Lo que analizamos en este tema es la llamada revolución neolítica. Vamos a centrarnos en uno de esos dos grandes cambios económicos que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad. La revolución neolítica, con el descubrimiento de la agricultura por los grupos humanos, tuvo como principal ventaja el que estos pudieron disponer de una mayor cantidad de alimentos. Pero esta revolución neolítica también tuvo algunos aspectos menos ventajosos. Por ejemplo, la dieta no diversificó, es decir, la dieta de los cazadores-recolectores era más variada. Por otro lado, las labores agrícolas requerían de más horas de trabajo, de un mayor esfuerzo. El contacto con los animales hizo que estos animales pasaran algunas enfermedades desconocidas antes para los seres humanos. Por otro lado, en muchos casos se dieron situaciones desagradables. Por otro lado, se dieron situaciones de monocultivo, lo cual en caso de pérdidas de cosechas significaba un mayor riesgo de hambrunas. Y por otro lado, la práctica de la agricultura forzó a los grupos humanos a adoptar un estilo de vida sedentario que en ocasiones podía ser menos saludable. No obstante, poco a poco las sociedades que adoptaron la agricultura se fueron imponiendo y se fueron extendiendo por diferentes partes del planeta. En primer lugar, porque tenían un mayor peso demográfico. Porque la sedentarización y la aparición de excedentes les dio mayores capacidades. La división del trabajo favoreció la especialización, las mejoras de la productividad. Y por otro lado, aparecieron nuevas jerarquías y nuevas formas de organización política. ¿Cuáles fueron los resultados de la revolución neolítica en general y a largo plazo? En primer lugar, un crecimiento muy lento de la población. Un estancamiento desagradable. De la renta per cápita y la aparición de grandes desigualdades. Tras esta primera visión de conjunto de lo que fue la revolución neolítica y sus implicaciones, vamos a entrar un poquito más a fondo en analizar los debates que se han producido en torno a sus causas y, en definitiva, a las relaciones que se pueden establecer entre innovaciones y crecimiento demográfico. Empecemos por la visión tradicional. El término... Revolución neolítica fue acuñado en los años 30 y 1936 por Gordon Child. Según esta visión, pues hace 8000 años, en el creciente fértil, en Oriente Próximo, entre los grandes ríos Tigris y Éufrates, pues aparecieron una serie de sociedades que empezaron a practicar la agricultura. Estas innovaciones se centraron en su capacidad para seleccionar semillas, en aprender a domesticar animales, en empezar a fabricar herramientas de labor, en utilizar algunos sistemas de riego y, según esta visión tradicional, las ventajas que implicaban estas innovaciones y la producción de alimentos, la mayor producción de alimentos, pues hicieron que esta adopción de la agricultura se fuera extendiendo. El resultado fue, como ya hemos dicho, el crecimiento de la población, la sedentarización, el abandono del nomadismo o del nomadeo, la aparición de excedentes, una división del trabajo y la aparición de formas políticas más complejas. Pero con el tiempo, algunos autores han puesto en cuestión esta visión. Y básicamente, la pregunta que se hicieron estos investigadores, bueno, si esto era tan bueno, si eran tan claras las ventajas, ¿por qué la agricultura tardó, en muchos casos, miles de años en difundirse? Es decir, ¿por qué hubo sociedades humanas que continuaron practicando la caza y la recolección? Pues posiblemente, este retraso, según estos autores, se debe a las desventajas que ya hemos mencionado. Es decir, en primer lugar, la dieta no se diversificó, las labores agrícolas requerían más trabajo, la convivencia con animales suponía la difusión de enfermedades, las compensaciones de la práctica de la agricultura en términos de mejoras del consumo pues eran retardadas, es decir, había que esperar meses, a diferencia de la caza y la recolección, en las cuales el esfuerzo de caza y recolectar daba lugar a un consumo inmediato, en el caso de la agricultura, no. Por otro lado, muchas sociedades practicaban una agricultura casi de monocultivo, lo cual les hacía muy vulnerables a la difusión de hambrunas. Y por otro lado, la práctica de la agricultura exigió a estas sociedades nómadas abandonar el nomadeo y practicar un estilo de vida sedentario que a veces era menos saludable. Entre los autores que han destacado en el debate sobre por qué se difundió la Revolución Neolítica pues hay que destacar a Jared Diamond. Jared Diamond curiosamente no es un historiador, ni un economista, sino un biólogo. Pero él, como digo, ha sido uno de los científicos más activos en este debate. Y lo que él viene a sostener básicamente es que fue el crecimiento demográfico previo lo que impulsó a avanzar en la vía de la domesticación. Diamond, que ha estudiado Sociedad, Sociedades de Cazadores y Recolectores, incluso en la actualidad, pues sostiene que estas sociedades debieron de conocer o de llegar a conocer algunas formas primitivas de selección de especies, de cavado, de riego, es decir, algunas técnicas muy básicas. Y por otro lado, él viene a decir que mientras que estas sociedades contaban con suficiente caza y frutos silvestres, no había motivos para pasar a utilizar, la agricultura. ¿Cuáles fueron las condiciones, según Diamond, para que estas sociedades de cazadores y recolectores iniciaran el camino de la domesticación de plantas y animales? Pues tenían que darse ciertas circunstancias para que ello ocurriera. En primer lugar, en el entorno en que vivían estas sociedades nómadas de cazadores y recolectores debía haber una cierta abundancia de cereales y de legumbres, que serían fácilmente domesticables. Por otro lado, debió de producirse una progresiva escasez de caza, sobre todo de grandes animales, que eran los más rentables desde el punto de vista de las sociedades de cazadores y recolectores. También debieron de producirse cambios en el clima que facilitaran la domesticación de plantas y animales, pero el factor clave debió ser el crecimiento del tamaño de la población, la presión demográfica. Este factor también ha sido señalado por otros autores como Esther Boserup, quien, al analizar por qué las sociedades agrícolas adoptaron innovaciones, pues llegó a la conclusión de que fue precisamente la presión demográfica la que llevó a estas sociedades a adoptar innovaciones en técnicas agrícolas. Robert Allen, otro historiador económico, en este caso de origen británico, ha participado también en este debate y él ha querido poner de relieve la importancia que en esa transición, desde la caza, la recolección y la agricultura han tenido los incentivos. Y, desde su punto de vista, el principal incentivo tiene que ver con la eficiencia. Es decir, lo que han buscado las sociedades humanas a lo largo del tiempo es la forma, la manera de obtener el máximo número de calorías con el menor esfuerzo posible. Por tanto, para estas sociedades, mientras que la caza y la recolección aportaban un suficiente número de calorías, no había ningún motivo para introducir cambios máximos teniendo en cuenta las desventajas que implicaba, en términos de mayor esfuerzo, la práctica de la agricultura. Otro factor que, según Allen, también debió influir notablemente en este proceso de transición fue el cambio climático que tuvo lugar al finalizar la última de las glaciaciones, hace unos 12.000-13.000 años. En ese momento, el cambio de clima hizo que la naturaleza ofreciera más recursos y que algunos grupos pudieran sedentarizarse. Esto impulsó el crecimiento demográfico y, por tanto, la necesidad de disponer de una mayor cantidad de alimentos. Al mismo tiempo, este cambio climático pudo influir en la reducción de la caza. De hecho, parece que cayó el peso de las proteínas en la dieta y aumentó el de los hidratos de carbono vegetales. Todo esto se sabe a través de los restos arqueológicos que se localizan en la excavación de yacimientos de este periodo. En definitiva, para Allen fue la pérdida de eficiencia del sistema caza-recolección lo que incentivó la domesticación de animales y plantas. Todos estos cambios no fueron el resultado de una planificación sistemática, sino que fueron el fruto de decisiones individuales y estuvieron condicionados y marcados por las condiciones de cada entorno. En definitiva, crecimiento de la población e innovación técnica tendieron a ir ligados y mutuamente generaron incentivos para promover un circuito o un ciclo de realimentación. Bueno, para cerrar esta cuestión de la revolución neolítica vamos a hacer un resumen, un balance de la evolución de la población y el crecimiento económico. En primer lugar, después de la revolución neolítica, el crecimiento demográfico, como ya hemos visto en un apartado anterior, fue muy lento, al menos hasta el siglo XVI. En términos de renta per cápita, pues el resultado fue decepcionante, es decir que la producción se mantuvo prácticamente, el incremento de la producción, al mismo nivel del incremento de la población, con lo cual la renta per cápita apenas varió. Y ello supuso que el bienestar económico tampoco mejorase apenas. Por último, la aparición de la agricultura generó desigualdades, generó la aparición de tiranías, la aparición de la esclavitud y la relegación de las mujeres a un papel secundario. Todas estas cuestiones han llevado a afirmar a Jared Diamond que quizá la revolución neolítica fue el peor error de la especie humana. Es una visión un poco exagerada, pero valía la pena traer la colación para cerrar este apartado.