Bueno, entonces vamos a continuar, si os parece. Estamos en la clase de Psicología en Madrid Sur y viendo el apartado, el capítulo, vamos, apartado, no, el capítulo 9, el tema 9, titulado La Psicología Humanista. Ya lo habíamos empezado el otro día. No sé si me alargué demasiado. Bueno, comentando todo lo que tenemos por aquí, habíamos visto cómo esta forma de psicología se presenta como una alternativa a las dos grandes fuerzas de psicología que se habían dado en ese momento, que era la psicología conductista y el psicoanálisis. Por un lado, la psicología más objetiva, la que quiso ser más científica, desarrollada principalmente en Estados Unidos, el conductismo, y por otro, en Europa en particular, aunque luego también pasó muy pronto a Estados Unidos, el psicoanálisis, más interesado en la comprensión de la emocionalidad, de todo lo que tiene que ver con la vida afectiva y también con una vocación muy clara para la terapia. En principio, incluso, como ya vimos en el tema del psicoanálisis, esta forma de psicología comenzó siendo principalmente, de psicoterapia, ¿no? Entonces, hubo gente que no estaba, dijimos, para hacer un resumen muy rápido de lo que vimos, hubo gente que no estaba de acuerdo ni con un enfoque ni con otro, ¿no? Consideró que eran inadecuados los dos enfoques para dar cuenta de la complejidad del ser humano, tal y como además se estaba dando a la vida humana después de la Segunda Guerra Mundial, ¿no?, en una época especialmente difícil, donde, pues, mucha gente vivió una especie de crisis, por decirlo así también, existencial. Hubo crisis política, crisis cultural, ¿no? Por eso también dijimos el otro día que hubo factores sociales y culturales, ¿no?, desánimo, desasosiego, tras la Segunda Guerra Mundial, insatisfacción social, ¿no? Y todo ello favoreció una demanda de comprensión del ser humano que no quedaba satisfecha con las explicaciones, conductistas y tampoco con las explicaciones psicoanalíticas. Entonces, muchos vieron que era necesario un enfoque distinto, lo que se ha llamado tercera fuerza. A la vez también los mismos desarrollos de la psicología permitieron que apareciera otra psicología, dado que se vio que el conductismo, como vimos en la crítica del conductismo en la última parte de la lección, pues el conductismo adolecía de dificultades, principalmente por el reduccionismo que ofrecía del ser humano y las explicaciones claramente mecanicistas. Pero tampoco era satisfactorio la psicología de Freud, el psicoanálisis. Entonces, desde el mismo desarrollo de la propia psicología, también desde la psicología, ya no sólo por factores externos en la psicología, pues también hubo gente que creyó necesario una nueva forma de psicología, como Maslow, Rogers, Roy O'Malley, Sbanger, etc. Después también habíamos señalado el otro día que la filosofía, tenemos aquí influencia de la psicología, influencias culturales y sociales, pero también la influencia de la filosofía fue algo muy a tener en cuenta la aparición de esta tercera fuerza. Y justo después... Dijimos que el apartado 2, humanismo, existencialismo y fenomenología, pues quería destacar algunas aportaciones de la filosofía en la construcción del nuevo paradigma en psicología. Primero, tuvimos que hablar un poquito acerca del humanismo, puesto que estamos hablando de psicología humanista, por tanto, había que referirse a esta noción, que no tiene dificultad, creo yo. Yo no sé si os confundí demasiado el otro día. Pero os quería señalar que podemos hablar del humanismo en general, ¿no? Como aquella teoría o enfoque que se preocupa por cuidar todo lo que tiene que ver con el ser humano, ¿no? Con la realidad humana, que centra su interés y muestra especial atención a la dignidad del ser humano. Muestra ese interés por el ser humano y muestra el valor propio intrínseco que tiene el ser humano, ¿no? Esto hablando del humanismo en general. Luego podemos hablar del humanismo... En particular, el humanismo cultural, como apareció, por ejemplo, en el Renacimiento, en Italia, el humanismo renacentista. Podemos hablar de un humanismo filosófico, como el que se encuentra en Sartre, autor que se cita aquí, por cierto, ¿no? del humanismo marxista, del humanismo cristiano pero aquí nos interesa este adjetivo aplicado a la psicología para la que nos vale también esto como vais a ver, ya lo estuvimos señalando el otro día, pues es un enfoque de psicología que parece que quiere ser muy sensible a las peculiaridades del ser humano y que reivindica la idea de que no podemos comprender al ser humano sino intentamos reducir a otro tipo de realidades que no son del ser humano como son el resto de animales principalmente entonces van a estar en contra tanto del reduccionismo biologista por ejemplo el psicoanálisis padece un poquito de eso cuando hace una reivindicación tal vez excesiva del papel de los instintos pero tampoco podemos reducir al ser humano a los componentes sociales, al hecho de vivir en sociedad, de estar influidos por la sociedad tal como había señalado o había insistido el conductismo bueno y se hablaba de William James también cuando hablábamos del humanismo como método pero fundamentalmente se trataba de ver como las dos grandes corrientes filosóficas o dos de las principales corrientes filosóficas del siglo XX el existencialismo y la fenomenología pues también empujaron un poco algunos autores a una teoría psicológica distinta a todas las anteriores les empujaron o les llevaron a posiciones humanistas el existencialismo sin entrar en los detalles que ya vimos la semana pasada simplemente para citar lo que tenemos aquí el existencialismo va a poner esta frase va a poner énfasis, va a incidir en el papel de la existencia en la idea de que el ser humano tal vez incluso podemos decir que no tiene un ser propio una esencia propia y que es muy fundamental fijarse en como nosotros vamos desarrollando el proyecto de vida que nos promueve el existir estamos existiendo, estamos arrojados al mundo, mira Sartre por ejemplo porque como autor principal como filósofo principal del existencialismo en otro día yo creo que señalaba y claro principalmente el más conocido pues es Sartre Y ahí Sartre se expresa de esta manera, el ser humano está arrojado al mundo, como también va a decirlo por cierto Heidegger, y esta idea de estar en el mundo sin un plan previsto como de antemano, que sirva como de guión preconcebido para el existir, pues nos sitúa en una comprensión del ser humano bien interesante, que destaca la idea de la fragilidad del ser humano, la idea de que nos tenemos que ir haciendo, la idea de que tenemos proyectos, que somos lo que hemos hecho de nosotros, que estamos también casi, podríamos decirlo así, inevitablemente abocados a la libertad. El otro día yo citaba una frase de Sartre justo en relación a la libertad, estamos condenados a ser libres, mira Sartre, ¿verdad? Bueno, hablamos también del existir. El existencialismo, que nos pide no reducir el ser humano a una entidad que tenga una esencia, bien sea una esencia racional, bien sea una esencia biológica o una esencia social. Y también habíamos hablado de la fenomenología, por avanzar más rápido en este resumen perdísimo, que de la mano de Husserl y también de Heidegger y antes de Brentano, pues nos ofrece en psicología el método como de, podríamos decir así, de la apertura de miras. El método de ir a la cosa misma, a la observación de qué es el aprendizaje, a la observación de qué es la vida sentimental, a la observación de qué son las relaciones, por ejemplo, románticas entre las personas, sin prejuicios ni teorías preconcebidas. Esta es una de las ideas sencillitas, si queréis, de enunciar, pero muy difícil de cumplir, porque se trata de atender al hogado. La fenomenología es apropiada. La apropiada es la propuesta de describir los fenómenos, de hacer un logos, descripción y comprensión de los fenómenos, de las realidades tal y como se nos muestran. Y también habíamos dicho que va a tomar también la psicología humanista de la fenomenología este concepto, el concepto de lo intencional. Habíamos dicho que es un concepto complejo. En su comprensión más sencillita, esto de intencional se... Viene a identificar o se identifica con simplemente lo intencionado. Cuando decimos que alguien, que las personas vivimos desde lo intencional, repito, la versión más sencillita sería decir... que actuamos a partir de intenciones, que nos movemos por motivos. Las conductas de los hombres, de las personas, son conductas que tienen un propósito. Esta sería la interpretación más sencilla de este concepto. Insistir que los seres humanos, tal vez a diferencia de las otras cosas del mundo, desde luego de los seres inertes como la luna o las piedras o los volcanes o la propia tierra, que no tienen propósito con lo que hacen, los seres humanos tenemos propósito con lo que hacemos. Y esta idea la va a recoger, como vais a ver en ejemplos concretos, la va a recoger muy claramente la psicología humanista. ¿Quieres entender al hombre? Estudia o comprende su propósito. Pero también habíamos dicho que la palabra intencional tenía un significado más preciso y en cierto modo un poquito más complejo. Y viene de la mano de Brentano y de Husserl. Habíamos dicho que llamamos intencional a la característica de la humanidad. De la mente, según la cual o por la cual, por la cual la mente siempre apunta a otra cosa distinta de ella. Y así, en cualquier vivencia o acto mental, bien sea percepción o deseo o recuerdo o pensamiento o volición, acto de voluntad, pues pasa que cuando percibes, percibes algo. Cuando deseas, deseas algo. Cuando quieres, quieres algo, etcétera, etcétera. Ese carácter de referencia a lo otro, distinto del acto mental, es lo que quiere designar el concepto de intencional. Es una de las características principales de la mente. Todo lo intencionado, ¿os acordáis esta frase? Todo lo intencionado es intencional, aunque no todo lo intencional es intencional. Porque a veces también hay estados mentales involuntarios. Lo intencionado es lo voluntario, pero no todo lo mental es involuntario, aunque todo lo mental sea intencional. Y poníamos el ejemplo de pensamientos. Yo puedo tener... obsesiones, pensamientos obsesivos, parásitos que no me puedo quitar de la cabeza. Y esos pensamientos no son intencionados, no los he puesto yo con un propósito determinado. Me ocurren, podríamos decir. Como me pasa que me ocurren deseos o me ocurren afectos. Hoy es el Día de los Enamorados. Y entonces muchas veces pasa esto, o siempre seguramente, que uno no puede controlar el amor. Te viene el amor, casi está uno poseído por el amor. Te enamoras o no te enamoras, pero no puedes forzarte al enamoramiento, seguramente, ¿verdad? Entonces, no es intencionado. El enamorarse no es algo intencionado, pero el estar enamorado es algo intencional porque tienes un objeto de amor. Don Quijote, su objeto de amor era Dulcinea y él como que no lo podía remediar, el estar enamorado. ¿Vale? Bueno, entonces esta referencia a lo intencional entendido de esta manera, que es un poco más complejo, pues tiene también como bastante valor, ¿no? Es interesante. ¿Me estoy explicando? ¿Me seguís? ¿O es todo esto como demasiado abstracto y no se ve? ¿Sí? Vale, yo creo que sí, que se puede seguir y se puede ver el cosito bien con esto, ¿vale? Y eso, esta característica es bien interesante porque en el fondo es una de las características que hace realmente complicada la vida humana. El hecho de que nosotros tenemos una abertura o apertura, como queráis llamarlo, a la realidad muchísimo más compleja que la que se encuentra en el resto de los seres, ¿no? Desde luego los seres inertes, ¿no? El contacto que tiene la mesa con la realidad es un contacto como muy elemental, puramente mecánico, a partir de la causalidad eficiente. Le pasan cosas porque yo, bueno, ahora mismo puedo empujar la mesa y le pueden pasar cosas a la mesa de ese estilo, ¿no? Pero en el caso del ser humano nosotros tenemos un contacto con lo real mucho más complejo. Yo puedo recordar la mesa, puedo desear la mesa, puedo estar inquieto por la mesa, si es que cabe eso, ¿no? Me sobrevienen cosas como consecuencia de que mi mente tiene aperturas extremas a lo real, incluso a lo que no es real, ¿no? ¿Cómo es posible que yo me vincule con la muerte, por ejemplo? Puedo tener la expectativa de la muerte, el convencimiento de la muerte, el deseo de la muerte. Este tipo de experiencia que nos cabe a los seres humanos es muchísimo más compleja que la que le conviene, por supuesto, a las piedras, pero también a las plantas y también al resto de los seres humanos. Si los seres humanos tenemos una experiencia psíquica, mental, distinta a la de los animales, es porque tenemos formas de intencionalidad, de apertura a lo real, distintas a la de los restos de los animales. Por ejemplo, la del pensamiento o la de la fantasía, ¿no? O la de la posibilidad de ponerse en contacto con el futuro. Nos podemos poner en contacto con el futuro, ¿no? O la de la autoconciencia, esta característica de la autoconciencia que no está en los animales. Bueno, tal vez un gorila o un chimpancé, pues también se puede decir que tiene la posibilidad de la autorreferencia, del mirarse a sí mismo y darse cuenta de lo que le pasa, ¿no? Pero a los seres humanos nos es mucho más importante esto y lo tenemos con mucha más claridad, ¿no? Bueno, la psicología humanista justo va a intentar recoger estas peculiaridades, como se presenta en este apartado 3, los postulados básicos de la psicología humanista. Aquí el otro día creo que lo conté como muy rápidamente, igual ahora convertiría a examinar un poco más, ¿no? Postulados básicos sobre el ser humano, ¿no? Bueno, el hombre es más que la suma de las partes, ¿no? Esto quiere decir que tenemos distintas dimensiones y que tenemos que atender a la complejidad de esas dimensiones y a la interacción que cada una de esas dimensiones ofrece para la totalidad, ¿no? Creo que el otro día, por ejemplo, me refería a dos dimensiones que claramente están en nosotros y una tercera que muchos también dirían que están en nosotros y que debemos tener en cuenta. Tenemos la dimensión corporal, por supuesto. Pero luego tenemos también la dimensión psíquica o mental y luego tenemos la dimensión espiritual, ¿no? Aunque algunos casi incluso preferirían distinguir otra más, ¿no? La dimensión de las emociones. Hay gente que no mete las emociones directamente en la mente, ¿no? Que identifica la mente como la parte como intelectual del ser humano. Ahora se tiende, yo creo que demasiado a esto. A mí me parece que es un error y que no responde a la tradición de la psicología clásica. Y de la filosofía, desde luego, ¿no? Que también la vida emocional es algo de la mente, ¿no? Pero ahora se lleva un poco a distinguir cuerpo, emociones, mente. Porque se identifica mucho la mente con lo intelectual, ¿vale? Bueno, tal vez es un poquito arbitrario o da un poco igual. A mí me parece que no da igual, ¿eh? Y que hay que tener un poco cuidado con las clasificaciones aquí. Y que dentro de la mente hay muchas cosas. Estaría como muy arriba. Está lo intelectual, pero luego está también, por decirlo de esta manera que no es peyorativa, ¿no? Pues como más abajo, pues lo emocional, ¿verdad? Sea como sea, nos encontramos con experiencia distinta, la experiencia corpórea, la experiencia emocional, la experiencia racional, la experiencia de la voluntad y luego es posible que incluso está en la dimensión espiritual. Y todo eso en nosotros está integrado. Tal vez el problema de las ciencias es que como son muy analíticas, lo que hacen es coger una realidad y para comprenderla la analizan en sus partes y tienden como a separarlas y eso es un problema. Ahora más bien necesitaríamos lo que podríamos llamar una visión holística, una visión de la totalidad porque el cuerpo influye en lo emocional. Lo emocional influye en lo mental, lo mental influye en lo espiritual y al revés también. Lo espiritual, si uno quiere utilizar esa designación, esa palabra, puede influir en la mente, influye en las emociones, influye también en el cuerpo. Somos más que la suma de las partes, los elementos considerados como aislados y pegados de una manera puramente artificiosa. Además existe un contexto humano, esto es muy importante. Es muy, muy, muy importante. Los seres humanos nos desenvolvemos entre seres humanos. Nuestro hábitat, por decirlo así, natural, pues es el de lo social, el estar en contacto con el otro. Y este contacto con el otro, bueno, no lo podemos eliminar. Por cierto, que no es exclusivo del ser humano. También otros mamíferos, yo he estado, como os dije el otro día, viendo ahora con más detalle la teoría del apego, de Goldwyn. Bueno, que luego incluso Harlow, por este investigador, por Harlow, pues se comprobó experimentalmente con unos experimentos interesantísimos. Estaría bien que los vierais, ¿no? Me dan ganas de entrar un poco en ellos, pero nos iba a distraer un poco. Unos experimentos que hizo con monos, resus, con monos pequeñitos, recién nacidos, los quitaba de su madre y veía que pasaban. Pasaba, fabricó una madre de alambre y otra madre también de alambre pero recubierta, de felpa, y que daba también calor, ¿no? Y quiso ver qué pasaba. Bueno, y ahí, pues descubrió cosas extraordinarias, ¿no? Como para que pueda darse después un vínculo adecuado con los demás, el monito necesitaba el contacto con la madre de felpa, que era lo más parecido a una madre humana. Una madre biológica, ¿no? Una madre biológica. Era lo más parecido a eso. La madre de alambre daba solo alimento con un biberón que tenía y apenas se acercaba a esa madre solo para beber el biberón. Y cuando pasaba más tiempo con la madre de felpa, luego las cosas le iban mejor en su vida. Podía gestionar mejor el miedo, podía tener otra vez vínculos sociales, ¿no? Bueno, quiero decir con esto al que le interese que busque a este psicólogo y en los experimentos con monos porque son bien interesantes. Y esos experimentos y la teoría del apego pues muestran que los seres humanos y también otros mamíferos vivimos en un contexto social. En nuestro caso, un contexto obviamente humano, ¿no? Aunque ahora también estamos con nuestros gatos o nuestros perros u otras animales domésticos, ¿no? Entonces, si tú haces psicología con el propósito de entender al ser humano, tienes que investigar al ser humano en el contexto del humano. Y tal vez hay psicologías que eso no lo hacen, ¿no? Estoy pensando en dos, ¿no? En la psicología conductista cuando estudió al ser humano lo hizo con el modelo rata, ¿no? Porque era su animal predilecto para la investigación y descontextualizándolo. Ni siquiera la rata en su hábitat natural, en posibles vínculos de cierta convivencia que podían tener con otras ratas, ¿no? Entonces, pues como que no van a salir muy bien. Las cosas, si tú construyes una teoría del ser humano fuera del contexto humano o desatendiendo el contexto humano, ¿no? Y en cierto modo algo parecido pasa con la psicología cognitiva, ¿no? Que entiende al ser humano como si fuera el software de un ordenador y que no da tampoco demasiada importancia a la construcción incluso social de lo cognitivo, ¿no? Bueno, la psicología humanista sí tiene que fijarse en este detalle. Como también en la consciencia como rasgo fundamental. ¿Verdad? Por supuesto, lo que decía antes. Es que para nosotros el darnos cuenta de la realidad y el darnos cuenta de nosotros mismos es principal para gobernar nuestra vida, para nuestro existir. No somos zombies. No queremos vivir en la inconsciencia, ¿no? entonces cuando se trunca cuando no se lleva a cabo bien el darse cuenta salen las cosas mal esta idea es muy bonita se encuentra en la psicología humanista y también en la psicoterapia por ejemplo la gestal la terapia gestal estoy conociendo ahora esta forma de terapia bastante más pues en terapia gestal uno de los elementos fundamentales para la cura, para la sanación es que el paciente no se suele utilizar ese título pero bueno, la persona que acude al terapeuta tome conciencia tenga comprensiones de lo que está sintiendo y lo que está deseando también la toma de conciencia para esa forma de terapia como veremos cuando hablemos de la psicoterapia pues es fundamental ¿por qué será fundamental para la salud? el darte cuenta los darse cuentas darte cuenta de qué es lo que sientes ante una persona o ante ti mismo ante los deseos que te pueden venir ante las emociones de ira de miedo de celos de distintas formas de enfados que te pueden venir ¿te das cuenta de todo ello? bueno ¿por qué será tan importante? pues porque está en nuestro ser propio el ser consciente quien sea que nos haya dado esta facultad los dioses o el dios o la naturaleza con un cerebro así tan sofisticado que ha favorecido la aparición de esta capacidad del darse cuenta ocurre que nos constituye por decirlo así y si nos constituye no podemos dejar de lado esa característica como tan propia que va a servir precisamente para gobernarnos a nosotros mismos y en el trato con los demás bueno, no me voy a alargar mucho porque pasaríamos igual demasiado a la filosofía demasiado teniendo en cuenta el tiempo de que disponemos quiero decir la capacidad de elección por supuesto capacidad de elección es que el ser humano no es una máquina contra lo que algunos dijeron algunos científicos incluso psicólogos y filósofos han dicho no somos máquinas las máquinas no tienen capacidad de elección pero los seres humanos sí tal vez otros animales tampoco lo tienen pero nosotros sí entonces podemos elegir proyectos de vida y justo porque podemos elegir proyectos de vida Pues allí nos puede venir el conflicto. Ayer, en unos cursos de psicología gestal que estoy haciendo, había unos ejercicios de psicoterapia y salían ahí personas, unos hacían de paciente, otros de psicólogo. Y en varias oportunidades, sin entrar en detalle porque eran cosas un poco privadas, pero en varias oportunidades el asunto principal que llevaba el paciente para contarle al psicólogo en ese ejercicio de psicoterapia que estábamos haciendo pues era algo relativo a la elección. Mujeres que estaban dudando en quedarse embarazadas o seguir su vida profesional y avanzar en su vida profesional. El conflicto, el conflicto entre esas dos cosas. Por un lado, el querer cualificarse más en su vida profesional. Bueno, incluso elegir profesión, porque alguna que tenía como dudas sobre ello. Esa línea profesional. Y por otro, elegir el proyecto vital de la maternidad. A las mujeres os toca mucho más este conflicto, esta disyuntiva, ¿verdad? Y entonces, pues eso puede suponer angustia, claro. Esto no le pasa al resto de animales que no tienen esa disyuntiva. No es duda, ¿no?, sino que están programados, ¿no? Están programados para la maternidad, están programados para la acción, el comportamiento determinado y ya está, ¿no? No puede darles como la angustia por el tener que elegir, ¿no? Pero al ser humano, sí. Y eso puede ser muy grave, puede provocar muchísimo sufrimiento. Entonces, la psicología lo tiene que investigar. Tiene que investigar cómo se dan los conflictos, consecuencia de las elecciones y cómo ya en psicoterapia, ¿no?, pues cómo se da el conflicto. Cómo ayudar para que se pueda dar una gestión adecuada del tener que elegir, ¿no? Poner claridad también sobre qué es lo que quieres realmente, qué es lo que realmente deseas. En fin, ¿vale? ¿Se entiende? A ver, un poquito de feedback también, por favor. Samuel, María, Hernández, ¿se entiende? Vale, ¿no? Eso es, ¿no? Pues no se puede desatender esta característica. Los psicólogos, los psicólogos humanistas lo han tenido muy, muy en cuenta. Otros psicólogos, no, ¿no? Porque tenían una visión del ser humano incluso como un ser humano, ¿no? Como si fuéramos máquinas biológicas o algo así, ¿no? En donde no se da mucho lo de elección, ¿vale? Y es intencional en sus propósitos. ¿Veis? Aquí se maneja el concepto intencional. Pero claro, en el sentido un poco como fácil, podríamos decir, ¿no? Con esto de que es intencional en sus propósitos, se quiere decir pues que el ser humano actúa en función de lo que algunos han llamado la causalidad final, ¿no? Bueno, pues ahí ya sabéis, lo vimos en el tema del conductismo y en otros momentos, creo recordar, incluso en el tema de la metodología del 2004, ¿no? Cuando hablamos del método de la ciencia, ¿no? En el tema de epistemología se suele distinguir dos formas de explicar las cosas, dos tipos de causalidad. La causalidad eficiente y la causalidad final, ¿no? ¿No? La causalidad eficiente responde a la pregunta ¿por qué? Y la causalidad final responde a la pregunta ¿para qué? ¿No? Yo puedo preguntar, oye, explica el estar aquí. Explica por qué estás aquí. Pues puedo decir, estoy aquí pues porque he venido desde Madrid con mi coche, he cogido la autovía, me he acercado al colegio, he abierto la puerta del coche donde he aparcado, he salido, he movido mi cuerpo andando, he andado y he entrado en la clase, ¿no? Todos los acontecimientos físicos, incluso psicológicos, antecedentes que explican el que yo esté aquí. ¿Verdad? Eso es la causalidad eficiente. Aquello que ha provocado la aparición de algo, ¿no? Mis movimientos, etcétera, etcétera, ¿no? Pero también puedo explicar el estar aquí indicando el propósito. ¿Para qué estás aquí? ¿No? El para qué. ¿Eh? Entonces, ¿eh? Ahí estaría refiriéndome a los fines. ¿Qué fin tienes por el hecho de estar aquí, no? Pues uno de los fines, porque hay distintos fines, ¿no? Uno de los propósitos que yo tengo por el estar aquí, pues es explicar la psicología humanista, ¿no? ¿No? Pues ayudar a la gente a entender este tema. Ese es otro propósito. Naturalmente, otro propósito es, bueno, que es mi profesión, me pagan por esto, ¿no? Entonces, el propósito que me trae a estar aquí es también ganar dinero, claro, ¿no? Porque es mi sustento, mi forma de vida, ¿vale? Entonces, nos podemos referir al por qué o nos podemos referir al para qué. Esto, en el caso de la piedra, la luna, el mar, no vale, porque para ese tipo de entidades simplemente basta con el porqué, la causalidad eficiente. Tal vez lo mismo con las plantas y con los animales, pero si vamos al mundo humano no es así, porque en el caso del mundo humano, los seres humanos somos capaces de tener propósitos, intenciones. ¿Qué intención tienes con el hecho del estar aquí? ¿Cuál es tu intención? Pues mi intención es tratar de explicar qué es esto, mi intención es tratar de transmitir con más o menos claridad qué es la psicología humanista, esa es mi intención. Lo mismo que si yo os preguntara, ¿por qué estáis aquí? A ver qué me contestaríais, ¿por qué estáis allí? Sin confundir el porqué por el para qué. Venga, hacemos la pregunta. ¿Nos va a dar la prueba o nos va a interrumpir mucho? A ver si alguien se anima. Contestaciones que se fijan en la causalidad eficiente, a la pregunta de cómo das cuenta del estar aquí, ahora presentes. Explica el estar aquí de Maribel, de Lucía, de Marías, de Sanuel, de todos los que estáis en este momento, si no os habéis marchado ya, Ángela, Cristina, Diana, ¿no? Bien. ¿Por qué estáis aquí? No, no os animáis a contestar. Bueno, en vuestro caso, pues lo mismo, el porqué tiene que ver con lo que habéis hecho antes, ¿no? Es la causalidad antecedente, ¿no? Eso es muy bien, por ejemplo, ¿no? María, ¿no? Eso es. Bueno, Maribel, ¿no? Maribel, porque la tecnología lo permite, claro. Una causa de estar aquí es la tecnología, que lo permite, sin duda ninguna. O el hecho de haberos matriculado, ¿no? El hecho de que, pues haya, ¿no? Pues alguien incluso empujados un poco, seguramente no. Nadie os ha empujado, ¿no? A matricularos, ¿no? Pero pongamos un poco que sí, ¿no? Porque la causalidad eficiente, en cierto modo, es la que empuja como por detrás, ¿no? Si uno empezara a contar la química de su cerebro, que es la que le está llevando a hacer lo que hace, estaría dando explicaciones basadas en la causalidad eficiente. O al modo conductista, si uno hablaba, hablara de los condicionamientos que ha sufrido, ¿no? De pequeño, tal vez, ¿no? A partir de los premios que tal vez los cuidadores de uno le han dado cuando uno se ha dedicado a estudiar. Como a mí me han premiado cuando yo me he puesto a estudiar, ahora tengo tendencia a estudiar, ¿no? Y esa es una de las razones que me llevan a estar aquí, ¿no? ¿No? ¿Vale? Bueno, ¿no? Y si preguntara por la causa final, por la intención, ¿qué intención tenéis? Es distinto. Ya no es porque la tecnología lo permite, ¿no? ¿Vale? Si no, ¿qué intención? Cambiar el trabajo, por ejemplo, claro, ¿no? Eso es, tal vez, ¿no? Pues podría ser porque uno se quiere preparar para tener luego otra profesión, ¿no? ¿Vale? Los seres humanos actuamos por motivos. Y de hecho, esto, esto también para la psicología humanista es muy importante. La realización personal, por ejemplo, también, ¿no? Ese es otro de los motivos. Y es muy importante esta referencia a los propósitos y también las valoraciones, y para ya ir un poquito más rápido, la comprensión de los significados. Porque no podemos entender el hacer humano sin todo eso. Podemos entender igual el hacer de los volcanes. ¿No? Bueno, ¿no? Porque no tienen propósitos ni captan significados. Y el hacer de las plantas, que tampoco tienen significado, seguramente, ¿no? Incluso de los animales. Pero el humano, no. El ser humano se mueve a partir de la comprensión de los significados. Tiene que significar algo y tienes que valorarlo positivamente algo para que tú hagas ese algo. Si habéis, si os habéis decidido por estar en la UNED, es porque la acción de estar en la UNED tiene para vosotros significado. Y haber elegido la asignatura de psicología, claro, ¿no? Podrías haber elegido otra, ¿no? Si habéis elegido psicología, es porque de alguna manera casa con algo significativo para vosotras, ¿no? Para vosotros. Si no es significativo, no lo habríais hecho. Porque los seres humanos actuamos así. Una máquina no. Y tal vez un perro tampoco, ¿no? Pero los seres humanos así. Los seres humanos elegimos y en ese elegir nos dejamos llevar. O nos inspiramos, como queráis llamarlo, por valores. Lo que consideramos que es valioso para nosotros en el sentido que sea. ¿Es valioso porque nos permite mejorar profesionalmente? ¿O es valioso porque nos ayuda a la realización personal? Como también decías aquí... Maribel, ¿verdad? O es valioso en el sentido que sea, ¿no? Aunque para otras personas no lo sea, para uno sí puede que sea valioso y por eso actúa y por eso podemos entender su acción. Y esta referencia es muy importante porque, como veremos, las propuestas terapéuticas de estos autores pasan también por favorecer que la gente capte valores. Una vida que no se entienda como valiosa en algún sentido, pues muchos la viven como no mereciendo la pena, ¿no? Y estarán, por tanto, desmotivados, ¿vale? Bien, los ingredientes... ¿Están saliendo algunas personas? No sé. Vale, bueno, tal vez luego se animen a volver. Puede ser. Los ingredientes del movimiento comparten varios hechos como muy, muy, muy importantes, ¿no? ¿Qué comparten los psicólogos que participan de esta idea humanista? Pues centrarse en la persona, por supuesto. Considerar que es muy importante la experiencia interior. El significado que se da a la experiencia. Por supuesto, lo que decía antes, ¿no? Es que los seres humanos nos movemos a partir de la comprensión de significados, ¿no? Si tu vida no la captas como teniendo un sentido, entonces seguramente tendrás problemas en el vivir. Para que no tengas problemas en el vivir, te tiene que ocurrir que la captes como teniendo un sentido, ¿no? Enfatizan, además, las características... Enfatizan, además, las características específicamente humanas, por supuesto, ¿no? Como lo que ha salido antes, ¿no? Que habíais dicho, ¿verdad? Como Maribel, me parece que la había puesto. La idea, bueno, o la comprensión de que esta elección que habéis tenido de apuntaros a psicología en la UNED, pues favorece el desarrollo personal, ¿no? La autorrealización. Esto de la autorrealización es para nosotros muy importante, ¿no? La creatividad, la decisión. El criterio de la significación intrínseca de los problemas a investigar, ¿no? La significación propia, la que cada uno le dé también a lo que está experimentando. Bueno, y por ir aún más rápidos, el valor de la habilidad humana y la idea... De que el ser humano tiene potencial. Eso es muy importante. Estos autores van a tener, quisiera destacarlo, es una idea muy bonita, se puede criticar, igual os parece además más bien expresión de un cierto buenismo, ¿verdad? Van a decir ellos que los seres humanos todos tenemos potencialidades, ¿no? Tenemos capacidades internas que nos pueden llevar al desarrollo, ¿verdad? Afanes de perfección, ganas de transformar para mejorar, ¿no? Tenemos proyectos que merecen la pena, ¿no? Van a decirnos que somos valiosos de manera intrínseca y propia y que tenemos potencialidades. No se puede despreciar a nadie. Y esta sería la idea, ¿no? Que parece bastante obvia, pero que a veces parece como que los psicólogos no la han atendido suficientemente, ¿verdad? Sin embargo, ellos sí. Los psicólogos humanistas es que te van a decir que dentro de nosotros hay un anhelo para el desarrollo personal, para la autorrealización. Luego, para cada uno puede ser distinta eso de la autorrealización, ¿no? Pero, por ejemplo, un proyecto que más o menos es común para todos. Para todas las personas es la disposición al autosostén, por decirlo así, ¿no? La disposición a la autonomía. La madurez de las personas nos van a decir los psicólogos humanistas, tal vez en particular la Gestalt, ¿verdad? La madurez de la persona consistiría en la capacidad que uno puede tener para mantenerse a sí mismo, para gobernarse a sí mismo, sin necesitar del apoyo del otro en términos emocionales, afectivos, intelectuales, etc. Entonces, nos van a decir estos psicólogos que todos nosotros tenemos dentro esa disposición a la autonomía, al valernos a partir de nosotros mismos, ¿vale? Por ejemplo, en relación a las relaciones románticas, ¿no? Al amor, ¿no? Al amor sentimental. Nos podemos hacer la pregunta, oye, ¿y esto de enamorarse para qué, no? Bueno, algunos pueden decir, pues es que esto del amor tiene como propósito el que la otra persona nos ayude a ser felices, que colabore en nuestra felicidad, ¿no? Antes se entendían las relaciones románticas mucho en esta línea, ¿verdad? Tu pareja tiene que promover tu felicidad, te tiene que hacer feliz. Vamos. Bueno, ahora muchos están cambiando de punto de vista y te van a decir, la psicología humanista estaría un poco en esta línea, te van a decir, bueno, eso no es así. El otro puede colaborar en tu felicidad, pero te tienes que hacer cargo tú mismo de tu felicidad. Si tú estás buscando en tu pareja al que sea protagonista de tu felicidad, como que mal asunto, mal, mal asunto, porque estás descargando en el otro la responsabilidad de tu felicidad y eso como que no está bien. Tienes que hacerte responsable de ti mismo y también de tu felicidad. No quiere decir que no tengas en cuenta al otro para ser feliz, eso no se trata, no es exactamente eso. Entonces, dentro de nosotros hay potencialidad, también potencialidad para la felicidad. ¿Vale? Esta es la propuesta que nos vamos a encontrar en los psicólogos humanistas. Después tenéis una referencia al POR, que es para nosotros importante. Por favor, esto lo tenemos que recordar, porque ha habido a veces alguna pregunta sobre esta cuestión. Se ha preguntado, cuando se pregunta el tema de la psicología humanista, a veces ha habido, si hacéis exámenes... ...de otros años y de prueba, pues lo podéis ver. Entonces, vamos a ver si conseguimos que quede claro, ¿no? Al POR nos va a decir que hay dos líneas o orientaciones, dos comprensiones de la psicología, por decirlo así, ¿no? Hay algunas comprensiones de la psicología que llevan a que los psicólogos se preocupen por estadísticas y por abstracciones... ...que hablen del ser humano como un... ...muy en general, ¿no? Tratando de descubrir como leyes... ...leyes universales sobre el ser humano, ¿no? Tal vez este es el enfoque más característico de la psicología que ha querido ser científica. Allí en particular tendríamos, como está saliendo continuamente, la referencia al conductismo y no solo al conductismo, ¿no? Pero, de modo como muy destacado, al conductismo. NOMOS significa ley en griego, ¿no? La interpretación nomotética es aquella que está como muy preocupada por el descubrimiento de leyes que describan regularidades en el comportamiento humano, ¿vale? Regularidades en el comportamiento humano. Y frente a ese tipo de orientación nos encontramos la orientación ideográfica... Como dice aquí, está más interesada en la idiosincrasia. La idiosincrasia se refiere a lo personal, a lo individual. Está preocupada por la experiencia individual y este es el caso de la psicología humanista. La psicología humanista estaría más del lado de la orientación ideográfica, que intentaría evitar poner etiquetas, por ejemplo, a los seres humanos. Entonces nos van a decir, bueno, cuidado con el etiquetado de los seres humanos, por ejemplo, en el tema de la psicología de la personalidad, hay mucha tentación a etiquetar a la gente con categorías y la psicología científica quisiera encontrar categorías muy rotas. Para meterte a ti en alguna de ellas. Mientras que el enfoque humanista diría, bueno, pues no, esto de extrovertido, introvertido, racional, emocional, son categorías que igual tienen un cierto valor interpretativo, pero luego ocurre que cada persona en realidad es una mezcla de todo ello, puedes destacar en ti una de esas dimensiones, puedes tener una cierta tendencia más a lo racional. Frente a lo emotivo, hacia la introspección, frente a la introspección, pero cuidado con el etiquetado y con el afán de encontrar regularidades demasiado abstractas. Entonces, psicología humanista en la orientación ideográfica y psicologías muy científicas, porque la psicología humanista es menos científica que otra, para bien o para mal es así, pues psicologías más científicas interesadas en la orientación no emocional. ¿Vale? Como dice esta frase, la tenemos aquí, ¿no? Pues Alport señaló que hay un riesgo, fijaros la idea, ¿no? Es bastante claro, ¿no? Hay un riesgo en la psicología científica en perder lo relativo a lo individual, ¿no? La experiencia de lo individual, ¿vale? Bueno, entonces, por favor, ¿eh? Casi pensando en el tema de los exámenes, que da tiempo, pero eso no tenemos que tener en mente. Entonces, retened, por favor, esto. Ya sabéis que lo que está en negrita, por supuesto, ¿no? O bastante obvio, lo que esté en negrita, pues hay que recordarlo como más, ¿vale? Bien, pasando ya a propuestas concretas, ¿no? Nos presentan en el apartado 4 varias propuestas de psicología humanista. Psicología también se llama humanístico-existencial. La primera es la de Winswanger, un discípulo de Husserl, de un fenomenólogo, por tanto, ¿recordáis? Husserl era el padre de la fenomenología y que estuvo también muy influido por Heidegger. Heidegger, a su vez, también era un discípulo de Husserl. Winswanger y Heidegger incluso trabajaron un poco juntos para intentar comprender al ser humano. Winswanger, este psiquiatra más desde, por supuesto, la orientación de la psiquiatría y de la psicología que ahora llamaríamos psicología clínica. Y utilizó... Utilizó categorías heideggerianas en la terapia para entender al ser humano, para abarcar al hombre en su totalidad. ¿Con qué propósito? Voy a intentar ir un poquito rápido refiriéndome a los conceptos fundamentales que tenemos por aquí. ¿Con qué objetivo? Pues con este que es como característico del enfoque fenomenológico, hemos dicho antes, ¿no? La comprensión y descripción del mundo del paciente. Es que es muy importante en psicoterapia, pensó él. Aquí tenemos un terapeuta, no tanto un psicólogo... A ver, de los psicólogos que se presentan aquí, la verdad que la mayoría fueron más bien terapeutas, ¿no? No tanto psicólogos que construyeran una teoría del psiquismo y de la mente, sino que más bien estaban del lado de la psicología aplicada en lo que llamamos psicología clínica o, en este caso, en la psiquiatría. Entonces, se trataba, pensó él, de que para que la terapia funcionara bien, ¿no? Adecuadamente, era necesario que comprendiera el mundo del paciente. ¿Cómo vive el paciente? Incluso en trastornos psicológicos graves, como puede ser la psicosis, ¿no? ¿Cuál es el mundo del psicótico? Entenderlo, para poder entender también su comportamiento. Nos puede parecer estrafalario lo que está haciendo, y lo es desde el punto de vista, por supuesto, por ejemplo, desde lo que podemos llamar cordura, ¿no? ¿No? La persona que lleva ahí unos auriculares y no se los quita en ningún momento, ¿no? Y luego le preguntas qué está escuchando, qué música está escuchando, y ves que no tiene ahí un aparato de radio o un reproductor, tal, tal, tal. Y en realidad, bueno, si luego indagas un poco más... pues te puede contar que es que se está protegiendo de las radiaciones que emiten los extraterrestres, por ejemplo. Yo conocí a una persona que decía esto, ¿no? Por eso lo he puesto de género, ¿verdad? Una cosa un tanto terrible, ¿no? Decía que le estaban, bueno, controlando a los extraterrestres y que los extraterrestres le querían controlar, pues, mandándole ahí mensajes, bueno, ¿no? Por radiaciones, ¿no? Y con esos cascos como que se protegía, ¿no? Entonces, el terapeuta, para poder intervenir, necesitará también comprenderlo, ver cómo describe la realidad, cuál es el mundo vivido, el mundo intencional. Recordad esta noción, ¿no? El mundo vivido, ¿verdad?, por el paciente, para ponerse en su lugar, para no tener también ideas de antemano, prejuicios, por tanto, ¿no? Preconcepciones sobre las cosas, ¿vale? Esta idea es... Es como preliminar y como muy básica para intervención psicológica. Tienes que comprender al paciente, ¿de acuerdo? Criticó a Freud, ¿no? Esto es también un tanto común en los psicólogos humanistas y hay que recordarlo. Entendió que Freud acababa ofreciendo una visión reduccionista del ser humano, ¿no? Acababa entendiendo al ser humano en clave muy biologista, por el papel que el psicoanálisis otorga, le da a los sistemas. A distintos, en particular al instinto sexual, ¿no? Acaba ofreciéndonos también una visión mecanicista del ser humano. No sé si este concepto de mecanicismo supone algún problema, ¿no? La visión mecanicista entiende la realidad como si fuera una máquina compuesta por engranajes que van moviéndose como consecuencia del contacto de unos con otros, como con un comportamiento basado en la causalidad eficiente, por cierto, ¿no? La causalidad antecedente, en donde todo ocurre como por necesidad, por necesidad natural. En donde todo ocurre de manera inevitable, ¿no? En donde todo se da desde lo que podríamos llamar el determinismo, ¿no? Entonces, esta idea determinista que está ahí metida en el mecanicismo no gusta a los psicólogos humanistas, ¿no? Justo por lo que habíamos dicho antes, ¿no? Porque los psicólogos humanistas van a considerar que una categoría fundamental de lo humano es el poder elegir. Una máquina no elige. Si ofrecemos una visión mecanicista del ser humano... pues entendemos que el ser humano es como una máquina y una máquina no elige y sin embargo nos van a decir ellos la elección es algo como muy propio del ser humano y hay que tenerlo en cuenta. Por tanto, presumiendo en una frase, Wiesdanger puso objeciones a Freud, no estaba contento con las decisiones de Freud y ofrecía un modo insuficiente al ser social, lo que decíamos antes, dejaba de lado el ser social del hombre, actividades que son propias, la creatividad, el amor, el amor en un sentido no biologista sino de otra índole, más propio del ser humano también, más complejo que el de la pura biología, etc. Vamos a pasar a la página siguiente. Otra vez, fijaros en esta idea sencilla. De comprender el punto de partida de Wiesdanger, cuál fue para este autor la tendencia humana a percibir significados, como habíamos dicho antes, lo quería señalar, que nosotros es un poco como inevitable, estamos como, bueno, esto va en contra de la visión humanista, pero dan ganas de decir o de explicar un poco estas cosas diciendo es que estamos como programados para interpretar las cosas, para captarlas, como teniendo significados, porque no podemos tratar con lo que no tiene significado, con el absurdo. Por ejemplo, en el tema de la pandemia y en el tema de la muerte, pues mucha gente es que le horroriza el pensar que la pandemia y la muerte que le acompaña a ella ocurre como por necesidad natural, es que hay un virus que su comportamiento lleva a la destrucción de los pulmones y ese virus se puede destruir. Puede extender, incluso por un azar, como consecuencia de cambios que se dan en la naturaleza, que son azarosos y que no tienen ninguna intención. No hay ningún propósito en la naturaleza ni tampoco en el mundo humano para que ocurra una pandemia. Pero mucha gente esto no lo acepta. El pensar que eso carece de significado y entonces mucha gente se ve también en los negacionistas o los que interpretan las cosas. De estas maneras alternativas, ¿no? Dicen, no, es que están los poderosos que hay, Bill Gates y otra gente, los farmacéuticos, ¿no? Están ahí, ¿no?, moviendo las cosas para que al final nos infectemos y luego vendernos vacunas y no sé qué. Todo este discurso, ¿no? que muestra cómo a la gente le resulta muy difícil aceptar las situaciones que carecen de sentido, absurdas, los accidentes, las cosas que no tienen un propósito. Porque, repito, en una expresión que igual no es muy humanista, parece como que estamos programados para captar significados, para percibir significados, para entender que las cosas tienen significado. Es decir, que estamos programados, en cierto modo, como para interpretar. No podemos dejar de hacerlo. Y significados, además, ya, para decirlo de una manera un poco más concreta, con sesgo valorativo, además. Tendemos también a valorar, a interpretarlo, pero haciendo valoraciones que están en los lados del bien y del mal. Entonces, Mieswanger, destacando esta... Mostrando que de verdad existe esta tendencia, en la terapia puso énfasis en esta idea que estaba comentando. Que es muy importante ver cómo vive el esquizofrénico y otras personas que tengan incluso trastornos como muy graves en su mundo. Porque lo que para nosotros tiene poco valor, para esa persona, sin embargo, puede ser fundamental. Y podemos, ¿no? Hacer una especie de tránsito desde nuestro mundo al otro, ¿no? Hacer como una especie de codificación de su mundo y del nuestro para interpretarlo y entenderlo bien, ¿no? Bueno. Además, también, utilizando conceptos de Heidegger, creyó que hay formas que son más saludables del vivir. Formas más saludables. Vamos a ver cómo lo puedo decir esto. Sin que confunda demasiado, ¿no? A ver. Esta palabra, Dasein, por favor, hay que intentar recordarla tal como suena, tal como se escribe. Es una palabra alemana. Heidegger es un filósofo bastante difícil de leer. No solo por las ideas, sino por la manera de presentarlas, por cómo escribía, ¿no? Se inventaba palabras, expresiones, forzando el alemán, las palabras alemanas, forzándolas, ¿no? Que intentaran significar lo que él quería expresar, ¿no? Y este es el caso de la palabra Dasein. significa el ser ahí, el ser que está ahí, el ser arrojado, ser en el mundo, sería la expresión. Si le preguntamos a Heidegger cómo es el ser humano, y ahora hay que ponerse ahora un poquito filosófico, disculpad si esto suena como abstracto y filosófico, pero toca un poco. Si le preguntamos a Heidegger en qué consiste ser humano, él nos va a decir que consiste en el estar arrojados al mundo. ¿Qué significa esto de el estar arrojados al mundo, estar en el mundo, estar ahí? Pues se pueden apuntar algunas características. Voy a poner aquí unas cuantas, si estuviéramos, no quiero ahora emplear la pizarra para no distraer, pero voy a poner aquí unas palabras que tienen que ver con el Dasein, para que se entienda esto. El Dasein, ¿vale? Sí, intentar entender a los seres humanos. Pongo algunas palabras. Si estuviéramos en clase, yo pondría Dasein y luego una llave, y aquí como algunas características del Dasein, ¿verdad? Apertura, y enseguida las comento. Apertura, atención. Enseguida lo desarrolla, no os preocupéis, pero quería apuntarlo porque son importantes estas características. Gracias. Y este estar arrojados en el mundo hace que estemos sin una esencia propia, que estemos abiertos a él y que nos pueda influir de un modo mucho más extremo y radical que los otros seres del mundo. Ya antes también lo había sugerido en otro momento de la clase, me parece que lo había sugerido o era en la clase de filosofía, disculpad, no recuerdo muy bien. Y es que, claro, en el caso de los animales, los animales tienen una mente que no es para nada la compleja, la complejidad, que no tiene la complejidad. Que significa? duda tiene la mente humana. Los animales están en contacto con el mundo y su mente les pone en contacto con el mundo circundante y poco más, pero la mente humana tiene una apertura al mundo físico, circundante, mediante la percepción, por ejemplo. Igual que el gato ve la mesa, yo también veo una mesa y la mesa le influye al gato y la mesa le influye a mí. Este es un nivel compartido donde apertura al mundo, ¿verdad? Pero en el caso del ser humano la apertura es mucho más grande, ¿no? Porque yo puedo pensar en la mesa, puedo, como he dicho antes, ¿no? Recuerdo la frase anterior también. Puedo pensar la mesa, recordar la mesa, desear la mesa, amar una... Bueno, la palabra amar es un poco fuerte, no corresponde a la mesa, corresponde a los seres humanos, ¿no? Pero bueno, puedo detestar la mesa o estar enganchado emocionalmente con una mesa, ¿no? En unos términos que para nada están en el mundo de los animales, ¿no? ¿Y esto por qué? Porque tenemos una apertura mucho más extensa y radical y dramática incluso que el resto de los animales. Tenemos hasta una apertura a la trascendencia. Irán algunos que puedan creer en Dios, ¿verdad? Por ejemplo, ¿no? Y una apertura también a lo que no es, como es, por ejemplo, hasta la propia muerte, ¿no? ¿Por qué? Pues nos van a decir estos autores pues porque nosotros no tenemos una naturaleza como propia que nos encadene, ¿no?, a nuestra realidad. Más bien tenemos... Tampoco ganes de hacer, lo he hecho, ¿no? Este gesto, ¿no? Estar como abiertos a lo otro y no encadenados como por una esencia que nos limita, ¿no? Y nos tiene como prisioneros de nosotros mismos. Esta apertura da lugar a, bueno, que podamos tener cuidado a las cosas del mundo. En nosotros, más que en el resto de los seres, está la vocación de atención a las cosas, del tratar con las cosas y del tratar con las cosas en la forma de la benevolencia o tratar con las cosas en la forma del sometimiento y la agresión. Pero este hecho de que nosotros nos manejamos con lo otro distinto a nosotros es fundamental. Y nos manejamos con el mundo, atendemos al mundo, lo controlamos y lo transformamos. Atendemos a los otros y los controlamos y los acomodamos también, o no, a nuestros intereses. Los amamos o los odiamos. Y también, y esto también es interesante, tenemos en nosotros la peculiaridad de tratarnos a nosotros mismos. Estamos también abiertos a nosotros mismos. La apertura, fijaros, suena como muy filosófico, pero está bien, espero que no os disguste, ¿no? A mí me parece también magnífico, ¿no? Estamos también abiertos a nosotros mismos y de una manera, de nuevo, ¿no?, que no se da en ningún otro ser. Yo que tengo un gatito, ¿no?, Ulises, me parece que el otro día también os lo enseñé desde casa, ¿no? A veces os pasará eso, ¿no? Te quedas mirando. Te quedas mirando a tu perro o a tu gato y te preguntas, oye, Ulises, ¿qué estás sintiendo? ¿Qué sabes de ti, no? ¿Qué apertura tienes a ti mismo? No, no le hablo exactamente así, ¿no? Es una poco locura, ¿no? Pero podemos hacer esa pregunta, ¿no? ¿Qué apertura tiene un animal a sí mismo? Pues no mucha. No sabe decir. Puede tener miedo, pero no sabe que tiene miedo. Puede tener un deseo y no sabe que tiene ese deseo. Puede tener una enfermedad y no sabe que tiene la enfermedad, ¿no?, en el sentido de la conciencia. Naturalmente, luego, el propio cuerpo tiene una cierta noticia, ¿no?, de la enfermedad y del miedo y actúa en consecuencia, ¿no? Por supuesto, ¿verdad? Pero no hay una conciencia de todo ello. Desde luego, no, de la radicalidad y al modo del ser humano, ¿no? Esto es lo que nos va a decir Heidegger y que va a recoger también Wiesbanger, ¿eh? Es que se trata de eso. La psicología no debería recoger esta característica que tiene el ser humano de la autoconciencia, que es una muestra de la apertura a uno mismo. Y fijaros que, en realidad, esta apertura a uno mismo no solo se da del lado de la conciencia, ¿eh? Se da también de otros lados característicos de la mente humana, como puede ser, por ejemplo, la de la apreciación o de la falta de apreciación, el menosprecio, ¿no? Entonces podemos encontrar algunas personas que se quieren mucho y saben quererse mucho y encontramos algunas personas que se desprecian, que se captan a sí mismas y sienten vergüenza de sí mismas. Un perro no siente vergüenza de sí mismo, ni un gato tampoco. Los animales no tienen esa experiencia de la vergüenza por ellos mismos. Los seres humanos sí la podemos tener porque tenemos este hecho tan fundamental de estar abiertos también a nosotros mismos. No sólo tenemos apertura al mundo y conocimiento del mundo físico o natural o el conocimiento de los otros, sino también el mundo propiamente humano. De uno mismo, quiero decir, ¿no? El mundo de uno mismo, el mundo de los deseos. Entonces puedes sentirte mal e incluso culpable por ciertos deseos que puedas tener. El mundo de las emociones, puedes sentirte bien o mal porque también depende qué emociones tengas, seguramente las vas a valorar, ¿no? ¿Vale? Bueno, avanzando un poco más, ¿no? Además, estamos arrojados al mundo, ¿no? Esta es la expresión del lanzamiento, que no sabemos cómo. Ni por qué, ¿no? Pero el caso es que estamos ahí, ¿no? Ya incluso desde el nacimiento mismo, ¿no? Nuestra madre nos arrojó en el parto, ¿no? Al mundo y nos sacó, ¿no? De ese paraíso que todos hemos perdido, ¿no? Era el Edén que hemos perdido y que ya no podemos recuperar, ¿no? Aunque a veces en nuestra experiencia ya de niños, jóvenes y adultos, ¿no? Pues intentamos recrear esa especie de paraíso uterino, ¿no? Que vivimos cuando estábamos dentro de nuestra madre. Pero fuimos arrojados al mundo, ¿verdad? Y en ese mundo que nos encontramos, la sociedad, la naturaleza, incluso hasta el propio cuerpo, porque no nos hemos hecho físicamente. Quien sea nos ha dado el cuerpo que tenemos, ¿no? Nos guste o no, estemos contentos con él o no, ¿no? Pues tenemos el cuerpo que tenemos, estamos también arrojados a él, ¿no? Esto es lo que abre la posibilidad de la caída, ¿no? De que incluso las cosas... Vayan bien o vayan mal, ¿no? Estar más allá del mundo, abiertos a los demás, ansiedad, lo que había dicho antes. Y esto Heidegger le da mucha importancia. También, ¿no? La experiencia de la ansiedad, de la angustia, dirás Artre, ¿no? De la angustia, del tener que elegir, como os decía antes con el ejemplo que había citado, ¿no? De unas prácticas de psicoterapia que he visto este fin de semana, ¿no? Pues en donde dos que hacían de pacientes, dos mujeres, ¿no? Pues estaban expresando su ansiedad y casi angustia al tener que elegir entre dos opciones vitales, la de un desarrollo personal, individual, propio, que tenía que ver con el mundo profesional, o el desarrollo, vamos, el proyecto vital de la maternidad, ¿no? Tienes que elegir. Y tienes que asumir tu responsabilidad, esto es inevitable, como consecuencia de la existencia límite. Si no tienes libertad en ti, te tienes que hacer responsable de lo que te ocurre. Y esto, la psicología humanista le da muchísima importancia, ¿no? Si no te haces responsable de lo que te ocurre, de lo que piensas y de lo que sientes, mal para la cura. La cura pasa precisamente por la asunción de la responsabilidad, ¿vale? Como consecuencia de la idea de la responsabilidad, pues puede venir la culpa, que es una experiencia también humana. No sabemos muy bien qué pasa. No sabemos muy bien qué pasa por la mente de los perros, ¿no? Pero seguramente no hay como mucha experiencia de culpabilidad. Aunque esto, bueno, tal vez se pueda discutir. Igual hay algunas investigaciones que puedan sugerir que algo así también ocurre, ¿no? Pero desde luego, en el caso de los seres humanos, sí. Se da esto, ¿no? Y el remordimiento. Asunto que también va a ser de interés de la psicología, ¿no? Muchas personas también van a la terapia, ¿no? Porque están como abrumadas por la sensación de culpa, ¿no? Con el sentimiento, la emoción de la culpa, ¿no? ¿Vale? Y, bueno, ya la última característica que va a subrayar o destacar o la que va a mirar Heidegger es el hecho de que el ser humano es un ser hacia la muerte. Fijaros, lo he puesto de esta manera, las expresiones con el guión, porque cuando se explica lo que piensa Heidegger, pues se suele poner así, ¿no? Para traducir términos alemanes que a él le gustaban hacer esas composiciones un poco con las palabras. ¿No? Este hecho de que el hombre es un ser hacia la muerte, que suena como muy casi pesimista o negativo, ¿no? Pesimista, algunos lo han dicho así, ¿no? En el caso de la filosofía de Heidegger, ¿no? Pues quiere describir lo que a Heidegger le parece fundamental y que no se puede obviar, que nosotros tenemos consciencia de la muerte. Todos los seres son seres hacia la muerte, la verdad. Por supuesto, a todos los seres les ocurre que se rompen en el caso de las máquinas, que mueren en el caso de los animales, se deterioran como las plantas. Todo lo que hay le pasa a eso. Pero hay una diferencia muy importante y es que nosotros lo sabemos, mientras que los otros seres no lo saben. Esta consciencia de la muerte es para nosotros fundamental y determina los tiempos y la biografía y el ser propio del ser humano. Y el psicólogo pensó que Heidegger también lo debe tener en cuenta. Se trata de hacer el análisis del ser del mundo. Entendiendo. Entendiendo que los trastornos mentales, psicopatológicos, son una consecuencia de la alteración del ser en el mundo. De que todas estas cosas que he dicho, que ocurren, no se viven bien. Por ejemplo, esto del ser a la muerte. Pues tú, esta experiencia que de manera más o menos consciente todos tenemos de la mortalidad y el saber que todos tenemos de la mortalidad, pues se puede ver vivir bien y se puede vivir mal. Por ejemplo. Por ejemplo, en cierto modo ahora, desde el punto de vista cultural, se podría decir que la sociedad occidental vive de una manera enfermiza la experiencia de la muerte. Porque la evitamos. Bueno, todo el mundo evita morir y se vive, por supuesto. Pero como mucho más y de modo más neurótico. Lo ocultamos. La evitamos con la estrategia de la ocultación. A diferencia de otras culturas que tenían como más delante la muerte. No escondían a sus muertos. Por ejemplo, cuando moría un familiar, pues estaba en casa y como aquí en España hace décadas, que también era un poco así, la gente moría rodeada de su familia en un entorno como más auténtico y más verdadero en sus vínculos sentimentales, emocionales y de parentesco. Pero ahora no. Es que más bien nuestro familiar que ha fallecido como que lo ocultamos. Está en el hospital y cuando muere rápidamente los enfermeros se lo llevan fuera, sale por la puerta trasera. No queremos tener la experiencia de la muerte. Incluso a los niños, a los jóvenes se les aparta, se dicen no, no, no, no lo puedes ver, que te vas a traumatizar. Estamos escondiendo ese lado como de negativo, entre comillas, del existir. Igual que con la vejez y la enfermedad, la vejez, la enfermedad y la muerte lo queremos camuflar. No voy a insistir mucho en esto porque me parece que se puede ver con bastante claridad. ¿Cómo se da una sociedad que hace eso con amor? Pues una sociedad un tanto enferma y las personas concretas como que también. Entonces, si uno está como ocultando esa disposición a la muerte, no viviendo desde la aceptación de esta característica, pues como que mal asunto. El creer que no existe la muerte o que vamos a ser inmortales. Pues eso genera disposiciones neuróticas, ¿no? Por decirlo así, ¿verdad? Entonces, Miss Langer va a señalar que pueden darse trastornos mentales como consecuencia de la alteración de esta manera de estar en el mundo. El ser en el mundo tiene una estructura, puede ser estudiado, descrito y cambiado porque hay personas que, por ejemplo, eso, que quieren vivir en una eterna juventud, que tienen el síndrome de Peter Pan. Por ejemplo, ¿no? Como que mal asunto. Que no es un mundo propio, pero un mundo que igual no es funcional, ¿no? Que habría que intentar como modificar o corregir, ¿no? Puede ser rectificado, ¿no? La psicoterapia pretende captar el proyecto existencial, por supuesto. Esto es muy típico de la psicología humanista. Dígame qué es valioso para usted, qué es lo que le mueve, ¿no? ¿Qué es para usted fundamental? Dígamelo, cuéntenme su proyecto vital, ¿no? Y vamos a trabajar con él. Vamos a ver hasta qué punto es funcional sin hacer valoraciones moralistas, tal vez, o moralizantes, ¿no? Tal vez eso no es adecuado, pero igual sí podemos charlar acerca de si ese proyecto existencial que usted ha elegido va a ser funcional y va a permitir a usted la calma, incluso la felicidad o los vínculos sociales, las relaciones de pareja o no, ¿no? Vamos a examinarlo. A ver, su proyecto vital, ¿verdad? Busca ayudar a asumir la propia existencia en toda su plenitud. Esto es muy bonito, ¿no? Bien. Se trata de ayudar a la gente a llevar una vida plena, una vida desde la autenticidad. El auténtico significado es el que las personas construyen por sí mismas. No intentes imponer significados, que para ti igual vale poco, para la otra persona, sin embargo, pues como que puede ser muy valioso, por supuesto, ¿no? No, no, perdonad, hoy le he contado a un amigo, una cosa un poco personal, bueno, que me ha apuntado a clases de tango, ¿no? Y entonces, pues claro, esa persona se ha reído un poco y dice, bueno, a tu edad así te pones, y tú te pones a estudiar tango, ¿no? Pues mi amigo, pues como que no estaba entendiendo el significado que puede tener. Para mí ese baile, ¿no? El tango, ¿verdad? Es que, bueno, no vayas con prejuicios, ¿no? Interpretaciones de antemano de qué es lo valioso para uno, porque los significados pueden ser distintos. Igual que en mi caso, pues hay cierto tipo de aficiones que yo no las entiendo como mucho, ¿no? Por ejemplo, la afición tan exagerada que tiene tanta gente con el fútbol, yo la verdad que no la acabo de comprender. Pero bueno, eso es, ¿no? Cada uno tenemos, son cosas muy obvias, ¿no? Por otro lado, ¿no? ¿Vale? Significados. Y construyen su significado mediante el proceso de toma de decisiones. Dos modos básicos de tomar decisiones, esto es muy importante, nos queda muy poco tiempo. La elección de futuro o la elección de pasado. ¿Hacia dónde miras cuando haces lo que haces? Hay gente que mira hacia el pasado. Y claro, sabemos que ese tipo de elección, el atender al pasado, como que mal asunto. Vives desde la depresión, porque igual recuerdas acciones terribles que te hicieron tus padres o gente, cuando eras pequeñito, ¿no? Gente adulta, ¿no? Y estás ahí prisionero casi desde el rencor y desde el enfado, que igual no puedes remediar porque ya nada se puede hacer, ¿no? Y no te lo puedes quitar ahí de tu emocionalidad, ¿verdad? ¿Verdad? Elegido el pasado. O el pasado grato también, ¿no? Pero ahí vives desde la melancolía y no estás abierto a las nuevas experiencias. Entonces, en general, para la psicología humanista, te van a decir los psicólogos humanistas que esto de atender al pasado como que no es buena elección. Porque impide el crecimiento. Por supuesto. Estás ahí como añorando esta idea, yo creo que no es verdadera, ¿no? Todo el tiempo pasado era mejor, ¿no? Pues no es verdad. ¿Cómo va a ser mejor el tiempo pasado? Han ocurrido cosas terribles en el pasado, ¿no? Eso para nada. Pero hay gente que sí está como muy enganchado a eso, ¿no? Sobre todo a partir igual como de una cierta edad, ¿no? La elección más adecuada para la salud mental sería la elección del futuro, ¿no? Es la que más facilita la autorrealización. Porque tiene que ver con el tener motivos para el existir. Y el estar, por tanto, ilusionado. Si tú no estás ilusionado, no vas a tener motivos para existir. Y vas a acabar incluso en las opciones más terribles, pues hasta suicidándote, ¿no? Porque ya no tienes ilusiones por la vida. Ya no te hace gracia ni valoras la vida. No estimas la vida, ¿no? Si tú estimas la vida, enseguida van a ponerse en ti como propósitos, ¿verdad? Vas a tener ilusiones que vas a intentar realizar, ¿no? Y te vas a poner en el modo acción, ¿no? Que es algo que está también bastante bien. Por supuesto que esto de estar en el futuro tiene sus riesgos, ¿eh? Eso también hay que comentarlo. No da tiempo. Pero también habría que decir que, por supuesto, que vives tal vez demasiado en las expectativas, ¿no? Hay que controlar también un poquito esto, ¿vale? Y en las diferencias individuales, pues él creyó que, pues también hay que fijarse, el terapeuta te va a pedir que te manifiestes, ¿no? En cuanto a cómo eliges, ¿no? Desde tu propio sentir, desde tus propias valoraciones o desde las valoraciones de los demás, ¿no? Si vas a las fuerzas externas, ¿verdad? A lo social que te está ahí como empujando a la acción, vives en el conformismo, ¿no? Pero si más bien, ¿no? Te atreves tú a elegir a partir de tus propios criterios y tomas elecciones propias, vivirás desde el ser auténtico, ¿no? ¿Vale? Entonces eso también hay que tenerlo en cuenta en la terapia, ¿no? Nos va a decir este autor. Psicopatología existencial. Muestra especial interés por los estados que incluyen la falta de significado, ¿vale? Vamos a dejarlo un poco así, aquí. No he avanzado mucho, pero bueno, me parece que era un poco necesario comentar todo esto, ¿no? ¿Vale? Sobre todo, fijaros en este último punto que es una idea bonita. Se trata de captar significados y de darle importancia a los significados a la hora de entender a la gente. Podemos concluir así, ¿vale? Bueno, pues lo dejamos así. ¿De acuerdo, Samuel? Apago entonces.