La solución que se plantea en el tema son las relaciones entre población y crecimiento económico. Para los historiadores económicos, la población y su evolución es un indicador de crecimiento económico. Lógicamente, el aumento de la población a lo largo de la historia ha hecho que creciera la producción total. Y de ahí que se utilice la población como una forma de medir el crecimiento económico, ya que es más fácil en muchas ocasiones disponer de información sobre el crecimiento de la población que sobre el crecimiento de otras variables económicas. Si nos fijamos en la gráfica de la derecha, en la línea roja marca la evolución de la población desde hace unos 70.000 años. Como vemos, desde hace unos 70.000 años hasta hace casi 10.000 años, pues la población se mantuvo prácticamente sin crecimiento, estancada. ¿Qué ocurre a partir de hace esos 10.000 años? Pues que se produce lo que conocemos como la revolución del neolítico, que supuso la adopción progresiva y con carácter generalizado de la agricultura. Los estudios más recientes remontan el inicio de este proceso hacia hace unos 12.000 años. Y a partir de ahí vemos cómo hay un cambio en el ritmo de crecimiento de la población, que empezó a ser importante. Y que se mantuvo hasta el siglo XVIII. Si bien es cierto que durante este periodo, pues el crecimiento de la población, como ya estudiaremos con más detalle, pues fluctuó de manera diferente en diferentes territorios, continentes, etc. Y tenemos un segundo punto de inflexión que es difícil de apreciar porque se produjo solamente hace 200 años, que es la revolución. La revolución industrial, como veis ahí la línea roja, pues ya es prácticamente una línea vertical. Estas dos revoluciones económicas, la revolución del neolítico y la revolución industrial, tienen dos rasgos en común. El primero de ellos es que las dos supusieron un incremento en la cantidad de energía de que disponían los seres humanos para producir bienes. Con la revolución neolítica, pues lógicamente con la mejora, de la domesticación de animales y plantas, pues hubo más alimentos y eso permitió, pues aumentar una población mayor que en su conjunto, tanto una población humana como de animales de labor, pues permitieron aumentar la cantidad de energía disponible para llevar a cabo diferentes trabajos. Y la segunda revolución, la revolución industrial, pues supuso la incorporación del uso de combustibles fósiles, que aumentó aún mucho más la cantidad de energía disponible, ¿no? Y el segundo rasgo en común que tienen las dos revoluciones económicas es que ambas dieron lugar a un cambio en el ritmo de crecimiento de la población, una aceleración del crecimiento demográfico. Acabamos de ver cuáles fueron las grandes tendencias en la evolución demográfica. En esta diapositiva lo que podéis ver es una gráfica en la que se superpone la evolución de la población en azul, y la evolución del producto per cápita, del PIB per cápita. Bueno, pues como veis, realmente hasta prácticamente la Edad Media, hasta finales del siglo XV, 1400-1500, hay un estancamiento tanto de la población como del PIB per cápita. Y es a partir del siglo XV, del año 1500-1600, cuando se empieza a producir un crecimiento o una aceleración, tanto en el crecimiento de la población como el PIB per cápita. Y, definitivamente, ya hace 200 años es cuando ambas variables crecen mucho más rápidamente, como resultado de la revolución industrial. Si nos fijamos en un periodo de tiempo más corto, que iría en la segunda gráfica, que habéis visto entre 1600 y el momento presente, ahí tenemos la evolución del PIB, de diferentes territorios o países. Y lo que vemos claramente es cómo los países que se industrializaron, sobre todo Inglaterra y Estados Unidos, presentan un ritmo de crecimiento mucho más rápido, mientras que países como por ejemplo China o India tienen un ritmo de crecimiento mucho más bajo. Como veis, a partir del siglo XVIII, del siglo XIX sobre todo, a partir de 1800 se ve que hay una divergencia en la evolución económica de los países que adoptaron la revolución industrial y los países de oriente que, como China e India, pues tuvieron un crecimiento mucho más reducido. Este fenómeno de la gran divergencia será analizado con mayor detalle en temas posteriores.