuestión de la aparición del Estado y otras cuestiones que van a ser propiamente fenómenos que van a adquirir carta de naturaleza plenamente en... principios de la modernidad y en este periodo renacentista. Pero bueno, esto lo veremos ya el próximo día que será el último de esta tutoría y ya cerraremos un poco esta asignatura y los de Ciencias Políticas pues tendréis más ya en el segundo semestre. Bueno, pero continuamos como digo pues el próximo... Gracias. Buena semana.