Vamos a pasar a la última contribución, la última intervención de hoy. Hablar en último lugar tiene sus inconvenientes, que son muchos, pero también sus ventajas, que es que nos tienes a todos desarmados, Alejandro, con lo cual no te haremos muchas preguntas, estamos ya, se nota por la hora, también un poco cansados. Y bueno, voy a presentar a Alejandro Cadenas, que es doctorando de esta casa de la UNED, en Historia Antigua, es máster en Humanidades por la Universidad Carlos III y anteriormente ha estudiado en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla. Bueno, tiene un currículum entre Historia del Arte, Historia y Humanidades, muy apropiado para estudiar fenómenos también de contacto, de frontera, en la historia cultural y en la historia del arte, que es un poco lo que nos va a presentar aquí, que es una parte, supongo, también de su trabajo de investigación, de investigación para la tesis, y bueno, pues le agradezco mucho que haya venido. El título es, como ven ustedes, La frontera entre la Galia y Germania como espacio de apertura estilística en el retrato imperial. Así que, sin más, le doy la palabra con mi regimiento. Bueno, muchas gracias, David, a ti por permitirme estar aquí en estas jornadas y, bueno, a todos vosotros que me vayáis a escuchar y que llevamos aquí ya desde por la mañana algunos de nosotros un poco cansados, así que prometo que voy a ser breve, vamos a ver muchas fotografías, así que espero no cansar demasiado. Bueno, como decía David, efectivamente yo vengo de Humanidades, vengo de absoluta multidisciplinaridad, de modo que, claro, yo en mis investigaciones y en la tesis que actualmente David me está dirigiendo propongo diferentes miradas, ¿no? Una de las miradas más importantes acerca de la imagen del emperador, es la mirada de la historia del arte o de la arqueología, como ustedes quieran, ¿no? Es ver el desarrollo del estilo y de la forma. Bien, bueno, he elegido el siglo III para hablar de cómo es la transformación de la imagen imperial en la zona de frontera porque, como ustedes saben, en el siglo III se produce una transformación drástica en lo que es el desarrollo del arte clásico. Bien, además... Bien, además el siglo III coincide, como ustedes bien saben, con un periodo de inestabilidad grande en el imperio. He traído aquí algunos mapas en los que vemos que efectivamente existe la crisis militar en el Danubio y en el Mar Negro. También tenemos crisis militar en el Rin y en el norte de Italia. Tenemos crisis militar en Oriente contra los persas. En fin, como digo, hay problemas con los barbarismos. Hay problemas en casi todas sus fronteras. Problemas que no exactamente están generados por los bárbaros, sino por una inestabilidad interna que propicia el momento de entrada de los bárbaros. En Pannonia, Siria, Britania, Galia, emperadores que no tienen estabilidad, como digo, salen usurpadores que tienen poco tiempo de gobierno, emperadores que no tienen ese calado tan amplio como anteriormente han tenido otros emperadores. Y en las fronteras de la Galicia y Germania tenemos problemas con alemanes, con francos, con... Y en la Dacia, Moldavia, Ucrania y Mar Negro tenemos problemas con los... Tenemos, el imperio tiene, perdón, problemas con los godos, además de las luchas con los persas. Incluso en un tema como es la representación del emperador tiene especial importancia, digamos, la captura del persa Sapor en el 260 del emperador Valeriano. Es decir, es un impacto fuerte. Bueno, entre otras muchas consecuencias. Incluso entre otras muchas consecuencias de esta crisis militar y esta relación que se estrecha, relación en este caso militar, pero que se estrecha entre el mundo romano y el mundo bárbaro. Bueno, pues tenemos, aparte de las ya consabidas, que ustedes seguro que saben mejor que yo, militarización de las fronteras, etcétera, etcétera, la pérdida de algunas zonas importantes como los campos de comates, la retia, etcétera, tenemos una influencia y una relación. Porque, como bien hemos estado, se ha dicho durante esta jornada, se ha repetido la permeabilidad del Limes y de la frontera. Es algo que parece evidente y que no voy a repetir. Bien, bueno, pues elijo el lugar, la frontera entre el Rhin y el Danubio, la Galia-Germania, una frontera no demasiado clara para mi discurso, es para mostraros primero cómo efectivamente ya desde época más tardía los talleres locales de la Galia, se empeñan en hacer, en realizar trabajos, bueno, de ámbito romano. Entonces, en estos trabajos, en estos relieves y en estas esculturas, poco a poco vamos viendo cómo hay una herencia indígena que es latente, al menos desde un punto de vista estilístico. El contenido de la mayoría de producción escultórica que se tiene es un contenido de carácter completamente romano, ¿no? Si hacemos una visualización arqueológica o estética, de esta forma sí encontramos esa herencia romana, esa relación con lo bárbaro, ¿no? Aquí tenemos, por ejemplo, un fragmento que es una escena de pago de impuestos que podría repetirse en cualquier otra zona del imperio, ¿no?, que pongo como ejemplo de una escena de gran calidad, o de gran calidad, por lo menos una calidad buena, aceptable, porque, por ejemplo, tenemos aquí otra, que es otro relieve, que la calidad, digamos, que es un poco peor, también está más deteriorada por el tiempo, en que es una escena religiosa, es decir, es una escena en la que aparece el dios Cernunnos entre Apolo y Mercurio, Mercurio, perdón. Son ejemplos de producciones locales que se llevan a cabo hasta el siglo III. Aquí, por ejemplo, tenemos dos dioses cazadores, unas figuras que son simpáticas, son parte de un arte plebeyo, porque en estos talleres locales de la Galia también se produce un arte, digamos, relacionado con un arte culto y un arte que tiene más que ver con un arte plebeyo, que, como digo, son estelas funerarias, que encontramos muchas de soldados, escenas en las que aparecen comercio artesanado, pago de impuestos, como hemos visto, escenas familiares, y la calidad de este arte cultivado o plebeyo, la verdad es que no destaca mucho. Destaca por sus cualidades, no es algo digno, es interesante estudiarlo y ver en qué manera esta tradición indígena sigue en las formas, unas formas que a mí me recuerdan un poco a las formas neolíticas anteriores, pero no son para nada una demostración de belleza y de estética. Bueno, aquí tenemos más ejemplos, una escena funeraria. Aquí tenemos una cabeza de mujer bárbara que os la pongo, se la pongo para que ustedes puedan ver cómo, cuando se hagan retratos imperiales, que es a lo que voy en el fondo, hay una influencia de este aire, digamos, germánico. Aquí tenemos esta cabeza de mujer bárbara o aquí un retrato de un jefe celta. Ven como aquí en este retrato, a diferencia de los retratos imperiales o los retratos, digamos, hechos en Italia o en la zona de influencia helenística, no hay un desarrollo de los volúmenes. No hay una, las barbas, el peinado, sino que más bien, tanto el peinado, el bigote, las patillas que se le ven, se hacen a través de incisiones. La línea empieza a tomar fuerza. La línea que podía llevarnos a pensar que es algo más simple, efectivamente lo es, pero también intensifica la línea de expresión. En la historia del arte podemos ver cómo cuanto más se utiliza la línea y más se olvidan los volúmenes, enfatizamos la expresión y enfatizamos la fuerza. Es decir, la fuerza espiritual de las obras de arte. Aquí tenemos un retrato de emperador, posiblemente guardiano III, que es un retrato hecho en la Galia que recoge las características que estoy comentando. No es un retrato imperial que destaque por su calidad técnica y pertenece a una serie de grandes cabezones, perdónenme la expresión, que encontramos. Por toda esta zona. También no he podido encontrar la imagen, pero hubiera sido interesante traerles una cabeza gigante que se encuentra en Estrasburgo, en Argenturatum, en las afueras, que no se puede datar, pero seguramente sea del siglo III también, que mantiene las mismas características de este retrato. Pueden ver el bigote, el peinado, la expresión de los ojos, cómo se marcan las cejas. Son indicios que nos llevan a... a explicar, o que nos explican, cómo es el retrato. No son volúmenes que forman bellas formas valga la redundancia de que podemos ver a primera vista como algo impresionante. Bien, bueno, aquí podemos seguir hablando de la influencia, digamos, o la herencia indígena en toda la parte de la retratística romana. Hay más ejemplos. Sin embargo, aquí estamos un poco para hablar de la frontera y yo me interesaba también no solamente cómo en la zona de frontera se copia un arte imperial, un arte oficial, sino me interesa también ver cómo el hecho de que exista una frontera implica un cambio, pese a que no esté cerca de ella. Es decir, saber que hay un otro y que ese otro, caray, puede que nos peguemos tortas, es decir, están en la otra parte y estamos en una zona de conflicto, influye y hace que yo reafirme o cambie mi modo de ver. Aquí tenemos un ejemplo... Ah, bueno, perdón. Se me olvidaba comentarles que no sé si el tópico, imagino que sí, tópico literario de la ferocidad y la capacidad militar de los bárbaros es un tópico. Bueno, no lo sé. Imagino que hay imágenes como esta las podemos encontrar en todo el imperio. Pero es cierto que aquí tenemos un león derribando bastante bestialmente a un gladiador o tenemos aquí una especie de figura monstruosa que se asienta sobre las cabezas. Las cabezas cortadas de unos humanos, es decir, los bárbaros y los feroz, que son tópicos, y efectivamente entiendo también que son tópicos, pero desde luego encontramos algunos ejemplos aquí. De hecho, cabe mencionar que el tema de las cabezas cortadas es un tema que viene de antiguo, por lo menos en la Galia. Ya se encuentran cabezas de antes de la conquista romana, en la zona de la Galia, que tienen cierto aire helenístico, que seguramente se expandió durante el siglo I o II a.C. a partir de la costa de Marsella, de aire helenístico. Algunas líneas, pero bueno, eso sería entrar en un análisis de las cabezas que se encuentran, etcétera, etcétera. Que ahora mismo no viene en el caso. Bien, aquí les decía cómo desde el propio imperio hay una interpretación de que hay unos bárbaros, que hay unos otros, y eso puede influir. Aquí les enseño... Aquí les enseño, les muestro un retrato desde el punto de vista fantástico del emperador Caracalla, junto a un texto que dice, con frecuencia, quitándose el manto romano, se vestía con prendas germánicas. Además, se ponía en la cabeza una peluca rubia peinada al estilo germánico. Los bárbaros se mostraron contentos con él, etcétera. Bueno, lo de la peluca rubia y tal no casa demasiado con la expresión un poco diabólica de él, también llamado Caracalla. Sin embargo, sí que es cierto que el tema que comentaba antes de la ferocidad y la monstruosidad pudo haber influenciado perfectamente a Caracalla, que como vemos es un emperador que sí tenía una relación con los bárbaros, en su manera de representarse aquí. Por hacer una comparación entre el emperador Caracalla y su predecesor, Setimio Severo, vemos perfectamente en estas dos imágenes, no sé si las ven ustedes bien ahí, creo que sí, aquí podemos ver un señor sabio con su barba que, bueno, a todo el mundo nos apetecería que este señor fuera nuestro abuelo para hablar con nosotros y tal. Mientras que aquí tenemos un retrato bastante más fiero. Un retrato que no carece de teatralidad, por otra parte. Aquí estamos a principios del siglo III, todavía no han ocurrido todos los problemas de la anarquía militar. Sin embargo, Caracalla se muestra como una especie como de diablo. Fíjense cómo la barba de... La barba y el pelo de este retrato están tratadas de manera elegante. Hay una especie como de desorden ordenado. Mientras que aquí la barba que observamos y el pelo parece que es un soldado que lleva, pues, dos años o tres años en la guerra y se ha afeitado mal o no le ha dado tiempo a afeitarse. No sé si esto es una percepción mía o efectivamente ustedes también tienen este punto de vista. Hablo, por supuesto, de un tema subjetivo, pero creo que es importante. Bien, pues, a partir de... De este retrato de Caracalla y comenzando con todo el periodo llamado de anarquía militar, que ustedes conocen seguramente mejor que yo, todos los emperadores que están, que llegan, que usurpan el puesto, emperadores, muchos de ellos militares, que muchos de ellos han nacido en la zona también fronteriza, etcétera, también quieren ser representados y la propaganda imperial es importante, siempre lo es. Sin embargo, estos emperadores muestran muy poco... No tenemos interés por ser representados como lo hacían en época clásica emperadores como Augusto o, más adelante, Adriano o incluso el propio Caracalla, que pese a que tiene esa facción fiera, se nota que hay un programa detrás en el que él mismo indica cómo quiere que le vean. Aquí tenemos un retrato bastante desafortunado desde el punto de vista de Maximiliano el Tracio que, bueno, como ven, parece que es mucho después. Parece que es casi... Una figura del románico y cuando estamos hablando de... Creo que son 18, 19 años después. Puede ser casualidad, puede ser que hayamos encontrado este busto, esta cabeza en un taller, o sea, ya hecho en un taller de baja calidad. Puede ser que Maximiliano el Tracio no quisiera hacer un programa, como digo, propagandístico fuerte. Puede haber muchas casualidades. Sin embargo, si continuamos, vemos cómo Oriol III, en estos retratos, en estos retratos que recuperan un poco ese aire o esa idea más clásica, sí que muestran, como vemos en el retrato de la derecha, sobre todo, un aire ciertamente un poco más fiero. Si lo comparamos con Septimio Severo, que muestra una serenidad y casi un aire filosófico un poco, el tema de la barba que ya introduce Adriano, aquí vemos a alguien sagaz, capaz de detener el avance de los bárbaros o de poner orden. Vemos una figura juvenil, pero de alguien listo, atento, el que nombraríamos delegado de clase, por así decirlo. Es alguien que parece que está. En el retrato de la derecha vemos como una mirada un poco incierta, un poco como con inquina. Es decir, no sé si comparte mi perspectiva, pero creo que es cierto. Vemos otros retratos de Gordiano en los que seguimos viendo esa mirada inquisitiva, retratos de diferentes puntos en los que se ven... que Gordiano sí tiene una propaganda, sí tiene una clara idea de cómo quiere ser representado. Vemos también que son emperadores que tienen poco tiempo y no desarrollan todo lo que pudieron desarrollar otros emperadores. Esa madurez, en este caso, no podemos verla. Bien, este retrato seguramente sea mi preferido de cuantos voy a enseñarles hoy. Vemos cómo es Filipo el Árabe, en el que vemos un retrato bastante impresionante, con una mirada seria, capaz de desafiar a quien sea. Aquí no encontramos la teatralidad de Caracalla, en la que vemos cómo hay una especie de pose, por así decirlo. Aquí encontramos una mirada seria, dura, de alguien con el que no quieres enfrentarte. Es esta mirada, la que él quiere que los demás tengamos de él. Hago un inciso aquí y me vengo al siglo XXI. Es curioso cómo, en época de crisis militar, los emperadores en el mundo romano, quieren verse como fieros, capaces y fuertes, mientras que hoy en día, después de otros dos mil y pico años de propagandas políticas fuertes, hoy en día una empresa o un presidente que hace una barbaridad o mata tal y cual, lo primero que hace es poner una imagen de él feliz. Es decir, todo el mundo sabemos que comer en McDonald's viene siendo bastante malo, sin embargo, lo primero que te ponen en McDonald's es salud para tu cuerpo. Algo así viene pasando con empresas. Con los presidentes Obama, frente a Bush, se muestra como alguien más cercano, alegre, salen en los partidos de baloncesto, etc. Bien, lo contrario, volviendo al mundo romano, ocurre aquí. Filippo el Árabe quiere ser aquella persona, aquel soldado que llega y rompe con esa cadena de infortunios y de guerras civiles y con los bárbaros. El mismo caso encontramos en Decio. En este caso, bueno, el retrato quizás tiene algo más de naturalista en su forma, pero también vemos una cara seria, como preocupada, pendiente de solucionar los problemas. No vemos una cara angelical que se relaciona con lo divino, sino vemos una cara de un soldado, preocupado por sus tropas. Bien, aquí otro retrato, Tremoniano, tenemos dos años, reinado. Es una escultura en bronce, en la que intenta mostrarse como alguien duro, fuerte, capaz. En este caso vemos un retrato que tiene el deseo de ser un retrato al modo clásico, pero vemos que está bastante desproporcionado, la cabeza pequeña, etc. Pero no dejamos de ver cómo la intención es, es la que es. Bien, Bolusiano, parece que podíamos retornar al ideal clásico, pero aquí lo que está haciendo en este retrato es volver al retrato que les enseñaba de Filippo el Árabe. Bien. Es decir, esa mirada seria, profunda, penetrante, etcétera. Bien, como ven, nos estamos alejando de la idea clásica naturalista que se hereda del mundo helénico y nos estamos adentrando en una escena en la que los retratos hablan de la expresión de las caras, en la que es más importante expresar una idea que mostrar las formas y volúmenes bellos que hemos visto en épocas anteriores. Bien. Con Galieno, vemos, vemos como esta tradición no es lineal. Galieno, que está unos pocos años más en el poder, sí intenta una especie como de retornar a la tradición clásica. Entonces vemos retratos más elegantes, de mejor factura, etcétera. Lo mismo ocurre con Numeriano o su hermano. No sabemos si este retrato es de Numeriano o de su hermano Carino porque no tenemos suficiente información. Bien. Vemos soldados fieros, fuertes, que huyen de esa pose, etcétera, ¿no? Entonces, con esta sucesión de retratos de emperadores que les muestro, del siglo III, quiero decir que, efectivamente, el contacto con los bárbaros no es la única, no es el único de los parámetros por los cuales podemos decir que el retrato romano se transforma. Evidentemente no es el único, ni siquiera podemos decir que es el más importante el tema de la propaganda. Sin embargo, sí que es una influencia. El saber que allí hay un otro y que ese otro lo caracterizamos de tal manera, con tópico o no tópico, y eso nos hace reforzarnos. Aparte, el tema militar, el tema de la guerra y del poco tiempo, como les digo, implica que haya esa transformación. O sea, el cambio está. Y entonces aquí, en el siglo III, atendemos a la transformación dentro del retrato romano más fuerte desde el punto de vista que encontramos desde sus inicios, o por lo menos desde el imperio, ¿no?, desde el siglo I. ¿Por qué? Repentinamente nos encontramos, bueno, perdón, aquí tenemos un retrato dioclesiano con las mismas características, y nos encontramos con este retrato que, bueno, estamos hablando de quince años después. ¿Qué ha ocurrido? ¿Se les ha olvidado esculpir? ¿No les interesa ya la belleza? Creo que no. Sin embargo, la intención es otra. En este caso atendemos una época que no es lineal, indico, hay idas y venidas, acercamientos y alejamientos al ideal clásico. En este periodo correspondiente al periodo de la tetarquía, se imitan mucho las... Perdón, se acude mucho al ideal egipcio de los grandes faraones y de las grandes esculturas en materiales muy duros, muy pesados, como por ejemplo el pórfido rojo, que es muy difícil de tallar. Eso sería también otra de las características de este retrato. Por eso es tan complejo, digamos, tan histriónico. Tan expresivo. Vuelvo a lo que les decía al principio acerca de la línea. Fíjense aquí como los ojos, las expresiones de la cara, el pelo, incluso la barba están muy delimitados con una línea. No tanto son volúmenes como podíamos ver en los retratos anteriores, sino que atendemos una especie de suerte de nuevo expresionismo que atiende no solamente a un contacto con otras culturas, no solamente a un contacto con el mundo bárbaro, sino también a un cambio de paradigma en el pensamiento cuando nos adentramos en la antigüedad tardía. Tenemos aquí la famosa imagen de los tetrarcas de Venecia, que tiene las mismas características del busto de Atribis que hemos visto anteriormente. Ven ustedes que en la imagen de la derecha observamos como dos de las figuras, una tiene barba y la otra no. Eso es porque el barbado corresponde a los dos augustos, mientras que aquellos que no tienen barba son los dos césares. En una especie de gesto de amistad, gesto que durará pocos años, pero bueno, la intención estaba, en una figura que es de la tetrarquía y perfectamente podríamos situarla en una escultura medieval. Esto perfectamente podría estar situado o muy parecido en una iglesia románica o gótica. Sin embargo estamos hablando de esta época, finales del siglo III. Otra imagen de los tetrarcas, esta vez de Roma, fíjense son como pequeños muñequitos con su diadema, también en el gesto de abrazo. Bien, como ven la transformación ha sido muy evidente y ha sido muy radical. Ya nunca volveremos a ese ideal clásico o al ideal clásico o la línea de ideal clásico que había. Podrán volver a interpretar los siguientes emperadores ese clasicismo, pero desde otros parámetros y otras perspectivas completamente diferentes. Aquí tenemos los retratos desconocidos, puede que no sean emperadores, pero atienden a las mismas características que les venía diciendo. Con Constantino llegamos a un intento de recuperar un ideal clásico, pero desde unos parámetros muy diferentes en los que se habían superado absolutamente las formas estéticas digamos naturalistas de fondo helénico. Una de las conclusiones de esta charla sería ver cómo efectivamente el mundo bárbaro influye en este proceso de cambio, que es lo que vengo a decir, y cómo el espacio de frontera sirve como retroalimentación de estos cambios. Pero para concluir podría decirles que la llegada o el advenimiento del cristianismo y su nuevo simbolismo y sus nuevas ideas acerca del mundo influyen definitivamente en lo que viene siendo el retrato imperial. Aquí encontramos una escultura colosal de bronce de Constantino. Eh... Como hay otras en Roma, famosas también, un personaje que se aleja mucho de la realidad. Aquí no hay ninguna intención de expresar cómo era Constantino, sino cuáles eran sus ideas o sus ambiciones. Hay una escultura también crisolefantina y mármol, que quedan algunas piezas en el museo, en los museos capitolinos si no recuerdo mal, que viene expresando lo mismo. Esta imagen también está en el Museo Capitolino, y es un nuevo aire que tiene que ver también con la nueva llegada, con la instalación del cristianismo. Otra perspectiva, otra simbología, otra forma de expresión, otra forma de expresionismo que se aleja de lo que decíamos al principio. Bien. Han pasado 150 años más o menos desde la imagen que les presentaba de Caracalla o de Septimio Severo, pero ven ustedes aquí que la diferencia es notable. Los rasgos son completamente pictóricos, la línea se impone sobre cualquier tipo de naturalismo y les muestro estas imágenes como reflexión de ese camino que ha tomado el retrato. Bien. Seguimos con ejemplos del Coloso de Barleta y Valentino II. Una imagen con su diadema, que en el Museo de Estambul tenemos tres o cuatro muy parecidas. Quizá intercambiaran cabezas, etcétera. Bueno, la primera conclusión de esta pequeña charla que les presento aquí es esa, cómo el mundo bárbaro y su influencia o su posible influencia toman partido en el desarrollo del retrato romano. Sin embargo, bueno, es una idea que no es exactamente mía para nada, sino ya los historiadores del arte o arqueólogos de los años 60 y 70 ya empiezan a tomar. Pero que vale la pena que aquí retomemos es que si juntamos los modelos de arte imperial clásicos con esas formas, digamos, más simples del mundo bárbaro, sobre todo del mundo de la frontera gala germánica, formas que insisten en lo monstruoso y en lo lineal frente a los volúmenes y a eso le añadimos, el aire simbólico del cristianismo y las formas que preceden al mundo bizantino, si juntamos ese cóctel tenemos una prefiguración clara y absoluta de lo que viene siendo el arte europeo medieval. Unas formas que desde luego han tenido una tradición y un calado bastante profundo en el desarrollo de la historia del arte europeo. Bien, pues... Termino aquí. Bueno, muchas gracias, Alejandro. ¿Preguntas o comentarios para terminar esa jornada larga? Bueno, yo creo que hay que tener mucho cuidado al entrar en valoraciones estéticas personales a la hora de calificar el arte tardío. Yo creo que el debate de la decadencia de las formas estéticas está bastante superado en ese sentido y que hay que ser cauteloso con esa utilización un poco subjetiva del arte tarde-antiguo, que es obvio que se parece a muchas cosas posteriores, pero el debate acerca del clasicismo también, de qué entendemos por clásico y por canónico en ese sentido, no puede llevarnos a minusvalorar manifestaciones artísticas posteriores también muy válidas. En este caso también el arte procedente del Limes y de estos pueblos celtas, etcétera. Pero bueno... Sí, sí, en realidad no sé si se me ha entendido mal en eso. Quería decir que lo que hay también es un cambio de forma a expresión. Es decir, igual que en la historia del arte el expresionismo alemán no es en ningún caso una debacle de las formas barrocas, no podemos hablar de eso en ningún caso, también quiere decir que la transformación de las formas, la debilitación de los volúmenes hacia las líneas no es sino un cambio de paradigma que no quería valorar. Es decir, estaba dando mi opinión acerca de una forma, pero hay un acercamiento hacia la expresividad. Comentarios, ¿sí? Pues gracias, que el material es muy impresionante. Yo tengo una pregunta hacia lo de la herencia indígena porque no lo he entendido muy bien. ¿A qué se refiere este concepto? ¿A los pueblos bárbaros de la Germania libre o a la población... galorromana? Si es el primero, bien, no tengo ningún problema con la idea. Si fuera lo segundo, tengo una duda, porque después de 300 años de ocupación, dominación romana, de romanización, ¿cómo podríamos entonces hablar todavía de una tradición indígena si fuera esta segunda indigenidad? Indigenera... Bueno, tenía por aquí escrito... Pues yo creo que se produce por las dos partes. Porque en el siglo III precisamente, según explica Bianchi Bandinelli, me parece, en el libro de arte romano, por una parte tenemos unas líneas indígenas, es decir, de la zona romana conquistada que siguen manteniéndose, siguen manteniéndose no en su contenido, pero sí en su forma debido a que los taireis locales, sobre todo los que están más cerca del Limes, mantienen reproducciones que les mandan desde el centro a la periferia en las que no hay una valoración demasiado profunda. Por tanto, no hay una necesidad de transformar, según dice Bianchi Bandinelli. Y por otra parte también vemos cómo en el siglo III cuando hay ataques de los germanos más allá del Limes, según entiendo yo, hay una especie como de retroalimentación de eso. Es decir, de pronto nos encontramos más de cerca con otra cultura que tiene unas líneas parecidas a las que había habido aquí o que se parecen a las que nosotros tenemos. Es una idea que no tengo especialmente clara la relación que ocurre entre las dos. Lo que le puedo decir es lo que he leído acerca de Bianchi Bandinelli. ¿Cómo se mantienen esas líneas indígenas después de 300 años? Pues supongo que por la baja calidad de los talleres locales. Supongo que viene por ahí. Y también porque no hay una especie de forma germánica, sino hay una forma neolítica, por así decirlo, que se parece por muchos sitios. Entonces no es tanto una influencia estética concreta de un pueblo hacia otro o de un pueblo que se mantiene bajo otro, sino que hay un aire de poco conocimiento del trabajo de los volúmenes, que es lo que aflora. Entonces ¿no sería mejor hablar de herencia o de localidad? Porque si de verdad es una cuestión de calidad de talleres, por ejemplo, y pasa en todos los sitios periféricos, entonces no son formas propias galas germanas, sino simplemente de mala calidad. Bueno, también hay relación con formas célticas que sí pertenecen a esa zona. Por ejemplo, hemos visto antes una cabeza, me parece que era de una mujer bárbara, que en las líneas curvas se parecen mucho a muchos objetos que se han encontrado de formas abstractas y de formas demasiado curvilíneas de la que huiría, por ejemplo, un taller romano itálico o de Asia Menor. Entonces yo creo que sí existe cierta idea de una zona amplia, celta, neolítica, no sabría decir. Pero creo que sí existe cierta relación. No sé decirle hasta qué punto o si es suficiente como para que efectivamente le llamemos baja calidad o forma indígena. Ahí no sabría decir. ¿Alguna otra pregunta o comentario? El micrófono está con ustedes. Bueno, no sé si ha resultado muy convincente o estamos muy cansados, pero en todo caso muchas gracias a todos por la participación en esta jornada. En fin, yo he quedado muy contento y creo que podemos estar satisfechos del resultado. Y les emplazo para la tercera, que espero, si todo va bien, que podamos seguir celebrando e incorporando nuevos miembros al grupo y proseguir estas investigaciones en aspectos fronterizos entre filología, historia antigua, historia del arte, historia cultural, humanidades y aportando nuevas perspectivas en todo caso sobre este concepto de frontera en el mundo antiguo y su recepción. Muchas gracias a todos y hasta pronto.