Bueno, vale, pues entonces vamos hoy a cambiar un poquito de, digamos, de orientación de lo que hemos estado viendo hasta ahora, ¿vale? Os acordáis que vimos que la política tenía tres dimensiones, la estable, considerada como sistema político o estructura política, la de proceso, que es lo que vamos a ver ahora, considerada como todo ese conjunto de factores más dinámicos que pertenecen a la propia política y luego teníamos también la última dimensión que era la política vista como resultado, que hacía referencia sobre todo al resultado final de lo que hacen los políticos que serían en términos generales pues las políticas, políticas públicas, ¿vale? Entonces hasta ahora hemos estado viendo… bueno, hasta ahora. Los temas… Los temas más referentes al Estado han hecho referencia, como os dije, a la estructura estable. Son muy poquitos. Creo que han optado por solo hablar del Estado y no hablar de… bueno, de lo que hemos visto, quiero decir, de la dictadura, la democracia y demás y el origen del Estado, y no hablan de otras cosas también importantes, como hemos dicho, bueno, pues el sistema de organización de los parlamentos, el sistema judicial, que por ejemplo ahora está toda esta situación, ¿no?, de… de los conflictos, ¿no?, que se pueden producir entre el Ejecutivo, el Legislativo y Judicial y cómo eso se articula, ¿no?, en los diferentes sistemas. También el problema que dije que en algún momento cuando ya vayamos… bueno, yo creo que vamos bastante bien de tiempo, pero bueno, nunca estoy seguro de eso, entonces prefiero seguir avanzando. Y entonces habrá un momento en el que hablemos también, o sea, os hable de algo que no vamos a estudiar, pero que también es interesante, que es toda la relación que hay, entre el Estado con la nación, ¿no?, esos dos conceptos que a veces se confunden, que a veces van unidos, que a veces no van unidos, etcétera. Y todo eso, yo creo que ha notado por no darlo aquí porque intuyo que los de Sociología no tanto, pero los de Ciencia Política sí que lo vais a ver disperso en otros tipos de asignaturas, ¿vale? Entonces, donde se van a centrar ahora un poquito más es en la segunda parte, en la de la política como proceso, como dinamismo, son pues los temas que vamos a ver ahora, son el… o sea, este es el 7, el 8, el 9, el 10 y yo creo que el 11. O sea, los cinco siguientes temas hacen referencia a esta parte y el último, que sería el 12, es el único que es una política pública y, bueno, y cómo se crean las políticas públicas, pues es el único que vamos a ver de la política como resultado, ¿vale? Entonces, vamos a ver hoy el tema de actitudes y culturas políticas y ojalá que… Yo creo que también nos empezamos… Que nos dará tiempo a meternos en el siguiente, que es el de los valores y las ideologías. Para encuadrar estos dos temas, que podríamos decir que van juntos, voy a hacer un pequeño esquema. Ya sabéis que me gusta hacer dibujitos, lo que pasa que los dibujitos en la pizarra normal son más fáciles de hacer que aquí en el ordenador. Por eso aquí no hago muchos, pero cuando puedo ya sabéis que siempre me gusta hacer algún dibujo. Vale. Bueno, esto es lo de… Esto lo corramos. Vale. Mirad. Si os acordáis con la idea del sistema, ¿vale? Que decíamos que, bueno, que al final hay unos inputs y de esos inputs la política genera unos otros. Pues digamos que algo parecido se puede aplicar a los sujetos, a las personas individuales, ¿vale? Entonces, digamos que hay un estímulo. El estímulo puede provenir de diferentes ámbitos, ¿no? Puede ser algo que hace el propio sistema político. Por ejemplo, un… Una ley que genera polémica, como está pasando… Bueno, no la ley, pero bueno, los resultados o lo que sea, ¿no? Que ha pasado con la ley. Puede ser porque haya una crisis, como ahora con lo de la inflación. Puede ser que haya un problema estructural, como por ejemplo lo de la sanidad o yo qué sé, cualquier cosa, ¿no? O sea, es decir, hay una serie de cuestiones, de factores, de objetos que, digamos, generan cierta… Digamos que nos golpean, ¿no?, como personas, ¿vale? Entonces, nosotros estamos aquí, somos la persona y entonces esta persona ante este estímulo va a dar una respuesta y la respuesta es lo que nosotros llamamos la acción política, ¿vale? Uy, la acción política, ¿vale? Vamos a verlo. Vamos a ver en los… Ahora vamos a ver dos temas. Pues en los siguientes tres temas vamos a ver la acción política, esta acción política, desde dos dimensiones. La acción política individual, digamos, nunca la acción política es absolutamente individual, pero bueno, es la acción política individual y la acción política colectiva. La acción política colectiva que estará asociada sobre todo a los partidos políticos, los movimientos sociales, los grupos de interés o grupos de presión, etcétera, todas estas cosas, ¿vale? Pero bueno, eso ya lo iremos viendo. Entonces, ahora lo importante es que tenemos o vamos a… Ante ese estímulo, ante este estímulo que nos llega, nosotros vamos a reaccionar de una forma. Esa forma de reaccionar va a ser una acción. Esa acción es acción política. Vale. Hola, buenas. Esa acción política, sin embargo, y es lo que vamos a ver en estos dos temas, no es una acción política, digamos… No es nada más de estímulo-respuesta así inmediata, sino que está mediada, ¿vale? Nuestra respuesta política está mediada. ¿Por qué está mediada? Por una cosa que, digamos, podríamos decir aquí como un filtro, ¿no?, que llamamos a veces, y bueno, en el libro también lo llaman, ponemos por ahí como una rejilla, ¿no? Esto son las actitudes. O sea, toda esta terminología… Es de la psicología y de la sociología y de las ciencias sociales en general, pero aquí se aplica al ámbito de la política. ¿Vale? Entonces, estas actitudes, que es lo que vamos a ver en el tema de ahora, digamos que median, filtran y hacen que la respuesta que cada persona tenemos ante un estímulo político sea diferente. ¿Vale? Si todos fuéramos iguales en todas las dimensiones, pues cada vez que hay algo que nos interpela, todos responderíamos igual. Pero no respondemos políticamente igual, igual que no respondemos de nada, en ningún sentido igual. Cada persona lo hace de forma diferente. ¿Y esto de qué depende? De las actitudes, ¿vale? Ahora bien, estas actitudes no vienen solas, sino que en general… Vamos, cuando digo solas, o sea, cada persona tiene sus actitudes, pero me refiero a que no vienen solas porque normalmente las personas, no vivimos solas, sino que vivimos en grupos. Esos grupos tienen, digamos, a veces un tipo de actitudes comunes, ¿vale? Imaginaos que sois del mismo partido político, por así decirlo, de la misma ideología, más o menos, por hablar de una forma un poco así impropia. ¿Vale? Pues ese conjunto de personas comparten un conjunto de actitudes. Pues ese conjunto de actitudes compartido lo llamamos cultura, ¿vale? Es la cultura política. Luego veremos qué tiene otro… Otras dimensiones y demás, ¿no? Pero esa cultura política es aquello que es común a diferentes… A un conjunto de personas, ¿vale? Mientras que las actitudes son individuales, la cultura sobre todo tiene una dimensión colectiva y grupal. ¿Vale? Entonces, esto, las actitudes y la cultura, es lo que vamos a ver en el tema 7. O sea, el primero que vamos a ver. Pero estas actitudes y esta cultura… A su vez, están fundamentadas. Digamos que tienen su base, aunque a mí me gusta más… Luego lo diré, ¿no? Pero a mí me gusta, en vez de en la base, me gusta más verlo como si estuviera en el cielo, ¿no? Luego veré por qué. Luego os digo por qué. Pero vamos, digamos que, siguiendo lo que vamos a ver luego en el libro, tienen su base en otra cosa que son los valores. ¿Vale? Y también hay una serie de valores que cuando tienen una serie… Que de intereses los llamamos ideologías. ¿Vale? Entonces, esto, los valores y las ideologías, es lo que vamos a ver en el siguiente tema. Y las actitudes y la cultura es lo que vamos a ver en este. Pero fijaos, a efectos de esto, todo lo que nos interesa, para que tengamos en cuenta… O sea, porque he hecho este gráfico, es que todo eso, las actitudes, las actitudes como conjunto cultura, las actitudes fundamentadas en valores. Los valores con intereses que llamamos ideologías, etcétera, y que orientan un poco la acción política, todo eso está presente entre el estímulo político y la respuesta. Por eso podéis entender que cada acción política sea muy diferente dependiendo de las actitudes, de la cultura, de los valores y de las ideologías de la gente. Entonces, cada… Evidentemente, Evidentemente que hay agrupaciones más o menos homogéneas, pero incluso en agrupaciones homogéneas hay cosas diferentes. Es decir, uno puede compartir una misma cultura política con un conjunto de actitudes hacia la política, etcétera, pero luego pueden tener matices en las ideologías o matices en los valores. ¿Vale? Entonces, todo eso que llamamos izquierdas no son homogéneas. Eso que llamamos derechas no son homogéneas. Hay fracturas internas. ¿Vale? Entonces, eso hace que al final, cada… Cada persona actúe y responda de una forma diferente a los diferentes desafíos políticos que nos vamos encontrando. ¿Vale? Bueno, pues si tenéis un poco este esquema en la cabeza, no lo voy a borrar porque voy a hacer como la otra vez, cuando hablábamos de la evolución del Estado para ir recordando, ¿no? Pero si tenéis este esquema en la cabeza, empezamos entonces ya el tema y así podemos ir entendiéndolo de forma fácil. ¿Vale? Entonces, volvemos a los esquemas y empezamos. ¿Vale? Bueno, el primer epígrafe simplemente es un poco insistir en algo que creo que ya dijimos en el primer tema o en algún momento. ¿Vale? Que, en general, la mayoría de las personas estamos de una forma u otra haciendo política, es decir, participando en política. Hay gente que lo hace con mayor conciencia de ello, de forma deliberada, de forma organizada, de forma reflexiva. Y otras personas lo hacen de forma menos consciente, menos organizada, menos reflexiva, menos deliberada. Pero todos, de una forma o de otra, por el mero hecho prácticamente casi de vivir en sociedades, en colectivos, estamos ejerciendo acciones políticas. ¿Vale? Por eso dice que es la política. Luego, en los temas, en los tres últimos temas de este bloque veremos más ejemplos, ¿no? Pero digamos que la política es una práctica colectiva constituida de diversas actividades. Opinar, votar, negociar, manifestarse y mil otras cosas más. Pero fijaos, opinar, opinar es una actitud política. ¿Por qué es una actitud política? Porque cuando estamos opinando estamos creando corrientes de opinión. Yo puedo dar una opinión, esa opinión a algunos, yo que sé por decir, al 50 por ciento de vosotros os gusta y al otro 50 por ciento no. A los que os gusta la vais a reproducir en vuestras casas, en vuestras casas. Habrá gente también que le guste y no le guste. Entonces, de esos que les gusta la reproducirán en sus trabajos. También vosotros la reproduciréis en el trabajo y así. Entonces, el mero hecho de opinar genera cierta, aunque parezca muy leve y muy tonta, en democracia, sobre todo es muy importante porque genera esas corrientes de opinión y esas corrientes de opinión luego tienen consecuencias a la hora de votar, a la hora de lo que una persona considera, creo tal, porque ha sido influida por otra. ¿Vale? O sea que simplemente eso ya es hacer una acción política. Entonces, esto ya lo hemos dicho antes, que toda esta actividad política tiene una dimensión más estable, que es lo que hemos dicho que era la estructura y que no hemos visto nada más que lo del Estado, de la democracia y las dictaduras. Y luego un aspecto más dinámico, que es el proceso político en las diferentes posiciones, perfiles, formas de intervención, tipos de actores políticos, etcétera. Esto es lo que os he dicho que vamos a ver en los siguientes cinco temas. ¿Vale? Entonces, dicho esto, ya empezamos a un tema que es muy importante. ¿Vale? Esto de para explicar la acción política y de cálculo o prejuicio. Claro, aquí hay una cosa previa. Hemos dicho que las personas hacemos política. En el dibujito que os he hecho, es decir, que tenemos respuestas a los estímulos políticos. Vale, entonces dice que la variedad de reacciones. Porque aquí os pone incluso que la acción o inhibición. O sea, cuando uno incluso no vota, eso es una actitud política. Puede ser una forma. Por ejemplo, la abstención puede implicar como si fuera una postura política deliberada. Es decir, no estoy de acuerdo con el sistema y por tanto ni siquiera voto porque no acepto el sistema o puede ser una o puede manifestar una actitud política de desidia, de desesperanza, de descreimiento, de desconfianza en las instituciones. ¿Vale? O que hay otras cosas que me importan más que ir a votar, lo cual no significa que es que por eso no sea político o no esté ejerciendo política. ¿Vale? Entonces dice que ante la variedad de reacciones que las personas toman hay. Bueno, aquí dice dos modelos, pero en realidad son tres. Ya veremos por qué. Que tratan de explicar esto de dos formas. Diferentes. Esto los que ya venís de los que no sois de primero, que venís ya de otras, vamos, de otras asignaturas. O bueno, los que venís de otras carreras también de ciencias sociales. Esto ya lo conocéis, ¿vale? Porque salen en muchas disciplinas desde psicología hasta sociología, antropología. Entonces hay dos grandes modelos en ciencias sociales. Luego explicaré el tercero porque no, porque no lo han hecho mucho caso. El primero. Lo que se llama el modelo económico o teoría política de la acción racional. El famoso homo economicus que os sonará la teoría de la acción racional. Vale este este tipo de teorías lo que hace es explicar las acciones políticas, las conductas políticas, las conductas en general, pero en este caso las conductas políticas como resultado de un cálculo racional de costes beneficios. Es decir, yo ante votar o no votar, ante manifestarme o no manifestarme, ante votar a un partido u otro partido, entre participar en una huelga o no participar, entre lo que sea, yo hago un cálculo de costes y de beneficios. Es decir, qué me cuesta y qué voy a sacar con ello. Me cuesta ir a votar en no poder irme a la playa. Prefiero irme a la playa, pues entonces no voto. Me parece una chorrada, pero eso es un cálculo de coste-beneficios que le pasa mucho. A mucha gente. Por eso normalmente en la democracia la mayoría de las veces se ha cogido en fin de semana para facilitar que la gente vaya a votar, porque entre el trabajo, los niños, la no sé qué, no sé cuántos sería más complicado entre diario, pero a la vez ha generado un problema y es que el fin de semana la gente se va. Entonces, si tú te has ido de fin de semana por ahí, pues claro, a lo mejor si estás en la montaña haciendo senderismo, pues no vas a venir a votar, aunque te dejen a las ocho hasta las ocho y media, a lo mejor si vienes desde Cantabria llegas a tu casa a las once de la noche un domingo, con lo cual no votas. Entonces eso ha generado otro tipo de problemas. Pero esto es un coste de cálculo-beneficio. Hay gente que tiene una implicación tan importante, es decir, que considera que el coste de no ir ese fin de semana por ahí es es mejor no ir que el beneficio que va a obtener si vota. Por tanto, hace ese cálculo y decide votar. ¿Vale? Frente a otra. Bueno, pues esto aplicarlo a cosas ya incluso más sustanciales, como por ejemplo hacer una huelga. ¿Qué repercusión puede tener en mi empresa que yo haga un paro, una huelga, un día o dos o una semana? O que yo vaya a una manifestación. Quiero que me vean, quiero que no me vean. Puede haber palos y entonces yo no quiero que haya palos o que me ponga, me puedan detener. A lo mejor incluso en países en los que no es muy... no está permitido la manifestación pública de las ideas contrarias a los gobiernos. Entonces hay un coste-cálculo-beneficio. Entonces lo que está diciendo esta teoría básicamente es que el acto político es un acto egoísta. Entenderlo bien, no significa que sea maligno, sino que es egoísta porque piensa en el yo y porque está determinado por el rendimiento de su acción. Es decir, ¿qué voy a obtener yo? Yo, yo de eso, por tanto es egoísta, he ilustrado. Ilustrado significa informado, es decir, con conocimiento, porque cuenta con información y conocimientos necesarios para evaluar las alternativas. Veis que esto explica algunas cosas, pero no explica todo, ¿vale? Ahora vamos a ir viendo y porque a mí me gusta decir que en realidad ninguna de las teorías por sí sola explica todo y que casi casi es mejor tener las tres para diferentes dimensiones de la acción política. Esa sería la primera. La segunda sería lo que se llama el modelo sociocultural. Aquí el modelo sociocultural también tiene su homo y este es el homo sociológico en vez del homo económico. Aquí dice que el actor político ha incorporado pautas de conducta durante su socialización y por ello las personas actúan según las normas, valores y usos aprendidos. ¿Vale? Fijaos lo bonito de esto. Dice que la conducta se explica como una adaptación del individuo a la norma social. Por tanto, la política tiene un sentido ritual. Esto es muy bonito también. Imaginaos, voy a hacer un dibujito. Si esta es la persona, estos son los ojos para que veamos que esto es para adelante. La teoría del homo economicus dice que la razón por la que votamos está aquí delante. Esta es la razón, ¿vale? Es decir, yo pienso qué es lo que quiero conseguir votando, qué es lo que quiero conseguir manifestándome, qué es lo que quiero conseguir con lo que sea, hago un cálculo de qué me va a costar en tiempo, en dinero, en prestigio, en peligrosidad, en dinero a veces, eso que voy a conseguir y hago un cálculo. Imaginaos, ¿no? Me cuesta mil algo y voy a obtener 500. Pues entonces no, ¿vale? Entonces, digamos que es según las consecuencias a futuro que yo voy a obtener. La política, digo, el modelo sociocultural dice lo contrario. La razón está aquí detrás. ¿Qué significa aquí detrás? Significa que desde pequeño yo he ido interiorizando por mi familia, mis entornos, luego veremos, por mis grupos, etcétera. He ido interiorizando determinadas ideas de la política. Y entonces lo que yo hago es a veces, incluso casi de forma automática e inercial, seguir culturalmente esa interiorización que yo tengo, ¿vale? O sea, hay cosas que me salen de forma natural. Cuando digo natural no digo en términos biológicos, sino me sale de forma natural porque yo desde pequeño estoy socializado. Esto explica muchas cosas también, si os dais cuenta, y otras no las explica. Por ejemplo, explica que haya cierta heredabilidad cultural de a quién voto. O sea, por ejemplo, si yo he tenido a veces, esto pasa, luego lo veremos, ¿no? Si yo he tenido una socialización en una clase más baja y mis padres me han, digamos, orientado a una votación más izquierdosa, digámoslo así, yo, puedo seguir votando a esa tendencia, aunque yo haya cambiado de clase social y esté en una clase social alta, ¿vale? Y al contrario también puede pasar. Entonces hay cosas que hacemos casi por inercia cultural, porque sí. Mientras que en el caso del homoeconómico se supone que la respuesta es racional. Estas son las dos grandes propuestas en ciencias sociales. Como veis, sigo insistiendo. Esto es opinión mía, pero creo que es una opinión bastante razonable. Por no decir racional, pero es bastante razonable. Hay veces que votamos siguiendo un cálculo coste-beneficios, pero hay veces, y no podemos negarlo, que lo votamos por ritmo. Vamos, votamos, cuando digo votamos estoy diciendo hacemos acción política, ¿vale? Que a veces digo votar por simplificar. A veces actuamos políticamente casi por inercia ritual, ¿vale? Porque y en realidad a lo mejor estamos haciendo algo que nos perjudica nuestros intereses, pero tenemos digamos una inercia de socialización cultural. Estas dos cosas hay que tenerlas en cuenta. Ahora bien, hay una tercera que en ciencias sociales a la gente no le gusta, pero a mí personalmente me gusta mucho, que es que hay otros enfoques que no sólo hablan de un coste-cálculo beneficios o de una socialización por aquí por detrás desde pequeños, sino que también tienen en cuenta la influencia biológica, hormonal, genética, neurológica en las conductas políticas. Esto en ciencias sociales está muy mal visto. Yo procedo, o sea, yo soy sociólogo y sociólogo histórico y politólogo, si me queréis considerar también. Y sin embargo, a mí me parece que las ciencias sociales no lo explican todo, es decir, no todo se explica en términos racionales y no todo se explica en términos de socialización. Hay también cuestiones que son puramente o casi puramente biológicas, es decir, que casi ni siquiera nosotros podemos controlar, podemos tener tendencias, predisposiciones e influencias que vengan de nuestra propia constitución biológica. Esto que ahora está muy en ciencias naturales y biológicas, que se está estudiando mucho, en las ciencias sociales sigue costando aceptar. Pero bueno, este manual tiene un esfuerzo laboral porque lo ha incluido. Hay otros en la que yo digo que ni lo incluyen. Entonces, insisto, desde mi punto de vista, no elijáis. O sea, ¿por qué vais a tener que elegir entre una cosa y otra? Tener en cuenta que hay veces que igual que nosotros actuamos a veces por impulsos biológicos, otras veces por influencia de nuestra socialización desde niños. Y otras veces por racionalidad. También así actuamos en política. Hay cosas que nosotros vamos a hacer por alguno de esos tres motivos. Entonces quedarse por una sola es como muy absurdo. Perdóname por lo que lo diga así, porque es reducir la posibilidad de explicar a otras cosas, porque claro, uno puede decir no, yo soy muy racional votando, votando o participando siempre hago un cálculo de coste beneficios. Y siempre me miro todos los 50 programas electorales de los 50 partidos más importantes y hago un resumen, subrayo, hago tal y al final me quedo con el que considero que es el más adecuado. Bueno, alguien puede ser así, pero otra persona puede ser por pura inercia y otros incluso por predisposición biológica, porque tengan una predisposición biológica a al orden, a buscar el orden. Y entonces va a intentar votar a partidos que le hablen de seguridad y de orden. Otros van a tener una predisposición biológica a la libertad absoluta. Son personas que les cuesta el compromiso, les cuesta casarse con ideas, con personas, con situaciones y entonces va como si fuera a votar a partidos que tengan ese programa más de libertad. Los que consideren que tienen una predisposición biológica a la igualdad, a sentirse de un grupo, a que todos vistamos iguales y fíjate, me corto el pelo igual que todos. Pues a lo mejor busca partidos que fomenten la igualdad. Esto que estoy diciendo es una simplificación tonta, pero es para que lo veamos. Entonces, esas tres grandes modelos y teorías son muy interesantes si los conjugamos para explicar diferentes tipos de personas, diferentes tipos de situaciones y diferentes tipos de momentos en los que yo estoy haciendo acción política. Vale, entonces eso sería una cosa general. Ahora ya nos meteríamos en lo que entendemos como actitudes. Lo que decíamos antes, la rejilla es fundamental. Entonces dice que, como hemos dicho antes, entre el estímulo y la respuesta se inserta un conjunto de actitudes y predisposiciones que actúan, como hemos dicho antes, a la manera de un filtro. Todo lo que nos llega, nos llega como a través de unas gafas. Esto yo creo que no lo puede negar nadie. Hay gente que se cree que esa persona es muy objetiva. No hay gente que dice no, no, yo soy objetivo. Yo no me dejo llevar por mis sesgos, porque cuando a mí me dice una persona eso, yo ya, en fin, ya desconfío. Vale, una cosa es el esfuerzo, incluso, por ejemplo, los que nos dedicamos a la universidad, vamos a la docencia, el esfuerzo de querer ser objetivos, de luchar por ser objetivos, de cuando tenemos sesgos, querer decírselos a los estudiantes para que ellos tengan en cuenta que lo que digo es una opinión mía y no la realidad o no necesariamente es la realidad. Pero una cosa es eso y otra cosa es negar que haya sesgos. Siempre todos tenemos unas gafas, son como unas gafas. Las actitudes son como unas gafas que no nos podemos quitar. Entonces hay personas que reconocen que tienen esas gafas y entonces se esfuerzan en decir a ver, sé que tengo unas gafas, pero a ver, voy a meter un poco de cabeza. A ver, es que lo que lo que me impulsa a mí es votar a este partido o criticar a este político o hacer no sé qué, pero espérate a ver si es que me estoy dejando llevar por mis sesgos. Hay gente que es así y otros que ni se dan cuenta de que tienen gafas y se creen que es la verdad lo que ellos dicen y lo que ellos perciben. Vale, eso es su problema. Pero todos, todos tenemos gafas, vale? Es decir, tenemos filtro. Por eso cada uno ve la realidad desde su punto de vista. Hay personas que van a hacer el esfuerzo por ver también otros puntos de vista y hay otras que con el suyo se van a creer la verdad absoluta y ahí acabamos, vale? Pero la verdad no es porque tienen filtro también. Entonces dice que actúan a la manera de filtro de dos maneras. Estas actitudes primero. Ayudan a leer o comprender las situaciones, mensajes o conductas a través de las claves que posee. Si yo tengo un determinado conocimiento de las cosas, si yo tengo una determinada situación laboral, si yo tengo una determinada situación familiar, si yo vivo en un país o en otro, si yo tengo otro, si yo tengo un tipo de trabajo u otro. Esas claves me van a hacer que yo interprete los mensajes, las ideas y los estímulos de una forma o de otra. Vale? Segundo, pero no sólo eso, dice prepara o le prepara para organizar sus reacciones y adoptar un determinado comportamiento. Es decir, no sólo yo interpreto con esas esas gafas de una forma la realidad, sino que mis actitudes, mi filtro. También me está haciendo que me predisponga a comportarme de una forma o de otra. Habrá gente más violenta y hay gente muy pacífica. Hay gente que enseguida se cabrea y chilla cuando habla de política y otros que son más contenidos. Hay gente que enseguida le dicen oye tal y ya está firmando y haciendo movilizaciones y otros que dicen bueno, espérate, que es que yo acabo de venir a trabajar y ya veremos. Vale? Eso va a depender de todo ese filtro que nosotros llevamos. Aquí no lo pone. De hecho, ahora no digo nada. Ahora lo digo porque ahora vamos a ver una cosa. Vale? Dice que estas orientaciones es lo que llamamos actitudes políticas y tienen los siguientes rasgos. Primero, y esto es lo que os quería decir, dice son adquiridas a través de la socialización. Vale? En general, las actitudes, sobre todo en ciencias sociales, se van a considerar actitudes de socialización, es decir, adquiridas culturalmente. Pero quizá sea bueno que introduzcamos también la idea de predisposición biológica que hemos dicho antes. Puede haber gente que tenga predisposiciones biológicas también dentro de su filtro de actitudes. Esto no lo pongáis en el examen. No vaya a ser que os suspendan. Vale? Como en el libro pone que son adquiridas a través de la socialización. Y yo no soy vuestro profesor que os va a examinar. No habléis de nada más que de lo que pongan en el libro. Como siempre os digo en la UNED, esto funciona así por si acaso. Pero tened en cuenta que es razonable pensar que puede haber predisposiciones biológicas más allá de las propias predisposiciones culturales. Vale? Realgo primero socialización. Segundo, esto sí que es cierto, ¿no? Son estables y persistentes, aunque pueden cambiar lentamente. La realidad es que las, el filtro ese que llevamos, las gafas tienden a ser muy estables para toda la vida. Pero lógicamente con esfuerzo, leyendo, informándose, esforzándose por racionalizar y no dejarse llevar por mis prejuicios y mi filtro, puedo cambiar las cosas. Vale? Luego veremos también por qué pueden cambiar las actitudes. Dice que no son perceptibles directamente, sino que se infieren de comportamientos explícitos, es decir, yo cuando veo a la gente no veo sus actitudes. Lo que veo son sus comportamientos y de sus comportamientos puedo inferir, es decir, puedo considerar de forma indirecta qué actitudes tiene esa persona. Por ejemplo, si una persona vota mucho, o sea, vota mucho, quiero decir que vota habitualmente y tiene ese entusiasmo por la política, pues puedo entender que él tiene una actitud positiva hacia la política. Una persona que pasa de votar, que no se informa de nada y nada, puedo entender que tiene una actitud de desidia política. Pero yo no lo veo, lo infiero desde las acciones. Cuarto, dice tienen diferentes grados de intensidad. Lógicamente dentro de las actitudes hay cosas que me predisponen más y otras que me predisponen menos, dependiendo de qué fuerza tengan. Y por último, dice que unas actitudes correlacionan positivamente con otras y negativamente con otras. No siempre, pero esto es lo que a veces hace que haya una serie de tipos, personalidades autoritarias o personalidades liberales, personalidades conservadoras o revolucionarias, de derechas o de izquierdas. Es decir, que hay, a veces hay mezclas y esto lo he dejado claro desde el tema uno, cuando hablamos de los clivajes y demás. Pero sí que es verdad también, como decíamos antes, que un conjunto de actitudes pueden reforzarse unas a otras y tener alergia con otro tipo de actitudes. Entonces, pues se crean, digamos, grupos de actitudes que correlacionan entre sí. Vale, dice que la ciencia política y también la sociología política trata de identificar estas actitudes y medir, aquí pone mediar, medir su intensidad a través de escalas. Por ejemplo, pueden ser creadas a través de las preguntas directas. ¿Qué interés tiene en esto? Mucho, poco, nada. O a través del análisis indirecto de los datos, por ejemplo, cuántas veces votó una persona, si está informado sobre actualidad política o a través de preguntas indirectas. Vosotros cuando contestéis a veces al barómetro del CIS o si os han hecho una encuesta sobre temas de política, pues muchas de estas preguntas lo que tratan de ver es cuáles son vuestras actitudes políticas. Entonces es un poco la forma que tenemos de algo que no se ve, de cómo estudiarlo. ¿Vale? Bueno, dice luego una tipología de actitudes. Esto también es súper típico de de las ciencias sociales, de todo el estudio, especialmente de psicología, de psicología social. Hay orientaciones o actitudes cognitivas que están relacionadas con el conocimiento, es decir, con el conocimiento que yo poseo de ese tema, en este caso de la política. También hay dentro de las actitudes una orientación afectiva. Por ejemplo, hay actitudes que tienen que ver con relaciones, reacciones sociales, de rechazo, conformidad o indiferencia. Es lo que lo que nos pasa a veces cuando nosotros vemos a un político en la tele y como es del otro partido, digamos, nos crea un rechazo, ¿no? Ya nos da como asco, perdonad por la palabra, pero es verdad porque a la gente yo veo que hay un odio y además habla cada vez más. Yo qué sé, no sé. Entonces ese odio es una orientación afectiva de las actitudes. No lo controlamos, o sea, es que sale casi automático. Orientaciones valorativas. Aquí nos predisponen para hacer juicios de valor sobre si algo es positivo o negativo, conveniente o no. Lo otro es una emoción y esto es una valoración que hacemos. Y por último, orientaciones intencionales. Son aquellas que nos predisponen a actuar en un sentido u otro. Entonces toda actitud tiene una dimensión cognitiva, una afectiva, una valorativa y una intencional. Y eso es lo que explica, pues como decíamos antes, nuestro filtro. Bueno, dice que cada persona tiene un conjunto combinado de todas estas. Una persona tiene un conjunto de actitudes políticas que incluyen estas dimensiones y entonces éstas le caracterizan según el interés que tenga por la política, la conciencia de la propia capacidad que tenemos de influir políticamente. Es decir, aquello de. Pero es que da igual si yo, aunque vote no va a pasar nada o para qué voy a hacer una huelga si no va a valer para nada o para qué voy a hacer no sé qué. Si no sé cuántos. Eso significa que yo no tengo confianza en que mi papel pueda cambiar algo. Si yo, al contrario, soy una persona políticamente activa, eso significa que yo sí que creo que mi acción puede cambiar algo. Vale la afinidad de posiciones ideológicas, las actitudes nos da afinidad con unos partidos más que con otros. La proximidad a partidos políticos y la variación del sistema político y sus instituciones. Si lo consideramos corrompido, si lo consideramos bueno, si lo consideramos malo, si todo es una mierda, si lo típico que todos pensamos o tenemos mal. Esto digamos que sería la tipología de actitudes. Cosa importante y de cómo se forman y por qué cambian las actitudes políticas. Dice que hay factores que influyen en el desarrollo de este conjunto actitudes. Entonces esto también es muy sencillo y es muy típico también de sociología política. Primero, dice experiencias de carácter personal que hemos ido acumulando. Entonces, si nosotros hemos tenido un padre minero que ha tenido que ha tenido movilizaciones de huelgas y no sé qué, o hemos tenido un padre empresario que ha tenido determinadas posiciones políticas en las negociaciones, patronal sindicatos y no sé qué. Bueno, pues eso también tiene repercusión a la hora de nuestra conjunto de actitudes. Vale, porque lo estamos viendo desde pequeñitos. Si hemos vivido también alguna crisis, si hemos vivido algún tipo de violencia, si hemos vivido alguna guerra, si hemos vivido cosas que de una forma o de otra nos han hecho crear unas predisposiciones a ver a ver la realidad política de una forma o de otra. Ah, bueno, también es ojo que esto es importante. Lo dice lo de la autoridad familiar. También es curioso porque muchas veces si hemos tenido padres muy autoritarios podemos tener actitudes autoritarias. Si hemos tenido padres más liberales, podemos tener actitudes más liberales. A veces es muchas veces lo contrario. Esto sería haber no como siempre pasa caso por caso. Hay personas que por haber tenido padres muy autoritarios, ellos han pasado al extremo y hijos que por tener padres demasiado lapsos en su educación, pues ellos se han convertido en demasiado controladores de sus propios hijos. Entonces esto es la complejidad. Segundo, pertenencia a determinados colectivos y grupos en los que predomina un modelo cultural concreto. Si uno pertenece a un sindicato, a una asociación vecinal, a un grupo parroquial, yo que sé, a cualquier cosa. Que incluso pueda ser que aparentemente no tenga una relación directa con la política, pero que hay una cultura política implícita. Bueno, pues eso también nos va marcando y genera una serie de actitudes en nosotros. Y tercero, la influencia del propio contexto institucional en el que vivimos. No es lo mismo vivir en democracia que vivir en dictaduras. No es lo mismo vivir en una zona rural muy alejada de los centros de poder. De las ciudades a vivir en el pleno lugar de donde se toman las decisiones, en las grandes capitales. Todo eso también va a generar mayor cercanía, mayor interés o mayor lejanía, mayor desinterés por la política. ¿Vale? Seguimos. Dice, ¿en qué sentido cambian o son estables estas actitudes? Esto es muy bonito. Dice que respecto a esta cuestión hay varias circunstancias a tener en cuenta. Muchos, yo creo, que os estáis sintiendo reconocidos en esto, si no vosotros, pues vuestros familiares. Porque a nadie le gusta sentirse reconocido en lo que estamos hablando. Como decía, la mayoría de la gente quiere pensar que él o ella vota porque él tiene la verdad y sabe claramente lo que es, cómo deben ser las cosas. Pero bueno, si al final escargamos un poco, nos damos cuenta de que esto se cae por su propio peso, ¿no? Y que no está muy claro realmente cuál es la experiencia de cada uno. Y por qué hacemos determinadas cosas, ¿no? Entonces vamos a ver que esto también, lo que vamos a ver ahora es muy... O sea, a la gente no le gusta reconocerlo. el sistema de actitudes de un sujeto no es inmune a las contradicciones. ¿Vale? Dice, sino que está sometido a tensiones internas. Esto a mí me encanta porque es mi tema de investigación. ¿Vale? Desde hace unos cuantos años. El problema de la ambivalencia. Y de hecho, el libro que va a salir ahora ya publicado empezó como eso, lo que pasa que luego al final lo amplié con otros temas. Pero tiene capítulos centrales que hablan de esto, ¿no? De lo que yo llamo la estructura psíquica unimultiyoica. Entonces esta idea es impepinable. Nos guste o no, tenemos que reconocer que dentro de nuestro conjunto de actitudes en general y en concreto de las actitudes políticas, hay contradicciones, ¿vale? No tenemos un todo homogéneo. Entonces dice que a veces estas contradicciones vienen incluso de un cambio en las condiciones del entorno. Puede ser por mil cosas, ¿eh? Puede ser porque uno tenía unas ideas, ha empezado a leer libros sobre otras y dice hostia, pues si es que esto que estoy leyendo es verdad. Y entonces genera una contradicción entre lo que me dijeron, lo que yo aprendí y lo que estoy aprendiendo ahora. Pero a veces también pueden ser por esto de las condiciones del entorno, ¿vale? Uno, por ejemplo, estaba en una situación política estable y de repente en su país entran en guerra. Hay un problema de una guerra o hay un conflicto violento. Bueno, eso te puede hacer cambiar tus ideas. O tú estabas votando a un partido político. Ese partido político entra al poder y empieza a hacer cosas que no te gustan y que estás considerando que no son buenas. Entonces eso genera contradicciones. Eh, sí, pero vamos a. Sí, pero, pero no es exactamente así, pero no. Luego, luego recojo lo que tú acabas de decir, ¿vale? Porque digamos que esa sería, ese sería el objetivo. Tener un pensamiento crítico, pero sí, ahora veremos que ahí hay unas cuestiones de conveniencia también. Por ejemplo, un cambio de entorno curioso es aquel que he dicho antes. Una persona está socializada. Imaginaos en valores muy de izquierdas, muy de eso, de partidos políticos más izquierdosos y demás asociados a clases sociales más bajas. Y de repente él o ella por sus estudios, su formación acaba convirtiendo en jefa o jefe. De una gran empresa y demás. ¿Qué ocurre? Puedo seguir votando al Partido Comunista si soy CEO de Telefónica, ¿vale? O al contrario, yo era votar. Yo era tradicionalmente venía de una clase alta, pero por mis circunstancias personales he fracasado y estoy trabajando o de hecho estoy en el paro o no sé qué. Y no tengo nada de dinero y lo que sea. Entonces estoy en una posición social inferior a la que yo tenía. Y digo familiarmente, puedo seguir votando a un partido de derechas cuando no tengo nada. Veremos y ya lo decimos en su momento que esto es posible porque ser de derecha y de izquierda no sólo es una cuestión económica, sino que en cuestión de valores de ideas que van más allá de lo económico, pero para simplificar entendéis la idea. No ese cambio del entorno genera una contradicción en lo que yo creía que era todo muy homogéneo, que no lo era, pero que yo creía que sí. Vale. Segundo paso. Dice estas incongruencias producirán malestar. A nadie le gusta tener contradicciones internas, aunque todos las tenemos. Lo que pasa que a veces las callamos. Entonces dice esto obligará al sujeto a buscar un nuevo equilibrio, equilibrio modificando a veces algunas. Perdón, sí, modificando a veces alguna de sus orientaciones. Y por ello hablamos de equilibrio dinámico. De equilibrio dinámico o yo preferiría incluso hablar de tensión. Tensión dinámica. Vale, entonces esto qué significa? Que puesto que hay cosas que han cambiado, nuevas ideas que veo, nuevas situaciones que han chocado contra mí, yo cambio algunas cosas e intento equilibrar otra vez y tener una homogeneidad. Vale, dice, pero tercer tercera fase podríamos decir a veces en vez de este cambio se produce, se produce la estrategia del avestruz ignorando el factor de contradicción o disminuyendo su importancia. Y aquí es la clave, dice la percepción se hace selectiva, eligiendo determinadas informaciones que refuercen mis orientaciones. Es decir, yo puedo. Por eso no quería cuando ha dicho Franco lo de lo de pensamiento crítico. Porque te he dicho que sí, pero que no por esto vale, porque se supone que tener pensamiento crítico implicaría que aunque yo tengo unas ideas, puedo cuestionar esas ideas y puedo ver que hay a lo mejor otras que son mejores o que matizan las mías y eso sería la clave. Pero siendo honestos con nosotros mismos, diga iba a decir de toda la humanidad, pero bueno, dejemos a la humanidad en par de vosotros, de los que estáis ahí autoanalizaros. Cuántos estaríais dispuestos a hacer eso? A lo que hemos visto a la vez hacer esos cambios e incluso reconocer que me he equivocado, reconocer que cambio y abiertamente que cambio de ideología política o lo que sea, eso existe, no lo que llamamos conversiones y que yo también las estudio, aunque ahora no las estudia mucho y que para eso necesito diarios como el de Teresa, que será la siguiente fase de lo que tengo que investigar. Pero ese tipo de conversiones que existen siempre y las que están continuamente dándose en el ámbito de la política a veces se penalizan, bueno, en general, en todos los ámbitos, pero en la política se penalizan y me pueden acusar de ser un chaquetero, de ser un traidor y tal. Entonces la gente en general a veces vive en esa contradicción en vez de generar, como diría Frank, un espíritu crítico, lo que hace ser una avestruz y en vez de leer aquello que yo me estoy dando cuenta que apasiona mis ideas, digo uff, esto está cuestionando mis ideas y además me está casi convenciendo, no, no, y lo quito, ¿vale? A veces al menos a mí me ocurren ideas del contrario. Claro, claro, es que esa es la clave y eso pasa y por eso a veces se producen esas pequeñas modificaciones que decían en el punto B, que digo esto me gusta, pero ya si son demasiadas las ideas puede haber, claro, pero es justo lo que te estaba diciendo ahora, pero si empieza a haber demasiadas ideas que me gustan del otro, puedo empezar a preocuparme de si realmente estaré cambiando y entonces me van a llamar chaquetero y cosas así. Pero esto no solo en política, en religión, en gustos musicales, en gustos de comida, lo mismo. Sí, hay mucho orgullo también en esta situación y miedo. Sí, bueno, me he imaginado y miedo, ¿vale? Porque cuando uno lleva una serie de años hechos, porque cuando es uno, si os dais cuenta, uno cuando es joven, sobre todo en la adolescencia, es un periodo de absoluto, de absoluto vaivén de ideas, ¿no? Somos muy veletas porque estamos explorando. Nosotros hemos tenido una socialización, por supuesto, pero cuando llegan los 13, 14, 15, 16, 17 años podemos pasar de unas ideologías a otras de un día para otro, casi, ¿no?, de un curso para otro, de un cuatrimestre para otro. ¿Por qué? Porque no hay mucho recorrido todavía, pero cuando ya empieza a haber un recorrido que yo me he creado, es decir, esas gafas se han hecho muy estables, empieza a costar cambiar las actitudes. Por eso tienen esa fuerte estabilidad. Esto, bueno, entonces dice eso, ¿no?, que hacen una percepción selectiva. Entonces, ¿cuánta gente lee aquello que contradice lo que piensa? Muchos me diré, pues yo, pues muy poca gente. Seguro, ¿vale?, lo hará. A mí personalmente reconozco que me gusta, pero quizá porque me dedico a esto y yo al ser profesor, como muchos otros profesores, pues bueno, tenemos que estar sujetos precisamente a esa a esa exposición de ideas contrarias, porque si no nos convertimos en unos dogmáticos absurdos, ¿no? Pero la gente normal que no se dedica a la teoría, a la investigación, a la ciencia, no sé si lo hace mucho o no. Esto también es un prejuicio. Yo puedo decir que no lo hace mucho y a lo mejor lo hace mucha gente. Pero yo creo que la gente tiene tendencia a leer el periódico que le gusta, leer el medio de comunicación que le gusta, a identificarse con los tertulianos que refuerzan sus ideas. Todo esto que hemos visto, ¿vale? Pero, dice, no siempre bastan estas estrategias para compensar las tensiones internas. Dice, puesto que la sociedad es moderna, las presiones externas son continuas. Es decir, que a veces, aunque intente mirar hacia otro lado, como hay tantos medios, tantas redes sociales, tanta información, tantos datos, etcétera, me puede costar. Entonces, siempre voy a estar, o sea, la conclusión de este epígrafe no es una u otra, sino que siempre va a haber una tensión y unas personas van a tener más proclividad a cambiar, a buscar, a como decía Teresa, esto me gusta, pues voy a introducirlo y otras personas van a tener más tendencia a lo contrario, encapsularse, ¿vale? A rechazar lo del otro. No sé si os suena, en el libro yo creo que esto viene, claro, pero está implícito. No sé si os suena, bueno, no sé si viene o no, y yo no lo he puesto en el esquema. Se me ha ido. Ah, la disonancia cognitiva de Festinger. Yo creo que os sonará de los que hayáis estudiado psicología o los que hayáis estudiado alguna de políticas o de sociología, alguna asignatura más psicológica. La disonancia cognitiva de Festinger dice esto, ¿vale? Y nos pasa continuamente. O sea, yo, por ejemplo, tengo que, imaginaos, tengo que, tengo mañana un examen para estudiar, pero a la vez me quiero ir con mis amigos por ahí, ¿no? Entonces esa disonancia entre lo que debería hacer y lo que quiero hacer es difícil de resolver. Entonces, a veces lo que hago es darme cuenta de que lo importante es estudiar, porque eso es lo importante, porque tengo un examen mañana, puedo salir todos los fines de semana. Pero otras veces lo que hago es una estrategia que consiste en decir que, bueno, que en realidad tampoco es tan importante ese examen, si luego hay una recuperación y no sé qué, para hacer lo que en realidad a mí me gusta. Entonces hay muchas estrategias para lidiar con la disonancia. Y lo mismo pasa en política, ¿vale? Entonces ya digo, no busquéis una respuesta. Las personas hacen esto o lo otro, no. Cada uno de nosotros os dais cuenta de que en momentos diferentes vamos a tener este problema. Entonces, en general, lo que ocurre, por eso me gustaba más que equilibrio dinámico, me gusta llamarlo tensión dinámica. Siempre hay una tensión en nuestra cabeza y esto es opinión, ¿vale? Esto es ideología mía. Pero desconfiad de la gente que no tiene tensiones. O sea, si hay una persona que lo tiene todo hiper claro, a mí eso me asusta porque es la antesala del fanatismo, ¿vale? Y es verdad que la línea es muy fina entre la fidelidad y la coherencia, ¿vale?, con respecto al fanatismo. No se sabe uno cuando una cosa es buena, ser coherente y cuando una cosa es mala, ser fanático. Pero ya digo, yo me he dedicado a investigar esto ahora, ¿no? Y estoy en ello y me sigue gustando. Y creo que hay muy pocos seres humanos que no tengan tensiones internas. Entonces, si hay gente que no las tiene o que las oculta, a mí me parecen personas peligrosas, pero esto es ideológico, ¿vale? Por lo cual no tenéis por qué hacerme caso. Y tomarlo como eso, como una opinión mía y punto. Vale, entonces, dicho esto, esas tensiones y tal y cual, ahora pasaríamos a esa otra dimensión de la... Perdón. Tensión sería estar a favor de pagar impuestos para mejorar esta bienestar, pero pedirle al mecánico la factura en B, por ejemplo. Eso es muy común, ¿vale? Es que no quiero... Vale, como lo has dicho tú, pues lo dejamos ahí. Es que yo tengo un montón de ideas en mi cabeza. O sea, no de... Perdón, de ideas, de ejemplos, ¿vale? Que están súper clarísimos, pero no quiero decirlos porque, como os he dicho muchas veces siempre, mi intención precisamente no es... ¿Cómo se dice? Herir a nadie. Y como un profesor desde aquí, sin darse cuenta, al poner ejemplos, puede herir, pues no quiero, ¿vale? Entonces, ya que lo has dicho tú, Franco, pues sí, ese es un ejemplo, pero hay muchísimos que tengo yo en mi cabeza y que todos tenéis en vuestra cabeza y que afecta a todos, a los derechosos, a los izquierdosos, a los centrosos, que afecta a los niños, a los adultos, a los jóvenes y a todo. ¿Vale? Entonces, quedaros con eso, que esas contradicciones y esas tensiones las resolvemos como podemos, porque nos sentimos mal cuando nos sentimos incoherentes. Por lo menos en Occidente. En Oriente se permiten más estas contradicciones, la ambivalencia, pero en el pensamiento filosófico occidental se ha dado preeminencia a ser coherente. Entonces, nos sentimos mal si somos incoherentes y buscamos cómo resolverlo. Entonces, hay estrategias a porrillo, ¿vale? Pero buen ejemplo, buen ejemplo. Vale, entonces, lo siguiente que hemos dicho son las culturas. Hemos dicho que las culturas serían ese conjunto de actitudes, pero compartido por un conjunto de personas, por un grupo de personas, ¿vale? Las actitudes son más individuales y cuando se comparten por varias culturas, hablamos de cultura política. Bueno, hablamos de cultura, pero en este caso de cultura política. ¿Vale? Entonces, dice, tal como lo pone, es la cultura política es el atributo de un conjunto de ciudadanos que siguen una misma pauta de orientaciones o actitudes ante la política. ¿Vale? Entonces, si nosotros tenemos, imaginamos, 20 amigos, 40 amigos, 50 amigos conocidos que siguen determinadas orientaciones y actitudes semejantes, semejantes, no nunca iguales, porque cada uno vamos a tener contradicciones diferentes. Es que este tema es apasionante, perdonad, es que me encanta todo. Es que me apasiona todo, porque es que esto que parece muy político en realidad afecta a la médula de lo que somos como seres humanos. Entonces, es precioso. Y la lástima es que os estoy mirando sin veros, pero me encantaría teneros aquí. Y que pasaréis frío conmigo aquí en el aula. No, eso no. Entonces, digamos que si tenéis todo ese conjunto de personas que comparten más o menos esas actitudes, eso es, llamaríamos cultura política de mi grupo de amigos. ¿Vale? Bueno, me alegro. Eso por lo menos ya es importante, aunque sea a través de la pantalla. Vale, entonces dice que la cultura política... Sí, la tengo roja, ¿verdad? Puede ser, es que hace frío. Además, este aula es el más frío. Bueno, este y uno igual de arriba es el más, uno de los más fríos de aquí. Y entonces aquí hace un frío que me iba a traer un calefactor, pero es que no sabía dónde estaba y ya no me daba tiempo a buscarlo. Y entonces pensaba que a lo mejor los habían traído o habían puesto la calefacción y me he encontrado con que no. Desde la semana pasada entonces, pero bueno. Vosotros no me hagáis caso, pero es que fijaos, es que este abrigo no es la cazadora de cuero que traigo otras veces. Es que este abrigo es que tengo frío. O sea que por eso digo que, por desgracia, no os voy a decir que vengáis a clase mientras no haya calefacción. Vale, vale. Les digo que esta cultura política dice que se puede perfilar a través del muestreo de actitudes de los encuestados. Digamos que igual que nosotros hemos dicho antes que las actitudes no se ven, pero que se pueden estudiar de forma indirecta a través de la gente, cómo se comporta y demás lo mismo con respecto a la cultura. Es decir, si nosotros hacemos encuestas y el 50 por ciento de la gente manifiesta una serie de actitudes políticas, eso es una cultura política. Entonces ocurre lo mismo. Y esto es importante, aunque esto es muy de sociología, como algunos todavía quizás no habéis dado sociología. Hay que distinguir entre cultura política y alfabetización política. Sabéis que el concepto de cultura es muy ambiguo porque a veces uno puede decir esa persona tiene mucha cultura y eso significa que tiene mucha sabiduría, mucha información, mucha formación. Vale. Pero en antropología y en sociología, cuando hablamos de cultura nos referimos a lo que tienen todos los grupos, es decir, maneras de comportarse, de actuar, etc. Pues aquí pasa lo mismo. No confundáis decir a una persona. Tiene alfabetización política, es decir, cuánto sabe de política? Fíjate, ha leído muchos libros y además sabe del proceso político y está implicado en el proceso político. Eso es alfabetización política que lo tendrán algunas personas. Y luego otra cosa es la cultura política. Lo tenemos todos. Todos tenemos un conjunto de formas de actuar que compartimos con otro otros grupos, con otras personas dentro de un grupo respecto a la política. Todos lo tenemos. Por eso todos tenemos cultura política, aunque no todos tengan alfabetización política. Ok, esto digo que es muy tonto esta distinción, pero claro, es de sociología y los que no estáis, pues no necesariamente lo tenéis por qué saber. Vale. También una cosa interesante, culturas y subculturas. Este epígrafe lo podemos hacer muy breve. Digamos que la cultura política no, madre mía qué viento hace, se va a caer en los cristales. Es toda una aventura dar clase aquí solo. Hay una serie de agrupaciones más grandes que tienen ciertas homogeneidades, pero en general lo de lo que hablamos normalmente es de subculturas. Antes, normalmente la gente consideraba que, por ejemplo, España tenía una cultura, Francia tenía otro. Arabia Saudí tenía otra. Brasil tenía otra. Ahora sabemos que esto no es así. Bueno, ya se sabía, pero había. Pero esa era la ideología dominante de las ciencias sociales. Ahora sabemos que eso no es así, que dentro de cada uno de esos países hay múltiples subculturas. Vale. Puede haber cultura de los jóvenes, cultura de los adultos, cultura de los ancianos, cultura de los niños. Dentro de la cultura de los jóvenes hay grupos de extrema derecha, grupos de extrema izquierda, grupos apáticos con respecto a la política, grupos relativamente comprometidos y eso son subculturas diferentes. Hay la subcultura de la violencia, hay la subcultura del pacifismo, es decir, que hay muchas más. Hay muchas más culturas y no podemos reconocer una sola. No se trata de esta es la cultura. Esta es la cultura española respecto a la política. No, lo que tenemos que estudiar son el subconjunto de culturas. Siempre se puede. Vamos a ver, siempre se pueden determinar unos rasgos generales, por ejemplo, que correspondan a España por su trayectoria histórica, por su historia como país y tal. También incluso se puede hablar de una cultura europea u occidental frente a otras culturas en el mundo, pero eso es demasiado alejado. Pero también es útil porque efectivamente nosotros podemos tener unas culturas occidentales que vemos las cosas de una forma diferente a como las ven en otros países y entonces eso también es importante. Pero a lo que voy es que eso es muy abstracto. En realidad, lo que suele ocurrir es que hay subculturas. Bien. Vincularas con colectivos específicos. Vale. Y dice que el proceso de reproducción de las culturas y las subculturas, esto también es muy de sociología, depende de los agentes de socialización. Entonces, igual que recibimos la socialización de la cultura general en la familia, en la escuela, en las iglesias, en los medios de comunicación, en los medios digitales, en los grupos de pares, en la universidad, lo que sea, en los sindicatos y tal. Lo mismo con respecto a la cultura política. Vale, pero podemos tener socializaciones contradictorias. Mis padres me pueden decir una cosa y mi profesor del colegio me puede estar dando un mensaje diferente desde el punto de vista político. Mi familia me puede estar diciendo una cosa y en una iglesia me pueden decir otra. En un sindicato o en un grupo de una ONG en la que yo colaboro, puede haber una orientación cultural. Y sin embargo, mi pareja y sus amigos, los que voy habitualmente, resulta que tienen otra socialización y otra cultura. Por eso tenemos siempre mensajes contradictorios. Y bueno, de lo que se trataría es lo que decíamos antes de intentar encontrar una tensión, un equilibrio dinámico. Vale, luego dice que todo ello desmiente la idea de que las culturas sean homogéneas e inmutables. Las culturas son heterogéneas, están fragmentadas en subculturas y además son mutables. Cambian porque tomamos préstamos de unas culturas y de otras. Por tanto, se van creando una especie de mestizaje, digámoslo así cultural. Vale, culturas políticas y sistemas políticos. Dice que una de las cosas importantes que da lugar a la consistencia o fragilidad de los sistemas políticos es precisamente la cultura. Es decir, que no toda la inestabilidad de un política de un país depende de sus instituciones. Y las instituciones pueden estar muy bien diseñadas. Todo puede ser genial, pero no hay una cultura política que vaya en correspondencia con esas instituciones. Y eso puede hacer que sean, digamos. Mucho más inestables. Yo pongo un ejemplo siempre que los que estuvisteis conmigo el año pasado en historia ya lo conoceréis y es que un ejemplo, por ejemplo, un ejemplo, por ejemplo, es que yo siempre pongo es el de la Segunda República. Vale, en España. Entonces la gente a veces considera que la República fracasó porque hubo un golpe de Estado. Pero el problema es que la República, ya lo estudiamos el año pasado, fue inestable desde el primer día. ¿Por qué fue inestable desde el primer día? Porque las instituciones políticas, aunque estuvieran bien diseñadas, es decir, que había un funcionamiento y demás, no existía en la ciudadanía ni en las élites políticas cultura democrática. Veníamos de una historia política de alzamientos militares, de dictaduras, de corrupción política en el sistema del trono pacífico. Es decir, la gente no estaba acostumbrada a votar, a dialogar, a todas estas cosas. Entonces, claro, llegamos a un punto en el que de repente creamos unas instituciones democráticas, pero no hay una cultura política que sostenga esas instituciones. Lo más fácil que puede pasar es que esos instituciones se colapsen. Colapsó en el caso del golpe de Estado del 36, pero podía haber colapsado en las revueltas del 34. O podía haber colapsado cinco años después. O a lo mejor, si no hubiera habido golpe de Estado y guerra civil, podía poco a poco, como ha ocurrido, haber ido ganándose, en otros países me refiero, haber ido adquiriéndose una cultura política que hubiera sostenido esas instituciones. No lo sabemos porque ya la historia está como está. Pero esto es muy importante. Es como cuando hay gente que me dice. Bueno, ya os he dicho muchas veces, Cris y yo somos personas que intentamos ayudar a la gente y nuestra forma de ayudar a la gente es invitándolos a comer a casa y que hablen con nosotros y que digan lo que les da la gana. Hay gente, ahora estoy pensando en una persona en concreto, pero hemos tenido varias que quieren cambiar de vida. ¿Por qué no? Porque su vida, tal como la tienen desde hace muchos años, digamos que es inestable y genera daño constante. A veces es por adicciones a drogas, a veces es por cuestiones familiares dañinas, etcétera. Entonces yo siempre les digo una cosa que parece una tontería, pero no lo es. Y es que para cambiar, para que una persona cambie, es importante el ambiente de la gente y es importante, digamos, la convicción que tú tengas para cambiar. Entonces hay gente que tiene mucha convicción para cambiar, que tiene muy claro que quiere cambiar, que no quiere ya esa vida, pero se encuentra con un ambiente agresivo al cambio. Imaginaos una adicción. Alguien quiere dejar de consumir drogas, de tener una vida constantemente de fiesta, de desfase, etcétera, que le está haciendo daño cada día más. Y tiene claro eso. Pero su entorno no se lo permite. Es decir, sus amigos, sus familiares, incluso lo que sea, el entorno inmediato no se lo permite, le fomenta que vuelva a engancharse. ¿Vale? Puede ocurrir lo contrario. ¿Vale? Que tu entorno, digamos, te pueda respetar ese cambio, pero tú no tengas claro que quieres cambiar. Es decir, que puedes ver que sí, que quieres cambiar, que es que esto de de la droga, de salir de fiesta, no me gusta demasiado. Pero a la vez dices, jo, pero es que me lo paso muy bien. Y es que fíjate, el otro día estuvimos de desfase, jo, qué guay. ¿Qué ocurre? Que tampoco hay cambio. Entonces, para que una persona cambie, tiene que haber un cambio de su ambiente, es decir, tiene que romper con su ambiente y tiene que haber un cambio, una, una, como he dicho antes, una voluntad de cambio. O sea, que tiene que estar convencido esa persona interiormente de que quiere cambiar. Es decir, tiene que cambiarse a sí mismo y a su ambiente. Vale. Esto parece muy de psicología, pero no es estrictamente psicología. Más bien incluso a veces sociología. Entonces esto creo que podéis entenderlo porque yo creo que muchos incluso se habéis identificado si habéis tenido situaciones o conocéis a personas en ese, en esa situación y se genera mucho dolor, vale? Porque quiero, pero no puedo o puedo, pero no quiero. Esto aplicarlo a la política y a esta relación de culturas políticas. Y sistemas políticos, vale? Si yo tengo el sistema, es decir, yo tengo el entorno adecuado, pero no tengo la voluntad interior, es decir, la cultura que vaya en consonancia con ese entorno. La democracia no es estable, vale? Al contrario, si yo tengo mucha cultura política democrática, yo quiero tan solo yo en la sociedad, pero no hay instituciones fiables. Desde el punto de vista institucional y estructural, también hay colapso, también hay fracaso. Entonces, qué es lo que está en juego? Aunque no lo parezca en esta en este epígrafe que tiene que haber no sólo instituciones que las tiene que haber evidentemente, porque si no a Dios ha pagado. Sino que también cultura vale y como dice ahí, no sólo cultura de la ciudadanía, también cultura de las élites. Si la ciudadanía tiene una cultura democrática, pero las élites tienen una cultura soez, buntar de agresividad, de violencia, de odio, de en vez de hablar siempre es lo contrario de lo que diga el otro. Eso tampoco funciona, vale? Y al contrario, si las élites tienen una cultura del diálogo, del consenso, etcétera, etcétera, pero la ciudadanía tiene una cultura de la violencia, del odio, tampoco funciona. Entonces veis por qué es tan complejo, como dijimos en la clase anterior de la democracia, hablar de democracias plenas. O sea que nunca decíamos va a haber luz total, siempre va a haber luz mezclada con oscuridad, siempre va a haber democracia mezclado con algo de dictadura o con algo de poco democrático. Y es por todo eso, porque tiene que darse un equilibrio complejo entre instituciones y cultura y entre cultura de las élites y cultura de la ciudadanía. Entonces eso cuando hablamos de, por ejemplo, en España, que somos 48 millones de personas, pues apaga y vámonos. Pues si es en tu familia, que soy yo, pues dices hombre, eso es mucho más factible. Pero y ya no hablemos del mundo que somos 8000 millones. Pues es muy complicado. Entonces digamos que esta es la complejidad de la relación entre cultura y sistema. Las dos cosas son importantes si no colapsan. Y luego hay aquí una cosa que no hablan mucho en este libro, pero es muy interesante, que es una división muy conocida de dos politólogos que son de la misma verba que hablan de una cosa que se llama la cultura cívica, que la dividen, que serían para nosotros un poco no es lo mismo, pero digamos el equivalente a lo que estamos hablando. Cultura política. Y ellos consideran que hay tres tipos de personas en ese sentido cultural, lo que llaman los participantes, que son personas que participan mucho en política. Habitualmente sienten que lo que hacen tiene repercusión. Les gusta. Incluso son optimistas desde el punto de vista político, etcétera. Pueden ser de derechas y de izquierdas. O sea, aquí no se trata de estos que son de izquierda o donde. O sea, cada uno en su ideología, pero son participantes. Luego hay personas que son súbditos. Los súbditos son personas, como su palabra indica, os acordáis de las monarquías absolutas, que no tienen un interés especial por la participación. Pero bueno, votan de vez en cuando o una vez cada cuatro años y poco más. Tienen alguna información sobre política, pero poco más. Y luego hay un conjunto de personas que los llaman provincianos, la palabra está elegida a costa. Precisamente como esas personas, como hemos dicho a veces, que los pueblos, sobre todo en pueblos más aislados de las grandes capitales, digamos que ellos están en un mundo que está como tan alejado de sus centros de interés y de poder que se sienten desplazados. Toda esta reivindicación de la España vacía también está un poco jugando ahí. Vale, pues ellos lo que dicen es que estos tres tipos de personas tienen equilibrados por equilibrados. Tienen que haber una proporcionalidad para que haya democracias fuertes, culturas políticas democráticas. Entonces dice que tiene que haber bastantes participantes y súbditos y pocos provincianos. Si hay muchos provincianos, es decir, gente que tiene un desinterés total por la política, eso implica que es muy factible que esa democracia pueda colapsar en dictadura. Porque si unos poquitos de ellos dirigen todo y el resto asiente a todo sin cuestionar, sin participar, sin debatir, sin ningún interés, eso al final se acaba convirtiendo en una dictadura. Vale, y al contrario, aunque parezca que si hay muchos participantes mola mucho, pues no, imaginaos que todos los 48 millones de personas que somos en España todos estuviéramos manifestándonos cada día cabreaos todo el día y no sé qué. Habría una democracia estable. Entonces, aunque parezca raro, tiene que haber suficientes participantes porque estamos en una democracia, pero también tiene que haber unos cuantos súbditos y unos cuantos, aunque pocos provincianos para que de esa forma hay una especie de equilibrio. Eso es lo que esa es su teoría. Habrá gente que la que no la guste, que la critique, pero es una teoría que ellos proponen como forma de estabilizar la cultura civil o la cultura política. Vale, y por último, creo que es el último epígrafe. Sí, tenemos la cultura política capital social, confianza interpersonal, igualdad económica. Digamos que siguiendo con esta idea, dice que hay dos grandes visiones de cómo fortalecer esa relación entre cultura e instituciones de la que hablábamos antes. Entonces dicen que algunos autores dicen que las democracias son más estables allí donde existe una mayor densidad asociativa o de capital social. Densidad asociativa significa que hay más vinculaciones a través de organizaciones, grupos, movimientos sociales, ONGs, partidos políticos, sindicatos, es decir, cuanta más gente haya implicada en esas redes asociativas y de las redes personales o de personas, su cooperación y confianza mutua dice que lo que hace es generar en los ciudadanos una confianza que los, digamos, los predispone a asociarse en entidades culturales, económicas, cívicas, etcétera. Vale decir que hay un mayor democracia cuanto mayor más gente quiera participar en un equilibrio, como decíamos antes, pero cuanta más gente quiera participar asociativamente, vale, dice que se está analizando el papel de Internet como un factor positivo o negativo para fomentar la densidad asociativa. Al principio se consideraba como algo maligno, pero ahora parece que digamos que ni tan bueno ni tan malo vale Internet facilita a veces el asociacionismo y otras veces Internet, las redes sociales pueden generar al contrario, una desconfianza, por ejemplo Twitter, el ejemplo típico de odio puro y descarnado que destila constantemente. Entonces, bueno, digamos que se está valorando esa un poco ese papel, aunque ya digo que es más o menos un equilibrio entre lo bueno y lo malo. Y luego hay otras personas que, más que en la cuestión asociativa, hacen hincapié en que las democracias son más estables si hay un mayor grado de igualdad socioeconómica. Vale, por qué? Porque si hay mucha desigualdad se genera desconfianza. Si unos tienen mucho y otros tienen muy poco, hay una desconfianza y esa desconfianza. Impide precisamente lo que decíamos antes, la búsqueda del consenso, la confianza mutua para llegar a acuerdos, etcétera. Si unos tienen mucho y otros tienen poco, los de arriba van a pensar que los de abajo quieren quitarles el puesto y los de abajo van a pensar que los de arriba quieren quitarles todavía más dinero. Entonces nadie confía en nadie. Sin embargo, si todos más o menos tuvieran económicamente una igualdad mayor, se genera una mayor confianza y por tanto la democracia es más estable. Esto es lo que dicen otros autores. Todo tiene sentido, tanto lo que dicen unos como lo que dicen otros y también las críticas que se han hecho a unos y a otros. Porque no todo ya digo es siempre blanco y negro, sino que más o menos al final siempre hay cosas que explican unas parcelas de la realidad y otras otra, vale? Vale, pues entonces, aunque todavía nos quedan unos minutos, pero como son muy pocos, prefiero no empezar el siguiente tema. Quedaros con esto. Voy a volver, aunque el próximo día, cuando empiece la clase, volveré a ello. Vale, quedaos con que lo que hemos visto ahora es esto el filtro de actitudes y ese conjunto de actitudes compartido que llamamos cultura. Y el próximo día lo que vamos a ver son los valores que están en el fundamento que sostienen las actitudes y ese conjunto también de ideas que tienen un carácter instrumental de movilización política. Que es lo que llamamos ideologías. Vale, entonces eso es lo que vamos a ver el próximo día. Vale? Uy, vale, pues no sé si tenéis alguna comentario, alguna pregunta, alguna duda rápida que nos dé tiempo o si no, pues pues lo dejamos aquí y seguimos el próximo día. Hasta luego con Antonio. Vale, pues sí, ahora me abrigo. Bueno, yo que abrigado. Vale. Pues entonces, si no tenéis ninguna duda, pues lo dejamos aquí y ya está. Y nos vemos el próximo día. Y yo creo que vamos bien de tiempo. Vale, vamos con bastante tranquilidad. Pero siempre mi idea es siempre ir un poco adelantado por si acaso un día falta alguien o lo que sea. Bueno, falta alguien, falto yo y me pongo malo o lo que sea y no puedo. Entonces prefiero siempre ir un poquito más adelantado. Vale, pues besos y abrazos a todas y a todos y nos vemos. El. Bueno, nos vemos el miércoles con algunos y con otros el lunes. Vale, venga, hasta luego. Y no paséis frío ni os mojéis. Hasta luego.