Muy buenas tardes, seguimos con la asignatura de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval. Ya hemos visto en siete sesiones, que siempre me tomo con más calma en la primera parte porque luego lo que vemos posteriormente es pura repetición impregnada en el mundo cristiano, y ayer empezamos ya a ver algunas cuestiones sobre San Agustín. Dice, vida y obra. Nace en el 53, muere en el 430, en el 354 y muere en el 430. Es decir, tiene una vida larga, lo que ya es el anciano, cuando los vándalos asalten la ciudad y muera. Y el problema es una cuestión muy básica. Él era no creyente. Empezamos así. Bueno. Fijaros cómo empieza. Nació en el África proconsular romana, de padre pagano y madre cristiana, Santa Mónica. Estudió retórica en Cartago, leyenda Cicerón, y el Hortensius, se inició con el Hortensius, que era uno de sus sombras, pues se inició en filosofía. En su juventud seguía a Mani, el maniqueísmo. Hortensius, desencantado de la secta, se dirigió a Roma, donde se adhirió al escepticismo de la Academia Nueva, o suena, Platón, y al epicureísmo, el jardín. Y donde enseñó retórica para pasar luego a Milán. Leyó por esta época algunos autores neoplatónicos y probablemente las eneadas de Plotino, que constituyeron sus nuevas raíces filosóficas y que junto con la conversión al cristianismo, será la base. Es decir, a partir de ese momento empezará su vida cristiana. Tras algunas obras de juventud, contra los académicos, que en ese momento eran los escépticos, acordaros del mundo escéptico, lo analizo tanto que me doy cuenta que es imposible conocer. Digo, hombre, no, no va por ahí, ¿no? La vida feliz, los soliloquios o el maestro, que empieza su producción literaria a mayor importancia. Luego tiene otra, uno de los primeros tratados contra maniqueo sobre el libre albicrio y luego algunas de sus otras letras. ¿Tenéis que conocerlas todas? No. ¿Cuáles las grandes obras? Acaba escribiendo también otras grandes obras y tratados como Sobre la Trinidad, de Trinitate, Las Hipóstasis, lo que os comenté el otro día, Las Confesiones y La Ciudad de Dios. Bueno, vamos a ver un poco, después de este pequeño resumen de su vida, qué podemos... ¿Qué podemos conocer, no? Cuando ha acabado como profesor rétor, de retórica... Se bautiza y regresa a África. En el 388 fundará una comunidad religiosa, cristiana evidentemente. Se ordena sacerdote en el 91 y cuatro años más tarde es obispo. Aquí tenemos el renacimiento, la imagen que tenían de él, el conocimiento y la mitra de obispo. La sabiduría, el universo, el mundo y la contemplación como arma. Durante el asedio Vándalo murió y tenemos lo que os he comentado, las obras, el Hortensio, Arte de vivir para la felicidad, del maniqueísmo, dualismo radical entre bien y mal y Abraza el escepticismo, certeza de nada. Bueno, todo esto le llevará al pensamiento que es lo que nos interesa, que son los temas. Vale. ¿Qué obras? Os amplío un poco lo que pone el libro. Retórica cristiana de Ambrosio, Plotino y Porfirio. Ahí está. La ha incorporado y demás. San Pablo y sus obras contra maniqueos, contra los donatistas o contra los pelayistas son sus principales obras por las que lo conocemos. Bueno, las confesiones será una de sus principales obras. Vamos a ver, seguiremos un poco el libro, iremos alternando a ver qué tiene. Bueno, en los soliloquios el diálogo quiero, estire, uno mestío, nir lestío, una estire, si utilizamos el latín clásico en lugar del eclesiástico, cupio, deseo, cupio. La concupiscencia es el deseo, la voluntad, deseo, traduce por querer, deseo en el sentido de querer, cupio. Estire, quiero saber y deum et anima, quiero saber sobre Dios y el alma. Aquí hay un doble infinitivo y ya está, ¿no? Quiero saber de Dios y del alma. Es así. Nil de plus, nada más. Nil ómnino, nada en absoluto. Ómnino es lo más absoluto. Bueno, Dios y el alma. Con lo que hemos visto antes funciona así. Dios y alma son los grandes elementos. Muy bien. Muy bien. ¿Qué es para Dios? Amor. Lo tenéis en el párrafo siguiente. San Agustín piensa que Dios es básicamente amor. Y aquí está una de las grandes diferencias, lo veremos posteriormente cuando lo comentemos, entre, por ejemplo, la escolástica medieval entre dominicos y franciscanos. Los dominicos eran más aristotélicos, mientras que los franciscanos eran más cristianos. Siempre fueron por esta parte del amor, por esta parte interior, que era lo que les hacía un poco repelentes a la intelectualidad cristiana del momento. De Agustín, la idea de la fides quarens intelecto, la fe que persigue el intelecto, que busca la comprensión y credo ut intelligam, creo para entender. Esta es fundamental, lo veremos, irá saliendo, porque en la escolástica pasamos de dos etapas, una de credo ut intelligam a otra que será inteligo ut credam. Creo para comprender, creo para entender, es decir, ¿qué significa eso? Yo creo para entender, yo primero creo en Dios. Creer en Dios significa que me va a explicar todo el mundo, me lo va a explicar todo. Muy bien, ¿hay ciencia ahí? No. A medida que vaya pasando, ya veremos ahora más adelante San Anselmo y demás, a medida que va pasando nos vamos a encontrar con una situación contraria. Cuando veamos cómo Aristóteles irrumpe, Aristóteles lo hemos visto, que es el personaje... que crea la ciencia, según lo que en su momento, es decir, el análisis en profundidad, ya no bastará con creer para entender el mundo. Hay un momento que veremos que hay una verdad revelada, pero hay una verdad humana. Tienen necesariamente que coincidir, en un principio sí, en esta primera etapa sí, todo depende de Dios, pero a medida que se va conociendo, a medida que pasan los siglos, la cuestión no está clara. Empiezan las dudas, entre otras cosas por una cuestión muy sencilla, Dios es omnipotente, lo puede todo. Entonces, lo que hace Dios no tenemos ni idea de por qué. Él sabrá, ¿no? Pero si es omnipotente, pues tiene su plan trazado, ¿no? Bien. Pero yo como... Como ser humano, con esta mente débil que tengo, que no va mucho más allá, pero que me permite ir por el mundo, yo veo que algunas cosas son de otra manera. no es el camino que sigue Dios, mi lógica me dice que tendría que seguir otro camino. Aquí empezamos a chocar, aquí empezamos a bifurcar poco a poco. Claro, eso, llegaremos al final del libro con Ockham, con la famosa navaja de Ockham, es decir, la separación entre fe y razón, eso poco a poco empieza a chirriar. Claro, es un mundo totalmente religioso, no podemos coger y separar a Dios, ni se les ocurre, dejar a Dios de lado, porque lo que dice Dios, si me permitís, va a misa. Entonces, ¿qué ocurre con la mente del ser humano? Poco a poco, que es lo que iremos viendo, esta primera etapa no es puramente escolástica, la escolástica parecerá ya... al milenio siguiente, empezado el segundo milenio, ¿no? Empieza a evolucionar y ir hacia otra manera. Ya no creo para entender. Con la llegada de Aristóteles era entiendo para creer. Y se da un cambio. Ya no es ese mundo platónico de las ideas que me dicen que vienen ahí y lo entiendo así, ya está, me quedo tan ancho. Con este planteamiento neoplatónico todo proviene de Dios y todo me lo explica Dios. ¿Me he de preocupar de algo? No. No. ¿Qué ocurre? Que la ciencia necesita explicar la naturaleza, necesita explicar las cosas y con Dios ocurre lo mismo. Entonces dentro del mismo mundo eclesiástico se produce esta pugna. No hay ninguno que no quiera creer en Dios. Lo que pasa es que la razón humana para confirmar esa fe necesita entender a Dios. Y eso será la segunda parte, la primera. La primera es creo para entender y la segunda ya la escolástica que conocemos ya del gótico será entiendo para creer. ¿Qué es Dios? Ya veremos estos pasos ahora, ¿no? Bueno. Bueno, pensamiento platónico, poco más y no mucho más, y lo tenéis ahí. Bueno, os he puesto también algo sobre obras suyas como son las confesiones. Petrarca las asume y traslada sus obras en el cancionero. La confesión es introspectiva, es una obra interna, en la que es una de las primeras obras, digamos, psicológicas, en las que el autor, San Agustín, pues cuenta su vida hasta que se convierta al cristianismo. Cuenta la vida terrenal, pero también su evolución que le llevó al cristianismo y la filosofía. Bueno, describe hasta los 40 años, los libros y demás. Cuestiones como memoria, interioridad del hombre, evolución histórica y demás tienen cabida. Hay una cuestión fundamental. La historia hasta el cristianismo no existe. Diréis, y ahora que me cuenta. Existe evidentemente porque la hemos estudiado, ¿no? Pero el concepto, la concepción de una historia con un principio y un fin, no. Vamos a ver, en el mundo romano son estoicos. El universo es eterno, inmutable. ¿Cuál es la máxima estoica conforme a la naturaleza? ¿No? Como una forma de decir, llámelo aquí. ¿Vale? No se plantea en un principio o un final. El universo empezó, si seguimos a Hesiodo y otras, otros movimientos griegos, pues sí, hubo un principio en que aparecieron los dioses, aparecieron los hombres de oro, los de plata, los de bronce uno, los de bronce dos, ahora iríamos por los de plástico malo, ¿no? Y así. Es decir, hay un inicio, pero no se plantean. Sin embargo, el cristianismo y las religiones del libro aportan algo fundamental que es un principio y un fin. La humanidad aparece en un momento y en un momento determinado acabará. Con la resurrección, recordad los tímpanos góticos, sobre todo, y los románicos cuando empiezan. Recordad todo esto y entonces hay un marco temporal. Por lo tanto, la evolución histórica, a partir del cristianismo, es donde coge cuerpo, coge necesidad del ser humano que es. Bueno, muy bien. ¿Qué le interesa a San Agustín? Algo fundamental, que lo hemos visto, es el yo como individuo irrepetible. Bueno, ¿por qué? Porque el yo no reside en el mundo, sino lo que somos nosotros para nosotros mismos. Y básicamente es que es así. O sea, todos tenemos una conciencia de yo qué hago en este mundo. ¿Para qué he nacido? ¿Para qué estoy? O sea, ¿qué conciencia tengo? Yo soy único e irrepetible. Todos lo somos. Y mira que ha habido miles y miles y miles y miles de millones de seres humanos. Y todos han sido únicos e irrepetibles, aunque se parezcan. Porque es prácticamente imposible que se puedan repetir dos idénticos. Época es distinta. Bueno, luego tenemos lo segundo, ¿no? Si Plotino había hablado de lo que os he dicho anteriormente, San Agustín habla de sí mismo, las confesiones. Y luego, esta voluntad es fundamental, la voluntas. La voluntad. ¿Qué es la voluntad? En todos los movimientos filosóficos siempre hay algo que indica movimiento. Hace que muevan. El ser humano no se mueve ni por gravedad como los átomos, ni por amor a odio. No, se mueve por voluntad. Pero claro. Pero la voluntad humana, sin punto de comparación, no tiene sentido. Entonces, ¿qué hace San Agustín? La compara con Dios. Lo que os he comentado antes, que el ser humano, muy bien, puede creer en Dios, pero la misma idea de creer en Dios hace que me dé cuenta de mi existencia. Es así. Entonces, aparezco yo como ese ser que quiere ir por un camino y que Dios quiere a lo mejor que vaya por otro. Yo soy eso, que está ahí en medio. Si no, sería un autómata, sería algo así. Muy bien. El enfrentar la voluntad humana con la divina nos lleva al concepto de yo como persona. Yo me doy cuenta de que soy. Es mi existencia. Esto lo quitaremos, que no lo había quitado y demás. Bueno. Muy bien. ¿Todo esto de dónde viene? De una obra platónica, de la Fibia, ves, en el que... El ser humano, ya vimos que con Sócrates aparece la dualidad del hilemorfismo, aparece esa dualidad, bueno, que luego será la teoría hilemórfica, aparece esta dualidad del ser humano cuerpo y alma. ¿Pero qué somos? ¿Cuerpo o somos alma? Algunos dirán una cosa, otros otros, pero que somos la suma de los dos. ¿Por qué somos? Bien, el hombre es un alma que se sirve de un cuerpo, decían los clásicos. ¿Por qué? Porque el alma es inmortal para ellos. Para esto ya sabes que no, ¿eh? Bueno, muy bien, este pensamiento lo va a modificar porque al fin y al cabo el alma la buscaron durante muchos siglos y todavía no la hemos encontrado, ¿no? Se supone que está ahí, llamarlo electricidad, llamarlo... Lo que os dé la gana, pero hay algo que a nosotros nos hace entender que necesitamos algo que nos da la chispa, porque luego al fin y al cabo cuando morimos, ¿qué es? Es una masa inerte y un cadáver recién, si habéis tenido la desgracia... de tener que verlo, un cadáver recién fallecido, da una sensación, pero al cabo de unas horas ya es otra cosa. Entonces, esta sensación del ser humano es y será siempre un motivo de especulación, de planteamiento. Muy bien. ¿Qué dice San Agustín? Somos alma y cuerpo, pero esa alma es una imagen de Dios y de la Trinidad, porque deriva de ellos. Muy bien. ¿Cómo lo va a hacer? Pues el yo, imagen de la santidad, es lo que nos hace persona. Claro. Claro, esto tiene un truco. Tiene el truco que si a mí mi identidad proviene de Dios, creo para entenderlo. No me queda otra. No puedo irme por las ramas, ¿no? Bueno, San Agustín... Utiliza una serie de triadas o analogías a partir de la Santísima Trinidad. La Santísima Trinidad es ese momento de conocerte a ti mismo, noscete ipsum, en latín, noscete ipsum, conocete ipsum, a ti mismo, tú mismo, porque a jóvenes tú mismo con tu organismo, noscete ipsum. ¿Y qué es? Si nosotros somos, conformamos nuestro yo a partir de Dios y la Santísima Trinidad, uno mismo es imagen de Dios, pero no sólo de Dios, es pensamiento, es recuerdo de Dios, amnesis. El conocimiento nos lo da Dios y el amor es amor de Dios. Bien, esto es el planteamiento. Por lo tanto, ¿cómo podemos llegar a Dios? Ya se intentará de muchas maneras, ya lo veremos, y desde la ciencia no se llega porque es algo que no podemos conocer. Entonces, ¿de dónde podemos llegar? ¿Qué es lo que nos conecta con Dios? El alma. Pues, por lo tanto, se encuentra a Dios ahondando en nuestro interior, en nuestra alma, que será lo fundamental. Vale. La autoconciencia, que es un poco lo que os he resumido muchísimo, lo tenéis en la página 275, en el soliloquio. Tu cuiviste nos que, estis este. Tú que quieres conocerte, el vis es querer. Estis este, sabes ser tú, sabes que eres. ¿Sabes qué eres? Lo que eres es tío ¿Sabes qué piensas? Lo sé Fijaros la importancia que tiene este texto que os ha puesto el equipo docente aquí, Diego Porque, a ver, empezaremos la segunda parte de la materia, de la asignatura, el curso que viene Con René Descartes, que empieza con el cogito ergo su Es decir, este planteamiento, que es este autodiálogo en el que intentas descubrirse a uno mismo Bueno, ya me estaba enrollando Sigamos Libertad, voluntad y gracia Ya hemos hablado un poco de las voluntades, cómo es el motor La voluntad se impone a la reflexión filosófica Supera el intelectualismo moral, Diego Porque aquí hay un cambio fundamental con esta voluntad. Muy bien, la voluntad supera a la concepción que tenía el mundo griego del ser humano, tanto en su conocimiento como en su ética. Muy bien. La Biblia es una voluntad, la voluntad de Dios. Vale. Entonces, esta voluntad nos lleva, le lleva al concepto de libertad. La libertad es algo propio de la voluntad y no del pensamiento. Acordaos de Sócrates que decía que el que hacía el mal no era malo, simplemente desconocía lo que hacía. De día en día decimos, sí hombre, sí. Sí, yo no lo sabía. ¿Cuál es uno de los principios básicos? El desconocimiento de una norma no exime de su cumplimiento. Entonces, en el mundo griego eso hubiese pasado por la cabeza. Bien. Vale. Si la libertad es voluntad, ¿qué significa? Que hago las cosas porque quiero o no quiero hacerlas. La razón puede conocer el bien y la voluntad rechazarlo. ¿Por qué? Porque es una facultad humana que no tiende a razones. Sino que se lo digan a los estudiantes. La razón le dice que estudies, pero la voluntad le dice que no. Discusiones en las charlas que tengo con ellos algunas veces sobre estas cosas en forma más de broma que otra cosa. Es así. Esa es la idea. Mi voluntad es mi ser. Y mi ser es el que me da la voluntad. Y el que me da mi libertad para hacer o dejar de hacer. Vale. Por lo tanto, lo que os he puesto en rojo. La razón conoce aquello que es bueno y aquello que es malo, y la voluntad elige. Claro, esto los griegos ni por casualidad, porque los griegos ya habéis visto que el modelo es todo pura razón. Ahí no hay elección ninguna, sino que es pura razón. ¿Por qué? Porque la voluntad elige incluso aquello nocivo, aquello irracional, aquello que nunca debería elegirse. Muy bien. Entonces, si se elige eso, lo pasamos al plano religioso, ¿cuál es lo peor que puede hacer un ser humano que es imagen de Dios? Hemos visto que en San Agustín somos imagen de Dios, la Santísima Trinidad y demás. Pues lo peor que puede hacer el ser humano, el mayor mal que pueda haber, es tener... Aversión a Dios. El mal es una aversión a Dios. Simplemente, tú libremente escoges eso, pero lo puedes hacer. Bueno, el pecado original, por lo tanto, es de soberbia del ser humano y la primera desviación de la voluntad. Comieron la manzana porque les dio la gana. Punto. ¿Qué ocurrió después del pecado original? Que la voluntad acabó deshecha. Estamos expulsados del paraíso, ya no sabemos qué hacer, se nos acabó el chollo. ¿Y qué hacemos ahora como animales, como seres que viven? Para recuperar la gracia, para recuperar la esencia, necesitaron la gracia divina, es decir, el perdón divino. Por lo tanto, razón a San Agustín que no se puede vivir fuera de esta ayuda divina. Fuera. Fuera de esta gracia divina si no se quiere ser autárquico. Vale, muy bien. Por lo tanto... La libertad es usar el libre arbitrio como nos dé la mano, la gana. Y ese libre arbitrio conlleva el acercarse al mal. Pero claro, dice San Agustín que el poder no hacerlo es la contraseña de libertad. Ahí está. Ahí está. ¿Cómo llegamos? Siempre os digo que el sabio, el filósofo, lo que sea, siempre es el que se acerca más al mundo superior, ¿no? Bien, pues cómo San Agustín llega ahí. Vale. Confirmado por la gracia divina, aquel que está tan unido a Dios, que no puede hacer el mal, ese es el grado supremo del poder. La libertad. Su famosa frase, libertad vera es Cristo servido. La verdadera libertad es servir a Cristo. Estás sirviendo a tu creador. Como veis, un poco lejos de lo de hoy en día. Bueno, la iluminación como teoría de conocimiento, el neoplatonismo, la creación, la formación del verbo y el Espíritu Santo, el punto 5.3.2, los tres momentos de la creación. Fijaros que es una de las trilogías, sus analogías, pues la parte de la trinidad, la teoría del nous, del conocimiento, lo tenéis siguiente, los niveles de conocimiento intelectivo. Bueno, pasamos, ¿no? Bien, el hombre y la historia, 5.5, la teoría de la iluminación. ¿Cómo lo haríamos? La culminación de la teoría agustiniana de la iluminación se produce cuando el ser humano cumple a la posibilidad de volver a su creador, verdad eterna, y realiza así su destino ontológico, noxeológico y ético. Vale. Yo soy, yo conozco, yo quiero. Soy en cuanto sé y quiero. Sé que soy y quiero. Quiero ser y saber. Vea quien pueda cómo en estas tres cosas hay una vida inseparable, una vida única, una mente única, una única esencia y cómo la distinción es inseparable y, sin embargo, existe. De referencia a Dios, está claro, ¿no? Bien. La ciudad terrenal, los tres aspectos, las tres facultades del alma, memoria, inteligencia y voluntad, que es lo que hemos visto antes, todo ello nos lleva a una serie de cuestiones como es la ciudad terrenal y la ciudad divina. Bueno, los periodos de entrecruzamiento, viven para Dios, construyen la ciudad celestial. Y las que viven según el hombre. Los fieles se van a Dios y los demonios serán los que viven según el mundo. Bueno, nos pongo un cuadro que encontré, no tiene más, de la ciudad. Y el providencialismo, como leemos, en la historia. Vale. ¿Dónde estamos? Vale. San Agustín distingue tres periodos en el proceso de entrecruciamiento de las dos ciudades. En el primero los hombres viven sin leyes y no hay todavía lucha por los bienes del mundo. En el segundo los hombres viven bajo la ley y por eso combaten contra el mundo, pero son vencidos. Y el tercero es el tiempo de la gracia en el cual los hombres luchan y ven. A partir de ahí tenemos las distintas partes del hombre, tiempo y eternidad, tres inconmensurables, el presente, el pasado y el futuro. El pasado a la memoria, el presente a la intuición y el futuro a la espera, que son los apartados que conforman este marco temporal. Finalmente os acabo el capítulo hablando del Estado, el capítulo dedicado a San Agustín. ¿No? En 284, para Agustín el Estado que tiene sus raíces en necesidades profundas de naturaleza a mano. es el encargado de velar por las cosas temporales, como siempre. Esto hace que tenga una significación divina. Todo poder político viene de Dios. Época feudal, en llegar al mundo feudalismo, la época medieval. Por lo tanto, los valores religiosos no son ajenos al Estado. Y el Estado tiene que estar impregnado por principios cristianos. Y la Iglesia y el mundo material tienen que apoyar a la Iglesia y al revés. Bueno, luego tenemos... Os he puesto algunos autores que están al principio también. Bueno, a ver... Está el tema siguiente. A ver si lo cambio. Que son los autores de... A ver... Sí, aquí lo tenemos en el tema siguiente. Escoto, Eríugena. La controversia sobre los universales. Visto San Agustín, muy rápidamente, ya veis que son dos cosas, tenemos la formación de la filosofía escolástica. Ya hemos visto que con San Agustín no empieza la escolástica. La escolástica viene de skole, escuela, que skole en griego significa diversión. Cuando lo digo no me creen mucho, pero bueno, es así, diversión. Entonces la escolástica se inicia, para que nos hagamos una idea, siglo IX, Renacimiento Canónico. A partir de ahí. Tenemos varios autores. Carlos Manuel, la Organización Imperial de la Cristiandad. En realidad se empezó llamando escolástico al maestro medieval de las artes del trivium y el quadrivium, y el método específico no tiene mucho más. El punto 1.3, las escuelas, esto ya lo veremos, se hacían las disputatios y demás. ¿Cuál es el problema central? La razón al servicio de la. ¿Por qué la escolástica no se planteó como una investigación autónoma y críticamente independiente, sino que se subordinó? Toda investigación debía estar encaminada a comprender la verdad divina, mediante la razón, en lo posible y con ayuda de la gracia divina, San Agustín, para ponerla como fundamento de la propia vida privada y pública. El individuo no podía ni debía confiar en sus propias fuerzas, sino que debía atenerse a la tradición religiosa que le proporcionaba una guía iluminadora. ¿Vale? Es lo que os he dicho antes, esto irá cambiando poco a poco. En la página 295 tenéis los periodos de la escolástica, en los periodos básicamente os pone cinco. Bueno, la pre-escolástica, época de Carlomagno. La altra... La pre-escolástica, que ya tenemos a San Anselmo y compañía. La época de apogeo entre 1200, es decir, siglo XIII y principios del XIV. La disolución es durante el siglo XIV, mediador más o menos, Guillermo de Ocam luego ya acabará con todo ello, la peste negra en 1348 y luego no ha desaparecido de todo. Hay escuelas neoscolásticas que han perdurado incluso hoy en día, ¿no? Bueno, los primeros filósofos medievales. Tenemos a Escoto Heriúgeno. Vale, en el Renacimiento de Carolingio es el autor mejor que hemos encontrado. La cultura y capacidad de especulativa le pone muy por encima del nivel de sus contemporáneos. No sólo conocía el griego y traducía esa lengua, sino que extrajo de los escritorios clásicos y del espíritu griego una gran libertad de investigación y de orientación. Y de orientación especulativa. Traduce al latín las obras del pseudo-dionisio, fundamental para entender luego la escuelástica posterior, y escribió su perifíseo. sobre la división de la naturaleza. Es una de sus principales obras. El Papa condenó su obra maestra de divisione naturae, el perificion. Muchos doctores escolásticos, antes y después de la condenación, polamizaron contra sus afirmaciones, pero no fue obstáculo para que sus ideas señalaran sobre todos los puntos un hito esencial de la escolástica. Básicamente, ¿qué decía? Tradujo la obra y adapto al cristianismo la filosofía neoplatónica de Proclo. Tenéis aquí los puntos, os va creando los distintos puntos, asumiendo que la emanación es una creación de la libre voluntad divina. Todo emana de Dios y Dios lo hace porque le da la gana. Básicamente es así. El único saber posible acerca de Dios es el no saber. Y es así. Lo único que puedo saber es que no sé nada de Dios. Os lo comento por aquí. en la página 296-97, el círculo de la vida divina. Y luego, fijaros, la causa universal y que está por encima de todas las cosas no tiene esencia, ni vida, ni razón, ni mente, ni posee cuerpo, ni nada de las cosas que son, ni posee el ser, ni nada posee. Es decir, es afirmación por negación. No es nada de lo que podamos nosotros intuir y conocer. En el perifisio hay cuatro momentos. La trascendencia de Dios en el círculo de la vida divina, lo tenéis resumido, yo os pongo las cuatro líneas, lo tenéis en la 297-98. Vale, la trascendencia de Dios. En este proceso hay cuatro momentos. La naturaleza creada y no creada. Son cuatro momentos o especias. Es decir, natura crean sin creata, la naturaleza que crea y no es creada. ¿Quién sería? Eurígis sigue las doctrinas del segundo inicio. La naturaleza creadora y creada. Esto es Dios en cuanto contiene las causas primeras y de los entes. Dios se crea a sí mismo y demás. Las cuestiones que también lo tenía resumido no tiene más. Muy bien. Creata ne creans. La naturaleza creada y no creadora. Los seres creados en el tiempo, corporales o espirituales, que no van a crear nada. Fijaros. Un origen de algo. Dios que aparece de eso. La naturaleza en sí. Y fijaros el último. Dios como término del universo entero. El fin de todo movimiento en su principio. Dios vuelve a sí mismo y las cosas se edifican, se resuelve así todo lo divino. Este punto que es, ni es creada ni crea, sería Dios. Porque la rueda nos llevaría nuevamente a Dios. Al principio. Hay algo que se crea. Dios crea todo lo demás, que sería el segundo punto que crea Dios, el tercero la materia y todo eso desaparece para volver en el círculo infinito a Dios. ¿No? El orden del ser, lo tenéis ahí explicado, no da para mucho. Muy bien. Muy bien. Dios se concibe en la naturaleza increada, es el círculo de procesión y retorno tomado de los neoplatónicos y nos lleva a la afirmación. La iglesia lo condenó, como os pongo al principio. Dios es la esencia de todas las cosas y que se crea a sí mismo. Aquí se ponía en verdes. ¿Cómo que Dios se crea a sí mismo si Dios es eterno? Pero bueno. El siguiente autor. Ya estamos en el siglo XI, primeros años del XII, hemos pasado ya unos cuantos cientos, es San Anselmo. Y lo podéis encontrar tanto de Aosta como de Canterbury. Si son autores italianos, será de Aosta porque nació en Aosta. Si es obras inglesas, será de Canterbury porque fue arzobispo de Canterbury y murió allí. Por lo tanto, estamos como siempre, cada uno arrima la escuadra a su sardina, ¿no? Nació en Aosta, en el Piamonte. Pasó muchos años en Normandía como monje de la abadía de Beck. En el 93 fue nombrado arzobispo de Canterbury y permanecía hasta su muerte. Su vida entera la dedicó al estudio de la vida religiosa y de la defensa del poder espiritual de la Iglesia, amenazado por las pretensiones de los monarcas ingleses de sustraerse a la autoridad papal. Algo que consiguió Enrique VIII declarando la Iglesia ante la Constitución Dominicana, ¿no? Bueno, monje benedictino, defensor de la Inmaculada Concepción de María. Ahora, el argumento ontológico. ¿Es lo que le llevará a ser considerado el padre de la escolástica como tal? Veremos a ver. Yo os hablo aquí de algunas de sus obras en esta misma página. El Monologio y el Proslogio. Son las dos grandes obras de él, ¿no? La frase que resume el sentido de su filosofía entera. Fides quarens intelecto. La fe buscando el conocimiento, el saber. También son importantes el libro contra Gaunilionem, que este ya veremos que Gaunilio le replicó su teoría y entonces tuvo que escribirlo suyo. De libero arbitrio, de causa diáboli, de gramático. Fijaros que los nombres sobre la causa del origen del diablo, sobre la gramática. Y además escribió Curdeus Homo, pues Dios hombre y concepto y demás. Una serie de obras en las que va desgranando todos estos conceptos. 2.2.2, página 300. Creo para entender. Muy bien. Gravita su obra alrededor de las pruebas que propone para demostrar la existencia de Dios. Y por eso es el padre de las colásticas. Las colásticas, cole, escuela, es el intentar explicar racionalmente a Dios. Pero claro, de momento a estos autores ni se les ocurre plantearse enfrentarse a lo que dice la Biblia. Ellos intentan buscar argumentos dentro del marco totalmente religioso. En ese sentido. Bueno, el propósito de estas pruebas no es de sustentar la fe, sino que están soportadas por la fe. O sea, desde el marco, por decirlo rápido, de la Biblia, tenemos que encontrar las claves que me demuestren la existencia de Dios. No voy a criticar nada de eso, sino que me lo da. Hay que creer para entender y no al revés. La fe misma es la que busca comprender y tiene esa exigencia como necesidad intrínseca de la propia condición. Fijaros en el segundo párrafo. Un acuerdo previo y esencial entre fe y razón porque el entendimiento está iluminado por la luz divina. San Agustín. Ya lo hemos visto antes, ¿no? Y lo mismo que la fe por la revelación. ¿No? Como puede advertirse la influencia de San Agustín. Vale. Muy bien. Con todo esto llegamos al argumento ontológico. La teoría de la participación de toda cosa en un arquetipo que la comprenda y fundamenta se puede llegar partiendo de cualquier objeto hasta la existencia de un ser supremo y absoluto. ¿Qué significa esto? Por decirlo... Que nos comprendamos. La teoría platónica de la participación. Si yo... Hago una casa. Esto participa de la idea de casa. Acordaros de Platón. El mundo inmaterial, ¿no? Vale. Pues, ¿qué vendrá a decir? Que el pensamiento será muy básico. Básico, si esta casa, que no os digo, me ha salido cualquier cosa menos una casa, participa de un arquetipo, ¿no? Que sería en ese momento el mundo de las ideas. Este arquetipo tiene que salir de algún lado. Y ese lado será el ser supremo y absoluto. Fijaros que ni Platón ni Aristóteles lo discutían. Platón eran ideas. El jaidor, la forma, el mundo de las ideas. Se ha quedado tan ancho. Aristóteles era ese ser superior, el motor inmóvil. Eso venía de algún lado, ¿no? Vale. Y este es el supremo. le da los cualificativos divinos. Infinitamente justo. Lo cual posibilita, por participación, la existencia de cosas justas. ¿Por qué? Todo el rato es lo mismo. Si Dios es justo, existirá la justicia. ¿Entonces por qué hay injusticia? Bueno, entraríamos en otros temas, ¿no? Vale. La idea básica del argumento es que solo porque hay un ser absoluto y subsistente por sí mismo, que sería Dios, puede existir lo demás. Bien. Hasta aquí vamos bien, ¿no? Ya nos estamos comiendo el tiempo. Muy bien. Bien. Este argumento lo puede... Os pongo el texto aquí del proslogio, en el capítulo segundo, os he dejado en negrita la frase, ¿no? En rojo. Existe, por tanto, más allá de toda duda, algo que no se puede pensar más grande que existe tanto en el entendimiento como en la realidad. Os lo va comentando aquí lo mismo. Declarada la posición de... entre el concepto de existir con el que es la esencia gradual... El argumento, los siguientes. A. A mayor generalidad, mayor realidad. ¿Qué decían los platónicos? Cuanto más lejos, mejor. Cuanto más en el hiperurano, más real es. Bien. Si Dios es la esencia general, también es la más real. Todo procede de él. Vale. Vale. Si es la esencia absolutamente general, porque todo viene de él, es la esencia absolutamente real. O sea, tiene que existir porque existe el mundo. Vendría a ser, diríamos en palabras llanas. Por lo tanto, posee la realidad absoluta. Vale. Ya que los grados del ser son los grados de la perfección, cuanto más existe, más perfecto es. Por lo tanto, será un ente perfectísimo. Será un ente perfectísimo. Muy bien. ¿Cómo vamos a hacerlo? Para confirmar esto, dos vías demostrativas. Primero, os he dicho que el monologium y el prologium son, para lo que nos interesa, las obras fundamentales. Las vías demostrativas. En el monologium es el viejo argumento cosmológico, existe el ser, hay que conocer el ser y demás, vamos a irnos aquí. La esencia de Dios implica su propia existencia, él es argumentativo, no es sino el principio heléatico con el cual estin e inai. Es e inai, es en infinitivo y no puede ser pensado de otro modo. En el proslogium va más allá. Algo complicada para los estudiantes, proponen un nuevo escrito, el proslogium, el famoso argumento ontológico llamado así monologium. Les deca. Lo tenemos aquí, no nos da tiempo porque ya es la hora y demás. Vale. Cuando pensamos el concepto, solo el concepto de ser perfecto implica el de su realidad. Cuando pensamos ese concepto, el más perfecto de los seres existe como contenido de conciencia. Es decir, existe en nuestro mental. Entendemos que para que la realidad exista tiene que haber alguien que la haya creado. Diríamos normalmente. Normalmente. Es decir, estamos en un mundo religioso. Evidentemente, no puedo negar la existencia de Dios ni la creación divina. Vale. Pero si solo existiese así, como contenido de conciencia y no como realidad metafísica, podría pensarse un ser más perfecto si tuviesen más realidades. Por lo tanto, no puede ser. ¿Qué concluye? Que el propio es propio de la esencia del ser más perfecto. Una realidad absoluta. Aquella que el pensamiento no pueda pensar nada más de eso. ¿No? Bien, esto ya empieza a ser este método. Credo tu inteligas. Aquí estamos empezando a cambiar, pero ya veis que seguimos el argumento. A todo ello, este creo para entender, este ser superior, bueno, os dejo algunas cosas más. Y tiene ya realidad en nuestra mente como idea, pero al existir en la mente, al existir en la realidad, os lo dejo aquí con otras palabras del libro, ¿no? Muy bien. San Anselmo, ¿qué propone? Las ideas existen en la mente independientemente de las cosas. Esos son los universales, ¿no? Vale. Esta argumentación es una suma de realidad. Las habilidades, la mental y la física. Muy bien. Bueno, ya lo veis, no tiene más, es un poco seguir con esto y acabaremos con la polémica de Gaunilio, luego ya veremos a Velardo, el pobre hombre, lo acabaron, en fin. Bien. Este argumento pronto se vio que la formulación por parte de Anselmo no era todo lo consistente que pretendía ser. En buena medida dio el punto flaco de la vía demostrativa anselmiana la polémica suscitada por Gaunilo, un monje que hizo ver que, siguiendo el método de Anselmo, se podía probar exactamente del mismo modo la realidad de cualquier representación, por ejemplo, de una isla, con sólo adscribir a ella el carácter de la perfección. Pues la isla más perfecta tendría que ver y demás, ¿no? No estaríamos concibiendo la mayor y más perfecta isla concebible, ya que la mayor isla existiría en la realidad y además debía tener todos los demás atributos de perfección. El argumento no tiene mucho más. Bueno, pues... Tenéis el planteamiento, lo dejamos aquí y ya la próxima semana nos adentramos en el apasionante mundo de los siglos XII-XIII en la que ya estas polémicas, ya vamos a verlas mucho más, bueno, con el tiempo que tenemos, veremos algunas cuestiones de todos estos, ¿no? Abelardo, Rostelino y demás, bueno. Pasaremos luego rápidamente sobre ellos y veremos el capítulo de la filosofía árabe y judía, una idea muy rápida de cada uno y os remarcaré un poco los autores cada uno de dónde vienen. Bueno, pues... ¿Qué día me lo mandaste? Porque hace unos días que no lo he mirado. ¿Lo miro? Lo miro hoy mismo y te respondo. Porque no me acordaba... Estos días... El lunes, pues. El sábado pasado subí ya los enlaces de las grabaciones, la anterior y la de la semana pasada. Y, pues sí, esta semana he ido un poco, tenía que entregarme una serie de trabajos y he ido un poco así. Lo miro y te contesto mañana mismo, no te preocupes. Vale, gracias. Hasta luego, muy buenas tardes y buen fin de semana. Hasta luego.