¿Eres estudiante y te cuesta ponerte a trabajar? ¿Alguna vez has dejado una tarea para la última hora? No te preocupes, no estás solo. Soy Nelly Vera, psicóloga general sanitaria de UNED Málaga y hoy vengo a hablaros de un tema que afecta a muchísimos estudiantes universitarios, la procrastinación. ¿Qué es en concreto la procrastinación? Bueno, se define como el aplazamiento voluntario e irracional de una acción o tarea, a pesar de que se espera que este retraso tenga consecuencias negativas. Es un fenómeno común que afecta a personas de todas las edades, culturas y niveles socioeconómicos. Los procrastinadores suelen retrasar la realización de sus planes hasta más tarde y se ponen a trabajar en ello cuando ya no tiene sentido recuperar el tiempo perdido. ¿Por qué posponemos las tareas? Bueno, la procrastinación, esta némesis del éxito, puede verse como un equilibrio entre dos fuerzas. El rechazo al plazo, la incomodidad que genera la cercanía de una fecha límite y la ansiedad que produce el pensar en que no vamos a poder cumplir con ese plazo establecido. Frente al atractivo de las actividades alternativas. Es decir, esa tentación de realizar tareas más placenteras o menos desafiantes en el momento presente. En este juego de fuerzas, la procrastinación se convierte en una decisión. Elegimos la gratificación inmediata de una actividad alternativa a corto plazo, aunque esto implique el riesgo de sufrir consecuencias negativas a largo plazo, como el estrés por no cumplir con la tarea original. Detrás de esta elección hay diversos factores que pueden influir. Entre ellos encontramos el miedo al fracaso, o sea, este temor a no cerrar la altura o no realizar un trabajo de manera adecuada. La falta de motivación, esta dificultad para encontrar interés o significado en la tarea, dificultades en la gestión del tiempo, incapacidad para planificar, para organizar el trabajo de manera eficiente y cumplir con estos plazos, el perfeccionismo per se, la exigencia excesiva de que todo salga perfecto, lo que puede llevarnos a una parálisis y evitar realizar la tarea. Luego tenemos también la ansiedad, la anticipación de la dificultad o el estrés que puede generarnos la tarea, lo que nos lleva a evitar realizarla. Por último encontramos distracciones, en el mundo en el que vivimos estamos rodeados de estímulos y cada vez podemos acceder de manera más sencilla a ellos a través del teléfono móvil, con redes sociales, correo electrónico, llamadas, que pueden dificultar la concentración a la hora de la realización de las tareas. Hemos hablado de las causas y como veis también vamos a hablar de las consecuencias. Puede tener un impacto negativo en nuestra vida personal, académica y profesional. La preocupación por las tareas pendientes puede generar altos niveles de estrés y ansiedad, a su vez sentimientos de culpa y vergüenza, que posponer la tarea puede hacer que nos sintamos mal con nosotros mismos. Puede afectar también negativamente a nuestro rendimiento académico o laboral y puede provocar problemas para dormir. Esta preocupación por las tareas que tenemos que hacer puede afectar a nuestros sueños. Finalmente deterioro de las relaciones, puede generar problemas con nuestros amigos, familiares o compañeros de trabajo. La procrastinación es un problema común, pero tiene solución. Con un poco de esfuerzo y las estrategias adecuadas puedes aprender a vencerla y alcanzar tus objetivos. ¿Qué podemos hacer? En primer lugar, establecer metas realistas. Nadie se conoce mejor que tú mismo. Si te cuesta estudiar muchísimo tiempo seguido o grandes temarios, no te propongas estudiar cinco temas en una tarde. Divide las tareas grandes en objetivos más pequeños y manejables. También planifícate y organiza tu tiempo, crea un plan de trabajo y síguelo con disciplina. Elimina las distracciones. Busca un lugar tranquilo minimizando las interrupciones. Ya sabemos que una de nuestras mayores distracciones es el teléfono móvil. Entonces te propongo que dejes el móvil fuera de la habitación, que te quites whatsapp web del ordenador y te centres en la tarea que tienes por delante. Desarrolla la automotivación. Encuentra el valor y el significado de lo que haces. Además, reencompénsate por aquellas metas que vas alcanzando. Finalmente, aprende a gestionar las emociones. Identifica aquello que te detiene y manéjalo. El miedo, la ansiedad, el estrés, incluso la pereza. Sobre todo si te sientes abrumado, pide ayuda a un amigo, familiar o a un profesional. Como sabéis, en UNED Málaga nos preocupamos porque alcancéis un éxito académico. Pero sin olvidar vuestro bienestar. Porque si en algún momento os sentís sobrepasado o necesitáis ayuda podéis contactarnos a través del correo koie.malaga.uned.es