Bueno, empecemos aquí la tutoría de Historias y Ideas Políticas, del grado de Ciencias Políticas y del grado de Sociología y vamos a charlar el tema del conservadurismo tradicionalismo con ese autor que nos faltaba abordar, que vamos a tratar brevemente, que es Luis de Monal. Luis de Monal, igual que Demestre, está situado en ese contexto continental, contexto francés y al igual que sucedía con Demestre, en cierta forma porque las ideas de Burke son copiadas, son imitadas, son reinterpretadas realmente en el contexto francés, pues va a también tener una serie de razones como y a su vez también con Demestre en cuanto que seguidor de Burke. Va a utilizar también unas mismas expresiones, va a hablar de prejuicios como algo positivo, como juicios previos, decidiendo, como decía Demestre, la idea de prejuicio vinculando la idea de dogma. También va a tener esa dicotomía entre la experiencia versus las abstracciones de la razón, al igual que Demestre. Burke no es un irracionalista, pero considera que la razón debe adaptarse a la experiencia, lo que ya conocemos empíricamente. Y de nuevo también va a ver como reflejo de la experiencia la tradición histórica, la tradición social, religiosa, cultural, legal, de un pueblo que en cierta forma es, como ya explicamos el anterior día, pues una cierta forma de experiencia probada, probada a lo largo de la historia. La razón nos ha llevado a tomar determinadas decisiones, pero esas decisiones se han enfrentado a una realidad empírica y el resultado de las conclusiones que hemos sacado de confrontar nuestra razón, intentar aplicar nuestra razón a la realidad, ha resultado unos ensayos y errores en los cuales hemos obtenido conclusiones que forman esa memoria cultural que es la tradición. Entonces, por lo tanto, dan valor a esa tradición como resultado ya probado de la historia de un pueblo. Esto, como digo, es común a los otros autores que hemos visto antes, tanto a Walker como a Demestri, por lo tanto no tiene mayor... No hay mayor necesidad de explicación porque ya lo hemos explicado anteriormente. Más original de Donal y más influyente en el pensamiento político posterior, no solo ya en la corriente de pensamiento tradicionalista sino incluso en las ciencias sociales porque de hecho de Donal tendrá curiosamente una influencia en los primeros creadores de una disciplina que ahora sonará fundamentalmente la sociología porque es la vuestra, la sociología. Autores como Contel. El creador del término sociología o Durkheim, realmente el que da el sello moderno a la escuela sociológica francesa pues van a estar influenciados curiosamente por algunas ideas que tiene Donal. Aun teniendo ideas totalmente distintas. Contel no es un tradicionalista y Durkheim mucho menos. Madrid estará próximo en algunas opiniones a un socialismo moderno. Pero no están de van a recibir ciertas ideas sobre la dinámica social, sobre... Un cierto esquema, un cierto eje funcionalista que también estaba en el pensamiento donal como veremos ahora. Y por lo tanto esta parte, estos dos puntos que tenemos aquí van a ser lo que va a ser un poco más original de Donal y que va a tener un poco más de repercusión teórica posterior. Incluso hasta llegar a las ciencias sociales en su versión actual. El primer elemento novedoso de Donal es su concepción. La concepción de sociedad civil, de cómo se origina la sociedad y qué constituye la sociedad. Porque aquí vas a distinguir dos elementos. Voy a decir que la sociedad civil, la sociedad en forma un poco más general podemos decir, está formada por dos partes. Lo que él llama sociedad religiosa o intelectiva, que también va a utilizar el término sociedad intelectiva y lo que llaman sociedad política. Básicamente, ¿de dónde procede esto? Pues obviamente... Básicamente, Donal tiene como referencia la sociedad del antiguo régimen y esa distinción entre, y unión al mismo tiempo entre el trono y el altar, entre el poder político y por otro lado la iglesia. Pero no se queda aquí. Su distinción es de sociedad religiosa y sociedad política no es una distinción simplemente entre el poder político, el Estado, y por otro lado la iglesia como instituto. Porque la sociedad religiosa no se refiere simplemente, aunque tenga en cierta forma como espejo a la iglesia católica, no se refiere simplemente a la iglesia como una institución formal, sino que más bien se refiere a todo el ámbito ideológico que es contrapartida de los elementos políticos y sociales. ¿Qué hace eso? Políticos sociales en el cual está la estructura social, está la organización y las instituciones estatales, están las leyes, está la propia estructura social, como el parentesco, la organización social, la estratificación. Esa es la parte de la sociedad política. Y por otro lado, ¿qué tenemos en la sociedad religiosa? Pues en la sociedad religiosa tenemos el correlato mental, ideológico, psicológico, todas esas ideas, ese conjunto de ideas, pedógenos. De prejuicios que sirven de contraparte, de espejo a esa organización social que da lugar a la sociedad política. Por lo tanto, la sociedad religiosa no es simplemente la iglesia, sino todo ese conjunto de elementos ideológicos, mentalidades, formas de ver la realidad, que en cierta forma sirven de correlato y apoyan esa estructura política. Vamos a ver ahora un texto en el cual explica esto de forma... Aquí tenemos este texto. La iglesia útil más potente que mantiene el control social de forma más clara es la religión. Las ideologías pueden tener un cierto papel, pero obviamente ese papel que puede tener de mantener el orden social una determinada ideología no se compara cuando detrás de esto hay un refrendo divino, cuando hay una divinidad que se supone que marca que esto tiene que seguir siendo otra manera. Por lo tanto, la religión... Es, de cierta forma, la forma más perfecta, más desarrollada de esa contraparte, esa dirección ideológica que intenta mantener ese orden político. Bien, otros elementos. La defensa de la desigualdad. Esto obviamente es un elemento que ya teníamos en Demestre y que ya teníamos en Burke. Lo que es un poco original, y por eso lo metemos aquí, es la idea que va a tener Demestre de esa desigualdad. No le llega simplemente con decir que hay una desigualdad natural y que esto va a tener un reflejo en la desigualdad social, que las sociedades están estratificadas de una determinada manera, que hay distintas clases, distintas posiciones sociales en una sociedad porque hay individuos que por naturaleza son distintos que otros, tienen habilidades. Por ejemplo, un empresario se le dan mejor los negocios y por lo tanto se va a enriquecer. Entonces, es lógico, casi por naturaleza, que un individuo que tiene más habilidad para los negocios termine. Enriqueciéndose y por lo tanto tenga una posición económica superior. Pero no le llega simplemente con esto, porque él defiende que las clases sociales no simplemente son resultado de una divergencia por naturaleza, sino que también son una necesidad funcional. Para que una sociedad funcione adecuadamente, haya un equilibrio social, se mantenga el orden, no haya conflictos y, por lo tanto, no se disgregue, no haya un conflicto social, no haya lo que Platón llamaría la estasis, ese enfrentamiento cívico. Esa es la desigualdad. Es necesario que haya clases sociales que cumplan funciones determinadas en esa sociedad. Cada clase social cumple una función. Esto lo lleva, obviamente, a esa división estamental del antiguo régimen, que considera que las clases del antiguo régimen, las clases estamentales, son clases que están definidas por una funcionalidad y cumplen una función en mantener ese orden social. Obviamente, la aristocracia, ¿qué función tiene? ¿Qué función ya tenía en la Edad Media? El gobierno, ocuparse de funciones políticas, pero también la guerra, defender a esa comunidad. La iglesia, los clérigos, ¿qué función tenían? ¿Por qué existía un estamento eclesiástico? Porque tenía la función de administrar esos elementos mentales que formaban parte de la sociedad mental, que era necesario para el perfecto funcionamiento. Por lo tanto, eran los administradores del aspecto ideológico. No se ocupaban del aspecto político y militar, entonces se ocupaban del aspecto ideológico. Pero al mismo tiempo tenía que haber ese pueblo llano porque ¿cuál era la función del pueblo llano en el antiguo régimen? sino básicamente las actividades económicas. No bastaba simplemente con el poder político y la coerción, no bastaba simplemente con el aspecto ideológico, mental, religiosa, sino que también tenía que haber una prosperidad material, y de eso se ocupaba el tercer estado. Por lo tanto, esa clase sacerdotal aristocrática y productiva, esa clase división trifuncional de la sociedad, era una necesidad para mantener una sociedad armónica. Por lo tanto, una sociedad planteada como igualitaria, que vaya contra esta división funcional, que él entiende que es por naturaleza y que además es necesaria, porque es funcional, cumple una funcionalidad, y por lo tanto, si no existe esta división, la sociedad habrá desequilibrios, habrá conflictos, el sistema será inestable. Por lo tanto, es la sociedad que plantea, quizá en el principio de igualitarismo y liberalismo, una sociedad que... ...que, según Donal, como los dos autores anteriores, lleva al caos, al desorden, al desequilibrio, a las tensiones sociales. Otro elemento importante, el papel de la monarquía. La monarquía que para Donal es, en cierta forma, un elemento central precisamente para mantener ese orden social, ese orden social y ese equilibrio. Y además que se vincula con la función de esa sociedad civil. La sociedad civil, como digo, está formada por esos dos polos. La sociedad religiosa, que es el elemento ideológico, mental, la mentalidad, los elementos, las creencias religiosas, las ideas, también políticas. Y por otro lado, ese elemento material, institucional, de organización social y política, que es la sociedad política. Pero la sociedad que forman en conjunto esa sociedad civil, esa comunidad. Pero esa comunidad tiene una finalidad. Todos los autores en el pensamiento político inmediatamente se plantean... ¿Cuál es el fin por el cual los hombres se reúnen en una comunidad? Y él va a recuperar la idea de Hobbes de que los hombres se reúnen en una comunidad política, en una sociedad civil, precisamente para la conservación. Para la conservación de todos en conjunto. Por lo tanto, recupera esa idea de Hobbes de que la función de esa reunión de todos en una comunidad, esa que le atiende la sociedad política, es buscar la conservación. La conservación individual, pero también la conservación mental. De ese grupo, de esa sociedad. De ese pueblo, de ese estado, de cierta forma. Y en eso cumple, como digo, una función. Existan esas clases funcionales... rígidas, además en el antiguo régimen, pero sobre todo el papel de la monarquía, del monarca como nexo social. De cierta forma, de Monal entiende que esas clases son diferentes, pero que todas ellas están reunidas en torno a la figura del rey. El rey actúa como nexo, como elemento de unión. En cierta forma, la idea de que el monarca es el que simboliza y el que representa al pueblo. Podemos comparar un poco la figura de la difunza Isabel II, que todos los ingleses, independientemente de su ascripción política de que votaran a los tories, a los conservadores, al partido liberal, al final todos, la gran figura simbólica que lo representaba y con la que se sentía identificada era la de la reina Isabel II como, en cierta forma, un personaje emblemático. Esa función, en cierta forma, es la que atribuye de Monal al rey. El rey es, en cierta forma, ese punto central de todo este organigrama que, de hecho, consigue mantener el equilibrio social. Sin la figura del rey no existe. Inmediatamente ese esquema empezaría a desquebrajarse y la sociedad entraría en ese estado caótico. Además, de Monal, obviamente, está en contra de la separación de poderes. Él entiende que el monarca debe tener un pleno poder, un poder absoluto y que, además, el poder no se puede separar. El poder tiene que tener las características que tenía en el antiguo régimen. El poder debe ser indivisible. Por lo tanto, está en contra de la división de poderes. Y entiende que, además, ese poder indivisible debe estar en manos del monarca. Porque, además, tiene que estar en manos del monarca y debe ser un poder único, no parcelado, porque el monarca tiene, al igual que sucedía en Hobbes, la función de conservar. Es el elemento que no solo hace de nexo social entre cada uno de los elementos de la sociedad, sino que es el encargado de conservar la sociedad a través de su poder. Y esto se va a mover muy bien en este texto que os voy a poner ahora. Bueno, sociedad intelectual-sociedad religiosa. Funciones de la sociedad intelectual-sociedad religiosa. Vamos un poco hacia atrás. La sociedad intelectual o intelectiva y religiosa tiene por objeto la conservación social. Tanto la sociedad... ...religiosa como la sociedad política tienen como función la conservación, porque la sociedad civil que está formada por ambas, su fin es la conservación. Pero, dentro de esta conservación que es el objetivo de la sociedad civil, estos dos fragmentos, estas dos partes que constituyen esa sociedad civil, tienen funciones distintas. Por un lado, la sociedad intelectual tiene por ejemplo la conservación de ese orden social mediante, como dice aquí, la represión de las depravadas voluntades del ciudadano. Es decir, es un tipo de coacción que se ejerce interiormente, en la propia mente del individuo. El individuo puede querer actuar mal, pero va a tener un freno mental proporcionado por la moral que ha adquirido, sus creencias, la propia idea del pecado tan frecuente en los países católicos en estos momentos, que le va a evitar que realice una acción mala y, por lo tanto, ataque a las leyes. Y actúe inmoralmente. Por lo tanto, ejerce una represión que hace que el individuo no actúe. Pero claro, si el individuo a pesar de esto, esa conciencia que en cierta forma interiorizada que le obliga a no actuar, consigue al final saltarse a la torera, después está la parte exterior, la coerción exterior. ¿Quién ejerce la coerción exterior? Precisamente la sociedad política. Una impide que el hombre actúe mal, ejerciendo esa coerción. Y la otra, cuando no es posible esto, impide los actos exteriores o lo reprime. Es decir, cuando el ladrón va a robar, suena la alarma, la policía llega y le impide cometer el robo. O bien, si ha conseguido ya rotar lo que ha conseguido rotar, la policía lo persigue, lo detiene y lo encarce. O bien castiga, o bien, a través de la estructura del Estado, impide que se produzca el robo. Por lo tanto, reprime los actos exteriores. Reprime los actos exteriores cuando la sociedad mental no ha conseguido reprimirlos previamente. Por lo tanto, hay dos tipos de represión. La represión exterior, ejercida por el aparato del Estado, a través de la sociedad política, o la represión interior, mental, ideológica, que se consigue a través precisamente de esa sociedad. Pueden tener en juego la moral, la ética, heridas adquiridas y toda una serie de conceptos, conceptos depregados que obligan al individuo a no matar, a no robar, a no cometer adulterio y toda una serie de cuestiones. En cierta forma, le obligan a actuar incluso a veces contra sus propios depravados deseos y voluntades. Como veis en esta frase de sus depravadas voluntades, vemos que de principio Bonal no tiene un concepto muy positivo del ser humano. En paragonal, el ser humano deja de ser pecado por naturaleza, la más estricta observancia católica. Por lo tanto, es el elemento religioso ideológico lo que le impide que peque. Y cuando no lo consigue el elemento religioso, ahí está toda la fuerza de la ley y del Estado para impedírselo o bien castigarlo por ello. Por lo tanto, así se aplica esta división de la sociedad y la sociedad civil en sociedad religiosa con respecto a esa función de conservación. Igualmente, como digo, la monarquía cumple una función en este esquema de conservación de la sociedad. Funciones de las igualdades en el estamental, este texto lo ejemplifica un poco. Y ahora llegamos al texto que os quería mostrar antes, que es este texto. Es el texto en el cual habla de la función de la monarquía, esa función de nexo y de cemento que une a toda la sociedad. Y aquí dice que el amor, tanto es la sociedad como el hombre, fue el nudo, el intermediario entre la parte inteligente, la parte ideológica, la parte mental, esa sociedad religiosa, y la parte mentalidad, la parte institucional, política, la organización social, es decir, la sociedad política. Por lo tanto, la parte inteligente, la parte material. La parte religiosa, la parte política, la parte ideológica, la parte institucional. Que se ven unidas, como dice, por el amor. Es un término que es un poco extraño, que aquí nos puede rotar de cierta forma llamarnos la atención, pero hay que entender que, de cierta forma, lo que está aquí utilizando Donald es una metáfora de origen teológico. Cuando habla aquí del amor como el que une esas dos naturalezas, de esas dos partes, la sociedad civil, y une también a los individuos en torno a ellas, está hablando del amor en el sentido que aparece, por ejemplo, el amor en los textos bíblicos, en los cuales habla, por ejemplo, de la comunidad de creyentes como unidos en el amor en Cristo o por el amor de Cristo. Por lo tanto, hace esa interpretación de la comunidad como unida por el amor, no ya, como sucedía en la iglesia, unido en el amor en Cristo, sino unido por el amor. Unido en el amor al monarca. Básicamente, como podríamos traducir un poco, actualizando ese término amor en este texto a un lenguaje más actual, pues podríamos compararlo con el término cooperación o solidaridad. De cierta forma, el rey es el encargado de mantener esta solidaridad entre todos los elementos que forman una sociedad. Mantener la cooperación, la unión entre todos esos elementos. El amor al rey, como el amor a Cristo en la iglesia, es lo que mantiene unido a la sociedad. Y esto, como digo, está ejemplificando la forma del rey que personifica a la sociedad y al prójimo en general. Es decir, esa imagen de nuevo jovesiana en que el rey es una especie de figura que en el plano político representa a toda la comunidad. Las decisiones del rey son decisiones de toda la comunidad. Y es como si cada uno de los individuos que forman esa comunidad decidieran tomar esa misma decisión. Es decir, la voluntad del rey es equivalente, como decía Hobbes, a la voluntad de cada uno de los individuos. Vemos inmediatamente siempre estas concomitancias con la teoría absolutista de Hobbes, con la imagen organicista de la sociedad como un cuerpo y el soberano como, en cierta forma, como cuerpo social que representa a la comunidad en su conjunto. De cierta forma, modificado y adaptado por Devon Hara este nuevo contexto. Bueno. Contra la división de poderes hay un texto que dice que el poder en la sociedad no es el poder legislativo, ni el poder ejecutivo, ni el poder judicial. Solo hay un solo poder, que es el poder general o social conservador. Es decir, no puede haber una división de poderes en un poder que hace una cosa y otro poder que hace otra y otro. No tiene que haber un único poder que además tiene que ser único porque es el que mantiene en conjunto la cohesión del sistema. Por lo tanto, tiene que ser indivisible. Además, tiene que estar en manos del rey, como el individuo que expresa a la comunidad en su conjunto y que mantiene unida precisamente a esa comunidad. Y actúa a través de la fuerza general. Ese poder indiviso no actúa en distintos poderes, cada uno con su ámbito de acción, con su fuerza particular, sino que actúa como una fuerza general que luego tiene sus brazos. Sus tentáculos que la administran los ministros, los guaciles, los tribunales, los jueces. Pero todo eso es un mismo poder. Por lo tanto, recupera esa condición indivisa del poder y la idea de que tiene que tenerla un único individuo. Y en esto entramos ya en la defensa que va a hacer de Bonal de la monarquía frente a otros sistemas políticos, con esa idea reforzada que hemos visto. Y en esto va a aplicar una división en dos tipos de sociedad, que es lo que va a llamar sociedad constituida por oposición a las sociedades no constitutas. Básicamente esta división en dos tipos de sociedades depende de si esta sociedad se ajusta al fin de cualquier sociedad, de cualquier sociedad civil, que es la conservación, o no se ajusta. Si se ajusta al fin de la sociedad, que es la conservación, consigue mantener el equilibrio social. Si no se ajusta a ese fin, no consigue mantener el equilibrio social. Hay inestabilidad, hay enfrentamientos y por lo tanto hay un clima de anarquía y de arbitrariedad. ¿Y qué tipos de sociedades son las sociedades constituidas y cuáles son no constituidas? Pues como ejemplo de sociedad constituida pone obviamente la monarquía, en la que hay esa figura del monarca como nexo. Hay clases funcionales cerradas que mantienen siempre esa misma función, función religiosa, función militar y política y función productiva. Y como ejemplo de sociedades no constituidas... ¿Qué pone? Pues ponen o bien dos formas de organización social, de organización política. O bien la democracia, el gobierno de todos, o bien el despotismo, que él entiende además que es una consecuencia de la democracia. Porque él entiende, tomando un poco el ejemplo de la Revolución Francesa, que ese gobierno de todos por todos, que es la democracia, que el pueblo se gobierna a sí mismo, al final lo que lleva dando, lo que termina dando es que aparezcan unos personajes que... que arrogándose de ser representantes de esa voluntad del pueblo, de esa voluntad general de Rousseau, tomen decisiones por sí mismos de forma vital y se conviertan en cierta forma en dictadores democráticos. Y que finalmente esto termina llevando a que esto se convierta en un régimen dictatorial, autoritario, por sí mismo y de lugar al despotismo. En cierta forma es lo que ven, lo que ve como ejemplo de esto, de Bonal, en la propia Revolución Francesa. Con ese periodo del terror en el cual Robespierre y el resto de los jacobinos... Y precisamente arrogándose que tenían el apoyo del pueblo, que ellos eran los que ejercían esa voluntad del pueblo, finalmente llegaron a un gobierno del terror y un gobierno dictatorial, en el cual se reprimía a elementos del antiguo régimen, la nobleza y el fiero, pero también a revolucionarios que se consideraba que iban contra el índice de la revolución, que a veces simplemente era porque eran facciones políticas con ideas distintas. E incluso dentro de los propios jacobinos hubo ciertas curgas, como el caso de Danton, que formaba un poco el triunvirato de los dirigentes jacobinos junto con Maradona y Robespierre, y que fue el mismo guillotinado por un caso de corrupción. Caso de corrupción que, por cierto, era cierto, pero que no dejó de ser una maniobra política de Robespierre para quitarse la competencia dentro de ese liderazgo de los jacobinos. Y a su vez, la revolución francesa no solo había derivado esta especie de despotismo de las mayorías a través del predominio de los jacobinos, sino que incluso la revolución francesa había terminado con una serie de golpes de Estado que habían llevado finalmente a la aparición de Napoleón Bonaparte, primero como dictador y después como nombre de cónsul y finalmente como emperador de los franceses. Por lo tanto, había derivado un gobierno puramente democrático. Por lo tanto, era la revolución francesa un ejemplo perfecto de esta dinámica en la cual han resultado las sociedades no constituidas. Las sociedades no constituidas que, en cierta forma, podríamos, haciendo una transliteración moderna, podríamos decir que son sociedades que pueden corresponderse con lo que nosotros llamamos actualmente estados fallidos. Porque básicamente... Básicamente tienen un poco las mismas características que atribuimos a un Estado fallido. Son sociedades en las cuales no hay instituciones políticas estables, hay gobiernos de tipo autoritario, despótico y en las que finalmente el gobernante actúa de forma arbitraria siguiendo un poco sus intereses en cada momento. No hay lo que se suele llamar actualmente una seguridad jurídica en los gobiernos de tipo autoritario. En esos países que llamamos estados fallidos, pues es muy típico que las leyes cambien según los bandazos. Y que no haya un clima de estabilidad política que permita a los ciudadanos, a las empresas y a la población en general tener una cierta estabilidad que le permita adaptarse y poder progresar de acuerdo a unas ciertas reglas fijas. Por lo tanto, eso coincidiría bastante con la descripción que hace de Bonalcón de esas sociedades no constituidas. Sociedades no constituidas por ese clima despótico son sociedades en las que el déspota básicamente toma decisiones arbitrariamente según sus propios intereses y por lo tanto no hay seguridad. Uno puede ser desposeído de sus posesiones porque el déspota en cuestión o el tirano que esté soportado por el pueblo en su momento. En tu decida de quitarte tus derechos, tus libertades y por lo tanto hay una inseguridad total. Y nos vemos un poco aquí en este texto. Una sociedad que está perfectamente cumplida, perfectamente su finalidad. En una sociedad no constituida las leyes, lejos de ser fijas o fundamentales, de ser algo estable y que por lo tanto no sirve para tenernos a algo, para tomar decisiones en nuestra vida cotidiana, para montar una empresa o no sé qué. No, están totalmente cambiando. Son variables y defectuosas. No funcionan y además están cambiando a lo del burde las idas y venidas políticas del dictador del pueblo. Esta sociedad será imperfecta o no constituida porque no alcanza su finalidad, la conservación de los hechos. Hay inestabilidad y por lo tanto eso afecta a todo el sistema. Hay inestabilidad política, legal. Hay enfrentamientos. Dos sociedades y por lo tanto eso lleva al caos. Frente a las sociedades no constituidas que él entiende que son unas sociedades monárquicas, unas clases cerradas que cumplen cada una su función dentro de la sociedad, un poco idealizando ese esquema de sociedad rígida de la antigüedad. Y aquí vemos también un texto que usaba un poco la distinción entre despotismo y democracia y cómo la democracia lleva en cierta forma al despotismo. Y en las sociedades no constituidas también aplica una distinción entre voluntad general versus voluntad particular. Vamos a tratar aquí en más detalle. Básicamente la fuerza pública, las sociedades... no constituidas, es una fuerza particular. Responde a los intereses de un grupo e incluso de una persona concreta. Por tanto, es arbitraria. Actúa partidariamente, de forma no equitativa y toma decisiones simplemente favoreciendo a un otro grupo, un dictador, que favorece a su camarilla política y perjudica al resto. En cambio, en una sociedad constituida la fuerza pública es la fuerza general y es un poder general. Es el poder que está en una misma institución y, por lo tanto, actúa en torno a los intereses generales y no a los intereses de facciones políticas. De cierta forma, también esto es una crítica a los gobiernos representativos y no digamos ya a la democracia, que todavía ni siquiera está en el horizonte. Bueno, me ha salido un poco la explicación un poco más prolija, más larga de lo que pensaba y ahora entramos ya en la siguiente pata de este banco, esta mesa formada por esas reacciones a la Revolución Francesa. Habíamos visto la reacción de ese romanticismo personificado en el idealismo hegeliano, vinculado a ese tema del romanticismo. Habíamos visto la reacción conservadora y la reacción del liberalismo postrevolucionario, que tiene una visión intermedia. Es el heredero, en cierta forma, del ideario político de la Ilustración, las ideas que planteaban los ilustrados sobre la igualdad política, sobre la sociedad, sobre los derechos civiles, sobre los derechos individuales, pero al mismo tiempo intenta marcar diferencia y alejarse de la Revolución Francesa y, especialmente, de la democracia. Y, justamente, de ese periodo más convulso, más inaceptable, que es el periodo del sacro. El periodo más radical de la Revolución Francesa es el periodo en el cual están en el poder los sacros, en el cual ellos entienden que se han dado una serie de fenómenos que son peligrosos y con respecto a los cuales intentan marcar una separación. Por lo tanto, intentan que no se, en su teoría política, mantener las ideas sobre los ideales y los ideales del liberalismo, que existían previamente, ya desde Locke y desde los pensadores de la Ilustración, pero al mismo tiempo plantean una serie de cuestiones para evitar caer en los excesos en que la aplicación de esas ideas, de forma radical, llevó a la época de los jacobinos. Básicamente, haciendo, al igual que los tradicionalistas, Una crítica al contrato social y a Isabel de la Voluntad General Tampay, que tantos problemas daba que había planteado abuso y que ellos van a intentar separarse de ella e intentar evitar precisamente sus efectos perjudiciales. Básicamente, vamos a entrar un poco en una visión de conjunto. En este liberalismo postrevolucionario vamos a ver dos partes. Vamos a ver una parte que es, de cierta forma, el liberalismo continental, el liberalismo posterior a la revolución en el continente, en Europa, que básicamente va a estar ejemplificado por los autores más importantes que están en el contexto francés, el liberalismo postrevolucionario francés y, por otro lado, vamos a ver... ...el contexto insular, el contexto de las Islas Británicas, en el cual veremos fundamentalmente la versión del liberalismo postrevolucionario inglés que se agrupa en torno al movimiento utilitarista. Veremos una serie de caracteres comunes entre ambos que, fundamentalmente, como digo, responden a defender esas ideas del pensamiento ilustrado y liberal, ...pero al mismo tiempo marcar una distinción entre los dos. ...con respecto a algunos elementos negativos que se consideraban que se habían dado en la revolución francesa. Y veremos también algunas diferencias que existen entre ambos. Diferencias, por ejemplo, a la hora de plantear la idea de democracia, a favor o totalmente en contra, que, según veremos, pues hay distintas sensibilidades sobre este tema. Durante la primera mitad del siglo XIX hay que explicar que la idea de democracia fundamentalmente es una idea minoritaria. ...y además se entenderá que la aspiración a un sistema político-democrático de sufragio universal puede llevar al desorden y al caos. Ese caos y desorden, que según ellos está ejemplificado precisamente en el periodo jacobino, en el periodo del terror, en el que hubo sufragio universal en Francia, por tanto que era democrático. Pero la cosa cambiará a mediados de siglo cuando se dé un cierto cambio, unido también a ese clima... ...de triunfo final de las revoluciones liberales que va a ir volcando básicamente todos los gobiernos europeos hacia sistemas políticos, no solo ya liberales y parlamentares, sino también democráticos. Y vamos a ver un poco varios autores. En el caso francés veremos fundamentalmente este señor que tenéis aquí, Benjamin Constant... Veremos también a un grupo de pensadores un poco posteriores a Constant, aunque en cierta forma se eslapan con él, que son los llamados doctrinarios, y luego veremos un autor más tardío que es Alexis de Torqueville. Alexis de Torqueville, que marca ya un cambio porque hace una defensa de la democracia, reconociendo, no obstante, problemas que tiene el sistema democrático, que hay que tener en cuenta, y que, no marcar un poco, pues un cambio hacia un liberalismo que acepte la democracia como sistema y se aleje de esa idea del sufragio universitario. En el caso inglés vamos a estudiar estos tres autores. Jeremy Benz, aunque es un autor que se sitúa un poco académico. Un caballo entre el siglo XVIII e inicios del XIX, que es cuando va a morir. Por lo tanto, hereda ese pensamiento de la ilustración muy vinculado a las ideas empiristas de Hume. Un autor un poco más joven, James Mill, que tenéis aquí, que va a ser discípulo de Benson y que va a recibir muchas salidas de Benson, aunque también teniendo algunos matices particulares. Y finalmente, otra de las grandes figuras. O la principal, podríamos decir incluso, del movimiento utilitarista inglés, que va a ser John Stuart Mill. John Stuart Mill, que al igual que Torquedil, ya sé si estuvo en la generación más tardía, que te toca ya en esa segunda mitad del siglo XIX, en el cual ya se dan circunstancias que hacen que cambie a una posición más política, más abierta a favor ya de la democracia, e incluso por el contexto de la revolución industrial, incluso a favor de una serie de... ...de reclamaciones sociales que incluso plantean la posibilidad de una intervención del Estado para paliar la situación de esas clases. Con lo cual, abre una nueva vía en el liberalismo a favor de un cierto liberalismo social o social-liberismo. Que, por otro lado, me gusta demasiado a los defensores de las corrientes neoliberales actualmente, digamos ya los anarcocapitalistas, que hay un Stuart Mill en esto, pues casi... ...tendido al socialismo por afectar una cierta intervención del Estado en cuestiones sociales. Pero bueno, eso lo dejaremos para otro día. Ahora vamos a ver un poco estas características comunes que tienen estas dos corrientes, tanto el liberalismo francés como el utilitarismo inglés. Y aquí os pongo entre paréntesis, al hablar del utilitarismo, entre paréntesis radicalismo, porque el radicalismo, el partido político radical... inglés, va a ser de cierta forma la que va a hacer un poco bandera de las ideas de estos intelectuales utilitaristas en el plano político. De hecho, autores como John Stuart Mills eran incluso parlamentarios de este partido radical en la gama de los comunes británica, solo durante una legislatura porque tenía la mala costumbre de defender lo que le parecía racional y adecuado incluso cuando contra su propio partido entonces, de eso le llevó una serie de conflictos con su propio partido y ya decidieron en la segunda legislatura no presentar a los mujeres parlamentarias. Entre algunas de estas cuestiones que le parecía justa, que las mujeres tuvieran derecho al voto Fue uno de los primeros políticos que planteó en un parlamento la necesidad de que las mujeres tuvieran derecho al sufragio y por lo tanto fueran ciudadanas plenamente. Pero bueno, eso es una cuestión que en estos momentos es un poco anecdótico. Básicamente, elementos comunes. Fundamentalmente, tanto unos como otros defenderán la libertad como valor supremo. Libertad como valor supremo sobre todo entendiéndola como libertad individual. La libertad de individuo que ellos entienden que es el acto político de cualquier sistema liberal y que por lo tanto debe ser férreamente defendida. ¿Férreamente defendida de qué? Pues básicamente de la intervención del Estado. La idea de que el individuo en cierto forma siempre está en conflicto con el Estado y que el Estado siempre está intentando socavar y limitar las libertades del individuo. Por lo tanto, el individuo siempre está acosado por el eje autoritario que tiene el Estado a priori. Pero también la libertad del individuo y de grupos de individuos que son minoritarios. ¿Frente a qué? Frente a las mayorías. No solo ya frente a la organización institucional del Estado, sino también ante grupos mayoritarios. Que pueden hacer presión, pueden intentar socavar esos derechos y esa libertad del individuo. Haciendo un gran énfasis vinculado a esta idea de defensa de la libertad individual en la defensa de la propiedad. Entendiendo que la propiedad es en cierta forma una expresión de la libertad individual. Las expresiones de la libertad individual Es que el sujeto sea propiedad y que tenga la capacidad de administrar sus propiedades, sus bienes, sin ninguna corta pisa. Cuando el Estado inmediatamente intenta aplicar, intenta ejercer un control sobre la propiedad del individuo, inmediatamente está atacando su autonomía, su capacidad de gestionar sus bienes y, por lo tanto, es un ataque a su libertad. Es una idea que, a posteriori y hasta la actualidad, mantienen los liberales. Cualquier tipo de política restrictiva, de control, de mayor fiscalidad, ellos entienden siempre que es un ataque a la libertad del individuo. Que cualquier regulación del aspecto económico es inmediatamente un ataque a la libertad individual y el ejercicio de la libertad individual y, por lo tanto, tiene que ser anulado. Llegando incluso a considerar, como consideran muchos migraos liberales, que cualquier impuesto es un impuesto concreto. Un confiscatorio que, en cierta forma, está atacando la libertad del individuo de gestionar las riquezas que obtenga. Por lo tanto, plantean incluso los agrocapitalistas la desaparición de los impuestos porque entienden que el impuesto es siempre una confiscación de una riqueza que, por lo tanto, es ilegítima. Otro elemento vinculado también, obviamente, a esta defensa de la libertad. La idea de evitar la tiranía del Estado o bien de las mayorías. No solo ya la tiranía del Estado. No solo la tiranía del Estado como institución organizada, con sus propios organismos, la policía, los jueces, los funcionarios, sino incluso de las mayorías. Las mayorías, e incluso hablarán algunos autores liberales de esta época, de que incluso hay que evitar la tiranía de los parlamentos. La tiranía de los parlamentos en que las mayorías parlamentarias pueden convertirse precisamente en tiránicas y, en cierta forma, llevar a cabo leyes que afecten los derechos del individuo. O de grupos minoritarios dentro de esa sociedad. Todo ello intentando evitar la acumulación de poder por parte del Estado. Esa idea de que el Estado, en cuanto no se está fiscalizando, en cuanto te despiertas, el Estado normalmente intenta extender sus tentáculos de poder y acumular más poder hasta convertirse en una organización autoritaria y autocrática. Que controle totalmente el mundo. ¿Cómo se consigue evitar esta acumulación del poder? Lo tradicional, división de poderes, pero al mismo tiempo también limitación de cada uno de estos poderes. Como veremos en algún caso en el de Costán o Torquevil, incluyendo una fragmentación de cada uno de estos poderes, del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial, del Poder Legislativo, que hace que ninguno de estos poderes pueda acumular... demasiada fuerza y por lo tanto pueda sojuzgar a los demás poderes del Estado ni pueda sojuzgar al individuo y afectar a su libertad. Y también sobre la cuestión de la soberanía popular cómo hay que entender que se refleja esta en el sistema político hay distintas actitudes. Hay por un lado los que defienden que el sistema no debe ser democrático no debe ser un sistema de sufragio universal en que todos puedan votar y ser elegidos sino que entienden que el sistema debe de ser puramente representativo, que debe de haber un gobierno representativo y no democrático. Es decir, que debe de haber un sistema de voto censitario en el que puedan elegir solo los que tengan un determinado nivel de renta y a su vez puedan ser elegidos aquellos que tengan un nivel de renta todavía mayor. Con lo cual que únicamente una élite de la sociedad tenga derecho al voto y a ser elegido como representante. Frente a esto los que defienden, pues una sociedad en la que todo individuo pueda votar simplemente por el hecho de ser ciudadano normalmente los que defienden esta idea democrática defienden el derecho al voto universal masculino y una minoría, como por ejemplo John Stormill incluyen también a las mujeres en este derecho al voto. Pero como digo, esto va a haber divergencias. Los utilitaristas ingleses van a estar más a favor del voto, una extensión del voto, o bien directamente democrática, o bien una extensión del voto más allá de las clases altas, cogiendo también clases de un nivel de renta menor, como por ejemplo la pequeña y mediana burguesía, las clases medias y los franceses sobre todo constantes y los doctrinales van a estar a favor de un sistema censitario. El cambio que se da en el pensamiento francés se da sobre todo con Torqueville, que acepta ya basándose en el esquema, en el modelo de Estados Unidos, la democracia como sistema que deben adoptar los sistemas liberales europeos a partir de esos momentos. Y de hecho va a tener influencia en la propia Francia, su obra sobre la democracia americana. Por lo tanto, actitudes distintas. Una actitud más favorable al sistema democrático o a una ampliación del sistema representativo censitario O bien, una defensa a utranza de un sistema puramente censitario. Por lo tanto, en eso hay divergencias, tanto entre distintos autores como, más en general, entre el liberalismo francés y el utilitarismo inglés. Y ahora vamos a ver un poco más detalle el caso del liberalismo francés a través de distintos autores. Vamos a empezar con el primero, el dinamismo constante. Por lo tanto, una de las obras principales del dinamismo constante está que tenéis aquí, La libertad de los antiguos y modernos, que es la gran aportación teórica de Constant, esa distinción entre libertados antiguos versus libertados modernos, que explicaremos ahora sin dar tiempo con más detalle, si no el próximo día. Y que van, en cierta forma, son unos autores que van a empezar a poner las bases de ese liberalismo posterior a la Revolución Francesa. El liberalismo, como dijimos, surge en cierta forma ya con Locke, pero va a tener una evolución y esta evolución va a ser importante a estos pensadores posteriores a la Revolución Francesa porque, de cierta forma, van a delinear esos rasgos generales que ya vimos en esa pequeña introducción. El contexto político e histórico del dinamismo constante. El dinamismo constante, como veis, es un autor que nace a finales del XVIII. Por lo tanto, va a ver directamente la Revolución Francesa. Va a estar presente en los hechos de la Revolución Francesa y, por tanto, lo va a conocer muy directamente. Pero su obra política va a ser escrita y va a ser publicada fundamentalmente en dos periodos. El periodo del Imperio Napoleónico y de la restauración borbónica. Por lo tanto, el periodo de esas guerras napoleónicas, de ese gobierno napoleón, y luego la restauración de los borbones en Francia. La restauración que tiene unas características particulares. No tendrá una restauración del sistema... per se del Antiguo Régimen porque, en Francia, el sistema del Antiguo Régimen había quedado tan tocado por la Revolución Francesa que directamente era imposible volver a él. Se había desaparecido todo el sistema estamental, la sociedad feudal, la propiedad de la tierra había quedado totalmente alterada, los hombres habían perdido tierra, los criáticos también, había nuevos propietarios ricos a los que no se podía expropiar y, por lo tanto, había que, en cierta forma, volver. Volver, no al Antiguo Régimen como tal, sino a un estado intermedio más moderno. Por lo tanto, cuando se restaure el sistema El sistema borbónico en Francia se va a restaurar, no el antiguo régimen de la época de 1816, sino la monarquía parlamentaria definida por la primera constitución de la Revolución Francesa. Una constitución parlamentaria con sufragio censitario y de signo liberal, pero moderado. Por lo tanto, es el sistema borbónico de signo moderado en el cual se intenta hacer un acomodo entre cosas que venían del antiguo régimen, las clases aristocráticas, el papel del rey y elementos que ahora ya irían renunciables de ese pensamiento liberal, de esa relación política y social en un mundo totalmente distinto. Y, en cierta forma, esto va a responder a este intento de equilibrar y de compaginar estas dos herencias. La herencia que había... La herencia que había abierto un nuevo camino de la Revolución Francesa y la herencia de ese antiguo régimen va a estar en esa postura moderada que va a tener Benjamin Constant y otros autores posteriores. Benjamin Constant va a incidir, como ya dijimos, en la libertad del individuo, opuesta siempre con el Estado, viendo siempre en el Estado una tendencia a extralimitarse casi por defecto, algo que comparte hasta la actualidad el liberalismo, lo que debería ser constante, está realmente aludiendo a que el Estado, cada vez que hace una regulación determinada... ...ya está tratando de derechos individuales, la autonomía del individuo y, por lo tanto, ve siempre la actividad del Estado como una actividad que amenaza al individuo y sus libertades como eternamente amenazadas por la intervención del Estado. Esos son los dos elementos nucleares del pensamiento. Y también va a hacer una crítica a las teorías de soberanía popular que acusó, esa idea de la voluntad general, porque él entiende que hay un peligro... ...de equiparación entre esta voluntad general por parte del Estado, que el Estado se arrogue la idea de que ellos, en tanto que representantes de esta voluntad general del pueblo, son los que actúan por el pueblo. De cierta forma, esto les lleva a tomar decisiones autoritarias y arbitrarias, amparándose en que el pueblo es elegible, por lo tanto, están perfectamente legitimados para hacer lo que quieran, independientemente de que vayan contra el orden vigente, incluso cuando las leyes están vigentes. Y, por tanto, puede dar lugar a un despotismo o una tiranía. Y, además, cree que esta voluntad general de Rousseau, que estaba en su idea de soberanía, identificaba falsamente la sociedad, la sociedad civil, con el Estado. Hacía que se confundiera el Estado con la sociedad civil y que el Estado se convirtiera, en cierta forma, en una expresión de esa voluntad. popular y que por lo tanto pudiera actuar independientemente de la realidad. Y que por lo tanto también había una confusión igualmente entre el gobierno y el pueblo. El pueblo, de otra forma, era si Luis XIV había dicho aquello del Estado soy yo, lo que había dicho los jacobinos según Constant era que ellos eran el pueblo, por lo tanto como ellos eran el pueblo, como el gobierno era el pueblo, podían hacer directamente lo que quisieran porque lo hacían por la voluntad general del pueblo y ellos eran los que conocían, los que sabían la voluntad de nosotros los franceses. Ellos eran el pueblo. El gobierno era el pueblo. Obviamente este hecho de que el gobierno se crea el pueblo y que por lo tanto esté totalmente legitimado o lo que quiera, pues vemos inmediatamente que es problemático. Y esto podía llevar obviamente a esa tiranía de las mayorías que iría contra los derechos de los individuos y los derechos de grupos de individuos, es decir de minorías. Y los socavaría. Y a su vez esto sería aprovechado para el Estado para reforzar su poder y por lo tanto llevar a un Estado autoritario. Por lo tanto, defendía de cierta forma esa posibilidad de que esa teoría con sus vaguedades de la soberanía popular derivada de la voluntad general de Rousseau, pues llevara precisamente esa deriva a gobiernos autoritarios y dictatoriales. Recogiendo también él la predicción que había hecho Bourque sobre la revolución francesa y que aunque no llegó a ver el fin de la revolución francesa, pues se cumplió a través de la figura de Napoleón. Por lo tanto para evitar esto hay que limitar el poder del Estado. Es el mecanismo típico y tópico que plantean siempre los liberales de dividir el Estado en tres poderes. Romper el poder único del monarca en tres poderes. Un poder ejecutivo, legislativo y judicial. La manera de Montesquieu. Pero según consta esta compartimentación de poderes no es suficiente porque se puede dar que el poder ejecutivo se vaya reforzando, vaya cogiendo cada vez más poder y que termine ingiriéndose no sólo ya en la acción del poder legislativo, del poder judicial, sino que incluso en las propias libertades de los individuos. Por lo tanto hay que establecer a su vez dentro de cada uno de estos poderes una compartimentación adicional del poder. Estos poderes ya son una compartimentación del poder del Estado pero a su vez cada uno de ellos debe ser a su vez fragmentado para evitar precisamente esa autonomía y ese refuerzo. En el caso del ejecutivo, él entiende que debe de fragmentarse en dos instituciones. Por un lado está el rey, el rey que cumple una función peculiar porque es un rey que tiene únicamente funciones simbólicas. El rey no tiene ninguna función política, no tiene ninguna capacidad de actuar en la política, no tiene la capacidad de crear reyes, no tiene la capacidad de actuar y de modificar nada de lo que hace el parlamento. Es simplemente una figura que tiene una funcionalidad simbólica. Es el que representa al Estado, es la cabeza del Estado, pero no tiene ningún poder en sí. Lo que suele decir el rey reina pero no gobierna, lo cual anteriormente al liberalismo se ha considerado un asunto porque reinar era gobernar. Pero ahora no tanto porque el rey en su función es simbólica, es simplemente representar a la nación, el sector y de cierta forma ser un elemento que de cierta forma una a todo. Todos los elementos que se dan a la sociedad, los distintos elementos del Estado, los distintos grupos políticos. De nuevo podemos echar un poco mano de la figura de Isabel II que en cierta forma actúa con ese papel de referente común de todos los ingleses o durante cierto tiempo, durante la transición, el rey Juan Carlos como rey de todos los españoles independientemente de que fueran comunistas, socialistas, en cierta forma todos se veían representados por esa figura de consenso que era rey. Que no tenía poder político pero que representaba al Estado y sobre todo en el caso francés, en este caso de intentar casar ese resto del antiguo régimen con este nuevo sistema, representaba también a la tradición de la monarquía francesa y de ese mundo desde la historia francesa. Por lo tanto también era un gesto a ese mundo antiguo que había desaparecido. Por lo tanto el rey no tenía funciones, por lo tanto era neutral. En realidad le permitía servir de ámbito, servir un poco de nexo y poder arbitrar un poco entre las distintas tendencias políticas y además esto hacía que fuera irresponsable políticamente. Y en esto de irresponsable políticamente no quiere decir simplemente que fuera inviolable como sucede con el rey actual o con el emérito sino que no era responsable en ningún sentido. No tenía responsabilidades políticas y por lo tanto tampoco se le podía entrar. Era una figura que estaba un poco al margen de estas cuestiones de tensiones y de reclamar determinadas cosas porque se ha hecho esto. Como él no podía hacer nada en la política pues no se le podía tampoco tocar en ese sentido. No sucedía así con el Gobierno, que son los ministros del Rey, que sí que son responsables políticamente. Ellos sí que toman decisiones políticas y, por lo tanto, tienen que ser responsables políticamente las decisiones que toman, como cualquier institución política y sus responsables. Si Mazón no estaba presente cuando tenía que estar, si el aviso no llegó a tiempo, obviamente hay unas responsabilidades políticas de Mazón, de la consejera que tenía el cargo del sistema de urgencias y, por lo tanto, son responsables políticamente de eso. Porque son las que tenían la capacidad de actuar en esas circunstancias, poniendo un ejemplo actual. En cuanto al legislativo, el legislativo está dividido en un parlamento que está dividido en dos. Un poco copiando el modelo inglés. El modelo inglés, sabéis que está formado por una Cámara Alta, la Cámara de los Lores, que está reservada para la aristocracia de alto nivel, lo que nosotros llamaríamos los grandes de España, en nuestro caso, que los ingleses llaman los lores, los duques, los condes, los marqueses. Y, por otro lado, una Cámara Baja, la Cámara de los Cumbres, en que hay representantes elegidos por el pueblo. Lo mismo se va a aplicar ahora en Francia. Hay una Cámara. Hay una Cámara Alta, un Senado formado por la aristocracia. Una aristocracia que, obviamente, es un guiño, es un gesto a esas élites del antiguo régimen que formaban esa aristocracia de esa época. Pero, al mismo tiempo, hay un órgano representativo, un parlamento, que está básicamente representando al pueblo. Aunque, realmente, como es un sistema censitario, representa una capa concreta del pueblo. Representa a los propietarios. Porque solo los propietarios pueden votar y solo propietarios necesitan. Y, al cierto nivel, pueden ser elegidos. Y esto es lo que él llama poder representativo de comunidad, de continuidad, frente a poder representativo de opinión. ¿Por qué poder representativo de comunidad? Obviamente no representa al pueblo. Pero representa a unas determinadas élites del antiguo régimen. Representa la continuidad con ese orden del antiguo régimen, en cierta manera. Porque reconoce el papel de los... Que habían sido el grupo dominante en ese mundo del antiguo régimen previo a la Revolución Francesa, es decir, la aristocracia. Por lo tanto, es el poder que marca una cierta continuidad. Frente a ese otro poder emanado de la Revolución Francesa, que es el del parlamento, que es un poder representativo de opinión, que refleja las opiniones que tienen los votantes y, por lo tanto, votan a un candidato o a otro. Por lo tanto, estas dos instancias obviamente son sociológicamente distintas. Uno son la antigua élite que todavía tiene un cierto papel, aunque ya ha menguado, y la nueva élite burguesa que ahora ha llegado a ese papel preponderante. Por lo tanto, responden a ese duro interés. Y entonces, en cierta forma, se anula entre ellos. No puede preponderar ninguno de los dos y tiene que establecer un equilibrio porque, en cierta forma, un conflicto entre ambos anularía esto y, por lo tanto, mantendría un cierto equilibrio que hacía que el sistema no fuera hacia un lado o hacia otro de forma muy radical. Y, por otro lado, tenemos el sistema judicial. En el sistema judicial, por un lado, hay los jueces profesionales, pero Constantin entiende que los jueces profesionales son seres humanos y que, por lo tanto, pueden tener prejuicios, pueden tener sesgos, pueden tener su ideología política, pueden tener determinadas cuestiones que influyan en... Tienen que ajustarse a la ley, pero todos sabemos, en casos típicos de sentencias judiciales escandalosas, que un juez muchas veces puede interpretar muy libremente la ley y dar lugar a fallos que lleguen a ser bastante insostenibles a largo plazo y que normalmente suelen ser revocados por otros tribunales. Por lo tanto, ante esa posibilidad de que el juez tenga una misión sesgada y que, por lo tanto, pueda tomar arbitrariamente decisiones que no se ajusten explícitamente a la ley o con la ley se interprete de forma un poco torcida, hay que introducir un elemento de corrección que es la institución de los jurados populares. Jurados formados por ciudadanos, independientemente del nivel de renta. Aquí el nivel de renta no funciona como funcionaba, por ejemplo, en la elección de representantes. Aquí cualquier ciudadano, simplemente poseerlo, independientemente de su nivel de riqueza o de la clase social a la que pertenezca, puede ser llamado por sorteo a formar parte, en los jurados populares. Y, por lo tanto, cada una de las sociedades con la variedad de opiniones y situaciones sociales actúa, en cierta forma, como una representación popular que compensa la arbitrariedad de ese grupo cerrado, muchas veces endogámico, que son los jueces. Por lo tanto, evita también una extralimitación arbitrariedad de los jueces. Aunque también puede haber, obviamente, esos juicios paralelos a nivel popular que pueden afectar a la toma de decisiones según el jurado. Como verá luego. Como verá luego, como Alex de Torquevi. Esta limitación del poder del Estado, además, la va a basar en, va a decir que es una aplicación de la teoría del gobierno mixto. El gobierno mixto en el cual no solo simplemente se llega a un gobierno mixto por dividir en tres poderes, el fructíbulo, el jurídico y el gubernamental, sino también por crear esta división interna. El gobierno, resultado también de las mayorías que hay en el Parlamento frente a ese monarca que viene del antiguo régimen. En las distintas cámaras del Parlamento, poder representativo de continuidad o de opinión, están representadas la burguesía, el principio aristocrático, por otro lado, perdón, la aristocracia, el principio aristocrático es el mundo del antiguo régimen y, por otro lado, ese mundo liberal nuevo a través de sus representantes de la burguesía. En el Parlamento, por lo tanto, hay una forma de equilibrar la tradición de la revolución con la tradición del anterior y de intentar también hacer casar esas dos clases sociales, una que había sido la preponderante en el antiguo régimen y que ahora tiene minguado su poder pero que todavía tiene sus parcelas de poder y esa otra nueva clase emergente, no solo ya en lo económico sino también en lo político, que es la burguesía, intentando, de cierta forma, armonizarlas y equilibrarlas. Y, como nexo divinamente ambos, pues ese papel de la monarquía parlamentaria. En esto podemos ver unas ciertas analogías, aunque en otro contexto totalmente distinto y dando unas consecuencias totalmente distintas a esa idea del papel del monarca como un nexo social que planteaba también de Bonal. Y esto no deja de ser también un reflejo de los sistemas políticos de esa época, que aunque de Bonal no fuera partidario de un sistema político liberal, pues también estaba influenciado por esas monarquías parlamentarias que había en esos momentos y que, no obstante, él rechazaba. Básicamente, a través de esta compartimentación del poder y de este equilibrio entre estos grupos sociales que están presentes, sobre todo en el poder legislativo, pues se consigue proteger la libertad y evitar, mediante esta fragmentación interna, que cada una de esas estaciones del Estado o de Estado en general, se ultralimite sus competencias y acabe afectando a la libertad, entendida como libertad individual. Y tras este énfasis de la libertad, nos queda el gran problema de siempre que es... ¿Qué es la libertad? El gran problema que sucede siempre en la teoría política liberal. Sí, vale, los liberales defienden la libertad, pero ¿libertad en qué sentido? ¿Libertad para qué? ¿Libertad cómo? La gran cuestión que se plantea siempre cuando aparece esta idea de libertad y los liberales empiezan a repetir casi en bucle este término libertad. Ahora, ¿cómo entiende Benjamin Constant y cuál es la definición que da de libertad? Pues vamos a partir básicamente de una distinción que no expresó explícitamente Constant, que es una distinción que va a adoptar otro autor posterior, un teórico político, un filósofo de la ética posterior, que es Isaias Leibniz, también de signo liberal. Isaias Leibniz va a plantear que la libertad se puede entender de dos maneras. Un bien. Como libertad positiva, que es la libertad de actuar de uno mismo, la libertad para hacer de cierta forma lo que quiero hacer, hasta donde da mi capacidad física para hacer una determinada cosa. Mi libertad positiva está limitada únicamente por mis capacidades físicas. Obviamente no tengo la libertad positiva para volar, pero dentro de mis límites físicos tengo la capacidad positiva de hacer cualquier cosa. Pero frente a esta libertad positiva, que en cierta forma simplemente... Esta capacidad irrestricta de hacer, la capacidad de lo que puedo hacer por mí mismo, está la libertad negativa, que es la libertad de hacer con respecto a lo que los demás me permiten hacer. Sí, yo puedo hacer muchas cosas, pero hay un momento en que va a haber un freno que marque un límite a mi libertad. Fundamentalmente la frase más tópica en este sentido es esta frase que dice que tu libertad llega hasta donde empiezas. Y mi libertad llega hasta donde empiece la tuya. Porque cuando mi libertad se encuentra con la tuya e intenta pasar y sobrepasar ese límite, empiezo a afectar a tu derecho de libertad. Y por lo tanto, en ese momento en que las dos libertades de los individuos chocan, surge el deber. Yo tengo la capacidad de hacer el derecho de hacer determinadas cosas, pero cuando me encuentro con tu libertad y la ataco, tengo el deber de respetar tu libertad. Y por lo tanto, ahí se crea un límite a la libertad. Es el límite de lo que le permiten nosotros hacer, lo que le permiten las leyes, lo que le permite la ética, lo que le permite la presión social a un individuo. Por lo tanto, aquí ya surge un elemento que es esencial, que sería que la libertad no es simplemente una capacidad irrestricta, sino que tiene un límite. La libertad positivamente, pues todos podemos hacer lo que queramos, pero va a haber un límite porque si hacemos determinadas cosas, pues vamos a tener el rechazo de los que nos hacen. Si hacemos algo ilegal, nos va a perseguir toda la fuerza de la ley y hay determinadas cosas que incluso dentro de las maneras y del comportamiento cívico, pues van a ser rechazados. Si yo entro en un sitio y alguien está sentado a tomar un café, lo abofeteo, inmediatamente va a haber una reacción por parte de los demás y del propio individuo que va a reaccionar a ese exceso de libertad, a esa libertad inrestricta, intenta salvar, saltar ese límite a la seguridad o a la integridad física del otro. Por lo tanto, la libertad tiene un límite, pero esto lleva a la necesidad de definir este límite porque el límite puede ser muy... ...muy ancho o puede, sin embargo, ser muy estrecho. El individuo puede estar, puede tener una gran capacidad de acción hasta los límites bastante amplios o bien puede darse su libertad de pensamiento, de acción, de expresión de ideas, de asociación muy limitada. En el caso, por ejemplo, de un país con un gobierno autoritario y dictatorial, pues va a limitar obviamente mucho ese límite a la libertad negativa. Esa libertad negativa va a estar muy... ...muy estrechamente, estrechamente marcada. No sucede así en otro tipo de sistemas de gobierno, pero recuerdo que uno acepta una serie de derechos ciertos. Por lo tanto, hay que definir claramente cuál es el límite, cómo es la elasticidad, qué extensión tiene cada límite a un tipo de sociedad. Para ello, va a marcar una distinción entre dos esferas. Hay, por un lado, el momento en que la libertad de un individuo choca con la libertad de un individuo. Esta frase es la que hablamos hace un momento. Y, por otro lado, otra cuestión que es cuando la libertad de un individuo choca contra la libertad de un conjunto de individuos. Contra la libertad de la mayoría o contra la libertad de la sociedad. Y aquí se da a nuevo esa tensión entre el individuo y la sociedad, cuando se incluye ya el Estado. Pero esto, hay que tener en cuenta estas dos situaciones. Pero esto no es suficiente para entender claramente cómo... ¿Cuál es la extensión en cada circunstancia, en cada contexto de esta libertad? Y para ello, Constant entiende que es necesario tener en cuenta dos planos de ejercicio de la libertad. La libertad, independientemente de que se dé un conflicto entre la libertad entre individuos o entre un individuo y un grupo, esto se puede dar en dos planos distintos de la realidad. Por un lado, se puede dar en el ámbito público o bien en el ámbito privado. Y de cómo se ejerza la libertad y de cómo se limite o no esa libertad negativa en una esfera, en una esfera pública o en una esfera privada, van a surgir interpretaciones distintas de cómo funciona la libertad. Y aquí es donde introduce su gran distinción, su distinción crucial, que es la distinción entre la libertad de los antiguos frente a la libertad de los modernos. Aquí tenéis en esta edición, en esta editorial pequeñita que se llama Página Indómita. Como veis, es un libro bastante cortito. Se lee prácticamente una tarde fácilmente. La libertad de los antiguos con respecto a los modernos, que básicamente se distinguen por el papel que cumple la libertad con la amplitud. O hace razón que tiene esta libertad, que es más limitada o menos, en el ámbito público o en el ámbito privado. Y él va a entender que la libertad de los antiguos en el ámbito público y en el ámbito privado se caracteriza por dos cuestiones. En el ámbito público, los antiguos tenían plena libertad. Y esta plena libertad se expresaba a través de la participación política, sobre todo en las asambleas. Está pensando, obviamente, en las asambleas de la democracia. En la cual todos los ciudadanos participaban en la votación de las leyes y decidían la política de Atenas. Pero está pensando también en otras instituciones asambleales, como por ejemplo los comicios romanos, en las cuales los ciudadanos romanos se reunían y junto con el Senado también daban resultado a las leyes romanas. Por lo tanto, en el plano público, el ciudadano antiguo tenía plena libertad. No sucedía lo mismo en el plano privado. Porque en el plano privado, el individuo... El individuo no tenía plena libertad. El individuo estaba siempre coaccionado, estaba siempre limitado, estaba siempre determinado por los grupos a los que pertenecía. El ciudadano romano o griego formaba parte de una familia, de un linaje familiar, de un grupo de interés, de asociaciones como las fractías o grupos o partidos, grupos de presión, grupos de interés... Y por lo tanto estaba siempre condicionado en su actividad privada por... Por la pertenencia a uno o varios de estos grupos. Cuando tomaba una decisión, no tomaba decisión como un individuo concreto, sino que tomaba como miembro de un partido político concreto, de una clase social concreta, como miembro de una familia concreta y como miembro de una clientela política o como patrón de una determinada clientela política. Por lo tanto, en el plano privado estaba siempre condicionado. El individuo no era realmente individuo en el sentido que lo tenemos ahora. Actualmente, sino que era una persona social. La persona social estaba determinada y cada vez que tomaba una decisión la tomaba teniendo en cuenta todas esas redes en las cuales estaba inmerso, que lo unían a determinados grupos. Por lo tanto, la mentalidad que va de lugar es una mentalidad de tipo colectivista, en la que la comunidad predominaba sobre el individuo, porque el individuo tenía capacidad de acción en lo público, pero al final en lo privado estaba totalmente predeterminado. Y eso también tenía su reflejo en el ámbito público, en el cual tú defendías una determinada facción política u otra y a su vez eso también estaba vinculado con conexiones personales. El propio César sí tenía sus propios correligionales políticos, pero también con quien estaba casado César, quién eran sus parientes, quién eran sus amigos, eso estaba influenciando en que tuviera una serie de camarillas políticas en torno a él. Por lo tanto, no se separaba ese plano público, no se separase de ese plano privado. Sucede algo totalmente distinto con la libertad de los modernos, que está definida totalmente por el individualismo. El individuo, el sujeto en el mundo moderno es un sujeto que es plenamente individuo. No es ya una persona social que depende y actúa y está condicionada por todos los grupos a los que pertenece, sino que tiene una cierta autonomía individual que le lleva a ejercer su libertad plenamente, tanto en el ámbito público como en el privado. Por lo tanto, en el ámbito público. En el ámbito público, el ciudadano es libre, puede participar en la política, aunque esto sea una política ética o censitaria, por lo tanto, haya una parte de la población que, de hecho, no tiene la capacidad de participar políticamente, pero en el ámbito privado también puede actuar libremente, sin la injerencia de otros grupos y, sobre todo, sin la injerencia del Estado. Por lo tanto, la capacidad de un individuo para gestionar sus propios ingresos, sus propios recursos y cualquier intento del Estado. Con respecto al sistema político norteamericano, que sí que existe esa idea de que determinados funcionarios de la administración son elegidos, son votados por el pueblo, no resulta tan extraño. Todos conocemos las películas norteamericanas, figuras como el sheriff del pueblo o el sheriff del condado, que son funcionarios elegidos. El sheriff tiene que someterse al término de su mandato a una selección y puede haber otros candidatos a la posición de sheriff que ganen esa selección. Si ese candidato, el sheriff que estaba ejerciendo, no sale elegido, pues tiene que abandonar el cargo. Pero posiciones también como la de fiscal. El fiscal general también tiene que presentarse a unas elecciones para ser elegido o bien reelegido. Y también sucede con funcionarios incluso del gobierno municipal, el representante de, por ejemplo, de San Martín. La sanidad no solo ya es escogido como concejal, sino que específicamente el funcionario encargado, por ejemplo, del sistema de limpiezas o de sanidad, pues es escogido en una votación particular por representantes de ese ayuntamiento norteamericano. Por lo tanto, no es tan extraño si lo pensamos un poco en el espejo de ese mundo norteamericano. Y lo planteaba aquí Torqueville como una forma de favorecer esa participación del ciudadano. Y ejercer esa libertad en el ámbito público, en el ámbito político. Y en el ámbito privado en que se representa esta plena libertad, esta libertad individual en las libertades cívicas. El individuo tiene esos derechos individuales, esos derechos universales a la ayuda de la libertad y la propiedad, pero hay toda una serie de libertades derivadas de esto. Libertad de pensamiento, libertad de acción, libertad de asociación, que están vinculadas y derivan de esas tres primeras. Libertades básicas. Y el ejercicio de estas libertades civiles son ese conjunto de derechos políticos irreductibles, intocables, en los cuales el Estado no debe entrar. En cuanto el Estado intenta limitar estas libertades civiles, es elegible. Cuando, por ejemplo, el Estado intenta limitar excesivamente el derecho... El derecho de huelga está tocando un derecho civil básico, que es el derecho de sindicación y el derecho de protesta. Por lo tanto, está atentando contra los derechos civiles. En el caso, por ejemplo, de la Argentina, mi ley ahora tiene una ley que casi puede considerarse terrorista a los que realicen paros en determinados sectores de la economía. Con lo cual, está atacando directamente a un derecho que está reconocido como derecho civil. en la propia Constitución argentina, que es el derecho de un buen, el derecho de significación. Frente a estas dos cuestiones, la representación y las libertades civiles, una en el plano privado y otra en el plano público, hay un elemento que actúa como intermediario. Las libertades civiles, obviamente, quedan en un plano puramente privado, sujeto ocupando sus propios asuntos, y lo público, la representación queda en un plano perfectamente público, por lo tanto, separado de los intereses particulares. Pero, obviamente, Constant entiende que tiene que haber un ámbito donde intersecten los intereses particulares del individuo, donde ejercen sus libertades en lo privado, y las cuestiones públicas. Y este ámbito, según él, intermedio es el de la opinión pública, que actúa de nexo entre los intereses individuales, lo que opinan los individuos que forman una sociedad, y los intereses colectivos. Cuando varios individuos de una misma sociedad reclaman una misma política, están a favor de una determinada política, pues, obviamente, eso crea un clima de opinión pública a favor, que, obviamente, también tiene su papel, y que, además, transmite ese descontento o esa reclamación de la sociedad a las instancias políticas que han sido elegidas como representantes por Estado. Por lo tanto, hacen presión. Y esa presión que ejerce la opinión pública sobre el Estado, sobre los representantes políticos, en cierta forma, consigue moderar a ese Estado. El Estado, si de repente, por ejemplo, en la época de Aznar, está a favor de participar en una guerra directa, pero en el conjunto de la opinión pública, en el conjunto del pueblo, está en desacuerdo y, por lo tanto, hay manifestaciones, hay reclamación, y hay una queja y hay protestas contra esa acción del gobierno. Es una acción de... rechazo social, con medidas concretas a esa opinión. Por lo tanto, eso modera, en cierta forma, y puede hacer que el gobierno, que es una de las determinadas elecciones, pierda la adhesión popular y, por lo tanto, pierda las elecciones. Y, en este sentido, es importante, y con Torquedil, que piensa que es esencial el papel de la prensa, porque esa opinión pública, en cierta forma, puede resultar un poco vaga, porque dice, bueno, sí, apoyaba no sé cuántos, en la manifestación había 100.000, en la presidencia había solo 50.000, esa es la definición de esa opinión pública. Por lo tanto, tiene que haber un órgano que haga palpable ese clima general que hay en la sociedad. Y este órgano, de cierta forma, que transmite esas inquietudes, ese malestar o ese sentimiento del conjunto del pueblo, es la prensa. La prensa como cuarto poder que influye y, a su vez, a través del cual el pueblo consigue transmitir de forma un poco más directa ese sentimiento social, esa opinión pública a las esferas de gobierno. Obviamente, este papel de la sociedad civil y, sobre todo, de la prensa como órgano que permite darle un poco más de visibilidad, es una alternativa a… Ese concepto vago de la voluntad general del uso, que como ya dijimos, pues era difícil de saber cómo se materializaba, cómo interpretar eso en la voluntad general. Pues a través de la opinión pública se puede saber cuál es esa voluntad del pueblo, sin tener que recurrir a esas ilucubraciones o interpretar casi mediúnicamente esa voluntad que está circulando entre el conjunto de los pueblos. Y, además, desliga ese interés colectivo que se ve expresado en la voluntad general. Es decir, cuando el Estado lleva a cabo una determinada política y el pueblo hace manifestaciones en contra de esa política, el Estado no puede decir tan fácilmente y tan alegremente que lo que ellos dicen es lo que quieren todos los españoles. Porque los españoles en la calle le están diciendo que eso no es lo que quieren. Por lo tanto, eso desliga ese interés colectivo del interés del Estado y de la propia acción del Estado. Por lo tanto, supone un freno que también equilibra y pone corta pisas. A ese intento de actuar independientemente y de extralimitarse del Estado. Y dejamos un poco el último término, que es este valor ético que da la libertad, Benjamin Constant, que lo traemos para el próximo día. Y con esto vamos a cerrar, Benjamin Constant, y daremos los siguientes autores que van a ser los doctrinarios, que veremos muy brevemente. Y Torquemil, que nos va a interesar más, sobre todo, por la crítica que va a hacer al sistema democrático y por la influencia que está va a tener en el emerger de sociedades democráticas, fundamentalmente a partir de 1840, de ese último ciclo de revoluciones liberales. Pero bueno, eso lo veremos el próximo día, en el cual terminaremos ya esta parte continental. Y en próximas tutorías entraremos ya en el utilitarismo inglés, que daremos muy... muy rápidamente y después ya entraremos en otras corrientes como las corrientes de tipo socialista. Muchas gracias, buenas tardes, buena semana y nos vemos el próximo lunes. Gracias.