Una transcripción. Quito la transcripción. Y vale, ya entonces podemos continuar. ¿Estás viendo lo que estaba compartiendo o no? A ver. ¿Se estaba viendo, Marta? Sí. ¿Se ve? Sí, se veía. Se veía entonces. Vale. Bueno, pues venga, vamos un poco rápidamente, si te parece, vamos a continuar. Bueno, primero, como siempre, te pregunto si hay alguna duda o alguna cuestión que quieres que veamos con más detalle, que no quedó suficientemente clara. ¿No? Porque si todo va bien, pues entonces voy a seguir. ¿Va bien? Vale, vale. Estupendo, ¿no? Voy a poner la página de apoyo. Bueno, pues estamos en Aristóteles. Y ya del libro habíamos visto los primeros apartados, ¿verdad? Habíamos visto, bueno, hice alguna referencia muy cortita al punto 1.3.1, la vida y obra de Aristóteles. Habíamos visto también el apartado 1.3.2, ciencia y universalidad del idealismo platónico al empirismo filosófico, en donde lo que se trataba era de ver también algunas diferencias. Entre la filosofía de Aristóteles y la de su maestro Platón. Bueno, veíamos sobre todo como tal vez diferencia principal, como Aristóteles se aleja de la doctrina de las ideas, de la teoría de las ideas, no porque renuncie a creer en la existencia de lo eterno, de lo universal, sino más bien renuncia a entender lo universal, a la manera de Platón. Platón entendía lo universal y lo eterno como separado de las cosas concretas, espaciotemporales. Y habíamos dicho que en el caso de Aristóteles, pues esto no va a ser así. Porque Aristóteles va a considerar, es verdad, como Platón, que existe lo eterno y lo universal, lo que podemos llamar la esencia de las cosas, pero se encontraba, dijimos, insertas esas esencias en las realidades individuales. ¿No? Lo cual le servirá. Le servirá también a Aristóteles para hacer una reivindicación del mundo sensible. Enfrente a Platón, que criticaba, que cuestionaba la valía del mundo que se ofrece a los sentidos del mundo sensible, dijimos que en el caso de Aristóteles, bueno, pues vamos a ver una reivindicación de la naturaleza. Yo señalaba el otro día, Marta, que tal vez como consecuencia del hecho de que el padre de Aristóteles era médico y por tanto tenía que relacionarse con el mundo de los sentidos, con los cuerpos, ¿no? Porque es su asunto, el mundo de los cuerpos humanos. Entonces, seguramente esa disposición de su padre médico de apreciar la naturaleza le pudo influir a Aristóteles en la reivindicación que va a hacer este autor de la naturaleza y por tanto del mundo de los cuerpos, de lo que se da en el tiempo y en el espacio. Ahí teníamos también otra diferencia respecto de Platón. Bueno, también habíamos hablado... Cómo Aristóteles se aleja también de la reivindicación que Platón hacía de la razón pura. Aristóteles va a considerar que tenemos que utilizar la razón pero apoyada en la experiencia. La razón puede ir más allá de los factos de la experiencia, pero se tiene que apoyar en la experiencia. Esa era también importante, esa diferencia era también importante en la página 64. En la página 64, por eso teníamos la referencia a las ciencias empíricas y al conocimiento sensible como un tipo de experiencia intelectual reivindicada e indefectiva por Aristóteles. Bueno, habíamos hablado también incluso de la metafísica o filosofía primera, leyendo... no la habíamos desarrollado mucho, ¿no? Pero sí nos había dado tiempo de leer el texto... La página 68, ¿no? Un texto muy, muy, muy importante. Es un texto que pertenecía a la metafísica y que yo os había pedido que utilizarais para hacer vuestros comentarios, ¿verdad? En el que Aristóteles hace una reivindicación de una ciencia posible. Cuidado que no engañe la palabra ciencia. Con la palabra ciencia, evidentemente, no se está refiriendo a conocimientos al estilo de nuestra física o de nuestra biología, de nuestra química, ¿no? Quiere con la palabra ciencia... La ciencia referirse al conocimiento que se basa en el ejercicio de la razón. Entonces, hay un conocimiento que se basa en el ejercicio de la razón que deberíamos anhelar, que deberíamos buscar. Es la ciencia que se busca, dice también en algún momento, es la ciencia que estudia las causas últimas de todo lo que hay, incluso y de manera como muy principal, la causa última, singular de todo lo que hay, ¿no? También se llamará... Filosofía Primera o Metafísica, ¿vale? Ese texto dijimos que era muy importante. Bueno, yo voy a seguir ahora con este esquema que tenemos aquí porque lo que viene a continuación en el libro pues es una explicación de las ideas metafísicas de Aristóteles, de las ideas de la física de Aristóteles. También vamos a hablar un poco de antropología. No sé si nos da tiempo de llegar hoy a la antropología, seguramente sí, ¿no? Y, bueno, pues para todas estas cuestiones que aparecen en el libro, yo creo, Marta, que te puede servir bastante bien este esquema que ya os he pasado, ¿no? No tengo en mi pantalla delante el... Bueno, ahora sí, estoy viendo también el chat, pero no puedo mantener a la vez el esquema y el chat, ¿no? Entonces, incluso, Marta, si quieres abrir el micrófono para que cuando quieras intervenir, pues puedas también hacerlo, sin que yo sea necesario que esté mirando el chat, ¿vale? Y así, pues me voy a apoyar en el esquema que creo que puede, bueno, servirnos para la exposición, para el desarrollo del resto de la filosofía del autor, ¿no? Bueno, vamos a ver. Algunas cosas ya están dichas, ¿no? Pero tal vez conviene insistir en ellas, ¿no? Por ejemplo, siguiendo una estrategia que os estoy recomendando para comprender la filosofía, la filosofía de los principales autores que tenemos en el manual, y no solo los que tenemos en el manual, sino también, pues podríamos hablar del resto de filósofos fundamentales, ¿no? Para entender a ese filósofo tendríamos que preguntarle, oye, ¿cuál es tu tesis más importante? Tu tesis principal, como he puesto aquí, ¿no? En el caso de Platón, la tesis principal era la reivindicación del absoluto, del absoluto no personal, que se capta con la razón, pero, ¿cómo? Existiendo... Existiendo más allá del tiempo y del espacio y siendo eterno. Bueno, eso en el caso de Platón. Si le preguntáramos a Santo Tomás, que es para ti lo principal, el foco de tu interés filosófico, ¿en dónde lo pones? Pues Santo Tomás dirá, pues en Dios, ¿no? Porque es la realidad última, la realidad más importante que yo puedo considerar, ¿no? Si le preguntamos a Aristóteles, la cosa no está tan clara, ¿no? Pero desde luego, en un nivel, si quieres, marca, en un nivel de exposición, así, un poco elemental, ¿no? Podríamos decir que para Aristóteles la tesis principal es esta que tenemos aquí, ¿no? La reivindicación de la naturaleza. El concepto de naturaleza es el concepto tal vez más importante que encontramos en el pensamiento aristotélico. Así como en Platón el concepto fundamental es, pues, el concepto de idea, entendida como esencia última de todas las cosas, en el caso de Aristóteles es este concepto. El concepto de naturaleza, ¿no? ¿Y qué tenemos que entender por naturaleza? Bueno, enseguida lo vamos a desarrollar un poco más, ¿no? Pero aquí, bueno, ya simplemente os quería señalar que será naturaleza, pues, un principio que hace que todas las cosas cambien, que se dé la multiplicidad, pero no es un principio ajeno a la racionalidad, sino más bien inserto en el ámbito de lo racional. Es un principio racional que provoca el cambio y la multiplicidad de todas las cosas. Es ese principio racional que provoca que existan leones, que existan árboles, que exista el mar, que existan las plantas, que existamos nosotros también, ¿no? Y en el comportamiento que nos corresponde en función de nuestro propio ser, ¿no? Bueno, atendiendo un poco a esta idea podemos ya desarrollar los conceptos fundamentales de la metafísica. Vamos a ver cómo seguramente el concepto más importante es el conocimiento, el concepto de sustancia, ¿no? Que justo en el libro, pues, como puedes ver, se te explica en la página 68, 69, perdón, y 70, ¿no? Si le preguntamos a Aristóteles qué tipo de entidades, vamos a utilizar la palabra entidad como sinónima de sustancia, qué tipo de realidades, qué tipo de entidades componen lo que hay, ¿no? Nos va a decir que lo que hay está compuesto, la realidad fundamental, última, que será lo que mueve a todas las cosas, lo que Aristóteles llamará primer motor y que en gran medida se podría identificar con Dios, Santo Tomás, Marta, y esto es importante señalarlo ya, creo que el otro día también lo dije, ¿no? Santo Tomás sigue a Aristóteles, es un aristotélico, y va a intentar hacer compatible Aristóteles con la filosofía cristiana. Y en este punto, por ejemplo, tal vez no va a tener mucha dificultad, ¿no? ¿Por qué? Porque en Aristóteles nos encontramos la referencia a una realidad última que será caracterizada en la terminología de Aristóteles como primer motor, como pura forma, como acto puro. Enseguida vamos a desarrollar las funciones de acto y de forma, ¿no? Es la sustancia inmutable, simple, no compuesta de nada, incorruptible, que después Santo Tomás y la tradición cristiana identificará con Dios. Bueno, pues hay un saber que se encarga de esta realidad, de esta realidad última. Y es ese saber que se cita en el texto que leímos el otro día al final de la clase y que he vuelto yo a citar ahora en la página 68, ¿no? El saber que va a referirse a esta realidad última, pues tiene el título de metafísica o filosofía primera también. Pero luego, además de esta realidad principal, ¿no?, que es la que justifica o explica, la existencia de las cosas naturales, nos encontramos con los seres naturales. Bueno, aquí también habría que incluir también, bueno, algo más, ¿no? Habría que incluir los seres artificiales. En el mundo con el que nosotros tratamos nos encontramos al primer motor y luego a los seres corpóreos. Además de los seres corpóreos estarían los objetos matemáticos, pero nos olvidamos un poco de ese tipo de realidades. Tenemos al primer motor y los seres corpóreos. Y dentro de los seres corpóreos, los seres naturales y los seres artificiales. Los seres artificiales, obviamente, son los hechos por nosotros, la mesa, el coche, la ropa, etcétera. Y luego tenemos la esfera de los seres naturales. Son seres compuestos de materia y de forma. Tienen como ciencia que los estudia a la física, ¿no? La física estudia la physis, que es la naturaleza. La physis es la palabra griega que utilizaron ellos para referirse a lo que nosotros llamamos naturaleza. Seres naturales. Dentro del mundo de los seres naturales encontramos el mundo supralunar. Esta descripción de la cosmología aristotélica tiene cierto interés, ¿no? O bastante interés, Marta, como quieras, porque va a dominar la comprensión del mundo de los cielos pues hasta Copérnico, hasta Galileo, hasta finales del Renacimiento, y comienzos de la Edad Moderna, ¿no? El creer que el mundo se divide en mundo supralunar y el mundo sublunar, ¿no? En el mundo supralunar tenemos las sustancias celestes. La luna, los planetas y la esfera de las estrellas fijas, ¿no? Aquí están los astros, que son sustancias incorruptibles, ¿no? Que no van a cambiar en su naturaleza, ¿no? Están formadas por el quinto elemento, por el éter, que se mueven pero solo con el movimiento... Lo más perfecto que para los antiguos y también para la Edad Media será el movimiento circular, ¿eh? Esta es una idea importante que deberíamos igual retener porque va a ser característica de la astronomía antigua y medieval. El creer que los cielos, los planetas, se mueven con movimiento circular alrededor de la Tierra, ¿no? Que es inmóvil. Esta es la hipótesis, como sabemos, ¿verdad, Marta? Geocéntrica. Dominará esta teoría geocéntrica, fundamentada por Aristóteles, Ptolomeo y otros autores, pues dominará hasta Copérnico, ¿no? En Copérnico ya las cosas cambiarán y no se pondrá a la Tierra como al centro del universo. Copérnico al Sol y después ya ni siquiera al Sol, ¿verdad? Entonces, por favor, convendría también, Marta, retener un poquito esta idea para señalar la extraordinaria importancia que tuvo la descripción del mundo de Aristóteles, incluso en lo que podemos llamar cosmología, ¿no? La comprensión del cosmos y de las estrellas. Por debajo de la Luna se encuentra el mundo sublunar en donde vemos las sustancias terrestres, ¿no? El árbol, la piedra, el animal, el cuerpo humano, ¿no? Son seres cambiantes y corruptibles, es decir, sometidos a la muerte, ¿no? Determinados al final, bueno, pues, por la decadencia y la muerte. Tienen un origen, una duración y una muerte. Y están compuestos por los cuatro elementos, ¿no? Serían los elementos básicos, ¿eh? Ya recordarás, Marta, que la filosofía anterior a Aristóteles quiso investigar de qué estaba hecho todo. Marta, ¿puedes decirme cómo se llamaba, qué palabra empleaban los griegos para referirse a aquello que compone a todas las cosas, al principio último de todas las cosas, al elemento básico que está en todas las cosas para referirse a lo que es el universo? Ah, tal es, era el agua, para Heráclito era el fuego. El argén. Muy bien, el argén, ¿no? Eso es, ¿no? El argén. Y hubo una respuesta, cuando investigaron los presocráticos el argén, hubo una respuesta que tuvo mucho éxito. Fue la respuesta de Empédocles. Empédocles consideró que todo está hecho, todo del mundo sublunar, todo el mundo físico sublunar, está hecho de cuatro elementos, aire, fuego, agua y tierra. Bueno, esta respuesta fue la que más éxito tuvo. Luego había la fuerza también del amor y del odio, pero en cuanto a elementos materiales, pues son estos cuatro elementos que componen a todas las cosas. En distinta proporción, el árbol y el gato tienen estos cuatro elementos, ¿no? ¿De acuerdo? Bueno, pues Aristóteles va a aceptar esta propuesta y va a creer, como Empédocles, que todo está hecho de estos cuatro elementos básicos, ¿no? Dentro del mundo sublunar encontramos también una distinción muy importante, la distinción de aquellos seres que son inertes y que se mueven sólo como consecuencia del contacto que otros tienen con ellos, ¿no? Y, por ejemplo, la piedra y, bueno, la existencia de seres vivientes que están dotados de un principio distinto, muy especial, que los griegos y Aristóteles llamó alma. ¿Van? Llamó alma. Bien, seres vivientes y no vivientes. Dentro de los seres vivientes, a su vez, por supuesto, habrá que distinguir, como veremos al hablar del alma, las plantas, los animales y al ser humano. Bueno, justo en el caso de un principio fundamental que es el de el alma presente en los seres vivientes, habrá una disciplina que podrá estudiar, que estudiará esa realidad especial y que se llamará psicología, ¿no? Etimológicamente, esta palabra, psicología, Marta, significa el logos acerca de la psijé. La psijé es el alma. Psijé es la palabra griega que utilizaron ellos para referirse al alma. ¿Van? Bien. A ver. Un momentito. Sí. Vamos, yo voy a saltar un poquito para seguir el orden del esquema que tengo aquí. Voy a saltar ahora al apartado 1, 3, 2, 2, en donde encontramos la exposición sobre la naturaleza, la naturaleza, ¿no? La física, ¿verdad? Porque hay un texto ahí muy bonito, muy importante, que es el texto en el que Aristóteles justo nos va a presentar esta distinción. Este esquema que yo he hecho, que tenemos aquí, lo he hecho, pues, a partir del texto que puedes ver ahí, en otra traducción, en otra edición, pero a partir de este texto que es muy importante y que ahora voy a leer. ¿Vale? Marta, también podrías utilizar este texto. ¿Vale? A páginas 72. Y pertenece a una obra muy importante de Aristóteles titulada Física. ¿Qué es la física? La física es el estudio de la naturaleza, de la fisis. Como he dicho antes, él le dio muchísima importancia al estudio filosófico de la naturaleza, ¿verdad? Y, pues, uno de los libros más destacados, más importantes que encontramos de Aristóteles justo se titula de esta manera, Física, ¿no? Vamos a ver este texto. Yo lo voy a leer y comentar también un poco a partir de este esquema que tenemos aquí, ¿no? Dice Aristóteles en este texto, Algunas cosas son por naturaleza, otras por otras causas. Esto quiere decir que para dar cuenta de las cosas tenemos que referirnos a las causas. Aristóteles considera fundamental considera fundamental referirnos a las causas. Él tiene una teoría de las causas, como enseguida también vamos a desarrollar un poquito más adelante, ¿no? Bueno, ahora utilizando la noción de causas en general como principio explicativo de algo, Aristóteles nos dice bueno, para explicar las características de los seres y lo que hacen los seres, las cosas, ¿no? Pues tenemos que referirnos o bien a la naturaleza o bien a otras causas. Por naturaleza son los animales y sus partes. Las cosas que existen por naturaleza son los animales y sus partes. El elefante, la hormiga, el gato, eso existe por naturaleza. Lo mismo que las patas del gato existen por naturaleza. Lo mismo que la grasa del oso polar existe también por naturaleza. Los animales y sus partes existen por naturaleza. Como existen también las plantas. Bueno, voy a seguir leyendo. Y sus partes. Las plantas y los cuerpos simples como la tierra, el fuego, el aire y el agua, ¿no? Plantas, los seres inertes como la piedra y los cuerpos simples. Ves, Marta, que aquí lo que está haciendo Aristóteles es utilizar estos cuatro elementos que estaban en Empédocles y es la respuesta que Empédocles daba a los componentes últimos de todas las cosas, ¿verdad? Todas las cosas materiales. A la gente. Pues decimos que estas y otras cosas semejantes son por naturaleza. Todas estas cosas parecen diferentes de las que no están constituidas por naturaleza. Porque cada una de ellas tiene en sí mismas un principio de movimiento y de reposo. Sea con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración. Por favor, Marta, tienes que subrayar esta frase porque es fundamental, ¿no? Ya que en esta frase está definiendo qué es naturaleza. Yo hasta ahora no he querido entrar aún en la definición de naturaleza. He manejado el concepto un poquito intuitivo, ¿no? El concepto de naturaleza es, bueno, un poco complejo. Al menos puede significar dos cosas, ¿no? Podríamos llamar naturaleza a aquello que no ha hecho el hombre y ya está. Así esa caracterización como muy superficial, ¿no? Entonces, incluso si lo ponemos así como con mayúscula, diríamos que es ese ámbito en donde están los árboles, está el mar, donde no está la ciudad, ¿verdad? La ciudad se contrapondría al ámbito de la naturaleza. Es una idea o un concepto si quieres aún un poco sencillo, demasiado como elemental, ¿no? Nosotros ahora manejamos también así la noción de naturaleza, ¿eh? Como cuando uno dice, me gusta la naturaleza. Pues, ¿qué quieres decir con eso? Pues que te gusta el monte, la playa, la sierra, los ríos, ¿verdad? Ese ámbito en donde están los seres naturales de ese estilo, ¿no? Bueno, pero nos interesa un concepto más casi podría decir filosófico, ¿no? Marta, que es el que tenemos aquí en esta línea, la repito, ¿no? Dice Aristóteles, ¿no? Porque cada una de ellas tiene en sí misma un principio de movimiento y de reposo con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración. Eso es la naturaleza, ¿no? Yo lo he puesto en el esquema aquí. Es un principio intrínseco, esencial del movimiento y del reposo de los seres naturales. Vamos a profundizar un poco más en esta definición. A ver, principio intrínseco. En otros textos lo dice con claridad. En esta traducción no aparece así con claridad esto de intrínseco. ¿Principio qué quiere decir? Pues una realidad que está en la base de algo, aquello que sirve para dar cuenta de ese algo. Un principio es el fundamento de algo, ¿no? Bien. Pues si hablamos de intrínseco, ¿a qué nos estamos refiriendo? Nos estamos refiriendo a algo interior a la cosa. Lo intrínseco se contrapone... A ver, Marta, ¿qué te parece que se va a contraponer lo intrínseco? A ver, yo como intrínseco diría que es algo irremediable, ¿no? Que no podemos controlar que está dentro de cada uno. Perdón, que tengo un trancazo increíble. ¿Y lo contrario a lo intrínseco, pues? Sí, sería lo extrínseco. Lo intrínseco, lo has dicho antes, ¿no? Es lo que está en el interior. Lo que está dentro, has dicho, me parece, ¿no? Lo que está dentro. Mientras que lo extrínseco es lo que está afuera. Y entonces dice Aristóteles, bueno, hay cierto tipo de seres en los cuales hay una realidad dentro de esos seres que es la que les empuja a esos seres a esas cosas, a esos entes a moverse o a estar en reposo. Cuidado con la palabra movimiento porque para Aristóteles movimiento viene a ser lo mismo que cambio, lo que nosotros llamamos cambio, ¿eh? Cuidado. Nosotros tendemos a hablar del movimiento para referirnos al movimiento local. ¿Vale? Al movimiento local. Pero para Aristóteles es eso solo un tipo de movimiento. Cuando alguien envejece también se está moviendo. Cuando el árbol pierde las hojas en otoño, también se está moviendo. ¿Vale? Entonces movimiento es lo mismo que cambio. ¿De acuerdo? Y el reposo sería dejar de cambiar. Dejar de darse una modificación de un ser. ¿De acuerdo? No solo el reposo en el sentido local, ¿no? No sé si ahora, por ejemplo, vamos a ver si es posible que se me vea como, vale, más o menos me ves, ¿verdad? ¿Ves lo que tengo en la mano? Una piedra, ¿no? Eso es, sí. Aunque no esté sincronizada la voz con el movimiento. Bueno, a ver, te voy a hacer una pregunta. Este movimiento de la piedra, ¿has visto? ¿Es natural o no natural? No natural. Porque lo has provocado tú. Bueno, yo simplemente la he soltado, ¿eh? Y ha caído. Bueno, entonces sería natural por la gravedad. La caída de la piedra no necesita de la intervención humana. Es algo que hace, así hablaría Aristóteles. Nosotros diríamos lo que has dicho, Marta, diríamos, es la gravedad una fuerza exterior, ¿no? Pero Aristóteles creía que las piedras caen porque dentro tienen un principio que les empuja a caer, ¿no? Que es la pesadez. Tienen una propiedad dentro, que es la pesadez, que hace que la piedra caiga, ¿no? Y ese movimiento de caída, es un movimiento, diría Aristóteles, por naturaleza. Por naturaleza la piedra cae. Por naturaleza el humo va hacia arriba. Por naturaleza las hojas caen en otoño de los árboles con hoja caduca, claro. ¿Vale? Ese tipo de comportamientos son por naturaleza. Y con eso está queriendo decir Aristóteles que dentro de la piedra, dentro del árbol, en el humo, hay algo que le empuja al humo a ir hacia arriba. Hay algo que le empuja a la hoja a caer. Hay algo que le empuja a la piedra a caer también. Hay algo en el niño que le empuja a crecer. El crecimiento del niño decimos que es natural porque es una consecuencia de algo que se encuentra dentro del niño, que es su naturaleza niño. ¿Vale? Sin embargo, hay otro y ese es un movimiento intrínseco, ¿eh? Es intrínseco porque es desde el interior de la cosa, lo que hace que la cosa cambie. Y la naturaleza de cada objeto es distinta, por eso habrá movimientos distintos. Bueno, y si... A ver, Marta, y si en vez de hacer esto de soltar la piedra, yo estoy haciendo esto otro, de levantar la piedra, ¿este movimiento de la piedra es por naturaleza? No, ese sería extrínseco. Claro, eso es. ¿Por qué es extrínseco? Porque depende de algo exterior. Depende de mi mano. Es mi mano lo que empuja la piedra hacia arriba, ¿no? No es algo del interior de la piedra. En el interior de la piedra hay una realidad que le empuja a la piedra a cambiar, que tiene que ver con su dureza, con las propiedades físicas que tiene la piedra, ¿no? Pero la piedra también puede tener otro tipo de cambios como consecuencia de la intervención de algo exterior a ella, ¿no? Que es mi mano, ¿vale? Entonces, volvemos otra vez un momento al esquema. Un momento, vamos a ver. Aquí está. Volvemos al esquema y nos fijamos en esto, ¿verdad? Movimiento o de reposo, ¿eh? Fíjate también en esta idea, ¿no? No sólo ocurre que los seres que llamamos naturales como el oso, el manzano, el lobo, el hombre, la piedra también, no sólo ocurre que pueden tener movimientos y por tanto cambios que están ligados a su propio ser, ¿verdad? Sino que además también en función de su propio ser les ocurrirá que van a parar. Hay también formas de parar que son por decirlo así, lo de parar, ¿no? Por decirlo así, son formas también naturales. Ahora mismo, cuando yo suelto la piedra, la piedra cae y está en la mesa y está en reposo para su movimiento. ¿Vale? Y es porque está ya en la piedra, en el suelo, ¿no? Cuando unas hojas caen al suelo, eso de caer también encuentra su reposo. Y hay un reposo más definitivo. Marta, dime cuál sería el reposo más definitivo que tendrán los seres naturales, sobre todo si les damos el nombre de seres vivos. La muerte. Eso es. Eso es. Por lo tanto, ¿qué nos está diciendo aquí en esta presentación? Lo que pasa que al final sí con lo de... se refiere a cambio, al final un muerto también va cambiando, va moviéndose hacia una descomposición, pero al final también... Sí, pero ya ahí lo que era individuo reconocible, por ejemplo Sócrates, ¿no? Sócrates murió. Y la muerte de Sócrates, la verdad que en ese caso no diríamos que es una muerte natural, porque igual recuerdas que fue una muerte, bueno, consecuencia de que tomó cicuta, ¿no? Fue una muerte, una muerte artificial, no una muerte natural. Bueno, por tanto igual ahí no serviría, pero pongamos el caso de un anciano que muere ya, lo que llamamos muerte natural. Esta forma de hablar es muy aristotélica. Hay comportamientos naturales y comportamientos artificiales y algunos de ellos contrarios incluso a la propia naturaleza. No todo movimiento o cambio artificial es contrario a la naturaleza. Eso también hay que recordarlo. Por ejemplo, cuando un médico nos arregla el brazo, nos caemos, se nos rompe un hueso del brazo y el médico nos lo arregla. Ese cambio que sufre nuestro hueso es un cambio artificial porque no se ha curado nuestro brazo por sí mismo, ¿verdad? Pero no es contrario a la naturaleza porque el médico está haciendo algo a favor de la naturaleza, ¿no? Bueno, pero pongamos para recoger tu comentario, ¿verdad? Pongamos a un anciano que ha muerto de manera natural. También valdría para Sócrates, pero es un poco más fácil con este caso. Ha muerto de manera natural. Ha reposado. ¿Y qué queremos decir con que ha muerto de manera natural? Que la naturaleza determina el tiempo de vida y el tiempo de muerte de cada ser. Esta es una idea muy importante. Lástima que no tengamos mucho tiempo para tirar mucho del hilo de ella, pero igual que se puede apreciar sólo con estas palabras la gravedad e importancia que puede tener esta afirmación. La naturaleza determina la vida y la muerte. Esto lo notamos porque notamos que hay una fuerza vital que le lleva al feto a intentar salir adelante y convertirse en un bebé. Cuando ya sale la mujer de la luz, el bebé también tiene dentro como una fuerza que le lleva a crecer, a resistir a partir de las defensas que puede tener en él. Encontramos en la vida una fuerza hacia la vida. Esto es así como consecuencia de la naturaleza. Pero también los médicos, por cierto, hacen un juramento en el que prometen cuidar la vida y sacarla adelante en una forma como de respeto de ese principio que se encuentra en los seres naturales. Pero la vida y la naturaleza, mejor que la vida podríamos decir, la naturaleza también establece el tiempo de vida que le corresponde a cada ser. Y así establece que la mosca del vinagre vive no sé cuántos días, pero me parece que no llega a tres días. Así la naturaleza establece que los perros puedan vivir hasta 17, 18, difícilmente llega un perro a los 20 años, ¿verdad? Y establece que el ser humano pueda llegar, no sé, hasta los 80, los 100, ¿no? De manera natural, ese sería el tiempo que la naturaleza nos ha otorgado. ¿Qué es lo que estamos haciendo nosotros ahora con la ciencia y la medicina? Pues ir en contra de eso, ¿no? Ir en contra de esa disposición natural. Bien, pero pongamos que muere Pedro, ya un anciano llamado Pedro, que, de modo natural, porque su cuerpo ya se ha agotado, tiene ya 90 años y muere. Reposa, por tanto, y se para, se para, y dices, pero en cierto modo aún sigue moviéndose. Y es verdad, porque los componentes de Pedro, sus huesos, sus músculos, siguen cambiando, siguen modificando, ¿no? Pero, Marta, habría que decir, él ya muerto, son sus restos, que no son exactamente él. Él era algo como más que sus restos, ¿verdad? Pero Pedro ya está, ya muerto. Los restos de Pedro, los huesos, los músculos, los tendones, las vísceras, se van descomponiendo de distintas maneras, y al final, recogiendo un poco la metáfora, se convierten en polvo, ¿no? El polvo a su vez, y está bien tu apreciación, ¿no, Marta? Porque el polvo a su vez también cambia. ¿Y esto por qué? Porque todo está cambiando. Esta es una tesis, en cierto modo remite un poquito a Heráclito, pero también la aceptaría en este nivel de descripción muy elemental, también la aceptaría Aristóteles, ¿no? Porque la naturaleza está sometida al cambio. Siempre está sometida al cambio. Va una forma desapareciendo, y la materia que componía esa forma, o que estaba relacionada con esa forma, ¿verdad?, continúa, podrá tomar otra forma, y así continuamente, ¿no? Tomando un aspecto, tomando otro. Los músculos se convierten en pues al final material que va a estar, pues tal vez hasta en el gusano, ¿no? Pongamos por caso. Y va tomando la forma del gusano. Por decirlo de una manera metafórica, aunque suena un poco mal, ¿verdad, Marta? Pedro se transforma en gusano. Va tomando la forma del gusano, o la forma de la mosca, o la forma de la hoja. Al final para Aristóteles el movimiento no era otra cosa que... El cambio, no solo el movimiento físico, el movimiento local, al final la muerte, como la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma, no dejaría de ser tampoco un movimiento. Aunque no hubiera... Aunque no existiera Pedro como tal. Sí, sí, sigue existiendo una realidad. Él le dará el nombre de materia prima. A esa realidad última, la materia prima. O incluso, si queréis, si quieres Marta, sin llegar a esa realidad última, que sería la materia prima, pura realidad material y informe, pues podríamos mantenernos en este nivel de destrucción. Es que Pedro está hecho de aire, fuego, agua y tierra. Y cuando muere Pedro, estos elementos que componían su cuerpo ¿verdad? Estos elementos que componían su cuerpo siguen estando, siguen existiendo, pero se van combinando de otra manera en la forma de hoja, o en la forma de bueno, elementos que están en el cuerpo del gusano, o algo así. ¿Vale? Esto es así. Todo se está transformando. ¿De acuerdo? Pero, bueno, me parecía que era importante también fijarse en cómo para Aristóteles la naturaleza no sólo determina la vida, ¿eh? Hay que tener un poco cuidado con esto, ¿no? No sólo determina la vida, sino también la muerte. Y por eso nosotros podemos hablar de muerte natural frente a la muerte violenta o la muerte artificial, ¿verdad? Podemos hablar de muerte natural porque es la muerte generada o determinada antes has hablado cuando te he pedido que contaras que era lo de intrínseco, te he referido a cómo lo intrínseco es como algo inevitable, en cierto modo inevitable. Y tiene mucho de esto, ¿eh? La naturaleza tiene mucho de inevitable. Es un tanto como inevitable que caigan las hojas en otoño. Es un tanto como inevitable que caiga la piedra cuando la soltamos. Es un tanto inevitable, o tanto no, es inevitable que la mosca del vinagre viva tres días. Es inevitable que los perros vivan hasta los veinte años como mucho, ¿no? A partir de este principio, ¿vale? Habría que matizar un poco lo de inevitable porque también como consecuencia de la intervención humana, nosotros podemos llegar a tener tal poder, esto casi era, no sé si iba a decir inaceptable para, metafísicamente inaceptable para Aristóteles, ¿eh? Pero nosotros tenemos ahora tal poder, los seres humanos tenemos tal poder que no sólo podemos modificarlos a los seres naturales en aspectos accidentales, podríamos decir, o superficiales, ¿no? Como por ejemplo el bonsai. El bonsai es una mezcla de naturaleza y de cultura, ¿no? Marca, recuerdas la imagen del bonsai, ¿no? Los árboles pequeñitos. Sí, que han, bueno, creado los jardineros, sobre todo japoneses, ¿verdad? Te cogen un árbol, un abeto, o un pino, muy pequeñito, ¿no? Y a partir de recortar sus hojas y sus ramas, y de poner cables y demás, ¿no? Pues detienen su crecimiento natural, y hacen que tenga un tamaño que no es natural, ¿verdad? Fíjate, Marta, porque la naturaleza determina no sólo el movimiento y el reposo, sino también el aspecto, hay que decir un poco más, ¿verdad? El aspecto del objeto. Por ejemplo, el tamaño. Hay un tamaño en el pino que está determinado por su naturaleza. Yo no lo sé, pues que puede estar entre los 3 y los 10 metros o más, incluso, ¿verdad? Desde luego, por encima de los 2 metros, diríamos, el tamaño natural, la mayor parte de especies de pinos, o tipos de pinos, ¿no? Es decir, que la naturaleza determinará la forma también de un objeto, determina los cambios que puede tener, ¿no? Pero los seres humanos podemos intervenir para modificar la forma, al menos en su tamaño, como es el caso de los bonsais, ¿no? Ahí estamos interviniendo. Aristóteles yo creo que él sí comprendía, desde luego sí lo entendía, que pudiéramos los seres humanos modificar a los seres naturales en aspectos un tanto como exteriores del ser natural, ¿no? Pero lo que le parecía seguramente imposible es que se pudiera anular la naturaleza de un ser. Anularla, ¿no? Bueno, pues ahora, nosotros parece que, gracias a la tecnología, hemos hecho eso. Porque nosotros hemos encontrado casi el secreto de la naturaleza. No sé cómo sonará esto para ti, Marta, y para los que puedan escuchar esta idea, ¿no? Porque, claro, esto de que la naturaleza determina el movimiento y el reposo de los seres naturales, por ejemplo, en que caiga una hoja en otoño, o que en primavera broten las hojas, o que pues la mosca del vinagre viva tres días, o el ser humano viva cien. ¿Esto de qué depende, diríamos ahora, Marta? Nosotros ahora, con nuestras descripciones del mundo natural, tenemos un concepto que compromete la noción metafísica de naturaleza de Aristóteles. Que pone un poco en cuestión, quiero decir, ¿no? Porque si ahora un científico lee esto de principio intrínseco, esencial, no accidental, ¿no? Me ha comentado lo de esencial. Vamos un momentito antes de la dificultad que quería presentarte, Marta, a fijarnos un poco en esto de esencial. ¿Vale? Para que una cosa cambie por naturaleza, tiene que cambiar por algo que está dentro. Pero eso que está dentro es de su esencia, no de algo accidental. ¿Vale? Porque podría ocurrir, por ejemplo, un caso sencillito, ¿no? Que nos puede servir para entender la noción de naturaleza. Tenemos a una persona, tenemos a María, que es médico, ¿no? Y entonces, María está constipada. Se constipa María. Y María se cura el constipado sin hacer nada. Ese cambio que hay, porque su cuerpo sabe qué hacer para curarse un constipado, ¿verdad? Su sistema inmunológico lo protege. ¿Ese cambio es por naturaleza, Marta? Sí, ¿verdad? Es cambio natural. Porque por naturaleza tenemos un sistema inmunológico que nos protege. Bien. Ahora pongamos que María no se cura por sí misma. Y es bastante grave. Se ha convertido casi en una neumonía, ¿verdad? Lo que parecía un constipado ha ido de más en más. Se ha convertido casi en una neumonía. Y entonces va el médico. Y el médico le da algo unas pastillas, tal vez un antibiótico para curarse. Y María se cura. ¿Ese cambio es un cambio por naturaleza? No, sería artificial. Eso es, un cambio artificial. Bien. Pero pongamos que es María ella misma la médico. Bueno, por cierto, en el primer caso es un cambio intrínseco. Se cura por sí misma. ¿Es intrínseco? Sí. En el segundo caso es intrínseco. ¿O extrínseco? ¿Ha tomado pastillas que le ha recetado el médico? Extrínseco. Extrínseco. Pero pongamos que es ella médico. Y que a partir de su saber, a partir de su saber, se cura. Parece que podría ser el principio es ella misma, ¿no? No es Juan el otro médico, ¿no? Otra persona. Es María, que es médico, la que se ha curado. Entonces, el principio está dentro de ella, ¿no? Pero claro, no forma parte de su esencia. No es esencial. Es accidental. Porque es accidental a su cuerpo el que María sea médico. Podría haber sido, bueno, muchas otras cosas, ¿verdad? Economista, abogado, podría haber sido cajera, yo qué sé, cantidad de otras cosas. Podría haber sido María, pero es médico. Y eso, ¿verdad? Es algo accidental y no esencial, ¿no? Entonces, para que podamos hablar de naturaleza, de movimiento por naturaleza, tiene que ocurrir que sea científico y también esencial, ¿eh? Tiene que formar parte de la esencia del objeto. Determinado por una parte como fundamental del objeto. De la cosa que está cambiando. ¿De acuerdo? Bien. Pues ahora, si le pedimos a un científico que lea esto y que diga con sus palabras, ¿qué será eso que en los seres naturales, por ejemplo, y sobre todo en los seres vivos, ¿no? Sobre todo, me refiero a los seres vivos, ¿no? ¿Qué es lo que en los seres vivos determina que un ser vivo viva tres días, quince días, quince años, cien años? ¿Qué es lo que determina que un ser vivo pierda las hojas en otoño? ¿Qué determina que tenga ojos con los que puede ver la luz? ¿Qué tenga alas o no tenga alas? ¿El aspecto de un ser natural? ¿El comportamiento de ser natural? ¿Los cambios de un ser natural? Ahora, si le preguntamos a un científico, ¿qué es lo que determina? ¿Qué es lo que diría Barta? La selección natural. La selección natural es lo que ha favorecido la aparición de los rasgos de los seres naturales, bien, pero hay un tipo de compuesto de realidad física que está como en lo profundo también de los seres naturales, pero no es en lo profundo metafísico, como creía Aristóteles. Es otro tipo de profundidad. Es una profundidad y una región del perro, una región de la mosca del vinagre, una región del árbol, una región del cuerpo humano, pues muy escondida y que sólo en el siglo XX se descubrió. ¿Cuál era? ¿Cómo se llamaba? Anatomía, ¿no? Sí, pero ¿qué parte de la anatomía del ser vivo es la que determina cómo es el ser vivo? Para los científicos. Para los biólogos. Para un manzano, ¿qué es lo que determina? O una lechuga, o el maíz, o el gato. O el ADN. Eso es, el ADN, los genes, ¿no? Nosotros tenemos el concepto de gen en los cromosomas. Entonces son los genes los que determinan si uno va a ser rubio o moreno, si va a ser blanco o negro, si va a ser alto o bajo, si va a ser un gato o una persona, si va a ser una lechuga o una hormiga. ¿Verdad? Son los genes. Nuestro concepto ahora, el concepto de gen y de cromosoma viene a ocupar el concepto de naturaleza que empleaba Aristóteles. Y ahora está ocurriendo una cosa que yo no sé si, ¿cómo la podría integrar Aristóteles en su explicación del mundo, ¿no? Del mundo de los seres vivos. Porque está ocurriendo ahora que nosotros como hemos casi descubierto el secreto de la vida con esa referencia a los genes, a la genética podemos transformar de un modo extremo, muy radical tal vez de una manera casi impensable para Aristóteles, ¿no? Podemos transformar al león. Podemos transformar a la rata. Podemos transformar al ser humano. Se llama ingeniería genética. Mediante la ingeniería genética hemos accedido a este principio de movimiento. Las transformaciones que hemos hecho hasta ahora han sido como superficiales. Pero a partir de ahora ya lo sabemos, ¿no? Oye, pues es que podemos hacer un pollo que no tenga plumas. Una cosa monstruosa, ¿verdad? Aparentemente. Pero es que... Unas sandías sin pepitas. También eso es, ¿no? Sandías sin pepitas, ¿no? Antes se hacía cruzando los animales, los ganaderos lo hacían un poco ya también, ¿no? Intervenían en la genética. Pero es que ahora con la ingeniería genética ha explotado esa capacidad. Y se pueden hacer cosas tremendas. Algunas que pueden ser tal vez buenas, ¿eh? Porque igual los alimentos transgénicos, alguno de ellos pues puede estar bien. O pueden darse ahora intervenciones también para eliminar enfermedades hereditarias, ¿verdad? Podemos cambiar los genes de un padre que tenía hijos con algún tipo de dificultad por transmisión de sus genes. Pues se pueden intervenir en los genes del padre para que no lo transmitan sus hijos, ¿no? Entonces nosotros ya podemos cambiarlo así, por intervención artificial, ¿vale? Bueno, Aristóteles creía que en los seres naturales había un principio fundamental de corte de carácter casi podríamos llamar metafísico, sin casi, ¿no? Que determinaba el aspecto, el movimiento, el cambio y también la muerte de los seres naturales, ¿no? Y digo esto porque igual claro, ahora, yo no sé si Marta lo has escuchado porque en Internet tenemos de todo y también tenemos ahora conferencias, charlas y reportajes sobre algunas opiniones de biólogos y de médicos que irían un poco en contra de esta tesis de Aristóteles porque Aristóteles señalaría, como muchos otros filósofos, ¿eh? Que la muerte es inevitable y forma parte de la vida. Forma parte de la vida. Que la muerte, como lo he dicho antes, ¿no? Está determinada también por la naturaleza. Hay una muerte natural. Bueno, pues ahora hay algunos médicos y biólogos que están, yo no sé si la palabra es un poco demasiado ofensiva para ellos, ¿no? Yo casi diría fantaseando, ¿no? Con la posibilidad de la inmortalidad, ¿no? De que con el desarrollo de la ciencia y de la tecnología de la ingeniería genética y las intervenciones ahora de las neurociencias y de la inteligencia artificial, pues podríamos hacer que en realidad el ser humano fuera inmortal. Se te estropea el corazón y te ponen otro. O cogen células madre tuyas y te reponen un corazón que será incluso muy semejante a tu propio cuerpo. ¿Eh? O detienen precisamente la muerte. Es que ahora los científicos han encontrado que el final de los cromosomas determina el tiempo de vida del organismo. El final del cromosoma... Hay una película de Arnold Schopenhauer que se llama El sexto día que habla más o menos de esto a través de las clonaciones libertaderas que van reseteando el disco duro y van haciendo como un montón de cuerpos a raíz tuyo y te van clonando una y otra vez. Sí, sí. En ciencia ficción eso es. En ciencia ficción se ha jugado mucho con esta idea, ¿no? Y ahora para algunos no es de ciencia ficción. Bueno, aún ahora sí, ¿no? Pero se podrá conseguir que no lo sea, ¿no? Incluso con eso que te contaba de los telómeros que es el final del cromosoma, se va acortando con cada división celular, se va acortando, se va cortando, se va acortando. Y cuanto más corto tienes el telómero, pues menos tiempo de vida te queda. Y hay una sustancia telomerasa que parece que está en relación con eso. Ya los científicos han conseguido en laboratorio modificar la vida de las ratas, de algunas de algunos animales. Y han conseguido que vivan el 40% más, 30-40% más de lo que podrían vivir y más aún, ¿no? Entonces, bueno eso es un descubrimiento como tremendo, ¿no? Y estaría, bueno, esa reflexión de algunos médicos estarían como señalando, en realidad la muerte no es natural, ¿no? Están ahí pasando ya desde la biología al campo de la filosofía, ¿no? Y habría que tal vez objetarles muchas cosas, ¿no? Esa idea de la inmortalidad, pues, bueno, es también un tanto como cuestionable. Pero bueno, son reflexiones que Marta te quería proponer y a los que vayan a escuchar este vídeo también, pues, bueno, merece la pena un poco señalarlo, ¿no? Incluso cuando hagáis el comentario de este texto. Tal vez Marta tan en extenso como yo lo he hecho ahora, ¿no? Pero sí, reflexiones de este estilo, ¿no? Voy a continuar con el texto porque es muy importante. Cada uno de ellas tiene el principio de movimiento y de reposo, sea con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración, ¿vale? Marta, fíjate que aquí está hablando de los distintos tipos de movimiento. Yo le he puesto aquí tipos de movimiento, ¿no? Pues puede ser sustancial o accidental. El movimiento más grave que puede estar, que puede sufrir una sustancia es que desaparece una sustancia y aparece otra, como lo que pasaba a Pedro, creo que le he llamado así al anciano, ¿verdad? Pedro es una sustancia, pero ya es muy viejito y acaba muriendo. Entonces ahí tenemos una sustancia que desaparece y aparece otra. Los gusanos, las moscas y permanece la materia prima. Pero puede ocurrir que se mantenga la sustancia y cambie la sustancia en algún accidente, ¿no? Pedro pues cuando tenía 40 años cambiaba de un modo como muy cualitativo, un cambio muy importante porque se estaba haciendo viejo. Eso es un cambio muy importante en él. Es accidental porque no supone la muerte de Pedro. Es un cambio cualitativo. Empleamos la palabra. Sí, ¿no? Un cambio cualitativo es un cambio muy drástico en una sustancia, pero que no determina que esa sustancia muera. Entonces, claro, pasar de joven a anciano pues es un cambio cualitativo, ¿verdad? ¿Vale? Una propiedad no esencial, pero que compromete de un modo muy grave a una sustancia. Un cambio un poco más superficial es el cambio cuantitativo. El crecimiento, por ejemplo. ¿Vale? O el engordar cuando comes. Y un cambio aún más superficial es el cambio local. Si te fijas, Marta, se está refiriendo a estos tipos de cambio en esta línea, ¿no? El movimiento natural, la naturaleza puede determinar el cambio respecto al lugar. El que esté en la piedra, en mi mano o en la mesa. Es un... ¿verdad? O el aumento... Bueno, en este caso sería un cambio artificial. O el aumento o la disminución. O la alteración. ¿Vale? Son cambios accidentales. Entonces, claro, el árbol crece. Cambio cuantitativo. El árbol va extendiendo sus ramas por un lado o por otro. Hay un cambio local de las ramas. Y el árbol pues al final también envejece y pierde las hojas. Cambio cuantitativo. ¿De acuerdo? Por el contrario. Bueno, hasta aquí ha hablado Aristóteles de cierto tipo de entes sensibles que se dan a los sentidos, quiero decir con eso, que son los seres naturales. Pero además de seres naturales tenemos otro tipo de seres que tienen una explicación distinta. ¿Verdad? Porque existen por otras causas. ¿Vale? Por otras causas. Por el contrario una cama, una prenda de vestir o cualquier otra cosa de género semejante en cuanto que la significamos en cada caso por su nombre y en tanto que son productos del arte fíjate Marta, ¿no? No tienen en sí mismas ninguna tendencia natural al cambio. Pero en cuanto que accidentalmente están hechas de piedra o de tierra o de una mezcla de ellas y sólo bajo este respecto la tienen, ¿no? Vamos a fijarnos también en qué quiere decir aquí por si Marta también hace o cae este texto para comentar o haces el comentario de texto, ¿no? Entonces tenemos que las cosas sensibles, por cierto, no lo he comentado, pero esto de sensible que no nos lleve a engaño, ¿no? Marta, ¿qué quiere decir cosa sensible? ¿Te acuerdas? ¿Qué querrá decir? Hablaba de la esencia. ¿Sensible es lo que se da a la...? Ahora me he quedado en blanco. Como también... Lo que era natural, o sea, lo que era de... es que ahora no me sé explicar, pero lo que era joder humano, diría, lo que es sensible... No, no, cuidado, no, no, no, cuidado, eh, cuidado. No, no es humano, no es humano, no. Mira, los animales y sus partes, las piedras son cosas sensibles también, ¿no? Es un poco... ¿Cosas sensibles de Platón? Eso es, también, hablando un poco a la manera de Platón. Es lo que se da a los sentidos, ¿vale? Cosas sensibles es lo que se da a la sensación, a los sentidos. Entonces, hay algunas cosas que se dan a los sentidos, como las plantas y los animales y las piedras, que existen por naturaleza. Pero luego resulta que tenemos también la ropa, el vestido, ¿no? La cama, el ordenador, esas cosas no existen por naturaleza, existen por otra causa. ¿Qué causa? El arte. Cuidado con esta palabra, ¿eh, Marta? El arte. Son objetos, y en castellano tenemos ahí metido un poquito esta palabra también, artificiales. El vestido no es algo natural, es algo artificial. La cama y el ordenador no es algo natural, es algo artificial. Algo artificial, ¿no? Lo artificial es lo hecho por el hombre, como consecuencia de nuestras habilidades técnicas, ¿vale? Entonces, en griego también se puede decir tecné, que es producto de la técnica. En latín diríamos arts, ¿no? Bueno, en castellano la traducción que tenemos aquí de esas palabras es la palabra arte. Pero cuidado, Marta, ¿eh? Porque no se está refiriendo... Sí, que no se está refiriendo a un arte, a un cuadro o algo... Eso es. No, no... No únicamente, porque un cuadro también es un objeto hecho por el ser humano. Pero ya tiene... Se está refiriendo a algo hecho por el hombre, ¿no? Artesanal. Sí, eso es. Hecho por el hombre. Bien sea un objeto hecho por el hombre con propósito estético, como un cuadro, o una escultura, eso es algo artificial también. Un cuadro o una escultura no es algo natural, es algo artificial, producto de la técnica, ¿verdad? Solo que tiene valor estético. Allí también está presente la belleza o alguna categoría de lo estético, ¿no? Pero no solo es eso producto del arte. También es una mesa. Yo ahora estoy tocando una mesa y esta mesa no es bella, no tiene... En fin, no es una mesa que puedes colocar en un museo o algo así. Como te oiga el de la mesa. Sí, se puede emanar, ¿no? Pero es un objeto que tiene carácter funcional, ¿no? Bueno, lo ha cuidado un poquito, ¿eh? Porque sobre todo el diseñador pues ha querido que tenga un poquito de diseño y así, ¿no? Pero no es particularmente bella, ¿no? Entonces, cuidado, porque cuando hablamos del arte nos estamos refiriendo a la capacidad de crear y modificar objetos, ¿vale? Crear o modificar objetos. Lo que es consecuencia de la técnica. Parte, aquí haríamos nosotros ahora una división. Hay objetos producto del arte que tienen carácter estético, y serían ahí lo que nosotros llamamos objetos estéticos, arte. Y luego hay objetos que no tienen esa dimensión estética, pero son producto también del arte, porque llamamos arte a la capacidad de modificar y producir objetos, ¿de acuerdo? Por tanto, a la intervención humana, a la intervención humana. Bien. A ver, yo pondríamos, sí, y en el texto además se dice también una cosa muy importante, ¿no? Fíjate, lo voy a leer de nuevo, ¿no? Una cama, la ropa, o algo de ese género, en cuanto la significamos en cada caso por su nombre, y en cuanto que es producto del arte, porque la mesa, en la medida en que yo a este objeto que estoy tocando le doy el nombre de mesa, me estoy refiriendo a este objeto en la medida en que ha sido creado por el hombre. Y entonces, en esta dimensión de este objeto que estoy tocando, este objeto que estoy tocando es producto del arte. Pero, si en vez de utilizar la palabra mesa, utilizo la palabra madera, y yo digo, estoy tocando madera, porque es de madera, y estoy tocando hierro, porque es de hierro, si digo madera, ya ahí no estoy hablando de la mesa en tanto que es mesa, sino en tanto que tiene partes naturales, ¿verdad? Dice, no tienen en sí mismas ninguna tendencia natural al cambio. La mesa, en la medida en que es mesa, no tiene tendencia natural al cambio. Pero en la medida en que la mesa está hecha de partes naturales, hay en la mesa también una tendencia a ciertos cambios que le pueden corresponder, porque están hechos de ciertas naturalezas en vez de otras, ¿no? En cuanto que accidentalmente la mesa, o la cama, dice él, está hecha de piedra o de tierra, o de una mezcla de ellas, y sólo bajo este aspecto o respecto la tiene. Si tú tienes una cama de barro, habrá ciertos cambios que le corresponden a la cama en la medida en que está hecha de barro. ¿Puedes decirme algún cambio que le corresponde a la cama, o alguna propiedad que le corresponde a la cama en la medida en que está hecha de barro? ¿Alguna? ¿De tierra? ¿Me puedes repetir? Sí. Tienes una cama que está hecha de tierra. Sí. Tanto dura la cama, pero bueno, pongamos que está hecha de tierra, para seguir con como lo di cuenta Aristóteles, ¿no? Entonces, la cama, en tanto que cama, no tiene movimiento o cambio natural, pero en la medida en que la cama está hecha de tierra, está hecha de tierra, le pueden pasar cosas naturales. Habrá cambios que serán por naturaleza también en la cama, pero no porque es cama, sino porque está hecha de partes naturales como, por ejemplo, la tierra. Entonces, ahora te pregunto, ¿me puedes decir algún cambio que le puede sobrevenir a la cama en la medida en que está hecha de tierra? Si tenemos una cama de tierra, tierra compacta... Y se convierta en barro. Por ejemplo, eso es. No es algo que le pasa a la cama en tanto que cama. Incluso al que ha hecho la cama no le gustaría que pasara eso, ¿no? Seguramente. Pero en la medida en que tiene partes naturales, le va a pasar. Igual que a la mesa que yo tengo le pasa, en la medida en que está hecha de hierro, pues le va a pasar que se va a oxidar. Pero eso no le corresponde a la mesa o al coche que está hecho de metal, tal vez también de hierro, no le corresponde en la medida en que es coche, al coche, o es mesa, a la mesa. ¿Vale? Esto es lo que quiere decir aquí. ¿De acuerdo? Bien. ¿Se entiende entonces el texto? Bueno, luego, por cierto, hay también otras causas, ¿no? Habría otra causa que en el libro no se cita que es el azar, porque también a veces ocurren cosas por azar. Aristóteles entendía que se podían dar también comportamientos que ocurren por azar, ¿no? Claro, ¿no? Si tú vas con el coche por un paseo donde hay árboles y te cae una rama, lo que te ha ocurrido no es por naturaleza. Por naturaleza no está el que la rama te caiga a la cabeza, ¿no? Está que caiga al suelo, pero justo a ti, no, ¿no? Y tampoco si no ocurre que alguien haya, con una sierra haya cortado para que justo cuando tú pasas te caiga la rama, ¿verdad? Entonces ya diríamos también que ahí es producto del arte, porque formaba parte de un intento de asesinato, ¿no? No es natural. Si tú te mueres, si uno se muere porque le cae una rama encima, pues no diríamos que es, natural esa muerte que le ha pasado, ¿no? Es una muerte violenta porque no le correspondería a él morir, ¿no? Pero, claro, si encontramos que alguien lo ha cortado, pues entonces ya diríamos que es una muerte violenta hecha por el hombre. Pero puede ser simplemente por azar, porque es que ha habido mucho viento y la naturaleza no estaba buscando que tú te murieras o que una persona se muriera al caer un, ¿verdad? Una rama, ¿verdad? Entonces hay también, no lo estoy desarrollando casi esto y espero que no lo esté expresando de manera torpe, ¿no? Marta o confusa. Para Aristóteles hay también este tercer principio, ¿no? Que es el azar. Y que sirve también para explicar lo que podríamos llamar, y algunos han llamado monstruos de la naturaleza, ¿no? Que aparezca una oveja con seis patas. Eso diría Aristóteles, pues no es natural. No aparece así, ¿no? Porque esté programado por la naturaleza o algo de ese estilo, ¿no? También por azar, ¿vale? Bien. Es muy importante observar que Aristóteles creía que la naturaleza al ser un principio de cambio podía dar cuenta de cierto tipo de comportamientos bien interesantes. Vamos a referirnos ahora a la noción de causa, ¿no? La noción de causa, que es también muy importante. Un momentito. Sí. Lo tienes en la página 76, la noción de causa. Que tiene que ver también con lo que he contado de la naturaleza. Aristóteles creyó necesario referirse, como todos los filósofos y científicos, ¿verdad? A las causas. Podemos entender por causa como aquel principio a que te tienes que referir para dar cuenta de algo. Si quieres explicar el ser o cambios en el ser de algo, tienes que referir a las causas, ¿no? El concepto de causa de Aristóteles es un concepto un poco o bastante más complejo que el que nosotros manejamos, ¿no? Es más amplio. Por ejemplo, podemos distinguir las causas intrínsecas o extrínsecas. Y para entenderlo, o si queréis incluso olvidándonos de esta distinción intrínseca-extrínseca, simplemente con la referencia a cuatro tipos de causas. Si quieres, Marta, no aprendas esta distinción primera, de intrínsecas-extrínsecas, pero sí hay que recordar los cuatro tipos de causas a los que se refería Aristóteles. Causa material, formal, eficiente y final, ¿no? Y para entender esta clasificación de las causas propuesta por Aristóteles, Marta, vamos a fijarnos en un ejemplo. Un ejemplo muy sencillo, ¿no? Que se encuentra también no exactamente de esta manera, pero en los textos de Aristóteles, ¿no? Tenemos en la plaza de nuestra ciudad una escultura de bronce hecha por un escultor, que es una escultura de Zeus, ¿no? Y que ha sido hecha con el propósito de embellecer la ciudad, ¿vale? Y queremos entender esa realidad. Esa cosa que llamamos escultura del dios Zeus, hecha por un escultor para embellecer la ciudad. Bueno, si queremos entender esa realidad, nos tendremos que referir a las causas. Y podremos preguntar, ¿de qué está hecho ese objeto? Esa es la causa material. La causa material es la realidad que compone algo. Y esa realidad está compuesta de bronce. Causa material. Pero luego podemos preguntar, ¿y qué es? Cuando preguntamos qué es, nos estamos refiriendo a la causa formal, ¿verdad? Se puede también ahora referir uno con esta puntualización que estoy haciendo de los distintos tipos de causa a también esta teoría de Aristóteles. Es lo mismo, ¿eh, Marta? Solo que se puede presentar también en este otro lugar, ¿no? Aristóteles creía que todos los seres sensibles, por tanto, todos los seres que se dan a los sentidos, ¿eh? Tanto artificiales como naturales, constan de dos principios. A esta teoría, que entiende que todo ser natural y sensible, mejor que natural, todo ser sensible, consta de materia y de forma, se le suele dar el nombre de teoría ilemórfica, ¿vale? Un momento, teoría ilemórfica. Ahí está. Forma y materia. Bien, la materia es lo que compone al ser. Aquello de lo que está compuesto una cosa. La madera y el hierro son lo que componen la mesa. Las células son los que componen a los cuerpos naturales, los seres vivos. Bueno, y junto con la materia tenemos la forma. La forma atiende a los rasgos del ser, las características de un objeto. Y pueden ser las formas accidentales, es decir, formas que un objeto puede perder, sin perder su ser, por decirlo así. O pueden ser formas sustanciales. La forma sustancial es la esencia de un objeto. ¿De acuerdo? Más adelante nos referiremos un poco más a la noción de esencia. Pero aquí, por favor, Marta, también en este punto, me gustaría que recordaras que con esta noción de forma sustancial, en realidad, Aristóteles está recuperando o tomando la noción de idea que encontraba en Platón. ¿Verdad? Las formas sustanciales son las esencias de las cosas. Aquello que caracteriza a un objeto. ¿De acuerdo? El Sócrates tiene una forma sustancial que le caracteriza como Sócrates y le hace distinto a Platón. Naturalmente, tiene también formas accidentales. El que tuviera barba o no, es un accidente. El que viviera en Atenas o no, es también un accidente. Pero habrá un conjunto de propiedades que le corresponden a Sócrates en tanto que es Sócrates. Esa es la forma sustancial. A su vez, se podría distinguir la forma sustancial individual de la forma sustancial universal, pero bueno, lo dejamos aquí con esta caracterización. Forma sustancial es el ser propio de algo. Y justo esto que llamaba Aristóteles, repito, forma sustancial vendrían a ser las esencias de las que hablaba Platón. ¿De acuerdo? Dentro, ¿pero del árbol? ¿Qué tenemos? La materia del árbol, los componentes, las células que componen al árbol. La diferencia sería que para Platón estaban como en otro plano, ¿no? Y para Aristóteles están en uno mismo. Justo, eso es, muy bien. Es la cosa concreta. El árbol concreto tiene una forma accidental el tener el tamaño que tiene, el tener verde o más bien rojo, dependiendo del tiempo del año. Así son las hojas de algunos árboles. Pero luego tiene una forma que hace que un árbol sea un pino, que otro sea un abeto. Eso forma parte de su ser más propio. Hasta en castellano utilizamos la palabra forma un poquito así, ¿verdad? La forma sustancial es lo que el objeto es. La esencia del objeto. ¿De acuerdo? Y esto recuerda muy bien a lo que Platón llamaba idea. Solo que, como has dicho muy bien, Platón lo situaba en el llamado mundo inteligible. Y Aristóteles, no lo sitúa en el interior de la cosa. ¿Vale? Bueno, volvemos otra vez a la teoría de las causas, ¿no? Causa material. ¿De qué está hecho? De bronce. Causa formal. ¿Qué es? ¿Cuál es la esencia de ese objeto? Por decirlo así. Pues es una escultura, y más concretamente del dios Zeus. ¿Vale? Y luego tenemos la causa eficiente que apunta a qué es lo que ha ocurrido para que aparezca ese objeto. Pues lo que ha ocurrido es el escultor. El escultor. ¿Quién lo ha hecho? ¿Y cómo lo ha hecho? Aquí se podría concretar también un poco más. ¿Quién lo ha hecho y cómo lo ha hecho? Esa es la causa eficiente. Aquello que real y positivamente, dice Aristóteles, modifica las cosas. ¿Vale? Y luego tenemos la causa final, y es muy importante. Es el propósito, Marta, el propósito de una acción. Aquello en virtud de lo cual se hace algo. Es el para qué de algo. ¿De acuerdo? Bien. Cuando nosotros ahora hablamos de causas, nos estamos refiriendo bien a la causa eficiente o bien a la causa final. Nosotros, ¿eh? Ya no hablamos de la materia o de la forma como causas. Pero sí decimos que la causa eficiente de que caiga un árbol es que el leñador con su hacha ha cortado la base del árbol. Esa es la causa eficiente. ¿De acuerdo? Aquello que ha provocado la modificación de algo, ¿no? La causa eficiente que provoca la muerte, tal vez, de una persona que ha fumado mucho, pues es el tabaco, es el cáncer. Esa es la causa eficiente. Pero luego resulta que nosotros también hablamos de causaría final, ¿no? Y decimos, la causa final de la mesa es el propósito de la mesa. ¿Y cuál es el propósito de la mesa? La mesa tiene un propósito, porque la hemos hecho nosotros con un propósito, ¿no? El propósito de la mesa es apoyar el ordenador. La mesa que tengo en clase. Apoyar los libros. Apoyar el teclado, ¿verdad? Apoyar mis brazos, etcétera, etcétera. La causa final de las gafas, el poder ver. La causa final que suene del despertador que te pones por la mañana, es que suene a las siete de la mañana. La causa final es el propósito de la acción. ¿De acuerdo? Bien. Bueno, ahora viene algo muy importante. Esto que tenemos aquí. Marta, por favor, lo tenemos que recordar. Y es que Aristóteles creerá que no sólo los objetos, los objetos artificiales tienen causa final. Es claro que los objetos artificiales tienen causa final. ¿No, Marta? ¿Puedes poner algún ejemplo? Vamos a estar unos minutitos más, si no te importa, Marta. ¿Puedes poner algún ejemplo de causa final en los objetos artificiales? Las cosas hechas por nosotros. Pues, una lámpara darnos luz. Claro, eso es, ¿no? Una cafetera hacer café. Eso es. Y la televisión entretenernos. Sí. Dime, si yo te pregunto ¿por qué estás aquí? ¿Cuál me dirías que es la causa? Yo, para mejorar el mundo, no. No, no. ¿Quién sabe? En realidad, pues, para continuar la especie. En mi caso, que he tenido dos hijos. Ah. No, no, no digo de la vida, ¿eh? Sino, ¿por qué estás ahora aquí a las siete menos cuarto participando en la clase de filosofía? Escuchando, participando. ¿Por qué estás aquí? ¿Qué contestarías? Para aprender. Claro, para aprender. Y podrías decir, y si yo te preguntara ¿y para qué quieres aprender? Ahí fíjate que estarías utilizando la causa final. No la eficiente, ¿eh? Sino la causa final. Porque estás contando tu propósito. Estás diciendo, estoy aquí pues para aprender. Y yo te podría preguntar ¿y para qué quieres aprender? ¿Qué dirías? Para ser mejor. ¡Uh! ¿Y para qué quieres ser mejor? Para... Para superarme, no sé. ¿Y para qué quieres superarte? Tienes un propósito con ese afán de superarte, ¿no? Pues soy un poco filósofa. No tengo mucho propósito ahora mismo. Más allá del propio conocimiento. Eso es. Mira que eso suena como muy aristotélico, ¿no? Bueno, Aristóteles te diría al final para ser feliz, ¿no? Y una de las maneras de ser feliz, dices, eso es muy aristotélico, es conocer por conocer. Justo eso es lo que decía Aristóteles que es en lo que consiste la felicidad más excelente de los seres humanos. Marta, la que dices que tienes ahora, ¿no? ¡Qué bueno! Sí, sí, sí. Qué bien, ¿no? Porque muchos dirían, bueno, estoy aquí para comprender. Quiero comprender para aprobar el curso de acceso. Quiero aprobar el curso de acceso para la universidad. Quiero la universidad para tener un grado. Quiero tener un grado para poder tener un trabajo. Quiero tener un trabajo para obtener dinero, etcétera, etcétera, ¿no? Pero tú enseguida te has puesto ya ahí con esa finalidad última, ¿no? Bueno, pues fíjate que Aristóteles dirá y nosotros, no solo Aristóteles, también Santo Tomás, ¿eh? Que no solo los seres humanos tenemos conducta final y las cosas hechas por nosotros tienen conducta final. También los seres naturales tienen conducta final, por decirlo así. Comportamiento y actividades finales. La naturaleza no hace nada en vano, dirá Aristóteles. Es lo que he puesto aquí, ¿eh? Aristóteles, por favor, Marta, tienes que... Y los que puedan escuchar esto también. Tenéis que recordar este título, ¿eh? Aristóteles defiende una concepción finalista o teleológica, no teológica, ¿eh? Bueno, también teológica. Pero aquí se utiliza la palabra teleológica de telos que en griego se traduce en... Es una palabra griega que en castellano, perdón, se traduce por fin. Es lo mismo teleológica que finalista, ¿eh? ¿De acuerdo? Por la referencia a los fines. Las explicaciones finalistas o teleológicas al final acaban siendo también teológicas. Que acaban hablando de Dios, ¿eh? Como veremos en Santo Tomás. La quinta vía de Santo Tomás hace eso. Es una explicación teológica del mundo natural que cree que las cosas del mundo natural, los animales y las plantas tienen fines. Es explicación finalista de la naturaleza y al final le sirve a Santo Tomás para demostrar la existencia de Dios. Y decir, tiene que existir un ingeniero del mundo. Tiene que existir un ingeniero del mundo que haya puesto los fines a los seres naturales. ¿Vale? Eso lo dirá Santo Tomás en la quinta vía. Pero a partir de reflexiones muy aristotélicas de esta idea aristotélica según la cual pues nosotros yo puedo hablar de esta manera. Si soy Aristóteles podría decir tengo ojos para ver. Para, ¿ves? Marta. Igual que puedo decir la mesa tiene patas para que pueda soportar peso tiene un propósito. La mesa las patas de la mesa tienen un propósito que es que puede el tablero de la mesa soportar peso. Pues yo también podría decir si fuera Aristóteles o Tomás de Aquino que el que yo tenga ojos tiene un propósito. ¿Cuál? El que yo pueda ver. El que tenga manos tiene un propósito. ¿Cuál? El que yo pueda coger cosas. Agarrar, ¿no? El que tenga piernas tiene un propósito. ¿Cuál? El que pueda andar. El que le caigan las hojas en otoño a los árboles tiene un propósito. El que le caigan las hojas puede estar como reposando y casi hibernando los árboles y gastando menos energía por ejemplo. Etcétera, etcétera, etcétera. Todos los objetos del mundo natural tienen causa final. Tienen propósito. ¿De acuerdo? A esto se le llama concepción finalista o teleológica de la naturaleza. ¿Vale? Bien. Bueno, lo tenemos que dejar ya así, Marta porque ya es la hora. Hemos empezado un poco más tarde pero lo dejamos lo dejamos así. ¿Vale? Y el próximo día pues seguimos con Aristóteles hablamos de conceptos metafísicos acto potencia sustancia gigante y avanzaremos hasta la antropología y tal vez la ética de Aristóteles. Vamos a ver si da tiempo también a empezar un poco de la ética de Aristóteles en donde tendremos que comentar también de nuevo lo de los fines, ¿no? En donde de nuevo tendremos que hablar desarrollándolo pues de la felicidad. ¿Vale, Marta? De acuerdo, Javier. Bueno, pues lo dejamos aquí. Buen fin de semana. Vale, buen fin de semana también para ti y nos vemos ya el lunes. ¿De acuerdo, Marta? De acuerdo. Un saludo, Javier. Chao. Un saludo. Chao.