Aquí, esto es. Ya está grabando. Bien, pues vamos a continuar. Primero, ¿alguna duda o pregunta? ¿Algo que queráis comentar de lo que hemos visto hasta aquí? ¿No? El último día, la semana pasada, ya empezamos incluso con Sócrates. Habíamos hablado también del movimiento sofista, pero bueno, yo creo que ya estaba explicado suficientemente. Había comentado cómo ellos tenían dos grandes preocupaciones en la investigación sobre la verdad. Y en la investigación sobre la verdad. Los sofistas concluyeron que no es posible una verdad objetiva, que más bien tenemos que defender el relativismo y el escepticismo. El relativismo y o el escepticismo. Protagoras defenderá el relativismo y Gorgias, el otro gran sofista, el escepticismo. Y después, en la otra cuestión, que era la fundamentación del nomos o de la ley de la ciudad, veíamos que había varias respuestas. Por un lado, algunos autores, algunos sofistas, defendieron también. El relativismo moral, señalando que cada cultura y cada lugar tiene su código moral y sus principios morales. Es imposible establecer criterios objetivos para alcanzar el bien o para... para comprender qué es el bien, pero por otra parte también veíamos el otro día que algunos sofistas como Trasímaco y Calicles creían que se podía utilizar el criterio de la naturaleza para establecer qué es lo bueno y qué es lo malo. Ese punto de vista, en establecer qué es lo bueno y qué es lo malo a partir de la naturaleza como criterio decisorio, les llevó a ellos a mirar lo que entendían que era el mundo natural, que es el mundo de los animales. No había en ellos una concepción metafísica de la naturaleza, sino más bien la naturaleza como ese ámbito espaciotemporal en donde se da la vida, vegetal y animal. Y allí creyeron que podíamos utilizar a los antropólogos. Y ahí creyeron que podíamos utilizar a los antropólogos como modelos de conducta y encontraron el principio del egoísmo y el principio también de la lucha por la vida y el triunfo del más fuerte como hechos constitutivos del mundo animal. Me estoy explicando, Marta y Juan, estoy haciendo un resumen del otro día en realidad. Bien, pues pensaron ellos, Trasímaco y Calicles, que deberíamos también ampliar esta idea. imitar a la naturaleza en su crudeza, en la idea de la lucha por la vida, como el criterio también para decidir qué es lo bueno en el mundo humano. Marta, has leído la Apología de Sócrates. Qué bien, ¿no? Estupendo. Es un escrito platónico, parece ser de los escritos de juventud, en el que Platón presenta el juicio que le hicieron a Sócrates y presenta la muerte de Sócrates en definitiva. Bueno, es una muy buena introducción a la filosofía de Sócrates y a la filosofía de Platón, la Apología de Sócrates. ¿Te ha gustado, Marta? Si puedes comentar, aunque solo sea con una línea o alguna palabra, ¿no? ¿Te gustó, Marta? ¿Estás por ahí aún? ¿Sí? ¿Te gustó, Marta? Es un escrito que se lee bastante bien, en el que se presenta a Sócrates como lo que parece que fue una especie de heroísmo. Y el otro día también, Juan y Marta, pues ya estuvimos viendo algunas de las tesis principales de la filosofía de Sócrates. Yo, comentando también su vida y más bien su muerte, pues os presenté unas tesis o ideas como muy, muy importantes del pensamiento de Sócrates. Del que recordamos que no tenemos un conocimiento directo, porque él no escribió nada. Y hay que fijarse en fuentes como la de Platón, también otros autores, pero principalmente Platón, para tratar de establecer con un poquito de claridad y acierto cuál fue el pensamiento de Sócrates. Veíamos que Sócrates se quiso enfrentar dialécticamente, por supuesto, a los sofistas. ¿Por qué? Porque consideró que la concepción de la razón que presentaban los sofistas era incorrecta. Para los sofistas, la razón tenía un uso puramente utilitario. Era capaz de ayudarnos a discutir sobre distintas cuestiones y si uno era hábil en la discusión, bueno, pues llevarse el triunfo para él en la discusión. La razón es un instrumento de poder, es un instrumento adecuado para la persuasión, pero no tanto un instrumento... Era un instrumento adecuado para alcanzar la verdad y el bien. Bueno, esto a Sócrates le pareció inaceptable, incorrecto, incluso peligroso para el orden social y moral y político, ¿verdad? Creyó que era más bien necesario tratar de establecer un orden objetivo del conocimiento, tratar de establecer un orden objetivo también de la moralidad. Y en ese afán incitó a sus conciudadanos a investigar la verdad, a investigar lo que ahora llamamos... llamaríamos las esencias de las cosas, ¿verdad? Investigar qué es el bien, qué es la verdad... que es lo justo, que es la vida, que es la ciencia o el conocimiento. Y en esa investigación él declaró que más bien era ignorante, que su tarea era ayudar a los demás a encontrar a partir de sí mismos el conocimiento. Con un estilo de enseñanza que el otro día ya comentamos suficientemente, creo, llamado mayéutica. ¿Vale? En el libro lo teníais explicado en la página 33, página 33 del libro, principalmente 32, 33. En el final de la página 32 ya tenéis la palabra mayéutica, que la voy a poner aquí otra vez, de todos modos, por si acaso, ¿verdad? Vamos a ver, un momentito. A ver. Vaya hombre, ahora resulta que se ha quedado atascado. ¿Me estáis escuchando? A ver, un momento. ¡Ay, qué fastidio de ordenador! Ahora no está el puntero siquiera. A ver. Nada. No puedo escribir. A ver. Vale, Juan. Pues ya lo siento, es que en este ordenador estamos en la clase, ¿eh? Aquí en el centro asociado, sin embargo... A ver. Parece que tenemos más complicaciones aún, otros días. En fin, no lo puedo escribir, lo siento. Decías entonces, Marta, que te gusta cómo refleja la idea que tenemos de la muerte. Hay también una investigación sobre la muerte en la Apología de Sócrates. Y allí, claro, no se ve en ejercicio la dialéctica que empleaba, bueno, la manera de discutir y hablar que empleaba Sócrates. En otros diálogos sí se aprecia un poco más cómo intervenía Sócrates de manera polémica para cuestionar las convicciones de sus conciudadanos. Marta, dices que lo que vemos como algo malo sin saber realmente si lo es. Es verdad, ¿no? Esa es una idea importante que nos quiere trasladar Sócrates. Y lo que voy a decir ahora creo que tiene interés porque también nos va a servir para Platón, que era el discípulo principal, fue el discípulo principal de Sócrates. Sócrates creía en la existencia del alma y creía en la inmortalidad del alma. Creía que no todo se acaba cuando nuestro cuerpo muere. Y en esa convicción, en realidad, pues para él no es, bueno, un absoluto desastre la condena a muerte. Porque incluso él, como nos dirá Platón en otros escritos, que cuentan también esto que voy a decir ahora, pues Sócrates considerará que incluso es en el otro mundo, en la otra vida, en donde él podrá ejercer de verdad y hasta el final su afán por el conocimiento y por la filosofía. Entonces, no es algo malo. Incluso aún hay otra idea un poquito más curiosa, porque esto de considerar que la muerte no es algo malo si uno cree en la trascendencia, bueno, pues es bastante fácil de comprender. Incluso para los que crean en el alma, pues perfectamente asimilable. Pero había otra afirmación sofista, no sé si Walter te vas a referir o te estaba refiriendo a esto que voy a decir ahora, Marta. Otra afirmación sofista, no, perdón, socrática. Había otra afirmación socrática un tanto curiosa que es la siguiente. La puedo presentar con una pregunta. ¿Qué es más grave? ¿Que te hagan mal o hacer el mal? ¿Qué sería más grave, matar o que te maten? ¿Qué es más grave? Para Sócrates, desde luego y sin duda para él, ¿no? No tenía ningún último. No tenía ningún último tipo de duda. Lo malo es hacer el mal, no tanto que te puedan hacer daño a ti. Eso forma parte del orden de las cosas, como a él le ocurrió, ¿no? Para él, lo grave habría sido que él, por ejemplo, después de haberle condenado a muerte, hubiera hecho trampa y se hubiera escapado, hubiera huido. Entonces, él habría sido malo. A él le infligieron la muerte, le condenaron a muerte, y eso es un mal físico, ¿no? Pero por encima del mal físico hay otra afirmación sofista. Hay otro tipo de mal. que es el mal verdadero es el mal moral o cuando lo dice me cabrea verte morir inocente y contesta, ¿preferirías verme morir culpable? él sobre todo en la apología y en otros textos de Platón parece que habla Sócrates encontramos que hace una reivindicación extrema de la moralidad es un rasgo también hasta de carácter suyo que es muy a tener en cuenta pero sobre todo Marta y Juan también y para los que les toque o quieran escuchar esta grabación tenemos esta propuesta de reflexión muy a tener en cuenta el mal no es exactamente lo que te pueden infligir, sino lo que tú puedes hacer desde el punto de vista moral eso sería lo más terrible que nos puede acontecer, muy diferente a punto de vista de los sofistas porque para los sofistas más bien el asunto es dominar y nada más, no jugar a la orden moral sino jugar más bien al orden del provecho y de la utilidad esto nos permite también ya referirnos a la última cuestión de Sócrates que el otro día simplemente creo que la cité y ahora quisiera insistir más en ella la otra cuestión es el intelectualismo moral junto con la política y la defensa de un orden objetivo de conocimiento Pues yo quisiera que recordarais también que en el pensamiento de Sócrates tenemos una concepción de la vida moral, o mejor, de la fundamentación de la vida moral. Porque podemos preguntarnos, oye, ¿y en qué descansa la experiencia moral? La experiencia moral verdadera. La respuesta de Sócrates es, la experiencia moral verdadera tiene que descansar en el conocimiento. A esto le damos el nombre de intelectualismo moral, porque se va a señalar que de las partes que nos componen, hablando a la manera griega de las partes, las partes del alma, la parte del alma fundamental que tú tienes que utilizar para manejarte correctamente la vida moral, es el intelecto, es el conocimiento, por tanto, que es el logro del intelecto. El intelectualismo moral nos dirá que para ser justos tenemos que saber qué es la justicia, para ser buenos tenemos que saber qué es el bien, para ser virtuosos tenemos que saber qué es la virtud. De tal manera que la condición hipocresía... ...de la vida moral es el conocimiento. Sin el conocimiento no es posible la vida moral, más que en todo caso como que por casualidad, ¿no? ...del intelectualismo moral. No es una tesis totalmente ajena a la cultura occidental, ¿no? Desde luego, los griegos tendían a pensar así. Está también Platón y, en cierto modo, Aristóteles. Aristóteles lo va a mantener de un modo como más moderado, ¿no? Pero también está en Platón, ¿verdad?, que incluso lo trasladará a la política, señalando Platón. Sócrates no parece que dijera esto, pero Platón sí, ¿no?, que en política, incluso, la condición de posibilidad de una política adecuada es el conocimiento. Por eso, para Platón, los que debe mandar tienen que ser los filósofos, que son los que adquieren conocimiento. Repito que esta afirmación de que es muy importante el conocimiento, pues no nos es ajena. En el mundo griego estaba claramente, si me viene ahora a la mente, una frase de Pitágoras, parece ser que era de él, ¿no?, educa a los niños y no tendrás que castigar a los adultos. Es una frase bien interesante, ¿no?, la importancia de la educación. Ahora también, por ejemplo, en los planes de estudios nuevos y en la escuela, ¿no?, estamos también tratando de trasladar valores, estamos tratando también de hacer más cultos a las personas, ¿no? Qué buena esa, ¿no? Te refieres a la frase, ¿verdad?, educa a los niños, ¿no?, Marta, y no tendrás que castigar a los adultos, ¿no?, señalando que, en realidad, con frecuencia... Y si no siempre, cuando la gente es mala o hace cosas malas, lo hace más bien desde la ignorancia. Esta es la propuesta de Sócrates. Para él, el malo, bien entendido el asunto, no es propiamente malo, es ignorante. Recuerdo también, como todos seguramente, las últimas frases que parece que dijo Jesús, después de haber sido crucificado, como consecuencia de lo que hicieron parte de los judíos, un grupo de judíos que condenaron y lo crucificaron. Y parece que dijo, perdónalos Padre, más o menos era así la frase, perdónalos Padre porque no saben lo que hacen. Es curioso eso. Parece que ahí también, perdónale Señor porque no saben lo que hacen, ¿verdad? Esa es la frase. Y lo dijo nada menos que Jesús también. Incluso refiriéndose a uno de los hechos más terribles, matar a un dios, ¿verdad? Como intentaron hacer los judíos, un grupo de judíos. Y él también estaba señalando, ¿verdad?, que en realidad la gente cuando hace algo malo es porque no se da cuenta de la gravedad de lo que está haciendo. Si uno tuviera como una conciencia extrema, radical y profunda de la gravedad que tiene una acción como el asesinato, por ejemplo, entonces, según este punto de vista, no haría el mal. Y en el otro lado también del mundo. Es bonito, ¿no?, la India. Casi además en un tiempo semejante, el Siddhartha, el Buda histórico, ¿no? también sobre esas mismas fechas, el siglo V antes de Cristo, estaba por ahí en la India, pues también va a defender también esta misma idea. Para el budismo, pues en gran parte el mal es una consecuencia de la ignorancia, también del apego y otras circunstancias, pero principalmente del no saber de la ignorancia. ¿Vale? Bueno, esta es la afirmación y repito que nosotros en parte la compartimos, ¿no? La aceptamos porque le damos mucha importancia a la educación. Otra cosa es que la hagamos bien o con recursos escasos o no, ¿no? Pero también creemos, oye, que es muy importante enseñar a la gente a distinguir el bien y el mal, ¿no? Vaya, un momentito. Se había ido por un momento la imagen. Sí. Decía que para nosotros también es importante la enseñanza, es importante el transmitir cultura, es importante la reeducación, ¿no? Incluso si observamos cuál ha sido el recorrido de los sistemas de castigo y de persecución del delincuente a lo largo de la historia, pues podemos ver que va desde el ojo por ojo hasta la actualidad, que es muy distinto, y en medio el castigo físico, el hacer daño al cuerpo. El hacer daño a la mente, encarcelar a la gente, el emplear distintas formas de violencia contra el agresor, contra aquel que ha hecho daño a la sociedad, ¿verdad? Pero en los últimos años o décadas tenemos también una forma penitenciaria de tratar a los delincuentes que se acercan un poco a la manera socrática, porque muchos creemos en la reinserción, muchos creemos en eso. Incluso la Constitución Española admite, da este derecho a los presos, a los que han cometido delitos, que puedan reinsertarse. Eso es importante en la política penitenciaria, permitir que la gente se pueda reinsertar. Y reinsertar quiere decir también hacerles ver que hicieron mal en lo que hicieron y que hay otras opciones vitales en donde cabe hacer el bien y estar en una unión más armoniosa con los demás. Nosotros me parece que en gran parte también estamos en esta misma línea socrática. Le daré mucha importancia al conocimiento. Aunque no aceptamos del todo el punto de vista de Sócrates, enseguida pasaré también a poner alguna objeción. Aunque en el libro no se pone ninguna objeción, pero me parece que para comprender mejor el intelectualismo moral puede tener también interés ver algunas dificultades del intelectualismo moral. Por ejemplo, en relación a... Unos presupuestos de este punto de vista del intelectualismo moral de Sócrates. Yo creo que en el fondo, a la base de este punto de vista ético, de la fundamentación de la moral basada en el conocimiento, está la idea de que el horizonte de la voluntad humana, de la vida humana, es el bien. El bien. Podemos considerar, como no sólo lo ha hecho Sócrates, también otros autores cristianos y no cristianos, podríamos considerar que en realidad hay una disposición natural, intrínseca y profunda en el hombre hacia el bien. Como si de alguna manera, esta palabra no es socrática, pero nos puede ayudar un poco, ¿no? Estuviéramos como programados para el bien. De tal forma que cuando nosotros utilizamos la voluntad, me estoy refiriendo naturalmente a los actos voluntarios, que es el tipo de actos a los que se refiere el mundo de la moralidad. No aquellos que se hacen como si fuéramos autómatas o forzados, ¿no? Sino aquellos actos que son una consecuencia de la decisión humana y por lo que nos pueden decir que somos malos o buenos y por lo que nos pueden meter en la cárcel si hacemos algo malo, ¿no? Extremadamente malo, quiero decir. Es decir, pues ese tipo de actos que son consecuencia de la voluntad y de la decisión, parece que pensaba Sócrates que en realidad, ¿no? Son actos que siempre se hacen pensando en el bien, mirando al bien, como si el horizonte de la decisión humana y de la voluntad humana fuera el bien. Bien, incluso si nos fijamos en personas que han hecho cosas terribles para la mayoría, diríamos que son terribles, por supuesto, ¿no? Hasta lo que hizo Hitler. No sé cómo se analiza lo que voy a decir ahora, ¿no? Pero parece que Hitler creía que lo que él estaba haciendo era correcto. A él le parecía que era lo correcto. Suena terrible, ¿no?, que le pueda parecer a uno correcto matar a millones de judíos, ¿no? Pero en su mente... Era como un mal necesario, como era un mal necesario que todos los alemanes tuvieran la experiencia de la guerra. O los terroristas de las Torres Gemelas, ¿no? A ellos les estaba pareciendo también que estaban haciendo un bien. O los terroristas etarras, ¿no? Les parecía cuando mataban que eso era algo necesario para la independencia del País Vasco y era legítimo el uso de la violencia, ¿no? Muchas personas han hecho daño y casi, diríamos, clarísimamente, de manera objetiva, ¿no? Han hecho mucho daño. Con la idea de que el fin, como dices, Marta, justifica a los medios. Quien está a favor de la guerra, ahora la guerra de Rusia y Ucrania, ¿no? Pues los rusos creen que es legítimo el uso de la violencia. Putin cree que es legítimo el uso de la violencia. Y los ucranianos, pues claro, ¿no?, también están empleando la violencia para defenderse. El fin de la defensa de la patria y su integridad territorial justifica el uso de la violencia. Muchos han defendido que el fin justifica los medios. Entonces, tenemos esta idea socrática que no es ninguna tontería, desde luego. Pensar que en realidad cuando nosotros actuamos a partir de nuestra voluntad y como consecuencia de decisiones, en las decisiones nosotros optamos por aquello que nosotros captamos como siendo bueno. Y repito que a un letarra le parecía que era bueno... Bueno, pues matar a la Guardia Civil, ¿verdad? O poner bombas, porque entendían que eso era necesario para un bien superior, como ellos entendían que era la independencia del País Vasco. Suena terrible, pero con frecuencia hacemos eso, en casos muy extremos, como los que yo he puesto, y en casos menores de nuestra vida cotidiana, en donde también podemos tener enfrentamientos con los demás, evidentemente, en ese nivel de intensidad en el desastre, ¿no? Pero también un poco movidos porque... Bueno, a nosotros nos parece bien lo que hacemos, ¿no? Entonces, este es un presupuesto, podríamos decir, del intelectualismo moral, ¿no? El considerar que el horizonte de la voluntad, aquello a lo que aspira la voluntad, es el bien, ¿no? Y claro, cuando uno elige, pues está movido por el bien, y no por otra cuestión. Y si nosotros elegimos el mal... lo hacemos porque hay aún como confusión en nuestro entendimiento y en nuestra voluntad. Si no hubiera confusión en nuestro entendimiento, estaríamos entonces directamente haciendo el bien. Si eso, claro, ¿no? Eso es. Si uno hace el mal, pues más bien, bueno, nosotros ahora diríamos que es psicópata porque lo ponemos del lado, o enajenado, ¿no? Lo ponemos del lado de la enfermedad. Un poco también en la idea de que, de modo natural, tendemos al bien. Esto está muy socrático, ¿no? De modo natural, tendemos al bien. Y entonces, si hay alguien que hace radicalmente el mal, es porque está enfermo, ¿no? Enajenado, es un psicópata, tiene algún daño cerebral, algún problema en su mente, ¿no? Y repito que de esta manera nos acercamos un poco, o bastante, al punto de vista socrático, ¿no? Claro, si pudiéramos poner algún ejemplo de una... de una situación casi, diríamos, demoníaca o satánica, del mal por el mal, ¿no? Porque mucha gente hace algo que considera que es malo, pero porque entiende que eso es necesario para un bien que para él es realmente un bien. Un bien, ¿no? Incluso los que roban, ¿no? Pues los que roban, roban y pueden asustar y hasta tal vez disparar al que tiene el dinero, al que le quieren quitar, no tanto por hacerle daño a esa persona, como porque eso es un medio que ellos entienden que es necesario para lo que a ellos les parece, que es un bien, que es quedarse con el dinero de esa persona a la que roban, ¿no? Entonces, si pudiéramos poner un ejemplo de una acción absolutamente perversa, del mal por el mal, ¿no? De alguien que haga una acción mala sabiendo que está mal, y no sólo para él o para el otro, sino porque es realmente mala, ¿no? ¿No? Cuesta un poco poner ejemplos de ese estilo, porque la mayor parte de las veces cuando hacemos el mal lo hacemos como de manera utilitaria, ¿no? Porque entendemos que eso es un instrumento adecuado para lo que a nosotros nos parece, equivocados o no, que es un bien, ¿vale? Bueno, claro, se puede criticar esa idea socrática, ¿eh?, de que estamos programados más bien para el bien, ¿no? La verdad que cuesta bastante. Se puede criticarla, porque ahora hasta la neurociencia nos dice que en nuestro cerebro tenemos estructuras neurológicas que tienen que ver con el cuidado del otro. En la medida en que somos mamíferos, hay redes y estructuras de nuestro cerebro, hay estructuras de nuestro cerebro que están diseñadas para el ataque y la defensa, otras que están diseñadas para la satisfacción y el placer, y otras, en el caso del cerebro humano, que están diseñadas para el cuidado, el cuidado propio y el cuidado de los demás. Sobre todo el cuidado de los demás, en la medida en que somos mamíferos, ¿no? De alguien que pueda violar y asesinar y asesinar a sangrefías, asesinar y burlarse para, bueno, divertirse en el acoso. Es igual, ¿no? El alumno que se mete con el otro, un chico que se mete con el otro para burlarse, ¿no? ¿Por qué lo hace? Ahí parece que está mal, ¿verdad? No es un mal absolutamente terrible, aunque algunas personas que han sido acosadas de esa manera han acabado en suicidio, ¿verdad? O sea, que también puede tener su gravedad. Pero, ¿y qué pasaría si ese acosador, ¿no? Ese que está haciendo bullying, fuera totalmente consciente del daño que está inficiendo? ¿Qué pasaría? Si fuera totalmente consciente, si pudiera ponerse en el cuerpo y la mente y el espíritu de la persona a la que asusta y de la que se burla, ¿no? Claro, que probablemente no lo haría, ¿no? Me acuerdo una protesta que hubo de jóvenes en Las Rozas, un barrio, bueno, una población de gente de bastante dinero en Madrid. Y entonces, un grupo de jóvenes, creo que fue así hace unos cuantos años, querían continuar la juerga por la noche. Entonces, la policía municipal, pues, los quiso parar y hubo ahí un enfrentamiento entre los jóvenes y la policía. La policía más bien casi defendiéndose, porque había jóvenes que tiraban. cascos de botella cervezas, la botella de cerveza les tiraban y claro, ¿cómo pueden hacer eso? si ese joven que le tira una cerveza al policía municipal le puede dar en la cara le puede deformar la cara, le puede desgraciar puede dañarle hasta incluso la muerte si me da muy fuerte y mal si ese joven hubiera sido consciente por completo del daño que podía provocar que estaba provocando y podía provocar en la vida de ese policía municipal, si fuera totalmente consciente ¿habría hecho eso? ¿de tirarle un botellazo a la cabeza al policía municipal? yo creo que no ¿verdad? muchas veces nos pasa esto la Dirección General de Tráfico y bueno ahora el Estado cuando alguien atropella a una persona borracho porque está borracho y pierde el control de su coche y atropella a alguien y desgracia a alguien le condenan ¿verdad? pero ahora lo que se les hace también es llevarles a que vean el daño que están provocando ponerles películas y documentales e incluso casi que vayan a Toledo, al Hospital de Toledo tetrapléjicos, parapléjicos ¿verdad? es muy importante incluso las campañas de concienciación para conducir para conducir bien Cuando nos ponen anuncios, nos pueden poner anuncios que son muy duros y accidentes que puedes provocar, ¿no? ¿Para qué? Para que tengamos como más claridad, ¿no? Si uno fuera, repito, ¿no?, totalmente consciente, con una claridad extrema, ¿no?, del daño que está infligiendo a los demás cuando hace las cosas mal o que se hace a sí mismo cuando hace las cosas mal con uno mismo, pues entonces es muy posible que no haríamos lo que hacemos, ¿no? ¿No? Esta es la tesis del intelectualismo moral. Ahora, si preguntamos, ¿y por qué hacemos lo que hacemos cuando hacemos algo malo? ¿Por qué hacemos el mal? Repito que Sócrates dirá que porque tenemos un problema en el conocimiento. Aristóteles y después otros autores, estoy ahora pensando en Hume, sobre todo, ¿no?, que defenderá más bien el emotivismo moral, ya lo veremos en su momento, en vez del intelectualismo, el emotivismo moral, ¿no? Pues hay otros autores, incluso ahora también la psicología, que van a decir que hay también otras partes de la subjetividad, los griegos dirían del alma, ¿verdad?, nosotros tal vez de la mente. Hay otras partes de la subjetividad que colaboran muchísimo en la vida moral y que son necesarias para que hagamos bien las cosas. Y en particular el mundo de las emociones y de los sentimientos, ¿verdad? Porque, claro, ¿qué podemos hacer? ¿Qué pasaría si nosotros viéramos con claridad que hay que hacer algo? ¿Que hay que cuidar a una persona, por ejemplo? Tu intelecto te dice con mucha claridad que hay que cuidar a una persona. Que está enferma o que está sufriendo una injusticia, tenemos que intervenir. Pero resulta que eres perezoso o eres cobarde. Si uno es perezoso o cobarde, aunque sepa que tiene que intervenir, su razón le dice que tienes que intervenir, pero eres perezoso y cobarde. Entonces te va a costar muchísimo más hacer lo que tu razón te dice que tienes que hacer. Nos pasa también con las adicciones, ¿no? La gente que fuma está cansada de ver fotos de pulmones destrozados, de las consecuencias del fumar. Pero sin embargo, tiene ahí una predisposición en su ánimo, ese es el enganche, ¿verdad? Está enganchado. Que le lleva a querer, a desear, por todos los medios, conseguir un cigarrillo, ¿verdad? Ahí no falla. No falla tanto el conocimiento como una disciplina de la voluntad y del deseo, ¿no? Es que igual resulta que también tenemos que hacer un trabajo con el deseo. Hacer un trabajo con lo que Platón llamará el alma concupiscible, ¿no? Todo lo que tiene que ver con los apetitos. Porque también podemos disciplinar los apetitos. Podemos hacer una educación de los sentimientos. Una educación emocional, ¿no? Hay un concepto muy importante que se llama inteligencia emocional. Seguramente conocéis, ¿no? Inteligencia emocional. Ese concepto de la psicología remonta incluso a Aristóteles, ¿no? Pero bueno, sobre todo en la psicología actual, más actual, pues lo defiende y te va a decir que también se puede ser tonto en las emociones, ¿no? No haber desarrollado adecuadamente la vida emocional y ser como, bueno, muy, la palabra ignorante no es adecuada, ¿no? Ser ahí, ¿cómo podría decir, sin que suene como muy mal, deficiente emocionalmente? Algo así, ¿no? Debería ser asignatura en los colegios, ¿es verdad? Y un poco se está poniendo en los colegios, ¿no? Por ejemplo, a gobernar el miedo, a gobernar los celos. A gobernar la envidia. ¿Qué haces si tienes envidia? Si no has trabajado bien esa emoción, la emoción de la envidia o la emoción del miedo, o la emoción de los celos, pues entonces como que mal asunto. Se te puede enseñar a tolerar la frustración, muy bien, eso es, ¿verdad? Entonces, este tipo de partes de la subjetividad, ¿no? Los sentimientos, las emociones, los deseos. Ahora vemos en psicología y en filosofía también, ¿no? Que son muy importantes para la vida moral. Son muy, muy importantes. Porque la razón te puede decir que tienes que hacer algo, pero tú, sin embargo, no hacerlo porque igual estás enganchado. a otro tipo de cosas que te impiden hacerlo. Y parece, esto sería como una, si queréis, algo así como una objeción al intelectualismo moral, parece que Sócrates, bueno, que la filosofía de Sócrates no consiguió integrar en la ética, en su ética, en su propuesta ética, no consiguió integrar esas dimensiones no racionales del alma y que sin embargo son importantes para que nos salga bien el comportamiento con los demás. Bueno, pues, Aristóteles sí, sí le dio más importancia, ¿no? Platón menos, pero Aristóteles sí le dio más importancia a esas partes sentimentales y emotivas y que tienen que ver con el deseo. En el caso de Aristóteles, pues, que dirá él que es muy importante el hábito, la repetición, para que se cree en ti una predisposición hacia el bien, una predisposición hacia el bien. ¿Vale? ¿Vale? Bueno, no sé si me he alargado mucho con esta parte. ¿Va bien así? ¿Se entiende? ¿Sí? Yo creo que ya sería suficiente, excepto que Marta y Juan también queráis añadir algo o decir algo. ¿Va bien así? Me parece que ya es suficiente para que podamos pasar ya también a, bueno, al siguiente autor, ¿no? El siguiente autor es Platón. Platón. Bueno, de la exposición que tenemos aquí, pues los más importantes autores son de la filosofía griega, de esta primera parte del temario, pues son Aristóteles y Platón. Vamos a pasar ahora, por tanto, a Platón. Ahí primero una referencia a la vida de Platón, a partir de la página 35, que yo casi creo que no voy a comentar. Claro, ¿no? Excepto igual, pues algunos hechos como muy básicos, ¿no? Muy básicos. Por ejemplo, Juan también y Marta, convendría recordar que, claro, Platón fue discípulo de Sócrates. Con Platón ya estamos en el siglo V y IV a.C., ¿no? Y fue discípulo de Sócrates. Se va a ver muchísimo en su... En su filosofía, la huella de Sócrates. Incluso, esto es un detalle importante, que se comenta en la página 36 del libro, ¿verdad? Pero que, bueno, quiero insistir en él. Ya lo dije en alguna ocasión. La huella de Sócrates en Platón se ve también en la manera de escribir que tuvo Platón. Platón, un momentito ha salido aquí una ventana, como no puedo manejar... ¡Ay, qué fastidio! Vaya, no voy a poder leer el chat porque ha salido, esto es más bien horrible. Ha salido aquí una ventana emergente, no sé por qué. Ha salido una ventana que no puedo quitarla. Bueno, a ver. Pues lo siento, pero no voy a poder ni leer ahora en esta ventana. ¿Me oyes? Sí, pesada. Bueno, pues nada, lo siento, pero voy a seguir. Decía, Marta, ¿tienes…? Ah, no, había encendido el micrófono. Había hablado, pero no sé si me oyes. No me oyes, ¿no? ¿Sí, Marta? Ah, bueno, eso es que podéis hablar estupendo y mejor aún, ¿no? Te iba a decir que si dándole al escape no se te cierra la ventana emergente que se te ha abierto. Si pulsas en escape… Me pasa que no te acabo de oír, tampoco. No sé por qué. Bueno, decía que la huella de Sócrates en Platón se ve también hasta en la forma de escribir que tuvo Platón. Los escritos de Platón tienen la forma de diálogos. En ellos aparecen varios interlocutores, prácticamente todos los diálogos escritos de Platón, el interlocutor principal es Sócrates. Y es casi como un recurso que utiliza Platón para contar sus ideas. Si queremos saber cuál es el punto de vista de Platón, cuando hay estos diálogos en los que aparece el intercambio de ideas y de afirmaciones, pues tenemos que escuchar lo que dice Sócrates, porque se supone que ahí es donde está el pensamiento de Platón. ¿Por qué utilizó Platón esta forma de escritura? Bueno, pues por varias razones. Una, porque escribía muy bien, le gustaba también ese estilo de escritura medio literario. Parece que Platón se dedicó a escribir, conoció a Sócrates, quemó sus escritos literarios y se pasó a la filosofía, según se cuenta. No sabemos hasta qué punto podía ser cierto. Pero no sería nada extraño que fuera así, porque tenía una enorme capacidad de escritura, capacidad estética. Se lee muy bien, con mucho gusto, la filosofía de Platón, a diferencia de otros autores más áridos, más pesados. En el caso de este autor, pues es que no es así. Tiene el arte de la escritura en un modo absolutamente destacado. Da gusto, desde el punto de vista literario, leer a Platón. Esa podría ser una razón, ¿no? Pues es que, de todos los estilos posibles de escritura, es el que más se parece, tal vez, a... Pero hay algo más importante, y es que con esa manera de escribir, Platón intentó imitar de algún modo el estilo de enseñanza socrática. Socrates no escribió nada. Es algo así como palabra muerta. Es una palabra no agraciada por el brillo y la vivacidad del tiempo compartido en una discusión, en el diálogo. Entonces, para intentar recuperar la vivacidad de la conversación real en la que se discute sobre la verdad, él eligió este estilo de expresión filosófica. ¿Vale? Yo quisiera que... En el comentario de texto, si os cayera un texto de Platón, también hablarais de esto que estoy comentando ahora. Comentaréis estos aspectos que son un poquito como más formales del texto, porque seguro que aparecen textos de Platón en los que hay distintos interlocutores. ¿Vale? El diálogo. Bueno, luego tenéis una referencia a los periodos de los escritos que, bueno, se puede leer pero no es necesario que lo memoricéis para nada. Hombre, si lo recordáis, pues también en vuestros comentarios podéis decir, bueno, si se trata de la apología de Sócrates, pues es un escrito de juventud, en donde casi no hay ideas propias, sino que más bien lo que hace Platón es contar el punto de vista de Sócrates. Si se trata del Menón o del Crátilo, o incluso del Banquete o la República, pues ya estamos en la época de Maduret, y son ya escritos en donde encontraremos con más claridad las afirmaciones y tesis del propio Platón. Y si se trata del Timeo o del Parménides, pues ya son los diálogos de vejez, en donde incluso el mismo Platón se critica a sí mismo. Pero bueno, tiene un interés un poquito erudito. Eso de los diálogos, de las épocas, más que han sido escritos unos diálogos y lo podéis mirar un poquito. Bueno, pasamos al apartado 1.2.2, la fundación de la metafísica, la segunda navegación de la filosofía. Y esta idea de la navegación, bueno, tiene interés también. Nos lo ofrece una metáfora propuesta por Platón. Nos dice, es que la filosofía... Ahora, se ha preocupado por la investigación de la naturaleza. Es como una primera navegación. La investigación de la naturaleza. Y ahora igual podríamos navegar de otra manera, con otro estilo y propósitos, lo que él llama la segunda navegación, si en vez de tener un punto de vista que atiende al mundo natural, nos elevamos más allá de la naturaleza para encontrar los fundamentos últimos de la naturaleza. O sea, aquello que está a la base radical de la experiencia del mundo que nosotros tenemos, en donde la naturaleza es fundamental. ¿Qué nombre le podríamos dar a aquello que sirve de base de la naturaleza y de todo lo real, que tendría que ser el objeto de la filosofía en la llamada segunda navegación? Pues, más bien, habría que darle el nombre de lo metafísico, lo metafísico. La filosofía. La filosofía de Platón es una filosofía en donde, pues tal vez, de un modo muy destacado, la preocupación principal es la investigación relativa al ser. ¿De qué se ocupa la metafísica? En su parte más destacada, que se llama ontología, pues se preocupa por investigar el ser, por investigar qué es la realidad, qué es real. Como en Matrix, Morfeo le preguntaba a Neo, define real. Acordáis, ¿no? Esa es una cuestión muy filosófica y exactamente metafísica y más exactamente aún ontológica. llamamos ente a todo aquello que tiene ser, a todo aquello que tiene realidad. Entonces, la filosofía quiere investigar en qué consiste el ser, en qué consiste la realidad. Y la propuesta de Platón es justo la de investigar ese orden de cosas. No tanto investigar cómo funciona el mundo natural, sino más bien investigar cuál es el fundamento más extremo, más radical también del mundo natural y desde luego del mundo humano. En la investigación del ser, pues las preguntas que vamos a encontrar en los diálogos de Platón son preguntas relativas a lo que podríamos llamar esencias de las cosas, a las esencias de las cosas. Por ejemplo, a la esencia de la verdad, a la esencia del bien, a la esencia de lo moral, a la esencia de la virtud. Estos grandes asuntos que también le interesaba o le interesaban. Estos grandes asuntos que también le interesaban a Sócrates, ¿verdad? Pero que en el caso de Platón, pues va a tener como más insistencia, se va a presentar de un modo más exhaustivo y casi podríamos decir sistemático. Las grandes preguntas con las que comienzan los diálogos de Platón son preguntas, repito, relativas a las esencias. A las esencias. ¿Qué es la belleza? ¿Qué es el bien? ¿Qué es la virtud? ¿Qué es la ciencia? ¿Qué es la piedad? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es el ser? Todas estas preguntas son las que a él le van a ocupar más. ¿De acuerdo? Bien. Esto quiere decir que vamos a encontrar dos niveles de lo real. Voy a leer ahora un texto de la páginas 38 y 39, que pertenece a la obra titulada Cedón. En esta obra, Cedón, en la que se habla también del alma, se presenta la posibilidad de que existan dos realidades muy, muy distintas. Bueno, más que posibilidad. Ahí, más bien, se va a afirmar la existencia de dos realidades más bien distintas. Muy, muy distintas, incluso. Una realidad que en el libro se llama fenoménica y visible, y otra realidad que será invisible y que en el libro se llama metafenoménico. Luego yo voy a emplear palabras un poquito más técnicas y más propias de la filosofía de Platón, como estará en el apartado siguiente, en la página 39. Pero bueno, vamos a ver entonces qué se va a hablar. De dos niveles de realidad distintos. Lo voy a leer. Es un texto breve, pero tiene interés. Pues bien, a estas muchas cosas bellas, iguales, las puedes... Las puedes tocar, ver o percibir por los otros sentidos, mientras que las que se comportan idénticamente no podrás aprenderlas por ningún otro medio que por el uso racional de la mente, dado que éstas son invisibles y no perceptibles a la vista. Dices la verdad. Jamás se comportan idénticamente, admitamos también esto. Lo voy a leer ahora otra vez, tratando de comentarlo. Qué fastidio el cuadro este que ha salido. En fin, emergente, la ventanita emergente que no me permite leer el chat. ¿Qué nos está diciendo en este texto tan tan tan importante? Pues lo fundamental de la propuesta de Platón. Lo encontramos expuesto en el libro, en el apartado 1221, la teoría de las ideas, llamada así, ¿no? Teoría de las ideas. Me voy a referir a ella, primero a partir de este texto y luego presentándola un poco como más en general, ¿no? Fijaros, miramos el texto para a partir del texto tirar del hilo y llegar a las tesis principales de Platón que se engloban en el título Teoría de las Ideas. Hay dos tipos de cosas, según se dice aquí, dos clases de cosas, diríamos de realidades. Hay una clase de cosas que es perceptible a la vista. Entonces, podemos distinguir con la vista cosas bellas, un cuadro o una persona, cosas que parecen ser iguales. Y ese tipo de cosas que parecen iguales, por ejemplo, la mesa que yo tengo aquí y la que está al lado, que parecen que son iguales, yo las puedo tocar, ver o percibir por los otros sentidos. Son realidades que se ofrecen a la percepción, a los sentidos. Y esas cosas que se ofrecen a la percepción cambian, están cambiando continuamente. Será el cambio. Ahora está aquí esta mesa, luego está en otro lado. Esta mesa no existía hace mucho tiempo, ahora existe, pero se está deteriorando, no se está oxidando, se estropea con el tiempo y dentro de un tiempo, tal vez largo, pues esta mesa no estará. Fijaros en esta idea, en esta tesis. Tenemos objetos. Objetos que se dan, o cosas que se dan a la percepción. Y esas cosas que se dan a la percepción, vista, oído, olfato, gusto y tacto, no son idénticas a sí mismas en el tiempo, porque van cambiando, van modificando su realidad. Incluso podemos decir de ellas que nacen, duran y mueren. Ese es un tipo de realidad con la que nosotros tratamos de manera habitual. Es el mundo fenoménico, dice en el libro. Técnicamente casi le tendríamos que dar el nombre de mundo sensible. ¿Vale? En la teoría de las ideas hablamos así. Mundo sensible. ¿Por qué es sensible? Cuidado, no con la palabra sensible tal como se utiliza en el lenguaje diario, ¿no? Como muy dado a captar valores y emocionarse con las cosas. Cuando en la filosofía de Platón decimos mundo sensible, estamos diciendo mundo que se ofrece a la sensación, a los sentidos. A la vista, al oído, al gusto y al tacto y al olfato. ¿Vale? Ese mundo que se ofrece a los sentidos o mundo sensible está formado por realidades que cambian, está formado por objetos que son múltiples. Ahí se da la multiplicidad. Por favor, vamos a intentar retener estas características del mundo sensible. Estoy ya en el apartado, repito, 1221 de la página 39. Y siguientes. ¿Vale? Entonces, tenemos ya contado en este texto el cedón, ¿verdad?, que hay realidades que se ofrecen a los sentidos, que no son idénticas a sí mismas con el paso del tiempo. Y aunque no se dice en este fragmento, están sometidos a la decadencia y la muerte. Son realidades espaciotemporales, ¿verdad?, sometidas a la causalidad, al nacimiento, duración y muerte. Bien, pero en este texto también se dice que hay otras realidades que se pueden aprender solo con el intelecto, ¿verdad? A ver, vamos. Las invisibles siempre se comportan idénticamente. Repito otra vez el primer párrafo. Mientras que las que se comportan idénticamente no podrás aprenderlas por ningún otro medio que por el uso racional de la mente. Bueno, aquí vamos a fijarnos en algunas palabras. Por supuesto, esto de aprender, fijaros que lleva una H intercalada, un H en medio. Aprender quiere decir captar. Aprender es coger, como a veces oímos en las noticias. La Guardia Civil ha aprendido un alijo de cocaína, ¿no? Ha capturado. Bueno, resulta que nuestra mente también puede captar. Puede captar. No solo captan los ojos, sino también el intelecto. Como cuando un alumno, tal vez, que está en la clase de matemáticas, le dice al profesor, repita por favor la explicación, que no la he cogido. Entonces luego... Dale nuevo la explicación y ya dice, ah, ya le he pillado, ya le he pillado. O cuando nos cuentan un chiste, no la he cogido, sí la he cogido, ¿verdad? Porque la mente también puede coger, la mente puede aprender, captar. Bien, aquí pone el uso racional de la mente. Bueno, en esta traducción pone mente, pero igual debería poner alma. En otras traducciones aparece la palabra alma, que es la palabra que más casaría con el punto de vista antropológico de Platón. Platón habla del alma. Alma, la palabra mente, pues es una versión como muy actual, ¿no? Laica incluso, desde luego, ¿no? Para referirse a la intimidad profunda del ser humano, ¿no? A la intimidad profunda del ser humano, lo veremos más adelante. Platón le daba el nombre de alma. Y el alma tenía distintas partes. La parte concupiscible, la parte irascible, y luego la parte más excelente, esto lo veremos un poco más adelante en detalle, ¿no? Pero ya se señala aquí, que el alma o mente tiene una parte excelente que puede aprender la realidad, que puede captar la realidad. A esa parte excelente se le da el nombre de alma racional. Entonces, el alma racional también puede ver, ¿de acuerdo? Puede ver. Disculpad un momentito, porque es que se oye, no sé si está saliendo la música. Voy a cerrar la puerta, un momento. bueno, disculpad ya estamos aquí otra vez decía que tenemos según Platón dos géneros de realidad, dos tipos de realidad una realidad que se ofrece a los sentidos mundo sensible sometido al cambio espacio temporal y al final terminando en la muerte allá pertenecen los cuerpos y luego hay otra realidad que no se capta por los sentidos sino que se capta por la parte racional de la mente o del alma el alma racional que es capaz de entender ¿y qué realidades hay ahí? son realidades invisibles claro que no se dan a la vista física se dan a los ojos del alma pero no a la vista física estas realidades invisibles no están sometidas al tiempo ni al espacio esto es una tesis como bastante curiosa y tal vez extraña que existan realidades sobre todo para nuestros ojos para nuestra mentalidad que es más bien materialista y que entiende que solo existe lo que está en el espacio y en el tiempo pero Platón te va a decir que hay realidades invisibles que solo capta el alma esas realidades invisibles son idénticas a sí mismas La belleza es idéntica a sí misma, la vida es idéntica a sí misma, la verdad es idéntica a sí misma, el bien es idéntico a sí mismo. ¿Eso qué quiere decir? Pues que no pueden cambiar, que son eternas. Fijaros qué afirmación, hay realidades que son eternas, que son inmutables, no cambian ni están sometidas al nacimiento, duración y muerte. ¿Qué nombre le podemos dar a esas realidades invisibles? Pero que sin embargo existen, a esa realidad invisible que existe, a esa realidad invisible que existe y que se capta sólo con los ojos del alma, le da Platón el nombre de mundo inteligible, ¿vale? Mundo inteligible. Esto lo tenéis también explicado en la página 40. ¿Y qué encontramos en ese mundo inteligible? ¿Por qué se le da, por cierto, el nombre de inteligible? Porque se intelige, porque se comprende, se entiende. Al mundo donde están las cosas físicas se le da el nombre de mundo sensible porque es una realidad que se ofrece a la percepción, a los sentidos. Al mundo inteligible se le da el nombre de inteligible porque es un mundo que se... Se ofrece al entendimiento o intelecto, ¿vale? Que viene a ser lo que nosotros llamaríamos razón, ¿de acuerdo? ¿Y qué realidades hay ahí? Porque son realidades bien extrañas, ¿no? ¿Qué realidades hay ahí? Pues aquello que está fuera del tiempo y el espacio, que es inmutable y no cambia. nosotros les daríamos el nombre de esencias a partir de Aristóteles a ese tipo de realidades inmutables que constituyen el ser más profundo de lo que hay pues se le da el nombre de esencias Platón utiliza la palabra idea por favor, esto es muy importante utiliza la palabra idea y enseguida vamos a intentar quitar alguna posible confusión con ese término pero que, repito, serían lo que nosotros llamamos esencias existe la esencia de la mesa existe la esencia del triángulo, la triangularidad existe la esencia de la virtud existe la esencia del hombre, la humanidad ¿qué es lo que envejece? envejece el hombre concreto pero el hombre con mayúscula no envejece ¿qué sería el hombre con mayúscula? la esencia la esencia o naturaleza humana que está dentro de cada uno de nosotros ¿qué se puede estropear? esta mesa concreta que yo estoy tocando ahora esta mesa concreta que está en el tiempo y en el espacio sí se puede estropear lo que no se estropea es la esencia de la mesa la meseidad, por decirlo así con una palabra forzada en castellano la esencia de la mesa es inmutable lo mismo pasa con los objetos matemáticos que son los objetos más claramente pertenecientes al mundo inteligible ¿verdad? desaparece la triangularidad. Tú dibujas un triángulo en la pizarra y ese triángulo se puede borrar. Ese triángulo tiene un momento de existir cuando tú, con la tiza, haces el trazo del triángulo, el dibujo del triángulo, ¿verdad? Luego lo borras y desaparece. Pero no por eso, porque desaparezca ese triángulo concreto que está ahí, desaparece la triangularidad. La triangularidad, los objetos matemáticos, ya lo veremos un poco el próximo día, los objetos matemáticos, o incluso tal vez hoy mismo, están fuera del tiempo, va a decir Platón. Fuera del tiempo y del espacio. Fijaros qué afirmación tan curiosa para nuestra mentalidad, creo yo, que resulta tanto curiosa porque nosotros ahora tendemos a creer, tendemos a pensar que sólo existen las realidades espaciotemporales, la materia, aquello que se ofrece a los sentidos. Y nos parece además también que el criterio que utilizamos para decidir si algo existe es el de la percepción. Sólo aquello que puedo ver, tocar y sentir tiene existencia real. El punto de vista de Platón es muy, muy distinto. El punto de vista de Platón es el de considerar que incluso la realidad plena está... está del lado de aquello que se ofrece a la razón, no a los sentidos. Lo que se ofrece a la razón. ¿Y qué es lo que se ofrece a la razón? Lo que él llamaba mundo inteligible, o también llamado mundo de las ideas o de las formas. Voy con la palabra idea. Tened cuidado, por favor, porque nosotros utilizamos esa palabra, la palabra idea, y con la palabra idea nos estamos refiriendo a pensamientos, nos estamos refiriendo a contenidos mentales con los cuales nos referimos a la realidad, representamos la realidad. Yo tengo el concepto de hombre, tengo el concepto de mesa y puedo hacer frases con esos conceptos. Puedo decir, algunos hombres son filósofos. Puedo decir, algunas mesas son verdes. Puedo razonar utilizando estos conceptos. Los conceptos serían lo que llamamos nosotros ideas. ¿Qué idea tienes sobre el asunto? ¿Qué idea tienes sobre la justicia? Entonces uno desarrolla los pensamientos que puede formularse. Bueno, cuando Platón utiliza la palabra idea, o el término griego correspondiente, ide, o la palabra mosfe, que se traduce como forma, cuando él utiliza la palabra idea, no se está refiriendo a los pensamientos. Se está refiriendo a realidades objetivas, que son independientes de nuestros pensamientos. Se está refiriendo, en todo caso, a lo que nosotros hacemos. Ahora, con otra palabra igual un poco más fácil, que evita, quiero decir, confusiones filosóficas. pues se está refiriendo a lo que nosotros llamaríamos esencias de las cosas. El ser propio de algo, está el ser propio de algo, y a ese ser propio de la mesa, que es además común a otros objetos, a la mesa que tengo enfrente, a la que está en el extremo de la clase, a la que tengo en mi casa, le damos el nombre de esencia. En la jerga o terminología de Platón le damos el nombre de idea. Bueno, esta teoría que extiende lo real en dos partes, que te habla de dos géneros de realidad antagónicos, enfrentados, muy distintos, recibe el nombre de teoría de las ideas, y es la parte nuclear de la filosofía de Platón. Es su tesis ontológica, ¿verdad? Tenemos que hacerle siempre a un filósofo para poder entenderlo la pregunta ontológica. ¿Qué es para ti el ser? ¿Cómo es para ti el ser? Si le preguntamos a Platón, ¿cómo es para ti el ser? Platón nos dirá, mira, hay dos tipos de ser. Un pseudo-ser o ser apariencial o un ser insuficiente, y un ser de verdad, de verdad, de verdad, un ser perfecto, un ser que es auténticamente real. El pseudo-ser es el mundo fenoménico, el mundo que se ofrece a los sentidos, en donde está la multiplicidad y el cambio. Y luego está el mundo verbalizado. El ser ser de verdad es el ser de lo eterno, de lo invisible, de lo que se ofrece a la razón, pero que no puede cambiar. ¿Vale? En el mundo de las ideas. Ese es el auténtico ser para Platón. Fijaros qué tesis, ¿no?, más interesante. Muchos la pueden discutir, claro, ¿no? Existe lo eterno. Claro, también uno podría decir, bueno, vamos a ver, esto tampoco es tan extraño, porque uno podría decir, bueno, yo soy cristiano. Entonces, como yo soy cristiano, pues también creo que existen realidades eternas. La principal es Dios, en el mundo de lo espiritual, ¿verdad? Y ahí, en la cúspide del mundo de lo espiritual, está Dios, que es eterno. Bueno, pero esta comprensión de la eternidad, referida a Dios, ¿no? Es distinta a la concepción de la eternidad de Platón, en varios conceptos, ¿no?, en relación a distintos asuntos, quiero decir, ¿verdad? Y es distinta, por ejemplo, principalmente, porque estos objetos eternos de los que habla Platón, que son las ideas o esencias de las cosas, ¿no?, son como entidades abstractas, ¿no?, por decirlo así. Desde luego, son entidades impersonales, ¿no?, impersonales. ¿Qué quiere decir que sean impersonales? Pues que no tienen conocimiento ni voluntad. El Dios cristiano, que es eterno, es una persona. No es una persona física, pero tiene el carácter de persona porque tiene entendimiento y voluntad. Y desde el punto de vista cristiano, por eso, bueno, pues Dios se preocupó por los seres humanos, se encarnó en la figura de Jesús, ¿verdad? Se hace presente en la historia humana, tiene compasión por el ser humano y es providente. Todas estas afirmaciones que corresponden a la teología cristiana. Pero esto no es así en el caso de los objetos eternos en los que cree el ratón, que afirma su existencia. La idea de hombre, la esencia de hombre, la esencia del triángulo, no tiene el carácter de persona, no tiene voluntad. No es un ser vivo al estilo de Dios. Dios no tiene una vida biológica, pero es un ser vivo porque tiene voluntad, razón, es libre, etc. Mientras que las ideas no son así. Repito que son más bien como entidades, por decirlo de una manera un poco metafórica, como más frías y absolutas y abstractas. Lo del absoluto vale también para Dios, más bien lo del abstracto. No tiene carácter personal. Tal vez con una excepción. Y es que en el mundo de las ideas también hay como una jerarquía. Hay distinciones y grupos de ideas. Están ideas generales como la idea de mesa o la idea de hombre, o hay ideas más generales aún y más principales como la idea de ser y no ser. Están las ideas matemáticas también. Los objetos matemáticos están ahí. El próximo día voy a insistir un poco en esto. Los objetos matemáticos, los objetos con los que tratan. Los matemáticos, la triangularidad, los números, las figuras geométricas puras, pues no existen en el mundo sensible. Existen en el mundo inteligible. Y luego, en la cúspide de esa región, de la región de lo inteligible, nos encontramos una idea o esencia fundamental, que es la idea de bien. Todo esto lo cuenta también Platón en una metáfora, en un mito, decirlo así, una alegoría, tal vez es un poco más adecuada la palabra, ¿no? Una alegoría muy importante que es la alegoría de la caverna, un mito de la caverna. Lo tenéis también en el libro casi al final de la exposición de la filosofía de Platón, ¿vale? Tenéis un cuadro en la página 47 que es realmente útil, en el que se presenta la teoría de las ideas citando la población, los géneros de entes, de realidades que hay ahí en cada una de las regiones, a la vez también nos presenta los tipos de conocimiento. Yo el próximo día me referiré también. Mira los tipos de conocimiento, ¿vale? Pero volviendo otra vez a cómo entender lo eterno en Platón, ¿no? Decía que esas entidades especiales que están fuera del tiempo y del espacio, que son eternas, no tienen carácter personal. Este es tal vez la idea más importante, que aún no había citado, ¿no? Que es la idea de bien. Platón pone en la cúspide de ese mundo de eternidades, ¿no? La idea del bien. Y a veces habla de la idea del bien en unos términos tan entusiastas. que parece que está hablando de Dios. Ya leeremos seguramente algún texto en el que podamos notar esto, ¿verdad? Cómo dice de la idea del bien, que crea la realidad, da inteligibilidad y gobierna todas las cosas. Esto lo encontramos en el mito de la caverna, allí en la República, en la obra principal de Platón, que se llama así, República o Acerca del Estado. Es curioso, ¿eh? En una obra de filosofía política, como es la República, en la República, bueno, pues aparecen también ideas metafísicas. Y sobre todo concentradas en el mito de la caverna, ¿eh? La alegoría de la caverna, como queréis llamarlo, que es una especie de compendio o resumen muy breve y metafórico de la filosofía de Platón. Y ahí aparece el dualismo ontológico y la referencia a la idea del bien como aquello que, repito, gobierna, crea y da inteligibilidad o permite que se pueda comprender todo lo real, ¿no? Entonces, con la excepción de esa idea, la que dice cosas tan entusiastas que parece que está hablando de Dios, ¿no? El resto de entidades eternas, pues son muy distintas. Es un tipo de eternidad impersonal, ¿vale? Eso también hay que tenerlo como muy, muy, muy en cuenta. Bien, pues yo creo que ya lo podemos dejar por hoy y el próximo día, el mes que viene, pues continuamos, ¿verdad? Y espero que vayáis... Mucho mejor el ordenador. Es un fastidio, ¿no? Esto que ha ocurrido... que no haya podido poner la cámara que el chat esté también escondido con una ventana emergente es decir, bueno disculpad un poco este pequeño desastre tecnológico que tenemos por aquí ¿vale? Bueno, Marta y Juan, pues entonces lo dejamos aquí y seguid leyendo por favor todo lo que podáis leer de Platón del libro pues será estupendo y si queréis animaros también a leer la filosofía de Platón con algunos de sus escritos el Menón, por ejemplo, también se lee muy bien aparte de la Apología que ya Marta os has leído pues el Menón es un escrito bien interesante Menón o Acerca de la Virtud por ejemplo ¿vale? Bueno, pues lo dejamos aquí hasta la semana que viene ¿vale? Bueno pues chao si puedo chao