Bienvenidos a la tutoría de hoy de Historias y Ideas Políticas II, del Grado de Ciencias Políticas. Vamos a continuar en cierta forma los que tuvisteis Historias y Ideas Políticas I en el primer semestre, pues vamos a continuar un poco donde lo habíamos dejado. El último semestre no es de tiempo a llegar hasta ese siglo XVI, hasta ese siglo del Renacimiento, y ahora en cierta forma nos va a tocar empezar con el periodo siguiente, el siglo XVII, y sobre todo el siglo XVII en cuanto que caracterizado por el desarrollo del absolutismo. El absolutismo en sí, el desarrollo del Estado moderno, como ya explicamos, no es algo que sea privativo del XVII, ya tiene sus raíces medievales, en el siglo XVI se consolidan las estructuras de ese Estado moderno, su aparato burocrático, sus estructuras de poder, el ejército estatal, pero será en el siglo XVII cuando sí se venga a unir a esto toda una teoría política que envuelva esta estructura que de facto ya existe, que es el Estado moderno. Será la época en que se teorice, se discuta sobre el origen del poder del monarca, la legitimidad del poder del Estado y se plantee una teoría política, que es la teoría de estos teóricos del absolutismo, que defiende precisamente esta primacía del Estado. En cierta forma y como ya vimos un poco en el primer semestre, cada vez que se teoriza políticamente sobre una cuestión, cada vez que hay una discusión política en cierta forma, es un indicio de que hay una cierta conflictividad en esa cuestión. Y de hecho, aunque el siglo XVII es el siglo por antonomasia del absolutismo político, con monarcas como Luis XIV con esa frase, el Estado soy yo, también es cierto que será el siglo en el que se empiece también a criticar y por lo tanto hay una necesidad de defender ese poder. La monarquía absoluta es la monarquía absoluta del Estado. También va a ser un siglo en el cual va a haber amenazas incluso a ese poder que las monarquías están consolidando, si hay ese aparato estatal que está consolidado. Bueno, ahora lo vamos a ver un poco más en detalle. No vamos a explicar mucho lo que ya vimos, este pequeño esquema de las características de Luis XVI. Y vamos a centrarnos sobre todo en el siglo XVII por contraste con esas características que ya vimos. Como ya explicamos, pues el Estado moderno en el anterior semestre, al hablar del siglo XVI, pues no hace falta de cierta forma dar mayores explicaciones. Lo que sí hay que señalar es que, un poco al hilo de eso que comentaba, de que cuando hay una necesidad de teorizar sobre algo es porque ese algo es controvertido, lo que sí hay en el siglo XVII, si bien el Estado está consolidado, en cierta forma está llegando a su punto álgido de poder, de poder en el sentido del Estado moderno, también hay un intento por parte de esos poderes refractarios a esa centralización política. Que en cierta forma, intentaban las monarquías que van a intentar volver a recuperar su parcela de poder. En concreto, la nobleza va durante determinados periodos, en determinados episodios bélicos que se van a dar uno y otro país europeo. Por ejemplo, las guerras religiosas en Francia, la guerra civil en Inglaterra, con todas las particularidades que tendrá por ese conflicto entre el monarca y el parlamento. Y, más claramente, pues en el caso... ...del Imperio Alemán, del Sacro Imperio Romano Germánico, la lucha entre esos poderes territoriales feudales, los señores... territoriales y el poder imperial a través de esa excusa que va a ser de nuevo pues en los conflictos religiosos por lo tanto hay un intento hay algunos intentos sobre todo decidiendo con conflictos civiles en algunos países de debilitar el poder de la monarquía y recuperar de cierta forma los nobles, los antiguos nobles, su parcela de poder autónomo pero a esto va a seguir normalmente salvo quizás la excepción británica que tiene sus particularidades que cuando expliquemos algo pues veremos un poco más en detalle de ese sistema un poco mixto en el cual no llega a haber nunca una monarquía absoluta porque siempre se entiende que el monarca es cosoberano de cierta forma con el parlamento como representación de la sociedad británica, de la sociedad civil británica. Pero como digo ante estos intentos de recuperación de poder de esas clases nobiliares pues va a seguir un periodo posterior normalmente de consolidación del poder. El caso más claro pues es Francia en el cual después de las guerras de religión que en cierta forma pondrán en jaque el poder de los monarcas con un periodo de poner a monarcas débiles que no conseguirán imponerse a sus poderes que utilizan la religión conflictos religiosos Como excusa va a sucederle el retorno al esotismo monárquico de Enrique IV y posteriormente ya, de forma más clara, en su nieto Luis XIV. Por lo tanto, es un proceso que va a estar ahí. Y, de hecho, en esas crisis, en esos conflictos que va a tener, en ese intento de volver atrás, de socavar ese poder de la monarquía, es en el cual se van a plantear precisamente y se va a teorizar sobre las bases, sobre la legitimidad de ese poder monárquico. En cierta forma, intentando responder a estas objeciones que se empiezan a plantear desde estos estamentos de la sociedad. El siglo... Bueno, XVII ya lo hemos adelantado un poco. Va a ser un siglo que va a estar caracterizado por el cierre en falso de un problema que había a partir del XVI. El problema de la división del occidente europeo en dos confesiones religiosas. La oposición entre, por un lado, los países católicos y, por otro lado, los países protestantes. Y dentro de los países, o bien mayoritariamente protestantes o bien mayoritariamente católicos, el conflicto... Con la confesión religiosa contraria o, a veces incluso, con distintas subconfesiones en el caso de los... Países protestantes, distintas ramas del protestantismo que a veces tienen conflictos entre ellas. Por ejemplo, en el caso de Inglaterra, el conflicto que existe entre el protestantismo oficial anglicano, la religión oficial del Estado británico y, por otro lado, corrientes minoritarias como todas las corrientes de tipo calvinista, como por ejemplo los puritanos, los presbiterianos, una serie de corrientes que a veces van a chocar con la jerarquía de la iglesia protestante anglicana. Por lo tanto, siglo de conflicto religioso, de tensión religiosa, de intolerancia religiosa, lo que va a caracterizar muy definitoriamente el siglo XVII es la profunda intolerancia de un credo u otro contra el credo contrario y, sobre todo, la censura de pensamientos. El siglo en el que aparecen esos índices de libros prohibidos en que se censuran los escritos no ya sólo de corrientes religiosas sino también de pensamientos o ideas filosóficas que se consideran peligrosas de cierta forma y que deben ser censuradas por el poder político, religioso o de otro. Y va a ser también, como digo, el siglo XVII un siglo en el cual van a brotar una serie de conflictos. Las guerras religiosas en Francia, de cierta forma, van a marcar el fin del siglo XVI y la transición al siglo XVII. La guerra civil inglesa en la cual se va a enfrentar el parlamento, los partidarios de la primacía parlamentaria con los partidarios del monarca como soberano absoluto, creándose esos dos bandos antagónicos. Pero que también va a tener, de cierta forma, un componente religioso por las acusaciones del monarca, de los estuardos, de ser partidarios de una corriente protestante, el arminismo que se construye. El arminismo que se consideraba dentro del protestantismo como herética. Había sido declarada en el sínodo de Dolberg, en Holanda, donde era originado el arminismo como herética y, por lo tanto, el arminismo había sido prohibido. Y se acusa, de cierta forma, a Carlos I y luego a sus sucesores de estar próximos a esta tendencia religiosa, con lo cual va a suponer un conflicto con los anglicanos, pero también con esas minorías muy activas calvinistas. En cierta forma... Van a ser las protagonistas de ese periodo. posterior a la deposición y ajusticiamiento de Carlos I, ese periodo de la Commonwealth, de la mancomunidad, Commonwealth en inglés no es más ni menos que la traducción del término república, res pública, la cosa pública, pues Commonwealth es los bienes, la riqueza común, es decir, las cosas, los bienes públicos comunes, por lo tanto Commonwealth es una traducción inglesa de república. Pues ese periodo de la Commonwealth, mancomunidad, o bien república como queramos traducirlo, va a estar caracterizado por el predominio precisamente, a través de uno de sus líderes máximos que es Cromwell, de los calvinistas en el plano político, para incluso poder dejar su sello político en este periodo. Al periodo de la mancomunidad le va a seguir una restauración de nuevos estuarios que de nuevo, como veremos al hablar de Locke, pues va a tener su fin. En otra guerra civil y un cambio de dinastía. Y en el caso del imperio alemán, del sacro imperio romano germánico, también hay una guerra civil que procede de esas tensiones que se habían resuelto en falso entre protestantes y católicos. Esa guerra de los treinta años que, en cierta forma, se convertirá no solo en un conflicto dentro del imperio, sino que incluso afectará a potencias vecinas, como por ejemplo los países escandinavos, Francia, la propia... La propia iguana española se verá implicada a través de su parentesco con los Habsburgo y esta caída de los 30 años ensangrentará buena parte de ese siglo XVII en toda Centro-Europa. Por lo tanto, esas inestabilidades políticas van, en cierta forma, a tirar, como digo, de esa necesidad de teorizar sobre el poder del monarca y por qué es legítimo, es justo y es necesario incluso ese poder de esas monarquías, de ese Estado absoluto. Y al mismo tiempo que se dan todos estos conflictos religiosos, políticos, el siglo XVII también es un siglo de crisis. En otro sentido, porque es un siglo en el que se van a dar toda la playa de fenómenos adversos que os podáis imaginar. Por un lado estas guerras que hemos comentado, pero también epidemias, hasta mediados del siglo XVII surgen todos esos grandes brotes de peste eubónica junto al siglo XIV que van a diezmar prácticamente a buena parte de la población europea. Por lo tanto, van a generar una sangría demográfica a la cual se van a unir también. Pues las guerras y también hambrunas, porque estamos en un periodo, se llama la pequeña del hielo. que se venía arrastrando ya desde el siglo XIV, pero que había tenido en cierta forma periodos más benévolos y ahora, en el siglo XVII, desde finales del XVI hasta mediados del XVII, va a tener un periodo especialmente riguroso, especialmente frío, que va a provocar más cosechas y años de hambres catastróficas que van a favorecer todavía diez mar más la población europea. Y todo esto, los conflictos religiosos, la censura, el fanatismo, las guerras, las epidemias, las hambrunas, van a romper un poco esa mentalidad positiva, esa mentalidad que entendía las potencialidades del ser humano como algo, casi unos límites infinitos, que tenía en cierta forma el Renacimiento. Ese optimismo renacentista va a entrar en crisis. Por lo tanto, el siglo XVII, siglo de crisis, va a ser un siglo... En el cual hay una visión más pesimista, más negra del mundo. Visión que, por ejemplo, sale a flote, por ejemplo, en la concepción que tiene del ser humano un autor que veremos hoy como es Hobbes, que entiende al ser humano como una perspectiva fundamentalmente negativa y muy negra. Por lo tanto, esa visión tenebrista, esa conciencia de crisis, de decadencia, que, en cierta forma, va a impregnar todo ese mundo del barroco que también conocemos con esas... Imágenes a veces tenebrosas Que están con esa imagen De la muerte de esa calavera Que está amenazando siempre Entre bastidores Y no tan en bastidores Pero paradójicamente junto al fanatismo Junto a la crisis Junto a ese pensamiento tan negativo También el siglo XVII va a ser El siglo por antonomasia De desarrollo de la ciencia Va a ser el siglo del racionalismo Y del empirismo Representado por Descartes Y el empirismo que tal vez tenga su principal Representante en figuras como Newton o Galileo Por lo tanto el desarrollo de las ciencias El desarrollo del pensamiento racional Por contraposición a esos otros elementos Que tan Que calidoscópicamente forman Ese conjunto del siglo XVII Y esto Esa influencia de ese pensamiento racional De ese empirismo De ese buscar Una aproximación a la realidad Empírica basada en datos Observacionales En el uso de la ciencia En cierta forma también va a dejar Su pozo en teóricos políticos Como en un caso va a ser Hobbes Que va a tener una fuerte impronta De la ciencia E incluso de la ciencia experimental De su época Hobbes como veremos pues tendrá Sus propios pinitos En algunos terrenos De las ciencias físicas Como puede ser la otra Y al mismo tiempo, el siglo XVII, si supone una crisis y un fracaso del optimismo renacentista, también supone una crítica a esa visión, tal vez idealizada de la antigüedad como modelo. Va a ser el momento en el que se va a criticar la tradición clásica. La tradición clásica, que el Renacimiento casi entendía como un non plus ultra, contra el cual ya no se podía llegar más lejos, pues el siglo XVII va a cuestionar esto. Va a cuestionar esto porque la ciencia de su época está avanzando más de lo que nunca había llegado. La ciencia de la época de Aristóteles y al mismo tiempo, en otros aspectos de la realidad, también se critica la sujeción a esos moldes estrictos de la antigüedad y se piensa que incluso se pueden superar los logros de ese mundo antiguo, de Platón, de Aristóteles. Todos esos pensadores científicos y autores de la antigüedad. Por lo tanto, no se consideran ya como enanos a hombres de gina gante, sino que los hombres del barroco, los hombres de XVII, entienden, en cierta forma, reafirman su propia capacidad para generar su propio pensamiento, su propio arte, su propia forma de ver la vida. Que, no obstante, es una forma de vivir la vida bastante, como hemos dicho, negra, oscura y caracterizada un poco por esos elementos de crisis, de incertidumbre que van a llenar esta época y este periodo cronológico. Periodo cronológico que, como siempre, se va a ver reflejado en la obra de los dos autores que tenemos aquí. Por un lado, Jean Baudin y, por otro lado, Thomas Hobbes. Uno de Francia, esa Francia que se convertirá en paradigma del Estado absolutista y, por otro lado, Hobbes, representante de esa Inglaterra en el cual el absolutismo, a pesar de los intentos de los monarcas, nunca llegará a cuajar precisamente por esa co-soberanía que siempre se entenderá que tiene, en el caso inglés, el monarca con el monarca. En Inglaterra, ya desde la época medieval, ya desde los privilegios y los derechos que se establecen a través de la Magna Carta y otras disposiciones, se entiende que el monarca no es el único titular de la soberanía. Que, en cierta forma, la soberanía co-pertenece al Parlamento como representante del pueblo. El Parlamento inglés está formado por... Por un lado, la Cámara de los Flores, que representa a la alta nobleza, la aristocracia, y por otro lado, la Cámara de los Comunes, que teóricamente representa al pueblo, si bien representaba solo a las capas altas de ese tercer estado, ese estado llano de ese pueblo. La Alta Huesia, podemos decir. Y tanto Hobbes como Bodín son, en cierta forma, como digo, pues figuras hijas de su época. El contexto de Bodín, que es un autor que es previo al siglo XVII, de hecho morirá, como veis aquí en la cronología, cuatro años antes de que empiece el siglo XVII, pues es ese contexto de esas guerras de religión, esas guerras de religión que, de hecho, no llegará a haber el fin de estas. Vivirá todavía, morirá, vivirá sus últimos años todavía. En la incertidumbre de cuál va a ser el fin de este gran enfrentamiento civil que está ensacramentando a su país. Y ese sentido de crisis, esa trauma que supone esta guerra civil, que va a suponer las guerras de religión, este conflicto. entre distintas corrientes políticas y religiosas y el debilitamiento consiguiente de la monarquía va a influir mucho en la propia concepción política que tenga Bodín, que va a haber precisamente en la monarquía, en el Estado, una necesidad precisamente para mantener y volver a establecer una estabilidad social, un orden y evitar ese estado de guerra civil que está desangrando a Francia y que de hecho está convirtiendo lo que había sido una de las grandes potencias del siglo XVI en un actor prácticamente durante todo este periodo irrelevante en el contexto internacional. Jean Bodín es un autor católico, pero que dentro del bando católico en cierta forma forma parte de un grupo modelado, los llamados políticos. Los políticos consideraban, eran fervientes católicos, de hecho, Bodín incluso llegará a tener obras como tratados contra la brujería, contra la demonología, que muestran unas creencias bastante todavía ancladas en una mentalidad un poco medieval sobre la realidad de la brujería, de los demonios o de otras figuras que formaban un poco parte de la superstición popular. Pero, siendo un fervoroso católico, Bodín entiende que pragmáticamente Hay que tener una cierta tolerancia. Tolerancia no significa necesariamente respeto. Baudin, obviamente, pensaba que los protestantes, los hugonotes en el caso francés, estaban equivocados y que la fe correcta, la religión correcta era el catolicismo. Pero entendía que se podía, en cierta forma, tolerar algo desagradable, algo que no nos gusta, pero que en cierta forma tenemos que aguantarnos a esos protestantes precisamente por el bien público, precisamente para mantener la estabilidad de la sociedad, precisamente para mantener la paz y evitar esa situación de guerra civil que él va a vivir y de la cual no va a haber el fin. Por lo tanto, hay que primar. Hay que primar sobre esta, incluso sobre estas cuestiones de fe, los intereses públicos y la paz general. Pero al mismo tiempo, también dentro de esta línea de los políticos está la idea de que hay que reforzar el poder del monarca. Ve en cierta forma que muchos de los representantes, tanto del bando protestante como del bando católico, están, en cierta forma, azuzando el conflicto para recuperar poder, para recuperar ese poder feudal que habían tenido anteriormente. Y debilitar ese poder de la monarquía que, en cierta forma, los había debilitado sus bases. locales de poder y por lo tanto entiende que es necesario volver a una monarquía fuerte, un estado fuerte que recupere todas las parcelas de poder que ha ido perdiendo en esa instabilidad de la guerra civil y entiende además que esto es necesario porque ese estado fuerte, esa monarquía es el garante precisamente de la paz y de la estabilidad ¿y cómo define el poder del soberano? ¿cómo define el poder del estado? pues como un poder que tiene que ser por lo tanto absoluto e ilimitado precisamente, absoluto y limitado como precisamente para sobreponerse a esos poderes secundarios y establecer la paz y el orden social, restablecer eso poder fuerte al cual no se le pueda hacer sombra o llegar a contraponerse o contrapesarle ningún otro poder que esté por debajo del monarca es monarca que garante el orden, la paz cierta forma vuelve a esas ideas que están en la teoría medieval, recupera ciertos elementos de la teoría de la soberanía de los autores medievales como Marcelo de Padua que defendían precisamente esa función de la monarquía como garante de la paz y del orden social incluso defendiendo recuperando esa visión contratualista que tenían sus autores medievales de la época del conflicto entre del papado y el imperio y al mismo tiempo también un fuerte influencia en bodín de aristóteles bodín en cierta forma quiere convertirse quiere ser el aristóteles de su época entiende tiene una gran influencia obviamente en su obra la política de aristóteles pero entiende que hay que reformular rehacer una política adaptada al contexto del siglo 17 del siglo 16 de las monarquías absolutas del contexto europeo en el contexto europeo de estos momentos ya no es el contexto de las ciudades-estados donde vivía aristóteles es un contexto de estados absolutistas territoriales y que además están divididos en distintas entidades políticas agregadas que son lo que suelen llamar monarquías compuestas hay distintos reinos ducados que forman el reino de francia a su vez la corona hispánica está formada por varios reinos el reino de nápoles y cilia el reino de aragón el reino de castilla y hay toda una serie de monarquías que se definen precisamente porque hay un monarca que tiene la titularidad de todos esos reinos que están reunidos en esta monarquía que une agrega unidades distintas a veces con sus propias leyes instituciones o incluso parlamentos como ocurría en francia en la cual había un parlamento general los estados generales que era una especie de parlamento del torreino, pero algunos territorios del país, del reino de Francia, tenían también sus propios parlamentos autónomos en cierta forma. Por lo tanto, hay que adaptar el legado aristotélico a las realidades de ese mundo, de la edad moderna, ese mundo posmedieval que tiene unas características y una historia totalmente distinta de la teoría aristocrática. En cierta forma, esta va a ser la visión de Boudin, pero podemos decir que Boudin no llegó al grado de finura que encontramos en Aristóteles. Casi más ese papel de nuevo Aristóteles de su época lo va a terminar cumpliendo Hobbes, que en cierta forma va a plantear una visión incluso más moderna de estas teorías de la soberanía que les va a dar un sentido y un giro totalmente nuevo. Otro detalle importante en Boudin es jurista de formación. Es jurista de formación, pero como un hombre renacentista también se ocupa en múltiples cuestiones. También se ocupará, por ejemplo, de la economía. Será uno de los primeros que discuta sobre la teoría de los precios y la teoría del valor, fenómenos como la inflación. que se descubrirán posteriormente, pues ya en cierta forma están anunciados por Bodín. También tendrá esa visión un poco peculiar de teórico sobre la brujería y sobre la demonología en esa obra, la monomanía de monomanía de los hechiceros, un tratado de brujería a la manera de los tratados de brujería tardomedievales, pero escrito por un humanista como es Bodín. Bueno, por lo tanto, Bodín, en cierta forma, sentará un poco las bases, recuperará esa teoría de la soberanía y la llevará al absolutismo, la necesidad de adaptarla a ese estado absolutista. Por tanto, reformula a Aristóteles, reformula a los teóricos de la soberanía medievales y les da un acomodo en ese mundo del absolutismo. Y, en cierta forma, Bodín va a ser el autor que va a servir de inspiración con sus particularidades a Hobbes. Hobbes, en cierta forma, va a continuar, va a continuar la indagación de Bodín donde él no viaja. Bodín todavía es un autor que está, podemos decir que es todavía un autor de transición, que está entre el mundo de las teorías del absolutismo del siglo XVII y, por otro lado, las teorías todavía de renacimiento, con elementos incluso a veces medievales, Pero, podemos definirlo muy claramente como un autor de transición y un autor que no llega nunca a ser del todo plenamente moderno. No llegamos a esa plena mentalidad moderna en la teoría política hasta Hobbes. Hobbes, en cierta forma, es uno de los autores fulcrales como pueden ser Platón o Aristóteles en la antigüedad que, en cierta forma, van a marcar a favor o en contra toda la evolución de la teoría política posterior. Locke es un autor, obviamente, contrario a Hobbes en su orientación, pero Locke va a escribir mucho de lo que escribe sobre teoría política a la contra, precisamente, y respondiendo a argumentos de Hobbes. ¿Por qué? Hobbes, en cierta forma, es el enemigo a batir. Y, en cierta forma, va a dejar ese pozo. Aquí tenemos un fragmento de Carl Smith que va a revalorizar mucho sus investigaciones sobre teoría del derecho, la labor de Hobbes y Boudin. Sabemos por qué Carl Smith, un poco quien conozca la biografía de Carl Smith, por qué a Carl Smith le interesaba tanto esta cuestión de la soberanía, del poder absoluto. Y, realmente... ¿Por qué no reivindicar a teóricos absolutistas como a Boudin y a Hobbes? Pero no deja de ser interesante el análisis que va a hacer, por ejemplo, en obras como Teología Política o sobre la dictadura de las teorías de Hobbes y Bonino. Y, de hecho, lo interesante de este texto es que, como veis, puede señalarse el comienzo de este concepto, el concepto de soberanía en sentido moderno, el nombre de Bonino. De la disolución de Europa en estados nacionales y la lucha de los príncipes absolutos contra los estamentos brota en el siglo XVI el concepto de soberanía de Bonino. Por lo tanto, lo que estamos comentando precisamente de ese conflicto, de ese estado absoluto que ahora va a tener que enfrentarse. A ese intento de recuperación del poder de los estamentos, de los estamentos sobre todo de la nobleza, va precisamente a nacer esa formulación nueva de la teoría política de la soberanía. Recuperando elementos medievales pero dándoles un sello totalmente distinto. Y pasamos ya a Hobbes. No vamos a detenernos en la teoría política de Bonino que tenéis en su principal obra, que es los seis libros de la República, editados de nuevo por Textos. Téngannos en esta. La colección de historia del pensamiento político. Por desgracia, la edición castellana, que es la única que hay, está de Téngannos, es una edición abreviada. abreviada, porque de cierta forma también el libro de Godin tiene digresiones y mucha paja, pero bueno, podéis acceder si tenéis conocimientos de francés o alguna traducción contemporánea de esa época del siglo XVII o final XVI de Godin que anda por ahí en alguna biblioteca digital. Pero bueno, básicamente aún siendo una traducción abreviada, pues no deja de recoger lo esencial de la obra de Godin. No vamos a centrarnos en Godin porque, en cierta forma, creo que un solo día, dado lo apretado el temario, pues nos llega y nos tiene que sobrar para dar el absolutismo. Y por lo tanto, voy a centrarme más que en Godin, en la figura de Hoxie y más detalladamente en la teoría de Hoxie. El año pasado sí que di a Jean Godin, y de hecho si podéis consultar en Cadena Campus los vídeos de las tutorías del año pasado, podéis ver una tutoría íntegramente dedicada a Jean Godin y a toda su teoría política más en detalle. No la visión tan esquemática que estoy dando ahora. Bueno, ¿cuál es el contexto de Hox? Pues el contexto de Hox y el contexto de Godin era esa guerra civil que va a ser las guerras religión. El contexto de Hox es otra guerra civil. Esa guerra civil entre 1642 y 1651 que va a suponer Primero el derrocamiento de la dinastía de los Estuardo con la decapitación de Carlos I Estuardo y posteriormente un gobierno de tipo republicano, una república con todo el poder en el parlamento, en el cual terminará derivando una dictadura del hombre fuerte de estos momentos que es Cromwell y posteriormente después de la caída de esta república una restauración de los Estuardos en Carlos II y después posteriormente en Jacobo I. Hasta que a su vez esta monarquía de los Estuardo, por una serie de cuestiones que veremos al hablar de lo, pues también acabe en una reacción del parlamento y otra guerra civil, que va a finalmente eliminar esta dinastía de los Estuardo y a imponer una nueva dinastía, mejor dicho dos nuevas dinastías, los Orange y después los Hanover. Y básicamente en este contexto de crisis, una crisis en la cual hay un intento de los monarcas de reforzar su poder, un poder que en el caso inglés nunca había sido un poder absoluto como en el resto... de otras monarquías europeas, como la monarquía hispánica, como la monarquía francesa, nunca había sido un poder absoluto y centralizado, en cierta forma. Siempre el monarca había sido, como dije, pues un copartícipe de la soberanía con el Parlamento. El Parlamento con esas dos cámaras, la Cámara de los Flores, que representaba a la alta nobleza, y la Cámara de los Comunes, que representa al pueblo llano, aunque realmente sea la alta, aunque sea quien está allí. Y, básicamente, en esta guerra civil, en este conflicto, se van a generar dos bandos. Por un lado, el bando promonárquico, que defiende el reforzamiento del poder real, tendiendo hacia ese reforzamiento del poder en sentido autobutista, como el que se está dando, como está evolucionando en las monarquías del continente. Y, por otro lado, los partidarios de la primacía del Parlamento, que van a tener su principal momento de expresión, precisamente, en ese periodo republicano. En este sentido, va a ser un conflicto de tipo político, pero también va a ser un conflicto religioso, en el cual van a tener mucho protagonismo una minoría religiosa, que es la de los puritanos. Los puritanos que, durante la época del predominio de Cromwell, Cromwell es puritano, pues van a tener su peso en la política y, en cierta forma, van a dictar la propia política que se hace. En Inglaterra. Hobbes está adscrito al bando de los estuardos, pero en cierta forma tiene una postura peculiar dentro de este bando promonárquico, ya que no está de acuerdo con las teorías al uso que defienden otros representantes de este bando promonárquico, pro-estuardo, que básicamente defendían teorías basadas en el concepto de realeza sagrada, en la cual el monarca es monarca por la gracia de Dios y lo que legitima y lo que fundamenta el poder del monarca es que el monarca es monarca elegido por Dios y que, por lo tanto, sólo tiene responsabilidades ante Dios y ningún otro poder puede estar por encima de él. Hobbes va a negar esto y va a plantear que realmente el poder del monarca no viene por emanación divina, sino que es un poder que él es concebido. Es concebido por la sociedad civil y en el propio origen de este poder del monarca está el propio origen de la sociedad. De hecho, son dos fenómenos que se dan en la teoría de Hobbes prácticamente al unísono. Hobbes es un autor que, al igual que Godin, también tiene una formación jurídica, pero también va a tener una formación también de tipo científico. De hecho, Hobbes va a tener una obra muy amplia sobre cuestiones tanto de teoría política, teoría del derecho como sobre anatomía, fisiología, va a tener incluso una obra sobre teoría de la matemática o incluso sobre una de las grandes obras jurídicas y políticas de Hawke es precisamente un tratado de óptica, un tratado de óptica por lo tanto que se mete ya en el campo de la física. Y este pozo de esta formación científica va a influenciar mucho su propia teoría del derecho, su propia teoría jurídica y política. Va a tener influencia de los grandes pensadores tan racionalistas como empiristas, los grandes cientificos de época, muchos de los cuales va a tratar personalmente lo cual va a tener una relación bastante directa. Por ejemplo, conocía directamente y trataba trataba directamente a Francis Bacon, uno de los teóricos del empirismo. Pero también se carteaba con Descartes, tenía cierta relación también epistolar y directa con Gassendi, con el propio Galileo, por lo tanto estaba en cierta forma influenciado y tenía un acceso directo a todos estos grandes pensadores científicos contemporáneos. Y esto, como digo, va a influenciar mucho en su propia teoría política, porque su teoría política, alejándose de estas concepciones teológicas, de estas concepciones de la monarquía, del poder por la gracia de Dios o de fundamentación divina, va a ser una concepción fundamentalmente que va a ser de tipo materialista y que, de acuerdo con las teorías físicas de la época, va a tener un componente de mecanicismo naturalista. Él va a entender, al igual que entendían muchos científicos como la época, como por ejemplo Descartes o Galileo, que el universo, la naturaleza, es un gran mecanismo de relojería. La gran metáfora del reloj es la gran metáfora en la cual van a pensar la realidad, por lo menos en las ciencias naturales, durante su época. Y, en cierta forma, Hobbes trasplanta esta idea mecanicista y materialista de la naturaleza al ámbito de las ciencias sociales, al ámbito de la sociedad. Y va a plantear, precisamente en base a esto, esta teoría naturalista y mecanicista, que va a derivar a un análisis de la naturaleza humana centrada en aspectos instintivos, biológicos, psicológicos, que van a tener mucha importancia en su teoría. Las dos principales obras de Hobbes, aunque su obra es muy amplia, tiene distintos tratados, tanto su parte política como la de cada otro tipo de ciencias, pero podemos decir que las dos grandes obras de teoría política van a ser, por un lado, Sobre el ciudadano, de Kibbe, y por otro lado, la clásica y tópica que es el Leviatán, que básicamente va a ser la que nos vamos a centrar hoy y me temo que en el próximo tutorial. De Kibbe, Sobre el ciudadano, en cierta forma es una obra que es un asomo ya de lo que desarrollará más aquilatadamente en el Leviatán. En el de Kibbe ya plantea algunos de los elementos de su teoría sobre cómo evoluciona la sociedad, cuál es el origen del poder real, que luego va a desarrollar más y, en cierta forma, cimentar de forma más detallada y profunda en el Leviatán. Por lo tanto, son dos obras que, en cierta forma, son complementarias. No vamos a tratar aquí en detalle sobre el de Kibbe, Sobre el ciudadano, nos vamos a centrar en el Leviatán, en cierta forma, como obra ya más madura, más desarrollada de esta concepción política que tiene Hobbes. De acuerdo con esta concepción materialista, naturalista, mecanicista de la naturaleza, pero también del hombre y de la sociedad, va a haber la necesidad de fundamentar una teoría del poder político, que va a ser también una teoría del origen de la sociedad y de cómo es el Estado, que se defina sobre elementos que no tengan un origen teológico y que sean observacionales, que sean empíricos. Y para ello entiende que, basado en esta teoría naturalista, mecanicista y materialista, que hay que partir de la propia constitución de la naturaleza humana. De cierta forma, Hobbes va a ver la necesidad de, para llegar a una teoría política, una explicación de cómo funciona el Estado, cómo funciona la política, partir de cómo es la naturaleza interna del ser humano. Y para ello, sorprendentemente, va a hacer un estudio psicológico del carácter del ser humano, intentando ver el papel que tienen elementos como las pasiones, las pasiones que son elementos no racionales. Es muy importante la relevancia que Hobbes da a los elementos no racionales del carácter del ser humano en la naturaleza del ser humano. Hobbes entiende que el ser humano, sí, la razón tiene su papel, pero que lo que prima en el ser humano realmente son los elementos no racionales, el sentimiento, la pasión, esos elementos biológicos innatos que no son racionalizables. Y que, por lo tanto, hay que estudiar y que tener como base para llegar a cualquier teoría racional, como cualquier teoría que describa y analice la realidad política y la naturaleza del poder político. Por lo tanto, y es sorprendente, cuando cogemos en Leviathan de Hobbes los primeros capítulos, nos vamos a ver que están llenos de disquisiciones sobre cuestiones como la percepción, el temperamento, los tipos de carácter, las distintas pasiones que existen en todo ser humano y cómo éstas afectan a la psicología del individuo. Esto puede parecer un poco extraño y es sorprendente. Coges el libro Leviathan, los primeros capítulos, y estás un poco desorientado porque piensas, ¿cómo va a llegar esto a una teoría política? Si aquí lo que se está hablando realmente es de, podemos decir, casi de una protopsicología del ser humano. Esto puede parecer un poco extraño, pero finalmente va a llegar a donde quiere llegar Hox. Uno de los elementos que en este análisis de los elementos pasionales y racionales va a tener una importancia crucial es, por ejemplo, el análisis que hace de la religión y sobre todo la crítica que hace de la religión. Una crítica de la religión, que obviamente es una crítica general de la religión, pero que en un periodo de profunda inestabilidad religiosa, de profundo fanatismo religioso, de censura por motivos religiosos o de pensamiento, no puede mostrarse directamente y sin ningún tipo de disfraz. Por lo tanto, la crítica que podemos denominar claramente como atea. La crítica que va a hacer Hox dentro de su pensamiento materialista a la religión va a tener que ser limitada a la religión pagana. Cuando Hox haga una crítica a la religión, vemos inmediatamente que esa crítica puede aplicarse a cualquier tipo de religiosidad y fenómeno religioso o religión sin tener ningún carácter concreto, pero él va a coger siempre como imagen para expresar estas críticas la religión de los paganos, tanto de la antigüedad clásica como del nuevo mundo de los indígenas. Va a ponernos como ejemplo de religión irracional, no basada nada más que en esos elementos instintivos del ser humano. ¿Y qué básicamente son esos elementos instintivos que fundamentan según la religión? Pues fundamentalmente el miedo. El miedo. El ser humano es un ser que tiene conciencia del pasado, el presente y el futuro y por lo tanto tiene una incertidumbre necesaria sobre lo que va a pasar en la realidad. ¿Qué va a pasar mañana? ¿Qué va a pasar cuando me muera? Toda una serie de miedos que por esta conciencia de su devenir el ser humano tiene. Y obviamente la época del barroco es una época especialmente propicia para acrecentar todos estos tipos de miedos existenciales. Y en ellos, en estos miedos, ve Hox precisamente la necesidad de crear fantasías que mitiguen esta incertidumbre, este miedo al que se ve sometido el ser humano por su propia condición psicológica. Por lo tanto, la religión se convierte en una forma de acallar los temores de la humanidad. Pero al mismo tiempo la religión adquiere pronto otro carácter, un carácter secundario, como instrumento de dominación, como instrumento político, porque va a ser utilizada estas construcciones fantásticas. religiosas, no sólo para acallar los miedos ante la efectividad del futuro, ante la posibilidad de morir el día de mañana o de seguir vivo, sino va a ser utilizado sobre todo tanto el miedo como la esperanza como arma para someter, para sojuzgar a la población, tener en cierta forma la población controlada. Por lo tanto se convierte en un instrumento político de dominación. La religión va a servir para evitar la rebelión de las masas, la rebelión del pueblo, pero también para garantizar su sujeción, para que el pueblo esté contento con su condición por pésima o misérrima que sea y por lo tanto también en cierta forma acepte gustosamente el orden de cosas. Obviamente, en esta crítica a la religión hay ya de por sí una crítica implícita a esa propia teoría de la monarquía esotista que defiende la fundamentación del poder del monarca precisamente en su carácter sagrado, religioso y derivado de Dios. Si la religión es nada más que una fantasía Aunque él lo circunscriba precautoriamente a esas religiones paganas, obviamente cuando ya trate de la religión cristiana va a decir, ya bueno, pero la religión cristiana revelada pues ya es una religión racional, bla, bla, bla. Pero bueno, lo llega a decir, lo dice, pero no le da todo el desarrollo que él da a la crítica anterior que ha hecho a la religión centrada en el caso práctico de esas religiones paganas. Por lo tanto, es un intento velado de crítica hacia la religión, pero que deja sin fundamentos también pues la teoría cristiana de la monarquía cristiana de ser rey como rey por la gracia de Dios. Por lo tanto, hay que buscar otra fundamentación a ese poder. De cierta forma, la causa natural de la religión es la ansiedad del tiempo venidero. Es miedo del ser humano, innatos a la propia constitución. Y la condición humana pues son los que llevan a esto. Pero también a esto se une la necesidad de garantizar la obediencia, las leyes, la paz e incluso de garantizar virtudes altruistas como por ejemplo la caridad, la solidaridad y la propia existencia de sociedad civil. Por lo tanto, aunque este uso de la religión es un uso en cierta forma falsario, que se basa en una fantasía, no deja de ser una fantasía en cierta forma necesaria. para mantener un orden, para mantener una estabilidad e incluso para mantener a la propia sociedad cohesionada. Sin ella no existiría tampoco sociedad. Pero bueno, como digo, no deja de ser, admitir que la religión es una mentira no deja en buen sentido una fundamentación a su vez religiosa, sagrada del poder del monarca. Por lo tanto hay que buscar otro tipo de fundamentación en este poder. Y para ello, y ahí va a reenlazar, va a enlazar con la teoría política, de nuevo vuelve a la naturaleza humana. La naturaleza humana fundamentalmente entendida sobre todo como una naturaleza racional, perdón, irracional, basada en sentimientos, pasiones, elementos que el ser humano en cierta forma, aun con el baño de racionalidad, no llega a controlar nunca de todo. Y por lo tanto... Temos que partir de nuevo en esa naturaleza humana para fundamentar una teoría política. De todo este estudio del carácter humano, de la psicología, Hobbes llega a la conclusión de que el ser humano se puede definir por unos trazos básicos. Se puede definir en principio como no puramente racional y con un peso muy importante. De esos elementos pasionales, sensitivos y racionales. De hecho, Hobbes va a incidir siempre en que por mucho que entendamos racionalmente y nos demos cuenta de que racionalmente algo tiene que ser así, si las pasiones no van acompañadas, en cierta forma no nos motivan a actuar de esa manera que dicta la razón, la razón es inválida. No puede movernos a actuar si no va acompañada de las pasiones que, en cierta forma, empujen esa acción con una cierta lógica racional. Pero también define al ser humano como un ser profundamente egoísta e individualista. El ser humano en sí, independientemente de que viva en sociedad, independientemente de que viva en un estado civilizado, es fundamentalmente un ser que solo piensa en sus propios intereses individuales y que lo único que intenta es beneficiarse a sí mismo. Por lo tanto, esto de cierta forma parece ya complicado reconciliar este carácter egoísta profundamente individualista centrado casi en sí mismo al ser humano para fundamentar una teoría de la sociedad o del poder político de la comunidad política. ¿Cómo va a hacer esto Hobbes? Buscan beneficiarse a sí mismos, buscan apropiarse de los bienes, codician los bienes que no son ajenos, son bienes que están ahí y que todos codician y inmediatamente por esto van a surgir conflictos. Y en esos conflictos hay siempre el temor a ser agredido o a morir a manos de otro y la única solución es matar o agredir a tu vecino. Por lo tanto, es una situación de guerra de todos contra todos. Todos constantemente en esa sociedad prepolítica, antes de que surja la comunidad política en la cual el hombre está en su estadio más primitivo, más natural, lo que hay es un enfrentamiento entre individuos. Entre individuos cada uno buscando sus propias necesidades e intereses y que por lo tanto entra en conflicto constantemente. Cuando dos quieren una misma cosa se van a enfrentar por ello. Y cuando no hay nada que regule ese enfrentamiento, esos dos intereses contrapuestos, el resultado va a ser el conflicto, la guerra, la violencia e incluso matar o que te maten por hacerte con el poder, con el dominio o con la propiedad de eso que hacías. Por lo tanto, el estado de guerra es estado primitivo, prepolítico y que se basa precisamente en esta naturaleza egoísta, individualista, innata del ser humano, en la cual todos compiten unos contra otros y no hay como corredorio, por lo tanto, ningún elemento que nos incite a llevarnos bien a tener unas buenas relaciones entre unos y otros. Al contrario que Aristóteles, que defendía que el ser humano tenía una sociabilidad innata. Que el ser humano era por naturaleza un ser humano social, Hobbes no entiende que el ser humano sea por naturaleza un ser social y sociable. De hecho, entiende que el ser humano, en cuanto que egoísta e individualista, es por naturaleza un ser insociable. De hecho, lo tiene, por ejemplo, en esta frase que dice, los demás hombres no exprimirimentan placer ninguno, cito, no todo lo contrario, un gran desacrado reuniéndose. Al contrario que decía Aristóteles, que decía, bueno, aunque no haya intereses utilitaristas... ... o ninguna necesidad que junte a todos los hombres en una comunidad, los hombres se van a reunir porque tienen una cierta propensión de relacionarse unos con otros. Los Hawks no. Los Hawks entienden que la propensión natural del ser humano no es relacionarse con otros seres humanos. Más bien, es temer a otro ser humano, es agredir a otro ser humano, es competir, es luchar contra otro ser humano. Y que lo único que provoca esa relación entre dos seres humanos en estado de naturaleza, en estado natural, reducidos a su elemento más primitivo, es desagrado y conflicto. Por lo tanto, el ser humano, por naturaleza según Hawks, es insociable. La sociabilidad le tiene que ser impuesta, le tiene que ser impuesta por algo y por alguien. Y de hecho, el ser humano no es sólo insociable en ese estado de naturaleza, sino que es también amoral. Porque Hawks no entiende. No entiende que existan unas bases innatas de la moral. No entiende, al igual, no entiende como entendían teóricos del derecho natural como de Vitoria o el propio Aristóteles, que existen unas ciertas propensiones naturales del ser humano en las cuales se va a basar una serie de distintos morales y éticos, una ética en cierta forma básica que va a dar lugar ya a la ética más formalizada de las normas, de las costumbres. Hobbes de hecho entiende que no existe nada de eso en esa naturaleza egoísta, individualista, caenita casi podríamos decir del ser humano. Por lo tanto el ser humano en estado de naturaleza es amoral. El único sentido de bien o mal que tiene un hombre en estado de naturaleza es lo que le resulta agradable o desagradable. Lo que es bueno para un hombre en estado de naturaleza es simplemente lo que le agrada y es malo lo que le desagrada, pero no extiende esta concepción de agrado o desagrado a ningún concepto más allá de lo individual y que englobe la sociedad y que puede incluso englobar a toda la humanidad y todo el género humano. Simplemente es una relación casi instintiva de gusto o disgusto con respecto a los estímulos. Por lo tanto no hay unas normas morales y por lo tanto no hay una base que pueda regular esas relaciones entre individuos. El resultado por lo tanto es esa guerra, ese enfrentamiento, ese conflicto y esa tensión constante. Tensión constante en la cual nada puede prosperar porque una civilización, una cultura no se puede desarrollar en un estado en el que todos están enfrentados con todos. Es casi una guerra civil llevada al palocismo más absoluto. No es ya que se enfrenten bandos políticos. No, sino que se enfrentan cada uno de los individuos que están en un determinado lugar en un determinado momento. Es una guerra total y absoluta. Por lo tanto, entiende que la moral, la ética no son algo natural, que son realmente una construcción que se da posterior y que es una construcción social y que por lo tanto, de nuevo, tienen que ser impuestas a partir de algo al ser humano natural. El ser humano no tiene esos elementos por su propensión natural y le tienen que ser impuestos exteriormente por algo, por una determinada situación, por unas determinadas instituciones que le obligan a ser moral, le obligan a ser ético, le obligan a respetar las leyes, le obligan a conducirse con un cierto respeto hacia los demás y no a matarlos y agredirlos. Por lo tanto, hay el problema de... ...de la relatividad de la justicia y las normas morales. Las normas morales siempre son una construcción de una sociedad para precisamente salir de ese estado natural primitivo del ser humano. Bueno y malo, para el hombre primitivo, para el hombre natural, son simplemente lo que significan nuestros apetitos o nuestras. pasiones. Lo que nos agrada, lo que nos desagrada, lo que nos resulta placentero, lo que no nos resulta placentero, eso es lo bueno o lo malo. No hay una concepción de bueno ni malo y la justicia desde luego no es algo que se plantee en ese estado. Por lo tanto, el problema aquí es que en principio podríamos pensar que Hobbes negaría la existencia de un derecho natural, pero contrariamente a esta primera intuición que tendríamos, lo que va a hacer Hobbes precisamente, es fundamentar en este punto de partida tan peculiar un derecho natural. Un derecho natural que precisamente va a permitir, un derecho natural construido artificialmente que va a permitir salvar precisamente ese estadio de conflicto intrínseco y va a realizar una fundamentación del derecho universal alejada de todo elemento individual. Un derecho natural innato de todo elemento teológico que va a partir precisamente de esos elementos psicología, egoísta, individualista que hemos visto hasta ahora. En principio de esa concepción tampoco a la hueña del ser humano. Y que va a servir, al mismo tiempo, este derecho natural para fundamentar la justicia y la moral, el concepto de justo y el concepto de bueno y malo. Pero también va a ser una teoría que va a explicar cómo surge la sociedad política y también, a su vez, va a ser una teoría que da legitimidad, que justifica el poder del soberano y del Estado dentro de una sociedad. ¿Y cómo va a hacer esto Hobbes partiendo de estos mimbres a priori podrían parecernos tan extraños? Este egoísmo, este individualismo, este enfrentamiento de dos contra todos. Pues básicamente partiendo precisamente de un interés egoísta innato a todo ser humano. Todo ser humano quiere sobrevivir. El elemento básico, en cierta forma, casi haciendo la metáfora con Descartes, Descartes parte de pienso luego existo, Hobbes va a partir de todo ser humano quiere sobrevivir. Sobrevivo, soy, por lo tanto quiero sobrevivir. Y de ese instinto de supervivencia del ser humano, que todos los seres humanos es un instinto obviamente egoísta, yo quiero sobrevivir, no quiero que otro me mate, pero tampoco quiero que me deje paralítico ni que me produzca ningún daño, por lo tanto hay un instinto de conservación de supervivencia que es innato, que todo ser humano tiene, no es construido, esto sí que es natural. Pues a partir de este instinto de supervivencia, Hoss va a construir posteriormente, socialmente, todos sus elementos, la justicia, la moral, la sociedad y luego ya el Estado. ¿Por qué? Porque ese derecho básico, ese punto nuclear básico que es la supervivencia, el instinto de supervivencia, de conservación, se ve amenazado y contradicho precisamente por ese estado de guerra constante que supone el estado de naturaleza. Porque en el estado de naturaleza no hay seguridad. En el estado de naturaleza yo puedo ser muerto en cualquier momento y mi única defensa es matar a otro. Por lo tanto, es un estado constante de incertidumbre y también de inseguridad. No hay, por lo tanto, una seguridad que permita y que garantice mi supervivencia. Por lo tanto, los individuos independientes, individuales, van a tener que llegar a acuerdos entre ellos precisamente para garantizar cada uno de ellos su propia supervivencia. Y van a tener que garantizar a través de unos acuerdos comunes que no se maten todos entre ellos. Y a partir de esta monada cartesiana, Hobbes, casi por deducción, va a ir estableciendo todos los elementos, va a ir estableciendo una serie de normas de derecho natural, de derecho universal, que van a ser derivadas de esa nace necesidad. de conservación que lleva a la necesidad de salir de ese estado de guerra para garantizar precisamente esa supervivencia supervivencia y en cierta forma esa necesidad de conservación que no es sólo con necesidad de conservar la vida sino también de vivir bien, no sólo vivir con unos cientos de estándares y obviamente un estado de guerra de conflicto constante pues no hay posibilidades ni de agricultura ni de cultura, la vida del ser humano como dice Hobbes es breve, violenta embrutecida, torpe y no lleva a nada que nos pueda permitir una buena vida en el sentido aristotélico por lo tanto hay elementos que nos inclinan a establecer la paz en ese estado de conflicto constante pero esos elementos van a ser por un lado fundamentalmente elementos no racionales, pasionales de nuevo la fundamentación de estas de este estado de paz va a estar en elementos que no proceden de la razón, la razón va a estar luego, va a dictar en cierta forma el camino y las normas para que esto funcione pero lo que va a servir de sustrato precisamente y lo que va a motivar Todo esto van a ser cuestiones pasionales El temor a la muerte El deseo de conseguir los bienes El hombre quiere tener posesiones Que le garanticen su supervivencia Y su vida Pero además quiere Tener la posibilidad de adquirirlas Mediante el trabajo No puedo dedicarme A trabajar un campo, cultivar un campo Si sé que cualquier día Cuando esté la cosecha va a llegar otro Me va a matar y se va a quedar con mi cosecha Esa es una incertidumbre que está en las dudas de la sociedad Y que por lo tanto impide El trabajo y conseguir los bienes Necesarios para la supervivencia A través del trabajo Por lo tanto estos tres anhelos Definidos por elementos pasionales No racionales Van a ser los que van a Marcar el punto de partida Para que luego la razón llegue A normas morales, normas jurídicas Toda una serie de cuestiones Que ya con el dictamen De la razón nos van a permitir Tener unas buenas relaciones comunes Entre unos y otros Y estas normas racionales Derivadas a partir de estas necesidades No racionales es precisamente A lo que Hobbes llama Derecho natural Que el derecho natural no se va a basar En un elemento instintivo sino que va a ser Un derivado racional Artificial en base A necesidades que si son innatas que sí son innatas, pero que no, pero que son básicamente egoístas e individualistas. Y progresivamente, deductivamente, Hawks va a ir derivando toda una serie de cuestiones, normas que van a ser constitutivas de ese derecho natural, de ese derecho de cierta forma universal, universal pero reconstruido artificialmente por el ser humano cuando se convierte en sociedad. Y es donde Hawks va a plantear su teoría del pacto, su versión del pacto, del contrato social que, en cierta forma, va a dar un nuevo giro a esas teorías contractualistas que procedían de la Edad Media. Bueno, estamos ya en el fin de la tutoría, vamos a dejar esto para el próximo día y el próximo día ya no queda mucho de Hawks, terminaremos donde lo hemos dejado aquí, explicaremos esta teoría contractual de Hawks, y seguiremos, ya empezaremos ya a hablar de Locke, a ver si nos da tiempo a explicar por lo menos gran parte de Locke. Bueno, muchas gracias y el próximo día continuamos, terminamos con Hawks. y, a ser posible, pues empezaremos ya con blog.