Estamos en Madrid Sur, en la clase de Psicología y ya en el tema del psicoanálisis. Empezamos el otro día, no sé si visteis, creo que sí, la mayoría visteis estar el otro día. Voy a hacer un poco resumen de todo esto que veo que está subrayado y que por lo tanto está visto, para continuar con la exposición. Dijimos que el psicoanálisis es uno de los movimientos o escuelas más importantes de la psicología científica en el siglo XX. Es una forma de psicología que ha llegado mucho a la gente, es de las escuelas de psicología que más conoce la gente. Y el otro día explicamos un poco, intenté contar desde mi punto de vista por qué es así, por qué su impacto, como dice aquí, ha sido enorme en este primer párrafo. Decíamos que ha sido su impacto muy grande por varias razones. Una, si queréis un poquito exterior, era el que Freud escribe muy bien. Escribe en la forma de ensayo además. Sus escritos se pueden encontrar en las librerías con mucha facilidad. A veces hasta se han recopilado obras suyas y se han vendido en el kiosco. Son libros muy accesibles, incluso desde el punto de vista literario, insisto, pues está como desde el punto de vista de la escritura. Están bien escritas sus obras y se leen sin demasiada dificultad. A diferencia de otros autores que son mucho más enrevesados, más complicados de leer. En segundo lugar, el psicoanálisis, aunque es una teoría de la mente, del comportamiento, sobre todo una teoría del psiquismo, psiquismo quiere decir mente, pero es más aún que una teoría, una práctica. Es fundamentalmente una psicoterapia. Es una psicología aplicada. Y entonces, claro, es más comprensible que llegue a la gente la psicología aplicada que la psicología teórica. Es difícil que llegue a la gente la psicología de Wundt, que es el fundador de la psicología científica, porque contábamos cómo Wundt, en el campo de su interés, pues era la psicología teórica, la comprensión de las leyes y estructuras del psiquismo. Sin embargo, las psicologías aplicadas, las psicologías que están dirigidas al mundo de la acción humana, a los distintos ámbitos de la vida del ser humano, la escuela, la industria y sobre todo lo que tiene que ver. con el desarrollo personal y la enfermedad mental, lo que tiene que ver con lo que está más relacionado en definitiva con la felicidad, entonces podemos comprender que ese tipo de psicología llegue más a la gente. Y es lo que ha pasado con el psicoanálisis, que es fundamentalmente una teoría que quiere comprender y curar la enfermedad mental. Además también es una forma de psicología que lo encontramos en el arte, Dalí, lo encontramos en el cine, Woody Allen, por ejemplo, lo encontramos en la literatura, ha calado como un elemento cultural fundamental en la cultura del siglo XX. Más aún, dijimos el otro día, es que el psicoanálisis nos habla de asuntos que son muy importantes en la vida humana, nos habla de las emociones. Estoy ahora contando las cosas a modo de resumen, que el otro día yo lo desarrollamos con más detalle, pero a modo de resumen. El asunto del psicoanálisis, la parte de la mente, por decirlo un poquito mejor, la parte de la mente que interesaba al psicoanálisis no fue la mente cognitiva, la mente del conocimiento, sino la mente afectiva, lo que tiene que ver con los deseos y las emociones y los sentimientos. Entonces, a todos nos interesa, por supuesto, esa parte. La parte del psiquismo, esa parte de la mente, no hay más que ver las canciones y el cine y la literatura, pues ¿de qué trata? Pues fundamentalmente de afectos, de sentimientos y de emociones, porque en gran medida es esa parte del psiquismo lo que más tiene que ver con la felicidad. Entonces, bueno, es que Freud nos habla de eso, nos habla del deseo. ¿Cómo no nos va a interesar una psicología que te habla del deseo? Claro que sí, nos interesa, y del amor y de la sexualidad, que es también uno de los grandes temas. Entonces, si a eso se añade también la preocupación que tuvo Freud por la comprensión de los sueños, pues más aún, ¿no? Abundamos más en el interés que va a tener claramente esta psicología. Me noto como muy rápido, no sé, pero ¿se entiende? ¿Sí? ¿Puedo seguir así un poquito rápido también? Sin atolondrarme demasiado, pero rápido, ¿va bien? ¿Desde casa? ¿Sí? ¿O todo lo que he dicho ha sido tan rápido? ¿Va bien? Vale, vale. Bueno, además es que esto ya lo comentamos el otro día. Bien, después también habíamos visto el apartado 2.1, los niveles en los que se desenvuelve el psicoanálisis, naturalmente es un conjunto de teorías acerca de la mente, teorías de psicología y psicopatología, entiendo que todo el mundo, bueno, comprende esta palabra, no hay ninguna dificultad con ella, verdad, psicopatología es la parte de la psicología que estudia la enfermedad, pathos significa trastorno, enfermedad, la parte de la psicología que también podríamos llamar psicología clínica, verdad, psicología clínica, entonces pues Freud quiso comprender cómo es la mente, la estructura de la mente, el dinamismo de la mente, de todos los seres humanos, no sólo de los burgueses de Austria del siglo XX, de finales del XIX, sino de todos los seres humanos, por eso quiere ser una teoría, en fin, científica. Científica, verdad, porque habla del hombre normal y maduro, os acordáis, llamábamos psicología básica la comprensión de los procesos mentales del hombre normal y maduro, bueno, a él le interesaba la mente del hombre normal, pero también del hombre, entre comillas, no normal, verdad, y eso es lo que tiene que ver con la psicopatología, en particular estuvo muy interesado en el estudio de la neurosis, los trastornos psicológicos, no absolutamente graves como la psicosis, sino más moderados. Y el psicoanálisis es también pues un método terapéutico, es decir, una forma de intervención para ayudar a la gente con sus problemas neuróticos, y finalmente señala José Luis Martorell, que es el que había redactado este capítulo, este tema, es también un método de investigación, es decir, él no utilizó, el otro día no sé si lo dije, igual se me pasó o no lo dije con claridad, Freud no utilizó el método experimental, esto es muy importante, él no hizo experimentos, Punt sí y otros autores sí, los conutistas sí, los psicólogos cognitivos sí, pero Freud no. Tampoco empleó el método correlacional y el método observacional pues muy a su manera, empleó más bien pues la observación de sus pacientes en situaciones clínicas, investigó en sus pacientes también, por cierto, en el mismo, en los eventos culturales también, en cuanto al método de investigación, y eso lo veremos al final del tema. La verdad que no empleó métodos que fueran clarísimamente como muy, muy científicos. ¿Recordáis el tema 4, donde presentamos el tema de epistemología, el método de la ciencia? No, yo me lo he inventado, me lo he inventado. Claro, eso es, sí, sí. Dice Raquel, pero es que entonces, ¿por qué le llamamos científico si no empleó ni el experimental, ni el correlacional, ni el observacional? El observacional, pero muy peculiar, muy a su manera, ¿no?, podemos decir. Y justo ya adelanto lo que veremos al final, ¿no? Una crítica que mucha gente va a hacer al psicoanálisis. La crítica va a consistir en señalar que es muy poco científico o que tiene deficiencias, por decirlo un poco más suave, ¿no? Tiene deficiencias en cuanto a su cientificidad, ¿vale? Bueno. El método... El objeto del psicoanálisis es el inconsciente. Esto ya también lo señalábamos, ¿verdad? Es la gran aportación del psicoanálisis. El defender, esto es muy interesante, para algunas personas dudoso, ¿eh? Hay gente que lo critica, ¿verdad? Porque hay gente que cree que cuando hablamos de mente, solo podemos hablar de mente consciente. De mente que es transparente a sí misma. Y una mente que se da cuenta de sí misma. Viene en la plenitud. En darse cuenta que sería lo que Freud llama consciente. O de una manera un poquito más indirecta, porque, bueno, tiene recuerdos, ¿no? Entonces decíamos el otro día, el número de teléfono de uno. No está uno pensando todo el rato en él, ¿no? Pero ese contenido está en la mente. ¿En dónde? En el preconsciente. Lo que llamará Freud también el preconsciente. Pero la aportación de Freud consistió en señalar que hay contenidos mentales de los que no nos damos cuenta. ¿Vale? No nos damos cuenta que difícilmente, además, son accesibles a la consciencia y que, sin embargo, tienen una importancia fundamental en la vida de las personas. El trozo de la mente o la parte de la mente en el que están esos contenidos dinámicamente inconscientes, dirá Freud, recibe el nombre de inconsciente. ¿Vale? Bueno, vamos a hablar un poco más de ellos. El método del psicoanálisis. Pues, fundamentalmente, dijimos el otro día, es para acceder a la mente, incluso la mente inconsciente, es el método de interpretar. ¿Vale? Porque aunque la mente es inconsciente, bueno, hay una parte de la mente que es inconsciente, hay contenidos inconscientes que son inconscientes porque están reprimidos, ese concepto es muy importante, el de la represión. Esos contenidos están reprimidos ahí en el fondo de la mente, en el sótano de la mente, sin embargo quieren manifestarse, quieren expresarse, solo que lo hacen de forma encubierta. La tarea del psicólogo es descubrir los signos, interpretar los signos con los que se expresan los materiales inconscientes. ¿Y el nivel en el que se expresan cuál es? Pues el nivel de los sueños, por ejemplo. En los sueños está el contenido onírico, expresa el mundo inconsciente, el mundo de lo reprimido por el fluyente. Las asociaciones libres también, en terapia, ya veremos un poco más cuando... Enseguida hablemos de los métodos terapéuticos en que consisten. ¿Habéis trabajado con el tipo que dice en el sindicato de sueños? Sí, sí, sí, sí. ¿De si sueñas que te ganas un porfino de los sueños? Freud creía que era posible hacer una interpretación de los sueños, sí, lo hizo a su manera, ¿vale? Luego hablaremos también de eso. No me he traído el libro de Freud, la interpretación de los sueños, se me ha olvidado. No sé si será un olvido inconsciente, pero en el fondo hay... Examinar a Freud diría, bueno, usted se ha olvidado por alguna razón ahí, bueno, ¿no? Pero se me ha olvidado. Y allí los quería leer justo para que él... Algunas interpretaciones que él hace de los símbolos, ¿no? Porque cree posible la interpretación de los sueños y además cree que es el mejor método para acceder al inconsciente, la vía real, el camino real para acceder al inconsciente, ¿vale? Bien. ¿Y cuál es el propósito? Pues fortalecer... El psiquismo consciente, fortalecer el yo. El propósito... Dijimos que había que tener cuidado y no confundir el objeto con el propósito, ¿eh? ¿Os acordáis? No había que confundir estas dos cosas, ¿no? El objeto del psicoanálisis es el tema. ¿Cuál es el tema del psicoanálisis? ¿Qué quiere estudiar el psicoanálisis? Pues el inconsciente. El psicoanálisis es una teoría mentalista, pero a diferencia de otros autores, como Boone, que hablaban solo del consciente, él defenderá la existencia... de la región del inconsciente. Ese es el tema, el objeto. ¿Y para qué? ¿Cuál es el para qué? ¿Cuál es el propósito de ese afán de Freud? Por comprender el psiquismo. Pues ayudar a la gente. Es un propósito terapéutico. Ayudar a la gente a aliviar el sufrimiento. Y ese ayudar a la gente a aliviar el sufrimiento va a ocurrir, fijaros esta idea tan bonita, tan importante, va a ocurrir si se hace más robusto el psiquismo consciente. Fijaros que idea muy ilustrada, muy de la filosofía del siglo XVIII. La ilustración es un movimiento filosófico que le da muchísima importancia a la razón, a la luz, impulsada por la razón para comprender la realidad. A veces, yo lo señalaré un poco, aunque tenemos tan poco tiempo que no puedo profundizar en ello, pero a veces se pone en relación el psicoanálisis de Freud con el movimiento irracionalista y vitalista del siglo XIX. De finales del siglo XIX y principios del XX. Por ejemplo, con Nietzsche. Tiene mucha relación con Nietzsche. En la defensa de lo biológico, del instinto, del inconsciente, Nietzsche estaba muy a favor de todo eso. Pero, a diferencia de Nietzsche, Freud sigue haciendo aún una reivindicación de la consciencia y de la razón. Y de hecho, va a cifrar la salud mental en el hecho de que la gente se dé cuenta de que la salud mental es la salud mental. Se dé cuenta de lo que siente. Se dé cuenta de sus instintos. Se dé cuenta de lo que desea. Cuanto menos inconsciente haya, cuanto menos trozo, más pequeño sea el trozo del inconsciente en uno, entonces más salud va a tener. Una idea extraordinaria, ¿no? Estas latestas, ¿no? En robustecimiento del psiquismo consciente. Sí, eso es. Si tú sabes qué es lo que te duele... Lo que te da dolor, lo que emoción tienes, te ayuda a superar... Eso es. Raquel está diciendo... ...a la concreta a esta locura. Eso es. Raquel está diciendo que esta idea es como de mucha actualidad. Y es verdad, ¿no? Sobre todo, la verdad, no todas las psicologías, ¿eh? Pero las psicologías de corte humanista van a decir también esto. La conscienciación, el darte cuenta, es fundamental para la salud mental. Bueno, pasamos al apartado... ...dos dos. Principales conceptos del psicoanálisis, ¿no? Concepción del aparato psíquico. Os decía el otro día, porque ya lo habíamos empezado a ver, ¿no?, que Freud nos va a ofrecer dos descripciones del psiquismo. Dos tópicas, ¿verdad? A cada una de las descripciones le da el nombre de tópica. Bueno, es un poco raro igual, puede sonar un poco raro esta forma de llamar a las descripciones, pero hay que recordarlo así, por favor, puede haber alguna pregunta que utilice estos títulos. Topo significa lugar, y sobre todo vale este título de topos, tópica, pues a la primera de las descripciones. La primera de las descripciones del psiquismo nos dice que la mente está formada por tres estratos, como si fuera un iceberg, decíamos el otro día. El estrato más superficial es la mente consciente, el sistema consciente. Ahí están las vivencias de las que nos damos cuenta, los pensamientos de los que yo me estoy dando cuenta, las emociones que me estoy dando cuenta, los deseos de los que me estoy dando cuenta. Luego, por debajo, hay una región un poco más amplia en donde están los contenidos no conscientes, no conscientes, pero de los que podemos tener una noticia sin demasiada dificultad. Y aquí estaría, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la memoria. Tenemos representaciones preconscientes porque sabemos muchas cosas de las que no estamos pensando o en las que no estamos pensando ahora. Fijaros la cantidad de cosas que sabéis que no es tan actual mente ahora en vuestra consciencia. Cantidad de cosas de, incluso de ciencias, ¿no?, de ciencias naturales, de historia, de conocimientos vulgares acerca de nuestra ciudad, de conocimientos acerca de nuestra gente, acerca de nosotros mismos. Hay muchísimos conocimientos de los que no somos conscientes ahora, pero que podemos hacerlos conscientes sin dificultad. Decíamos el otro día, pues, nuestra dirección, nuestro teléfono, que la podemos decir ahora, ¿no? Eso está en el preconsciente. ¿Me explico? En la región que no es consciente, sí, serían los recuerdos, ¿no? Yo, por ejemplo, no, no, claro, hay algunas pérdidas de recuerdo. Yo intentaba recordar esta mañana un autor y no me venía el nombre, ¿no? No venía, no me venía. Entonces es verdad que a veces tenemos dificultad para llegar a ese trozo de la mente, ¿verdad? Pero no es ese lo no consciente. Lo no consciente que le interesa a Freud. En lo no consciente que le interesa a Freud es aquello que no es consciente porque hay una parte nuestra que se empeña en que no sea consciente. Como consecuencia de la represión. ¿Y eso no sería la memoria? Sí, ¿verdad? Muchos contenidos de la memoria están aquí en el pre-consciente. Yo he estado en el Levante, en Estepuente, en fin de semana, en Valencia y por allí, y ahora que me pongo a pensar en ello, los recuerdos me vienen y puedo actualizar y podría contar cosas de lo que he hecho en Estepuente, allí en Valencia, en el Levante. ¿Dónde tengo esos contenidos? Pues los tengo en el pre-consciente, los datos de memoria. Y ahí estarían también, no sólo las representaciones informativas, los conocimientos, estarían también los deseos y las emociones de las que nos podemos dar cuenta. O sea, que la memoria está en el pre-consciente. Sí, ¿verdad? No toda, pero lo que solemos llamar memoria está en el pre-consciente. ¿Vale? Luego, hay que profundizar un poco más y veremos que habrá que matizarlo. Pero, repito, también es importante observar que hay deseos que están en el pre-consciente y hay emociones y sentimientos que están en el pre-consciente. Y el otro día creo que pusimos algunos ejemplos. Todos deseáis aprobar la asignatura. ¿Pero sois conscientes todo el rato de que deseáis aprobar la asignatura? Pues supongo que no, ¿no? Sería horrible, ¿no? Esa obsesión de estar continuamente las 24 horas al día pensando y dándose cuenta uno de que quiera aprobar la asignatura. Ese deseo, aunque no seáis conscientes de él, ¿verdad? Sin embargo, está en vosotros. Está ahí presente en vosotros, pero no de una manera consciente. O los afectos. ¿Queréis a vuestros padres? ¿No? ¿Tenéis amor hacia vuestros padres, vuestra pareja o vuestros hijos? Pero no sois conscientes en todo momento de que tenéis amor a vuestra pareja. ¿En dónde está ese amor? Está en la consciente, está en el pre-consciente. Hay personas que sí están casi todo el día pensando y quieren aprobar, ¿no? Bueno, es verdad, ¿no? Mi pareja, bueno, Martínez, tu pareja está pensando continuamente en ti, Martínez, ¿no? O sea, está en la consciencia, ¿no? Bueno, seguramente también tu pareja descansará un poco y no estará todo el rato dándose cuenta de que tiene que aprobar la asignatura. Quiere muchísimo, ¿no? Solo para que duerme. Lo tienes muy enamorado, ¿no? O enamorada, ¿no? No sé. ¿Cuál era tu nombre, Martínez? Perdona. Disculpa, Nerea. Nerea, que lo tienes muy enamorado, ¿no? Que está todo el rato pensando en ti, ¿verdad? El amor que tiene por ti, Nerea, en tu pareja estaría en el consciente. Pero normalmente... Y yo creo que la oposición... ¡Ah! Perdón. Te había entendido mal. Te había entendido mal. Como yo estaba hablando del amor, pero dices que... Ah, bueno, bueno, bueno. Entonces, mira, tu pareja no está pensando en ti todo el rato. Sin embargo, pues te quiere todo el rato, ¿no? Es así, ¿verdad? Te quiere todo el rato, pero no está pensando en ti. Y el amor, Nerea, que tiene... Si me permites hacer un poco de comentario así, es muy broma, ¿no? El amor que te tiene, pues está en el pre-consciente. ¿Vale? Bueno, la psicología tradicional había hablado de todo esto. Había hablado de la consciencia y de la pre-consciencia. Pero de lo que no había hablado era de esta otra región. Del inconsciente dinámico, ¿eh? De aquella parte que no es consciente y que, sin embargo, pugna por salir a la mente de uno. ¿Dinámico por qué? Porque se trata de contenidos que están cargados energéticamente. ¿Vale? Están cargados de energía. ¿Por qué están cargados de energía? Porque si están en el inconsciente, es una consecuencia de un mecanismo que se encuentra en la mente de todo el mundo. Es un mecanismo de defensa que se llama la represión. Otros años suelo leer también textos de Freud. Este año no lo he traído. Vamos un poco lentos. Y no quería interrumpir con lectura de Freud, ¿no? Por un lado es un poco una pena. Y ahí podríais ver claramente en el Yo y en él, en el ello, un libro suyo, cómo Freud nos dice, bueno, tenemos que distinguir dos formas de inconsciente o de no consciente, para decirlo mejor, ¿no? El inconsciente que, bueno, en realidad no es consciente, pues porque nos olvidamos y es lo que llama pre-consciente él. Y luego el inconsciente interesante, por decirlo así. El inconsciente interesante. Es aquella parte del psiquismo en donde están las vivencias de las que no queremos darnos cuenta. Fijaros, ¿eh? Esto quiere decir que hay una parte nuestra que se va a encargar de, de alguna manera, observar. Lo que estamos sintiendo, lo que estamos deseando, lo que estamos viviendo y si, para decirlo claramente, si eso que uno está observando de sí mismo resulta inadecuado desde el punto, sobre todo desde el punto de vista moral o desde el punto de vista de la adaptación a la realidad, entonces podrá ocurrir que tú lances, que uno lance al fondo de la mente esos contenidos hasta el punto de no saber que están, porque la parte nuestra que hace eso es silenciosa. La parte nuestra que hace esto de, ya lo voy a decir con la palabra adecuada, de reprimir, de reprimir esos contenidos que quieren salir a nuestra mente, ¿verdad?, es tan eficaz en su tarea, si la represión es adecuada, que no sólo hace que esos contenidos no sean conscientes, sino que además hace que no nos demos cuenta de que estamos reprimiendo. ¿Me estoy explicando? Y entonces podemos tener, fijaros que he hablado de tres tipos de contenidos mentales, para profundizar un poquito. Hay contenidos mentales de conocimientos representativos, informativos acerca de la realidad. Hay contenidos mentales que tienen que ver con los datos. Hay contenidos mentales que tienen que ver con los deseos. Y hay contenidos mentales que tienen que ver con los afectos, los sentimientos y las emociones. Entonces puede ocurrir que haya una información que esté en el inconsciente porque la hemos reprimido. Por ejemplo, en el tema del maltrato a los niños por parte de adultos, la pederastia, ¿no?, el abuso, el abuso sexual, puede ocurrir que cuando una persona tiene 20 o 30 años, haya algún trocito de su vida o un trozo. Una parte grande de su vida, yo he conocido a algunas personas a las que les pasaba eso, que ignoraban en tiempos, meses y en algún caso años incluso de su vida de infancia, ¿no? ¿Por qué será? Si esa persona fuera a un psicoanalista, seguramente la hipótesis del psicoanalista es que a esa persona seguramente le debió pasar algo que tiene que ver con el maltrato, con el abuso sexual, ¿no? Entonces, claro, si resulta que a una niña le maltratan... Si a una niña le mata el padre, abusa sexualmente el padre de ella, esa niña va a negar eso. Cuando sea adulta es que ni recordará, no tendrá el recuerdo, estará en su memoria. Por eso lo que os decía antes de que había que profundizar un poquito en lo de la memoria. Estará en su memoria, pero en una memoria inaccesible a esa persona, a esa mujer, que en la infancia tuvo abuso sexual. A veces olvidas cosas, pero ves una experiencia similar y es como si activara. A veces se puede activar, otras veces no. Otras veces puede ser una experiencia tan difícil, tan difícil, está tan reprimida y puede resultar tan inadecuado recordarla. Ojalá, pongamos que esa mujer aún sigue viviendo con el padre. Ha dejado de vivir con él, lo ha entendido, pero vuelve otra vez. Entonces igual es que no quiere como olvidarlo. Se trata de un contenido tan doloroso que esa persona querrá olvidarlo. Ella no se da la cuenta de que quiere olvidarlo, porque la eficacia de la represión puede llegar hasta ese punto, de llevar a que uno reprima que reprime, por decirlo así. Que no se dé cuenta de que ha reprimido. Y sin embargo ha reprimido. Está esa información dentro. Se pueden tener informaciones que uno no sabe que tiene. De hecho, una de las razones que le llevó a Freud a defender el inconsciente es el uso de la hipnosis. Él hipnotizaba, conocía la hipnosis, ¿verdad? Estudió también en París, marchó un tiempo a París, a estudiar ahí en París, y en París asistía a espectáculos de hipnosis y asistía también a Charcot, a las clases de un profesor allí en París, que estaba enseñando a comprender una enfermedad mental, la histeria, y empleaba también la hipnosis. Bueno, él supo que existía un fenómeno muy extraño que llamamos hipnosis. Él empleó la hipnosis y resulta que con la hipnosis tú puedes generar contenidos mentales de los que la persona no sabe. De los que la persona después no sepa que tiene. Puedes inducir ciertos deseos, no cualquier deseo, ¿no? Bueno, se pueden inducir ciertos deseos y uno ignorar por qué los tiene. Se le puede decir a uno, bueno, dentro de diez minutos cogerás el abrigo y te lo pondrás. Pasan diez minutos y la persona se pone el abrigo. ¿Ese es cierto? Y le preguntas, ¿y por qué? Y te dirá, pues porque tengo frío, pero ignorará el auténtico motivo. El auténtico motivo es que le habías inducido ese deseo, ¿verdad? El auténtico motivo está en el nivel inconsciente, no en el nivel consciente. Le puedes dar una información y decirle que la va a ignorar. Le puedes decir... El fundador de la psicología científica es Bunt, pero lo vas a olvidar y te vas a recordar cuando yo diga 5, por ejemplo. ¿Qué le pasa a eso? La hipnosis muestra, esto le mostró a Freud, la hipnosis muestra que uno puede tener contenidos mentales sin saber que los tiene. Ese fue uno de los argumentos que él empleó. Otro fue la práctica clínica, bueno, tuvo también más fundamentos la defensa que él hizo del inconsciente. Sobre todo la parte clínica, ¿no? La disociación estaría dentro del preconsciente. La disociación más fuerte, no, estaría dentro del inconsciente, ¿vale? La más fuerte, Cintia, estaría dentro del inconsciente, porque ahí, dentro del inconsciente, están como escindidos como dos yoes, por decirlo así. Aunque la palabra yo... Tiene un significado preciso y no quiero como confundido. Como dos partes, por decirlo así mejor. Hay dos partes. Es una idea. Una idea. Estar disociados quiere decir que hay como partes enfrentadas dentro de uno. Y una idea bien interesante de Freud es señalar que esto es lo que nos ocurre con frecuencia. Que estamos como rotos, escindidos, ¿no? Todos, la verdad que es un dato de experiencia bastante común, ¿no? Por un lado, puedes querer hacer una cosa y, por otro, ver que no debes hacer una cosa. Yo creo que es de experiencia como muy corriente, ¿no? Te puede apetecer fumar y hay una parte de ti que te dice, no, puedes fumar. Por poner un ejemplo nada comprometido, ¿no? Pero puedes tener una pasión por algo o por alguien. Puedes tener una pasión por alguien, una pasión inadecuada. El otro día, no sé si contabas esto, ¿no? Pero... Pero, vamos, que te puedes enamorar de tu cuñada. Entonces, esa pasión es como un tanto inadecuada, ¿no? Bueno, esas cosas pasan, ¿verdad? Por decir algo de inadecuada. Porque uno lo puede experimentar como... Uf, con mucha confusión y dificultad, ¿no? Puede ser perturbador, muy perturbador. Cierto tipo de deseos y emociones, ¿verdad? Entonces, una parte de uno puede apetecer algo y otra parte de uno no. Estamos así, como rotos, ¿verdad? Enseguida vamos a estar en la pasión. Vamos a establecer los términos más precisos en donde se puede dar esa disociación o escisión. ¿Vale? Entonces, podemos tener informaciones como en contra de nosotros mismos. Eso es. Podemos ir en contra de nosotros mismos. Una parte muestra, puede querer un algo, una cosa, y otra parte decirnos no, esto no lo puedes querer o querer algo distinto. Entonces, podemos tener pensamientos inconscientes en este sentido dinámico, ¿verdad? Pero podemos tener también deseos inconscientes. Esta es la tesis curiosa del psicoanálisis que hay gente que rechaza, ¿no? Puedes tener un deseo sin darte cuenta de que lo tienes. Suena igual un poco raro, pero esto es posible. Puedes desear a una persona sin darte cuenta de que la deseas y al contrario, ¿eh? Puedes odiar a alguien sin darte cuenta de que lo estás odiando. Tener manía y los demás incluso decirte, oye, tú parece que tienes manía a fulanito, ¿no? Y tú decir, no, no, no, yo, manía, que va, ¿no? Puedo tener alguna dificultad, pero manía, manía, como que no, ¿no? Pero el psicoanálisis te diga, pues sí, sí, es posible que sea eso, ¿eh? Que tengas deseos no conscientes y emociones también y sentimientos, y sentimientos. Manía no, pero me cae mal, dice Martín, ¿verdad? Esto nos puede pasar. Puedes tener envidia sin darte cuenta de que tienes envidia. Puedes amar sin darte cuenta de que amas. Odiar sin darte cuenta de que odias. Esto es posible para esta psicología. Hay otras psicologías que no la aceptarían y otras filosofías de la mente no, pero Freud sí. Y la razón por la que están esos contenidos ahí dentro es porque existe la represión. Porque a uno no le gusta reconocer ciertas cosas que está sintiendo y entonces la reprime. Pero la represión, esto es muy importante, la represión no acaba con el contenido reprimido. ¿Eh? Tienes deseos hacia alguien, tú los reprimes, incluso al final llegando a tal punto de que no te das cuenta de que los tienes, pero no por eso acabas con ese contenido. Están ahí bajo la capa, ¿verdad? De la conciencia, pero pugna por salir, quiere como manifestarse. Y habrá huecos, por decirlo así, huecos por donde saldrá manifestándose el deseo. ¿Cuáles son, pueden ser esos huecos? Los del sueño, por ejemplo. O... Pueden ser de las palabras que se te escapan, ¿no? O puede ser incluso de algo más grave, la somatización. La expresión física, ¿no? Dolencias o dificultades hasta la pérdida de la visión, lo que se llama ceguera histérica, ¿no? Pueden ser también trastornos físicos. Que para Freud, con mucha frecuencia, expresan contenidos delicados del psiquismo, ¿verdad? Contenidos delicados que están ahí en el fondo de uno mismo porque unos en el fondo, uno no los quiere aceptar, ¿vale? Eso es lo que quiere decir contenidos dinámicamente inconscientes, ¿de acuerdo? ¿Vale? ¿Se entiende entonces? ¿Sigo? Yo creo que sí, ¿verdad? Bien, pasamos a la segunda tópica y enseguida vamos a hablar del principio del placer y el principio de realidad, ¿vale? Bien, en la segunda tópica, un poco después de haber ofrecido esta descripción de la mente en capas, inconsciente, preconsciente y consciente, cuando ya Freud desarrolló más el psicoanálisis, le pareció a él necesario referirse... referirse a la estructura del psiquismo de un modo un poquito más complejo. Él pensó que el psiquismo tiene como tres dimensiones, tres, dice él también, instancias, se le suele dar este nombre, instancias del aparato psíquico, tres dimensiones para utilizar una palabra un poquito más sencilla, un poco más sencilla. Tiene lo que llamará Freud el yo o el ego, también se suele decir así, el ello o también llamado el if en latín, y lo que llamará el superyo o también el superego, ¿vale? Como en el libro se emplea de estas formas, en castellano, pues lo tenemos que recordar así. Pero bueno, lo digo por si también lo encontráis en otros lados. El ego, el if y el superego. Vamos a ver cada una de estas instancias qué son. Perdón. Voy a cambiar un poquito el orden. Vamos a empezar a hablar del ello. El ello es la primera dimensión de la mente en aparecer, tanto desde el punto de vista individual como desde el punto de vista de la especie, diciéndolo de una manera un poquito más técnica, tanto desde el punto de vista ontogenético como desde el punto de vista filogenético. Nuestros antepasados más remotos, pues vivían fundamentalmente en el ello. El bebé. El bebé vive fundamentalmente en el ello. Es la parte del psiquismo que nos permite vivir. más relacionado con el cuerpo. Está como muy en contacto con el cuerpo, ¿verdad? Y por eso en él están también las dimensiones fundamentales del cuerpo que tienen que ver con la supervivencia. Los instintos, los instintos están aquí. Los instintos, las pulsiones, todos los afanes o apetitos ligados al cuerpo están en el ello. Freud le dio muchísima importancia a los instintos. Aunque aquí no se desarrolla mucho, bueno, me voy a referir un poco a ello, ¿no? A los instintos. Ofreció distintas, varias teorías. Acerca de los instintos. Por ejemplo, en una de las teorías habló de los instintos que tienen que ver con la alimentación, los instintos que tienen que ver con la sexualidad. Bueno, un poco como los biólogos y los psicólogos tradicionales hablan de los instintos. Los instintos son fuerzas muy dirigidas a la procreación y muy dirigidas a la supervivencia individual. Por ejemplo, todos tenemos el instinto divino. Dicho así, además, de supervivencia, de huir del peligro, ¿no? Bien. O tenemos el instinto sexual que busca la reproducción y la continuidad de la especie, ¿vale? Ese fue un enfoque que él utilizó durante mucho tiempo, ¿no? Los instintos que tienen que ver con la reproducción y los instintos que tienen que ver con la autoconservación. Pero más adelante, casi podríamos decir en la última etapa de su vida, va a hablar de dos instintos. Estos dos instintos muy curiosos, también en el libro se citan, pero lo voy a indicar ahora también. Los dos instintos fundamentales que va a decir Freud, ya repito, en la última etapa de su vida, son eros y tanatos, ¿vale? Eros y tanatos. Me dio este nombre. A Freud le gustaba muchísimo el mundo clásico, el mundo griego. Era una persona extremadamente culta, ¿eh? Muy culta, muy interesada. Muy interesada por los griegos, por los romanos, por la literatura, por el arte. Parece ser, por ejemplo, que llegó incluso, esto no lo puedo asegurar totalmente, pero tengo que recordar que era así. Llegó a aprender español para leer el Quijote. Una cosa, dices, caramba, ¿no? Porque estaba muy, muy interesado por lo que llamamos ahora humanidades, ¿verdad? y en particular por el mundo grecolatino. Y de hecho, pues hay conceptos muy psicoanalistas que utilizan terminología tomada de la mitología griega, el complejo de Edipo, el complejo de Electra, y desde luego también estos dos títulos. Eros era el dios del amor, para los griegos, ¿no? Y Tánatos era el dios de la muerte. Pues bien, nos va a decir Freud que las dos grandes fuerzas instintivas del ser humano son las fuerzas de la vida, las fuerzas que tienen que ver con la vida, en donde estaría desde luego la sexualidad, ¿no? Aunque no toda forma de sexualidad, sino la sexualidad en el sentido como más natural, ¿no?, que tiene que ver con la procreación, ¿verdad? Y luego ya viene lo raro, porque decir que hay como una fuerza hacia la vida o hacia la vida, esto igual no es como muy extraño. Todos lo notamos. ¿Verdad? Y todos los psicólogos y los filósofos también han señalado esto, ¿no?, que tenemos una disposición, y es lo que había dicho Freud hasta ese momento, ¿no?, hasta la aparición de esta teoría que nos va a presentar, ¿no?, pues son las disposiciones que tienen que ver, repito, con la reproducción y la procreación y la continuidad de la especie y el mantenimiento del propio individuo. Pero, a partir de los años 20, él nos va a decir, junto con esa disposición hacia la vida, que cae bajo el título de Eros, ¿verdad?, hay una disposición más sombría, más oscura, más oscura en los seres vivos y en particular aún más en el ser humano, que es una disposición a la muerte. Fijaros qué tesis más curiosa. Un querer la muerte. Queremos la vida, pero también podemos querer la muerte. Y esto, además, es como irreductible. No es que esté el querer la muerte como expresión de una patología, a veces sí, a veces se puede expresar de modo patológico, sino que es algo como más básico, una disposición inercial de todos los seres vivos de estar en niveles de existencia como más elementales, como más básico. En el caso del ser humano, la disposición hacia la muerte, ¿verdad?, el instinto de muerte del ser humano se puede expresar en la vida cotidiana de un modo muy sencillito. Por ejemplo, en el hecho... De que, pues a veces tenemos mañanas, estoy diciendo algo que puede parecer una simpleza, ¿no? Pero formaría parte un poco de esta disposición. Por la mañana a veces no queremos levantarnos, nos entra pereza, ¿no? Porque se está ahí como a gusto, en la cama y, ¿no? Bueno, ¿verdad? Y cuando pensamos en las tareas del día, en ese nivel de vida más complicado, como muy humano, de nuestras obligaciones profesionales, familiares, sociales, ¿verdad? Es un nivel de lo humano de alto rango, podemos decir. Y frente a ese nivel de lo humano de alto rango, podemos apetecer un nivel como más sencillo, el nivel de ser un durmiente y estar solo ahí como vegetando, ¿verdad? ¿A quién no le ha apetecido vegetar de vez en cuando? ¿A quién no le ha envidiado de vez en cuando la existencia plácida, yo qué sé, de las macas en el prado, ¿no? Por decirlo así, ¿no? O la existencia plácida también, en cierto modo, de los niños, que tienen también su vida complicada, ¿eh? Los niños pueden tener una vida muy complicada, ¿verdad? Pero la vida adulta añade más cosas. En particular, la noción de responsabilidad, ¿no? Añade mucho más, ¿no? No, vale, eso es, te encantarían los gatos, ¿no? Eso es. Entonces, yo también tengo un gato, ¿no? ¿Verdad? Entonces, Ulises se llama mi gato. Yo a veces también, porque sienta razones, me he envidiado un poquito, ¿no? Joder, qué vida más tranquila, ¿no? Ese anhelo, ese anhelo es un poco tánico, ¿no? ¿Verdad? Es una expresión un poco de esto, de tánatos, ¿verdad? Porque, claro, ¿no? Es que los niveles de vida, no me refiero a nivel de vida económico, ¿eh? Que a veces también. No es una complicación, ¿verdad? Sino los niveles de vida que corresponden al vivir humano, y al vivir humano de un adulto, y más aún en sociedades complejas como la nuestra, son niveles que exigen mucho esfuerzo. Y podríamos apetecer niveles más básicos, ¿no? Hay una especie de apetito de lo simple en todos los seres naturales, ¿no? Y en el ser humano, repito, aún más, ¿no? Bueno, esta disposición a la muerte se puede expresar, de modo terrible, en la forma del sadismo, por ejemplo. Ahí sería claramente una expresión patológica, de hacer daño a los demás, y en la forma también patológica del masoquismo. El sadismo, en su expresión más última, llevaría al homicidio. Y el masoquismo, en su versión también como más terrible, pues podría llevar al suicidio. Serían como los casos extremos de esta disposición del ser humano hacia la muerte. ¿Vale? Pocos pensadores se han atrevido a defender una tesis así, ¿no?, una tesis como tan trágica, ¿no?, de creer que hay esas dos fuerzas metidas dentro de nosotros. ¿Verdad? De una disposición remediable. Porque tendemos más bien a pensar que hay una disposición, la disposición fundamental y de verdad más auténtica es la disposición hacia la vida. Entonces aquí Freud va a ser, bueno, un revolucionario, ¿no? Va a decir algo como muy distinto. Tal vez tenga que ver con experiencias suyas, ¿no? A él le pasó, él era judío, ¿no? Y estaba en, bueno, Austria, en los países de... ...de lengua alemana, ¿no? Él conoció la Primera Guerra Mundial, que fue horrible. Fue una experiencia terrible, ¿no? Para él y para, bueno, toda Europa y el mundo entero, ¿no? Pero fundamentalmente para Europa. La Primera Guerra Mundial fue espantosa. Casi no se había conocido algo semejante. Luego vino la segunda, que fue aún peor, ¿no? Fue aún peor, ¿verdad? Pero Freud era consciente de lo que estaba ocurriendo en Europa. De la crisis enorme que estaba surgiendo. De la crisis enorme que estaba surgiendo en Europa. Él era judío y ya en Alemania empezaban a perseguir a los judíos, ¿verdad? Murieron algunos de sus familiares, él tuvo que exiliarse también ahí a Londres y lo pasó muy mal. Ya anticipó lo que iba a ocurrir después, el holocausto. No tuvo una noticia de todo ello, pero anticipó. Ya tenía una sensibilidad que le hacía sentir que estaba ocurriendo algo terrible, ¿no? Y que el ser humano, que el ser humano es capaz de actos de mal. Extraordinario, ¿no? Como es el holocausto. Repito que no lo conoció, ¿verdad? Exactamente. Pero sí, bueno, familiares suyos lo pasaron mal. Él era judío y ya se empezaba a ver lo terrible que iba a ocurrir, ¿no? Entonces, a partir de... Bueno, y sabía naturalmente muchísimo de historia, ¿no? Y la historia nos muestra al ser humano de un modo terrible, ¿no? Como si fuera un monstruo. ¿De dónde viene ese afán humano por la destrucción? La destrucción de los demás y también la destrucción propia, ¿no? Entonces, tal vez en una visión yo creo que un tanto pesimista, ¿no?, le pasó a Freud que acabó señalando que es que en realidad hay una disposición innata ahí metida en lo profundo del ser humano hacia la destrucción, ¿vale?, que está ahí de modo un tanto irremediable, ¿vale? Esta idea de que existe además de eros tánatos tiene también valor terapéutico, ¿no?, porque el terapeuta cuando va a un paciente a escuchar, a hablarle y él está en modo escuchador, ¿verdad?, está escuchando, a la hora de interpretar al paciente debe también tener en cuenta, debe tener en cuenta que existe esta disposición. Por ejemplo, las relaciones de pareja. En cierto modo es más fácil no tener pareja. Tener una pareja que tenerla. Todos lo sabemos, ¿verdad? Tener una relación hace la vida un tanto más complicada, ¿no? Entonces, entre los miembros de la pareja a veces hay desencuentros porque hay un afán, un afán un poco a veces como de casi de eliminar la pareja, ¿no?, autodestructivo, por decirlo así. La pareja puede tener una disposición autodestructiva. Seguramente tiene que ver también con la madurez, ¿no? Una pareja madura. Una pareja madura, pues puede darse cuenta de que puede tener ahí comportamientos autodestructivos. ¿Para qué? Para conseguir la separación y la vida independiente, para conseguir la vida independiente. Claro, ¿qué nombre recibe a la separación de los elementos que componen un todo? Tenemos un todo que consta de elementos y cuando esos elementos se separan, ¿qué nombre le damos a lo que ha ocurrido? Muerte. La muerte es la descomposición. Entonces, a veces también ocurre naturalmente. Cada vez más, ¿no? Que las parejas mueren. El vínculo, quiero decir, no solo el matrimonio, sino también los vínculos no, bueno, no etiquetados por el Estado, ¿no?, por decirlo así, ¿verdad? Entonces, ¿no? Nos puede pasar que en las relaciones con los demás, ¿no?, en el trato con nosotros mismos, pues tengamos a veces una disposición como autodestructiva, ¿no?, tratando de estar en niveles de existencia como más elementales, ¿vale? ¿Vale? Pero me parece que tenía importancia esta referencia a los instintos. ¿Y en dónde están estas fuerzas instintivas? En el hecho de que... yo. El ello es inconsciente, el ello es fundamentalmente inconsciente y está gobernado por el principio del placer. Esto es muy, muy importante. Es muy difícil acceder a esta parte del psiquismo y el principio que lo determina es el principio del placer. ¿En qué consiste el principio del placer que ya se había citado un poquito antes? Pues consiste en intentar realizar el deseo aquí y ahora. El buscar el placer de forma inmediata, sin posponerlo para nada. La persona que vive en el principio del placer quiere el cumplimiento del deseo. Llamamos placer justo a lo que ocurre cuando cumplimos el deseo. El afán por la realización, me voy a decir un poco más exactamente, el afán por la realización inmediata del deseo es el principio del placer. ¿De acuerdo? Buscar aquí y ahora y ya el placer. Y el ello está movido fundamentalmente por eso. Los animales se mueven por esto. El bebé, por ejemplo, se mueve por el principio del placer. No está pensando cuando llora para que sus padres le den alimento, ¿verdad? Pues no tiene en cuenta si los padres lloran a las cuatro de la mañana. Pero los padres se tienen que levantar a las siete para ir a trabajar, ¿no? Pero le da igual. Y es normal. Además, es normal. Tiene que ser así, ¿verdad? Está simplemente como, es una manera un poco inapropiada de decirlo, como pensando en sí mismo. No está pensando en sí mismo. No está aún como autorreferenciándose, ¿no? Pero tiene una disposición que le lleva a la realización inmediata del deseo. Desea, pues, el alimento, el pecho de la madre tal vez, ¿no? Y lo quiere ya. No a las siete de la mañana cuando se levante la madre. Lo quiere a las cuatro de la mañana. ¿Vale? Es lo que ocurre también en los placeres. Los niños, ¿no? Los niños ya tienen también yo. Pero aún en ellos está, y en adultos a veces también, ¿verdad? A veces también. Pues ahora, el adulto es lo que se llama. Y es verdad. En los adultos también pasa, sobre todo en nuestra sociedad, que es como tan caprichosa, ¿verdad? También les pasa a muchos adultos que están aquí en el placer y no pueden posponerlo. No pueden posponerlo, ¿no? Pero en el caso del niño, pues claramente, ¿no? Y ahora que vienen las Navidades, pues puede el niño decir, no, papá, quiero que me regales ahora la Play, la última versión. Yo qué sé cuánto costará ahora, no sé si 300 euros, una barbaridad, o 200 y pico. Y el padre le puede decir, pues no, es que no tengo dinero ahora. Y el niño llorar ahí, que lo he visto, ya mis compañeros, mis amigos dicen que lo van a tener, quiero que me lo regales ya, ya, ya, ya. Eso es lo que hace el niño, ¿verdad? Buscar el placer ya. Y por cierto, también la contraparte, ¿no? Huir del dolor ya. No aceptar el dolor. Querer realizar el deseo para tener placer, querer solo placer y no aceptar el dolor. Esto es lo que pasa desde el ello, huir del dolor y buscar el placer, ¿vale? Repito que es lo que pasa en los niños también, incluso como estáis comentando, en nuestra sociedad pasa más que en otros tiempos seguramente, pasa también. En adultos, ¿verdad? Como muy consentidos. Bueno. Bien, ¿qué pasaría si fuéramos solo ello? Pregunto. ¿Puede sobrevivir una persona siendo solo ello? Raquel, dices que no. ¿Por qué? O desde casa también. ¿Puede sobrevivir una persona siendo solo ello? Pregunto. Que disponga solo de ello. ¿Qué contestarías? Venga. A ver. Ha habido... Sobrevivirá, pero vivirá estresado e infeliz. Si va a su rollo y ya está. No, es que ni siquiera esto, ni siquiera puede sobrevivir. Pongamos a... Pongamos a un niño... A un niño que ve un objeto muy deseado al otro lado de la calle. ¿Por qué? Porque tiene... ¿Tiene en el otro lado de la calle? Yo qué sé, ¿no? Su bicicleta. Pongamos por caso. Tiene su bicicleta. Ve la bicicleta, lleva un tiempo sin la bicicleta, ve la bicicleta en el otro lado de la calle y entonces se despierta el deseo. Si solo vive en el ello, saltará por la bicicleta. Sin contemplación ninguna. Estará en extremis de impulsividad. Claro. Se moverá solo por impulsos. Pero ¿qué le pasará? Por poner un ejemplo muy sencillito y casi grotesco, ¿no? Pues que le atropellara un coche. Porque están pasando los coches. El niño tiene que esperar. Tiene que esperar a que se ponga el semáforo en verde. Tiene que esperar y ir justo igual. a la parte de la calle que tiene un paso de cebra, un paso de peatones, y allí esperar a que se ponga el semáforo en rojo, en verde o en rojo. Que se ponga el semáforo para él en verde. Tiene que posponer el deseo. Si no es capaz el niño y la persona de posponer el deseo, entonces mal asunto. Porque la realidad misma le va a hacer daño. La inmadurez es eso. También, ¿no? Porque lo que le falta al niño es el contacto con la realidad. El ello no tiene contacto con la realidad. El ello, insisto, ¿eh? El ello no tiene contacto con la realidad. Por ejemplo, en los sueños es fundamentalmente esta parte la que está presente. O cuando nosotros incluso estamos viendo el ello, ¿no? Cuando estamos viendo una película. Hay una parte nuestra que no tiene noticia de lo real. Esa parte nuestra que no tiene noticia de lo real, que no distingue la imaginación de la realidad, ¿no? Es, por ejemplo, la que utilizamos cuando vemos una película. ¿Por qué tenemos placer y también miedo viendo una película? Vemos una película de terror y te afecta. ¿Qué parte ahí está como actuando? Pues una parte curiosa de nuestra mente que, utilizando esta jerga, casi diríamos que es el ello, que cree que el monstruo que se acerca en la batalla es realmente un monstruo. Real. Obviamente no es real. ¿Por qué? ¿Por qué puedes tener miedo? Pues porque una parte de ti no distingue la realidad de la fantasía, ¿no? Esto es lo que ocurre en los sueños. En los sueños podemos tener satisfacción. Podemos tener satisfacción. Placer también podemos tener en los sueños. Hay sueños que nos dan placer y hay sueños que nos dan terror, ¿verdad? Y eso es porque una parte nuestra no distingue porque estás en la cama, no te va a pasar nada, pero sin embargo puedes tener ahí imágenes soníricas que a ti te parecen que son reales, que te pueden dar miedo o que te pueden dar placer, ¿verdad? Entonces, tiene que ocurrir que haya una parte muestra que nos dé noticia de lo real, que nos informe de la realidad, que descubra el funcionamiento de la realidad, ¿verdad? Para poder adaptarte a la realidad. La parte del psiquismo que hace eso es el yo. ¿De acuerdo? Es el yo. El yo se identifica con el consciente y representa la razón, el sentido común. Ahí es donde tenemos la percepción, tenemos el conocimiento, por ejemplo, el niño. Claro, el niño tiene el conocimiento que no se puede cruzar la calle de cualquier manera. Eso lo ha tenido que aprender. Y él sabe que están pasando camiones o coches y no se van a parar porque esté. Bueno, si le ven intentarán no hacerle daño, pero los coches tienen derecho a pasar por la calle, por la carretera, es el lugar de los coches. La carretera es el lugar de los coches. Eso el niño lo tiene que saber. ¿Y ese contenido en dónde está? En el contenido. El yo, es el yo el que sabe. Tiene que saber también el funcionamiento de las cosas. Por ejemplo, el niño muy pronto sabrá que para cruzar la calle tiene que ir por el paso de cebra y que hay una cosa que llamamos semáforo, que sirve para regular el tráfico. Esto lo tiene que saber el niño. Y tiene que saber que cuando está al verde, entonces él puede pasar. ¿Vale? Todo esto depende del yo. Y tiene que ocurrir que ese niño ya haya conseguido instalar. Un principio en él muy distinto al principio del... Bueno, distinto. Tal vez no muy muy distinto. Pero un principio distinto al principio del placer. Que es el principio de realidad. Por favor, ¿eh? Estos dos conceptos que estaban en negrita un poquito más arriba, pero son fundamentales. Los tenéis que recordar. Son bien interesantes y a veces han caído también en exámenes. ¿Qué es el principio del placer? Pues del ello busca la realización inmediata del deseo. ¿Y el principio del placer? El principio del placer busca que el sujeto se adapte a la realidad. ¿Y la adaptación a la realidad por qué pasa? Pasa por posponer el deseo. Le apetece al niño ir a por la bicicleta y se aguanta. Dice, bueno, ahora mismo no puedo cruzar. Me tengo que alejar, tengo que esperar un ratito porque me va a ocupar un tiempo acercarme hasta el paso de cebra y entonces lo consigo, ¿verdad? ¿Vale? ¿Eh? El niño, si tiene el principio de realidad, cuando el padre le diga, no te puedo comprar ahora la PlayStation, ¿no te la voy a comprar? No puedo comprarte porque no tengo dinero en este momento. Si el niño ya tiene dentro el principio de realidad, no entrará y no se pondrá a llorar. No le dará una pataleta de estas, ¿no? De rabia. Diga, ah, mira, es verdad. Me aguanto. Ahora no, no puedo, pues me aguanto. ¿Vale? La madurez, decía Raquel, consistiría justo en esto. ¿Verdad? Consistiría en saber adaptarse a la realidad. ¿Y qué es adaptarse a la realidad? Pues saber, a veces, aceptar el sufrimiento, el dolor, incluso hacer una especie de aritmética del placer, cálculos, ¿verdad? ¿Verdad? Bueno, ¿no? Por ejemplo, en vuestro caso, ¿no? Es que tenéis que aceptar ciertos dolores, como es estar ahora mismo en clase, ¿no? Por ejemplo, ¿verdad? Pues que es un poquito doloroso, yo creo, que seguramente estaríais mejor, pues, en casa y relajados, relajadas, ¿no? Leyendo algo, o viendo una serie, o tomando una cerveza, o charlando con amigos, o con la gente. Y, sin embargo, a las 9 y 25 de la noche, fijaos. Fijaos, ¿no? Los alumnos de la UNED, las alumnas de la UNED y alumnos, ¿no? La mayoría son mujeres, ¿no? Carlos, y hay hombres también, ¿no? Carlos, Abraham, la mayoría de los… y en las Maldivas también, pero no hay dinero, claro, ¿no? Entonces, ¿verdad? Es que Cintia, ¿no? Y Abraham, ¿no? Pues tenemos que aceptar la realidad. Tal vez querríamos estar tomando unas cervezas, pero no, ¿no? Por el principio de realidad, aceptamos ciertos sufrimientos. Como es estar escuchando ahora la clase, ¿verdad? ¿Para qué, no? ¿Para qué? Pues para poder aprobar, ¿no? Nos interesa aprobar. Entonces, una persona madura tiene en cuenta las dificultades, tiene en cuenta el sufrimiento, ¿eh? Ese principio es un principio del yo. Bien, ¿ya es suficiente? ¿Es suficiente con estos principios? A ver, bueno, con estas dimensiones mejor, vamos a ponerlo así, con estas instancias, el yo y el ello, ya con el yo podemos adaptarnos a lo real. Pero os quería plantear un ejemplo, un poquito así, no sé, rarito tal vez, ¿no? Pero un ejemplo. No sé si alguna vez lo he presentado, ¿no? Pongamos que Paco está viendo, a ver, no quiero poner ningún nombre de las mujeres que haya por aquí, a ver, a ver, a Escolástica. Eso es, que no hay ninguna de vosotras que se llame así. Y Paco tampoco me parece, ¿no? Escolástica. Tenemos a Paco y a Escolástica. Y Escolástica es una mujer que está muy bien, muy guapa, ¿no? Y está en el otro lado de la calle, en un descampado, ¿verdad? Y Paco se acerca, ve a Escolástica y, claro, si Paco solo tuviera ello, ¿qué pasaría? Paco ve a Escolástica, que está sola, un poquito como por la noche, ¿no? Quiero eso y lo cojo. Iría por ella. Solo tiene ello. Entonces iría por ella, ¿no? Porque no vive más que en el instinto, ¿verdad? Y ha despertado el instinto, el deseo. Bien. Pero, claro, hay camiones también, ¿no? Incluso aún, pues, hay demasiada luz, ¿no? Y entonces Paco tiene yo. Claro, si fuera por ella así tal cual, pues lo mismo que le pasaba al niño, hasta le podría atropellar un camión, ¿verdad? Pero Paco tiene yo. Y entonces, ¿verdad? Gracias a que tiene yo, ¿qué hará? Pues, por ejemplo, igual, observar la disponibilidad de Escolástica. Y tal. Una vez se da cuenta de que Escolástica, bueno, está sola. Paco, además, no va con nadie. No hay nadie. No hay gente. ¿Verdad? No hay tampoco ninguna cámara. Escolástica no parece que se pueda defender. Si se dan estas condiciones, de que parece que no le va a ocurrir nada a Paco por aprovecharse de Escolástica y Paco solo tiene yo y ello, ¿qué pasaría? Pregunto. Bueno, si tiene yo, tendría una luz interna. ¿Si tiene yo? Si tiene yo, tendría una luz interna de lo que es moralmente incorrecto. No, no, no. No hemos hablado aún de moralidad, ¿eh? Cuidado. Raquel dice, es que si tiene yo, entonces tendría moralidad. No, es que el yo no se mueve aún en ese nivel de juzgar, ¿no? Los psicópatas y abusadores, entonces, solo tienen ello. No. También yo, ¿eh? Tienen ello y yo. Pero pueden utilizar los recursos del yo para sacar adelante sus proyectos. No está metido a cuidado. Aún no está metido el asunto moral, ¿eh? Está solo metido el yo y el ello. El ello procura instintos. Y el yo. Bueno, está puesto aquí, pero no metamos valores, ¿eh? No, no, no, es más bien, bueno, él podría razonar y podría decir, bueno, nadie se va a enterar si hago lo que quiero hacer, nadie se va a enterar, no va a tener consecuencias para mí, eso es muy importante, ¿eh? ¿Eh? No va a tener consecuencias para mí, porque no está la policía, no hay ninguna cámara, etcétera, etcétera, y como no va a tener ninguna consecuencia para mí, entonces, mal asunto, ¿verdad?, para Escolástica, mal asunto. Hay principio de realidad, ¿no?, claro, porque es que él tiene en cuenta la realidad, la realidad es que no hay policía, no hay cámaras, Escolástica no se puede defender, nadie le va a juzgar, nadie, nadie le va a juzgar. Él igual tiene pocos escrúpulos, tampoco va a tener, bueno, entonces iría por ella. ¿Qué se puede hacer para proteger a Escolástica? De alguien que solo tenga yo y ello. ¿Qué se puede hacer? Bueno, un recurso es lo que hacemos ahora, poner policías, ¿no?, poner cámaras de vigilancia, ¿verdad?, para que aquella persona que solo busca su propio interés no haga lo que hace, ¿verdad? Por cierto, esto, si cambiamos de ejemplo, igual vemos que pasa a muchísima más gente, ¿no?, el pirateo de películas. Piratear una película es robar. Entonces, uno tiene igual temor de robar en el corte inglés una película, porque el principio de realidad le dice, oye, no, es que si robo en el corte inglés me van a detener, hay cámaras, están los vigilantes, pero si uno tiene la conciencia clara de que no le va a pasar nada robando una película, ¿no? ¿qué podemos hacer para que no le pase nada escolástica? Repito, pues, hacer algo exterior, exterior a Paco. Que coarte a Paco en su afán por aprovecharse de Escolástica, ¿no? Policía, cámaras de seguridad, o se le enseña a Escolástica artes marciales, que es lo que ocurre también, por desgracia, ¿no? Se le enseña porque, en fin, hay tanta, ¿no? Todos lo estamos viendo, ¿no? Mucha agresión a las mujeres, ¿no? Pero aún se podría hacer otra cosa más sutil y más eficaz que poner policías. A ver, ¿qué os parece que se podría hacer con Paco más sutil para que Paco no hiciera daño a Escolástica? Inculcar valores, eso es, educarle, inculcar valores. Meterle ahí, meter la policía dentro, por decirlo de una manera un poco gráfica, igual no del todo aceptable. Pero bueno, se entiende así, ¿no? Meter a la policía dentro y hacerle a él sentirse mal, igual que el policía le puede pegar un garrotazo si intenta hacer daño a los demás, ¿no? Hacer que él se dé garrotazos a sí mismo. Se sienta culpable incluso con el simple pensamiento de robar en el corte inglés o de agredir a Escolástica. ¿Y eso cómo se consigue? Inculcando valores. Metiendo, ¿verdad?, moralidad en el interior de la policía. ¿Y en qué parte está la moralidad? En el superyo. ¿Vale? La moralidad está aquí en el superyo. El superyo aparece por lo que llama aquí, este concepto es muy importante, la introyección. La introyección es meter dentro lo que está afuera. Meter dentro a la autoridad. ¿Cómo metemos dentro a la autoridad? Por ejemplo, en la forma de Dios. Dios te va a castigar. Padre, también. Interiorizamos las normas que se interiorizan. Son las normas que fundamentalmente se han vivido en la niñez. En el superyo, ¿qué encontramos? En el superyo encontramos el código moral y el ideal del yo. Las dos cosas, ¿eh?, que son un poquito distintas. Encontramos la moral y el ideal del yo. La moral tiene que ver con lo que está bien y lo que está mal. Y entonces, si resulta... Si resulta que Paco considera que está absolutamente mal agredir o aprovecharse de una mujer, violarla o hacerle daño de alguna manera, ¿no? Si él considera que eso está mal, incluso que es pecado, que es un añadido más, y que si hace eso... luego espera el infierno, entonces él mismo se va a reprimir, ¿verdad? A ese contenido que sale en él, de afán, en ese caso de hacer daño a una persona, lo reprimirá, lo lanzará al fondo de su mente, ¿vale? ¿Vale? Ese es el código moral. La función del superyo es la adaptación a la sociedad. La función del yo es la adaptación a la realidad. Y la adaptación del superyo es, la función del superyo es la adaptación a la sociedad. Otro aspecto del superyo es el ideal del yo, que tiene que ver con lo que uno considera como muy estimable. No exactamente moral. Por ejemplo, una persona, un hijo. Un hijo de un médico o una hija de un médico puede tener como ideal del yo el ser médico, porque ha interiorizado ese valor, ¿no? Esa profesión. No es que ser médico sea ser mejor persona, no se trata de eso, ¿no? Sino que tal vez por el ambiente familiar, pues se le ha metido ahí como muy profundamente esa profesión como algo muy estimable. Y entonces esa persona va a reprimir muchos contenidos del ello. Otra vez, ¿no? Va a reprimir muchos contenidos del ello para tratar de realizar ese ideal del yo. Actuamos un poco así, repito, más allá del código moral. Nos proponemos ideales que pueden suponer la represión de mucho que tiene que ver con el ello, con muchos instintos. Ideales religiosos, ideales políticos, ideales profesionales, ¿vale? Incluso hasta ideales que no tienen mucho que ver con la moralidad, tal vez, necesariamente. El ser rico, ¿no? Hay gente que quiere tener muchísimo dinero. Entonces ese ideal de tener muchísimo dinero les puede llevar a renunciar a placeres, de renunciar a una vida más sosegada, más disfrute de vacaciones, más relaciones, etcétera, etcétera, porque tiene ahí el afán, ese valor como muy importante de ser rico. Y está en su superyo. ¿Vale? Bien. ¿Qué es lo que puede pasar? Que haya un conflicto, ¿verdad? Entre estas distintas partes. Puede haber como mucha insistencia del ello. El ello que insista mucho, que tenga mucha presencia. Entonces el yo puede tener miedo a dejarse llevar por las fuerzas del ello. Esta angustia se llama angustia neurótica. Miedo a excederse en el deseo. A tener deseos que te hagan daño. Para lo que tú entiendes que es daño. Por ejemplo, decíamos el otro día, me parece que igual para una persona educada en los valores tradicionales del cristianismo, del catolicismo, la homosexualidad puede ser algo malo. Lo puede vivir como algo malo. Su super-yo le puede decir, eso está mal, es pecado el ser homosexual. Entonces un homosexual, digamos incluso que es cura, pues puede tener la angustia neurótica por exigencias del ello. Está ahí como muy exigiendo mucho. Relacionado además con la angustia moral. Porque puede haber un exceso de super-yo. Cuando hay un exceso de ello, un exceso de ello, tenemos la angustia neurótica. Cuando hay un exceso de super-yo, tenemos la angustia moral. Las personas que todo y absolutamente todo como que lo ven mal y pecado. Y luego podemos tener una angustia real, que ya no es tan psicológicamente trastornada, sino incluso un poquito realista. Es decir, es que aprobaré el examen de psicología de febrero, la aprobaré y ahí podemos tener una angustia real. ¿Cuándo viene la enfermedad mental? Mira, pues cuando el yo está ahí como emparedado entre el ello y el super-yo. Si solo está el yo y el ello, la persona puede tener problemas con la policía. Si hay mucha presión del ello y no super-yo, esa persona tendrá, es posible que problemas con la policía, porque podrá tener deseos que hagan daño a los demás. Incluso de tipo delictivo y agresivo. Pero no exactamente problemas psicológicos. Y si hay mucho super-yo pero poco ello, poca presión del ello, esa persona tendrá pues igual una vida más bien como gris o aburrida, ¿no? Porque todo le parecerá que está mal, ¿no? Pero igual no tiene como mucho conflicto. El conflicto psicológico parece que viene como más de la existencia de conflictos en el yo como consecuencia de mucha presión del ello y de mucha exigencia del super-yo. Está ahí como emparedado entre el ello exigente y el super-yo castigador. ¿Vale? Bien. Más conceptos importantes. Tenemos el concepto de libido, que es fundamental. Fijaros cómo se pronuncia. Libido, no líbido, ¿eh? Líbido con V es quedarse pálido. Pero libido con B, ¿eh? Es, en la terminología, es un término psicoanalista y en la terminología de Freud se refiere a la energía, a la energía de carácter instintivo que está a la base de la sexualidad. Freud le daba muchísima importancia a la libido, es la fuerza básica del ser humano, está relacionado con el instinto sexual, ¿vale? Y se origina en el ello, ¿de acuerdo? También el yo la posee pero en el fondo, en el fondo derivada del ello y en el fondo, en el fondo derivada del cuerpo, ¿de acuerdo? Derivada del cuerpo. Bien, este concepto repito que por tanto es fundamental, ¿no? Lo tenemos que recordar. Pasamos de página. Freud explicó la formación de la personalidad a partir del desarrollo de la libido. Es una descripción muy llamativa, tanto curiosa. En esta descripción Freud creyó en una visión también revolucionaria y muy polémica que la libido, un impulso erótico, se encuentra también en los niños y casi diríamos en los recién nacidos, en los bebés, ¿no? Con esto se enfrentó desde luego a la gente de su época. Porque la gente de la época pensaban que los niños... Que los niños eran almas puras y que eso del sexo y del erotismo, pues no. Incluso, como te había... Había una visión negativa del erotismo y de la sexualidad. Si el sexo es malo, casi es un afán del diablo, ¿no? En las expresiones como más puritanas, pues entonces no lo pueden tener los niños, que son almas puras. Viene Freud y nos dice, pues no es así. No es verdad, ¿no? Los niños, a los que llama, por cierto, perversos polimorfos, no lo dice en el libro, pero... Niños son... Enseguida vamos a ver por qué. Perversos, perversos polimorfos. Pues está también en ellos, ¿verdad? ¿Por qué polimorfos? Porque la libido puede dirigirse a distintos lados del cuerpo, en distintas partes, mejor, en distintas partes del cuerpo. Cuando somos bebés, muy, muy pequeñitos... Primer año, la libido está concentrada en la boca. De tal manera que el placer que le corresponde al bebé, esto lo vemos con mucha claridad, el placer que le corresponde al bebé lo tiene con la succión. ¿Verdad? Es la primera etapa del desarrollo del alivido. La primera forma que toma el alivido en la experiencia humana es el placer con la boca, al amamantar el pecho de la madre. ¿Verdad? Después viene la fase anal, esta es la primera fase. En la fase anal el niño dirige, el niño y la niña naturalmente, ¿no? Dirige el alivido a el ano y ahí el niño obtiene placer por la expulsión o la retención de sus heces, la satisfacción por la expulsión o retención de sus heces. Después viene la fase anal. En la fase fálica, falo es el pene erecto, ¿no? En la fase fálica, ya a partir de los dos, de los tres años, el niño descubre sus genitales y encuentra placer también ahí. Esto horrorizó a muchos que lo escuchaban y ahora tal vez también, ¿no? Algunas de estas descripciones eran, en fin, tanto tremendas, ¿no? Pero la verdad que los que hemos sido, los que somos padres, cuando nuestros hijos eran muy pequeñitos, ¿no? podemos recordar que tenían erecciones. En el caso de los niños se ve con más facilidad, ¿no? La activación, la actividad, el placer, ¿no? Centrado en los genitales. A la fase fálica también se le llama primera fase genital porque está concentrado ahí en los genitales, ¿vale? Fijaros que lo que ocurre en el niño es que el niño va focalizando, sublibido en distintas partes de su cuerpo. De ahí lo de polimorfos, ¿no? Adquiere distintas formas, ¿no? ¿Y por qué perversos? Pues porque Freud tenía una idea de la sexualidad que ahora seguramente tenemos más bien que criticar, ¿no? Porque a él le parecía que había una sexualidad normal y correcta y una sexualidad perversa. La sexualidad normal es la sexualidad... que busca la reproducción. Por tanto, es una sexualidad genital, el coito, ¿verdad? Una sexualidad genital porque es en el coito en donde la sexualidad puede culminar en la reproducción. Todo lo que se salga de este afán por la apropiación para Freud es en cierto modo antinatural. Es una cierta forma de perversión. Y como ocurre que el placer que se encuentra con la boca no tiene como propósito, no puede conducir a la procreación, para Freud será una cierta desviación. De hecho, dirá él que puede ocurrir que se den fijaciones. Lo normal, pensaba él, es que se pasara por estas fases. Y que una persona adulta, en su sexualidad adulta, la fase genital aparece a partir ya de los 12 años, ¿no? De la adolescencia. Entre la fase fálica y la genital hay un periodo intermedio, como el descanso del alivido. Pero a partir de la fase genital, a partir de la adolescencia... ...la persona adulta, pensará Freud, ya tiene una actividad sexual en donde está la posibilidad de la procreación. Esta es la sexualidad normal. Bueno, tenemos ya la hora y por tanto tengo que parar aquí, en esta parte un poco problemática, ¿no? El próximo día la vamos a completar. Ya hemos visto el instinto de Eros y el instinto de Thanatos. Entonces, el próximo día veremos esto. Veremos los tratamientos de la clínica. Hablaremos un poco de los sueños y pasaremos a Adler. Adler y Ayum. Para el próximo día, por favor, terminad la lección. ¿Vale? Yo creo que nos dará tiempo de terminar. Ya tenemos la hora un poquito pasada. ¿De acuerdo? La dejamos aquí. Bueno, hasta la semana que viene. Estaba encendido el aparato, ¿sí? Venimos tantos. ¿Estaba encendido? Sí.