Muy buenas tardes, muchísimas gracias a todos por estar esta tarde aquí, participando como asistentes en esta conferencia que va a impartir la doctora Ola Churmaetzea, profesora del Departamento de Psicología y de Criminología en la UD Pamplona con un amplísimo currículum en muchas áreas dentro del ámbito de la psicología y en especial en el ámbito de la sistémica que es una de las áreas en las cuales más ha trabajado, más ha estudiado, que más experiencia tiene y que más también ha compartido con nuestros en UD Pamplona a través de diferentes formaciones. Es una terapia sistémica que quizás no se abarca de manera muy específica en el grado, en las formaciones regladas, de manera más concreta y con información más global y que sí está teniendo una muy buena acogida desde el punto de vista profesional. Ella os comentará por supuesto muchísimos puntos de interés, porque así hemos denominado esta sesión, el descubriendo el modelo sistémico aplicado al ámbito de la psicoterapia y daros también las gracias por la enorme acogida que ha tenido esta actividad, donde aparte de toda la presencialidad que hay, que sois muchísimos los que estáis aquí esta tarde, pues tenemos cerca de 350 personas también conectadas online a través del directo diferido. Por lo tanto, muchísimas gracias a todas, muchísimas gracias a todos los presentes y esperamos que queráis seguir participando en todas las actividades que hagamos aquí con OLATS, que vamos a hacer este año cursos de verano y otras actividades de extensión universitaria, dentro también de la Cátedra de Inteligencia Emocional que tenemos aquí en el centro de la UNED en Pamplona. Os doy por tanto la bienvenida esta tarde y ya os dejo directamente con la profesora, la doctora Ormaechea. Muchísimas gracias OLATS por estar aquí un año más dentro de esta formación y ni un minuto más te quito. Gracias. Bueno, a Rachel León, buenas tardes a todas y todos. Veo que estamos aquí unos cuantos, ya habéis oído al otro lado hay como un collón de gente, así que yo espero con esta parte interactiva no perderme mucho, por si hay alguien que al otro lado pregunte, bueno, espero hacerlo fluido y que más o menos nos vayamos ahí acoplando. Bueno, lo primero agradeceros, que espero que no os toquéis mucho ahora a la siesta, son las 6 ya, espero que ya la gente esté más o menos derretida y que aún hayáis ahí con un pequeño esfuerzo hasta las 8 que estaremos y si, bueno, pues con el objetivo también de conocer la terapia sistémica y si es además entretenido y os puedo de alguna forma poner otras gafas diferentes, que sería mi objetivo, que podáis ver también de otra forma, pues yo encantadísima. Así que gracias una vez más por haberme invitado aquí a la UNED. Bien, tengo modo presentación, ¿tengo que hacer algo más Lorena? Directamente le doy y cambia, ¿no? Bueno, sí, espérate, a ver, yo no soy muy hábil para estas cosas. ¿Ves, ves, ves cómo no era tan fácil? Yo le doy la presentación con diapositivas de toda la vida, ¿no? Pero no me deja... ¿Sois hábiles vosotros en temas de...? Yo ya lo tengo asumido. Luego hace mucho de... no sé de qué era sois, pero soy de la era en la que no teníamos ni ordenador en la universidad nosotros. Puedes tanto con la derecha como con la izquierda. Gracias, maja. Pues ves, así yo voy a lo casero, con el dedo, voy mucho mejor. Bueno, como habréis notado, o no sé, porque ya voy haciendo navarrico, soy de Ipuzcoa, yo soy de Zarauz. Lo que pasa es que, bueno, pues hemos... San Fermín es hace ya 23 años, vine aquí y ya aquí me quedé, ¿no os parece? Así que tengo hijos navarricos, del 7 de julio además, el primero, así que vamos, casi, casi ya. Tengo parte de mitad, mitad y mitad, y eso que el mar lo echo mucho de menos, ¿eh? Bueno, para empezar, no sé si conocéis ya, yo voy a dar por hecho que no sabéis, entonces si veis que es algo muy obvio me podéis decir hola, corta, yo lo pillo rápido, ¿vale? Y voy cortando. Lo primero de todo, chucherías. Yo he traído chucherías para los que estéis aquí. Estoy con farigitis, me vais a ver de vez en cuando tomando un caramelo, entonces he dicho chucherías para animar de 6 a 8 a los que estén. Así que pasas. Venga. Esto es lo más importante del asistente. Chucherías. Vale, así se interrumpo en algún momento porque me quedo sin voz, tengo excusa, estáis comiendo también chucherías vosotros, ¿vale? Hay que adaptarse. Cuando me dijeron que había 300, no sé cuántos ha dicho, 40 o 45, dije, vamos, no puedo anularlo, pero voy a ir con farigitis. Así que veréis que mi tono de voz normal no es este. Hoy estoy más manolo de lo normal. ¿Vale? Así que si hago gallos y estas cosas no es una estrategia sistémica, sino que es mi garganta que hace lo que puede. ¿Vale? Bueno, os he puesto una pequeña presentación, pero algunos igual me conocéis. Simplemente para que veáis la trayectoria y por qué he acabado aquí y por qué me interesó este mundo de la sistémica. Como está muy pequeñito yo lo menciono, ¿vale? Yo estudié en la UPV en Donosti, en la universidad pública y me fui de Erasmus a Alemania. Yo fui de estas locas que yo creo que en aquel momento no iba nadie a Alemania, sobre todo no sabiendo alemán, para que veáis mi perfil más o menos. Y yo dije, venga, pues a Alemania. Y ahí acabé. Y allí es donde, aparte de estudiar alemán, que es obligatorio y me costó, pero lo aprendí, descubrí la terapia sistémica. Y dije, ostras, sobre todo en la carrera, cosa que aquí con gran dificultad te dan algo y si te dan es como algo muy suelto, mucho más cognitivo-conductual. Entonces descubrí que la intervención, sobre todo con familias, trabajando el contexto, pues me pareció interesante. Dije, esto es nuevo para mí. Me abrió todo un mundo y después continué con los estudios en Donosti, en la escuela ABABSI. Entonces una vez que finalicé los estudios, tanto de psicología como de terapia familiar sistémica, dije, esto me gusta a mí, esto lo quiero impartir yo. Y abrí la escuela aquí en Navarra, hace ya 20 años, de terapia familiar sistémica. Entonces, bueno, pues desde entonces, todo el tiempo abierta a nuevas formaciones, a cómo introducir nuevas técnicas, pero un poco paralelamente con la ciencia, cómo podíamos hacer investigación. Entonces, bueno, veréis que soy muy adicta a aprender, a saber y sobre todo yo creo que el objetivo que quería transmitiros hoy es que para mí es muy importante adaptarnos nosotros al que tenemos enfrente y no al revés. Y a veces me pasa y yo creo que los que seguramente hayáis ido a muchas formaciones, que te dan algo y ya quieres aplicar rápidamente esto. Y digo, madre mía, esta semana no puedo aplicar con todos la misma técnica, no es sano. Entonces he ido aprendiendo, de alguna forma, que creo que esto es como mi principio, antes o al menos a mí me pasaba, el hecho de decir, jo, voy a tener mucha formación para yo adaptarme a lo que el otro necesita. Y creo que eso es clave. Entonces, no voy a ser nada purista, no voy a ser, venga, sistémicos y punto, aunque me siento muy sistémica. Creo que la clave está en ir acoplándote, ir formándote en diferentes metodologías, en diferentes escuelas, para saber qué técnicas existen y cómo yo puedo adaptarme. No sé si estáis de acuerdo o no, pero yo creo que es lo más rico para hacer una buena psicoterapia. Entonces me formé, como he contestado en Donosti, y tras la formación, al montar aquí la formación, paralelamente he trabajado durante los últimos 20 años en protección de infancia. Es lo que más me gusta. Básicamente he visto trauma. He trabajado muchos años en adopción y en acogimiento, por lo que me ha tocado mucho trabajar abuso sexual, suicidio y sobre todo menores y adolescentes. Y yo creo que es emocionalmente también, ¿no?, difícil, ¿no? Y hay que trabajarse las tripas. Entonces, bueno, paralelamente a la formación, siempre he estado trabajando en lo que es el mundo de la psicología y la psicoterapia. Y en la actualidad estoy en Madrid, pues, con la FEA, luchando un poco por el reconocimiento también de la psicoterapia a nivel Europa. Que yo creo que es, o sea, perdón, estatal. A nivel de Europa lo tenemos. Entonces, bueno, ahí de vez en cuando me tengo que dar una cuña publicitaria tipo Coca-Cola. Que ojalá, ¿no?, que dejemos ahí España y Estadounidense a un lado y podamos tener un reconocimiento como el resto de Europa, que yo creo que es importante. Bueno, trayectoria profesional, no os asustéis, he puesto ahí algunos de los centros en los que he estado. Y veis que hay una pequeña lista. Sobre todo, muchas de ellas han sido en paralelo, ¿eh? Es decir, pues, de repente, en un sitio prácticas, en otro voluntario, en otro pues como profesional. Normalmente no pongo la palabra voluntario porque yo he trabajado a pesar de no haber cobrado. Entonces, me parece importante que la experiencia se adquiere, ¿no? Entonces, ya veis, desde toxicomanías lo importante para mí era no el cambio por el cambio, sino ver de alguna forma la aplicabilidad en diferentes contextos. Entonces, más o menos cuando yo tenía un dominio y veía que más o menos me iba encontrando segura, cambiaba a otro ámbito para ver un poco también la aplicabilidad. Con todos los dolos que eso supone, que también supone. ¿Vale? ¿Cuál es su objetivo? Cambiar la visión. No sé si habéis escuchado sistémica, terapia familiar, es lo mismo, no es lo mismo. Pero lleva ya un montón de años, ¿eh? Quiero decir que la sistémica se inició, ya veréis, en principios del siglo pasado. Y lo más importante de todo es que hoy podéis ver cuál ha sido no solo la trayectoria, sino la practicidad que tiene. Yo siempre digo, uno cuando termina psicología y no sé, y otras carreras también, imagino. Yo al menos terminé diciendo, madre mía, soy un fraude. Yo, ¿eh? A mí misma. Porque decía, sé mucho de evaluación y diagnóstico, pero yo no sé intervenir. Yo no sabía intervenir. Si yo veía a una persona con 30 kilos, puedo pensar que quizá tenga un trastorno de conducta alimentaria. Ya, pero mi madre, que no ha estudiado psicología, también. Decía, ya, mucho diagnóstico, pero yo qué hago, cómo intervengo, qué técnicas, qué herramientas puedo utilizar para ayudar a esta persona. Y luego, ¿cómo puedo hacer para que la familia y las personas que le quieren a esta persona también tengan un poco de conocimiento de qué pautas qué hacer? Porque si os dais cuenta, muchas veces no solamente es el paciente, es el contexto. Es la familia quien te dice, a ver, yo necesito orientarme, necesito saber algo. En enfermedad mental, ¿alguien ha trabajado aquí? Qué discreto sois, ¿nadie? ¿La has vivido? Imagino que la importancia del contexto, de la familia, del apoyo de las dos, ¿no? Sí, eso es. Eso es. A los del otro lado, por si no lo escuchan, que tenga un contexto de protección, ¿no? Y de comprensión también, ¿no? Como en casi todas las patologías, incluso luego veremos, ¿no? No solamente en patologías, sino también en malestares emocionales, ¿no? El tener un acompañamiento. Yo creo que el mal de hoy en día, no sé si compartiréis conmigo, pero es la soledad. Yo es lo que más veo en terapia. Y llevo 20 años en terapia. Y cada vez veo más soledad, más personas, y hablo incluso de adolescentes y menores, ¿eh? Que se encuentran aisladas y que cuanto más tecnología y más herramientas comunicacionales, más solos estamos. O sea, que algo nos está fallando, ¿no? Y digo, ¿qué pasa aquí? Entonces, ¿qué podemos hacer con esto? Nuestro granito de arena, ¿no? Ojos bien abiertos. ¿Ya habéis visto que al pobre gato...? Vale. Las terapias sistémicas. ¿En qué teorías se basan? Bueno, os he puesto la principal, que es la teoría de la comunicación humana, de Paul Batts-Lavik. Es una traducción de la alemana. Así que si os animáis, tiene un punto duro. O sea, como dicen mis alumnos, nos pones este libro para desanimarnos, para que pensemos que es súper difícil, y luego todo lo demás es más... Yo digo, pues sí, ahí está, decía. Es un libro duro, pero para mí es una de las mejores bases para poder entender las terapias sistémicas. Porque fue el inicio, por decir así, de lo que después se ha ido construyendo. Os he puesto las principales, ¿vale? Teoría general de los sistemas, de los tipos lógicos, grupos... Ahí lo tenéis, ¿vale? Todo esto os lo iré explicando, pero como más práctico, para que no entre mucho sueño. Pero lo importante es que la base está resumida en ese libro, que es la psicología basada en las matemáticas. Imaginaros, si sois de mate, es genial. Si sois como yo, un desastre. Entonces cuesta entenderlo, pero una vez lo pillas, dices, ostras, qué interesante todo esto de que no se habla. Y ahora os lo diré, ¿vale? Tened en cuenta que la teoría de la comunicación humana, en cuanto a antecedentes históricos, voy a situaros en la época, ¿vale? En el siglo pasado, inicios, y estamos en la época un poco de psicoanálisis. Esta sí que conocéis, ¿no? Es decir, hablamos todo el tiempo de los procesos intrasíquicos, ¿sí? Como novedad, un equipo, y lo voy a decir muy casero, ¿eh? De psiquiatras, en que trabajaban sobre todo esquizofrenia, ya sabéis que en aquel entonces había psiquiátricos, había ingresos, además, con electroshocks... Esto os suena, ¿no? La parte histórica. Bueno, pues un equipo de psiquiatras dijeron, algo más tenemos que hacer. Muy casero, ¿eh? Yo soy muy así, si no me decís. Entonces, vieron que quizás había algunos patrones que se podían modificar para distribuir el sufrimiento de estas personas. Que al final había una parte que era patología y había otra que tenía que ver con el sistema, es decir, la familia, el contexto, el... ¿no? Entonces, de alguna forma empezaron a ver que había ciertos patrones que la persona le podían llevar al sufrimiento y al revés. Que trabajando esos patrones, sobre todo comunicacionales, la persona se empezaba a sentir mejor y la familia cambiaba la visión del propio trastorno. ¿Sí? Entonces, empezaron a investigar e indagar sobre esto. Claro, era una novedad, imaginaros, desde la parte más introspectiva a la parte observacional y de interacción, además. Es decir, cómo se comunica y cómo nos comunicamos. ¿Alguna vez habéis pensado en esto? ¿Qué cara tenemos cuando estamos en reposo? O sea, lo típico, que vas con la compra y dices, ¡cuando no me vea nadie! Vas ahí toda cargada. Ahí tenéis una cara de reposo. ¿Alguna vez habéis observado qué cara tenéis? Porque por la calle yo observo un montón, vosotros no. Es súper divertido. Y dices, ¡uh, qué amargado! Uy, otros que van sonriendo todo el rato, que digo, ¿pero qué están pensando? ¿No? O sea, ¿qué noche más buena han tenido? ¿No? Están ahí como, observar esto da información al otro, ¿no? O sea, de alguna forma te está diciendo algo. Pues la teoría de la comunicación humana, la primera premisa que luego iremos, es la de es imposible no comunicar. ¿Estáis de acuerdo? Y eso cada vez nos esforzamos en no comunicar. Mi marido es experto. Como no nos oye, no está en los 300 y pico del otro lado. Sí, porque yo de Zaragoza a Pamplona, venía en autobús. Claro, en el autobús, yo siempre bajaba del autobús hablando con nadie. Con la de allá, con la de atrás, con la de... Y me decía, pero yo no sé conocido, no sé quién. Ay, pues, fíjate qué interesante esta señora, ta, ta, ta. Y me decía, pero qué inercia tienes. Digo, es que a mí me gustan las personas, me gusta hablar, me gusta... Claro, él a la vuelta venía siempre solo. O sea, como de lluvia, que digo yo, con la nube. Bajaba solo y yo, pero no, no has conocido a nadie. Y me dice, ¿para qué? No, pues, me he puesto los cascos, me he sacado un libro. ¿Quién te habla así? ¿Qué estás comunicando? Estoy, no, no me habléis. Dejadme que yo estoy en mi mundo. Aunque hay gente que no sea fuera lucida, aún así. Yo igual he quitado los cascos. Pero ya estás comunicando. Y esto se lo explica y me decía, bueno, pero no, porque no ha dicho nada. No hace falta decirlo. Tu cuerpo ya está diciendo mucho, ¿no? Para mí es muy importante observar a las personas. Y es parte de la psicoterapia. La parte de observar, porque también el otro nos observa, a nosotros como terapeutas. Y fantasean lo mismo que hacemos nosotros. Yo creo que los primeros 10 minutos fantasean absolutamente de estar a casa, de agua, tiene anillo, venga, igual sí. ¿Tendrá hijos? No. ¿Será soltera? ¿En qué trabajará? Aparte de esto, ¿a tener alguna otra cosa? ¿Dónde irá de vacaciones? Esto no hacéis. Porque si no lo hacéis, fuera, no seáis buenos terapeutas. Es un poco el sálvame, pero de la psicoterapia. La fantasía, esta parte de decir, por Dios, ¿qué voy a fantasear? ¿Y qué fantasea el otro? Pues fantasear sobre lo que yo le doy. ¿Sí o no? Por eso cuando tenemos un mal día, los adolescentes son expertos en decirnos, ¿qué, estás mal, no? Y tú disimulando como terapeuta, ¿eh? ¿Y qué tal, todo fenomenal? Entonces, una de las cosas que he aprendido yo, y creo que tiene que ver mucho con esto, es a que si yo tengo un mal día, lo pueda expresar. Otra cosa es que el otro me contenga. Ahí ya vamos mal. Entonces tendría que pagarle yo al paciente. Pero el que, antes de que me lo diga, sobre todo los adolescentes que son absolutamente vampiros emocionales, el que yo pueda mencionarle, mira, hoy no tengo un buen día, también me ha pasado esto. Y los adolescentes, además, me miran todos flipados, como diciendo, ¡ah, tú también tienes problemas! ¡Qué fuerte! Mis padres no. Están amargaos, pero no tienen problemas. Entonces, esta es la parte importante. Y yo he ido quitando capas, no sé vosotras y vosotros, pero yo me he ido quitando capas. Porque antes era todo miedos, miedo a sujetar, miedo que cuando alguien estuviera llorando, ¡ay, qué hago, qué hago, qué hago! Entonces, he ido quitando capas, más naturalidad, pero también la seguridad de que lo que haces sirva. Y esto es experiencia, imagino que como en todos los trabajos. Pero, por ejemplo, el no tener miedo a la otra persona, a acercarme, o si está llorando, a abrazarle, esto no se hace el primer día normalmente. A no ser que alguien te haya explicado, a mí no, que eso puede ser positivo. Porque a mí me decían en la carrera, no sé vosotros, pero distancia. Que no te impliques demasiado, ¿eh? Empatía sí, pero cuidado. Entonces, claro, a mí me volvieron, yo en serio, yo tenía una confusión ahí con todo esto, ¿eh? Que no haya, como me decían, despachos neutros, sin información tuya. O sea, yo he sido de esta escuela, ¿eh? Y justo ahora hago todo el otro año. Digo, ¿por qué? ¿Qué tengo que ocultar? Y además, si tengo un mal día y se lo explico, ¿qué pasa? Normalmente la gente lo agradece. Genera empatía. Ahora bien, todo esto, para que de alguna forma sea funcional, ¿no? Y el otro siga viviendo, que para eso tienes que dar resultados, tiene que ser siempre cuando uno tiene mucha formación. Esto es importante. No lanzarnos el primer día, no, con todo lo que sé, sino formarme para después ser espontáneo. No sé si opináis lo mismo que yo. El espontáneo nace cuando uno está formado, es como carne de conducir, ¿no? Espontáneo el primer día no eres. El primer día estás, yo al menos decía, no sé, embrague. Habéis sido, yo he sido muy torpe. Entonces ya como, todo esto no voy a poder. Y luego ya lo haces espontáneo. Y luego ya tenemos el riesgo de que hagamos trayectos que no nos damos cuenta. ¿No es así? ¿Os pasa? Que haces un trayecto y dices, ostras, ¿cómo he llegado a este sitio? Ahí es donde hay accidentes, ya lo sabéis, ¿no? Entonces, para que esto no ocurra, yo al menos me cuestiono mucho a mí misma, constantemente y bajo supervisión continua, durante 20 años a pesar de que yo soy supervisora, para que me den leches como que hoy me digan, pero ¿qué has hecho aquí? Pero ¿qué tenías que haber hecho? Porque esto ayuda a mejorar. Entonces, continua revisión del profesional. Yo lo lazo. Importante. Invertimos mucho, porque luego tenemos como en Mario Migni, pero ¿me sigues pagando a tus terapeutas? Le digo, claro, soy responsable. Para yo poder ayudar, tengo que estar y sentirme ayudada. No os lo opinéis. Entonces, los antecedentes históricos, que estaban más en lo intrasíquico, ya veis, ¿no? En un enfoque más dinámico, evolutivo, pasaron, es decir, las etapas, ¿no? Los anclajes, bueno, el psicoanálisis en sí, ¿no? Pasaron al modelo sistémico, que era el modelo de interacción. Y esto es, yo creo, que lo más bonito que se pudo crear, el decir, no somos sumativos, es decir, no soy yo más tú más esta mujer, no. Cada uno con la interacción hacia el otro. Y esto pasa mucho, ¿vecinos tenéis? O tenéis la suerte de estar en un chalet, en un slouse. Yo tengo un montón de vecinos. Y nos pasa que a veces, de repente, un vecino malo te saluda. Y tú ya en tu mente, yo al menos, empiezo, ¡ay, qué raro, no! ¿Oís? ¡Ay, qué rancio este, esta mañana, no! Todo es una conversación interna. ¡Oh, qué raro! ¡Ay, cómo se va a comprar el coche nuevo! Como a ese vecino se le ocurra pedirme algo a la mañana, yo ya no estoy igual. Cuando igual es sin más, que no la he visto. Como yo, que soy muy despistada, no sé, soy mío, que yo tengo mi opinión. Entonces, a mí me puede pasar que a alguien no la he visto. Pero la mente nos lleva hacia lo que nosotros tenemos entendido como proceso intrasíquico, decir así, de estructuras que tenemos aprendidas. Es decir, otra persona igual, dice, es muy positiva, dice, hoy no me ha saludado porque tiene una gran reserva para mañana de saludo hermoso. Pues yo no. Yo empezaría a pensar, ¿eh? ¡Ah! Esto es muy de equipo, este. Ahora que se ha puesto ahí medio rico, ¡ah, no me ha saludado! ¿Veis? ¿Esto qué tiene que ver con lo que uno ha aprendido en su casa, sí o no? ¿Veis que influye? Yo absolutamente, desde que soy madre, bueno, ya tengo hijos adolescentes, pero mucho más. Al final está aquí el pepito grillo que digo yo. El otro día les decía, ¿cuántos de vosotros o de vosotras vais de viaje y al llegar llamáis a los padres? Que todo ha ido bien. Pues a mí me toca aún, y tengo 43 años. Estoy bien. Como si se me pasara algo, mis padres me fueran a ayudar, ¿sabes? O sea, estás en Salou y te van a venir corriendo. Pero es la tranquilidad psíquica del otro. Entonces es decir, hemos llegado bien, ¿eh? Todo bien. Pues hay familias más aglutinativas que esto no lo hacen. Yo tengo una familia muy aglutinada, es lo típico. Y dime qué tal, te aquí adonozco. Y cuando llegues llama. Soy la única con familia aglutinada de todos los que estamos aquí. Pero es una seguridad que en el fondo te genera inseguridad. ¿Lo veis? Porque tú ya estás pendiente de que algo malo puede suceder. ¿Oye, ¿veis el mensaje que hay abajo? Algo malo puede suceder. Entonces ya no estás disfrutando absolutamente del viaje. Estás pendiente del que ocurrirá. Y así, todo nuestro aprendizaje. Entonces ser consciente de ello es parte de la sistémica. El conocer de dónde venimos, para saber hacia dónde vamos. Y así podemos escoger. Porque hay cosas que yo no he querido transmitir. Y otras que inconscientemente he transmitido sí o sí a mis hijos. Con lo bueno y con lo malo, por ejemplo. ¿Habéis visto la película Encanto? Es que es maravillosa. Bueno, es dibujos en realidad de encanto. Si podéis, los que trabajáis con menores y adolescentes, bueno, y los mayores para disfrutarlo. Habla de esto, de la trigeneracionalidad. De cómo influyen unos a otros. Cómo hay mitos y hay tabús en las familias. Y hay temas que no se pueden tocar. Hay una canción que se llama No se hable de Bruno. No se habla de Bruno. Bruno es un personaje del que no se habla. Y esto en todas las familias pasa. Y como hay alguien, como digo yo, que o la lió o hizo algo que en aquel tiempo no se entendía. Entonces, los sistémicos vamos y decimos, vamos a indagar sobre todo esto. Toma ya. Todos los secretos. Entonces, claro, la familia nos pidan todos como diciendo, pero ¿qué te pasa? ¿Por qué preguntas tanto? Yo tuve la suerte de tener a mis abuelos vivos cuando estaba haciendo la formación y les pregunté de todo. Y me acuerdo a mi abuela que me dijo, chica, no me gustas desde que preguntas. Porque, claro, y se pregunta así, ¿cómo? ¿Hacía abortos? Chica, eso no se habla. Eso es poligamia. Eso, pues ya está. Se ha pasado, ya ha pasado. Esto es mi casa. No le des vuelta. No me lees la mierda, me decía. Déjalo. Pero es que eso es importante. ¿Qué duelos ha habido? ¿Qué pérdidas significativas? ¿Cómo afrontó la familia esto? Entonces, indagamos sobre esto porque en el fondo, de forma invisible, yo lo llevo. Y hay muchos patrones que yo repito que luego digo, mierda, esto no lo quería haber hecho. No me acuerdo cuando dices, que no grites. ¿Qué estás gritando? No me digas que acabo de repetir esto, mijo. Que yo me he visto haciendo de estas, de decir, ahí va. Pues la terapia de familia sistémica, lo que hace es que yo constantemente esté pensando, ay, ¿para qué habré hecho esto? No por qué. ¿Para qué habré hecho esto? ¿Cuál es el objetivo? ¿Por qué es buscar la razonalización? ¿Para qué es buscar la practicidad? Mezclo, ya veis, yo soy así, ¿eh? Mezclo. Si os sirve, ¿para qué? Entonces, el gran cambio de los sistémicos fue cambiar el por qué hacia el para qué. ¿Para qué lo haces? ¿Para qué cuando en la mesa estáis sentados padre, madre, hijos, cuando, por ejemplo, el padre habla, los demás se cañan? No por qué. ¿No por qué? ¿Para qué? ¿Qué supone? ¿Jerarquía? Según. Hay épocas en las que cuando hablaba el padre o la madre, el resto callaba. Esto yo lo he vivido con mis abuelos. Respecto a, ¿no?, a mis abuelos. Y en otras familias, ¿no? En otras familias puede ser una pauta que es inconsciente y no se dan cuenta. Esto es como cuando tú te echas pareja, Yo siempre digo, porque la gente dice, sí es inconsciente, ya yo también en San Fermín, es que ya estaba yo inconsciente. Pero luego me quedé con él. Eso no es inconsciente. ¿Lo veis? Los patrones inconscientes hacen que conozcamos personas. ¿Vale? Pero que nos quedemos con ellas y además veintipico años, hay que ser sexátomas egoístas. ¿Lo veis, no? O sea, fijaros en los patrones inconscientes que hacen que en esa interacción de repente alguien te atrape, te guste, te encaje, es decir, te complemente. ¿Sí o no? Misma pegada, mismos traumas, intentando ayudárselo uno al otro. Como me escuchan ahora los terapeutas de pareja de Canorazzi, es terapeuta de pareja de Bollé por eso. Hazlo un par de vueltas, ¿eh? Pues estos hablaron de esto, de todo esto que os estoy contando ahora, y dijeron, es que hay mucha parte inconsciente y mucha parte se transmite a nivel comunicacional, verbal y no verbalmente, y no somos conscientes. Vamos a hacerlo conscientes. ¿Qué pasa si uno sabe de todo esto? Puede cambiar. ¿Sí? Pues he dicho antes, cuando una pareja se junta, simplemente cuando se van a vivir juntos, si habéis tenido la experiencia, imagino que sí, incluso como se friega, a ti te parece que lo de tu casa es como lo normal y lo bueno. Y lo del otro es como, ¿lo estás contando? Con el otro y fallo esto todo el rato, pero enjuaga primero y luego los pasas. Desde esa tontería, que nos puede hacer discutir un día, hasta cómo se hace la cama, ¿sí o no? Pues además al tener hijos hay que negociar todo eso. Estoy animando a tener hijos, no estoy asustando, ¿eh? Pero sí que asumáis, los que os toca, que hay que negociar todo esto. Y además los hijos son los que, ¡ah! La ITA me ha dicho que sí. Fue la mamá me ha dicho, y ahí está en el medio. Entonces desde la terapia sistémica, ¿qué es lo que se ve? Que no solamente somos personas individuales, sino que traemos nuestro origen, por eso aquí por ejemplo Canebaro, ¡ay me encanta argentino! Viene ahora en junio por cierto a Donosti, eh, yo que sea de los, voy a ser positiva, espero que luego tenga más viajes, pero por edad, está cerca de los 90, y viene a darnos formación, ¿eh? Entonces este hombre, es un crack, él siempre dice que cuando en terapia ve a una pareja ve a mucha gente, porque ve a los padres de ella, los padres de él, y los sistémicos, inconscientemente, yo al menos lo tengo integrado, cada vez que veo a una persona, veo a toda su familia. Y digo, ¡ahí va! Incluso analizo las frases que me van diciendo, ¿puedo utilizarte Lorena? Vale, acabo de conocer a Lorena cinco minutos antes de empezar. ¿Qué frase es la primera que me has dicho? Aparte de presentarte, si no se ha presentado una Icari, ¿qué frase me has dicho? Eso. Lo primero que me ha dicho, yo no tengo mucha paciencia. Yo le he dado chucherías. Hay que ablandar eso. Fijaros la hiperexigencia de Lorena. Si hay algo que no, Lorena, me frenas, ¿eh? Pero veis, ¿no? Ya me está dando rasgos de su personalidad. Primero la parte amable, representada, ¿no? La sonrisa, qué agradable. Es que maja esta chica, es de las que hay una, de las que colabora, de las que... Y ella se ha puesto la paciencia de por medio. Yo no tengo mucha paciencia, cuidado. Cuidado. Ya me exijo yo bastante. ¿Veis? Entonces, con una frase, una persona ya me puede decir mucho de sí misma. Y esto hace que yo piense, hum, la paciencia. ¿De dónde viene la paciencia? Es un valor familiar. Que sea de madre, de padre, y yo empiezo a fantasear. ¿Quién dice esa palabra mucho en casa? Paciencia, por Dios. Paciencia. Entonces, si yo no tengo paciencia, igual he hecho de menos a alguien. ¿Me explico? Esta es la parte sistémica, el pensarse que no hay paciencia. Siempre que estamos rodeados de personas, y somos personas, no somos individuales. Sí, individuos, obviamente, y sí de forma individual, pero no vivimos aislados del contexto. Y el contexto es para mí lo más importante. Incluso aquí, cuando os habéis sentado. ¿Para qué os habéis sentado aquí adelante? ¿Para qué os habéis sentado atrás? ¿Para qué los del medio? ¿Alguien lo ha pensado? Os habéis metido ya premeditando así. Bueno, yo me voy a poner la segunda fila. Luego puede decirme alguien, es que yo soy sorda, y entonces, claro, puede haber motivos. ¿Me explico? O yo tengo miopía, y si no, no veo la pizarra. Es decir, puede haber, claro que sí, puede haber circunstancias que tienen que ver con la practicidad, pero normalmente es inconsciente. Ahora, si yo os pregunto, ¿siempre os sentáis más o menos, cuando vais a los sitios, os sentáis en los mismos sitios? ¿Sois de poneros adelante? ¿Sois de poneros atrás? ¡Hala! ¿Y en casa, en la familia, en Navidad, os tendéis a poner en el mismo sitio? Porque la mía, vamos, es un patrón, parece que nos echan perfumes para que aquí va Olat, que aquí va Metz. ¿Y esto? No sé si lo habéis pensado alguna vez, pero ¿qué nos pasa para hacer esto? Y como alguien se cambie, ese día te miran a una cara y dices, ¡eh! Este es mi sitio. Y nadie ha puesto un papelito, pero todos sabemos que es su sitio. Porque los sitios nos están diciendo también sobre nosotros mucho. ¿Sí o no? Yo en la uni me ponía en la última, porque si me aburría y no se me notaba. Ahora, desarrollé una mía pía, que vamos, pero ¿qué? Lo fácil, a lado de la puerta. Si no me gusta, me escapeo y no se nota. Si estoy implicada, tengo motivación, me voy a poner adelante. A no ser que haya sordera, ¡eh! Obvio. Quiero decir que a veces puede ser por algo. Y en medio, que no me pregunte mucho. Si hay preguntas, no vaya para mí. Estoy ahí en medio y me camuflo un poco. ¿Veis? Factores de personalidad. Puede ser azar, obvio. También es verdad que un día, pues hoy me apetece aquí, otro... Pero cuando un patrón se repite, digo, ¡ay! ¿Qué pasa aquí, no? Y cuando atendemos a la familia, este equipo de psiquiatras dijo, ¿os dais cuenta que de repente primero habla la madre? Cuando habla la madre, el padre dice, ¡no! Una frase que yo escucho mucho en la vida, que es la verdad que, ¡no estoy de acuerdo con eso! Es mortal esa frase. No tendría que existir. Eso, si queréis generar un conflicto, yo os doy el truco. Dí, ¡no estoy de acuerdo para nada en todo! ¿Veis? Pero claro, al otro lo anulas, porque no estoy de acuerdo en nada. Es imposible. Siempre estamos de acuerdo en algo. Que luego, además, cuando se ponen a discutir, generalmente están más de acuerdo de lo que crean. Pero esa frase, de no estoy para nada, estoy de acuerdo, que sale desde el enfado, normalmente, hace que, ¡ah! Conflicto seguro. Entonces, ¿qué observamos? ¿Quién ha dicho qué? ¿Cómo lo ha dicho? ¿Qué personas nos enfadan? Si yo voy por la calle, fijaros, ¿quién te cae bien y quién te cae mal? Pues, normalmente te cae mal las personas que te recuerdan a alguien que en tu vida, ¡no! Y luego, la tratas y dices, ¡ay! Pues no, pues no es como Billy y no sé quién. En terapia pasa igual. Y esto se trabaja en la sistemita. Como todo psicoterapeuta, la transferencia, ¿no? Es decir, ¿quién te cae bien, quién te cae mal? En terapia no nos podemos permitir que a alguien nos caiga mal, porque no puedo ayudarle. O tú ayudarías a tu vecino que te caiga mal. Según lo cristianos que seáis. ¿Me explico? Y los valores que tenéis. Valores. ¿Habéis pensado una vez en vuestros valores familiares? Valores. La típica frase que se escucha en la familia, en todas las familias hay algunas que son repetidas. La de la paciencia, ¿una más? Ante todo respeto a mi familia. Ante todo respeto. No hagas el mal. Estas cosas que he dicho. Son valores. Debajo hay valores. La del trabajo en Navarra es una de las que más he encontrado. El valor del trabajo. Ser trabajador. Esto sale en terapia que yo haría una lista. Porque es por... En serio, son diferentes. Hay diferencias. Y aquí el valor del trabajo, del campo, de la lucha. Son palabras que escucho un montón en terapia. Y digo, ¡ala! ¿Cómo cambia, no? Los que somos más de mar son otras. No, pues la constancia. Son diferentes. Aunque tengan, ¿no? Similitudes. Son diferentes. Digo, ¡ahí va! Porque allí, claro, había muchos arranzales. La gente que va de pescadores. Perdonad que pienso en los que hago cuando estoy cansada. Desde las 6 y media de la mañana. Entonces, eso de personas que están en la mar mucho tiempo. Hoy dicen en Matiarcado, ¡qué remedio! Si no estaban. Entonces, los valores tienen que ver con el contexto. Y la familia. Y no todas las familias tienen los mismos valores. Porque si no, nos llevaríamos todos más o menos bien. Si lo que para ti es importante, para el otro igual no. Y para ti una premisa fundamental igual es no robar. Y para el otro, ¡roba lo que puedas! Y ahí, es difícil que esas dos personas se emparejen. Es difícil. Los valores son contrarios. ¿Sí? Pues todo esto empezaron. Y hablaron de circularidad. ¿Qué es circularidad? Que lo que yo te digo, a ti te influye. Y lo que tú me dices, me influye a mí. Entonces, si algo quiero cambiar, tengo que empezar por uno. Por mí. Y esto en toda interacción comunicacional es la clave. Si queremos cambiar algo, empieza por ti. Porque si uno cambia, el resto de miembros de la familia tienen un pequeño cambio. Y generalmente, estamos más acostumbrados a que el otro cambie. Porque yo entero que cuando pregunto ¿qué le pedirías que cambiara? Todo el mundo, tenemos una lista increíble para los demás. ¿Qué cosas quiero que cambie el otro? Que me hable mejor, no sé qué, no sé qué, no sé qué. Y tú, ¿qué cambiarías? Ah, si cambia esto, yo ya le trataría bien. Genial. Entonces, yo no tengo nada que hacer. Y también, ¿qué puedes hacer tú para que esa relación mejore? Sistémico. ¿Sí? Y luego, ¿qué herramientas vas a utilizar para eso? Para eso, cuando uno está en formación sistémica, lo primero, conocer nuestra familia de origen, conocer de dónde venimos, cómo nos comunicamos, y luego, tipo de personalidad. Como uno no conozca qué tipo de personalidad tiene, si trae bien, si trae mal, si tiende a lo obsesivo, si tiende a lo negativo. Entonces, mucha psicobatología. Hay que conocerse. Y luego hay días, obviamente, tenemos días, pero en general, tu tendencia es positiva, tu tendencia es a ver el lado oscuro, la de Star Wars. ¿Cuál es tu inercia ahí? Porque todo se puede aprender, se puede modificar. Desde el propio apego, sí o no. Yo soy positiva en esto. Algo que me han enseñado es todo se puede. Menos la muerte, de momento, todo se puede. Entonces, cuando alguien viene con un gran sufrimiento, que el de enfrente vea que se puede, creo que es importante. Yo lo creo. Entonces, no es difícil para mí transmitirlo. Pero para eso, tú debes conocer a la persona y las mejores herramientas de esa persona. Entonces, somos artistas, yo siempre digo, de ver lo mejor en el otro. Si no, no te dediques a esto. Lo mejor. Porque lo peor ya se ve. Y uno mismo lo sabe. No sabéis lo peor, pues, trao. Y si no, a veces toca decirlo. Contacto, pero toca decirlo. Yo soy burrita, ¿eh? Yo en terapia soy. Pero normalmente, cuando tengo un buen vínculo, que suele ser. Entonces, cuando uno tiene un buen vínculo, de repente, el otro día me tocó decirle a una chica, le dije, ¿te das cuenta que metes unas chapas que aburres? Y me miró así como, ¿eh? ¿O la has ensayó? ¿Por qué no me has dicho antes? Digo, yo, pues, estaba reteniendo ahí, pensando, a ver, voy a esperar, voy a esperar. Pero es que ya hoy me ha dado mucho sueño. No me mandó a la mierda y me pagó. Esa sesión me la pagó. Porque de repente me dijo, ¿sabes qué? Creo que es esto lo que me está dificultando las relaciones sociales y nadie me lo dice. Entonces, yo fui al paraqué. ¿Y para qué necesitas hablar mucho de cosas vacías? ¿Para qué? Si no estás en teléfono. ¿Para qué? ¿Qué tapas con eso? Inconscientemente, ¿a quiénes alejas? ¡Jo! A todos. ¿Por qué no me habla nadie? La mayoría de la gente huye, no tengo cuadrilla. ¡Ah! ¿Alejas a las personas. Así que hay trauma. ¿Para qué alejas a las personas? No, porque me han hecho mucho daño. ¿Ah? Así que cuando has tenido mucha intimidad y te has expuesto, te han hecho daño. ¿Veis? Esta es la parte sistémica. ¿Quién te ha enseñado a ti en la familia a alejarte de los que te hacen daño? Y así vamos huyendo. ¿Veis? ¡Mucha chapa! ¡Caramelos, que fluyan! Que fluyan los caramelos. A ver, agua. ¡Madre mía! Vale. No voy a explicar todo porque para eso casi tendríamos que hacer el máster. Pero lo más importante es esto que os estoy contando puesto en nombres más técnicos, con tecnicismos que además nos encanta. A los psicólogos meter ahí palabras que además a mí me suelen decir en casa cuando hablas con tus compañeras hablas raro, no sé, raro. Si porque tiene un vínculo inseguro. Cuando se puede decir de forma casera, ¿no? Ya está. Pues cada vez más sencillo. Entonces lo que os estoy explicando pero está con un lenguaje un poco más. Pues el lenguaje digital y analógico. Verbal, no verbal. Lo mismo. La comunicación, lo con nativo. Es decir, yo, que quiero decir lo relacional, como lo digo. Porque no somos de decir ¡qué guapa estás hoy! ¡Ah, qué guapa estás hoy! ¡Ah, joder, qué guapa estás hoy! Es la misma frase. Pero la segunda no morache. La segunda es como de mierda, para que os deis eso. ¿Y la última? ¿Tiene un punto de ironía, sí o no? ¿Qué es lo que ha cambiado? Pues esto. Cuando estamos en terapia lo vemos constantemente. Entonces de repente se lo puedes decir al otro. Esta frase, como la has dicho. ¿Qué has querido decir con esto? No, si mi madre ya me dice que soy buena en todo. ¿Pero cómo te lo dice? Como eres buena en todo autoestima, ¿eh? Ayuda. ¿Veis? Esto. Un cásito, ¿eh? Relaciones basadas en significado o diferencia. Es decir, ¿yo cómo me siento con el otro? ¿Así o así? Los hijos en jerarquía están por debajo. ¿Por qué? Porque tienen que ser cuidados. ¿Estamos de acuerdo? Si no, mal rollo. Si un hijo tiene que hacer de padre o de madre, que a veces toca desgraciadamente, pero la pareja, ¿qué pasaría? ¿Podría haber violencia? La pareja, uno se tiene que sentir igual. En el movim, ¿qué es lo que ocurre? O en el bullying, que tú no te sientes en igualdad de condiciones con el otro. Y es algo inconsciente, pero el otro lo percibe. ¿Sí o no? ¿No notáis cuando, por ejemplo, en las empresas, aparece el jefe y quién se achanta o quién está de forma natural? Yo siempre digo, un buen líder se ve por las personas que trabajan con él. Mira si están felices, mira si están bien. Si no, no es buen líder. Es alguien que da miedo. ¿Ya empezaron a observar esto? Sobre todo en la enfermedad mental, vieron que hay patrones, sobre todo mensajes que se pueden dar, que no ayudan, que no facilitan. Y a veces yo creo que también es fruto de la desesperanza. No sé si os ha tocado enfermedad mental, habéis hecho claro que por aquí hay muchas también, pero por ejemplo, en la esquizofrenia, la comunicación es complicada. Es bastante complicada. Entonces, el que alguien te dé un mensaje y se mantenga en ese mensaje es muy importante. Por ejemplo, y a veces entramos en contradicciones que ya de normal las hacemos, pero imagínate si las haces de forma muy continuada. Pues que el niño o la niña crece en un contexto en el que no sabe de alguna forma cómo reaccionar. Un ejemplo, hay hijo, quiero que tengas amigos. A ver si empiezas a tener amigos y el día que sale, no sé, me parece que está saliendo un poco demasiado, ¿no? Igual tendrías que estar un poco en casa también. ¿Veis? Esta contradicción que en un momento dado cualquiera podemos tener, si el tipo de comunicación es absolutamente contradictoria o en psicología se llama doble vincular, al final las personas te dicen es que no sé qué hacer. Arreo y eso a la vez. Y seguro que conocéis todos a personas que hablan así. Yo hasta jefes he tenido así. Mejor que lo hagas y luego lo hacías y, ay chicas, no sé para qué lo has hecho. Igual te has dedicado mucho tiempo. Entonces, ¿qué tenía que haber hecho? Entonces, la comunicación, por decir así, que no es adecuada, que puede llevarte a, ¿no?, a encontrarte mal, a sentirte mal, esta está muy estudiada. Me gustaría que lo pudierais leer, ¿eh? Pero es muy interesante ver qué comunicación, la comunicación más doble vincular, cómo a veces podemos enredarnos en esa comunicación y cómo repercute en las personas. Independientemente de, obviamente hay una base, ¿no?, psíquica, pero sí que favorece la comunicación. Y el ser conscientes y el ver qué palabras utilizamos mejora mucho la comunicación. Por ejemplo, cuando un niño te dice es que no soy capaz. No, no tienes esa habilidad, pero capaz eres. Yo soy capaz de hacer el pino, pero no sé hacerlo. Pero capacidad tengo, la habilidad no la he desarrollado. ¿Veis? Entonces, el lenguaje, la importancia de las palabras. Entonces, un niño te dice no puedes. ¿Cómo que no puedes? No has aprendido. Ahora bien, no tengo piernas, no puedo andar, bueno. ¿Caminar? Bueno, puedes caminar. Te puedes desplazar. Podemos buscar, pero darle sentido a lo que uno dice. ¿Sí? En las relaciones simétricas tened en cuenta que cuando uno se siente abajo generalmente hay una tendencia a vengarse, como yo. Uno de los motivos principales de los cuernos, es decir, irse con otra persona, tiene que ver con esto. Y como soy sistémica no responsabilizo a nadie, ¿eh? Ojo, para mí es todo circular. Es circular. ¿Qué pasa? Que si yo me siento aquí abajo hago... Tendemos a vengarnos, no todo el mundo, pero tenemos una pequeña tendencia social a decir, me voy a quedar tranquila. Es muy difícil explicar esto, ¿eh? Sin entender todo el contexto, ¿eh? Y ojo, no estoy hablando ni de culpable, ni de lo que quiero decir, ¿eh? No. Estoy hablando de las relaciones. Y en los chavales, sobre todo en los críos, se ve mucho. De repente cuando uno se ha sentido por debajo y tiene un poquito de poder, al que se ha sentido, al que le ha hecho sentir por debajo, tiende como a posicionarse encima. Y de ahí viene la frase, yo creo, de la vida es muy larga. ¿Sí o no? Ya te la encontrás en la vida, como si fuéramos con espadas ahí cortando cabezas a todo el mundo. Es complicado, ¿eh? La mayoría de las veces hay miles de motivos, ¿eh? Pero cuando trabajas en pareja, pocas parejas que vienen a terapia a trabajar pareja se sienten en simetría. Pocas. Porque las que se sienten en simetría con pocas intervenciones, mejoran. Cuando uno se siente por debajo, me da igual a nivel económico, a nivel social, a nivel de autoestima, mal. Mal, porque la inercia va a ser como pille yo y te da un poco de fuerza, verás tú, cuando te mato. ¿Sí? Es más, para que pensemos, ¿eh?, sobre todo esto. Y la última sería la circularidad, lo que os he dicho. ¿Qué hago yo que provoco una reacción? Y muchas veces es el cuerpo el que habla. Porque yo si os digo, por ejemplo, ahí entra lo paradójico, no penséis en un coche rojo. ¿Alguien no ha pensado y me ha hecho caso? ¿Qué color tenía tu coche? ¿Blanco? ¿Has hecho queriendo? Bueno, pues te doy un 10. ¿Veis, no? No penséis en un oso blanco. Es imposible. Pues en la comunicación utilizamos mucho el no. No hagas esto, y te apetece hacerlo. No hay nada peor que la dietista te diga, no comas dulces. Porque nuestra mente piensa en positivo. El no nos lo hemos inventado con el lenguaje. Entonces, claro, metemos la cuña y nuestra mente va hacia eso. Esto es importante en la comunicación. Yo procuro no decir no. O lo que sería al revés, decir las cosas en positivo. Porque si no, al otro le das. El otro día me decía una psicóloga, ya le he dicho, ojo, ¿no has pensado en suicidiar? Creo que quieres que te suicide, ¿o qué? ¿No has pensado? ¿Esta frase? ¿No has pensado? ¿Quién no ha pensado en algún momento? Soy la única suicidada esta en el mundo. Una cosa es el pensamiento. Otra es la elaboración. ¿Veis, no? Y un adolescente, quien no haya pensado en algún momento o sobró, complicado en encontrártelo, ¿eh? Y si no será adolescente. Un adulto que te da adolescencia tardía. Por cierto, me estoy encontrando mucho con esto. Pensamiento. Una cosa es el pensamiento. Otra cosa es que en este momento tú piensas, ¿ves, en positivo? Invitarte al medio, matarte, me da igual la palabra. Hay que preguntarlo directamente. Le pido con la palabra pensamiento. Porque pensar, no me oye raro. Soy la única que ha pensado. Esta es la clasificación. El para qué del síntoma. Lo que os he dicho. Del por qué al para qué. El síntoma comunica. ¿Estamos de acuerdo? Hay que escucharlo. De ahí la somatización. La hipermedicalización que tenemos. ¿No? Ansiolíticos y antedipresivos a saco. Es lo que más se está metiendo ahora. Hoy han dicho que el 36% suicidios no han subido los suicidios adolescentes. Hoy en el telediario. ¿Qué está pasando? No nos estamos entendiendo. Y estamos solos. Hiperactivados. Hipertrabajadores. Pero muchos solos. Y la pandemia no ha ayudado, obviamente. Entonces, cuando el cuerpo se queja, algo nos está diciendo, vamos a escucharlo. Yo sí que creo que hay que descartar lo biológico siempre. Siempre. Porque es verdad que tú puedes pensar que algo es somatizante y luego puede haber un tumor. Y lo explico. Y esto es un gran error que podemos cometer si nos dejamos guiar solamente por la somatización. La mayoría de las veces y yo he visto, por ejemplo, casos duros. Estoy pensando en una chica que tuvo ceguera. Ceguera temporal. Y yo le dije, o sea, alguien me mire ciego con un bastón a sesión. Yo no soy capaz de decirle que es una somatización. No, o sea, ni soy ni debo serlo. Lo primero que le dije, ¿qué te han dicho los médicos? Hay que descartar. No, no, que es algo somatizante. ¿Por qué? Porque no tengo, me han hecho un montón de pruebas y no tengo absolutamente nada ni en el ojo, pero yo no veo. Reto, ¿eh? Y ahí pude trabajar la somatización, pero porque se había descartado todo lo demás. ¿Qué es lo que no quieres ver en este momento? ¿Qué está pasando? ¿Qué tus ojos no quieren ver? Esas son de las más fuertes. Porque también he visto muchas parálisis de, por ejemplo, de brazo, que he descartado todo lo biológico y les dices, ostras, qué fuerte que tu cuerpo te lleva a esto, ¿no? Pero es que el autohuicote es muy fuerte. El mayor enemigo de uno mismo es uno mismo. ¿Sí o no? Y si te quieres fastidiar, lo vas a conseguir. Más que cuando te dejas en manos de otros. En positivo igual. Si quieres ayudarte, también tienes tú la fortaleza. Entonces, jugamos con eso. Tened en cuenta que, por ejemplo, en el estrés en adultos, en el estrés sobre todo parental, en la etapa de crianza, la somatización es el top uno en las mujeres. Y en los hombres, la lexitimia. Es decir, la dificultad de expresar, identificar emociones. Entonces, vamos a trabajar esto, ¿no? ¿Os dais cuenta que tiene que ver también con pareja? Es decir, si no expreso, no. No me siento sentida, no me siento escuchada, no me siento sentido, me da igual. Y no me pongo en el lugar del otro, pues, un sistémico es lo primero que va a ver. Dime cómo te sientes y te diré ese síntoma qué lectura tiene a nivel familiar. Es decir, ¿para qué? ¿Para qué una persona está súper deprimida? Porque nadie quiere estar deprimido. ¿Alguien quiere estar deprimido? No. ¿Tiene algún para qué cuando algo no es decidido? Pues sí, también. Las casquetas de los niños, las rabietas, ¿lo habéis vivido? Hay dos opciones. O desesperarte tú también, había un anuncio muy bueno, ¿os acordáis? Ahí, ¡guau!, que la madre también se ponía como el niño y el niño entonces se mira como diciendo ¿qué haces? Pero, ¿se habéis vivido rabietas? Y los que hemos trabajado en pisos y así, no te quiero ni contar. Sobre todo, pues, con niños, estoy pensando ahora en niños con adopciones que habían estado en orfanatos con una historia muy dura, unas rabietas que tenías dos opciones. O decir, que si le pasa y yo voy a acompañarle, o ponerte tú a tener la rabieta también. Horroroso. Pero, ¿tenían para qué? Que es la incondicionalidad. Una rabieta, la persona que es capaz de contener la rabieta y no desesperarse, ya está diciendo mucho, ¿sí o no? Yo puedo con esto. Puedo con tu no paciencia. Puedo contigo. Y aprende. No te abandones. Ahí estoy. La incondicionalidad. Y en terapia es igual. Yo siempre les digo, aciertes o no, yo voy a seguir contigo. Tú me puedes mentir, me puedes decir la verdad, me puedes... Pero yo prometo decirte la verdad y continuar a tu lado mientras tú quieras. Esto es súper importante, la incondicionalidad. Por eso nuestros trabajos que tenemos de educadores, de educadores, de pisos, que para mí son figuras tan importantes, como se paga una mierda, perdonadme la expresión, la continuidad es muy difícil, es muy complicada. Entonces, ¿qué pasa? Que hay muchos cambios. Cuando están haciendo un trabajo de generar nuevos vínculos, de reconstruir el apego en las personas y todo por el módico precio media marca. El otro día una madre me decía, ¿cómo en 5 minutos? No lo entiendo. Es muy maja esta madre, la verdad es que a mí me toca a gente maja. Me dice, no lo entiendo, ¿cómo en 5 minutos has diagnosticado a mi hijo? ¿Ya has visto que tiene Asperger cuando yo queriendo no te he dicho nada a ver si lo acertabas? Yo jodí. Le digo, es que es un muy típico endos, entiendo diariamente entre 5 y 8 familias. ¿Aprendes? ¿El diagnóstico es importante? Depende. Si me calma y me hace entender cómo estoy, por qué estoy así y para qué estoy así, ¿por qué si no? ¿Para qué me sirve saber que tengo depresión si no sé qué hacer con ella? Ahora bien, quizás yo pueda entender cosas de las que hago que tienen que ver con la depresión y diferenciar mi persona de lo que hago cuando estoy deprimida. ¿Veis? Diferenciar. Entonces te puedo ayudar. Porque dices, jo, la OLATS que está bien haría esto, pero la OLATS que está o tiene una depresión igual esto no lo puede hacer. ¿Veis? Entonces diferencias. La patología de la persona. Esto es muy importante. Porque si no, una madre me dice, es que mi hija como tiene enfermedad mental y a mí se presentó así, me dio la mano o la tengo esquizofrenia. Además me han dicho que puedo ser esquizoparanoide. No sé qué me dijo. Esquizoparanoide, no sé cuántos, obsesiva y no sé cuántos. Le dije, hola, yo era una histérica de mierda. Buenos días. Bueno, pues, por la vida así. Tendrán más cosas buenas que eso, ¿no? Entonces la etiqueta sirve. Depende, también te puede dar identidad. Cuidado. Y como nos agarramos a eso, me da identidad y ¿qué hago con ello? Si desaparece la patología, desaparezco yo. sobre todo en menores, yo creo que es muy importante trabajar las herramientas para que ese menor mejore. El nombre, si le va a ayudar a que, por ejemplo, se ponga más atención o tenga un APT o tenga alguien de apoyo, genial. Si no, no sé si estáis de acuerdo conmigo. Este otro día me decía un chaval, me hizo mucha gracia, porque tiene dislesia. Y decía, dislesia. Yo es que tengo dislesia. Me hizo mucha gracia. Le digo, ¿y eso qué es? Y me dice, no sé, pero todo el mundo me dice, ¿qué dislesia tienes? Y te gusta y me dice, bueno, no sé, yo de momento les he dicho a todos los de clase. Él le iba diciendo a todo el mundo que tenía eso. Y le dije yo, ala, ¿y qué consigues con esto? Y, ¿no? ¿Cómo reacciona la gente? Ay, pues me han dicho que pobre, que tengo una enfermedad. Oye, y ahora ya no me está gustando lo de la dislesia, porque lo decía así raro él. Por eso, porque tiene dislesia. Y me dice, ya no me está gustando tanto, porque el otro día uno lo utilizó de insulto. ¿Veis? Entonces, cuando tuve que hablar de intimidad con esa persona. ¿Y a quién les tienes que contar las cosas y a quién no? ¿Y él para qué? Hablamos de un niño de 8 ó 9 años, ¿eh? Pero ahí el sistema es importante. ¿Y qué han hecho los padres con eso? Esto en la adopción se ve muy claro, con la información. De la búsqueda de orígenes, por ejemplo, ¿no? ¿Qué información se da y cómo se da? Si te dicen, no, tu madre era una prostituta, tu padre un drogadicto que te abandonaron, pero bueno, mucho mejor, que con los dos estás mejor. Eh, eh, no te atragantes. La pobre. Bueno, yo esto no lo he escuchado así, eh. Alucina. Es verdad que está mejorando mucho, ¿eh? Pero, ¿20 años atrás? ¿20 años atrás? Jolín. ¿Qué narrativa tengo yo de mi vida con eso? ¿Qué mierda de vida? ¿No? Entonces yo decía, me decía una alumna, es que, mi madre, casi me dice que soy una mierda, en el hueso, porque me dice muchas veces, mejor haber criado cerdos que haber criado a estas hijas. Una frase bonita, de corazón, pero todos asustados, todos los demás. ¿Por qué alguien le da la vuelta a eso? ¿Y qué circunstancia te lo ha dicho? No, pues en un momento en el que no le he hecho mucho caso, o estaba con mi padre, o sea, ¿qué tiene, celos? ¿Tú qué le has dicho? Pues que no me gusta nada que me diga esas cosas. Mal. No eres sistemica. Cero. ¿Y eso? No. ¿Para qué lo hace? ¿Te quiere o no te quiere? Sí. Aunque me diga que prefiere criarse a los dos. Tú estás segura de que te quiere, sí. Entonces, dile lo que quieres. Mamá, yo también te quiero un montón. ¿Qué pasaría? Igual empieza a decirme que no es lo de cerdo. Porque hemos visto el para qué. Y ya se sentía sola, aislada en ese momento. Y ante la inseguridad, insulto. Muy común en la sociedad. Me siento inseguro, te insulto, y a ver si así tú te tambaleas y así yo ya no me siento tan mal. Como yo cuando doy caramelos, que se engordáis y yo ya no estoy tan gorda. Esta se llama una técnica paradójica. No hay nada mejor que a alguien que te trata mal, tú tratarle bien. ¿Sí o no? Efectivamente. Y porque el amor es gratis, de las pocas cosas. Entonces, aparte. No creo que una vez que tuve una inspección con una persona, hace años, una cara que según bajaba la puesta, yo vi una especie de chihuahua enfadado que dije, ay madre, qué mala suerte, qué miedo. Me ha tocado la persona más amarrada de este planeta a la que me ha tocado a mí. Según bajaba, ¡ah! ¡Ah! Estoy medio emocionado. Es que te pareces mogollón a mi tía preferida. Y cambio el, lo uso este, cambio. Ya no era tan chihuahua. Ya no era... ¿Sabéis esos perros estos, no? Que te van a dar a la cara todo el rato. Les colocas y haces que el otro las defensas, las baje, porque alguien familiar y tu tía preferida. Entonces, esta señora que hace esa frase que está en la pirante, ¡ostras! Que tú le puedas dar la vuelta y decirle, ya sé que me quieres un montón. Cambia, y si le das un abrazo ya es la leche. La gente se queda ahí