Se empieza a grabar ya. Bueno, parece que ya hemos empezado a grabar. Bienvenidos a la tutoría de hoy de Historias y Ideas Políticas. En la parte en la que estábamos el último día, en la parte del liberalismo post-revolucionario, post-revolución francesa, vimos en las anteriores tutorías la parte continental, la parte francesa, hablamos de Constante, hablamos de los... hablamos de Torqueville y del resto de las tendencias de ese liberalismo post-revolucionario en el caso continental, en el caso francés, que es el que, de cierta forma, define un poco el canon, el dogma del liberalismo continental en esos momentos. Y ahora nos vamos a ir a un caso particular, que es el otro lado del espejo, la parte continental. El caso del liberalismo post-revolucionario, post-revolucionario, pero inglés. Con lo cual vamos a tener todas una serie de condicionantes típicos que ya siempre observamos cuando vemos la diferencia entre el pensamiento político, muchas veces contemporáneo, continental o bien insular, británico. Lo vimos ya un poco al hablar... de las diferencias que había un poco entre Bodín y Hobbes, y lo vamos a ver ahora también al ver la visión tan peculiar que van a tener la versión del liberalismo postrevolucionario británico que va a ser el utilitarismo. El utilitarismo tanto como doctrina política, como doctrina ética, moral e incluso social, podríamos decir, en el caso ya de autores como Stuart. Bueno, como siempre, en el caso inglés partimos de dos elementos muy importantes. Siempre que vemos el contraste entre el mundo continental, ya desde la Edad Media, con el mundo británico, siempre vamos a ver el énfasis muy individualista que va a existir. En el mundo británico, por otro lado, también un énfasis empirista. Mientras que, en cierta forma, en la Edad Moderna, el pensamiento continental era más cartesiano, más racionalista, los autores británicos tendían a una versión que, si bien aceptaba también principios del racionalismo, tendía más hacia el empirismo, hacia tomar como base la experiencia. Y una aproximación a la realidad, ya fuera física, ya fuera química, ya fuera científica, ya fuera filosófica, ya fuera en este caso política basada en la experiencia, en los hechos comprobables empíricamente. Por tanto, establecer primero los hechos demostrados empíricamente y no tanto basar el análisis en la pura construcción racional. En cierta forma, no lo reduce en todo a la lógica, no lo reduce en todo, como diría Burke, a las meras abstracciones de la razón, sino que, aun utilizando la razón, entienden que hay que partir de un elemento, en cierta forma, empírico, material, que esté en la realidad material directa, lo que se pueda ser comprobable históricamente en la realidad social de ese momento. Y que, por lo tanto, pueda servir de base para una elaboración ya intelectual, ya racional. Eso por un lado, la influencia del empirismo. En el caso del utilitarismo, una de las influencias más directas de este empirismo británico va a ser Hume, David Hume, que ya hablamos un poco de pasada al hablar de la ilustración. Antes de meternos un poco en la cual va a ser la influencia de Hume, en puntos concretos del utilitarismo, vamos a citar también la otra influencia que va a tener el liberalismo. De tipo utilitarista. Habíamos comentado, ya al hablar de Burke, de la época de Burke, que Burke destacaba que había una tensión en su época que coincidía con la Revolución Francesa. Entre los old wigs, los antiguos liberales y los new wigs. Los new wigs eran esa tendencia un poco más radical dentro del partido wig, del partido que luego se ha llamado liberal inglés, que en cierta forma eran partidarios de la revolución francesa, de los ideas de la revolución francesa y hacer un cambio total revolucionario de la sociedad, un cambio más radical de la sociedad. Mientras que los old wigs, a los cuales dará carta teórica Burke, eran más bien partidarios de una reforma progresiva del sistema. Los utilitaristas en cierta forma van a ser herederos de esos new wigs, pero tamizados a través del efecto, que ya comentamos un poco de Schock, que va a tener la revolución francesa y sobre todo el periodo del terror. Que en cierta forma va a crear un miedo en todo el movimiento liberalista. Liberal en general, de todos los que luego se denominaran liberales, a precisamente que se produzcan los excesos que se habían producido durante ese periodo de los jacobinos. Esa tiranía, esa dictadura basada en teóricamente el refrendo popular. Un refrendo popular básicamente basado en esa construcción un poco vaga de voluntad general en la cual en cierta forma los jacobinos consideraban que ellos tenían el conocimiento de lo que era. Que quería el pueblo y lo que. que el pueblo necesitaba. Y de resultado de eso, pues vimos que había ese miedo posteriormente en todo liberalismo, que va a inundar el liberalismo de esta época y va a continuar en el liberalismo posterior, a la tiranía de las mayorías, el hecho de que las mayorías socaven los derechos del individuo, por ejemplo el derecho a la vida, que había sido cercenado directamente durante la Revolución Francesa, pero otros derechos como el derecho a la propiedad, en el caso de los franceses también había habido grandes expropiaciones en los lados nobles y también a la iglesia, y por lo tanto hay la necesidad de proteger una serie de elementos nucleares del individuo, aquellos en los cuales se entiende que ese ámbito privado, ese ámbito de derechos esenciales que el Estado no debe tocar, porque de cierta forma acabarían con el propio... el propio individuo y con la propia autonomía, palabra importante del individuo, el liberalismo va siempre a enfatizar la autonomía del individuo, y por lo tanto los New Wicks, aunque herederos de esos... También esta idea de que hay que tener una cierta cautela con respecto a esos excesos que puede dar lugar una política derivada de ese abuso de poder del Estado a través del teórico refrendo de las mayorías. En cierta forma, evitar el populismo y a través del populismo se creen gobiernos autoritarios, dictatoriales que realmente eliminen el sistema de libertades. Por lo tanto, van a intentar reformular ese liberalismo un poco más radical pero haciendo estas salvedades, intentando evitar estas cuestiones indeseables que de cierta forma también había anunciado un poco Burke desde el lado conservador. Bueno, dicho esto, vamos a entrar un poco ahora a cuál va a ser la herencia jiumiana o jiumeana, no sé cómo decirlo, del imperialismo. El imperialismo de Vigión en estos utilitaristas. Básicamente va a consistir sobre todo en una profundización en esa idea empirista, la idea de que hay que partir siempre de elementos observables, de elementos comprobables en la realidad, de elementos empíricos, de la experiencia comprobada y a partir de eso tiene que actuar la razón, no antes. Y la razón debe siempre adaptarse a esos elementos empíricos, no al revés. No debe adaptarse la realidad de la razón, sino la razón a esa empiria de lo real. Bueno, entonces, lo primero que hacen, y lo que nos interesa básicamente en el caso de la teoría política y que había ya hecho en parte Hume, es hacer una crítica muy fuerte del justnaturalismo. Justnaturalismo que siempre partía, en cierta forma, tanto los clásicos como de Vitoria, como Cicerón, como los tanto antiguos como medievales, como de época moderna, como digo, el caso de Vitoria o de Grocho, partían siempre de unos elementos que en cierta forma se consideraban nucleares. Nucleares y que no se debían tocar. Eran principios que se entendía que eran válidos por sí mismos. En el caso de Locke, era muy claro. Los tres principios básicos de los cuales Locke nunca va a cuestionar y desde los que deriva toda su... Toda su teoría política son la vida, la libertad y la propiedad. Considera que estos, en cierta forma, son parte constitutiva del ser humano. Son derechos universales e indineables. En cierta forma, continúa con esa línea, como digo, del justnaturalismo que entiende que hay unos derechos en los cuales cualquier individuo, por el hecho de serlo, cualquier ser humano, por el hecho de serlo, tiene por su propia naturaleza. Y que si son privados, son privados artificialmente a través de la coerción, a través del dominio, a través de cuestiones que, de cierta forma, socavan esos derechos que, si no, el individuo tendría por su propio carácter natural. Bueno, esto nos llevaría a algo que ya vimos de la discusión entre Locke y Hobbes. Bueno, pues critica este ius naturalismo porque considera que, de hecho, parte de, al ser, de cierta forma, partir siempre de unos principios que nunca se cuestiona, parte de hechos no observables, parte de hechos no empíricos. Esto es a lo que ya comentamos un poco al hablar, si no recuerdo mal, de Hume con la crítica que hará Hume a Locke. En el hecho de que... Se basa siempre de principios a priori, desde los cuales, asiomáticamente, casi por deducción, va extrayendo el resto de las conclusiones. Hume entiende que esos principios a priori de los que parte Locke no son a priori, son a posteriori, son la vida, la libertad y la propiedad. No son tanto cosas que tengamos por naturaleza, que directamente nos sean dadas por definición nada más al hacer. Sino que, de cierta forma, son un resultado, son un resultado de... ... de la aplicación de un principio que veremos ahora dentro de un rato que es el principio de utilidad por lo tanto no son cosas que se dan a priori son cosas que los principios los principios de natural yus naturalismo nunca son cosas que dan a priori y lo que existe realmente no es una ley universal una ius naturalis una ley abstracta universal en cual cierta forma se va reflejando en las legislaciones particulares sino que lo que existe literalmente es el derecho empírico, el derecho real las leyes tal y cual han sido redactadas con su historia, con su tiempo, con sus circunstancias por lo tanto van a hacer esa crítica al ius naturalismo como falta como falta de fundamento al no ser empírico por lo tanto al no basar esos derechos que van a defender los liberales y también los utilitaristas en esos principios ius naturalistas hay que buscar una forma de justificarlos hay que buscar una forma de buscar no a priori sino a posteriori justificar la vida, la libertad, la propiedad y todos los derechos derivados tipo el derecho del pensamiento el derecho de expresión, de libertad de asociación que de esta forma derivaría en el pensamiento liberal de esta época de todos esos derechos de esos tres derechos privados ¿Y cuál es este criterio? Por lo tanto hay que plantear un nuevo criterio, un nuevo criterio básico que en cierta forma fundamente la ética y la política otra vez. No en principios abstractos sino en algo que podamos observar empíricamente. Y este nuevo criterio va a ser lo que ellos llaman el criterio de utilidad, lo que es útil. Para ello parten de su concepción profundamente individualista. De nuevo, los liberales son en principio individualistas metodológicos con ciertas concesiones y ciertas salvedades como vimos en el caso de Constant al hablar de los deberes cívicos. Pero en el caso inglés van a ser radicalmente individualistas. Lo cual no quiere decir que al contrario que pensaba Constant que se acusaba de ser meramente una filosofía política meramente egoísta, lleguen a ser individualistas. No llegan a tener un cierto componente en el cual lo cívico se dé la mano de ese individualismo en cierta forma autónomo del individuo. Básicamente parten de un principio hedonista, un principio hedonista que puede remitirnos un poco en la antigüedad a lo que decían los epicureístas. ¿Cuál es lo más básico en el ser humano? Pues el ser humano... Busca lo que le sienta bien y evita lo que le sienta mal. Busca el placer y evita el dolor. Busca lo que le beneficia y evita, intenta evitar lo que no le beneficia. Por lo tanto, el placer y el displacer es un elemento, en cierta forma, innato básico de la naturaleza humana. Y por lo tanto, parte de esa ética hedonista. Hedonista. Buscar el placer y evitar el dolor. ¿Cuál es la forma de reenganchar esto y a través de este principio hedonista restablecer racionalmente una ética y una política? Pues básicamente, como digo, a través de este principio de racionalidad. Y lo que van a hacer es, este principio de utilidad que ya había sido planteado por Jung, lo van a desarrollar y lo van a convertir en un principio que permite en cierta forma establecer un cálculo racional de utilidad. Lo que es más útil, lo que beneficia más, lo que perjudica menos, eso va a ser el criterio en el cual a través de un cálculo se pueden establecer criterios éticos válidos. No ya criterios éticos a priori, sino criterios éticos que estén derivados precisamente de esta utilidad a través de lo que es bueno y lo que no es bueno. lo que es bueno o deja de ser bueno y en el caso, no ya del individuo sino ya entrando en la comunidad cívica, en la comunidad política ¿cómo se establece? ¿cómo se restablece esos principios cívicos a través de estos principios egoístas? Pues precisamente considerando que de la misma manera que el individuo busca lo que le da placer y evita lo que le da desplacer busca la felicidad y evita la infelicidad, de igual manera la comunidad, que ellos no entienden como un ente autónomo entienden como un agregado de individuos pero en tanto que agregado de individuos cada uno de esos individuos va a tener sus deseos sus necesidades, va a tener una serie de cosas en las que a veces van a coincidir y esa coincidencia de intereses lo que hace feliz lo que beneficia al mayor número de individuos aislados que forman esa comunidad en cierta forma es un criterio ético porque en cierta forma lo que beneficia a la mayoría toda esa cantidad de individuos agrupados, sumados uno a uno pues termina convirtiéndose en un criterio de cierta forma bien público. Lo que es bueno para la mayoría de la comunidad, al final es el criterio de lo que es bueno Es el criterio de bien público. Bajo este principio, bajo esta frase que va a acuñar el padre de esta corriente utilitarista, aunque había ya el precedente de Enza, que va a ser Diego de Ojún, que va a ser Penza, que va a ser esta frase de la mayor felicidad para el mayor número de personas. Esto es el principio básico del que parten para establecer esta ética política los utilitaristas. En el caso individual, lo que busca el individuo obviamente es buscar el placer y evitar el displacer, y en el caso de la comunidad política, de la comunidad cívica, lo que es equivalente a esto es esta ecuación de la mayor felicidad para el mayor número de personas. Eso es igual para ellos al bien público. Luego veremos también la problemática que hay con esto y cómo esto se coordina en cierta forma con el tema de proteger al individuo, que de cierta forma sigue siendo la célula base y que no puede ser supeditado ni siquiera a través de este principio de mayor felicidad para todos. Ni siquiera pueden ser supeditados sus derechos totalmente a esta mayoría de la comunidad y también proteger a las minorías. Las minorías también, pero entendidas también como defendidas. Defendibles en base a que son conjuntos de individuos y que los individuos siempre tienen que tener un ámbito de protección que no se deben nunca tocar. Por lo tanto, siempre valor reductivo del individuo, criterio de utilidad y este principio que permite extenderlo a la comunidad que es la mayor felicidad para el mayor número de personas. Sería un colorario de este principio utilitarista de buscar la mayor felicidad para uno mismo. La comunidad también busca la mayor felicidad para uno mismo a través de este cálculo en el cual establecemos cuál es lo que hace beneficia más a la mayor número de miembros de esa comunidad. No podemos contentar a todos, por lo tanto, contentemos, según dicen los utilitaristas, a la mayor parte y eso convirtamos en un criterio de bien público, de ética pública. Y vamos ahora al primer autor, el autor que en cierta forma va a acuñar este término utilitarismo. Si bien el criterio de utilidad, la idea de utilidad y estas ideas están, como digo, ya en Hume y los filósofos utilitaristas actuales, que hay una corriente dentro de la ética utilitarista, ponen dentro de los padres fundadores a Hume, realmente el que va a acuñar el nombre de la corriente, el que le va a dar sus... lo va a definir un poco más, va a ser Jeremy Bezan. Jeremy Bezan es un sujeto que, como veis, cronológicamente se encuentra camino a caballo entre... el siglo XVIII y el XIX. Él será, al igual que otros autores como Constant, que es un poco más joven, va a ver por un lado la revolución francesa, por lo tanto se va a ver en cierta forma horrorizado, va a sufrir el shock de ese periodo del terror de la revolución francesa y al mismo tiempo también va a conocer la primera parte del siglo XIX. Es un periodo de transición en toda Europa y es un periodo de transición muy importante en Inglaterra, porque ese periodo de mediados finales del XVIII en Inglaterra es el periodo en el que Inglaterra se convierte en una gran potencia económica, empieza la revolución industrial. Pero en la época de Benson todavía la revolución industrial estará, de cierta forma, empezando a nacer, empezará en el último siglo, en las últimas décadas del XVIII es cuando empiezan a crearse las primeras máquinas. Entonces, Benson todavía conocerá una revolución industrial muy incipiente y no será tanto un problema como lo será, por ejemplo, autores posteriores también utilitaristas como John Stuart Mill, que ya vivirá la revolución industrial en su pleno desarrollo con grandes máquinas, el uso masivo del vapor y todo un gran desarrollo. económico-industrial, una sociedad totalmente distinta a la que va a conocer Benzán, que de cierta forma está ahí a medio camino entre esos dos siglos según un cierto aspecto de transición. Bueno, Benzán, por un lado, va a plantear una alternativa en su teoría a las teorías contraactualistas y con teorías contraactualistas, obviamente, el contrato social de Rousseau, que es una de las dianas favorizadas del liberalismo por revolucionario de esta época, por los problemas de esa atribución de un efecto en esa política de los jacobinos y en la época del terror. Pero también va a hacer una crítica a la teoría contraactualista propiamente liberal de Locke. Va a hacer una crítica general, de hecho, de la teoría contraactualista. Va a negar las teorías contraactualistas porque él entiende, partiendo de nuevo de ese criterio profundamente empirista, radicalmente empirista, que no son realistas. No se basan en hechos verificables, no se basan en la historia, no se basan en la realidad de las sociedades que existen y que han existido. Porque él considera que ninguna sociedad ha surgido como se describen las teorías contraactualistas. Ninguna sociedad ha surgido por un acuerdo voluntario de individuos que hayan decidido formar voluntariamente Y una sociedad, sino que ha salido a través de la coerción, a través de la guerra, a través de la imposición de unas élites por la violencia a otros, a través de la conquista, a través de enfrentamientos civiles. Así es como han surgido las sociedades, a través de la violencia y a través de la coerción. Por lo tanto, no es válida y por no ser real la idea de un contrato social. Y es un principio, de cierta forma, que, como dirían también los conservadores Burke, es una abstracción de la razón y que, por lo tanto, ni siquiera merece la pena considerarlo como base. Esto no quiere decir que Benzán considere que la violencia debe ser la base de la vida social, como pensaba de cierta forma Hox, que entendía siempre. Que el único cemento de la vida social, de la vida política, era el miedo, la coerción. Benzán no considera esto. Benzán va también a recibir la idea de Hume de lo que él llamaba la crítica al… ¿cómo se llama? La falacia naturalista. La falacia naturalista en la cual Hume dice que el hecho de que algo tenga un determinado origen, que originalmente… haya tenido esa forma, ese carácter… no predetermina que se vayan a ser siempre las características y el carácter de eso que ha surgido así. Que no hay un determinismo natural, que el hecho de que la sociedad sea nacida por violencia no significa que las sociedades no vayan a basarse siempre en la violencia y que no puedan llegar a una evolución en la que haya unas reglas de convivencia más pacíficas, más pacíficas, más armónicas, menos coercitivas y más agradables para la vida. De cierta forma lo que está aquí es la idea de progreso. La idea de progreso y que no hay un determinismo natural y que los orígenes no condicionan el carácter, una naturaleza estática de las sociedades ni del ser humano. El ser humano parte de unas propensiones, parte de unas condiciones pero eso no quiere decir que esté atado a ellas. No hay un determinismo, si lo trasplantamos en nuestro contexto global, no habría un determinismo biológico. Aunque las sociedades humanas de primates hubieran tenido determinados comportamientos agresivos eso no condiciona que luego las sociedades humanas a través de la cultura ya han podido desarrollar formas de convivencia más armoniosas, más pacíficas y exentas de tanta violencia. No hay ese determinismo. El ser original... no se convierte en un deber ser. Lo que es, no es necesariamente lo que debe de ser y no determina lo que debe de ser. Esa es la... Esa es la formulación de la falacia naturalista. El ser no es el deber ser, no es lo mismo. Y por lo tanto, lo que fue no tiene por qué convertirse en lo que va a ser necesariamente una sociedad. Y esa es la idea que tiene Benzán. Y su idea de reforma política precisamente se basa en esa idea. La idea es que sociedades pueden progresar y pueden llegar a soluciones más tradicionales precisamente a través de ese criterio de utilidad más pacíficas y más prósperas. La otra crítica que va a hacer, por un lado, teorías contraactualistas que otras corrientes del liberalismo defenderán y en cierta forma sostendrán incluso hasta ahora. Y otra crítica que va a hacer es al naturalismo de nuevo. Y en concreto a la idea de derechos del hombre, que considera igualmente irreal. Considera irreal y considera que el hombre no nace a priori con una serie de derechos. Igual que las... Naciones no nacían por la voluntad casi plebiscitaria de sus miembros. El hombre no nace con una serie de derechos. Lo cual no quiere decir, de nuevo esa idea de la falacia naturalista, que no se pueda cimentar a posteriori un régimen de derechos, un régimen de libertades. Pero pensar que esos derechos son en cierta forma algo con los que el hombre ya posiblemente es el hecho de serlo, los posee, es algo ilusorio históricamente, según Nelson. Por lo tanto, si las sociedades no salen, no surgen mediante el contrato, y los derechos civiles, los derechos del individuo, no salen, no son algo que Beck procedga de un derecho natural, hay que buscar una fundamentación para el sistema de libertades, el sistema de libertades individuales y las libertades cívicas, a las cuales no renuncia porque obviamente es un liberal. Pero hay que fundamentarlo según Clinton. Y que tenga, no ya parte de estos principios metafísicos, abstractos, puramente racionales y sin ningún apego a la realidad, sino de principios racionales y que puedan ser comparables con la realidad, que puedan ser empíricos. Y para ello va a utilizar, como dijimos, le adelantamos hace un momento, el criterio de utilidad. El criterio de utilidad que sería la base de la moral. La moral se basaría en cierta forma... En la utilidad general. Lo que es bueno es lo que es útil. Establece esta equivalencia a Benson. De nuevo, como digo, pues partiendo de esa base hedonista e individualista. No obstante, y respondiendo un poco a la crítica que hacía Constant del utilitarismo y de Benzán, diciendo que era, en cierta forma, una visión del individuo que partía de una visión puramente egoísta en el individuo, que solo buscaba sus propios intereses, que no tenía ningún tipo de capacidad de altruismo. No obstante, a pesar de ese carácter profundamente individualista y hedonista, Benzán se iba a incluir algo a través de lo que se puede recuperar un cierto altruismo del individuo hacia los demás, que es lo que él llama el papel de la sanción de simpatía, que él toma de Adam Smith. No de la riqueza de las naciones, no de su tratado de economía, sino de su tratado ética, la llamada teoría de los sentimientos morales. En la teoría de los sentimientos morales, Adam Smith defendía la importancia de los sentimientos y de la existencia de un sentimiento prosocial que permitía al individuo, siendo egoísta, buscando sus propios intereses, siendo profundamente centrado en sí mismo, en cierta forma, convertirse en altruista y tener un comportamiento altruista y, en cierta forma, basar una convivencia social. Y este principio era el principal. El principio de simpatía. Simpatía no en el concepto que le damos nosotros, sino en el concepto etimológico que le daban los griegos, que significa simpaceia, es decir, sentir como. En cierta forma, esta simpatía es lo que nosotros llamaríamos empatía, la capacidad de, en cierta forma, sentirnos próximos a los sentimientos de los otros, de empatizar con los sentimientos de los otros, de ser simpáticos con lo que ocurre a los otros. Cuando alguien sufre o tiene una alegría, pues nosotros, en cierta forma, simpáticamente, a través de nuestra capacidad innata de empatía, nos vemos también, en cierta forma, gratificados o disgustados por ese placer o displacer que está sufriendo otro. Por lo tanto, el individuo no... No se ve simplemente gratificado o castigado por el placer o el displacer que le sucede a él directamente, que le afecta a él, sino también vicariamente, y esto los teóricos con la psicología conductista lo desarrollarán posteriormente en época contemporánea, sino también a través, vicariamente, a través de el placer o el displacer que sufren otros. Y eso constituye, en cierta forma, un refuerzo. Cuando algo... Cuando algo le va bien a otra persona, eso no sale ahí. Por simpáticamente. De cierta forma ese elemento prosocial nos hace que nos alegremos o nos disgustemos de las cosas que le suceden mal o bien a otros. Y por lo tanto, ese instinto de simpatía, de empatía, nos va a motivar que tengamos una conducta en la cual no sólo miremos nuestros intereses individuales, sino también intentemos tener una conducta que beneficie a los demás. Porque cuando esos demás se ven beneficiados, eso a su vez también nos produce un placer en nosotros, también nos produce algo que nos agrada y que de cierta forma reafirma, refuerza, como dirían los psicólogos conductistas, nuestro propio comportamiento. Y entonces hace que tendamos a, de cierta forma, comportarnos bien con los demás, seguir una serie de valores éticos, de premisas éticas, de premisas morales. No ya sólo porque nos atañan. No ya sólo porque nos atañan a nosotros, sino también porque cuando afecta eso a los otros, pues nos sentimos también concernidos por eso. Esa es la idea que va a permitir, en cierta forma, reconstruir una idea de altruismo a través de una base puramente egoísta. A través de ese refuerzo que siente el individuo egoístamente, a través de ese beneficio y ese placer que va a sentir al ver que los otros sienten placer o ese disgusto, El individuo va a tener una tendencia también a tener comportamientos altruistas. No es el hombre luchando contra el hombre de Hobbes. Es un hombre que tiene capacidad para hacer el bien y se siente bien cuando hace el bien y cumple una serie de normas morales. De cierta forma, en Benzán hay un equilibrio entre los aspectos más negros que destacaba Hobbes y, por otro lado, esos aspectos de capacidad prosocial que veía Locke, pero sin basarse en principios innateralistas. Esto todo va a hacer que Benzán sea un autor con un profundo compromiso social. Perdón, tengo un poco mal la garganta. Compromiso social que le va a hacer implicar... ...en planes de reforma política. Por reforma política que le va a entender que debe hacerse a través de la legislación. Y en este sentido va a hacer una crítica muy fuerte al derecho tradicional inglés. Ese derecho que, como dijimos al hablar de Burke, era de tipo constitucional. Estaba basado en las leyes tradicionales que se habían creado a lo largo de la historia, pero también se creaba a través de la interpretación que los jueces hacían completando esa ley tradicional con sus propias sentencias, con la jurisprudencia, ese carácter jurisconstitucional que aumentaba gracias a las sentencias judiciales. Es lo que los ingleses llamaban el common law, el derecho común. Bueno, Benson va a considerar que este derecho común, al contrario de lo que consideraba Burke, no es racional. Burke consideraba que el common law era, en cierta forma, una cúmula de experiencia que históricamente se había ido depositando, en cierta forma, en esas normas legales. Y que, en cierta forma, era una razón probada a través de la experiencia y comprobada, en cierta forma, experimentalmente a lo largo de la historia. Bueno, Benson tiene una visión muy distinta del common law. Considera más bien que es un conjunto inconexo de normas, de disposiciones legales, de antiguallas, muchas veces obsoletas y que no responden ya a la realidad de la sociedad y que simplemente se mantienen ahí y que no crean un corpus de derecho coherente ni, desde luego, racional y nuevo que cumpla con ese criterio de utilidad. Muchas leyes que, por ejemplo, hay el caso de las leyes obsoletas pero que nunca se han hecho. Que nunca son derogadas. Era el ejemplo que podría poner Benson de irracionalidad esta. de este common law. Por ejemplo, la ley que salió hace algunos años que se derogó en Islandia por la cual se permitía a cualquier ciudadano islandés matar a un vasco. A un vasco por una cuestión que había habido en la moderna del conflicto con los marineros vascos pues esa ley nunca se derogó y hasta el día de hoy había derecho a matar sin ser juzgado un vasco, que nadie obviamente hacía, nadie iba matando al primer vasco que aterrizaba en Islandia, pero no se derogó. Y por lo tanto, esas ideas y leyes anticuadas que ya no responden a la realidad, que incluso a veces se contradicen unas a otras, porque de cierta forma es un derecho que se ha ido formando un poco sobre la marcha, Benzán considera que tiene que ser eliminada, que hay que hacer una reforma, que hay que eliminar el common law, que el common law no puede ser una legislación que crea un buen gobierno y una buena sociedad en Inglaterra. Y lo va a sustituir, paradójicamente, aunque no cree en el contrato social por la idea de constitución. No cree en la constitución como un contrato social, pero sí que cree en la constitución como un texto legal básico que en cierta forma defina unas bases racionales basadas en la utilidad pública y en la defensa de una serie de derechos y que a través de estas leyes, pues en cierta forma se puede explicar crear una base sobre la cual la legislación posterior tenga que actuar. Es la idea de esa constitución como ley de rango superior a la cual las leyes que posteriormente sean aprobadas en los parlamentos tienen que ajustarse porque en cierta forma es la ley que refleja en cierta forma las bases del sistema, del sistema político y del sistema legal. Pues esa idea de constitución va a incidir mucho en ella Jeremy Benson, no tanto como contrato social a la manera russoniana sino como, en cierta forma, expresión de unas bases racionales sobre las cuales desarrollar una nueva legislación, eliminando esa ley tradicional, ese cruce primario. Y de hecho, Jeremy Benson va a estar muy activo en la creación de distintos textos constitucionales. Incluso... Eso es el caso, por ejemplo, las repúblicas iberoamericanas cuando se independicen de España, muchas de ellas van a pedir a Benson que les envíe proyectos de constitución y Benson va a enviar proyectos de constitución basados en los principios utilitaristas a esas repúblicas latinoamericanas. Como cosa curiosa, Jeremy Benson básicamente lo que hacía era cambiar algún punto y el nombre de la república al que lo mandaba, pero... Entendía que su constitución tal y como él la había establecido pues era aplicable básicamente a cualquier sistema de tipo liberal que se pudiera plantear. Entonces básicamente era un texto copiado y pegado. Bueno, pero dejando esto un poco al margen... La idea que estaba detrás de esto era que la ley debía estar definida por principios racionales y como criterio básico para establecer la ley era la utilidad. En este sentido se nos plantea cuál es el fin de la ley, cuál es ese fin de utilidad que tiene que buscar la ley, cuál es el fin de la ley. Es un problema que se repite a lo largo de toda la teoría política. Pero cuál es la solución que da Benzán dentro de esta teoría utilitarista. Pues básicamente, muy somero. Dice que la ley tiene que ocuparse de algo muy concreto. Evitar los daños y por otro lado garantizar los derechos. Garantizar los daños y evitar los daños. Casi, podemos decir que es una equivalente de la búsqueda del placer y la evitación del displacer. El placer. Los derechos, equiparado a los derechos y el displacer los daños. La legislación que intenta evitar punitivamente las injurias, en cierta forma, lo que va contra los derechos legales y por otro lado también la que intenta garantizar una serie de derechos, la libertad, la libertad de opinión, de expresión, todo eso que en cierta forma redunda en el bien del individuo y también en el bien de la comunidad en general. Y además también va a incidir mucho en la idea de que los sistemas políticos, los sistemas políticos deben ser sistemas de Estado de Derecho, en los cuales debe de haber un cierto conjunto de leyes fijas y estables. Debe de haber lo que se suele llamar seguridad jurídica. Y él entiende que sin esa seguridad jurídica no es posible el desarrollo político, tampoco económico ni social, de un país. Es esa idea tan repetida muchas veces de cuando hay una determinada legislación, los liberales hablan de que esto va a alterar la seguridad jurídica, va a afectar los mercados, porque la inversión se va a retraer, porque este cambio constante de leyes afecta la seguridad jurídica. Esa idea, en cierta forma, es la que ya está aquí apuntando, pensan, la idea de seguridad jurídica y de un Estado de Derecho más o menos con unas leyes estables que pueden ir cambiando a lo largo del tiempo para adaptarse, pero en cierta forma, pues, más o menos. Y va a hacer también, aunque es un autor profundamente implicado en cuestiones sociales, va a hacer una defensa muy decidida del derecho de propiedad. Porque, obviamente, Benzán es un liberal y defiende el derecho de propiedad como uno de esos derechos básicos que defienden todos los liberales. Aunque este cree desigualdad. Él considera que la desigualdad, de nuevo partiendo de ese punto de vista empirista, es un hecho que se va a dar sí o sí. Históricamente siempre ha habido sociedades desiguales y la desigualdad de cierta forma es algo que se va a dar naturalmente por la propia evolución porque unos van a conseguir mayores niveles de riqueza porque otros menos por las circunstancias y siempre va a haber una desigualdad social. Siempre va a haber ricos, pobres, gente que tenga más, gente que tenga menos patrimonio. Lo que se entiende es que debe de haber una política social que palíe esa desigualdad para que, por ejemplo, no sea la situación de que haya desequilibrios demasiado marcados, que unos tengan mucho, una minoría tenga mucho y una mayoría prácticamente esté en la miseria o tenga prácticamente nada. ¿Por qué? Porque esto obviamente... Va contra el propio interés público. Esa idea de la mayor felicidad para un mayor número en una situación de desigualdad totalmente desequilibrada en la que unos tienen mucho y por lo tanto pueden tener todo el placer que quieran y otros, en cambio, viven en la miseria y por lo tanto en esa situación en que es muy difícil tener más que displacer, pues esa felicidad en general no puede ser implementada, no puede ser hecha realidad. Para implantar ese principio de la mayor felicidad para el mayor número hay que intentar corregir la desigualdad y los niveles altos de desigualdad. Hay que evitar que la desigualdad sobrepase unos ciertos niveles excesivos. Por ello, Benson se va a implicar en las llamadas leyes de pobres. Y el trabajo de los que en una cierta mentalidad de ética protestante se entendían que no llegaban a, estaban en la miseria porque no eran lo suficientemente trabajadores o lo suficientemente industriosos, no se esforzaban bastante, pues van a someter muchas veces a una situación más precaria todavía a esos pobres que pretenden ayudar. Metiéndolos, por ejemplo, en una especie de asilos donde tienen que trabajar de manera obligatoria, un régimen que a veces califica. Así es de tipo carcelario. Por lo que muchas veces estas leyes de pobres, no sé si el caso de Benson, las reformas que él planteó, pues... llevaron el resultado a un peor y más degradante para esa población que estaba en una situación de miseria que la que se pretendía paliar. Bueno, dejando un poco esto, que es ya una cuestión más de contexto social, ahora vamos a ver el contexto de la teoría de Benzán con respecto al Estado. Benzán entiende que el Estado es necesario, que cumple una serie de funciones, pero en el contexto de ese liberalismo revolucionario que está siempre preocupado por el abuso del poder del Estado y la injerencia del Estado en los derechos del individuo, Benzán va a averiguar ese riesgo de que el Estado se extralimite. Y no lo va a reducir simplemente a la figura abstracta del Estado, sino también al del propio gobernante. Él va, en cierta forma, a centrar este peligro del Estado en la propia figura de los que ocupan, los puestos de poder en el Estado. Porque, partiendo de esa idea y de ese carácter que él tiene, que él entiende del hombre que es egoísta, que busca sus intereses individuales, entiende que los gobernantes no dejan de ser hombres y no dejan de perseguir igualmente sus propios intereses individuales y egoístas. Entonces, un gobernante dotado del poder que le permiten las instituciones de Estado lo que va a atender es a favorecer sus propios intereses egoístas. Va a beneficiarse así. Si no se establece, obviamente, unos controles sobre el que está en esa posición de poder. Por lo tanto, hay una tendencia no simplemente abstracta de abuso de poder del Estado, sino más palpablemente de abuso de poder de los propios que están en las posiciones de poder en ese Estado. Del gobierno, de los parlamentarios, de los ministros, de toda la órganigrama, forman parte de esa órganigrama del Estado. Especialmente por ese carácter egoísta que les va a tender a utilizar ese poder para auto-beneficiarse a él, para beneficiar a sus allegados, por corrupción en general, como podemos denominar. Entonces, por lo tanto, hay que establecer una serie de mecanismos de fiscalización, de control del Estado y, sobre todo, de los que forman parte del Estado. Él consideraba que estos mecanismos debían ser, por ejemplo... Mecanismos que permitieran la revocación de cargos públicos, tanto cargos electos como incluso cargos funcionaliales cuando se considerara que habían incurrido en casos de corrupción o prácticas ilícitas. Y también, para evitar un poco el nepotismo que había todavía en estos momentos al acceso a los cargos en la administración, en la burocracia, él plantea la necesidad de un acceso a la carrera burocrática... ...al servicio civil a través... de exámenes reglados, que ahora es algo obvio, son nuestras famosas oposiciones, pero en este momento todavía era algo innovador, todavía algo que estaba empezando a implementarse y desarrollarse y que, de hecho, pues empezará a desarrollarse esa idea de meritocracia y de acceso a la función pública a través de oposición en el siglo XIX. Benzán todavía es un autor, como digo, a medio camino entre el XVIII y el XIX, y, por lo tanto, lo está planteando casi como una propuesta innovadora. Mejor dicho, está planteando directamente como una propuesta innovadora. En cuanto al papel de los ciudadanos con respecto al Estado, en el caso del sufragio, pues Benzán va a estar a favor, y los subquitalistas en su mayor parte también, del sufragio universal, del sufragio en el cual un hombre o un voto todos puedan, independientemente de su nivel de renta, independientemente de otras cuestiones, de su clase social, puedan votar y elegir sus representantes. Él considera que es necesaria esa representación directa del pueblo en las instituciones parlamentarias. En este sentido, y esto marca un poco un contraste muy marcado con los liberales postrevolucionarios continentales, que eran partidarios del sufragio censitario basado en determinados niveles de riqueza, Este contraste está marcado, en cierta forma, también por los propios orígenes, la prehistoria intelectual de cada uno de estas dos ramas. Mientras que, en cierta forma, los doctrinarios constantes eran herederos de lo que suele decir que era el pensamiento liberal que procedía de la Ilustración, pero una Ilustración que un autor contemporáneo, un actor actual, un estudio sobre la Ilustración, Jonathan Israel, en un libro que se titula La Revolución de la Mente, considera que era la llamada Ilustración moderada. La Ilustración moderada lo que pretendía era, básicamente, una reforma del sistema del antiguo régimen. No pretendía un cambio radical, no pretendía destruir las bases de eso. Pretendía una reseña de reformas con ideales ilustrados, de mayor... Libertad, de igualdad política, pero sin llegar a alterar el antiguo régimen. Una reforma, en cierta forma, a la manera un poco que podíamos entender que, de una forma un poco más avanzada, podía personificar Burke en un contexto un poco más tardío. Frente a esta Ilustración moderada, de la cual, en cierta forma, van a partir los autores que vimos el anterior día, los doctrinarios o constantes, Había lo que se llamaba la justicia radical, la justicia radical que estaba a favor de un cambio total radical del antiguo régimen de desaparición de la sociedad estamental, de un igualitarismo político e incluso social y eran partidarios también de un sistema de sufragio en el cual el parlamento tuviera el poder y el sufragio fuera universal. De cierta forma los jacobinos recibirán esta idea del sufragio universal de esas propuestas en ilustración radical. Y de cierta forma, al contrario que sus congéneres continentales, los utilitaristas británicos van a ser herederos de esos New Wings que de cierta forma estaban en la ola de esta ilustración radical. Que luego se moderará en cierta forma, como ya vimos por los efectos de la ilustración, pero que se considerará. Observarán todavía ese principio de sufragio universal que paradójicamente también habían defendido los jacobinos. Por lo tanto, Benson entendía que todos los ciudadanos británicos debían de poder votar y escoger sus representantes. Pero introducía en este sentido un criterio corrector porque entendía que para poder escoger a tus representantes tenías que ser consciente de lo que escogías, tenías que ser consciente. de tus intereses, de la realidad política. Tenías que tener una cierta formación, una cierta educación. Y entonces, por lo tanto, Benzán entendía que aquellas clases incultas, que no tenían ningún tipo de conocimientos, que ni siquiera sabían leer y escribir, bueno, si no sabían leer y escribir, pues ni siquiera iban a poder reconocer el nombre del candidato en una papeleta, ni firmar. Por lo tanto, eso ya afectaba muy claramente la posibilidad de que hubiera un fraude electoral ahí. Pero bueno, dejando un poco eso, entendía que tenía que haber una cierta formación, una cierta mínima educación para que pudieran tenerse derecho a escoger a sus representantes. Porque si no, en cierta forma podrían ser manipulables, podría ser una masa irracional que tomara decisiones irracionales. Que de cierta forma también es ese miedo a esos sanculots, a esas masas del populacho, de la revolución francesa, en cierta forma también podían crear esa tiranía de las mayorías o aprovechada por el Estado para crear un régimen dictatorial o tiránico. Y por lo tanto, introducía esa aferitación. Esto no supone que Benzán sea un elitista, en cierto sentido, aunque defienda la desigualdad, porque Benzán entiende que esto debe ser compensado a través de la extensión de la educación al mayor número de los ciudadanos. De inglés es posible. Incluso Benzán va a estar... ha empeñado una serie de experimentos de sistemas pedagógicos distintos, los va a aplicar incluso en la familia de su amigo James Mill, un resultado especialmente acertado, pero casual, pero pura casualidad, de esos experimentos pedagógicos. Va a ser un individuo excepcional, pero bastante peculiar, que va a ser ya un Stuart Mill, que veremos ya, creo que en esta clase no, pero en la siguiente sí. Y por lo tanto limitaba un poco eso. Él hablaba, Penza, no tanto de la soberanía popular, en el sentido russoniano, en esa idea de soberanía popular, voluntad popular, sino de la autoridad constituyente del pueblo. ¿Qué diferenciaba la soberanía popular de la autoridad constituyente del pueblo de Menza? Pues básicamente, en la soberanía popular lo que había era un concepto comunitarista. Era la soberanía que recaía en el pueblo y era la voz del pueblo expresada a través de la voluntad general, en la cual, de cierta forma, el individuo, según lo entendía Benza, se diluía. ¿Qué era, en cambio, la autoridad constituyente del pueblo? Para Benza, el pueblo no era una entidad, sino era un cúmulo de individuos. Era cada uno de los miembros que formaba la nación inglesa. Formaban el Reino Unido, el Reino Unido de la Gran Bretaña. Y, por lo tanto, la autoridad constituyente del pueblo estaba repartida entre cada uno de los individuos y cada uno de esos individuos, a partir de esa parte alícuota de su derecho a intervenir en política, tenía la capacidad de intervenir en las decisiones políticas a través, fundamentalmente, de su voto, a través del sufragio. Por eso entendía que el sufragio debía de ser universal, de acuerdo con esta idea de autoridad constituyente como suma de la autoria, de esa parcela de autoridad política que tenía cada individuo de esa sociedad. Ese derecho de participación política que tenía cada individuo de esa sociedad. Por lo tanto, al contrario que era la de Rousseau, es una teoría de la democracia no basada en la voluntad general, en ese concepto vago que... Ya vimos que tenía ciertos problemas, cómo se definía lo que era la voluntad general si no correspondía con el interés de la mayoría, si a veces había posibilidad de que fuera manipulada. ¿Quién interpreta cuál es la voluntad general? No era un sistema basado en esa idea de voluntad general, sino en una democracia basada en el individuo, en los derechos de cada uno de los individuos, que a través de su capacidad... de elección, de sufragio en las elecciones podían escoger sus presentantes y que tal vez incluso a través de su propio activismo político mediante reclamaciones, mediante cartas a sus diputados pues podían también intervenir políticamente en esa democracia. Entonces era una democracia basada por individuos y que entendía esa autoridad del pueblo como el sumatorio de individuos. Igualmente que la felicidad común, la felicidad pública, el bien común, el bien público era el sumatorio de todos los bienes individuales, el bien para la mayoría tenido por la suma de todos del bien para todo, para cada uno de esos que forman esa mayoría de igual manera su democracia se basaba en ese concepto de individuo casi como acto. Y en este sentido Benzán entiende que es necesario, a pesar de que el principio de utilidad marque ese predominio de la mayoría, de lo que es más útil para la mayoría, hay que mantener no obstante ese respeto a los individuos y a las minorías porque el individuo es la célula base, la célula irrenunciable si las mayorías no son para él más que conjuntos de individuos es un individualista metodológico pero también epistemológico podemos decir. Y, por lo tanto, las minorías, aunque no puedan primar el interés general, también tienen que tener un cierto grado de defensa en cuanto que son conjuntos de individuos y que cada uno de esos individuos merece un cierto respeto a sus libertades individuales. Por lo tanto, esto debe estar compaginado y plantearse que la incertidumbre no elimina en el esquema de Benzán esos derechos a minorías. Y Benzán, en este sentido, se va a alejar del ejemplo inglés, del ejemplo del parlamentarismo inglés. Aparte, hay que comentar de nuevo que en estos momentos en los que Benzán se muestra a favor del sufragio universal, la Inglaterra no tenía un sistema de sufragio universal, tenía un sistema de sufragio censitario. Y va a plantear por contra, como alternativa al modelo inglés, como modelo base, como modelo al que hay que optar, el sistema norteamericano. De cierta forma, se va a adelantar a Torkéville en su idea de pensar el modelo norteamericano como alternativa al modelo inglés y la democracia. Y el sistema libertades, aún con democracia norteamericana, como modelo alternativo que puede servir de base. James Mill. James Mill va a ser un poco más joven que Benzán, es en cierta forma un discípulo de Benzán y colaborador y más que un pensador con un pensamiento original como será el propio Benzán, es un divulgador, podemos decir que un publicista del pensamiento benzamita. Va a dotar sus ideas utilitaristas y una serie de cuestiones que van a tener una serie de matices con respecto a Benzán, con respecto a su maestro. Básicamente va igualmente a hacer una crítica al contractualismo pero al contrario que Benzán, Mill va a adoptar una posición un poco más próxima a la de Hawks, va a enfatizar mucho el papel que tiene el mismo. que lo que mantiene unidas, en cierta forma, a las sociedades, muchas veces, es más que una serie de principios éticos, ese miedo al monopolio de la coerción, al monopolio de la violencia. Ese miedo, si no cometemos crímenes, si no cometemos delitos y no robamos a tu triple, pues es que tenemos miedo a que la policía venga y nos detenga por cometer esos actos ilegales. Esa es la idea un poco. No lo hacemos tanto por nuestra convicción ética, porque somos egoístas, sino porque, en cierta forma, tenemos miedo a la sanción que nos puede venir encima. Y en cuanto al sufragio, al contrario que Benzán, y esto es una diferencia dentro de la corriente utilitaria, y esto es un elemento un poco discordante de lo que se genera en la corriente utilitarista, defenderá un sufragio restringido. Restringido, pero no en la medida en que está... Estaba restringido en esos momentos, que era un sufragio censitario muy restringido, que prácticamente solo cubría a las clases más altas sociedades, sobre todo a la alta burguesía. Él está a favor de un sufragio restringido, pero en el cual se abra el campo, se abra la posibilidad a clases un poco menos adineradas, sobre todo a la mediana burguesía e incluso a la pequeña burguesía, clases medias que puedan entrar en cierta forma... O tener sus propios representantes. En cierta forma, lo que hay en mí es un cierto miedo a... a que ese populacho no educado, irracional y en cierta forma sin una formación para decidir sobre cuestiones políticas pues pueda en cierta forma alterar la estabilidad política. Entonces él prefiere mantenerse en una posición un poco más tibia que la de su maestro Benza. Y considera que tanto esa alta burguesía, esas élites como esas clases medias son una representación un poco más amplia de esos intereses del Estado, de esos intereses generales. Es una argumentación un poco similar a la de Burke pero mientras que Burke para Burke los que conocían los intereses generales de la nación eran los grandes propietarios, los grandes antifundistas, los grandes empresarios y los financieros aquí Mill entiende que los intereses de la nación también son los intereses de esas clases medias de esa pequeña burguesía, de esa mediana burguesía. Por lo tanto también hay que tener una cierta presencia de la opinión y de la representación del hombre común en el Parlamento. No así de las clases bajas, de los obreros que de cierta forma él entiende que no tienen formación y que por lo tanto debería todavía restringirse un poco su participación en la elección. De hecho tanto Benza como Mill van a estar... A favor, y van a hacer presión, van a hacer activismo a favor de que se amplíe el derecho de sufragio, de que el sufragio muy restringido inglés se amplíe hacia clases más amplias con menos poder adquisitivo, aunque no la clase baja. Eso se conseguirá a través de la llamada ley de reforma, que ampliará las clases medias, que todavía en estos momentos eran algo más limitadas de lo que son en la actualidad, pues ampliará la representación en las elecciones. Y poco a poco, esta ley de reforma, pues me diría que poco a poco se vaya ampliando el derecho de sufragio y termine Inglaterra posteriormente convirtiendo en un sistema democrático. Una particularidad de Mill y algo que va a incidir especialmente, y que no está tanto en Benzán, es la idea que tiene él de que el sufragio es importante en cuanto que las elecciones sirven de forma de control del gobierno. Que el gobierno puede tomar medidas erróneas, puede tomar medidas que afecten al país, pero que en cierta forma... ...las elecciones regulares garantizan que el pueblo pueda castigar a ese gobierno y pueda quitarle, revocarlo a través de su voto. Y en cierta forma, esto le lleva a una idea peculiar, que es la idea de que el sistema político, a través de las elecciones regulares, se terminaría autorregulando. Que aunque hubiera problemas, aunque hubiera gobiernos que adoptaran políticas... negativas, el hecho de que pudieran ser revocados y que puedan ser eliminados los gobiernos que provocan con políticas que no benefician al país, al final termina llegando un momento en que llegaría una solución que establecería una estabilidad política. Es una idea un poco extraña pero se basa fundamentalmente en una idea sacada y trasplantada desde la teoría económica de Adam Smith, que es la idea del sistema económico autorregulado, la idea de que el mercado se regula a sí mismo, que hay crisis, que hay periodos de desestabilidad pero que al final, de cierta forma, el mercado se termina por su propia interacción regulando. Y es lo mismo que pensaba trasplantar la política que ocurriría en el caso de la política a través de las elecciones James Mill, que las elecciones se convertirían en ese mecanismo autorregulador de la política que terminaría finalmente llegando a una solución estable y que estabilizaría la situación en la política de un país. Cosa que, visto ahora, puede parecernos un poco utópico y que podemos criticarlo bastante. Pero bueno, es como lo veían bien en estos momentos. Y también una diferencia peculiar y que también es una incoherencia o inconsistencia de su pensamiento es que, al contrario que Benzán, que consideraba que los gobernantes eran seres humanos como dos cualquiera y, por lo tanto, egoístas, iban a intentar buscar sus intereses puramente egoístas, James Mill entendía que dentro del hombre público había un doble componente. Había, por un lado, esa carácter egoísta que le iba a orientar a buscar sus propios intereses, pero también había una ética pública basada en ese altruismo que había, de cierta forma, planteado Mill a través de la simpatía y que, de cierta forma, para Mill, daría lugar a una ética cívica, a una ética pública que le llevaría a primar los intereses públicos, los intereses de Estado y, de cierta forma, controlar y acallar sus impulsos egoístas de ser corrupto, de aprovechar la situación. Que también puede verse, de cierta forma, como una ideología. Y que, de cierta forma, sería un poco incoherente dentro del propio pensamiento utilitarista de Cunho Benzamita e incluso ahora lo podríamos considerar incluso un poco ingenua. Y bueno, entramos en el último autor, que será John Stuart Mill, en el cual ya no podemos meternos hoy, pero bueno, el próximo día continuaremos, cerraremos a Mill y empezaremos ya con el siguiente tema que nos va a ocupar, que vamos a tener que dar muy... Muy rápidamente, raudamente, que es el de socialismo, las corrientes socialistas, tanto de cuño marxista como anarquista y todos sus precedentes. El socialismo utópico y un poco el contexto y los precedentes que tienen todas estas corrientes genéricamente primero socialistas, después se aplicará el término socialismo a las de cuño marxista y quedará el término anarquista para otras tendencias. Veremos un poco el próximo día cómo se van a definir un poco esto y los puntos básicos de tanto de los principales pensadores. De todas estas corrientes socialistas. El tiempo que nos dé porque vamos a tener un último tutorial, si no recuerdo mal, y vamos a tener un tiempo muy limitado. Bueno, muchas gracias y el próximo día continuamos con donde lo hemos dejado. Buena semana.